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1) ¿Cuáles fueron las acciones en materia de educación, implementadas durante la

llamada “transición a la democracia“? ¿ En qué consistió el Congreso


Pedagógico Nacional (1984)?
Las medidas que se tomaron en materia de educación en el período de retorno a la
vigencia del sistema democrático tendieron a revertir todas las disposiciones internas
de carácter autoritario, restitución de derechos, libertades y garantías; poniendo en
vigencia normativas del paradigma reformista en el caso universitario como el libre
ingreso, la recuperación de los derechos gremiales y sindicales, la libertad de cátedra, la
anulación de las cesantías de docentes así como también de la expulsión de alumnos.
En cuanto al nivel primario, se buscaba generar un impacto positivo en los altos índices
de analfabetismo de nuestro país. Ese problema buscó solucionar el lanzamiento del
Plan Nacional de Alfabetización, cuya finalidad no era la de alfabetizar a la población
sino la de buscar la participación del "hombre argentino" a los fines de cimentar la recién
recuperada democracia. Es decir, también apuntaba a instruir para incluir a los
argentinos en la sociedad y en la cultura democrática.
Con respecto al nivel medio se llevaron adelante tres grandes líneas, entre ellas: la
promoción de la inclusión, el fomento de la participación estudiantil y, por último, la
implementación de cambios curriculares.
La primer línea se configuró a partir de la suspensión de los exámenes de ingreso, la
modificación de los criterios de evaluación y con la apertura de escuelas nuevas. En
segundo lugar, el fomento de la participación estudiantil se llevó adelante a través de la
reapertura de la actividad política en el nivel secundario con los centros de estudiantes
o "asociaciones estudiantiles", conocidos como espacios de aprendizaje democrático.
Esta línea tuvo el objetivo de consolidar la democratización de la escuela media y de
refundar la cultura política democrática con la formación de los futuros ciudadanos
electores.
Por último, los cambios curriculares van en el mismo sentido que las reformas
mencionadas anteriormente. Se buscó incorporar contenidos democráticos. Asimismo,
se modificó la asignatura "Formación Moral y Cívica" por la materia "Educación Cívica"
apuntando a una noción de educación en la convivencia y en valores tratando de
conectar los contenidos con la realidad social del contexto.
El Congreso Pedagógico Nacional (CPN) fue un evento de magnitud nacional que
simbolizó la recuperación del debate público en materia educativa. El mismo fue
convocado por el Poder Ejecutivo Nacional para reflexionar sobre el sistema educativo
argentino luego del tiempo de represión política e ideológica. Este debate debía contar
con la representatividad de todos los sectores o agentes de la educación para
demostrar la recuperación de la centralidad del Estado en materia educativa, así como
difundir el proyecto político democratizador del radicalismo.
El debate se dio de una manera federal en todos los territorios provinciales, organizando
asambleas desde los niveles más pequeños hasta llegar a la gran Asamblea Nacional
con representantes de todos los sectores para presentar las conclusiones y acuerdos en
cada una de las comisiones temáticas propuestas.
Este CPN fue tomado por las autoridades de la Iglesia como un desafío a su presencia
social y a su capacidad de movilización, por lo que respondieron a la convocatoria con
un proceso de unificación frente a lo que entendían como un "enemigo común" o un
peligro latente. Ello lo constituía el miedo a la pérdida de poder, de protagonismo y
preponderancia en el sistema educativo. También fue prioritario para las autoridades
episcopales el asegurar la defensa de la escuela privada y los subsidios, entendidos
como garantía de una educación integral y de pluralismo educativo.
2) Desarrolle las características de la Reforma de la Educación Superior a mediados
de la década del ´90.
El proceso de reforma de la Educación Superior durante los 90 fue materializado
mediante un conjunto de leyes nacionales que transformaron profundamente el sistema
