Está en la página 1de 4

Un recorrido de amor

(Mariluz Vite Hernández)

¿Te has preguntado que sienten las mujeres durante el embarazo?

La verdad yo sí, sobre todo porque esa experiencia la hemos vivido en diferentes
épocas de la vida, desde nuestras abuelas, madres, y uno mismo. Todas en un
ámbito diferente, con emociones complicadas, buenas, malas, espontaneas.
También en diferentes circunstancias, embarazos planeados, no planeados, con
responsabilidad de ambos padres y sin ella por alguno de los dos.

Todas esas circunstancias para las mujeres son complicadas o es una experiencia
muy maravillosa o puede ser una experiencia muy complicada.

Desde los tiempos remotos, el embrazo formaba parte de una clásica costumbre en
donde las mujeres solo eran reconocidas por tener la obligación de disponer de su
cuerpo para dar vida a otro ser humano, sin importar en las circunstancias o si
estaban de acuerdo en realizarlo, puesto que desde el inicio se les inculcaba la
costumbre de pertenecerle a un hombre de acuerdo a los convenios que las familias
de ambas partes realizaban.

El embarazo es un proceso fisiológico que marca cambios en la mujer, no solo


físicos, sino también en el ámbito familiar y en las relaciones interpersonales. Es
bien sabido que cada cultura interpreta y da significado a su propia existencia y al
mundo que la rodea. No obstante, las creencias, mitos y tabúes alrededor de la
maternidad, así como las prácticas aplicadas, pueden generar riesgos tanto a la
futura madre como al producto. Los trastornos hipertensivos del embarazo son una
causa importante de morbilidad grave, discapacidad crónica y muerte entre la
madre y el nuevo ser.

Dentro de los cambios que sufrimos al vivir un embarazo aparte de los cambios
físicos que se notan de manera evidente, también existen los cambios psicológicos
que nos ocurren a lo largo de la etapa, algunas mujeres de manera favorable y otras
de manera mas complicada. “emoción, miedo, ansiedad, tranquilidad,
intranquilidad, fuerza, energía, cansancio, estrés, insomnio, preocupación,
angustia” todas lo vivimos de manera diferente, unas nos cuidamos más, otras se
cuidan lo necesario.

Caminando por la comunidad en una tarde tranquila, después de las actividades


laborales de las mamás nos detuvimos con una señora, venia de ir a cortar leña
para poner café, mi primera pregunta al mirarla es preguntarle si estaba
embarazada. ¡¡¡Vaya pregunta tonta!!! Claro que lo estaba. Era evidente al notar su
vientre abultado. Durante la platica me permití cuestionarla en como se sentía, si
estaba feliz, si tenía atención médica, si contaba con el respaldo de su esposo y
padre de su hijo. Las respuestas no las esperaba, yo sinceramente requería
escuchar que estaba feliz, que contaba con los cuidados necesarios, pero sus
limitadas respuestas me permitieron comprender que no todas las mujeres
tenemos la oportunidad de pasar por esta etapa de la vida de las mujeres, no todas
las mujeres somos felices al darle vida a otro ser humano que dependerá de
nosotros en su totalidad y sobre todo que será solo una responsabilidad delegada
para ella y no para el resto de la familia.

El momento del parto otro proceso complejo que pasamos las mujeres dentro de la
culminación de la etapa del embarazo, las mujeres nos preparamos para este
proceso, no todas de la misma manera, algunas mujeres en la actualidad, tenemos
hasta la oportunidad de escoger el día de nacimiento de nuestros hijos, en las
localidades marginadas o anteriormente no se contaba con esta gran oportunidad,
algunas les ocurría dentro de sus actividades diarias, en el trabajo, en las
plantaciones, en la milpa, algunas solas, otras mejor acompañadas.

¿Quién no conoce una partera? Un apoyo dentro de una comunidad donde no se


cuenta con el apoyo de un medico que oriente y apoye el desarrollo del embarazo y
la culminación del mismo, dotándote de un acompañamiento durante la gestación
para la madre y el bebé.

