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Tributos

Introducción

En esta lectura abordaremos los conceptos básicos de la materia, lo que les permitirá
comprender el funcionamiento de las finanzas públicas, qué son los tributos, el porqué de
su existencia, sus distintas especies y el alcance de estas. Para que puedan situarse en el
contexto, los invito a leer la siguiente narración:

Juan es un joven con ansias de conocer el mundo. Un día, navegando en sus redes
sociales, descubre que un magnate millonario brinda una oportunidad única: “vivir en una
isla deshabitada del mar Caribe” de la cual es dueño. Ofrece entregar a cada uno de los
seleccionados una vivienda en la isla. 

Juan decide completar su postulación y, al tiempo, recibe la noticia esperada: “ha


resultado seleccionado”. Antes de partir hacia la isla, el magnate les hace firmar a los
ganadores un contrato social en donde se fijan las pautas para una vida armónica, entre
ellas, la obligación de autosatisfacer sus necesidades básicas en conjunto.

1. Finanzas públicas

Toda convivencia social genera necesidades básicas que las personas, de manera
aislada, no pueden satisfacer, entre ellas, la defensa o seguridad interior y exterior, la
salud, la educación, justicia y otras. 

Con el fin de poder satisfacer estas necesidades básicas es que las personas se reúnen y
dan origen al Estado como estructura político-jurídica superior. Entonces, una de las
funciones básicas del Estado es prestar estos servicios públicos. Para poder prestarlos,
debe efectuar erogaciones de dinero que se denominan gasto público.

Así, a los fines de poder hacer frente al gasto público, el Estado debe procurar obtener
recursos dinerarios. Estos recursos se denominan ingresos públicos.

De acuerdo a lo hasta aquí tratado, el Estado, a través de las finanzas públicas,


desarrolla lo que se denomina actividad financiera, que abarca tanto la realización de
gastos como la obtención de dinero.

Entonces, como se ha visto, “para realizar sus fines, el Estado necesita efectuar gastos y
obtener recursos, con lo cual maneja importantes cantidades de dinero que, por un
principio ineludible de orden, deben ser calculadas y autorizadas de antemano” (Villegas,
2013, p. 789). Esta planificación se conoce como presupuesto público y, por lo general,
se realiza por año y es aprobado por ley. 

El Estado provee a los gastos con los fondos provenientes de la venta o locación de
tierras de propiedad nacional, de los empréstitos y operaciones de crédito, de la
generación monetaria, del producto de los derechos de importación y exportación y de los
tributos que equitativa y proporcionalmente se imponga a la población1.

Las erogaciones del Estado, en su mayor proporción, son cubiertas por las detracciones
coactivas denominadas tributos.

[1] Art. 4, Ley 24430. (1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de


la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-4999/804/norma.htm
Tributos
A través de los tributos y de acuerdo a su capacidad contributiva, los habitantes
contribuyen al sostenimiento del Estado.

Los tributos son las prestaciones, generalmente en dinero —aunque hay quienes las
aceptan en especie—, que el Estado exige en ejercicio de su poder de imperio, en virtud
de una ley y para cubrir los gastos que demanda la satisfacción de necesidades públicas
(Villegas, 2013).

De acuerdo a la definición proporcionada, son elementos del tributo:

1. Se trata de prestaciones, generalmente, en dinero: sufragadas en


moneda de curso legal. Aunque algunas legislaciones (nacionales,
provinciales y/o municipales), generalmente, ante situaciones
excepcionales, permiten que sean pagadas en especies. En estos casos,
es necesario que la prestación sea “pecuniariamente valuable” (Villegas,
2013, p. 67).
2. Exigidas por el Estado en su ejercicio de poder de imperio:
característica del tributo es su obligatoriedad, fundamentada en la
coactividad del Estado, de modo que se prescinde de la voluntad del
obligado y se recurre a la unilateralidad estatal (Villegas, 2013). 
3. En virtud de una ley: la coactividad del Estado no es ejercicio de un
poder omnímodo, sino que tiene por límite formal el principio de legalidad.
“No hay tributo sin ley previa que lo establezca” (Villegas, 2013, p. 67). 
4. Para cubrir los gastos que demanda la satisfacción de necesidades
públicas: el objetivo principal de los tributos es fiscal: la obtención de
fondos para hacer frente a los gastos que demanda la satisfacción de las
necesidades públicas; no obstante, este objetivo no es el único, algunos
tributos también pueden perseguir un fin extrafiscal, o sea, ajenos a la
obtención de ingresos, por ejemplo, los tributos exigidos a productos
nocivos para la salud (Villegas, 2013).

