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MÓDULO 2 COSMOLOGÍAS:

El geocentrismo:
Según Aristoteles-
Es un conjunto de esferas concéntricas sobre las cuales están montados los astros. Entre
ellas existe una sustancia llamada éter. En el centro del juego de esferas se encuentra la
Tierra, inmóvil. Sobre la esfera más próxima al
centro está montada la Luna y más allá, las esferas
donde se localizan los seis planetas restantes de los
siete conocidos hasta ese momento (la Luna era
considerada un planeta): Mercurio, Venus, Marte,
Júpiter, Saturno y el Sol. La última de las esferas, la
exterior, es la de las estrellas fijas, sobre la que
están montadas las estrellas que no cambian de
posición, unas respecto de las otras, al observarlas
desde la Tierra. Esta esfera es, además, la que transmite el movimiento a todas las esferas
interiores. Al moverse “arrastra" a la esfera siguiente, aunque no le transmite el mismo
movimiento que tiene ella, sino que la nueva esfera puede tener una rotación
diferente.

Según Ptolomeo-
Una versión simplificada del sistema tolemaico (por Ptolomeo) sitúa a los planetas
describiendo órbitas circulares alrededor de la Tierra. Es decir que, si mirásemos un planeta,
Marte, por ejemplo, desde la Tierra y ubicamos su posición en el cielo noche tras noche
(siempre a la misma hora), veríamos que al unir las posiciones después de un año de
observaciones obtendremos una circunferencia centrada en la Tierra. Esto sería lo que se
esperaría ver si se sigue la teoría ptolemaica simplificada tal como la formulamos. Sin
embargo, al revisar los datos obtenidos mediante observaciones, se ve que algunos de los
planetas, (Marte es un caso) en cierto lapso dejan de avanzar sobre la órbita prevista y
retroceden un poco, para retomar luego el movimiento original. Esto se conoce como
retrogradación de los planetas.

Para dar cuenta de estas observaciones y describir la versión de Ptolomeo, la teoría que
formulamos antes requiere algunos cambios, aunque sin abandonar la idea de circularidad
como movimiento natural de los astros en la región
celeste. En la nueva versión, Marte describe una órbita
circular cuyo centro, a su vez, recorre una
circunferencia alrededor de la Tierra (ver figura). Estas
nuevas órbitas, más pequeñas, se llaman epiciclos.
El heliocentrismo:
Copérnico describe un modelo planetario distinto
del geocéntrico. Sostiene que el Sol es el centro
del universo y que los planetas describen órbitas
circulares alrededor de él. La Tierra es ahora un
planeta más que, además de trasladarse
alrededor del Sol, al igual que los demás planetas
(Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), rota
sobre sí mismo. Este movimiento de rotación
sobre su eje explica la sucesión del día y la noche,
mientras que la traslación explica el movimiento aparente de los astros (y también las
retrogradaciones observadas en los planetas).

El primer problema que se presentó fue que los cálculos realizados por Copérnico para las
posiciones de los planetas no coincidían con las observaciones mucho mejor que el primer
modelo simplificado de raíz ptolemaica que describimos y sí peor que el segundo, el de
Ptolomeo. Copérnico intentó resolver las dificultades mediante epiciclos con relativo éxito,
pero hubo que esperar algunos años, hasta el año 1609, para que la dificultad se resolviera
satisfactoriamente. La respuesta la dio Johannes Kepler, quien sostuvo que las órbitas que
describen los planetas alrededor del Sol no eran circulares sino elípticas.

