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TERCERA CLASE

ÍNDICE

* RESOLUCIÓN DE LA COMISIÓN DE MUJERES EN LA 5TA ASAMBLEA NACIONAL DE TRABAJADORES (2003) 1

* MUJERES: SI NO NOS ORGANIZAMOS, NOS MATAN -PO#928 5

* UN 8 DE MARZO HISTÓRICO Y LOS DESAFÍOS QUE SE PRESENTAN –Altamira 6

* LA ESTRATEGIA DE LAS SOCIALISTAS FRENTE AL ASCENSO DEL MOVIMIENTO DE MUJERES- Cabrera PO#1455 8
* KNORR-UNILEVER: LA COMISIÓN DE MUJERES CONQUISTA LA REDUCCIÓN DE JORNADA POR LACTANCIA – PO 10
* LANATA Y SU ATAQUE AL #3J – Vanina Biasi PO#1462 11
* DISCURSO DE SOLEDAD SOSA EN EL ACTO DEL FIT EN ATLANTA 13
* MUJERES DESPEDIDAS DE LA UTA CÓRDOBA PRESENTAN DENUNCIA ANTE EL INADI – PDT 14
* RESPUESTA A UNA PROVOCACIÓN CONTRA EL PO Y EL PLENARIO DE TRABAJADORAS – PDT 15
* #NIUNAMENOS: DE LA ERA K A LA ERA M – Vanina Biasi 18
* BALANCE DEL 32° ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES CHACO – Vanina Biasi y Carla Deiana 19
* SALTA: LA BATALLA POR LOS DERECHOS DE LA MUJER EN EL SENADO – Gabriela Cerrano PO#1481 21
* LAS MUJERES Y LAS REFORMAS ANTIOBRERAS – Vanina Biasi 21
* "¡ABAJO EL PATRIARCADO, EL CAPITALISMO, EL IMPERIALISMO Y EL COLONIALISMO!" – Documento Unitario 23
* EXTRACTO DE LAS RESOLUCIONES DE LA COMISIÓN DE MUJER DE LA CONFERENCIA DEL PO CAPITAL (DIC 2017) 27

Resolución de la Comisión de Mujeres en la 5ta Asamblea


Nacional de Trabajadores (2003)
Las compañeras valoramos la importancia de que se constituya esta Comisión de la mujer para debatir y resolver
los problemas y nuestras reivindicaciones, en el marco de este Congreso de Trabajadores. Por lo tanto
planteamos un lugar permanente de las mujeres en la ANT, y señalamos este importante "Paso a las
Luchadoras", como dirigentes de nuestras organizaciones.

Responsabilizamos de los problemas de la Mujer a este sistema social capitalista, basada en la explotación, que
es fuente de toda discriminación. Defendemos los derechos de género, pero somos conscientes que la Kirchner y
la Carrió, no viven con $ 150, como las piqueteros, ni con $ 300 como las docentes o empleadas domésticas.

Ponemos a consideración de esta Asamblea los reclamos de las mujeres para que sean tomados como parte del
programa de la ANT. Planteamos la participación unitaria como organizaciones de la ANT en el XVIII Encuentro
de la Mujer en Rosario, con la siguiente declaración común:

Declaración

Los Encuentros han tenido un gran peso en las miles de mujeres que cada año participamos en los movimientos
de lucha que transcurren durante el año. Han sido una etapa decisiva en nuestras acciones por Pan y Trabajo,
por la Libertad de los Luchadores Presos, para el impulso de las Asambleas Nacionales. Las mujeres del
Argentinazo, que no aceptamos la sumisión al Gobierno ni a las Jerarquías Eclesiásticas, las mujeres que
vuelven expresando su bronca por los limites que le imponen al Encuentro las Organizaciones conciliadoras.
Queremos transformarlo en un verdadero Congreso democrático, resolutivo y organizativo de las luchas por
ganar. En agosto, este desafío se renovará para las mujeres sometidas hoy a la experiencia del gobierno

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capitalista de Kirchner, las que conservamos los golpes de cacerolas, la fuerza de los piquetes, las huelgas y las
rebeliones resonando en nuestras cabezas. Porque los problemas continúan y agravados por inundaciones
catastróficas, por los obras que el Gobierno no hizo, con represión contras las trabajadoras que quieren reabrir
sus fábricas, salarios en sus niveles históricos más bajos, violaciones a menores y mujeres con violadores
protegidos por el Estado y la Iglesia, ataques contra los derechos elementales a la concepción, anticoncepción y
al derecho de no morir por abortos clandestinos, hambre y desocupación.

Se equivoca el Gobierno si cree que le han firmado un cheque en blanco. Este Encuentro se realizará en una
provincia inundada, desastre producido por la responsabilidad del gobierno de Reutemann, en el marco de una
Santa Fe militarizada, para evitar lo que les es imposible: Que nadie se queje ni organice. La reconstrucción de la
provincia no será con la expectativa puesta en el gobierno de Kirchner ni en el de Reutemann, ni en el de
recambios centroizquierdistas que han servido para sostenerlos.

Reutemann y Kirchner son responsables de la Ley de Emergencia Económica. Reutemann en Santa Fe impuso
la quita de salarios a los estatales, mientras la provincia exporta 700 millones de dólares en granos. Kirchner en
Santa Cruz obligó y obliga a las mujeres docentes a trabajar desde el 3er día después del parto para no perder el
presentismo.

Denunciamos la protección y encubrimiento del Vaticano al ex Arzobispo de Santa Fe, Monseñor Storni,
abusador de menores y seminaristas y ladrón de los fondos de Cáritas para Planes Sociales, así como los demás
sacerdotes y civiles, abusadores y violadores protegidos por el Estado. Sobre la base de esta delimitación
consideramos que este Encuentro tendrá como tarea que se debata la responsabilidad del Gobierno nacional,
provincial y municipal en esta masacre, que se debata la consigna "Fuera Reutemann" y que es necesario un
planteo político propio.

Orgullosas de ser las mujeres del Argentinazo, convocamos a las compañeras que con su lucha atacan al
corazón de nuestros problemas: las obreras de Brukman, de Grissinopoli, de Sasetru, y tantas otras, que lucha
por el Control Obrero de las fábricas. Ellas son las que manifiestan: "Nosotras tenemos las manos y los pies, sí,
pero ahora también tenemos la cabeza". Están demostrando que si la producción es organizada por los propios
obreros podemos terminar con la explotación, la desigualdad, y la discriminación, que siempre tienen objetivos de
lucro. Las compañeras que están luchando por la recuperación de los Sindicatos de las manos de las burocracias
de las CGT y la CTA, adictas a los gobiernos. Las compañeras piqueteros, de las asambleas populares, las
luchadoras por los derechos de la Mujer que no concilian con el Gobierno y continúan el Plan de Lucha.

A todas ellas, las convocamos a concretar una nueva acción tomando la experiencia de las movilizaciones
piqueteros y obreras, de la Asamblea Nacional de Trabajadores, impulsando sus reclamos y su plan de lucha.

Planteos

Planteamos una movilización conjunta el 25 de noviembre, Día de lucha contra la violencia hacia la Mujer,
llevando un petitorio con los reclamos al Gobierno. Que la marcha del Encuentro realice un escrache en la
Catedral y un escrache a la Intendencia.

Comisión Permanente de Delegadas Mujeres para organizar nuestra lucha.

Encuentros Regionales

Esta ANT dará la pelea por la continuidad del Encuentro de Mujeres, nos planteamos unitariamente tomar en
nuestras manos la dirección del Plan de Lucha que miles de mujeres del país aprueben en este Encuentro. De
manera que resulte una Asamblea Resolutiva donde en los Talleres se registre el voto de mayoría y minoría por
el Plan de Lucha a seguir.

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La dirección del Encuentro debe estar en manos de las organizaciones que garanticen sus resoluciones.

Movilización el 28 de septiembre, Día Internacional por el Derecho al Aborto. Apoyo a la movilización el 1 de


noviembre contra las discriminaciones sexuales bajo la consigna "Campaña contra la represión y miseria a los
gays, lesbianas, transexuales, travestis y trabajadoras del sexo". Libertad de elección sexual. Contra la
discriminación legal, social y sexual.

Denuncias

Denunciamos la violencia del Estado capitalista amparada por la doctrina de la Iglesia que introduce y sostiene la
violencia en nuestros propios hogares junto con el alcohol y la droga.

El Estado es el primer golpeador. Un ejemplo claro es la utilización del poder judicial para dejar en total
desamparo a mujeres y niños que sufren violencia familiar. El 90 % de las empleadas domésticas trabajan en
negro, las mujeres reciben un 30 % menos de salarios que los hombres. Con la complicidad de las Centrales
Sindicales.

El hostigamiento y la persecución laboral contra las activistas de los gremios.

La discriminación contra las mujeres mayores y jubiladas.

La discriminación laboral contra las mujeres, en especial mayores de 25.

La discriminación a las madres solteras y adolescentes.

La discriminación laboral por edad, peso, condición social, aspecto, etnia y nacionalidad, a las que tienen hijos y a
las que los pueden llegar a tener. Mueren dos mujeres al día por aborto clandestino.

La maternidad adolescente e infantil aumenta día a día, y mayormente por violaciones.

Los derechos maternales han desaparecido con la flexibilización laboral y el trabajo en negro.

La desnutrición de niños y madres y la apropiación de sus hijos por el Estado a favor de la Iglesia y las ONGs.

Las leyes de salud sexual y reproductiva limitan los métodos anticonceptivos, no garantizan la educación sexual,
el seguimiento médico y el presupuesto. Ni mucho menos el derecho al aborto y su despenalización.

Denunciamos el aprovechamiento del hambre y la miseria por parte de políticos del sistema para obtener los
votos que garanticen su continuidad con los fondos públicos.

Reclamos

Reclamamos, en el marco de la defensa del hospital público y de la educación pública, que el Estado se haga
cargo del Presupuesto para:

• Casas para las mujeres golpeadas. Tratamiento integral para la familia, castigo a los golpeadores y violadores
protegidos por el Estado.

• Protección de los niños abusados y prevención del abuso sexual infantil.

• Campañas para el uso de preservativos y su distribución gratuita contra el SIDA. • Distribución irrestricta de
anticonceptivos y su seguimiento médico.

• Exámenes preventivos del cáncer de mamas y útero y demás enfermedades a partir de los 30 años.

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• Educación sexual con personal especializado en todas las instituciones públicas y privadas y para todas las
edades. Materia obligatoria en todas las escuelas.

• Vasectomía y ligadura de trompas gratuitas a pedido de los interesados.

• Por el derecho a decidir y disfrutar de nuestro propio cuerpo.

• Anticonceptivos gratuitos para no abortar y aborto legal y gratuito para no morir.

• Despenalización del aborto.

• Puestos de trabajo categorizados con capacitación laboral y salarios acordes.

• Igual salario = Igual tarea.

• Licencia por maternidad, lactancia y día femenino.

• Guarderías en todas las instituciones y barrios.

• Documentos gratuitos y de trámite sencillo para extranjeros e indocumentados.

• Subsidios especiales para las familias desocupadas. No a la apropiación de sus hijos.

• Urgente atención de los inundados. Juicio y castigo a Reutemann y los responsables de las inundaciones.
Indemnizaciones para los inundados y atención integral de todos los inundados. No solo de los niños.

• Pensiones y jubilaciones, vivienda y atención para todos los adultos mayores.

• Empleo doméstico en blanco, con obra social y jubilación.

• En materia de alimentación y nutrición exigimos entrega de alimentos que constituyan una dieta proteica según
la edad, para niños, mayores de edad, y familias en situación de riesgo.

• Trabajo genuino en todos los hogares para alimentar y mantener a los hijos.

• Tratamiento gratuito y en cada barriada para los chicos adictos.

POR TODO ELLO PLANTEAMOS LA RUPTURA INMEDIATA CON EL FMI Y EL NO PAGO DE LA DEUDA
EXTERNA.

Funcionamiento bajo las Comisiones de Mujeres y de las Organizaciones de Trabajadores con delegados electos
y revocables por sus asambleas populares.

Repudiamos la Intervención del Poder Eclesiástico en el Encuentro de la Mujer y reclamamos la Separación de la


Iglesia del Estado.

Reclamamos la libertad y la anulación de las causas y la sentencia que llevaron a Romina Tejerina y a una mujer
golpeada por su marido policía de Mendoza, a la cárcel.

Anulación de los dos fallos de la Jueza Garzón de Lascano.

Juicio y Castigo a los Culpables, instigadores y encubridores de los crímenes del poder, gatillo fácil, asesinatos y
violaciones como los de las chicas de Santiago del Estero.

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Señalamos Que todas las conquistas logradas han sido producto de la movilización y la organización popular.
Planteamos continuar y sostener estas luchas hasta lograrla totalidad de nuestras reivindicaciones.

MUJERES: SI NO NOS ORGANIZAMOS, NOS MATAN


11 de diciembre de 2005 | #928 | Por Partido Obrero

El asesinato de Elsa María Escobar, en su departamento de Núñez, y la violación de su hija de 13 años ha


conmovido al país, incluso cuando todos sabemos que la violencia contra la mujer es cosa diaria.
Doméstica, sexual o criminal.
La complicidad de los jueces ha despertado un odio enorme, porque en ningún momento atendieron las
denuncias reiteradas que se les hizo llegar sobre el acoso criminal del asesino.
No han atendido tampoco los reclamos por el asesinato, también en Núñez, de Lucila Yaconnis, que puede haber
sido víctima del mismo asesino.
Tampoco el caso de Sabrina Kerrey, que el mismo individuo habría intentado violar en un ascensor, y que el juez
caratuló como tentativa de robo.
En esto consiste la independencia del poder judicial —independencia del pueblo, sumisión a los intereses
económicos del capitalismo.
Elsa y su hija resistieron la pesadilla que representaba su vecino criminal rodeándose de candados y rejas,
encerrándose en una prisión.
Incluso la mujer del asesino vivía el drama de la violencia doméstica de su compañero.
Celeste Hazan, la esposa, es sobrina de la fundadora de Madres, Azucena Villaflor, hija de desaparecidos,
luchadora en las organizaciones de derechos humanos.
‘Conoció’ la Esma durante unos días cuando tenía tres años
¿Qué hacer?
Depender de la protección del Estado es una quimera.
Lo mostró Cromañon y lo observamos todos los días en cada incidente cotidiano.
La policía protege a los poderosos, rodea de vallados la Casa Rosada y es la principal fuente del delito.
¿Qué hacer entonces?
Organizarnos nosotras mismas, como lo han hecho en numerosas barriadas las compañeras del Polo Obrero.
Organizarnos en verdaderas brigadas.
Intervenir colectiva y masivamente ante la menor denuncia de violencia.
Frenar los actos de violencia física con toda la fuerza de una acción organizada.
Llevar por la fuerza a los violentos ante los jueces, colectivamente, hasta que queden detenidos y la seguridad de
las mujeres agredidas asegurada.
Movilizarnos para que los golpeadores sean expulsados del hogar y para que la familia reciba un subsidio del
Estado que cubra el costo de su canasta mensual de gastos.

