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Ordenamiento Ambiental

y Conservación
La experiencia de las áreas protegidas traslapadas
con territorios indígenas en la Amazonia Colombiana
Parques Nacionales Naturales de Colombia

CIONALES
NA
N ATURAL E S
PA R Q U E S

Libertad y Orden
República de Colombia
Ministerio de Ambiente, Vivienda DE
COLOMBIA
y Desarrollo Territorial
Ordenamiento Ambiental
y Conservación
La experiencia de las áreas protegidas traslapadas
con territorios indígenas en la Amazonia Colombiana

Parques Nacionales Naturales de Colombia


Ordenamiento ambiental y conservación: La experiencia de las áreas protegidas traslapadas
con territorios indígenas en la Amazonia colombiana.
ISBN: 978-958-8426-25-9
Primera edición: junio de 2011

PARQUES NACIONALES NATURALES DE COLOMBIA


Directora General: Julia Miranda Londoño
Subdirector Técnico: Emilio Rodríguez Bastidas
Subdirectora Administrativa: Carolina Gil Sánchez
Área de Participación: Carlos Arroyo Varilla
Director Territorial Amazonia-Orinoquia: Rodrigo Botero García (2000-2010)
Director Territorial Amazonia: Diana Castellanos Méndez (Agosto 2010)

EQUIPO ESTRATEGIAS ESPECIALES DE MANEJO DIRECCIÓN TERRITORIAL AMAZONIA


Harold Ospino Burgos - Profesional Estrategias Especiales de Manejo
Esperanza Leal - Profesional Estrategias Especiales de Manejo
Hernán Montero - Profesional Estrategias Especiales de Manejo
Edgar Castro - Técnico Estrategias Especiales de Manejo

EQUIPO DE LAS ÁREAS PROTEGIDAS PARTICIPANTES


Alexander Alfonso - Administrador de Área PNN Amacayacu
Diego Muñoz - Administrador de Área PNN Cahuinarí y Yaigojé Apaporis
Eliana Martínez - Administradora de Área PNN Río Puré
Jefferson Rojas - Administrador de Área PNN Serranía de los Churumbelos y PNN La Paya
Ayda Garzón - Administradora de Área PNN Alto Fragua
Walker Hoyos - Administrador SF Orito Ingi Ande
Armando Herrera - Administrador de Área RNN Puinawai
Gustavo Garzón - Administrador de Área RNN Nukak
Carlos Arturo Páez - Administrador de Área PNN Chiribiquete

Coordinadora de Proyectos de Cooperación de la Dirección Territorial Amazonia: Beatriz Gómez Toro

Compilación: Harold Ospino Burgos - Profesional Estrategias Especiales de Manejo


Coordinadora Editorial: Marcela Galvis Hernández.
Textos
Dirección Territorial Amazonia-Orinoquia: Capítulo 1
Hernán Montero - Profesional Estrategias Especiales de Manejo: Capítulo 2
Esperanza Leal - Profesional Estrategias Especiales de Manejo: Capítulo 2
Roberto Franco - Consultor Estrategias Especiales de Manejo: Capítulo 3.
Pablo González - Consultor Estrategias Especiales de Manejo para el PNN Serranía de la Macarena:
Capítulo 4

Fotografías
Alvaro Gaviria G nHarold Ospino nHernán Montero nEsperanza Leal nPablo González nEdgar Castro
nRodrigo Botero nSara Benett nOscar Castellanos nGermán Rodríguez nCarlos Porras nRodrigo Durán
Bahamón nArchivo Parques Nacionales
Edición, diseño y diagramación: Beatriz Peña Trujillo nClemencia Peña Trujillo nRodrigo Durán B.
Impresión: Escala S.A.
Impreso en Colombia

La presente publicación contó con el apoyo financiero de la Embajada Real de los Países Bajos - Proyecto
Holanda Temático Orinoquía - Amazonía y la Fundación Gordon y Betty Moore - Proyecto Piedemonte
Andino Amazónico.
Se sugiere citar la fuente así: Parques Nacionales Naturales de Colombia, Ordenamiento ambiental y
conservación: La experiencia de las áreas protegidas traslapadas con territorios indígenas en la Amazonia
colombiana, Parques Nacionales Naturales de Colombia, Bogotá, 2011.

6
Contenido
Presentación 11
Introducción 13

Capítulo 1
GENERALIDADES DE LA GESTIÓN Y EL MANEJO
DE LAS ÁREAS TRASLAPADAS
Dirección Territorial Amazonia - Orinoquia 19
Tipos de traslapes 27
Condiciones particulares de las áreas
protegidas traslapadas 30
La gestión en la DTAO 33
El enfoque 35
Líneas de acción de la DTAO 38
Principales avances en las líneas de acción 50

Capítulo 2
LA PLANEACIÓN DEL MANEJO EN ÁREAS TRASLAPADAS
Y SUS PARTICULARIDADES
Esperanza Leal Gómez y Hernán Alonso Montero 57
Los escenarios de gestión en las áreas traslapadas 61
El escenario de traslape 67
El escenario de la zona de amortiguación y SIRAP 76
El escenario nacional 78
Líneas de acción para abordar los escenarios de gestión 79
Fortalecimiento de la coordinación y la gobernabilidad 80
Ordenamiento ambiental del territorio 80
La razón de ser del área 89
La construcción del concepto 89
Consideraciones en la determinación
la Razón de Ser del Área 93
Metodología para la determinación
de la Razón de Ser del Área 95
Mecanismos de ordenamiento ambiental del territorio 112
Modelo espacio-temporal para el manejo 118
La sostenibilidad 121
Conclusión 130

7
Capítulo 3
TERRITORIOS INDÍGENAS Y PARQUES NACIONALES
EN LA HISTORIA DE LA AMAZONIA COLOMBIANA
Roberto Franco García 133
Poblamiento indígena 137
Ríos grandes y ríos pequeños:
la jerarquización del territorio 140
Las hachas de hierro y la esclavitud 145
La colonización espiritual 152
Extractivismo e integración al mercado 160
Oro 161
Quina 162
Caucho 163
Pieles finas de fauna silvestre y charapas 169
Pesquerías 172
Maderas 175
Fronteras limítrofes y poblamiento indígena 178
Cocaína y guerrilla 182
Parques y resguardos 189
A manera de conclusión 204

Capítulo 4
REFLEXIONES SOBRE EL ACOMPAÑAMIENTO DE PARQUES
NACIONALES A LAS FAMILIAS INDÍGENAS GUAYABERO
DESPLAZADAS DE CAÑO CEIBA, PNN SERRANÍA DE LA MACARENA
Pablo César González García 207
El asentamiento guayabero de Caño Ceiba
en el PNN Serranía de la Macarena:
algunas precisiones históricas 216
Los desplazamientos de las familias indígenas
guayabero de Caño Ceiba 227
El pueblo guayabero, crisis territorial y gestión
interinstitucional 241
Los guayabero de Caño Ceiba, territorio y organización:
anotaciones finales para futuras gestiones 250

Bibliografía 261

8
Agradecimientos
Las propuestas y los resultados expuestos en este libro
no hubieran sido posibles sin la decidida colaboración
de diferentes instituciones, organizaciones y personas
convencidas de la necesidad de trabajar de manera
conjunta y coordinada por la conservación de la
diversidad biológica y cultural del país, en el marco de
un Estado justo y democrático. Especial mención
merece por su apoyo, durante cerca de cuatro años, la
Embajada Real de los Países Bajos, a través del Proyecto
FAP Orinoquia-Amazonia, del cual hace parte esta
publicación. También extendemos nuestros
agradecimientos a todos aquellos que han contribuido
al cumplimiento de nuestra misión: Autoridades
Indígenas y organizaciones locales, Amazon
Conservation Team, Fundación Tropenbos Colombia,
Instituto de Etnobiología, Gordon and Betty Moore
Foundation, Fundación GAIA Amazonas, World Wildlife
Fund (WWF) y Universidad Nacional - Sede Leticia.

9
10
Presentación

En la Orinoquia y la Amazonia colombianas, al menos 12 áreas


protegidas del Sistema de Parques Nacionales Naturales, que
en general mantienen un importante estado de conservación y
albergan significativos valores biológicos, étnicos y culturales,
coinciden parcial o totalmente con resguardos y/o con
territorios indígenas.

Para la Dirección Territorial Amazonia, el presente libro


representa la oportunidad de exponer una serie de insumos
técnicos y aprendizajes acumulados, con el propósito de
aportar a la consolidación y la territorialización de la política de
Parques Nacionales en las mencionadas áreas. Puesto que
buena parte de la apuesta institucional se fundamenta en el
fortalecimiento de la coordinación de la función pública de la
conservación y del ordenamiento ambiental del territorio que
Parques Nacionales debe realizar con las Autoridades Públicas
Indígenas, invitamos a los representantes de las Asociaciones
de Autoridades Tradicionales Indígenas y a las organizaciones
locales y zonales a dialogar en torno a los insumos expuestos en
esta publicación.

11
Es importante además señalar que los avances y desarrollos
sistematizados en el libro hacen parte de un proceso de
construcción, en el cual la participación de los equipos locales
ha sido fundamental. De la misma manera esta publicación no
hubiera sido posible sin el apoyo financiero del Proyecto
Holanda Temático Orinoquia Amazonia, implementado entre
2005 y 2008 y financiado por la Embajada de los Países Bajos en
Colombia, y del Proyecto Piedemonte Andino Amazónico,
financiado por la Fundación Gordon y Betty Moore, entre 2007
y 2010.

Como aporte a la construcción del país, esperamos continuar,


junto con todos los interesados, en la búsqueda de caminos y
estrategias para contribuir a la conservación de la diversidad
biológica de la región, un propósito que depende de los
compromisos y las responsabilidades que asuman diferentes
sectores de la sociedad.

Julia Miranda Londoño


Directora General
Parques Nacionales Naturales

12
Introducción

El Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia


(SPNN) está compuesto por 56 áreas protegidas, de las cuales
41 son parques nacionales naturales, 11 son santuarios de
fauna y flora, 2 son reservas nacionales naturales, 1 es área
natural única y 1 es vía-parque. En su conjunto, alcanzan una
extensión de 12.602.320 hectáreas, equivalentes a cerca del
12,02% del territorio nacional continental. Por otra parte, en el
1
país existen 511 resguardos indígenas , que ocupan un área de
aproximadamente 28.200.000 hectáreas en total, que
representan cerca del 25% del territorio nacional. Con respecto
a la población indígena, en Colombia se han identificado 80
pueblos indígenas, con un total estimado de 1.392.623
personas, distribuidas en los 32 departamentos, en 242
2
municipios .
1 "Los resguardos son una institución legal y sociopolítica de carácter especial,
conformada por una o más comunidades indígenas, que con un título de propiedad
colectiva que goza de las garantías de la propiedad privada, poseen su territorio y se
rigen para el manejo de éste y su vida interna por una organización autónoma
amparada por el fuero indígena y su sistema normativo propio." (Artículo 21 del
Decreto 2164 de 1995).

2 Censo General 2005, Departamento Nacional de Estadística (DANE).

13
Ordenamiento Ambiental y Conservación

En la actualidad hay 23 áreas del Sistema de Parques


3
Nacionales Naturales traslapadas con resguardos (legalmente
constituidos) y/o con territorios indígenas4; estos últimos,
aunque no estén reconocidos formalmente como propiedad
colectiva, hacen parte del espacio vital de comunidades
indígenas como referente ancestral o como espacios de uso
material y espiritual. En la mayoría de los casos esas áreas
protegidas fueron creadas antes de la promulgación de la
Constitución Política de 1991 y de la adopción, por parte de
Colombia, de convenios internacionales como el Convenio 169
5
de la OIT y el Convenio de Diversidad Biológica y sus
prioridades de creación generalmente obedecieron a una
estrategia nacional, orientada a la conservación de
ecosistemas representativos. La creación de esas áreas, en
consecuencia, no incluyó necesariamente procesos de
concertación con las comunidades indígenas, y sólo
posteriormente se iniciaron acercamientos institucionales con
sus autoridades.

La institución —que inicialmente era el Instituto Nacional de


Recursos Naturales (INDERENA) y ahora es la Unidad
Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales
Naturales— fue entonces transitando de una política basada
principalmente en el control y la vigilancia a buscar adecuarse a

3 El término traslapado se refiere a la superposición total o parcial de un área del Sistema


de Parques Nacionales Naturales de Colombia a un resguardo o un territorio indígena.
4 "Los Territorios Indígenas son las áreas poseídas en forma regular y permanente por
una comunidad, parcialidad o grupo indígena y aquellas que, aunque no se encuentren
poseídas en esa forma, constituyen el ámbito tradicional de sus actividades sociales,
económicas y culturales". (Artículo 2 del Decreto 2164 de 1995).
5 El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, sobre pueblos
indígenas y tribales en países independientes, fue adoptado por Colombia a través de
la Ley 21 de 1991, y el Convenio de Diversidad Biológica, por medio de la Ley 165 de
1994.

14
Introducción

los retos que impone la realidad del país y a implementar una


gestión que involucre a las comunidades locales e incorpore
metodologías de manejo participativo. De acuerdo con ello, en
el año 2001 se publicó y adoptó la Política de Participación
Social en la Conservación: Parques con la Gente, uno de cuyos
principios se refiere a que

La participación democrática es pilar fundamental del


Estado social de derecho establecido por la Constitución
Política de Colombia. Esto determina todas las acciones
del Estado, cuyo objetivo es el bienestar de los individuos
que integran la Nación, así como el respeto de sus
derechos constitucionales. Esencialmente el Estado debe
servir a la comunidad, promover la prosperidad general y
facilitar la participación de todos en las decisiones que los
afectan y en la vida económica, política, administrativa y
6
cultural de la Nación.

Con fundamento en esta política, la institución ha venido


implementando de manera diferenciada su gestión en
aquellas áreas que presentan traslape con resguardos y/o con
territorios indígenas. No obstante, al igual que en las demás
áreas del Sistema, la gestión de Parques Nacionales en las
áreas traslapadas se orienta por los siguientes objetivos
misionales de conservación:

1. Asegurar la continuidad de los procesos ecológicos y


evolutivos naturales para mantener la diversidad biológica.
2. Garantizar la oferta de bienes y servicios ambientales
esenciales para el bienestar humano.
3. Garantizar la permanencia del medio natural, o de algunos
de sus componentes, como fundamento para el
6 UAESPNN, Política de Participación Social en la Conservación, Parques Nacionales
Naturales de Colombia, Bogotá, 2001.

15
Ordenamiento Ambiental y Conservación

mantenimiento de la diversidad cultural del país y de la


valoración social de la naturaleza.

Los diferentes textos reunidos en esta publicación, elaborados


a partir de la experiencia y los aprendizajes acumulados por la
Dirección Territorial Amazonia-Orinoquia (hoy DTAM - DTOR7)
en su gestión, pretenden recoger y proponer algunos aspectos
e insumos técnicos que contribuyan a territorializar la política
de Parques Nacionales en su jurisdicción, consolidar la misión
institucional en las áreas traslapadas y dar elementos para la
comprensión del contexto en estos territorios.

El primer capítulo, base de la lectura del resto de la publicación,


explica los condicionantes de la gestión y el manejo en las áreas
traslapadas de la Dirección Territorial, así como el enfoque de la
gestión; también presenta los propósitos generales y el
desarrollo y los avances de las tres principales líneas de acción
de esta dirección territorial: "fortalecimiento de la
coordinación y la gobernabilidad", "ordenamiento ambiental
del territorio" y "apoyo a la protección de la diversidad étnica y
los valores de la cultura material e inmaterial asociados a la
conservación de las áreas traslapadas".

En el segundo capítulo se desarrollan elementos conceptuales


y metodológicos para avanzar en la planeación del manejo de
las áreas traslapadas, de acuerdo con sus particularidades y
considerando diferentes escenarios de gestión (escenario de

7 Parques Nacionales Naturales de Colombia mediante resolución No 0155 de Agosto de


2010 se reestructuró. Las áreas adscritas a la La Dirección Territorial Amazonía -
Orinoquía (DTAO) fueron reorganizadas entre la Dirección Territorial Amazonia (DTAM)
y en la Dirección Territorial Orinoquía (DTOR).

Los capítulos que conforman esta publicación fueron escritos antes de la aplicación de la
resolución No 0155.

16
Introducción

traslape, escenario de la zona de amortiguación y SIRAP y


escenario nacional). La intención fundamental del capítulo es
profundizar en la búsqueda de criterios, herramientas y
estrategias para establecer y mantener en estas áreas las
"prioridades integrales de conservación", en el marco de la
"Razón de Ser del Área", conceptos que se explican en el texto.
El tercer capítulo presenta un panorama histórico de los
territorios donde se inscriben cuatro áreas protegidas
amazónicas traslapadas, con el propósito de contribuir a un
análisis de contexto adecuado que permita entender los
condicionantes históricos de estos territorios y superar una
mirada que, en ocasiones, los considera espacios vacíos y
vírgenes.

Finalmente, y como ejemplo de la gestión orientada por el


mencionado objetivo misional 3 de Parques Nacionales y por la
línea de acción de "apoyo a la protección de la diversidad étnica
y los valores de la cultura material e inmaterial asociados a la
conservación de las áreas traslapadas", en el cuarto capítulo se
expone la experiencia del acompañamiento que se ha prestado
a los indígenas guayabero desplazados en 2003 de su territorio
de Caño Ceiba, ubicado dentro del PNN Serranía de la
Macarena, con miras a lograr el reconocimiento de sus
derechos territoriales y su fortalecimiento organizativo. El
pueblo guayabero, es importante recordar, es considerado por
el Estado colombiano una de las cinco etnias en más alto riesgo
de desaparición y actualmente afronta circunstancias
extremadamente difíciles.

Diana Castellanos Méndez


Dirección Territorial Amazonia

17
Capítulo 1
Generalidades de la gestión
y el manejo de las áreas traslapadas
Dirección Territorial Amazonia-Orinoquia
La Direcciones Territoriales Amazonia y Orinoquia (DTAM -
DTOR) tienen bajo su responsabilidad la administración y el
manejo de 17 de las 55 áreas protegidas que en la actualidad
conforman el Sistema de Parques Nacionales Naturales de
Colombia (SPNN).

En las áreas de la DTAM - DTOR, 8.814.497 hectáreas en total,


confluyen, entre otros, ecosistemas andinos, de piedemonte
amazónico y orinocense, de selva húmeda tropical y de sabana.
La conservación de estas áreas, que representan cerca del
70,7% del SPNN, ha sido posible en buena parte por su
coincidencia con culturas y territorios de al menos 20 pueblos
indígenas que, en general, mantienen sistemas propios de
regulación y uso de la naturaleza. En esta condición se
encuentran 12 áreas protegidas, con un total de 6.651.157
hectáreas, de las cuales el 47,3% presenta traslape con 20
resguardos indígenas legalmente constituidos (ver Tabla 1).
1 La Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales tiene
una estructura administrativa que, entre otras dependencias, está organizada en una
Dirección General y 6 Direcciones Territoriales: Amazonia-Orinoquia, Surandina,
Noroccidente, Norandina, Suroccidente y Caribe.

21
22
Tabla No 1. Áreas protegidas traslapadas con resguardos y/o territorios indígenas en las Territorial Amazonia
Resguardos o Porcentaje del
Porcentaje del
Área Extensión Resolución Año de la territorios resguardo Etnia(s)
área traslapada
Protegida (has) de declaratoria resolución indígenas traslapado presente(s)
con resguardos
traslapados con el área

PNN Alto Fragua La Esperanza


68.000 198 2002 0,88 82,00 Paez
Indi Wasi

PNN Amacayácu 293.500 283 1975 1,48 Mocagua 80,00 Tikuna

7,50 Cotuhé Putumayo 14,00 Tikuna

1,89 Puerto Nariño 6,00 Tikuna, Yaguas

Predio Putumayo Bora, miraña,


PNN Cahuinarí 575.000 190 1987 89,90 8,33
witoto

PNN La Paya 422.000 160 1984 0,64 Comsara 3,00 Koreguaje


1,30 El Hacha 70,00 Siona
1,32 Paya Indígena 100,00 Inga
0,38 Aguas Negras 75,00 Murui
0,32 Jiri Jiri 23,00 Murui
0,15 El Tablero 68,00 Siona
1,29 Cecilia Cocha 100,00 Kichwa
RNN Nukak 855.000 122 1989 49,27 Cuencas Medias 58,00 Puinave -
de los Ríos Inírida Nukak
y Papunaua

RNN Puinawai 1.092.500 123 1989 31,55 Cuenca Media 58,00 Puinave -
y Alta del Río Nukak
Inírida
29,41 Parte Alta del Río 62,00 Curripaco
Guainía

39,07 Ríos Cuíari e 100,00 Curripaco


Isana
SF Plantas Medi- 10.204,26 994 2008 *** Territorio *** Cofán
cinales Orito Indígena
Ingi - Ande
PNN Río Puré 999.880 764 2002 *** Territorio *** Yuri
Indígena

PNN Serranía de 97.190 1311 2007 *** Territorio *** Inga


los Churumbelos Indígena
Auka - Wasi

PNN Yaigojé - 1.060.603 2079 2009 98.91 Yaigojé - Apaporis 100,00 Macuna,
Apaporis Tanimuca,
Letuama, Cabi-
yari, Barazano,
Yujup macú y
Yauna.

Áreas protegidas de la DTOR traslapadas con resguardos y/o con territorios indígenas.
Resguardos o Porcentaje del
Porcentaje del
Área Extensión Resolución Año de la territorios resguardo Etnia(s)
área traslapada
Protegida (has) de declaratoria resolución indígenas traslapado presente(s)
con resguardos
traslapados con el área

PNN El Tuparro 548.000 264 1980 *** Territorio Indígena *** Sicuani

PNN Serranía de 629.280 440 1971 *** Territorio *** Guayabero


la Macarena Indígena

Fuente: Laboratorio Sistema de Información Geográfica, DTAM - DTOR 2009.


*** Información sin determinar.
PNN: Parque Nacional Natural; RNN: Reserva Nacional Natural; SF: Santuario de Flora.

23
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Aunque no es posible determinar con exactitud la dimensión


del traslape de las áreas protegidas de la DTAM y de la DTOR con
territorios indígenas no reconocidos como resguardos y a pesar
de que los resguardos existentes no tienen una función
2
exclusiva de conservación , el propósito de consolidar una
alianza entre sus autoridades y Parques Nacionales es
impostergable: sólo el número de hectáreas bajo la figura de
resguardos en los 7 departamentos de la Orinoquia y la
Amazonia en donde en la actualidad existen áreas del Sistema
de Parques Nacionales Naturales asciende a 21.750.363, con
cerca de 34 Asociaciones de Cabildos y/o de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI)3, reconocidas por el Ministerio
del Interior y de Justicia como autoridades públicas con
jurisdicción en sus territorios.

A lo anterior se suma que 5 de las áreas protegidas de la DTAM y


de la DTOR traslapadas con resguardos y/o territorios indígenas
tienen cerca de 233 kilómetros de frontera con Brasil,
Venezuela, Ecuador y Perú y una relación directa con culturas
indígenas con diferentes formas de uso, ocupación y tenencia
de sus territorios en estos países. Esta situación exige abordar y
proyectar una gestión fronteriza que, en ocasiones, va hasta la
participación en procesos de ordenamiento ambiental en las
cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco, lo cual facilita la
articulación de procesos de conservación de ecosistemas
estratégicos, la protección cultural y étnica y la coordinación
interinstitucional.

2 Si bien los resguardos deben cumplir una función ecológica, su naturaleza y sus
propósitos son diferentes a los de las áreas protegidas que conforman el Sistema de
Parques Nacionales Naturales.

3 Las AATI son entidades públicas de carácter especial que tienen por objeto “el desarrollo
integral de las comunidades indígenas”

24
Generalidades de la gestión y el manejo de las áreas traslapadas

Áreas protegidas traslapadas con resguardos y/o con territorios indígenas en la Dirección
Territorial Amazonia-Orinoquia: 1. PNN Amacayacu. 2. PNN Río Puré. 3. PNN Cahuinarí. 4.
PNN Yaigojé – Apaporis. 5. PNN La Paya. 6. SF Ingi Ande. 7. PNN Serranía de los
Churumbelos. 8. Alto Fragua. 9. PNN Serranía de la Macarena. 10. RNN Nukak. 11. RNN
Puinawai. 12. PNN El Tuparro.

Con la adopción del Convenio de Diversidad Biológica (CDB)4, el


país se comprometió a elaborar o adoptar estrategias, planes o
programas nacionales para la conservación y la utilización
sostenible de la diversidad biológica y a integrar estos criterios
5
en los instrumentos sectoriales o intersectoriales . En
consonancia con estos compromisos, el Ministerio de
Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (MAVDT) estableció
como funciones de la Unidad de Parques Nacionales Naturales
(UAESPNN) proponer e implementar las políticas, planes,
programas, proyectos, normas y procedimientos relacionados
con las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales y del
6
Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) .
4 Convenio de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica, ratificado por Colombia
través de la Ley 165 de 1994.

25
La declaratoria de áreas protegidas y la gestión y ordenación de
los sistemas que conforman, son una de sus estrategias más
efectivas, razón por la cual su identificación, planeación,
manejo y gestión, se han adoptado como política pública del
Estado Colombiano, lo que afecta positivamente los procesos
de ordenamiento territorial y permite proteger, restaurar,
7
conocer y usar sosteniblemente la biodiversidad . En este
propósito se priorizó conservar la base natural como
fundamento para mantener la capacidad productiva del país y
asegurar su desarrollo social y económico, afirmando la
diversidad de dinámicas culturales, para la adopción de
estrategias de conservación específicas.

Estos lineamientos constitucionales y de política ambiental,


sumados a la “Estrategia Nacional para la Conservación y la
Sostenibilidad Cultural, Ambiental y Económica de la Amazonia
8
Colombiana” , son fundamentales para garantizar el
mantenimiento de la matriz boscosa de la selva. En la Amazonia
colombiana, no existe en el momento un SINAP consolidado9.
Las áreas y los sistemas que se conformen, deben responder a
las particularidades ambientales y culturales de la región,
siendo fundamental establecer y desarrollar acuerdos y
acciones de complementariedad para el ordenamiento
ambiental y la realización de las metas de conservación
nacionales y regionales, con las autoridades indígenas en
territorios colectivos.

5 Ibíd., Artículo 6.

6 Decreto 216 de 2003, por el cual se determinan los objetivos, la estructura orgánica del
Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Artículo 19, numerales 1 y 2. En
primer término le corresponde a la UAESPNN, el manejo y administración del Sistema de
Parques Nacionales Naturales; y en segundo lugar, contribuir y coordinar con las demás
autoridades ambientales, las entidades territoriales, autoridades y representantes de
grupos étnicos, las organizaciones comunitarias y demás organizaciones las estrategias

26
TIPOS DE TRASLAPES
Las áreas traslapadas con resguardos o territorios indígenas
presentan características particulares que exigen el desarrollo
de estrategias diferenciadas para su conservación y
ordenamiento ambiental. La tipología de traslapes que se
presenta a continuación responde a las condiciones de uso,
ocupación y tenencia de los diferentes territorios superpuestos
y de concurrencia con la cultura material e inmaterial de los
pueblos indígenas:

para la conformación y consolidación de un sistema nacional de áreas protegidas.


7 CONPES 3680, Lineamientos para la consolidación del Sistema Nacional de Áreas
Protegidas – Consejo Nacional de Política Económica y Social. – DNP. Se entiende el
SINAP como una herramienta estratégica en los procesos de ordenamiento territorial
del país, que promueve la organización espacial, dinámica y cambiante, de las variadas
estrategias de conservación del orden nacional, regional y local, que despliegan los
actores sociales, económicos y políticos, públicos y privados, como formas de
apropiación y desarrollo territorial, para procurar la continuidad, en el espacio y en el
tiempo, de los procesos ecológicos necesarios para mantener la diversidad biológica;
garantizar la oferta de bienes y servicios ambientales esenciales para el bienestar
humano; y salvaguardar la diversidad cultural que sustenta la biodiversidad.
8 La Estrategia es un marco de referencia sobre la visión nacional del Estado colombiano
en torno a la Amazonia y las mejores maneras de procurar la conservación y la
sostenibilidad de la misma.
9 Un sistema de áreas protegidas, de acuerdo con los compromisos asumidos en el
Programa de Trabajo de Áreas Protegidas aprobado por CDB, debe contar con al menos
tres atributos esenciales: i. Completo: en la medida en que todos sus componentes
existen y están consistente, complementaria y sinérgicamente estructurados,
articulados e interactuando entre sí a las diferentes escalas del sistema (nacional,
regional, local), para que el SINAP como un todo contribuya al cumplimiento de los
objetivos generales de conservación de la biodiversidad del país. ii. Representativo
ecológicamente: a partir de la definición de biodiversidad, el SINAP es representativo
ecológicamente si en el conjunto de sus áreas protegidas i) se encuentran “muestras”
de la biodiversidad del país a sus diferentes niveles (genes, especies, comunidades y
ecosistemas), y ii) si estas áreas y los sistemas en los que se encuentran, cuentan con las
cualidades necesarias para garantizar su viabilidad en el largo plazo. iii. Efectivamente
gestionado: La efectividad de la gestión del sistema se entiende como el nivel de
cumplimiento de la misión de conservación, de la aplicación de políticas y del desarrollo
de programas por parte de las autoridades competentes y demás actores del sistema.

27
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Traslape total o parcial con resguardos indígenas, los cuales


son legalmente constituidos. El porcentaje de la
superposición amerita un tratamiento particular para cada
caso.
Traslape total o parcial con territorios indígenas habitados y
usados por una comunidad, parcialidad o grupo indígena y
que no han sido reconocidos como de propiedad colectiva.
Traslape total o parcial con territorios no habitados
permanentemente por una comunidad, una parcialidad o un
grupo indígena, pero que constituyen el ámbito tradicional
de las actividades sociales, económicas y culturales de éstos.
Traslape con territorios de pueblos indígenas no contactados
o en aislamiento voluntario cuya protección es
responsabilidad del Estado. Exige establecer formas
diferenciadas de gestión y manejo, en estrecha coordinación
con entidades públicas, organizaciones indígenas y
organizaciones no gubernamentales con experiencia de
trabajo con estos pueblos.
En la mayoría de los casos, estas particularidades exigen de
Parques Nacionales una importante capacidad de adecuación e
innovación institucional para que la entidad logre cumplir a
cabalidad su misión10.

10 “La misión de Parques Nacionales es administrar las áreas del Sistema de Parques
Nacionales Naturales y coordinar el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, en el marco
del ordenamiento ambiental del territorio, con el propósito de conservar in situ la
diversidad biológica y ecosistémica representativa del país, proveer y mantener bienes
y servicios ambientales, proteger el patrimonio cultural y el hábitat natural donde se
desarrollan las culturas tradicionales como parte del patrimonio nacional y aportar al
desarrollo humano sostenible; bajo los principios de transparencia, solidaridad,
equidad, participación y respeto a la diversidad cultural". (Ver "Plan Estratégico
Parques Nacionales de Colombia", 2007).

28
Ordenamiento Ambiental y Conservación

CONDICIONES PARTICULARES DE LAS ÁREAS


PROTEGIDAS TRASLAPADAS
Son múltiples los retos que deben afrontar la conservación de
estos ecosistemas y la preservación de las culturas y los
conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas que allí
habitan. Algunos de estos retos se relacionan con la presencia
de cultivos de uso ilícito; el aprovechamiento sin regulación de
recursos forestales y pesqueros; los monocultivos que se prevé
desarrollar en tierras sin vocación agrícola; la continua
colonización de estos territorios; las dificultades de
coordinación institucional y de ejercicio de la autoridad debido
a su situación geográfica; conflictos generados por diversos
intereses sobre la tierra; proyectos de infraestructura vial y
energética, planificados sin establecer mecanismos de
protección de estos territorios. Sin embargo, las áreas
traslapadas en la Amazonia y la Orinoquia colombianas
presentan particularidades que condicionan las estrategias de
conservación y ordenamiento ambiental, que en la mayoría de
los casos están estrechamente relacionadas con las funciones y
competencias legales de Parques Nacionales. Entre las
principales particularidades a considerar se cuentan las
siguientes:

La superposición de las jurisdicciones de Parques Nacionales y


las autoridades indígenas de los resguardos y AATI. Esta
particularidad se relaciona directamente con el ejercicio de la
autoridad en territorios con una doble condición. Por una
parte, se trata de áreas protegidas del SPNN en las cuales la
administración y el manejo son responsabilidad de Parques
Nacionales, cuya figura genera una afectación en las formas
de uso de ese territorio. Por otra parte, se trata de resguardos
o territorios indígenas con unas autoridades reconocidas

30
Generalidades de la gestión y el manejo de las áreas traslapadas

constitucional y legalmente, que ejercen funciones de


gobierno sobre una comunidad, unos recursos y un territorio.
Tanto las áreas protegidas como los resguardos y los
territorios indígenas son inalienables, imprescriptibles e
11
inembargables .

Las comunidades indígenas asentadas en las áreas


protegidas traslapadas tienen el derecho constitucional y
legal al desarrollo económico. De acuerdo con ello, Parques
Nacionales debe ejercer sus funciones y competencias sin
afectar los derechos indígenas; a su vez, el desarrollo
económico de las comunidades asentadas en las áreas
12
traslapadas no debe poner en riesgo los intereses de
conservación representados en el SPNN. De esta manera, los
derechos indígenas y la responsabilidad social del Estado
generan una serie de condiciones que ameritan un
tratamiento especial.

En las áreas traslapadas, principalmente en aquellas donde


el traslape es con resguardos indígenas, además de los usos
tradicionales y culturales del territorio se presentan
diferentes inversiones y formas de destinación de la tierra,
entre las que se cuentan:

Construcción y mejoramiento de vivienda rural;


Infraestructura en educación, salud y recreación;
Infraestructura en electrificación y acueductos;

11 Ver Constitución Política de Colombia, 1991, artículo 63.

12 En 2005 existían alrededor de 30 comunidades indígenas asentadas en el interior de


las áreas protegidas y sus zonas de influencia, con una población cercana a las 5.100
personas. (Ver UAESPNN, "Instrumentos de planeación áreas protegidas traslapadas
de la DTAO", 2004).

29
31
Ordenamiento Ambiental y Conservación

cultivos de autoconsumo;
pequeñas obras de infraestructura.

El traslape de un área protegida con un territorio indígena


supone, en general, el encuentro de por lo menos dos
visiones y tipos de intereses, que orientan el ordenamiento y
la conservación. Parques Nacionales ha logrado importantes
avances en la implementación de estrategias que favorecen
el diálogo entre diferentes culturas y conocimientos; no
obstante, es necesario que otorgue prioridad a la
consolidación de tales estrategias, como una forma de
proteger los derechos constitucionales de los grupos
indígenas y buscar su aplicación efectiva, principalmente la
de aquellos relacionados con la misión de la institución y
reconocidos internacionalmente13.

Los criterios para definir las prioridades de conservación son


diferentes a los usuales en otras áreas del SPNN. A diferencia
de la mayoría de las áreas protegidas del SPNN, donde las
prioridades de conservación se han definido desde las
ciencias biológicas, en buena parte de las áreas traslapadas
de la DTAM las funciones de Parques Nacionales están
estrechamente ligadas a la protección de la diversidad étnica
del país y de los valores de la cultura material e inmaterial
indígena asociados a la conservación.

13 Colombia firmó en 1992 el Convenio de Diversidad Biológica (CDB) y lo ratificó en 1994


mediante la Ley 165. El artículo 8J del CDB establece: "(…) con arreglo a su legislación
nacional, respetará, preservará y mantendrá los conocimientos, las innovaciones y las
prácticas de las comunidades indígenas y locales que entrañen estilos tradicionales de
vida pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad
biológica y promoverá su aplicación más amplia, con la aprobación y la participación de
quienes posean esos conocimientos, innovaciones y prácticas, y fomentará que los
beneficios derivados de la utilización de esos conocimientos, innovaciones y prácticas
se compartan equitativamente; (…)".

32
Generalidades de la gestión y el manejo de las áreas traslapadas

LA GESTION EN LA DTAO
Los acuerdos iniciales para facilitar el trabajo con las
comunidades indígenas se hicieron a comienzos de los años 90,
14
en el marco del programa Parques En Peligro (PEP) . Con el
apoyo de este programa se elaboraron los primeros
instrumentos de planeación en algunas áreas traslapadas de la
DTAO, parte de los cuales contaron con el posterior apoyo de la
Sub Red de Áreas Protegidas de la Amazonia (SURAPA).

Sin embargo —y sumado a los numerosos esfuerzos por


conciliar los intereses nacionales de conservación y los de las
comunidades indígenas—, el hito que marcó positivamente la
relación entre Parques Nacionales y las autoridades indígenas
en la Dirección Territorial Amazonia-Orinoquia fue la firma, en
junio de 2001, del Convenio Inter-administrativo para la
Coordinación de la Función Pública de la Conservación y
Manejo del Área del Parque Nacional Natural Cahuinarí entre
Parques Nacionales y la Autoridad Pública Indígena15. Este
convenio estableció una marcada diferencia en la forma de
abordar el manejo y la administración de las áreas traslapadas:
la relación se estableció entre autoridades públicas y la
coordinación era el principio fundamental a desarrollar.

De otro lado, es significativo que a diferencia de las áreas


protegidas que fueron declaradas antes de la Constitución de

14 El PEP comenzó a funcionar en 1991, liderado por The Nature Conservancy junto con
organizaciones de América Latina y el Caribe y la Agencia de Estados Unidos para el
Desarrollo Internacional (USAID), con el propósito de asegurar las condiciones mínimas
para el manejo de las áreas naturales más importantes y en mayor peligro en el
hemisferio.

15 El convenio fue firmado por el entonces Ministro del Medio Ambiente, Juan Mayr, el
Director de Parques Nacionales, Juan Carlos Riascos, y la Autoridad Pública Indígena
José Enrique Miraña.

31
33
Ordenamiento Ambiental y Conservación

1991, las de reciente creación se han constituido considerando


claros mecanismos para la coordinación con las autoridades
indígenas que permitan alcanzar los objetivos de conservación
y armonizarlos con los intereses de las comunidades. Este es el
caso del PNN Río Puré (departamento del Amazonas), creado
en 2002, el del PNN Churumbelos, (departamentos del Cauca y
Putumayo), creado en 2007, y el del SF Plantas Medicinales
Orito Ingi Ande (departamentos de Nariño y Putumayo),
creado en 200816.

Asimismo, se advierte una señal de consolidación del enfoque


propuesto por la DTAO para el manejo y la gestión de las áreas
protegidas traslapadas con territorios indígenas en la reciente
17
declaratoria de un área protegida de carácter nacional en el
resguardo Yaigojé-Apaporis (departamentos del Vaupés y del
Amazonas), por solicitud de las Autoridades Indígenas, lo que
demuestra una clara intención de conservación de los valores
culturales asociados a un territorio cuyos ecosistemas han sido
priorizados como estratégicos por Parques Nacionales desde
hace más de una década.

16 El santuario fue creado con el objeto de contribuir a la conservación de muestras


representativas de plantas medicinales asociadas a culturas indígenas del piedemonte
amazónico.

17 El Parque Nacional Natural Yaigojé-Apaporis se reserva, alindera y declara en octubre


de 2009, mediante la Resolución No. 2079 del Ministerio de Ambiente Vivienda y
Desarrollo Territorial.

34
Generalidades de la gestión y el manejo de las áreas traslapadas

EL ENFOQUE
La Política de Participación Social en la Conservación18 orienta a
Parques Nacionales en el cumplimiento de los mandatos dados
por la Constitución Política de 1991 y entraña un compromiso
irrenunciable con la conservación biológica, la protección
étnico-cultural y la promoción de la participación democrática,
especialmente la de las autoridades indígenas, como aspecto
fundamental del fortalecimiento del Estado social de derecho
en aquellas zonas donde coinciden áreas protegidas y
territorios indígenas.
Es precisamente la consideración de los derechos políticos,
económicos, culturales y territoriales de los pueblos indígenas
lo que determina el enfoque de la Dirección Territorial
Amazonia-Orinoquia. Se privilegian, por lo tanto, una gestión
orientada a superar la dicotomía generalizada entre
conservación y desarrollo, que propende por la integralidad de
la intervención del Estado, y una coordinación de las funciones
y competencias de Parques Nacionales y las autoridades
indígenas.
En este sentido, la DTAO apuesta por la consolidación de
procesos sociales de conservación, ordenamiento ambiental
del territorio y protección de los valores culturales de los
pueblos indígenas asociados a la conservación. Esto supone
principalmente fortalecer en las áreas traslapadas la
coordinación19 de la función pública de la conservación y del
18 Ver UAESPNN, Política de Participación Social en la Conservación, Parques Nacionales
Naturales de Colombia, Bogotá, 2001.

19 "El principio de coordinación no puede identificarse con el de control o tutela.


Coordinación implica participación eficaz en la toma de decisiones, que es la única
forma legítima, en un Estado democrático, de llegar a una regulación entre intereses
diversos, así como la mejor manera de ponderar aquellos intereses que sean
contradictorios." (Sentencia No. C-520/94, Corte Constitucional, M.P. Hernando
Herrera Vergara).

33
35
Ordenamiento Ambiental y Conservación

ordenamiento ambiental con las autoridades indígenas.

La sostenibilidad y la continuidad de los procesos sociales


propuestos dependen, entre otras cosas, de su orientación por
los siguientes principios:

Tratamiento holístico y sistémico del territorio: considera el


territorio como un todo integrado y funcional, entendiendo
sus partes como subsistemas interrelacionados.

Análisis prospectivo: implica analizar tendencias y


posibilidades de desarrollo de los fenómenos y actuaciones
económicas, ecológicas, ambientales, sociales, culturales y
políticas, a largo y mediano plazo, y tenerlas en cuenta en su
aplicación a cada modelo territorial.

Articulación: busca la armonía y la coherencia entre las


políticas de desarrollos sectoriales y ambientales en todos los
niveles territoriales.

Participación: aporta legitimidad y viabilidad al proceso;


depende de la participación de los actores sociales y busca
garantizar el control ciudadano a las decisiones del gobierno.

Distribución de competencias: bajo los principios de


complementariedad, subsidiariedad y concurrencia (Ley
152/94), incorpora los aspectos relacionados con las
funciones territoriales y competencias de las entidades
territoriales o administrativas.

Equilibrio territorial: busca reducir los desequilibrios


territoriales y mejorar las condiciones de vida de la población,

36
Ordenamiento Ambiental y Conservación

a través de la adecuada distribución de actividades y servicios


básicos, la organización funcional del territorio y sus
posibilidades de uso.

Sostenibilidad ambiental: garantiza que el uso actual de los


recursos naturales permita que las próximas generaciones
también puedan hacer uso de éstos y que su calidad sea
adecuada.

LINEAS DE ACCION DE LA DTAO


La efectiva gestión de la Dirección Territorial Amazonia-
Orinoquia implica el desarrollo y la consolidación de las
siguientes líneas de acción:

1. Fortalecimiento de la coordinación y la gobernabilidad


2. Ordenamiento ambiental del territorio
3. Apoyo a la protección de la diversidad étnica y los valores
de la cultura material e inmaterial asociados a la
conservación de las áreas traslapadas.

1. Fortalecimiento de la coordinación y la gobernabilidad

Además de la articulación y la coordinación con las diferentes


instancias, sectores e instituciones públicas y privadas, la DTAO
da prioridad en las áreas traslapadas a la implementación de
Estrategias Especiales de Manejo (EEM). Estas son el conjunto
de decisiones, acciones y medidas concertadas entre Parques
Nacionales y las autoridades indígenas para coordinar la
función pública de la conservación y el ordenamiento
ambiental en las áreas protegidas del Sistema de Parques
Nacionales Naturales que presentan traslape parcial o total con

38
Generalidades de la gestión y el manejo de las áreas traslapadas

resguardos o territorios indígenas. Además de su propósito


particular, las EEM buscan contribuir al fortalecimiento de la
gobernabilidad del Estado en las áreas traslapadas, donde
generalmente la presencia institucional es débil. Este propósito
hace parte estructural de la "Estrategia de gobernabilidad para
el desarrollo y la conservación en la Amazonia colombiana",
que tiene origen en la alianza entre la DTAO y la Fundación GAIA
Amazonas y ha sido acogida en diferentes escenarios de
decisión política, de financiación y de cooperación.

De acuerdo con las interpretaciones de la legislación en la


materia, particularmente del artículo 7º del Decreto 622 de
20
1977 , Parques Nacionales ha decidido que, en las áreas
traslapadas con resguardos indígenas, las EEM se desarrollen
principalmente a través de Regímenes Especiales de Manejo
(REM). Cada uno de estos regímenes corresponde al conjunto
de reglas y procedimientos que permiten la planeación del
manejo, la implementación y el seguimiento de las acciones
coordinadas entre las autoridades públicas presentes en el
traslape.

En las áreas traslapadas con territorios indígenas sin título de


propiedad colectiva, las Estrategias Especiales de Manejo se
materializan en acuerdos formales, realizados entre Parques

20 “No es incompatible la declaración de un parque nacional natural con la constitución de


una reserva indígena; en consecuencia cuando por razones de orden ecológico y
biogeográfico haya de incluirse, total o parcialmente un área ocupada por grupos
indígenas dentro del Sistema de Parques Nacionales Naturales, los estudios
correspondientes se adelantarán conjuntamente con el Instituto Colombiano de la
Reforma Agraria (INCORA) y el Instituto Colombiano de Antropología, con el fin de
establecer un régimen especial en beneficio de la población indígena de acuerdo con
el cual se respetará la permanencia de la comunidad y su derecho al aprovechamiento
económico de los recursos naturales renovables, observando las tecnologías
compatibles con los objetivos del sistema señalado al área respectiva".

37
39
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Nacionales y las autoridades indígenas, que permiten el


ordenamiento ambiental y la regulación del uso y el
aprovechamiento de los recursos naturales compatibles con la
conservación del área. Las condiciones particulares de cada
traslape y las características y los intereses de las comunidades
y las autoridades indígenas determinan, en últimas, las
estrategias y los nombres formales que los acuerdos adoptan.

Una vez se manifiesten voluntades, decisiones y


reconocimiento mutuo entre las autoridades presentes en el
territorio para la coordinación de la función pública de la
conservación y del ordenamiento ambiental, es fundamental
que en el marco de las EEM se desarrollen las acciones
necesarias para territorializar los acuerdos. Esto implica
diferentes esfuerzos, como los que supone concertar e
implementar una planeación del manejo del área traslapada
que responda a las particularidades jurídicas de los territorios,
las prioridades de las partes y las condiciones culturales de los
21
pueblos indígenas que los habitan .

De otro lado, la existencia en las comunidades indígenas de


ciertas condiciones relacionadas con sus vínculos con el
territorio y con sus sistemas de regulación social y de uso
material o inmaterial de la naturaleza pueden fortalecer o no el
ejercicio de coordinación de la función pública de la
conservación y del ordenamiento ambiental del territorio con
las autoridades indígenas. Estas condiciones son las siguientes:

En primer lugar se encuentra una relación particular con el


territorio. El territorio es producto de la relación recíproca que
los individuos de un grupo social determinado establecen con
21 Al respecto, ver el capítulo 2.