A los tributos los podemos clasificar en impuestos, tasas y contribuciones especiales.


A estas últimas, a su vez, se las diferencia en contribuciones de mejoras,
contribuciones parafiscales y contribuciones a las plusvalías.

En Argentina, esta clasificación es doctrinaria y aceptada por la jurisprudencia, pero no se
encuentra plasmada en la legislación.

Transcurrido un tiempo de convivencia en la isla, se formaron familias y la población se fue


incrementando. Juan y la mayoría de los habitantes consideraron necesaria la
construcción de un hospital, a los fines de poder tratar enfermedades y accidentes,
también la creación de una fuerza de seguridad para prevenir los delitos y
comportamientos no deseados. Llegaron a la conclusión de que era necesario solicitar que
todos los habitantes aportarán fondos para su costeo. Sabiendo que debían generar un
tributo, se preguntaban, ¿cuál?
Impuestos
Se puede decir que el impuesto es el tributo típico, el que representa mejor al concepto
genérico, por lo que resulta común que la mayoría de las personas confundan los términos
y los traten como sinónimos cuando, en la realidad, no lo son.

El impuesto es “el tributo exigido por el Estado a quienes se hallan en las situaciones
consideradas por la ley como [generadoras de la obligación de tributar] hechos
imponibles” (Villegas, 2013, p. 72), situaciones estas ajenas a toda concreta acción
gubernamental vinculada a los pagadores. “Este hecho elegido como generador [o
imponible] no es un hecho cualquiera de la vida, sino que está caracterizado por su
naturaleza reveladora de la posibilidad de contribuir en alguna medida al sostenimiento del
Estado” (Villegas, 2013, p. 72).

Más allá de que el hecho generador del impuesto no se encuentre vinculado de manera
particularizada al individuo obligado a su pago, son los ingresos provenientes de los
impuestos los que solventan los servicios generales e indivisibles prestados por el Estado
(por ejemplo, salud, seguridad), es decir, aquellos que, si bien son útiles a toda la
comunidad, no se da la posibilidad práctica de efectuar su particularización en personas
determinadas.
Clasificación
Los impuestos son susceptibles de un sinnúmero de clasificaciones. A los fines didácticos,
se pueden clasificar: 
☰ 1) Según su perduración en el tiempo, se distinguen: 
a) Ordinarios: los que se establecen con miras a su permanencia —impuesto al valor
agregado IVA—. 

b) Extraordinarios: son los que poseen plazo de duración, los que se establecen de
manera transitoria —impuesto sobre los bienes personales— (Villegas, 2013). 
☰ 2) Según se tenga en cuenta la riqueza o la persona, se distinguen: 
a) Reales: tienen como parámetro solamente la riqueza gravada, sin considerar la
situación personal del contribuyente (Villegas, 2013) —impuesto a los premios de sorteos
y concursos deportivos a nivel nacional—. 

b) Personales: tienen en cuenta la situación personal del contribuyente y se valora su


capacidad de pago (Villegas, 2013) —impuesto a las ganancias, que permite efectuar
deducciones personales sobre la utilidad bruta—.
☰ 3) Según cómo se obtenga el importe tributario que se debe pagar, se distinguen: 
a) Fijos: aquellos en los cuales se establece una suma invariable por cada hecho
imponible —componente impositivo en monotributo—. 

b) Proporcionales: aquellos en los cuales la alícuota (cuantía) aplicable a la base


imponible —valor de la riqueza gravada— permanece constante —impuesto a la
transferencia onerosa de inmuebles—. 

c) Progresivos: aumenta la cuantía a medida que se incrementa la riqueza gravada —


impuesto a las ganancias sobre las personas humanas—. 

d) Regresivos: cuya alícuota es decreciente a medida que aumenta el monto imponible.

Esta clasificación es de suma importancia en nuestro país, por la distribución de la


potestad tributaria entre el Estado nacional y los Estados provinciales (Villegas, 2013). Si
bien existen diversos criterios de distinción, siguiendo a Villegas (2013), se tratará solo
aquella que tiene en cuenta la manifestación de aptitud económica de los obligados al
pago.

