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CASA KOSHINO, UN ESPACIO DISEÑADO PARA EL RESGUARDO

María Laura Cuezzo. Cátedra Historia de la Arquitectura III. FAU-UNT

Tadao Ando junto Peter Zumthor, Herzog & De Meuron, Kasuyo Sejima, John Pawson
y Claudio Silvestrin, participa de un grupo de profesionales que trabajan en pos de
obtener en sus obras, el máximo efecto formal con el mínimo de medios empleados.
Esta tendencia se denomina minimalismo, se crean objetos cuyo tema central es la
síntesis, para su obtención, el diseñador sustenta su labor en tres premisas: la
rigurosidad geométrica, la precisión constructiva y la unicidad material, cada una
contribuye a conformar la “simplicidad aparente” que caracteriza a una obra
minimalista. Esta tendencia no se circunscribe sólo a la arquitectura, también es
explorada por escultores, músicos y escritores. En todos, la búsqueda es similar, sólo
varían los instrumentos.

Al igual que los grandes maestros de la arquitectura, Ando no se forma en una


Escuela de Arquitectura. Sin embargo, su profesión de boxeador lo vincula a lo largo
de 7 años con otras culturas, viaja por América, Europa y África. Durante ese período
consigue vivenciar nuevos espacios y percibir diferentes sensaciones en cada una de
las obras que visita. Su interés innato por la arquitectura tradicional de su país se
enriquece a partir de conocer otros modos de concebir y experimentar el espacio.

En 1970, se establece en Osaka donde instala su estudio. En un primer momento sólo


diseña viviendas, luego su acción se amplía a encargos de mayor escala. Su particular
enfoque sobre la arquitectura doméstica, lo lleva a recibir en 1976 por la “Casa
Azuma”, una vivienda resuelta en hormigón que preserva a sus habitantes del caos
externo. Años después el reconocimiento superará las fronteras de su país y su
consagración definitiva será en 1995 cuando obtiene el premio Pritzker1.

Desarrolla su actividad proyectual a partir de la reinterpretación de la arquitectura


moderna; de esta asimila la síntesis formal propuesta en los años 20’2 por los grandes
maestros y le confiere un nuevo sentido a través de la inclusión de la luz y el uso de
los materiales como recursos caracterizadores de su obra. Asimismo, introduce
conceptos propios de la cultura japonesa y los transfiere al diseño, es posible hallar en
su obra una profunda relación con el entorno natural, esta trasciende la conexión
material, el oku crea un vínculo místico entre el objeto y su contexto. También apela al

1
Distinción anual otorgada a los arquitectos más relevantes del mundo
2 Mies van der Rohe, Le Corbusier y Frank Lloyd Wright, máximos exponentes del Movimiento Moderno
shakkei piensa el proyecto de manera integral y suma e incorpora a la composición
componentes paisajísticos ajenos como si se esbozara un medio escenográfico
prestado.

El autor reafirma en cada uno de sus edificios la coincidencia entre ambiente y


arquitectura, esto supone una trascendencia de la literal conexión con el entorno hacia
la unión de ambas en la creación del proyecto. El concepto proviene de la tradicional
arquitectura japonesa y el vínculo que establece con la naturaleza. De esta forma, la
“Casa Koshino”, ubicada en una distinguida zona residencial próxima a un Parque
Nacional, se dispone en un terreno de carácter irregular y con uno de sus límites
franqueado por la arboleda del parque. Ando incorpora la topografía y la vegetación
como elementos de diseño, en este sentido, los volúmenes y los declives del terreno
se confunden hasta percibirlos como una unidad y la arboleda se reconoce como parte
del proyecto, a través del nexo material y perceptivo que se idea desde el rectángulo
mayor.

