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El geocentrismo:
Según Aristoteles-
Es un conjunto de esferas concéntricas sobre las cuales están montados los astros. Entre
ellas existe una sustancia llamada éter. En el centro del juego de esferas se encuentra la
Tierra, inmóvil. Sobre la esfera más próxima al
centro está montada la Luna y más allá, las esferas
donde se localizan los seis planetas restantes de los
siete conocidos hasta ese momento (la Luna era
considerada un planeta): Mercurio, Venus, Marte,
Júpiter, Saturno y el Sol. La última de las esferas, la
exterior, es la de las estrellas fijas, sobre la que
están montadas las estrellas que no cambian de
posición, unas respecto de las otras, al observarlas
desde la Tierra. Esta esfera es, además, la que transmite el movimiento a todas las esferas
interiores. Al moverse “arrastra" a la esfera siguiente, aunque no le transmite el mismo
movimiento que tiene ella, sino que la nueva esfera puede tener una rotación
diferente.
Según Ptolomeo-
Una versión simplificada del sistema tolemaico (por Ptolomeo) sitúa a los planetas
describiendo órbitas circulares alrededor de la Tierra. Es decir que, si mirásemos un planeta,
Marte, por ejemplo, desde la Tierra y ubicamos su posición en el cielo noche tras noche
(siempre a la misma hora), veríamos que al unir las posiciones después de un año de
observaciones obtendremos una circunferencia centrada en la Tierra. Esto sería lo que se
esperaría ver si se sigue la teoría ptolemaica simplificada tal como la formulamos. Sin
embargo, al revisar los datos obtenidos mediante observaciones, se ve que algunos de los
planetas, (Marte es un caso) en cierto lapso dejan de avanzar sobre la órbita prevista y
retroceden un poco, para retomar luego el movimiento original. Esto se conoce como
retrogradación de los planetas.
Para dar cuenta de estas observaciones y describir la versión de Ptolomeo, la teoría que
formulamos antes requiere algunos cambios, aunque sin abandonar la idea de circularidad
como movimiento natural de los astros en la región
celeste. En la nueva versión, Marte describe una órbita
circular cuyo centro, a su vez, recorre una
circunferencia alrededor de la Tierra (ver figura). Estas
nuevas órbitas, más pequeñas, se llaman epiciclos.
El heliocentrismo:
Copérnico describe un modelo planetario distinto
del geocéntrico. Sostiene que el Sol es el centro
del universo y que los planetas describen órbitas
circulares alrededor de él. La Tierra es ahora un
planeta más que, además de trasladarse
alrededor del Sol, al igual que los demás planetas
(Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), rota
sobre sí mismo. Este movimiento de rotación
sobre su eje explica la sucesión del día y la noche,
mientras que la traslación explica el movimiento aparente de los astros (y también las
retrogradaciones observadas en los planetas).
El primer problema que se presentó fue que los cálculos realizados por Copérnico para las
posiciones de los planetas no coincidían con las observaciones mucho mejor que el primer
modelo simplificado de raíz ptolemaica que describimos y sí peor que el segundo, el de
Ptolomeo. Copérnico intentó resolver las dificultades mediante epiciclos con relativo éxito,
pero hubo que esperar algunos años, hasta el año 1609, para que la dificultad se resolviera
satisfactoriamente. La respuesta la dio Johannes Kepler, quien sostuvo que las órbitas que
describen los planetas alrededor del Sol no eran circulares sino elípticas.
Ciencia antigua:
La ciencia antigua adoptaba una metodología que podemos llamar demostrativa y
caracterizarla como ciencia euclídea . Según esta metodología, los científicos procedían
determinando enunciados verdaderos de los que se deducían otros que, en algunos casos,
daban cuenta de las observaciones. La verdad de esos enunciados de partida no requería
ninguna justificación porque provenía de su propia evidencia. Para decirlo de manera simple,
quien leía o escuchaba el enunciado no podía decir otra cosa más que “es obvio” o “no
puede ser de otro modo”. Su autoevidencia era tan clara que no estaban sometidos a
discusión alguna. Si los puntos de partida no requerían justificación, el resto, que eran
deducidos de ellos, tampoco la necesitaban pues su verdad se seguía de los iniciales dado
que se empleaban razonamientos deductivos para obtenerlos. Medir, experimentar o
conjeturar no eran recursos útiles con esta metodología.
Ciencia natural moderna:
La ciencia natural moderna, surgida a partir de la Revolución científica del siglo XVII, tiene
varias diferencias con la anterior, tanto en la forma de avalar los enunciados como en la
metodología de trabajo del científico. Entre las diferencias, una relevante es el cambio de
actitud de los científicos hacia esos enunciados iniciales. ¿Qué sustento tiene la
autoevidencia? ¿podía ser la reflexión la garantía de las verdades acerca del mundo?
Sentados en una habitación sin ventanas puede parecernos absolutamente cierto que
estamos quietos y sin embargo estar moviéndonos a velocidad uniforme por un camino
recto. No notaríamos la diferencia entre una y otra situación.