Ángulo de paralaje estelar


Otro de los problemas que debió
enfrentar la nueva teoría era que el
ángulo de paralaje estelar que se
observaba era de cero grados. Si la
Tierra describe un movimiento
circular (o elíptico) anual alrededor
del Sol, en diciembre y en junio se
encuentra en puntos diametralmente
opuestos de su órbita. Si se observa la estrella E en diciembre, llegado junio la dirección de
observación de esa misma estrella no debería ser la misma ya que la Tierra cambió de
posición. Entre ambas direcciones de observación debería formarse un cierto ángulo w
como se indica en la figura. Este ángulo es el llamado “ángulo de paralaje estelar”.
Cosmologías actuales
Como hemos visto, ante la pregunta sobre cómo es el universo, las respuestas han sido muy
diversas según las épocas y las culturas en las que fijemos nuestra atención. En particular
cabe preguntarse si el universo comenzó en algún momento o existió siempre. Ante esta
última pregunta Aristóteles suponía la existencia eterna mientras que Newton seguía la
tradición de la creación del universo en algún momento. Esta diferencia se ha transmitido de
una u otra forma hasta nuestros días en los que todavía existen sostenedores de una teoría
del universo eterno y, en algún sentido, invariable: teoría del universo estacionario, mientras
que la mayoría de los científicos se inclinan por la idea de que el universo tuvo un comienzo
en un instante dado. Se trata de la teoría del Big Bang. La novedad consiste en que este
comienzo ya no se liga con ninguna idea a favor ni en contra de cualquier tradición de un ser
creador. La teoría no se expide sobre tal tema. La teoría del Big Bang (Gran Explosión)
sostiene que el universo debe haber comenzado, y con él, el tiempo y el espacio, hace
alrededor de 15.000 millones de años sin agregar ninguna hipótesis sobre la existencia de un
creador.

La teoría del Big Bang


En 1929, el investigador Edwin Hubble había sugerido que el universo estaba en expansión:
"hacia donde miremos, las galaxias más distantes se están alejando de nosotros". Las
observaciones con las que contamos hasta el momento confirman que el alejamiento mutuo
de las galaxias es más pronunciado cuanto más separadas están estas galaxias.
Sin embargo, los detalles que son necesarios suponer para dar cuenta de tales
observaciones incluyen varios aspectos poco intuitivos. Para comenzar, no parece que fueran
las galaxias que se alejaran viajando por el espacio, sino que es el espacio mismo el que se
expande y con ello da lugar al alejamiento observado. Algo así como la manera como se
alejarían, unas de otras, las pintitas de un globo de lunares a medida que lo inflamos.

La radiación de fondo cósmico


El haber observado el alejamiento de las galaxias como lo describimos anteriormente dio pie
a la conjetura de un universo en expansión. Pero el hecho de que supusiéramos una gran
explosión en sus comienzos no había sido corroborado por ninguna otra observación
independiente de tal alejamiento. En 1964, los radioastrónomos Arno Penzias y Robert
Wilson detectaron (sin buscarlo) una radiación cuya intensidad y frecuencia no tenía
variación respecto de la zona del espacio que escudriñaran. Esta radiación de fondo fue
interpretada rápidamente como la radiación remanente de aquella supuesta explosión y se
la conoce con el nombre de "radiación de fondo cósmico".
Efecto Doppler y la ‘observación’ del alejamiento de las galaxias - corrimiento al rojo
Cuando una fuente de sonido se acerca al
observador, éste percibe un sonido levemente más
agudo que el que percibiría si la fuente estuviera
en reposo. Si en cambio la fuente de sonido se
aleja de él, el efecto será que el sonido parece más
grave.
Cuando se analiza la luz que proviene de las
galaxias lejanas se encuentra que su frecuencia no
coincide con la esperada, sino que presenta un
corrimiento hacia frecuencias menores. Esto se interpreta, como lo hacíamos en el caso del
sonido, como un alejamiento de la fuente de emisión. De allí la sugerencia de Hubble de que
las galaxias se alejan unas de otras ya que todas las galaxias lejanas estudiadas presentan
este corrimiento hacia frecuencias menores.
Como las frecuencias más bajas del espectro visible corresponden al color rojo, este efecto
que presentan las galaxias lejanas (de que su luz presenta una frecuencia menor que la
esperada) se ha llamado "corrimiento al rojo". Podríamos decir que todas las galaxias
lejanas 8 investigadas mostraron corrimiento al rojo y que esto indica (nos hace suponer)
que se alejan de nosotros.
MÓDULO 2 DE LA CIENCIA ANTIGUA A LA MODERNA:

La ciencia natural cambia


Comencemos por distinguir entre dos tipos de disciplinas científicas para aclarar a cuál de
ellas nos referimos en esta parte. Cuando hablamos de ciencia natural nos referimos (para
dar una aproximación informal) a las disciplinas científicas que tratan de explicar fenómenos
naturales, es decir aquellos en los cuales no intervienen las relaciones sociales del hombre ni
sus deseos, su voluntad o su libertad de decidir. Como ejemplos de tales disciplinas podemos
citar el caso de la física, la química o la biología. Aquellas disciplinas cuyo objeto de estudio
es el hombre y sus relaciones sociales son llamadas “ciencias sociales”. Como ejemplos de
ciencias sociales podemos citar la sociología, la antropología, la economía, la ciencia política
o la psicología.
No es sencilla la tarea de rastrear dónde y cuándo el hombre comenzó a desarrollar una
actividad científica. Para evitar confusiones, digamos que cuando nos referimos a la ciencia
antigua lo hacemos refiriéndonos a la ciencia tal como se hacía desde el apogeo griego hasta
el cambio que se produce en los siglos XVI y XVII.
Nuestro interés se centra en identificar algunas características de la ciencia natural tal como
la conocemos actualmente y distinguirla de la forma de desarrollar el conocimiento
científico en la antigüedad. La obra de Copérnico que ya hemos citado (Sobre la revolución
de las esferas celestes) suele ser considerada el detonante de un período, de
aproximadamente un siglo y medio, que se conoce como la Revolución Copernicana. Este
período no solo alumbró una nueva cosmología, como hemos visto, sino que también
coincidió con un cambio sustancial en la manera de “hacer” ciencia. Este cambio se conoce
como Revolución científica del siglo XVII y es donde nos detendremos.

Ciencia antigua:
La ciencia antigua adoptaba una metodología que podemos llamar demostrativa y
caracterizarla como ciencia euclídea . Según esta metodología, los científicos procedían
determinando enunciados verdaderos de los que se deducían otros que, en algunos casos,
daban cuenta de las observaciones. La verdad de esos enunciados de partida no requería
ninguna justificación porque provenía de su propia evidencia. Para decirlo de manera simple,
quien leía o escuchaba el enunciado no podía decir otra cosa más que “es obvio” o “no
puede ser de otro modo”. Su autoevidencia era tan clara que no estaban sometidos a
discusión alguna. Si los puntos de partida no requerían justificación, el resto, que eran
deducidos de ellos, tampoco la necesitaban pues su verdad se seguía de los iniciales dado
que se empleaban razonamientos deductivos para obtenerlos. Medir, experimentar o
conjeturar no eran recursos útiles con esta metodología.
Ciencia natural moderna:
La ciencia natural moderna, surgida a partir de la Revolución científica del siglo XVII, tiene
varias diferencias con la anterior, tanto en la forma de avalar los enunciados como en la
metodología de trabajo del científico. Entre las diferencias, una relevante es el cambio de
actitud de los científicos hacia esos enunciados iniciales. ¿Qué sustento tiene la
autoevidencia? ¿podía ser la reflexión la garantía de las verdades acerca del mundo?
Sentados en una habitación sin ventanas puede parecernos absolutamente cierto que
estamos quietos y sin embargo estar moviéndonos a velocidad uniforme por un camino
recto. No notaríamos la diferencia entre una y otra situación.