educativo nacional (en general, y de la educación superior en particular) en un contexto
de políticas de ajuste estructural inspiradas en el Consenso de Washington y en las
recomendaciones de diversos organismos multilaterales de crédito como el Banco
Mundial y el Fondo Monetario Internacional. La Ley de Educación Superior fue la que
abordó los cambios estipulados para el nivel superior.
En este contexto de debate entre la principalidad o subsidiariedad del Estado en la
Educación, y de dislocamiento del resto de los niveles mediante procesos de
transferencia y descentralización de responsabilidades político-financieras, la Ley de
Educación Superior apuntaló la reorientación de la formación tanto universitaria como
superior no universitaria hacia otro tipos de instituciones no universitaria y privada. Con
ello se consagraba la penetración de las lógicas del mercado en las necesidades de
capacitación y formación de los estudiantes, tornando el proceso de aprendizaje un
negocio redituable.
Esta normativa introduce cambios que redefinen, replantean y reconceptualizan
elementos históricos como la autonomía, el financiamiento, y el gobierno universitario.
Con respecto a los cambios en el financiamiento, esta reforma está vinculada con las
políticas de recortes de fondos y de financiación por parte del Estado; en este proceso
de achicamiento hacia un Estado mínimo y fuerte. El FMI era una de las principales
instituciones que velaba por la administración racional y austera de los fondos,
sugiriendo una disminución de los subsidios estatales para la educación, la ciencia y la
tecnología. Frente a la posible insuficiencia de recursos provenientes del Estado, habilita
a las instituciones a esbocen mecanismos alternativos de generación de recursos.
Asimismo, promueve que las mismas tengan un manejo descentralizado de fondos que
ellas generan. Además, alienta a la constitución de sociedades civiles, fundaciones y
otras figuras jurídicas que les permitan obtener un mayor apoyo financiero.
Otro cambio que ingresa tiene que ver con la autorización a las universidades a
establecer el régimen de acceso, permanencia y egreso de sus estudiantes de forma
autónoma. También se les permite fijar el propio régimen salarial docente y la propia
administración de personal derivando en múltiples regímenes diferenciados.
Un cambio significativo que se produjo con esta ley fue la creación de la Secretaría de
Políticas Universitarias (SPU) que llevó adelante diversos programas y políticas
destinadas a las universidades.
La creación de la CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación
Universitaria) fue otro de los elementos fundamentales. Este organismo descentralizado
dentro del Ministerio de Educación será el encargado de evaluar y acreditar toda la
oferta educativa del nivel superior. Este tipo de medida va a contra mano del proceso de
descentralización, ya que introduce mecanismos centralizadores en la evaluación y
acreditación, concentrando el poder sobre los procesos académicos. Según la
normativa, de este modo, con el establecimiento de estándares mínimos a cumplir se
garantiza el nivel apropiado y la calidad de la enseñanza.
Luego de este cambio, el principio de autonomía sigue vigente pero con un fuerte
control que colisiona contra este eje de la reforma, ya que la producción de
conocimiento no se halla libre de condicionamiento de los poderes de turno.
Por último, pero no menos importantes, se lleva adelante la creación de carreras más
cortas para satisfacer las demandas particulares del mercado de trabajo cada vez más
globalizado y competitivo. A su vez, se fomentan las carreras orientadas al sector
servicios, lo que refuerza un perfil empresarial globalizado.
Por otro lado, proliferan los diversos estudios de posgrados pagos con orientación
profesionalizante, tratando de subsanar la "formación desfasada" del nivel de grado
para las exigencias del mercado.
1. Describir las principales políticas educativas desarrolladas durante el período
1976-1983, relacionando y analizando sus objetivos con los conceptos
resaltados en la fuente seleccionada.