Control de variables:
Los científicos antiguos observaban, pero sus observaciones sólo en pocos casos eran
cuantitativas y no constituían elementos a favor o en contra de los enunciados tomados
como punto de partida. Con la nueva ciencia los elementos a observar no resultaban solo
cualitativos, sino que eran fundamentalmente cosas medibles, cuantificables. La
observación en la ciencia antigua se limitaba a registrar de manera cualitativa fenómenos
que ocurrían espontáneamente, no realizaban control alguno. Con la ciencia moderna nace
el control de variables, es decir el fijar algunas de las variables que están en juego en la
explicación de un fenómeno para revisar el comportamiento de las que quedan libres.
Método hipotético-deductivo:
Hemos dicho por otra parte que la ciencia moderna conjetura hipótesis y a partir de ellas
deduce lo que debería observarse si es correcto lo que se propuso. El paso siguiente consiste
en revisar si las observaciones coinciden o no con lo deducido. Esto es someramente lo que
sostiene el método hipotético-deductivo y el método para chequear hipótesis de la ciencia
moderna.
Proposición compuesta de otras dos proposiciones: “La hamburguesa está fría” es una y “El
helado está derretido” la otra.
Tenemos que ver si en los hechos ocurre, por un lado que la hamburguesa esté fría y por
otro si el helado está derretido y si resulta que ambas cosas ocurren entonces podremos
afirmar que la proposición es verdadera.
Valores de verdad
Las proposiciones que estamos considerando tienen dos posibles alternativas: son
verdaderas (V) o son falsas (F). Estos son llamados “valores de verdad” de una proposición.
tanto p como q son variables proposicionales que deben ser entendidas como cajas vacías
que pueden llenarse con proposiciones.
Conectivas lógicas
Las conectivas lógicas permiten expresar en el lenguaje formal ciertas relaciones
establecidas en el interior de una proposición compuesta.
Conectivas lógicas-Conjunción
La proposición “La hamburguesa está fría y el helado derretido”, que representamos antes
mediante “BC”, es una proposición compuesta en la que se afirma una relación de
conjunción entre las proposiciones B y C.
Conectivas lógicas-Disyunción
Tal es el caso de la “o”.
Exclusiva
“Voto por Fulana o voto por Mengana”
y lo que queremos expresar es que votamos por una candidata o por la otra, pero en ningún
caso votamos por las dos.
Inclusiva
“Entra al recital aquel que entrega un juguete o entra quien lleva un alimento no
perecedero”
En este caso lo que queremos expresar es que entra quien lleva un juguete, quien lleva un
alimento, pero también entra quien lleva ambas cosas.
Negación
A diferencia de las anteriores, que son conectivas diádicas (conectan dos proposiciones), la
negación es monádica (se aplica sobre una sola proposición). Cuando decimos:
“La hamburguesa no está fría”
Condicional material
“Si tardamos más de 30 minutos en entregar la pizza entonces se la regalamos ”
estamos expresando un condicional.
Si F entonces G
donde F y G son proposiciones a las que se las denomina antecedente y consecuente del
condicional respectivamente.
Razonamientos y formas de razonamientos
El razonamiento de un comentarista de radio podemos ordenarlo identificando las premisas
y la conclusión poniendo las proposiciones en columna y separando la conclusión mediante
una línea horizontal:
Otros ejemplos:
Clasificamos:
Usando estos símbolos y los que propusimos antes para las conectivas lógicas, los
razonamientos resultan:
Los dos razonamientos de nuestro ejemplo o son ambos válidos o son ambos inválidos pues
la validez depende de la forma del razonamiento y no de las proposiciones por las que
reemplacemos las variables y en este caso ambos razonamientos tienen la misma forma.
Razonamientos inductivos
Tenemos un conjunto de premisas que indican algo que ocurre regularmente y una
conclusión en la que se generaliza esto afirmando que siempre ocurrirá del mismo modo.
Este tipo de razonamiento es el que se conoce como razonamiento inductivo.
Razonamientos válidos
Como dijimos, la validez de un razonamiento depende de la forma del razonamiento y no de
su contenido. Cómo nos limitamos a la lógica proposicional, nuestra unidad de análisis son
las proposiciones, algo que limita las posibilidades de evaluar razonamientos.
Lo que nos interesa es buscar qué es un razonamiento válido sin que necesariamente se
parta de proposiciones verdaderas. Pero entonces ¿qué le vamos a pedir a un razonamiento
para que resulte válido?
La lógica no le va a pedir que parta de ‘verdades’, algo que en el fondo no le interesa a la
lógica. Lo que le va a pedir es que su forma sea válida y esto quiere decir que no pueda
perderse la verdad. Es decir, que si reemplazamos las variables de modo que las premisas
sean proposiciones verdaderas no debe ser posible que la conclusión resulte falsa.
ii) La validez garantiza que cualquiera sea el caso de sustitución que se lleve a cabo sobre la
forma de un razonamiento, si se completan las premisas con proposiciones que las hagan
verdaderas, entonces la conclusión necesariamente también lo será.
Modus Ponens
Si cebo el mate se moja la yerba
cebo el mate
se moja la yerba
Modus Tollens