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Promover la discusión de este grave problema en todas las organizaciones populares para que en cada barrio se
desenvuelva el interés colectivo y se organice la actividad en común que libre a la mujer de toda violencia social o
de género.
Mujeres, tomemos nuestras vidas y la historia en nuestras manos.

Un 8 de marzo histórico y los desafíos que se presentan


17 de marzo de 2017 | Por Jorge Altamira

La movilización internacional de mujeres, el 8 de Marzo pasado, tuvo características extraordinarias. La


coincidencia acerca de esto no conoce excepciones. En numerosos casos fue acompañada de huelgas. A cien
años de la huelga de mujeres en Petrogrado que dio inicio a la Revolución Rusa, el método lleva el trazo de la
lucha de clases de los trabajadores. En Argentina hubo numerosos paros parciales entre las 13 y las 15 horas; en
Uruguay, el sindicato de municipales de Montevideo y el de los profesores secundarios declararon una huelga de
24 horas. Ante la amplitud y el vigor del movimiento las burocracias sindicales intentaron en varios casos
imprimirle su orientación. En Argentina de algunas direcciones kirchneristas; en Uruguay del PIT-CNT; en Francia
tuvo lugar un acuerdo entre la burocracia sindical y el liderazgo feminista. Esta injerencia recibió en casi todas
partes un rechazo tajante, que algunos han buscado distorsionar como un distanciamiento del movimiento
femenino del movimiento obrero como organización de clase. Ocurre que la repulsa a la burocracia de los
sindicatos y a las operaciones de su aparato es compartida, con características diferenciadas, en todo el mundo.

Las movilizaciones del 8 de Marzo no solamente tradujeron las reivindicaciones enormes de la mujer, con mayor
o menor claridad o consecuencia, sino que recogieron y resumieron un movimiento social y político de conjunto.
Los reclamos y aspiraciones de la mujer son incompatibles, en última instancia, con el régimen social y político
existente. En Estados Unidos, el carácter político de la movilización femenina se manifestó enseguida después de
la asunción de Trump, y sigue constituyendo hasta ahora el principal contingente de masas que combate contra
la reacción política instalada en la Casa Blanca. Se trata de un anticipo fenomenal de la incursión de grandes
sectores populares y de la clase obrera en el período próximo. La jornada del 8 levantó la defensa de la población
inmigrante y de los derechos a la salud. La masa del movimiento femenino norteamericano proclama
abiertamente su objetivo de destituir a Trump y derrocar al gobierno reaccionario que Trump preside.

En Argentina, el 8 de Marzo se distinguió en aspectos decisivos. Como se ve en el programa que fue leído desde
el escenario, fue la expresión política más avanzada del movimiento de la mujer hasta el momento. Se destacan
el reclamo del derecho al aborto, el anti-clericalismo y la denuncia del Estado como el gendarme de la
discriminación y opresión de la mujer. Último tramo de tres movilizaciones al hilo en esa semana, la multitud en la
calle se puso como ejemplo a sí misma al exigir un paro nacional de las centrales sindicales. “Nosotras sí
pusimos fecha” - proclamaron. Dentro de la mejor tradición histórica de la lucha de la mujer, la marcha del 8
denunció al gobierno de turno por su política de expoliación de los trabajadores y de remate del patrimonio
nacional. Se observa, desde el Encuentro de la Mujer en Rosario, en octubre pasado, una manifiesta
radicalización, que se manifestó enseguida con la huelga en repudio al asesinato de Lucía, la chica vejada,
violada y mutilada por una banda de narcos protegida por el estado marplatense. El marco de contención política
de los Encuentros, incluso con acuerdos con la Iglesia, ha sido superado.

En el movimiento de la mujer se distinguen, a nivel mundial, numerosas corrientes de ideas y tendencias


políticas. Incluso la gran prensa financiera ha reclamado un lugar en este movimiento, dedicando varias ediciones
a la discriminación de la mujer en los directorios y gerencias de las corporaciones - solamente en forma marginal
y estadística al femicidio (Financial Times, The Wall Street Journal, The Economist, El País, La Nación). La línea
general de los editoriales de estos medios ha sido abogar por una cierta paridad de género para ‘mejorar’ la
imagen del capital ante la opinión pública, pero al mismo tiempo para colocar el tema de la mujer por encima del
antagonismo de clases y para encubrir esta cuestión estratégica de la sociedad capitalista ante los ojos de la
mujer. Como se puede ver, ninguna clase social se declaró ajena a la causa femenina.

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Sería de mucha importancia realizar una suerte de mapa o de inventario de las corrientes de ideas y corrientes
políticas dentro del movimiento femenino; lo sería, al menos, para las mujeres socialistas y los partidos marxistas.
Pondría de manifiesto los puntos de contacto y de diferencia entre esas corrientes y tendencias, y serviría por lo
tanto como factor de clarificación y de delimitación y, en esa misma medida, para el frente único de acción. El
movimiento de la mujer, como ocurre con muchos otros, está atravesado por los intereses de diversas clases
sociales. Es manifiesto que una corriente del movimiento pregona la finalidad de alcanzar la paridad de género en
el marco de la sociedad capitalista y, como consecuencia, la necesidad de defender a este régimen capitalista. Al
aislar la cuestión de género del antagonismo y de la lucha entre las clases procura dar impresión de supra-
clasismo, cuando en realidad tiene por objetivo reclutar a la mujer trabajadora para una causa reñida con la lucha
por poner fin a la explotación social, y separar a la mujer trabajadora de la lucha por la conquista del poder
político por parte de la clase obrera. Al movimiento pluriclasista de la mujer, lo mismo que al feminismo, le
interesa tener a la mujer trabajadora en su seno, en tanto que la clase obrera, por razones opuestas, la necesita
en su campo común de clase, pues jamás podría triunfar sin tener a esa mujer trabajadora luchando como
activista de clase del proletariado. Es así como se presenta una primera disputa estratégica.

La corriente que reclama para sí la condición más radical ha adoptado el término de feminismo anti-capitalista. No
se limita a defender la paridad de género como un objetivo estratégico y una posibilidad cierta para todas las
clases de la sociedad capitalista, y reclamar un frente policlasista de la mujer, sino que propone consignas más
avanzadas para todas las identidades discriminadas, tanto étnicas como de género, y a intervenir en el campo
político, en especial contra los gobiernos ‘neo-liberales’ – esto sin abandonar su enfoque ‘cultural’ acerca de la
violencia de género. El anti-capitalismo de esta corriente tiene, sin embargo, una barrera que no quiere franquear,
que es promover la organización clasista, autónoma de otras clases, y socialista de las mujeres obreras y
trabajadoras. Sin la organización socialista de la mujer trabajadora, el ‘anticapitalismo’ no pasa de un eufemismo
cuando no de un engaño deliberado.

Todo esto nos lleva a dos cuestiones. La primera cuestión es que la clase obrera que lucha por su propio poder y
por el socialismo internacional, necesita la unidad de organización y de acción de los varones y las mujeres de su
clase – es decir, que ninguno de ellos sea apartado de una lucha de clases común. Para eso es necesario que la
mujer trabajadora se organice con un programa socialista y un método de clase. La segunda cuestión es la
necesidad que la mujer trabajadora así organizada participe e influya en el movimiento general y democrático de
la mujer desde su posición de clase, y que desde esa posición de clase procure persuadir a un número creciente
de mujeres que la emancipación femenina pasa por una lucha por el gobierno de los trabajadores y el socialismo.
Sin una organización socialista propia de la mujer trabajadora, el feminismo anticapitalista es una abstracción que
confunde. Es muy positivo que, en oposición a los límites impuestos en los Encuentros por acuerdos con el clero,
el movimiento femenino se declare abiertamente anti-clerical y combativo, pero el objetivo de los marxistas es
construir un movimiento propio de la mujer trabajadora que participe en esa lucha como un componente clasista
del proletariado que tiene por objetivo el gobierno de la clase obrera.

Las posiciones de clase frente a la opresión de la mujer no son las mismas en el complejo espectro del
movimiento de la mujer, e incluso son antagónicas. Las mujeres de la burguesía resuelven la esclavitud
doméstica privatizando el trabajo del hogar por medio de una trabajadora a tiempo parcial o completo, y la crianza
de los niños por medio de una escuela privada de turno entero y con una niñera. La mujer de clase media recurre,
aunque en forma harto más limitada, a lo mismo. Asistimos a una proletarización del trabajo doméstico precario y
flexible; a una profundización de la miseria social de la mujer trabajadora. Una trabajadora solamente puede
acabar con la esclavitud doméstica mediante la socialización de los servicios del hogar, como los lavaderos
estatales, los comedores de empresas y municipales, los jardines del mismo carácter y una participación directa
en los asuntos comunes y políticos por medio del poder de los consejos obreros. Empoderar a la mujer significa,
como primer paso, la participación en la lucha por el gobierno de la clase obrera.

En las décadas de los ’60 y ’70 el movimiento feminista alcanzó un gran desarrollo y esplendor, y es probable que
los aportes que hizo en el campo teórico acerca de la opresión de la mujer hayan sido los de mayor nivel. Ese
movimiento decayó, sin embargo, con el retroceso que experimentaron los trabajadores, en partícular en los ’90.
Pero ese retroceso no fue la consecuencia mecánica de una ofensiva capitalista sino de la capitulación completa
de la socialdemocracia y del stalinismo ante esa ofensiva, lo que los llevó a su virtual desaparición. Lo mismo
ocurrió con las filiales femeninas de estas corrientes.

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Ahora, los pueblos enfrentan las consecuencias de una década de bancarrotas capitalistas y de rescates que han
sido pagados con enormes sufrimientos por las masas, guerras a repetición y crisis políticas severas, incluso en
los países más desarrollados. Este conjunto de factores anuncia un período de insurgencias y revoluciones, como
ya ha ocurrido en los países árabes y en Medio Oriente en general y en Asia. El movimiento actual de la mujer
irrumpe en estas circunstancias y ello es una manifestación de la conciencia con que aborda el desafío de este
período histórico. Para obtener un resultado victorioso es necesario que las mujeres explotadas se organicen,
como ha ocurrido históricamente en otras etapas revolucionarias, en un movimiento de clase y socialista, que
luche por el derrocamiento del poder capitalista y el gobierno de trabajadores. La cuestión de la mujer es una
cuestión histórica y una cuestión social.

Una analogía histórica muestra una distancia abismal del movimiento actual con relación al movimiento de
mujeres socialistas y luego comunistas hasta finales de la década de los ’20 del siglo pasado. Lejos de ser un
movimiento de masas y mayoritario, como en ese pasado, la tendencia socialista en el movimiento de la mujer es
en la actualidad una franca minoría. Es un reflejo del retroceso del socialismo revolucionario en el movimiento
obrero en general. Esto produce una presión hacia la adaptación al feminismo policlasista, sea a secas o anti-
capitalista.

El movimiento de la mujer socialista no puede auto-proclamarse desde una posición minoritaria, debe ganar su
lugar; por un lado, participando con firmeza en la lucha general y democrática de la mujer, por el otro,
desarrollando un trabajo de organización de la mujer explotada en los lugares de trabajo, en los sindicatos y entre
las trabajadoras fuera del mercado formal, y aprovechar así la tendencia al crecimiento de la izquierda
revolucionaria en el movimiento obrero y la juventud. Lo que no puede hacer es renunciar a reforzar a la clase
obrera mediante la promoción de una activa participación de la mujer trabajadora en las luchas obreras, por
medio de una organización propia, y no puede ni es admisible, renunciar a presentar ante el conjunto de las
mujeres una alternativa obrera y socialista.

Si “el estado es responsable” – hay que tomar el poder del Estado.

La estrategia de las socialistas frente al ascenso del movimiento


de mujeres
7 de abril de 2017 | #1455 | Por Juliana Cabrera

El XXIV Congreso Nacional del Partido Obrero reunió a una comisión de delegadas de todo el país que deliberó
sobre las tareas y desafíos de la mujer hoy.

Las masivas movilizaciones de mujeres, en la Argentina y el mundo, pusieron en el centro de la escena la


cuestión de la opresión femenina. La conmoción popular por el incremento de los femicidios precipitó un
movimiento de lucha que, con sus denuncias y reivindicaciones, apunta objetivamente a la responsabilidad del
Estado. Esta denuncia ha sido seguida por un amplio abanico de demandas -aborto legal, igualdad salarial,
separación de la Iglesia del Estado, desmantelamiento de las redes de trata- que sientan las bases de un
cuestionamiento de fondo al régimen social capitalista.

Caracterizamos la etapa histórica en la que se desarrolla la lucha actual de las mujeres a partir de dos fenómenos
centrales. Por un lado, el retroceso que representó el termidor estalinista, que se expresó en el ataque a las
conquistas de la Revolución Rusa en materia de derechos para las mujeres y en la destrucción de la
organización de las mujeres socialistas -que se había desarrollado fuertemente a principios del siglo XX. Y cómo
este proceso allanó el camino para la intervención creciente del imperialismo que, de la mano de la ONU, impulsó
una línea de contención internacional con la creación de múltiples instituciones “de género” para desviar las
demandas a la vía muerta de las reformas de Estado en la etapa de descomposición imperialista.