Se distinguen: directos, los que toman como hechos imponibles las circunstancias o
situaciones objetivas que exterioricen en forma inmediata la capacidad contributiva —
impuesto a las ganancias—; e indirectos, los que toman en cuenta hechos imponibles
que atienden a circunstancias y situaciones de tipo objetivo que exterioricen en forma
mediata la capacidad contributiva —impuesto al valor agregado—.​​

☰ 4) Según su finalidad se distinguen: 


a) Financieros (fiscales): su finalidad exclusiva es “cubrir los gastos que demanda la
satisfacción de las necesidades públicas” (Villegas, 2013, p. 68) de la población. Su único
objetivo es obtener recursos para solventar el gasto público —impuesto a las
transacciones bancarias—. 

b) De ordenamiento: además de la obtención de recursos, persiguen la determinación de


una conducta, un hecho u omisión —impuestos internos—.
La principal actividad económica de la isla es la pesca y, a los fines de regularla, los
habitantes han decidido organizar un registro en donde todos aquellos que deseen
desarrollar la actividad deberán inscribirse y se les otorgará un permiso que atribuye un
lugar en el muelle para que amarren su bote.
Tasa 
Este es el tributo que más discrepancias actuales posee en la doctrina de nuestro país
(Villegas, 2013), y cuyos límites y alcances se encuentran dados por pronunciamientos de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Se puede definir a las tasas como “el tributo cuyo hecho generador se encuentra
relacionado con un servicio realizado por el Estado, divisible e inherente a su soberanía.
Ese servicio se halla relacionado de manera particular e individualizada con el
contribuyente” (Villegas, 2013, p. 90) obligado a su pago. 

Como elementos característicos de este tributo, podemos citar:

Carácter tributario: exigida por el Estado en virtud y ejercicio de su poder de imperio.


Lo que la diferencia del precio público y la tarifa.
Como todo tributo, debe ser exigida por ley previa. Tomando la expresión “ley” como
comprensiva de las ordenanzas municipales.
Actividad o servicio efectivo y divisible. El hecho generador debe estar integrado por
una actividad o servicio efectivamente prestado, que se particulariza o individualiza
en el obligado al pago. Conforme a una extensa y constante jurisprudencia de
nuestro tribunal cimero: “el cobro de una tasa debe corresponder siempre la
concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio referido a algo no
menos individualizado (bien o acto) del contribuyente”2. 

[2]  C. S. J. N., "Laboratorios Raffo S. A. c/ Municipalidad de Córdoba", Fallos 234:663;


236:22; 251:222; 259:413; 312:1575; 325:1370; 329:792; M.1893, L.XLII, y L.1303, L.XLII
(2009).
No obstante, hay doctrina que, amparándose en lo dispuesto por el artículo 16 del Modelo
de Código Tributario para América Latina OEA-BID, considera que la tasa puede ser
exigida tanto en la prestación efectiva como en la potencial del servicio3.

De acuerdo a lo dicho, el servicio que origina la tasa debe ser siempre particularizado o
individualizado en el obligado al pago, de lo contrario, siendo el servicio indivisible, el
tributo se constituiría en un impuesto.

Lectura recomendada – Jurisprudencia: 



C. S. J. N., "Laboratorios Raffo S. A. c/ Municipalidad de Córdoba", L.1303, L.XLII (2009). 

Prueba de la efectiva prestación. Una discusión constante fue determinar quién


debía comprobar la efectiva prestación del servicio. En la actualidad, con las
disposiciones legales (Código Civil y Comercial de la Nación4) parece no quedar
duda que aquel que se encuentre en mejor situación para aportar la prueba
respectiva será el obligado a suministrarla o brindarla. No obstante, la demostración
de hechos negativos sigue siendo de muy difícil concreción, puede acreditarse
mediante indicios.
Destino de lo recaudado. Parte de la doctrina y el artículo 16 del Modelo de Código
Tributario para América Latina OEA-BID sostiene que el total de lo recaudado por el
cobro de la tasa debe ser exclusivamente destinado al servicio descrito en ella5. La
doctrina predominante y aceptada por la jurisprudencia, en cambio, entiende que lo
recaudado no es de uso exclusivo y excluyente para satisfacer el servicio descrito en
la tasa, sino que, al ser recaudado por el Estado, pasa a ser un recurso general que
se utiliza para sufragar los gastos de este. Como lo dice Villegas (2013), no se debe
confundir el aspecto tributario con el presupuestario, ya que este último rige en lo
atinente al destino y la administración del recurso una vez obtenido. Por lo descrito,
el destino de lo recaudado no podría ser considerado como condición esencial de la
legitimidad de la tasa.
Razonable proporcionalidad entre lo recaudado y el costo del servicio prestado por el
estado. 