40
Generalidades de la gestión y el manejo de las áreas traslapadas

un espacio y sus atributos. Dicha relación se fundamenta en el


sentido que el grupo confiere al territorio, en la medida que en
que éste satisface sus necesidades materiales y espirituales.
Para que el grupo social pueda desarrollarse individual y
colectivamente, las condiciones territoriales deben ser objeto
de cuidado para garantizar su perdurabilidad, lo cual exige el
desarrollo de normas de regulación de las prácticas que realizan
en el territorio los integrantes del grupo.

En segundo lugar, es preciso que exista una regulación social


vigente. El control social requiere de instancias que observen y
mantengan el cumplimiento de las normas, entendidas éstas
como las disposiciones que permiten el acceso a los recursos y
sus beneficios en condiciones de equidad para todos y cada uno
de los integrantes del colectivo. El grado de legitimidad de las
instancias que el grupo ha designado para ejercer el control
social sobre el uso de lugares importantes y hacer la
transmisión del conocimiento pertinente depende del
reconocimiento colectivo de los beneficios de la norma. En ese
sentido, el grupo social dispone de formas de recordar la
importancia de los diferentes recursos y las consecuentes
obligaciones de cuidado de los mismos, manifiestas en los
mitos o historias de origen, cantos, bailes y demás actividades
que propician compartir y poner en común vivencias e intereses
en el territorio.

39
41
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Finalmente, se requiere que existan sistemas reguladores


efectivos. La vigencia de los mecanismos de control social es
fundamental para la conservación de los recursos del territorio
colectivo. La legitimidad de estos mecanismos se traduce en la
voluntad individual de acogerse a las determinaciones grupales
y se expresa en las acciones cotidianas. Vale la pena mencionar
como ejemplo de un sistema regulador efectivo el usado para el
manejo de los salados, lugares en donde afloran y se
concentran sales minerales22, cuya distribución en la selva es
discontinua, lo cual los convierte en un recurso limitado para la
fauna. Los salados son sitios considerados sagrados por los
grupos indígenas, ya que de ellos depende la abundancia de
animales de cacería, pues allí se encuentran los "dueños de los
animales", con quienes los sabedores o chamanes negocian el
acceso a estos animales para disfrute de la comunidad. Parte de
esta negociación implica restringir el acceso a los salados a los
integrantes de la comunidad, y para ello se establecen dietas a
los cazadores, rituales individuales o colectivos, cuotas de caza
en las que se especifican sexo, edad y cantidades de individuos
a tomar y tiempos permitidos para la caza, entre otros
aspectos.

Por otra parte, si bien la DTAO favorece la coordinación con las


autoridades indígenas en las áreas traslapadas, es inconcebible
pensar el ordenamiento ambiental y la conservación de estos
territorios de manera desarticulada a las dinámicas sociales,
económicas y políticas de la región y la nación. La viabilidad de
las Estrategias Especiales de Manejo pasa por consolidar una

22 Estas sales son básicas para el metabolismo de, entre otros animales, la danta, el
venado y el saíno, importantes en la alimentación humana, y para el de otros como el
loro o la guacamaya, cuyos plumajes hacen parte de los elementos simbólicos de
rituales, como en el caso de las coronas de los chamanes, que facilitan el contacto con
seres de la dimensión espiritual.

42
Generalidades de la gestión y el manejo de las áreas traslapadas

plataforma institucional con participación de los diferentes


sectores del Estado y de la sociedad, que permita acercarse a
una intervención integral en territorios donde la conservación,
en la mayoría de los casos, se considera un asunto secundario.
Por esta razón, para la DTAO, la coordinación interinstitucional
está fundamentada en el principio de corresponsabilidad y
precisa el fortalecimiento de la presencia y la eficiencia de la
institucionalidad, ausente en buena parte de estos territorios.

En efecto, puede afirmarse que la experiencia en muchas áreas


de la DTAO ha mostrado que, a mayor ausencia de una
coordinación interinstitucional sólida y de una atención
efectiva de los diferentes sectores gubernamentales y no
gubernamentales, mayores son las probabilidades de fracaso
en la misión de conservar estas áreas de interés nacional. Por
supuesto, el papel que Parques Nacionales viene desarrollando
es el de facilitar la coordinación interinstitucional en aquellas
áreas en donde, en ocasiones, es la única presencia estatal.

2. Ordenamiento ambiental del territorio

La Ley 99 de 1993 define el ordenamiento ambiental del


territorio como "la función atribuida al Estado de regular y
orientar el proceso de diseño y planificación del uso del
territorio y de los recursos naturales renovables de la Nación a
fin de garantizar su adecuada explotación y desarrollo
sostenible (...)".

En el caso de las áreas traslapadas, el ordenamiento ambiental


se propone orientar y regular concertadamente con las
autoridades indígenas la planificación del uso del territorio y
sus recursos naturales, con el fin de garantizar su adecuada

41
43
Ordenamiento Ambiental y Conservación

preservación, el desarrollo sostenible y el mantenimiento de


los valores culturales relacionados con la conservación del
territorio. Así, el ordenamiento ambiental se constituye en
medio y fin para concretar en un territorio determinado las
voluntades, las decisiones y el reconocimiento mutuo entre
Parques Nacionales y las autoridades indígenas. Igualmente, el
ordenamiento, como el mecanismo más importante para
lograr que la razón de ser del territorio se mantenga, necesita
instrumentos y herramientas pertinentes que le permitan
armonizar las prioridades de conservación que defina Parques
Nacionales y las necesidades e intereses de los pueblos
indígenas.

Para Parques Nacionales, por lo general, el ordenamiento de un


área protegida incluye la delimitación de zonas de manejo23
sobre las cuales, según sus restricciones legales, se aplican
estrategias y mecanismos regulatorios. Sin embargo, en las
áreas que presentan traslape, no siempre es acertado pensar
en el ordenamiento como un ejercicio estático en el cual se
excluye el uso de los recursos naturales en ciertas zonas y se
permite en otras. En estas áreas, la cultura media de manera
especial, dando al territorio una dinámica particular asociada al
entendimiento de temas que desbordan las formas
occidentales de comprender y manejar la naturaleza24.

Es así como en el ejercicio del ordenamiento ambiental de las


áreas traslapadas participan por lo menos dos visiones del
territorio. De un lado, es probable que para las comunidades el
ordenamiento consista en pensar y respetar el orden espiritual

23 El Decreto 622 de 1977 establece las siguientes zonas de manejo: Primitiva, Intangible,
Histórico-cultural, de Alta Densidad de Uso y Amortiguadora.

24 Al respecto, ver el capítulo 2.

44
Ordenamiento Ambiental y Conservación

para que el territorio se mantenga bien. Así, este ordenamiento


también debe responder a sus sistemas propios de regulación y
uso de la naturaleza. De otro lado, para Parques Nacionales el
proceso de construir el ordenamiento del área consiste
principalmente en hacer: (i) análisis de la información biofísica,
cultural y socioeconómica que se considere pertinente para el
ordenamiento ambiental del área; (ii) ejercicios de
identificación y caracterización de las transformaciones del
territorio, de acuerdo con la información y los medios
disponibles; (iii) concertación y ubicación espacio-temporal de
las prioridades de conservación; (iv) determinación de los
mecanismos que se tienen para lograr la conservación del
territorio; (v) definición de propuestas de un mejor arreglo
espacio-temporal del territorio, con referencia a las prioridades
de conservación acordadas; (vi) definición conjunta de las
estrategias para el mantenimiento de las prioridades de
conservación del área y la resolución de conflictos ambientales
o los que se generen en el ejercicio de coordinación entre las
autoridades; estas estrategias deben contemplar un sistema de
regulación (usos, actividades, ejercicio de la autoridad,
etcétera) en un espacio y un tiempo determinados e instancias
definidas para la toma de decisiones.

Retomando el ejemplo de los salados25, puede decirse que el


ordenamiento busca ubicar espacio-temporalmente los
valores objeto de conservación en relación con sus usos
posibles, las acciones para su mantenimiento y las normas
adecuadas para garantizar que esta prioridad de conservación,
por ser parte de la razón de ser del área, siga cumpliendo sus
funciones de refugio de fauna, lugar de habitación de los

25 Ver en este capítulo el ejemplo en la línea de acción de coordinación, en el tema de


sistemas reguladores.

46
Generalidades de la gestión y el manejo de las áreas traslapadas

dueños espirituales de los animales y abastecimiento de


animales de cacería, todo lo cual requiere unas normas que se
construyen en espacios de coordinación. Es decir, el
ordenamiento en un área traslapada sólo es posible diseñando
de manera conjunta la mejor forma de usar el territorio y
creando, para que esto sea posible, unas normas que se
cumplirán gracias a la gobernabilidad lograda a través de la
efectiva coordinación entre Parques Nacionales y las
autoridades indígenas.

El ordenamiento debe incluir, además, el establecimiento de


relaciones con otros actores sociales e institucionales distintos
a quienes lo elaboraron directamente (Parques Nacionales y las
autoridades indígenas), con el fin de guiar la gestión del área
hacia intereses comunes para todos. De otra manera es
improbable que se logre que el territorio funcione de manera
sistémica, como es preciso, pues éste no necesariamente
responde a los límites del traslape físico, ni está restringido a la
relación Parques Nacionales-autoridades indígenas, y su
funcionamiento requiere la intervención coordinada y
coherente de entidades gubernamentales, comunidades
locales, ONG y demás actores allí presentes.

Finalmente, la realidad de las áreas traslapadas sugiere que en


el ejercicio coordinado de ordenar ambientalmente el
territorio es necesario priorizar acciones institucionales
conducentes a: (i) desarrollar el tema de aprovechamiento
económico sostenible de los recursos naturales dentro de las
áreas trasapadas; (ii) avanzar conjuntamente en el desarrollo
de experiencias en el marco de las negociaciones relacionadas
con el cambio climático; (iii) acompañar iniciativas de
ampliación o de constitución de resguardos orientados a la

45
47
Ordenamiento Ambiental y Conservación

conservación biológica y cultural; y (iv) articular los procesos de


ordenamiento ambiental de las áreas traslapadas con los de
uso, ocupación y tenencia de la tierra de colonos y campesinos
en las zonas de influencia de las áreas protegidas.

3. Apoyo a la protección de la diversidad étnica y los valores


de la cultura material e inmaterial asociados a la conservación
de las áreas traslapadas

Es evidente en la Amazonia y la Orinoquia la coincidencia entre


los ecosistemas en buen estado de conservación y la presencia
de comunidades indígenas. Se asume, por lo tanto, que la
conservación está estrechamente relacionada con los
significados que las diferentes culturas indígenas dan a
espacios determinados y con los consecuentes modelos de uso
y manejo de los recursos naturales, que en muchos casos hacen
parte de sistemas propios de regulación social de las
26
comunidades . En ese sentido, es fundamental que el ejercicio
de la función pública de la conservación desarrolle el mandato
constitucional de protección de la diversidad étnica y cultural
del país, y facilite la articulación de los mecanismos tangibles e
intangibles, concepciones y vivencias de los diferentes grupos
humanos que determinan la transformación y el ordenamiento
de un territorio que, por lo general, desborda los límites de las
áreas protegidas.

Lo anterior supone una interpretación amplia del objetivo 3 del

26 Estos sistemas son el conjunto ordenado de elementos de la cultura material e


inmaterial que, a través de decisiones colectivas, interactúan armónicamente,
permitiendo una adecuada convivencia en el interior de la comunidad, una relación
sostenible con la naturaleza y, en consecuencia, la permanencia de la cultura y la
cohesión del grupo.

48
Generalidades de la gestión y el manejo de las áreas traslapadas

27
Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) , que permita
complementar esta meta institucional para abordar la
protección de la diversidad étnica y cultural como una línea
importante de gestión y favorecer el fortalecimiento de
aquellos valores culturales que contribuyen a mantener la
biodiversidad. Es fundamental para cumplir este propósito
28
apoyar las iniciativas de consolidación territorial de los
pueblos indígenas y, además, se propone que la gestión de
Parques Nacionales en estas áreas contemple la concertación y
la implementación, con autoridades indígenas y otras
instituciones competentes, de estrategias orientadas al
fortalecimiento y mantenimiento de los conocimientos
tradicionales, las prácticas rituales y la conservación de lugares
con connotaciones mágico-chamánicas que se identifiquen
conjuntamente y se consideren vitales para el manejo
adecuado del territorio.

Si bien Parques Nacionales hace énfasis en esta línea de acción


en el apoyo a la protección de la diversidad étnica y cultural de
los pueblos indígenas relacionados con la conservación de las
áreas traslapadas, es necesario seguir fortaleciendo el diálogo
intercultural con otros grupos sociales y avanzar en la
complementariedad de los diferentes procesos de
ordenamiento que se desarrollan en la región. Esto último
plantea el reto de concebir integralmente el espacio donde se
encuentran incluidas las áreas traslapadas, para, junto con

27 "Garantizar la permanencia del medio natural, o de algunos de sus componentes, como


fundamento para el mantenimiento de la diversidad cultural del país y de la valoración
social de la naturaleza".

28 Estas iniciativas se expresan principalmente en las propuestas de ampliación o de


constitución de resguardos y de protección a los pueblos indígenas no contactados o
en aislamiento voluntario.

47
49
actores sociales, institucionales y sectoriales, construir la
función que estos territorios desempeñarán en la red de
relaciones que configuran el ordenamiento del paisaje, de los
territorios y de la región.

Principales avances en las líneas de acción

Las tablas que se presentan a continuación recogen los avances


logrados en las líneas de acción:

50
Coordinación y gobernabilidad
Instancia Avances Actores Sociales e institucionales
Cahuinarí: Comité Directivo del Régimen Formalización del Régimen Especial de Manejo con las autoridades del PANI (Piine Autoridades Bora-Miraña-Carijona- adscritas al PANI y
Especial de Manejo, el cual fué formalizado Aiiyveju Niimue Iachimua: Dios del Centro y sus Nietos), 15 de julio de 2010. Parques Nacionales.
en julio de 2010.

Alto Fragua Indi Wasi: Convenio Se adelanta la revisión de los mecanismos y resultados de la coordinación para la Asociación Tanda Chiridu Inganokuna y Parques
Interadministrativo entre la Unidad de administración y la gestión del manejo del área protegida con la Asociación Indígena Nacionales.
Parques y la Asociación Indígena Tanda Tanda Chiridu Inganokuna.
Chiridu Inganokuna, formalizado en julio de
2002.
Puinawai: Asambleas de capitanes de las Consolidación de la instancia para avanzar en la coordinación de la función pública de la Capitanes de las comunidades puinave y curripaco del
comunidades del resguardo Cuenca Media y conservación en el área traslapada de la RNN Puinawai y en la concertación de planes de Resguardo Cuenca Media y Alta del Río Inírida: Caño
Alta del Río Inírida y comunidad de trabajo anuales. Negro, Zancudo, Báquiro, Bellavista, Matraca, Punta
Chorrobocón. Pava, Morroco Nuevo, Chorrobocón (esta última adscrita
al resguardo Remanso-Chorrobocón) y Parques
Nacionales.
Amacayacu: Instancia de coordinación con Fortalecimiento de los espacios de coordinación en torno al ordenamiento de la Autoridades indígenas de la comunidad de San Martín,
participación de comunidades traslapadas actividad de extracción forestal en la comunidad de San Martín, como componente del perteneciente al Resguardo Ticuna Cocama Yagua, y
en el sector sur del área protegida. REM. Parques Nacionales.

La Paya: Espacio de diálogo y coordinación Fortalecimiento de una instancia de coordinación con autoridades de las comunidades Gobernadores y caciques de los Resguardos Murui de
de actividades entre la Unidad de parques y indígenas murui y kichwa, traslapadas en la cuenca del Caucaya y del sector oriental del Lagarto Cocha, Tukunare, Jirijiri, Kichwa de Cecilia Cocha
las comunidades de los resguardos del área protegida, para concertar actividades que permitan la generación de condiciones y Parques Nacionales.

Serranía de los Churumbelos Auka Wasi: Definición de líneas estratégicas de acción con la OZIP. Instancias de diálogo para la Organización Zonal Indígena del Putumayo (OZIP),
Acuerdo de intención entre la Unidad de puesta en común de intereses con la Asociación Inga Nucanchipa Atunkunapa Alpa. Asociación de Cabildos Ingas Nucanchipa Atunkunapa
Parques Nacionales Naturales y la Avances en el desarrollo del componente territorial del Plan de Vida del Resguardo de Alpa y Parques Nacionales.
Organización Zonal Indígena del Putumayo. Mandiyaco.

Santuario de Flora Plantas Medicinales Orito Declaratoria del Santuario de Flora Pantas Medicinales Orito Ingi Ande, cuyo principal Autoridades tradicionales de los resguardos cofán de
Ingi Ande: Proceso de declaratoria del objetivo es el de proteger parte de ese territorio ancestral, en especial lugares que Afilador-Campoalegre; Santa Rosa del Guamués y
santuario. albergan las plantas medicinales fundamentales para la pervivencia de las culturas Yarinal, Unión de Médicos Indígenas Yageceros de la
indígenas del piedemonte amazónico, cuya cosmovisión está fundamentada en el uso del Amazonia Colombiana (UMIYAC), Instituto de
yagé (Banisteriopsis caapi).Se han implementado agendas de trabajo con las autoridades Etnobiología, Amazon Conservation Team (ACT) y
indígenas de los resguardos Cofanes de Afilador-Campoalegre; Santa Rosa del Guamués Parques Nacionales.
y Yarinal.

51
49
52
Ordenamiento ambiental en las áreas traslapadas
Proceso Avances Actores Sociales e institucionales
Planeación del manejo. Se han documentado las dinámicas históricas de ocupación de la región a partir de la llegada de Ancianos de las etnias bora-miraña-carijona, puinave,
Comprensión del contexto histórico los no indígenas, como insumo para la planeación del manejo de las áreas protegidas. murui, kichwa y siona.
de los territorios indígenas Específicamente, se tienen avances con respeto a los territorios traslapados con los PNN
traslapados con áreas protegidas. Cahuinarí, Puré, Amacayacu y La Paya y la RNN Puinawai. (Ver capítulo 3).

Planeación del Manejo. Se ha documentado la tradición oral de los pueblos indígenas, que comprende el ordenamiento Sabedores y comunidades indígenas relacionados con el
Identificación del ordenamiento ancestral, en el cual se señalan lugares de importancia cultural donde se produjeron hitos área traslapada.
ancestral y actual del territorio. mitológicos o históricos que configuraron el territorio y/o sitios estratégicos para la reproducción
de especies de consumo o de significación simbólica.
Se tienen avances en los PNN Cahuinarí, La Paya y Amacayacu y en la RNN Puinawai.

Con respecto a la zonificación actual, se tienen avances en su espacialización y en la


documentación de los usos actuales.

Planeación del Manejo. Se han identificado normas propias, basadas en el conocimiento tradicional, que permitan Sabedores de los pueblos indígenas relacionados con el
Identificación de Sistemas orientar el manejo del territorio en aquellos espacios de carácter especial para los indígenas. Se área traslapada.
Regulatorios Propios. tienen avances en el PNN Cahuinarí y en la RNN Puinawai.

Uso y aprovechamiento económico RNN Puinawai: la estrategia de uso y aprovechamiento económico en esta área protegida se RNN Puinawai: comunidad de Chorrobocón, IAVH, WWF.
como estrategia de manejo y refiere al ordenamiento de la actividad de pesca comercial del cardenal (Paracheirodon axelrodi),
conservación. pez ornamental que se extrae del caño Nauquén (en el extremo nororiental de la reserva).

Este proceso propició la conformación de la asociación de pescadores de ornamentales de la


comunidad indígena de Chorrobocón y la formulación de estrategias de sostenibilidad, con la
participación del Instituto de Investigaciones Alexander Von Humboldt (IAVH), la WWF y el
Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).

PNN Cahuinarí: a partir de un análisis de los sistemas productivos propios, por cada una de las PNN Cahuinarí: comunidades bora miraña y Parques
comunidades, se identificaron posibilidades de producción familiar o comunitaria, teniendo en Nacionales.
cuenta las condiciones necesarias para su implementación.
PNN Amacayacu: se caracterizaron los sistemas agroproductivos tradicionales de las comunidades PNN Amacayacu: comunidades de Palmeras y San Martín
traslapadas con el sector sur del área protegida. Además se ha adelantado el estudio de la oferta y Parques Nacionales.
de productos no maderables para artesanías, identificándose especies bajo presión que requieren
de manejo.

En el PNN La Paya se ha diseñado una propuesta de sistemas productivos sostenibles de los PNN La Paya: resguardos Tucunaré, Cecilia Cocha y
resguardos de Tucunaré, Cecilia Cocha y Lagarto Cocha, que se encuentra en proceso de Lagarto Cocha y Parques Nacionales.
evaluación, en particular, su correspondencia con los modelos indígenas de agroproducción.

PNN Puré: caracterización de los sistemas agroproductivos de los resguardos ubicados en la zona PNN Puré: resguardos de Comeyafú, Curare Los ingleses
de influencia del área protegida. y Camaritagua y Parques Nacionales.

PNN Alto Fragua: caracterización de los sistemas productivos de los resguardos La Cerinda y La PNN Alto Fragua: resguardos La Cerinda y La Esperanza y
Esperanza e implementación de alternativas de seguridad alimentaria. Parques Nacionales.

Planeación del Manejo. PNN Cahuinarí: monitoreo de la tortuga charapa en el sector de Tres Islas, ejercicios preliminares PNN Cahuinarí: comunidades y autoridades bora miraña
Estrategias de investigación y de definición de las Prioridades Integrales de Conservación del parque y diligenciamiento del y Parques Nacionales.
monitoreo. ejercicio de monitoreo para el área.

Construcción de la estrategia de investigación intercultural "Propuesta de investigación


participativa", elaborada por el experto local Antonio Bernaza. Se cuenta con lineamientos para la
investigación propia.

PNN Amacayacu: está en implementación el programa TATATAO, con el propósito de monitorear la PNN Amacayacu: comunidades Mocagua, Palmeras y San
actividad del turismo dentro del área protegida traslapada, en el sector sur del parque, de manera Martín, Fundación Tropenbos y Parques Nacionales.
que produzca un impacto ambiental mínimo y beneficios para las comunidades.

RNN Puinawai: se cuenta con una propuesta de Valores Objeto de Conservación, VOC, construida RNN Puinawai: Comunidades del Resguardo de la
por el equipo y revisada por la Subdirección Técnica de Parques Nacionales, a partir de los insumos Cuenca Media y Alta del Río Inírida y comunidad de
generados conjuntamente con las comunidades. Chorrobocón, Tropenbos, Universidad Nacional y
Intercambio con indígenas que adelantan ejercicios de monitoreo con acompañamiento de Parques Nacionales.
Tropenbos.

Acuerdo con la Universidad Nacional para el acompañamiento en la toma de datos y análisis de


información de las dinámicas de cacería y pesca en la comunidad de Zancudo.

53
54
Planeación del manejo. Acuerdos PNN Cahuinarí: se tiene establecido un protocolo de uso de los recursos naturales entre las PNN Cahuinarí: comunidades que conforman el PANI.
sobre reglamentos para el uso y autoridades de las comunidades y las autoridades del Parque. Acuerdos en cacería, reglamento de
aprovechamiento de los recursos las actividades de pesca (actividad permitida, áreas, mecanismos de control, sanciones,
naturales. seguimiento).Tortuga charapa: Vigilancia, control al comercio, manejo.

PNN La Paya: se identificaron los elementos constitutivos para la definición de un reglamento de PNN La Paya: resguardos Tucunaré, Ceciliacocha y
uso de recursos naturales en la cuenca del río Caucayá Lagartococha.

PNN Amacayacu: se identificaron elementos constitutivos de REM y se tienen dos propuestas PNN Amacayacu: comunidades Mocagua, Palmeras y San
preliminares de reglamentación para el uso y aprovechamiento de los recursos naturales con las Martín y Parques Nacionales.
comunidades de Mocagua, Palmeras y San Martín.

RNN Puinawai: se tiene definido un reglamento con los integrantes de la asociación de pescadores RNN Puinawai: comunidad de Chorrobocón y Parques
de la comunidad de Chorrobocón, para pesca del cardenal (Paracheirodon axelrodi), pez Nacionales.
ornamental que se aprovecha con fines comerciales en el caño Neuquén.

Planeación del Manejo. Se han definido hasta el momento especies, hábitat y procesos ecosistémicos y su ubicación
Construcción conjunta de la Razón espacial en el territorio, para definir las Prioridades Integrales de Conservación y la zonificación de
de Ser de las áreas protegidas, con uso.
el propósito de articular los
elementos biológicos de PNN Cahuinarí: junto con las comunidades y autoridades indígenas se identificaron algunos PNN Cahuinarí: comunidades que conforman el PANI.
importancia nacional y las componentes de las Prioridades Integrales de Conservación, entre los que se destacan la tortuga
prioridades a tener en cuenta charapa (Podocnemis expansa) y los ecosistemas a los que está asociada esta especie en su ciclo
desde la cosmovisión y la cultura de vida. La zonificación construida corresponde en gran medida a la zonificación de uso material e
indígena. inmaterial que las comunidades asignan a ciertos espacios del territorio. Los elementos biológicos
que hacen parte de las Prioridades Integrales de Conservación del parque se han definido con
base en esta relación con el territorio y se ha avanzado en el monitoreo de su estado y de las
presiones y amenazas que los afectan (por ejemplo, en el caso de especies como las tortugas
charapa y taricaya (Podocnemis unifilis).

RNN Puinawai: a partir de la información que han generado Parques Nacionales y las comunidades Comunidades del Resguardo Cuenca Media y Alta del Río
indígenas del resguardo CMARI acerca de las dinámicas de uso y las amenazas sobre el territorio Inírida: Caño Negro, Guacamaya, Zancudo, Bellavista,
por efectos de la actividad extractiva minera, principalmente, se ha logrado hacer la zonificación Matraca, Punta Pava y Chorrobocón y Parques
preliminar, a partir de los usos, y luego la definición de los Valores Objeto de Conservación del Nacionales.
área (este ultimo aspecto sólo por parte del equipo del área protegida).
PNN Amacayacu y PNN La Paya: se han definido, en especial, criterios de manejo de lugares Resguardos de la cuenca del Caucaya, Cecilia Cocha,
importantes como lagunas y quebradas, lo mismo que de sus recursos pesqueros, con las Tukunare, Lagarto Cocha y Parques Nacionales.
comunidades que se relacionan directamente con estos espacios. No obstante, estos acuerdos aún
están por formalizar.

Apoyo para la protección de los valores de la cultura material e inmaterial asociados a la conservación
Proceso Avances Actores Sociales e institucionales
Articulación con organizaciones indígenas, en el En el marco del acuerdo de intenciones formalizado en noviembre de 2005 con la Organización Zonal Indígena del Putumayo (OZIP) y
marco del proceso de creación del PNN Serranía OZIP, se contempla la constitución de un equipo de coordinación con las Autoridades Parques Nacionales.
de los Churumbelos Auka Wasi. Públicas Indígenas para la protección y la conservación del territorio del pueblo
andakí ubicado en el interior del PNN Serranía de los Churumbelos Auka Wasi.

Proceso de declaración del Santuario de Flora Identificación de un lugar estratégico por la ubicación de los invisibles (componente Autoridades tradicionales de los resguardos cofán de
Plantas Medicinales Orito Ingi Ande, en conjunto fundamental en la cosmogonía de este pueblo), con abundantes plantas medicinales, Afilador-Campoalegre, Santa Rosa del Guamuéz y Yarinal,
con la etnia cofán, que se cristalizó mediante la en particular el yoco (Paulina yoco), que tiene una función importante dentro de la Asociación de Médicos Indígenas Kofanes,Unión de Médicos
Resolución 994 del 12 de junio de 2008. práctica cotidiana y ritual asociada al consumo del yagé (Banisteriopsis caapi), la cual Indígenas Yageceros de la Amazonia Colombiana,Instituto
es el fundamento de su cosmovisión y de su aporte a la conservación. de Etnobiología, Amazon Conservation Team (ACT).
Acompañamiento a la formulación e Apoyo en la articulación de acciones institucionales del orden local y nacional en Ministerio del Interior y de Justicia, Acción Social de la
implementación de los Planes de Acción para torno a la concertación e implementación de un plan de atención a las etnias en Presidencia de la República y Alcaldía de San José del
Comunidades Indígenas en Riesgo: PNN Serranía riesgo, especialmente, los nukak y los guayabero. Guaviare.
de la Macarena y RNN Nukak.
Identificación de vestigios culturales de los pueblos Georreferenciación de los pictogramas, petroglifos y cementerios de los grupos Parques Nacionales.
de la cuenca orinocense en el PNN El Tuparro. indígenas asentados en el área de influencia del PNN El Tuparro, como insumo para la
zonificación de manejo del área protegida.
Proceso de declaratoria de un área protegida en el Consulta previa con las autoridades indígenas del Resguardo Yaigojé - Apaporis para Asociación de Capitanes Indígenas del Resguardo Yaigojé
resguardo Yaigojé - Apaporis. la declaratoria del área protegida. - Apaporis (ACIYA), Fundación GAIA Amazonas.

Se está implementando una agenda de intercambio de experiencias y actividades de


Apoyo a la protección de la etnia yurí en el PNN Fundación Nacional del Indio (FUNAI) y Parques
formación, con la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), institución pública del Brasil.
Río Puré. Nacionales.
Se está implementando un plan de trabajo para contribuir en la definición de una
estrategia integral para la protección del pueblo yurí, que se encuentra en aislamiento
voluntario en el PNN Río Puré.

55
53
Capítulo 2
La planeación del manejo en áreas
traslapadas y sus particularidades
Esperanza Leal Gómez y Hernán Alonso Montero
El éxito de la coordinación de la función pública de la
conservación en áreas protegidas traslapadas guarda una
relación directa con los mecanismos que se emplean para
adelantar la labor de coordinación. Y aunque tanto en
Colombia como en el resto del mundo se han desarrollado
herramientas para el manejo de las áreas protegidas, ninguna
está específicamente diseñada para el caso en el que se
superponen la jurisdicción de una autoridad ambiental de
carácter nacional y la de una autoridad indígena. Por lo tanto, el
reto que plantea la condición de traslape es la toma de
decisiones de manera consensuada con respecto a la definición
y la gestión de los valores de conservación del área protegida.

Dos aspectos, en esencia, confieren al traslape su carácter


particular. El primero está relacionado con la figura de la
autoridad pública especial de los pueblos indígenas, la cual
condiciona la toma de las decisiones de manejo, puesto que
éstas deben ser concertadas teniendo en cuenta los derechos
colectivos de los indígenas, consagrados en la Constitución
Política; el segundo se fundamenta en la cultura y las formas
particulares que tienen los pueblos indígenas de entender y

59
Ordenamiento Ambiental y Conservación

transformar el territorio con base en sus propias


cosmovisiones, lo que implica el diálogo de saberes o de
sistemas de conocimiento. Por ello, en áreas de traslape es
necesaria la coordinación de funciones entre las autoridades y
el diálogo de cosmovisiones, lo cual requiere el desarrollo de
metodologías e instrumentos de gestión y manejo que
contemplen los espacios de participación adecuados para
propiciar la concertación de intereses y la resolución de
conflictos que tengan lugar en el marco de dicha coordinación.

La experiencia adquirida en las áreas protegidas traslapadas,


en el trabajo con instancias regionales de pueblos indígenas y
en los niveles territorial y central de Parques Nacionales, ha
permitido identificar que en los casos de traslape es necesario
desarrollar tres temas centrales: (i) definición de intereses
comunes sobre el espacio compartido, (ii) mecanismos para la
ordenación del territorio (tema dentro del cual el uso de las
áreas tiene relevancia) y (iii) instancias de coordinación, toma
de decisiones y estrategias de trabajo.

El presente capítulo recopila la labor que se ha desarrollado en


torno a estos tres ejes y, asimismo, propone algunas
herramientas e instancias que, según la experiencia, han sido
las más apropiadas, teniendo en cuenta las características de
los escenarios que se configuran dentro de las áreas protegidas
traslapadas y en sus vecindades y la forma en que la Dirección
territorial Amazonia-Orinoquia, en sus distintos niveles de
gestión, ha afrontado estos escenarios para propiciar la
planeación conjunta de estas áreas.

Los ejercicios que alimentaron la elaboración del capítulo


fueron desarrollados principalmente entre los años 2002 y
2008: por una parte, a raíz de la construcción de Planes de

60
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

Manejo de las áreas del Sistema de Parques Nacionales


Naturales, desde 2002 se dieron discusiones preliminares que
se configuraron conceptual y metodológicamente entre 2004 y
20051; por otra parte, se construyó el Plan Estratégico de
Parques Nacionales, y a éste se incorporaron en 2005 las
Estrategias Especiales de Manejo (EEM); finalmente, durante
2007 y 2008 se realizó una serie de encuentros promovidos por
la Dirección Territorial Amazonia-Orinoquia (DTAO) en torno a
la reflexión sobre algunos componentes fundamentales de las
Estrategias Especiales de Manejo, tales como (i) el proceso de
planeación en las áreas traslapadas, (ii) el uso en las áreas
traslapadas y (iii) la definición conjunta de las prioridades de
conservación de las áreas traslapadas. En la mayoría de los
casos, estos espacios de trabajo tuvieron la participación activa
tanto de los niveles local y central de Parques Nacionales como
de invitados indígenas y expertos de universidades e
instituciones aliadas.

LOS ESCENARIOS DE GESTION EN LAS AREAS TRASLAPADAS

Teniendo como referente la Constitución Política en materia de


derechos fundamentales, participación ciudadana y funciones
y competencias del Estado y de la sociedad civil en el tema
ambiental, Parques Nacionales construyó la política de
Participación Social en la Conservación, la cual plantea que

La conservación es un ejercicio de interacción social


dentro de un proceso de concertación de intereses y
percepciones, orientado por el análisis y la
comprensión de las relaciones entre la sociedad y la
naturaleza. En este sentido la articulación y mutua
1 Estos avances se reúnen en el documento UAESPNN, Elementos para la planeación de
las áreas traslapadas, Bogotá, 2005.

59
61
Ordenamiento Ambiental y Conservación

colaboración entre los estamentos de la sociedad y


del Estado, con énfasis en la sociedad civil organizada
en el nivel local, generará cooperación en aspectos de
interés común o particular que permitan fortalecer
los espacios de debate y argumentación constructiva,
para facilitar la realización de acuerdos (…) La
conservación implica una responsabilidad pública
que debe ser compartida por los estamentos sociales
e institucionales, convocando esfuerzos de
participación para coordinar el establecimiento de
prioridades y políticas2.

En el marco del desarrollo de esta política se han diseñado


varias herramientas para el manejo de las áreas protegidas,
3
entre las que se destaca la Ruta de Planificación , que propone
los elementos básicos de procedimiento para conferir un
carácter participativo al proceso de planeación del manejo4. No
obstante, esta herramienta no se ajusta por completo al caso
de las áreas traslapadas con territorios y/o con resguardos
indígenas, puesto que fue concebida en particular para los
casos en que Parques Nacionales es la única autoridad que
tiene competencia en la toma de las decisiones de manejo del
área protegida.

A partir de esta consideración, como complemento a la Ruta de


2 UAESPNN, Política de Participación Social en la Conservación, Bogotá, 2001, pág. 25.

3 UAESPNN, Aspectos conceptuales de la planeación del manejo en Parques Nacionales


Naturales, UAESPNN, Programa de Fortalecimiento Institucional - Embajada Real de los
Países Bajos, Bogotá, 2005, pág. 23.

4 Ver Miguel Ángel Ospina, "Planificación del manejo de ASPNN y evaluación de la


efectividad: Propuesta de integración y ajuste", FAP, Informe final, Subproyecto 5,
Subdirección Técnica, UAESPNN, 2002.

62
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

Planificación y con base en experiencias concretas


desarrolladas en áreas de la DTAO, a continuación se propone
el Análisis por Escenarios de Gestión.

Definiremos un escenario de gestión como la confluencia de los


siguientes elementos:

las jurisdicciones y las competencias de las entidades


estatales (incluidas las autoridades indígenas, reconocidas
como entidades públicas de carácter especial)
las territorialidades de los grupos sociales y
los intereses sectoriales en un área protegida y sus
vecindades.

Los dos últimos elementos se convierten en factores


condicionantes de la gestión en conservación, dado que son
fuerzas que moldean el ordenamiento territorial, entre las que
se establecen relaciones de poder.

El Análisis por Escenarios de Gestión busca destacar las


particularidades de las áreas traslapadas que condicionan la
planeación del manejo y que deben tenerse en cuenta en ésta,
con el objeto de materializar los lineamientos de la política
institucional y contribuir a la complementación y la adecuación
de los instrumentos de planeación para responder de manera
efectiva a cada escenario en particular. El análisis plantea los
elementos que es preciso considerar, de tal forma que en torno
de la conservación se configuren procesos de participación
social efectivos, soportados en criterios culturales y científicos
sólidos.

Asimismo, el Análisis por Escenarios de Gestión permite tener


mayor claridad sobre el carácter y el alcance de las relaciones y

61
63
Ordenamiento Ambiental y Conservación

los acuerdos con actores sociales e institucionales que inciden


en el ordenamiento territorial y en la conservación y, en
consecuencia, facilita definir dentro de Parques Nacionales las
dependencias responsables de la gestión, de acuerdo con el
ámbito, el momento y el grado de avance en que se encuentre
el proceso de planeación del manejo en cada área en particular.
De esta forma, puede existir coherencia entre las diferentes
acciones de la institución, que abarcan desde el ámbito local
hasta el nacional, tal como se propone en el enfoque de
política:

El resultado del proceso se manifestará en hechos de


conservación que se evidencian en el paisaje tanto de las
áreas protegidas como de las regiones y en acuerdos y
regulaciones ambientales logradas por consenso. Para que
esto se cumpla, la Unidad de Parques Nacionales deberá
desarrollar una perfecta sincronía entre sus diferentes
niveles, asignando responsabilidades y funciones para la
acción. En este sentido el nivel nacional se encargará de
proyectar la consolidación del SINAP [Sistema Nacional de
Áreas Protegidas] a través del Plan Indicativo de la Unidad
de Parques Nacionales. El nivel regional proyectará la
consolidación de los SIRAP [Sistemas Regionales de Áreas
Protegidas] mediante planes indicativos regionales y el nivel
local proyectará la consolidación de los parques nacionales
a través de los planes de manejo. Los logros de esta
estrategia se relacionarán directamente con la efectividad
con que se construyan los procesos del nivel local, en los
planes de manejo, sin perder de vista los horizontes de los
5
SIRAP y el SINAP .

De acuerdo con la definición propuesta, un escenario de


gestión está compuesto básicamente por dos variables:
5 UAESPNN, 2001, Op. cit., pág. 33.

64
Ordenamiento Ambiental y Conservación

La confluencia de jurisdicciones, territorialidades e intereses


de actores institucionales, sociales y sectoriales presentes en
el territorio.

Los factores condicionantes (definidos por las


territorialidades de los grupos sociales y los intereses
sectoriales en un área protegida y sus vecindades), a saber las
diferentes dinámicas de uso, ocupación y tenencia del
territorio que determinan el ordenamiento ambiental del
mismo, así como la gobernabilidad en los procesos que se
adelantan en el área traslapada y sus vecindades.

La génesis de estos factores puede ser local, regional, nacional


e incluso internacional. Entre las principales dinámicas de uso
pueden mencionarse las siguientes: extracción forestal, pesca
comercial, minería, explotación petrolera, establecimiento de
sistemas agroproductivos foráneos (como ganadería extensiva
y monocultivos para producción de biocombustibles), lo
mismo que proyectos de interconexión (fluvial, terrestre,
eléctrica) contemplados en el marco de la Iniciativa de
Integración Regional Suramericana (IIRSA), que se
complementan con las otras dinámicas mencionadas. Por su
parte, los procesos de ocupación están asociados a la
migración: ciertos emigrantes, usualmente campesinos del
interior, llegan motivados por la colonización de baldíos (en
ocasiones, territorios indígenas) para establecer parcelas
agroproductivas; otros llegan para dedicarse a cultivos de uso
ilícito, principalmente la coca; otros más arriban como mano de
obra para la construcción de infraestructura que facilite la
explotación petrolera. En general, las diferentes modalidades
de ocupación se caracterizan por estar asociadas a las
actividades extractivas de recursos naturales. Otros procesos

66
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

de migración se presentan cuando los conflictos por ocupación


se expresan de manera violenta, y aquellos actores con menor
poder se ven obligados a emigrar. En cuanto a las dinámicas de
tenencia, éstas se encuentran asociadas con el reconocimiento
de derechos sobre la tierra adquiridos luego de la ocupación
ilegal de baldíos de la nación.

Para hacer el análisis de las variables de los escenarios de


gestión, es importante comprender las dinámicas históricas de
la ocupación del territorio. Estas dinámicas, determinadas por
conflictos surgidos de los intereses económicos y políticos de
grupos con diferentes niveles de poder, han definido el
ordenamiento territorial en el país y, en particular, han
desencadenado olas de desplazamiento y colonización en la
Amazonia en distintos momentos históricos, especialmente a
partir del siglo XIX. Este es un aspecto complejo que es
fundamental atender en el marco de la gestión, en especial en
la coordinación del ordenamiento ambiental de las zonas de
amortiguación de las áreas protegidas, en donde
principalmente confluyen estas territorialidades y, por ende,
producen reordenamientos del territorio.
De acuerdo con las dos variables mencionadas, para los
contextos de las áreas protegidas traslapadas de la DTAO, se
configuran los siguientes escenarios de gestión: i) el escenario
de traslape, ii) el escenario de la zona de amortiguación y SIRAP
y iii) el escenario nacional.

EL ESCENARIO DE TRASLAPE

Se define este escenario como el área protegida traslapada


total o parcialmente con resguardos y/o con territorios
indígenas categorizados como de ocupación y uso ancestrales,

65
67
Ordenamiento Ambiental y Conservación

en la cual la función de la conservación es compartida entre las


autoridades públicas indígenas y Parques Nacionales
Naturales.

La gestión en este escenario pretende definir las prioridades


integrales de conservación6 (en el marco de lo que llamaremos
Razón de Ser del Área) y coordinar e implementar planes para
7
el ordenamiento y el manejo del área traslapada , en consenso
con las autoridades indígenas.

LOS ENFASIS DE LA GESTION SEGUN LAS


CARACTERISTICAS DE LOS TRASLAPES

Según se trate de áreas traslapadas total o parcialmente bien


sea con resguardos y/o con territorios indígenas no
reconocidos como resguardos o de pueblos no contactados o
en aislamiento voluntario, el énfasis de la gestión es diferente
en cada caso:

6 Concepto que integra el pensamiento indígena, los postulados de las ciencias de la


conservación y los tres objetivos misionales de la Unidad de Parques y trasciende la idea
convencional de los valores objeto de conservación. Este concepto se desarrollará más
adelante, en el apartado "La Razón de Ser del Área".

7 Existen diferentes tipos de traslapes en áreas protegidas de la DTAO:


Traslape total o parcial con resguardos indígenas, los cuales están legalmente
constituidos.
Traslape total o parcial con territorios indígenas habitados y usados por una comunidad,
parcialidad o grupo indígena y que no han sido reconocidos como de propiedad
colectiva.
Traslape total o parcial con territorios no habitados permanentemente por una
comunidad, una parcialidad o un grupo indígena pero que constituyen el ámbito
tradicional de las actividades sociales, económicas y culturales de éstos.
Traslape con territorios de pueblos indígenas no contactados o en aislamiento
voluntario cuya protección es responsabilidad del Estado.

68
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

El caso de traslape total

El área protegida se encuentra en este caso completamente


superpuesta a un resguardo y/o a un territorio indígena. Esta
característica condiciona completamente la planeación del
manejo del área y exige que la función de la conservación se
coordine con las autoridades indígenas, lo cual implica la
definición consensuada de las prioridades integrales de
conservación, el establecimiento común del ordenamiento
(zonificación y normatividad), la negociación de los acuerdos
de uso entre las partes, así como la construcción y puesta en
marcha conjunta de las estrategias de manejo.

Este trabajo requiere la constitución de instancias de


coordinación y toma de decisiones con las autoridades
indígenas formales y legítimas (es decir, políticas y
tradicionales), que permitan definir los criterios para: (i) la
relación que existirá entre Parques Nacionales y las
autoridades indígenas, (ii) la toma conjunta de decisiones y (iii)
la resolución de eventuales conflictos entre las partes.

Una vez establecidos los criterios, en las instancias de


coordinación y toma de decisiones se pasa a la definición de
acuerdos para el manejo y la gestión del área protegida, los
cuales se concretan en la construcción conjunta del Plan
Estratégico de Acción (PEA), herramienta de gestión de Parques
Nacionales que debe articularse con los Planes de Vida de las
comunidades indígenas.

El caso de traslape parcial

Cuando uno o varios sectores del área protegida se encuentran


superpuestos a un resguardo y/o a un territorio indígena, se

67
69
Ordenamiento Ambiental y Conservación

presenta un traslape parcial. Esta condición incide de manera


sustancial en la planeación del manejo del sector del área
protegida no superpuesto a aquellos territorios. En efecto, la
planeación que allí se haga debe guardar coherencia tanto con
las prioridades de conservación como con el ordenamiento
definidos conjuntamente con la autoridad indígena en el sector
de traslape y ser complementaria a éstos.

En este caso es fundamental tener en cuenta que los aspectos


sobre los que se enfoca la gestión son procesos ecológicos y
dinámicas culturales asociadas a éstos, que no necesariamente
se corresponden con los límites político-administrativos, es
decir que no están restringidos únicamente al sector del área
traslapado con un resguardo y/o con un territorio indígena. Sin
embargo, estos límites, artificiales y por lo general arbitrarios,
definen formalmente el ordenamiento territorial de un espacio
determinado, lo que en ocasiones genera conflictos,
principalmente de uso, como ocurre, por ejemplo, cuando las
8
comunidades indígenas realizan actividades de rebusque por
fuera de sus resguardos. Por ello es necesario adecuar los
instrumentos de planeación para que sea posible articular la
zonificación del manejo y su normatividad asociada —las
cuales deben ser construidas conjuntamente con las
autoridades indígenas en los sectores traslapados— al
ordenamiento de los sectores no traslapados, de tal manera
que se armonicen los derechos indígenas fundamentales y la
función de la conservación.

Veamos dos ejemplos que pueden ayudar a ilustrar este


asunto:
8 Término usado para nombrar las actividades de pesca, cacería y recolección de flora y
fauna que hacen parte de los fundamentos de la soberanía alimentaria de las
comunidades indígenas.

70
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

(i) No tendría mucho sentido que una zona ubicada en el sector


de traslape, categorizada como sagrada por los indígenas y
provista de una normatividad de uso que restringe el acceso de
personas ajenas a su cultura, tuviese en su vecindad inmediata
una zona categorizada como de alta densidad de uso, apta para
el ecoturismo por poseer atractivos paisajísticos. ¿Se requeriría
entonces de una tercera zona con función de amortiguación
entre las dos primeras para superar esta contradicción?

(ii) En el caso de una especie que se encuentre en alguna de las


categorías de amenazas definidas por las ciencias de la
conservación y de la cual hace uso y manejo una comunidad
indígena en el sector traslapado, el ordenamiento de aquellas
actividades de uso y manejo debe articularse con el del sector
no traslapado que pretende garantizar la protección y la
viabilidad de la población de aquella especie. ¿Cuál criterio de
ordenamiento debería entonces predominar? ¿El derecho
fundamental a la subsistencia y al desarrollo económico de las
comunidades indígenas o la preservación de la especie
amenazada?

Estos son sólo algunos de los retos que deberán afrontarse de


acuerdo con cada contexto particular.