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Esa disyuntiva -integración al Estado o lucha de clases- sigue presente en la medida en que el movimiento aún
no se desembaraza de la tutela política de la burguesía; sin embargo, por el alcance de sus reivindicaciones y la
radicalización de sus métodos (paro nacional, movilizaciones de masas dirigidas al centro del poder político), el
movimiento choca de lleno con los intereses de una clase social que no puede preservar su dominación sin el
sometimiento y la opresión de la mayoría que vive de su trabajo y para ello necesita de la subordinación de la
mujer.

Lucha política

La gravitación de las demandas de las mujeres y la movilización masiva en torno a las mismas han reforzado la
intervención de la burguesía para desactivar un fenómeno potencialmente explosivo.

Las socialistas debemos batallar contra la orientación liberal y reformista que predomina en el movimiento y
esgrime que el capitalismo puede ser curado de un mal heredado -el patriarcado- mediante una “batalla cultural”,
sin terminar con el antagonismo entre el capital y el trabajo.

En este sentido la pregonada “paridad de género” tiene por finalidad velar los múltiples agravios que las
patronales y los partidos de Estado descargan contra las mujeres trabajadoras. En contraposición, planteamos un
Consejo Autónomo de Mujeres, cuyo principio es el debilitamiento del Estado capitalista y el reforzamiento de la
organización independiente de las mujeres.

El sector que se identifica como “anticapitalista” y que pone de relieve el conjunto de las atrocidades que viven las
mujeres bajo este régimen social, ha abandonado la perspectiva de organizar a las mujeres en un partido de
clase y la lucha por un gobierno de los trabajadores.

Este tipo de planteamientos que centran su denuncia en una “cultura patriarcal” escindida de las relaciones de
propiedad que le da sustento, están al servicio de llevar a las trabajadoras al campo del frente popular. En
nuestro país esta orientación política es compartida por la casi totalidad de las corrientes que intervienen en este
terreno, incluida la mayoría de la izquierda, dando a los sectores kirchneristas y filo kirchneristas preeminencia al
interior del movimiento.

La batalla política que libró el Plenario de Trabajadoras al señalar la responsabilidad del Estado y la Iglesia en el
ataque contra las mujeres, incorporando las reivindicaciones y los métodos de la clase obrera en oposición a
estos desvíos, se ha convertido en punto de referencia en todo el país y ha impactado también más allá de la
Argentina a partir de la denuncia del Estado. La lucha por ganar a un movimiento democrático al terreno de los
planteos del socialismo revolucionario es la gran tarea que tenemos por delante los militantes del Partido Obrero.

Por un Encuentro de Mujeres en la Ciudad

La batalla por un Encuentro Nacional de Mujeres en la Ciudad de Buenos Aires, contra la regimentación de las
organizaciones tributarias de la Iglesia y las fuerzas patronales, será una campaña central de la próxima
etapa. Esta lucha es en primer lugar contra los pactos de los partidos del régimen y la Iglesia católica para
contener una respuesta popular al ajuste, que representa una doble afrenta para las trabajadoras, perseguidas y
criminalizadas bajo principios oscurantistas. A la luz de esto, el triunfo que representa la absolución de la joven
tucumana Belén debe ser ponderado como una derrota a los pactos oscurantistas y una victoria del frente único
de lucha de las organizaciones de mujeres.

La carta dirigida a los partidos del Frente de Izquierda plantea, en ese sentido, un acuerdo para llevar adelante
una lucha en común contra la tentativa de los agentes del clero y los partidos capitalistas de sustraer al próximo
Encuentro de la Mujer del centro político del país. Le propondremos a las fuerzas de mujeres combativas un pre-
encuentro de la Ciudad de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires, que delimite posiciones en el movimiento, y
publicaremos una declaración nacional que aporte a un debate de fondo respecto del ENM.

Votamos la campaña hacia el 3J con charlas, cursos y pintadas, para movilizar fuertemente en todo el país en el
tercer aniversario del Ni una Menos.

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En base al programa elaborado en la Conferencia Nacional de la Coordinadora Sindical Clasista de Racing,
establecimos la necesidad de desarrollar una intensa agitación y propaganda en las fábricas y los lugares de
trabajo.
Lo mismo en relación con las mujeres del movimiento piquetero, que vienen batallando por trabajo genuino.

El capítulo de la juventud, que ha jugado un papel central en el movimiento de mujeres -organizándose en los
colegios, las universidades y los barrios- da cuenta de la importancia de fortalecer su lucha contra los abusos y la
violencia, contra las redes de trata, por educación sexual laica y científica, lo que supone la confrontación con las
autoridades educativas, cómplices y responsables.

De cara a las elecciones, se plantea la necesidad de un plan político para confrontar con los partidos del régimen
que buscarán el voto femenino con demagogia. La izquierda revolucionaria debe destacar a través de sus
voceras que ofrece la única alternativa política para dar curso a las demandas de las mujeres.

Hemos resuelto, asimismo, la nacionalización de importantes campañas: por la libertad de Rita y el


desprocesamiento de su familia, acusados de cómplices del aborto en el que María perdió su vida (Santiago del
Estero); la campaña por el juicio oral ya a los encubridores del crimen de Paulina Lebbos; por la absolución de
Higui, presa por ser lesbiana y defenderse de una violación “correctiva” en banda; por la libertad y absolución de
Cristina Santillán, criminalizada por defenderse de su marido violento (Azul); y una campaña por un piquetazo
nacional por el aborto legal.

Por todo esto, la comisión resolvió la salida mensual del boletín Trabajadoras, como instrumento de batalla
reivindicativa, política y teórica. En el marco de estas importantes batallas, el Plenario de Trabajadoras realizará
en el mes de julio una conferencia nacional, con asambleas previas en cada distrito.

Knorr-Unilever: la Comisión de Mujeres conquista la reducción de


jornada por lactancia
18 de mayo de 2017 | Por Prensa Obrera

Es para las trabajadoras en período de amamantamiento. Importante paso adelante para organizar los reclamos
de las trabajadoras de la alimentación

La Comisión de Mujeres de la fábrica de la alimentación Knorr-Unilever viene de lograr una importante conquista.
Luego de semanas de impulsar el reclamo, logró imponer a la patronal la reducción de la jornada laboral para las
trabajadoras que estén en el período de lactancia (de trabajar 6 días de 7hs, a 5 de 8) y el turno fijo para varios
compañeros que lo necesitaban. Este avance se inscribe en el proceso de organización dentro de la planta que
logró, luego de un extenso conflicto en 2014, que los obreros de Knorr trabajen solo en el turno mañana los días
sábados.

Esta conquista integra el nutrido programa de la Comisión de Mujeres fundada meses atrás en torno al Paro
Internacional de Mujeres (8 de marzo). En aquella ocasión, una carta abierta de las trabajadoras daba cuenta de
la necesidad de organizarse frente a los ataques de la patronal contra el plantel femenino, al tiempo que llamaba
a la unidad del conjunto de los trabajadores para luchar por sus reinvidicaciones.

La Comisión, impulsada por la Agrupación Naranja de la Alimentación, trabaja en torno de uno de los temas más
sentidos en la planta que es el del cuidado de las embarazadas y por ello ha planteado el reclamo de que no
tomen tareas en las líneas de producción y estén alejadas de todo tipo de riesgo (las máquinas tienen
dispositivos de Rayos X). Uno de los desafíos que se ha propuesto es la ampliación de licencias por maternidad y
paternidad (a 180 y 90 días, respectivamente), el pago de guarderías y la licencia paga por enfermedad de hijo
y/o familiar.

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Las trabajadoras conquistaron esta reducción de jornada como “un primer paso para la organización de los
reclamos de las mujeres de nuestro gremio, donde hay despidos, no se paga la guardería, no se respetan los
derechos de las mujeres” y se fortalecen para preparar una campaña hacia el 3 de junio [cuando se realizará una
nueva movilización reclamando #NiUnaMenos] , ligando la lucha contra la opresión a la mujer trabajadora con la
necesidad de la pelea por su organización independiente del Estado, las patronales y la burocracia, para arrancar
todas las reivindicaciones de la mujer trabajadora”.

LANATA Y SU ATAQUE AL #3J


15 de junio de 2017 | #1462 | Por Vanina Biasi

El movimiento de mujeres, sus luchas y expresiones son objeto de manipulaciones y pretendidos análisis desde
la última movilización del 3 de junio. La masividad de la marcha dejó en evidencia que un fenómeno que se
esperaba episódico se está convirtiendo en una organización en ascenso que constituye un peligro para los
agoreros del ajuste y la represión.

Jorge Lanata y su editorial en Clarín, “Entre una causa convocante y sus cortocircuitos” (10/6) se suma a la ola de
ataques que se impulsaron con posterioridad al 3 de junio, en su caso, ni más ni menos que con la figura de la
“utilización política”.

Entre los ataques en curso, aparece la idea de que las denuncias de las mujeres son “muchas veces” inventadas,
por caso, para alzarse con algún patrimonio que no les correspondería en juicios de divorcio; también aparecen
afirmaciones como que puede existir violencia de género de las mujeres hacia los hombres; el entronamiento
mediático de un femicida como Farré o, en este caso, el ataque al reclamo de las mujeres por “politizado”.

En esta última vertiente se inscribe Lanata, que reprocha que la movilización haya sido partidizada, politizada y a
la cual le adjudica de manera caprichosa la orientación expresada por un manifiesto Scum del llamado
“feminismo radical” del año ’67, del cual, sin embargo, no hay ni rastros en los documentos elaborados de cara a
las grandes movilizaciones del 8 de marzo y del 3 de junio.

Desnaturalización

El texto de Lanata desnaturaliza la historia misma del feminismo y de las luchas de las mujeres. En su escrito
señala que en la movilización del #3J “un importante sector de las mujeres presentes” se habrían sentido
“usadas” cuando la locutora y periodista Liliana Daunes (la voz de cada 24 de Marzo independiente del gobierno
durante las presidencias kirchneristas) leyó el reclamo de “Libertad para Milagro Sala”. Lanata adjudicó a CFK la
intención de cooptar el movimiento.

Se trata de una operación política inversa a la que llevó adelante, en oportunidad del 8 de marzo, Nora Veiras en
Página/12. En este caso, para presentar a la movilización y el paro convocados entonces, como un armado
plenamente kirchnerista.

Son dos caras de una misma moneda. A saber, el temor a que el movimiento de mujeres se desarrolle de manera
independiente de los partidos patronales y de la Iglesia.

Unos, queriendo llevarlo al camino del “Volveremos”; los otros, queriendo reducirlo al reclamo contra los
femicidios y buscando que ese reclamo sólo tenga salida a través de fórmulas punitivistas. Cuando CFK
gobernaba, Veiras asumía el actual punto de vista de Lanata, festejando leyes punitivistas presentadas como
salida a la problemática de la mujer.

Lanata y la politización

Dice Lanata que “como todo movimiento más cultural que político (sic), el feminismo ha sufrido el ingreso de todo
tipo de pensamiento ultra (sic) que intenta utilizarlo por lo popular de su reclamo”, reinventando así, de punta a
punta, el significado y el origen histórico de las demandas colocadas el 3 de junio.
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Lanata ignora, o finge ignorar, los lazos indisolubles entre el movimiento de la mujer y “la política”, no en general,
sino la de la emancipación de la clase obrera -o sea, el socialismo. El punto de partida de los reclamos de las
mujeres postergadas y discriminadas bajo el capitalismo ha sido el resultado de una elevada politización, de la
que fueron protagonistas revolucionarias como la alemana Clara Zetkin, compañera de ruta de otra enorme
alemana como Rosa Luxemburgo y de la rusa Alejandra Kollontai, o la franco-rusa Inessa Armand, responsables
de elaborar un programa integral de derechos de las mujeres trabajadoras. La jornada de lucha del 8 de marzo,
sin ir más lejos, fue proclamada en un Congreso Internacional de Mujeres Socialistas.

En una perspectiva más general, hay que decir que la actuación de las mujeres en defensa de sus derechos
formó parte de una acción política desde todas las clases sociales, incluso cuando, como en el caso del
feminismo liberal, limitó su amplitud de miras a la igualdad de derechos políticos o profesionales. En el “Ni una
Menos” actual, que coloca su mira en la responsabilidad política del Estado, el movimiento de la mujer busca las
raíces de una lucha que, en sus orígenes, estuvo soldada a “la política” de los explotados.

Un siglo después, esta nueva politización, aún confusa y en disputa, es un resultado inocultable de un período de
bancarrotas capitalistas, rebeliones populares y grandes desplazamientos políticos. La violencia de género se ha
agravado con la descomposición del orden social imperante; pero también ha empujado a la mujer a rebelarse en
las calles contra ese orden social.

Lanata busca borrar los rastros de un movimiento eminentemente político para confinarlo al dilema kirchnerismo-
antikirchnerismo, confundiendo la politización con una disputa entre los partidos de Estado. Por el contrario, la
manipulación que éstos ejercen sobre el movimiento de la mujer es un intento por contener su verdadera
proyección política, que deberá conducir a una lucha cada vez más consciente contra el régimen social que
apuntala la violencia a la mujer en todas sus variantes. En cambio, Lanata dice que el movimiento sería “más
cultural que político”. La invocación tergiversada del factor “cultural” sirve para atribuir la violencia hacia la mujer a
factores que superarían las políticas de sus propios gobiernos. Lanata definitivamente no es original ni podría
serlo.

Contenido

A nadie escapa que el documento del 3J que se leyó en Plaza de Mayo es el fruto de un conjunto de tensiones y
compromisos, al interior de un heterogéneo movimiento. Sin embargo, su contenido predominante son las
reivindicaciones a las que el gobierno actual y el anterior han dado la espalda, algo insoslayable para cualquier
fanático de uno y otro bando. El haber llegado a un femicidio cada 26 horas tiene sus raíces en las políticas
llevadas adelante por los gobiernos capitalistas, a la actuación de la Justicia y del Estado en su conjunto. En la
política del aborto clandestino, que estuvo presente en el trasfondo del femicidio de Chiara Páez en 2015 y que
fue el detonante del primer Ni Una Menos. En la ausencia de contenidos en la educación oficial. En la
discriminación laboral. En la negativa de este Estado a establecer las bases sociales igualitarias siquiera en los
términos de su propia legislación. En definitiva, en la complicidad del régimen con una violencia que le sirve como
herramienta de control social.

