ENERO/FEBRERO DE 2004

AÑO LXV

NÚMERO 754

Segundo Año de la Guerra

contra el Terrorismo: Irak y Afganistán

Globalización y Terrorismo

DOCUMENTO: La Nueva DO1-001

 Segundo Año de la Guerra
contra el Terrorismo: Irak y Afganistán
ENERO/FEBRERO DE 2004
AÑO LXV

NÚMERO 754

Sumario
Globalización y Terrorismo

Pascua militar 2004

EDITORIAL 4
DOCUMENTO: La Nueva DO1-001

EDITA
Foto:

SECRETARÍA
MINISTERIO
DE DEFENSA
GENERAL La guerra de Irak ha
TÉCNICA
sido el acontecimiento
DIRECCIÓN
fundamental en este
Director segundo año de Guerra
General de Brigada contra el Terrorismo
José Angel ARMADA de SARRÍA
Subdirector, Jefe de Colaboraciones y
Administración
Coronel Pedro RAMÍREZ VERDÚN
Jefe de Ediciones
Coronel Javier CEDRÉS de la CALLE
CONSEJO DE REDACCIÓN
Coroneles
Meléndez Jiménez,
Celemín Peña, Lloret Gadea, Bagdad ¿La nueva
Arias Delgado y Torres Fernández,
Stalingrado...?
Tenientes Coroneles
De Vicente Crespo,
Arrabé Muñoz,
Togores Guisasola y González Bouza
Comandantes
Granero Escudero, Peñas Preckler, Arcas
García, Cobos Navarro y Sánchez Vera
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
Suboficial Mayor
Illana Miralles
NIPO: 076-04-009-7
Depósito Legal: M. 1.633-1958
ISSN: 1696-7178
Correctora de Estilo: Paloma Prado Caballero
Servicio de Documentación:
Emila Antúnez Monterrubio
Corrector de Pruebas: Teniente José Manuel
Riveira Córdoba
Diseño Gráfico y Maquetación:
Ignacio Moreno Piqueras,
Rubén Méndez Pérez

Fotocomposición, Fotomecánica e Impresión

TALLERES DEL CENTRO GEOGRÁFICO
DOCUMENTO

DEL EJÉRCITO
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Viriato, 69 s/c - 28010 Madrid
Teléf.: 91 448 76 22 / Fax: 91 446 02 14
Email: viaexclusivas@viaexclusivas.com
Fotografías: Albertí Dumas,
La Nueva DO1-001
EFE, Guardia Real,
Rev. Española de Defensa, DECET,
Bataller, A. Manrique y Tristán
 • ENERO/FEBRERO 2004 • AÑO LXV. NÚM. 754

ARTÍCULOS DOCUMENTO

Pascua Militar 2004 LA NUEVA DO1-001

Palabras de S.M. El Rey.
Palabras del Excmo. Sr. Ministro de Defensa. P.P.C. 6 Presentación
AGUSTÍN ALCÁZAR SEGURA.
Una Mirada al Futuro desde la Realidad de Hoy
General de Brigada. Infantería. DEM. 16
EXCMO. SR. D. LUIS ALEJANDRE SÍNTES.
General de Ejército. JEME. 12 El Marco Estratégico y Operacional
Globalización y Terrorismo JOSÉ LUIS CALVO ALBERO.
ÁNGEL PÉREZ GONZÁLEZ. Licenciado en Derecho. Comandante. Infantería. DEM. 18
52
Segundo Año de la Guerra contra el El Ejército de Tierra
RAFAEL RECHE SILVA. Teniente Coronel. Artillería.
Terrorismo: Irak y Afganistán FRANCISCO RAMOS FERNÁNDEZ.
JOSE LUIS CALVO ALBERO.
Comandante. Transmisiones.
Comandante. Infantería. DEM. 57 ANGEL CASTILLA TRILLO. Comandante. Infantería. DEM. 23
Bagdad ¿La Nueva Stalingrado?
PEDRO SÁNCHEZ HERRÁEZ. Comandante. Infantería. DEM. Conceptos Generales
62 sobre las Operaciones Militares
La Lucha por la Legitimidad JUAN HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ.
en la Sociedad de la Información Comandante. Infantería. DEM. 29
MANUEL R. TORRES SORIANO.
Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología. La Maniobra
67 FRANCISCO SACRISTÁN LÓPEZ.
Ideas sobre la Modularidad, Paso Teniente Coronel. Caballería.
Obligado para Llegar al Combate Simultáneo. PABLO ARREDONDO GONZALO.
Reflexiones sobre el Combate de Hoy Teniente Coronel. Infantería.
FERNANDO CABALLERO ECHEVARRÍA. ANDRÉS ROLDÁN IRIBARREN.
Comandante. Artillería. DEM. 71 Comandante. Caballería. 33
Una Historia Militar con Final Feliz
FERNANDO SÁNCHEZ FERNÁNDEZ. Coronel. Infantería.
Una Doctrina para los
77 Nuevos Conflictos. Las Operaciones
UAV,s (Vehículos Aéreos no Tripulados)
ALFONSO LAPUENTE GIVAJA. no Bélicas y el Conflicto Asimétrico
General de Brigada. Artillería. ANTONIO CABRERIZO CALATRABA.
79 Comandante. Ingenieros. DEM.
El Instructor Avanzado de Tiro 42
PEDRO VALDÉS GUÍA. Capitán. Infantería. 82 La Logística
La Protección del medio RAMÓN GÓMEZ MARTÍNEZ. Teniente Coronel. Infantería. 48
Ambiente en las Unidades
EMILIO SARABIA GRIERA. Tcol. Infantería. DEM. 88 SECCIONES
Premio Gran Capitán
JUAN MIGUEL MATEO CASTAÑEYRA. Observatorio Internacional de Conflictos
General. Infantería. DEM. 96 A.P.M. y C.E.J. 98
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Sumario Internacional 113
representan, únicamente, la opi- LA VIGENCIA DE LOS PRECIOS
nión personal de los autores. REFERIDOS SERÁ DURANTE EL AÑO 2004
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 Editorial
E l nuevo año empieza, como es
tradicional, con la celebración
de la Pascua Militar. Esta celebra-
ción instituida el año 1782 por
Carlos III con motivo de la recupe-
ración de Menorca, es un buen
momento para hacer balance, fijar
objetivos y realizar esa comunica-
ción imprescindible en el Ejército
entre mandos y subordinados. El
mensaje de SM El Rey, incluido su
texto en este primer número del
año, además de recoger su felicita-
ción a los ejércitos, resalta y re-
cuerda las bajas producidas en nuestras filas y rinde homenaje a sus
familias. Recuerda el peligro que supone el terrorismo, destaca el
papel creciente en el plano internacional de nuestras fuerzas, que
han demostrado su capacidad y eficacia, y recuerda la necesidad
de reforzar la conciencia de defensa nacional en toda la sociedad.

P or su parte, nuestro Ministro en su mensaje, cuyo texto también

se recoge íntegro, hace un detallado balance del año 2003 su-
brayando lo efectuado en cuanto a la Revisión Estratégica, la profe-
sionalización, la modernización y la transformación de estructuras
orgánicas, además de resaltar el cumplimiento de la misión com-
plementaria con la Administración civil en la limpieza de las playas
y la participación de fuerzas de cuatro países centroamericanos en
la Brigada Plus Ultra desplegada en Irak.

T ambién recogemos el balance y la mirada al futuro que hace, si-

guiendo lo que ya es tradicional, nuestro Jefe de Estado Mayor
del Ejército. El General de Ejército Alejandre, en un ejercicio de
transparencia informativa que enaltece la acción de mando, califica
de crucial para el Ejército este año 2004 y recuerda la necesidad de
compatibilizar los valores de modernidad y progreso con el mante-
nimiento de los valores que, sin ser exclusivos del Ejército, han sido
y serán la piedra angular de nuestra profesión.

A nivel general, tanto el terrorismo como la globalización son re-

alidades constatables todos los días en el mundo actual. La
profundización en la interacción entre una nueva realidad, la globa-
lización, y otra tan antigua como el terrorismo es sumamente inte-
resante. Es además ejercicio que ilumina aspectos que, algunas ve-
ces interesadamente, se encuentran contaminados por determina-
dos prejuicios que dificultan el llegar a soluciones reales.

D espués de las operaciones militares, finalizadas con éxito tanto

en Afganistán como en Irak, la guerra contra el terrorismo entra
en su segundo año. Esta guerra, que se desarrolla de manera incierta,
la capitanean de forma muy significativa los Estados Unidos. En la si-
tuación actual parece que sólo hay una cosa cierta: la importancia y
los desastrosos efectos que para el mundo tendría el fracaso; aun-
que, de forma verdaderamente incomprensible, haya determinadas
corrientes de opinión y personas que se alegren de todo lo que pue-
da ir contra los Estados Unidos.

P or otra parte, el afán de buscar similitudes, muchas veces con

ánimo sensacionalista y periodístico, ha llevado a presentar la to-
ma de Bagdad, antes de producirse, con la batalla de Stalingrado en
la II Guerra Mundial. Una vez más se ha demostrado que, a pesar de
la coincidencia de ciertas circunstancias, difícilmente se repiten de
la misma forma hechos separados en el tiempo.

L a vieja discusión sobre la compatibilidad de las unidades orgáni-

cas y la modularidad es siempre una fuente de la que manan
múltiples escenarios posibles e ideas para, con los medios y situa-
ción actuales, mejor cumplir la misión. ofrece de nuevo
más argumentos al respecto.

E n un número tan institucional como el presente, queda perfecta-

mente enmarcado el DOCUMENTO de este mes. Es una satisfac-
ción poder poner a disposición de todos los componentes de nues-
tras FAS una presentación detallada de un documento tan importan-
te como la nueva Doctrina “Empleo de la Fuerza Terrestre”. Dada la
aceleración con que actualmente cambian la situación, los medios,
los requerimientos, las mismas organizaciones internacionales a las
que pertenecemos, etc., es necesario contar con una Doctrina de
Empleo que permita el cumplimiento de la misión en las mejores
condiciones. Por otra parte, es lícito congratularse de ello y felicitar
a los protagonistas de ese logro.
Pascua Militar 2004
Palabras de su Majestad el rey
El día 6 de enero, festividad de la Epifanía del Señor, tuvo lugar en el Palacio Real de Madrid la celebración
de la Pascua Militar presidida por Sus Majestades los Reyes, acompañados por Su Alteza Real el Príncipe de
Asturias. Como es tradicional en esta efeméride, instituida por el Rey Carlos III, S.M. el Rey felicitó a las Fuer-
zas Armadas pronunciando el discurso que recogemos a continuación.

Q
Queridos compañeros:
Es para mí un motivo de especial satisfacción po-
der iniciar el año nuevo reunido con todos vosotros,
acompañado de la Reina y del Príncipe de Asturias,
para celebrar la Pascua Militar.
Se trata, como bien sabéis, de una antigua e impor-
tante tradición establecida por el Rey Carlos III, que
nos permite rendir el tributo anual que bien merece la
Institución Militar.
Un tributo de gratitud y reconocimiento que los es-
pañoles debemos a la noble labor, al servicio de Espa-
ña, que realizan los miembros de nuestras Fuerzas
Armadas y Guardia Civil.
Sean, por ello, mis primeras palabras para felicitar
muy efusivamente, en nombre propio y de la Familia
Real, a todos los componentes de la gran familia mili-
tar por el alto espíritu de entrega, el afán de supera-
ción y la muy loable eficacia demostrados en el cum-
plimiento de sus respectivas misiones, muchas de
ellas lejos de la Patria.
Junto a esta felicitación, hoy es también un día pa-
ra rendir nuestro más emotivo y sentido homenaje a
cuantos militares españoles perdieron la vida en el
transcurso del año que acaba de finalizar. Un año en
el que muchos fueron, por desgracia, los que fallecie-
ron en acto de servicio. Me refiero, especialmente, a

6
 PASCUA MILITAR 2004

los militares fallecidos en el trágico accidente

aéreo en Turquía, así como a aquéllos que
fueron víctimas de tan brutales y crueles
atentados en Irak.
La pérdida de todos y cada uno de ellos
nos llenó de profundo dolor. Les dedicamos
nuestro más emocionado recuerdo y profundo
reconocimiento por su entrega al servicio de
España, a la vez que reiteramos a sus fami-
lias todo el afecto y solidaridad que merecen.
Solidaridad, afecto y reconocimiento per-
manentes que también dirigimos a todas las
víctimas del terrorismo y a sus familias. La-
mentablemente, un año más, comprobamos
que la lacra del terrorismo sigue siendo la
mayor amenaza que nos acecha y a la que
debemos enfrentarnos. Hace escasos días
que se ha reafirmado, en toda su crudeza, la
plena vigencia de sus más abominables in-
tenciones, de sus inaceptables amenazas e
intentos de extorsión.
La mejor forma de poner fin al terrorismo
es que nos mostremos unidos y decididos en
el empeño de erradicarlo con todos los ins-
trumentos que nos proporciona el Estado de
Derecho, desde el amor a la paz, la libertad y
la democracia.
Agradezco al Señor Ministro de Defensa
sus calurosas palabras de felicitación dirigi-
das a mi persona y a la Familia Real, pronun- Un objetivo de primer orden, que debemos perse-
ciadas en nombre propio y en el del conjunto de la Ins- guir a todos los niveles de mando, es el de mejorar las
titución Militar. Gracias, asimismo, por la minuciosa condiciones del trabajo diario de nuestras Unidades y
presentación que nos ha hecho, tanto de las activida- dedicar a la formación todo el tiempo y esfuerzo nece-
des desarrolladas por el Ministerio de Defensa y de las sarios. De nada nos sirve el material más sofisticado
líneas maestras de la política de defensa, como de los si el personal que lo tiene que manejar no está ade-
proyectos para el futuro. cuadamente capacitado, debidamente equipado y al-
En el año transcurrido se ha seguido avanzando en tamente motivado.
la mejor preparación, organización y dotación de Ésta tiene que ser nuestra principal preocupación,
nuestras Fuerzas Armadas. A lo largo de 2003 he teni- porque los hombres y mujeres que visten uniforme
do ocasión, al igual que el Príncipe de Asturias, de vi- son el fundamento de la Institución Militar y la razón
sitar numerosas Unidades militares comprobando de ser de los valores que la sustentan.
esos avances, así como la elevada disciplina, alta pre- La culminación del proceso de la Revisión Estraté-
paración y progresiva modernización de sus instala- gica de la Defensa, orientada a integrar la seguridad y
ciones, recursos materiales y procedimientos. defensa de España en el marco de la seguridad com-
La puesta en marcha de nuevos programas de ar- partida y de la defensa colectiva con nuestros aliados,
mamento, que se suman a los que ya están en curso, permitirá determinar las capacidades de nuestras
nos anima a trabajar con renovada ilusión y mayor Fuerzas Armadas como instrumento de la acción exte-
ahínco si cabe. Van a permitir dotar a nuestras Fuer- rior del Estado.
zas Armadas de nuevos medios para poder atender Reforzar la conciencia de defensa nacional, es una
con mayor garantía de éxito nuestras necesidades de labor que no puede quedar circunscrita al ámbito de
defensa, y hacer frente mejor a los riesgos y amena- las Fuerzas Armadas, sino que debe extenderse al
zas que nos plantea el mundo de hoy. conjunto de la sociedad española.
Nuestras Fuerzas Armadas disponen de la flexibili- En el plano multilateral crecen nuestras obligacio-
dad y capacidad de adaptación que requiere el cumpli- nes en materia de defensa, derivadas de nuestra parti-
miento de sus misiones, gracias a su mejor prepara- cipación en la Alianza Atlántica y en la Política Euro-
ción y a las continuas innovaciones tecnológicas pea de Seguridad y Defensa, así como de nuestra
introducidas. presencia en operaciones multinacionales.

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 7

 La renovada estructura de mandos y fuerzas con la
que la Alianza Atlántica ha respondido a los nuevos
retos, supondrá para España un mayor esfuerzo y una
mayor implicación en nuestra defensa colectiva.
También una activa participación de nuestro país
en la obra de integración europea, así como el desa-
rrollo de las últimas decisiones de la Unión Europea,
nos exigirán continuar asumiendo nuevas tareas y me-
jorar nuestras capacidades para garantizar una Euro-
pa segura en un mundo mejor.
El creciente papel de nuestras Fuerzas Armadas en
el plano internacional, no sólo se traduce en la aporta-
ción de efectivos, sino especialmente en la asunción
de nuevos puestos de mando y responsabilidades.
Nuestras Fuerzas Armadas se distinguen por su al-
ta valoración, capacidad y eficacia en el cumplimiento
de las numerosas, importantes y complejas misiones
asignadas con motivo de su participación en operacio-
nes fuera del territorio nacional, ya sea en los Balca-
nes, Afganistán, Océano Índico, Kuwait o Irak.
A los integrantes de todas y cada una de las tropas
españolas destacadas en los más diversos rincones
del mundo dirigimos un saludo especialmente afectuo-
so, junto con la expresión de nuestro más pleno apoyo
y reconocimiento en el desarrollo de sus delicadas y
difíciles tareas.
Vemos con orgullo cómo nuestras Fuerzas Arma-
das y Guardia Civil mejoran día a día en su vocación
de servicio a España y, con ello, en su prestigio y en
el respeto que merecen de la sociedad española de la
que forman parte y a la que sirven. Una vocación inna-
8
ta de servicio que los españoles apreciamos muy par-
ticularmente por la rápida, generosa y siempre eficaz
entrega que demuestran nuestras Fuerzas Armadas y
Guardia Civil ante las catástrofes o situaciones de
emergencia, que desgraciadamente se presentan a lo
largo y ancho de la geografía española, y también en
el ámbito exterior.
El personal militar ha puesto así de manifiesto que
su elevado y permanente espíritu de servicio está im-
buido de la profunda solidaridad que distingue a la so-
ciedad española.
Al iniciar este año os animo, como Jefe Supremo
de las Fuerzas Armadas, a renovar nuestros compro-
misos e ilusiones, para seguir entregando lo mejor de
nosotros mismos al servicio de España y de los espa-
ñoles.
Que todos perseveremos unidos en nuestra aporta-
ción a esa gran meta, con la abnegación y ejemplari-
dad que caracterizan a los miembros de las Fuerzas
Armadas y de la Guardia Civil en el cumplimiento del
deber.
En esa noble labor bien sabéis que siempre podréis
contar con mi entrega ilusionada y el más pleno apoyo
y aliento de la Corona.
Para finalizar deseo reiterar, en mi nombre y en el
de mi Familia, nuestra más afectuosa felicitación y
mejores deseos de paz y prosperidad para el año nue-
vo 2004 a todos los componentes de la Institución Mili-
tar, deseos que hacemos extensivos a sus familias.
¡VIVA ESPAÑA!
 Palabras del excMo. sr. Ministro de defensa
Al inicio del acto, el Excmo Sr Ministro de Defensa, después de felicitar a SS.MM. los Reyes y al Príncipe de
Asturias, hizo un sucinto balance de los logros y actuaciones de nuestras Fuerzas Armadas en 2003, y expuso
brevemente las líneas de acción para el presente año, palabras que reproducimos a continuación:

M Majestad, al felicitaros la Pascua Militar en esta

ocasión, en nombre del Presidente del Gobierno, del
Ministro del Interior, de las Fuerzas Armadas y de la
Guardia Civil, querría también subrayar las distintas
conmemoraciones que coinciden en esta efeméride.
Conmemorar es hacer memoria juntos, es revivir el
tiempo de manera compartida, y ello nos permite mirar
hacia atrás y hacia adelante, hacer balance del pre-
sente y proyectar hacia el futuro. Pues bien, en el año
que ahora acaba se han cumplido XXV años de la
Constitución española y para el que ahora comienza,
además de desearos lo mejor a Vuestra Majestad, a
Su Majestad la Reina, cuya presencia agradecemos
de forma especial, porque nos alienta y nos conforta, y
a toda la Familia Real, además queremos trasladar
también nuestra felicitación, de manera especial, a Su
Alteza Real el Príncipe de Asturias por su compromi-
so, y desearle que este año su matrimonio constituya
la garantía, al tiempo, de su felicidad y de la continui-
dad de la dinastía histórica de España.
La celebración de los XXV años de la Constitución
española ha coincidido con la presencia de nuestras
Fuerzas Armadas en los puntos más alejados del pla- época de vuestro antecesor Carlos III, ellos, en estas
neta, desde hace muchos años. No se trata de algo fechas tan familiares, dejan alto el prestigio de España
casual; y mucho menos casual es, sin duda, si mira- a miles de kilómetros de distancia del suelo patrio y de
mos el precio de sangre que hemos pagado en este sus hogares. Son los adelantados de la España de la
año. Entendemos que no es casual, porque la libertad, libertad, de la España de la paz, de la España de la
de la que gozamos en estos años bajo vuestro man- solidaridad, en fin, de la España del siglo XXI.
dato, es un bien expansivo, una realidad que no pue- Esta Pascua Militar es también, Señor, una conme-
de vivirse de manera cerrada, aislada o egoísta, sino moración especialmente marcada por la próxima ca-
solidariamente, porque la libertad es el fundamento de ducidad de la VII Legislatura Constitucional. Será ade-
la paz y de un orden mundial más justo. más, la última en que, por voluntad propia, el
Por todo ello España, en plena madurez de su de- Presidente Aznar dirija el Gobierno de la Nación. El
mocracia, no podía faltar en aquellos escenarios en obligado balance anual que he de hacer en nombre
que la libertad necesita ser defendida, sea para man- del Gobierno en esta conmemoración, se ve así con-
tener la paz, para hacer frente a la tiranía, o para lu- vertido, en la medida de lo posible, en la reseña de es-
char contra el terrorismo. Por eso. Señor, queremos te período de la historia de España en el que hemos
que nuestras primeras palabras estén dirigidas a re- tenido el honor de servir en el Gobierno.
cordar a las víctimas en esas misiones internacionales El mandato que ahora concluye, Majestad, ha esta-
y a sus familias; para honrar a todos aquellos que han do marcado por ambiciosos objetivos reformistas: la
dejado la vida, sea como consecuencia del trágico ac- Revisión Estratégica de la Defensa, la Profesionali-
cidente aéreo al regreso de la misión en Afganistán, o zación de las Fuerzas Armadas, la Modernización de
como consecuencia directa del terrorismo en Irak. Pa- sus equipos y sistemas, y la transformación de sus
ra ellos nuestro primer recuerdo, nuestro más sincero estructuras orgánicas y territoriales, para lograr unos
y sentido reconocimiento. Ejércitos adecuados a la España del siglo XXI, capa-
Y a quienes están ahora allí, velando por la paz, en ces de defender la España de la libertad y del bienes-
Irak o en Kabul, en los Balcanes, en el Mar Rojo o en tar, que con tanto acierto regís.
el Pérsico, a ellos y a sus familias nuestra felicitación En efecto, en esta Legislatura, hemos tenido opor-
de la Pascua Militar más sentida porque, como en la tunidad de desarrollar, en el ámbito militar, las gran-

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 9

des líneas estratégicas de nuestra seguridad como
pueblo libre y abierto al mundo: nuestra plena inte-
gración atlántica, el incipiente desarrollo de la Defensa
Europea y los cimientos de una común estrategia ibe-
roamericana.
En el ámbito atlántico, desde 1999 hemos pasado
de un Cuartel Subregional en Retamares a incorporar
cinco nuevos centros españoles a la nueva estructura
aliada: el propio Cuartel de Retamares, multiplicado
como Mando Componente Terrestre del Sur de la
Alianza; el Cuartel General de Alta Disponibilidad de
Bétera (Valencia), así como el Buque Castilla con la
misma consideración en el ámbito naval; la Base Ope-
racional Avanzada de Torrejón, para los Centros de
Operaciones Aéreas Combinadas desplegables y, en
fin, el reconocimiento del Centro Internacional de Des-
minado de Hoyo de Manzanares, como Centro de Ex-
celencia del nuevo mando funcional de la Alianza.
En el ámbito europeo, España y sus Fuerzas Ar-
madas han contribuido al desarrollo del “objetivo prin-
cipal” de Helsinki; la Agencia Europea de Defensa -
idea lanzada por España durante su presidencia
europea- es ya un objetivo compartido en la realidad
para el desarrollo de las capacidades militares, la in-
vestigación y la adquisición y desarrollo de nuevos sis-
temas de armas; nuestra definitiva incorporación a la
OCCAR y nuestra presencia como socios fundaciona-
les en todas y cada una de las eurofuerzas (en el Eu-
rocuerpo, en EUROFOR, en EUROMARFOR, en la
Fuerza Anfibia Hispano Italiana, la SIAF, y en el Grupo
Aéreo Europeo) dan prueba irrefutable e irreversible
de nuestra decida e indeclinable vocación europea.
En el ámbito iberoamericano, se ha iniciado ya
en el CESEDEN el tercer curso común de Altos Estu-
dios Militares Superiores, se han puesto las bases pa-
ra una auténtica Comunidad de Inteligencia para pre-
venir los nuevos riesgos y amenazas, y la
participación en una Fuerza Combinada de cuatro paí-
ses centroamericanos en la Brigada Plus Ultra en Irak,
bajo mando español, es la realidad más elocuente de
lo que puede ser un espléndido futuro común de la de-
fensa iberoamericana, coherente con nuestro pasado
compartido.
Todos esos avances en política de defensa, Majes-
tades, no habrían sido posibles sin la decisión trascen-
dental de la plena profesionalización de nuestros
efectivos de tropa y marinería. Hoy podemos afirmar
que el objetivo está conseguido, y el nuevo sistema
prácticamente consolidado con las últimas decisiones.
En efecto, en 2002, año primero de la plena profesio-
nalización sin servicio militar obligatorio, las Fuerzas
Armadas tuvieron que hacer frente, simultáneamente,
a los tres supuestos básicos de actuación catalogados
en la Revisión Estratégica de Defensa: la defensa de
la integridad territorial, la defensa colectiva aliada tras
el 11 de septiembre, y el cumplimiento de misiones
complementarias de la administración civil, como fue
10
la limpieza de las playas del Norte de España.
Todo ello sin desatender nuestros compromisos en
misiones multinacionales de mantenimiento de la paz
o de carácter humanitario. Y todas esas misiones, hay
que subrayarlo, fueron cumplidas impecablemente por
unos Ejércitos estrictamente profesionales, a plena sa-
tisfacción de sus mandos y ganándose el merecido
prestigio de las organizaciones internacionales res-
ponsables y, estamos seguros, también de la comuni-
dad nacional.
El nuevo Reglamento de Retribuciones aprobado
aquel año, logró el objetivo de estabilizar el sistema,
obteniendo una retención por encima del 80% de los
compromisos; cifra que supera la alcanzada en otros
países pioneros del sistema profesional. Por eso el
Gobierno ha concentrado el nuevo esfuerzo retributivo
en el año que ahora termina, en lo que anunciamos
como “plan de acción” en la pasada Pascual Militar,
es decir, en la retribución de las nuevas incorporacio-
nes para los próximos años. Ello supondrá en este
año ya, un aumento del 26%, que unido a las nuevas
equivalencias de formación profesional convenidas
con el Ministerio de Educación el pasado mes de di-
ciembre, dota de un auténtico horizonte profesional a
los jóvenes que decidan incorporarse en este y suce-
sivos años a los Ejércitos de España.
Pero es en el ámbito de la modernización de los
equipos y sistemas donde el año 2003 ha culminado
una etapa sin duda histórica para las Fuerzas Arma-
das del nuevo siglo. En efecto, la aprobación el pasa-
do 5 de septiembre de cuatro nuevos programas prin-
cipales, por valor estimado de 4.700 millones de
euros, y cuyas primeras imputaciones presupuestarias
fueron también aprobadas antes de fin de año pasado,
dotarán al Ejército de Tierra de 24 helicópteros de
ataque Tigre, que vendrán a sumarse a los 230 ca-
rros Leopard, cuyas primeras unidades se están ya
recibiendo, y a los 212 vehículos Pizarro de la se-
gunda serie.
Para la Armada, los cuatro submarinos de la nue-
va clase S80 -auténtico prototipo dentro de la propul-
sión convencional- y al Buque Multipropósito de
Desplazamiento Estratégico, vienen a sumarse a las
cuatro Fragatas F100 de las que ya se han entrega-
do la Álvaro de Bazán y la Almirante Juan de Borbón y
la tercera, Blas de Lezo, también ha sido botada.
Finalmente para el Ejército del Aire, dentro del pro-
grama Eurofighter 2000 comienzan ya a ser entrega-
das las primeras unidades del total de 87, y se pone
en marcha el programa del avión de transporte pe-
sado A-400M, de gran desplazamiento, del que el
Ejército del Aire contará con 27 unidades, que garanti-
zan la proyección de nuestras tropas, principal carac-
terística de un Ejército que sepa cumplir al tiempo con
las misiones de defensa nacional y aquellas a las que
le obliga su responsabilidad dentro del concierto de
las naciones.

Todos ellos totalizan una inversión pública de más
de 20 mil millones de euros, que constituye no sólo
el mayor esfuerzo en política industrial de defensa de
los últimos tiempos sino que no habría sido posible sin
la reestructuración y relanzamiento del sector indus-
trial que le sirve de soporte, con un alto componente
de I+D+I, que afianza la tecnología de doble uso y
permite la creación y mantenimiento de más de
50.000 puestos de trabajo.
A ello habrían de añadirse los programas mayores
y menores, entre los que cabe mencionar los nuevos
satélites de observación y comunicaciones, los progra-
mas de misiles, o los de modernización de los vehícu-
los mecanizados, y la elaboración y puesta en marcha
del Plan Director de Comunicaciones e Información.
En fin, Majestad, el impulso reformista ha alcanza-
do también a la racionalización de las infraestructu-
ras y de la organización. La política de infraestructu-
ras ha querido dar respuesta a las necesidades de
unas Fuerzas Armadas plenamente profesionales. Pa-
ra ello se ha mejorado la calidad de vida de tropa y
marinería, se han concentrado Unidades e instalacio-
nes, se ha racionalizado la red sanitaria, se han acor-
tado a la mitad los plazos de entrega de viviendas por
el INVIFAS para limitar el impacto del valor del suelo y
se han abierto al tráfico civil las bases aéreas, antes
sólo militares, de Albacete, Burgos, San Javier, Bada-
joz y León, todo ello dentro de una organización fun-
cional, como la propugnada por la última reestructura-
ción de la Alianza Atlántica que, en España es ya
prácticamente una realidad.
De entre todas las reorganizaciones, Señor, hemos
de destacar la que ha dotado al Centro Nacional de
Inteligencia de un nuevo marco legal, orgánico y fun-
cional, que garantiza el adecuado control democrático
parlamentario y judicial y que ha posibilitado su mayor
PASCUA MILITAR 2004
eficacia junto a la mayor seguridad de sus actuaciones
y de los derechos de los españoles. El sacrifico heroi-
co de ocho de sus agentes, asesinados por el terroris-
mo en Irak, y el testimonio de patriotismo ejemplar de
sus familias, acreditan que el Centro en esta nueva
etapa ha conquistado no sólo la más alta estima de la
sociedad española sino también la gratitud imperece-
dera en el corazón de todos los españoles de buena
voluntad.
Este apretado balance no puede finalizarse sin po-
ner la vista en el futuro de nuestras Fuerzas Armadas,
de las misiones que tendrán que cumplir en lo que
resta del siglo XXI y de su evolución previsible. A todo
ello se ha querido dar respuesta en la Revisión Estra-
tégica de la Defensa que podrá servir de guía y direc-
triz de actuación en los próximos años, y además, en
una política sistemática de cultura de defensa, por
primera vez emprendida y programada en esta Legis-
latura que quiere, al tiempo, valorar lo mejor de nues-
tra historia y reforzar en nuestra sociedad la concien-
cia de defensa nacional que debe corresponder a la
España de nuestros días.
Majestades, Señor, todo este desarrollo no hubiera
sido posible sin el esfuerzo de los tres Ejércitos y de
todo el personal del Ministerio de Defensa que han
respondido con la disciplina que les es debida al im-
pulso reformista del Presidente y su Gobierno, soste-
nido por Vuestra Majestad, y con el apoyo y control
del Parlamento.
A la hora de cerrar esta etapa, les queda, y nos
queda, la satisfacción del deber cumplido; y la no me-
nor de haber estado y seguir estando
¡A las órdenes de Vuestra Majestad!
P.P.c.
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 11
 Una Mirada al Futuro
desde la Realidad de Hoy
Vuestro General, Luis Alejandre Síntes. General de Ejército. JEME

En los albores de un nuevo año, no quiero dejar de también como militares, siendo conscientes de los ni-
desear lo mejor a todos los componentes del Ejército veles de bienestar alcanzados en estos años.
de Tierra y, en general, a todos los lectores de la Re- En este período de veinticinco años, las Fuerzas
vista Ejército y, unido a este íntimo y sincero deseo, Armadas han cumplido escrupulosamente, el papel
quiero haceros llegar unas reflexiones tanto sobre la que para ellas fija la Constitución, se han integrado en
etapa que hemos dejado atrás como sobre el futuro su espíritu y fieles al mandato de ser un instrumento
que nos aguarda. de la política del Gobierno,
La primera y más in- han sido un claro exponen-
mediata reflexión es el te de cohesión y de servi-
emocionado recuerdo por cio sin reservas a España.
la pérdida de compañe- Creo, sinceramente, que
ros y amigos en trágicos este esfuerzo ha sido reco-
accidentes y atentados nocido por el resto de la
acontecidos en el 2003. sociedad española que ha
Han sido momentos tris- asumido el concepto de
tes los vividos en este que la Defensa es una ta-
año, pero asumidos por rea de todos y ahora consi-
las familias, por cada uno dera a “sus” Fuerzas Arma-
de nosotros y por la Insti- das, a “su” Ejército, como
tución, de manera ejem- un instrumento bien organi-
plar. Han sido acciones zado, serio, eficaz, ade-
en las que el Ejército ha cuadamente equipado y
reaccionado con la ente- perfectamente adiestrado
reza, solidaridad y com- para llevar a cabo las mi-
pañerismo de los que siones encomendadas por
siempre nos hemos enor- la Constitución, quedando
gullecido, y han constitui- ello reflejado en la alta va-
do una dura prueba que loración que de nuestra
ha demostrado la unión y Institución reflejan las en-
la fortaleza de los lazos cuestas.
que existen y han existido Hoy, al inicio de este es-
siempre entre todos los peranzador 2004, el Ejérci-
componentes de las Fuerzas Armadas. Desde aquí, to se encuentra en un momento crucial, comprometido
nuestro emocionado recuerdo y apoyo para sus fami- en la consolidación del proceso de plena profesionali-
lias y amigos. zación, en un importante cambio de su organización,
Otro aspecto que me gustaría destacar es la cele- en una modernización de sus materiales y en un per-
bración que acabamos de conmemorar del XXV ani- feccionamiento de su preparación y adiestramiento
versario de la Constitución Española, norma máxima para su, cada vez mayor, participación en organizacio-
que todos los españoles nos hemos dado y que define nes internacionales de Defensa y en misiones en el
el marco actual de convivencia entre todos nosotros. exterior, en las que mantenemos casi tres mil quinien-
Hemos de congratularnos, primero, como españoles y tas personas y entre ellas, seis Oficiales Generales.

