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jor en dfEl porqué de las matemáticas

Docentes y estudiosos de los 3 niveles educativos de la Universidad Nacional Autónoma de México, especialistas en
filosofía, ciencias sociales, artes, literatura, lengua de España, historia, geografía, química, biología, ciencias de la
salud, matemáticas, física y computación, se brindaron a la labor de implantar, de forma conjunta, cuáles podrían ser
los saberes importantes de cada área con los que debería contar todo habitante mexicano de nuestro tiempo para
confrontar su realidad diaria. Las matemáticas son una ciencia peculiar: utilizan un lenguaje bastante particular al
que se necesita acostumbrarse. Este lenguaje, como cualquier otro, necesita ser aprendido; de lo opuesto,
representa una barrera de conocimiento que impide acercarse, gozar y entender el contenido.

El objetivo de este primer capítulo es ilustrar, con ejemplos fáciles, dichas fuentes de motivación matemática. Esta
atracción no se limita a un conjunto particular o selecto de individuos, como los matemáticos, sino que se puede
reconocer en cualquiera, ejemplificando, una vez que en un café o en el metro se resuelve como entretenimiento
uno de los sudokus impresos a diario en los periódicos. Hace un largo tiempo que los periódicos imprimen juegos de
entretenimiento o retos mentales, como los crucigramas. Unos cien años atrás estaban de moda los inconvenientes
de escaque, hace unos decenios el cubo de Rubik y ahora los sudokus.

Los periódicos permanecen al corriente de que a varios de sus lectores les encantan dichos juegos y de que hay
quienes los compran únicamente por ellos, por lo tanto, continuamente poseen secciones que los tienen dentro.
Previo a los sudokus o de otros retos ya mencionados, bastantes personas dedicaban su descanso a descubrir
cuadrados mágicos, que son arreglos de números en los cuales se recibe la misma suma en cada fila y columna. En
esta parte presentamos 3 inconvenientes que tienen la posibilidad de ser divertidos y, hasta cierto punto, demostrar
cómo las matemáticas se utilizan para solucionar inconvenientes de la vida diaria.

La interacción entre la melodía y las matemáticas era ya popular por las civilizaciones caldea, de Egipto, babilónica y
china; no obstante, hasta el colegio pitagórica, en la Grecia del siglo vi a.C., ha sido una vez que estas ocupaciones
humanas quedaron unidas para toda la vida por la teoría de la cuerda vibrante. Si se hace vibrar una cuerda, el ruido
que crea es dependiente de su longitud, su grosor y su tensión. El tono es más agudo acorde la cuerda se acorta. Lo
cual se encontró en el colegio pitagórica es que, al dividir la cuerda, hay proporciones que generan sonidos más
simpáticos que otros.

Ejemplificando, si se divide la cuerda justo a la mitad, la vibración tiene un tono de una octava más grande que la
producida por la longitud original. Los pitagóricos establecieron 4 intervalos o interacciones en medio de las
longitudes de las cuerdas que producían las únicas consonancias permitidas, o sea, esos sonidos que podían
escucharse paralelamente con un impacto agradable. El oído de un infante sano ve sonidos de 12 a 20 000 hertzios,
empero, al envejecer este rango reduce, en especial para la percepción de sonidos agudos. Las notas musicales son
sonidos puros en los cuales sólo está presente una frecuencia. La interacción existente entre la frecuencia de
diversos sonidos es primordial. Si silbamos con los labios, el ruido es casi de una sola frecuencia, empero si hablamos
o se toca una herramienta se generan algunas frecuencias a la vez. Comúnmente existe una frecuencia
predominante, la primordial, y otras secundarias de menor magnitud que poseen cierta interacción matemática con
la frecuencia primordial y se denominan armónicos.

En marzo de 1785, don Diego Ruiz, recolector de impuestos gubernamental español, buscaba sembradíos
clandestinos de tabaco en la selva tropical a las afueras de Papantla, Veracruz. No entendemos si encontró lo cual
buscaba, sin embargo, lo cual sí localizó ha sido una pirámide de gigantes magnitudes que hoy forma parte del lugar
arqueológico conocido como El Tajín. La peculiaridad del lugar es una pirámide que tiene, en todos sus costados,
varios nichos desde los cuales toma su nombre. Se plantea que tiene 365 nichos, muchos como los días del año, por
lo cual se sospecha que la pirámide cumplió alguna funcionalidad parecida a la de un calendario. Dicha pregunta se la
hicieron con toda estabilidad los totonacas anterior a comenzar con la obra de la pirámide. Aun cuando ordenar
nichos en una pirámide no sea un problema de nuestra vida diaria, sí lo ha sido, por lo menos, para los sacerdotes y
sabios delegados a aquella creación. Volviendo al problema de ordenar nichos, primero se debe mirar que 365 no es
divisible entre 4, o sea, no es viable ordenar el mismo número de nichos en cada costado tal que en general sumen
365. Si se sitúa un nicho en la punta quedan 364 nichos para ser acomodados en los 4 costados de una pirámide
auténtica, como la del Tajín. Ya que 364 = 4 · 91, habría 91 nichos en cada lado. Además, pasaría que del grado más
ancho al del medio se reduce el número de nichos en 10, en lo que del medio al último se reduce en 9. Esto
provocaría que los nichos en el último grado tendrían que ser más pequeños que lo demás o que la pirámide no
tuviera un borde regular. Comentado lo anterior, podría ser mejor que de grado en grado continuamente redujera el
mismo número de nichos. Ejemplificando, podríamos pensar en la sucesión 3, 5, 7, 9, 11, 13, 15, 17 para el número
de nichos en cada grado. Esto nos proveería una pirámide regular con 3 + 5 + 7 + 9 + 11 + 13 + 15 + 17 = 80 nichos. Si
añadimos otro grado, éste va a tener 19 nichos y se excedería de los 91 que tienen que ser. Al parecer, el reparto de
365 nichos en una pirámide no es un inconveniente tan sencillo. Las sucesiones de este estilo se denominan
sucesiones aritméticas y fueron estudiadas. Las sucesiones aritméticas no continuamente comienzan con el número
1.

Una forma puede ser echar al pozo una cuerda con una roca amarrada a un extremo. Luego de escuchar que la roca
toca el agua, habría que sacar la cuerda y medirla. No parece ser un procedimiento bastante a gusto ya que es
necesario una cuerda bastante extensa. Además, el pozo podría ser profundo y oscuro, de forma que no es viable
saber en qué momento la cuerda llega al fondo.

En la naturaleza hay fenómenos bastante varios y complicados. En esta parte observaremos ejemplos de fórmulas
básicas que describen la conducta de ciertos de los fenómenos más relevantes de la naturaleza. En sus libros, escritos
como diálogos entre 3 personajes, explica y lleva a cabo sus ideas referentes a cómo puede entenderse la naturaleza.
Afortunadamente no se necesita aprender matemáticas avanzadas para lograr comprender los asuntos más
relevantes de la naturaleza. Inclusive algunas veces, las matemáticas requeridas para entender varias cosas de la
naturaleza y su comportamiento son drásticamente básicas.

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