Al querer explicarse las razones de la supuesta “politización”, Lanata termina reprochándole al 3J el reclamo de
libertad para Milagro Sala, detenida en el marco de un acampe frente a la Gobernación jujeña. El periodista vuela
bajo: su texto sobre la mujer parece más bien un pretexto para apoyar una medida de criminalización de la
protesta social. Pero en este caso, ni siquiera se ha detenido en hurgar sobre las diferentes razones que cruzan
al movimiento de la mujer en torno de esta reivindicación. Mientras el kirchnerismo reinventa la historia personal
de Sala a partir de su persecución por parte de Morales y el macrismo, nosotras no confundimos el reclamo de su
libertad con la reivindicación de su trayectoria política, caracterizada por haber montado un Estado paralelo
fundado en una gigantesca plataforma de trabajo precario durante gobierno kirchnerista.

Los voceros del régimen lamentan la “politización” del movimiento de mujeres, no por las circunstanciales
manipulaciones de los partidos de Estado, sino porque temen que su lucha y sus reclamos se fundan,
definitivamente, con el movimiento de los trabajadores y todos los oprimidos por su emancipación. A ese objetivo
apunta nuestra acción desde el Plenario de Trabajadoras.

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DISCURSO DE SOLEDAD SOSA EN EL ACTO DEL FIT EN
ATLANTA

“LA LUCHA POR LA LIBERACIÓN DE LA MUJER ES UNA LUCHA DE CLASES”


Compañeros, compañeras este año nuestro país se vio sacudido por enormes movilizaciones de masas contra la
violencia hacia las mujeres. Tan solo en ROSARIO nos encontramos 70 mil compañeras para deliberar, pero por
sobre todo para luchar y hemos sido miles marchando por Ni Una Menos
¡Y para nada se trata de una particularidad esta masividad, se trata del eslabón más fino de la sociedad que cada
menos de 30 horas está siendo víctima de femicidios!
Esta movilización de mujeres es política: porque es contra un régimen social que se opone a liberar a la mujer del
trabajo doméstico y de la posibilidad de una crianza social de los niños, con salarios de hambre, con
desocupación y falta de jardines infantiles en los trabajos y barrios y de un sistema de salud gratuito, con un
Congreso que no quiere votar el aborto legal.

PIQUETERAS
En la crisis del 2002, la mujer piquetera mostró que es irremplazable en la lucha por la revolución social,
hermanando a toda la clase obrera en oposición al Estado cómplice con la opresión y la violencia de la mujer,
destacó como el arma fundamental de nuestra lucha a la ORGANIZACIÓN INDEPENDIENTE DE LA MUJER
TRABAJADORA para una lucha de clases consecuente con toda la clase obrera argentina.
El Macrismo, Cornejo en mi provincia y todos los gobernadores, acuerdan presupuestos que priorizan pagar
deuda externa y rescatar a los empresarios a través de los tarifazos, de los despidos y salarios de hambre,
mientras que para los programas de “protección de víctimas de violencia de género” destinaron una MISERABLE
PARTIDA PRESUPUESTARIA, porque para este régimen social nuestras vidas ¡no tienen valor!
Contra esta realidad nos hemos levantado, ESTA LUCHA SE EXTIENDE EN TODO EL MUNDO, el Ni Una
Menos comenzó en México y atravesó todo el continente, se expresó más radicalizado en países como Polonia,
donde las mujeres fueron a un paro nacional contra un gobierno clerical para ganarle el derecho al aborto legal.

REBELIÓN POPULAR
Y acá también fuimos a un paro nacional de mujeres. El FEMICIDIO BRUTAL DE LUCIA fue el detonante, en una
ciudad gobernada por un fascista, donde prolifera el narcotráfico y redes de prostitución que no han vacilado en
ejecutar numerosos crímenes. LA TRATA DE PERSONAS se convirtió en el tercer negocio mundial, es indudable
que para eso cuenta con la protección estatal y de sus servicios de inteligencia y represión.
NUESTRO PROGRAMA NO ES LA PARIDAD DE GÉNERO EN LOS DIRECTORIOS DE LAS
CORPORACIONES O EN LA JUSTICIA CORRUPTA O EN LOS PARLAMENTOS DE DIETAS DE 200 MIL
PESOS AL SERVICIO DE LA EXPLOTACIÓN CAPITALISTA. NO PODEMOS SER FURGÓN DE COLA DE LOS
PARTIDOS OPOSITORES AL ABORTO LEGAL, QUE EN 8 AÑOS DE PRESIDENCIA DE CRISTINA NO
AVANZARON NI UN POCO EN LAS PRINCIPALES DEMANDAS, SOLO PREPARARON EL TERRENO PARA
QUE AHORA VIDAL-MACRI NIEGUEN EL ABORTO NO PUNIBLE.
NO PODEMOS DEBATIRNOS ENTRE TRUMP O HILARY, O DETRÁS DE ROUSEFF, O DE MERKEL
LA EMANCIPACIÓN FEMENINA PASA POR ABATIR A TODOS ESTOS ESTADOS E INAUGURAR UNA
SOCIEDAD SOCIALISTA DE HOMBRES Y MUJERES AUNADOS POR LA PASIÓN SUPREMA DE LA VIDA. EL
MIÉRCOLES EN NEGRO FUE UNA REBELIÓN POPULAR PORQUE cuando una compañera decide hacer lo
que no hace la CGT por el salario y contra los despidos, cuando una compañera decide ir a un paro nacional por
los reclamos de las mujeres está diciendo que para ganar hay que afectar la producción capitalista, hay que
atacar las relaciones sociales de producción. Por lo tanto, la lucha contra la violencia hacia las mujeres madura
hacia la idea de que es una lucha que se gana, ¡si gana la clase obrera!!
EL PLANTEO DE QUE NUESTRAS DEMANDAS puede avanzar bajo el capitalismo sin dar pelea, sin
organizarnos de manera independiente, es una idea muy antigua del feminismo adverso al gobierno obrero y
socialista. SOMOS CRÍTICOS de esta LIMITACIÓN y nos tenemos que esforzar por ganar a las mujeres que

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están dispuestas a combatir al régimen opresor desde la raíz mediante una lucha francamente política por un
gobierno obrero y socialista en todo el mundo.

UN ENCUENTRO MULTITUDINARIO EN CAPITAL


VENGO DE UNA FAMILIA QUE TRABAJÓ en fincas levantando cosecha para el vino de unos pocos, de abuelos
y padres ferroviarios, y ese interés social es el que defiendo militando en la izquierda y el Partido Obrero, por eso
como diputada cobro una canasta familiar. Pero ustedes escucharon a la diputada bodeguera mendocina Susana
Balbo reclamar que tiene que cobrar como una empresaria. Mientras las obreras y obreros de la viña no llegan ni
en las mejores vendimias a 12 mil pesos. ¿Quiénes pueden defender la vida de estos trabajadores? Las mujeres
del PRO, para nada!!! ¡¡Las mujeres del frente de izquierda tienen que jugar este papel!!
CRECE EL NI UNA MENOS, CRECE la denuncia de las responsabilidades estatales sobre los femicidios y la
lucha por el aborto legal, por primera vez las mujeres de la izquierda fuimos mayoría en el cierre del Encuentro
Nacional de Mujeres ganando que el próximo se haga en la capital. Esto tenemos que defenderlo, porque es al
centro del poder político donde tenemos que ir, para que seamos centenares de miles las mujeres que
arranquemos al gobierno nacional todas nuestras reivindicaciones, tenemos que defenderlo ante el boicot de las
organizaciones sociales que se llenan la boca hablando del patriarcado y machismo, pero que han formado un
FRENTE CON EL VATICANO para contener cualquier rebelión popular, a ese frente clerical contra la mujer,
tenemos que oponerle un FRENTE DE IZQUIERDA y un plan de lucha por el aborto legal.

LUCHA DE CLASES
¡Compañeras y compañeros, más que nunca la lucha por la liberación de la mujer no es una lucha de sexo contra
sexo, es una lucha de clases!
¡Los convoco a militar, a organizar en cada rincón de nuestro país un comité, un local, un organismo de
deliberación y acción del Frente de Izquierda para postular a la clase obrera como alternativa a la crisis, por un
gobierno obrero y socialista!!!”

Mujeres despedidas de la UTA Córdoba presentan denuncia ante


el INADI
15 de junio de 2017 [DESPIDOS DISCRIMINATORIOS]

Siendo el 6% del total de choferes, las mujeres son 40% de los despedidos/as.
En un gremio compuesto mayoritariamente por hombres, las trolebuseras y sus delegadas, Sonia Beas y Erica
Oliva, adquirieron un gran protagonismo en la lucha y fueron un impulso fundamental para el desarrollo de la
huelga en defensa del salario y contra la intervención sindical.
Los despidos son una violación de los acuerdos alcanzados entre los trabajadores y el ministerio de trabajo por
parte del intendente Mestre y las empresas.
Frente a los despidos, Sonia Beas señaló: "Hoy, como delegadas de los trabajadores de la empresa Tamse
Trolebuses, en su mayoría mujeres, hicimos efectiva la denuncia por discriminación ante el INADI, porque de los
aproximadamente 150 despidos ilegales efectuados por las empresas, 60 se concentran en Tamse Trolebuses.
Es decir, mientras las mujeres representamos solo el 6% del total de trabajadores del transporte, se concentran
en nuestra empresa el 40% de los despidos. No es casual que la gran mayoría de estos despidos ilegales
recaigan en compañeras ligados a la Lista de Unidad, siendo que recientemente recuperamos el cuerpo de
delegados luego de años de lucha".
Erica Oliva afirmó: "Se trata de una política de ataque al activismo y particularmente a las mujeres trabajadoras.
Venimos hace años resistiendo el vaciamiento del sistema de trolebuses, denunciando la liquidación de nuestras
condiciones laborales y exigiendo ser reconocidas dentro del Convenio Colectivo de Trabajo como mujeres
trabajadoras de trolebuses. Cuando nos organizamos para reclamar por nuestro salario, ante el miserable

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aumento del 8% para todo el año, Mestre y Schiaretti intentan represaliar al activismo más
combativo, persiguiendo como único objetivo aleccionar a las trabajadoras que nos organizamos".
“Esta política de disciplinamiento a las trabajadoras contrasta con la demagogia oficial en materia de género.
Mestre y Schiaretti nos condena por organizarnos” concluyó Beas.
Los trabajadores y trabajadoras del transporte han emprendido una intensa campaña por la inmediata
reincorporación de todos los despedidos. El Plenario el Plenario de Trabajadoras acompaña activamente esta
lucha, impulsando organización y solidaridad del conjunto del movimiento de mujeres contra este ataque
misógino y antiobrero.

Respuesta a una provocación contra el PO y el Plenario de


Trabajadoras
26 de septiembre de 2017 | Por Partido Obrero y Plenario de Trabajadoras

El texto anónimo que se está distribuyendo por las redes sociales bajo el título “Basta de violencia machista en
los partidos de izquierda” no es otra cosa que un ataque desembozado contra el Partido Obrero. Que sus autores
o autoras hayan elegido la clandestinidad para lanzar este ataque se explica por su carácter calumniador. No
merece otra calificación la especie difundida de que el PO estaría “encubriendo” a militantes o ex militantes
denunciados por violencia de género.

1- El texto anónimo llega a la increíble conclusión de que “las resoluciones de la organización por las que se han
expulsado violentos de género son parte de una trama encubridora en tanto esa misma organización se niega a
poner estos casos de violencia de género bajo la luz pública”. Efectivamente, tal como afirman, el PO ha
investigado y sancionado a los militantes denunciados por violencia de género, incluso con severidad. ¿De qué
nos acusan entonces? De rechazar el método del escrache público a estos acusados, algo que compartimos con
la inmensa mayoría de las organizaciones de izquierda que militan en el movimiento de la mujer. Sin embargo, lo
que debe ser un debate de posiciones se ha transformado en una acusación, exclusivamente contra el PO.

El Partido Obrero debió abordar situaciones de violencia en sus filas. Como no podía ser de otro modo, una
organización socialista no está exenta de que sus militantes sean alcanzados por la descomposición social del
capitalismo, e incluso de que ejerzan violencia contra sus compañeras. En más de un caso, esta situación
alcanzó a destacados obreros clasistas que cargaban con el peso de una tradición familiar opresiva y violenta. El
PO separó o suspendió la militancia de estos trabajadores y se dio un curso para contribuir a la superación del
comportamiento violento, en los casos que se consideraron pertinentes, para la construcción de una relación
igualitaria entre estos compañeros, sus parejas y la mujer en general. Algunos de ellos volvieron a la militancia.
Los “anónimos/as”, en cambio, practican una suerte de lombrosianismo feminista, la coartada que el feminismo
liberal siempre ha levantado para separar a la lucha de la mujer de la lucha general de los trabajadores. El
punitivismo, separado de cualquier acción transformadora de las conductas violentas o machistas, es un planteo
de división entre la mujer y el hombre al interior de la clase trabajadora. Al servicio de este planteo de punición
individual está la política de los escraches públicos que propugnan para militantes o ex militantes, y que implicaría
para todos ellos, sin distinción, una condena social definitiva. Nosotros, por el contrario, sostenemos que la lucha
por la transformación socialista de la sociedad es una apuesta a la transformación de quienes participan de ella,
en el curso de esa misma lucha. Esta es nuestra experiencia no sólo al interior del PO sino también del
movimiento piquetero, del cual fuimos y somos protagonistas, logrando que éste abrace la causa de los derechos
de las mujeres como nunca antes había ocurrido en un movimiento de características similares, desde finales de
la década del 90.