El caso de traslape con territorios no reconocidos como


resguardos

Atendiendo a las transformaciones socioculturales que


actualmente viven los pueblos indígenas en Colombia, en las
áreas protegidas donde se presenta traslape con territorios
indígenas (es decir no reconocidos como resguardos), la
coordinación con las autoridades indígenas para definir

69
71
Ordenamiento Ambiental y Conservación

asuntos como prioridades de conservación, ordenamiento y


estrategias de manejo podrá asumirse en la medida en que las
comunidades presenten, entre otras, las siguientes
características que otorgan gobernabilidad y legitimidad a los
procesos: (i) un vínculo territorial fuerte, expresado en el uso
material o inmaterial del territorio; (ii) sistemas efectivos de
regulación social del uso del territorio; y (iii) organización
sociopolítica legítima ante el grupo social, con la cual sea
posible establecer acuerdos.

De acuerdo con ello, la Política de Participación Social en la


Conservación considera que "la viabilidad de la participación
social se basa en la asunción de una relativa horizontalidad
entre los actores sociales e institucionales, éstos últimos
investidos por su carácter de autoridad o no, desde los mutuos
reconocimientos y legitimación públicos de cada uno según el
papel que tienen en ella."9 No es imprescindible, por lo tanto,
que exista el reconocimiento como resguardo del territorio
indígena traslapado con el área protegida para avanzar en la
coordinación del manejo con las autoridades indígenas, sino
que es suficiente con que éstas posean reconocimiento y
legitimidad públicos. El manejo de los sectores traslapados
podrá realizarse, entonces, a través de la formalización de
acuerdos de uso y de la definición de zonificaciones de manejo
que aporten a la conservación y que reconozcan, en
condiciones de equidad, el ordenamiento ancestral de los
territorios indígenas.

El caso de traslape con pueblos no contactados o en


aislamiento voluntario
En cuanto a las estrategias de planeación del manejo de áreas
protegidas con presencia de grupos no contactados o en
9 UAESPNN, 2001, Op. cit., pág. 40.

72
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

aislamiento voluntario, la gestión debe hacer especial énfasis


en el escenario de la zona de amortiguación y la subregión e
incidir en su ordenamiento ambiental, de tal modo que se
garantice la viabilidad de los procesos ecosistémicos que
soportan la pervivencia de estos pueblos en el área protegida y
su condición de no contacto con las dinámicas sociales,
económicas y políticas de la sociedad mayoritaria.

Requerimientos para consolidar la gestión en el escenario de


traslape

En primer lugar, para enfrentar el reto que implica la gestión en


las áreas traslapadas, es necesario realizar un análisis interno
institucional, en el cual se reflexione sobre la pertinencia tanto
del enfoque político como de los instrumentos de planeación
del manejo de Parques Nacionales. La Política de Participación
Social en la Conservación es el referente para hacer este
análisis, por cuanto en ésta están planteados los principios,
criterios y enfoques de la gestión; otros referentes jurídicos son
la Constitución Política y el concepto de Estado social de
derecho, el Decreto 622 de 1977, la Ley 99 de 1993 y el
Convenio 169 de la OIT. En cuanto a los aspectos técnicos,
Parques cuenta con herramientas muy valiosas que es
pertinente adaptar a la luz de los condicionantes de la gestión
10
de áreas con traslape.

El análisis interno institucional requiere que se efectúen la


identificación y la documentación sistemática de aquellos
elementos de la gestión que inciden positiva o negativamente
en los procesos de coordinación de la función de la

10 Más adelante en este capítulo, en el apartado "La Razón de Ser del Área", se hace una
propuesta de cómo abordar la definición de prioridades integrales de conservación de
estas áreas y la construcción conjunta de su ordenamiento.

71
73
Ordenamiento Ambiental y Conservación

conservación, con el objeto de proponer las correspondientes


adecuaciones a nivel institucional de los enfoques político,
jurídico, conceptual, metodológico e instrumental que faciliten
y viabilicen la coordinación de la función de la conservación en
los escenarios de traslape.

En segundo lugar, es preciso establecer una plataforma de


soporte interinstitucional, no obstante que en los escenarios
de traslape el manejo del territorio implica la confluencia de
competencias de dos autoridades públicas (los pueblos
indígenas y Parques Nacionales). Mediante esta plataforma,
podrá propiciarse la integración coherente de las funciones
complementarias de otras entidades del Estado, de tal forma
que se faciliten el cumplimiento de la función de conservación
de las áreas protegidas, la integralidad y la viabilidad de los
procesos que allí se adelanten y el logro de los consensos que se
establezcan con las autoridades indígenas en el tema
ambiental.

Ejemplos de esta necesaria integración de funciones


complementarias son los procesos educativos formales y no
formales orientados a facilitar la transmisión y el
enriquecimiento del saber tradicional relativo al manejo del
territorio y dirigidos a las jóvenes generaciones. La
participación de Parques Nacionales en estos procesos es
pertinente en la medida en que éstos incorporen la dimensión
ambiental y estén contemplados en el marco de la formulación
de los Proyectos Ambientales Escolares (PRAE) y/o de los
Proyectos Etnoeducativos Comunitarios (PEC) de los centros
educativos de comunidades asentadas en el área de traslape. El
aval y la participación decidida de las Secretarías de Educación
Departamentales son asimismo decisivos en estos procesos.

74
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Lo mismo ocurre con iniciativas en temas de salud asociadas a


la medicina tradicional —estrechamente relacionada con el
ordenamiento y el manejo del territorio—, que atañan al
manejo de especies vegetales o animales o al de un hábitat
particular que debe ser conservado por su importancia en las
prácticas de sanación o de relación con los seres espirituales
que, según la cosmovisión indígena, habitan allí. Estos procesos
requieren la participación coordinada de la Unidad de Parques
y las Secretarías de Salud Municipales y Departamentales, e
incluso necesitan del concurso del Ministerio de Cultura por
cuanto están en juego valores de las culturas indígenas,
situación que también tiene relación con el objetivo misional 3
11
de Parques Nacionales .

El escenario de la zona de amortiguación y SIRAP

Este escenario corresponde al entorno del área protegida. Las


dinámicas de uso, ocupación y tenencia que allí ocurren
condicionan el ordenamiento que se acuerda con las
autoridades indígenas en el sector de traslape (ya sea éste total
o parcial), lo que exige concertar e implementar los planes de
ordenamiento territorial y de desarrollo sostenible con
diferentes instituciones del Estado, grupos sociales, sectores
económicos e instancias de los órdenes local, regional y
nacional con presencia en la zona, teniendo como puntos de
referencia las prioridades de conservación del área protegida y
el desarrollo integral de la región.

También es necesario tener en cuenta que en la zona de


influencia del área protegida (zona de amortiguación y
11 “Garantizar la permanencia del medio natural como fundamento de la integridad y
pervivencia de las culturas tradicionales del país." (UAESPNN, Aspectos conceptuales
de la planeación del manejo en Parques Nacionales Naturales, Bogotá, 2005, pág. 42)

76
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

Sistemas Regionales de Áreas Protegidas) existen distintos


grupos sociales con territorialidades particulares y sectores
económicos cuya confluencia genera conflictos de poder por la
ocupación, la tenencia y el uso de la tierra. Conviene, entonces,
desarrollar procesos de participación más allá de los límites del
área protegida de carácter nacional que contribuyan a
disminuir tensiones entre territorialidades diversas cuyos
ordenamientos son distintos y en ocasiones antagónicos. Al
respecto, la Política de Participación Social en la Conservación.

se ha impuesto trazar un "mapa" de intenciones de


ordenamiento hacia la conservación, que parta tanto de los
conocimientos que proveen la biología y la ecología de la
conservación, como de las expectativas de protección
autónoma de sitios o áreas naturales de especial significación
mítica para pueblos tradicionales y de las demandas de bienes
y servicios ambientales de la sociedad. Este "mapa", que se
construirá a diversas escalas y se completará según voluntades
nacionales, regionales y locales, será el faro que señale dónde y
12
qué proteger.

Es así como en el escenario de la zona de amortiguación y SIRAP


es fundamental buscar la articulación de las diferentes
competencias institucionales y el consenso entre intereses
institucionales, sociales y sectoriales para facilitar la
construcción de ordenamientos en los cuales exista coherencia
entre la conservación (en particular la conservación de las
áreas traslapadas) y el desarrollo. En este sentido, es esencial
incorporar la dimensión de la conservación en espacios de
participación ciudadana formalmente establecidos, entre
otros los Consejos Territoriales de Planeación, los Consejos
Municipales de Desarrollo Rural y las Comisiones Conjuntas
para la Ordenación de Cuencas, de tal manera que se propicie la
12 UAESPNN, 2001, Op. cit., pág. 32.

75
77
Ordenamiento Ambiental y Conservación

construcción de políticas públicas que integren a otras


entidades del Estado, diferentes a Parques Nacionales, para
que complementen, según sus competencias, la función
pública de la conservación de las áreas traslapadas en el marco
del ordenamiento subregional. Un reto en este aspecto sería el
ordenamiento de la actividad pesquera con fines comerciales
en cuencas de las que hacen parte áreas protegidas
traslapadas, lo mismo que de otras actividades extractivas de
carácter comercial.

De otro lado, es muy importante acompañar la consolidación


de las iniciativas territoriales indígenas, por ejemplo la
constitución y/o la ampliación de resguardos en zonas aledañas
a las áreas traslapadas que, aun siendo territorios indígenas, no
están reconocidas como resguardos. Asimismo, debe
considerarse el establecimiento de corredores que conecten
lugares importantes dentro de la cosmovisión indígena con
sitios de significación similar en el interior del sector
traslapado, atendiendo a la estrecha correlación que existe
entre el manejo del territorio que hacen las culturas indígenas y
la conservación biológica. Este acompañamiento debe tener en
cuenta los criterios mencionados anteriormente: vínculo
territorial, sistemas de regulación social y organización
sociopolítica.

El escenario nacional

El concepto de escenario nacional permite facilitar la


articulación y la coherencia entre los diferentes sectores y
políticas del Estado cuya implementación incide en el
ordenamiento territorial en torno a las áreas protegidas, para
lo cual es fundamental coordinar agendas interministeriales en
aspectos de enfoque conceptual y metodológico y potenciar

78
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

espacios de participación formalmente establecidos como la


Mesa Permanente de Concertación con los Pueblos y
Organizaciones Indígenas; la Comisión Nacional de Territorios
Indígenas, la Mesa Regional Amazónica y aquellos que se
definan para el SINAP y los SIRAP.

En este sentido, Parques Nacionales debe, por una parte,


propiciar que las entidades del Estado con competencias en el
ordenamiento territorial se articulen en torno al análisis de las
dinámicas subregionales; por otra parte, debe proponer que
exista complementariedad entre los lineamientos de políticas
públicas del orden nacional que incidan sobre el ordenamiento
y la función de conservación y/o plantear las posibles
contradicciones entre estos lineamientos, que ahondan la
brecha entre desarrollo y conservación. Asimismo, Parques
Nacionales debe proponer que se diseñen e implementen
instrumentos que permitan a las entidades estatales a las que
corresponden estas funciones realizar inversión económica en
procesos de conservación de la diversidad biológica y cultural
significativos por su aporte en materia de oferta de bienes y
servicios ambientales.

LINEAS DE ACCION PARA ABORDAR LOS ESCENARIOS


DE GESTION
Las líneas de acción que se han propuesto para abordar los
diferentes escenarios de gestión son: (1) el fortalecimiento de
la coordinación y la gobernabilidad, (2) el ordenamiento
ambiental del territorio y (3) el apoyo a la protección de la
diversidad étnica y los valores de la cultura material e
inmaterial asociados a la conservación de las áreas
traslapadas13 (este último eje es transversal a los dos primeros,
13 Ver Dirección Territorial Amazonia-Orinoquia, Generalidades de la gestión y el

77
79
Ordenamiento Ambiental y Conservación

por cuanto la cultura es en esencia la dimensión que condiciona


y confiere un carácter diferente al enfoque de la gestión en las
áreas traslapadas).

Fortalecimiento de la coordinación y la gobernabilidad

Esta línea de acción se plantea como el proceso de establecer y


consolidar relaciones equitativas con los actores
institucionales y sociales, con el fin de crear la legitimidad
necesaria para que sea posible cumplir la función de la
conservación de las áreas traslapadas, atendiendo al
ordenamiento ambiental del territorio en un contexto
subregional.

En este sentido, la coordinación con las autoridades indígenas


se entiende como la relación armónica requerida para articular
esfuerzos, recursos y conocimientos en torno a intereses
comunes para la toma conjunta de decisiones.

Los esfuerzos de coordinación, sin embargo, no se limitan a los


que deben hacerse con las autoridades indígenas, pues
también se necesita el concurso de diferentes instituciones del
Estado y diferentes sectores, dependiendo de las
particularidades de cada escenario de gestión.

Ordenamiento ambiental del territorio

La línea de acción de ordenamiento ambiental se propone


como un mecanismo que propicie las condiciones para la
viabilidad de la conservación de las áreas protegidas con
manejo de las áreas traslapadas, Proyecto fortalecimiento de la autonomía en torno de
vida, territorio, medio ambiente, en subregiones amazónicas, UAESPNN, Embajada Real
de los Países Bajos, 2009.

80
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

traslape. Comprende la definición de las prioridades integrales


de conservación; la identificación de espacios de interés
común; la definición de actividades de uso y manejo y su
temporalidad; la construcción conjunta de mecanismos de
regulación de esas actividades; y la formalización de acuerdos
para lograr las condiciones ecológicas de dichos espacios en
términos de estructura y función ecosistémica y cultural.

La línea de ordenamiento ambiental desarrolla la dimensión


técnica, que corresponde al compendio de insumos de carácter
cultural, social, económico y biofísico que tiene como bases el
conocimiento y la práctica tradicionales, así como el
conocimiento de las ciencias occidentales en que se
fundamentan los acuerdos de uso y manejo que hacen viable la
conservación. Estos insumos permiten comprender los
contextos donde están inmersas las áreas traslapadas y
plantear alternativas para su transformación o su
consolidación, según sea el caso.

Para consolidar el ordenamiento definido de manera conjunta,


se debe avanzar en la implementación de mecanismos
interculturales que hagan efectivo el ejercicio de autoridad, a
partir de una normatividad consensuada sobre el uso y manejo
del área traslapada que incorpore sistemas sancionatorios
tanto para indígenas como para agentes externos.

En las siguientes tablas se presentan diferentes propósitos de


gestión para cada uno de los tres escenarios, que pueden
desarrollarse cumpliendo una serie de pasos enmarcados en
las líneas estratégicas propuestas:

79
81
82
Escenario de traslape (caso de traslape total)
Particularidades Propósitos de gestión Gobernabilidad y coordinación
La figura de Establecimiento de Reconocimiento de la estructura sociopolítica de las comunidades indígenas, identificación de sus figuras de autoridad, de la legitimidad de éstas para la
autoridad pública instancias de toma de decisiones y de su representatividad.
especial de los coordinación y toma de Identificación y capitalización de espacios de socialización propios de las comunidades indígenas en los cuales se discutan temas y situaciones de interés.
pueblos indígenas decisiones con las Establecimiento de instancias de coordinación con las autoridades indígenas formales y legítimas (políticas y tradicionales), para la toma de decisiones, la
condiciona la toma autoridades indígenas. definición de criterios sobre aspectos como la relación entre éstas y la Unidad de Parques y la resolución de conflictos.
de las decisiones
Identificación de temas y procesos fundamentales en la planeación del uso y el manejo del territorio en los cuales la Unidad de Parques no tiene
de manejo, puesto
competencias directas (educación, salud, etc.) y, por lo tanto, es necesaria la participación de otros actores institucionales.
que éstas deben
ser concertadas
Definición de criterios para la vinculación de otros actores institucionales que se consideren pertinentes, por ejemplo, Corporaciones Autónomas
teniendo en Regionales, Secretarías de Educación, de Salud, de Cultura, universidades y ONG*.
cuenta los Determinación de las características de los acuerdos para que éstos sean asumidos con decisión y responsabilidad por las autoridades y comunidades
derechos indígenas.
colectivos de los Definición de mecanismos interculturales que hagan efectivo el ejercicio de autoridad, a partir de una normatividad consensuada sobre el uso y manejo
indígenas, del área traslapada que incorpore sistemas sancionatorios tanto para indígenas como para agentes externos.
consagrados en la Definición de acuerdos para la gestión del área, construcción conjunta del Plan Operativo Anual (POA) y el Plan Estratégico de Acción (PEA ) y articulación
Constitución de estas herramientas de gestión de Parques Nacionales con los Planes de Vida de las comunidades indígenas o con el instrumento que haga sus veces.
Política. Protocolización de los Regímenes Especiales de Manejo (REM).
Formación intercultural.

Las funciones de Definición consensuada Diálogo de saberes sobre actividades en las cuales se materializa la cultura y se establece relación con el territorio.
Parques de prioridades de Identificación de actividades culturales materiales e inmateriales que aportan al mantenimiento de la biodiversidad y al equilibrio de dinámicas
Nacionales en conservación (razón de ecosistémicas.
áreas traslapadas ser del área). Identificación de los mecanismos efectivos de regulación social del uso del territorio.
están
Generación de información socio -ambiental en temas asociados al uso del territorio.
estrechamente
ligadas a la
protección de la
diversidad étnica
del país y de los
valores de la
cultura material
e inmaterial
indígena
asociados a la
conservación.

* Vale la pena anotar que la articulación con las ONG deben enmarcarse en la dimensión técnica sobre aspectos asociados a caracterizaciones ecológicas, dinámicas de
uso, establecimiento de sistemas de información geográfica, etcétera. La función de estas entidades debe entenderse siempre como la de facilitadoras de procesos y no
como orientadoras de política pública en materia ambiental, ya que en las áreas traslapadas esta función compete a las autoridades indígenas y Parques Nacionales.
Escenario de traslape (caso de traslape total)
Particularidades Propósitos de gestión Gobernabilidad y coordinación
Las comunidades Establecimiento del Identificación tanto de las presiones sobre las prioridades de conservación del área debidas a dinámicas sectoriales como de las dinámicas históricas de
indígenas ordenamiento y de los ocupación que han condicionado el ordenamiento regional y del área.
asentadas en las acuerdos de uso. Establecimiento de la zonificación y de la normatividad asociada a ésta, teniendo en cuenta los usos tradicionales, su vigencia y su significado en la
áreas protegidas conservación.
traslapadas tienen
el derecho
constitucional y
legal al desarrollo
económico

Los sistemas Generación y puesta en Investigación y Monitoreo participativos para la toma de decisiones y la generación de acuerdos.
culturales de marcha de estrategias de Construcción de Estrategias diferenciadas para la implementación del ordenamiento.
manejo de los manejo. Formulación de proyectos para implementar el uso y las prácticas tradicionales e inmateriales como estrategia de conservación.
pueblos Consolidación de propuestas que fortalezcan los sistemas de generación y de transmisión de conocimientos pertinentes para el manejo sostenible del
indígenas, así
territorio, los mecanismos de regulación asociados y la organización sociopolítica legítima.
como las
Consolidación de las iniciativas territoriales de los indígenas (constitución y/o ampliación de resguardos, establecimiento de corredores que conecten
alternativas de
lugares importantes en la cosmovisión indígena, etc.), indispensables para fortalecer su cultura.
uso sostenible de
la biodiversidad
son dos variables
determinantes
en la
configuración de
estrategias de
manejo de las
áreas
traslapadas.

83
81
84
Escenario de traslape parcial
Particularidades Propósitos de gestión Gobernabilidad y coordinación
La Planeación del Armonización del Análisis de la legitimidad, la fortaleza y la gobernabilidad de las autoridades indígenas y de la organización política que representa a las comunidades
manejo del área ordenamiento que se indígenas en las áreas de traslape no reconocidas como resguardo.
protegida debe ser propuso para toda el
coherente, en ese área protegida con aquel Establecimiento de instancias de coordinación para la toma de decisiones con las autoridades indígenas formales y legítimas (pueden ser las mismas para
sentido, es que se concertó para el el área traslapada), con el objeto de definir acuerdos sobre el área no traslapada.
necesario adecuar sector traslapado.
los instrumentos
de planeación para Formalización de acuerdos.
que sea posible
articular la
zonificación del Ordenamiento Ambiental del Territorio
manejo y la Discusión y reconocimiento de los mecanismos efectivos de regulación social del uso del territorio y de las transformaciones de estos esquemas que
normatividad en el operan en el territorio traslapado no reconocido como resguardo.
traslape al
ordenamiento de
Diálogo de saberes que permita identificar correspondencias y complementos entre los ordenamientos que se han construido y los que se proponen para
los sectores no
la conservación de los sectores traslapado y no traslapado.
traslapados, de tal
manera que se
armonicen los Definición de conexiones físicas entre las prioridades integrales de conservación ubicadas en el sector traslapado reconocido como resguardo con lugares
derechos indígenas estratégicos en el sector del área protegida no reconocido como resguardo.
fundamentales y la
función de la Consolidación de las iniciativas territoriales indígenas.
conservación.
Escenario Subregional y SIRAP**
Particularidades Propósitos de gestión Gobernabilidad y coordinación
Las dinámicas de Concertación de Consolidación del SINAP y los SIRAP como instancias de coordinación y articulación para el ordenamiento ambiental, con participación de las autoridades
uso, ocupación y prioridades de ambientales competentes, las autoridades públicas y representantes de organizaciones privadas y comunitarias.
tenencia que conservación regional e
ocurren por fuera implementación de Ordenamiento Ambiental del Territorio
del área traslapada planes de ordenamiento
condicionan el ambiental y territorial y Identificación del área necesaria para prevenir y atenuar las perturbaciones que afectan las prioridades integrales de conservación del área traslapada.
ordenamiento que de desarrollo sostenible
se acuerda con las con diferentes Identificación de áreas que pueden contribuir a subsanar las alteraciones que afectan la integridad del área traslapada.
autoridades instituciones, grupos
indígenas en el Identificación de áreas que aporten a mejorar y mantener la conectividad del área traslapada con los mosaicos regionales de ecosistemas, teniendo en
sociales, sectores e
sector de traslape cuenta los procesos locales y/o regionales de ordenamiento del territorio.
instancias de los órdenes
(ya sea éste total o local, regional y nacional,
parcial). Identificación de áreas aledañas al área protegida traslapada que contribuyan a mantener la oferta y el uso de beneficios ambientales para el desarrollo
teniendo como puntos sostenible de sus habitantes.
de referencia las
prioridades integrales de Identificación de áreas que aporten a disminuir vulnerabilidades del área traslapada o de sus prioridades integrales de conservación generadas por su
conservación del área misma configuración.
traslapada, la función
amortiguadora de su Identificación de áreas que, por su importancia ecológica para las prioridades de conservación del área traslapada o por estar afectadas por procesos de
zona aledaña y el alteración, necesiten un manejo especial.
desarrollo integral de la
región en el marco del Generación y análisis de información, de manera conjunta, sobre los efectos de las dinámicas de los sectores extractivos y productivos y de las iniciativas
SIRAP. de intercomunicación sobre los ordenamientos que posibilitan la conservación de los valores y recursos naturales de la región.

** Para este escenario se recoge la propuesta elaborada por la Subdirección Técnica (SUT) en: Miguel Ángel Ospina, Manual para la delimitación y zonificación de zonas
amortiguadoras, Bogotá, UAESPNN, Patrimonio Natural, GEF, 2008.

85
83
86
Escenario Subregional y SIRAP
Particularidades Propósitos de gestión Gobernabilidad y coordinación
Los múltiples Incorporación de las Socialización y discusión de la razón de ser del área traslapada, de sus prioridades integrales de conservación y de su ordenamiento (zonificación y
instrumentos y prioridades integrales de normatividad) con actores institucionales y sociales, en el marco de espacios formales de participación ciudadana como el Comité Técnico para la
estrategias de conservación en las determinación y la zonificación del área de amortiguación, las Comisiones Conjuntas para la ordenación de cuencas, los Consejos Territoriales de
ordenamiento agendas de los Planeación, los Consejos Municipales de Desarrollo Rural. Estas instancias permitirán construir consensos y resolver problemas relacionados con los
ambiental y escenarios de intereses (tanto públicos como privados) representados o no en ellas.
territorial tienen el participación ciudadana
reto de incorporar formalmente
adecuadamente Ordenamiento Ambiental del Territorio
establecidos.
las Articulación del ordenamiento del área traslapada a los POT, los Planes de Desarrollo, los POMCH, los PAT de las Corporaciones Autónomas Regionales, la
particularidades ordenación forestal, los planes de manejo para la mitigación de explotaciones mineras y de hidrocarburos, los Planes de Vida de los resguardos
culturales de la circunvecinos, etcétera, en el marco del SIRAP.
territorialidad
indígena.

Particularidades Propósitos de gestión Gobernabilidad y coordinación


Si bien los Formalización de la Articulación del ordenamiento ambiental subregional con las iniciativas territoriales indígenas como elementos constituyentes del SINAP y los SIRAP, a
resguardos participación de los través de organizaciones de segundo y tercer nivel, las AATI y la Mesa Regional Amazónica.
indígenas deben territorios/resguardos
cumplir con la indígenas y sus Ordenamiento Ambiental del Territorio
función ecológica autoridades en la
de la propiedad, configuración del SIRAP Identificación de áreas de especial significado cultural, de sus elementos y de los valores asociados para las comunidades indígenas relacionadas con el
además de las área protegida.
funciones que en
materia ambiental Identificación de zonas con usos tradicionales por parte de las comunidades locales.
les otorga la ley, en
ese sentido, es Identificación de titulaciones colectivas existentes y en proceso.
necesario
Identificación de procesos ecosistémicos y culturales materiales e inmateriales asociados a las dinámicas ambientales y culturales que soportan las
desarrollar lo
prioridades integrales de conservación del área traslapada, así como generación de propuestas que propicien su conexión material e inmaterial.
concerniente a su
participación en el Consolidación de las iniciativas territoriales indígenas (constitución y/o ampliación de resguardos, establecimiento de corredores que conecten lugares
marco del SIRAP importantes para la cosmovisión indígena, etc.) y complementariedad con expectativas territoriales de otros grupos sociales ( zonas de reserva especial
sobre baldíos, figuras de ordenamiento ambiental).
Escenario Nacional
Particularidades Propósitos de gestión Gobernabilidad y coordinación
En áreas traslapadas se Concertación nacional de un Establecimiento de coherencia entre la normatividad asociada al ordenamiento territorial y desarrollo sectorial para posibilitar la
manifiesta la confluencia de marco legal, político y viabilidad de la conservación biológica y cultural.
diferentes autoridades del técnico para la
Estado lo que requiere la coordinación, con Establecimiento de coherencia entre enfoques conceptuales y metodológicos de programas del orden nacional, con el ordenamiento
articulación y la coherencia autoridades indígenas ambiental subregional.
entre los diferentes sectores y locales, de la función Articulación de agendas interministeriales en espacios de participación formalmente establecidos, como la Mesa Permanente de
políticas cuya implementación pública de la conservación y Concertación con los Pueblos y Organizaciones Indígenas, la Comisión Nacional de Territorios Indígenas, la Mesa Regional Amazónica,
incide en el ordenamiento del ordenamiento ambiental
territorial y la viabilidad de que consoliden el SINAP y los SIRAP.
de las áreas traslapadas.
conservación. Agendas con la Dirección General de Asuntos Étnicos del Ministerio del Interior, Ministerio de Cultura e ICANH e INCODER para
acompañar las iniciativas de consolidación territorial indígenas en el marco del ordenamiento ambiental en torno a las áreas protegidas.

En áreas traslapadas se deben Establecimiento de Desarrollo de mecanismos que permitan la compensación social y económica por conservación de la biodiversidad y prestación de bienes
concertar los mecanismos de acuerdos sobre temas y servicios ambientales generados en las áreas traslapadas.
distribución de los beneficios globales de servicios
derivados de la biodiversidad y ambientales, el manejo de Definición de protocolos de investigación en áreas traslapadas y manejo de recursos genéticos, con el concurso del Ministerio de
del conocimiento asociado que recursos genéticos y acceso Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, el Ministerio de Cultura, la Dirección General de Asuntos Étnicos del Ministerio del Interior y
han desarrollado los pueblos al conocimiento tradicional las organizaciones indígenas.
indígenas con estrategias concertadas
con los pueblos indígenas
presentes en las áreas
traslapadas.

En áreas traslapadas se Diseño de propuestas Diseño de estrategias interministeriales para afrontar las dinámicas de extracción ilegal de recursos naturales biológicos y minerales que
manifiestan dinámicas de articuladas para controlar afectan el ordenamiento ambiental de las subregiones y de las áreas traslapadas.
extracción de recursos dinámicas de carácter ilegal
naturales cuyas dimensiones como tráfico de vida
trascienden el alcance de la silvestre, extracción forestal,
gestión local. etc.

El Estado debe garantizar el Concertación de estrategia Formalización e implementación (con autoridades responsables de velar por el respeto a los derechos de los pueblos indígenas,
cumplimiento de la decisión de intersectorial e autoridades ambientales y sus homólogas en los países fronterizos) de acuerdos y convenios que garanticen la protección de los pueblos
los pueblos indígenas en interinstitucional para la indígenas no contactados o en aislamiento voluntario.
aislamiento voluntario de protección de los pueblos
mantenerse sin contacto con la indígenas no contactados o
sociedad mayoritaria. en aislamiento voluntario.

87
LA RAZON DE SER DEL ÁREA

La construcción del concepto

Como ya se explicó en el tema de los escenarios de gestión,


dentro de los retos de las áreas traslapadas está adaptar y
construir herramientas más pertinentes para la gestión y el
manejo compartidos. Por este motivo, desde hace ya varios
años se ha venido construyendo el concepto de Razón de Ser
del Área, atendiendo tanto a la realidad de la gestión en estas
áreas como a discusiones alrededor de ciertos aspectos: (i)
cómo definir qué es lo importante en un área protegida
traslapada, (ii) sobre qué prioridades deben girar la gestión y el
manejo y (iii) en qué momento y hasta qué nivel se debe hacer
partícipes de la determinación de prioridades del área a las
instancias indígenas en los diferentes casos de traslape. Puede
decirse que, en esencia, el concepto se refiere a las prioridades
del territorio sobre las cuales es necesario trabajar, en
coordinación con las autoridades indígenas, para lograr
mantener su integridad.

14 En el documento "Elementos para la planeación de áreas traslapadas", cuya


elaboración fue uno de los ejercicios conjuntos más enriquecedores que se han
realizado al respecto y que fue publicado por la Unidad de Parques, la Razón del Ser del
Área se definió como "Una comprensión del territorio desde la concepción cultural y la
misión de conservación de la biodiversidad que tiene como parte del Sistema de
Parques Nacionales Naturales. La propuesta apunta hacia la integralidad del área,
invita a hablar de un territorio en relación con otros más allá del tema de la
conservación, siendo no un punto de partida sino de llegada y que no excluye ningún
aspecto". Esta definición intentó reunir algunos elementos clave, pero no logró
expresar el concepto con suficiente claridad.

89
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Pero ante la pregunta de cómo definir qué es lo importante en


un área protegida traslapada, es necesario hacer antes algunas
reflexiones:

Por supuesto que todos los valores naturales y culturales, lo


mismo que los servicios que éstos prestan, son de gran
importancia. Sin embargo, en el caso de las áreas protegidas
que fueron creadas antes de 1991, la decisión de creación no
fue, para todos los casos, precedida por un proceso de
construcción conjunta o por algún tipo de consulta previa con
las comunidades que habitan y o usan estos territorios ahora
declarados como parte del Sistema de Parques Nacionales
Naturales. Por lo general, los objetivos de conservación que
aparecen en sus resoluciones de creación se refieren a
ecosistemas y especies de importancia estratégica, y sólo se
menciona en ellas de manera parcial a las culturas asociadas a
los mismos. Incluso, algunas áreas fueron además creadas
como estrategia de gobernabilidad en la frontera, como en el
caso del PNN Amacayacu.

Es así como, ante las primeras preguntas que surgen en el


trabajo con los indígenas en un área protegida traslapada (¿qué
es el parque?, ¿por qué lo pusieron sobre nuestro territorio,
¿qué es lo que hacen ustedes ahí?, entre otras), aparece la
necesidad de explicar desde la visión institucional las razones
que sustentan la declaratoria del área y cómo esta declaratoria
representa un asunto de interés general para todos los
colombianos. En el diálogo que se genera, las comunidades
expresan puntos de vista, prevenciones, dudas o temores
frente a lo que las prioridades del área protegida pueden
significar para ellos (en términos de prohibiciones,
restricciones, invasión de espacio, pérdida de autoridad, entre
otros aspectos).

90
Ordenamiento Ambiental y Conservación

De esa interacción queda en evidencia que las dos autoridades


presentes en un mismo territorio tendrán que coordinar sus
funciones. Sin embargo, dado que las prioridades han sido
determinadas de antemano por la institución, pueden
generarse conflictos puesto que las personas que viven en el
territorio y lo usan pueden tener otros intereses. La pregunta
siguiente es, por lo tanto, sobre qué hacer la coordinación, si
Parques no representa todo el Estado y a las comunidades no
necesariamente les interesa trabajar en las prioridades de
conservación representadas en el Sistema Nacional de
Parques.

La Razón de Ser del Área es un concepto que ha sido necesario


construir con las instancias indígenas, precisamente en
territorios que no son de jurisdicción exclusiva de Parques y
que se comparten con pueblos con derechos constitucionales
sobre la propiedad y/o el uso de los mismos.

Luego de estos años de trabajo, dicho concepto puede definirse


como la construcción conjunta e informada de la importancia
del área, incluyendo tanto la visión del territorio indígena en su
conjunto como la misión de conservación, lo cual requiere la
consideración no sólo de la importancia ecosistémica o de
bienes materiales de la cultura (terrazas, petroglifos, lugares de
importancia ritual), sino también de la historia del territorio, su
poblamiento, sus formas de producción, sus sistemas de
regulación del uso de los recursos naturales, los valores de la
cultura inmaterial como las prácticas rituales, así como de las
expectativas de propiedad y uso que tiene la población.

Teniendo en cuenta esta definición, el territorio tiene que ser


entendido como un sistema, y su visión debe ser integral, es

92
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

decir, no es posible limitar su comprensión al polígono con el


que usualmente se define un área protegida, ya que éste se
delimitaba sólo a partir de intereses institucionales y no
conjuntos.

Consideraciones en la determinación de la Razón de Ser del


Área

Para determinar la Razón de Ser del Área es necesario hacer un


diagnóstico de las diferentes actividades o procesos que se dan
en el territorio y de la importancia que éstos tienen en relación
con aspectos sociales, culturales y ecosistémicos.

Puesto que es sabido que es imposible actuar mediante la


gestión sobre todos los valores de un territorio, en la práctica
se requiere hacer una depuración de la Razón de Ser del Área
precisándola a elementos concretos que llamaremos
"prioridades integrales de conservación", sobre las que se
pueda profundizar el conocimiento intercultural, recolectar
información para su manejo, diseñar el ordenamiento
ambiental y construir estrategias de manejo.

Hay que considerar que así como la Razón de Ser del Área es
compleja por los elementos que contiene (de biodiversidad,
de cultura, del paisaje, del servicio que prestan), la
15
evaluación del "estado del área" precisa igualmente una
visión compleja, pues éste no se puede medir únicamente
15 El estado del área es entendido básicamente como la condición de salud de los
ecosistemas; generalmente se define como la condición de los valores objeto de
conservación, de acuerdo con su composición, estructura y función. Por eso en este
caso se señala la necesidad de analizarlo desde el carácter complejo que se plantea en
la razón de ser del área y las consecuentes prioridades integrales de conservación y
trascender la manera convencional de tener en cuenta sólo una característica: la
biodiversidad.

89
93
Ordenamiento Ambiental y Conservación

por el buen o mal estado de los elementos de la


biodiversidad, sino por el de la totalidad de lo que se
considera es constituyente del territorio, entendido éste
como un sistema.

Es necesario tener en cuenta la importancia del territorio


para otros grupos humanos diferentes a los indígenas y cuya
territorialidad está presente o relacionada con este espacio
(campesinos, colonos, negritudes). Estos grupos también
hacen parte de las dinámicas del territorio y, aunque su
participación y autonomía sean diferentes, es
imprescindible tenerlos en cuenta en el análisis.

La razón de ser del área se define por los siguientes aspectos


puntuales:

Su determinación es, como tal, un acto de coordinación


entre Parques Nacionales y las autoridades indígenas, que
debe darse desde el inicio de los procesos de planeación,
garantizando así un trabajo conjunto concertado y no una
simple participación a nivel informativo o posterior a la
toma de decisiones tales como resoluciones que ordenan
el territorio sin que exista el necesario proceso previo.

Busca legitimidad en las acciones conjuntas que se


desarrollen en el territorio, pues ésta es la base para
construir el ordenamiento ambiental y para cualquier
acción de planeación estratégica.

Requiere el concurso no sólo de los líderes de las


organizaciones indígenas, sino también de los distintos
grupos de las comunidades que representan los intereses y
saberes de los pueblos, ya que precisa tanto de la visión

94
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

cultural del territorio y sus prácticas tradicionales como de


las expectativas de desarrollo que existen en éste.

Busca una visión integral de las prioridades de


conservación, y por lo tanto precisa estrategias de
evaluación que no privilegien uno u otro componente, a
menos que sea de común acuerdo entre las partes.

No se limita al área traslapada físicamente, ya que busca


comprender el territorio como un sistema. Sus límites
también dependen, por lo tanto, de la mirada de la otra
autoridad diferente a Parques Nacionales, así
posteriormente en las acciones de coordinación sea
necesario el concurso de otras instituciones. Este aspecto
además ayuda a determinar la función de la zona de
amortiguación y de los SIRAP a nivel subregional.

Metodología para la determinación de la Razón de Ser del


Área

A continuación se hacen una propuesta de procedimiento para


la determinación conjunta de la Razón de Ser del Área y otra
para la definición de prioridades integrales de conservación.
Anotamos que no necesariamente debe seguirse el orden que
aparece aquí.

Pasos para determinar la Razón de Ser del Área

Acumulación de conocimiento sobre el área. Es necesario


que el equipo del área protegida recopile y genere
permanentemente información que aporte al conocimiento
sistemático del territorio. Mientras más se conozcan el área y
la región a la que ésta pertenece, será posible realizar mayor

91
95
Ordenamiento Ambiental y Conservación

cantidad de aportes a la determinación de la razón de ser.


Según cada caso en particular, puede que esta etapa se haya
estado adelantando con anterioridad y entonces se cuente
con buena cantidad de información o que ésta aún sea escasa
e insuficiente.

Generación de espacios formales en el marco de los procesos


en marcha. Aunque es probable que en muchas áreas ya se
haya desarrollado este paso, no sobra mencionar que la
búsqueda de espacios que permitan crear confianza entre las
partes y tratar los problemas del área es la entrada para
conversar lo importante. En estos espacios se determinará
sobre qué aspectos es necesario generar información para
definir las prioridades.

Definición y aclaración de conceptos. El tema de la razón de


ser debe ser comprendido y aprehendido de la forma más
simple y clara posible. Por un lado, existen muchos términos
que institucionalmente se usan de manera indiscriminada y
pueden generar confusión o malentendidos, y por ello
durante el trabajo deben aclararse conceptos que son
propios del lenguaje de la conservación pero que entre las
comunidades pueden ser entendidos de forma errónea o
poco clara. De otro lado, los conceptos que sustentan la
comprensión del territorio por parte de los grupos indígenas
deben quedar plasmados y ser entendidos a nivel
institucional.

Comprensión de la historia ambiental del territorio. Uno de


los aspectos que determina cómo debe ser el manejo del
territorio es su historia ambiental, y dentro de ésta son
cruciales aspectos como el poblamiento antiguo y los

96
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

procesos naturales (fisiográficos, de distribución de las


especies, etcétera), así como temas más recientes tales
como los procesos extractivos y la historia de la creación del
área protegida. Tener en cuenta estos temas ayudará a la
comprensión de los actuales procesos de uso de los recursos
y de la relación de los pobladores con el territorio (ancestral
o más reciente).

Ejercicios incluyentes para definir qué es lo importante en el


territorio. En los espacios construidos con cada grupo, y
mediante metodologías participativas que permitan que los
pobladores del área expresen sus conocimientos y
expectativas sobre el territorio, en estos ejercicios
inicialmente se tratará este aspecto de manera global y
luego dando prioridad a elementos sobre los cuales se
pueda hacer una coordinación concreta.

Inclusión de la población local en el equipo de trabajo del


área. La participación de expertos locales en actividades que
requieren concertación facilita la comunicación, ya que
permite que los propósitos del trabajo sean explicados en la
lengua de cada etnia y con la confianza requerida para que la
gente aporte sus conocimientos con mayor confianza.

Formación del equipo de Parques. Es necesario que aquellas


personas que facilitan el trabajo en las áreas (bien sea
personal contratado para campo, o bien personal de apoyo
enviado desde el nivel central o territorial de Parques
Nacionales, o bien personas de otras instituciones) conozcan
muy bien cuáles son los fines de la determinación de la Razón
de Ser del Área y puedan comunicarlos correctamente, pues
en este tipo de trabajo siempre existen dudas entre la

93
97
Ordenamiento Ambiental y Conservación

población local sobre la sinceridad de lo que se está


diciendo, y en caso de que se genere información conjunta,
dudas sobre qué se va a hacer con ésta. Este tipo de
situaciones precisa por lo tanto que los funcionarios
institucionales de todos los niveles tengan claridad sobre los
conceptos y las políticas y se formen en habilidades de
comunicación, las cuales no siempre se tienen.

La definición de las prioridades integrales de conservación

En primer lugar, es conveniente tener en cuenta que, debido a


la concepción diversa del mundo que tienen las comunidades
indígenas locales, será muy frecuente que se propongan como
prioridades de gestión de las áreas traslapadas infinidad de
elementos importantes, unos pertenecientes al ámbito de la
naturaleza y otros al de la cultura, o también que como
prioridades se consideren temas tan genéricos como, por
ejemplo, "la conservación del territorio tradicional". Por ello es
necesario hacer una propuesta de definición de prioridades
muy clara, de manera que la gestión y el manejo se enfoquen
en aquello que se considere como lo más importante con base
en una perspectiva intercultural.

En segundo lugar, hay que considerar que el proceso de


priorización de elementos para el manejo en las áreas
traslapadas debería tener presentes ciertas particularidades.
Como es sabido, en la generalidad de las áreas del Sistema de
Parques Nacionales Naturales, este proceso, conocido como
"selección de valores objeto de conservación", usualmente se
basa en una metodología que implica la discriminación de
dichos valores según su naturaleza, es decir que se consideran
separadamente los valores de la biodiversidad, bienes y
servicios ambientales y aspectos tangibles de la cultura. Pero

98
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

en el caso de las áreas traslapadas, donde se ha venido


construyendo el concepto de Razón de Ser del Área, la
propuesta de priorización debería hacerse a partir no de una
visión fragmentada sino integral, acorde con el mundo
indígena, pues fraccionar lo que es complejo sólo lo hace más
difícil de entender. De esta manera, se propone la definición de
prioridades integrales de conservación para este tipo de áreas.

Separar lo que es importante en términos biológicos y


culturales al seleccionar valores objetos de conservación y
priorizar elementos de las áreas para protegerlos, es una
decisión que muchas veces ha resultado en que las intenciones
conservacionistas se entiendan como una agresión a la cultura,
y en que privilegiar lo humano ha implicado destrucción
ambiental. Así pues lo que se busca es precisamente una visión
que integre para priorizar, y no que divida, como es lo usual.

Este enfoque, que permitirá sin duda un diálogo más fluido


entre las partes, no se fundamenta en suposiciones sino en
aspectos antropológicos, de los recientes enfoques de la
ecología y de la experiencia en campo del grupo de trabajo de
Estrategias Especiales de Manejo de la Dirección Territorial
Amazonia-Orinoquia.

De acuerdo con las anteriores consideraciones, se propone a


continuación una serie de aspectos fundamentales que habría
que tener en cuenta en la definición de prioridades integrales
de conservación:

El carácter del pensamiento indígena. Es usual que no sea


comprendido en su entera dimensión puesto que parte de
premisas diferentes a las occidentales: conserva el aspecto
religioso asociado tanto al significado de lo natural como al

95
99
Ordenamiento Ambiental y Conservación

funcionamiento de éste, algo que la ciencia occidental


excluye claramente. Por supuesto, no se trata de hacer del
manejo de las áreas traslapadas una especie de ciencia
esotérica, sino de ampliar el pensamiento para tener la
capacidad de entender a la otra parte y construir criterios
que integren las dos miradas. Respecto al concepto de
conservación, esta diferencia marca la forma de entenderlo:
la conservación de la biodiversidad implica en sí misma
relación con el sistema de creencias y con el uso de la
naturaleza, porque para las comunidades locales no hay otra
forma de acercarse para conocerla y transmitirle este
conocimiento a sus hijos. No se puede desligar, por lo tanto,
16
el valor de la naturaleza del uso que se le da a ésta (de
consumo, comercial, religioso, recreativo, etcétera).

La esencia real de la conservación de la cultura. En


ocasiones, cuando se ha discutido sobre los valores
culturales dentro de las prioridades, se ha asumido que
basta con determinar ciertos sitios sagrados y delimitarlos
como zonas de manejo histórico-cultural. La experiencia en
las áreas ha demostrado, sin embargo, que este asunto es
mucho más complejo: se trata también de la dimensión
intangible de todo aquello que existe en el territorio
(plantas, animales, rocas, sitios especiales, subsuelo,
mundos acuático y aéreo), sus diversos usos (domésticos y
rituales) y el vínculo de origen que tiene para los indígenas,
lo que le da una dimensión política importante.

16 La naturaleza incluye aspectos del paisaje y elementos como agua, rocas o arcilla,
importantes por el servicio que prestan o por su significado cultural, así no sean
elementos de la biodiversidad.

100
Ordenamiento Ambiental y Conservación

El valor holístico y complejo del territorio. El valor que los


indígenas otorgan a ciertos lugares está directamente
asociado con los elementos naturales que allí se encuentran.
Los salados, por ejemplo, generalmente son lugares
sagrados porque allí los fenómenos naturales son tan
particulares y valiosos que trascienden hasta llegar a poseer
valores religiosos. Lo mismo ocurre con los cananguchales17,
los lagos, los cerros, los raudales, los sitios donde existen
petroglifos, los barrancos, etcétera. Por lo general estos
sitios no tienen sólo un valor como lugares únicos, sino
también como parte de un continuo que demarca un
territorio chamánico o de pensamiento, como suelen decir
los sabedores amazónicos. Los rituales (bailes, recorridos,
prácticas), además de ser alabanzas de valores
supranaturales asociados al territorio, narran elementos
que son parte de fundamentos de conocimiento o de
estrategias de regulación cultural del uso de los valores
naturales tangibles e intangibles.

La diversidad cultural. La gran diversidad étnica y cultural de


nuestro país está amenazada por la tendencia
contemporánea cada vez más fuerte de buscar la
homogenización, en lugar del mantenimiento de lo
diferente. El hecho de que buena parte de estas etnias esté
representada en aquellas comunidades que habitan en las
áreas con traslape es una oportunidad invaluable para
conservar ese acervo humano, su historia y su conocimiento.