[3] Art. 16, Reforma Tributaria para América Latina III – Modelo de Código Tributario.
(1968). Organización de los Estados Americanos. Recuperado de
https://www.ciat.org/Biblioteca/AreasTematicas/LegislacionTributaria/Codigo+Tributario_OEA-
BID_Ultimo.pdf
[4] Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm
[5] Art. 16, Reforma Tributaria para América Latina III – Modelo de Código Tributario.
(1968). Organización de los Estados Americanos. Recuperado de
https://www.ciat.org/Biblioteca/AreasTematicas/LegislacionTributaria/Codigo+Tributario_OEA-
BID_Ultimo.pdf
Lectura recomendada: 

Álvarez Echagüe, J. M. (2002). Los municipios, las tasas y la razonable proporcionalidad


entre lo recaudado y el costo del servicio. Recuperado de
http://www.aeyasoc.com.ar/publicaciones/articulo9.pdf 

Inherencia del servicio a la soberanía estatal. Las necesidades públicas pueden


diferenciarse entre absolutas y relativas. Se consideran necesidades públicas
absolutas aquellas que resultan elementales, esenciales, constantes y vinculadas
con la propia existencia del Estado y se encuentran a su cargo, aunque, en ciertos
casos, son delegadas a particulares con el control estatal; y necesidades públicas
relativas aquellas que, siendo requeridas por la población y satisfechas por el
estado, no reúnen las características anteriores, necesidades que pueden variar en
el tiempo y según las circunstancias, pero no por ello dejan de ser de necesario
cumplimiento. La distinción entre necesidades absolutas y relativas se suele
confundir con el grado de prioridad que, para la población, llegan a adquirir en el
momento.

Como hemos desarrollado en puntos anteriores, hay servicios que hacen a necesidades
públicas absolutas, considerados esenciales, que por su carácter de indivisibilidad dan
lugar a impuestos, en donde son los divisibles los que originan las tasas. Por el contrario,
los servicios derivados de necesidades básicas relativas o no esenciales darán origen a
los precios públicos. Esta es una diferencia con las tasas. 
De acuerdo a lo expresado, la tasa se diferencia con el precio público según si el servicio
que brinda corresponde a una necesidad pública absoluta (tasa) o relativa (precio), pero
también una importante diferencia radica en su naturaleza jurídica, mientras las tasa,
como lo venimos sosteniendo, es un tributo, el precio deviene de un contrato, ya sea este
de carácter administrativo y público, o entre particulares. Otro criterio de diferenciación lo
da la obligatoriedad del servicio tanto para el Estado como para el sujeto usuario, si el
servicio no posee la característica de obligatorio para el sujeto usuario o la prestación la
realiza el Estado en condiciones de libre competencia, se dice que estamos en presencia
de un precio (Villegas, 2013).

Se distinguen las tasas de los impuestos: mientras aquellas responden a un servicio
público divisible, los impuestos financian servicios públicos indivisibles, ya que, respecto
de estos últimos, pese a que son útiles para toda la comunidad, no hay posibilidad fáctica
de particularizarlos o individualizarlos en personas determinadas. Asimismo, se
diferencian en que, en sí, el hecho imponible del impuesto no se encuentra integrado con
una actividad estatal, aspecto esencial en una tasa. 

En cuanto a la diferencia con las contribuciones especiales, radica en que, en la tasa, se


requiere un servicio particularizado en el obligado, mientras que en la contribución
especial se requiere que el individuo se vea beneficiado con una actividad o gasto estatal
(Villegas, 2013). 

Dentro del régimen federal de gobierno y la distribución de potestades tributarias en


nuestro país, las tasas constituyen el tributo por excelencia al que recurren los municipios
para hacerse de recursos, lo que no implica que no existan tasas cobradas a nivel
nacional (tasas administrativas por emisión de documento nacional de identidad) o a nivel
provincial (tasas de justicia), ni que sean los únicos recursos tributarios que puedan
imponer los Estados municipales. La posibilidad de los municipios de sancionar impuestos
estará regulada por las cláusulas de cada constitución provincial, y serán legales siempre
que se cumplan los límites establecidos en la Constitución nacional y las leyes de
coparticipación.