Con ello, no hemos hecho sino seguir la tradición histórica del movimiento socialista de la mujer, que ha
propugnado una política para las organizaciones obreras dirigidas a erradicar el machismo y la discriminación de
género por medio de la acción política y la persuasión. Pero, por la parcialidad del planteo, el direccionamiento
contra el PO y el contenido del texto en sí, dudamos mucho que este debate sea del interés de los o las escribas
del “anónimo”.

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2- El texto reclama al Partido Obrero revisar las “prácticas militantes” que “servirían de sostén a la violencia
patriarcal”, sin citar una sola “práctica” relacionada con la militancia partidaria que pueda tildarse de violenta de
género o discriminatoria hacia la mujer. Todos los casos mencionados en el texto corresponden a situaciones
relacionadas con la vida personal de los militantes involucrados. La “práctica militante” del Partido Obrero es
antagónica a la violencia de género y a cualquier expresión machista y, por tal motivo, en determinadas
circunstancias, cuando la investigación nos llevó a esa conclusión, las hemos calificado como incompatibles con
la militancia socialista. Mucho antes de que el movimiento de la mujer alcanzara la dimensión actual, el Partido
Obrero luchaba por todas las reivindicaciones de este movimiento –desde el fin de la violencia de género a la
lucha contra la trata de personas. Nuestros compañeros son aliados de la lucha de nuestro movimiento de la
mujer.

Nuestro partido anima una de las agrupaciones de mujeres más antiguas y sistemáticas del país entre las
organizaciones de izquierda. Hemos desarrollado una lucha no sólo en el terreno de la delimitación programática,
considerando a la cuestión de género como una forma de opresión del régimen social de explotación. También
nos hemos destacado por actuar, en todo el país, en todos aquellos casos en los que se pone en evidencia la
impunidad del Estado, tanto en hechos de violencia psíquica o física, como en casos de trata de personas u otras
formas de violencia institucional y estatal.

En el Partido Obrero, la batalla por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito no está confinada al ghetto de
alguna de sus “referentes mujeres”, como ocurre con los partidos de la burguesía mientras sus líderes –hombres
o mujeres– pactan con el clero el cajoneo del aborto legal.

Por sobre todas las cosas, las y los militantes del PO hemos sido educados en la lucha por el fin de todas las
opresiones, lo que implica luchar por una transformación social y por un gobierno de trabajadores. En cambio,
quienes se autoproclaman “de izquierda y feministas” pretenden erigirse en jueces de una organización militante
por los derechos de las mujeres y de todas las trabajadoras y trabajadores. Así, amalgaman hechos de diferente
orden y, sentenciados por los autores o autoras del texto, ofrecen nombres y datos como carne de cañón para las
patronales y para el Estado, homologando casos y situaciones que no tienen punto de comparación entre sí.
Actúan con los métodos de la delación policial (o de la calumnia stalinista, que es lo mismo en lo que respecta a
esta práctica).

3- El texto anónimo pretende “no colocarse al margen de las relaciones capitalistas o heteropatriarcales que
hemos heredado”. Sin embargo, sus autores o autoras arriban a la conclusión contraria de quienes abordaron
históricamente la cuestión de la mujer en esas “relaciones capitalistas”, es decir a partir de la lucha de clases.
Nos referimos, no sólo el socialismo revolucionario, sino al movimiento socialista por la emancipación de la mujer
en su conjunto, a lo largo de todo su derrotero. Esa conclusión es la siguiente: la superación de todas las formas
de barbarie que anidan en el capitalismo, el cual ha “resignificado” al patriarcado para colocarlo al servicio de la
opresión social general, comienza por la abolición del régimen de explotación del trabajo asalariado y la lucha por
una sociedad conscientemente regulada por los productores de la riqueza social. En el curso de la lucha por esa
emancipación social, batallamos por el fin de todas las lacras heredadas del pasado que hoy están presentes en
la sociedad. Pero los autores o autoras del texto anónimo siguen el camino contrario: dicen “desarrollar una
crítica y una práctica que nos permitan autoeducarnos conscientemente, revisando y cuestionando dichos
mandatos y privilegios, algo que debería ser prioridad en todas las organizaciones de izquierda”. La prioridad,
como se ve, no es la militancia revolucionaria, sino la “autoeducación” individivual. Desprovista la responsabilidad
material y simbólica del régimen social de explotación, el fin de la violencia machista, por lo tanto, sería
perfectamente compatible con la actual sociedad opresora, si los partidos que se reclaman revolucionarios
practican esta suerte de constricción individual. En nombre de ella, los autores o autoras abandonan la lucha
contra los partidos y Estados que cercenan todos los días los derechos de la mujer trabajadora, para en cambio
descerrajar un ataque grosero a un partido que lucha todos los días por sus reivindicaciones.

4- ¿Se puede discutir la cuestión de los escraches? Claro, pero quienes dicen ser defensores de este método no
han hecho ningún aporte –ni teórico ni mucho menos práctico– en ese plano: su ausencia de las luchas –
incluidos los “escraches”– es total. Al pequeño burgués liberal le gusta usar las redes para ocultar su ausencia de
la organización y de la lucha. Y eso que no han faltado oportunidades. Aunque el “escrache” no sea una práctica
común a todas las organizaciones, el anónimo dirige su veneno contra el PO. Se han producido fuertes denuncias
públicas por parte de las víctimas, un derecho que las asiste y que se transforma en una necesidad ante la falta
de respuesta, en esos casos en los que el violador, y de eso hablábamos, se encuentra protegido por el Estado
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bajo alguna de sus formas. Así fueron los casos de Cristian Aldana y de Dante Palma, cuando acompañamos a
víctimas que no eran escuchadas porque los autores de los agravios contaban con protección del Estado o de
algún poder institucional. No es el caso de ninguna de las situaciones que involucraron a militantes o allegados al
PO.

Otro capítulo del texto anónimo lo ocupa el atropello a denunciantes y víctimas que no dieron su acuerdo para
efectuar el “escrache” ni con la calificación utilizada para con el escrachado. Las mujeres tienen derecho a tomar
la palabra, no corresponde que sean sustituidas por otras u otros que se arrogan ese derecho de manera
inconsulta. Esta realidad ha colocado a algunas compañeras en situaciones que ellas no buscaron por imposición
de los o las autoras del “anónimo”. Esta actitud contrasta con el acompañamiento hacia las víctimas y el respeto
de sus decisiones llevada adelante por los compañeros del Partido Obrero.

Ahora bien, ¿es el escrache el método “más extremo” para la denuncia de un violento? El escrache personal
desprovisto de cualquier contenido de denuncia al Estado es la forma de desviar una causa, lo cual asume una
profunda gravedad en estos tiempos de crecimiento de la organización de la mujer. Por cada mujer “salvada” por
un escrache, objetivo que el anónimo dice perseguir, miles son introducidas en la violencia, ya que la
personalización produce un efecto de confusión y desvía la denuncia sobre el régimen que produce y reproduce a
escalas de barbarie esta realidad.

El escrache individual, en esas condiciones, pretende salvar las propias consciencias de quienes lo propugnan,
con una acción reaccionaria que absuelve al Estado y desvía al movimiento de sus objetivos históricos. Para una
socialista, éstos son derrocar al sistema de explotación y barbarie. Sólo así la mujer podrá ser liberada del yugo
del sometimiento y de la violencia.

5- El movimiento socialista de la mujer ha propugnado una política para las organizaciones obreras dirigidas a
erradicar el machismo y la discriminación de género por medio de la acción política y la persuasión. Del mismo
modo, luchamos para que los sindicatos obreros aborden abiertamente la violencia de género con los mismos
métodos, y denunciamos a la burocracia sindical –que es, en sí misma, la síntesis de todas las formas de
violencia contra la organización obrera independiente– como cómplice de la violencia a la mujer. El feminismo
liberal, en cambio, quiere sustituir esa intervención política por el punitivismo. De ese modo, reproduce al interior
de las organizaciones obreras el método con el cual el Estado aborda la violencia de género, que consiste en
servirse de este flagelo para reforzar su poder de coacción y represión.

El Plenario de Trabajadoras ha surgido y crecido a la luz de definiciones socialistas claras respecto del tema de la
opresión de la mujer. La tendencia que expresa el anónimo es liquidacionista con relación al enorme movimiento
que hemos forjado. Por nuestra parte, seguiremos trabajando para desnudar la responsabilidad del Estado
capitalista sobre la opresión de la mujer y para hacer consciente que la violencia contra la fracción mayoritaria de
la clase obrera es funcional a la reproducción de un Estado y un régimen fundado en la explotación social.

Seguiremos trabajando por reeducarnos en nuevos vínculos entre hombres y mujeres, entre identidades diversas,
uniendo al movimiento de la clase obrera con la estrategia del socialismo, lo que plantea, en primer lugar, la
consciencia de pertenencia de clase; seguiremos trabajando en la unidad de la familia obrera forjada en el
compañerismo y en la lucha común contra la opresión, y no en el modelo familiar católico del capitalismo, que es
el del sometimiento contra niños y mujeres, al servicio de la explotación capitalista. Seguiremos trabajando para
erradicar todas las lacras del capitalismo de las filas obreras, ya sean aquellos que hacen a la violencia de género
como los que suponen un trabajo más o menos consciente de complicidad con la intención del Estado de destruir
a las organizaciones revolucionarias y todos los que se presenten.

Seguiremos desarrollándonos como corriente de la clase obrera por los derechos de las mujeres, en una lucha
mancomunada junto a sus compañeros de clase.

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#NiUnaMenos: De la era K a la era M
13 de octubre de 2017 | Por Vanina Biasi

Desafíos del movimiento de mujeres

Las mujeres nos movilizamos masivamente bajo el gobierno de CFK y bajo el gobierno de Macri. Las razones
sobraban y siguen sobrando: nuestro país es de los países con el índice más alto de América Latina en materia
de femicidios; la desaparición de mujeres y niñas para el negocio de la explotación laboral y sexual es moneda
corriente y ha crecido bajo los dos gobiernos; la brecha salarial entre hombres y mujeres se ha mantenido en un
27%,; la educación sexual se imparte de acuerdo a prejuicios y principios clericales sin que el gobierno nacional
establezca un contenido común para los diferentes niveles educativos. El kirchnerismo le dejó al macrismo una
herencia de acuerdos con el clero que le permiten a este último establecer una línea de continuidad en esta
materia que está lejos de la grieta proclamada y agitada especialmente en el periodo preelectoral.

Macri recortó programas del Ministerio de Salud y de Educación. También colocó a una conocida feminista a la
cabeza del Consejo Nacional de las Mujeres, hoy Instituto, e incrementó su presupuesto -durante todo el período
kirchnerista el mismo era el equivalente al pago de los sueldos de sus funcionarias. Todo el andamiaje de
asistencia a la mujer es precarizado, por lo tanto está imposibilitado de cumplir su cometido. Los agentes del 144
son escasos, cobran poco y no cuentan con las herramientas para dar respuestas ni para ser contenidos ellos
mismos ante los dolorosos relatos que deben escuchar. El personal que contratarán en el nuevo Instituto de las
Mujeres es todo precarizado, todo monotributista. El presupuesto extraordinario el año pasado, así como sucede
en Caba, se usa para subsidiar a ONGs privadas amigas del gobierno. Los organismos destinados a la mujer en
las provincias han beneficiado con cargos a algunas carreristas mientras la situación de la mujer empeora día a
día. El caso de Libres del Sur que integra estos organismos en los gobiernos de Salta (FpV-PJ) y de Mendoza
(Cambiemos), pone de relieve el uso de los mismos para ocultar las políticas enemigas de las mujeres,
maquillando políticas de ajuste con “perspectiva de género”.

El kirchnerismo se negó a reglamentar partes sustanciales de la ley contra la violencia de género y a dar
presupuesto al organismo que debía encargarse de su implementación. Sobre aborto la herencia es clara:
cajonearon el expediente y usaron las firmas de parte de su bloque para distraer al respecto de su alianza
estratégica con el clero. CFK designó como Ministra de Salud a la clerical Graciela Ocaña en su primer gobierno.
Entregó la redacción final de la Ley de Educación Sexual Integral a la iglesia y definiciones importantes en el
nuevo Código Civil y comercial, que otorga al culto católico un estatus jurídico similar al de una provincia y
enuncia el origen de la vida humana en los términos que reclamaba el vaticano. Cuando intentó modificar el
Código Penal disciplinó a la comisión armada para que no se modifique la penalización del aborto. Entregó la
educación pública al clero, encubriendo a los gobiernos que imponen educación confesional -todos de su espacio
político, como el de Tucumán o de Jujuy- y a los que incluso lo consagraron por ley como Urtubey en Salta. El
avance de la iglesia ha sido muy profundo y en este avance está el germen de la profundización de la barbarie
misógina y machista que hoy se desata sobre la sociedad.
La lista sigue de la mano de la perpetuación de la precarización laboral a través de las cooperativas, de la
ausencia de creación de empleo genuino, del encarecimiento del acceso a la vivienda, de la negativa a extender
las licencias por maternidad y paternidad. Subido al pacto con la burocracia sindical y los bloques del PJ, Massa y
del FpV, el año pasado el macrismo logró hacer aprobar una “Ley Omnibus” que elevó la edad jubilatoria de las
mujeres que podrán acceder al subsidio allí aprobado. El ajuste y la pauperización de las masas sólo puede traer
un destino más trágico para las mujeres.

Cancha despejada para el macrismo

Con este antecedente la cancha quedó despejada para el macrismo. Aunque Macri no es la primer opción de
Francisco, que está detrás de la reconstrucción del PJ, si es la primer opción de la burguesía y por lo tanto
Francisco se alinea. Macri defiende la primacía del Vaticano en nuestro país y para eso ya está en tratamiento
una ley mal llamada de “Libertades religiosas” tendiente a habilitar la inserción de la educación religiosa en la
escuela pública como ocurre en Salta. Para ejecutar su orientación el macrismo apela a una politica de desvíos,
como lo es la paridad de género sin aprobar una sola ley de las que reclama el movimiento de mujeres. También
aprovecha los crímenes contra las mujeres para incrementar el punitivismo del Estado.
18
Perspectivas

Frente a esto, el desafío del movimiento de mujeres es plantarse de manera independiente de las organizaciones
del régimen que defienden la explotación y las alianzas con el Vaticano.