12

En lo que atañe al personal, las nuevas medidas
retributivas aprobadas por el Gobierno, unidas a un
continuado esfuerzo de todos por mejorar la calidad
de vida del personal de tropa están dando los resulta-
dos esperados en lo que se refiere a captación de per-
sonal y aumentando de manera considerable los índi-
ces de permanencia. A pesar de lo hasta ahora
logrado, debe seguir siendo un objetivo prioritario para
todos los componentes del Ejército el conseguir profe-
sionales preparados, altamente motivados y orgullo-
sos del uniforme que visten y de los valores que en-
carnan.
Las inversiones llevadas a cabo por el Gobierno nos
permitirán conseguir y completar programas de adqui-
sición de sistemas de armas durante largo tiempo an-
helados. El helicóptero de ataque Tigre, el carro de
combate Leopardo, el vehículo de combate Pizarro, el
sistema Patriot que proporcionará a nuestra artillería
antiaérea capacidad antimisil, harán que nuestro Ejér-
cito se provea de unos medios que no sólo aumenta-
rán sus capacidades sino también la motivación de sus
componentes y con ello se conseguirá ese Ejército
bien dotado que la sociedad española se merece.
En el aspecto orgánico, iniciamos el año con los
trabajos necesarios para Ilevar a buen término y arti-
cular definitivamente lo expuesto en el Real Decreto
912/2002 de 06 de septiembre de 2002 y la Orden Mi-
nisterial 3537/2003, de 10 de diciembre de 2003, que
culminarán la reforma de los Ejércitos, sustituyendo
sus estructuras territoriales por otras de carácter ex-
clusivamente funcional. El Ejército de Tierra está tra-
bajando intensamente y en profundidad para comple-
tar con éxito esta crucial transformación orgánica y
EJÉRCITO Y SOCIEDAD
para reducir al máximo los costes humanos y materia-
les que, en el aspecto personal, toda reorganización
lleva consigo.
En colaboración con el Ministerio de Defensa, y si-
guiendo las directrices marcadas tanto por la Directiva
de Defensa Nacional 1/2000 como por la Revisión Es-
tratégica de la Defensa, estamos llevando a cabo una
importante labor de potenciación de la Cultura de De-
fensa, aspecto que considero fundamental ya que una
Institución como el Ejército debe valorar, cuidar y di-
fundir su enorme y valioso patrimonio cultural como
muestra de su activa postura intelectual y como ele-
mento de unión de sus hombres y mujeres con el res-
to de la sociedad, a la que servimos, pero también de
la que recibimos calor y apoyo.
En definitiva, os pido que sigamos claramente la
evolución de la sociedad, seamos lo que ella nos re-
clama y nos exige en este siglo XXI, seamos un Ejér-
cito moderno, eficaz y flexible para constituir un valio-
so instrumento de la política del Gobierno, pero
compatibilicemos estos conceptos de modernidad y de
progreso con el mantenimiento de valores que, si bien
no son exclusivos del Ejército, sí los consideramos
muy nuestros, como son la disciplina, la lealtad, la per-
manente disponibilidad y el sentido de que nuestra
profesión es, ante todo y por encima de todo, servicio
a España y a los españoles.
Para terminar y con un recuerdo para todos voso-
tros, y muy especialmente para los que entregaron
sus vidas por sus ideales y para aquellos que sirven
de manera apasionada a España desde fuera de
nuestras fronteras, reiterar mis mejores deseos para el
año 2004. n
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 13
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 NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO

La Nueva DO1-001
Presentación
Agustín Alcázar Segura
General de Brigada. Infantería. DEM.
Subdirector de Doctrina (DIDOM-MADOC).

años de la anterior, sin embargo, al analizar los hechos

El Plan General
y circunstancias que se han producido en este breve
de Doctrina (PGD)
pero intenso período de tiempo, se obtiene como con-
constituye el docu-
secuencia la necesidad de, al menos, comprobar el gra-
mento a través del
do de vigencia de la primera publicación de nuestro
cual, el GE JEME
Cuerpo Doctrinal.
establece tanto los
Las circunstancias apuntadas en el párrafo anterior
objetivos del área
las agrupamos en tres bloques: de carácter nacional,
de la preparación
internacional e internas. Entre las primeras apunta-
que a medio plazo
mos la publicación de los siguientes documentos:
afecten al sector
• La Directiva de Planeamiento Operativo del JEMAD
Doctrina, como los
(DPO), editada bajo el código DO1-001, en septiem-
objetivos de éste a
corto plazo. En es-
bre de 1998.
• El Libro Blanco de la Defensa y la Directiva de De-
te orden de ideas,
fensa Nacional, ambos en el año 2000.
el PGD correspon-
• El Ejército del Siglo XXI, un Salto Cualitativo del
diente al año 2002
Ejército de Tierra, EME, octubre de 2001.
planteaba, entre las
• La Revisión Estratégica de la Defensa y la Estrategia
actividades del Pro-
Militar Española, ambas de este mismo año 2003.
grama Funcional del Cuerpo de Doctrina Nacional, el
estudiar la necesidad de redactar una nueva Doc- Entre los documentos de carácter internacional,
trina Empleo de la FT o modificar la actual. destacamos la publicación del Nuevo Concepto Estra-
tégico de la OTAN, de abril de 1999; la nueva Doctrina
En principio puede parecer extraño que una Doctri-
Aliada Conjunta AJP 1 (B), de septiembre de 2001; y la
na publicada en 1996 (1ª Edición) y matizada en 1998
Doctrina de Operaciones Terrestres, ATP 3.2, de junio
(2ª Edición) requiera una nueva revisión a los cinco
del mismo año.
Finalmente, existían carencias
6 Oficiales españoles y aliados en un centro de operaciones. detectadas en los cinco años de vi-
gencia de la DO1-001, que una posi-
ble revisión motivada por otras cau-
sas, podría subsanar.
Si todos los documentos relacio-
nados tenían un peso específico más
o menos grande que podía influir en
esa hipotética revisión de la Doctri-
na, es preciso resaltar de todos ellos
El Ejército del siglo XXI, un Salto
Cualitativo del Ejército de Tierra,
del cual destacamos el último párra-
fo de su Introducción que textual-
mente dice: “En este momento, en
el que la DDN 2000 ha abierto una
nueva etapa, el ET ha hecho una
revisión profunda de sus capacida-

16

La Nueva DO1-001

des y formas de acción, cuestionándolo todo para po-
der encontrar la solución más conveniente, de forma
que se consiga optimizar sus capacidades y propor-
cionar el mejor servicio con los recursos disponibles.
En muchos casos se han confirmado las opciones ac-
tuales, pero en otros se han planteado opciones que,
creciendo sobre las existentes, van a suponer una cla-
ra evolución de la doctrina y formas de acción.”
Dicho documento es de un valor doctrinal incues-
tionable introduciendo un número de innovaciones
muy importantes, de las que destacaremos aspectos
tan fundamentales como:
• Su concepción para el empleo de la
FT en el mando combinado y con-
junto.
• Su empleo en todo el espectro del
conflicto, haciendo hincapié en que
“estará diseñado para el combate”.
• Su carácter resolutivo para que el
posible conflicto tenga la mínima
duración y produzca los mínimos da-
ños colaterales.
• La asignación de nuevas misiones en
colaboración de las autoridades civi-
les y las Fuerzas y Cuerpos de Segu-
ridad del Estado.
• Las capacidades de sus Unidades han
de permitir los mayores niveles de
interoperabilidad, en especial con
OTAN/UE.
Es así mismo preciso, destacar aspectos de organi-
zación y empleo operativo de la FT, tales como la in-
clusión de las Unidades Medias entre las de Combate.
De la misma forma aparece el nuevo concepto de la
maniobra terrestre concebida como el efecto sinérgico
de dos componentes: la maniobra de superficie y la ae-
romóvil.
La asunción de conceptos como
INFO OPS, ISTAR, CIMIC, CIS, digi-
talización, etc, va a permitir que
nuestro primer documento doctri-
nal adquiera unos visos de actuali-
zación de los que hasta ahora esta-
ban privados, por cuanto se han de-
sarrollado con posterioridad a la pu-
blicación de la edición de 1998.
Si bien nos hemos extendido en
el contenido e importancia del do-
cumento Ejército XXI, no hemos de
pasar por alto las interesantes apor-
taciones que la DPO ha proporcio-
nado en aspectos concretos como:
las capacidades militares, la guerra,
las organizaciones operativas, las
actividades conjuntas o el planea-
miento de las operaciones. Asimis-
mo se han visto influidos con las in-
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
novaciones ocasionadas por la nueva normativa
OTAN, los capítulos referentes al marco estratégico, a
las operaciones conjuntas o a las operaciones no béli-
cas, así como a los aspectos concretos de las operacio-
nes ofensivas, defensivas y retrógradas.
El estudio de toda la documentación referida, su se-
lección y la redacción de los cuatro borradores elabo-
rados han supuesto un esfuerzo de año y medio de
trabajo y el empeño de casi un centenar de oficiales
entre los que se han contado, además de los integran-
tes de la Subdirección y las Jefaturas de Doctrina del
MADOC, la DIVA, las Academias de las
Armas, los Mandos y EM,s de la COM-
GE de Melilla, la BRIL V, el MING, el
MACA, el MATRANS y la Escuela de
Guerra del ET.
El resultado de este esfuerzo es la
3ª Edición de la Doctrina Empleo de la
FT que con este Documento se pre-
senta. Como se ha dicho anteriormen-
te, puede parecer que la vigencia de
5/7 años de las anteriores ediciones es
muy escasa para un documento de es-
tas características; sin embargo, su
permanencia no depende de la volun-
tad de mantenerla, sino de la validez
de su contenido y es evidente que el
mundo actual evoluciona a un ritmo
extraordinariamente acelerado, lo que
obliga a caminar a su compás o, en su defecto, asumir
el riesgo de no contar con una Doctrina propia acorde
con las premisas que rigen en cada momento. Esto
obliga a un esfuerzo permanente de estudio y adapta-
ción de todo el Cuerpo Doctrinal al tiempo en que se
vive, porque el no hacerlo supone el estancamiento y,
en definitiva, la dificultad de nuestras Unidades para
enfrentarse a las misiones que se les asignen. n
Obús autopropulsado M-109. 6
DOCUMENTO
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 17
El Marco Estratégico
y Operacional
José Luis Calvo Albero
Comandante. Infantería. DEM.
Subdirección de Doctrina (DIDOM-MADOC).
Resulta evidente que una publi-
cación como la DO1-001, Doctrina
para el Empleo de la Fuerza Terres-
tre, encuentra su mejor acomodo
en los niveles operacional y, sobre
todo, táctico. Pero ¿qué ocurre con
los niveles superiores?, ¿con el
complejo mundo de lo estratégico?
Está claro que se escapa de las atri-
buciones y actividades de una fuer-
za terrestre, pero, sin embargo, las
marca de una forma determinante.
18
La Nueva DO1-001
Una doctrina militar no es más
que una elección, escoger en un
momento determinado y para una
fuerza concreta entre las herra-
mientas y los procedimientos que
ofrecen el Arte Operacional y la
Táctica. Pero esa elección viene
siempre regida por lo estratégico;
por la reflexión sobre los riesgos y
amenazas detectados, los recursos
disponibles, las particularidades ge-
ográficas, los intereses ineludibles,
las fortalezas y vulnerabilidades
propias… Tradicionalmente, la Es-
trategia decide cómo un Estado
debe afrontar el fenómeno de un
conflicto armado, mientras que las
doctrinas militares desarrollan los
procedimientos concretos para el
modelo elegido. Así pues resulta
muy difícil comprender una doctri-
na militar sin conocer el modelo
estratégico que constituye su ori-
gen y su inspiración.
Por este motivo se ha decidido
mantener este marco en la actual
revisión de la DO1-001; fundamen-
talmente en los capítulos 2 y 3 y,
parcialmente, en referencias repar-
tidas a lo largo de la obra. Toda la
información sobre los niveles es-
tratégicos se ha extractado a partir
de documentos de orden superior,
pues la definición y desarrollo de la
Estrategia escapa a la competencia
del ET. Lógicamente, el marco ope-
racional que sirve de punto de
arranque para una doctrina cuyo
ámbito es esencialmente táctico,
también está contemplado en los
capítulos 3 y 8, así como en otras
referencias.
EL MARCO ESTRATÉGICO
Cuando se redactó la Doctrina
de 1996, así como en su primera re-
visión de 1998, los documentos ofi-
ciales de nivel estratégico eran bas-
tante escasos, dispersos y muy ge-
nerales. Algunos documentos espe-
cíficos como las Directivas de De-
fensa Militar o los Planes Estraté-
 NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO

gicos Conjuntos resultaban muy Nacional de Seguridad y Defensa, Para entender la Política Nacio-
poco trasladables a un documento Política de Defensa y Política Mili- nal de Seguridad y Defensa de Es-
abierto como la DO1-001 por su tar. El gran número de autores que paña se hace precisa una definición
clasificación de seguridad. Una han tratado estos temas, ha creado de riesgos, que se incluye en el ci-
doctrina conjunta habría sido el lu- un bosque terminológico y concep- tado capítulo, basada en documen-
gar idóneo para exponer el marco tual que a veces provoca confusión tos de orden superior. También es
estratégico pero, pese a algunas sobre algo en esencia muy sencillo. necesario definir los intereses na-
valiosas iniciativas, todavía no ha La Seguridad no es más que la cionales, es decir, aquellos logros y
llegado a aprobarse ninguna. aspiración de una sociedad a evitar objetivos que se pretenden prote-
A la hora de redactar esta últi- perturbaciones en su desarrollo y ger de manera especial, y para ello
ma versión, la situación ha cambia- en su vida cotidiana. Para lograrla se ha recogido lo contemplado en
do sustancialmente. No sólo ha es preciso estudiar las amenazas y la Revisión Estratégica que clasifi-
aparecido una nueva Directiva de riesgos del entorno que pueden ca los intereses nacionales en vita-
Defensa Nacional (2000) y un actuar como perturbadores, idear les, estratégicos y otros.
nuevo Concepto Estratégico de la unas medidas que neutralicen esas Asimismo resulta inevitable rea-
Alianza (1999) sino que, sucesiva- posibles perturbaciones y procu- lizar una referencia a la seguridad
mente, se han publicado tres docu- rarse los medios y mecanismos pa- colectiva y a la defensa comparti-
mentos fundamentales para com- ra que esas medidas se lleven a la da, puesto que la Estrategia espa-
prender la Estrategia española: el práctica. En líneas generales eso es ñola se basa en considerable medi-
Libro Blanco de la Defensa (2000), la Política Nacional de Seguridad y da en estos conceptos. En este sen-
la Revisión Estratégica de la Defen- Defensa. La dirección y coordina- tido, el capítulo 2 recoge lo habi-
sa (2002) y el documento de JE- ción en la ejecución práctica de tual de la actuación multinacional
MAD Nuevos Retos, Nuevas Res- esas medidas será la Política de en materias de seguridad y defen-
puestas. Estrategia Militar Españo- Defensa y, cuanto se refiere a la sa, sin olvidarse de lo excepcional
la (2003). organización, diseño y funciona- (pero en absoluto imposible) de
El primero es un documento de miento del órgano especializado una actuación en solitario para
carácter divulgativo pero, por pri- en la Defensa (aunque no el único afrontar problemas concretos.
mera vez, condensa y define los ni mucho menos), es decir, las Los mayores problemas, a la ho-
planteamientos estratégicos bási- Fuerzas Armadas, se denominará ra de redactar el capítulo se encon-
cos de la nación. El segundo, la Re- Política Militar. traron en el apartado dedicado a la
visión Estratégica, tiene un valor
mucho mayor puesto que no sólo
se plantea un estudio exhaustivo Helicóptero de transporte CH-47 D Chinook. 6
de los condicionantes estratégicos
nacionales, sino que aspira a ser el
motor de un proceso de reorienta-
ción que encaje definitivamente la
Estrategia española en el incierto
panorama internacional de nues-
tros días. Por último, el documento
del JEMAD, el único con clasifica-
ción de seguridad, se basa en el an-
terior para definir con mucha pre-
cisión el nivel estratégico militar
con sus líneas de acción, escena-
DOCUMENTO
rios, riesgos y procedimientos. To-
mando como base estos documen-
tos, se abordó la elaboración del
marco estratégico para la DO1-001,
pretendiendo realizar una intro-
ducción útil para entender el resto
de la obra.
En el capítulo 2 se comenzó por
realizar una reflexión sobre los
conceptos de Seguridad y Defensa,
para desde ellos desarrollar sucesi-
vamente la definición de Política

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 19


definición de Estrategia y su clasifi-
cación en niveles. El tema de su de-
finición resulta especialmente espi-
noso pues, hasta el momento, no
existe ninguna universalmente
aceptada. Se decidió utilizar una
definición basada en la clásica del
general francés André Beaufre,
quizás la que más consenso ha lo-
grado. Beaufre situaba la naturale-
za de la Estrategia en el enfrenta-
miento (“dialéctica de las volunta-
des”) y en el empleo de la fuerza;
es decir, que sólo existe Estrategia
cuando existe un adversario real o
potencial, y en el enfrentamiento
con él se considera como posible el
recurso al uso de la fuerza.
En cuanto a los niveles de la Es-
20
La Nueva DO1-001
países, pero que en España se co-
noce como Estrategia Nacional de
Seguridad y Defensa.
Una vez hechos estos plantea-
mientos generales, cada instru-
mento en manos del Estado debe
cumplir con las tareas que la Estra-
tegia Nacional de Seguridad y De-
fensa le ha impuesto. Las tareas
son lógicamente más nutridas y
complejas para el Ministerio de De-
fensa que constituye un órgano es-
pecializado. A él compete “diseñar”
unas Fuerzas Armadas con una or-
ganización, unas capacidades y un
despliegue adecuados a los objeti-
vos marcados por la Estrategia de
Seguridad y Defensa, así como co-
ordinar la actuación de otros orga-
nismos estatales en materia de De-
fensa. Para ello necesita unos pre-
supuestos, unos medios humanos y
materiales y el desarrollo de una
legislación. Este es el segundo ni-
vel de la Estrategia, el denominado
Estrategia Nacional de Defensa.
Por último, existe un tercer ni-
vel propiamente militar, responsa-
bilidad del JEMAD, cuya principal
tarea consiste en convertir esa
amalgama de medios, recursos y
capacidades en fuerzas eficaces pa-
ra alcanzar objetivos materiales y
concretos. Además, este nivel
atiende también a la eventual con-
ducción estratégica de las opera-
ciones en caso de conflicto. Es el
nivel de la Estrategia Militar.
trategia, la cuestión no es menos
Así pues, la Estrategia es única
complicada. El esquema clásico, se-
y nace en los más altos niveles de
gún el cual la Estrategia es única
gobierno, pero se desarrolla en
pero se desarrolla en tres niveles
tres niveles distintos, sin perder su
distintos, ha sonado con frecuencia
identidad y coherencia ya que ca-
a misterio teológico. Pero nueva-
da nivel se limita a hacer lo nece-
mente nos encontramos ante un
sario para alcanzar los objetivos
hecho sencillo, complicado por los
que le marca el nivel superior. En
teóricos. La Estrategia la generan
ocasiones se produce cierta confu-
siempre los gobernantes, que son
sión entre los niveles de la Estrate-
los que valoran los riesgos y las po-
gia y las respectivas políticas de
sibilidades de la nación y definen
seguridad y defensa, de defensa,
qué estructuras defensivas son ne-
militar, etc. Puede servir como
cesarias, cuándo es preciso recurrir
aclaración, recordar que Estrategia
al conflicto armado, para qué, qué
es ante todo, reflexión y planifica-
se está dispuesto a arriesgar en él,
ción, mientras que política es más
etc. Esto constituye el primer nivel
bien gestión. Las diversas “políti-
de la Estrategia, que puede recibir
cas” utilizan la Estrategia como un
distintas denominaciones según los
instrumento de reflexión para fijar
 NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO

objetivos. Así, por ejemplo, la Es- mogéneos y separados en los que ción estratégica de las operaciones.
trategia Nacional de Seguridad y se emprenden operaciones propias Así pues, nos encontraríamos con
Defensa es la reflexión y decisión para alcanzar un objetivo estraté- un primer nivel de conducción, co-
sobre riesgos, recursos y objetivos, gico se denomina Teatro de Opera- rrespondiente a JEMAD que se de-
que constituye el primer paso en ciones. Si el espacio tiene identidad nomina estratégico.
la definición, desarrollo y gestión propia, pero sólo se busca en él un Bajo el nivel de conducción es-
de una Política Nacional de Seguri- objetivo operacional, o se decide tratégico se encuentra el operacio-
dad y Defensa. dividir un Teatro de Operaciones, nal, que corresponde a un jefe mili-
aparece el concepto de Zona de tar a quien se ha proporcionado
LOS PARÁMETROS PARA Operaciones. Tanto los Teatros co- una fuerza específica y una misión
LAS OPERACIONES MILITARES mo las Zonas de Operaciones se di- concreta, en un espacio y un tiem-
La eterna disquisición entre viden, a su vez, en Zona de Comba- po determinados, encaminada a al-
guerra y conflicto constituye uno te (donde se realizan propiamente canzar un objetivo estratégico
de los tradicionales problemas de las operaciones para alcanzar el ob- marcado por el nivel superior. El
los estudios estratégicos y polemo- jetivo estratégico) y Zona de Co- cumplimiento de esa misión impli-
lógicos. En la presente revisión de municaciones (la que se utiliza pa- ca normalmente una serie de ope-
la Doctrina se ha abordado este ra el sostenimiento de esas opera- raciones relacionadas entre sí, de-
problema en el capítulo 3, optando ciones). sarrolladas en un espacio amplio y
por mantener la visión ya contem- El problema de la articulación de un tiempo prolongado, que se de-
plada en las versiones precedentes, los niveles de conducción es más nomina campaña. Por último, su-
según la cual la guerra es un esta- complejo. Resulta evidente que la bordinado al nivel operacional, en-
do de enfrentamiento armado con guerra o el conflicto armado se de- contramos el táctico que corres-
unos condicionantes muy precisos sarrollan bajo la dirección de la má- ponde a los jefes militares a los que
en cuanto a legalidad internacio- xima autoridad política, aunque no se encomienda la ejecución de cada
nal. Por el contrario pueden darse ejerza necesariamente la conduc- una de las operaciones que compo-
otras situaciones de enfrentamien- ción material de las operaciones nen la campaña, o de las batallas y
to abierto y armado que no pue- militares ( la Ley 1/84, sin embargo, combates en que se descompone
den ser clasificadas como guerra, sí atribuye esa potestad al Presiden- cada una de dichas operaciones. El
puesto que no se dan las necesarias te del Gobierno). La reciente Revi- nivel táctico es, pues, un nivel múl-
condiciones legales. Para esas si- sión Estratégica deja en manos del tiple, que incluye desde las grandes
tuaciones se utiliza la denomina- nivel político la dirección del con- unidades superiores a las pequeñas
ción de conflicto armado. Por últi- flicto y asigna al JEMAD la conduc- unidades.
mo, se ha mantenido el concepto
de crisis como una situación de
ruptura de la estabilidad e incre-
mento de la tensión en la que to-
davía no se ha llegado al enfrenta-
miento abierto o, al menos, éste no
se ha generalizado.
Siempre que se producen opera-
ciones militares como consecuen-
cia de una situación de crisis, con-
flicto armado o guerra, se presen-
tan dos problemas clásicos: el pri-
mero es la articulación del espacio
DOCUMENTO
en el que tendrán lugar las opera-
ciones; el segundo, la articulación
de los niveles de mando que con-
ducirán dichas operaciones. Para el
primer caso, la revisión doctrinal
ha mantenido la estructura tradi-
cional: el espacio afectado en algu-
na medida por operaciones milita-
res, propias o enemigas, reales o
potenciales se denomina Teatro
(Teatro de la Guerra si ése es el ca-
so). Cada uno de los espacios ho-

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 21

 No hay que confundir aquí los
niveles de la Estrategia con los ni-
veles de conducción de las opera-
ciones. Los primeros se ocupan del
planeamiento permanente para de-
finir y contribuir a lograr los objeti-
vos de cada nivel, normalmente de
carácter general y a largo plazo.
Los niveles de conducción son más
ejecutivos, se activan sólo cuando
es preciso realizar operaciones mi-
litares, y los objetivos que persi-
guen son los específicos que el Go-
bierno de la nación considere con-
veniente alcanzar en la crisis, con-
flicto armado o guerra de que se
trate.
Otra novedad relevante en el
capítulo 3 es la referencia a los pro-
cedimientos, recuperada de versio-
nes anteriores de la DO1–001. Los
procedimientos se entienden como
métodos para cumplir las misiones
y se enfatiza la gran variabilidad en
su aplicación en función de facto-
res tales como la tecnología, la opi-
22
La Nueva DO1-001
nión pública o el tipo de conflicto
de que se trate.
LA NECESIDAD
DE LO CONJUNTO
Lo ineludible de la acción con-
junta en las operaciones militares
resulta un hecho evidente desde, al
menos, la Segunda Guerra Mun-
dial. Pero el que resulte evidente
no significa que no se encuentre
todo tipo de obstáculos para po-
nerlo en práctica.
La Doctrina ha apostado clara-
mente en sus últimas versiones por
la acción conjunta y en esta revi-
sión se continúa e incluso refuerza
esta tendencia, dedicando un capí-
tulo (el 8) a las actividades conjun-
tas. La idea principal es que las
operaciones llevadas a cabo por un
solo ejército han pasado a la histo-
ria o se mantienen como actuacio-
nes marginales. El nivel operacio-
nal es, por definición, conjunto y el
papel principal del ET es contribuir
a esa acción conjunta en la medida
de sus posibilidades y aportando
sus capacidades particulares.
No obstante, las operaciones
conjuntas no son materia para una
doctrina terrestre, por lo que su
tratamiento se ha limitado a las
operaciones navales y aéreas que
pueden desarrollarse en beneficio
de la acción de las fuerzas terres-
tres, para después pasar a las acti-
vidades operativas conjuntas, es
decir, a aquellas que no constitu-
yen una responsabilidad específica
de un ejército en particular. Las ac-
tividades conjuntas encuentran su
mejor acomodo en el nivel opera-
cional, aunque su desarrollo impli-
cará normalmente al nivel táctico.
Las actividades conjuntas se de-
sarrollan de forma permanente y
su influencia en las operaciones
puede ser decisiva, habiendo au-
mentado su importancia de forma
significativa en los últimos tiem-
pos. En el capítulo Inteligencia, se
contemplan vigilancia, reconoci-
miento y adquisición de objetivos
(ISTAR), utilización del espacio ex-
terior, control del espacio aéreo,
defensa aérea, interdicción, logísti-
ca, operaciones especiales, protec-
ción de la fuerza, operaciones de
Información (INFO OPS), coopera-
ción cívico-militar (CIMIC) e infor-
mación pública (PI).
CONCLUSIÓN
En definitiva, los capítulos 2 y 3
pretenden establecer un marco en
el que encuadrar la actuación del
ET. Dado que la definición de este
marco corresponde a un nivel supe-
rior, el propósito principal, a la hora
de redactar estos capítulos, ha sido
extractar lo más importante de los
documentos de nivel operacional y
estratégico existentes, exponiéndo-
lo de forma ordenada para propor-
cionar a los usuarios de la DO1-001
un punto de partida claro para el
resto de la obra. En cuanto al capí-
tulo 8, su objeto es definir tanto la
contribución del ET a la imprescin-
dible acción conjunta, como la de
los otros ejércitos a las actividades
específicamente terrestres. n
 NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO

El Ejército de Tierra
Rafael Reche Silva
Teniente Coronel. Artillería.
Francisco Ramos Fernández
Comandante. Transmisiones.
Ángel Castilla Trillo
Comandante. Infantería. DEM.
Subdirección de Doctrina (DIDOM-MADOC).

INTRODUCCIÓN
La 3ª edición de la Doctrina nos
proyecta a una nueva visión de
nuestro Ejercito de Tierra, sin olvi-
dar los valores que la Historia y la
tradición han arraigado y forjado
en el modo de ser y de sentir (disci-
plina, sentido del honor, integri-
dad, lealtad, compañerismo...) y
que constituyen las señas de iden-
tidad de nuestro Ejército, dando
así un salto cualitativo que nos
permita asumir nuevos retos con la
sociedad española actual y ser ca-
paces de afrontar los compromisos
internacionales que se derivan de
nuestra situación en Europa, la
Alianza Atlántica y otros organis-
mos como la ONU.
Para ello, en la Doctrina se reco-
ge el hecho de que el ET deberá es-
tar organizado, equipado y adies-
trado para llevar eficazmente to-
das las misiones que se le enco-
DOCUMENTO
mienden, desde el combate hasta
la ayuda humanitaria, asumiendo
la voluntad y la iniciativa de que
podamos proporcionar el liderazgo
de estructuras operativas conjun-
tas y multinacionales, de forma
que nos permita estar en situación
de igualdad con nuestros aliados
en el momento de afrontar una cri-
sis o la defensa común.
Dentro del contexto donde se
analizan la misiones del Ejército

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 23

de Tierra para los casos de paz, cri-
sis y conflicto armado, es en tiem-
po de paz donde se actualiza esa
necesaria colaboración con la so-
ciedad en aspectos tan importan-
tes como la seguridad, el medio
ambiente y las relaciones con las
autoridades civiles y organismos
del Estado.
Por ello, se aborda la posibilidad
de colaboración con Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado,
en la lucha contra el terrorismo in-
ternacional, narcotráfico, crimen
organizado o inmigración clandes-
tina, a través de tareas de vigilan-
cia o apoyo técnico.
Así mismo y a requerimiento de
las autoridades civiles, se podrá co-
laborar para casos de grave riesgo,
catástrofe o calamidad. Conviene
recordar brevemente la colabora-
ción y esfuerzo de la unidades de
las FAS, con una gran aportación
del ET, para contribuir a minimizar
el impacto medioambiental que
originó el hundimiento del Presti-
gie y recuperar el entorno natural
de las costas gallegas.
Por lo que respecta a las “Es-
tructuras Orgánicas”, esta nueva
edición de la Doctrina conserva
prácticamente la estructura origi-
nal del capítulo 6 de la 2ª edición,
si bien han sido introducidas nue-
vas unidades como las unidades
medias, aeromóviles, Operaciones-
Seguridad y Cooperación Cívico-
Militar y se han suprimido las uni-
dades de Caballería ligera. También
se han realizado modificaciones
para adaptarse a la evolución de
los acontecimientos y a los patro-
nes OTAN, así como ampliaciones
para completar el texto y/o facili-
tar su comprensión.
Finalmente, la principal nove-
dad en lo que se refiere al empleo
operativo de las Fuerzas Armadas
afecta a los conceptos relativos al
mando operativo.