Luego de unos años de continuo progreso, los habitantes de la isla han acordado que
asfaltarán e iluminarán todos los caminos y calles para obtener una mejor conexión entre
ellos y favorecer la seguridad, para ello, se comprometen a aportar para su concreción y
se preguntan sobre su materialización.
Contribuciones especiales

Son los tributos debidos en razón de beneficios individuales o de grupos


sociales, derivados de la realización de obras o gastos públicos o de
especiales actividades del Estado…

Este tributo se caracteriza por la existencia de un beneficio que puede derivar
no solo de la realización de una obra pública, sino también de actividades o
servicios estatales especiales, destinado a beneficiar a una persona
determinada o a ciertos grupos sociales. (Villegas, 2013, p. 104). 

De lo expuesto, resultan elementos característicos de la contribución especial: 

1. Actividad por parte del Estado: la existencia de una actividad de carácter general y
específica por parte del estado es un requisito esencial para la configuración del
hecho imponible. Aunque esta actividad podría ser ejecutada tanto por el Estado
como por los particulares.
2. Beneficio para el contribuyente: la actividad del Estado debe redundar en un
beneficio para el contribuyente afectado por la contribución. El beneficio debe ser
apreciado objetivamente, es decir, con total independencia de la voluntad o deseo de
las personas obligadas. 

El beneficio particular o de un grupo social se manifiesta como una supuesta ventaja


económica imaginada o pensada por el legislador al momento de redactar la norma. Esto
es así, puesto que, si en la realidad esta ventaja económica no existe, esto deberá ser
demostrado por el obligado al pago para eximirse. La Corte Suprema de Justicia de la
Nación sostiene desde antiguo que, si no hay beneficio, no hay contribución6.

Al referirnos a contribuciones especiales, lo hacemos como especie del género tributo,


pero, a su vez, reconocemos que bajo esta especie podemos englobar un gran número de
gravámenes o subespecies que se adecuan a los principios y caracteres de esta, por
cuanto desarrollamos en este trabajo a tres de ellas, la contribución de mejoras, peaje y
las contribuciones parafiscales.
Contribución de mejoras 
Siguiendo a Jarach, decimos que “son aquellos tributos que la ley establece sobre los
dueños de inmuebles que experimentan un incremento de su valor como consecuencia de
una obra pública construida por el Estado u otras entidades públicas territoriales” (1985, p.
241).

La contribución de mejoras es la contribución especial instituida para costear la obra
pública que produce una valorización inmobiliaria y tiene como límite total el gasto
realizado y, como límite individual, el incremento de valor del inmueble beneficiado.

Resumiendo, la característica saliente de la contribución de mejoras es la de una


prestación personal, como cualquier tributo, aunque, desde el punto de vista económico,
tenga ciertas características “reales” en cuanto a su vinculación con el inmueble
valorizado.
La obligación nace cuando finaliza la obra pública beneficiante, por lo que el deudor es el
vendedor si la obra está finalizada; o el comprador, si la obra finaliza después de la
operación de compraventa, criterio reconocido jurisprudencialmente.

El gravamen es inherente al beneficio derivado de la obra, por lo cual debe guardar una
razonable proporción con él, y su recaudación, sostienen algunos autores como Valdés
Costas, debería destinarse a la financiación de la obra o las actividades que constituyen el
presupuesto de la obligación. Compartiendo con Jarach (1985), resulta más razonable la
recuperación de los costos de las obras para su utilización en el financiamiento de otras
obras futuras.
Peaje 

El peaje es un tributo cuyas peculiares características hacen necesaria su


consideración aparte. En su acepción más amplia y general, significa la
prestación dineraria que se exige por la circulación en una vía de comunicación
vial o hidrográfica —camino, autopista, puente, túnel subfluvial—. (Villegas,
2013, p. 108).

La doctrina y la jurisprudencia nos brindan los lineamientos generales que deberá cumplir
el peaje para estar dotado de legalidad: 

1. La contribución debe ser razonable, proporcionada en el tiempo a la amortización del


costo de la obra, sin perjuicio de su subsistencia, para atender los gastos de
mantenimiento y los servicios especiales, en su caso. 
2. No debe asumir la naturaleza de un impuesto o renta general del Estado, ya sea por
su desvinculación de los costos que se deben cubrir o por el destino que se le asigna
a la recaudación. 
3. El sistema puede ser objeto de aplicación directa por el Estado o por los
concesionarios que se ajusten a las normas administrativas regulatorias. 
4. El régimen de peaje es independiente de las contribuciones al mayor valor,
aplicables a los propietarios de bienes beneficiados por la obra. 
5. No es necesario que exista una vía alternativa a la obra sujeta al régimen de peaje7. 