Los sistemas de normas propios. Para los indígenas, el


territorio, además de estar demarcado por lugares de
17 Asociación de la palma de canangucho o moriche (Mauritia flexuosa) en áreas
anegables, que tiene un sentido religioso importante para los pueblos indígenas y
constituye una fuente importante de alimento para las comunidades faunísticas.

102
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

importancia cultural y natural, tiene un sistema de normas


asociado igualmente a su valor natural y religioso. Si las
normas no se cumplen, el territorio se enferma, la gente se
enferma, y el mundo se desequilibra porque se le está
quitando a la naturaleza más de lo que se le pide
"legalmente" a través de la ritualidad. Este desequilibro
causa, aparte de disturbios ambientales, conflictos
culturales y sociales.

La relación espacio-tiempo en el ordenamiento ambiental.


Como parte del sistema de regulación dado por las normas
indígenas, existe un completo sistema de ordenación
espacio-temporal de los recursos, que se plasma en lo que se
conoce como "calendarios ecológicos". Éstos indican qué se
usa del territorio y cuándo está disponible, cómo son las
asociaciones entre especies u otros niveles de la
biodiversidad, cuál es la función ecosistémica de las
especies, cuáles son los tiempos de reproducción de éstas y
18
cuándo pueden los humanos hacer uso de ellas .

La visión actual de la ecología. Desde la óptica actual de la


ecología, el hombre hace parte fundamental del ecosistema
y de un entorno cambiante, no estático. El propósito de
conservación debería expresarse en la búsqueda de rangos
en los cuales el ecosistema sea aceptablemente estable y no
pretendiendo mantener un estado de no cambio que es a la
luz del enfoque ecosistémico imposible de conseguir.

18 Incluso en las especies de chagra, hay unas cosechas destinadas a los animales y otras a
los humanos. El "calendario ecológico" también indica qué relación tienen las épocas
que marca con actividades de protección o de prevención que deben realizarse
(alabanzas como los bailes o reuniones de sabedores para prevenir enfermedades, por
ejemplo, aquellas que se presentan en tiempos de creciente).

103
99
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Las presiones y amenazas sobre los recursos. Los recursos


naturales sufren presiones por ciertas actividades de los
pobladores locales que por lo general no están controladas
por sistemas de regulación propios sino que responden a la
dinámica de sistemas extractivos, que aparecen y
desaparecen del territorio sin dejar muchos beneficios a
largo plazo. Es necesario manejar mejor y conjuntamente
este tipo de actividades, haciendo del aprovechamiento
económico de los recursos de las áreas una actividad
sostenible, compatible con la Razón de Ser del Área.

Criterios fundamentales y preguntas-guía para la definición


de las prioridades integrales de conservación

Al iniciar el trabajo de definición de las prioridades integrales


de conservación, el resultado puede ser una lista interminable
de elementos tanto culturales como naturales o de
generalidades del territorio que no pueden aprehenderse de
una forma práctica. Por ello, una vez aplicados los criterios
anteriormente descritos, es necesario precisar valores
específicos sobre los cuales realizar el manejo compartido.

De otro lado, hay que considerar que la definición de los valores


objeto de conservación por lo general se realiza únicamente
desde lo institucional, pero que, en el caso de las áreas
traslapadas, lo ideal sería que las prioridades integrales de
conservación surgieran del proceso de determinación conjunta
de la Razón de Ser del Área y con base en información tanto de
Parques Nacionales como de las comunidades indígenas.

Asimismo, con respecto a los criterios empleados para


seleccionar los valores objeto de conservación, lo usual es que

104
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

en términos de biodiversidad estos criterios sean, entre otros,


los de representatividad, valor único, en vía de extinción y de
importancia para el uso humano. Sin embargo, en el caso de las
áreas traslapadas se propone escoger estos elementos
utilizando filtros más complejos, que involucren varios criterios
a la vez.

A continuación se presentan algunos ejemplos de este tipo de


criterios:

Lugares fundamentales en los ciclos de vida de las especies


(desove, migración, alimentación, reproducción, etcétera),
coincidentes con lugares de importancia ritual y valor
intangible. Por ejemplo, las playas de anidación de la tortuga
charapa (Podocnemis expansa) y los barrancos que están
cerca de ellas, redes de salados y pepiaderos (espacios de
oferta de frutos para la fauna).

Prácticas tradicionales de manejo y uso de los ecosistemas,


que privilegian alta diversidad en espacios pequeños,
aprovechamiento de los ciclos naturales de las especies y
descanso de los ecosistemas asociados a los ciclos de
producción de alimento. Por ejemplo, las chagras
tradicionales y los lagos.

Especies más usadas para alimentación y en las cuales se


haya observado decrecimiento de las poblaciones. Por
ejemplo, roedores grandes como el borugo (Agouti paca) y
algunos ungulados como la danta (Tapirus terristris) y el
venado (Mazama americana).

Recursos biofísicos más usados en la elaboración de


artefactos de la cultura material y que puedan estar

105
101
Ordenamiento Ambiental y Conservación

articulados a cadenas de comercio justo. Por ejemplo, el


ecosistema donde se encuentran el barro y demás
materiales con que se elabora la cerámica que adorna las
malocas, las maderas finas, los peces ornamentales.

Especies o ecosistemas históricamente sometidos a


procesos de extracción o a prácticas insostenibles, alrededor
de los cuales se puedan estructurar estrategias que, además
de recuperarlos, revalúen dichos procesos, considerando el
daño cultural y social que causan. Por ejemplo, fauna de
cacería no usada para consumo de las comunidades, grandes
bagres, cauces de ríos o cerros sometidos a prácticas
mineras.

Elementos de la naturaleza que, por su importancia, están


cobijados por un sistema de regulación propio de las
comunidades indígenas y que hacen parte de prácticas
chamánicas. Por ejemplo, accidentes geográficos como
raudales, cerros, serranías, lagos, que son respetados por ser
nacimientos de dueños de la naturaleza y por lo tanto tienen
restricciones de acceso que están muy claras en el grupo.

Elementos de la naturaleza que, dentro del calendario


ecológico, marcan estacionalidad y están relacionados con
creencias religiosas. Por ejemplo, la estacionalidad que se
define por la fructificación de ciertas palmas y su relación
con la época de bailes, el canto de las ranas, la subienda de
peces.

Las siguientes preguntas, relacionadas con sistemas19 del


19 Se habla de sistema, y no de ecosistema ni de población ni de un lugar en particular,
para incluir la dimensión humana que tienen estos procesos. El ecosistema
generalmente se asocia sólo a ese nivel complejo de interacciones entre elementos

106
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

territorio, ayudarán a concretar las prioridades de manejo del


área. Entre otros sistemas, pueden considerarse, la chagra; los
rastrojos; los lagos donde se pesca; los salados, relacionados
con la alimentación y el bienestar de la fauna de cacería; los
cananguchales, de los cuales depende buena parte de la
alimentación de cierta fauna y que a su vez son hitos de
recorridos chamanísticos de pensamiento en algunas culturas.

¿Existe algún tipo de amenaza para este sistema, bien sea


proveniente de la población indígena local o bien ajena a
ésta? (Amenazas como la disminución de biodiversidad y la
pérdida de prácticas de manejo tradicionales cuando existen
presiones como la construcción de vías o la extracción
maderera.)

¿Existe algún tipo de amenaza social y cultural para la


población local por alguna forma de comercio asociada a la
explotación de un recurso? (Por ejemplo, fragmentación
familiar y cambio de roles dentro de los hogares debido a
actividades como la minería o la siembra de cultivos de uso
ilícito, las cuales además crean presiones sobre los cauces de
los ríos o cambios de uso del suelo, entre otras cosas.)

¿El análisis de este sistema daría cuenta de la integridad de


algún otro componente considerado prioritario dentro del
área protegida? (Por ejemplo, el análisis de la integridad del
sistema de los salados de un caño puede dar cuenta del
estado de las especies que hacen uso del mismo, de la
integridad de sus suelos y aguas, de la vigencia de las normas
de manejo tradicionales.)

de la biodiversidad, su entorno físico y sus flujos de materia, energía e información, no


obstante que algunos autores incluyen al hombre como parte del mismo.

107
Ordenamiento Ambiental y Conservación

¿Sería posible recuperar prácticas de manejo tradicionales


de este sistema (por ejemplo, un sistema como la chagra) y
proponer estrategias educativas mediante las que se pueda
transmitir ese conocimiento a la población joven de la
comunidad?

¿Existe la posibilidad de crear alianzas interinstitucionales


para la implementación de estrategias de preservación,
restauración y/o utilización sostenible de este recurso tanto
dentro del área como en su zona de influencia? (Por ejemplo,
de especies de peces que se usen comercialmente como los
grandes bagres o como el cardenal (Paracheirodon
axelrodi).)

¿De qué sistemas o espacios dependen la soberanía y la


singularidad alimentarias de esta cultura en particular? (Por
ejemplo, sistemas asociados a una buena alimentación,
como los caños o lagos con las especies de peces que más se
usan, la chagra con alta riqueza de especies y con ciclos de
rotación tradicionales, los ecosistemas donde se recolectan
frutos de época, los ecosistemas donde se encuentran varas
de pesca, palma para techar malocas, medicinas de monte,
etc.)

De las respuestas a las preguntas anteriores saldrán elementos


útiles para definir las prioridades; estos elementos se cruzarán
posteriormente con el análisis de los procesos que ocurren en
el área, como se explica a continuación.

El análisis de los procesos con incidencia en el área

Además de las preguntas-guía sobre los sistemas de uso que


tienen lugar en el territorio, es fundamental realizar el análisis

108
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

de los procesos más importantes que se dan en el área e


inciden en ésta y que involucran a la población, sobre los cuales
seguramente habrá algún grado de trabajo adelantado en cada
área. Una vez se tenga la información sobre dichos procesos, se
procede a cruzarla con los elementos relativos a las prioridades
que hayan surgido del ejercicio de responder las preguntas-
guía, y de este cruce de información saldrán finalmente las
prioridades de gestión del área.

En 2008 se realizó en la RNN Puinawai un ejercicio de análisis de


los procesos con incidencia en el área, basado en los adelantos
que había hecho el equipo del área protegida en el tema de
prioridades de conservación, el cual dio mucha claridad al
equipo sobre cómo iniciar el diálogo sobre qué significa la
Razón de Ser del Área y permitió interesar a la población para
participar de su construcción. Aunque el ejercicio se efectuó
tomando todos los procesos que el equipo consideraba
estructurales, aquí el análisis se ejemplifica sólo con dos de
ellos.

Análisis de procesos

Preguntas centrales:

¿Cuáles son los procesos de uso que actualmente se están


dando en el área?

¿Qué espacios están relacionados directa o indirectamente


con dichos procesos?

¿Qué elementos de la naturaleza y de la cultura involucran


los procesos de uso?

109
105
Ordenamiento Ambiental y Conservación

¿Qué dinámicas socioambientales se están generando a


partir de tales procesos?
Espacios Dinámicas socio-ambientales
Proceso Elementos
relacionados asociadas
Minería de Río Inírida Oferta hídrica Deserción escolar
aluvión (comunidades (calidad y Cambios en prácticas culturales
Remanso y cantidad) Inseguridad alimentaria
Chorrobocón, Fauna acuática Sobrecarga de trabajo para la mujer
ubicadas en la zona Salud humana Desequilibrio social
de influencia de la Cauce del río Cambios en el sistema de valores
reserva) Oro Inestabilidad de los procesos
organizativos

Cacería Tipologías Danta Cambios en los mecanismos de


ambientales del Borugo regulación social (patrones
territorio: Puerco culturales)
Sunjule, Monos Cambios en las técnicas y artes
zshimacajule, Venado Eventos religiosos (santas cenas,
maijule, Pavas conferencias)
nitipijule* Babillas Necesidades nutricionales
Salados Tortugas Restricciones alimenticias asociadas
Ecosistemas Picure a patrones culturales
acuáticos Puercoespín Políticas institucionales para la
(lagunas, Armadillo regulación de la actividad
rebalses) Legislación-normatividad
Pepiaderos
Playas

* Clasificación puinave de los tipos de suelo relacionados con el tipo de monte donde éstos se
encuentran.

En este ejercicio, se pueden agregar cuantas columnas se


consideren necesarias para analizar otros temas, por ejemplo:

Oportunidades o amenazas que representa la actividad para


la Razón de Ser del Área.

Respuesta institucional actual frente a este proceso.

Alternativas de manejo propuestas desde la planeación del


manejo del área o por otras instituciones o instancias de las
comunidades indígenas.

110
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

Luego de cruzar la información del análisis de procesos de la


RRN Puinawai con el trabajo que se realizó en esta área sobre
20
valores objeto de conservación integrales , pueden
determinarse dos prioridades integrales de conservación:

1.Recursos minerales asociados a formaciones rocosas de


importancia cultural y a sitios de agremiación de especies
acuáticas.

2.Poblaciones de animales utilizadas con fines de subsistencia


por las comunidades indígenas y mecanismos de regulación
cultural para su uso.

Esquema para la definición de prioridades integrales de


conservación

RAZÓN DE SER DEL ÁREA

Filtros acordes a la integralidad

Preguntas con
enfoque sistémico
Análisis de
procesos

PRIORIDADES
INTEGRALES DE
CONSERVACION

20 Este fue un ejercicio teórico que se realizó con el equipo del área, previamente a las
reuniones en campo; por ello no se muestra el resultado de la aplicación de las
preguntas.

111
107
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Para terminar, se resalta que esta forma de determinación de


las prioridades puede tener algunas ventajas con respecto a las
metodologías típicas de selección de valores objeto de
conservación: al determinar las prioridades desde el principio
del proceso de coordinación, necesariamente se eliminan las
inconsistencias de las herramientas que serán utilizadas para el
manejo conjunto del área. En la medida en que las
particularidades propias de las áreas traslapadas sean tenidas
en cuenta desde el comienzo de los procesos, y no al contrario,
se tendrá mayor claridad sobre cuáles son los aspectos de
herramientas como el manual de monitoreo, los planes de
investigación, los protocolos de control y vigilancia, los
21
protocolos de restauración, AEMAPPS , etcétera, que hay que
modificar o que sería más fácil definir nuevamente.

MECANISMOS DE ORDENAMIENTO AMBIENTAL DEL


TERRITORIO

Las prioridades integrales de conservación alimentarán lo que


será la ordenación ambiental del territorio, proceso que
consiste básicamente en diseñar un orden en la acción sobre el
territorio y sus recursos, con el fin de garantizar su adecuada
preservación, su uso sostenible y el mantenimiento de los
valores de la cultura relacionados con dichos recursos.

El ordenamiento ambiental del territorio se logra a través de la


espacialización de las prioridades previamente definidas y del
establecimiento tanto de una normatividad como de
mecanismos e instancias para su cumplimiento y seguimiento.
No sobra mencionar que estos pasos, al igual que la

21 Herramienta construida por la Unidad de Parques para el Análisis de la Efectividad del


Manejo en Áreas Protegidas con Participación Social.

112
Ordenamiento Ambiental y Conservación

determinación de la Razón de Ser del Área y la definición de las


prioridades integrales de conservación, deben desarrollarse en
espacios de participación y concertación con las comunidades
y las autoridades indígenas, ya que son la base de la
formulación de acuerdos y de la acción compartida de
gobierno.

En el diagnóstico que se realiza para la planeación del manejo


con las comunidades locales, existen herramientas muy
valiosas que aportan al ordenamiento ambiental, que ya han
sido usadas con comunidades en las áreas protegidas de la
DTAO y que se recomienda aprovechar para realizar
apropiadamente el ordenamiento de las diferentes áreas
traslapadas:

Calendario ecológico. Esta es una de las herramientas más


útiles puesto que permite determinar, mediante una división
del tiempo en periodos climatológicos de gran precisión
local, en qué momento específico se encuentran las
diferentes especies (apareamiento, reproducción,
alimentación, etcétera) y cómo éstas se relacionan entre sí y
con los grupos humanos. En general da cuenta de los espacios
de uso de los diferentes recursos naturales, teniendo en
cuenta aspectos de temporalidad como la reproducción, la
alimentación, la polinización, la subienda, etc., y de cómo los
humanos se relacionan con ellos para aprovecharlos. Según
el grupo humano con el que se elabore, el calendario puede
ser sencillo y mostrar apenas espacios de uso de consumo o
ser muy complejo e involucrar, por ejemplo, hasta el
movimiento de las estrellas y los rituales. En cualquier caso,
sin embargo, es una valiosa herramienta de diagnóstico.

114
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

Mapas. Todos los mapas, los de uso actual, los de uso


tradicional, los de territorio deseado, los de conflicto, los de
presiones, etcétera, son herramientas muy importantes
tanto para interpretar las fuentes de presión sobre las
prioridades integrales de conservación como las tendencias,
oportunidades y expectativas de los pobladores con
respecto al territorio. Es importante ampliar el análisis con la
mayor cantidad de información posible sobre aspectos como
territorios potencialmente ricos en minerales o
hidrocarburos, grandes proyectos productivos como los de
cultivos extensivos para biocombustible u otro tipo de
información, por ejemplo la relativa al cambio climático o a la
presencia de recursos genéticos importantes.

Monitoreo participativo (Registros de uso de la naturaleza).


Es usual que las comunidades, bien sea como estrategia de
manejo interno o bien por el trabajo que han realizado con
ONG o con instituciones como Parques Nacionales, lleven
registros del consumo de especies de cacería y pesca o del
uso que en general hacen de la naturaleza. Estos registros
permiten actualizar y precisar la información sobre el uso de
los recursos y hacer un análisis de carácter más prospectivo
que el que permite hacer, por ejemplo, la información del
calendario ecológico. Los ejercicios de registro de uso
ayudan a promover aspectos como el debate dentro de las
comunidades, la responsabilidad por el futuro de los
recursos y la conciencia de la necesidad de información para
la toma de decisiones (esto último puede facilitar aspectos
como el desarrollo de investigaciones científicas en el
territorio, algo que comúnmente produce desconfianza en
los pueblos indígenas).

115
111
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Investigación propia sobre recursos. Las labores de


investigación que adelantan las propias comunidades
indígenas ayudan a revelar las dinámicas de determinados
grupos de animales o plantas asociados a un lugar en
particular, por ejemplo, peces de quebradas de aguas azules,
árboles de monte firme y plantas de rastrojo. La información
que se obtiene mediante estas investigaciones también es
una herramienta para planear el manejo de estos lugares, las
acciones que deben realizarse en cada época e incluso
quiénes entre la comunidad deben efectuarlas (sabedores,
mujeres, niños, etcétera).

Toda la información obtenida mediante estas herramientas


ayuda a formarse una idea de qué hay en un territorio y cómo
está funcionando en un momento determinado; sin embargo,
ubicar espacialmente el uso no es suficiente, pues es posible
que se quiera que éste no continúe dándose de la misma
manera.

Así pues, es preciso hacer un ejercicio de ordenamiento


ambiental del territorio, que muestre no sólo el uso actual, sino
también la proyección del territorio deseado. Este ejercicio va
más allá de lo que representa elaborar un mapa de futuro: es la
oportunidad de ponderar los diferentes intereses presentes en
el territorio y retomar las intenciones de la Razón de Ser del
Área, para proyectar el territorio. Implica diferentes acciones,
que se explican a continuación:

Analizar la información. Es necesario hacer un análisis de


toda la información del área de la que se disponga hasta ese
momento, tanto la obtenida mediante las herramientas
sugeridas anteriormente como aquella que se recopiló para
definir la Razón de Ser del Área (de tipo histórico, económico,

116
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

regional, fisiográfico, de análisis de cobertura vegetal,


etcétera).

Realizar ejercicios para comprender las transformaciones del


territorio y sus posibles razones. Estos ejercicios pueden
hacerse a partir de la información mencionada en el punto
anterior. También puede ser muy útil la herramienta de
propuesta de escenarios prospectivos para la elaboración de
Planes de Manejo. Asimismo se puede hacer una
superposición de los mapas ancestrales, los actuales y los de
expectativas sobre el territorio, elaborados con las
comunidades, a las amenazas, las presiones y las
expectativas de diferentes grupos de población, así como al
conocimiento del manejo de aquellos lugares de importancia
que están siendo afectados de alguna forma indeseada.

Analizar la ubicación espacio-temporal de las prioridades


integrales de conservación del área traslapada y su estado.
Por ejemplo, una prioridad como la chagra tradicional tiene
varios momentos de manejo (tumba, roza, socola, quema,
22
cosecha, rastrojo , cosechas de rastrojo, enmontada), cada
uno de los cuales tiene diferentes usos y espacios; a partir de
esa información, se efectúa la caracterización de ese sistema
productivo para determinar en qué estado se encuentra. Si
se determina, por ejemplo, que ya no tiene la diversidad de
especies que tenía antes, entonces se puede buscar
implementar alguna estrategia de manejo que genere las
condiciones para que tienda al estado deseado.

22 El término rastrojo hace referencia a un lugar que ha tenido usos que han implicado una
limpia del terreno (hacer maloca, hacer chagra) y que posteriormente se deja en
reposo para su revegetalización. Este espacio puede tener connotaciones de manejo
especial, dependiendo del conocimiento de quienes hayan vivido allí o de quienes lo
hayan manejado.

117
113
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Diseñar mecanismos para lograr la conservación de las


prioridades. Esta acción incluye estrategias educativas,
cambio de actividades sobre los recursos negativamente
afectados, ejercicio conjunto de la autoridad, búsqueda de
alternativas productivas que eviten la presión sobre ciertas
prioridades, etcétera.

Buscar el mejor arreglo espacio-temporal. El propósito de


esta acción es optimizar las estrategias de conservación para
lograr el mantenimiento de los recursos.

Resolver los conflictos. El ordenamiento del uso de los


recursos y el ejercicio de autoridad para conseguir ese orden
puede generar tensiones en el territorio, de manera que es
necesario encontrar formas para resolver apropiadamente
los conflictos que produzca el nuevo arreglo territorial.

Ajustarse a las posibilidades. Es necesario definir el alcance


del ordenamiento ambiental del territorio. Para ello, hay que
tener en cuenta que en el territorio inciden factores tales
como ciertos hábitos o creencias de la población, mercados
no controlables desde el nivel de gestión local y que deben
ser controlados desde otro nivel (entre otros tráfico de
maderas y de especies de fauna), el conflicto armado y la
desigual distribución de la tierra. Posteriormente, es
necesario establecer estrategias para sortear este tipo de
dificultades.

Modelo espacio-temporal para el manejo

La zonificación se ha entendido generalmente como el trazado


de polígonos en el interior de un área protegida, según el
estado de conservación de sus valores, y la determinación de

118
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

las estrategias de manejo que deben implementarse en un


espacio determinado, con la normatividad propia de éste, para
obtener el resultado deseado (por ejemplo, recuperar un
espacio excepcional de un área protegida a través de la
restauración ecológica y la restricción del ecoturismo o
mantener las condiciones primitivas de un lugar mediante el
control y la vigilancia en su área circundante). Sin embargo,
cuando se determina la Razón de Ser del Área conjuntamente
con las comunidades indígenas, se encuentra que los usos, más
que estar restringidos a polígonos, dependen de épocas
determinadas y corresponden a ciertos miembros de la
comunidad. De manera que es precisamente con base en toda
la información que se ha recolectado y analizado con las
comunidades como se logra acordar el mejor arreglo espacio-
temporal para el manejo. Este puede tener variaciones como
las siguientes:

Zonas que durante una época determinada se usan para el


rebusque y que durante el periodo de reproducción de las
especies deben tener veda.

Zonas en las que según el momento reproductivo de


determinada especie se puede hacer uso o se prohíbe. Este
es el caso de las playas de postura de la tortuga charapa (P.
expansa), en donde, como parte de los acuerdos que tiene la
Unidad de Parques con los indígenas, está permitido el
aprovechamiento de los huevos de la primera postura, entre
octubre y noviembre, ya que es muy probable que si no se
aprovechan estos huevos, se los lleve el río (por el fenómeno
de aumento del nivel del agua denominado lavaplaya).
Luego, cuando llega la mayor época de postura, está
prohibido aprovechar los huevos, y el aprovechamiento de
adultos se restringe a ciertas playas. Cuando termina la

119
115
Ordenamiento Ambiental y Conservación

temporada de charapa, es prohibido pescar en esta zona con


fines comerciales.

Espacios que no pueden determinarse como poligonales


sino como líneas, tales como las secuencias de rastrojos
antiguos de las malocas23 de clanes desaparecidos, que
tienen un manejo muy especial y a los que no puede entrar
cualquier persona, o salados secuenciales, que tienen un
manejo particular por el carácter sagrado del sitio, pero que
bien pueden estar al lado de caños donde sí se puede hacer
rebusque.

Sitios de producción diversa intensiva como los de chagra


quemada, que después de algunos años entran en un
periodo de uso para recolección de frutos y cacería que tiene
varios momentos (los usos de los rastrojos varían según los
años que tengan), hasta que el monte firme se recupera y el
ciclo se inicia nuevamente.

Espacios del monte que en ciertos momentos son de


recolección de plantas y de cacería y en otros de realización
de rituales.

Este modelo espacio-temporal de manejo presenta la idea de


una zona no homogénea sino, por el contrario, de un espacio
que contiene áreas, líneas, lugares, puntos que se diferencian
por sus particularidades de manejo cambiantes en intensidad y
significado. El modelo asimismo responde a la manera como
actúa la naturaleza y permite retomar mecanismos de uso
menos intensivos y de mayor variabilidad, más propios del
bosque húmedo tropical que los de otros modelos que

23 Nombre genérico de las casas comunales de las culturas del noroeste amazónico.

120
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

pudieran implantarse.

Al respecto, si se considera que la zonificación se hace para


implementar estrategias de manejo que conduzcan al estado
deseado del área, es importante tener en cuenta que en este
caso los elementos de "preservación", "uso" y "restauración",
principales componentes de las estrategias de manejo, no
están regidos por patrones de espacios que se cierran y crean
límites sino por sistemas abiertos a los que se debe sumar la
variable del tiempo, así como por un manejo compartido que
debe buscar gobernabilidad para hacer efectivo el
ordenamiento ambiental concertado.

La idea de un modelo de ordenamiento que se mueve en el


tiempo, dependiendo del manejo que es más adecuado en
cada momento, ofrece mejores respuestas a la pregunta de
cómo hacer sostenible el uso de la naturaleza en áreas que por
su condición de traslape tienen que desarrollar estrategias que
permitan armonizar la conservación con el uso. La experiencia
de la Unidad de Parques tanto en sistemas sostenibles para la
conservación, desarrollado en áreas de influencia, como en el
tema del ecoturismo, deben ser la puerta de entrada para un
trabajo más integral en el tema del aprovechamiento
económico de las áreas traslapadas.

LA SOSTENIBILIDAD

No obstante el orden que resulta de utilizar los sistemas de


regulación social de uso de la naturaleza propios y efectivos y
de retroalimentar éstos con información como la obtenida con
los registros de uso de los elementos naturales y con la
investigación propia sobre recursos, es necesario proponer

121
117
Ordenamiento Ambiental y Conservación

nuevas actividades o corregir algunas de las que se desarrollan


usualmente en el territorio para que el ordenamiento
propuesto sea sostenible. En efecto, las áreas traslapadas están
inmersas en dinámicas económicas en las que participan de
una u otra manera las comunidades indígenas, y muchas veces
estas actividades se han convertido en parte de su modo de
vida; este es el caso de la mayoría de las actividades
extractivistas como la pesca y el tráfico de fauna.

Así pues, en el ordenamiento se requiere plantear estrategias


para regular conjuntamente esas actividades, y a ello se refiere
la necesidad de generar actividades productivas alternativas
más sostenibles. Este propósito, por lo general, requiere tanto
acciones muy puntuales, proyectos productivos muy
específicos, lo mismo que acciones que salen del ámbito del
área traslapada y de su zona de influencia (como la
intervención sobre mercados ilícitos incontrolados por la falta
de gobernabilidad en instituciones y comunidades).

Teniendo en cuenta que hasta hace pocos años el componente


de uso sostenible no era considerado parte vital de las
estrategias de manejo dentro de las áreas protegidas, los
desarrollos que se tienen en Parques Nacionales sobre este
tema se limitan básicamente a programas desarrollados en
zonas de influencia, como la estrategia de Sistemas Sostenibles
para la Conservación. Aunque varios de los desarrollos
conceptuales que sustentan esta estrategia son pertinentes
para tener en cuenta en las áreas traslapadas, existen vacíos de
información y metodológicos que es necesario subsanar, que
son los que principalmente se mencionan a continuación:

Primero las prioridades. Según el esquema de planeación del


manejo (ver esquema al final del capítulo), la definición de las

122
Ordenamiento Ambiental y Conservación

prioridades integrales de conservación es vital para la


construcción de estrategias de manejo y, por ende, para hacer
realidad que el uso haga parte de un mecanismo para lograr la
Razón de Ser del Área.

Para comenzar mejor con las áreas nuevas. Es necesario asumir


que las áreas protegidas son construcciones sociales que son el
resultado de una idea, por ahora, la idea occidental de la
conservación. Con el fin de que el panorama de manejo de las
áreas traslapadas llegue a ser mejor, es importante que para las
áreas nuevas se empiecen a desarrollar criterios de definición
de límites que vayan más allá de la representatividad
ecosistémica y que aborden la representatividad cultural y el
manejo del riesgo a través de la participación social. Es
necesario crear unos criterios de priorización integral, de
manera que se trascienda el enfoque de incluir forzadamente
el objetivo tres del SPNN sin articulación con la
representatividad biológica a tener áreas que realmente
representen la integralidad de los tres objetivos misionales de
conservación y que sean construidas también con base en la
visión de los indígenas.

Respecto al monitoreo. Se debe hacer un protocolo particular


para el monitoreo de las áreas traslapadas, ya que la
participación comunitaria debería ser mucho mayor que la
planteada hasta el momento, así como la inclusión del uso no
sólo como presión sino también como oportunidad, lo cual
implica otro tipo de relación con las comunidades, otros
indicadores y otras formas de interpretar el uso. Un ejemplo de
este tema es el de la chagra biodiversa y multifuncional (como
se ha catalogado desde la gestión en el PNN Amacayacu), que,
más que una presión, es una oportunidad de mantener los
ciclos de la selva.

124
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

La garantía de sostenibilidad de las acciones de uso que se


realizan en un área protegida traslapada depende en buena
parte de qué se mide, cómo se hace, quién lo hace y cómo se
analiza esta información.

Es importante posicionar el tema con las autoridades indígenas


y sus comunidades como componente imprescindible de la
toma de decisiones.

Sobre los vacíos de información. Se deben hacer alianzas con


institutos de investigación y universidades, con el fin de
desarrollar en la estrategia de uso para la conservación temas
24
vitales como:

Entender cómo se mueven los flujos de materia, energía e


información en los procesos de uso en los que participan las
comunidades de las áreas protegidas. Ejemplo: pesca
ornamental, cacería, extracción maderera.

Puesto que es imposible mantener a perpetuidad la


estabilidad de los ecosistemas, ¿cuáles son los rangos en los
que deben moverse esos valores de uso de las áreas para que
mantengan sus atributos principales?

Análisis de la información sociocultural necesaria para


entender cuáles son las tendencias de las prioridades y
enfocar la gestión a que esas tendencias se orienten hacia lo
deseado.

¿Cuál es el dominio o régimen de dominio bajo el cual se


24 Buena parte de las preguntas formuladas en este apartado son producto del coloquio
con Luis Guillermo Baptiste, profesor de la Universidad Javeriana, durante el
Conversatorio sobre Uso, evento al que fue invitado en septiembre de 2008 por la
Dirección Territorial Amazonia-Orinoquia.

125
121
Ordenamiento Ambiental y Conservación

desea mantener el área?

¿Qué se requiere para mantener la renovación endógena


(renovación a partir del propio ecosistema)?

¿Cómo se incorporan las actividades humanas en el diseño


ecosistémico que se plantee para ordenar el territorio?

¿Cuáles son los intercambios que los sistemas necesitan


cuando hay aprovechamientos? (por ejemplo, qué áreas se
pueden tener cultivadas, qué cantidad de individuos se
pueden aprovechar para comercio de mascotas o carne, qué
áreas son susceptibles de obras de infraestructura y qué
compensaciones hay que darle al sistema para que se
mantenga en el rango deseado).

¿Cuál es el papel de cada autoridad involucrada (ambiental,


indígena, territorial) para mantenerse dentro de los
dominios establecidos para el área y cuáles las estrategias de
manejo que deben acompañar el uso para que éste sea
posible?

De otro lado, y también muy importante, es preciso desarrollar


en las áreas estrategias de coordinación en el uso de
información. Es sabido que aunque los pobladores locales
poseen gran parte del conocimiento para el manejo, por
diversas razones, entre otras, desconfianza, debilitamiento de
los sistemas propios de transmisión del conocimiento y orden
público, ese acervo suyo no hace parte de su trabajo
mancomunado con Parques Nacionales. Por ello es necesario
desarrollar varios temas:

126
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

Protocolos para la protección del conocimiento tradicional.


Metodologías participativas para la recolección de
información.

Mecanismos de participación de los indígenas en propuestas


de investigación que les generen interés, tanto por los
mecanismos que se empleen para vincularlos a ellos como
por la información que se vaya a recoger.

Estrategias de apoyo organizativo, para que el conocimiento


de los sistemas regulatorios vuelva a tener trascendencia en
la toma de decisiones en los niveles familiar, comunitario y
organizacional.

Espacios de toma de decisiones claros y con reglas de juego


concertadas.

Otro aspecto que no hay que olvidar, aunque parezca


reiterativo, es que, para cada escenario de gestión de las áreas
traslapadas (el traslape como tal, la zona amortiguadora, el
nivel regional y el nivel nacional), es necesario tener
información cualificada que permita tomar decisiones cada vez
más certeras sobre el uso en dichas áreas.

Finalmente, más allá de la información para la toma de


decisiones de manejo, existen acciones estratégicas que debe
desarrollar la Unidad de Parques para abrir el camino al
desarrollo del tema del uso en áreas de traslape. Algunas de las
más importantes son:

Búsqueda de mercados que privilegien productos que


permitan que las comunidades locales mantengan su

127
123
Ordenamiento Ambiental y Conservación

diferencia ante la homogenización del mercado,


descartando así los productos que a largo plazo las obligarían
a implantar sistemas de producción intensiva, totalmente
incompatibles con un ecosistema como la selva húmeda
tropical y con sus modos de vida, los cuales, en términos
culturales, requieren de ciertos tiempos para actividades
diversas. En este tema se tienen adelantos en la zona de
influencia de la RNN Puinawai, en la comercialización de
peces ornamentales, y en el PNN Cahuinarí, en la búsqueda
de alternativas económicas articuladas al fortalecimiento
cultural.

Desarrollo de los medios legales para reglamentar usos que


se hagan en concordancia con la conservación y control de
acciones ilegales de mafias regionales, como las de la madera
y los recursos hidrobiológicos, que las comunidades
generalmente terminan permitiendo en sus territorios y a las
que incluso finalmente se vinculan por falta de otras
alternativas de generación de ingresos.

Diseño de acciones interinstitucionales y acciones de las


autoridades locales, que disminuyan el poder de unos pocos
sobre la extracción y la comercialización de recursos
naturales como las maderas y los recursos hidrobiológicos.

Destinación de recursos a la capacitación y el


empoderamiento de los pueblos indígenas (a nivel local y
regional) para promover el desarrollo de alternativas de uso
sostenible en su territorio.

Desarrollo de herramientas de monitoreo y seguimiento de


fácil manejo por parte de las comunidades indígenas, que
permitan apreciar el valor de la información para evaluar la

128
La planeación del manejo en áreas traslapadas y sus particularidades

sostenibilidad de las actividades.

El siguiente esquema ilustra, a manera de conclusión del


capítulo, las particularidades del manejo en áreas traslapadas
sin modificar de manera estructural el modelo de planeación
del manejo de las áreas del Sistema de Parques Nacionales
Naturales de Colombia:
Particularidades de la Planeación
del manejo en áreas traslapadas

Aspiraciones de
Misión conservación del
institucional territorio
indígena

Definición de la
Razón de Ser
INSTANCIAS DE COORDINACIÓN

Prioridades
integrales
de conservación
PARTICIPACIÓN

Estado
Amenaza
ANALISIS Oportunidad
Presión

* Zonificación
Espacio - Temporal
* Normas - Acuerdos

* Diseño Estrategias de manejo


* Plan Estratégico de Acción

Seguimiento

129
125
CONCLUSION
Este esquema de ninguna manera reemplaza el esquema de
plan de manejo del sistema, sino que le da relevancia a temas
como la construcción de prioridades integrales en
coordinación con los pueblos indígenas25; la inclusión de la
oportunidad en el análisis del estado y el diseño de un
ordenamiento acorde a la dinámica Espacio - Temporal y la
formulación de estrategias de manejo participativas y
concertadas donde el uso sostenible sea un elemento
importante.

25 Exceptuando por supuesto el caso de los pueblos aislados.

130
131
125
Capítulo 3
Territorios indígenas y parques nacionales
en la historia de la Amazonía colombiana
Roberto Franco García
Este trabajo de investigación se propone ofrecer una visión
comparativa de la historia de la Amazonia y sus pobladores, en
un intento por comprender la transformación de los pueblos
que habitaban los territorios de las hoy áreas protegidas de
Cahuinarí, Amacayacu, La Paya y Puinawai. El trabajo busca,
además, describir y entender el impacto que ha causado el
contacto con el mundo occidental a lo largo de los últimos
cuatro siglos y el proceso histórico más reciente de estas cuatro
áreas protegidas en las dos últimas décadas del siglo pasado y a
comienzos de este siglo.

El estudio está enmarcado en el proceso político y técnico de


Estrategias Especiales de Manejo que adelanta la Dirección
Territorial Amazonia-Orinoquia, de la Unidad de Parques
Nacionales, y fue realizado utilizando una combinación de
fuentes escritas y orales, buscando la participación tanto de
miembros de las comunidades indígenas como de funcionarios
de las áreas protegidas.

Es importante considerar en este análisis que entre los


indígenas y los funcionarios de Parques existen visiones

135
Ordenamiento Ambiental y Conservación

diferentes sobre el territorio de las áreas protegidas. Para los


primeros, este es parte de su territorio ancestral y en algunos
casos de su propiedad —bajo la forma de resguardo—, en tanto
para los segundos cada área de conservación es concebida
como un polígono delimitado por accidentes arcifinios y líneas
imaginarias, donde se busca conservar determinados valores
naturales y servicios ambientales, con base en un marco legal
definido por la Constitución y las leyes. El propósito de esta
segunda visión es conservar un patrimonio natural de todos los
colombianos.

Igualmente, hay que tener en cuenta que el ejercicio de la


conservación es muy diferente para las dos partes: la visión
indígena está basada en la existencia de dueños de la
naturaleza y de los recursos, a quienes debe pedirse permiso
para su utilización, mientras que la visión occidental de la
conservación es de tipo instrumental, un sistema de cabañas,
lanchas y funcionarios que realizan recorridos de control y
vigilancia de las áreas protegidas, a partir de una zonificación
para el manejo.

La historia cumple una importante función en el campo de la


educación humana, pues contribuye a saber de dónde venimos
y para dónde vamos —se dice que quien no conoce la historia
está condenado a repetirla—. En este contexto, la historia
cumple varias funciones, entre las cuales se destacan, en
primer lugar, la puesta en común, para indígenas, funcionarios
y otros, de una historia particular con una serie de eventos que
han transformado el medio natural y social en las áreas
protegidas, proporcionando profundidad temporal a los
análisis, y en segundo lugar, dando elementos para la
reafirmación de la territorialidad indígena ancestral o
tradicional y el fortalecimiento de la identidad indígena a partir

136
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

del reconocimiento de su propia historia. Además, en la


historia se encuentran las diferentes visiones, occidental e
indígena, sobre los hechos ocurridos a lo largo del tiempo de
contacto, lo que ha dado lugar a diversas interpretaciones.

POBLAMIENTO INDIGENA
El poblamiento prehispánico de los territorios que hoy
conforman las cuatro áreas protegidas objeto de este estudio
coincide con el actual poblamiento indígena de los parques,
con excepción de dos grupos indígenas que migraron de sus
territorios al parque La Paya: los murui, provenientes de La
Chorrera y El Encanto, y los quichuas, provenientes del Ecuador.
Tanto los sionas y los coreguajes de La Paya como los miraña-
bora de Cahuinarí, los ticunas de Amacayacu y los puinaves y
curripacos de Puinawai pueden argumentar, con datos
históricos, mapas y relatos mitológicos, ancestralidad en los
territorios. De esta forma, las cuatro áreas protegidas albergan
en su interior culturas vivas, con una larga tradición de
ocupación y uso de sus territorios, expresada en un territorio
humanizado. Los mapas del territorio plasman esta
ancestralidad en los múltiples nombres de accidentes
geográficos que recuerdan tiempos pasados.

Las etnias que habitan las cuatro áreas protegidas pertenecen a


diferentes tradiciones lingüísticas y culturales. En la reserva
Puinawai, los puinaves pertenecen a la familia lingüística macú-
puinave y tendrían un parentesco con la lengua macú, de los
pobladores más antiguos de la Amazonia, mientras que los
curripacos, que hacen parte de la familia arawak, son famosos
por su alfarería y por el mito del Yuruparí. Los mirañas y boras
del parque Cahuinarí pertenecen a la misma familia lingüística
que los muinane y son gente coca y ambil. Los ticuna son una
familia lingüística independiente y se caracterizan por la fiesta

137
Ordenamiento Ambiental y Conservación

de la pelazón, la fabricación de un potente curare y su


crecimiento demográfico y ocupación de las riberas del río
Amazonas. Los sionas y coreguajes son de la familia lingüística
tucano occidental y viven en La Paya, junto con los quichuas de
la familia lingüística del mismo nombre, y son gente de yagé. En
La Paya están además los murui, de la familia lingüística uitoto,
1
que también son gente de coca y ambil .

En todos los casos, los territorios de estas etnias están


superpuestos en mayor o menor medida con los parques. En
algunos casos, sus territorios son inmensamente mayores que
las áreas protegidas, como sucede con el Predio Putumayo, de
casi 6 millones de hectáreas y superpuesto al parque Cahuinarí.
Del mismo modo, la totalidad de la reserva Puinawai, de cerca
de un millón de hectáreas, se superpone con tres resguardos
puinaves y curripacos, que tienen más de cinco millones de
hectáreas, en el departamento del Guainía. Por el contrario, los
ticunas del trapecio amazónico, lo mismo que los quichuas,
sionas, coreguajes y murui del Putumayo, tienen territorios
más pequeños, que se traslapan sobre pequeñas áreas de los
parques involucrados, La Paya y Amacayacu. Con un par de
excepciones (los resguardos ticunas de Puerto Nariño y
Cotuhé- Putumayo), ninguno de los doce resguardos
traslapados de estos dos parques sobrepasa las 5 o 6 mil
hectáreas. La extensión total de las cuatro áreas protegidas en
cuestión es de unos 2 millones de hectáreas, mientras que los
resguardos con superposición abarcan en total unos 12
millones de hectáreas.

1 El ambil es una pasta blanda de tabaco verde cocinado y mezclado con sal de monte
extraída de las cenizas de plantas silvestres especiales. Es utilizado, junto con la coca,
con fines sociales y rituales.

138
Ordenamiento Ambiental y Conservación

RÍOS GRANDES Y RIOS PEQUEÑOS:


LA JERARQUIZACIÓN DEL TERRITORIO

A la llegada de los colonizadores españoles y portugueses, la


Amazonia indígena se caracterizaba por una distribución de los
asentamientos en el espacio, correspondiente a una jerarquía
sociopolítica. De esta forma, los grupos más poderosos en
términos poblacionales, militares y económicos ocupaban las
riberas de los ríos mayores, mientras que los grupos medianos
o pequeños, militarmente débiles, debieron asentarse en ríos
pequeños y quebradas. Este proceso de jerarquización del
espacio aseguró la hegemonía de los grupos más poderosos,
que se constituyeron en cacicazgos, pues contaban con una
base natural dotada de abundantes recursos naturales, lo cual
aseguraba su predominancia. Los grupos más débiles de todos
debieron refugiarse en los interfluvios y en las cabeceras de las
quebradas, donde constituyeron sociedades tribales o grupos
nómadas, como los macú. Los cacicazgos tuvieron sistemas
políticos centralizados y consiguieron la acumulación de
excedentes, en tanto los sistemas políticos de las sociedades
tribales y los nómadas eran descentralizados e igualitarios.

El potencial de subsistencia de los ríos grandes y pequeños


corresponde a la distinción entre várzea y tierra firme. Por
várzea se entiende el sector inundable aledaño a los ríos de
aguas blancas, como el Putumayo, el Caquetá o el Amazonas,
que nacen en la cordillera andina y aportan sedimentos ricos en
nutrientes; la tierra firme está conformada, a su vez, por las
áreas selváticas por donde fluyen ríos de aguas negras, que
nacen en la selva y tienen pocos nutrientes. Tanto los suelos
como los recursos hidrobiológicos de estas dos grandes
regiones naturales de la Amazonia son muchos más ricos en la

140
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

várzea que en la tierra firme, lo que explica por qué los grupos
más fuertes controlaron las zonas más ricas de várzea.

A la llegada de los portugueses y españoles, esta situación


cambió de forma radical y, paradójicamente, algunos de los
grupos débiles sobrevivieron a la arremetida de la colonización
ibérica, mientras que los grupos poderosos, los grandes
cacicazgos del río Amazonas y de sus principales afluentes, se
derrumbaron y desaparecieron del mapa étnico para finales
del siglo XVIII y comienzos del XIX.

Este fue el caso de los omaguas, pertenecientes a la familia


lingüística tupí, ejemplo clásico de los cacicazgos que
predominaron en el río Amazonas. Cristóbal de Acuña,
misionero español que en 1639 visitó a los omaguas abajo de la
boca del Napo, describe a este pueblo, que habitó la parte sur
del actual parque Amacayacu, como la

gente de más razón y mejor gobierno que hay en todo el


río, (…) andan todos con decencia vestidos, así hombres
como mujeres, las cuales del mucho algodón que cultivan
tejen no solo la ropa que han de usar, sino otra mucha que
les sirve de trato para las naciones vecinas, que con razón
codician el trabajo de tan sutiles tejedoras; hacen paños
muy vistosos, no solo tejidos de diversos colores, sino
pintados (…) Son tan sujetos y obedientes a sus
principales caciques, que no es menester más de una
palabra para ver luego ejecutado lo que ordenan (…) Son
2
todos de cabeza chata(…) .

2 Cristóbal de Acuña, "Nuevo descubrimiento del gran río de las Amazonas. 1641", en
Informes de jesuitas en el Amazonas, Monumenta Amazónica, Iquitos, IIAP-CETA, 1986,
págs. 72-73.

141
Ordenamiento Ambiental y Conservación

La mención a la forma de sus cabezas se debe a la costumbre


omagua de deformar el cráneo de los niños con tablillas, razón
por la cual fueron llamados cambebas (cabezas chatas) por los
portugueses. Este cacicazgo perdió su territorio y desapareció
como entidad política diferenciada para mediados del siglo
XVIII. Su territorio sobre las riberas e islas del río Amazonas,
entre el río Atacuari y la boca del río Putumayo fue ocupado por
los ticunas.

Igualmente se extinguieron los guaipuinaves y los caberres del


Orinoco y el Inírida, pero sobrevivieron los puinaves;
desparecieron los kuretús, los passés, los uainumás y yuris,
pero sobrevivieron los mirañas y los boras del Cahuinarí y el
Pamá; desaparecieron los encabellados y los yuris del
Putumayo, pero sobrevivieron los coreguajes del Orteguaza y
los sionas del alto Putumayo y Guamués.