“La estrategia y el accionar político de la subversión, considera a los ámbitos de la


cultura y de la educación, como los más adecuados para ir preparando el terreno fértil
hacia la acción insurreccional de masas, ya que por medio de su acción en ellos,
pretende orientar subjetivamente la conciencia de los futuros dirigentes del país, lo que
le permitirá desviar el sistema político de la Nación hacia el marxismo que sustenta”.
(Fuente: Ministerio de Cultura y Educación, 1977 “Subversión en el ámbito educativo.
Conozcamos a nuestro enemigo”. Cap. 3 p. 45)

Las principales políticas educativas del período estuvieron orientadas al control cultural
y subjetivo así como a las políticas de censura ideológica y política y, también,
represivas que finalizaron con el secuestro, desaparición forzada y asesinato de miles
de personas.
Según la doctrina de la Seguridad Nacional, los ámbitos predilectos para la infiltración
subversiva fueron la cultura y la educación, ya que allí se posibilitaba el sostenimiento
del sistema de eslabonamientos ideológicos generacionales, obteniendo personas para
engrosar sus organizaciones. Por lo que era allí donde debían intervenir. Con respecto a
la cultura, el gobierno dictatorial, mediante la construcción del enemigo interno y sus
patrones culturales, llevó adelante un control cultural firme en el que se dictaminó lo que
se entendía por cultura (claramente en singular) para poder referenciar, de este modo, la
cultura ilegítima, falsa, inapropiada y que, por lo tanto, debía ser censurada y reprimida.
Así se trataba de determinar una "manera de ser argentino", se moldeaba una
subjetividad "propia, nuestra" que es la que se debía proteger en detrimento de "lo otro".
Este legado, esta manera correcta de ser estaba relacionada con la moral cristiana y
católica, con la prioridad de la familia, y con determinado perfil de "cuerpos" y
determinados comportamientos sexuales.
Lo que hacía esta pedagogía oficial, o también conocida como "educación
personalizada", era reorientar subjetivamente a la población. O mejor dicho, reorientar
las personas, a los hombres, porque no se hacía referencia a las subjetividades. Se
pretendía aplicar una serie de elementos filosóficos que comulgaban con determinados
valores jerárquicos (morales y religiosos) en la persona humana. Es decir, que se
buscaba normativizar, prescribir e internalizar en los hombres la idea de orden,
prudencia, moral y libertad responsable.
Concretamente, las políticas educativas de la época apuntaron al control ideológico de
los contenidos impartidos en las currículas. Se orientaba más al control antes que a la
creación y reemplazo por uno nuevo: censura, prohibición, extinción de determinados
saberes y conocimientos, entre otros.
Además, se imponía qué tipo de bibliografía leer para cada nivel (textos y manuales),
mientras lo desechado pasaba a formar parte de las listas negras de obras y autores.
En el nivel medio se eliminó la asignatura "Estudio de la Realidad Social Argentina"
(ERSA) y se la reemplazó por la "Formación Moral y Cívica". Esta materia no tenía
contenidos ni nociones de participación social ni compromiso político, ya que se
apuntaba a la formación de un ciudadano decente y obediente. De este modo, el
currículum fue reconfigurado sin saberes socialmente significativos,
descontextualizados y desligados del afuera.
En este marco, los docentes fueron entendidos como meros ejecutores de estas
medidas, no como actores centrales del acto educativo. Eran convocados para velar y
custodiar la soberanía ideológica en las aulas.
Mientras, las Universidades fueron el ámbito más golpeado y fracturado. Fueron
intervenidas, quedando bajo las órdenes del mismo Videla, suprimiendo la autonomía, el
cogobierno y todos los principios reformistas. Se pretendió desmasificarla, imponiendo
una fuerte reestructuración con exámenes de ingreso, cupos por comisión y carrera, y el
arancelamiento del ingreso. Gran parte de la planta docente fue cesanteada, obligada a
exiliarse en otros países. Se reformaron casi todos los planes de estudios, velando por
esta custodia de contenidos acordes. Se disminuyó gran parte del presupuesto
destinado a su sostenimiento.
Todo esto redundó en un profundo deterioro, en la eliminación y clausura de algunas
universidades y facultades, lo que llevó a un aumento de la matrícula de las
universidades privadas en detrimento de las universidades públicas.

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