CUERPOS, ARMAS Y
ESPECIALIDADES DEL ET.
La Doctrina recoge un cambio
sustancial en el contenido para
adaptarse a la Ley 17/99 del Régi-

24

La Nueva DO1-001

men del Personal de las Fuerzas
Armadas.
El tradicional concepto de “Ar-
mas y Servicios” pasa a denominar-
se Cuerpos, Armas y Especialida-
des, dado que para lograr los fines
que se persiguen, en cada momen-
to se requieren unos medios y unos
procedimientos determinados cuya
evolución a lo largo del tiempo ha
producido una mayor especializa-
ción en los componentes de nues-
tro Ejército, en aras al mejor cum-
plimiento de sus misiones.
Así, se definen los Cuerpos espe-
cíficos del ET y sus cometidos ge-
nerales que, en síntesis, se puede
resumir en:
• Cuerpo General de las Armas, en
relación con la Fuerza y el Apoyo
a la Fuerza.
• Cuerpo de Intendencia, en rela-
ción con la Logística y cuestiones
económicas y financieras.
• Cuerpo de Ingenieros Politécni-
cos, en relación con materias de
carácter técnico o logístico.
• Cuerpo de Especialistas, en rela-
ción con los sistemas de armas,
equipos y funciones logísticas.
Se mantiene el concepto de “Ar-
mas” ya que históricamente res-
ponde a la necesidad de especiali-
zación impuesta por la evolución
de los medios y de los procedi-
mientos. Por tanto se conserva la
anterior definición de las Armas
como conjunto de personal y me-
dios, organizados y empleados en
unidades que desarrollan activida-
des específicas en las operaciones.
Por otra parte, el nuevo concep-
to de “Especialidad Fundamental”
recogido en la ley 17/99 (Régimen
del Personal de las FAS) se relacio-
na con el concepto y competencias
que el personal del Cuerpo General
de las Armas tiene en las “Armas
tradicionales”, con una o más “Es-
pecialidades Complementarias”.
Se incluye el concepto “de efec-
to sinérgico” cuando cada una de
las Armas aporta sus capacidades
operativas específicas para el desa-
rrollo de las operaciones; contribu-
yendo con ello a formar la capaci-
dad de combate conjunto.
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
Cuando la Doctrina afronta el
análisis de cada Arma, quiere con-
servar su carácter definitorio y ac-
tualizarla en aquellos métodos o
sistemas que las nuevas necesida-
des del combate requieren.
• Infantería. Considerada el Arma
de la maniobra por excelencia. En
la definición de sus característi-
cas se introducen dos nuevas cua-
lidades como la movilidad y la
versatilidad para reafirmar su ca-
pacidad de movimiento en todo
tipo de terreno y su posibilidad
para modificar la actitud de for-
ma instantánea (actitud ofensi-
va- actitud defensiva).
Sus unidades se definen bajo la
nueva denominación de “unidades
ligeras, medias y pesadas” olvidan-
do el concepto anterior de Infante-
ría Mecanizada y Acorazada.
• Caballería. La Doctrina recoge
una nueva redacción de la misio-
nes características del Arma, sien-
do el cambio más sustancial la
utilización del término “informa-
ción” que se define como “reco-
nocimiento”.
La Caballería es el Arma del re-
conocimiento por excelencia, de la
seguridad y del contacto. Aparecen
incluidos entre sus medios de com-
bate, los vehículos de reconoci-
miento y combate por la importan-
cia que están teniendo actualmen-
te para el Arma en sus acciones de
carácter ofensivo.
• Artillería. El Arma no es ajena a
las nueva tecnologías en los cam-
pos de desarrollo de materiales,
electrónica, informática, etc., que
se implementan dentro de la uni-
dades de Campaña, Costa y An-
tiaéreas, en apoyo de las opera-
ciones y en una acción conjunta
con otras Armas y Ejércitos.
− Artillería de Campaña como es-
queleto del sistema de Apoyos de
Fuego.
− Artillería de Costa con el papel
preponderante de la defensa del
litoral y control del trafico marí-
timo.
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
− Artillería Antiaérea como respon-
sable de la Defensa Antiaérea, in-
tegrada en el sistema de la De-
fensa Aérea.
Se añaden dos nuevas cualidades
que definen el espíritu del Arma y
del artillero: La preparación técnica
y la precisión en los trabajos.
• Ingenieros. Se afronta la nueva
estructuración del Arma en dos
Especialidades Fundamentales:
Ingenieros y Transmisiones.
− Ingenieros: se definen las misio-
nes de las unidades de Ingenieros
como “apoyo a la movilidad, con-
tramovilidad y protección”.
− Transmisiones: se desarrolla todo
el ámbito de actuación de esta
Especialidad: “Telecomunicacio-
nes, la información para el mando
y control y la guerra electrónica”.
Un cambio sustancial aparece al
extraer el apartado referente a los
“Servicios”, para integrarlo en el
capítulo correspondiente a las Fun-
ciones Logísticas.
ESTRUCTURA DEL
EJÉRCITO DE TIERRA
Se analiza cuál es la finalidad de
la estructura orgánica y funcional
del Ejército de Tierra, entendiendo
que éstas deben estar orientadas al
cumplimiento de la misión consti-
tucional encomendada a la Fuerzas
Armadas. Para ello, su composición
y dimensiones se derivan del Plan
Estratégico Conjunto.
Aparece en la nueva redacción,
la necesidad de que el Ejército se
organice según sus Capacidades
Operativas, cada una de la cuales
debe estar orientada al logro de un
efecto estratégico, operacional o
DOCUMENTO
táctico.
Se suprime la extensa descrip-
ción de los cometidos del Jefe de
Estado Mayor del ET, CG, la Fuer-
za, y el Apoyo a la Fuerza por cons-
tituir un aspecto más propio de
otras publicaciones, tipo IOFET,
que de la propia Doctrina.
Así mismo, se incluye un nuevo
apartado donde se sintetizan las
características de nuestro Ejército,
que le deben permitir cumplir el
25

objetivo de las Fuerzas Terrestres,
contribuir al esfuerzo común, ser
aptas e interoperables para inte-
grarse en organizaciones interna-
cionales...
LAS ESTRUCTURAS ORGÁNICAS
Al no haber sido definido el con-
cepto de “Estructura Orgánica” en
las ediciones anteriores, éste no
quedaba totalmente claro, y por
ello se ha considerado necesario in-
troducirlo en las Generalidades del
capítulo 5 de forma que sirva de ba-
se para el desarrollo del mismo. Así
se define como: La organización mi-
litar de carácter permanente consti-
tuida sobre la base de unas planti-
llas reglamentariamente aprobadas
y que están diseñadas para facilitar
la vida y preparación de las mismas.
Esto implica que la División deje de
ser una estructura orgánica, al no
estar permanentemente constitui-
da, sino que se forma con unidades
inferiores para llevar a cabo una
operación determinada.
Nace un nuevo tipo de unidad
de combate, “las unidades medias”,
al hacerse necesario llegar a la zo-
na de conflicto lejana con medios
potentes en un plazo de tiempo
adecuado. Para ello, estas unidades
26
La Nueva DO1-001
tienen que poder ser transportadas
en aviones logísticos de gran capa-
cidad de carga, sin que se disminu-
ya sensiblemente la potencia con
respecto a las pesadas, y poder dar
una respuesta rápida y contunden-
te en cualquiera de las situaciones
del espectro del conflicto. Según el
tipo de amenaza, podrán ser las
primeras en desplegar y evitar así
el empeño de un mayor volumen
de fuerzas, al disuadir al adversa-
rio; o constituir una fuerza que dé
cobertura a la entrada en el TO de
unidades más resolutivas (unida-
des pesadas).
En “las unidades ligeras” se hace
hincapié en que, aunque puedan
ser las primeras en desplegar a ni-
vel estratégico por razones de ur-
gencia, necesitan ser reforzadas rá-
pidamente por unidades medias o
pesadas, pues de lo contrario esta-
rán en grave peligro. A nivel opera-
cional, podrán ser las primeras
cuando la rapidez prime sobre la
potencia y se trate de una fuerza
de entrada inicial con la suficiente
potencia de combate.
Otros cambios en estas unida-
des son:
• Las unidades de Infantería moto-
rizadas pasan a denominarse uni-
dades de Infantería ligera, puesto
que el medio de transporte ya no
las define al poder utilizar cual-
quier otro.
• Las unidades de Caballería ligera
son suprimidas al estar las unida-
des de esta Arma bien definidas
dentro de las ligero acorazadas
de Caballería.
Se introducen las unidades aero-
móviles, que estarán constituidas
por helicópteros de diferentes ca-
racterísticas (ataque, reconoci-
miento y transporte) y por unida-
des ligeras provistas de un apoyo
logístico específico y sistema de
mando y control propio integrado
en el escalón superior. Esto las ha-
ce especialmente aptas para llevar
a cabo operaciones en profundi-
dad, próximas y a retaguardia, nor-
malmente en actitud ofensiva, por
la rapidez, alcance y flexibilidad,
movilidad y potencia de fuego que
le proporcionan los helicópteros.
Respecto a las “unidades de
Apoyo al Combate”, han sufrido
pequeñas modificaciones las de
Apoyos de Fuego y más significati-
vas, las unidades de Apoyo Opera-
tivo, en cuanto a:
• Enumerar y describir brevemente
las acciones de que consta la EW
(ESM, ECM y EPM) con el objeto
de que estén más difundidas.
• Sustituir la definición de unida-
des de Inteligencia, en la línea de
la OTAN, e introducir el acróni-
mo ISTAR que se define poste-
riormente en el capítulo 8.
• Introducir las “unidades de Ope-
raciones-Seguridad” sin especifi-
car su composición, pero sí sus
cometidos: control del tráfico,
circulación de individuos y custo-
dia de detenidos militares; todos
ellos realizados actualmente por
la policía militar, aunque en de-
terminadas ocasiones podrían ser
efectuados por otras unidades.
• Introducir las “unidades de Coo-
peración Cívico-Militar”, de gran
importancia en los conflictos ac-
tuales, especialmente en los tea-
tros internacionales donde actú-
an nuestras tropas. Sin embargo,
en la 2ª edición sólo se hacía refe-

rencia a la función Asuntos Civi-
les, dentro de las unidades de
Apoyo Logístico al Combate.
Por último, las “unidades de
Apoyo Logístico al Combate” au-
mentan su relevancia dado el in-
cremento de las operaciones fuera
de área en la que está inmerso
nuestro Ejército, debiendo por ello
incrementarse también sus posibi-
lidades para que puedan apoyar a
las fuerzas que se proyectan con la
rapidez y eficacia necesarias para
cumplir su misión.
Las modificaciones más signifi-
cativas se han efectuado en:
• Las “unidades de Sanidad”, espe-
cificándose lo que incluye la asis-
tencia sanitaria y cuáles son las
actividades sanitarias de apoyo
general.
• Las “unidades de Obras” determi-
nándose su constitución y esta-
bleciéndose su capacidad para di-
rigir personal militar y civil en es-
tos cometidos.
Además, desaparecen las unida-
des de Asuntos Civiles actualmente
absorbidas por un concepto más
amplio como es el de Cooperación
Cívico Militar.
LAS ORGANIZACIONES
OPERATIVAS
En esta nueva edición se ha
efectuado una aclaración de dichos
conceptos, pues la experiencia ha
demostrado que siendo general-
mente válidos y aceptados para su
empleo en los ámbitos conjunto y
combinado, no parecen haber en-
contrado su aplicación exacta en el
ámbito específico terrestre.
Por otra parte, la experiencia en
operaciones multinacionales de-
muestra que la autoridad de los
mandos operativos constituidos
sobre las fuerzas que se les han
atribuido, raramente ha respondi-
do a una de las modalidades de
mando operativo recogidas en la
Doctrina.
Todo ello indica que esta clasifi-
cación no debe ser tan rígida como
la establecida según la redacción
de anteriores ediciones, tanto en
las responsabilidades de cada tipo
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
de mando como en el límite entre
los niveles operacional y táctico, si-
no que, buscando el establecimien-
to de un lenguaje común entre las
distintas naciones, deben conside-
rarse modelos sobre los que basar,
de una forma general y en función
del nivel de conducción donde se
ejerza el mando operativo, las con-
diciones exactas de transferencia
de autoridad o agregación en cada
caso concreto.
En definitiva, estos términos
continúan teniendo plena vigencia
y por ello su redacción se mantiene
prácticamente igual, pero elimi-
nando los epígrafes que conferían
rigidez a su clasificación. En su
aplicación práctica, deberán ser
matizados en cada caso a través de
los documentos “Transferencia de
Autoridad” u “Orden de Agrega-
ción” o a través del Plan u Orden
de Operaciones.
Además, la aparición en las an-
teriores ediciones de estas cuatro
modalidades de mando, exclusiva-
mente ha inducido a considerarlas
como las únicas relaciones de man-
do operativo posibles entre los Je-
fes Militares y las unidades con las
que cuentan para cumplir la misión
asignada.
Esto ha provocado diferentes
interpretaciones con respecto a las
relaciones de mando ya definidas
anteriormente en reglamentos y
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
orientaciones de las unidades de
Apoyo al Combate (agregación,
adaptación, apoyo directo, acción
de conjunto, etc.) y que, en ocasio-
nes, han intentado sustituirse por
las nuevas modalidades sin que se
haya encontrado un claro paralelis-
mo entre los términos.
Así, se recogía el concepto de
transferencia de autoridad, especi-
ficando que se lleva a cabo normal-
mente en el nivel operacional, pero
no se mencionaba el término
“agregar”, mucho más amplio y
más adecuado para el nivel táctico,
sobre todo para las pequeñas uni-
dades.
Se ha considerado por tanto que
en el nivel táctico y sobre todo en
el ámbito puramente específico te-
rrestre de las pequeñas unidades,
debe emplearse el término agregar
y sus derivados (orden de agrega-
ción, unidades agregadas o segre-
gadas) para definir la organización
operativa de las Fuerzas Operati-
vas y agrupamientos tácticos.
Tampoco debe confundirse la
modalidad de mando operativo so-
bre las unidades que componen
una Fuerza Operativa, con las mo-
dalidades de empleo o la forma de
apoyo a las unidades de Combate
por parte de las de Apoyo al Com-
bate. Las modalidades de apoyo de
Ingenieros y las misiones tipo para
la organización para el combate de
DOCUMENTO
27
los Apoyos de Fuego y Defensa An-
tiaérea, definidas en los respecti-
vos reglamentos de empleo, han de
continuar plenamente vigentes y
no ser sustituidas por las modalida-
des de mando y control estudiadas.
En cuanto a la atribución de
fuerzas, se han conservado las mo-
dalidades que también contempla
la Directiva de Planeamiento Ope-
rativo ya que hacen uso de una ter-
minología española estable y váli-
da con carácter general para cual-
quier organización operativa. Tér-
minos de actualidad como Fuerzas
Dedicadas o Fuerzas Afiliadas se
refieren a casos específicos y su
descripción detallada, en lo que
pueda diferir de los tres casos ge-
nerales previstos, es objeto de pu-
blicaciones o documentos como la
Doctrina de Mando y Control (en
28
La Nueva DO1-001
revisión) o los Conceptos de Em-
pleo de la Fuerzas Operativas que
los contemplan.
En sintonía con la recuperación
del término agregación, se ha in-
cluido también la descripción de
los diferentes agrupamientos tácti-
cos, verdadero campo de aplicación
de dicho término.
La capacidad de combate tam-
bién ha sufrido variación, habién-
dose incluido nuevos aspectos co-
mo componentes de la potencia de
combate (cantidad y calidad de los
medios disponibles, el sistema de
mando y control establecido y las
posibilidades logísticas), adaptán-
dose el concepto de protección a
una concepción más amplia (con-
templando el nivel táctico e intro-
duciendo el operacional de protec-
ción de la Fuerza que será tratado
en el capítulo 8) y suprimiéndose
la calidad de los mandos como
componente de la potencia de
combate, por estar ya contempla-
do como uno de los factores en los
que se basa la moral.
Por último, de forma similar al
resto de la publicación, se han rea-
lizado correcciones de menor nivel
para adecuar el contenido del capí-
tulo a la Directiva de Planeamiento
Operativo del JEMAD en lo refe-
rente a la definición de algunos de
los términos incluidos en el texto,
y al documento Ejército Siglo XXI
del JEME en lo referente al con-
cepto de modularidad y la nueva
concepción de la División como
Fuerza Operativa, dejando de te-
ner composición fija, a pesar de
que pueda estar constituida orgá-
nicamente. n
 NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO

Conceptos
Generales sobre las
Operaciones Militares
Juan Hernández Gutiérrez
Comandante. Infantería. DEM.
Subdirección de Doctrina (DIDOM-MADOC).

La DO1-001 en su 3ª edición
(2003) mantiene la línea ya inicia-
da con la primera (1996) de conce-
bir el Campo de Batalla como un
sistema único en su conjunto en el
que interactúan hombres, equipo,
doctrina y procedimientos con la
finalidad de conseguir el éxito en
las operaciones que en él se desa-
rrollen.
Esta interacción se plasma en un
sinfín de actividades de distinto ti-
po. No obstante entre ellas se en-
cuentran características que nos
permiten agruparlas de forma ho-
mogénea por ser de naturaleza si-
milar y concurrir hacia una finalidad
parcial dentro del conjunto. Esta
agrupación de las distintas activida-
des presentes en el Campo de Bata-
lla es lo que da lugar, en el Nivel
Táctico, a las ocho funciones de
combate expuestas en la Doctrina:
Maniobra; Apoyos de Fuego; Inte-

DOCUMENTO

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 29

ligencia; Defensa Aérea; Mando y
Control; Guerra Electrónica; Mo-
vilidad, Contramovilidad y Pro-
tección; y Apoyo Logístico. Ningu-
na es exclusiva de un arma o espe-
cialidad concreta ya que cualquier
unidad, en mayor o menor medida,
puede llevar a cabo actividades de
cualquier función de combate.
Aunque ninguna de estas fun-
ciones es predominante sobre las
demás, se considera que la de Ma-
niobra sirve de referencia a las de-
más y que la de Mando y Control
ocupa un lugar central a partir del
que se consigue la sincronización
de las actividades restantes. Así
mismo, no son estancas ni inde-
pendientes ya que todas las activi-
dades se desarrollan en el Campo
de Batalla y se complementan en-
tre sí para conseguir el fin último
que es el éxito de las operaciones.
LAS OPERACIONES MILITARES
Operación militar es el conjunto
de actividades realizadas con fuer-
30
La Nueva DO1-001
zas y medios militares, coordinadas
en tiempo, espacio y propósito, de
acuerdo con lo establecido en una
directiva, plan u orden para el
cumplimiento de una misión o co-
metido. La nueva edición de la
Doctrina mantiene la definición
que se dio para operación militar
en 1996, en la primera edición. Sin
embargo existe en nuestro Ejército
la tendencia involuntaria de deno-
minar una parte por el todo, iden-
tificando con el término maniobra
(la parte) el significado de opera-
ción (el todo). Esto es debido en
gran medida a la influencia y peso
que la Doctrina anterior (1956-
1980) tuvo en nuestra formación y
en la que la Maniobra lo era todo:
…disponer y mover las Unidades y
emplear las armas y los medios del
modo más adecuado, regulando y
coordinando sus acciones en el
tiempo y en el espacio, para cum-
plir la misión asignada. Su defini-
ción se asimila a la actual de opera-
ción militar.
Las operaciones militares se de-
sarrollan en un contexto conjunto
y dentro de ellas, por tanto, las es-
pecíficas de la Fuerza Terrestre. La
clasificación de estas operaciones
no varía prácticamente con lo que
se trataba en las dos ediciones an-
teriores de la DO1-001. Conforme
al criterio de los principios y proce-
dimientos empleados, se distin-
guen operaciones bélicas y opera-
ciones no bélicas; conforme a las
fuerzas que intervienen, se distin-
guen operaciones específicas,
operaciones conjuntas y opera-
ciones combinadas.
La primera clasificación no
guarda relación directa con las di-
ferentes situaciones del espectro
del conflicto. En cualquiera de és-
tas puede desarrollarse uno de es-
tos tipos de operación, o lo que se-
rá más frecuente: coexistir ambas,
aunque en diferente grado de in-
tensidad y distinta proporción.
Dentro de las operaciones béli-
cas, se mantiene la distinción entre

operaciones ofensivas y operacio-
nes defensivas en el Nivel Opera-
cional, al tiempo que en el Nivel
Táctico se consideran, además, las
de retardo.
LOS PRINCIPIOS OPERATIVOS
No sólo se mantienen los princi-
pios operativos admitidos hasta el
momento, sino que también se in-
cluyen los de Unidad de Esfuerzo,
Cooperación, Sostenimiento, Ini-
ciativa, Mantenimiento de la Mo-
ral y Sencillez. Con su inclusión se
consigue que la DO1-001 manten-
ga unidad de doctrina con la Direc-
tiva de Planeamiento Operativo
(DPO) del EMAD y con la Doctrina
Conjunta Aliada (AJP-01).
De estos principios se destaca es-
pecialmente el de Iniciativa, que no
se trataba con anterioridad, pero
que siempre se ha exigido a cual-
quier componente del ET ante la au-
sencia de órdenes o en circunstan-
cias imprevistas. De forma general,
para que pueda ser eficaz, el subor-
dinado debe poder guiarse por una
referencia, como mínimo, que no es
otra que el propósito o la finalidad
establecida por el Jefe y también co-
nocer las limitaciones existentes.
ESPACIO DE BATALLA
Este concepto ha sufrido una
importante actualización. La lucha
ya no se reduce al enfrentamiento
entre unidades de combate, sino
que se extiende a todas las dimen-
siones en las que de un modo u
otro se puede anular o neutralizar
al adversario o al menos aventajar-
lo. Por lo tanto se considera que:
Comprende todas las dimensiones,
tangibles e intangibles, en las que
el Jefe debe aplicar la potencia de
combate de su unidad. Incluye, por
un lado, un volumen definido por
anchura, profundidad, altura y es-
pectro electromagnético que se
amplía o reduce en función de la
capacidad de enfrentarse y batir al
enemigo. Por otro lado, incluye el
ámbito de la información en el que
debe desarrollar todas las operacio-
nes orientadas a superar y dominar
al enemigo en esta dimensión.
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
En el desarrollo y plasmación de
este concepto han tenido gran im-
portancia los estudios y trabajos
desarrollados por la DIVA en el se-
no del MADOC.
EL MARCO OPERATIVO
La DO1-001, al igual que las doc-
trinas de la Alianza en sí y las de
otros aliados en particular, conti-
núa concibiendo que las operacio-
nes se llevan a cabo con las finali-
dades generales de: localizar al
enemigo, fijarlo para privarle de su
libertad de acción y atacarlo con el
fin de ocasionar su derrota.
Todas estas operaciones (consi-
deradas de forma conjunta y lle-
vadas a cabo como un todo) preci-
san de una sincronización conti-
nua y cuidadosa, realizándose de
forma simultánea tanto contra el
enemigo próximo como contra el
desplegado en profundidad; a la
vez que se cubre la propia reta-
guardia, de modo que se proteja y
sostenga la fuerza, asegurando la
libertad de acción para futuras
operaciones.
De este modo se distinguen res-
pectivamente: operaciones próxi-
mas, operaciones en profundidad
y operaciones en retaguardia.
La primera y la última no han
variado en su concepción, sin em-
bargo se ha corregido y precisado
lo que se decía en las anteriores
ediciones de la DO1-001 para las
operaciones en profundidad. Se re-
conoce así su naturaleza ofensiva y
decisiva, y que son propias del Ni-
vel Operacional y en ocasiones de
los escalones superiores del Táctico.
LA MANIOBRA TERRESTRE
El documento del JEME Ejército
XXI ha introducido este concepto
como una evolución lógica, debida
a la gran influencia que para las
operaciones terrestres tiene el em-
pleo del espacio aéreo más próxi-
mo a la superficie. La existencia de
medios aéreos (principalmente he-
licópteros de ataque) permite que
los esfuerzos, que hasta ahora úni-
camente se materializaban con las
unidades de combate que se des-
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
plazan por la superficie, se puedan
ejercer con relativa mayor flexibili-
dad, potencia y rapidez con unida-
des de helicópteros de ataque, que
también son unidades de combate
pero que se mueven y hacen fuego
desde el aire.
LA PROYECCIÓN DE FUERZAS
Hasta ahora se han tratado as-
pectos generales de las operacio-
nes orientadas de forma más espe-
cífica hacia la Fuerza Terrestre. No
obstante, estas operaciones pue-
den llevarse a cabo tanto en terri-
torio nacional como fuera de nues-
tras fronteras. Es este último caso
el que provocó, en su momento, la
necesidad de incluir en la 1ª edición
de la DO1-001 el concepto de Pro-
yección de Fuerza que en la edi-
ción actual prácticamente no sufre
modificaciones en el conjunto del
capítulo, aunque sí cambia su defi-
nición adaptándola a la que refleja
la DPO. De este modo, se afirma
que la Proyección de Fuerza, de ca-
rácter eminentemente conjunto, es
la capacidad de situar el poder mi-
litar en tiempo y lugar críticos, pa-
ra llevar a cabo una operación mili-
tar fuera del territorio nacional en
defensa de los intereses nacionales
allá donde sea preciso. Constituye
la contribución militar a la proyec-
ción del poder nacional.
La Proyección de Fuerza precisa
la necesaria y suficiente movilidad
y flexibilidad estratégica, la apro-
piada estructura y medios de Man-
do y Control desplegables y unida-
des con el adecuado grado de dis-
ponibilidad.
Desde el punto de vista de su
eficacia, implica la posibilidad de
DOCUMENTO
alertar, movilizar, encuadrar,
adiestrar, transportar, desplegar,
operar, sostener, recuperar y repa-
triar fuerzas y recursos. Su credibi-
lidad se consigue cuando se dispo-
ne de capacidad real para desplazar
rápidamente la fuerza precisa y ga-
rantizar su sostenimiento.
Dado el conjunto de actividades
que supone su planeamiento y eje-
cución, es responsabilidad del Ni-
vel Estratégico de conducción.
31
 EL PLANEAMIENTO DE LAS
OPERACIONES MILITARES
El capítulo dedicado al planea-
miento de las operaciones milita-
res, presenta una serie de impor-
tantes novedades.
En primer lugar, se expone en lí-
neas generales cuál es el método
de planeamiento en el Nivel Ope-
racional. Por su naturaleza conjun-
ta, el proceso se desarrolla confor-
me al método que puede conside-
rarse el planeamiento militar pura-
mente operativo de más alto nivel.
Éste es el que se presenta en la
Guía de Planeamiento Operativo
para los Mandos Estratégicos de la
OTAN y tal cómo establece la DPO.
Sus cinco etapas son:
• De iniciación.
• De orientación.
• Conceptual.
• De elaboración del plan de opera-
ciones.
• De revisión.
Para la aplicación de este méto-
do, es precisa la comprensión de
una serie de los elementos esencia-
les de planeamiento propios del Ni-
vel Operacional que permiten dar
forma a la campaña u operación
32
La Nueva DO1-001
principal para la consecución de los
objetivos estratégicos militares
asignados.
De los elementos esenciales pre-
sentados en las ediciones anterio-
res, se ha eliminado el de Objetivo,
por su clara relación con Punto De-
cisivo, y se ha incluido el de Manio-
bra Operacional como sinónimo de
Línea de Operaciones. Los restan-
tes se mantienen, si bien han sufri-
do modificaciones para su mejor
comprensión y evitar, en lo posi-
ble, diversidad de interpretaciones.
Por último, se expone el Méto-
do de Planeamiento para las opera-
ciones de Nivel Táctico. En esencia,
y de forma genérica, no se diferen-
cia del anterior. Sus etapas actua-
les, tomadas de lo establecido en lí-
neas generales por la DPO y por la
Doctrina de la Alianza ATP-35(B)
son:
• Análisis de la Misión.
• Estudio de los Factores de la Si-
tuación.
• Consideración de las Líneas de
Acción (incluye a su vez las fases:
Desarrollo de Líneas de Acción,
Confrontación y Comparación).
• Decisión.
Es de destacar que se hace refe-
rencia expresa a la Misión y a la Si-
tuación como los factores de la de-
cisión, aspecto que en las edicio-
nes anteriores aunque también se
exponía de este modo, parece ser
que no quedaba lo suficientemen-
te claro (1).
CONCLUSIÓN
Las modificaciones introducidas
en los capítulos tratados, hayan si-
do concretas o de mayor exten-
sión, no sólo permiten la actuali-
zación de muchos conceptos y la
concreción de otros, sino, además,
un encaje más preciso de la DO1-
001 con las doctrinas de rango su-
perior tanto nacionales como alia-
das, en lo que a la concepción y
planeamiento de las operaciones
se refiere.
NOTAS
1. No hay más que recordar la “in-
tromisión” en muchas de las
PMET,s de niveles inferiores del
acrónimo METT-T procedente
del ámbito del Ejército de los Es-
tados Unidos, ampliado más re-
cientemente a METT-TC. n
 NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO

La Maniobra
Francisco Sacristán López
Teniente Coronel. Caballería.
Pablo Arredondo Gonzalo
Teniente Coronel. Infantería.
Andrés Roldán Iribarren
Comandante. Caballería.
Subdirección de Doctrina (MADOC-DIDOM).

INTRODUCCIÓN
El nuevo texto de la Doctrina
Empleo de la Fuerza Terrestre
(DO1-001), en sus capítulos 12, 13 y
14 que tratan sobre la Maniobra,
no sufre cambios sustanciales. Al
igual que en otras doctrinas alia-
das, siguen vigentes los diferentes
tipos de operaciones ofensivas, las
formas de la maniobra ofensiva,
los tipos de operaciones defensivas
y de las operaciones retrógradas,
siendo referencia de ellas el ATP-
3.2; con la excepción del repliegue,
que aunque en este ATP se consi-
dera que tiene un carácter admi-
nistrativo, se ha estimado oportu-
no mantenerlo dentro de la Doctri-
na por las implicaciones tácticas
que tiene.
Se han introducido comentarios
resaltando la importancia de alcan-
zar la supremacía de la informa-
ción, principalmente mediante el
uso de la tecnología más avanzada,
que va a permitir conocer y domi-
nar todo lo que acontece en el
campo de batalla, así como el in-
cremento de la capacidad de los
DOCUMENTO
medios para localizar objetivos, el
rápido proceso de distribución de
la información, la disponibilidad de
sistemas de armas y municiones
que obligan a un proceso de disper-
sión y aumento de la movilidad de
las fuerzas encargadas de la defen-
sa, adquiriendo la supervivencia de
las organizaciones operativas una
mayor importancia. Apunta la nue-
va Doctrina como remedio para

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 33

disminuir la vulnerabilidad de las
fuerzas, la necesidad de eludir las
acciones lineales, el combate próxi-
mo, los frentes estables y las gran-
des pausas operativas.
También se resalta la importan-
cia del combate en zonas urbaniza-
das y las dificultades que supone
para el empleo eficaz de los avan-
ces tecnológicos, especialmente los
medios de Inteligencia, lo que ha-
cen prever una creciente utiliza-
ción del mismo, en especial por
parte del adversario más débil.
LA OFENSIVA
En las operaciones ofensivas se
realza la importancia del ritmo ca-
da vez más alto en un campo de
batalla extenso, en un ambiente de
información global y con un cono-
cimiento más completo de la situa-
ción. Se amplían los contenidos de
los diferentes tipos de operaciones
ofensivas con los comentarios que
se expone a continuación:
• Reconocimiento en Fuerza: Se
hace mención a la diferencia en el
planeamiento y ejecución según
se realice el reconocimiento en
34
La Nueva DO1-001
beneficio de la propia unidad o se
realice para la unidad superior, y
a la posibilidad de aprovechar
cualquier oportunidad de explo-
tar el éxito.
• Ataque Inmediato: Se resalta la
rapidez de actuación para evitar
que el adversario reaccione, órde-
nes lo más concisas posibles y una
formulación clara del propósito
del mando. La maniobra se carac-
terizará por la búsqueda constan-
te del flanco o la retaguardia ene-
miga, tratando de obtener el má-
ximo partido de la sorpresa inicial
para mantener la iniciativa.
• Ataque Premeditado: Se caracte-
riza por la concentración de po-
tencia de combate a expensas de
la rapidez y por el desarrollo de
una inteligencia detallada sobre
el enemigo. Se deben de extre-
mar al máximo las medidas de se-
guridad de operaciones y la de-
cepción para lograr la protección
de las fuerzas.
• Ataque de Desarticulación: Re-
sultará más efectivo cuando sea
planeado y ensayado con sufi-
ciente antelación.
• Contraataque: Requiere flexibili-
dad, efectividad y oportunidad en
su ejecución.
• Incursión: En su finalidad se
menciona la destrucción de uni-
dades, instalaciones de mando y
control, logísticas, de infraestruc-
turas o la recuperación o captura
de prisioneros, tratando, en defi-
nitiva, de desorganizar al enemi-
go. Su ejecución ha de ser audaz
y la infiltración rápida, una vez
logrado el objetivo. Las fuerzas li-
geras helitransportadas o de Ope-
raciones Especiales en su caso
junto con unidades de helicópte-
ros de ataque son las más apro-
piadas para este tipo de operacio-
nes.
• Ataques Diversivos: Se prestará
especial atención a la capacidades
de obtención del enemigo, para
poner al alcance de sus medios
aquellos indicios o informaciones
que, debidamente evaluados por
él, confirmen las hipótesis desea-
das por el mando propio.
Igualmente en las formas de la
Maniobra Ofensiva se introduce el
concepto de la Maniobra Terrestre,

con sus dos componentes: la Ma-
niobra de Superficie que es la que se
desarrolla básicamente sobre el te-
rreno, y la Maniobra Aeromóvil que
se ejecuta desde plataformas aero-
móviles (helicópteros) y que debe
realizarse en total cooperación y
coordinación con la de superficie.
La maniobra de superficie puede
materializar todos los tipos de ma-
niobra, la aeromóvil se empleará
en actitud ofensiva, sea cual sea el
marco superior de la operación, su
máximo rendimiento se obtendrá
con ataques premeditados, de de-
sarticulación, incursiones y contra-
ataques.
Los comentarios incluidos en las
diferentes formas de la maniobra
ofensiva son los que se expone a
continuación:
• Envolvente: El éxito de esta ma-
niobra dependerá de la agilidad,
potencia y sorpresa con que se
conduzca el esfuerzo principal, y
de la capacidad de los esfuerzos
de apoyo para retener al enemigo
en su posición.
• Desbordante: En la realización de
este tipo de maniobra se deberán
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
adoptar las medidas necesarias
para batir al enemigo cuando se
encuentra en movimiento para
neutralizar la amenaza que supo-
ne la misma. Tanto en esta moda-
lidad como en la envolvente, tie-
ne gran aplicación la combina-
ción de la maniobra aeromóvil
con la de superficie ejecutada por
fuerzas pesadas.
• Frontal: La finalidad de la manio-
bra es fijar o engañar al enemigo,
los esfuerzos se aplicarán, nor-
malmente, sobre la mayor ampli-
tud posible del frente.
• Penetrante: Esta maniobra exige,
normalmente, reiterar esfuerzos o
pasos de línea. Para obtener resul-
tados decisivos de esta maniobra,
una vez conseguida la ruptura, se
deben explotar rápidamente y en
profundidad, los éxitos logrados.
• Infiltración: A medida que el de-
sarrollo tecnológico obligue al
aumento de las dimensiones del
campo de batalla, así como la dis-
minución de efectivos a una baja
densidad de ocupación, la manio-
bra de infiltración será la adecua-
da para todo tipo de organizacio-
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
nes operativas a fin de alcanzar
objetivos en profundidad. La in-
filtración requiere secreto tanto
en la preparación como en la eje-
cución, inteligencia precisa y pla-
neamiento detallado y estrecha-
mente coordinado dentro del
plan general de ataque. En la eje-
cución debe primar la audacia y
la consecución de la sorpresa.
Otro tipo de acciones que tie-
nen un marcado carácter ofensivo
son, el avance para el contacto y el
combate de encuentro, en las cua-
les se han introducido también las
consideraciones siguientes:
• Avance para el contacto: Se efec-
túa para intentar tomar o resta-
blecer el contacto con el enemigo
DOCUMENTO
en las condiciones más favora-
bles. Se emprende como prepara-
ción para una operación posterior
y su misión es de reconocimiento.
Son características de la ejecu-
ción en este tipo de operaciones,
ritmo y audacia, contribuyendo
ambas al logro del principio ope-
rativo de la sorpresa.
• Combate de encuentro: El éxito
dependerá principalmente de la
35
capacidad del Mando para prever
un combate de estas características
y aplicar de forma completa y rápi-
da, la potencia de combate. La ac-
ción inmediata para obtener el
control de la situación rápidamen-
te reducirá las oportunidades del
enemigo de llevar a cabo sus pla-
nes y puede ayudar a conservar la
libertad de acción.
El apartado sobre conducción
de operaciones ofensivas, se ha
ampliado de la siguiente forma:
• Referencia a la importancia ac-
tual de la amplitud del campo de
batalla, así como a la escasa den-
sidad de ocupación y a un au-
mento de la tecnología disponi-
ble.
• Introducción de los conceptos de
operaciones en profundidad, pró-
ximas y en retaguardia dentro
del marco de las operaciones
ofensivas y en consonancia con
el ATP-3.2.
• Supresión de la acción de búsque-
da del contacto, al no estar refle-
jado en ninguna doctrina aliada y
haber sido tratado en ediciones
anteriores de la DO1-001 de for-
36
La Nueva DO1-001
ma similar a la acción del avance
para el contacto.
• Ampliación del apartado que tra-
taba sólo y exclusivamente de la
organización, introduciendo el
planeamiento y preparación del
ataque, quedando de forma simi-
lar a otras doctrinas aliadas.
• Resaltar en el ataque, la impor-
tancia de la maniobra de infiltra-
ción a consecuencia de desplie-
gues más amplios, fluidos y móvi-
les y a la densidad de ocupación
del terreno más difusa, así como
el empleo de las nuevas tecnolo-
gías y de fuerzas sobre platafor-
mas aeromóviles que permiten
ampliar la vigilancia y cubrir los
espacios vacíos entre fuerzas ata-
cantes.
• En la explotación del éxito se in-
cide en la importancia de la velo-
cidad, como clave para el éxito,
puesto que cualquier demora
proporcionará al enemigo la
oportunidad de reagruparse y
preparar contraataques o esta-
blecer posiciones en profundidad.
• La ejecución de la persecución ha
de ser audaz, rápida, violenta y
potente, debiendo mantenerse
una presión constante contra el
enemigo que se retira, a la vez
que fuerzas envolventes tratan
de impedir su movimiento hacia
posiciones de retaguardia.
LA DEFENSIVA
Este tipo de maniobra mantiene
su propósito esencial que es anular
la capacidad ofensiva del enemigo
rechazando sus ataques, ya sea pa-
ra destruirlo o para conservar un
espacio de terreno durante un
tiempo determinado.
Los factores de los que depende
el éxito de las operaciones defensi-
vas no sufren variaciones en el
nuevo texto, resaltando que en la
preparación se recalca la importan-
cia de la profundidad en el disposi-
tivo “máxime cuando los grandes
espacios en los que se moverán las
fuerzas y la probable escasa densi-
dad de ocupación harán que el nú-
mero de posiciones a establecer
sea limitado”. Redundando en esta
densidad de ocupación, al hablar
de flexibilidad se dice que “ello re-
quiere un sistema de apoyos de