Las razones que explican este fenómeno son la llegada de


enfermedades como la viruela, el sarampión y la gripa a los ríos
grandes; las guerras de resistencia a la ocupación de españoles
y portugueses; la esclavización y el traslado de la población
indígena. Desde entonces, siglos XVIII y XIX, los grupos débiles
de los ríos pequeños fueron ocupando las riberas de los ríos
mayores, ya destituidos de sus primitivos dueños.

Pero los grupos sobrevivientes también perdieron buena parte


de su población, y su recuperación no ha sido fácil. La excepción
a este fenómeno son los ticunas del río Amazonas, que en
Brasil, Perú y Colombia tienen actualmente unos 45.000
habitantes. Por su parte, los curripacos y los puinaves del
Guainía, también muestran una clara recuperación
demográfica. Hoy, la población puinave es de 6.504 habitantes

142
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

y la curripaco de 7.827. Contando la población de estas dos


últimas etnias que vive en Venezuela y Brasil, su número total,
en cada caso, es de más de 10.000 personas. Los inganos y
quichuas son también pueblos fuertes en términos
demográficos, con más de 10.000 habitantes sólo en el
Putumayo.

En cuanto a los pueblos menos numerosos, están los boras, con


701 personas, los mirañas, con 715, los sionas, que son 734 , y
3
los coreguajes, con 2.063 . La situación de los pueblos con
menos de 1.000 personas es hoy crítica en términos de
supervivencia. Grupos como el de los mirañas tenían en 1905
4
una población estimada en 15.000 habitantes . El caso de los
sionas no es menos dramático, pues pasaron de ser unos 3.000
a comienzos del siglo XVIII a 1.500 en el siglo XIX y 1.000 a
comienzos del siglo XX. Hoy, están reducidos a unos 3005. Debe
destacarse que con la disminución demográfica
desaparecieron muchos clanes en que estaban divididos estos
grupos.

Para concluir, se puede afirmar que existe fortaleza


demográfica indígena en Amacayacu y Puinawai y debilidad en
Cahuinarí y La Paya. Esto se explica por las condiciones
peculiares de los procesos históricos a los que cada uno de los
3 Raúl Arango y Enrique Sánchez, Los pueblos indígenas de Colombia en el umbral del
nuevo milenio, Bogotá, DNP, 2004. La población miraña no excede los 400 habitantes
en el bajo Caquetá.

4 Jorge Von Hassel, "Las tribus salvajes de la región amazónica del Perú”, en Boletín de la
Sociedad Geográfica de Lima, T XVII, Lima, 1905.

5 Jean Langdon. "Interethnic Processes Affecting the Survival of Shamans. A Comparative


Analysis, en Otra América en construcción. Medicinas tradicionales, Religiones
populares, Carlos Pinzón et al. (eds.), Bogotá, Colcultura, 1991, págs. 54-55. Esta cifra de
población parece más precisa que la oficial.

143
Ordenamiento Ambiental y Conservación

grupos indígenas se vio abocado. Sin embargo, debe


reconocerse que no existe una explicación histórica clara que
dé luces sobre la situación tan disímil de la demografía
indígena.

En la actualidad, la tendencia migracional, en todos los casos,


es bajar a los ríos mayores en busca de los centros poblados, el
comercio, los servicios de educación y salud y el contacto con el
transporte fluvial y aéreo. Esta tendencia está llevando al
abandono de los ríos menores y a la migración hacia los
poblados. Es así como Leticia, Puerto Leguízamo, Puerto Asís,
Puerto Inírida y La Pedrera están recibiendo un importante
flujo poblacional de indígenas que han abandonado los ríos
pequeños o los cursos altos de los ríos mayores. Los barrios
indígenas en estos poblados son grandes, y allí los indígenas
enfrentan una difícil situación para sobrevivir. En el sector de La
Pedrera-Puerto Córdoba (río Caquetá, Amazonas), aunque la
población está dispersa, tiene problemas de acceso a recursos
como peces y animales de caza.

Como consecuencia de la nueva configuración en la ocupación


del territorio, los indígenas que actualmente habitan sus
territorios en las cuatro áreas protegidas (con excepción de los
puinaves del Inírida y los curripacos del Guainía e Isana) están
asentados en ecosistemas de várzea, mucho más ricos y
productivos que los que ocupaban en tiempos prehispánicos.
Por su lado, en los afluentes de los ríos más pequeños de tierra
firme, en los centros selváticos más pobres, se encuentran hoy
los grupos indígenas aislados, que para mantener su
independencia deben conformarse con vivir refugiados en los
lugares más inaccesibles.

144
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

LAS HACHAS DE HIERRO Y LA ESCLAVITUD


Las primeras hachas de hierro parecen haber llegado a los
territorios indígenas antes de que llegaran los blancos. Por
efectos del intercambio tribal, las hachas de metal recorrieron
largas distancias, dado que representaban una revolución
tecnológica de la mayor magnitud. Otras revoluciones, como la
navegación a vapor o la aviación, no tuvieron el impacto que
significó la llegada de estas herramientas. En efecto, con su
arribo se inició el proceso de contacto con la civilización
occidental. Este hecho tuvo lugar en el siglo XVI, sobre el río
Amazonas, con las expediciones españolas que iban en busca
de El Dorado, como las de Orellana y Ursúa. También por
aquella época, los españoles establecieron encomiendas en el
piedemonte putumayo-caquetense. Fue así como las
poblaciones indígenas del alto Putumayo y del alto Caquetá, y
las del Amazonas, experimentaron primero la revolución
tecnológica de las hachas de hierro.

En los siglos XVII y XVIII llegaron a la Amazonia tanto misioneros


franciscanos y jesuitas como esclavistas o comerciantes de
gente, que rescataban prisioneros de las tribus a cambio de
hachas. Los portugueses venían del oriente y los españoles del
occidente, desde los Andes. Los indígenas esclavizados eran
destinados a la servidumbre en los poblados y ciudades del
bajo río Amazonas, o en el alto Magdalena, desde finales del
siglo XVII. En este proceso, los caciques y las autoridades de los
grupos más poderosos jugaron un papel de intermediarios en
la trata de esclavos, introduciendo desequilibrios en las
relaciones intertribales y adquiriendo un poder mayor que el
6
que detentaban antiguamente , en especial por su control de
las preciadas hachas de hierro.
6 Roberto Pineda Camacho, Historia oral y proceso esclavista en el Caquetá, Bogotá,
Finarco, Banco de la República, 1985.

145
Ordenamiento Ambiental y Conservación

En la historia de las expediciones esclavistas se destaca la que


hicieron los portugueses en 1710, cuando destruyeron los
pueblos de misión de los jesuitas entre el río Negro y Tabatinga.
La consecuencia de esta arremetida fue la desbandada de los
pueblos ribereños del gran río "hacia el oeste, a lo largo del río
Amazonas, y hacia el interior de las selvas de tierra firme y
finalmente, la esclavitud de más de cinco mil indígenas por
parte de la tropa portuguesa, mayoritariamente ribereños, que
7
fueron trasladados al Pará” .

La trata de indígenas estuvo relacionada con la dramática


disminución de la población indígena en las zonas ya
colonizadas por españoles y portugueses. Ante esta crisis, se
penetró en áreas inexploradas de la Amazonia en busca de
mano de obra cautiva, tanto desde el Caguán y el alto
Magdalena como desde las poblaciones portuguesas del bajo
río Amazonas y el Solimões8. Del mismo modo, los caribes,
financiados por holandeses e ingleses de las Guayanas,
penetraron el Orinoco hasta su curso alto destruyendo las
misiones jesuíticas y acopiando esclavos9. La llegada de los
comerciantes de esclavos significó la extinción o la disminución
de la población de muchas naciones indígenas. De esta forma,
muchos miembros de las etnias amazónicas terminaron su vida
como siervos personales en poblados españoles o
10
portugueses , dedicados a labores domésticas, agrícolas o
extractivas, para sus patrones.
7 Carlos Zárate B., "La formación de una frontera sin límites", en Imani Mundo. Estudios en
la Amazonia colombiana, Carlos Franky y Carlos Zárate (eds.), Bogotá, Universidad
Nacional, 2001, pág. 244.

8 Roberto Pineda, "El rescate de los Tamas. Análisis de un caso de desamparo en el siglo
XVII", Vol. XXIII, en Revista Colombiana de Antropología, Bogotá, 1981.

9 Mariano Useche, El proceso colonial en el alto Orinoco-Río Negro, Bogotá, Banco de la


República, 1987.

146
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

La importancia de las hachas de hierro no es desdeñable,


aunque hoy en día lo parezca —las motosierras la minimizan—.
Las hachas metálicas significaron una revolución en la cultura
material y la agricultura indígena, pues permitieron hacer
nuevas herramientas y multiplicar la comida, hacer chagras
más grandes o conucos en menos tiempo y en áreas más
extensas, permitiendo una producción de yuca y frutales
mucho mayor. Recordemos que antes de las hachas de hierro,
los indígenas tenían únicamente utensilios de piedra, hueso y
madera, y que para tumbar un árbol era necesario abrir con
hachas de piedra agujeros o hendiduras y después proceder a
quemar.

Sin embargo, las hachas trajeron un "veneno", que se expresó


en primera instancia en el inicio de una relación con los blancos,
mediante el comercio. Los mirañas recuerdan que comerciaron
las primeras hachas en la zona de La Pedrera, adonde llegaron
los portugueses. Allí, se intercambiaban por artesanías,
hamacas, balayes, plumajes, canastos. Desde aquel tiempo, los
blancos fueron identificados con el comercio de oriente, pues,
subiendo los ríos desde el oriente, llegaron a su territorio. En un
comienzo, el comercio fue pacífico y se realizó un intercambio
de hachas por artesanías y otros objetos. Pero posteriormente
las tropas de rescate que penetraban los ríos procedieron a la
captura violenta de indígenas para llevarlos como esclavos.
Además, los propios indígenas terminaron convirtiéndose en
intermediarios en el comercio de personas, para adquirir
utensilios metálicos y las primeras armas de fuego. Las hachas
de hierro fueron consideradas "calientes". Los comerciantes
portugueses fueron conocidos como los nietos del Dios de

10 Johann Von Spix y Carl Friedrich Von Martius, Viagem pelo Brasil, Vol. III, Sao Paulo, Ed.
Itatiaia, 1981.

147
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Comercio de Oriente.

El segundo problema que trajeron las hachas —y por eso son


consideradas "calientes"— para los murui y los mirañas, gente
de coca y ambil, fue la pugna intertribal que se desarrolló por la
posesión de estas herramientas y, en algunos casos, por la
11
interrupción de su flujo hacia las tribus o clanes más alejados .
Al respecto, vale la pena mencionar la historia de Makapamine,
cacique bora-miraña que vivía en la boca del río Caimo en el río
Cahuinarí. Según la tradición oral, él fue el primero en
establecer relaciones comerciales con los portugueses que
llegaron a la boca del Cahuinarí en el Caquetá. A cambio de
mercancías, pescaban y cogían tortugas charapas para ellos.
Pero como los administradores que dejaron los portugueses
abusaron de la gente y de las mujeres, Makapamine se rebeló:

(…) él ya no quería comerciar con los blancos. Atacaba y


secuestraba las embarcaciones que entraban. Dos
lanchas que habían entrado él las decomisó con todo el
surtido que llevaban. Estas llevaban escopetas, ollas,
vestuario, herramientas (...) Entonces los capitanes de
este sector (Sabana, Nocaimani, Bopaira), se dieron
cuenta que Makapamine estaba desarticulando el
comercio (…) ellos se habían dado cuenta, también, cómo
había aparecido el hacha de metal. La gente de
Makapamine tenía ya con qué trabajar12.

11 Op. cit., Roberto Pineda, Historia oral y proceso esclavista…

12 Ibid., págs. 123-128.

148
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Por esta razón, decidieron matarlo.

En tercer lugar, se creó una dependencia por objetos de metal y


otras muchas mercancías que aun hoy persiste y que implicó
subordinación a los comerciantes y cambios importantes en las
relaciones intertribales. La guerra y el conflicto se agudizaron, y
todo el proceso extractivista en la Amazonia estuvo
relacionado con las necesidades de mercancías que empezaron
a tener los indígenas, con gravísimas implicaciones sobre la
población indígena y sus recursos.

En cuarto lugar, la llegada de las hachas trajo consigo


enfermedades, pues implicó contacto con gente blanca
portadora de males como la viruela, el sarampión o la gripa,
para los cuales no existían defensas en los organismos
indígenas. Las enfermedades son una de las causas que
explican el grave proceso de despoblamiento indígena, no sólo
en la Amazonia, sino también en todo el continente americano.

Es interesante constatar que varios grupos amazónicos, como


los mirañas y los curripacos, así como los yucunas13,
interpretaron el proceso esclavista como acción de
antropófagos, pues se pensaba que los cautivos eran cebados y
después sacrificados en fiestas caníbales. No pensaron que los
cautivos estarían destinados a la servidumbre perpetua y que
serían considerados por los blancos como una mercancía más.
Se recuerda, además, que los portugueses establecieron
corrales en lugares estratégicos para acumular cautivos y
después bajarlos hasta el Amazonas o el Orinoco.

13 Menno Oostra, "Historia de la gente del Miritiparaná”, informe trabajo de campo,


Universidad de los Andes, Bogotá, 1978.

150
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

Es así como se recuerda que en la bocana del río Cahuinarí,


—donde hoy está la cabaña de la Unidad de Parques— y en
Morelia14 hubo corrales. Cuenta Gwako Miraña que en Morelia
había dos malocas de los caciques de los clanes Gavilán y
Guacamayo, que tenían corrales donde encerraban a la gente
que ellos capturaban para venderla a los comerciantes.
También hubo un corral en el río Pamá. Los caciques recibían
mercancías, como hachas, machetes, escopetas, a cambio de
gente. Los que recibían las mercancías las repartían a los
capitanes, y estos se iban a coger gente; traían uitotos,
nonuyas, muinanes, okainas. La lancha de los brasileros
entraba por los ríos Cahuinarí y Pamá recogiendo gente15.

Otro corral de mayores proporciones se estableció en cercanías


de Tefe, en la boca del Caquetá, en un lugar llamado Caiçara,
que quiere decir corral en lengua tupí16. Curiosamente, por
decir lo menos, abajo de la boca del Meta, en el Orinoco, se
encuentra la población venezolana de Caicara.

Para concluir, basta decir que la llegada de las primeras hachas


fue más temprana para los ticunas y los sionas o encabellados
(1540-1700), en los ríos Putumayo y Amazonas, que para los
murui, puinaves, mirañas y boras, donde su llegada fue más
tardía (siglos XVIII y XIX), en el Caquetá y el Inírida. La provisión
de mercancías y herramientas de metal se relacionó con el
acceso a los ríos grandes o a la cordillera de los Andes. El

14 Morelia era una sección cauchera de la Casa Arana situada en la banda meridional del
río Cahunarí, arriba de la boca del río Caimo.

15 Entrevista con Gwako Miraña. Puerto Remanso, junio 2 de 2008.

16 Francisco Xavier Ribeiro de Sampaio, Diário da viagem que em visita de correição das
povoações da capitania de São Jose de Rio Negro fez o ouvidor e intendente geral da
mesma… no ano de 1774 e 1775, Lisboa, 1825.

151
Ordenamiento Ambiental y Conservación

comercio de hachas y el contacto inicial con los blancos que


este implicó generó trastornos en el poblamiento indígena, se
produjeron movimientos de población para escapar de las
diversas amenazas y se evitó el asentamiento en los ríos
17
mayores . En tiempos de esclavitud, los ríos pequeños fueron
el mejor refugio. El comercio de esclavos se prolongó en la
Amazonia hasta finales del siglo XIX.

LA COLONIZACION ESPIRITUAL

Una segunda forma que adoptó la colonización de la Amazonia


fue la conquista espiritual. Esta fue emprendida, en primer
lugar, por las misiones católicas jesuitas y franciscanas, que
trajeron consigo no sólo la cruz y el evangelio, sino también
ganado, aguardiente, la vergüenza de la desnudez y el
desprecio por las culturas indígenas. Los misioneros también
entraron en los circuitos comerciales y trajeron utensilios de
hierro, sal, fósforos y ropa, que intercambiaban por productos
como pescado, cacao, aceite de tortuga o manatí, cera,
venenos.

Con los misioneros llegaron, además, enfermedades nuevas, y


las epidemias se convirtieron en una razón de peso para que los
indígenas abandonaran los pueblos de misión y se internaran
en el bosque, lejos del contacto con los portadores de esos
males. Los misioneros que carecían de objetos de intercambio y
de escoltas para su protección fueron asesinados en algunos
casos. Estos dos factores hicieron de los pueblos de misión
asentamientos efímeros.

17 Viajeros como Crevaux, en el Caquetá, y Hamilton Rice, en el Inírida, observaron esta


situación.

152
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

El poblamiento misional español más antiguo en nuestra zona


de estudio fue el que se desarrolló en parte del actual parque
Amacayacu, con las misiones jesuíticas del padre Samuel Fritz.
En sus pueblos de misión, vivieron, a finales del siglo XVII y
comienzos del XVIII, los omaguas, aysuares, ibanomas y
algunos ticunas. En el alto Putumayo, los misioneros
franciscanos establecieron, a su vez, pueblos de misión que
18
llegaron hasta la zona del Caucaya, a finales del siglo XVII . Por
el contrario, los jesuitas que trabajaron en los Llanos no
llegaron a establecer misiones en el río Inírida, ni tampoco los
jesuitas y carmelitas del río Amazonas lograron establecerse
entre Araracuara y La Pedrera. Al Inírida llegó la palabra de
Dios, en su versión evangélica de la secta Misión Nuevas Tribus,
19
sólo en los años 40 y 50 del siglo pasado , mientras que al
Cahuinarí llegaron los capuchinos en los años 30, haciendo
excursiones misionales para sacar gente del monte y llevando a
20
los niños al Internado de La Pedrera, fundado en 1934 , tras la
guerra con el Perú. La presencia de raudales y cachiveras que
dificultaban la navegación en el río Inírida y en el bajo Caquetá
hicieron que las misiones llegaran tardíamente y que las
poblaciones de la zona estuvieran más aisladas.

18 Antonio B. Cuervo, Colección de documentos inéditos sobre la geografía y la historia de


Colombia, Tomo 4, Bogotá, Imprenta de Vapor de Zalamea Hermanos, 1894.

19 Gabriel Cabrera B., Las nuevas tribus y los indígenas de la Amazonia. Historia de una
presencia protestante, Bogotá, 2007.

20 Fray Bartolomé de Igualada, "Descubrimiento de nuevas tribus indígenas. Tres


emocionantes exploraciones misionales en el río Cahuinarí. 1936, 1937", en Boletín de
Estudios Históricos, Vol. VII, No. 83, Pasto, 1938.

153
Ordenamiento Ambiental y Conservación

El régimen misional colonial, aunque persistente, tuvo un


impacto muy desigual, pero en términos generales causó algún
grado de aculturación, introdujo mercancías como las hachas y
el ganado y frenó en cierta medida la trata de esclavos,
protegiendo a los indígenas que habitaban los pueblos de
misión de la violencia colonizadora. Una excepción a esta
tendencia general es la de los jesuitas portugueses del río
Negro, que participaron en el régimen esclavista, afectando a
las poblaciones indígenas del Guainía y el Isana21.

Para los tiempos de la independencia, las misiones estaban


muy debilitadas y la mayoría de los indígenas había vuelto a sus
primitivas moradas. Durante el siglo XIX, sólo los curas Calasanz
Vela, en el Guaviare, y Manuel Maria Albis, en el Caquetá,
pasaron por allí, oficiando bautizos y matrimonios.

Fue a partir de comienzos del siglo XX cuando se reactivaron las


misiones capuchinas y montfortianas en la Amazonia
colombiana. Las primeras afectaron a las poblaciones
indígenas del alto Putumayo en las primeras décadas de este
siglo, a los mirañas y los boras a partir de los años 30; y a los
ticunas desde los años 40 y 50, con los internados y escuelas
capuchinas del trapecio amazónico. Por su parte, las labores
evangélicas de Sofía Muller afectaron, a partir de 194722, a los
puinaves y los curripacos, como se mencionó antes.

El proceso misional tuvo efectos contradictorios y complejos


sobre las sociedades indígenas, pues a pesar de que por un lado

21 Robin Wright, History and Religion of the Baniwa People of the Upper Río Negro Valley,
Stanford University, Microfilm international, 1981.Naturales de Colombia, Bogotá,
2001.

22 Sophie Muller, Beyond Civilization, Woodworth, Brown Gold Publications, 1952.

154
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

mitigó un tanto los procesos esclavista y cauchero, por otro


lado afectó las culturas nativas al menospreciar su lengua, sus
mitos y sus costumbres tradicionales. Además, la educación de
los niños en los internados católicos implicó para estos la
separación de sus padres, de su lengua y de la vida de la
sociedad indígena, obligándolos, en cambio, a vivir una vida
regida y pautada por la lengua española y por un catolicismo
despectivo con su cultura. En consecuencia, varias
generaciones de mirañas y boras del Cahuinarí, así como los
sionas del alto Putumayo y los ticunas del trapecio amazónico,
sufrieron un proceso de abandono de su cultura propia y su
lengua materna. Actualmente, este proceso de pérdida cultural
y adopción parcial de valores y conocimientos occidentales se
está revirtiendo a través de la etnoeducación, con profesores
bilingües y currículos propios. Asimismo, el proceso político de
reafirmación de la autoridad propia ha cumplido una
importante función a este respecto.

Entre las actividades que realizaron los misioneros en la región


del Cahuinarí se cuenta la búsqueda de grupos aislados de
indígenas para llevarles la palabra de Dios y sacarlos del monte.
De 1936 a 1937, el padre Bartolomé de Igualada recorrió el río
Cahuinarí, hasta la localidad de Sabana, en tres ocasiones,
ubicando múltiples grupos de mirañas y boras escondidos en
las quebradas afluentes, atemorizados todavía por los
peruanos —que se habían ido ya hace unos cinco años— y en
una situación difícil de conflictos internos y muertes. Con
regalos y promesas de estudio para los niños, algunos de estos
grupos comenzaron a salir al río Cahuinarí.

155
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Según lo narró el padre Igualada, en el viaje, "algunas noches se


oye maguaré (…) en diversas direcciones. Prueba evidente de
que existen algunos núcleos de población en los centros de este
Cahuinarí”. El misionero contactó, en efecto, grupos de mirañas
y boras de los capitanes Jikguaaquimi, Cumimarima, Chineiva,
Pará, Guiu y Kaame, entre otros; todos se encontraban en las
quebradas afluentes del Cahuinarí. Igualada encontró en sus
exploraciones cadáveres de indios muertos en pendencias
intratribales, trochas obstruidas por ramas y palos, gente
enferma de paludismo. Cuenta que el capitán Cumimarima
estaba enfermo, pues según él mismo "(…) uno de mi gente me
brujió. Al salir tú, ese hombre chiquito llamado Tigmay me
peleó con palabras porque yo como capitán había permitido la
entrada tuya con tu gente; ningún blanco nos había
encontrado, me dijo: aquí vivíamos tranquilos y quietos, y
ahora quién sabe lo que nos va a pasar".

Cuando Bartolomé de Igualada decidió entrar al río Pamá,


Teiraje, su acompañante, le dijo: "tal vez será matando a
nosotros. Otro día [por hace muchos años], aquí viene
comisión de blancos, cinco blancos y indios bogas muchos y
todos muere. Abokgua llamó a los de otra casa, otra casa, otra
casa, y juntos mató todos los blancos. Otros cuatro blancos
peruanos también muere". Según el misionero, sobre la tribu
de Abokgua, decían los caucheros que

(…) es de las pocas no dominadas; que durante la


ocupación peruana, lograron coger a dicho capitán que
fue llevado con su familia para el punto llamado Morelia
sobre el Cahuinarí. Aquí le custodiaron a sus mujeres para
que él no se huyera, pero nada le importó perder a sus
mujeres y tomó la selva para no aparecer más. Don
Oliverio Cabrera contaba cómo le mataron a cinco indios

156
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

yucunas que mandó a cauchar en el Pamá: los encontró


con el pecho despedazado. El peruano Dn. Benigno
hablome de la matanza de varios blancos por la referida
tribu en la boca de una quebrada que desagua un poco
más abajo del lugar llamado El Sol. Los de la tribu de
Cumimarima también me dijeron en mi viaje anterior,
cómo los de Abokgua les mataron a dos de los suyos.

El padre Igualada afirmaba que la gente del alto Pamá era "la
tribu más salvaje de cuantas he conocido. No tuvieron tratos
con peruanos. Los pedacitos de machete, pertenecían sin duda
a gente por ellos asesinada. (…) Es la tribu más bella de la raza
miraña. La mayor parte de los hombres tiene dos mujeres.
Dicen que casi todos los niños se les mueren de fiebre
23
palúdica".

Por su parte, la misión evangélica de Sophia Muller en los ríos


Inírida, Guainía e Isana, que se inició después de la segunda
guerra mundial, tuvo un profundo impacto sobre las culturas
de los curripacos y los puinaves, quienes adoptaron, en un
tiempo relativamente corto, una serie de prácticas
relacionadas con el culto evangélico y, además, abandonaron
totalmente prácticas y conocimientos tradicionales como el
culto de Yuruparí, la chicha, el tabaco y la brujería. Habría que
preguntarse qué decidió el inmenso éxito de la señorita Sofía
—como la llamaban en el río Inírida—, quien armada sólo con
un cuadro silábico, sulfas, leche en polvo y una Biblia logró
convertir a estos grupos a una religión muy estricta, —no bailar,
no tomar, no fumar—. Sofía Muller, además de predicar la fe
evangélica, dedicó mucho trabajo a la formación de pastores de
las etnias locales para que estos difundieran la buena nueva de

23 Op. cit., Fray Bartolomé de Igualada.

157
Ordenamiento Ambiental y Conservación

la palabra de Cristo y los peligros del infierno.

De acuerdo con versiones orales puinaves y fuentes escritas, la


llegada de Sofía fue interpretada como la llegada de la paz, del
final del endeude y del conflicto generado por la brujería, así
como la salida a vivir sobre los ríos grandes, después de muchos
años de habitar en las cabeceras de las quebradas como forma
de resistencia a los esclavistas, los caucheros, los comerciantes.
Para puinaves y curripacos, Sofía significó la liberación. Se dice
que la brujería y las enfermedades mantenían a la población
indígena en estado de zozobra y que la gente se estaba
acabando debido a los brujos malos. Además, es un hecho que
los comerciantes mantenían a la población endeudada,
robando a los indios con un sistema de cuentas conocido como
el endeude.

Sofía Muller llegó al río Inírida por primera vez hacia 1950. "La
finada Sofía llegó a Zancudo cuando yo tenía ocho años. Ella
sacó la gente poco a poco. Ella nos enseñó todo para vivir, antes
había peleas entre amigos, había muchos bailes y brujería, no
respetaban. Ella aconsejaba, prohibió la chicha, el tabaco, los
bailes. Antes ellos tocaban una flauta larga como de un metro y
24
medio, nosotros llamamos Yapurú” . Juan Martínez, por su
parte, afirma que "la gente vivía con miedo por las guerras
entre la gente misma y ya los puinaves se estaban acabando, si
25
no es por Sofía se hubieran acabado” . La primera traducción
completa del Nuevo Testamento al puinave fue completada en
196426.

24 Entrevista con Miguel Martínez, pastor de Zancudo, mayo 4 de 2008.

25 Entrevista con Juan Martínez, mayo 4 de 2008.

26 Op. cit., Cabrera, pág. 113.

158
Ordenamiento Ambiental y Conservación

La misionera evangélica cumplió un papel importante en el


despertar de las poblaciones curripaco y puinave respecto a la
situación de dominación a la que los tenían sometidos los
comerciantes. Protegió a estos grupos ante las autoridades
locales y fomentó su asentamiento en poblados nucleados, en
las riberas de los ríos Inírida, Guainía e Isana, alrededor de un
patio central y una capilla evangélica. Desde entonces, el
mundo social y religioso puinave y curripaco ha girado
alrededor de los pastores indígenas, los cultos, las cenas y las
conferencias evangélicas. Estas últimas se realizan
periódicamente y reúnen poblaciones importantes. Hoy en día
se observa un proceso de recuperación de las tradiciones
indígenas en la región del Guainía, aunque sin abandono del
evangelismo.

EXTRACTIVISMO E INTEGRACION AL MERCADO

El extractivismo ha sido considerado una actividad que no


genera riqueza ni valor agregado en el nivel local. Sin embargo,
con controles adecuados y sistemas sostenibles, los frutos de la
naturaleza habían sido aprovechados por los indígenas durante
siglos para proveerse lo necesario para su subsistencia. La
llegada de portugueses y españoles (y de sus sucesores) a la
cuenca amazónica, con una nueva mentalidad basada en el
lucro y la acumulación individual, puso por lo tanto en peligro
estas riquezas naturales, entre otras los manatíes y los grandes
bagres, los tigres, las nutrias, las tortugas de río y las maderas
finas, como el cedro.

La Amazonia colombiana ha sido y es aun hoy una gran reserva


natural de recursos que se han extraído a lo largo de diversas
bonanzas. En un comienzo la actividad extractivista se centró

160
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

en el oro (en el piedemonte putumayo-caquetense) y


posteriormente en productos como aceite de huevos de
tortuga (en el Putumayo, Caquetá y Amazonas), cacao silvestre,
cera, aceite de copaiba y zarzaparrilla, entre otros. Más tarde,
en el siglo XX, la extracción de caucho, balata, chicle, maderas
pieles finas, peces y, otra vez oro, han completado el ciclo de
destrucción. El petróleo se ha explotado a partir de la década
de los setentas en el piedemonte y continua la exploración.
Algunas actividades no extractivas como la ganadería y los
cultivos de coca afectan principalmente la zona del
piedemonte y el Guaviare.

Oro

La primera actividad extractiva —con excepción de la captura


de indígenas para usarlos como esclavos— fue la extracción de
oro. Tanto en el Ariari como en el alto Putumayo-San Miguel,
los indios fueron encomendados y trabajaron el oro de aluvión
27
para pagar los tributos que les impusieron . A mediados del
siglo XIX, Codazzi describe cómo los indios de San José, San
Diego y Uchipayaco (pueblos sionas) lavaban oro en los ríos San
Juan, Oritopungo y Putumayo, y que con este compraban sal,
venenos, telas, herramientas o cuentas. También, los indígenas
de San Miguel sacaban oro del río Guamués, mientras que los
de la cuenca del Caquetá lavaban oro abajo de Descansé, entre
los ríos Curiyaco (curi es la palabra quichua para oro) y
Cascabel, así como en el río Villalobos. Codazzi además
menciona la extracción de oro aguas abajo, en el río del Hacha,
28
afluente del Orteguaza, y entre el río Pacayaco y Solano .

27 Héctor Llanos y Roberto Pineda, Etnohistoria del gran Caquetá. (Siglos XVI-XIX), Bogotá,
Finarco, Banco de la República, 1982.

28 Ibid., pág. 204.

161
Ordenamiento Ambiental y Conservación

En la Amazonia oriental colombiana no se encontró oro hasta la


década de los años 80 del siglo XX, en Naquén, Guainía, cerca
de la reserva Puinawai, y en el Taraira, departamento del
29
Vaupés, en la zona de influencia de La Pedrera . Primero se
extrajo el oro de las serranías y posteriormente se utilizaron
dragas fluviales, que succionan el fondo de los ríos y sus
barrancos. En el río Inírida, hacia 1996, había cincuenta dragas
funcionando durante el auge del oro, y poco faltó para que se
fundara un pueblo en la localidad de Morroco. Todavía hoy
operan esporádicamente unas diez dragas, aguas abajo de la
reserva Puinawai. En el río Caquetá, el auge del oro extraído
con dragas tuvo lugar entre 1999 y 2003, y coincidió con el
control de Araracuara por la guerrilla. La organización indígena
Pani, de los miraña-bora, y la Unidad de Parques lograron evitar
la entrada de las dragas al territorio miraña y al parque
Cahuinarí; por ese tiempo —año 2001— se firmó un convenio
de coordinación entre las dos autoridades. En la actualidad,
una compañía canadiense pretende extraer oro en la zona sur
del resguardo de Yaigojé, en el río Apaporis.

Quina

La quina, o cascarilla, ha sido muy usada en el tratamiento del


paludismo por sus propiedades febrífugas. La quina (Cinchona
officinalis) se extrajo de los bosques andinos del norte de
Suramérica desde tiempos coloniales. En la Amazonia
colombiana solamente existía en los bosques del piedemonte
de la cordillera oriental. Este producto tuvo su auge entre 1870
y 1882, y fue un renglón de exportación destacado para el país,
aunque su bonanza terminó cuando los ingleses y los
29 Roberto Franco, "Apuntes sobre la minería de oro en el río Taraira", Bogotá, 1986,
inédito, Presidencia de l a República. Así cumplimos con el Guainía. Proyecto minero y
desarrollo regional, Bogotá, 1990.

162
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

holandeses establecieron cultivos en sus colonias asiáticas,


haciendo que los precios cayeran. En las áreas protegidas
objeto de este estudio no existe el árbol de la quina.

La extracción de quina en la zona cordillerana del Cauca y


Nariño permitió a Rafael Reyes y sus hermanos establecer a
partir de 1875 la navegación a vapor por el río Putumayo,
actividad que afectó principalmente a los sionas, pues el
trayecto de los barcos de vapor terminaba en el alto Putumayo,
en su territorio tradicional.

Caucho

Los primeros vapores surcaron el río Amazonas a mediados del


siglo XIX, haciendo accesibles muchos lugares remotos de la
cuenca y afectando muchas tribus que hasta entonces se
encontraban aisladas. La navegación con barcos de vapor
acortó las distancias y aceleró el flujo de mercancías, productos
y personas, de una forma nunca antes vista. Los viajes en
canoas a remo, de meses de duración, se volvieron un
problema de semanas, y los ríos hasta entonces no explorados,
se volvieron accesibles. El explorador Jules Crevaux, por
ejemplo, gastó sólo cuarenta y cinco días subiendo en barco de
vapor desde Belén de Pará, en la desembocadura del
Amazonas, hasta el borde de los Andes, en el alto Putumayo, en
30
el año de 1879 . Esta revolución del transporte hizo rentable el
desarrollo de caucherías e impulsó la formación de grandes
ciudades amazónicas como Manaos e Iquitos.

30 Jules Crevaux, "Exploración del Iza y del Yapurá”, en América Pintoresca. Descripción de
viajes al nuevo continente, edición facsimilar, Bogotá, Carvajal, 1980.

163
Ordenamiento Ambiental y Conservación

El caucho (Hevea brasiliensis), el caucho negro (Castilla


elástica) y la balata (Manilkara balatá) son gomas que se
extraen mediante el proceso de tumba del árbol o mediante
incisiones periódicas en su corteza. Otras gomas, de los árboles
de los géneros Sapium (caucho blanco)31 y Ficus, son de menor
calidad. El caucho proviene de árboles del género Hevea, con
nueve especies diferentes, y la especie más productiva es la
Hevea brasilensis (siringa). Pero otras especies, como la Hevea
guianensis y la Hevea benthamiana (jebes débiles), más
32
abundantes en Colombia, también son productivas . En
Colombia se extrajo caucho desde finales del siglo XIX hasta los
años 70 del siglo XX. El auge de esta actividad, cuando los
precios fueron más altos, tuvo lugar entre 1900 y 1911. Por su
parte, el caucho negro, que fue muy abundante en el Caguán y
el Guayabero, lo mismo que en la zona del piedemonte hasta
33
los mil metros de altura , fue explotado en los años finales del
siglo XIX y a comienzos del XX. La balata, utilizada como aislante
eléctrico, en válvulas y en la industria de la aviación, se extrajo
principalmente del Vaupés, el Inírida (RNN Puinawai), el Isana y
34
el Apaporis a partir de los años 20 . Otra goma proveniente del
árbol de juansoco, lechecaspi, pendare o surba (Couma
macrocarpa), utilizada para hacer goma de mascar o chicle, fue
explotada en la Amazonia a partir de los años 50 y en los
actuales parques nacionales de Cahuinarí y Amacayacu.

En la planicie amazónica colombiana, el caucho fue objeto de


extracción a partir de 1890, así como las otras gomas elásticas
31 Roberto Franco, "Los tiniguas y la colonización de La Macarena (río Guayabero, Meta)",
en Trianea, No. 3, Inderena, Bogotá, 1989.
32 Camilo Domínguez y Augusto Gómez, La economía extractiva en la Amazonia
colombiana, 1850-1930, Bogotá, Tropenbos, COA, 1990, págs. 92-93.
33 Ibid., pág. 84.
34 Ibid., págs. 104-109.

164
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

mencionadas. El impacto de la extracción de caucho fue


dramático por la explotación inmisericorde de la mano de obra:
coreguajes, sionas, mirañas y ticunas, curripacos y puinaves,
quichuas y muruis sufrieron el impacto de este auge extractivo
realizado con base en el sistema del endeude. Los sistemas de
extracción se basaron bien en la tumba del árbol, como en el
caso del caucho negro, o bien en su rayado, como en el caso del
caucho. La población indígena sufrió una merma demográfica
sustancial, pues los caucheros, con su demanda creciente del
producto, no permitían el funcionamiento de la economía
tradicional, y el hambre se adueñó de las malocas. Se
estableció, además, un régimen de terror y servidumbre
indígena que coincidió con el auge de los precios del caucho en
el mercado internacional, los cuales finalmente comenzaron a
bajar en 1910 y colapsaron en 191635.

Los territorios indígenas fueron invadidos sin el menor respeto


por sus dueños, y la función de las autoridades indígenas —los
dueños de maloca— se limitaba a ser capitanes que
aseguraban que sus dependientes y familiares trabajaran el
caucho. Incluso los capitanes eran tomados como rehenes o
prisioneros hasta que su gente entregaba una cantidad
determinada de caucho36. La Casa Arana estableció secciones o
campamentos en donde se acopiaba el caucho y una red de
trochas y transportes fluviales en territorio de indígenas murui,
okaina, andoque, resigero, nonuya, bora y miraña. En la boca
del Cahuinarí hubo un puesto de control de los peruanos hasta
1910, cuando los colombianos ocuparon este lugar estratégico.
Hay que anotar que en el Inírida, el Guainía y el Isana, el árbol
de caucho era escaso o inexistente, razón por la cual la
35 Antonio Loureiro, A grande crise. 1908-1916, Manaos, 1986.
36 Roger Sawyer (ed.), Roger Casement Diaries, 1910, The Black and the White, Pimlico,
Londres, 1997.

165
Ordenamiento Ambiental y Conservación

población de hombres adultos puinave y curripaca fue


trasladada al Papunaua, al Vaupés, al Orinoco y al río Negro,
para trabajar en los siringales de estos ríos37.

La institución de los capitanes, como intermediarios de la tribu


con los blancos, que suplantaba las antiguas jerarquías, como
el dueño de maloca, el pensador, chamán o brujo, convenía a
los intereses de los caucheros, y fue utilizada a su favor. Por otro
lado, las tribus, e incluso clanes de una misma tribu, no
lograron confederarse para resistir a la dominación debido a su
sistema descentralizado de organización y a pugnas tribales
tradicionales.

No obstante, se recuerdan episodios de rebelión contra la


explotación cauchera, como la de Katenere, entre los bora
miraña, y la de Yarocamena, entre los murui. Según Roger
Casement, el cónsul británico que investigó y destapó ante el
mundo los escándalos del Putumayo,

(…) tal vez el más valiente y resuelto adversario que


tuvieron los asesinos había encontrado la muerte sólo
unos pocos meses o semanas antes de mi llegada al
distrito. Era el cacique Bora o capitán, nombrado a
menudo y conocido en las declaraciones que recogí como
Katenere. Este hombre, que no era viejo, sino joven y
fuerte, vivía en las cabeceras del Pamá, una quebrada que
desemboca en el Cahuinarí, no muy lejos de su boca en el
Japurá. Mi intérprete, Bishop, conoció a este jefe en
1907, cuando Normand fue a buscarlo para que trabajara
el caucho. Tuvo que aceptar por necesidad trabajar
caucho, y por algún tiempo trabajó de forma voluntaria

37 Ramón Iribertegui, Amazonas. El hombre y el caucho, Monografía No. 4, Caracas,


Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho, 1987.

166
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

para Normand, hasta que, debido a malos tratos, huyó


con muchos otros. Fue capturado más tarde, junto con su
mujer y alguna de su gente, y puesto en el cepo en el
distrito de Abisinia para ser amansado. Mientras estaba
prisionero, su mujer, (…) fue violada en público y ante sus
propios ojos por uno de los más altos agentes de la
empresa (…) Katenere escapó gracias a la ayuda de una
joven indígena, que levantó la viga del cepo cuando nadie
estaba mirando. No sólo escapó sino que también logró
conseguir algunos rifles Winchester de los "muchachos"
del distrito de Abisinia. Con estos, armó a otros de su clan,
y desde entonces desarrolló una guerra abierta contra los
blancos y los indios que les ayudaban o trabajaban el
caucho. Mató a más de uno, y aunque era un hombre
joven, se volvió tan peligroso como Chingamui y
reconocido como "un indio muy malo". Hacia el mes de
mayo de 1909 encontró al hombre blanco que lo había

167
Ordenamiento Ambiental y Conservación

agraviado, en el acto de obligar a un grupo de indios a


lavar caucho en una quebrada; le disparó y lo mató.
Desde entonces se volvió objeto de temor permanente, y
se enviaron expediciones de Abisinia y de Morelia a
capturarlo o matarlo. (…) Ellos capturaron a la mujer de
Katenere, y ella fue traída a Abisinia para que sirviera de
señuelo, pues sus captores estaban seguros de que
Katenere vendría por su mujer. En efecto, a fines de julio o
comienzos de agosto de 1910 llegó Katenere, y mientras
se preparaba para atacar la estación de Abisinia, al
amanecer, fue baleado por uno de los jóvenes
"muchachos" de la estación. (…) La muerte de Katenere
38
fue muy lamentada .

Otra forma de resistencia muy común fue la huida y la


búsqueda de zonas de refugio hacia el piedemonte, hacia el
norte del Caquetá, hacia el Mirití y, en general, hacia los cursos
altos de los ríos pequeños, como en el caso de los puinaves del
río Inírida. Algunos grupos amazónicos, frente a la arremetida
cauchera, se refugiaron en lugares inaccesibles durante
muchos años, y algunos permanecen allí en la actualidad. En el
Parque Nacional río Puré se presume que viven dos grupos
indígenas diferentes, en condiciones de aislamiento, que
pueden ser los remanentes de antiguas naciones de ríos
grandes como el Putumayo y el Caquetá. También, en la cuenca
del Cahuinarí y del Yarí, es posible que subsistan algunos grupos
huidos desde el tiempo de las chucherías, en el Parque
Nacional Chiribiquete.

El caucho tuvo un segundo auge, en toda la Amazonia oriental

38 Correspondence Respecting the Treatment of British Colonial Subjects and Native


Indians Employed in the Collection of Rubber in the Putumayo District, Londres,
Harrison and Sons, 1912, págs. 45-46. (Traducción de Roberto Franco para este
artículo).

168
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

colombiana, a partir del inicio de la segunda guerra mundial,


dado que los japoneses invadieron los países del sudeste
asiático, donde existían plantaciones caucheras, y bloquearon
el suministro del látex de plantación. Esta reactivación buscó
endeudar otra vez a los indígenas, y con capataces y barracones
o campamentos, sometieron a la gente. Las avionetas Catalina
surcaron los aires amazónicos, y aterrizaban en el Inírida, en
Pacoa, en Puerto Leguízamo, Leticia y La Pedrera. Las
caucherías continuaron funcionando, aunque a menor escala,
hasta los años 70, y con el mismo sistema del endeude.

El impacto de las caucherías sobre las poblaciones, el territorio


y la organización social y política indígena fue de mayor
magnitud e intensidad que ningún otro evento anterior en su
historia, y es recordado hoy como un asunto muy triste y
trágico. Dice Juan Friede, en su libro sobre los andaquíes, que al
finalizar el siglo XIX, "los caucheros, entraron en la selva para
proseguir con la 'civilización' de las tribus indígenas y completar
la destrucción de los restos que de la población indígena nos
legó la colonia española en la Amazonia colombiana"39.

Pieles finas de fauna silvestre y charapas

En los años 40, 50 y 60 del siglo XX se presentó el auge de las


pieles de cerrillo, puerco, caimán, nutria, perro de agua, tigre y
tigrillo, que causó una mortandad faunística de la que hasta
ahora comienza a haber señales de recuperación.

En la región del Cahuinarí se cuenta que el finado Julián Gil y su


hermano llegaron al Caquetá hacia 1964 para dedicarse a la
compra de pieles de tigre y de tigrillo. Para 1968, los animales
39 Juan Friede, Los Andaki. 1538-1947. Historia de la aculturación de una tribu selvática,
México, Fondo de Cultura Económica, 1953, pág. 261.

169
Ordenamiento Ambiental y Conservación

de piel fina estaban casi agotadas en el bajo Caquetá, y el


comerciante decidió emprender la conquista de los indios
bravos del Puré. Allí desapareció40.

Miguel Miraña cuenta que al bajo Caquetá llegaron dos


famosos tigrilleros, Juan Rojas, de Puerto Leguízamo, y José
López, que introdujeron el sistema de la carnadeada. Mataban
micos, dantas, puercos y los amarraban en sitios de la selva
donde sabían que andaba el tigre, para, de noche, esperarlo y
matarlo, cuando se encontraba encarnizado. "Ahí se regó el
cuento de carnadear". Según Miguel,

Cuando entró Eduardo Luna con la lancha de él, con eso


de la carnadeada, llevó gente al Yarí. Por esa carnada
arrima mucho ese morrocoy, y la gente cogía mucho, y
Luna compraba esos. Uno cargaba su escopeta y diez o
doce cajas de cartuchos. Primero era la escopeta Stevens
y después la Vanguard del Brasil. Ahí ya llegó la veda de las
pieles en 1974 y cayó el precio. Ahí ya entró comercio de
41
charapa y de pescado seco .

Eduardo Luna también realizó una expedición al Puré con


mucha gente, navegaron en un batelón y quince canoas.
Cazaron allí durante dos meses y luego volvieron a La Pedrera.

En la zona de Amacayacu el auge de la explotación de pieles se


dio entre los años 50 y 70; muchos animales estuvieron al
borde de la extinción. Las primeras pieles que se
comercializaron eran de cerrillo, puerco de monte y venado.

40 Ver Germán Castro Caycedo, Perdido en el Amazonas, Bogotá, Carlos Valencia


Editores, 1978.

41 Entrevista con Miguel Miraña, San Francisco, junio 3 de 2008.

170
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

Los patrones eran los peruanos Miguel Noriega y Leoncio López


y el colombiano José Vergara. A partir de 1960, el comprador
principal de pieles de tigre, tigrillo, nutria, lobo y cocodrilo fue
Custodio Parra. Se cazaba en territorio de Brasil, Colombia y
Perú, utilizando perros cazadores y trampas con carnadas.

Por ese mismo tiempo llegó Mike Tsalickis, que compraba toda
clase de animales vivos, ranas, culebras, micos fraile, churucos.
Tsalickis fue el primer exportador de animales vivos y el
iniciador del turismo en el trapecio amazónico. La caza de
animales por sus pieles en el río Inírida fue de corta duración,
no más de un año, debido seguramente a la pobreza
comparativa de las selvas del Guainía frente a las del Caquetá o
el Putumayo.