Retomemos las asambleas, despojemos al movimiento de sus ataduras, coloquemos el eje en la cuestión de las
reivindicaciones laborales para enfrentar la reforma en curso, lo cual requiere luchar contra las burocracias
sindicales de todo pelaje, por la asistencia a las mujeres violentadas, integral con presupuesto adecuado y en
manos de las organizaciones de lucha, por el desmantelamiento de las redes de trata y por el derecho al aborto
legal seguro y gratuito. Nosotras tenemos todo lo que se necesita para lograrlo. Fuera los gobiernos ajustadores y
postrados frente al clero. Viva la lucha de las mujeres organizadas.

Balance del 32° Encuentro Nacional de Mujeres Chaco


19 de octubre de 2017 | Por Carla Deiana y Vanina Biasi, por el Plenario de Trabajadoras

Las miles de mujeres que llegamos a Chaco para poner en pie el XXXII Encuentro Nacional de Mujeres da
cuenta de la vitalidad de un movimiento que en 2015 sacudió al mundo con el grito ¡Ni una Menos!

Obreras, trabajadoras, estudiantes, originarias, desocupadas, intelectuales, organizaciones sindicales y políticas


de Argentina y América Latina, deliberaron en los talleres e inundaron las calles de Resistencia el domingo con
las demandas más acuciantes en defensa de la vida de las mujeres: aborto legal, desmantelamiento de las redes
de trata, basta de violencia y femicidios, por el fin de la discriminación laboral y la desocupación, educación
sexual, derechos para el colectivo LGTBI, separación de la Iglesia del Estado -que bajo múltiples formas y
consignas recorrió la marcha de cierre del Encuentro.

La juventud fue sin dudas la gran protagonista de este Encuentro, como continuidad de la enorme batalla que
viene dando contra la reforma anti educativa que impulsa Macri para devaluar, aún más, los cuerpos y las
conciencias de los jóvenes, y profundizar la cuña al interior de la clase obrera que supone la precarización
laboral.

La bandera de educación sexual laica tuvo un enorme protagonismo, en manos de docentes y estudiantes
combativas.

El repudio a la reforma laboral en curso y a la reforma educativa estuvieron en el centro de los talleres, como así
también los debates entre abolicionismo y trata de personas vs el impulso al “trabajo sexual” que Ammar trasladó
al Encuentro en base a un enorme lobby que el proxenetismo viene protagonizando.

En los talleres barriales los debates se centraron entre las organizaciones cooptadas por el Estado como el Evita
y la Ctep y las del Polo Obrero, que denunciaron la precarización laboral, la perpetuación de modalidades
precarias y fuera de convenio que explota el Estado en todo el país y cómo esa vulnerabilidad impacta en la vida
cotidiana de las mujeres más allá de lo laboral, dejándolas a merced de los punteros.

En los talleres trans se denunció a quienes defienden la prostitución como trabajo, y la discusión avanzó en la
búsqueda de acciones para avanzar y lograr que se cumpla con el cupo trans en todo el país y se apruebe el
proyecto de ley de la banca del FIT en este sentido.

El documento de apertura elaborado por la facción PCR del movimiento tuvo el contenido de las lobbistas de los
reclamos de coparticipación en los términos en que lo reclaman los gobernadores y de los reclamos patronales al
respecto de la industria, sin registro de los reclamos laborales de los y las trabajadoras. La referencia crítica a la
relación entre el Estado y la Iglesia es apenas un pasaje en el que se dice que el Estado debe ser laico y el
rechazo al proyecto de ley de “libertades religiosas”, sin siquiera incursionar en la larga lista de reclamos contra el
clero que tiene el movimiento de mujeres y la injerencia de aquel sobre los gobiernos. El documento habla al
pasar de desaparición forzada, sin siquiera mencionar el nombre de Santiago Maldonado en ningún pasaje, un
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tema central de libertades democráticas que abrazan millones en todo el país pero que en el ENM fue dejado de
lado por las organizadoras.

ENM y gobierno chaqueño

La combatividad de las mujeres que participaron del Encuentro contrastó fuertemente con el accionar político de
la Comisión Organizadora (CO), dominada por el PCR y el PJ. Luego del fraude perpetrado en Rosario, donde
enajenaron la voluntad mayoritaria de las mujeres de que el ENM se realizara en Capital Federal, sin otro apoyo
político, se aprestó a consumar un salto en su integración al Estado incorporando a Jorge Capitanich a la CO y
arribando a compromisos con la mesa interreligiosa de la provincia que las llevó a silenciar la campaña fascista
en curso en la etapa previa al ENM.

En una nota editorial en Diario Chaco publicada el día lunes 16 de octubre, el ex jefe de gabinete de Cristina
Fernández y actual intendente de Resistencia, Capitanich, se vio obligado a salir a aclarar que “nosotros no
hemos organizado el evento”, atrapado en la contradicción entre su intento de hacer demagogia política con la
cuestión de género al participar de las reuniones organizativas, y la ofensiva de radicales, el Pro y el clero contra
el Encuentro. Por si alguien tenía dudas sobre sus verdaderos compromisos, en la misma nota recordó los versos
del “padre nuestro” y un pasaje de la Biblia, para colocarse como una “víctima” más, pero tolerante, de los
reclamos de las mujeres contra la Iglesia, protectora serial de los curas pedófilos y garante del ajuste y de los
pactos entre la burocracia sindical, los movimientos sociales y el gobierno.

Las mujeres no se dejaron amedrentar por la campaña de hostigamiento y persecución montada por la Iglesia
católica, la evangelista y punteros del PRO y del PJ, para separar al pueblo chaqueño de las mujeres luchadoras.
Los gobiernos de Domingo Peppo y Jorge Capitanich dejaron correr esta campaña, incluso avalando la cobertura
de su policía al ataque fascista contra las mujeres en la Plaza 25 de Mayo, sucedido el día lunes.

El Plenario de Trabajadoras

La delegación del PdT, una de las más numerosas tal como destacaron los diarios locales, llevó a cada instancia
de movilización el reclamo de aparición con vida de Santiago Maldonado y encabezó su columna con dicha
demanda. En los talleres también centramos nuestra actividad en la denuncia de la reforma laboral y educativa en
curso.

Junto a la presencia numerosa de los Familiares de Víctimas de la impunidad de Tucumán se reagruparon


numerosos casos que viajaron de distintas provincias del país, demostrando la profundidad del trabajo político
que las compañeras dan día a día en las barriadas, los lugares de estudio y de trabajo, contra las redes de trata y
la desaparición de mujeres y niñas, por el fin de la violencia y justicia para las víctimas de la prepotencia estatal y
la descomposición de sus fuerzas de seguridad.

Mientras otras fuerzas se sustrajeron de dar esta batalla política en nombre de las elecciones, las mujeres
luchadoras del Plenario de Trabajadoras y el Partido Obrero nutrieron una vez más la batalla política por la
emancipación de las mujeres que necesita, como nunca, terminar con este régimen de barbarie social.

La presencia de nuestras parlamentarias y de las candidatas del Partido Obrero en el Frente de Izquierda,
fisonomizó la pelea que dio el conjunto de la delegación por el voto al FIT el próximo domingo 22 de octubre, para
reforzar las demandas de las mujeres en las calles y los parlamentos. En el acto del día domingo, Soledad Sosa,
Romina Del Plá y Vanina Biasi, dieron cuenta de la batalla que como organización venimos dando por el aborto
legal en el Congreso de la Nación, la defensa de los convenios y salarios, y por la puesta en pie de un
movimiento de mujeres masivo e independiente de los gobiernos y la Iglesia para arrancar todas nuestras
demandas.

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Salta: La batalla por los derechos de la mujer en el Senado
9 de noviembre de 2017 | #1481 | Por Gabriela Cerrano

En el Senado de la provincia de Salta, por iniciativa del Partido Obrero, se aprobó una ley que crea una licencia
especial para que las trabajadoras estatales se realicen estudios ginecológicos y mamarios. La misma busca
prevenir enfermedades tan graves como el cáncer de mama o de cuello de útero. Ahora, vamos por su sanción
completa en la Cámara de Diputados.

La ley original, presentada por la senadora Gabriela Cerrano, contenía también la restitución del día femenino.
Sin embargo, el oficialismo negó este derecho para las mujeres con argumentos ultrarreaccionarios y patronales,
que iban desde la imposibilidad de controlar que la mujer efectivamente esté menstruando cuando toma la
licencia, que se debe “poner un límite hasta la menopausia” o directamente que genera desigualdad ante el
hombre. Con este tipo de excusas se reemplazó el artículo de día femenino del Estatuto Docente por un permiso
médico que a las mujeres raramente se les otorga, ya que el ciclo menstrual no es una enfermedad. De esta
manera se les impone trabajar aunque estén soportando cólicos muy dolorosos o poniendo en riesgo su salud, si
es que además toman alguna otra medicación.

Si bien el día femenino fue eliminado como derecho laboral de los convenios colectivos de trabajo, con la
complicidad de la burocracia sindical, éste debería ser restituido por cuestiones de salubridad. Mientras que los
médicos recomiendan evitar el consumo de ibuprofeno, toda una franja de trabajadoras lo consume
excesivamente para cumplir con su jornada laboral.

La igualdad de derechos a la que se refieren los senadores oficialistas es, en realidad, un ariete contra la mujer y
la real igualdad que reclaman las mujeres. El Estado de Urtubey, caracterizado por violentar todos los derechos
de las mujeres, es incapaz de reconocer siquiera los más elementales, como el día femenino o el aborto no
punible. En definitiva, el problema no es de presupuesto sino de disciplinamiento sobre la mujer trabajadora.

Con nuestra organización de mujeres, el Plenario de Trabajadoras, estamos en una campaña hacia los
trabajadores estatales impulsando la aprobación de leyes, como las salas maternales en los lugares de trabajo y
el día femenino y de licencia para estudios médicos, en el camino de fortalecer la organización y la lucha por
nuestros derechos. Esta es una tarea clave para enfrentar la destrucción de conquistas y derechos laborales que
implica el ajuste capitalista que impulsan Macri y Urtubey.

Las mujeres y las reformas antiobreras


Vanina Biasi

Desde hace varios años las mujeres han sido el sector más dinámico y movilizado en defensa de sus derechos y
en búsqueda de un cambio de paradigma que es la base misma de este régimen social de explotación y que
tiene a la violencia contra la mujer como uno de sus principales pilares.
“Ni Una Menos” fue bautizado el grito de las mujeres para terminar con la violencia, la discriminación en todos los
terrenos y contra los femicidios que se suceden a diario. La respuesta del Estado y sus gobiernos a este clamor
ha sido reforzar las condiciones que llevan a esta situación: privatización de la asistencia a la mujer,
profundización de las relaciones con el clero, precarización laboral, desocupación, incremento del costo de vida,
rechazo a impartir educación sexual científica y refuerzo del punterismo en las barriadas, a través de
organizaciones cuya finalidad es la de contener la organización y la lucha contra el ajuste.
Las reformas en curso están directamente relacionadas con una declaración de guerra contra la clase obrera y
particularmente contra las aspiraciones de las mujeres expresadas en masivas movilizaciones en las calles.
Reformas previsional y laboral

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La reforma previsional no solo extiende el trabajo femenino 10 años más, desconociendo que las mujeres somos
doblemente explotadas, ya que sumamos al trabajo asalariado el cuidado de la familia, el trabajo doméstico. Otro
ataque fundamental de esta reforma a las trabajadoras de edad mediana es que multiplica las razones por las
cuales deberán ocuparse de los mayores de la familia. El golpe contra los ingresos de los jubilados es también un
golpe a ellas.
La orientación de precarización laboral que persigue el paquete que pactaron el gobierno y la CGT es también
una política que perjudicará particularmente a las mujeres. En el mercado laboral actual, la diferencia salarial que
existe entre hombres y mujeres se mantiene desde hace años en el 27,6%. Pero esta discriminación se
profundiza entre la clase obrera más precarizada, que representa un tercio de la mano de obra ocupada, realidad
que la reforma laboral pretende extender a todos los trabajadores, alcanzando una grieta en esta franja del 40%
de diferencia salarial entre los dos sexos.
El universo de acceso a derechos que es necesario conquistar para materializar una vida más equitativa para las
mujeres, es contrario al avance de las reformas en curso y al régimen capitalista en decadencia.
Desde mucho antes las burocracias sindicales habían entregado conquistas mediante la firma de convenios a la
baja. La reforma laboral ya comenzó con la firma de paritarias del ex ultra kirchnerista Andrés Rodríguez de
UPCN. Así abrió paso a los despidos en el Estado y a la implementación de presentismos que incluso violentan
los derechos de las mujeres que deben tomarse licencias por maternidad, entre otros.
“El país quedó bien posicionado en el ranking de empoderamiento político, la historia es otra en la esfera
económica. De acuerdo a las estimaciones del Foro Económico Mundial, Argentina se encuentra en el puesto 111
en relación a la igualdad entre varones y mujeres en relación a la participación económica y oportunidades. Esto
implica que el país no solo se encuentra prácticamente en el fondo de la tabla en lo que respecta a la paridad en
el mundo laboral y económico, sino que además bajó 10 posiciones con respecto a 2016”, señala el portal
Economía Feminista (24/11).
Mientras que en lo que respecta a “empoderamiento político” la Argentina se ubica entre los primeros países del
mundo, el país se va al fondo de la tabla en lo que respecta a realidad económica. Esta es la síntesis perfecta al
respecto de un diagnóstico que señalamos hace tiempo. El llamado empoderamiento político de la mujer no
puede ser separado de sus objetivos de clase. El poder está siendo ejercido en favor de una clase social cuyos
objetivos y planes son contrarios al empoderamiento de las mayorías de las mujeres.
La Argentina es el primer país del mundo que –bajo el menemismo– aprobó el cupo femenino. Hoy está a la
vanguardia de leyes que promueven una forma de paridad en los parlamentos que pretenden presentarse como
favorables a “las mujeres”. Esas paridades estuvieron colocadas al servicio de un embellecimiento de un régimen
que se disponía y dispone a golpear a las mayorías populares, a afianzar sus vínculos con la Iglesia y a beneficiar
el incremento de la tasa de beneficio capitalista por encima de las necesidades de las mujeres de terminar con la
discriminación y la opresión.
Los mismos bloques que se presentan progres por el impulso a la paridad de género en el armado de listas
electorales, son los que aprueban una u otra reforma reaccionaria contra las mujeres trabajadoras, jubiladas y
amas de casa. A esta maniobra que usa las luchas de las mujeres para edulcorar un ajuste se presta una de las
corrientes del Frente de Izquierda, el PTS.
El mundo capitalista avanza en materia de precarización laboral e incluso en la esclavitud y ese esquema social y
económico es incompatible con el fin de la violencia hacia la mujer al que aspiramos las miles que estamos de
pie. La violencia contra la mujer cumple un servicio a los ajustadores en su carácter de mecanismo de control
social y es en este terreno donde entra en escena con fuerza el Vaticano, que orienta su política a la
reconstrucción de bloques políticos de la burguesía en crisis y que trabaja usando a los movimientos sociales
como instrumento para la contención.
El antecedente de esta reforma laboral y de la previsional estuvo estampada en la llamada “ley ómnibus”
aprobada en 2016, que quitó el estatus de jubilación para las mujeres sin aportes y lo convirtió en un subsidio,
extendiendo a su vez la edad jubilatoria para poder acceder al mismo –haciendo desaparecer la posibilidad de
optar por la jubilación a los 60. Este antecedente fue aprobado por integrantes de todos los bloques, menos del
Frente de Izquierda.