fuego que permita cubrir las vías
de aproximación enemiga y los es-
pacios entre posiciones, tendentes
a ampliarse cada vez más”.
Se mantienen los tipos de ope-
raciones defensivas:
Defensa de Zona
Al hablar de la defensa de zona
se amplían los casos en los que se
adoptará, y se detalla cómo se lle-
vara a cabo. Así se dice que “se
adoptará..., como parte de una
operación de defensa móvil u ope-
ración retrógrada; para mantener
en poder del defensor una zona de
terreno constituida en centro de
gravedad propio y para conservar
un espacio geográfico que no pue-
de cederse bajo ningún motivo”.
Se especifica la necesidad de
identificar las zonas clave del terre-
no, cuya ocupación ofrece una no-
table ventaja al defensor y cuya
pérdida haría insostenible la defen-
sa, y se relaciona estas zonas clave
con el despliegue de las fuerzas,
confirmando que sobre ellas se eje-
cutará el esfuerzo principal de la
defensa.
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
Asimismo la nueva Doctrina nos
dice cómo despliega el grueso de
estas fuerzas y cómo lleva a cabo
la defensa mediante “una combina-
ción de:
• Posiciones organizadas en frente
y profundidad capaces de apoyar-
se mutuamente.
• Reservas móviles.
• Fuegos precisos y potentes que
hagan prohibitiva la estancia o el
paso del enemigo por determina-
das zonas.
• Realización de obstrucciones.
• Espacios vacíos sometidos a vigi-
lancia.”
Estas posiciones defensivas de-
ben permitir rentabilizar al máxi-
mo posible: los fuegos, la oculta-
ción, la protección y los movimien-
tos del defensor, a la vez que se
restringe la capacidad del enemigo
para observar y ocultar sus fuerzas.
Dentro de la posición defensiva,
las unidades se distribuyen en fren-
te y profundidad, ocupando posi-
ciones capaces de apoyarse mutua-
mente, de modo que permitan al
mando de la defensa absorber el
impulso del atacante y provocar las
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
condiciones favorables para llevar
a cabo las reacciones ofensivas ne-
cesarias en cuanto se presente la
oportunidad de hacerlo.
La amplitud del espacio a defen-
der, así como la probable debilidad
de la defensa aérea incrementan la
dificultad de la conducción de la
defensa de zona. Ésta puede com-
pensarse con una adecuada inteli-
gencia en la que se aprovecharán
todos los medios disponibles, espe-
cialmente de guerra electrónica, lo
que permitirá rentabilizar los apo-
yos de fuegos disponibles que,
combinados con medidas acertadas
de contramovilidad, posibilitarán
la canalización de la progresión
enemiga hacia zonas donde el ene-
migo pueda ser batido por nues-
tros fuegos.
Defensa Móvil
En cuanto a la defensa móvil el
nuevo texto concreta cómo se va a
hacer la destrucción de la fuerza
atacante (que es a lo que se orien-
ta este tipo de defensa) y dónde y
por quién se va a llevar a cabo esta
destrucción: “Para ello el defensor
DOCUMENTO
37
emplea una combinación de fue-
gos, obstrucciones, decepción, ac-
ciones ofensivas, defensivas y re-
tardadoras, en la profundidad sufi-
ciente, tratando de que la fuerza
enemiga alcance la zona de terreno
prefijada por el defensor con una
notable disminución de su poten-
cia de combate, de forma que se le
pueda destruir mediante un con-
traataque resolutivo en la zona de
destrucción.”
Asimismo nos muestra la articu-
lación de las fuerzas: “Las fuerzas
que realizan este tipo de maniobra
defensiva se articulan en:
• Fuerzas que realizan una defensa
de zona y unas operaciones de
retardo. Dispondrán del mínimo
de fuerzas posibles que garanti-
cen su misión empeñadas como
elementos estáticos, los cuales
servirán para canalizar, retardar,
38
La Nueva DO1-001
desgastar y detener al enemigo y
así controlar la anchura y pro-
fundidad de su penetración, per-
mitiendo, a su vez, asegurar el
terreno desde donde lanzar el
contraataque definitivo. Estas
fuerzas deberán contar con su
propia reserva.
• Fuerza de reacción, capaz de in-
fligir la derrota decisiva sobre el
enemigo. Su acción constituye el
esfuerzo principal de la opera-
ción. Será la fuerza que cuente
con la mayor potencia de comba-
te capaz de ejecutar el contraata-
que resolutivo.
• Fuerzas de reserva. Será preocu-
pación constante del jefe de la
fuerza que se defiende, el procu-
rar constituirla.”
Y nos enseña el desarrollo de la
operación, sus fases y las finalida-
des de estas: “La operación se desa-
rrolla en dos fases sucesivas: de des-
gaste y retardo, y de reacción. La
primera de ellas tiene como finali-
dad someter al enemigo al máximo
desgaste posible para que alcance,
en las condiciones más desfavora-
bles para él, la zona prevista para
que actúe la fuerza de reacción. La
finalidad de la segunda coincide con
la genérica de la defensa móvil: la
destrucción del enemigo.”
En otro punto del capítulo, y
al hablar de la conducción de
la defensa, se citan las implicacio-
nes que ha de tener la conduc-
ción de una operación de defen-
sa móvil:
• Elegir aquellas zonas/puntos del
terreno que será preciso mante-
ner durante un tiempo determi-
nado a fin de detener temporal-
mente la progresión del enemigo,
desgastarlo y canalizar su avance.

• Definir las líneas sucesivas del te-
rreno que permitan llevar a cabo
una operación de retardo de mo-
do que se origine al enemigo el
máximo desgaste, manteniendo
el contacto pero evitando trabar
combate decisivo.
• Elegir una zona de terreno que
marcará el máximo avance per-
mitido al enemigo (zona de des-
trucción).
• Contraatacar con la fuerza de re-
acción integrada por toda la po-
tencia de combate disponible pa-
ra lograr la destrucción del ata-
cante.
Y por último, esta nueva Doctri-
na resalta la importancia que pue-
de llegar a tener la maniobra aero-
móvil en una operación defensiva
en general y en la defensa móvil en
particular “debido a su flexibilidad
y poca sujeción a las características
del terreno, así como a la potencia
de combate que proporcionan los
helicópteros de ataque y a la posi-
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
bilidad de trasladar con gran velo-
cidad fuerzas de un punto a otro
del campo de batalla”.
LAS OPERACIONES
RETRÓGRADAS
El esquema general de las ope-
raciones retrógradas se ha conser-
vado. No obstante, se han introdu-
cido varios párrafos con la finali-
dad de detallar cómo se ejecuta ca-
da una de las diferentes operacio-
nes o aclarar algunos conceptos.
Este es el caso del apartado Carac-
terísticas, en el que, al decir que las
unidades que lleven a cabo una
operación de este tipo evitarán
“empeñarse en combate”, se espe-
cifica, “de forma decisiva”.
Operación de Retardo
Con objeto de mostrar una vi-
sión a grandes rasgos, se ha añadi-
do el esquema general de esta ope-
ración que “consiste en forzar al
enemigo a desplegar repetidamen-
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
te frente a posiciones propias suce-
sivas, lo que, a su vez, obliga a
nuestras fuerzas a combatirlo suce-
sivamente, romper el contacto,
volver a desplegar en una posición
más a retaguardia y reanudar el
combate. Todo ello hasta lograr la
finalidad que con la operación se
pretende.”
Se han diferenciado dos tipos de
operaciones de retardo, dependien-
do de la finalidad que se pretenda
alcanzar.
La operación de retardo con des-
DOCUMENTO
gaste limitado, en la que se ordena
a la fuerza ejecutante que retarde y
desgaste al enemigo tanto como sea
posible sin sacrificar su integridad
táctica, es decir, conservando po-
tencia de combate suficiente para
realizar otras misiones posteriores y
la operación de retardo durante un
tiempo determinado, en cuyo caso,
la unidad que realiza el retardo debe
impedir que el enemigo alcance una
línea especificada, antes de un tiem-
39
po o suceso concreto, independien-
temente del desgaste propio.
Dentro de los factores condi-
cionantes, se ha cambiado “combi-
nación de fuego y movimiento”
por “maniobra”. Así mismo, en el
apartado Terreno se especifica
que “la zona asignada debe tener
la suficiente profundidad para
permitir que se alcancen las finali-
dades que se quieren conseguir
con la operación de retardo. Si la
profundidad no es suficiente, se
reducirá la duración del retardo, a
menos que se incrementen los
efectivos de la fuerza o se obligue
a ésta a empeñarse en un comba-
te decisivo hasta ganar el tiempo
deseado o, hasta agotar su poten-
cia de combate.”
40
La Nueva DO1-001
Se hace mención al mecanismo
para la conducción de una opera-
ción de retardo que consiste en:
• Ocupar sucesivamente una serie
de posiciones en profundidad, se-
paradas entre sí lo suficiente para
obligar al enemigo a cambiar los
asentamientos de sus unidades
de apoyos de fuego.
• Combatir en cada una de ellas,
con la finalidad de detener a las
vanguardias enemigas y obligar a
que despliegue el grueso.
• Efectuar un movimiento retró-
grado de las fuerzas de cada posi-
ción antes de quedar fijadas.
Además, se contempla la articu-
lación en diferentes escalones ca-
paces de: retrasar la progresión
enemiga entre posiciones sucesi-
vas, llevar a cabo una defensa de
zona temporal en cada una de ellas
y mantener una reserva de medios
en condiciones de apoyar las accio-
nes anteriores.
Por último, se mencionan las
unidades de helicópteros de ataque
que “deberán estar integradas en la
operación, preferentemente en los
escalones que retardan la progre-
sión enemiga entre posiciones y en
el escalón de reserva. En ellos será
donde mejor se aprovechen sus ca-
racterísticas de flexibilidad, rapidez
de respuesta y profundidad.”
Retirada
Manteniendo la misma estruc-
tura, se especifica que se trata de
una operación difícil de ejecutar y

que exige, como garantía de éxito,
seguridad, minuciosa preparación,
tiempo para llevarla a efecto y ra-
pidez en la ejecución.
Por otra parte se añade el si-
guiente esquema de una operación
de este tipo:
El grueso retrocede al amparo de
la seguridad que le proporciona una
fuerza de protección. Ésta, para el
cumplimiento de su misión, precisa
de un número de unidades de apoyo
al combate, muy superior a lo que
sería normal en otras circunstancias.
Esta fuerza de protección simu-
la la presencia del grueso mediante
el despliegue de una mínima parte
de sus efectivos en el lugar que
ocupaba éste. El resto ocupa una
posición de apoyo, a retaguardia
de la anterior, al amparo de la cual
se replegará el grueso.
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
El grueso retrocede atendiendo
a su propia seguridad, en tanto que
la fuerza de protección se mantiene
en la posición de apoyo hasta que
aquél se encuentre a una distancia
tal que no pueda ser alcanzado por
la acción directa del enemigo.
El movimiento hacia retaguar-
dia de la fuerza de protección se
efectuará mediante una operación
de retardo, pero con la finalidad de
proteger al grueso que se retira.
Repliegue
Se incorporan las finalidades de
esta operación que son: situar las
unidades en disposición de acome-
ter operaciones futuras o modificar
el despliegue para adaptarlo a la
nueva situación.
Se hace mención de la posibili-
dad de que un repliegue esté pre-
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
cedido de una retirada. En este ca-
so, se considera que el repliegue ha
comenzado cuando, sustraído el
grueso de la amenaza directa de la
acción enemiga, la unidad adopta
la articulación correspondiente a
una marcha táctica.
CONCLUSIÓN
Los capítulos mantienen su es-
tructura original sin haber sufrido
grandes modificaciones. No obs-
tante, se han reforzado los conte-
nidos de la mayor parte de los
conceptos contemplados, basán-
dose en publicaciones aliadas en
vigor y otros documentos nacio-
nales publicados recientemente.
Todo ello hace que el producto re-
sultante sea moderno y esté adap-
tado a la forma actual de realizar
operaciones. n
DOCUMENTO
41
Una Doctrina para
los Nuevos Conflictos.
Las Operaciones
no Bélicas y el
Conflicto Asimétrico
Antonio Cabrerizo Calatrava
Comandante. Ingenieros. DEM.
Subdirección de Doctrina (MADOC-DIDOM).

42

La Nueva DO1-001

INTRODUCCIÓN
Aunque las operaciones bélicas
y los conflictos donde se dirimen
las diferencias en un campo de ba-
talla, siguen siendo la mayor preo-
cupación de las Fuerzas Armadas,
en los últimos años se ha multipli-
cado la participación de fuerzas
militares, bajo supervisión de or-
ganismos internacionales, para
poner fin a disputas en otros paí-
ses mediante un empleo limitado
de sus capacidades operativas. Es-
te intento por resolver pacífica-
mente las controversias, con o sin
el consentimiento de las partes
enfrentadas, ha dado lugar a la
aparición de fórmulas diversas cu-
yo objetivo prioritario es conse-
guir la paz.
Las especiales características de
las últimas crisis han obligado a
aprobar soluciones no contempla-
das y a adaptar la aportación militar
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
a las cambiantes circunstancias. La
diversidad de los riesgos a los que se
ha hecho frente, la internacionali-
zación de los mismos, la necesidad
de una respuesta oportuna en los
primeros momentos de su aparición
y los ajustes necesarios para alcan-
zar el consenso, han motivado que
los cambios en la ejecución se ha-
yan producido de forma muy rápi-
da, lo que ha dejado desfasadas la
mayoría de las doctrinas militares.
En los conflictos en la ex–Yugos-
lavia, por ejemplo, se constató que
las operaciones de mantenimiento
de la paz practicadas por los cascos
azules de la ONU hace una década
ya no eran suficientes para conse-
guir y establecer la paz. Aunque las
actividades clásicas (1) a las que se
dedicaron estas operaciones de
mantenimiento de la paz todavía
son necesarias, todas estas funcio-
nes han sufrido novedades signifi-
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
cativas que han dado como resul-
tado cambios radicales desde la
perspectiva funcional.
Por otra parte, desde la última
edición de nuestra Doctrina de Em-
pleo de Fuerzas Terrestres en 1998,
la aparición de nuevas amenazas y
la participación de fuerzas en no-
vedosos tipos de operaciones no
bélicas han motivado una actuali-
zación de conceptos en los docu-
mentos de referencia doctrinal de
mayor nivel:
• El documento Ejército XXI del
EME aboga por una evolución de
la Doctrina en función de la nue-
va etapa en la que “no puede des-
cartarse que las Fuerzas Terres-
tres sean llamadas a colaborar
con las Fuerzas y Cuerpos de Se-
guridad del Estado en la lucha
contra el terrorismo internacio-
nal, narcotráfico, crimen organi-
zado o inmigración clandestina”.
DOCUMENTO
43
6 Afganistán.
• La nueva Doctrina Conjunta Alia-
da, el AJP 1(B), ha recogido algu-
nos de estos cambios y se vislum-
bran otros en los sucesivos borra-
dores de la Doctrina Conjunta
Aliada de Operaciones de Res-
puesta de Crisis No Artículo V
(AJP 3.4).
• La Directiva de Defensa Nacional
2000 indica que “la consideración
de las FAS como instrumento de
la acción exterior del Estado co-
bra especial importancia en un es-
cenario estratégico como el ac-
tual, caracterizado por la ausencia
de amenaza clara y definida a
nuestro territorio y por la apari-
ción, sin embargo, de riesgos asi-
métricos, crisis y conflictos que
comprometen la paz, la seguridad
y la estabilidad en muchas regio-
44
La Nueva DO1-001
nes del mundo que pueden afec-
tar a nuestra propia seguridad y,
en consecuencia, requerir una res-
puesta por parte de España”.
Consecuentemente con todo lo
anterior parecía necesaria una ac-
tualización del capítulo 15 “Opera-
ciones No bélicas” de nuestra 2ª
edición de la DO1-001 y la inclusión
de un nuevo capítulo dedicado al
Conflicto Armado Asimétrico.
LAS OPERACIONES
NO BÉLICAS
La amplia gama de situaciones
en las que pueden verse involucra-
das las Fuerzas Armadas para la
consecución de sus objetivos, supo-
ne su empleo mediante la aplica-
ción directa de todas o parte de las
capacidades militares en combina-
ción con otras organizaciones y
otros actores no militares. Por ello
aparece una primera clasificación
general de las operaciones en fun-
ción del contexto en que se produ-
cen, de los principios que las rigen
y del grado de implicación en el en-
frentamiento de otros actores dis-
tintos a los puramente militares.
Las operaciones militares se clasifi-
can de forma general en dos gran-
des tipos:
• Operaciones bélicas.
• Operaciones no bélicas.
El contexto en que se producen
es diferente ya que en las operacio-
nes bélicas la aplicación del poder
militar es determinante en la con-
secución del estado final deseado,
mientras que en las operaciones no
bélicas se recurre al empleo de me-

didas políticas, policiales, diplomá-
ticas y de presión mediante medios
militares y no militares, apoyadas
por la posibilidad del uso de la
fuerza.
Ambas operaciones podrían
coincidir en un mismo teatro de
operaciones en un mismo instante,
ya que esta distinción entre bélicas
y no bélicas no está relacionada
con el momento de aplicación en el
espectro del conflicto. En cualquie-
ra de las situaciones del mismo,
puede desarrollarse uno de estos
tipos de operaciones, o lo que será
más frecuente, coexistir ambas si
bien en diferente grado de intensi-
dad y distinta proporción.
Parece coherente seguir deno-
minando a este tipo de operacio-
nes como “no bélicas” pese a que
en la Doctrina de la OTAN sean
“operaciones de respuesta a crisis
no artículo V”, ya que asimilar en
nuestra Doctrina estas operaciones
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
a las que se producen durante las
crisis, ocasiona bastantes proble-
mas conceptuales debido a:
• Diferentes acepciones del térmi-
no “crisis”. Aunque del concepto
CRISIS existen muchas definicio-
nes (2), todas ellas, sin embargo,
admiten la idea de que la crisis
constituye un fenómeno comple-
jo de índole política y, por tanto,
su gestión adquiere su auténtica
dimensión en el terreno de lo po-
lítico y, principalmente en el de la
Política Exterior. El concepto de
CRISIS aparece en la normativa
española por primera vez en la
DDN.1/84, en la que se determina
“establecer una normativa a nivel
interministerial de Control de Cri-
sis….” y, después, “garantizar la
acción en las crisis….”. Posterior-
mente el RD. 2.639/1986, por el
que se crea la Comisión Delegada
del Gobierno para Situaciones de
Crisis y el RD. 163/1987, por el
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
que se crea la Dirección de Infra-
estructura y Seguimiento para Si-
tuaciones de Crisis, han asimilado
la situación de crisis a un periodo
de tiempo excepcional que debe
gestionarse con medidas políticas
extraordinarias. La introducción
de la palabra crisis en esta clasifi-
cación de las operaciones podría
dar lugar a malentendidos con la
situación nacional legalmente es-
tablecida de “situación de crisis”.
• Se produce confusión al situarlas
en el espectro del conflicto. En el
espectro del conflicto que apare-
ce en el capítulo 3 de nuestra
DO1-001, la crisis es la situación
intermedia que existe entre la
paz y la guerra, y estas operacio-
nes pueden tener que realizarse
en paz, en crisis e incluso en gue-
rra (operaciones de evacuación
de residentes, aplicación de san-
ciones, etc.). La utilización de la
denominación operaciones de
Albania. 6
DOCUMENTO
45
 respuesta a crisis puede crear
confusión al inducir a pensar que
estas operaciones sólo se realizan
en la situación de crisis cuando,
por definición y por naturaleza,
estas operaciones son posibles en
cualquier momento (en paz, en
crisis y en guerra).
• Las operaciones no bélicas no ex-
cluyen la utilización de la fuerza.
La tendencia en los países de
nuestro entorno ha sido extender
el tradicional concepto de opera-
ciones diferentes a la guerra
(MOOTW), llamadas no bélicas
en nuestra Doctrina desde la edi-
ción de 1996, a un concepto más
amplio que contemple mayor ti-
po de operaciones, muchas de
46
La Nueva DO1-001
ellas con procedimientos simila-
res a los empleados en operacio-
nes bélicas. Sin embargo, la clasi-
ficación en bélicas y no bélicas de
nuestra Doctrina no atiende al
empleo o no de la fuerza, sino al
contexto en que se producen y a
los principios que la guían.
Por todo ello, parece oportuno
mantener la clasificación española
de la Doctrina de 1996, adaptando
y ampliando el tipo de operaciones
que en ella se contemplaban:
Tipos de Operaciones No Bélicas
Se han ampliado las que apare-
cían en la DO1-001 de 1998 con las
que contempla el AJP 1(B) y se han
añadido las Operaciones de Apoyo
contra el crimen organizado y el
terrorismo internacional, como
consecuencia de lo que marca el Li-
bro Blanco de la Defensa 2000 y el
documento Ejército XXI del EME.
Operaciones de Apoyo a la Paz
En el contexto internacional
han aparecido nuevos tipos de ope-
raciones de apoyo a la paz que no
estaban contemplados en nuestra
DO1-001 o que lo hacían como
operación bélica. En esta 3ª edición
se han introducido como nuevas
operaciones de apoyo a la paz, las
de imposición y establecimiento de
la paz. Las operaciones humanita-
rias ya eran tratadas en nuestra
Doctrina como operaciones no bé-

licas y aunque la OTAN las incluya
también como un subtipo de ope-
ración de apoyo a la paz, no parece
adecuado seguir ese criterio para
no reiterar los mismos conceptos y
tener el mismo tipo de operación
clasificado de dos formas diferen-
tes, pues lo único que las diferencia
es el ámbito de actuación.
EL CONFLICTO
ARMADO ASIMÉTRICO
El esfuerzo constante que re-
quiere prepararse para una posible
intervención en la defensa de los
intereses vitales de la nación ante
adversarios estatales con sistemas
de fuerzas equivalentes, no puede
ralentizar la necesidad creciente de
hacer frente a las nuevas situacio-
nes nacidas de la emergencia de
nuevos tipos de actores, de nuevos
métodos de combate, de la trans-
formación de la moral colectiva, del
respeto a las limitaciones, y de ac-
tuación en terrenos no propicios.
Así, se hace necesario actualizar los
campos doctrinal (conceptos y pro-
cedimientos), tecnológico (medios
a emplear) y de adiestramiento
(preparación) para ser eficaces en
las futuras misiones que pudieran
ser encomendadas a nuestras Fuer-
zas Armadas con motivo de estas
nuevas situaciones. Incluso la
Unión Europea, en el punto 4 de la
resolución B50698/2001 del Parla-
mento Europeo sobre los resulta-
dos de la reunión informal del Con-
sejo Europeo celebrada en Gante el
19 de octubre de 2001, pide a la Co-
misión, al Consejo y a los Estados
miembros que, ante la cambiante
situación internacional en materia
de seguridad, traten cuestiones co-
mo los “conflictos asimétricos”.
En este sentido, y siguiendo la
línea marcada en el Libro Blanco
de la Defensa del año 2000 en el
que se afirma que: “España se en-
cuentra en la ineludible necesidad
de actualizar su dispositivo de de-
fensa con criterios modernos”, el
nuevo capítulo de la DO1-001 dedi-
cado al conflicto armado asimétri-
co pretende unificar los conceptos
y sentar las bases para el desarrollo
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
de publicaciones doctrinales de
rango subordinado.
Desde el punto de vista doctri-
nal y teniendo en cuenta el amplio
abanico de posibilidades que pre-
sentan este tipo de conflictos, ha
supuesto un enorme reto detallar
los fundamentos y encontrar los
principios a seguir para alcanzar las
mayores garantías de éxito. Para
ello se ha recurrido al análisis pro-
fundo de las lecciones aprendidas
de conflictos pasados y al estudio
de los nuevos conflictos, se han re-
alizado mesas redondas y semina-
rios (3) sobre el tema, y se han te-
nido en cuenta las observaciones
de expertos civiles y militares.
Se define el conflicto armado
asimétrico como aquel que se pro-
duce entre varios contendientes de
capacidades militares normalmen-
te distintas y con diferencias sus-
tanciales en su modelo estratégico.
Alguno de ellos buscará vencer uti-
lizando el recurso militar de forma
abierta en un espacio de tiempo y
lugar determinados y ateniéndose
a las restricciones legales y éticas
tradicionales. Su oponente u opo-
nentes tratarán de desgastar, debi-
litar y obtener ventajas actuando
de forma no convencional, me-
diante éxitos concretos de gran
trascendencia en la opinión públi-
ca, agotamiento de su adversario
por prolongación del conflicto, re-
curso a métodos alejados de las le-
yes y usos de la guerra o empleo de
armas de destrucción masiva. Todo
ello con el objetivo principal de in-
fluir en la opinión pública y en las
decisiones políticas del adversario.
En consecuencia, el enemigo o
adversario asimétrico es aquel que
emplea métodos, tecnologías, va-
lores, organizaciones y perspecti-
vas de tiempo significativamente
diferentes a las de nuestras Fuer-
zas Armadas con la intención de
maximizar sus ventajas, explotar
nuestras debilidades, lograr la ini-
ciativa o ganar mayor libertad de
acción.
Así mismo, el conflicto armado
simétrico se define como aquel en
el que se usan similares modelos
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
estratégicos militares. Este conflic-
to se caracteriza normalmente por
el enfrentamiento abierto entre
fuerzas regulares, una elevada in-
tensidad y ritmo, y una situación
final que suele ser consecuencia di-
recta del resultado del enfrenta-
miento militar.
Como origen del posterior desa-
rrollo doctrinal que permita pro-
fundizar en los procedimientos, es-
te capítulo incluye las definiciones
conceptuales y los principios y fac-
tores diferenciadores de este tipo
de conflictos, orientando poste-
riormente sobre el planeamiento y
conducción de las operaciones con-
tra enemigos asimétricos. También
se exponen las capacidades necesa-
rias en este tipo de escenarios que
permitan orientar la preparación a
corto, medio y largo plazo.
NOTAS
1. Según la nueva edición de la
DO1-001, la crisis es la situación
de inestabilidad que pudiera lle-
gar a alterar la vida normal de la
nación y la acción de gobierno, y
que, incluso, por su peligrosidad
potencial para la seguridad na-
cional y colectiva, induce al Go-
bierno a ejercer la supervisión
del alto el fuego, treguas y ar-
misticios, supervisión de plebis-
citos y procesos electorales, de-
fensa y seguridad de áreas pro-
tegidas, mantenimiento del De-
recho y el orden, control del de-
sarme, etc.
2. Según la nueva edición de la DO1-
001, la crisis es la situación de
inestabilidad que pudiera llegar a
alterar la vida normal de la na-
ción y la acción de gobierno y que
DOCUMENTO
incluso, por su peligrosidad po-
tencial para la seguridad nacional
y colectiva, induce al Gobierno a
tomar una serie de medidas pre-
ventivas que pueden llevar aso-
ciada la puesta en marcha de sus
sistemas de preparación y res-
puesta y el empleo de los recur-
sos de la Defensa nacional
3. Incluido el DOCEX 03 con la par-
ticipación de miembros del CRE-
DAT del Ejército francés. n
47
La Logística
Ramón Gómez Martínez
Teniente Coronel. Infantería.
Subdirección de Doctrina (MADOC-DIDOM).

“…la logística del Ejército del siglo XXI habrá de ser diferente de la actual.”
(Campo de Batalla Futuro)

6 Abastecimiento

MOTIVACIÓN La visión sacralizada del texto na, realista, flexible y respetuosa

Como es natural, en esta revi-
sión de nuestra DO1-001, el capítu-
lo 16 (Logística) no podía quedar
indemne, sino modificado confor-
me a la profundidad y extensión de
los anteriores.
doctrinal, que presentaba como vir-
tud la permanencia en el tiempo e
inmutabilidad de sus preceptos,
pertenece al pasado. En cambio
hoy se preconiza una Doctrina que
a la vez de progresiva, sea oportu-
con la tradición e idiosincrasia na-
cionales.
Las transformaciones de nues-
tro Ejército en los últimos veinte
años y, en particular, el ritmo cre-
ciente de participación en misiones

48

La Nueva DO1-001

en el exterior -en variedad, volu-
men e intensidad- no permite rigi-
deces, y si la Doctrina ha de marcar
la pauta del empleo de la Fuerza
Terrestre, deberá adaptarse ágil-
mente a las circunstancias cam-
biantes. Esta exigencia se ha mate-
rializado en una serie de documen-
tos de índole variada, emanados de
distintos niveles jerárquicos, que
ha producido los cambios necesa-
rios para justificar la necesidad de
acometer esta revisión y nueva
edición.
Son fuentes doctrinales las líneas
maestras trazadas por el Mando en
documentos como Campo de Bata-
lla Futuro o el Ejército del siglo XXI.
Un salto cualitativo del ET, así co-
mo la Doctrina aliada, como el STA-
NAG. 2406 (ALP-9©) Doctrina Lo-
gística de las Fuerzas Terrestres, ex-
presión de la necesidad de conver-
gencia e interoperabilidad con
nuestros aliados para optimizar el
empleo de los medios logísticos. Por
otra parte, es muy útil la experien-
cia acumulada por la práctica de la
IG.2/99 SALE y Normas Generales
de los Servicios Logísticos, al depu-
rar los principios de actuación de
acreditada eficacia. Además, existe
la necesidad de integrar algunas de-
cisiones adoptadas por el Mando,
en respuesta a cuestiones concre-
tas. Por último, es útil considerar
prospecciones hechas a más largo
plazo que el planteado en este obje-
to de nuestro interés, como el con-
cepto Apoyo Logístico, de la DIVA.
ESTRUCTURA Y CONTENIDOS
DEL CAPÍTULO 16
Dadas las circunstancias de es-
pacio y lugar, a continuación se ex-
ponen sucintamente las variacio-
nes más significativas del nuevo
capítulo 16 respecto a la anterior
edición de 1998.
Se ha ampliado el contenido del
primer epígrafe, con unas conside-
raciones generales que ayuden a
centrar el concepto de Logística,
que se mantiene.
Pese al manifiesto desacuerdo
sobre el número, denominación y
contenidos de los principios, que
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
actualmente existe entre las publi-
caciones doctrinales aliadas y la
nacional, se ha considerado nece-
sario añadir los principios logísticos
de autoridad y transparencia, en
favor de la convergencia con los
aliados, habiéndose de subrayar
que el principio de autoridad ya
existía, con otros matices, en la
D-O-O-1(1980).
Se ha eliminado el antiguo pun-
to 16.7.a (Normas para la Manio-
bra Logística) por entender inade-
cuada su ubicación y poco cohe-
rente el título con su contenido,
aunque éste se ha conservado inte-
grando cada fracción con su res-
pectivo principio, en beneficio de
un tratamiento sistemático del ca-
pítulo.
El punto correspondiente a la
clasificación de la logística se ha
pulido y ampliado, en particular en
lo referente al contenido de la cla-
sificación por el marco de actua-
ción y cometidos, habiéndose re-
emplazado el término “Logística de
Campaña” por el de “Logística en
Operaciones”, más acorde con la
realidad.
El punto relativo a las Funcio-
nes Logísticas se ha debatido como
una cuestión central. Ha sufrido
transformaciones al integrar los
servicios, sistemática y parcialmen-
te con cada función, en un intento
de centrar el concepto y cometidos
de los servicios, como logísticos
funcionales. Para esto, se extraje-
ron del antiguo capítulo 4 (Ejército
de Tierra), donde constituían un
elemento extraño, arrastrado de al
menos la D-O-O-1(1976), dando
una impresión del concepto de los
Servicios, por su ubicación junto a
las Armas, que no se corresponde
con la actual.
Entre los ajustes importantes,
citaremos el cambio de denomina-
ción de la función “Transporte” por
el de “Movimiento y Transporte”,
más acorde con la Doctrina aliada
y la realidad de esta función. Tam-
bién se ha cambiado la de “Asisten-
cia Sanitaria” por “Sanidad”, por
decisión del Mando, en coherencia
con la orgánica y conforme a nues-
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
tra tradición. Se ha suprimido la
función “Asuntos Civiles”, por con-
siderarla una función de Mando y
no logística, con independencia de
las servidumbres o recargo del es-
fuerzo logístico que pueda impo-
ner su ejecución.
La organización logística no ha
sufrido alteraciones, salvo algunas
puntualizaciones importantes, co-
mo la fijación de la extensión del
escalonamiento logístico.
El título del punto 16.6 (Opera-
ciones Multinacionales) ahora es
“Operaciones Combinadas”, que
parece mas ajustado. Sin alterar su
estructura, se ha pulido el texto y
añadido algunos párrafos, como el
primero relativo a los factores que
afectan a la capacidad de propor-
cionar el apoyo logístico.
Era necesario introducir un nue-
vo punto (el 16.7), específico para
las operaciones de proyección, que
marque unas pautas mínimas para
este tipo de operaciones tan de ra-
biosa actualidad y previsibles en el
futuro.
El antiguo título del actual pun-
to 16.8 (La Maniobra Logística)
confundía, prestándose al malen-
tendido, por lo que se ha cambia-
do por el de “La Logística de la
Maniobra”, más apropiado ya que
la maniobra general es un concep-
to unitario que incluye al apoyo
logístico como uno de sus aspec-
tos. Se siguen contemplando las
dos fases, planeamiento y ejecu-
ción, y se ha revisado y actualiza-
do su contenido.
CONSIDERACIONES
Con las limitaciones ya dichas,
es conveniente citar algunas claves
DOCUMENTO
que ayuden al lector de la nueva
edición a apreciar los cambios in-
troducidos o, al menos, le muevan
a indulgencia por los defectos que
detecte.
Todo el texto es importante, o
lo que es igual, la mayor extensión
no siempre es sinónimo de mayor
cambio. A veces, cambiar o elimi-
nar una palabra ha costado más
trabajo que incluir o suprimir un
párrafo largo.
49