Las charapas fueron aprovechadas tanto en el Caquetá-


Putumayo como en el Amazonas, desde tiempos
precolombinos, y los omaguas y sus vecinos encorralaban estas
tortugas para tener comida en la temporada de creciente o
invierno. Con la invasión ibérica, esta actividad adquirió formas
comerciales, y para comienzos del siglo XX este valioso recurso
se hizo muy escaso. La explotación colonial de la charapa
estaba destinada principalmente a convertir los huevos de
tortuga en aceite. En el río Putumayo existe una comunidad
siona en el sitio de El Tablero, muy cerca del límite occidental
del parque La Paya, nombre que recuerda la manera como se
repartían las playas para el aprovechamiento de los huevos.

Por su lado, los mirañas recuerdan una época, hacia el siglo XIX,
en que capitanas de su tribu, como Tchaamaje, manejaban las
playas charaperas del Caquetá. Entre los años 40 y 80 del siglo
XX, las charapas fueron explotadas de forma comercial en el
bajo río Caquetá, hasta el establecimiento del parque

171
Ordenamiento Ambiental y Conservación

42
Cahuinarí . Cientos de charapas eran bajadas en balsas para
venderlas a los comerciantes que venían del Brasil hasta La
Pedrera.

Hoy en día, unos cuarenta años después de la época de las


tigrilladas en los parques amazónicos, los indígenas reconocen,
en primer lugar, la abundancia del lobo o perro de agua, que
compite con ellos por los peces, lo mismo que la presencia de
muchos tigres, tigrillos, caimanes y babillas. En ocasiones han
planteado la idea de que se les permita aprovechar algunos de
estos animales por sus pieles, lo que requeriría un permiso
especial del gobierno, dado que son especies amenazadas de
extinción.

Pesquerías
La pesca ha sido siempre una actividad importante para
indígenas, colonos y comerciantes, por cuanto el pescado es la
fuente básica de proteína en los ríos amazónicos. El bagre, que
puede llegar a pesar 100 o más kilos, ha sido la especie más
aprovechada por la cantidad de carne que puede proveer
—aunque en el río Inírida estos peces no llegan a alcanzar ese
peso por la pobreza de nutrientes—. Inicialmente, el pescado
se comercializaba seco y salado; posteriormente, con la
construcción de pistas de aterrizaje y cuartos fríos, se vende
congelado.
La pesca para salar fue común en el área de influencia del
parque Cahuinarí y de La Pedrera, donde se cogía el pescado en
los periodos de verano (diciembre-marzo), en los años 50 y 60.
La pesca se hacía con una cuerda de algodón u otra fibra vegetal
42 Patricio Von Hildebrand et al., La tortuga charapa en el río Caquetá, Amazonas,
Colombia. Aspectos de la biología reproductiva y técnicas para su manejo, Bogotá,
Coama, Unión Europea, 1997.

172
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

que se extendía en el río y a la que se prendía el anzuelo;


después llegarían las cuerdas de nylon, que resistían varios
anzuelos. En época de subienda, la pesca se hacía con arpones
en los chorros. Antiguos patrones caucheros, como José A.
Uribe, financiaron esta actividad con base, nuevamente, en el
sistema de endeude de los indígenas.

La aviación comercial utilizaba en sus comienzos aviones


Catalina, que aunque podían acuatizar en los ríos, tenían una
reducida capacidad de carga, lo cual no ayudaba a la fácil
comercialización del pescado. Con la construcción del
aeropuerto de Leticia en 1954, comenzó la venta de pescado
congelado en la Amazonia, y hoy existen 38 cuartos fríos en
43
Leticia . En La Pedrera también se construyeron cuartos fríos
desde 1975, con el mejoramiento de la pista de aterrizaje, lo
mismo que en Puerto Leguízamo. La actividad pesquera
sustituyó la búsqueda de pieles finas en estas zonas. Además,
se tecnificó, se remplazaron las cuerdas por mallas y la pesca se
comenzó a hacer en botes con motor fuera de borda. El
pescado congelado se envía con destino a los mercados de
Villavicencio y Bogotá, principalmente.

En el medio Inírida, en la reserva natural Puinawai, los puinaves


pescan bagres en tiempo de verano con cuerdas y anzuelos,
mientras que en la boca del río, los pobladores de Puerto
Inírida, Amanaven y San Fernando de Atabapo pescan con
mallas, especialmente en tiempos de subienda, haciendo
mermar los peces aguas arriba. Los pescadores puinaves
afirman que también la minería con dragas está destruyendo
los fondos donde desovan los peces, destruyendo el hábitat de
estos.
43 Sinchi, Bagres de la Amazonia colombiana: Un recurso sin fronteras, Bogotá, 2000,
págs. 34, 63.

173
Ordenamiento Ambiental y Conservación

En La Pedrera, en el bajo Caquetá, la crisis de los grandes bagres


es muy grave y se hace evidente hoy en día por el hecho de que
los aviones que recogen el pescado deben pasar por varias
localidades antes de completar la carga. A finales del siglo XX,
los aviones salían, llenos de pescado congelado, dos o tres
veces al mes. De otro lado, aunque en Mariamanteca, frente al
parque Cahuinarí, existió un cuarto frío por casi diez años desde
1982, en la actualidad, por decisión de la organización política
Pani, de los miraña-bora, no se permite la pesca comercial con
mallas a lo largo de 200 kilómetros del río Caquetá.

La actividad pesquera con mallas no ha sido sostenible, no se


han respetado las normas establecidas, y hoy en día los grandes
bagres son muy escasos, cuando hace unos treinta años eran
muy abundantes. El negocio de los cuartos fríos está en
decadencia, y lo más grave es que ahora también se comercia
pescado de escama de consumo tradicional, lo cual pone en
riesgo un recurso fundamental en la dieta de la población
amazónica44. Lamentablemente, la autoridad en la materia no
ha tenido la capacidad necesaria para establecer controles y
regulaciones, y la actividad pesquera adolece de reglamentos
coherentes y medidas de manejo eficientes.

En cuanto a la pesca ornamental, se ha presentado la misma


situación de manejo inadecuado de especies como la arawana,
en La Paya y en Cahuinarí, y el cardenal, en Puinawai. La crisis ha
sido tan grave en el río Caucaya que hace algunos años los
murui y los quichuas, que habitan este río, aplicaron una veda
total, que lamentablemente no tuvo continuidad. Como
solución, hoy en día se está planteando la posibilidad de criar
estos peces en estanques aledaños al río.
44 Carlos Rodríguez, Bagres, malleros y cuerderos en el bajo río Caquetá, Bogotá,
Tropenbos, 1991, págs. 39-45.

174
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

Maderas
La extracción de maderas ha sido una actividad importante
tanto en el río Amazonas y el parque Amacayacu como en el río
Putumayo y el parque La Paya. En Amacayacu se extrajo cedro a
mediados del siglo XX hasta el punto que hoy en día es muy
escaso y se ha intentado entonces reforestar con esta especie.
Desde entonces se extraen otras maderas, y se destaca el caso
de la quebrada Cabimas (2001-2002), en donde se extrajo un
gran volumen de madera dentro y fuera del parque
Amacayacu.

Por su parte, en el río Cotuhé, los ticunas acostumbran a


extraer maderas, en ciertos casos dentro del mismo parque
Amacayacu, y comercializarlas para obtener algunos ingresos.
En La Paya también se ha extraído madera desde el inicio de la
colonización campesina del río Caucaya, en los años 50, hasta la
actualidad, y el cedro y otras especies han desaparecido en
consecuencia. Las zonas ribereñas del Caquetá y el Putumayo,
excluidas del parque en una franja de tres kilómetros desde sus
orillas, también han sido explotadas, lo mismo que las de los
ríos Sencella y Mecaya.

La principal actividad que impulsó la colonización de los años


50 en el Caucaya y otros ríos fue inicialmente la extracción de
maderas finas, en especial el cedro, que se sacaba hacia
Florencia por la trocha de Leguízamo a La Tagua. A esta época
se le conoce como la "Época de los Aserríos", actividad que se
45
desarrolló durante unos 25 años . En 1962, según Enrique
Ramírez, maderero del Tolima, ya había algunas fincas en el
Caucaya, como la finca Chiquinquirá, "(…)la finca de Reimer, la
de don Hernando Hernández, estaba la de Pablo Aguirre, a de

45 Patricia Falla, "Una aproximación a la sostenibilidad de los sistemas de producción de

175
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Manullama, la de Roberto Guatemala España, y de para abajo


de la escuela (del Guadual), había otro abiertico (…)". Ramírez
menciona también la finca de Guillermo Arias, que les compró a
46
unos indígenas .

En 1956, madereros tolimenses, entre otros Enrique Ramírez,


se instalaron en el Senseya, y de ahí pasaron por trocha al
Caucaya. En ese tiempo ya había tres aserríos en La Peinilla y
uno en Puerto Rojo, de propiedad de Alberto Pérez. La gente
compraba provisiones en Puerto Leguízamo. Se usaban mulas
para sacar la madera a las orillas de los ríos y se aserraba con
troceros, entre dos personas. La madera se bajaba en invierno y
se pasaba por la carretera en camiones hasta La Tagua durante
el verano. En Leguízamo llegó a haber arrumes de hasta 20.000
bloques de madera47.

Hoy en día, el sistema de explotación de la madera en la región


de La Paya está organizado, en términos económicos y sociales,
de la siguiente manera: en primer lugar, está el gastero, que es
el inversionista que pone el capital; después, está el montero,
un baquiano que identifica el sitio donde está la madera, marca
los árboles que se cortarán y define la forma de sacar la madera
(en mulas, o por agua, o de ambas formas); le siguen el trocero,
que maneja la motosierra, y el balsero, que arma las balsas para
bajar la madera por los ríos; por último, está el chorrero, que se
encarga de transportar la madera de caño en caño hasta su
destino final48.
la cuenca del río Caucaya. Parque Nacional Natural La Paya (Putumayo)", tesis de
economía, Universidad de los Andes, Bogotá, 1992, pág. 40.
46 Ibid., pág. 48.
47 Ibid., pág. 44.
48 Entrevista con Mauricio Villa, jefe del parque La Paya ente 1995 y 1999, Bogotá, 11 de
marzo de 2008.

176
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Tanto en el Putumayo como en el Amazonas el cedro es ahora


una especie muy escasa. La extracción maderera en Puinawai y
Cahuinarí es y ha sido de subsistencia; en el primer caso, por la
escasez natural de maderas comerciales.

* * *

Los procesos extractivos reseñados se caracterizaron por ser


economías depredadoras, en las que no se consideraba la
sostenibilidad de la actividad. Funcionaban como economías
de enclave en que las utilidades eran sacadas de la región y
estaban basados en la explotación de la mano de obra indígena,
con base en el sistema del endeude. El impacto de estas
actividades sobre los territorios y las poblaciones indígenas fue
muy grande, en especial debido a su impacto demográfico y a la
desacralización del territorio y sus recursos por agentes
foráneos. Todavía hoy, cuando se descubre algún recurso que
demanda el mercado, el territorio es explotado y las riquezas
extraídas no dejan beneficios locales. Se destaca el caso de
oposición de los miraña-bora a la actividad de extracción de oro
en su territorio del bajo Caquetá, en 2001, y el auge efímero de
extracción de tantalita, por parte de puinaves y curripacos, en
la reserva Puinawai, a finales de 2007 y comienzos de 2008.

FRONTERAS LIMÍTROFES Y POBLAMIENTO INDÍGENA


Puinaves, curripacos, ticunas, sionas, quichuas, murui, mirañas
y boras, las etnias que actualmente habitan en las áreas
protegidas objeto de este estudio, viven o han vivido en más de
un país limítrofe con Colombia, en la Amazonia. En algunos
casos, el poblamiento se relaciona con el cambio de fronteras
determinadas o áreas de influencia, y en otros por traslados,
por lo general forzados, a través de un límite internacional. En

178
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

otros casos, la presencia de estos grupos en un país diferente al


de su origen se origina en la búsqueda de refugio para evitar la
explotación y la servidumbre. De cualquier forma, las fronteras
cambiantes entre los países de la cuenca amazónica han
afectado a las poblaciones indígenas, que antiguamente no
sabían nada de fronteras internacionales.

Durante tres siglos, los españoles y los portugueses discutieron


los límites de sus respectivos territorios en Suramérica,
estableciendo tratados y partidas para demarcar sobre el
terreno esos límites. Los portugueses, mientras tanto, fueron
ocupando grandes áreas de un territorio que pertenecía a la
corona española. De esta forma, llegaron hasta Tabatinga, el
alto río Negro-Guainía y Araracuara. En el siglo XIX, el Perú
reconoció esta ocupación de hecho en el tratado de 1851 con el
Brasil, estableciendo la línea Tabatinga-Apaporis como límite.
De otra parte, fue sólo hasta el siglo XX que Colombia definió,
mediante tratados internacionales, sus fronteras con Ecuador
(1916), Perú (1922), Brasil (1907 y 1928) y Venezuela (1891)49.
Con el auge del caucho las selvas amazónicas empezaron a ser
consideradas valiosas por los Estados con territorios en la
Amazonia, y en consecuencia estos pusieron mayor interés en
su posesión y ocupación. Tanto Venezuela como Brasil y Perú
ocuparon partes importantes de la actual Colombia,
controlando el uso de los recursos y explotando a la población
indígena.

Es por ello que los indígenas ticunas del parque Amacayacu


recuerdan que habitaban en territorio peruano hasta 1930,
año en que se produjo la entrega de Leticia a autoridades
colombianas. Desde entonces, comenzaron a reconocerse,
49 Francisco Andrade, "Demarcación de las fronteras de Colombia", en Historia extensa de
Colombia, Vol. XII, Bogotá, 1965.

179
Ordenamiento Ambiental y Conservación

paulatinamente, como colombianos. Algo similar ocurrió con


los puinaves y los curripacos que vivían bajo la influencia de
autoridades venezolanas. Por su lado, los mirañas y los boras
del Cahuinarí recuerdan el periodo de trata de esclavos, así
como la llegada de las primeras hachas desde el Brasil, en el
siglo XVIII, y la invasión de los caucheros peruanos a su
territorio de los ríos Cahuinarí, Caimo y Pamá, a partir de 1904.
Es sólo hasta 1910 que se funda la aduana de La Pedrera y que el
Estado colombiano inicia la ocupación de la frontera con Brasil,
en el río Caquetá. En 1907 y 1928 se define la frontera con
Brasil, acordando una línea divisoria entre la Piedra del Cocuy y
la boca del Apaporis en 1907, y la línea Tabatinga-Apaporis en
1928.

Los puinaves del Inírida y los curripacos del Guainía vivieron


bajo la influencia venezolana hasta 1931, a pesar de que el
laudo arbitral de límites de la corona española había definido
los límites en 189150. Tomó cuatro décadas efectuar la
demarcación; entre tanto, las autoridades colombianas más
cercanas se encontraban en Calamar, en el alto Vaupés, y en
Orocué, sobre el Meta. Los puinaves vivieron bajo el dominio
de caucheros y comerciantes venezolanos entre el siglo XIX y la
segunda década del siglo XX. Desde los poblados de San
Fernando de Atabapo, sobre el Orinoco, y en Maroa y San
Carlos, en el alto río Negro, los comerciantes controlaron a la
población indígena de puinaves y curripacos y la usaron como
fuerza de trabajo. Los indígenas eran obligados a trabajar para
los blancos en pesquería, fabricación de botes, provisión de
mañoco, extracción de gomas y oficios domésticos (cortar leña,
traer agua, cuidar niños). Por su parte, los curripacos o baniwas
del Isana sufrieron una situación igual, pero sus explotadores
50 La tan criticada acción del ministro colombiano Carlos Holguín al regalar a la reina
regente de la corona española el tesoro quimbaya le significó a Colombia su soberanía
en el Orinoco.

180
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

eran comerciantes brasileros provenientes de San Gabriel en el


río Negro.

El caso de la región de La Paya fue particular, pues, no obstante


que Perú tuviera intención de apropiársela, sirvió de refugio
para poblaciones indígenas que huían de los caucheros
peruanos o ecuatorianos, como los muruis y los quichuas,
respectivamente, o de grupos que, como los sionas, buscaron
escapar a la creciente colonización del alto Putumayo originada
por el descubrimiento de petróleo en Orito (Colombia), en
1963, y en Ecuador, en 1967.

Como se mostró, el territorio de los indígenas que hoy en día


habitan los parques Cahuinarí, Amacayacu y Puinawai
perteneció y fue administrado por Brasil, Perú y Venezuela
durante siglos. En consecuencia, muchas fuentes para la
historia de estos territorios se encuentran en archivos y
bibliotecas de esos países.

En los cuatro casos estudiados, encontramos que existen


comunidades de la misma lengua y tradición cultural en más de
un país. Tanto los ticunas como los curripaco-baniwa han
habitado tradicionalmente en el Brasil, pero los ticunas viven
además, en Perú y Colombia. Existen varios casos en que la
población indígena emigró, por diversas circunstancias, de sus
territorios tradicionales hacia otros países, como ocurrió con
los puinaves que actualmente habitan en Venezuela, tras haber
migrado de su territorio tradicional en el Inírida de forma
voluntaria o forzada. Los murui de La Paya, originarios de La
Chorrera y El Encanto, viven hoy en día en varias comunidades
de los ríos Ampiyacu y Napo en el Perú, a donde fueron
trasladados de manera forzada por los agentes de la Casa
Arana.

181
Ordenamiento Ambiental y Conservación

También, los sionas habitan lugares aledaños del Perú y el


Ecuador. De otro lado, existen mirañas brasileros cuyos
territorios se encuentran en el delta interno del Caquetá-
Japurá. Este poblamiento miraña en el Brasil se originó al
parecer a finales del siglo XIX, cuando sucesivas migraciones de
varias familias y comunidades miraña arribaron a este país, en
circunstancias aún por investigar, pero relacionadas con la
violencia de las caucherías. La tradición oral miraña habla de la
existencia de una maloca de este grupo en Tefé, (Brasil).

Finalmente, puede afirmarse que la definición de fronteras


entre los diferentes Estados con influencia en la Amazonia
introdujo un elemento más de fragmentación de la
territorialidad indígena, debilitando la organización de estos
pueblos y dificultando su desarrollo. Es así como algunos
lugares sagrados de los ticunas y curripacos se encuentran al
otro lado de la frontera. La nacionalidad ha establecido
barreras que sólo podrán derribarse con procesos de
integración fronteriza. Igualmente, la guerra con el Perú de
1932-33 afectó los grupos indígenas del territorio de La Paya y
Amacayacu, tanto por las actividades de guerra, como por la
militarización de las fronteras internacionales, con la
consecuente instalación de guarniciones y bases, en lugares
como Leticia, Puerto Leguízamo, Puerto Inírida y La Pedrera.

51
COCAÍNA Y GUERRILLA

El inca Garcilaso de la Vega, cronista peruano de la época de la


Colonia, afirmaba que la coca "sacia el hambre, infunde nuevas
fuerzas a los fatigados y agotados y hace que los infelices
olviden sus pesares". En efecto, se ha descubierto que la hoja
51 Las fuentes orales sobre estos delicados temas pidieron confidencialidad al
investigador. Por esta razón no se consignan los nombres de los entrevistados.

182
Ordenamiento Ambiental y Conservación

de esta planta tiene propiedades alimenticias. Pero, para los


indígenas, la coca es, además, una planta sagrada y de uso
ritual. Por su parte, Sigmund Freud sostenía en un artículo
publicado en 1884 que la cocaína —alcaloide obtenido de la
hoja de coca— actúa como estimulante mental y muscular,
digestivo, antiasmático, afrodisíaco y anestésico. Menos de
cien años después de la publicación del artículo del médico
austriaco, se estableció en la Amazonia colombiana el lucrativo
negocio de la cocaína, que ha dado lugar a la más alta
producción del mundo, unas 500 toneladas métricas por año.

Como objeto de desarrollo agroindustrial, la coca ha alcanzado


proporciones inusitadas en la Amazonia. En este caso, ya no se
trata de extractivismo; es, por fin, la alternativa a la destrucción
de la fauna y las maderas finas de los bosques. Es, por fin, un
producto con fuerte demanda en el mercado internacional. Los
cultivos tecnificados de los que se obtiene la hoja rinden tres o
cuatro cosechas anuales, que se trasforman en pasta de coca y
se cristalizan en cocaína mediante complejos y costosos
procedimientos químicos. Además, es un producto que pesa
poco, tiene escaso volumen y alcanza altos precios en
comparación con cualquier otro producto agrícola. Pero es
ilegal. La ganadería juega el papel de legalizar las ganancias de
la coca, y la extracción de madera es la forma de aguantar los
precios bajos de la cocaína.

La actividad de cultivo y procesamiento de coca llegó a la


Amazonia colombiana hacia 1979. En La Paya, la población
colona del Caucaya estableció cultivos que persistieron hasta la
década del 90, cuando fue saneado el sector del río Caucaya y
erradicados los sembrados. No obstante, la coca se siguió
cultivando en diferentes áreas de este parque: en 2001 había
640 hectáreas sembradas; en 2002, 600; en 2003, 310; en 2004,

184
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

230; en 2005, 728; en 2006, 527. La Paya es el tercer parque de


Colombia donde más se cultiva coca, después de Nukak y
Macarena. Hay que anotar que sólo los indígenas murui, de La
Paya, tienen la tradición del mambeo y siembran para ello
algunas decenas de matas en sus chagras.

Al principio también se sembró coca en el bajo Caquetá, pero


esta actividad fue de corta duración. Tanto en Cahuinarí como
en Amacayacu, narcotraficantes de Leticia establecieron pistas
de aterrizaje y laboratorios para el procesamiento de pasta de
coca peruana que después se convertía en cocaína. De allí salía
al Brasil, a Medellín, Cali, Villavicencio, para ser enviada a los
mercados de Norteamérica y Europa.

En el parque Cahuinarí, las principales pistas y laboratorios se


establecieron en la boca del Cahuinarí, en la quebrada La Yuca,
en el Cahuinarí; en el quebradón del Hilo, en el Bernardo; en
Sabana, en el alto Cahuinarí; abajo de Las Palmas y detrás de
Solarte. Los principales narcotraficantes con incidencia en esta
zona provenían de Leticia, y en algunos casos estaban
relacionados con los carteles de Medellin y Cali. Hoy en día, en
el parque Cahuinarí no hay cultivos de coca ni pistas, pero en el
resguardo Predio Putumayo hay sembradas más de 1.000
hectáreas de coca, en especial en la cuenca del río
Igaraparaná52.

Por su parte, en Amacayacu, en los años 80, hubo dos pistas


cerca de la quebrada Matamata, y también existieron pistas en
Aguablanca y en Cabimas en la cuenca del río Amacayacu, en el
Varillal, en Purité y en Bacaba. En este último sitio hubo tres
laboratorios de narcotraficantes de Leticia. La pasta de coca
52 Naciones Unidas, Oficina contra la Droga y el Delito, Colombia. Monitoreo de cultivos
de coca, Bogotá, 2007.

185
Ordenamiento Ambiental y Conservación

llegaba a la zona del parque tanto por vía aérea como fluvial,
desde el Perú. El dinero circulaba en grandes cantidades y la
población tenía recursos. Sin embargo, la violencia era habitual
y los ajustes de cuentas acababan con muertos.

A partir de 1986, el ejército empezó a perseguir el negocio de la


coca, a bombardear las pistas, a allanar los laboratorios, y el
negocio entró en declive. Los funcionarios de Parques fueron
amenazados por traficantes y guerrilleros. En la actualidad, en
el parque Amacayacu no hay coca, ni pistas ni laboratorios,
pero se comenta que en la otra margen del río Amazonas, en el
Perú, los cultivos de coca están tomando gran fuerza. También
hay rumores de que existen incipientes cultivos de coca en el
río Cotuhé, en el sector norte del Parque Amacayacu.

En Cahuinarí y Amacayacu, la relación de los indígenas con los


narcotraficantes consistía en servir de apoyo como
informantes y como constructores de las pistas de aterrizaje.
Los indígenas también hacían labores como cargar mercancías,
gasolina y pasta de coca. El auge económico local —la paga era
muy buena— tuvo un impacto sobre la población indígena que
se alcanzó a percibir en el fenómeno de abandono de las
chagras y en la compra de comida en el mercado, lo mismo que
en un aumento de los motores fuera de borda en el escenario
ribereño, cada vez de mayor cilindrada.

A las actividades relacionadas con la cocaína estuvieron ligados


grupos guerrilleros, en especial las FARC. En La Paya, estas
expulsaron a los funcionarios del parque en el Senseya, en
1999, y de Viviano Cocha, en 2005. De esta forma, se perdieron
las cabañas de dos sectores de manejo del parque, debilitando
o haciendo nula la gestión. De otro lado, en Cahuinarí, la

186
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

guerrilla entró en 2001 y permaneció en la zona hasta 2004,


cuando el ejército ocupó el área. A pesar del apoyo miraña a los
trabajos del parque, los funcionarios fueron obligados por la
guerrilla a retirarse del área desde 2002.

Con respecto a la reserva Puinawai, se sabe que la influencia de


la guerrilla llega hasta el sector más occidental del resguardo
CMARI (Cuenca Media y Alta del Río Inírida). Un poco arriba de
Raudal Alto parece ser el límite de la influencia guerrillera.
Tardíamente, hacia 1998, y hasta 2002, se sembró coca —en
cada comunidad unas cuantas hectáreas— en las comunidades
de Zancudo, Matraca, Danta y Caño Wiña. La pasta se vendía en
Inírida, a escondidas, y allí mismo se compraban la gasolina, el
amoníaco, el cemento, el ácido y el gramoxone. La química del
proceso se aprendió en el bajo Guaviare o en el alto Inírida.
Pero los jóvenes puinaves se dieron cuenta de los peligros de
este trabajo y de las dificultades para vender la pasta. Además,
la guerrilla andaba por el río, y antes del primer gobierno de
Álvaro Uribe (2002-2006), a comienzos del siglo XXI, llegó hasta
Chorrobocón. "Atrás de la coca viene la guerrilla, el vicio, los
problemas que trae esa coca". La guerrilla decía que estaba
prohibido pescar bagres para vender, prohibía el barbasco y
limitaba la pesca a la mera subsistencia. "Ellos querían mandar
en este río. Uribe salió muy bueno, porque antes la guerrilla nos
estaba cercando ya".

Ya para 2002, muchos jóvenes del resguardo estaban viajando


aguas arriba por el río Inírida, hasta Puerto Nápoles, donde
trabajaban para los narcotraficantes, y algunos acabaron en el
monte con la guerrilla. Por esta razón, en 2002, los mayores y
capitanes del resguardo CMARI decidieron prohibir cualquier
actividad relacionada con la coca, porque "la juventud no

187
Ordenamiento Ambiental y Conservación

permanece en la comunidad sino en el monte raspando", y en


algunos casos "los jóvenes se van para siempre". Con el inicio
del gobierno de Uribe ese mismo año, el tránsito de medicinas y
gasolina por el río Inírida se restringió y la corrupción de las
autoridades militares disminuyó. Se establecieron retenes
militares y la economía coquera perdió importancia.

Sin embargo, de acuerdo con las estadísticas de cultivos de coca


de las Naciones Unidas, en el resguardo CMARI existían 160
hectáreas de coca en 2005 y 186 en 2006. El tema es tratado
con el mayor sigilo, y nadie menciona la existencia de coca en
aquel resguardo. Por su parte, el resguardo Remanso-
53
Chorrobocón albergaba tres hectáreas en 2005 y 26 en 2006 .

Para el resguardo de la parte alta del río Guainía, se mencionan


nueve hectáreas de cultivos de coca en 2005 y ninguna en 2006.
La falta de alternativas económicas diferentes a la coca y el oro,
que proporcionen ingresos monetarios a las comunidades, está
sin resolverse y seguirá siendo un problema para la reserva
Puinawai y las autoridades del resguardo CMARI.

Tanto la guerrilla como los narcotraficantes hicieron difícil e


insegura la labor de los funcionarios de Parques, dificultando el
control de la extracción de recursos naturales y el movimiento
en el territorio. Ambos abrieron trochas, uniendo los
principales ríos, y se habla de que en ocasiones tuvieron
contacto con los grupos indígenas aislados del parque río Puré.
Todavía hoy la guerrilla hace presencia en el sector del río
Caquetá, en el parque La Paya, imposibilitando la gestión.

53 Ibid.

188
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

PARQUES Y RESGUARDOS

Después de casi quinientos años en busca de El Dorado, El País


de la Canela, La Casa del Sol, la mítica ciudad de Manoa y el
imaginario lago Parima, y luego de haber experimentado todos
los extractivismos imaginables, incluyendo el de seres
humanos con la esclavitud, llegó a la Amazonia, como una
novedosa forma de ordenamiento del territorio, la idea de la
conservación de la naturaleza. Un cambio de paradigma para la
mejor forma de utilizar la tierra y sus recursos. Aunque desde
1948, con la constitución de la reserva biológica de La
Macarena, se inició el proceso de conservación en la Amazonia
colombiana y en el resto del país, fue sólo a partir de los años 70
que comenzó el proceso de conformación de un sistema de
áreas protegidas que representen la diversidad de la Amazonia
colombiana. Así, se crearon, entre otros, los parques
Amacayacu (1975), La Paya (1984) y Cahuinarí (1987) y la
reserva Puinawai (1989). Tenemos pues que los parques objeto
de estudio tienen entre unos treinta y veinte años de
existencia, un tiempo relativamente corto comparado con el
transcurso histórico anterior.

En 1976, un estudio del Inderena preseleccionó las zonas de


parques nacionales para el país54. En esta época sólo existían La
Macarena y Amacayacu como áreas protegidas en la Amazonia.
El estudio delimitó veinte zonas más que ameritaban ser
incluidas en el sistema de parques nacionales. En la actualidad,
las áreas protegidas amazónicas son doce, y algunas coinciden
con las áreas preseleccionadas en 1977, entre ellas, La Paya,
Puinawai, Puré, Chiribiquete, Alto Fragua, Picachos y Orito. Si
se llega a establecer el parque nacional Yaigoje, este cubrirá los
54 Inderena, Mapa de ubicación de áreas identificadas para parques nacionales, territorio
faunístico y reservas equivalentes, Bogotá, 1976.

189
Ordenamiento Ambiental y Conservación

parques Jirijirimo y Taraira, también preseleccionados en el


mismo año. Esta nueva mirada al mapa nacional, que se
complementaría con los resguardos, ha creado una nueva
forma de ordenamiento territorial sin comparación con
ninguna otra parte del país. Se ha pasado de la visión del
territorio amazónico como fuente de recursos para la
extracción a la de un ámbito de conservación de la naturaleza y
protección de la diversidad cultural. Este cambio de paradigma
está asociado al movimiento ambiental y al reconocimiento, a
nivel mundial, de los valores del mundo indígena.

La idea de la conservación de la naturaleza llegó a la Amazonia


colombiana en la coyuntura del auge de la cocaína y su
comercialización (1979-2008), que, como vimos, significó la
ocupación de los parques para sembrar, procesar o traficar
cocaína. No fue fácil transmitir la idea de las áreas protegidas
en esta situación, y fue apenas con el debilitamiento de dicha
actividad que los programas de Parques empezaron a tener
mayor importancia y vigencia. Este problema ha sido una
constante principalmente en el parque La Paya y, unido a la
presencia esporádica de la guerrilla, ha hecho muy difícil la
gestión del área protegida; pero también en Cahuinarí,
Puinawai y Amacayacu existieron pistas de aterrizaje y
laboratorios, como vimos antes.

Por otro lado, a partir de los años 80 se empezaron a constituir


los resguardos indígenas en la Amazonia, con grandes áreas en
zonas libres de colonización campesina y con áreas pequeñas
en zonas donde había procesos de colonización. Fue así como
se constituyó el Predio Putumayo en 1988, un año después de
constituido el parque Cahuinarí, quedando casi la totalidad del
parque superpuesta al resguardo y una inmensa zona aledaña
al parque, como resguardo, con más de 5 millones de

190
hectáreas. Una situación similar se produjo en la reserva
natural Puinawai con la constitución de tres resguardos sobre la
totalidad del área reservada, pero con unos tres millones de
hectáreas aledañas, bajo la figura de resguardo. Estas dos
situaciones ofrecen importantes alternativas para la
planificación y el desarrollo de las tierras indígenas y las zonas
de conservación de los parques, dado que, por fuera de las
zonas superpuestas, las comunidades tienen mayor libertad de
acción puesto que no existen las restricciones ambientales
características de las áreas protegidas.

En La Paya, con una situación bastante diferente, se


constituyeron ocho resguardos indígenas superpuestos parcial
o totalmente al parque, en los años 80 y 90, con un área
promedio de tan sólo 5.000 hectáreas cada uno, debido a la
colonización existente en las riberas del Putumayo y el
Caquetá, así como a la colonización ganadera del eje La Tagua-
Puerto Leguízamo y a la colonización campesina del Caucaya.
Allí, la ganadería es una actividad importante para las
comunidades, a diferencia de lo que ocurre en los demás
parques de las zonas objeto de estudio. Las reducidas áreas de
los resguardos, la muy cercana influencia de Puerto Leguízamo

191
Ordenamiento Ambiental y Conservación

como polo de desarrollo, la ganadería y el hecho de que todos


los asentamientos se origInaron en migraciones ocurridas a
partir de los años 30, hacen que se presente una mayor presión
sobre los recursos del parque, en especial sobre peces y
maderas.

En Amacayacu, la situación territorial indígena presenta formas


diferentes, con resguardos pequeños al oriente del área
protegida (Macedonia y Mocagua) y resguardos relativamente
grandes al occidente (resguardo Ticoya de Puerto Nariño) y al
norte del parque (Cotuhé-Putumayo). Debe considerarse que
la zona ribereña del río Amazonas colombiano —116
kilómetros— y la región de Tarapacá están muy pobladas y que
las necesidades de recursos económicos de las comunidades
son mayores debido a su integración más permanente al
mercado. La influencia de Leticia es muy importante como
centro urbano con servicios de educación y salud, así como
mercado de diversos productos y fuente de recursos por el
turismo. Además, la presencia estatal es mucho más evidente
en Puerto Leguízamo y en Leticia que en Puerto Inírida o La
Pedrera. Por estas razones, las presiones sobre los recursos
naturales son mayores y la población indígena guarda menos
elementos de su cultura tradicional en Amacayacu y en La Paya.
En Puinawai o Cahuinarí, los territorios indígenas son inmensos
y la cohesión social es mayor. Estas diferencias hacen pensar en
la necesidad de un manejo diferenciado para cada situación.

Debe destacarse que a raíz de la creación de los resguardos


aparecieron nuevas formas de autoridad y organización
política indígena a nivel local, —capitanes, curacas o
cabildos—, y a nivel regional, organizaciones de segundo nivel
como los consejos regionales indígenas y, más recientemente,
las Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).

192
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Estas nuevas figuras de organización política produjeron el


tránsito de sistemas descentralizados de poder y autoridad a
sistemas más centralizados. A nivel nacional surgieron
organizaciones como la ONIC y la OPIAC, que hasta el momento
han manifestado su oposición a la existencia de las áreas de
parques en territorios indígenas, por diversas razones. Esta
cuestión ha tenido consecuencias sobre la gobernabilidad de
las áreas protegidas y sobre el establecimiento de acuerdos de
coordinación y de uso y manejo de los recursos naturales con
las autoridades indígenas locales (al respecto, ver capítulos 1 y
2).

Nuevas fuentes de recursos económicos vinieron con la


constitución de los resguardos. Los recursos de participación,
antes llamados transferencias, han originado problemas de
desintegración y atomización de las comunidades, al pretender
recibir dineros de forma independiente, y de corrupción. La
"plata caliente".

Junto con el establecimiento de parques y resguardos en la


Amazonia colombiana, se fortaleció la presencia estatal, a
través de los departamentos, municipios y corregimientos, con
la provisión de servicios de salud y educación. Esta situación
hizo que la población tendiera a agruparse alrededor de estos
servicios y se conformaran pequeños poblados. El fenómeno
de mayor densidad poblacional en algunos sitios ha propiciado
la insostenibilidad en el manejo de los recursos naturales, la
cual se evidencia en la degradación de los suelos y en la escasez
de caza y pesca. Al parecer, cuando los asentamientos superan
los 200 o 300 individuos, empieza a presentarse este problema.
Algunos lugares donde son evidentes estas complicaciones son
la comunidad puinave de Chorrobocón, cerca de Puinawai, y el
poblado ticuna de San Martín, en Amacayacu.

194
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

La constitución de las áreas protegidas en territorios indígenas


llevó a conflictos relacionados con la autoridad y la autonomía
indígenas, la comercialización de recursos naturales, las
visiones de la conservación occidental e indígena, la propiedad
y las restricciones a esta. Pero, por otro lado, en cada caso se
han intentando acercamientos con las autoridades indígenas,
para buscar acuerdos sobre trabajo conjunto, manejo de
recursos naturales, y control y vigilancia.

La llegada de los primeros funcionarios de Parques, que en un


comienzo estaban armados, como en el caso de Amacayacu,
significó la aparición de una segunda autoridad en los
territorios indígenas, hecho que fue resentido por las
comunidades. En efecto, no se entendía cómo un territorio
propio podía tener una autoridad ajena. Es diciente que
algunas de las cabañas de Parques en territorios indígenas
fueron establecidas en terrenos comprados a colonos, como en
el caso de Viviano Cocha, en La Paya, o de Matamata, en
Amacayacu, y que para el momento de su establecimiento no
se habían constituido resguardos todavía, en ninguno de los
cuatro casos. El problema de la doble autoridad ha estado
siempre en la base del conflicto político, pues cuestiona la
autonomía indígena.

Al mismo tiempo, los indígenas percibieron que los parques


limitaban su autonomía con algunas restricciones, como fue el
caso de las charapas en Cahuinarí o las dragas de oro en
Puinawai. Del mismo modo, el aprovechamiento forestal con
fines comerciales pasó a no ser permitido, lo que ha llevado a
un largo historial de extracciones ilegales, tanto en La Paya
como en Amacayacu. La situación generó reacciones negativas,
expresadas en algunos casos en que los indígenas quisieron
desconocer la existencia del parque.

195
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Otro punto de controversia fue el relativo a la propiedad de la


tierra, pues, en un comienzo, los parques se crearon en tierras
donde no había resguardos, y sólo unos años después estos
fueron constituidos. Desde entonces quedó claro de quién era
la propiedad y se entendió que, aunque Parques podía
establecer restricciones al uso, no ponía en discusión la
propiedad de la tierra. Sin embargo, la desconfianza de los
indígenas era muy grande. No se explicaban qué podían querer
los blancos en su territorio, cuando el nuevo "negocio" era
dejar todo quieto y prohibir la extracción de recursos naturales,
lo que durante siglos se había fomentado.

A esta situación de tipo político, con consecuencias de tipo


económico, se sumaron las divergencias originadas en la
existencia de dos visiones de mundo, dos territorialidades y dos
55
visiones de la naturaleza diferentes . Estas divergencias
derivan en que las formas de adelantar los procesos de
conservación sean completamente distintas. Para los
indígenas, los animales y plantas tienen sus dueños, y son los
pensadores o chamanes quienes, mediante el uso de la coca, el
tabaco y el yagé, regulan las relaciones de los hombres con esos
dueños y piden permiso a estos para aprovechar animales y
plantas. Pero este es un proceso mental que no implica
desplazamiento físico alguno y en el cual los chamanes o brujos
juegan un papel fundamental en el cuidado del mundo.
Además, el territorio indígena está marcado por múltiples
lugares considerados sagrados por los indígenas, bien sea
porque fueron el lugar de origen de algún clan, bien porque allí
hubo malocas de la gente antigua, o bien porque allí ocurrieron
eventos míticos. En cambio, es evidente que la conservación en
55 Rodrigo Botero y Juan Álvaro Echeverri, "Dos centros de pensamiento para el manejo y
conservación del parque Cahuinarí”, en Parques con la Gente II, Bogotá, UAESPNN,
2002.

196
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

el mundo occidental es vista desde un ángulo racionalista y


científico.

A estos conflictos se suma el problema más evidente —y el más


argumentado para oponerse a las restricciones de Parques—
de la necesidad de las comunidades de obtener ingresos
monetarios, los cuales casi siempre están relacionados con el
aprovechamiento de recursos naturales de los parques. Esta
cuestión no se ha resuelto, y solamente en Amacayacu el
ecoturismo proporciona ingresos estables y permanentes,
aunque aún insuficientes, a las comunidades vecinas al parque,
en especial las de Mocagua, Macedonia, Palmeras y San
Martín.

Esporádicamente, en las cuatro áreas protegidas surgen


proyectos de investigación o de gestión en los que algunos
miembros de las comunidades participan, consiguiendo
algunos ingresos y adelantando, en algunos casos,
investigaciones propias o participativas. Se destacan, entre
estos, en la década de los 90, algunos proyectos grandes como
Surapa, que tuvo incidencia en La Paya y Amacayacu,
principalmente; Parques en Peligro, desarrollado en Cahuinarí
y La Paya (apoyo a las cabañas y logística de transporte); el
saneamiento del Caucaya, en La Paya; Plan Charapa; y el
proyecto de la Organización Internacional de Maderas
Tropicales (OIMT), adelantado en Cahuinarí. En la actualidad se
desarrolla el programa Mosaicos de Conservación con la
fundación Patrimonio Natural, en Cahuinarí y Puinawai. En
medio de estos proyectos se realizaron decenas de
investigaciones, sobre todo en el campo biológico, que
contaron con el apoyo de indígenas en diferentes labores. Así,
algunos indígenas han definido esta época como "el tiempo de

197
Ordenamiento Ambiental y Conservación

proyectos". Sin embargo, las investigaciones que incluyen


colecta de especies vegetales o animales o acceso a
conocimientos tradicionales, han sido restringidas por las
comunidades indígenas.

Como se mencionó, el problema de los ingresos de las


comunidades sigue sin resolverse, lo cual ha llevado a que estas
argumenten que conservan, pero no ganan por hacerlo,
mientras que los funcionarios e investigadores sí pueden vivir
de la conservación. Se han comenzado a plantear, entonces,
como posibles fuentes de ingresos en el futuro, la utilización de
la biodiversidad, la fijación de carbono y la deforestación
evitada como forma de contrarrestar el cambio climático.

A la situación de conflicto predominante en los primeros


tiempos del establecimiento de las áreas protegidas, se ha
sucedido una etapa de mayor disposición a la concertación, en
la cual se ha conseguido llegar a transacciones y acuerdos de
voluntades para resolver los problemas mencionados. Aunque
con anterioridad a 1999 existió voluntad de concertar con los
indígenas diversos aspectos del manejo de los parques, es
realmente a partir de este año que se inicia la formulación y
puesta en marcha de una política institucional explícita,
llamada Política de Participación Social en la Conservación
(más conocida como Parques con la Gente). No obstante que
esta política sigue vigente, se mantiene el escollo jurídico de las
normas que definen el carácter mismo de los parques (Decreto-
Ley 2811 de 1974, Decreto 622 de 1977) como áreas de
conservación sin gente. Veamos entonces qué formas ha
adoptado esta política para resolver los problemas centrales.

En primer lugar, la Unidad de Parques reconoce la propiedad


indígena sobre los resguardos y ha apoyado la constitución de

198
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

algunos de estos, así como su ampliación. Además, ha


colaborado en trabajos relacionados con el territorio,
apoyando recorridos por los ríos y la elaboración de mapas
propios de los indígenas, en los cuales se identifiquen sus
lugares sagrados, sitios con dueño, lugares de origen de clanes,
etcétera. Es así como en San Martín y Mocagua en el parque
Amacayacu, lo mismo que en Puinawai y en Cahuinarí, se han
elaborado mapas de usos y del territorio tradicional. El tema
del territorio ha sido un punto de encuentro entre Parques y las
autoridades de los resguardos, pues en el territorio confluyen
los intereses de ambas partes en lo que respecta a la
conservación, aunque desde diferentes ópticas. A partir de
estos trabajos, es posible pensar en una zonificación desde la
perspectiva cultural, que complemente o dé sentido a las
zonificaciones de tipo exclusivamente biológico. Tanto en La
Paya como en Amacayacu, el tema del territorio está ligado a las
necesidades de ampliación de los resguardos.

Para superar los conflictos por la limitación a la autonomía


indígena y por la superposición de autoridades, se ha
planteado en varias ocasiones la posibilidad del comanejo o la
coadministración de los parques. El primer punto de encuentro
en este tema es que la Unidad de Parques no tomará decisiones
relativas a temas ambientales en zonas superpuestas, como los
procesos de investigación, desarrollo sostenible o ecoturismo,
sin el consentimiento de las autoridades indígenas o sin haber
llegado a un acuerdo previo con las mismas. Aunque esto
parece obvio hoy en día, en la década de los 80 los funcionarios
de Parques creían tener más autonomía para manejar los
asuntos de los parques, así estos estuvieran superpuestos, y de
hecho tomaban decisiones sin consultar previamente a las
otras autoridades, como en el caso de las investigaciones.

199
Ordenamiento Ambiental y Conservación

En Amacayacu se constituyó en 1995 un comité de


coadministración del parque con las comunidades del sector
sur del área protegida, y lo mismo se hizo en Cahuinarí, donde
un comité de recursos naturales impulsó los primeros acuerdos
en el tema de manejo de recursos naturales, en 1993. También
en Cahuinarí, con el apoyo de la Fundación Puerto Rastrojo y la
Fundación Natura, se acordaron las labores a realizar en los
asuntos de conservación, investigación y manejo de la tortuga
charapa, en las décadas de los 80 y los 90. De otra parte, en
2001 se estableció en Amacayacu el Grupo de Trabajo en
Investigaciones (GTI), que ha buscado regular las
investigaciones científicas e impulsar investigaciones propias.
Entre estas últimas se destaca el proyecto Manejando Bienes
Comunes, apoyado por Ecofondo.

En el parque Cahuinarí, tras muchas discusiones sobre el tema,


se estableció en 2001 un convenio de coordinación entre las
autoridades del parque y el resguardo Predio Putumayo, que
estabilizó la situación en esta área. De otro lado, en La Paya se
estableció en 2000 un programa conjunto de control y
vigilancia, que no perduró, y se elaboraron unos primeros
puntos de acuerdo, que hasta ahora no se han formalizado.

Entre los acuerdos que las comunidades indígenas


rápidamente percibieron como convenientes para sus
intereses, está el relacionado con el control y la vigilancia de los
recursos naturales, aplicado contra terceros, por lo general
comerciantes blancos que buscan aprovechar recursos en
zonas traslapadas. Esto ha funcionado bien en Amacayacu, en
el tema de explotación de maderas (Cabimas, 2002), y en
Cahuinarí, respecto al control del uso de dragas. En La Paya, el
problema de control y vigilancia ha sido muy grave por la
incapacidad de controlar la extracción de recursos naturales,

200
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

en especial maderas y peces (pesca con mallas). En Puinawai se


logró mantener las dragas fuera de la reserva, aunque éstas
siguen trabajando en el resguardo de la Cuenca Media y Alta
del Río Inírida.

El tema del control y la vigilancia realizados conjuntamente


entre Parques y los resguardos reviste la mayor importancia, y
la nueva forma de plantearlo, más allá de las actividades
instrumentales de control, ha sido a manera de monitoreo de
los recursos naturales, lo mismo que de rescate y valoración de
los sistemas regulatorios propios de las comunidades.