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Las mujeres paramos cuando las centrales sindicales se negaban a hacerlo. Pusimos de relieve la profunda
extensión y las raíces económicas y sociales de la violencia contra la mujer. Nos tenemos que orientar
fuertemente a integrar junto al conjunto de la clase obrera la lucha contra el ajuste y todas las medidas que
configuran la base material de las peores violencias contra las mujeres.

"¡Abajo el patriarcado, el capitalismo, el imperialismo y el


colonialismo!"
24 de noviembre de 2017 | Prensa Obrera

Documento unitario leído en el acto por el Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer.
Cada 25 de noviembre nos encuentra a las mujeres de toda América Latina y el mundo, organizadas en las calles
de cada país, en el día de la lucha contra toda forma de violencia hacia las mujeres. Este día representa un
histórico y continuo repudio al brutal asesinato de las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, militantes
políticas por las libertades democráticas, sucedido en 1960, en manos de la dictadura de Rafael Trujillo en la
República Dominicana. Esta fecha fue elegida en el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe en
1981.

Más de medio siglo después, en un contexto latinoamericano y mundial, donde el ajuste y la represión golpean
directo a las mujeres, a las y los trabajadores, a las luchas sociales, pueblos originarios y disidencias sexuales,
consideramos indispensable recuperar el origen del Día Internacional de la No violencia contra las Mujeres. Por
eso salimos a las calles, marchamos y nos encontramos hoy en Plaza de Mayo, donde nuestros cuerpos se
convierten en lucha y contra el saqueo, la explotación, la violencia patriarcal y la muerte; con el ejemplo de las
hermanas y Mariposas Mirabal, Berta Cáceres, Laura Iglesias, Sandra Cabrera, Nilda Eloy y como tantas otras
mujeres de toda nuestra América y el mundo. Para amplificar nuestras voces en un grito colectivo:

¡Abajo el patriarcado, el capitalismo, el imperialismo y el colonialismo!

Este 25 de noviembre estamos una vez más en las calles, para enfrentar el ajuste y todos los ataques que lleva
adelante Mauricio Macri junto con los gobernadores y gobernadoras en las diferentes provincias del país. Y esta
convocatoria se inscribe en las enormes movilizaciones populares y del movimiento de mujeres, como lo son los
históricos Encuentros Nacionales de Mujeres, el Ni Una Menos, el Paro Internacional de Mujeres, el Paro del
miércoles negro del 19 de octubre, la lucha contra el 2x1 y el esclarecimiento de la desaparición forzada y
asesinato de Santiago Maldonado.

Nosotras NO NOS CALLAMOS MÁS y nos apropiamos del espacio público con coraje, para denunciar las
violencias que sufrimos:

Al menos 1 femicidio por día

Los crímenes de odio, travesticidios y transfemicidios

Las muertas y presas por abortos clandestinos

Nuestras mujeres desaparecidas por las redes de trata con fines de explotación sexual y laboral

La violencia y el hostigamiento por parte de las fuerzas policiales, ante nuestra disidencia sexual, avalados por
los códigos contravencionales vigentes y el protocolo represivo contra la comunidad LGTTTBIQ+ de Patricia
Bullrich.

El disciplinamiento para la sumisión de nuestros cuerpos a base de violencia psicológica, verbal y física. El acoso,
el abuso y la violación, de los cuales el Estado también es responsable.

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El recorte presupuestario por parte del gobierno, hacia las políticas públicas para la erradicación, prevención y
sanción de la violencia contra las mujeres.

La precarización laboral, la doble jornada laboral que se nos impone.

La precarización de la vida, el ajuste económico, los tarifazos

La pobreza que nos golpea doblemente a nosotras de la mano de las políticas de recortes y ajuste, feminizando
la pobreza.

Esta movilización confluye con las luchas de todo el país que protagonizamos las mujeres y el pueblo
trabajador, contra las brutales reformas antipopulares y antiobreras que impulsa el gobierno de Macri,
con el apoyo de los gobernadores, la oposición patronal y con la complicidad o inacción de las
dirigencias sindicales de la CGT y la CTA.

Mientras congelan los salarios y se proyectan paritarias de miseria, los tarifazos arrecian en todos los servicios,
beneficiando a los pulpos energéticos que desde hace décadas llevan adelante el vaciamiento.

Estas medidas sólo agravarán el cuadro de violencia social contra nuestras familias: sin trabajo, sin vivienda, sin
comida, sin escuelas públicas ni hospitales, recortando todo lo que esté a su paso, deteriorando las precarias
políticas públicas, sólo habrá más violencia social y estatal hacia las mujeres.

Por eso decimos: ¡No a los tarifazos! ¡Abajo la cobertura universal de salud y los operativos anti-educativos y
privatistas! ¡Unidad de las trabajadoras y trabajadores para derrotar la reforma laboral, previsional e impositiva
contra el pueblo trabajador! ¡Paro general y plan de lucha!

Las mujeres somos mayoría entre los desocupados, desocupadas. La brecha salarial en comparación con los
varones por la misma tarea es el del 27%. Mientras que la informalidad y la precarización golpean mayormente a
las mujeres de la economía popular. Los hogares más pobres entre los pobres, son lo que tienen a mujeres solas
con hijos/as a cargo. La reforma a la baja de los convenios colectivos de trabajo golpearán doblemente a las
mujeres trabajadoras, que ya nos vemos privadas de derechos elementales como los jardines infantiles, lactarios,
licencias adecuadas, y somos quienes sufrimos el acoso laboral y mayormente los despidos arbitrarios. Es lo que
sucederán con la cláusula del presentismo que han pactado los gobiernos con las burocracias sindicales, que
depreciarán aún más nuestros salarios, siendo que las mujeres somos las principales cuidadoras gratuitas de la
niñez y los adultos mayores. Desde esta jornada de lucha repudiamos el convenio leonino contra las mujeres
empleadas de casas particulares cerrado por la CGT de $8.000. Esta entrega involucra a más de un millón de
mujeres, el 20% de la fuerza de trabajo femenina ocupada.

Basta de despidos y suspensiones. Ningún despido de trabajadoras y trabajadores estatales. Ocupación de toda
fábrica y dependencia que cierre o despida.

No a la reforma laboral. Defensa de los convenios colectivos de trabajo. Salario igual a la canasta familiar.

No al aumento de la edad jubilatoria. 82% móvil para nuestras jubiladas y jubilados

¡Por la unidad de las y los trabajadores para derrotar el ajuste!

El presupuesto 2018 expresa el ajuste venidero hacia las áreas más sensibles para garantizar un
acompañamiento a mujeres, trans y travestis en situación de violencia. No existe ningún plan real para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres de la mano de los gobiernos ajustadores, que desmantelan
los ya insuficientes programas abocados a la prevención y asistencia de casos de violencia, con trabajadoras
precarizadas y sin instrumentos para actuar adecuadamente. Como lo vienen denunciando las trabajadoras de la
Dirección de la Mujer de la Ciudad de Buenos Aires, el magro presupuesto destinado a la atención de las víctimas
de violencia de género está siendo tercerizado en ONG privadas, muchas de ellas de cuño clerical y amigas del
gobierno. Mientras tanto se continúa incumplimiento la creación de centros integrales de asistencia a la mujer.
Reclamamos la creación de centros de atención con equipos interdisciplinarios en planta permanente y el fin del

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vaciamiento de las áreas de asistencia. Construcción de casas refugios adecuadas y asistencia económica
equivalente a la canasta familiar para las víctimas de violencia a cargo de Estado:

Exigimos la implementación ya de la ley 26.485 con un presupuesto acorde.

¡Basta de vaciamiento de la asistencia a la mujer!

¡Asistencia integral YA bajo control de las trabajadoras de los programas y organizaciones de mujeres!

También exigimos que el Estado garantice el acceso a la vivienda, el trabajo digno y a la salud, para las víctimas
de trata. Así como también el asesoramiento jurídico gratuito para las víctimas y sus familias, para garantizar una
correcta re inserción de esas niñas y mujeres que han visto sus derechos humanos vulnerados. Reparación del
daño y restitución de derechos con efectivas políticas públicas de salud, trabajo educación y vivienda, para las
personas que quieran salir de la prostitución.

A su vez, el recorte de programas y presupuestos orientados a la erradicación de la violencia de género y la


efectivización de nuestros derechos, los despidos masivos, la ausencia de políticas que promuevan condiciones
igualitarias en el acceso al trabajo para mujeres, lesbianas, gays, trans y travestis y la falta de políticas que
garanticen nuestra soberanía total sobre nuestros cuerpos muestran el carácter reaccionario y misógino del
Gobierno.

El ajuste se viene sobre nuestras espaldas con más desocupación, mayor precariedad en nuestras condiciones
de vida, con criminalización de las mujeres migrantes que sufren la xenofobia y el racismo de los gobiernos.
Estas luchas y demandas pendientes nos exigen salir a la calle, redoblar la apuesta por la organización colectiva
y la unidad de quienes luchamos día a día.

Exigimos la igualdad de condiciones para el acceso al trabajo.

Exigimos trabajo genuino para las trabajadoras víctimas de trata.

Basta de represión, persecución, abuso y extorsión policial a las trabajadoras sexuales y a las personas en
situación de prostitución. Exigimos la derogación de los artículos contravencionales que permiten mantener
detenidas sin orden judicial a cualquier persona y que criminalizan el ejercicio de la prostitución en 18 provincias.

Sabemos que para que el ajuste sea mayor, mayor será el accionar violento de las fuerzas represivas del Estado.
La acción de todas las instituciones del Estado ante la violencia contra las mujeres y los femicidios es de total
complicidad: comisarías que maltratan y se niegan a recibir o cajonean las denuncias, jueces y funcionarios que
amparan a toda la cadena de violencia contra las mujeres y garantizan la impunidad.

¡Destitución de los jueces y funcionarios que amparan a los violentos! Reivindicamos a las miles de mujeres y
familiares que se organizan para salir de estas situaciones violentas y tomar el camino de la lucha, como se
demostró masivamente en el Ni una menos y cada vez que salimos a defender nuestros derechos. Justicia para
las víctimas de violencia.

Desprocesamiento de las y los más de 5000 luchadores populares. Libertad inmediata a todas las presas
políticas de nuestra América. Libertad a Milagro Sala. También exigimos el cese de hostigamiento judicial a la
dirigente mapuche Moira Millán. Basta de persecución, encarcelamiento y demonización de las comunidades que
resisten al saqueo y el extractivismo de los bienes comunes, a manos del poder económico concentrado.
Derogación de todas las leyes represivas y del DNU antinmigrantes de Macri

Denunciamos que el gobierno de Cambiemos busca disciplinar y someter a las mujeres y a las lesbianas, Gays,
Travestis, Trans, Bisexuales, Intersex y todas las identidades sexuales disidentes, como bien quedó claro en la
publicación anunciada mediante el Boletín Oficial del Protocolo para la detención del colectivo LGTTTBIQ+. Una
aberración que no sólo garantiza que la violencia héteropatriarcal se cumpla a base de violencia sobre nuestros
cuerpos disidentes.

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Repudiamos el protocolo para la detención de personas LGTTBIQ+, como también repudiamos el accionar y
avance de todas las fuerzas represivas. Exigimos, un estremecido pedido de justicia por el asesinato de Santiago
Maldonado. Denunciamos la responsabilidad de Mauricio Macri y exigimos la renuncia de Patricia Bullrich.
Denunciamos el encubrimiento y el accionar de gendarmería, como también denunciamos a todos los grandes
grupos económicos apropiadores de nuestras tierras. ¡Fuera Lewis, Fuera Benetton! ¡Justicia por Santiago
Maldonado!

Nosotras exigimos los derechos que nos pertenecen. Queremos decidir sobre nuestro cuerpo y no morir ni ir
presas por eso. Queremos una vida libre de violencia machista y una sociedad nueva, libre del patriarcado, el
capitalismo, el colonialismo y el imperialismo. Nosotras nos queremos VIVAS, nosotras nos queremos LIBRES.

Exigimos nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Exigimos que los partidos que tienen mayoría en el
Parlamento traten y aprueben el proyecto presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al aborto legal,
seguro y gratuito. Denunciamos la injerencia clerical y de la Iglesia Católica y otras iglesias en los contenidos de
educación sexual y en el bloqueo a los abortos no punibles.

¡Separación de la Iglesia del Estado!

¡Rechazamos la ley de libertad religiosa como también la financiación del Estado a la Iglesia! ¡Queremos un
Estado laico!