Todas las modificaciones se han
justificado, discutido y motivado
en las más de ochenta notas a pie
de página que figuraban en el bo-
rrador final de este capítulo.
Para resumir el esfuerzo, con-
viene señalar que el nuevo texto,
ha sido objeto de continuo debate
en el seno del Seminario Doctrinal,
en un proceso centralizado, deta-
llado, pero flexible e iterativo.
Cuenta con aportaciones obtenidas
según un criterio jerárquico/orgá-
nico, plasmado en los informes es-
critos formulados sobre el borra-
dor final por relevantes mandos u
organismos (EME,EGE…). Por otra
50
La Nueva DO1-001
parte, personas de reconocido
prestigio en nuestro Ejército, en
activo o en la reserva, han hecho la
correspondiente revisión crítica,
según su saber. Cabe esperar que el
texto obtenido con estas aporta-
ciones, al integrar opiniones con-
trastadas, sugerencias y/o correc-
ciones, goce de un amplio grado de
consenso.
Por su naturaleza, por la posi-
ción que ocupa en el vértice de la
pirámide doctrinal, esta publica-
ción sólo puede aspirar a concretar
algunas cuestiones, esbozar bas-
tantes y dejar en la indefinición
muchas más, que tomarán cuerpo
en publicaciones de nivel inferior y
cuyo ajuste doctrinal se conseguirá
mediante un esfuerzo de interpre-
tación sistemático, en conjunto, de
todos sus preceptos. Por tanto, si la
Doctrina ha de ser deliberadamen-
te ambigua en gran parte de su
contenido, garantía de flexibilidad
para absorber cambios y de cierta
permanencia temporal, el apartado
de Logística no puede escapar a és-
ta tendencia.
Finalmente, como parece que la
época de las doctrinas de larga vi-
gencia ha terminado y que –segura-
mente- habrán de ser revisadas en
ciclos cortos, se ha tratado de afron-
tar el futuro inmediato, en torno a
cinco años, con los datos del presen-
te, conservando aquello con validez
actual y dando algún vistazo al pa-
sado para no perder el contexto o
aclarar cuestiones oscurecidas por el
transcurso del tiempo.
CONCLUSIÓN
Quien busque elementos revolu-
cionarios en el campo de la Logísti-
ca, no los encontrará en esta nueva
edición. Ha sido una labor detallada
de adaptación de lo presente, inte-
gración de lo nuevo y eliminación
de lo obsoleto; que no es poco. n
 Ángel Pérez González. Licenciado en Derecho

Las causas que explican el te- las Fuerzas Armadas de Israel se importante, por cuanto la globaliza-
rrorismo son múltiples, y la fórmu- comparan con los terroristas pales- ción se ha convertido en sí misma
las que permiten a un grupo de tinos; la pobreza justifica el asesi- en un hecho rechazado por nume-
personas considerar correcto su nato o las víctimas acaban siendo rosos grupos de opinión abierta o
uso a pesar de su profunda inmo- culpables por sus ideas, religiones moderadamente antisistema. La
ralidad, abundantes. Un palestino o profesiones. Lo peor de los argu- identificación posterior del fenóme-
pacífico que afirma que el asesina- mentos filoterroristas es la culpabi- no de la globalización con determi-
to indiscriminado de israelíes es la lización del otro como fórmula que nadas corrientes de pensamiento
respuesta violenta, legítima, ante pretende justificar el uso de la vio- económico o determinados esta-
la ausencia de medios más sofisti- lencia. Se impone la necesidad de dos, a saber, con el capitalismo, li-
cados para enfrentarse a Israel, le establecer la causa de este fenó- beralismo y los estados occidenta-
está haciendo un favor inmenso al meno, sus consecuencias a medio les, en particular los EEUU,
terrorismo al encontrar una justifi- plazo y las posibles soluciones, si convierte a estos últimos, de nuevo
cación de esa violencia, comparti- efectivamente existen. y por partida doble, en objetivos de
da fácilmente por una amplia base la violencia terrorista. Este es un
social. Casi todos los grupos terro- LAS CAUSAS segundo y no menos determinante
ristas generan, de no existir previa- La globalización no es, como aspecto a destacar de la actual es-
mente, ese apoyo, que rápidamen- pudiera parecer, una causa, sino calada terrorista. Los objetivos, es-
te elabora los criterios intelectuales un vector de transmisión. No gene- to es, las víctimas de los ataques
que justificarán los atentados. ra el terrorismo, facilita su repro- están relacionadas con los factores
El problema no es nuevo. Pero ducción. Este punto de partida es mencionados: los EEUU, Occiden-
conviene plantearse el porqué de
la globalización del fenómeno te-
rrorista en conjunto, no sólo del te-
rrorismo islámico. Y la respuesta
es sencilla, la globalización refuer-
za todos los elementos que condi-
cionan la actividad terrorista. Ge-
neraliza los contactos, personales
o electrónicos, facilita la transmi-
sión de ideas y modelos, pone en
contacto, en definitiva, a los gru-
pos sociales que justifican, ampa-
ran o comprenden el terrorismo. La
confusión es el resultado. El con-
tacto de criterios que amparan el
terrorismo e ideas preexistentes o
latentes antisistema refuerza esta
tendencia.
El Ejército de los EEUU se con-
vierte así en un agente terrorista,

52
 SEGURIDAD Y DEFENSA

te, el capitalismo y la democracia li-

beral. Los atacantes, los terroristas
y su soporte sociocultural, proce-
den de los márgenes de esa demo-
cracia; de la tradición marxista-co-
munista y de fórmulas ideológicas
más recientes, pero de indudable
fortaleza, como el fun-damentalis-
mo islámico.
Por tanto, existen víctimas; exis-
ten terroristas, por tanto, culpa-
bles; y existe un sistema de trans-
misión de riesgos que es la
globalización. El mecanismo de
este sistema de transmisión no es
complejo y su apropiación por gru-
pos de acción en principio antiglo-
balizadores, es una muestra de las
dificultades que los estados tradi-
cionales encuentran para adaptar-
se a las nuevas circunstancias de
permeabilidad en sectores muy es-
pecíficos: la transmisión de infor-
mación, la circulación de indivi-
duos y la adaptación de su
estrategia de seguridad.
La globalización actúa sobre
vectores de alto interés para un
grupo terrorista: facilita la circula-
ción de capitales, por consiguiente,
facilita la financiación del terroris-
mo; multiplica los canales para ge-
nerar o recibir información, así
pues tanto para coordinar esfuer-
zos entre miembros de un grupo o
grupos distintos. Un simple fax o
un teléfono móvil sobran para dar
o recibir órdenes. Y refuerza el re-
sultado mediático de cualquier ac-
ción. Un atentado en Filipinas es las actividades terroristas, como establecer las consecuencias. Los
hoy tan inmediatamente conocido otras actividades ilícitas de menor grupos terroristas, todos sin excep-
y documentado como en Casa- impacto, sigan adquiriendo rele- ción, comparten una visión reduc-
blanca. La capacidad para generar vancia, afectando cada vez más a cionista de la realidad, aspiran a
un ambiente de inseguridad o de- la vida y a las percepciones de la un orden político autoritario y sien-
sorden es muy elevada. Se trata realidad de gobiernos e individuos. ten una aversión profunda hacia
de proyectar globalmente acciones Asumida esta proyección, es nece- los ordenamientos jurídicos que
locales, o utilizar localmente pro- sario establecer una resistencia or- vertebran las sociedades estables.
blemas globales. Una espiral de di- ganizada, que sólo puede ser es- Los fundamentalistas islámicos
fícil solución en tanto la globaliza- tructurada por los estados y que son los más numerosos, pero no
ción continúe operando. exige de estos notables dosis de los únicos que encajan en esta
La globalización, en consecuen- adaptación. descripción ideológica. Los objeti-
cia, no crea, pero sí catapulta la vos también son comunes: acabar
actividad terrorista. Y dado que la LAS CONSECUENCIAS con el Estado y con la democracia.
actividad de este fenómeno y su El terrorismo, por lo tanto, tiene La eliminación de uno y otra les
modus operandi no son suscepti- ideología, objetivos y genera vícti- permitiría un control sin límite de la
bles de variación fundamental, lo mas. Los tres elementos deben es- sociedad. Y genera víctimas, no
más probable es que en el futuro tar siempre presentes a la hora de sólo individuos, asesinados o afec-

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 53

tados por los atentados, también locales, que sin duda se producen. conforman una democracia. La
colectivos, que se ven agredidos Y la multiplicación de entes territo- ONU es un buen ejemplo. En el
en su integridad y libertad, e insti- riales menores que adoptan con Consejo de Seguridad están pre-
tuciones. frecuencia órdenes internos para- sentes estados ajenos por comple-
La consecuencia inmediata del lelos a los del Estado, acaba con- to a la democracia; para ser miem-
vínculo entre globalización y terro- virtiendo ficciones en realidades, bro de la organización o acceder a
rismo es la consolidación de los es decir, fórmulas de ordenación la presidencia de sus órganos, co-
tres problemas. En el futuro inme- territorial en protominiestados. Pa- mo ha sucedido con la Comisión
diato asistiremos a un debilita- ra los grupos terroristas esta situa- de Derechos Humanos, no es exi-
miento del Estado, a una corrosión ción es ideal. gible compatibilidad alguna del ré-
de la democracia y a un aumento La corrosión del Estado se tras- gimen con la democracia; y la pro-
de las víctimas. lada inevitablemente al propio sis- pia Carta se libra de establecer
La creciente ola terrorista es en tema, la democracia liberal y “ga- jerarquías entre regímenes políti-
parte herencia de la disolución del rantista” que conocemos en cos: todos son, a efectos prácticos,
poder del Estado. Esta es, a su Occidente. Con frecuencia los en- iguales. Estas características son
vez, consecuencia de la propia glo- tes supraestatales, las organiza- propias de una organización inter-
balización, que ha facilitado la cre- ciones internacionales, y los gene- gubernamental típica. Pero si se
ación de grandes entes supraesta- rados por la descentralización o desea convertirla en un actor inter-
tales, como la Unión Europea, y la disolución del Estado, por ejemplo nacional de legitimidad indiscuti-
disolución de la autoridad estatal las regiones autónomas en Nigeria ble, capaz de aspirar a generar un
mediante la transferencia de com- o las ex-repúblicas soviéticas de verdadero gobierno mundial, esas
petencias y poder a las regiones, o, Asia Central, responden escasa- características deben ser modifica-
sencillamente, la disolución del Es- mente a los patrones legales que das. La pugna por conceder a la
tado preexistente. La Unión Soviéti-
ca, la antigua Checoslovaquia, Yu-
goslavia son ejemplos evidentes de
colapso estatal. Este fenómeno se
ha producido con relativa poca re-
sistencia, dados los beneficios in-
dudables de la descentralización, o
lo inevitable de la disolución como
sucedió en la URSS.
Pero el tiempo está demostran-
do que el empeño por reducir los
entes de poder, limitar la capaci-
dad de gestión del Estado y am-
pliar los poderes de organizacio-
nes supraestatales no está dando
todos los frutos apetecidos. Las or-
ganizaciones supranacionales se
componen de estados, cada vez
más débiles; estas organizaciones
en cuestión, que suelen disfrutar
de razonable legitimidad, carecen,
sin embargo, de resortes para ha-
cer cumplir sus decisiones. No es
que no posean poder directo, es
que el miembro o miembros afec-
tados lo han perdido en beneficio
de entes menores que no están re-
presentados en la organización y,
cuando lo están, carecen de la po-
tencia política requerida para eje-
cutar políticas complejas. La limita-
ción de su poder real reduce su
capacidad para coordinar entes
menores y contrarrestar excesos Revista DIÁLOGO 1-03-03

54

ONU mayor protagonismo se ha
hecho hasta ahora sin abordar las
reformas necesarias. Respecto a
los entes infraestatales, el caso de
los estados nigerianos que aplican
la ley islámica, en contra de la opi-
nión del propio gobierno federal,
las dictaduras de facto de algunas
ex-republicas soviéticas, o la inca-
pacidad material de algunas regio-
nes europeas para asumir retos no
meramente locales ejemplifican los
riesgos del colapso del Estado tra-
dicional. Sencillamente no hay
sustituto posible, por el momento.
La limitación del poder de los órga-
nos que pueden garantizar la de-
mocracia (ningún tribunal federal
puede forzar a un Estado nigeriano
de religión musulmana a modificar
la ley, por ejemplo) y la necesidad
paralela de tomar medidas de se-
guridad adicionales amenazan con
poner contra las cuerdas la demo-
cracia liberal, que es tanto como
decir el orden político, basado en
la seguridad jurídica y la libertad
individual.
La indefensión que tal situación
provoca generará un aumento ex-
ponencial de las víctimas: Perso-
nas físicas, constreñidas por la fal-
ta de seguridad, el control
terrorista de ciudades y pueblos o
la asfixia ideológica generada por
las ideologías extremistas; institu-
ciones, especialmente las vincula-
das a sistemas de gobierno parla-
mentario, y órganos del Estado
especialmente vinculados al cam-
po de la seguridad, como las fuer-
zas armadas. Los terroristas no
dudarán en atacar todo lo que con-
sideren vulnerable, y los estados lo
son cada vez más.
LAS SOLUCIONES
Las soluciones deben ser com-
patibles con una realidad ineludi-
ble: la globalización lejos de ser un
fenómeno coyuntural se ha conver-
tido en un hecho estructural. No
se puede pretender limitar el fenó-
meno globalizador poniendo en
marcha políticas proteccionistas
que generarán problemas mayo-
res. Basta con dotar a los actores
internacionales de los instrumentos
necesarios para desenvolverse en
un mundo global. Y esos actores
son los estados y las organizacio-
nes internacionales. No hay más.
El combate antiterrorista exige
además un cambio de sensibilida-
des notable en la opinión pública
mundial. No se pueden confundir,
como a menudo se hace, condicio-
nantes externos con causas preci-
sas. Por ejemplo, la pobreza es un
condicionante que puede influir en
el nacimiento y desarrollo de un
conflicto, pero raramente es el ori-
gen del conflicto. Al contrario, la
causa del conflicto violento suele
coincidir con el origen de esa po-
breza. Eliminando la pobreza no
se elimina la causa del conflicto,
suponiendo que sea posible hacer
tal cosa. Al contrario, eliminar el
origen de un conflicto, a saber, una
dictadura agresiva, una ideología
radical o el reparto de poder entre
grupos de intereses, suele facilitar
mucho la superación de fenóme-
nos como la pobreza, el hambre o
la corrupción. Por tanto, la solución
exige contemplar varios objetivos
estratégicos:
Establecer con claridad
el origen del problema
El terrorismo constituye un pro-
blema objetivo que requiere una
solución tan objetiva como sea po-
sible. Si al diagnosticar su origen
se comete un error, el protocolo
posterior también será erróneo. El
problema más importante a la hora
de fijar causas, es la dificultad para
diferenciar fenómenos aparente-
mente relacionados: pobreza, sub-
desarrollo, corrupción. Todos estos
factores facilitan la acción terroris-
ta, pero existían con frecuencia an-
tes de que apareciese la actividad
terrorista. Por otro lado, si se esta-
blece una causa abstracta, la solu-
ción deviene imposible.
Las tensiones en Bolivia el mes
de octubre del pasado año consti-
tuyen un buen ejemplo. Los proble-
mas de desarrollo del país tienen
causas concretas: mala gestión,
débil administración, reducida ini-
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
SEGURIDAD Y DEFENSA
ciativa privada, entre otras. Cada
uno de esos problemas tienen una
solución. Ahora bien, si se diagnos-
tica como origen del problema la
globalización, las multinacionales y
el liberalismo, ya no hay solucio-
nes. Impedir la iniciativa privada, o
nacionalizar el gas natural no solu-
cionará los problemas de gestión
política y financiera. Igualmente, si
se considera como origen del terro-
rismo la soberbia occidental, el im-
perialismo y el capitalismo, difícil-
mente se encontrará fórmula
alguna de combatirlo. Si el origen
es, sin embargo, un fanatismo ide-
ológico o un enfrentamiento entre
grupos de interés económico, sí
hay soluciones posibles. Diagnosti-
car bien, es esencial para curar la
enfermedad.
Reforzar el Estado
La idea de que el Estado nación
carece de los instrumentos ópti-
mos para gestionar una realidad
internacional compleja, es un axio-
ma no demostrado. Es cierto que
la creación de organizaciones in-
ternacionales, la multiplicación de
los canales de información y trans-
misión de información, y la transfe-
rencia de competencias y sobera-
nía a regiones y organizaciones
han restado protagonismo al Esta-
do. Pero éste continúa siendo el
único actor capaz de movilizar la
potencia necesaria para enfrentar-
se con garantías de éxito a retos
como el terrorismo. Reforzar los
aspectos del Estado más eficien-
tes, por ejemplo la gestión de la
seguridad, debiera ser un objetivo
prioritario de cualquier política anti-
terrorista. La capacidad para im-
plementar esa política, para coor-
dinarla con otros estados y para
proyectarla en el exterior es, hoy
por hoy, insustituible. Por tanto la
necesidad del Estado también.
Reformar las
organizaciones internacionales
vinculadas al problema
Precisamente la capacidad del
Estado para combatir riesgos eleva-
dos como el terrorista, disminuye la
55
relevancia de las organizaciones in-
ternacionales más cercanas al pro-
blema. Estas son esenciales como
generadoras de Derecho, garantes
de legitimidad y órganos de coordi-
nación. Es necesario consolidar los
resortes institucionales que eviten
contradicciones como, por ejemplo,
la ocupación de puestos relevantes
por países que no colaboran sufi-
cientemente en esa lucha.
Usar la fuerza
cuando sea necesario
El dilema que representa el uso
de la fuerza está, en realidad, re-
suelto. El apaciguamiento ilimitado
de conductas agresivas no sólo no
apacigua, sino que refuerza las
convicciones del apaciguado. Los
errores cometidos en el pasado de-
ben evitarse, aunque tomar deci-
siones basándose en lo que pudie-
ra suceder pero no ha sucedido,
suponga un riesgo y la asunción de
una elevada responsabilidad. El
problema suele radicar en este
Revista DIÁLOGO 1-03-03
56
punto. Ni los gobiernos, ni los indi-
viduos ni las sociedades suelen de-
sear asumir la responsabilidad de
una decisión que entrañe el uso de
la fuerza y que pudiera generar da-
ños materiales o personales de
cierta envergadura. La dificultad de
medir una amenaza actual con un
riesgo potencial, es irresoluble.
CONCLUSIÓN
Combatir la actividad terrorista
exige adoptar criterios de análisis ab-
solutamente realistas. La globaliza-
ción es un fenómeno en sí mismo
aséptico, ni bueno ni malo. Pero re-
fuerza conductas, intereses o ten-
dencias económicas y políticas de
signo diverso, en todo caso, no siem-
pre de naturaleza beneficiosa. El te-
rrorismo es capaz de aprovechar as-
pectos de la globalización distintos.
No sólo se alimenta de la facilidad de
comunicación y obtención de infor-
mación, también se beneficia del de-
bilitamiento del Estado y su compleja
maquinaria de seguridad.
Aunque el discurso dominante
en la actualidad incide en la crisis
del Estado tradicional, en la nece-
sidad de descentralización y en la
bondad de determinismos iden -
titarios, es discutible que tales fe-
nómenos sean, en un escenario
internacional como el actual, com-
patibles con la seguridad. La mul-
tiplicación de niveles de decisión
p o l íti c a , c u e r p o s p o l i c i a l e s o
gobiernos minúsculos sólo crea
espacios vacíos ocupados inme-
diatamente por organizaciones cri-
minales tan poderosas o más que
numerosos estados.
Reforzar el estado democrático
liberal y dotarlo de los medios de
acción necesarios es la única solu-
ción compatible con la realidad po-
lítica internacional, la única garan-
tía creíble de la libertad colectiva e
individual y el único instrumento
eficaz para dotar de medios y fuer-
za a las organizaciones internacio-
nales capaces de combatir la vio-
lencia terrorista. n
 José Luis Calvo Albero. Comandante. Infantería. DEM.
La Guerra contra el Terrorismo termina su segundo año
con cierta sensación de inquietud, como ha expresado re-
cientemente el propio Secretario de Defensa norteamerica-
no Donald Rumsfeld, en un documento en el que reconocía
no saber si el conflicto se estaba ganando o perdiendo. Las
brillantes victorias militares en Afganistán e Irak han dado
paso a complicadas posguerras, o quizás a
nuevas formas de continuar las hostilidades.
El caso es que ambos países constituyen los escenarios
más evidentes, aunque tal vez no los más importantes, de la
Guerra contra el Terrorismo y sirven de barómetro a las opi-
niones públicas para valorar la marcha del conflicto.
Y en ambos escenarios las cosas van mal, y proba-
blemente empeorarán a corto plazo. Pero el mundo
occidental se juega demasiado en este conflicto como
para permanecer indiferente y, pese a que los proble-
mas se deben en su mayor parte a un deficiente enfo-
que estratégico por parte de EEUU, sería un error
romper el consenso con la superpotencia, como ha
empezado ya a ocurrir, pues un revés norteamericano
podría tener consecuencias desastrosas para la esta-
bilidad mundial.
IRAK:
LAGUERRAQUENOCESA
La Guerra de Irak ha sido el acontecimiento funda-
mental de este segundo año de
Guerra contra el Terrorismo. En rea-
lidad aún no se han encontrado evi-
dencias de que Sadam Husein man-
tuviese vínculos con Al Qaeda, o
que los residuos de sus programas
de armas de destrucción masiva su-
pusiesen un peligro mayor que los de
algunos de sus vecinos. Pero, cierta-
mente, Irak era un peligro potencial,
dado el carácter extremista, antiocci-
dental y frecuentemente imprevisible
de su régimen.
El riesgo de que sus científicos pu-
diesen llegar a trabajar para Al Qaeda
o que su petróleo llegase a financiar el
terrorismo internacional era motivo de
alarma en EEUU. Junto a estas razo-
nes, existían otras muy diversas como
obtener una buena posición geopolíti-
ca en Oriente Próximo, en un momento en el que la
alianza con Arabia Saudí se tambaleaba, mantener a
raya a los regímenes de Siria e Irán, ofrecer a Israel
una situación de estabilidad regional que le permitiera
realizar concesiones en las negociaciones con los pa-
lestinos, o romper la disciplina de la OPEP en la pro-
ducción de crudo, que ha mantenido muy altos los
precios en los últimos años.
Pero la preparación de la guerra no pasará a los li-
bros de Historia como ejemplo de buen hacer estraté-
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 57
gico. El Gobierno de EEUU irritó a muchos de sus
aliados haciendo gala de unilateralismo y de cierta so-
berbia en las formas al inicio de la crisis. Además, la
explicación de las razones para el ataque resultó con-
fusa. Se hizo hincapié en la amenaza de las posibles
armas de destrucción masiva, de las que no existían
pruebas suficientemente precisas, en lugar de centrar-
se en la peligrosidad del propio régimen para la esta-
bilidad regional. Muchos estados árabes sintieron que
la acción contra Irak podía tratarse sencillamente de la
antesala de una estrategia más amplia que terminase
por incluirlos como objetivos.
Por último, la propia administración Bush aparecía
demasiado dividida para emprender una operación tan
arriesgada como la ocupación de Irak. A la enconada
rivalidad entre el Departamento de Estado de Colin
Powell y el de Defensa de Donald Rumsfeld se unió el
malestar en el propio Pentágono ante la desconfianza
hacia la operación de muchos mandos militares. El
propio JEME, general Shinseki, tuvo un serio enfrenta-
miento con Rumsfeld poco antes del inicio del conflic-
to, cuando afirmó que la ocupación de Irak necesitaría
cientos de miles de efectivos sobre el terreno, muchos
más que los necesarios para la campaña militar.
El caso es que EEUU no logró levantar una coali-
ción de entidad para la operación y mucho menos
convencer a sus aliados para financiar los gastos mili-
tares de la campaña. Consecuentemente, se afrontó
la guerra con graves limitaciones en los medios milita-
res, disfrazadas de confianza en las posibilidades de
las nuevas tecnologías. La estrategia militar se basó
en la esperanza de que un ataque abrumador provo-
caría un rápido colapso del régimen, permitiendo una
ocupación rápida y casi incruenta, y evitando las com-
plicaciones de una guerra larga.
Pese a todos los problemas el enfrentamiento se
resolvió bien inicialmente, aunque no faltaron los sus-
tos cuando el colapso del régi-
58
men se retrasó unas semanas, dejando a muchas uni-
dades con líneas de comunicación largas e inseguras.
Pero las cosas no fueron tan bien a la hora de contro-
lar el territorio. Las estructuras de gobierno se derrum-
baron completamente (probablemente como parte de
una estrategia de último recurso de Sadam) y la acti-
tud de la población iraquí no fue tan amistosa como se
esperaba.
Como no se había previsto un caos tan absoluto, y
el total de fuerzas era bastante reducido para imponer
el orden, la sensación que trascendió fue de una gra-
ve falta de planes para la estabilización del país. Por
si fuera poco, la guerra no terminó del todo y una plé-
yade de movimientos armados comenzó a atacar a las
tropas norteamericanas con sorprendente rapidez y
frecuencia. Las bajas sufridas no han sido todavía
exageradas, pero la opinión pública norteamericana
siempre ha sido muy sensible a las pérdidas entre sus
tropas, y la situación no ha hecho sino empeorar en
los últimos meses.
Lo más grave es que han fallado los planes de re-
construcción. Estos se basaban en unas infraestructu-
ras menos dañadas, en un mantenimiento de los ser-
vicios básicos y en una resistencia esporádica. Y,
sobre todo, en que Irak pudiese reanudar con rapidez
sus exportaciones de petróleo al nivel anterior a la
guerra. Esto podía haber proporcionado casi 1.500 mi-
llones de dólares al mes, suficientes para la recons-
trucción inicial. Asimismo se confiaba en que con la
estabilización llegarían las ayudas internacionales.
Pero todo este esquema, excesivamente complejo
para que funcionase en la realidad, se desmoronó.
Los gastos para restablecer los servicios básicos han
sido muy superiores a lo esperado, las instalaciones
petrolíferas se encuentran en muy mal estado y los
sistemáticos atentados y sabotajes contra oleoductos,
centrales eléctricas y personal técnico iraquí han com-
plicado aun más la reconstrucción. Por
fin, los devastadores ataques suicidas
contra diversos organismos internacio-
nales han servido de disuasión a mu-
chas empresas a la hora de arriesgar
su capital en el imprevisible y peligroso
Irak de la posguerra.
En esas circunstancias, el Gobierno
norteamericano ha tenido que renun-
ciar parcialmente a su enfoque unilate-
ral anterior y recabar ayuda en los foros
internacionales, NNUU incluidas. La
respuesta no ha sido de momento ex-
cesivamente entusiasta. Pocos países
están dispuestos a enviar contingentes
significativos, y aquellos inicialmente
dispuestos, como Turquía, provocan
serios recelos entre la población iraquí.
En cuanto a las aportaciones económi-
cas, la Conferencia de Donantes de

Madrid, celebrada en octubre del pa-
sado año, supuso un éxito muy tibio.
De los 33.000 millones de dólares
recaudados, 20.000 millones habí-
an sido comprometidos previamen-
te por EEUU, y persisten las dudas
sobre la forma de invertirlos, ya
que resulta difícil atraer un número
suficiente de empresas y técnicos
en las actuales condiciones de se-
guridad.
En estas circunstancias, y con
elecciones presidenciales en no-
viembre de 2004, la posición de
la Casablanca es bastante difícil.
Mantenerse en Irak supondrá un
esfuerzo económico considera-
ble y, probablemente, una sucesión
de disgustos diarios en forma de
bajas, atentados y desórdenes. Los apoyos internacio-
nales siguen siendo reducidos y, pese a la legitimidad
que han proporcionado a la ocupación las dos últimas
resoluciones del Consejo de Seguridad, lo cierto es
que la postura de NNUU sigue siendo bastante crítica.
Como consecuencia, EEUU tendrá que seguir llevan-
do el peso de la ocupación y la reconstrucción del pa-
ís, y resulta evidente que si la situación se deteriora
aun más, el apoyo electoral al actual Presidente pue-
de sufrir un descenso decisivo.
Pero un repliegue prematuro de Irak sería todavía
más perjudicial. Todos los movimientos fundamentalis-
tas islámicos lo considerarían como una enorme victo-
ria, y quizás pensasen llegado el momento de saldar
cuentas con Israel, o de derrocar a los regímenes mo-
derados de la región. Un Irak sin un gobierno central
fuerte se resentiría de su propia heterogeneidad étnica
y religiosa, cayendo probablemente en una guerra ci-
vil, y convirtiéndose justo en aquello que se pretendía
evitar con la operación militar: un nido de terroristas.
En este sentido resulta difícil adivinar las intencio-
nes norteamericanas. Por un lado, el presidente Bush
siempre ha negado que se vaya a producir un replie-
gue anticipado; la solicitud extraordinaria a las Cáma-
ras de 87.000 millones de dólares para el año próxi-
mo, en concepto de gasto militar y reconstrucción,
parece mostrar una firme voluntad de permanecer en
el país y afrontar un esfuerzo notable. Pero por otro la-
do, declaraciones de algunos miembros del Gabinete,
como Colin Powell, o el propio Administrador nortea-
mericano, Paul Bremer, así como la prevista reducción
de efectivos militares la próxima primavera parecen
apuntar en la dirección de una transferencia de poder
muy acelerada a las autoridades iraquíes.
La transferencia de poder es lógica y deseable pe-
ro, en las actuales circunstancias, parece poco proba-
ble que ningún gobierno iraquí sea capaz de mantener
el orden si se produce un repliegue significativo de
SEGURIDAD Y DEFENSA
fuerzas norteamericanas. Las fuerzas de policía y el
embrión de ejército que se están poniendo en pie
apresuradamente, son terriblemente vulnerables tanto
a la intimidación que se ejerce sobre sus miembros y
sus familias, como a la infiltración por elementos hosti-
les. Probablemente deba pasar un tiempo considera-
ble para que sean capaces de garantizar la seguridad
sin apoyo de las fuerzas norteamericanas. En cuanto
a los responsables políticos iraquíes, muchos de ellos
viven hoy entre el rechazo de su propia población y el
acoso de los grupos armados antinorteamericanos. De
nuevo hará falta tiempo para que surjan líderes que
combinen la moderación con la legitimidad ante la ma-
yoría de su pueblo. En resumidas cuentas, la tenta-
ción de una transición apresurada afectará sin duda a
la Casablanca pero, si se materializa, fracasará casi
irremediablemente.
ELCAOSAFGANO
La situación en Afganistán podría decirse que es in-
cluso peor que en Irak. Los señores de la guerra si-
guen dominando la mayor parte del territorio y mantie-
nen continuos choques en las zonas limítrofes de sus
feudos. Los restos del movimiento talibán, reorganiza-
do en la zona fronteriza con Pakistán y reforzado con
otros grupos integristas como las milicias de Hekmat-
yar, han iniciado una contraofensiva en el Sur y el Su-
deste del país que, según un informe de NNUU, les ha
llevado a controlar de hecho algunos distritos fronteri-
zos. Sólo en el mes de agosto de 2003 murieron más
de un centenar de milicianos, soldados y policías fie-
les al Gobierno en combates con estos grupos. El pre-
sidente Karzai, prácticamente recluido en la capital ba-
jo la protección de la ISAF, es conocido jocosamente
en el resto del país como “el alcalde de Kabul”.
Ante este panorama, las fuerzas norteamericanas
prosiguen con su estrategia de lanzar rápidas y devas-
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 59

tadoras ofensivas cuando se detecta una concentra-
ción de milicias enemigas. Pero los talibán han apren-
dido a moverse en grupos pequeños, difíciles de de-
tectar y seguir. El peligro más grave es que la
creciente fuerza de los rebeldes lleve a muchos gru-
pos tribales a unirse a ellos, como ya ocurrió en el pa-
sado cuando los talibán eran sólo estudiantes islámi-
cos que habían llegado desde Paquistán. La tradición
en este tipo de sociedades es unirse al más fuerte, y
si las tropas norteamericanas apenas salen de sus ba-
ses y los soldados del Gobierno bastante tienen con
salvar sus vidas cada día, la opción de unirse de nue-
vo a las huestes del Mullah Omar no parece tan des-
cabellada.
De nuevo, como en Irak, un éxito militar arrollador
se ha transformado en una compleja situación de pos-
guerra. La escasa eficacia en la estabilización y la re-
construcción han terminado por hacer degenerar la si-
tuación. Hay que reconocer que en el casi medieval
Afganistán, el problema era mucho más complejo que
en el relativamente desarrollado Irak. El caso es que
ni EEUU ni los donantes de la Conferencia de Bonn se
han mostrado demasiado puntuales en las ayudas al
régimen de Karzai, y la mayor parte de la riqueza del
país sigue procediendo de los cultivos de opio que
controlan los señores de la guerra.
La implicación militar tampoco ha sido excesiva.
EEUU renunció desde el principio a controlar el pro-
blemático territorio afgano, y los países que propor-
cionan fuerzas a la ISAF siempre se mostraron rea-
cios a desplegar fuera de Kabul. Recientemente el
paso de la responsabilidad de la misión a la OTAN
60
parece haber dado cierto impulso a la ISAF, y
se ha aceptado desplegar algunos centenares
de efectivos en la conflictiva zona de Kunduz,
escenario de frecuentes combates entre los
antiguos comandantes tayikos y uzbecos de
la Alianza del Norte. Pero se ha calculado
que un despliegue eficaz requeriría el doble
de los efectivos actuales (unos 5.000) y resul-
ta difícil encontrar voluntarios para esta apor-
tación.
En definitiva, en Afganistán también cunde
el pesimismo, máxime cuando se conoce que
núcleos de Al Qaida, Bin Laden incluido, se
mantienen activos en la zona fronteriza con
Paquistán. Como en Irak, podría llegar a dar-
se la circunstancia de que la victoria militar
termine por resultar inútil.
LOSLÍMITESDELASUPERPOTENCIA
Los ataques contra Afganistán e Irak per-
seguían objetivos estratégicos lógicos y justi-
ficables dentro de la Guerra contra el Terro-
rismo. En el caso de Afganistán, la
justificación era obvia ante la presencia de las
bases y los líderes de Al Qaeda en el territorio contro-
lado por los talibán. En Irak, los motivos para el ata-
que fueron más discutidos, aunque pudieron haberse
presentado mejor por parte de EEUU. En ambos ca-
sos las operaciones militares se saldaron con rotun-
dos éxitos, pese a las limitaciones impuestas al Pentá-
gono, especialmente en la campaña de Irak. Pero
también en ambos casos, la victoria militar se cerró en
falso y el conflicto evolucionó hacia una forma asimé-
trica para la que la estrategia norteamericana no se
encuentra muy bien preparada.
En Afganistán la preparación estratégica fue impe-
cable, acertando de pleno al considerar que la fuerza
de los talibán residía en sus alianzas con las tribus
pashtun. Pero el fallo vino en la posguerra con una
cierta dejadez después de la victoria. Incluso las fuer-
zas armadas norteamericanas estuvieron más de un
año sin recibir fondos específicos para la campaña mi-
litar, mientras la ISAF languidecía en Kabul, y no se
hacía nada para frenar el poder de los señores de la
guerra. El resultado es un territorio nuevamente sumi-
do en el caos y un resurgir de las milicias talibán, reor-
ganizadas en la frontera con Paquistán, ante la impo-
tencia de los dirigentes pakistaníes, conscientes de
los apoyos internos al integrismo islámico y la frágil
estabilidad del país.
En Irak el error se produjo en la preparación de la
campaña. De hecho, la fractura en el seno de la co-
munidad occidental con motivo de las disensiones so-
bre la intervención militar, supone quizás la mayor vic-
toria de los terroristas hasta el momento. Una victoria
que se debe más a los errores de sus enemigos que a
sus propios méritos.