Tanto en Cahuinarí como en Amacayacu existe un cuerpo de


acuerdos establecidos sobre temas de manejo de los recursos
naturales, fijando las normas para aprovechar los diversos
recursos, incluyendo en algunos casos cuotas determinadas
para comercializar, por ejemplo, charapas o carne de monte. En
Cahuinarí, estos acuerdos se iniciaron en 1993, y son
respetados, mientras que en Amacayacu la mayoría de los
acuerdos aún son propuestas que no han sido formalizadas. En
Amacayacu también se pretende regular el aprovechamiento
de maderas provenientes de reforestaciones hechas por los
mismos indígenas, pero aún no hay claridad sobre el
procedimiento. En efecto, dentro de la Unidad de Parques,
aunque la política sobre el tema reconoce el derecho al
aprovechamiento económico de los recursos naturales, no
existen normas ni procedimientos para hacer efectivo este
derecho.

En los tres últimos años, la Unidad de Parques ha adelantado


procesos de discusión y establecimiento de Regímenes
Especiales de Manejo (REM), para hacer efectiva la
coordinación entre las autoridades de los parques

201
Ordenamiento Ambiental y Conservación

superpuestos con resguardos, teniendo como ejes de trabajo


los conceptos de territorio, cultura y gobernabilidad. Tanto en
Cahuinarí como en Amacayacu se ha adelantado un proceso de
diagnóstico del área superpuesta y se han compilado los
acuerdos de manejo previos, y estos se han complementado y
precisado. Así mismo, se han definido las formas de
coordinación en materia de gobierno del área y los aspectos
territoriales relacionados con asuntos como ampliación de los
resguardos, clarificación de límites, necesidades de
investigación y visión indígena del territorio.

No obstante, el camino de la concertación no ha sido fácil,


puesto que las organizaciones indígenas del orden nacional y
regional miran el tema con desconfianza, y el mensaje que han
recibido las autoridades locales, ha sido que se abstengan de
firmar acuerdos sobre regímenes especiales de manejo. Estas
dificultades han llevado a la Unidad de Parques a buscar
acercamientos con las organizaciones indígenas regionales y
nacionales para explicar y socializar los trabajos en curso; de
igual manera, la Unidad de Parques ha comenzado a buscar
apoyo de otras entidades para tratar diversos temas que no son
de su competencia, como el de las pesquerías y las tierras. Estas
tareas son esenciales si se pretende lograr una convivencia
armónica entre las autoridades de Parques y las de los
resguardos.

El proceso de concertación de regímenes especiales de manejo


se encuentra bastante adelantado en Amacayacu y Cahuinarí.
En La Paya, el proceso está estancado, mientras que en
Puinawai avanza con rapidez. Es así como en esta reserva
natural, que inició trabajos con tres de las dieciséis
comunidades del resguardo CMARI en 2004, hoy en día trabaja
con más de diez comunidades, logrando consensos sobre las

202
Ordenamiento Ambiental y Conservación

necesidades de conservación y de gobernablidad del área. Dos


veces al año se realizan reuniones con todos los capitanes de
este resguardo, la primera para definir los trabajos conjuntos
que se realizarán durante el año; la segunda para evaluar los
resultados anuales y estudiar las perspectivas futuras. De otro
lado, con los curripacos del Guainía se han hecho algunos
acercamientos y se ha socializado el sentido de la reserva
natural.

A MANERA DE CONCLUSION
Resaltamos que no obstante los evidentes avances en las
relaciones entre la Unidad de Parques y las autoridades
indígenas en las cuatro áreas protegidas consideradas en esta
investigación, el problema de la generación de ingresos para los
pobladores de los parques sigue siendo un grave cuello de
botella y, mientras esto no se resuelva, el extractivismo, los
cultivos ilícitos, el narcotráfico y la minería amenazarán estas
áreas. Es muy diciente de esta realidad el caso de la extracción
artesanal que hicieron puinaves y curripacos de varias
toneladas de tantalita de la reserva natural Puinawai, entre
diciembre de 2007 y febrero de 2008. Aunque está claro que la
minería es una actividad ilegal en las áreas protegidas, y a pesar
de los avances en las relaciones entre las dos autoridades
presentes en éstas, las necesidades de ingresos de las
comunidades son agudas y generan, en algunos casos,
procesos incontrolables.

La historia del poblamiento y el territorio de las áreas


protegidas amazónicas ha sido influida por demandas
exógenas que han dominado la economía regional y causado
impactos negativos, no sólo sobre el ambiente sino también
sobre las poblaciones indígenas y sus culturas. A partir de los
años 70, con la mayor presencia estatal y la constitución de

204
Territorios indígenas y parques nacionales en la historia de la Amazonía colombiana

resguardos y parques, este proceso ha comenzado a revertirse


y ya se observan procesos de recuperación tanto demográfica
como cultural. Sin embargo, aún es significativa la demanda de
recursos naturales amazónicos por los mercados nacional e
internacional, y esta no se podrá desconocer, a menos que se
encuentren alternativas económicas sostenibles que
proporcionen recursos monetarios suficientes a las
comunidades indígenas.

En el transcurso de la historia descrita se destaca, en primer


lugar, cómo los grupos indígenas que vivían en ríos pequeños,
como los mirañas, los muruis, los puinaves o los ticunas, han
pasado a vivir en los ríos grandes, bajando cada vez más hacia
los centros poblados, ejerciendo presión sobre los recursos
naturales y planteando un nuevo reto para la planificación:
lograr la sostenibilidad de los centros urbanos en la Amazonia.
Pero, por otro lado, existen algunas propuestas de volver a vivir
en las tierras de los abuelos, donde habitaban los antiguos en
los ríos pequeños, y recrear la forma de vida tradicional. Sin
embargo, la atracción de los centros urbanos y de los ríos
grandes es implacable. Sólo se sustraen a este influjo los grupos
indígenas aislados, que, se presume, están refugiados en las
cabeceras de los ríos más pequeños. En segundo lugar, se
resalta cómo se pasó del paradigma de la Amazonia como
fuente inagotable de recursos para la extracción, con una
población de seres primitivos útiles sólo como mano de obra, al
de la región de conservación más importante del mundo, con
cientos de grupos étnicos que mantienen valores y
conocimientos de la mayor importancia para la humanidad.
Este cambio es evidente en el régimen legal de las tierras
amazónicas, que están destinadas a resguardos indígenas y a
áreas de conservación (parques nacionales y reserva forestal
de la Amazonia) en cerca de 36 millones de hectáreas.

205
Capítulo 4
Reflexiones sobre el acompañamiento de
Parques Nacionales a las familias indígenas
guayabero desplazadas de Caño Ceiba,
PNN Serranía de la Macarena
Pablo César González García
En los últimos doce años, la Unidad de Parques Nacionales
Naturales de Colombia ha efectuado un acompañamiento
institucional al proceso de búsqueda de reconocimiento
cultural y territorial de algunas de las familias del pueblo
indígena guayabero, específicamente aquellas que hasta 2003
vivieron en el sector suroriental del PNN Serranía de la
Macarena.

La primera fase de la gestión (emprendida a mediados de la


década pasada) fue de acercamiento in situ en el asentamiento
guayabero de Caño Ceiba, el cual estaba ubicado en el sector
suroriental del PNN Serranía de la Macarena, área protegida
localizada al suroccidente del departamento del Meta y creada
en 19711. El propósito de ese primer esfuerzo fue, por una
parte, crear canales de comunicación entre la Unidad de
Parques y las familias del pueblo guayabero que habitaban en
dicho asentamiento. Por otra parte, avanzar en la
1 Este territorio fue declarado primero Reserva Biológica en 1948, con una extensión
inicial de 1.131.350 hectáreas, y sólo hasta 1971 fue declarado Parque Nacional Natural,
ajustándose su área a 630.000 hectáreas. Posteriormente, en 1989, y para garantizar su
conservación, fue dotado de varias figuras y categorías legales, creándose así el Área de
Manejo Especial de la Macarena (AMEM).

209
Ordenamiento Ambiental y Conservación

caracterización y el diagnóstico sociocultural, territorial y de


uso de los recursos naturales que hacían los guayabero en esa
región, con la perspectiva de establecer las estrategias de
gestión que se adelantarían en esa parte del área protegida. El
acercamiento logró, en esencia, lo primero. Frente a lo
segundo, se sumó al proceso de constitución y titulación de un
resguardo en dicho sector. El resguardo estaba proyectado para
un área de 3.500 hectáreas y por ese entonces (1997)
empezaba a ser tramitado por el Instituto Colombiano para la
Reforma Agraria, INCORA.

La segunda fase del acompañamiento (entre 2004 y 2006,


aproximadamente) fue la correspondiente a la caracterización
cultural, socioeconómica y ambiental de las familias guayabero
de Caño Ceiba, que a mediados de 2003 tuvieron que
abandonar el territorio que ocupaban en el sector suroriental
del parque como consecuencia de la violación de varios de sus
derechos fundamentales por grupos armados ilegales, que las
conminaron a abandonar el asentamiento tras haber asesinado
a algunos de sus líderes.

Por último, tuvo lugar la tercera fase de la gestión de la Unidad


de Parques (entre julio de 2006 y diciembre de 2008). Su énfasis
fue la búsqueda de exigibilidad de los derechos territoriales,
culturales y organizativos de las mencionadas familias
guayabero, en aras de su retorno al sector suroriental del
parque, pero mediante la posesión formal de ese territorio
tradicional. Para ello, una de las estrategias principales fue el
seguimiento a las diligencias de constitución y titulación del
citado resguardo en trámite.

En cada una de esas etapas, la Dirección Territorial Amazonia-


Orinoquia (DTAO) de la Unidad de Parques prestó

210
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

acompañamiento a las familias del pueblo guayabero y


adelantó un porcentaje significativo de las gestiones a favor de
ellas en los niveles municipal y regional. Estas gestiones se
efectuaron desde diversos enfoques y alcanzaron diferentes
impactos.

Es importante resaltar que el pueblo indígena guayabero ha


sido catalogado por el Estado colombiano y agencias de
cooperación internacional2 como una de las cinco etnias que
actualmente se encuentran en más alto grado de
vulnerabilidad y riesgo en el país. Ello se debe a las dificultades
para mantener sus modelos tradicionales de subsistencia, a
causa de varios factores. Por una parte, la presencia en sus
territorios de varios actores con diversos intereses produce
perturbaciones en su cotidianidad y ha hecho aún más
complejas sus condiciones materiales de vida. A ello se suman
constantes desplazamientos forzados, agresiones contra sus
miembros, una ubicación geográfica en escenarios de frontera
agrícola móvil y de difícil acceso y las dinámicas del conflicto
interno colombiano.

Hoy en día, como consecuencia de los procesos de


desplazamiento y la consecuente desestabilización territorial y
organizativa que han enfrentado, las familias guayabero
desplazadas carecen de territorio formalmente reconocido y
2 El Ministerio del Interior y de Justicia, a través de su Dirección de Asuntos Étnicos,
elaboró en 2007 el Programa de Atención Integral a Población en Alto Grado de
Vulnerabilidad y Riesgo, que en la parte introductoria de sus apartados consigna las
dificultades de índole territorial que afrontan los pueblos indígenas guayabero y nukak
makú en el departamento del Guaviare. Por su parte, Etnias de Colombia reporta en
varios de los documentos disponibles en su sitio web (www.etniasdecolombia.org) la
preocupación que en diferentes escenarios han manifestado algunas agencias de
cooperación internacional sobre las dificultades que en general afrontan los pueblos
indígenas de la Amazonia colombiana para el reconocimiento y el ejercicio integral de
sus derechos.

211
Ordenamiento Ambiental y Conservación

van errantes entre el sur del Meta y el nororiente del Guaviare,


en otros tiempos, su propio territorio ancestral. No sobra
señalar que esta circunstancia tiene lugar no obstante la
existencia de resguardos guayabero conformados en tales
departamentos. Sin embargo, según explican los indígenas
desplazados del área protegida que tuvieron algún tipo de
acceso a dichos resguardos, así como otros guayabero también
desplazados de sus territorios, esos resguardos son bastante
limitados en extensión y recursos, existe allí una amplia
presencia de colonos campesinizados, en varios casos son
insuficientes para garantizar la sostenibilidad material de las
familias allí asentadas, afrontan problemas de orden público
por la presencia de actores armados3 y carecen de puestos de
salud, escuelas y presencia estatal en general. Estas razones
explican en parte los desplazamientos masivos que en las
últimas décadas ha vivido este pueblo indígena, desde diversos
asentamientos en los departamentos del Meta y el Guaviare
hasta los resguardos guayabero más aledaños al casco urbano
del municipio de San José del Guaviare.

La Dirección Territorial Amazonia-Orinoquia se ha sumado a los


esfuerzos interinstitucionales para contribuir a la preservación
del patrimonio cultural de este pueblo indígena, mediante las
Estrategias Especiales de Manejo (EEM). Éstas abordan la
3 En el Resguardo Caño Ovejas, así como en el Resguardo de Mocuare, territorios
pertenecientes a familias del pueblo guayabero y ubicados en el departamento del
Meta en cercanías del municipio de Mapiripán, las cifras de desplazamiento han
aumentado desde comienzos de la presente década, aumentando desde 2007 y a lo
largo de 2008 por la presión de grupos insurgentes y de autodefensas (Informe
INCODER 2008, Oficina de Enlace Territorial - Meta. El Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar, Seccional Guaviare, también reporta incrementos similares en su
informe de ese período). En inmediaciones del Resguardo La Sal, municipio de Puerto
Concordia (Meta), la presencia de autodefensas es constante, y en el municipio de San
José del Guaviare (Guaviare), uno de los resguardos indígenas del pueblo guayabero,
ubicado sobre la margen izquierda del río Guaviare y a escasos 30 minutos del
municipio, se encuentra traslapado con una base militar.

212
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

condición, entre otras, de traslape total o parcial de un área


protegida con territorios no habitados permanentemente por
una comunidad, una parcialidad o un grupo indígena pero que
constituyen el ámbito tradicional de las actividades sociales,
económicas y culturales de éstos. Las EEM hacen parte del
objetivo 2 del Plan Estratégico de Acción de la DTAO y
contemplan, entre otras cosas, la necesidad de brindar apoyo a
la protección de la diversidad étnica y los valores de la cultura
material e inmaterial de los pueblos indígenas, que se
presumen asociados y de gran importancia para la
conservación de las áreas traslapadas (en este caso, el PNN
Serranía de la Macarena).

Este conjunto de competencias e iniciativas fue asumido en la


gestión que adelantó la DTAO con las familias guayabero
desplazadas de Caño Ceiba; a ello se sumó un trabajo
interdisciplinario, que contribuyó significativamente a esos
propósitos. Sin embargo, es prudente recordar que el contexto
sociopolítico, territorial y organizativo de las comunidades
guayabero es bastante complejo por los agudos procesos de
violencia y los acelerados cambios que han debido afrontar,
todo lo cual ha tenido repercusiones determinantes en su
estructura social. Bajo esa perspectiva, resulta útil reconocer
que esas problemáticas (estructurales y coyunturales), con sus
consecuencias para la organización social, implican que la
comprensión de la situación actual de este pueblo indígena
deba comportar varios momentos para su abordaje.

De un lado, el acercamiento debe considerar las múltiples


variables inherentes a los procesos de desplazamiento forzado
que han afrontado estos indígenas en las últimas décadas,
principalmente como resultado de la violencia en su contra, y

213
Ordenamiento Ambiental y Conservación

los problemas que posteriormente han tenido al momento de


acceder a un territorio donde asentarse tras los
desplazamientos. En este sentido, también es pertinente
identificar los intereses que han existido sobre sus territorios e
intentar comprender las implicaciones de su contacto con
actores "no indígenas" (armados o no) y la incorporación de
nuevos hábitos en su cotidianidad. De otro lado, el
acercamiento a la realidad sociopolítica de los guayabero
también implica identificar las dificultades, obstáculos y
desafíos que ha debido enfrentar la organización indígena para
su existencia y funcionamiento, aspecto que igualmente
concierne a un porcentaje considerable de los demás pueblos
indígenas del piedemonte andino amazónico. Este conjunto de
situaciones que perjudica su organización social ancestral
comporta aspectos como (i) el tipo de estructura organizativa
que la legislación les impone asumir, (ii) las múltiples
diligencias administrativas que deben surtir para obtener el
reconocimiento formal de las entidades públicas y (iii) los
condicionantes para su accionar, aspecto que se encuentra
determinado por los marcos normativos de las entidades
estatales y por la institucionalidad occidental en general, en
todo ajena a su cosmovisión, por lo que en muchas ocasiones
(principalmente por desconocimiento de las comunidades) se
ve afectado el disfrute pleno de sus derechos (territoriales,
organizativos, etc.)

En el mismo sentido, existen dificultades para que sus


autoridades tradicionales sean formalmente reconocidas
como autoridades públicas en sus territorios (derecho que
además se ve afectado por la carencia de un territorio donde
ejercerlo, como en el caso de las familias desplazadas del
antiguo asentamiento de Caño Ceiba). También ocurre, cada

214
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

vez con más frecuencia, que se presenta la necesidad de elegir


líderes no por sus capacidades para esa labor social y política
sino por sus competencias comunicativas y su manejo del
español, o incluso por sus destrezas en el ámbito institucional
occidental, en detrimento de las jerarquías de edad y de
conocimientos en las que se basa el liderazgo indígena
tradicional.

Se entenderán, entonces, las dificultades para exigir derechos


menos tangibles, como el de la preservación y conservación de
su capital cultural y sus tradiciones (que son patrimonio de la
nación y de la humanidad) o el de la protección de los recursos
en sus territorios o en áreas de interés cultural o ambiental para
ellos y la nación, casos en los cuales las normas resultan menos
eficientes. A ello se suma su limitada participación en la toma
de decisiones, tanto en escenarios indígenas (principalmente
en los lugares donde se han asentado tras los desplazamientos)
como interinstitucionales, con la consecuente carencia de
espacios que les faciliten establecer e implementar estrategias
para planificar articulada e interinstitucionalmente su futuro
(territorial, organizativo, educativo, etc.) como pueblo
indígena.

Es así como el pueblo guayabero se encuentra al borde de la


desaparición material y cultural, en razón de la velocidad y la
magnitud de los cambios a que permanentemente se ha visto
obligado, a su constante fragmentación social familiar tras cada
nuevo desplazamiento y al subsiguiente desarraigo cultural y
territorial, todo lo cual ha sido identificado y descrito desde
diversos escenarios interinstitucionales.

De manera específica, el presente documento pretende (i)

215
Ordenamiento Ambiental y Conservación

aportar una reflexión sobre los procesos de desplazamiento


que han vivido las familias guayabero de Caño Ceiba desde que
se vieron obligadas a salir del PNN Serranía de la Macarena; (ii)
contextualizar la pertinencia de la gestión de la Unidad de
Parques, y especialmente de la DTAO, con este pueblo
indígena, hacia el diseño y la puesta en marcha de acciones que
contribuyeran a la conservación de los recursos dentro del área
protegida; (iii) efectuar una revisión de las condiciones
socioeconómicas, organizativas y territoriales de esta
comunidad indígena antes, durante y después de su salida del
área protegida; y (iii) pensar probables escenarios de trabajo
interinstitucional para el establecimiento de acuerdos de
gestión ambiental, que paralelamente contribuyan a la
concreción de las aspiraciones territoriales, organizativas y
culturales de este pueblo indígena, en la perspectiva de su
retorno y de la formalización de sus derechos en el sector
suroriental del área protegida, y el papel que en ese contexto
pueda jugar la Unidad de Parques a través de la DTAO.

EL ASENTAMIENTO GUAYABERO DE CAÑO CEIBA EN EL PNN


SERRANIA DE LA MACARENA: ALGUNAS PRECISIONES
HISTÓRICAS

Quizás una de las mayores preocupaciones actuales en materia


de planificación y diseño de políticas públicas nacionales es que
ninguna medida ha logrado contener, hasta la fecha, el avance
de la frontera agrícola, principalmente en el sur del país y en las
áreas protegidas de esa zona. A ello han contribuido el olvido
estatal de las diversas comunidades que allí habitan, una línea
de pobreza creciente y las condiciones de violencia
generalizada que marcaron el siglo XX (violencia política,

216
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

conflicto armado, cultivos de uso ilícito, incumplimiento de las


regulaciones en materia de protección y aprovechamiento de
recursos naturales renovables y no renovables, etcétera), por lo
que, no obstante esfuerzos institucionales, tales circunstancias
han perdurado en la Orinoquia y la Amazonia.

En estas regiones, muchas normas relativas a la gestión


ambiental y la protección de los valores culturales de los
pueblos autóctonos son de difícil aplicación; además, la
ausencia de recursos y de personal, las distancias geográficas y
las dinámicas del conflicto armado dificultan la intervención
integral del Estado en materia de atención a las diversas
comunidades vulnerables, lo cual impide que disfruten
plenamente sus derechos sociales, políticos, económicos,
culturales y ambientales. La recurrencia de estos hechos
genera costos sociales crecientes para los grupos vulnerables,
que son los principales afectados, entre los que se cuentan las
comunidades indígenas, de las que hacen parte las familias
4
guayabero desplazadas del PNN Serranía de la Macarena .

Para entrar en materia y avanzar en la comprensión de los


complejos procesos que han definido la realidad de estas
familias indígenas, haremos una revisión de los elementos
históricos en torno su presencia en el sector suroriental del
territorio que hoy conforma el área protegida. Existen
diferentes versiones:

Por una parte, estudiosos de los procesos indígenas ocurridos


4 Los censos inicialmente levantados por Bienestar Familiar en 2004 y años anteriores, así
como los efectuados en 2006 por este facilitador del PNN Serranía La Macarena para el
tema, señalan que de las 45 familias emigradas del área del parque a comienzos de la
presente década, sólo 14 llegaron a San José del Guaviare, tras un periplo por la zona
urbana de municipios como Puerto Concordia (Meta) y resguardos como La María, en
inmediaciones de San José del Guaviare (Guaviare).

217
Ordenamiento Ambiental y Conservación

5
en el Guaviare, como Hernando López Galindo , señalan que el
territorio del actual área protegida era utilizado desde los siglos
XVII y XVIII por los guayabero y que éstos aprovechaban los
recursos naturales allí disponibles cada cierto tiempo, según las
estaciones climáticas. Otros, como el investigador Jorge
Restrepo6, afirman que la presencia de los guayabero en el
sector suroriental de lo que hoy es el parque es verificable
principalmente desde finales del siglo XIX. En esa época, a
causa de la violencia y la explotación de recursos en sus
territorios, se produjeron migraciones masivas en las que estos
indígenas abandonaron los territorios que ocupaban en el
centro del Meta y se desplazaron hacia el sur de este
departamento y el norte del departamento del Guaviare.

Por otra parte, están las versiones obtenidas con los propios
indígenas durante la gestión desarrollada por la DTAO (algunas
de estas personas hacen parte de la población desplazada del
área protegida y otras no, aunque conocen la historia de las
migraciones de su pueblo, como es el caso de Yesid Bernabé,
Capitán del Resguardo La María, localizado en inmediaciones
de San José del Guaviare). Sus versiones parecen coincidir con
aquella hipótesis de que, si bien es cierto que en un pasado
lejano utilizaban con fines de subsistencia, aunque de manera
itinerante, el territorio del sector de Caño Ceiba, hubo eventos
que los obligaron a asentarse de manera permanente en el sur
del Meta y el norte del Guaviare, entre ellos, el incremento de la
explotación de recursos naturales en sus territorios ancestrales
por actores "no indígenas", la colonización de esa región por

5 Instructor del SENA, Seccional Guaviare.

6 Antropólogo de la Universidad Nacional, fundador de la ONG Ecogente. Desde hace unos


quince años ha hecho investigación y gestión con estos indígenas en San José del
Guaviare.

218
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

familias desplazadas del centro del país y las diversas


manifestaciones de violencia política y étnica ocurridas entre
finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX en sus
territorios (localizados en el centro-occidente del Meta,
principalmente en la región que hoy comprende el municipio
de San Martín).

En efecto, una revisión sociohistórica de los procesos de


migración, desplazamiento y movilidad poblacional de un gran
porcentaje de la población rural durante ese periodo muestra
que la violencia partidista y el auge de la explotación de
recursos naturales en estas regiones convirtieron al Meta,
junto con el Guaviare, en una de las principales regiones
receptoras de población desplazada por la violencia y forzaron
a las familias guayabero a trasladarse hacia esta región
interfluvial, para sobrevivir a la reducción de sus territorios,
tanto por el norte como por el sur, en la región que
históricamente habían habitado7.

Existen registros que permiten documentar la presencia


permanente de estas comunidades indígenas en el sector
suroriental de lo que hoy es el área protegida, desde comienzos
de los años 50 del siglo XX, en un asentamiento denominado
Caño Ceiba, en donde habitaban, en un primer momento, unas
7 Documentos del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) se refieren a
los indígenas guayabero como originarios del municipio de San Martín de los Llanos, en
el departamento del Meta. Explican el tránsito de este pueblo hacia el sur de este
departamento por las siguientes causas: las explotaciones de madera y fibra de los años
30 y 40 del siglo pasado; la colonización de este territorio por población no indígena que
estas actividades comerciales promovieron; la colonización generada durante la época
de La Violencia; las exploraciones de hidrocarburos en los años 70; el auge de los cultivos
de uso ilícito (bonanzas "marimbera" y "cocalera" de los años 70 y 80); la profundización
del conflicto armado y las luchas entre los actores en conflicto por el control del
territorio. Todo ello movía (y sigue moviendo) la frontera agraria hacia los territorios
indígenas al norte del Guaviare y al sur del Meta, profundizándose de esta manera el
desplazamiento indígena de sus antiguos territorios.

219
Ordenamiento Ambiental y Conservación

25 familias (en total, unas 120 personas). El asentamiento


estaba en la parte media del llamado caño Ceiba, que, desde
entonces y por más de 45 años, no sólo las proveyó alimento
sino que también se convirtió en su principal corredor de
tránsito hacia los municipios vecinos (principalmente Puerto
Concordia, el último municipio al sur del departamento del
Meta). El caño Ceiba fue asimismo la ruta que usaron para salir
de ese territorio a mediados de 2003, cuando las circunstancias
de violencia que se vivían en ese sector los obligaron a partir
definitivamente.

Desde que estas comunidades guayabero se asentaron en


aquel territorio, diversos eventos externos obstaculizaron su
autonomía, y la incapacidad de la organización indígena para
superarlos se tradujo finalmente en una imposibilidad histórica
para hacer valer sus derechos territoriales y profundizó su
fragmentación social, antes, durante y, sobre todo, después de
su salida del parque. Entre los eventos externos ocurridos
durante los primeros tiempos del asentamiento guayabero
está la desmovilización de guerrillas liberales a finales de los
años 50 y principios de los 60 del siglo pasado, en especial, las
comandadas por Guadalupe Salcedo. A estos insurgentes se les
prometieron y entregaron, a cambio de sus armas, tierras en el
sector de la Serranía de la Macarena, así como hachas y
machetes para ayudarlos en su tarea de colonización de la
región. Esa circunstancia creó una relación impuesta y
problemática entre "blancos" e indígenas, con previsibles
impactos negativos para estos últimos 8 . Similares
consecuencias tuvieron otros procesos de colonización,
encabezados por grupos de familias desplazadas por la
violencia provenientes de diversas regiones del país. A estos
8 El investigador Alfredo Molano ha recopilado y publicado amplio material al respecto
(ver sus libros Trochas y fusiles y Del Llano llano).

220
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

dos eventos se sumaron los intereses de cazadores de fortunas,


comerciantes de pieles, fibras, maderas y recursos no
renovables y los de contrabandistas y traficantes de todo
aquello cuya explotación garantizase prontas y jugosas
utilidades.

Estos escenarios, en su conjunto, contribuyeron a presionar


cada vez más el inadecuado aprovechamiento de los recursos
naturales en la región y a limitar y dificultar la presencia de los
guayabero en estos territorios, tanto en las inmediaciones de lo
que actualmente es el parque como dentro de éste.

Al margen de lo anterior, es importante señalar que, desde sus


orígenes (finales de la década de los años 40 del siglo XX), el
asentamiento guayabero de Caño Ceiba estuvo rodeado de
fincas de colonos campesinizados que con el tiempo fueron
creciendo tanto en número como en extensión. En efecto, los
intentos de colonización del PNN Serranía de la Macarena son
una variable estructural en el proceso socioeconómico de la
región desde mediados del siglo XX (incluso desde antes), lo
cual se evidencia en los datos acopiados desde finales de los
años 90 por algunas entidades (principalmente el INCORA),
que señalaban la presencia de casi medio centenar de
tenedores de predios en este sector del área protegida. Un
estudio del INCORA señala que "(…) los colonos existentes en la
zona objeto de observación, en número aproximado de 50
asentamientos, ejercen dominio y explotación de tierras
mediante parcelas, cuyas áreas promedio son de 50 hectáreas,
9
dedicadas a la agricultura y la ganadería, generalmente .”

9 Martín Cardozo, "Estudio socioeconómico, jurídico y de tenencia de tierras para la


constitución de un resguardo en favor de la comunidad indígena guayabero de Caño
Ceiba, localizada en jurisdicción del municipio de Puerto Concordia, departamento del
Meta", Villavicencio, INCORA, 1997.

221
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Posteriormente, tras labores de acompañamiento y apoyo a la


actualización de dicho estudio, efectuadas por la DTAO en 2007
y principios de 2008 para avanzar en los aspectos operativos
relativos a la constitución y la titulación del resguardo
guayabero en el interior del área protegida, fue posible
identificar la presencia de 24 tenedores en igual número de
predios, con extensiones que oscilan entre las 150 y las 200
hectáreas, todos localizados en inmediaciones del antiguo
asentamiento guayabero. Esto permite suponer que, con la
salida de las familias indígenas de este sector, a principios de la
presente década, los colonos "corrieron sus cercas" y
ampliaron sus predios en este sector del parque.

Aunque la normativa sobre áreas protegidas señala que las


únicas comunidades que pueden habitar en éstas son los
pueblos indígenas o afrodescendientes con derechos
culturales o vínculos históricos con el territorio, la realidad
muestra un aumento constante de la presencia de colonos en
dichas áreas. Esta situación, que en las últimas décadas ha sido
una variable perturbadora para la gestión ambiental y que
obedece, entre otras razones, a las dinámicas del conflicto
armado en la zona, al crecimiento de los cultivos de uso ilícito y
a la constante movilidad de las fronteras agrícolas, ha tenido
consecuencias sociales y ambientales complejas. La creciente
presencia de nuevos pobladores no indígenas en lo que hoy es
el sector suroriental del PNN Serranía de la Macarena fue
empujando a los indígenas guayabero, desde los años 50, hacia
fronteras antes no definidas ni aprovechadas de esa región,
modificando sus usos y prácticas sobre el territorio y sus
recursos y limitando gradualmente su libre movilidad y sus
oportunidades de aprovechamiento sostenible de los recursos
naturales en la zona.

222
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

La lógica usada para la apropiación de baldíos en otros lugares


de la geografía nacional también se implementó en el territorio
en cuestión: históricamente, quien llegaba allí cercaba el
perímetro de "su predio", ponía malla, alambre, muros, rejas,
puertas, mojones de piedra, con lo cual indicaba a los vecinos
que, en adelante, ejercería la propiedad sobre el lugar. Estos
patrones de colonización y el concepto de propiedad privada,
que no existían en las comunidades guayabero, hicieron que los
terrenos que estas familias inicialmente disfrutaban dentro del
área protegida empezaran a reducirse ostensiblemente tanto
en tamaño como en cantidad de recursos disponibles. Así
también se vieron afectados su tránsito por el territorio y el
aprovechamiento global del mismo, al punto que lugares que
habitualmente utilizaban los indígenas para sembrar fueron
anexados a los predios de los colonos, afectando su seguridad
alimentaria y su autonomía como legítimos poseedores de
esos terrenos.

A partir de estos y otros hechos, relatados por los mismos


indígenas y consignados en algunas de las fuentes secundarias
citadas, es posible suponer los complejos impactos derivados
del contacto y la convivencia no previstos entre guayaberos y
colonos que, en número creciente, empezaron a ocupar el
territorio habitado por los indígenas en el sector suroriental del
parque. Esta situación desencadenó nuevas dinámicas
territoriales y culturales en el interior de esta etnia y
contribuyó, entre otras cosas, a consolidar el proceso de
sedentarización de estas comunidades en esta región.

Bien vale la pena recordar que el sedentarismo, en oposición al


nomadismo y al seminomadismo característicos de las
primeras épocas de estos grupos humanos, exige inmejorables

223
Ordenamiento Ambiental y Conservación

condiciones ambientales para su viabilidad, por lo que su


avance y consolidación como fenómeno social y territorial no
es un modelo recomendable en estas regiones, máxime si se
considera que los suelos del norte amazónico son
extremadamente ácidos y, por lo tanto, no permiten
aprovechamientos extensivos ni constantes. Precisamente en
ese aspecto reside la amplia justificación de la vida nómada que
llevaron estas comunidades durante siglos, cuando, una vez
aprovechados los recursos de un territorio, reemprendían la
marcha hacia otros lugares, permitiendo que la naturaleza
misma se encargara de restituirlos.

Pero los diversos procesos de cristianización y evangelización


de que fueron objeto estas comunidades, la presencia de
nuevos actores e intereses en sus territorios, las diversas
expresiones de la violencia en el país y sus consecuencias
sociales y económicas, que repercutieron cultural, económica y
socialmente en la región, contribuyeron a la sedentarización de
los indígenas en comunidades cada vez más grandes en
términos demográficos, pero rodeadas de parcelas de colonos.
Éstos ampliaban sus predios, reduciendo el tamaño de los
territorios indígenas (que rara vez se delimitan físicamente) y
afectando los corredores de tránsito y los sitios de
aprovechamiento de recursos del bosque aledaños a los
asentamientos, lo cual limitaba cada vez más la movilidad de
los indígenas dentro de sus propios territorios. En
consecuencia, para garantizar su supervivencia material, los
indígenas tuvieron que vincularse y comenzar a depender de
las actividades de los colonos campesinizados, que en adelante
fueron quienes asumieron el rol dominante en estos territorios
y determinaron el tipo y la estructura de las relaciones sociales
10
que existirían entre unos y otros .

224
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

Este fue el caso de los indígenas guayabero ubicados en el


sector suroriental de lo que hoy es el PNN Serranía de la
Macarena. Con el paso del tiempo, ante la dificultad de obtener
alimento suficiente para todas las familias, la reducción del
11
tamaño de las chagras y la ampliación de los predios de los
colonos, lo mismo que por el contacto con ellos y la apropiación
de algunos de sus patrones culturales (es decir, como producto
de la mimesis y la apropiación indígena de buena parte de las
prácticas y los consumos materiales y simbólicos de los actores
dominantes), los indígenas guayabero empezaron a incorporar
a su dieta nuevos alimentos que intercambiaban con los
"blancos" y que gradualmente se volvieron de consumo
regular: las tortas de casabe y el pescado moquiado (ahumado)
o fresco se empezaron a trocar por café, panela, cigarrillos,
arroz, implementos de aseo, aunque también por ropa y otros
artículos como radios, hachas y herramientas en general.

Sólo fue cuestión de tiempo que estas familias indígenas


empezaran a incorporar a su cotidianidad nuevos artículos y
alimentos y, consecuentemente, identificaran nuevas
necesidades, gustos y formas de entretenimiento alejadas de
sus patrones culturales pero correspondientes con su
necesidad de mimesis, adaptación y búsqueda de aceptación
en los nuevos escenarios sociales que en adelante los
determinarían. El proceso de inclusión simbólica y material de
10 Bien sabido es que las relaciones de intercambio material y simbólico entre diversos
actores sociales dependen, para su sostenibilidad, de equilibrios transitorios de poder;
sin embargo, usualmente las relaciones sociales existentes entre "blancos" y
comunidades indígenas, afrodescendientes y en general minorías étnicas, en espacios
geográficos aislados o de alto interés para actores privados, propician que los
intercambios sean asimétricos y determinados por variables económicas, antes que
culturales, históricas o ambientales.

11 Sementeras, huertas, sitios para el cultivo de alimentos. En el Orinoco, se les llama


conucos.

225
Ordenamiento Ambiental y Conservación

los indígenas, principalmente de los hombres, en la nueva


configuración social que empezó a tener lugar en el
asentamiento de Caño Ceiba implicó su incorporación a las
faenas de campo de los colonos, pues el crecimiento de los
predios de éstos exigía encontrar mano de obra barata, que
permitiera el aprovechamiento total de las parcelas. A cambio
de su trabajo, los hombres indígenas recibían alimentos,
herramientas y eventualmente dinero, pero también licor,
cigarrillos, ropa, artículos atractivos sobre todo para los más
jóvenes. En ese contexto de mestizaje cultural y material, de
hibridación, también se produjeron algunas uniones
conyugales entre mujeres guayabero y colonos.

Una cierta sensación de bienestar envolvió a estas familias


indígenas, a pesar de que la mayoría de los hombres empezó a
tener una doble jornada laboral: primero en sus propios
sembrados, donde el cultivo y la cosecha de la yuca brava y el
plátano son fundamentales para el sostenimiento del hogar,
pero también, y de manera cada vez más absorbente, en las
tierras ocupadas por los colonos. En un primer momento, el
trabajo de los jornaleros indígenas se enfocó en la siembra de
cultivos como maíz, arroz y cacao; en una etapa posterior,
básicamente desde los años 70 y 80, en el cuidado y la cosecha
de cultivos de uso ilícito. Aunque la transición entre ambos
momentos económicos fue bastante rápida, es claro que el
primero permitía que los indígenas conservaran parte de su
dieta habitual y a la vez disfrutaran de productos nuevos para
ellos; fue durante el segundo momento económico que se vivió
en la zona cuando se introdujeron nuevas prácticas y consumos
materiales y simbólicos que empezaron a tener impactos
controversiales en las relaciones intrafamiliares de los
indígenas.

226
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

LOS DESPLAZAMIENTOS DE LAS FAMILIAS INDIGENAS


GUAYABERO DE CAÑO CEIBA

Con la ampliación de las relaciones económicas en el sector


suroriental del PNN Serranía de la Macarena, los colonos, ahora
también comerciantes, empezaron a adquirir y ofrecer bienes y
servicios que hasta el momento sólo estaban disponibles en las
c a b e c e r a s u r b a n a s , t a l e s c o m o l i c o r, a l g u n o s
electrodomésticos (grabadoras, televisores) y entretenimiento
para hombres (en los caseríos de los colonos, aledaños a las
viviendas indígenas, era posible encontrar mesas de billar,
canchas de tejo y juegos de rana, lo mismo que, principalmente
para los trabajadores no indígenas, prostitutas).

Ciertamente, este nuevo escenario de consumo sedujo a


muchos de los hombres guayabero de Caño Ceiba, quienes,
como un alto porcentaje de la población indígena colombiana,
12
cayeron en las redes del sistema de endeude y, ante la
aparente facilidad para obtener los créditos, empezaron a
endeudarse más de la cuenta con tal de agenciarse esas nuevas
formas de entretenimiento. Las nuevas y crecientes relaciones
socioeconómicas que tuvieron lugar en la región desde
mediados de los años 70, 80 y todos los 90 (estimuladas
principalmente por el auge de cultivos de uso ilícito, así como
por la explotación de los recursos maderero e ictiológico de la

12 No se puede dejar de mencionar que este sistema constituye el grueso de las


experiencias económicas entre indígenas y "blancos" en la Orinoquia y la Amazonia
colombianas. A través del endeude, el comerciante le adelanta al indígena algunos
productos (ropa, alimentos, herramientas, etcétera) a cambio de su trabajo o de
ciertos productos del bosque que son pagados a bajo precio y que nunca permiten
saldar la totalidad de la deuda. De esta manera, se garantiza una demanda cautiva para
los productos del comerciante, sin control de precios, y una mano de obra a
perpetuidad, toda vez que el indígena tendrá que volver a recurrir al comerciante para
satisfacer las demandas que éste le ha generado. La Casa Arana, que funcionó en el
Amazonas a principios del siglo XX, es el más evidente ejemplo de esta estrategia.

227
Ordenamiento Ambiental y Conservación

región) determinaron que se ampliaran el alcance y el impacto


13
de dicho sistema . Fue así como éste pasó de servir como
estrategia para la adquisición de más alimentos, herramientas,
ropa y otros bienes de consumo directo a incluir el acceso a
nuevos bienes y servicios, es decir, a necesidades
artificialmente creadas, así como a las formas de
entretenimiento occidental ya mencionadas, tal como lo
reconocen los propios indígenas desplazados de Caño Ceiba.

Por otra parte, la intensificación del conflicto armado


colombiano y los intereses de los diferentes actores en relación
con el control territorial, poblacional y económico llevaron a
que esta región se convirtiera gradualmente en un corredor
geoestratégico fundamental dentro de la lógica de la guerra
que se libra en la zona. Paralelamente, la falsa noción de
crecimiento económico y bienestar material, creada en las dos
últimas décadas del siglo XX y sustentada en la liquidez que
proporcionaban las economías ilícitas, potenció muchos
nuevos conflictos y, además, el consumo de alcohol y de bienes
y servicios conexos empezó a propiciar roces entre los
comerciantes y las familias guayabero de Caño Ceiba. Estos
roces fueron favorecidos, entre otras cosas, por la gradual
acumulación de las deudas derivadas de los nuevos consumos
de los indígenas y por la mora en los pagos respectivos; en
muchas ocasiones, la última alternativa que encontraban
13 La práctica económica del endeude es empleada aun hoy por los comerciantes con la
población indígena de la Orinoquia. Al respecto, ver relación de comerciantes e
indígenas Piaroa en torno al aprovechamiento del recurso ictiológico ornamental que
se explota en el río Orinoco y sus caños subsidiarios, entre otros caño Fruta y caño
Matavén, en los Informes de Seguimiento del Comité Técnico del proyecto "El
conocimiento ancestral como modelo de manejo, protección y conservación en cinco
resguardos del Eje Orinoco-Selva de Matavén (Suroriente del departamento del
Vichada)", Asociación de Cabildos y Autoridades Tradicionales Indígenas de la Selva de
Matavén (ACATISEMA, entidad ejecutora del proyecto), año 2004, FPAA - Universidad
de los Andes (Unidad Técnica de Revisión Fiscal).

228
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

deudor moroso y acreedor para saldar las deudas era a través


de la enajenación de la fuerza de trabajo indígena en los
predios de los colonos-comerciantes, sin derecho a ninguna
remuneración.

A este escenario de conflictos vecinales y económicos se sumó


la presencia de actores armados ilegales, que, en su afán de
control territorial, habían intensificado su accionar en el sector
suroriental del parque desde las últimas décadas del siglo XX, lo
que inevitablemente supuso la introducción de nuevas
variables perturbadoras en un panorama de por sí bastante
complejo. El comportamiento más nefando de estos actores
armados se produjo cuando empezaron a aplicar justicia por su
propia mano en la zona. Esto se hizo patente a mediados de
2003, cuando, en un vano afán de poner punto final a las
querellas económicas y de vecindad existentes entre colonos e
indígenas guayabero (además para demostrar poder mediante
el uso de la fuerza), decidieron dar muerte a algunos de los
líderes guayabero, el principal de todos, el capitán Uldarico,
quien fue asesinado junto con uno de sus hermanos y otro
pariente cercano.

El miedo provocó, aquel mismo día, un primer desplazamiento


de una parte de las familias asentadas en Caño Ceiba.
Aproximadamente 24 horas después de los hechos, y en otro
acto de violencia, cerca de diez jóvenes de la comunidad,
estimulados por el alcohol y la ira, pretendieron vengar con
lanzas y flechas la muerte de sus parientes; tres de ellos
14
también fueron asesinados . Tras la muerte de seis de sus
familiares, y expulsados formalmente por el comandante
insurgente que controlaba la zona, los sobrevivientes se
14 Nadie da una fecha exacta de estos hechos; todos los entrevistados señalan que lo
único cierto es que ocurrieron a mediados de 2003.

229
Ordenamiento Ambiental y Conservación

desplazaron enseguida hacia el casco urbano del municipio de


Puerto Concordia, en el departamento del Meta, y de allí se
dispersaron hacia diferentes lugares.

De las 45 familias originarias del asentamiento Caño Ceiba que


se desplazaron en 2003 a este municipio, 6 optaron por
15
trasladarse al Resguardo Caño La Sal , también en el Meta; 9 se
mostraban indecisas sobre el rumbo a seguir y finalmente
partieron al otro día de haber llegado a Puerto Concordia (de
ellas no se tuvo mayor noticia, pero especulaciones señalaban
que se habían ido al Resguardo Guayabero de Caño Ovejas,
también en el Meta, pero nunca fue posible verificar esa
información); otras 5 decidieron permanecer en aquel
municipio (Puerto Concordia, Meta); y cerca de 25 se
trasladaron al departamento del Guaviare16, aunque estas
también se dispersaron, quedando al final un grupo de 14
familias, que en un primer momento se ubicaron en el
Resguardo de La María y finalmente se trasladaron al
Resguardo Barrancón, (ubicado en inmediaciones del
municipio de San José del Guaviare), que prometía contar con
condiciones de estabilidad para permitir su reubicación17.
15 Tras visitas realizadas por el autor del presente documento al Resguardo Caño La Sal
(distante 3 horas y media en moto desde el casco urbano del municipio de San José)
en 2006, 2007 y 2008, también fue posible ubicar a las familias que se habían
desplazado hacia allí en 2003 y constatar que, en lo material y lo simbólico, estaban
logrando su proceso de estabilización.

16 Datos obtenidos en el municipio de Puerto Concordia, departamento del Meta,


mediante entrevistas con funcionarios de la Secretaría de Gobierno que en la época
atendieron la emergencia humanitaria provocada por este desplazamiento.

17 No sobra anotar en este punto que el desplazamiento forzado por la violencia no ha


sido exclusivo del caso de las familias indígenas de Caño Ceiba: ocurrió en otros
departamentos y, en los casos específicos del Guaviare y el Meta, afectó
principalmente a los guayabero, junto con los nukak makú y otras etnias igualmente
vulnerables. El Resguardo Barrancón, ubicado a 40 minutos en moto desde el casco
urbano de San José del Guaviare, ha triplicado desde 2001 su población. Pasó de

230
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

Entre su llegada a dicho territorio, a mediados de 2003, y su


salida, nuevamente desplazadas por la violencia, a finales de
agosto de 2008, este último grupo de familias completó cerca
de cinco años de asentamiento transitorio en el Resguardo
Barrancón, en el departamento del Guaviare.

Durante el periodo en que estas 14 familias habitaron en el


Resguardo Barrancón (cuya extensión total apenas llega a las
2.200 hectáreas), diversos aspectos limitaron sus posibilidades
de estabilización. De un lado, estaba el creciente número de
familias guayabero que también llegaban de otras partes a ese
resguardo y en consecuencia presionaban la escasa oferta de
recursos naturales necesarios para la subsistencia. De otro
lado, estaba el hecho de que la parte habitable del resguardo ya
se encontraba suficientemente poblada y los pocos espacios
disponibles eran aprovechados por las familias para la siembra
de sus alimentos. Adicionalmente, un porcentaje significativo
del territorio del Resguardo Barrancón (cerca de 350 hectáreas)
está conformado por zonas de rebalse, que en invierno se
inundan e imposibilitan la vivienda o la siembra. Finalmente, un
porcentaje nada despreciable (cerca de 400 hectáreas) está
ocupado por las instalaciones de la Escuela de Fuerzas
18
Especiales de la Armada Nacional .

tener, en 1990, 3 comunidades conformadas hace bastante tiempo (Capitanía, Escuela


y Palmeras) y cerca de 160 habitantes a tener, en 2008, 7 comunidades (las 3
mencionadas más las de los asentamientos Mocuare, Laguna Arawato o Libertad,
Caño Ceiba y Barranco Colorado, todas creadas en esta década y reasentadas en este
territorio como resultado de la violencia y el conflicto armado). Con la llegada de
nuevas familias, este resguardo alcanzó a tener, en mayo de 2008, una población total
cercana a las 600 personas, todas de la etnia guayabero.