[6] C. S. J. N., “Ibáñez Puiggari, Vicente J. y otros c/ Provincia de Buenos Aires”, Fallos
171:379 (1934). 
​[7] C. S. J. N., “Estado Nacional c/ Arenera El Libertador SRL”, Fallos 314:595 (1991). 
Contribuciones parafiscales
Para complementar el concepto de este tributo, recurriremos a dos definiciones. De
acuerdo a García Vizcaíno: “son las contribuciones especiales recaudadas por ciertos
entes públicos para asegurar su financiamiento autónomo. Tienen por destino la seguridad
social, bolsas de comercio, colegios profesionales, etc.” (1996, p. 47).
Para el maestro Villegas: 
Son las exacciones recabadas por ciertos entes públicos para asegurar su
financiamiento autónomo, razón por la cual, generalmente, su producido no
ingresa en la tesorería estatal o rentas generales, sino en los entes
recaudadores o administradores de los fondos obtenidos. (2013, p. 114).

El Modelo de Código Tributario para América Latina OEA-BID, en su artículo 17, in fine,
incluye entre las contribuciones especiales no solo la contribución de mejora, sino
también la contribución de seguridad social. Define a esta última como "la prestación a
cargo de patronos y trabajadores integrantes de los grupos beneficiados, destinada a la
financiación del servicio de previsión"8. 
[8] Art. 16, Reforma Tributaria para América Latina III – Modelo de Código Tributario.
(1968). Organización de los Estados Americanos. Recuperado de
https://www.ciat.org/Biblioteca/AreasTematicas/LegislacionTributaria/Codigo+Tributario_OEA-
BID_Ultimo.pdf
Se pueden nombrar las siguientes características: 
a) No se incluye su producto en los presupuestos estatales (nación, provincias,
municipalidades). 
b) No son recaudadas por los organismos específicamente fiscales del Estado
(direcciones generales de rentas o administraciones tributarias), salvo en el caso de la
nación, en la que la Administración Federal de Ingresos Públicos, a través de la Dirección
General de los Recursos de la Seguridad Social se encarga de la recaudación y
fiscalización de las contribuciones y aportes de la seguridad social. En las provincias, por
lo general, la recaudación y administración está a cargo de las respectivas cajas de
jubilaciones. 
c) No ingresan en las tesorerías estatales, sino en los entes administradores de los
fondos, los que se deben financiar por sí mismos.
Naturaleza de los aportes y contribuciones previsionales
Sostiene Villegas que:

Las contribuciones de seguridad social o parafiscales son tributarias. Para


quienes obtienen beneficios de dichas entidades (obreros, empleados,
autónomos, etc.), sus aportes constituyen contribuciones especiales. En
cambio, para quienes aportan sin que les ataña una actividad estatal vinculante
ni un beneficio específico (por ejemplo, empleadores con respecto a los
organismos que otorgan beneficios a sus empleados), tal aporte asume el
carácter de un impuesto parecido al impuesto estadounidense a las nóminas, o
sea, proporcional a la totalidad de remuneraciones pagadas a los subordinados
encuadrados en el régimen de seguridad social. (2013, p. 205).
Referencias

C. S. J. N., “Ibáñez Puiggari, Vicente J. y otros c/ Provincia de Buenos Aires”, Fallos


171:379 (1934).

C. S. J. N., "Laboratorios Raffo S. A. c/ Municipalidad de Córdoba", Fallos 234:663;


236:22; 251:222; 259:413; 312:1575; 325:1370; 329:792; M.1893, L.XLII, y L.1303, L.XLII
(2009).

García Vizcaíno, C. (1996). Derecho tributario. Consideraciones económicas y


financieras. Tomo I. Buenos Aires, AR: Depalma.

Jarach, D. (1985). Finanzas públicas y derecho tributario. Buenos Aires, AR: Editorial
Cangallo.

Ley 24430. (1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación


Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/804/norma.htm

Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

Reforma Tributaria para América Latina III – Modelo de Código Tributario. (1968).
Organización de los Estados Americanos. Recuperado de
https://www.ciat.org/Biblioteca/AreasTematicas/LegislacionTributaria/Codigo+Tributario_OEA-
BID_Ultimo.pdf

Villegas, H. V. (2013). Curso de finanzas, derecho financiero y tributario. Buenos Aires,


AR: Astrea.

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