Estados Unidos cometió el error de sobreestimar su
capacidad, viéndose capaz de afrontar por sí solo la
campaña iraquí y considerando el apoyo internacional
como secundario. También valoró mal el tipo de ene-
migo que iba a encontrar en Irak, las reacciones del
mundo árabe y musulmán, y las dificultades de gestio-
nar la posguerra en un país arruinado y con una po-
blación muy dividida. El hecho de actuar casi en solita-
rio obligó a intentar reducir costes, utilizando fuerzas
insuficientes para la ocupación y el control del territo-
rio. Las advertencias sobre el empleo de estrategias
asimétricas en el conflicto, no fueron escuchadas por
los máximos dirigentes del Departamento de Defensa,
fascinados, un tanto ingenuamente, por su hasta aho-
ra eficaz modelo de guerra tecnológica.
El estudio de la Historia nos enseña que las gran-
des potencias basan gran parte de su poder en su ca-
pacidad para gestionar alianzas y levantar coaliciones.
Cuando asumen en solitario los costes de una guerra
larga y complicada, suele producirse un debilitamiento
apreciable. El poder militar y económico de EEUU es
inmenso pero no ilimitado. Sus fuerzas armadas están
diseñadas para operaciones rápidas y contundentes, y
no para una larga y problemática ocupación de un te-
rritorio hostil que exige cientos de miles de combatien-
tes sobre el terreno. Su economía sigue siendo la más
dinámica del mundo occidental, pese a la crisis, pero
sus desequilibrios son cada vez mayores. Tanto el dé-
ficit público como el comercial alcanzan cifras históri-
cas, la batalla de las exportaciones está perdida salvo
en algunos sectores específicos y el 75% del PIB na-
cional depende del consumo interno. La población,
con escasa protección social y bajísimas tasas de aho-
rro, es muy vulnerable a las crisis y a las pérdidas de
empleo y, como colofón, el dólar se mantiene artificial-
mente alto gracias a las masivas compras de
divisas y deuda pú-
SEGURIDAD Y DEFENSA
blica efectuadas por Japón y sobre todo por China,
que ponen en manos de estos países un inquietante
poder sobre la estabilidad financiera norteamericana.
Todo este panorama muestra que, en realidad, del
enorme poder económico de EEUU (más de un billón
de dólares de PIB anual), sólo una pequeña parte
puede aplicarse en una campaña militar. Una implica-
ción excesiva puede significar desequilibrios económi-
cos y sociales muy dañinos.
Esto explica, en parte, los problemas de Irak y pone
también al descubierto la consecuencia estratégica
más negativa de la campaña iraquí: que EEUU ha
mostrado sus límites. Todo el prestigio de superpoten-
cia invencible y autosuficiente amenaza con resque-
brajarse y, con ello, el efecto de presión sobre los es-
tados de Oriente Medio que se pretendía ejercer con
la intervención en Irak se está perdiendo. A la vista de
la situación actual, tanto Siria como Irán saben que
EEUU no puede implicarse en otra campaña militar en
la zona. Los terroristas de Al Qaeda se han dado
cuenta de que las tropas norteamericanas pueden ser
batidas y puestas en dificultades con los procedimien-
tos adecuados. Y la lucha que se está librando en Irak
empieza a adquirir un cierto aire de batalla decisiva
dentro de una cruzada (o más propiamente una “con-
tracruzada”) religiosa, atrayendo inevitablemente a
muchos jóvenes radicales musulmanes.
En cualquier caso, las consecuencias de un debili-
tamiento norteamericano en Irak serían nefastas para
el mundo occidental y para Europa en particular. Si
EEUU termina por retirarse de Irak antes de tiempo,
sería una humillación comparable a la de Vietnam,
que probablemente anularía la capacidad de interven-
ción de la superpotencia por algún tiempo, Lo que
puedan hacer los grupos terroristas durante ese tiem-
po es mejor no imaginarlo. En el caso extremo de
unos EEUU replegándose al otro lado del Atlántico,
despechados por la falta de apoyos
de sus aliados, la situación de se-
guridad en Europa, con una capa-
cidad militar cada vez más margi-
nal, sería la peor desde hace
varios siglos.
Por eso, y pese a reconocer que
la situación actual se debe funda-
mentalmente a errores de EEUU, no
se entienden tampoco algunas co-
rrientes de opinión en Europa que
parecen alegrarse ante lo que se
considera un escarmiento en Irak de
la prepotencia norteamericana. Si los
“prepotentes” norteamericanos termi-
nan por sufrir algún tipo de derrota en
la Guerra contra el Terrorismo, aun-
que sea meramente moral, los europe-
os tendremos muchas décadas para
lamentarlo. n
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 61
 Pedro Sánchez Herráez. Comandante. Infantería. DEM.

Verano de 1942: las divisiones estrecha franja de tierra a la que, Tras haberse planteado el año
“Panzer” avanzan por el Cáucaso, desde el Este, a través del Volga, anterior, ante la aparentemente
conquistando imparables la inmen- por medio de barcazas sometidas inevitable caída de Moscú, el
sa llanura que pasa bajo sus cade- a intenso fuego de todo tipo de ar- abandono de la capital, Stalin, que
nas mientras las fuerzas soviéti- mas, llegaban los refuerzos y su- el 28 de julio había emitido la or-
cas, pese a la desesperada ministros esenciales. den nº 227 (conocida por la orden
resistencia que ofrecen, no son ca-
paces de detener las masas acora- Tropas Alemanas cerca de Leningrado
zadas que, como cuñas, penetran
una y otra vez en su despliegue,
eliminando división tras división.
Finalmente, Stalingrado apare-
ce ante las tropas del Grupo de
Ejércitos Sur. Stalingrado (la Tra-
vitsin zarista) donde se libró una
batalla decisiva entre el naciente
Ejército Rojo y las tropas zaristas,
y cuya victoria pasó a ser un he-
cho heroico, que alcanzó el nivel
de mito al asociarla al nombre de
Stalin (que luchó en la misma);
Stalingrado, ciudad especialmente
cuidada por el Gobierno de la
URSS, que la presentaba como
modelo de la construcción socialis-
ta; Stalingrado, la ciudad de Stalin.
Los objetivos de las fuerzas hi-
tlerianas consistían en destruir las
fábricas de armamento de la ciu-
dad y, sobre todo, cortar el río Vol-

Bagdad
ga, verdadera arteria fluvial de to-
do el Cáucaso (por ella circulaban
30 millones de toneladas de recur-
sos, petróleo, trigo, manganeso...);
ambos se consiguieron con relati-
va rapidez, y las fuerzas soviéticas
quedaron en posesión de un pe-
queño sector de la ciudad, rodea-
da por todas partes salvo por una

62
 SEGURIDAD Y DEFENSA

de “Ni un paso atrás”), de carácter Ataque alemán

impulsivo e impaciente, enfurecido
por la situación de “su” ciudad, or-
denó “defenderla hasta el fin”. Hi-
tler, que nunca quiso que sus tro-
pas se empeñaran en combates
urbanos en Moscú o en Leningra-
do, ordenó tomar Stalingrado a to-
da costa; Hitler, que nunca quiso
un nuevo Verdún (batalla de des-
gaste de la Primera Guerra Mun-
dial, que agotó en gran medida a
los ejércitos de las potencias cen-
trales), ordenó la ocupación de to-
da la ciudad.
Stalingrado, en ese momento,
se transformó en un símbolo.

LA LUCHA POR UN SÍMBOLO

Primavera de 2003: la 3ª Divi-
sión Mecanizada y la 1ª Fuerza
Expedicionaria de Marines (MEF)
de Estados Unidos avanzan por
Oriente Medio, conquistando impa-
rables la inmensa llanura que pasa
bajo sus cadenas mientras las
fuerzas iraquíes, que ofrecen una
escasa resistencia, no son capa-
ces de detener las masas acoraza-
das que, como cuñas, penetraban
su despliegue, desbordando pobla-
ción tras población.
Finalmente, Bagdad aparece da Guerra del Golfo (la Tercera si tener las fuerzas nazis ante los úni-

Bagdad La nuva
ante las tropas del V Cuerpo y el
1º MEF. Bagdad, el escenario de
las mil y una noches, capital de
Irak, la ciudad más importante de
la nación, la más grande (cinco mi-
se cuenta como tal la guerra entre
Irán e Irak), fue objeto de abun-
dantes artículos en prensa y revis-
tas especializadas, así como tema
habitual de conversación en los fo-
cos obstáculos de cierta considera-
ción presentes en la inmensa este-
pa rusa: las ciudades y los ríos;
pero si bien Stalin (más bien Zhu-
kov, su jefe de EM) tuvo éxito, no

estalingrato
llones de habitantes contando el
área periférica) y sede de una de
las dictaduras más férreas del
mundo; Bagdad, donde las fuerzas
de la Coalición iban a ser derrota-
das; Bagdad, la ciudad de Sadam.
Pero del mismo modo que la
“madre de todas las batallas” se
transformó en una derrota aplas-
tante, la “tumba de todos los occi-
dentales” cayó como una fruta ma-
dura, ante la estupefacción de
extraños y probablemente, (aun-
que sea, al menos, en parte), tam-
bién de propios.
Las comparaciones entre Bag-
dad y Stalingrado han sido abun-
dantes. Durante las fases iniciales
de la pasada campaña, la Segun-
ros militares: ¿Sería posible que el
sorprendente y casi imparable
avance de las fuerzas de la Coali-
ción quedase detenido y fracasara
ante Bagdad?
Sadam, ferviente admirador de
Stalin (se dice que incluso tenía un
retrato del dictador ruso en su habi-
tación) y educado en los principios
doctrinales soviéticos, tomó presta-
do de la Historia el ejemplo de la
ciudad del Volga; sabedor de las
grandes capacidades de las fuerzas
de la Coalición, y de que sus unida-
des tendrían pocas esperanzas de
supervivencia en campo abierto (el
más abundante en Irak), intentaría
hacer lo mismo que los soviéticos
en la Segunda Guerra Mundial: de-
ocurrió lo mismo con Sadam.
LA BATALLA DE STALINGRADO
La batalla de Stalingrado tuvo
tres fases bien diferenciadas: de la
defensa a ultranza de la ciudad, sim-
plemente intentando evitar su caída;
se pasó a la contención, al empleo
del personal y recursos imprescindi-
bles que permitieran tanto mantener
las posiciones como al Ejército nazi
desgastarse entre las ruinosas ca-
lles; para, por último, tras haber cre-
ado las condiciones favorables, lan-
zar un contraataque decisivo con
fuerzas traídas del Este, que envol-
vieron y derrotaron al VI Ejército. Pri-
mero. “Ni un paso atrás”, posterior-
mente “sangre por tiempo” (como

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 63

Avance de Granaderos Alemanes
expresó el mariscal Chuikov, Jefe
del 62º Ejército, responsable de la
La Lucha Por el
defensa de Stalingrado) y, finalmen-
te, la aniquilación del enemigo.
Comparando el desarrollo de
esta batalla con la que tuvo lugar
en Bagdad, podemos preguntar-
Simbiloa
nos si realmente existe algún pare-
cido entre ambas, aunque sea por
mera coincidencia.
La URSS no sólo se enfrentaba
a la derrota militar y a la caída de
su régimen, sino a su desaparición
como nación, desaparición que in-
cluiría, de paso, a gran parte de su
población en los campos de exter-
minio; pese a que el nuevo gobier-
no de Irak pueda presentar diferen-
tes aspectos, en la campaña no se
planteaba la supervivencia de la na-
ción ni por supuesto el exterminio
de su población.
64
Stalin, que superó a Sadam en
crímenes e impuso un régimen po-
lítico no deseado para gran parte
de la población, no era ni con mu-
cho el ideal de gobernante para
esa misma población; sin embar-
go, la alternativa, Hitler, era mucho
menos deseable, por lo que Stalin
sí fue capaz de aglutinar a la na-
ción, al contrario que Sadam, que
salvo para sus más fieles seguido-
res, era la opción menos deseable.
Una vez tomada la decisión de
defender Stalingrado, todas las
fuerzas disponibles, civiles y milita-
res, se dispusieron a la defensa de
la misma, organizando el terreno,
creando milicias y preparando la
ciudad para una lucha sin cuartel;
con cinco millones de habitantes y
lo mejor del Ejército iraquí dispues-
to en su entorno, Bagdad no se or-
ganizó para la defensa (pues ni los
desfiles de mujeres y de supuestos
suicidas ni los preparativos de la
población almacenando alimentos
se pueden considerar un plan real
de defensa).
Pese a que en 1942 la guerra
de nuevo discurría mal para los so-
viéticos, y Stalingrado era una ba-
talla capital dentro de la contienda
(aunque para algunos analistas és-
ta fue la batalla decisiva del frente
ruso, para otros fue Moscú o
Kursk), Bagdad no era una batalla
más en la guerra del 2003, Bagdad
era “la batalla”, la que decidiría la
victoria.
SITUACIÓN DE BAGDAD
Como se ha expuesto, Bagdad
no sólo no se organizó para la de-
fensa, sino que parece razonable
pensar que gran parte de la pobla-
ción (e incluso gran parte de la
Guardia Republicana) no es que no
desease inmolarse por Sadam, es
que no deseaba ni evitar su caída
(una vez asumido que la guerra es-
taba probablemente perdida). Nun-
ca hubo una voluntad real de de-
fensa a ultranza de Bagdad, los
puntos de control en las calles y los
blocaos de sacos terreros no pasa-
ban de ser elementos propagandís-
ticos; baste pensar lo que podría
haber ocurrido si toda o parte de la
Guardia Republicana (y no sólo la
Guardia Especial Republicana;
¿dudas en cuanto a la fidelidad de
la primera?) se hubiera atrinchera-
do en el interior de la ciudad, obs-
truyendo las vías de comunicación,
cerrando las mismas desde las ca-
sas de sus habitantes, empleando
a éstos como escudos humanos
(voluntarios o forzosos) y obligando
a la Coalición a la disyuntiva de mi-
les de bajas, al menos civiles..., pa-
rece una situación bastante más
compleja que la que se encontra-
ron (afortunadamente) las fuerzas
de la Coalición.
Podríamos, entrando en el cam-
po de la conjetura, considerar que
la batalla de Bagdad comenzó en
el momento en el que la Coalición
cruzó la frontera de Irak, y que la

frase “sangre por tiempo” podría
ser válida; la sangre de algunos
soldados de la Coalición, la sangre
de muchos soldados iraquíes del
la situacion
Ejército Regular (que se sabía no
constituía un rival significativo), la
sangre de muchísimos civiles, obli-
gados por los fedahiyines a no ren-
dirse, aplastados bajo la ingente
en Bagdad
cantidad de bombas que se supo-
nía se iban a emplear para permitir
la progresión de las fuerzas... San-
gre, mucha sangre por tiempo...
Pero tiempo, ¿para qué?
El invierno ruso en 1942 era un
obstáculo casi insalvable, al me-
nos para una de las facciones,
mientras que el verano iraquí, pe-
se a ser sofocante, habría ralenti-
zado, pero no detenido, las opera-
ciones. La URSS concentró y
adiestró un gran número de fuer-
zas al Este de la ciudad, para pos-
teriormente lanzar el contraataque;
por eso necesitaba tiempo. Irak no
tenía apenas (por no decir ningu-
na) esperanza de recibir ayuda de
otras naciones (excepción hecha
de los voluntarios árabes, con ca-
rácter más simbólico que eficaz) ni
grandes reservas que movilizar...;
no habría contraataque empleando
fuerzas militares.
Siguiendo con las conjeturas, el
equivalente al contraataque decisi-
vo podría haber tenido dos modali-
dades: empleando armas de des-
trucción masiva o por medio de la
opinión pública mundial. La prime-
ra modalidad estaba contemplada
por las fuerzas de la Coalición, que
mantuvieron la alerta química du-
rante muchas jornadas; además, el
empleo de dichas armas negaba
automáticamente la segunda mo-
dalidad, mucho más sutil, amplia y
de efectos incalculables. También
este aspecto estaba contemplado
por la Coalición, y si en ciertos mo-
mentos se pudo llegar incluso a
dudar sobre la conveniencia de
lanzar el ataque a Irak, una vez
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
SEGURIDAD Y DEFENSA
decidido éste, se trató de negar al
enemigo (a Sadam y su régimen,
no al pueblo de Irak) ese tiempo
(por medio de una espectacular
progresión hacia Bagdad) y, por
supuesto, esa sangre.
ACTUACIÓN DE LAS
FUERZAS DE LA COALICIÓN
En Stalingrado se trataba de
ocupar físicamente toda la ciudad,
de limpiarla de soviéticos; el obje-
tivo era la ciudad en sí misma.
Distinto es el caso de Bagdad, da-
do que el centro de gravedad de
la operación era Sadam y su régi-
men, bastaba con destruir o cap-
turar los símbolos de dicho poder;
no era necesario ir calle por calle
y casa por casa, evitándose de
esa forma la temida batalla de
desgaste.
Las fuerzas de la Coalición to-
maron buena nota de los proble-
mas que tuvieron que afrontar los
rusos en Chechenia, y de los pro-
65
dsdtalla de esta-
cedimientos de actuación de las
Fuerzas de Defensa israelíes en
lingrado ...
las ciudades palestinas (donde se
emplean medios acorazados y
mecanizados, penetrando rápida-
mente y por varias direcciones si-
multáneamente, para desorientar
y confundir a la defensa). Esto,
unido a las capacidades de la tec-
nología (armas guiadas de gran
precisión, en lugar de los bombar-
deos de alfombra tradicionales)
marcaron las pautas de actuación:
incursiones rápidas, por sorpresa,
aprovechando las amplias aveni-
das donde era más fácil el movi-
miento de los vehículos de com-
bate, demostrando la capacidad
de alcanzar objetivos en el interior
de la ciudad (mientras los dirigen-
tes iraquíes hablaban de las de-
rrotas de la Coalición, la población
veía a los M-1 pasearse por sus
calles), todo lo cual, combinado
con fuego de precisión sobre los
escasos edificios desde los que se
presentaba resistencia, permitió la
caída de Bagdad y la desaparición
entre la multitud de los destinados
a defenderla.
66
CONCLUSIONES
Tras analizar lo expuesto (que
obviamente es opinable), parece
razonable pensar que no hubo
otra razón más que la propagan-
dística para realizar la equivalen-
cia entre Bagdad y Stalingrado.
quizás la idea de tragedia, de su-
frimiento y de derrota para los ata-
cantes y de gran victoria para los
defensores (idea reforzada por re-
cientes publicaciones y películas),
unida a la admiración de Sadam
por Stalin fueran el origen de di-
cha equivalencia. Pero, salvo la
importancia del factor tiempo (¿en
qué operación militar no es impor-
tante el tiempo?) y la predisposi-
ción de Sadam a derramar la san-
por tres ss
gre de su pueblo (que no la suya
propia), no existen otros elemen-
tos de relación entre ambas situa-
ciones.
No por repetido, es menos cier-
to que la moral, la voluntad de ven-
cer, constituye el primer elemento,
el imprescindible en cualquier con-
flicto. En Stalingrado, los soviéti-
cos la tenían, aunque sólo fuera
por falta de alternativas; mientras
que en Bagdad lo que había, era,
precisamente, alternativas.
El estudio de la Historia es
esencial, pues pese a que varíen
los medios, los conceptos, la esen-
cia misma del arte de la guerra,
permanecen inmutables (aunque
periódicamente en las doctrinas
los principios pasen a ser funda-
mentales, o complementarios, u
operativos...). El estudio de la His-
toria es esencial, pues permite evi-
tar equivocaciones. En Stalingra-
do, los nazis cometieron un error, y
lo pagaron muy caro; la Coalición
no cayó en ese error, y el resto, ya
es Historia, pese a que ahora mis-
mo, Bagdad e Irak son el presente.
BIBLIOGRAFÍA
− BEEVOR, ANTHONY: Stalingrado,
Barcelona, Editorial Crítica, 2001.
− SHTEMENKO, SERGUÉI: El Es-
tado Mayor Central Durante la
Guerra, Moscú, Editorial Progreso.
− VARIOS: Hitos y Enigmas de la
Segunda Guerra Mundial. Barce-
lona, Ediciones Daimon, 1996.
− Artículos de prensa, tanto nacio-
nal como extranjera (2003). n
La Lucha por la Legitimidad en
la Sociedad de la Información
Manuel R. Torres Soriano. Investigador del Departamento de
Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Granada

INTRODUCCIóN
Gran parte de los estudios y análisis que han
tenido como objetivo la descripción y compren-
sión de los conflictos bélicos, tanto actuales co-
mo futuros, han alumbrado interesantes concep-
tos como los de “guerras de cuarta generación” o
“conflictos asimétricos”. Estos términos nos sitú-
an en hipotéticos escenarios caracterizados por
su irregularidad, por la falta de correspondencia
entre los recursos y la filosofía de los combatien-
tes, donde el énfasis se da en evitar el enfrenta-
miento directo con fuerzas militares, priorizando
el ataque directo contra objetivos culturales, polí-
ticos o de la propia población civil.
La comprensión de la lógica de actuación de
los previsibles nuevos adversarios se ve facilita-
da enormemente a través del concepto de asi-
metría, que en cuestiones de defensa puede ser
entendida como una forma de pensamiento y or-
ganización radicalmente diferentes a las del opo-
nente, a fin de maximizar las propias ventajas y
explotar las debilidades del rival. Las exigencias
de semejante estrategia junto con las novedosas
potencialidades de las tecnologías de la informa-
ción han contribuido a la gestación de un nuevo
modelo de sociedad sustancialmente diferente al
del pasado. Son, pues, elementos que nos pue-
den proporcionar una cercana idea de cuáles se-
rán los elementos determinantes de los futuros
desafíos en cuestiones de seguridad y defensa.

EL NUEVO CAMPO DE BATALLA

La difusión de las nuevas tecnologías de la in-
formación ha contribuido poderosamente al cam-
bio social a través de tres vías principales: redu-
ciendo el tiempo de transmisión de la
información, minimizando el coste económico de
la comunicación e incrementando el ámbito y
complejidad de ambas. Las emisiones vía satéli-
te, el abaratamiento de los equipos de filmación

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 67


y retransmisión (accesibles a las economías domésti-
cas), junto al número cada vez mayor de horas de
emisión en directo de todas las cadenas de televisión
han erosionado aun más las ya reducidas posibilida-
des de control de los flujos de información por parte
de los gobiernos democráticos.
Sin embargo, desde la óptica de las cuestiones
concernientes a la seguridad y defensa de un Estado,
el principal producto de esta “sociedad de la informa-
ción” ha sido la ampliación ilimitada de los actores que
toman parte en el proceso de toma de decisiones.
Aquellas tecnologías que han hecho posible el acceso
generalizado a la información y que han logrado el en-
riquecimiento democrático del proceso de retroalimen-
tación que se establece entre gobernantes y goberna-
dos, han mostrado, sin embargo, su faceta más
oscura en la “puerta” que se deja abierta a aquellos
actores que desean introducirse en este “espacio pú-
blico” con el objeto de alcanzar de forma velada objeti-
vos individuales, contrarios a la seguridad y al bienes-
tar generales.
El uso de la fuerza militar dentro de las sociedades
democráticas ha pasado a convertirse en una cuestión
que se dirime principalmente en el ámbito de la opi-
nión pública, y que encuentra su correspondiente es-
cenario en el ámbito de los medios de comunicación
de masas. La asunción en los últimos tiempos, tanto
por parte de políticos como de militares, de la inviabili-
dad de un conflicto bélico que no cuente con un am-
plio respaldo popular, ha convertido un espacio virtual
como es el de la información, en el nuevo campo de
batalla donde se librarán las guerras del futuro.
Mientras que la posibilidad de un conflicto bélico
entre estados avanzados, utilizando armamento y doc-
trinas convencionales, aparece cada vez más como
una posibilidad remota, cobra cada vez mayor fuerza
la primacía de la información como principal elemento
68
determinante de
los conflictos béli-
cos del futuro. Se
llega, incluso, a
considerar las po-
tencialidades de
las nuevas tecno-
logías de la infor-
mación como ele-
mento originador
de una nueva “ló-
gica geopolítica”
que ha dejado ob-
soletas las con-
cepciones estraté-
gicas del pasado.
Así, por ejem-
plo, Martin Libicki
(ver Bibliografía)
opina que a lo lar-
go de la historia, cada nuevo medio tecnológico ha
conllevado una nueva lógica geopolítica, y en la medi-
da que la importancia de ese medio aumentaba, no
sólo dominaba al antiguo sino que también lo llegaba
a transformar. Cita ejemplos como los del uso bélico
del avión, que permitió que durante la II Guerra Mun-
dial Gran Bretaña fuera atacada directamente desde
el continente, anulando la lógica del poderío marítimo.
El mismo medio dominó la campaña estadounidense
contra Japón. Cuando los misiles balísticos hicieron
del espacio exterior un medio del conflicto, ello permi-
tió que tanto los EEUU como la URSS se amenazasen
directamente, y este factor dominó la confrontación de
las superpotencias en Europa. Siguiendo con este ra-
zonamiento, el predominio de la dimensión informativa
del conflicto habría generado una nueva realidad, más
compleja, donde la interconexión global y la vulnerabi-
lidad de todos los actores a los “ataques informativos”
originaran una nueva valoración de riesgos y amena-
zas radicalmente diferente a la del pasado.
LA LUChA POR LA LEGITIMIDAD
La integración de la revolución tecnológica en la
doctrina y usos militares ha tenido en el concepto de
guerra de la información (information warfare) su prin-
cipal exponente, entendiendo por la misma la obten-
ción, gestión, y protección de la propia información a
la vez que se ataca y desvirtúa la del enemigo. Sin
embargo, la complejidad creciente de los mecanismos
que desencadenan la reacción armada de un Estado,
exige la ampliación de este concepto más allá de los
meros ataques físicos a infraestructuras de comunica-
ción y actos de “cibersabotaje”.
Las próximas guerras se desarrollarán probable-
mente como luchas competitivas por la legitimidad. La
guerra de la información, entendida también como la
pugna por la imposición de un determinado relato que

justifique la propia posición y deslegitime la del contra-
rio, es un mecanismo especialmente atractivo para
aquellos actores asimétricos que no tienen ninguna
posibilidad real en un enfrentamiento armado. El acce-
so cada vez más asequible al espacio mediático, con-
vierte a éste en el medio eficaz y económico, para que
determinados actores puedan llegar al “corazón y la
mente” de la población de su adversario, y socavar, de
este modo, la legitimidad y la capacidad de maniobra
de sus gobernantes. Posiblemente, en un futuro cada
vez más cercano, la batalla más importante de toda
guerra será aquella que tenga lugar antes del propio
empleo de la fuerza.
La extrema complejidad de los conflictos bélicos
más recientes -determinados por odios étnicos y triba-
les, la erosión de la autoridad estatal y del monopolio
de la fuerza, los enfrentamientos religiosos y la imagi-
nería procedente de nacionalismos excluyentes y tota-
litarios- hace cada vez más difícil la comprensión por
parte de la ciudadanía, de las razones que pueden
empujar a un país a utilizar sus fuerzas armadas para
intervenir en un contexto alejado de la mera supervi-
vencia y defensa del territorio y la soberanía naciona-
les. Al tradicional desconocimiento de las cuestiones
internacionales por parte del ciudadano medio, se su-
ma una serie de características peculiares de los me-
dios de comunicación que dificultan aun más la com-
SEGURIDAD Y DEFENSA
prensión popular de determinados desafíos de seguri-
dad. Así, por ejemplo, la primacía de la imagen en el
tratamiento informativo de la actualidad, el tratamiento
superficial de los orígenes de determinados proble-
mas, la búsqueda del dramatismo y el impacto visual,
y la extrema dependencia de la novedad y la inmedia-
tez en la respuesta generan una serie de efectos per-
versos que hacen que la sociedad se muestre espe-
cialmente vulnerable a las acciones de aquellos que
desean manipular las percepciones populares de la
realidad.
LIMITACIONES EN EL USO DE LA FUERZA
Aquellos contendientes que en un enfrentamiento
armado abierto y sin restricciones hallarían una derro-
ta segura (como Irak frente a EEUU), encuentran su
objetivo prioritario en la neutralización e inmovilización
de las fuerzas armadas del enemigo por medios no
convencionales. La configuración de los equilibrios de
poder en las modernas sociedades occidentales, hace
posible que actores carentes de todo tipo de poder mi-
litar y económico puedan golpear el “centro de grave-
dad” de toda democracia: su opinión pública. En la
búsqueda de una situación de desafección absoluta
de la población hacia sus políticos todo vale, y de esa
forma se tratará de incidir en aquellos sentimientos,
valores y símbolos que puedan generar una reacción
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 69
adversa al uso de la fuerza. De esa forma, la manipu-
lación de los sentimientos pacifistas, humanitarios y
solidarios de la población, junto con la puesta en duda
de las motivaciones reales que mueven a los deciso-
res políticos, serán las principales armas en un campo
de operaciones situado en el ámbito de las percepcio-
nes y la emotividad. Así, la mentira se convierte para
los actores asimétricos en un arma estratégica, al
igual que lo fueron las armas nucleares para los dos
bloques enfrentados en el periodo de Guerra Fría.
En este contexto se desarrolla una tremenda para-
doja con respecto al uso de la fuerza militar por parte
de los países más desarrollados: Por un lado, la evo-
lución tecnológica y armamentística permite desplazar
grandes cantidades de tropas y armamentos a cual-
quier punto del planeta en pocas horas; misiles y bom-
bas de precisión hacen factible alcanzar con enorme
precisión objetivos cada vez más diminutos, minimi-
zando los daños colaterales; las tecnologías de la in-
formación permiten abarcar todo el campo de batalla y
la interconexión en tiempo real de todos sus compo-
nentes. Pero, desde el otro lado, la mediatización de
la política como verdadero régimen de opinión someti-
do a la interacción de una infinidad de actores con di-
ferentes motivaciones, convierte el “ciclo de decisión”
70
que activa el mecanismo militar en un complejo proce-
so que neutraliza y anula la inmediatez que los medios
tecnológicos ofrecen. De esa forma, la paradoja se
enuncia en una mayor capacidad potencial para usar
la fuerza, pero en una menor capacidad real para re-
currir a la misma.
No resulta extraño, pues, que en semejante contex-
to el principal problema de seguridad al que debe ha-
cer frente el mundo occidental, sea la lucha contra el
terrorismo. Las redes terroristas utilizarán la difumina-
ción de su identidad, la negación de sus acciones, el
enmascaramiento dentro de la sociedad y los llama-
mientos generalizados a la población, precisamente
para lograr obstruir este “ciclo de decisión” que podría
originar una respuesta que pusiese en peligro los ob-
jetivos del grupo y su propia supervivencia.
CONCLUSIONES
El elemento informativo ha dejado de ser, pues, un
elemento secundario en las contiendas bélicas para
convertirse en el elemento central de las mismas. El
papel que desempeñará la opinión pública para deter-
minar las orientaciones en seguridad y defensa dentro
de un escenario marcado por el acceso generalizado
a la información y por la aparición de foros alternativos
de opinión a través de medios como Internet, tendrá
profundas consecuencias en la determinación de las
labores propias de los ejércitos. El que las principales
amenazas para nuestras sociedades posean un com-
ponente perceptivo tan acusado, donde la lucha por la
legitimidad es el elemento central, originará la difumi-
nación de los límites establecidos para determinar las
labores propias del ámbito civil y del ámbito militar.
Será necesario, pues, crear equipos heterogéneos y
multidisciplinares que sean capaces de afrontar la lu-
cha en el terreno de las ideas y los sentimientos. Las
Fuerzas Armadas deberán ser cada vez más cons-
cientes de que el “espacio público” erigido por los me-
dios de comunicación de masas, se ha convertido en
uno de sus principales teatros de operaciones. n
BIBLIOGRAFÍA
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and militancy. Rand, Santa Monica, 2001.
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tion” en Orbis, Spring 1996.
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− PATTERSON, Lawarren V: Information Operations
and Asymmetric Warfare…Are We Ready?, Ed. U.S
Army War College, Pennsylvania, 2002.