18 Por razones de seguridad nacional argumentadas por diferentes mandos militares, no


es posible conocer la extensión exacta de este emplazamiento militar en el Resguardo
Barrancón.

231
Ordenamiento Ambiental y Conservación

RUTA DEL PROCESO DE DESPLAZAMIENTO DE LAS FAMILIAS


GUAYABERO DE CAÑO CEIBA - PNN SERRANÍA DE LA
MACARENA (2003-2008)

1. Asentamiento original Caño Ceiba - El Diamante, en el


interior del PNN Serranía de la Macarena, departamento del
Meta (entre 1950 aprox. y 2003).
2. Asentamiento transitorio Resguardo La María,
departamento del Guaviare (entre marzo de 2003 y mayo de
2003 aprox.).
3. Asentamiento semipermanente Resguardo Barrancón,
departamento del Guaviare (entre mayo/junio de 2003 y
agosto 29 de 2008).
4. Asentamiento transitorio finca Gaviotas, departamento del
Guaviare (entre agosto 30 de 2008 y septiembre 23 de 2008).
5. Asentamiento actual: Resguardo La Sal, jurisdicción del
municipio de Puerto Concordia, departamento del Meta,
(desde septiembre 23 de 2008 hasta la fecha).

232
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

Es importante anotar sobre este último aspecto que, desde


1995, como resultado de una cesión efectuada por el capitán
del resguardo de la época, señor Pablo González, cerca de una
cuarta parte del territorio del Resguardo Barrancón se
encuentra bajo control militar y que la comunidad de Caño
Ceiba (las 14 familias mencionadas) era la más vecina a estas
instalaciones militares, circunstancia que conllevó nuevos e
inesperados conflictos. Por ejemplo, el 21 de febrero de 2007,
un grupo de niños de esta comunidad que jugaba en
inmediaciones de una las chagras de sus padres encontró unas
granadas de fragmentación; sin saber qué eran, y
confundiéndolas con chatarra, las llevaron hasta su lugar de
habitación para después venderlas en el pueblo como material
de desecho. Una vez en la comunidad, estos artefactos
19 Con el señor González (quien no guarda relación con el autor de este capítulo), se
sostuvieron varias entrevistas que, junto con otras más realizadas a diferentes líderes,
permitieron obtener esta información).

20 Según el ex capitán del resguardo, señor González, la firma del documento de cesión de
esta parte del resguardo se produjo en una reunión, en el edificio de la Gobernación, a
la que fue citado personalmente por un comandante del Ejército, cuyo nombre no
recuerda, porque dice no dominar muy bien el idioma español. Los argumentos que lo
llevaron a firmar el acuerdo contemplaban la creación de una escuela que, según le
informaron, beneficiaría al resguardo. De hecho, se construyeron tanto la Escuela de
Fuerzas Especiales como una pequeña escuela primaria con dos salones y una batería
sanitaria, justo en la ribera del río y al lado del puerto donde atracan las embarcaciones
militares. En ese espacio, se imparten clases a un total de 35 niños guayabero y a
algunos menores de la etnia nukak makú que habitan el Resguardo Barrancón. La
profesora de esta escuela y líderes indígenas han solicitado que esta estructura sea
trasladada, pues temen que, de ser atacadas la base y el puerto militar, los niños serían
los primeros afectados. Cabe resaltar que, hasta la fecha, ninguna entidad ni persona
tiene copia o ha tenido acceso a este documento, a pesar de que la Defensoría del
Pueblo y otras entidades han solicitado conocerlo, por lo cual es imposible afirmar qué
se pactó con el capitán del resguardo y por cuánto tiempo. En reuniones sostenidas con
militares que han representado a la Escuela de Fuerzas Especiales en diversos
escenarios interinstitucionales, éstos arguyen que su presencia en ese sector del río es
vital para la seguridad del municipio de San José del Guaviare, razón de seguridad
estratégica que, desde su punto de vista, no permite pensar en el traslado de estas
instalaciones.

233
Ordenamiento Ambiental y Conservación

explotaron; ocho personas resultaron heridas, según confirmó


el Comunicado de Prensa 001, que en la misma fecha emitió el
Hospital San José, firmado por la doctora Libia Patricia
Castañeda Amaya, gerente del hospital en ese momento.

Otros incidentes similares se han reportado en los últimos diez


años en esta y en otras comunidades del Resguardo Barrancón,
y pocas acciones gubernamentales se han ocupado de ello.
Sobre esta problemática cabe señalar la documentación que
han compilado la Organización de Pueblos Indígenas de la
Amazonía Colombiana (OPIAC) y el Consejo Regional Indígena
del Guaviare (CRIGUA II). Éstos, en comunicado enviado a la
prensa de la zona en respuesta a lo ocurrido a las familias
guayabero de Caño Ceiba asentadas en el Resguardo
Barrancón, recordaron a la opinión pública que el 20 de mayo
de 2005 ya habían resultado heridas 9 personas por artefactos
explosivos abandonados por patrullas militares en las zonas de
cultivo de alimentos de las familias afectadas, como lo confirma
el Comunicado de Prensa emitido por el Hospital Municipal al
cabo de estos hechos. Además, los líderes indígenas firmantes
del documento pedían que se tuviera en cuenta que estos
hechos se sumaban a los ocurridos el 13 de diciembre de 1997,
cuando un menor de 12 años de la etnia guayabero, también
habitante del Resguardo Barrancón y miembro de la
comunidad Palmeras, murió en hechos similares, al encontrar
material explosivo tras el paso de una patrulla militar por las
zonas de siembra de esa comunidad (Comunicado de Prensa
002 del 23 de febrero de 2007, firmado por Francisco
Hernández, presidente del CRIGUA II y el señor Casimiro
Cabrera de la OPIAC21).

21 Fuente: archivo personal del autor.

234
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

Como resulta evidente tras la revisión del contexto social y


territorial de este resguardo receptor, donde el acceso al
territorio y sus recursos es tan difícil, es apenas natural que este
escenario social presente variados tipos de conflictos, entre
otros los de vecindad, que han ocupado un lugar
preponderante, sobre todo por el robo de productos agrícolas,
bicicletas, herramientas y otros bienes.

También, y quizá como consecuencia de las condiciones de


emergencia humanitaria en que se encuentran las diversas
comunidades del Resguardo Barrancón, se han producido
disputas por los bienes y servicios que puedan obtener estas
22
comunidades ("desplazadas" y "raizales" ) de las entidades
estatales competentes en el tema de atención a la población
indígena. En ese contexto, el reconocimiento de los liderazgos
se convirtió en una nueva competencia y generó no pocas
controversias sobre el papel político que podrían jugar o no
j u ga r l a s c o m u n i d a d e s d e s p l a za d a s re u b i c a d a s
transitoriamente en el Resguardo Barrancón, a la sazón el
principal enclave de población guayabero desplazada de sus
territorios de origen.

Paralelamente a estos conflictos, otros más fueron


apareciendo en este resguardo receptor y contribuyeron a
acentuar los preexistentes, en especial, el hecho de que en los
últimos años se incrementó el consumo de bebidas alcohólicas
por parte tanto de "desplazados" como de "raizales", con
consecuencias como violencia intrafamiliar, desnutrición y

22 Dentro del Resguardo Barrancón, se llama "desplazado", sin importar su lugar de


procedencia, a todo aquel que haya llegado durante la última década, sin tener en
cuenta sus lazos de consanguinidad con miembros antiguos del Resguardo
Barrancón; de parte de los "desplazados", se llama "raizales" a todos aquellos
habitantes de las tres comunidades tradicionales de dicho resguardo.

235
Ordenamiento Ambiental y Conservación

malnutrición de los hijos más pequeños, violencia física con


lesiones personales entre vecinos, rencillas, odios y venganzas,
uso desmedido de la fuerza y, en ocasiones, sevicia.

Transversalmente a estas situaciones, y sobre todo en los


últimos cinco años, tanto las familias desplazadas de Caño
Ceiba como las provenientes de otros territorios vieron cómo
sus necesidades básicas insatisfechas crecían en cantidad y
magnitud. Salvo por lo que algunas iniciativas aisladas logran
esporádicamente en intentos de mejorar las condiciones
materiales de vida de las familias del Resguardo Barrancón,
puede afirmarse que estas condiciones están cada vez más
cercanas a la línea de miseria: la situación de pobreza,
abandono y estancamiento en que se encontraban algunas
décadas atrás se ha profundizado y agravado por el
desplazamiento, el desarraigo y la crisis psicosocial y de
23
identidad derivada de estos procesos .

23 Como variables de peso creciente, el consumo de alcohol y el desarraigo cultural y


territorial han profundizado la ruptura de los vínculos de control social. Ello se
evidencia, por ejemplo, en conductas adoptadas por los niños guayabero,
principalmente los hijos de "raizales" y algunos de los hijos de las comunidades
desplazadas que están asentadas en el Resguardo Barrancón. La pérdida de escenarios
propios que garanticen el ejercicio de la autoridad paterna y materna, así como la poca
retención escolar, han permitido que los niños guayabero privilegien el espacio urbano
como escenario deseable, antes que la permanencia dentro del resguardo como
escenario natural aprovechable. En consecuencia, se han generado problemas de
mendicidad en esta población. Niños de otras etnias (piapoco, cubeo, desanos)
también han empezado a adoptar estas prácticas. El tema del desarraigo y la pérdida
de identidad es transversal al proceso de acercamiento físico de los resguardos a las
urbes, al punto de que esos espacios indígenas llegan a convertirse en barrios de éstas.

236
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Más de cinco años han transcurrido desde la salida de las


familias guayabero del PNN Serranía de la Macarena, lapso en
el cual han debido afrontar drásticas transformaciones en sus
condiciones materiales de vida, no obstante que también fue el
periodo en el que gozaron de una presencia interinstitucional
más o menos constante, en que gestionaron y alcanzaron su
reconocimiento como autoridades indígenas y en que la
búsqueda de metas largamente aplazadas cobró vigor, en
especial la de reclamar su territorio en el sector suroriental de
esa área protegida y, desde ese escenario, buscar un mejor
futuro para sus familias.

Es realmente notable que estas familias, a pesar de las


dificultades pasadas desde su salida del área protegida y
durante el tiempo en que habitaron en el Resguardo
Barrancón, se caracterizaron por intentar sostener relaciones
cordiales con sus vecinos, y aunque los conflictos en la vida
social son inevitables, siempre encontraron caminos
razonables para superarlos, sobre todo apelando al diálogo y
ganándose con ello el respeto tanto de sus vecinos (cercanos y
lejanos) como de las entidades competentes en el tema
indígena con presencia en la zona.

Sin embargo, la intensidad de los conflictos sociales que se han


gestado en el Resguardo Barrancón por las razones
mencionadas llevó a que un nuevo hecho de violencia, ocurrido
entre "desplazados" y "raizales", volviera a enturbiar en 2008 el
panorama de las familias desplazadas de Caño Ceiba. Tras
enfrentar una nueva y desproporcionada agresión dentro del
resguardo por parte de una de las comunidades vecinas, y que
comprometió tanto su integridad física como sus escasas
pertenencias, el grueso de las familias provenientes del

238
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

asentamiento Caño Ceiba optó por salir del territorio del


resguardo, que, hasta ese día de agosto de 2008, fue su lugar de
asentamiento más duradero desde su salida del sector
suroriental del área protegida.

Las familias de los "mayores", ocho en total, tomaron las pocas


posesiones que sobrevivieron a la quema de los ranchos, ropa,
utensilios de cocina, y partieron del resguardo. Sin embargo,
seis familias de esta comunidad (las más jóvenes) optaron por
quedarse, para cuidar lo que los otros no podían llevarse y por
no sentirse directamente amenazadas, a diferencia del capitán
de la comunidad (Eduardo Catón), su hermano (Cristino Catón),
sus yernos (entre otros, el profesor Daniel González Meléndez),
su suegro y algunos de sus primos y los padres de éstos, todos
ellos sí directamente amenazados. Luego de 24 horas, y con el
apoyo de la Defensoría del Pueblo y principalmente de la
Alcaldía de San José del Guaviare, que adelantó las gestiones
pertinentes, las ocho familias de Caño Ceiba que habían salido
del Resguardo Barrancón fueron ubicadas transitoriamente en
24
una de las casas de la finca Gaviotas , cerca de San José del
Guaviare, donde estuvieron cerca de 25 días. Las familias
fueron distribuidas en tan sólo 5 habitaciones y usaron un
espacio común como cocina. Su paso por este predio estuvo
marcado por la adversidad, la falta de alimentos y las
dificultades de espacio, pero contaron con el apoyo de algunas
entidades locales, que les facilitaron comida y otros bienes
necesarios.

24 Esta finca se ha ido parcelando en los últimos meses; la pretensión de su propietario,


conocido como Capitán Tomachipán, colono y miembro de la directiva de
ASOPROCAUCHO - Guaviare, es convertirla en una especie de villa de recreo donde los
nuevos propietarios puedan construir casas de veraneo. Al entrar al predio se
encuentra una casa de tabla y zinc, donde las familias de Caño Ceiba se alojaron.

239
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Preocupadas por su integridad física y sin intención de volver al


Resguardo Barrancón, las familias de Caño Ceiba empezaron
otro trayecto desde su salida del área protegida en 2003, esta
vez desplazadas por miembros de su propia etnia y con un plazo
perentorio para salir de aquella finca, pues los términos de ese
gesto de solidaridad imponían que no podría pasar de los 25 o
30 días. Desde su llegada se sabía que su estadía resultaría
todavía más breve que en otras ocasiones, y la única meta
inmediata de las familias en ese momento era agenciarse
apoyo y acompañamiento para salir cuanto antes del
departamento del Guaviare, evitando así cualquier nueva
situación de confrontación con sus agresores.

A finales de septiembre de 2008, poco menos de un mes


después de su salida del Resguardo Barrancón, todas las 14
familias guayabero se reubicaron en el Resguardo Caño La Sal,
en jurisdicción del municipio de Puerto Concordia (Meta),
donde se encuentran hasta hoy. Allí sus condiciones de vida son
relativamente mejores que las que tenían en el Resguardo
Barrancón, son reconocidos por los líderes de este nuevo
resguardo receptor y, ante todo, tienen el reconocimiento y el
apoyo de la Alcaldía Municipal de Puerto Concordia y de otras
entidades, entre las que se cuentan la Unidad de Parques
Nacionales, la Defensoría del Pueblo y el Instituto Colombiano
de Bienestar Familiar. Allí están empezando un nuevo proceso
social, a la espera de que las condiciones legales y de orden
público les permitan retornar, en un plazo ojalá no muy lejano,
a sus antiguos territorios en el sector suroriental del PNN
Serranía de la Macarena.

240
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

EL PUEBLO GUAYABERO, CRISIS TERRITORIAL Y GESTIÓN


INTERINSTITUCIONAL

A lo largo de las diferentes etapas y momentos de los procesos


sociales, territoriales y organizativos del pueblo guayabero,
sobre todo en los últimos doce años, diversas entidades e
instituciones —algunas ya liquidadas, fusionadas o en proceso
de reestructuración— han tomado parte en las discusiones
sobre las problemáticas y necesidades de este pueblo indígena.
Desde sus competencias, han intentado acompañar o impulsar
iniciativas de mejoramiento de las condiciones de vida de esta
etnia, las cuales, evidentemente, han dependido de las
circunstancias territoriales, económicas y organizativas en que
se han encontrado estas familias indígenas durante las
diferentes gestiones.

Indudablemente, en la problemática de los guayabero tiene un


peso sustancial el componente territorial, que debe abordarse
sociohistóricamente: sus derechos históricos sobre el territorio
que hoy comprende el PNN Serranía de la Macarena eran
impensables en la primera mitad del siglo XX y, por eso, desde
su llegada allí con propósitos semisedentarios, a finales de los
años 50, las familias guayabero debieron disputar
permanentemente su territorialidad frente a otras familias no
indígenas que ya habían empezado a colonizar dicha región.
Durante las décadas en que habitaron este sector y hasta su
salida a mediados de 2003, las familias guayabero debieron
ceder gradualmente parte de su territorio para evitar
confrontaciones que habrían perdido y someterse a las
dinámicas materiales, principalmente económicas, que
determinaron los colonos en esta área. Adicionalmente,
aspectos como el uso y el aprovechamiento de los recursos
naturales se vieron paulatinamente modificados y, en el mismo

241
Ordenamiento Ambiental y Conservación

sentido, el acceso a ciertos bienes y servicios significó una


gradual adaptación e implicó una apropiación mimética de las
dinámicas materiales y simbólicas que imponían sus vecinos.

En la búsqueda del reconocimiento de los derechos


territoriales de estos indígenas guayabero, el Instituto
Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA) emprendió desde
1997 la elaboración de documentos relativos a la gestión de
constitución del Resguardo Guayabero dentro del sector
suroriental del PNN Serranía de la Macarena, el más
importante de éstos el "Estudio socioeconómico, jurídico y de
tenencia de tierras para la constitución de un resguardo en
favor de la comunidad indígena guayabero de Caño Ceiba,
localizada en jurisdicción del municipio de Puerto Concordia,
departamento del Meta". Este documento nunca vio
oficialmente la luz y, con la salida de los indígenas del área
protegida, perdió impulso frente a las instancias encargadas del
reconocimiento de los derechos territoriales de este pueblo
indígena y finalmente se represó en esa entidad. Todo ello
coincidió con el hecho de que, a principios de la década de
2000, esta entidad fue reestructurada y fusionada con algunas
del mismo sector (entre otras el Instituto Nacional de Pesca y
Acuicultura, INPA), dando paso a finales de 2002 al Instituto
Colombiano para el Desarrollo Rural (INCODER.)

De otra parte, la Unidad de Parques Nacionales, a través de la


DTAO, se propuso desde 2006 contribuir con el objetivo de
apoyar la titulación del Resguardo Guayabero en el sector
suroriental del área protegida. Para ello, activó los canales de
comunicación con las entidades competentes en el tema
(INCODER), en los niveles regional y nacional, y ofreció en cada
instancia toda la colaboración para avanzar significativamente

242
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

en ese propósito. Adicionalmente, se elaboraron documentos


que recopilaban la historia de desplazamiento que había vivido
este pueblo indígena y éstos se socializaron en los escenarios
donde fue posible, en los ámbitos local, regional y nacional,
como estrategia de visibilización de las problemáticas de esta
etnia y hacia la búsqueda de compromisos políticos de las
entidades que tuvieran competencia en el tema de la titulación
del resguardo en el interior del área protegida.

Durante la segunda mitad de 2007 y comienzos de 2008, con la


guía del mismo INCODER, Oficina de Enlace Territorial Meta, se
adelantó la actualización del mencionado "Estudio
socioeconómico, jurídico y de…", principalmente en lo relativo
a la identificación del globo de terreno a titular (el cual
inicialmente se proyectó en poco más de 3.500 hectáreas y que
ahora se solicita no sea inferior a 98.500 hectáreas, toda vez
que esta extensión corresponde al territorio que directa e
indirectamente han recorrido los indígenas guayabero desde
tiempos inmemoriales, que ellos reconocen como área
utilizada en el pasado y que hoy en día sería adecuada para
promover su autonomía alimentaria). La actualización de
dichos estudios se enfocó igualmente en la identificación de los
actores que intervienen en el tema de la tenencia de la tierra en
el área que se pretende titular. Todo ello se efectuó en la
perspectiva de superar los escollos jurídicos y avanzar hacia el
reconocimiento legal del territorio guayabero dentro del área
protegida.

Pero el proceso de titulación del Resguardo Guayabero dentro


del PNN Serranía de la Macarena debe superar ahora otras
vicisitudes. Por un lado, una nueva reestructuración del
INCODER y de sus competencias en el tema: la Ley 1152 de

243
Ordenamiento Ambiental y Conservación

2007 señaló que, en adelante, sería el Ministerio del Interior y


de Justicia, mediante su Dirección de Asuntos Indígenas, el
encargado de resolver las solicitudes de titulación de
resguardos. Sin embargo, el INCODER (Nivel Central), que es la
entidad que tiene los expedientes, no había entregado éstos a
noviembre de 2008, entre otras cosas porque en ese entonces
hacía falta que la mencionada ley fuera reglamentada y se
definiera si el proceso de titulación del resguardo debía ser
completado por la Dirección de Asuntos Indígenas o si el propio
INCODER, ahora reestructurado y asociado a la gestión de la
Unidad Nacional de Tierras Rurales (UNAT), que es la nueva
entidad creada, terminaría en interinidad25 sus antiguas
responsabilidades en lo relativo a la culminación de los
trámites de titulación de ese y otros resguardos.

Por otro lado, la Corte Constitucional declaró inexequible la Ley


1152 de 2007, al considerar que su desarrollo afectaba
sustancialmente los derechos de afrodescendientes e
indígenas, con quienes, según la Corte, no se había surtido el
trámite de consulta previa, como lo prevén la Constitución
Nacional y los acuerdos internacionales, principalmente el
Convenio 169 de OIT, relativo a este aspecto. Así lo hizo saber a
la opinión pública esa corporación, mediante el Comunicado 13
de marzo 18 de 2009.

Debido a estas nuevas circunstancias, el proceso de titulación


del Resguardo Guayabero se encuentra en el limbo jurídico y
están por determinarse tanto la entidad competente en la
materia como los procedimientos y términos en que podrá
constituirse y titularse el resguardo.
25 Puesto que, según dicha ley, en adelante esta nueva entidad no tendrá competencia
alguna en materia de titulaciones ni de asuntos relacionados con territorios de
minorías étnicas.

244
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

De otro lado, es preciso resaltar que el territorio que se espera


titular como resguardo en el sector suroriental del parque no
sólo beneficiaría directamente a las familias guayabero que
fueron desplazadas de allí en 2003, sino que también podría ser
aprovechado por otros grupos de familias de esa etnia que, sin
territorio por alguna de las razones que hemos mencionado,
adelantaran y suscribieran, con la Unidad de Parques y con las
familias ya asentadas, acuerdos comunitarios sobre el
adecuado uso, el cuidado, el manejo y el aprovechamiento
sostenible de los recursos disponibles en el área.

Indudablemente, la imposibilidad de ejercer posesión efectiva


o tenencia duradera de un territorio ha traído enormes costos
para la supervivencia cultural y material de las familias
guayabero de Caño Ceiba. Por una parte, el hecho de no contar
con tierras propias ni semillas suficientes para garantizar su
dieta ha comprometido su seguridad alimentaria y afectado su
nutrición. Por otra parte, el permanente desarraigo ha
producido rupturas en su identidad, principalmente entre los
más jóvenes, quienes no saben qué territorio específico
pueden considerar como su verdadero hogar; además, el paso
sucesivo por diferentes entornos sociales receptores ha
conllevado la apropiación de nuevas prácticas que se mixturan,
se hibridan con algunas tradiciones propias y dan origen a
mimetismos culturales y, en algunos casos, a la negación de
valores propios, en detrimento de su capital cultural ancestral.
En este orden de ideas, y más allá de la gestión de la Unidad de
Parques - DTAO en materia de acompañamiento en la actual
búsqueda del reconocimiento de los derechos territoriales,
culturales y organizativos, el tema del acceso a la tierra ha sido,
desde siempre, una de las variables más complejas y
traumáticas para este pueblo indígena.

245
Ordenamiento Ambiental y Conservación

Otro aspecto relevante, tanto desde el universo de la


problemática guayabero como de las gestiones emprendidas
por las diferentes entidades, es el de la organización indígena y
sus instituciones propias. Invariablemente, la estructura
organizacional de la mayor parte de los pueblos indígenas del
norte amazónico colombiano depende en buena medida de la
legislación oficial, de tal suerte que si un asentamiento
indígena aspira al reconocimiento de sus derechos territoriales
y organizativos (que en el caso colombiano van de la mano),
debe estructurar sus jerarquías sociales según las normas
vigentes.

Ello conlleva la elección de nuevos "líderes", cuya función es


responder a esas exigencias occidentales, quienes asumen
responsabilidades políticas para las que no están preparados
(pero que sirven a sus intereses económicos o políticos
coyunturales, haciendo de esa circunstancia una forma de
ascenso social) y que no conocen la normativa y asumen cargos
sin saber qué funciones deben desempeñar, con lo que se
obvian de antemano las instituciones ancestrales y los
mecanismos propios de distribución de justicia, negociación y
resolución de conflictos y manejo del territorio y de sus
recursos. Todo ello se traduce en pérdida de vigencia de los
conocimientos propios, olvido irremediable de los mismos y
desaparición de las estructuras sociales, junto a los saberes de
quienes las encarnan.

Asimismo, esos "líderes" rara vez gozan de legitimidad política


dentro de sus resguardos, a pesar de lo cual, y como producto
de un fenómeno que una vez comenzado ya no se puede
detener, suscriben acuerdos, pactos, convenios y hasta
proyectos con diversas entidades para diferentes propósitos.

246
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

No es un secreto que muchos de esos acuerdos e iniciativas


difícilmente son respaldados por las comunidades, siendo esta
una situación que desgasta tanto a los propios indígenas, por
los conflictos internos que la situación impone, como a los
funcionarios y las entidades que estos representan.

Finalmente, y acaso como consecuencia inherente al


desarraigo territorial y cultural vivido, la familia, eje del
universo social del pueblo guayabero, ha sufrido
transformaciones importantes en las últimas décadas: la
familia extensa se ha fragmentado y los ancianos han perdido
importancia al momento de tomar decisiones que afectan a
toda la comunidad. Además, producto del surgimiento de
nuevas instituciones, principalmente de la escuela, en
reemplazo de los mecanismos y dispositivos tradicionales de
educación de los hijos, los canales de transmisión del
conocimiento ancestral entre los "mayores" y los jóvenes se
han roto y los saberes propios han dejado de ser importantes
para las nuevas generaciones; hoy sólo importa un adecuado
manejo del español, la capacidad de conseguir dinero y el
acceso a las formas de diversión occidentales basadas en el
consumo.

La gestión de las entidades competentes respecto a este tema


ha tenido escaso impacto, y la velocidad y la magnitud de las
transformaciones sociales y culturales de las familias
guayabero, sus nuevas necesidades y el contexto
socioeconómico y territorial actual no facilitan la
implementación de estrategias que garanticen la restitución de
sus valores propios. Y aunque ningún sistema cultural
permanece estático, pues la cultura cambia, se adapta,
aprende, intercambia con el contexto donde se recrea y da

247
Ordenamiento Ambiental y Conservación

origen a nuevas interpretaciones de la vida, del cosmos y de la


identidad, en este momento se puede afirmar que el carácter,
el contenido y el propósito de las instituciones propias de los
guayabero (familia, clan, etnia, cosmovisión, etc. y sus valores
consustanciales) están en crisis, perdiendo toda valoración o
sentido frente a las instituciones y creencias occidentales, y
que estas últimas son las que los jóvenes de ese pueblo
indígena privilegian sobre su propio capital cultural.

Por lo pronto, la fragmentación social del pueblo guayabero


parece ir en aumento, y las condiciones materiales actuales no
parecieran facilitar el fortalecimiento de instancias
organizativas propias ni la definición de estrategias, también
propias, que reivindiquen sus tradiciones y costumbres.

Otro elemento a considerar en el marco de la problemática


guayabero está íntimamente relacionado con su Plan de Vida.
Pero, más que con la definición de éste —que ha sido
acompañada por diversas entidades, incluida la Unidad de
Parques—, con la posibilidad de definir de manera concertada
y con apoyo institucional el diseño y la puesta en marcha de
estrategias, en aspectos relacionados con la educación, la
salud, la vivienda y el manejo de los recursos naturales. Estos
temas constituyen preocupaciones explícitas de las
comunidades guayabero y de algunas de las entidades y
agencias gubernamentales con responsabilidades en esos
asuntos. Se espera que, desde la articulación de unas y otras,
resulte posible identificar y concertar acuerdos mínimos que
impulsen iniciativas en estos tópicos, que conlleven al
mejoramiento real de las condiciones de vida de estas familias,
privilegiándose la transmisión de los saberes ancestrales
asociados a la protección de los recursos, como insumo

248
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

principal para el manejo del territorio y valor agregado en los


procesos de educación de las nuevas generaciones.

Las difíciles condiciones que han tenido que enfrentar las


familias guayabero en general, y específicamente las que
fueron desplazadas del área protegida, no han permitido
planificaciones de largo aliento en estos temas ni presencia
continuada de las entidades responsables, principalmente las
de jurisdicción municipal o departamental; los procesos de
desplazamiento de estas familias han limitado el alcance de la
gestión de varias agencias y obligado a otras a emprender
"acciones de emergencia" de respuesta inmediata para
solucionar necesidades coyunturales, y por eso mismo dichas
acciones han sido breves y sin mayor impacto real.

De la misma manera, las preocupaciones de esta comunidad


son cambiantes en el tiempo y los objetivos, debido a las
frecuentes emergencias que enfrentan. Es así que, por
ejemplo, un proyecto de seguridad alimentaria que se
ejecutara en su propio territorio o con mejores condiciones de
habitabilidad y que permitiera obtener resultados en cinco
años podría convertirse en un proyecto de pancoger, pues no se
sabe en qué momento pueden cambiar las circunstancias y
ellos tengan que partir de nuevo. Las constantes urgencias son
una variable más que obstaculiza la planificación y que no sólo
deja a estas familias a merced del azar —en muchos casos
impidiendo el acceso a servicios del Estado—, sino que
también limita la toma de decisiones institucionales que
promuevan escenarios de inclusión social real y de goce pleno
de derechos.

Indudablemente, la problemática territorial, socioeconómica y


cultural de este pueblo indígena es dramática, los hechos que

249
Ordenamiento Ambiental y Conservación

ha debido afrontar en los últimos años han afectado su


contexto familiar, sus relaciones sociales, su autoestima y sus
aspiraciones como etnia. La fragmentación y la ruptura de sus
vínculos continuará, en unos casos más aceleradamente que
en otros. La gestión estatal futura deberá intentar, por lo tanto,
minimizar en alguna medida los impactos nocivos de estos
procesos de desplazamiento y favorecer la preservación de su
identidad cultural y territorial y la construcción de nuevos
vínculos y estrategias de cooperación, solidaridad y
autogestión, tanto dentro del conjunto de estas familias como
en la relación de éstas con las entidades que tienen
competencia en los diferentes temas.

LOS GUAYABERO DE CAÑO CEIBA, TERRITORIO Y


ORGANIZACIÓN: ANOTACIONES FINALES PARA
FUTURAS GESTIONES

Como se mencionó antes, desde 2006 se han realizado


considerables esfuerzos institucionales (de Parques
Nacionales, del INCODER y de algunas ONG presentes en el
Guaviare que han trabajado con las comunidades guayabero)
para avanzar en la constitución y la titulación del Resguardo
Caño Ceiba en el sector suroriental del PNN Serranía de la
Macarena. Como consecuencia de la gestión efectuada hasta el
momento, se espera que este objetivo se materialice en un
periodo razonable, tras la formalización de las competencias de
las entidades responsables del tema. Sin embargo, debe
hacerse hincapié en que si bien es cierto que el componente
territorial es trascendental para la preservación del capital
cultural ancestral de los guayabero, así como para su
autonomía alimentaria, el logro de estos propósitos también
estará signado por la presencia interinstitucional e

250
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

interdisciplinaria que contribuya a la identificación y la


satisfacción correctas de sus necesidades reales, así como a la
múltiple concertación que sea posible efectuar para el
cumplimiento de las metas comunes.

El PNN Serranía de la Macarena ofrece inmejorables


condiciones ambientales para el desarrollo y la protección de
este pueblo indígena y de sus tradiciones. No obstante, es
preciso que su retorno planificado se produzca en un territorio
libre de la presencia de actores no indígenas. De lo contrario,
nuevamente estas familias serán objeto de los intereses y
necesidades de éstos, lo cual comprometería severamente
tanto el objetivo de conservación de su capital cultural como el
patrimonio natural que ofrecen los recursos del bosque en el
área protegida. Considerando la creciente demanda externa de
recursos naturales y las presiones de que han sido objeto en el
pasado los guayabero, el proceso de retorno y reconstrucción
de su modelo de vida en sus territorios de origen debe estar
alejado de interferencias occidentales o, al menos,
juiciosamente monitoreado para evitar que se repitan eventos
nefastos, en especial aquellos en que los indígenas eran
utilizados como mano de obra barata o como expoliadores de
sus propios recursos, en beneficio de terceros.

Comprensiblemente, las condiciones de seguridad que


demandan las familias guayabero respecto a los problemas de
orden público que se presentan en el sector de Caño Ceiba son
un componente decisivo y un insumo previo de cualquier
planificación. Así lo han hecho saber los indígenas en diferentes
momentos. Sin embargo, este y otros aspectos de naturaleza
similar hacen parte de diversos procesos que no dependen de
la Unidad de Parques, pero en cuya ausencia ni entidades ni

251
Ordenamiento Ambiental y Conservación

indígenas pueden adelantar acciones para avanzar en el


desarrollo de las estrategias e iniciativas que posibiliten tanto el
retorno de los guayabero como la gestión para la protección y la
conservación de los recursos, o cualquier gestión en favor del
área protegida o de acompañamiento interinstitucional para
esa comunidad.

La salida precipitada del Resguardo Barrancón no fue,


claramente, la situación ideal en la que se había previsto el
retorno de los guayabero al departamento del Meta, y menos
aún porque no arribaron al área protegida, al sector que se
busca titular como resguardo y que ha constituido allí la
principal aspiración de la gestión de la Unidad de Parques
Nacionales desde 2006. No obstante, la llegada de los
guayabero al Resguardo Caño La Sal podría estar marcada por
eventos significativos que tal vez contribuyan a mejorar su
calidad de vida. De un lado, ese territorio cuenta con una oferta
ambiental más prometedora que la del Resguardo Barrancón,
lo que sin duda tendrá efectos positivos en la dieta de los
guayabero, así como en las actividades cotidianas relacionadas
con la búsqueda de alimento; de otro lado, este resguardo está
menos poblado, y tanto las viviendas como las comunidades
mismas que allí residen (cuatro en total, contando el nuevo
asentamiento de las familias de Caño Ceiba) se encuentran más
alejadas unas de otras, lo que reduce la posibilidad de
conflictos de vecindad o por el uso del territorio mismo. A ello
se añade que, por ser también un resguardo guayabero, estas
familias ya se conocen de tiempo atrás y al parecer siempre han
sostenido relaciones cordiales y de cooperación; esto permite
suponer un escenario social más tranquilo, con mayor razón si
no existen confrontaciones por el liderazgo, ya que cada líder
comunal (capitán), incluyendo al de Caño Ceiba, tiene claras

252
Ordenamiento Ambiental y Conservación

sus opciones y necesidades, así que es poco probable que


surjan disputas políticas por la representatividad. No obstante,
este escenario no estará exento de "celos" si toda la atención y
las ayudas institucionales se volcaran sobre los recién llegados.

Es importante, en todo caso, que sea la autogestión de los


guayabero el factor que más impulse el mejoramiento de sus
condiciones de vida, y aunque no basta con eso para lograrlo,
sin eso será imposible. Conviene aprender de los errores del
pasado y reconocer que se lograba escaso impacto social en
aquellos procesos en que las entidades daban todo, pero
estaba ausente el componente primario, es decir, la iniciativa
comunitaria para contribuir con trabajo y compromiso a
satisfacer las propias necesidades. No obstante que es
fundamental garantizar continuidad en el acompañamiento
26
social e institucional al proceso que ahora inician estas
familias en el nuevo resguardo receptor, también es
importante establecer las bases sobre las que se dará ese
acompañamiento, que, aunque puede incluir algunos apoyos,
debe permitir que las propias familias sean conscientes de sus
necesidades reales y encuentren por sí mismas las estrategias
para satisfacerlas. Al respecto, definir un modelo transitorio de
educación para sus hijos es un elemento clave que puede
depender de ellos; asimismo, establecer y concertar usos y
aprovechamientos adecuados de los recursos naturales en el
actual territorio receptor contribuiría a avanzar en el tipo de
prácticas ambientales pertinentes y adecuadas sobre las cuales
establecer, como pueblo indígena, estrategias de manejo,
protección y conservación de los recursos en el futuro
resguardo dentro del PNN Serranía La Macarena.
26 De parte de la Alcaldía de Puerto Concordia, de entidades como la Defensoría del
Pueblo, Bienestar Familiar y, desde luego, la Unidad de Parques Nacionales Naturales,
aunque más entidades podrían vincularse, entre otras, la Gobernación del Meta.

254
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

Es oportuno señalar que uno de los logros que hoy celebran la


comunidad de Caño Ceiba y la Unidad de Parques, y que es
producto de la articulación en las metas y las actividades
desarrolladas por ambos actores, es que el capitán indígena de
la comunidad de Caño Ceiba goza, desde mayo de 2008, del
reconocimiento formal de la Alcaldía de Puerto Concordia
(Meta) como Autoridad Indígena, una responsabilidad que se
espera cumpla cabalmente y a la cual deberán estar atentas las
diversas entidades vinculadas a este proceso, incluida la
Unidad de Parques. Desde luego, este logro tuvo un impacto
positivo en la autoestima de la comunidad y constituye uno de
los insumos necesarios para avanzar hacia el reconocimiento
de sus derechos territoriales dentro del área protegida.

Indudablemente, es una meta que las familias guayabero


retornen pronto al parque. Sin embargo, como se señaló,
median algunos factores que es necesario solucionar, tanto en
materia de orden público como en lo relativo a la titulación del
resguardo, que depende de algunos aspectos legales ajenos a
Parques Nacionales, entre otros, definir qué entidad asumirá la
competencia para hacerlo, y, tal vez, si procede en el caso de los
expedientes de estas familias, aún podría requerirse el
desarrollo de alguna diligencia por actualizar o surtir. Sólo así
será posible que se formalice el reconocimiento de sus
derechos territoriales, cuyo trámite supone a la vez la
destinación presupuestal necesaria para sanear los terrenos
que ocuparán dentro del área protegida y que en un alto
porcentaje se encuentran ocupados por colonos.

Por último, y como complemento al proceso, también son


importantes la presencia y el acompañamiento

255
Ordenamiento Ambiental y Conservación

interinstitucional (incluidos los de la fuerza pública) para


garantizar que el control de esos territorios sea ejercido por los
actores legal y legítimamente reconocidos para ello y que no
son otros que las familias guayabero desplazadas de ese sector
del parque.

Es posible que la satisfacción de las expectativas manifestadas


por los indígenas guayabero de Caño Ceiba tarde un tiempo
más, pero, dada la emergencia humanitaria que afrontan, ellos
han expresado que, si se cumplieran al menos dos de las
condiciones mencionadas (orden público y acompañamiento
interinstitucional), estarían dispuestos a volver al área, aun sin
que se hubiera hecho la titulación del resguardo (tercer
requisito), cuyo trámite se ha dilatado por más de diez años.
Argumentan que uno de sus principales temores reside en
tener que volver a disputar sus derechos (principalmente los
territoriales) con cualquier tipo de población (indígena o no) sin
contar con el reconocimiento legal y el apoyo institucional para
hacerlo. Eso significa que si existieran los recursos materiales
para contribuir a su retorno a Caño Ceiba y se garantizara un
acompañamiento interinstitucional efectivo y continuado,
antes, durante y después del mismo, ellos, como se dijo,
retornarían al área protegida incluso antes de que ese territorio
les fuera oficialmente constituido y titulado como resguardo.

Sin duda, las familias de Caño Ceiba atraviesan un momento


difícil, pero en todo caso sus posibilidades territoriales y
políticas son mejores que las de un año atrás y las expectativas
27
sobre la titulación de su resguardo dentro del área hacen

27 Bien considerada, la futura titulación del nuevo resguardo no sólo contribuirá al


mejoramiento de la calidad de vida de las familias de Caño Ceiba. También, y quizá en
un futuro no muy lejano, dadas las manifestaciones que ha adquirido el conflicto
armado en la región, este territorio podría eventualmente servir de receptor de

256
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

parte de los factores que les dan amplia motivación para


afrontar los retos que les impone su vida cotidiana.

En cuanto a los aspectos institucionales y operativos que


implicaría el diseño de un plan de retorno de las familias de
Caño Ceiba al área protegida, cabe señalar que el
acompañamiento interinstitucional deberá contemplar todos
los componentes, prioritariamente el educativo, el de salud y el
relativo al manejo sostenible del territorio actual y futuro, que
serán básicos para construir acuerdos y promover la iniciativa
comunitaria. Del adecuado abordaje interinstitucional que se
haga de esos temas dependerá también el tipo de trabajo
comunitario que sea posible realizar, así como el tipo de metas
comunes (interinstitucionales y comunitarias) que, con una
gestión concertada, sea posible alcanzar.

Se trata, en fin, de que las familias guayabero de Caño Ceiba,


una vez reubicadas en el área protegida (e incluso antes),
desarrollen capacidad de generar procesos autónomos que les
permitan satisfacer sus necesidades, para lo cual el
acompañamiento interinstitucional es importante aunque no
28
d etermin a nte . I n evita b lemente, el p ro ces o d e
población desplazada guayabero proveniente de los demás resguardos indígenas
guayabero ubicados a lo largo del río Guaviare alto y medio, pero ello depende
realmente de la futura situación de orden público que tenga lugar en la zona.

28 Vale la pena anotar aquí que en escenarios sociales como resguardos indígenas,
asociaciones de colonos campesinizados, organizaciones de desplazados,
asociaciones de usuarios y hasta organizaciones sindicales, buena parte de los
procesos de empoderamiento se ha visto entorpecida por la acción y los intereses de
actores y entidades externos, que generalmente son ajenos a las necesidades y
expectativas reales de estas organizaciones sociales y que en la mayoría de los casos
manejan los recursos. Aunque quizá estos actores externos no se lo propongan, con
ello estimulan la dependencia material de estas organizaciones sociales, así como la
incorporación de intereses y expectativas no necesariamente correspondientes con
las causas sociales que las originaron.

257
Ordenamiento Ambiental y Conservación

acompañamiento interinstitucional en el diseño del plan de


retorno deberá producirse sobre la base del cumplimiento de
las competencias inherentes a cada una de las entidades que
participen en este proceso; paralelamente, se espera que las
familias guayabero establezcan prioridades frente a sus
necesidades y determinen el mejor camino para satisfacerlas,
es decir, que propongan soluciones y cooperen con las
entidades que las apoyan, sugiriendo caminos viables para la
satisfacción de sus expectativas, antes que asumir una
29
conducta pasiva como ha sido costumbre .

En ese contexto, y en aras de concretar las expectativas de


todos en el PNN Serranía de la Macarena, será fundamental
que el proceso de planificación del retorno de las familias
guayabero al mencionado sector del área protegida se
complemente con la proyección y el establecimiento de
acuerdos sobre los usos del territorio y de los recursos en este
sector.

Si bien es cierto que los guayabero, y en particular las


mencionadas familias, han adelantado en el establecimiento
de un Plan de Vida, será preciso que éste se actualice, articule e
incorpore a un Plan de Manejo del sector, que permita la
concertación y la planificación para el adecuado uso de los
recursos. En ese escenario deberán tener oportunidad de
29 La lógica de la "mendicidad organizacional" imperante en las últimas décadas en
muchos escenarios sociales debe ser erradicada, y en ello las entidades juegan un
papel trascendental: el verdadero acompañamiento institucional reside en la
capacidad de los funcionarios de estimular y proponer espacios de reflexión colectiva
sobre las expectativas de la organización social en la que intervienen; en su creatividad
para promover la iniciativa comunitaria y el trabajo colectivo; en contribuir a que las
propias organizaciones identifiquen sus verdaderas necesidades (presentes y futuras)
y a que planifiquen colectivamente las estrategias para satisfacerlas; después de ello,
la consecución de recursos (económicos, humanos, etc.) para lograr estos objetivos
será entonces una dimensión secundaria, y no al revés, como suele ocurrir.

258
Reflexiones sobre el acompañamiento de Parques Nacionales a las familias indígenas

proponer y construir acuerdos tanto las autoridades indígenas


como Parques Nacionales, en el contexto de una relación que
beneficie a las comunidades indígenas y garantice la
conservación de los valores y riquezas ambientales de la nación
representados en la gestión de la Unidad de Parques. De lo que
se trata, en último término, es de garantizar que el conjunto de
los saberes ancestrales de los guayabero asociados a la
conservación de los recursos, así como el capital cultural de
este pueblo en general, encuentren las condiciones materiales
para su conservación, reproducción, transmisión y apropiación
por sus futuras generaciones, pero también que, desde una
relación concertada y coordinada, estos indígenas contribuyan
a la protección y la conservación de los recursos naturales del
área, ejercicio de corresponsabilidad frente al cual no pueden
ser ajenos.

La reflexión que se ha hecho en el presente documento


procede de los aprendizajes compartidos entre los diferentes
equipos de trabajo de la Unidad de Parques Nacionales y la
DTAO, así como de la cooperación entre las diferentes agencias
que han hecho presencia en la región. Confiamos en que
pronto cesen en los departamentos del Meta y el Guaviare, y en
el resto del país, procesos sociales tan lamentables como
aquellos de desplazamiento forzado que han caracterizado el
devenir de las comunidades indígenas del norte amazónico
colombiano, entre ellas las familias guayabero de Caño Ceiba.
Esperamos, asimismo, que la gestión interinstitucional
presente y futura contribuya a evitar episodios de pérdida
irreversible de las tradiciones de los pueblos indígenas del país,
pues están en juego tanto el patrimonio cultural e histórico de
la nación como infinidad de saberes que contribuyen a un
adecuado manejo de las áreas protegidas nacionales.

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el cual se reglamenta el Decreto Ley 2811 de 1974, la Ley 99
de 1993, la Ley 165 de 1994 y el Decreto Ley 216 de 2003, en
relación con el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, las
categorías de manejo que lo conforman y se dictan otras
disposiciones.
República de Colombia, Ministerio de Gobierno, Decreto 1088 del
10 de junio de 1993.Por el cual se regula la creación de las
Asociaciones de Cabildos y/o Autoridades Tradicionales
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268
República de Colombia, Ley 99 del 22 de diciembre de 1993 Por la
cual se crea el Ministerio del Medio Ambiente, se reordena el
Sector Público encargado de la gestión y conservación del
medio ambiente y los recursos naturales renovables, se
organiza el Sistema Nacional Ambiental, SINA y se dictan
otras disposiciones.
República de Colombia, Ministerio de Agricultura, Decreto 1989 del
1 de septiembre de 1989. Por el cual se declara Área de
Manejo Especial La Macarena, la Reserva Sierra de La
Macarena, se clasifica y zonifica su territorio y se fijan sus
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cual se reglamentan parcialmente el capítulo V, título II, parte
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República de Colombia
Ministerio de Ambiente, Vivienda DE
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DE COLOMBIA
y Desarrollo Territorial

Embajada Real de los


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