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DIBUJO Y ESPACIO ESCÉNICO

PRÁCTICA 3 PASARELA Y DISEÑO ESCENOGRÁFICO

El tema de la pasarela y el diseño escenográfico será la obra del arquitecto japonés Tadao Ando.
La obra de Ando está gobernada por una geometría transparente. Refleja de forma profunda como ha
vivido su vida.
Ando viajó por el mundo para investigar y experimentar distintos edificios y espacios, pero quizás
ninguna estructura ejerció tanta influencia sobre él como las casas de su conciudadano Asahi Ward, en
las que se crio.
Vivía en una estrecha y alargada casa adosada de madera de dos pisos. Esa casa era exasperante tanto
en verano como en invierno. Pero el vivir allí hizo crecer en él un sentimiento de indignación contra la
sociedad y le estimuló a querer mejorar las condiciones de vida.
El primer proyecto de Ando, La Row House (casa adosada) en Sumiyoshi, plasma a la perfección la
experiencia del arquitecto como joven boxeador y su infancia en uno de los barrios de casas adosadas
(shitamachi) más humildes de Osaka. Su fachada no revela ningún elemento arquitectónico familiar,
como ventanas, cubierta o alero.
Una entrada baja, que recuerda a la de una casa de té tradicional, obliga al contacto con el hormigón
circundante.

La geometría de los muros


La arquitectura de Ando es una arquitectura de muros. Por ejemplo, el muro exento enmarca al entorno
natural antes de llegar a la Iglesia en el Agua en Yufutsu, Hokkaido.
Las obras de Ando emplean una gama limitada de materiales y expresan sus texturas desnudas. Su
atención detallada a los materiales da a su trabajo el ascetismo que lo caracteriza. Las paredes sin
adornos de Ando son fuertes y pesadas.
Las primeras creaciones del arquitecto eran cajas de hormigón. Las cajas autosuficientes de Ando se
fueron abriendo progresivamente, dejando que la luz penetrara por las esquinas e iluminara las paredes.
Las paredes blancas de la Casa Kidosaki brillan con intensidad.
El hormigón gris con sus despieces ortodoxos y su red de puntos de retención del encofrado se
convirtieron en seña de identidad y lo continúa siendo.
La carpintería de acero, los pavimentos de piedra o madera sin rodapié, barandillas de pletina de acero
maciza, etcétera, completan un rostro que reconocemos como suyo.
Tadao Ando ha forjado una arquitectura minimalista, sólida, pura, delicada y regular, de ambientes
interiores fríos y austeros.
Una de las obsesiones del arquitecto es la de integrar en su arquitectura una porción de la naturaleza
del lugar. Cuando Ando no dispone de un lugar con una fuerte presencia natural, la crea, algo habitual
en la historia de la arquitectura japonesa y de sus jardines. Césped, una lámina de agua, habitualmente
de carácter estático o un árbol, configuran a menudo la naturaleza domesticada que Ando incorpora a
sus proyectos. Usa indefectiblemente madera natural para los suelos, las puertas y el mobiliario.
Cuando el medio natural no queda a su alcance, en especial en las grandes ciudades, la presencia
natural más al alcance de la mano es un recorte de cielo, el cual desempeña un papel crucial en la
arquitectura de Ando.
Su obsesión por la regularidad llega hasta tal punto que hace prevalecer la misma sobre otras cuestiones
de carácter funcional y económico. En el ámbito de lo funcional ocurre algo parecido pues si un
recorrido ha de perder su economía de medios a favor del orden lo hará sin duda.
Frente a una apariencia de frialdad, su arquitectura esconde valores espirituales. Tras los muros se
esconden valores asociados con la luz o el tiempo, que para Ando son ingredientes arquitectónicos de
primera magnitud. La luz tiene en la arquitectura de Tadao Ando mucha más importancia de lo que
parece a primera vista.
Al ser la arquitectura de Ando una construcción de límites espaciales de material dominante (hormigón)
deja a la luz pasar a escena. Va a ser la luz un verdadero motor de creación arquitectónica. Así, el
arquitecto va a desarrollar diversos mecanismos de luz, casi todos ellos en torno al lucernario lineal que
se manifiesta como una introducción de la conciencia temporal como ingrediente de la arquitectura.
Este lucernario tiene la virtud de presentar un momento único: aquel en el que el sol cruza el plano que
define el lucernario y se presenta al interior del edificio.

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