HACIA EL
CONCEPTO DE MÓDULO
El tradicional concepto de con-
centración de esfuerzos, poco a
poco, casi sin que lo hayamos
percibido, se ha ido transforman-
do y otros ejércitos han ido susti-
tuyendo la necesidad de concen-
trar fuerzas por la posibilidad de
concentrar efectos (1). El asunto
creo que se encuentra muy rela-
cionado con la idea de modulari-
dad, entendida desde su perspec-
tiva más global.
Tratamos en otro artículo (2) la
necesidad de adaptar los módulos
de combate a las nuevas situacio-
nes históricas y lo finalizábamos
presentando una serie de pregun-
tas y relacionando el combate si-
multáneo en profundidad con la
necesidad de un dimensionamien-
to exacto de medios.
Fernando Caballero Echevarría. Comandante Artillería. DEM.
Pero, ¿cómo se dimensionan
exactamente los medios? Y aquí
llegamos al “quid” de la cuestión.
Hoy, en la práctica, nuestras uni-
dades articuladas como organiza-
ciones ternarias (3) -brigada de
tres batallones, los batallones de
tres compañías, etc- resultan de
utilidad fundamentalmente admi-
nistrativa para su funcionamiento
en tiempo de paz. Otra opción se-
ría organizarse siguiendo un crite-
rio más operativo sobre la base de
un número variable de pequeños
módulos mínimos de empleo que
produzcan efectos aceptables so-
bre objetivos tipificados.
IMAGINANDO EJEMPLOS
DE MÓDULOS EN EL FUTURO
Así, podemos imaginar un grupo
de Artillería de seis secciones de
dos piezas, con materiales de largo
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
alcance y alta movilidad, que no re-
quieren excesivos cambios de posi-
ción pero que permiten rápidos cam-
bios de asentamiento, asegurando
la continuidad de los apoyos al coor-
dinar el funcionamiento de las sec-
ciones, sin grandes problemas, des-
de un único centro de mando y
control integrado con el sistema de
mando y control de maniobra.
Unidades de baja vulnerabilidad
por lo amplio de su despliegue, fa-
cilitado por el sistema automatiza-
do de dirección técnica del fuego y
un sistema topográfico y de locali-
zación de objetivos con base en un
equipo UAV (aeronave no tripula-
da), sustentado en un sistema de
posicionamiento global, comple-
mentado por navegadores inercia-
les y la posibilidad de las propias
piezas de materializar una direc-
ción referencial.
71
 Esta unidad realizaría sus apo-
yos con elevada precisión y produ-
ciendo terribles efectos, debido a
la elevada cadencia del material, a
su pequeño error probable y al em-
pleo de sofisticadas municiones,
sobre un conjunto de objetivos si-
tuados y localizados a una gran
distancia por el equipo UAV, ele-
mento que también facilitaría la
evaluación de efectos.
Igualmente, podemos imaginar
un potente subgrupo táctico (SGT)
de carros de dos secciones de
cuatro Leopardo-2, que, controlado
directamente y en tiempo real por
el sistema de mando y control de
brigada, avanzando de noche, en
un solo escalón, desplegado en un
amplio frente, es capaz de comba-
tir con éxito -desde la seguridad
que le confieren sus cuatro mil me-
tros de alcance, su gran probabili-
dad de impacto debido a sus siste-
mas de dirección de tiro todo
tiempo y la elevada protección de
su coraza- a un batallón de carros
M-60, M-48 o T-72, que infructuo-
samente tratan de detenerlo des-
plegados en dos escalones, con
gran parte de sus elementos sin
posibilidad de hacer fuego, “apelo-
tonados” en un frente ridículo, con
muchos menores alcances, preci-
sión y protección.
También podemos pensar en
una agrupación interarmas dotada
72
de un sofisticado sistema de inteli-
gencia, basado en sensores elec-
tro-ópticos, y de seguridad apoya-
do fundamentalmente en medios
aéreos (helicópteros, UAV,s, etc)
que, integrados en su moderno
sistema de mando y control, le fa-
cilitan que desarrolle sus operacio-
nes en un marco de elevado con-
trol de la situación al contar con un
ORBAT en tiempo casi real.
Agrupación interarmas que para
su maniobra cuenta con el número
de potentes módulos mínimos de
empleo de maniobra terrestre de
nivel SGT que la situación aconse-
je (4, 5, 6...) y otros atribuidos de
maniobra aeromóvil, constituidos
por elementos de ala rotatoria ca-
paces de desarrollar multitud de
cometidos, incluidos los de seguri-
dad y los poco probables de aten-
ción a situaciones imprevistas; si-
tuaciones a las cuales también
podría hacer frente con su potente
sistema de apoyos de fuego de lar-
go alcance y mínimos tiempos de
reacción.
Imaginemos a sus potentes
unidades de combate, perfecta-
mente sincronizadas en un com-
bate de alto ritmo, maniobrando
en los amplios espacios que les
concede el “campo de batalla va-
cío” y atacando cada una un pun-
to del despliegue enemigo (centro
de gravedad/punto decisivo), pre-
viamente decidido, en el momento
preciso.
Tampoco se nos hace descabe-
llado pensar en una sección de Pi-
zarros de dos pelotones que, con
sus cañones de alta cadencia y su
elevado grado de protección, está
entrando en una posición que,
arrasada por las preparaciones
operacional y táctica, otrora estuvo
ocupada por una sección enemiga
compuesta por una treintena de lu-
gareños, movilizados de cualquier
manera, probablemente mal adies-
trados, mal municionados, mal
equipados y peor comidos, y que,
por otro lado, confían poco en su
“deshumanizado” gobierno.
También se nos ocurre pensar
en puestos de mando distribuidos,
con sus diferentes células, dimen-
sionadas según el tipo de opera-
ción, repartidas físicamente en un
par de kilómetros cuadrados e inte-
gradas por el potente sistema de
información-telecomunicaciones,
cuyo trabajo es sincronizado, en
tiempo real desde el ordenador
central, por el Estado Mayor, y se
materializa automáticamente en un
mapa digitalizado que recoge todas
las decisiones, tanto del proceso
de planeamiento como de conduc-
ción; mientras, el Jefe de la gran
unidad interarmas puede seguir la
maniobra en un mapa replicado
con la posibilidad de intervenir en

el proceso desde quién sabe que
sitio del campo de batalla, aunque
probablemente lo haga muy cerca
de los Jefes de las unidades que
deban desarrollar las acciones de-
cisivas del combate (4).
Igualmente se nos ocurre que
todas las grandes unidades que
desarrollan su actividad en el nivel
táctico, podrían estar sincronizadas
en el nivel operacional por un pues-
to de mando modular y proyecta-
ble, de altas prestaciones, proba-
blemente situado fuera del TO.
EL CONCEPTO DE MÓDULO
Este ejercicio de imaginación ca-
lenturienta no puede realizarse sin
tener presentes las nuevas tenden-
cias que la teoría de sistemas impul-
sa desde hace años y que se han
acelerado por un desarrollo de las
telecomunicaciones, materiales y
sistemas de armas sin precedentes.
En cualquier caso, buscando los
factores que nos han facilitado
imaginar las anteriores situacio-
nes, podemos mostrar lo que des-
de nuestra percepción constituye
la filosofía modular. Toda la estruc-
tura modular se centra en las ca-
racterísticas técnicas de un siste-
ma de armas (SA,s) o un equipo.
Así, se deben reunir varios SA,s
para conseguir unos efectos acep-
tables sobre una amenaza simple
y concreta (5) -así, en el caso de
apoyos de fuego, un objetivo tipo
NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO
sección Infantería en defensiva; en
el caso de defensa aérea, una ae-
ronave aislada; para medios aco-
razados, podría ser una unidad or-
gánica determinada como la
sección de carros, etc-.
Las unidades orgánicas resul-
tantes de la reunión de varios SA,s
homogéneos constituyen lo que
podríamos denominar módulo mí-
nimo (MN). Reuniendo un número
determinado de módulos mínimos,
llegaríamos a constituir módulos
mínimos de empleo (MME) que se-
rían capaces de conseguir efectos
aceptables sobre una amenaza
compleja (defensa aérea, dos ae-
ronaves; apoyos de fuego, un ob-
jetivo tipo compañía, etc).
La característica del MME no só-
lo estaría relacionada con los efec-
tos a conseguir sobre una amenaza
compleja, sino también con su ca-
pacidad para integrarse con control
positivo (6) en el sistema de mando
y control del módulo superior. Final-
mente, se formarían módulos fun-
damentales de empleo (MFE) basa-
dos en los MME, dichos módulos
serían “ad-hoc”, en función de la
amenaza concreta en cada escena-
rio (enemigo, forma de combate,
capacidades de sus medios, terre-
no, tipo de operación, etc).
Así, para cada función de com-
bate en cada escenario concreto,
existe un módulo fundamental de
empleo, que en la práctica, consti-
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
tuye el sistema de combate, para
desarrollar correctamente, en ese
escenario, esa función.
De está forma, la GU interarmas
constituida sobre módulos funda-
mentales de empleo, se constituye
a su vez en el módulo fundamental
de empleo táctico de maniobra con
unas capacidades reales (mando y
control, maniobra, apoyos de fue-
go, inteligencia, movilidad, etc.) di-
mensionadas para esa operación
concreta y con el carácter diferen-
ciador de ser el centro de integra-
ción de todas las funciones en ese
nivel, por poseer el centro neurál-
gico del sistema de C2I donde se
integran todos los módulos funda-
mentales del resto de las funcio-
nes y desde donde se sincronizan
todas las actividades que las desa-
rrollan.
En cualquier caso, el módulo
constituye la esencia de la función
que va a desarrollar. Así, cualquier
módulo, desde el mínimo al funda-
mental, tiene que poseer la capaci-
dad de conseguir unos efectos mí-
nimos en el desarrollo de su
función; por ejemplo, el módulo mí-
nimo de maniobra debe poder ma-
niobrar, el de defensa aérea derri-
bar una aeronave y el de apoyos
de fuego neutralizar un objetivo
mínimo tipificado.
El resultado orgánico de esta
concepción operativa es que la
unidades resultantes de la agrupa-
73

ción de módulos mínimos de em-
pleo -de dimensiones aceptables
para vida y funcionamiento (regi-
mientos, brigadas, grupos, batallo-
nes) en paz- se comportan como
un “saco de capacidades” que
pueden proporcionar un número
determinado de módulos mínimos
de empleo para la constitución de
una fuerza operativa, de acuerdo
con el sistema de armas de que se
trate y, por tanto, de la función de
combate que desarrollen.
EL FACTOR HUMANO:
LA “ARGAMASA” EN EL
CONCEPTO DE MÓDULO
El sistema de diseño modular
presentado, basado en el estudio
de efectos y objetivos, resulta de-
masiado científico y excesivamen-
te técnico, y en su esencia sólo re-
coge algunos factores de la
capacidad de combate de los mó-
74
dulos sugeridos, en concreto el de
la potencia de combate.
Sin embargo, de todos es sabi-
do que la capacidad de combate
contiene también un componente
humano: la moral.
Así, este análisis puramente
técnico debe ser depurado introdu-
ciendo un factor humano que ac-
tuará como elemento limitador de
la aplicación de esta filosofía y
que, a la hora de determinar el mó-
dulo mínimo, requerirá ser tenido
en cuenta de acuerdo con las ca-
racterísticas del desarrollo de cada
una de las funciones de combate.
Se trata de la cohesión. Este fac-
tor, determinante de la moral de un
equipo (módulo), actuará como
factor ensamblador de módulos y
multiplicador, referido a la potencia
de combate en cada nivel y fun-
ción, siendo su definición uno de
los principales parámetros a la ho-
ra de determinar la construcción
de módulos orgánicos concretos.
CONCLUSIONES
No es posible imaginar las ideas
y escenarios aquí presentados sin
tener en la mente el concepto mo-
dular, que obliga a conocer los
efectos reales y las capacidades
de trabajo que pueden producir
nuestros modernos materiales y
equipos, definir nuestros probables
adversarios en los futuros teatros
de operaciones como medio para
tipificar objetivos, diseñar estructu-
ras orgánicas de capacidades co-
nocidas de acuerdo con estos es-
tudios. Todo ello facilitará poner en
práctica modernos conceptos ope-
rativos para obtener el máximo
rendimiento de nuestras posibilida-
des reales en el combate.
De todo lo expuesto en estos
artículos, se puede concluir que re-
sulta obligado revisar los módulos
mínimos de empleo de los siste-
mas de armas actuales y utilizar la
orgánica de paz, sustentada en el
concepto de “sacos de capacida-
des” de unidades de las mismas
especialidades, como paso previo
para constituir rápidamente estruc-
turas operativas de combate, que
casi siempre serán “ad-hoc”, con
las capacidades que se requieran
para el desarrollo con éxito de to-
das las funciones en el cumpli-
miento de esa misión específica.
Posteriormente, establecidos
los módulos mínimos -conocidos
los efectos que son capaces de
producir-, la solución pasa por defi-
nir como precepto la eliminación
 NIVEL OPERACIONAL Y TÁCTICO

de centros intermedios de mando y za actuando en toda la profundi- Sin embargo, estas reflexiones
control y logísticos, y en considerar dad del despliegue enemigo. no son más que eso y posiblemen-
el incremento de la esfera de con- En cualquier caso, hemos pre- te no tengan mucho que ver con lo
trol que facilita pasar de organiza- sentado estos ejemplos sin profun- que la evolución de los ejércitos en
ciones ternarias o pentómicas a didad, pero si realizáramos estu- la zona de operaciones y los acon-
otras cuyo límite no nos atrevemos dios exhaustivos nos llevaríamos tecimientos nos deparen para el fu-
a definir. gratas sorpresas al contemplar, turo, ya que alcanzar los escena-
Como ejemplos cabe citar que mediante técnicas de simulación, rios descritos requiere desarrollar
tal vez módulos demasiado gran- que viejos principios como el “tres acciones que implican profundos
des como la división podrían no te- a uno”, tan difíciles de mantener cambios conceptuales, así como
ner sentido, y otros intermedios co- por los reducidos ejércitos occi- romper la tremenda inercia que nos
mo el batallón, quizá tampoco. Así, dentales, se desmoronan frente a atenaza por la comodidad que ofre-
la brigada, dotada de un potente las posibilidades que la brecha tec- ce lo conocido y el miedo que pro-
sistema de mando y control, con nológica (calidad tecnológica) y la duce diferenciarnos por tener nues-
capacidad para integrar los módu- profesionalización de los ejércitos tra propia estructura de acuerdo
los logísticos y de apoyo al comba- (calidad del hombre) ofrecen a los con nuestras propias limitaciones.
te que se requieran, articulada se- países que han tenido la suerte de Sin embargo, no sabemos por
gún módulos mínimos de empleo estar en el Norte. qué, es posible que exista algo de
tipo compañía (dimensionada se- Nuestra misión es combatir bien, razonable en lo expuesto: El nuevo
gún las capacidades reales que le como los mejores, alcanzar los ob- sistema que sustituye nuestra vieja
confieren los nuevos materiales: jetivos señalados con el menor nú- sección de 35/90, quince años des-
Pizarro, Leopardo-2, etc.) se po- mero de bajas y con el menor gas- pués, dispone de tres veces menos
dría constituir en la unidad funda- to al erario, aunque ello lleve personal y proporciona un grado
mental del combate interarmas. consigo el fin del combate románti- mucho mayor de protección y de-
En el caso de las unidades de co, más propio de otra época. fensa. También es cierto que una
Artillería, su orgánica podría enca-
minarse a módulos mínimos de
empleo técnico tipo sección (el nú-
mero de bocas de cada una de-
pendería del SA,s específico), pa-
sando por la eliminación de la
batería como unidad de empleo
táctico y utilizando el grupo como
unidad fundamental de empleo.
Las unidades de Artillería Antiaé-
rea se encuentran trabajando en
esta línea, habiendo conseguido
una organización coherente conju-
gando conceptos operativos, orgá-
nicos y de vida.
El principal concepto de empleo
sería el uso simultáneo de las ca-
pacidades constitutivas de la fuer-

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 75

AGT acorazada (Leopardo-2 y Pi-
zarro) con sólo medio millar de
hombres y los apoyos de combate
necesarios (helicópteros Tigre o
Apache) es capaz de conseguir mu-
cho mayores efectos con muchas
menos bajas que las viejas briga-
das de cerca de cuatro mil hombres
(M-48, M-60, TOA), apoyadas por
helicópteros como el BO o el UH.
Así, nos encontramos otra vez
en el punto de arranque de estos
artículos. Extrapolando estos pen-
samientos no parece descabellada
la disminución de efectivos de
nuestro Ejército, de 350.000 hom-
bres de los años 70 a un reducido
ejército, profesional y moderniza-
do, de no más de 60.000 hombres.
El asunto se encuentra en organi-
zarlos bien, saber para qué se em-
plearán, y cómo hacerlo.
¿Cómo explicar que en 1991 el
Ejército de los EEUU movilizara en
el Golfo más de medio millón de
hombres cuando hoy no han llega-
76
do a desplegar ni la mitad? ¿Y la
diferencia de la preparación opera-
cional en 1991 y 2003? ¿Tendrá
algo que ver la posibilidad de reali-
zar un ataque simultáneo y en toda
la profundidad del despliegue ene-
migo? ¿Tendrá algo que ver que
con menores módulos de empleo
se puedan conseguir efectos mu-
cho más devastadores?
Si queremos seguir soñando y
acercarnos a los escenarios pre-
sentados, se debe realizar una
nueva, científica y valiente modula-
rización de unidades en función de
sus capacidades reales actuales y,
por ende, de los efectos que cada
módulo podría producir sobre obje-
tivos enemigos tipificados, que en
la práctica, no han sido capaces
de modificarse sustancialmente.
NOTAS
1. En la guerra del Golfo en el año
1991 las fuerzas de la coalición
desplegaron aproximadamente
750.000 efectivos, en el 2003
las operaciones en Irak (mismo
territorio y el mismo ejército ene-
migo) no ascienden a más de
300.000.
2. “Todos a jugar. La Modularidad
y el Combate Simultáneo. Refle-
xiones sobre el Combate Futuro
en el Entorno de Hoy”. Ejército
Nº 750. Sep. 2003.
3. Cuaternaria en el caso de la di-
visión: Tres brigadas y un regi-
miento de Caballería.
4. Concepto de Mando en la Bata-
lla; DIVA/MADOC, 2001.
5. El análisis lo centraremos en
sistemas de combate, otros
equipos o sistemas (apoyo lo-
gístico, telecomunicaciones, tra-
bajo, etc) probablemente debe-
rán contemplar otros parámetros
como, por ejemplo, capacidad
de trabajo.
6. Capaz de recibir órdenes de for-
ma automatizada del sistema
de C2I. n

En este año 2004, probablemente el pasado 1 de
enero, se cumple el tercer trienio de la orden que dio
el Mando de que el Regimiento de Infantería Inmemo-
rial del Rey Nº 1, volviese al servicio activo, después
de su disolución en 1985. Pero empecemos desde el
principio: Aquel entrañable Batallón del Ministerio del
Ejército creado en 1939 para escolta y servicio del Mi-
nisterio, ubicado en el Palacio de Buena Vista en la
plaza de Cibeles, se convirtió en el año 1974, por el
aumento de sus efectivos dada la exigencia de más
misiones, en la Agrupación de Tropas del Ministerio
del Ejército.
Cuando fue creado el Ministerio de Defensa con
tres Cuarteles Generales, uno por Ejército, nuestra
Unidad, ubicada en el mismo lugar, tomó el nombre de
Agrupación de Tropas del Cuartel General del Ejército.
Corren los años y en la reorganización del Ejército
de 1985, desaparece entre otros, el Regimiento de In-
fantería Inmemorial El Rey (o del Rey) N° 1 y aplicando
la normativa de no perder los nombres de las Unida-
des disueltas, dándoselos a otras en activo, nuestra
Agrupación pasó a ser Agrupación de Tropas del
Cuartel General del Ejército Inmemorial del Rey.
Y así llegamos a 1996 donde en el BOD nº 122 de
21-6-96, se publica la Orden 56/0754/96, que dice: El
personal destinado en la Agrupación de Tropas de CG
del E Inmemorial del Rey Nº 1 (Madrid) pasa destinado
al Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey Nº 1,
del CG del E (Madrid).
Y esta vez no para conservar un nombre que luce
en su fachada, sino para indicar que este Regimiento
ya no estará encuadrado en ninguna GU, ya que que-
da adscrito al JEME para satisfacer las misiones de
Seguridad, Mantenimiento y Transporte de su Cuartel
Fernando Sánchez Fernández. Coronel. Infantería.
General del Ejército. Es sencillamente el Regimiento
del JEME y a su Coronel se le nombra Gobernador del
Palacio de Buena Vista.
Cuando en enero de 1996 nos dan el Mando del
Regimiento, nos impusimos la tarea, además de cum-
plir con nuestras misiones, de dar a conocer su exis-
tencia a las FAS, después de un “permiso” de diez
años: No se trataba de que la Agrupación de Tropas
de CG del E hubiera cambiando de nombre, sino sen-
cillamente, que volvía el Inmemorial y desaparecía la
Agrupación.
Y así se cambiaron fiadores de sables, distintivo de
permanencia (por cierto es el único Rgto en el que no
se pierde al cambiar de destino), se rescató su primiti-
vo himno, la Banda de Guerra volvió a tocar la contra-
seña. Ocupó su puesto en formación su Bandera Co-
ronela, el único Regimiento que realmente tiene
Coronela, la que la Reina le dio en representación de
todas las Coronelas de la Infantería. Asimismo se es-
cribió un libro sobre La tradición y modernidad del Re-
gimiento, de 637 páginas, que se envió a toda la Es-
paña uniformada de caqui. Se usó de nuevo la gola
para los mandos que estaban de servicio y muchas
cosas más. También tuvimos tiempo para atender a
las tradiciones del Batallón del antiguo Ministerio del
Ejército, y recuperar, entre otras cosas, el relevo de la
Guardia y las gaitas a su Música, pues fue la primera
unidad en tenerlas desde el principio de su existencia,
así como el acompañamiento de su famoso lábaro, re-
galo del Ejército alemán, y más cosas…
Nos llegaron las dos pruebas de haber conseguido
nuestro objetivo. Una, cuando nos preguntaban dónde
estás destinado y contestábamos que en el Inmemo-
rial, dejaron de decir: Pero, ¿no lo habían disuelto? La
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 77
 otra es que volvieron las competencias de antigüeda-
des. Si antes un Regimiento era el 4º por la existencia
del Inmemorial, desaparecido éste se convertía en el
Nº 3. Al regresar el Inmemorial a la actividad, volvía a
su puesto en formación, el Nº 4. Ya que su historial
arranca del año 1212, cuando Fernando III el Santo
conquista Sevilla y tanto le asombran las tropas que
asaltan el barrio de Triana, que cuando finaliza la cam-
paña y, como era costumbre en la época, licencia a
sus mesnadas, pero a éstas las conserva y nace así el
origen de los ejércitos permanentes en el mundo. Por
ello, uno de sus Batallones se denomina Batallón de
Seguridad y Honores de la “Vieja Guardia de Castilla”.
Otro Rey le dio la patente de “Inmemorial” para po-
nerlo al abrigo de toda competencia. No es por casua-
lidad que los Príncipes de Asturias sienten plaza de
soldado, precisamente en este Regimiento.
Todo este largo preámbulo ha sido necesario para
dar a conocer esta historia que tuvo un feliz final.
Cuanto más sabíamos del Inmemorial, más nos pre-
guntábamos qué pudo ocurrir para pasar una goma de
borrar por su nombre en 1985 y diez años más tarde
“resucitarlo” como la cosa más natural del mundo. Tal
vez después de nueve años, ya se puede divulgar lo
que sucedió.
En el año 1993 o 1994, el Agregado de Defensa en
Atenas era el Coronel de Ingenieros, Ayora Satieste-
ban. Encontrándose en la recepción que la Embajada
inglesa daba con motivo del cumpleaños de su Reina,
contactó con el Agregado de Defensa británico, Briga-
dier de Infantería Gaven Bulloch, quien le comentó su
estupor y alegría ante la noticia de que habíamos di-
suelto el Inmemorial. Estupor porque el Ejército espa-
Acto de Relevo 4
de la Guardia del
Regimiento
Inmemorial del Rey
78
ñol había hecho desaparecer la Unidad más antigua e
histórica del mundo, y alegría porque ahora era una
Unidad inglesa la decana en este asunto.
Al día siguiente, el Coronel Ayora contactó telefóni-
camente con la División de Inteligencia del EME, comu-
nicando al Coronel, Ruiz Iravedra, de su promoción, el
comentario del Brigadier inglés. Al poco, el Coronel
Ruiz le telefoneó y le pidió que repitiera lo que le había
dicho antes a él, advirtiéndole que tenía en su despa-
cho a otras personas que lo iban a escuchar. Volvió a
contar lo mismo, y en 1995, se determinó la vuelta a la
actividad del Regimiento Inmemorial del Rey.
El agradecimiento de TODOS para estos dos Coro-
neles ya mencionados, uno por dar la información y al
otro por su explotación, ambos en tiempo real. Y natu-
ralmente al MANDO que tomó la decisión. A los tres,
manifestarles que según nuestra óptica profesional, lo
que hicieron fue un acierto absoluto.
Como toda historia, no ha de faltar su moraleja: So-
mos una nación que nada tiene que envidiar a ningu-
na otra en tradición e Historia Militar; pero, en contra-
partida, somos los más desmemoriados en estos
asuntos: ¿Cómo los ingleses sí sabían que el decano
en el mundo era, ahora es, el Inmemorial? ¿Sabíamos
nosotros que ellos eran los segundos? ¿Volveremos a
olvidar nuestra Historia?
Y para concluir, ¿por qué se tomó la Agrupación de
Tropas del CGE para resucitar el Inmemorial? Segura-
mente, por las dificultades que entrañan las reorgani-
zaciones. Al hacerlo sobre el Cuartel General del Ejér-
cito sólo se precisaba una orden, y con esta orden
todo tuvo un final feliz.
Y la Paz. n
UAV,s
(Vehículos Aéreos no Tripulados)

Alfonso Lapuente Givaja. General de Brigada. Artillería.

La velocidad de los medios me-

canizados y el alcance de las ar-
mas hacen imprescindible contar
con elementos capaces de propor-
cionar al Mando información, en
tiempo real, o casi real, sobre ad-
quisición y localización de objeti-
vos, y de verificar la situación de
las unidades propias y enemigas a
distancias hasta ahora impensa-
bles. El tiro de la Artillería es un
caso particular de enorme impor-
tancia, pues si la tecnología actual
permite conseguir los fuegos po-
tentes y lejanos, de muy poco
servirán si no son también preci-
sos y oportunos. Los vehículos servir para diversos usos como ran las 30 horas de autonomía,
aéreos no tripulados (UAV,s) guerra electrónica e inteligencia, con velocidades ligeramente sub-
permiten resolver estos problemas. incluso pueden ser portadores de sónicas; el récord de altitud parece
La tecnología GPS y el trata- armas. De hecho, la mayor parte estar en un equipo de Boeing que
miento y transmisión digital de da- de los derribos anunciados y verifi- voló a más de 20.000 m de altura.
tos en satélites “aviones espía” y cados de aeronaves aliadas en las En cuanto a guiado, se puede inte-
de alerta lejana (AWACS) pueden dos guerras de Irak y el período grar en los equipos: guía inercial,
proporcionar la información estra- entre ellas, ha sido precisamente GPS, radar de superficie y control
tégica necesaria. Pero las unida- de este tipo de ingenios. terrestre, etc. pero siempre han de
des requieren información táctica Son muchos los proyectos en contar con la capacidad de progra-
algo más cercana, obtenida me- curso y los plenamente operativos. mar rutas automáticas y, por tanto,
diante UAV,s que aplican la misma Los UAV,s más sencillos y econó- inmunes a todo tipo de interferen-
tecnología. El no estar tripulados micos rondan las prestaciones y cias.
permite acciones prolongadas den- costo de los drones, o aviones Se ha intentado clasificar los
tro del terreno enemigo, evita el blanco, y se utilizan como señue- UAV,s en función del costo, tareas
riesgo y abarata el equipo, pues no los para la detección de unidades que desempeñen, alcance, tama-
necesitan prestaciones tan eleva- de la Defensa AA, en beneficio ño, peso, equipo de a bordo, guía,
das como las requeridas por un principal de los helicópteros. Los etc. Como la tecnología aporta
avión de reconocimiento tripulado. más sofisticados se asemejan a constantes novedades y los reque-
Por otra parte, los UAV,s pueden los antiguos aviones espía, supe- rimientos tácticos están en cons-

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERRO 79

 Tabla de Características y Prestaciones

KZO MÜCKE TAIFUN

(UAV de Observación y (UAV de Guerra UCAV
Reconocimiento) Electronica) (UAV de Combate)
Objetivos Reconocimiento ECM Reconocimiento Armado

- Adquisición y Localización - Interferir Sistemas de - Puestos de Mando

de objetivos Mando (C3I) y - Helicópteros
- Vigilancia avanzada del comunicaciones (Data - Sitemas de DA.
terreno Links) - Centros Logísticos
- Corrección del tiro - Interferir Radares de - Us. de ACA.
Artillero campaña y de la Defensa - Columnas en Marcha
- Evaluación de resultados Aérea - Carros
del combate - Cualquier objetivo

Medios - Camaras ópticas. (TV y - Interferidores contra: - Exploración autónoma para

láser)
- Camaras térmicas. (sensores
“Focal Plane Array”)
- Radar de apertura sintética
(SAR)
- Detección y localización de
antenas emisoras
- Adquisición de datos
metereológicos
banda UHF y VHF localización de objetivos.
radio-reles - Capacidad para combatir los
radares objetivos localizados.
- Posibilidad de combatir
objetivos designados desde
la CGS
- Todo tiempo (radar)
- Dispara proyectiles de carga
hueca, o prefragmentada...

Control CGS (Estación de control desde tierra)

Dos o tres operadores
- Telemetría y telemando. transmisión vía HF “data link,” con sistemas de detección y
corrección de errores, agilidad de frecuencia y emisión en “burst”, de bloques de
información comprimida y codificado, Enlace C3I mediante el sistema ADLER

Características Gran capacidad de supervivencia: Estructura stealth

comunes Peso al despegue: 160 Kg
(Aproximadas) Carga útil: 50 Kg
Envergadura: 3,42 m, (Taifun: 2,3m)
Logitud: 2,28 m, (Taifun: 2,1 m)
Alcance: 150 Km
Tiempo de vuelo:>3,5 horas
Velocidad: 200 Km/h
Contenedor de lanzamiento sobre vehiculo TT
Aterrizaje: Controlado. Paracaidas de emergencia
Vehículo de Mantenimiento
Aereotransportable

Empleo Nivel División

tante evolución, cualquier clasifica-
ción sería incompleta y quedaría
rápidamente desfasada. A pesar
de ello, podemos aventurarnos a
dividir los UAV,s en tres grupos o
categorías:
• Muy corto radio de acción y
bajo costo (tipo drones), para
operar en el marco de las peque-
ñas unidades.
• Tácticos, para operar en el mar-
co de las grandes unidades.
• Estratégicos: Verdaderos “avio-
nes espía” no tripulados. La me-
jora de las prestaciones de
AWACS y satélites puede reducir
el interés de este grupo.
Como ejemplo del primer grupo
citamos el Avión Blanco Turbopro-
pulsado SCRAB II y el UAV Ligero
de Observación X-VISIÓN de la

80
 ARMAMENTO, MATERIAL E INFRAESTRUCTURA

empresa española SCR (Sistemas de

Control Remoto) cuyas prestaciones son
notables.
La tendencia actual es la fabricación de
“familias”, con elementos comunes y es-
tructura modular, para facilitar el manteni-
miento y adaptarse, fácilmente, a las di-
versas y nuevas necesidades.
Una de estas “familias” es la formada
por los UAV,s de la empresa alemana SCRAB II
STN ATLAS ELECTRONIK, que cuenta
con el KZO, como equipo básico y los
MÜCKE (Mosquito) y TAIFUN (Tifón) co-
mo aplicaciones derivadas del primero.
Por sus características pertenece al grupo
de los UAV,s tácticos. n

X-VISIÓN
MÜCKE

AVIóN LIGERO NO TRIPULADO

PARA MISIONES DE OBSERVACIóN

• X-VISIóN es un avión no pilotodo (UAV)

ideal para misiones de reconocimiento
hasta 50 km del punto de lanzamiento.

• Navegación autónoma mediante GPS y

autopiloto.

• Recepción de imágenes y posición en

tiempo real en la Estación de Tierra
portátil.

• Puede equipar Sensores de Infrarrojos y

visible Giroestabilizados.
TAIFUN

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERRO 81

 El Instructor
Avanzado de Tiro
Pedro Valdés Guía. Capitán. Infantería. RIAC “ Alcazar de Toledo” Nº 61
Simulador Leopard 2
El proceso de instrucción y adiestramiento
de nuestras unidades acorazadas debe afron-
tar importantes variaciones para adaptarse a la
llegada de los nuevos Leopardos 2E (1). Estas
variaciones implican, entre otras acciones, el
desarrollo de diversos medios de simulación,
actualmente muy avanzado, y el estudio de su
articulación en el proceso de instrucción. Este
proceso (2) alcanza su mayor complejidad en
el empeño por hacer eficaz la ingente potencia
de fuego de la que son capaces estos carros.
La simple enumeración de los medios técni-
cos de apoyo a la instrucción que se están de-
82
sarrollando en relación al tiro, nos puede dar
una idea de esta complejidad. Entre esos me-
dios podemos citar: Las aulas de enseñanza
asistida por ordenador, los simuladores de to-
rre, el simulador de puntería–tiro–táctico, la
versión profesional del Steel Beast, el sistema
PVT y los simuladores de duelo (3).
Para el control y dirección de este complica-
do proceso, se requiere personal especializa-
do, por lo que parece necesario cualificar a
parte del personal de nuestras unidades acora-
zadas, para el control y dirección de este pro-
ceso. Con esta finalidad, se están dando los
primeros pasos para la creación de la figura del
Instructor Avanzado de Tiro (IAT), siguiendo el
ejemplo del Master Gunner, presente en la ma-
yor parte de las unidades acorazadas de los
países más avanzados. La aprobación del MI6-
045, que define y regula las misiones del Ins-
tructor Avanzado de Tiro, puede considerarse
la primera etapa del largo camino que queda
aún por recorrer.
El IAT debe ser, en el proceso de instruc-
ción, como la fibra nerviosa que asesora al
mando, realiza el seguimiento de los progra-
mas marcados, impulsa su ejecución, colabora
en las evaluaciones y dirige el empleo de los
medios técnicos de apoyo; siempre en relación
con el tiro con los carros. Así, el MI6-045 al re-
gular la figura del Instructor Avanzado de Tiro,
lo define como un oficial o suboficial del Cuer-
po General de las Armas especializado en el ti-
ro del carro, en el desarrollo de los procesos
de instrucción de tiro y el análisis de resul-
tados, y en el empleo de los medios técni-
cos de apoyo a esa instrucción.
En las próximas líneas vamos a tratar de
aproximarnos a la figura del Instructor Avanza-
do de Tiro, siempre al hilo de lo establecido en
 PERSONAL

La formación teórica debe abarcar desde los

El Instructor Avanzado de
Tiro es un oficial o suboficial
del Cuerpo General de las
Armas especializado en el tiro
del carro, en el desarrollo de
los procesos de instrucción
de tiro, en el análisis de
resultados, y en el empleo de
los medios técnicos de apoyo
a esa instrucción
el MI6-045. Empezaremos por una descripción
del curso de especialización necesario, a conti-
nuación, detallaremos su posible encuadra-
miento en las unidades. A partir de este encua-
dramiento, describiremos sus misiones en las
diversas etapas del proceso de instrucción y
adiestramiento (nos detendremos, especial-
mente, en la preparación, desarrollo y evalua-
ción de un ejercicio de tiro, donde los IAT,s van
a jugar un papel fundamental). Terminando con
una aproximación a la figura del Master Gunner
en diversos países que cuentan con carros de
combate de última generación.
conocimientos generales de balística, hasta el
estudio detallado de los diversos sistemas de
puntería y tiro del carro. Este estudio debe te-
ner un carácter eminentemente práctico, anali-
zando los procedimientos de tiro que mejor se
adaptan a las características del carro y los
métodos de entrenamiento para inculcar esos
procedimientos.
Especial importancia reviste todo lo relativo
a la homogeneización y puesta a cero, donde
los IAT,s, como veremos al analizar el proceso
de instrucción, van a tener unos cometidos es-
pecíficos.
La formación en medios de simulación y
otros medios técnicos de apoyo a la instrucción,
debe abarcar su funcionamiento y tareas de pri-
mer escalón de mantenimiento, así como la cre-
ación y mejora de las librerías de ejercicios.
Para el IAT, tan importante como el funcio-
namiento de estos medios es el entender lo
que se pretende obtener de ese medio en cada
uno de los escalones del proceso de instruc-
ción, de manera que el empleo de los medios y
el desarrollo de nuevos ejercicios sea coheren-
te con las finalidades del proceso.
Respecto a los ejercicios con fuego real, de-
ber especializarse en la organización de cam-
pos de tiro, en la estructuración de la secuen-
cia de los ejercicios de tiro, en la ejecución de
planes de presentación de blancos y en el aná-
lisis de resultados.