La partería ha sido y sigue siendo una alternativa para la atención mejorando la


cobertura y la equidad al ubicarse en las zonas mas marginadas y vulnerables.
Una partera es reconocida como una persona que asiste a la madre en el curso del
parto y quien adquirió sus habilidades atendiendo ella misma sus partos o
trabajando con otra., también dentro de las funciones no solo están delimitadas al
parto en sí, también incluyen los primeros cuidados prenatales y la lactancia,
también con el apoyo emocional y afectivo de las madres y sus familias.

Llega el momento del parto, un encuentro a ciegas con tu bebé, si bien algunas
contamos con las condiciones necesarias para llevar a cabo un parto adecuado,
algunas otras madres no.

En los países desarrollados la mayoría de los partos tienen lugar en el hospital,


aunque algunas mujeres prefieren dar a luz en casa. Sin embargo, pueden aparecer
complicaciones inesperadas durante el parto o poco después de este, incluso en
mujeres que han tenido un buen control prenatal y que no presentan signos de
problema alguno. Por ello la mayoría de los expertos no recomienda el parto
domiciliario. Las mujeres que prefieren un ambiente hogareño y estar sujetas a
menos normas (por ejemplo, que no haya limitaciones en el número de visitantes o
de horas de visita) pueden optar por centros de maternidad privados.

Independientemente de lo que elija una mujer, saber qué puede esperar le permite
prepararse para el nacimiento del bebé; por ejemplo, leyendo acerca del parto,
hablando con otras mujeres y asistiendo a las clases de preparación al parto. Pero
realmente, ¿todas tenemos las mismas oportunidades?

Después de la larga espera, tenemos al bebe en nuestros brazos, llenos de


emociones, llenos de preguntas ¿ahora qué? ¿Quién me ayuda? ¿Quién está
conmigo? Si cuentas con el apoyo de las personas que te quieren y te rodean, te
sientes mas o menos aliviada, pero si no, te toca sacar adelante tu familia, tus
obligaciones de esposa, y si tienes más hijos pues ni te contamos verdad.

Escuchamos recomendaciones de las demás madres de familia que conocemos,


abuelas, mamas, tías, cuñadas, comadres. En fin, infinidad de recomendaciones
que nos hacen porque han pasado en más de una ocasión por eso o porque en base
a su experiencia con sus hijos, piensan y asumen que todos los niños son iguales
y que podemos aplicar estos consejos en nuestra propia experiencia con nuestro
bebé.

Entre la infinidad de recomendaciones existen las siguientes, que quizá son las
más constantes y populares.
• A lo mejor no tienes suficiente leche

• No comas legumbres, espárragos o picante

• Ponte faja para perder la tripa

• Dale agua al bebé

• Si tiene diarrea es porque le van a salir los dientes

• Ponle gorro para que no tenga orejas de soplillo

¿Infinidad de recomendaciones verdad? Lo cierto, es que cada mujer enfrentamos


muchos sentimientos encontrados respecto a las cuestiones que tienen que ver con
la naturaleza de la mujer en dar vida a otro ser humano, ya sea por voluntad propia
o por tener aun el concepto de para eso naciste. En la actualidad ya contamos con
el firme derecho de no hacerlo si no estamos en condiciones de salud, económicas,
psicológicas para procrear y es respetable dentro de nuestra sociedad,
cuestionable, pero respetable.

Lo que si debemos hacer es otorgar a todas las mujeres la información necesaria


para poder hacer respetar sus derechos, sus inquietudes y apoyarles en este
proceso lleno de cambios físicos, psicológicos y sociales.

Bibliografía:

Pascual, V. V. (2019, abril 1). Peligrosos consejos de abuelas a madres primerizas.

Guiainfantil.com. https://www.guiainfantil.com/familia/mujer-y-madre/peligrosos-

consejos-de-abuelas-a-madres-primerizas/

Artal-Mittelmark, R. (s/f). Introducción al parto. Manual MSD versión para público

general. Recuperado el 1 de julio de 2022, de https://www.msdmanuals.com/es-

mx/hogar/salud-femenina/parto-normal/introducci%C3%B3n-al-parto

También podría gustarte