La casa posee una organización simple, dos prismas regulares alargados se vinculan
entre sí mediante un corredor subterráneo. Con esta descripción, el lector se
imaginará una vivienda sin ningún aporte singular; sin embargo, la síntesis y la
armonía son resultado de la complejidad de la propuesta y de una estricta estructura
formal que ordena la composición. El volumen de mayor longitud alberga los
dormitorios individuales de los niños y las habitaciones revestidas con tatami3. El
menor organiza la sala de estar a doble altura en igual nivel que el acceso, mientras el
comedor y la cocina se hallan en uno más bajo y el dormitorio principal en el superior.
Es allí donde se puede entender con total claridad el aprovechamiento que efectúa el
autor de las diferentes cotas del terreno en pos de enriquecer el espacio interior, a ello,
le adiciona las aberturas dispuestas para direccionar las visuales desde dentro hacia
fuera y también a la inversa.

Entre ambos volúmenes se crea un espacio longitudinal, el patio. Este surge de los
límites impuestos por dos pantallas longitudinales, se convierte en un lugar que hace
uso de estos recursos, la incidencia de los cambios de luz, la sombra, el viento, etc.
son considerados tan importantes para el diseño de la casa como la materia con la
que fue erigida. Una vez más se confirma la idea fuerza que subyace en sus
proyectos, crear nexos entre la naturaleza y la arquitectura. Cabe señalar, que algunos

3
La estera de tatami es un elemento tradicional, utilizado en las antiguas casas representan el módulo del
que derivan el resto de proporciones de la arquitectura japonesa
años después se suma, en la parte más alta del sitio, un cuerpo curvo semienterrado,
que se usa como dormitorio principal y que no altera la idea originaria.

Esta obra se distingue por su tectonicidad y es conseguida a través de la rigurosidad


geométrica y el hábil empleo del hormigón como recurso plástico. Es así, que el muro
se constituye en un recurso central, trasciende su valor utilitario como filtro y se
establece como componente estético y proyectual. Vira su significado hacia una
pantalla continua que extiende los límites, lejos de demarcar la casa la integra a los
demás componentes, espacio, materia y contexto. Cabe aclarar, que la técnica y la
expresión del hormigón se alejan del brutalismo mencionado en las Casas Jaoul de Le
Corbusier. En esta arquitectura el uso del hormigón es sútil, las superficies lisas y
pulidas alivianan su percepción hasta convertirlo, casi en inmaterial. La racionalidad de
los planos se fundamenta en el empleo del tatami (0.90 x 1.80 m) como premisa
ordenadora de carácter racional y geométrica, el resultado son amplias superficies de
hormigón con la marca del tatami y de los elementos de sujeción de los encofrados;
ambos instauran la reiteración como medio para reforzar el orden.

Por otro lado, las aberturas convencionales y standards de la arquitectura moderna


son desmitificadas: el ingreso de la luz y la percepción de lo que sucede en el exterior
se efectúa a través de las rajas o perforaciones que presentan tanto los cerramientos
laterales como los superiores. La unicidad en la envolvente queda expresada, el juego
de luces y las sombras sobre estas superficies denotan el paso del tiempo que
compite con la atemporalidad de los objetos minimalistas. Introduce la repetición, la
proporción y la geometría extrema como medios para conferirle belleza a la obra.

Tadao Ando, aplica el vocabulario desarrollado por la arquitectura moderna, de


carácter abierto y universal, al ámbito de la cultura japonesa. Mixtura hábilmente el
pulso contemporáneo, con la historia y las costumbres locales, lo que resulta
aleccionador para el quehacer profesional y demarca un camino en el que es posible
proyectar, en el aquí y ahora, sin perder la identidad.
Bibliografía
- Montaner, Joseph Maria, Las Formas del siglo XX, Barcelona: GG, 2002. Cap.
Fenomenologías minimalistas: estructuras habitables.
- Frampton, Kenneth (ed.), Tadao Ando .Edificios. Proyectos. Escritos, Barcelona: GG,
1985.
- Revista El Croquis Nº 58, 1993.
- Nesci, Florencia y Costa, Constanza, “Casa Koshino” en Patrimonio Mundial. Obras y
Movimientos en los siglos XIX y XX. Del Neorracionalismo al Posmodernismo 05,
Buenos Aires: Diario Clarín, 2006

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