¡Inmediato tratamiento del Proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo de la Campaña Nacional por el
Derecho al Aborto!

¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir!

¡Aplicación del protocolo por la interrupción del embarazo en todo el territorio nacional! ¡No a la criminalización de
los profesionales de la salud que garantizan derechos!

Y aquí están nuestros cuerpos, fortalecidos de protesta. Aquí estamos para decir que vamos a seguir luchando
contra las redes de trata, contra los proxenetas y su convivencia con el poder político de turno. La trata de
mujeres y niñas con fines de explotación sexual y laboral constituye una de las formas más extremas de la
violencia patriarcal y capitalista. Aprovechando situaciones de vulnerabilidad social y desprotección, las redes
operan sometiendo a miles de mujeres a la peor de las explotaciones. Desde la sanción de la ley de trata en
2008, bajo el kirchnerismo, no se ha desmantelado ni una sola red. Y aquí están nuestros cuerpos,
fortalecidos de protesta. Aquí estamos para decir que vamos a seguir luchando contra las redes de trata y el
proxenetismo, y su convivencia con el poder político de turno y las fuerzas represivas del Estado.

Exigimos el desmantelamiento de las redes de trata con fines de explotación sexual y laboral. Y el cierre
de todos los establecimientos donde se lucre a costa de la explotación sexual ajena de mujeres, travestis
y trans.

Es imprescindible contar con un registro único de desaparecidas en democracia y un registro de huellas


dactilares de entierros NN, para facilitar las búsquedas. Y que se declare la imprescriptibilidad del delito para que
las víctimas puedan obtener justicia sin importar el tiempo transcurrido.

Exigimos que aparezcan nuestras mujeres desaparecidas por redes de trata . El Estado es responsable por cada
desaparecida.

Las mujeres decimos: ¡Las seguimos buscando, las queremos con vida! ¡Desmantelamiento de todas las redes
de trata! Aparición de Marita Verón, Florencia Penacchi , Johana Ramallo Maira Benitez y todas las mujeres
desaparecidas. Castigo a todos los responsables materiales y políticos.

Exigimos el cumplimiento del cupo laboral trans y travesti. Ley de reparación histórica integral.

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Derogación de los códigos contravencionales. Basta de crímenes de odio, basta de femicidios, transfemicidios y
travesticidios. ¡Justicia por Diana Sacayán! ¡Pepa Gaitán y Lohana Berkins, presentes! Justicia por todas las
mujeres asesinadas y violentadas.

Exigimos la absolución de Higui, la absolución de Dayana Gorosito, la libertad de Victoria Aguirre y de todas las
mujeres que son criminalizadas por la justicia clasista machista y patriarcal.

Justicia por Melina Romero y Daiana Colque.

Compañeras y hermanas de todo el país y América Latina decimos:

¡Basta de violencia machista y patriarcal!

¡Libres y vivas nos queremos! ¡El Estado y los gobiernos son responsables!

¡Juntas unimos nuestras voces, en un grito de guerra contra el patriarcado y el capitalismo!

¡Arriba las compañeras, con todas las fuerzas de la historia que escribimos!

Contra toda forma de explotación y opresión, llamamos a nuestras hermanas de todo el mundo a seguir
luchando de manera independiente de todos los gobiernos de turno.

Extracto de las resoluciones de la Comisión de Mujer de la


Conferencia del Partido Obrero de la Capital (Diciembre 2017)

La lucha contra el plan de guerra contra las masas

La lucha contra el ajuste, las reformas en curso y el conjunto del plan de guerra contra las masas resulta de vital
importancia para la estrategia del movimiento de mujeres y sus luchas. El triunfo en el terreno de la mujer
depende directamente de que con los métodos de lucha del movimiento obrero y superando y combatiendo a la
burocracia sindical, se imponga la pelea contra los ataques en curso, que conspiran contra todas las aspiraciones
de obtener más derechos.

Otros de los factores de la situación política que también interviene al interior del movimiento de mujeres
conteniendo a las masas es la iglesia católica, cuya presencia debemos combatir y caracterizar adecuadamente.
Existe un sector que le adjudica a la iglesia un rol progresivo, mientras que esta juega directamente en el terreno
de la contención social, el bloqueo al aborto no punible y el completo ataque a todas las aspiraciones de las
mujeres.

La burocracia de la Corriente Federal kirchnerista, integrada al colectivo Ni una menos, jugó un rol de
encubrimiento de la burocracia sindical en torno al 8M, que trató de interferir en la convocatoria con paro que
estaba impulsada desde diciembre de 2016 y que ponía en evidencia la capitulación de la CGT que se concentró
en la jornada del 7 de marzo. No obstante aquellas asambleas lograron producir un documento de denuncia hacia
la CGT por no convocar al paro, que fue uno de los ejes del propio 8M con una plaza llena que cantaba que el
primer paro a Macri se lo hicimos las mujeres. La acción de estas burocracias al interior de sus gremios es de
freno a las aspiraciones de las trabajadoras.

La lucha por los derechos de la mujer trabajadora tiene que inscribirse en la pelea por una nueva dirección en el
movimiento obrero. Unir a las y los trabajadores en la lucha contra un régimen de explotación social y opresión de

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las mujeres es la única manera de enfrentar la violencia y todas las herramientas de las que se vale el capital
para el dominio de los sectores populares.

En el 2017 el ascenso del movimiento de mujeres se expresó en movilizaciones masivas, paros y una cantidad de
acciones directas. Las reservas de lucha contrastan fuertemente con la orientación mayoritaria que dirige el
movimiento de mujeres caracterizada por un feminismo adaptado, enrolado en el embellecimiento del régimen.

La parálisis del espacio Ni Una Menos luego del 8M y la acción aislada de la Campaña Nacional por el Derecho al
Aborto realizada en septiembre son una muestra de esta orientación que cifró sus expectativas en el apoyo
electoral a CFK o al randazzismo y abandonó como método de lucha las calles.

El 8 de marzo es el próximo gran evento de la agenda de las mujeres donde esta batalla política se pondrá a
prueba, incluyendo el llamado a un gran paro nacional que deberá nuevamente sobre ponerse a las trabas
impuestas por la burocracia sindical y sus intentos de dividir a la clase obrera.

La tarea del momento es la de incorporar al análisis de estas reformas la afectación concreta que ellas producen
sobre las mujeres en particular. Las mismas manos que se elevaron para aprobar la paridad de género, a la que
caracterizamos no como una conquista de las mujeres sino del arribismo de las mujeres de la burguesía, ahora
se elevan para aprobar fuertes golpes contra las trabajadoras.

Política del Régimen: punitivismo, paridad de género y privatización.

Señalamos en su momento que el reforzamiento de penas y de los mecanismos del Estado contra los individuos
no es más que un reforzamiento del aparato responsable de la realidad que viven las mujeres y rechazamos el
planteo de que las mayores penas tienen un efecto aleccionador o disuasivo, algo que refuta la realidad.
Planteamos que la lucha contra la violencia depende de que se coloque como eje la organización popular
independiente y en la responsabilidad del Estado capitalista.

La paridad de género, apoyada por un arco político que va desde el Pro hasta el Pts, intentó sembrar en el
movimiento de mujeres una expectativa en el Estado y la “democracia” y un embellecimiento en momentos en
que el régimen se dispone a golpear más fuertemente a los sectores populares. La paridad de género para las
listas parlamentarias fue aprobada días antes de que las mismas senadoras se dispusieran a levantar sus manos
en favor de la reforma previsional, es otra muestra de la acertada denuncia que realizamos desnudando el
carácter distractivo de dicha medida y de embellecimiento de un régimen que se dispone a desatar sobre las
trabajadoras la ferocidad de las reformas en curso y los tarifazos.

Tal como analizamos con motivo de su presentación, el Plan Nacional de Acción contra la violencia presentado
por Túñez y Macri, colocó en las mujeres la responsabilidad por el propio cuidado y su fracaso fue evidente. Pero
la salida individual fue promovida también por organizaciones que se dicen de izquierda y que frente al
incremento de femicidios y violaciones llevaron adelante cursos de autodefensa para mujeres, para enfrentar
situaciones de violencia, colocando esta problemática en el plano privado e individual. En esta tónica de salida
individualista y autocomplaciente para las conciencias pequeñoburguesas, podemos colocar también la línea del
‘escrache’, principalmente a miembros de organizaciones de izquierda, que pretendió instalar un método de
abordar las situaciones de violencia, ajeno a las organizaciones clasistas y obreras. Los ataques anónimos
sufridos por nuestra organización fueron respondidos con una declaración pública, que por su contundencia y su
debate en todos los organismos, nos reivindicó como corriente política que lucha por la independencia del
movimiento de mujeres del Estado, sus partidos y el clero, defendiendo un método de clase y educando a sus
filas en la lucha por el fin de todas las opresiones.

La intervención del PDT en todos los planos, constituye una plataforma de politización y formación para el
conjunto del Partido, al mismo tiempo que es un factor de incorporación a las posiciones revolucionarias.

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Los secundarios por la educación sexual laica y científica.

En el movimiento secundario tomó especial impulso la lucha por la educación sexual laica y científica, y contra los
códigos de vestimenta que buscan regimentar y reforzar el disciplinamiento por parte de las autoridades.

En materia de educación sexual, el gobierno de la Ciudad se vale la Ley (Nacional) de Educación Sexual Integral,
sancionada por el kirchnerismo en el 2006, que establece que dichos contenidos son dictados en consonancia
con la “cosmovisión” de cada comunidad educativa. Se abre así el terreno para que la visión oscurantista de las
sectas religiosas sea privilegiada por sobre el contenido con “perspectiva de género” esperado por las impulsoras
de esta ley.

En paralelo, en los colegios se desarrolla un movimiento que se organiza a partir de las denuncias contra los
códigos de vestimenta o la necesidad de encontrar una vía de acción contra los abusos entre adolescentes,
consecuencia de la falta de educación sexual. Los departamentos de orientación al estudiante se encuentran
desmantelados o copados por el oscurantismo, sin brindar asistencia y contención frente a la violencia de género
que sufren las estudiantes o frente a un embarazo no deseado. Las necesidades de una juventud atravesada por
estas problemáticas terminan recayendo sobre los y las docentes que de forma voluntaria toman estas tareas,
con la sobrecarga que esto implica. Un claro ejemplo de esto es el rol que han jugado los docentes de las
diferentes escuelas frente a los casos de desapariciones de las Estudiantes por parte de las redes de trata.

Es una pelea que debe incorporar la comprensión entre los secundarios de que el Estado es incapaz de ejecutar
sus aspiraciones al respecto de una educación que vaya a contramano del régimen de clases que representan y
que trae aparejado necesariamente la violencia de clase, de género y otras formas de la opresión.

La lucha por el aborto legal

Hoy en día el gobierno acciona con el objetivo de sacar el Misoprostol de las farmacias que lo venden de manera
legal, es el reflejo del intento de criminalizar su uso, recomendado por la OMS en su Guía para un Aborto Sin
Riesgos de 2012 y avalada por los protocolos de ILE, IVE y consejerías de Aborto del ministerio de Salud de la
nación, entre otros. En el mismo marco se inscriben los ataques a las profesionales de la salud que llevan
adelante ANP y defienden la ILE. El acceso al misoprostol se encuentra cada vez más restringido y es
manipulado por parte del laboratorio que lo produce y comercializa de manera monopólica, y se combina con la
intensión de sectores retrógrados de la medicina que exigen que su uso sea exclusivamente intrahospitalario, es
decir, en aquellos lugares donde se pueden objetar conciencia.

En este cuadro cobra especial importancia caracterizar la parálisis de la Campaña por el Derecho al Aborto, que
se encuentra entregada al devenir de la rosca parlamentaria y que avanza en su conservadurismo e inacción.

Prostitución, trabajo sexual y abolicionismo

En la actualidad domina un debate respecto a la regulación del “trabajo sexual” de la mano de organizaciones
como AMMAR-CTA que presentan el problema en el plano de “derechos laborales” y podemos decir que, en
defensa propia, ya que Claudia Brizuela, una de las titulares de esta organización, está procesada por encubrir la
explotación sexual de mujeres inmigrantes detrás de una cooperativa trucha de trabajo. Como en la legislación
argentina no se penaliza la prostitución, pero si la explotación sexual de terceros, el planteo de la regulación de la
prostitución como “trabajo autónomo” apunta a rescatar proxenetas y tratantes, y a toda la cadena política y
policial de encubrimiento, necesaria para su funcionamiento.

La defensa de esta posición llega a relativizar la extensión de las redes de captación de niñas y mujeres con fines
de explotación sexual. Una batalla contra esta posición la dimos con determinación en las reuniones
preparatorias de la movilización del 25N: “no hay tantas redes de trata” deslizó una integrante de Ammar, para
justificar que rechazaban la denuncia al proxenetismo en el documento que se leería en la movilización. En la
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misma línea interpretamos la ausencia de las defensoras de la “prostitución como un trabajo”, muchas de ellas
integrantes del colectivo Ni Una Menos, en la lucha por la aparición de Nadia Rojas y otras pibas captadas y el
ataque a la organización Madres Victimas de la Trata.

El regulacionismo es acompañado por distintos sectores, también de la izquierda, porque lo confunden con el
derecho de estas personas a organizarse contra los atropellos del Estado y defendiendo una actividad que
expresa, de forma extrema, la desocupación que golpea más fuertemente en la parte femenina de la clase
obrera. El planteo regulacionista polariza con el abolicionismo ‘a secas’ que levanta un sector del activismo, y que
muchas veces no supera los posicionamientos morales respecto a la prostitución, mientras se orienta a un
seguidismo preocupante al estado burgués, o sea al primer proxeneta.

Desde el PDT promovemos la organización de las mujeres explotadas sexualmente contra la prepotencia del
Estado y el proxenetismo, para exigir políticas que garanticen el sostenimiento económico de esas mujeres y sus
familias. Exigimos el desmantelamiento de las redes de trata y el castigo y embargo de los tratantes y la cadena
de complicidades policiales, políticas y judiciales.

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