La ciencia moderna - factica - formal:


La ciencia moderna adopta una postura diferente sobre los enunciados iniciales. Se sostiene
desde el siglo XVII que los únicos que pueden brindar alguna información sobre la verdad de
los enunciados acerca de sucesos del mundo real son ¡los sucesos del mundo real! Tanto en
la ciencia demostrativa como en la ciencia moderna, que podemos catalogar de
teóricoexperimental, se utiliza la deducción para obtener enunciados acerca de hechos del
mundo a partir de otros enunciados. En esto no difieren. Pero si se diferencian en el
carácter de los enunciados iniciales. Mientras que en la ciencia antigua eran enunciados
verdaderos, en la ciencia moderna son sólo conjeturas. Volveremos sobre esto en los
siguientes capítulos. En particular veremos cuáles son las características de las ciencias
formales, como la matemática, y podremos apreciar que la ciencia antigua es similar, en su
metodología, a la empleada en las disciplinas formales, pero en su caso aplicada a las
ciencias fácticas. Para una primera aproximación digamos que la ciencia fáctica es aquella
que habla sobre los hechos del mundo real mientras que la formal no tiene ninguna
referencia en el mundo.

Control de variables:
Los científicos antiguos observaban, pero sus observaciones sólo en pocos casos eran
cuantitativas y no constituían elementos a favor o en contra de los enunciados tomados
como punto de partida. Con la nueva ciencia los elementos a observar no resultaban solo
cualitativos, sino que eran fundamentalmente cosas medibles, cuantificables. La
observación en la ciencia antigua se limitaba a registrar de manera cualitativa fenómenos
que ocurrían espontáneamente, no realizaban control alguno. Con la ciencia moderna nace
el control de variables, es decir el fijar algunas de las variables que están en juego en la
explicación de un fenómeno para revisar el comportamiento de las que quedan libres.
Método hipotético-deductivo:
Hemos dicho por otra parte que la ciencia moderna conjetura hipótesis y a partir de ellas
deduce lo que debería observarse si es correcto lo que se propuso. El paso siguiente consiste
en revisar si las observaciones coinciden o no con lo deducido. Esto es someramente lo que
sostiene el método hipotético-deductivo y el método para chequear hipótesis de la ciencia
moderna.

MÓDULO 3 ELEMENTOS DE LA LÓGICA PROPOSICIONAL

La lógica proposicional tiene como unidades de análisis a las proposiciones. En nuestro


hablar cotidiano enunciamos constantemente proposiciones: “Tomé unos mates antes de
salir”, “Entiendo lo que decís” “No todo lo que brilla es oro” y tantas otras expresiones que
usamos a diario.

[1] “La hamburguesa está fría y el helado derretido” - COMPUESTA

Proposición compuesta de otras dos proposiciones: “La hamburguesa está fría” es una y “El
helado está derretido” la otra.

Tenemos que ver si en los hechos ocurre, por un lado que la hamburguesa esté fría y por
otro si el helado está derretido y si resulta que ambas cosas ocurren entonces podremos
afirmar que la proposición es verdadera.

Valores de verdad
Las proposiciones que estamos considerando tienen dos posibles alternativas: son
verdaderas (V) o son falsas (F). Estos son llamados “valores de verdad” de una proposición.

Variables proposicionales y forma proposicional

tanto p como q son variables proposicionales que deben ser entendidas como cajas vacías
que pueden llenarse con proposiciones.

Conectivas lógicas
Las conectivas lógicas permiten expresar en el lenguaje formal ciertas relaciones
establecidas en el interior de una proposición compuesta.
Conectivas lógicas-Conjunción
La proposición “La hamburguesa está fría y el helado derretido”, que representamos antes
mediante “BC”, es una proposición compuesta en la que se afirma una relación de
conjunción entre las proposiciones B y C.

Conectivas lógicas-Disyunción
Tal es el caso de la “o”.

Exclusiva
“Voto por Fulana o voto por Mengana”
y lo que queremos expresar es que votamos por una candidata o por la otra, pero en ningún
caso votamos por las dos.

Inclusiva
“Entra al recital aquel que entrega un juguete o entra quien lleva un alimento no
perecedero”
En este caso lo que queremos expresar es que entra quien lleva un juguete, quien lleva un
alimento, pero también entra quien lleva ambas cosas.

Negación
A diferencia de las anteriores, que son conectivas diádicas (conectan dos proposiciones), la
negación es monádica (se aplica sobre una sola proposición). Cuando decimos:
“La hamburguesa no está fría”

Condicional material
“Si tardamos más de 30 minutos en entregar la pizza entonces se la regalamos ”
estamos expresando un condicional.
Si F entonces G
donde F y G son proposiciones a las que se las denomina antecedente y consecuente del
condicional respectivamente.
Razonamientos y formas de razonamientos
El razonamiento de un comentarista de radio podemos ordenarlo identificando las premisas
y la conclusión poniendo las proposiciones en columna y separando la conclusión mediante
una línea horizontal:

El razonamiento tiene 6 premisas y su conclusión es “Difuso FC no sale campeón”

Otros ejemplos:

Clasificamos:

Usando estos símbolos y los que propusimos antes para las conectivas lógicas, los
razonamientos resultan:

Si empleamos las variables p, q y r podemos escribir la forma de los razonamientos


anteriores como sigue:

Los dos razonamientos de nuestro ejemplo o son ambos válidos o son ambos inválidos pues
la validez depende de la forma del razonamiento y no de las proposiciones por las que
reemplacemos las variables y en este caso ambos razonamientos tienen la misma forma.
Razonamientos inductivos

Tenemos un conjunto de premisas que indican algo que ocurre regularmente y una
conclusión en la que se generaliza esto afirmando que siempre ocurrirá del mismo modo.
Este tipo de razonamiento es el que se conoce como razonamiento inductivo.

En este tipo de razonamientos no hay manera de asegurar que la conclusión es verdadera si


lo que sabemos es que las premisas lo son. A pesar de haber pasado el colectivo cientos de
veces a las ocho y diez, es posible que mañana pase a las ocho y cuarto.

Razonamientos válidos
Como dijimos, la validez de un razonamiento depende de la forma del razonamiento y no de
su contenido. Cómo nos limitamos a la lógica proposicional, nuestra unidad de análisis son
las proposiciones, algo que limita las posibilidades de evaluar razonamientos.
Lo que nos interesa es buscar qué es un razonamiento válido sin que necesariamente se
parta de proposiciones verdaderas. Pero entonces ¿qué le vamos a pedir a un razonamiento
para que resulte válido?
La lógica no le va a pedir que parta de ‘verdades’, algo que en el fondo no le interesa a la
lógica. Lo que le va a pedir es que su forma sea válida y esto quiere decir que no pueda
perderse la verdad. Es decir, que si reemplazamos las variables de modo que las premisas
sean proposiciones verdaderas no debe ser posible que la conclusión resulte falsa.

i) Un razonamiento deductivo es válido cuando su forma asegura la imposibilidad de obtener


una conclusión falsa a partir de premisas verdaderas.

ii) La validez garantiza que cualquiera sea el caso de sustitución que se lleve a cabo sobre la
forma de un razonamiento, si se completan las premisas con proposiciones que las hagan
verdaderas, entonces la conclusión necesariamente también lo será.
Modus Ponens
Si cebo el mate se moja la yerba
cebo el mate
se moja la yerba

Modus Tollens

Si cebo el mate se moja la yerba


no se mojo la yerba
no cebe el mate

Falacia de afirmación del consecuente

Esta forma de razonamiento recibe el nombre de Falacia de afirmación del consecuente.


Aplicando este análisis a esa forma, puede verse que, supuesta la verdad del condicional,
puede esperarse que siendo verdadero su consecuente, también lo sea su antecedente. Pero
que pueda esperarse no es lo mismo que sea necesario, inevitable. Y en ello radica su
incorrección o insuficiencia formal: en la pretensión de concluir como necesario algo que
sólo es posible.

MÓDULO 5 LOS MÉTODOS Y LA CIENCIA

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