EL CURSO DE
INSTRUCTOR
AVANZADO DE TIRO
La figura del IAT empezó a tomar cuerpo en
nuestro Ejército tras el curso que seis mandos
de la División Acorazada realizamos en la Es-
cuela Acorazada holandesa. A este primer cur-
so, de dos meses de duración, le ha seguido
un segundo y está planificada la realización de
un tercero para este año.
Por otra parte, la realización del curso Mas-
ter Gunner nos abrió el paso a la conferencia
internacional en la que, todos los años, se reú-
nen Master Gunners de diversos países para
intercambiar experiencias.
El curso de IAT tiene una estructura básica
similar en todos estos países: Acceso restringi-
do, formación teórica, conocimiento de los me-
dios de simulación, empleo de estos medios en
el proceso de instrucción y adiestramiento, y
desarrollo de los ejercicios de tiro.

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 83

 POSIBLE ENCUADRAMIENTO
DE LOS INSTRUCTORES AVANZADOS
DE TIRO EN LAS UNIDADES
El tiro no es una actividad aislada, sino sola-
pada con la acción de mando técnica y táctica.
Por ello, la figura del IAT debe adaptarse a la
naturaleza misma del tiro, solapándose a la
función de mando de jefe de carro y jefe de
sección/compañía. Evitando la creación de
nuevos puestos específicos para este cometido
en las plantillas de las unidades de carros.
Por ello, el IAT debe ser un jefe de carro,
pero con un curso que le otorga una especiali-
dad y le capacita para nuevas misiones técni-
cas, solapadas y compatibles, con la suya prin-
cipal de mando.
MISIONES DE LOS IAT,s EN EL PROCESO
DE INSTRUCCIÓN Y ADIESTRAMIENTO
Comparamos el proceso de instrucción y
adiestramiento con una pirámide como puede
verse en el gráfico adjunto. La eficaz aplicación
de la potencia de fuego sería el vértice de un
proceso que conduce a destruir al enemigo en
el menor tiempo posible con el mínimo consu-
mo de munición.
En la base de esta pirámide se encuentra la
homogeneización y la puesta a cero, tareas
de vital importancia en un sistema de armas
con múltiples elementos de puntería y municio-
Torre de Instrucción del LEOPARD 2A5
84
nes que, no se olvide, son capaces de batir,
mediante tiro directo, un objetivo con gran pre-
cisión a tres kilómetros de distancia.
El IAT supervisa todas las tareas de homo-
geneización realizadas por la tripulación, reser-
vándose la ejecución de algunas que implican
una gran precisión o complejidad técnica.
Respecto a las puestas a cero, los IAT,s de-
terminan cuándo es necesario realizarlas, su-
pervisan su ejecución y llevan el control admi-
nistrativo de los datos de tiro, tanto de las
puestas a cero como de la homogeneización.
Siguiendo la pirámide, nos encontramos con
los niveles de instrucción de tirador-tripula-
ción y adiestramiento de sección. En estos
niveles, las misiones que los IAT,s deben reali-
zar serán:
• Operación de los diversos medios técnicos de
apoyo (simulador de torre, simulador de sec-
ción, PVT, simuladores de duelo...) que utilice
su unidad durante la instrucción-adiestra-
miento y determinación/evaluación de ejerci-
cios para cada tripulación.
• Asesoramiento a los jefes de unidad, en los
diferentes niveles, en lo referente a la instruc-
ción de tiro.
• Concreción del programa general de tiro a los
objetivos específicos de instrucción/adiestra-
miento que se marque su unidad. Mención
especial requiere la preparación de ejercicios

Pirámide del Proceso de Instrucción de Tiro y Adiestramiento
de fuego real donde el IAT debe asegurarse
de que cada tirador realiza los ejercicios pre-
vios necesarios para acceder a los de fuego
real. El IAT, en este campo, debe estar capa-
citado para orientar el empleo de los medios
de simulación a la preparación de un tema
táctico que su unidad vaya a desarrollar en
un campo de maniobras. Así, los tiradores y
jefes de carro serán capaces de sacar un
provecho muy superior del tema táctico de
fuego real, al haber tenido oportunidad de en-
sayar en el simulador las decisiones tácticas,
el reparto de sectores, la asignación de obje-
tivos.
• Seguimiento y evaluación del programa de tiro.
• Desarrollo de ejercicios para las librerías de
ejercicios de los diversos medios de simula-
ción.
La pirámide culmina con los ejercicios de
fuego real correspondientes a cada fase. Es-
tos ejercicios llegan a tener una gran compleji-
dad y exigen, por tanto, adecuada organización
y detallada estructuración de los ejercicios.
En este ámbito, los IAT,s desempeñarán un
papel fundamental en lo que se refiere al pla-
neamiento coordinado, la supervisión de la eje-
cución técnica de los ejercicios de tiro y el aná-
lisis de los resultados.
Cuando, por ejemplo, una sección de carros
realiza un tema táctico con fuego real, todos
los IAT,s de la compañía se implican en una
red de ayuda al capitán de la compañía que di-
rige el ejercicio táctico de la sección. Esta red
supervisa todas y cada una de las acciones,
PERSONAL
con el apoyo de los medios técnicos necesa-
rios. Se supervisan los sectores que vigila cada
carro, las acciones de cada uno de los tirado-
res, la reacción de cada carro en el contacto, el
resultado de cada disparo, los tiempos de ad-
quisición, el reparto de fuego, las reacciones
ante incidencias (averías, anomalías...). Ade-
más, los IAT,s también se implican en la segu-
ridad externa e interna del ejercicio y en el con-
trol logístico del mismo.
En resumen, a la tradicional figura de direc-
tor del ejercicio, normalmente el jefe de la uni-
dad superior a la actuante, se le suma el auxilio
de los Instructores Avanzados de Tiro, entre
los que ocupa un papel fundamental el IAT
Principal.
Al director de ejercicio le corresponde el
mando táctico y de personal de la unidad ac-
tuante. Al IAT principal, que será normalmente
el suboficial IAT más antiguo, le corresponden
la dirección y el control técnico del tiro. Es
esencial, por tanto, la íntima colaboración de
ambos en la preparación previa y planificación
de los ejercicios, su ejecución y la posterior va-
loración de los mismos.
El IAT principal es responsable de la correc-
ta ejecución técnica del ejercicio. Debe ser ca-
paz de materializar la orden de operaciones re-
dactada por el director del ejercicio, mediante
la ejecución de las fases sucesivas del plan de
presentación de blancos. Ha de presentar los
blancos en el momento adecuado, controlar los
resultados, mantener informado al director del
ejercicio sobre la eficacia de la unidad respecto
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 85
 a cada fase presentada (para que en su caso,
el director pueda ordenar la repetición de algu-
na fase y adapte la maniobra a la situación) e
introducir incidencias técnicas (fallos en el siste-
ma de armas). Además, debe llevar un registro
de los resultados obtenidos por cada carro para
analizar la técnica de tiro de cada tripulación y
la técnica de control de fuego de la sección.
Al IAT principal, como ya se ha señalado, le
auxilian IAT,s auxiliares. Estos IAT,s ayudan al
IAT principal en las tareas relativas al tiro: con-
trol de blancos, manejo de equipos auxiliares
de observación, como el sensor electro-óptico
que se utilizó en el ejercicio de tiro Master Gun-
ner para control y grabación de resultados, re-
llenar el formulario de tiro y dirigir al personal
del equipo de observación.
Otro elemento necesario es el organizador
del tiro, normalmente el oficial más antiguo de
la Compañía, responsable de los preparativos
del ejercicio, el enlace, la seguridad, el muni-
cionamiento... Es auxiliado en sus cometidos
por los IAT,s responsables de la seguridad y el
de municionamiento.
CURSO MASTER GUNNER
EN ALGUNOS PAÍSES DE
NUESTRO ENTORNO
Como ya dijimos anteriormente, los cursos
Master Gunner tienen una estructura básica
común en los diversos países de la OTAN,
sin embargo, su duración es variable, en fun-
86
ción, normalmente, de las misiones que se
les vayan a asignar posteriormente en las
unidades.
Todos los cursos tienen en común la prepa-
ración del Master Gunner para el entrenamien-
to y evaluación de tiradores, para el manejo de
los diversos sistemas de simulación y para la
organización, desarrollo y evaluación de los
ejercicios de tiro, tanto de instrucción como de
adiestramiento.
Esta estructura básica es ampliada conside-
rablemente por países como Dinamarca o Ca-
nadá, que buscan especializar a sus Master
Gunners no sólo en aspectos relacionados con
la instrucción y el adiestramiento, sino en el de-
sarrollo de nuevos materiales y en la supervi-
sión de los contratos relacionados con sus me-
dios acorazados.
En todos estos países, el curso está orienta-
do, fundamentalmente, a los suboficiales. Se
busca la excelencia mediante la selección de
los alumnos, con un concurso de méritos y con
la exigencia de superar un examen de ingreso.
Como resultado de la cuidada selección del
personal y de la elevada especialización del
curso, los Master Gunners poseen un impor-
tante prestigio en las unidades acorazadas de
sus países.
CONCLUSIÓN
La prestigiosa revista Armour (5) con oca-
sión de la conmemoración de los 25 años de

este curso decía: “La figura del Master Gunner
ha sido la mayor contribución a la respuesta
del porqué las Fuerzas Acorazadas de Estados
Unidos son las más respetadas del mundo.”
La inminente incorporación de los Leopar-
dos al Regimiento Acorazado de nuestro Ejér-
cito, el Alcázar de Toledo, y el conjunto de me-
dios de simulación y otros medios técnicos que
acompañarán la llegada de los carros, es cier-
tamente un reto. El esfuerzo para superarlo
con éxito debe ser de entidad similar a la opor-
tunidad que se nos brinda, la de ponernos a la
cabeza de las fuerzas acorazadas del mundo.
Sin duda, dentro de las múltiples acciones
que se han de llevar a cabo, la creación e im-
plementación de la figura del IAT en nuestras
unidades de carros ocupará un lugar importan-
te, que exigirá, como todo lo que empieza, una
dosis considerable de energía para su naci-
miento y de coordinación para su desarrollo e
implementación.
Además, la figura del Instructor Avanzado de
Tiro será un importante aliciente, para los oficia-
PERSONAL
les y suboficiales, especialmente estos últimos,
del Cuerpo General de las Armas, encuadrados
en nuestras unidades de carros, pues en esta fi-
gura se dan las condiciones de excelencia, es-
pecialización y nuevos cometidos que la con-
vierten en una motivación intrínseca de gran
calado para sus carreras profesionales.
NOTAS
1. Ver “Proceso de instrucción y adiestramiento
de las unidades Leopard”, revista Ejército del
año 2001 publicado en dos partes en los nú-
meros 725 y 726, en el que describí las di-
versas etapas de este proceso.
2. Las razones que justifican el papel central de
la potencia de fuego están detalladas en el
citado artículo.
3. Los medios asociados al proceso de instruc-
ción están descritos en el artículo citado.
4. Siguiendo el esquema marcado por el M16-
045, introducción 2.
5. Revista Armour, número de julio-agosto de
2000. n
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 87
Emilio Sarabia Griera. Teniente Coronel. Infantería. DEM.

queña parte del daño que se pue- preservación de los recursos y la

INTRODUCCIÓN
da causar al medio ambiente es lucha contra la contaminación,
Uno de los aspectos que más
debido a operaciones específica- contribuyendo de esta forma a me-
caracterizan a la sociedad de
mente militares que, en muchos jorar la calidad de vida, y a mante-
nuestro tiempo es la creciente pre-
casos, pueden resultar beneficio- ner y prolongar los recursos del
ocupación por el medio ambiente y
sas. planeta, cada vez más escasos,
la necesidad de evitar su deterioro.
Ya son múltiples las iniciativas como medio de vida para genera-
En este sentido, las Fuerzas Arma-
que en todas las áreas y niveles se ciones futuras.
das, como parte integrante de la
están desarrollando en el campo Las Fuerzas Armadas de un
sociedad, desempeñan un impor-
de la protección ambiental. Tanto gran número de países ya han to-
tante papel debido al número de
en organizaciones internacionales mado conciencia de la necesidad
efectivos que comprenden, a las
(ONU, CEE, OTAN, etc ) como en
actividades específicas que reali- de proteger el medio ambiente y
organismos nacionales, se están
zan y al conjunto de la infraestruc- hacer compatible las actuaciones
llevando a cabo innumerables es-
tura y extensión de los terrenos derivadas de las actividades milita-
tudios, proyectos y actuaciones di-
adscritos a la Defensa. Aunque no res con la defensa y protección de
rectamente encaminados a la con-
es menos cierto que sólo una pe- la naturaleza, contribuyendo no só-
servación del medio natural, la
lo a su mantenimiento, sino tam-
bién a la reposición y regeneración
de los recursos naturales.

LA PROTECCIÓN
MEDIOAMBIENTAL
EN NUESTRAS FAS
Nuestras FAS también han in-
cluido entre sus prioridades el
mandato constitucional establecido
en el Artículo 45: “Todos tienen
derecho a disfrutar de un medio
ambiente adecuado para el de-
sarrollo de la persona así como
el deber de conservarlo.”
En nuestro Ejército, en particu-
lar, se están desarrollando proyec-
tos y actuaciones que tienen por fi-
nalidad la protección del medio
ambiente, considerada como un
objetivo prioritario dentro del Plan
General de Instrucción y Adiestra-
miento. A efectos prácticos, ya no
es extraño encontrar en instruccio-
nes y órdenes de operaciones un
apartado o un anexo dedicado a la
protección del medio ambiente.

88

Principios de actuación
La situación actual y las propias
peculiaridades de este “nuevo” co-
metido, inducen a pensar en una
serie de características que, sin
querer ser axiomáticos, hemos
convenido en denominar “princi-
pios” y que, a nuestro juicio, deben
regir todas las actuaciones para la
organización, planeamiento y de-
sarrollo de actividades relativas a
la protección del medio ambiente.
Prevención
Constituye el elemento funda-
mental como primera idea básica,
considerando que siempre es pre-
ferible “evitar” que tener que corre-
gir un daño posterior.
Requiere el seguimiento de tres
escalones básicos, comenzando
por una adecuación medioam-
biental, para que todas las accio-
nes y actividades que actualmente
se llevan a cabo se ajusten a los
procedimientos, tanto de tipo técni-
co como legal, para la protección
del medio ambiente. No hay que
olvidar que muchas de las accio-
nes derivadas de la propia activi-
dad militar pueden quedar sujetas
La protección del medio ambiente es compatible con la operatividad de las Unidades
no sólo al régimen castrense, sino
también a todo tipo de disposicio-
nes de carácter local, provincial,
autonómico, nacional e incluso in-
ternacional, que regulan las actua-
ciones sobre el medio ambiente.
Un segundo aspecto lo constitui-
ría el planeamiento medioambien-
tal, a fin de tener en cuenta esta
consideración en la preparación de
nuevas actividades o de operacio-
nes futuras. Por último, mediante el
restablecimiento medioambien-
tal, se debe tender a la restauración
ambiental de aquellas áreas en las
que, como consecuencia de accio-
nes o actividades anteriores, se ha
producido algún deterioro.
Totalidad
Ya que afecta a todo tipo de ac-
ciones (de planeamiento y de eje-
cución), en todas las áreas de acti-
vidad y a todos los niveles.
Aunque existe una tendencia ge-
neralizada a relacionarlo única-
mente con los espacios naturales,
con “lo verde”, la protección del
medio ambiente debe tener una
consideración integral, no sola-
mente en cuanto a las áreas de
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
EJÉRCITO Y SOCIEDAD
actuación que comprende, sino
también en cuanto a los campos
de aplicación, que en las unidades
vendrían dados por:
• El personal, que constituye el
elemento fundamental, como su-
jeto pasivo receptor de cualquier
impacto ambiental y como ac-
tuante y, por tanto, potencial con-
taminante, en todo tipo de activi-
dades.
• Las instalaciones o infraestruc-
tura, que forman el soporte so-
bre el que se asienta la organiza-
ción, destacando por su
importancia y especiales caracte-
rísticas en relación con el medio
ambiente, los espacios naturales
que constituyen los campos de
maniobras, instrucción y tiro.
• Los materiales (armamento, ve-
hículos, máquinas, herramientas,
productos de diverso tipo, etc.)
ya que de su empleo inadecuado
se pueden derivar importantes
consecuencias negativas para el
medio ambiente.
• Actividad diaria dentro de la
base o acuartelamiento, que in-
cluye tanto la instrucción táctica
como el desarrollo de otras acti-
89
 vidades y servicios. Para ello se
requiere una catalogación de to-
dos los destinos y puestos de
trabajo, a fin de estudiar de for-
ma individualizada la repercusión
de cada actividad sobre el medio
ambiente.
• Se han de contemplar, por último,
las actividades fuera de la base
o acuartelamiento a fin de incluir
todo tipo de maniobras y ejerci-
cios en zonas de instrucción o te-
rrenos particulares, movimientos
y marchas, a pie o en vehículos, y
las acciones de apoyo y colabora-
ción con autoridades civiles en
operaciones de protección y de-
fensa civil, contempladas en la
normativa vigente.
Motivación
El éxito en la protección del
medio ambiente depende en gran
medida de la suma de actitudes y
voluntades de los individuos, por
lo que es necesaria la creación
de una toma de conciencia gene-
ral e individual que debe ser en-
cauzada, fundamentalmente, a
90
través de la información, de la
formación y de la instrucción, sin
olvidar, si resulta necesario, la
corrección disciplinaria en caso
de infracción.
Cooperación y coordinación
Con objeto de lograr la actua-
ción conjunta de todos cuantos
elementos pueden intervenir en la
protección del medio ambiente, in-
cluida la población y autoridades
civiles.
Estos principios, deducidos de
forma subjetiva, y que pueden ser
tan válidos como otros, no serían
inalterables, sino que resultarían
adecuados en una fase inicial, pu-
diendo variar posteriormente al al-
canzarse cierto grado de desarrollo.
FINALIDAD Y OBJETIVOS
El concepto de que la primera
misión de las Fuerzas Armadas es
la defensa de la sociedad a la que
sirve, resulta ahora ampliado a
otros campos menos relacionados
con la defensa militar, pero que en
ningún caso deben desvirtuar la
Campo de Maniobras y Tiro
razón de ser de los ejércitos y
afectar a su operatividad.
Se trata, por tanto, de evitar el
impacto negativo que pueda pro-
ducirse sobre el conjunto del me-
dio ambiente, o al menos minimi-
zarlo, haciendo compatible el
cumplimiento de la misión y de las
actividades propias con la protec-
ción medioambiental, al tiempo
que se contribuye a mejorar la cali-
dad de vida del individuo en el me-
dio militar.
El logro de esta finalidad supon-
dría la consecución de una serie de
objetivos que habrían de ser traduci-
dos a misiones concretas y específi-
cas en función del nivel de mando o
del área de actividad de que se tra-
te. Estos objetivos podrían ser:
• Tomar conciencia, individual y
colectivamente, de las responsa-
bilidades y consideraciones ne-
cesarias para la protección del
medio ambiente.
• Integrar la consideración medio-
ambiental en la concepción, pla-
neamiento y ejecución de todas
las actividades.

• Integrar la instrucción en protec-
ción medioambiental en la forma-
ción del personal a todos los ni-
veles, con especial incidencia en
los individuos y prácticas que tie-
nen una relación directa con el
medio ambiente, considerando y
determinando, en la parte que
corresponda a cada nivel y espe-
cialidad, los planes necesarios
de instrucción y formación.
• Integrar la protección ambiental
en la rutina diaria, tanto en ejerci-
cios o maniobras como en el
conjunto de actividades de vida
diaria en la base, acuartelamien-
to o establecimiento.
• Adquirir, asignar y distribuir los
recursos más adecuados para la
protección del medio ambiente,
teniendo en cuenta la correcta
utilización de los mismos y contri-
buyendo al mismo tiempo al aho-
rro energético y de recursos me-
diante una gestión eficiente de
los mismos.
• Adoptar las medidas necesarias
para asegurar que las instalacio-
nes y actividades que en ellas se
desarrollan, cumplen los requisi-
tos legales establecidos en mate-
ria de protección medioambien-
tal; que todas las actividades que
dentro o fuera de ellas se reali-
cen, están sujetas a tales reque-
rimientos; así como el uso ade-
cuado del terreno y otros
recursos.
• Efectuar valoraciones periódicas
de la infraestructura y actividades
en bases, acuartelamientos y zo-
nas de instrucción para asegurar
que no se producen impactos ne-
gativos o que éstos se reducen al
mínimo.
• Restablecer y recuperar la nor-
malidad medioambiental, en caso
de que se hubiera producido un
impacto negativo.
• Establecer a cada nivel las rela-
ciones necesarias con las autori-
dades civiles, para coordinar la
realización de actividades en cu-
ya ejecución pudiera verse afec-
tada la población civil; para el
planeamiento y ejecución de las
operaciones de cooperación con
La recogida selectiva de basuras podría ser implantada
en Bases y Acuartelamientos
autoridades y población civil,
contempladas en la normativa vi-
gente; así como para el aprove-
chamiento de los recursos y ser-
vicios públicos de los que las
comunidades locales puedan dis-
poner para la protección del me-
dio ambiente.
COMETIDOS
Uno de los mayores problemas
que se puede plantear a la hora de
definir un sistema organizativo pa-
ra la protección medioambiental en
las unidades, es el de la determi-
nación de su estructura orgánica.
Esto es debido, fundamentalmen-
te, a su complejidad y amplitud, a
la diversidad de cometidos que
comprende y al tipo y número de
personal y de actividades a los que
afecta.
En la actualidad, la dirección de
la política del Ministerio de Defen-
sa en protección medioambiental,
es llevada a cabo por la Dirección
General de Infraestructura (DIGE-
NIN), en la cual existe una Unidad
de Medio Ambiente sobre la que
recae su dirección y planificación.
A este nivel, la cuestión del medio
ambiente es, sin lugar a dudas, un
problema de infraestructura que
repercute en los grandes espacios,
tanto naturales como en las insta-
laciones (bases y acuartelamien-
tos) y que incluye grandes planes
de conjunto y proyectos de enver-
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
EJÉRCITO Y SOCIEDAD
gadura cuya influencia sobre el
medio ambiente, en general, pue-
de ser grande para el desarrollo de
la vida y actividades de las FAS y
para el conjunto de la sociedad.
Pero a medida que se descien-
de de nivel, las acciones se diver-
sifican y multiplican, afectando a
un gran número de actividades y
componentes de las Fuerzas Ar-
madas, convirtiéndose entonces,
fundamentalmente, en un proble-
ma de manejo de recursos, tanto
de carácter logístico o administrati-
vo como operativo, y donde la ma-
yor parte del trabajo práctico rela-
cionado con la protección del
medio ambiente se desarrolla en
las unidades.
Logística
Dado que a nivel ministerial es-
ta función se encuentra encuadra-
da en un órgano de dirección lo-
gístico, parece también lógico
pensar que se mantengan las de-
pendencias y estructura funcional,
y se atribuya este cometido a las
Divisiones y Secciones de Logísti-
ca en los Estados Mayores y Pla-
nas Mayores, como ocurre en al-
gunos países de nuestro entorno.
Por otra parte, tanto las bases y
acuartelamientos como los cam-
pos de maniobras, que constitu-
yen los núcleos sobre los que se
asientan y se mueven las unida-
des, constituyen objeto de aten-
91

Campo de Maniobras y Tiro
ción preferente para la protección
medioambiental y, en nuestra ac-
tual organización, ambos se en-
cuentran integrados en la cadena
territorial como órganos logísticos
regionales.
Además, gran parte de las acti-
vidades que puede afectar al me-
dio ambiente tiene que ver directa-
mente con las funciones logísticas,
algunas de las cuales conllevan un
alto potencial contaminante, por lo
que las Cuartas Secciones desa-
rrollarían un papel fundamental en
el planeamiento y desarrollo de las
acciones para la protección medio-
ambiental.
Como se ha dicho, la protección
medioambiental consiste básica-
mente en un adecuado manejo de
los recursos disponibles, los cuales
son generalmente proporcionados
por los órganos logísticos, cuya fun-
ción comprende, por añadidura, las
actividades necesarias para desem-
barazar a las unidades de material
inútil, lo que resolvería una parte
importante del problema medioam-
biental en lo referente a la elimina-
ción de residuos que muchas veces
se amontonan en las unidades ante
la dificultad de disponer adecuada-
mente de ellos.
En definitiva, mediante la logísti-
ca, igual que con la protección del
medio ambiente, se proporcionan
los medios de vida necesarios pa-
92
ra el cumplimiento de la misión y,
además, se conservan y mejoran
las condiciones de vida del perso-
nal, de las unidades y de las insta-
laciones, por lo que puede, y po-
dría también ser motivo de
análisis, que estemos hablando de
una nueva función logística y como
tal, ser llevada a cabo, fundamen-
talmente, por órganos de dirección
y planeamiento logístico. La ejecu-
ción, como se sabe, es tarea de to-
dos y cada uno de los componen-
tes de las Fuerzas Armadas.
Operaciones
En otros casos, este cometido
se asigna a las Divisiones de
Operaciones y, en consecuencia,
a las Terceras Secciones de los
EM,s y PLM,s de las unidades. El
motivo podría ser la necesidad im-
periosa de incluir la protección
medioambiental en la instrucción
del personal y de las unidades, te-
niendo en cuenta sobre todo, la
repercusión que la realización de
ejercicios y maniobras puede te-
ner en el uso y utilización de
espacios naturales y zonas de
instrucción, cuya gestión corres-
ponde igualmente a las Divisiones
y Secciones de Operaciones.
Por otra parte, la relación que
existe entre el medio ambiente y
muchas de las acciones negativas
que pueden alterar y perjudicar el
ecosistema como la contaminación
o el uso de materiales y productos
peligrosos hace, al igual que en los
ejércitos de otros países, que se
relacione directamente con la pro-
tección nuclear, biológica o quími-
ca, por lo que se refuerza la tesis
de la asignación de la protección
medioambiental a las Secciones
de Operaciones.
Otro aspecto de la protección
medioambiental, y quizá sean las
actividades que tienen más impor-
tancia por su repercusión en el
ámbito civil, son las operaciones
de colaboración con autoridades y
población civil (en extinción de in-
cendios forestales, inundaciones,
trabajos de ingenieros, etc), que
son también planeadas y dirigidas
por las Secciones de Operaciones,
al menos por ahora, mientras no
se asignen a las (¿futuras?) Sec-
ciones de Asuntos Civiles.
Por último, de lo que se trata fi-
nalmente es de mejorar las condi-
ciones y la calidad de vida del indi-
viduo, lo que ya se encuentra
definido dentro del Plan de Calidad
de Vida de la Tropa y Marinería,
que incluye muchos de los aspec-
tos relacionados con la protección
medioambiental. También la apli-
cación de este plan recae sobre
las Terceras Secciones de
EM/PLM de las unidades.
Asuntos Civiles
Otra opción para la organiza-
ción de la protección del medio
ambiente podría consistir en asig-
nar este cometido a las futuras
Quintas Secciones, si estas llega-
sen a constituirse como tales Sec-
ciones de Asuntos Civiles, debido
fundamentalmente a la necesidad
de relación con las autoridades ci-
viles que esta función implica y
que vendría dada por:
• La obligatoriedad del cumpli-
miento de las leyes y normas ci-
viles sobre medio ambiente.
• La inclusión de organismos y de-
partamentos específicos para
medio ambiente en la Administra-
ción Civil.
• La dependencia, en muchos ca-

sos, de la infraestructura civil, pú-
blica o privada, para una adecua-
da gestión.
• Dado que las consecuencias de
los daños al medio ambiente
pueden alcanzar también a la po-
blación civil, resulta necesario en
muchos casos efectuar planea-
mientos y valoraciones conjuntas
con las autoridades civiles.
• La colaboración con autoridades
y población civil en operaciones
de protección civil, ya que en la
mayoría de los casos están di-
rectamente relacionadas con el
medio ambiente (lucha contra in-
cendios, inundaciones, desastres
naturales o catástrofes de otra
índole). Aunque estas activida-
des dependen en la actualidad
de las Secciones de Operacio-
nes, deberían integrarse en las
de Asuntos Civiles, si estas llega-
ran a crearse.
• La relación e influencia que los
daños al medio ambiente tienen
con la Defensa Civil y el Planea-
miento Civil de Emergencia.
• La obligatoriedad del cumpli-
miento de las normas sobre me-
dio ambiente en ejercicios y ma-
niobras en otros países, lo que lo
incluiría como una actividad de
apoyo de nación anfitriona, pro-
pia de las Quintas Secciones.
• El amplio eco que tiene en la ac-
tualidad en medios de comunica-
ción y en la población civil, cual-
quier suceso que afecte al medio
ambiente.
ORGANIZACIÓN
EN LAS UNIDADES
Mando
Quizás la conclusión a que nos
conduce esta diversidad (basada
en lo que hemos denominado co-
mo “principio” de totalidad) es que
la protección del medio ambiente
constituye fundamentalmente una
cuestión de mando que hace que
el impacto medioambiental no sea
considerado como una cuestión in-
dependiente, sino relacionada con
todo tipo de actividades y contem-
plada en cualquier proceso de pla-
Campo de Maniobras y Tiro
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
EJÉRCITO Y SOCIEDAD
neamiento. Por lo tanto, dentro del
amplio y complejo campo del man-
do y a través de los estudios de to-
dos los aspectos necesarios para
el cumplimiento de la misión, debe
ser considerada una nueva área
de responsabilidad que puede te-
ner influencia en cada acción u
operación y que habría de ser teni-
da en cuenta a la hora de tomar
cualquier decisión: La protección
medioambiental. Esta responsabi-
lidad se extendería a todos los ni-
veles de mando hasta las PU,s.
En consecuencia, dadas las
tendencias actuales, parece razo-
nable y también la solución más
sencilla, su organización aprove-
chando la estructura existente en
nuestras unidades, siendo asumi-
da directamente por todos y cada
uno de los órganos de planea-
miento y ejecución a todos los ni-
veles. Por otra parte, dado que la
existencia de las U,s se asienta en
la infraestructura misma de las ba-
ses, acuartelamientos y campos
de maniobras e instrucción, recae-
93
ría sobre éstos mismos la principal
responsabilidad en la ejecución de
las actividades para la protección
del medio ambiente en las unida-
des, siendo su estructura la marca-
da por la propia orgánica:
• Jefatura de Base o Acuartela-
miento, como principal respon-
sable del adecuado funciona-
miento de las instalaciones y
servicios. A este nivel sería con-
veniente la creación de una célu-
la, negociado o unidad de Pro-
tección del Medio Ambiente
dentro de su Plana Mayor para
atender esta función en el con-
junto de la base y para apoyo a
las unidades ubicadas en ella.
• Jefatura de los Servicios de
Base, que dirige la ejecución de
los mismos y tiene a su cargo
las instalaciones y medios pro-
pios de la base. A fin de coordi-
nar la ejecución de los servicios
propios de la base con los servi-
cios logísticos de las unidades
que se encuentran ubicadas en
la misma, éstos podrían integrar-
se en aquéllos para adiestra-
miento (tal como prevé el artícu-
lo 110 de las RROO del ET) y
seguimiento de su adecuación
medioambiental.
• Comandancias de Campos de
Tiro y Maniobras, constituidas
para apoyo a las unidades usua-
Campo de Maniobras y Tiro
94
rias, vigilancia de los campos y
para velar por el cumplimiento
de las normas de seguridad es-
tablecidas para cada campo,
que deben contemplar también
las referentes a la protección
medioambiental, por lo que en
las Comandancias se debe pla-
near todo lo relativo a la conser-
vación del medio ambiente en
su área de responsabilidad co-
mo, de hecho, ya se viene eje-
cutando en algunos (confección
de mapas medioambientales,
normas de conducta en manio-
bras, recogida de residuos, nor-
mas de mantenimiento, rotacio-
nes de las zonas de instrucción,
normas de conducción, planes
de autoprotección, conservación
de especies, etc).
En cuanto a los órganos de
planeamiento, dado que a nivel
superior (EME) se encuentra asig-
nada a la División de Operaciones
y dada la estrecha relación que la
protección del medio ambiente tie-
ne con la instrucción individual y
colectiva, base de la eficacia de
las U,s, la responsabilidad general
para el planeamiento y coordina-
ción de las acciones para la pro-
tección del medio ambiente recae-
ría en las Terceras Secciones o
Núcleos de Operaciones de los
EM,s./PLM,s.
En las PU,s (nivel compañía o
unidad equivalente) sería deseable
la designación de un responsable
para asesoramiento al mando y
coordinación en lo relativo al me-
dio ambiente y responsable del
mismo por vía funcional.
Finalmente, como es sabido, los
órganos de ejecución, serían to-
dos los individuos y unidades, a to-
dos los niveles y en cualquier acti-
vidad, y en el caso que nos ocupa,
la principal responsabilidad dentro
de las bases y acuartelamientos
recaería sobre los diversos servi-
cios establecidos en los Libros de
Régimen Interior.
EQUIPO MEDIOAMBIENTAL
La diversidad de esta “función”,
puede hacer difícil una especiali-
zación específica, que abarque to-
do tipo de actividades y misiones,
por lo que la coordinación y coo-
peración de todos los órganos y
personas relacionados de forma
directa con el medio ambiente,
son esenciales. La organización
de equipos de trabajo podría ser
un método eficaz para la coordina-
ción y planeamiento de los progra-
mas para la protección del medio
ambiente, constituyéndose a cada
nivel como órgano de asesora-
miento al mando, para el estudio
de técnicas y procedimientos, la
redacción de las instrucciones téc-
nicas necesarias y para la evalua-
ción y seguimiento del impacto
ambiental.
Este “equipo de protección me-
dioambiental” podría estar formado
por todo o parte del siguiente per-
sonal:
• Jefe de Base o Acuartelamiento.
• Estado Mayor/Plana Mayor, con
implicación directa de todas las
Secciones.
• Asesor Jurídico.
• Especialistas en Protección Me-
dioambiental, formados en los di-
ferentes cursos o seminarios que
se vienen impartiendo, preferen-
temente para personal destinado
en PLM,s, USBA,s, USAC,s.
• Jefe de la Unidad de Servicios de
Base o Acuartelamiento.
 EJÉRCITO Y SOCIEDAD

• Jefe de los Servicios Médicos y

Veterinaria. Aunque los servicios
sanitarios están relacionados en
todos sus aspectos con la protec-
ción ambiental, es en el área de
la medicina preventiva e higiene
donde encuentra su mayor aplica-
ción, así como en los servicios de
Veterinaria en cuanto a inspeccio-
nes de aguas y alimentos.
• Jefe de Ingenieros o de U,s de
Ingenieros. Debe formular las re-
comendaciones necesarias en
aquellos aspectos relativos a la
infraestructura del suelo, filtracio-
nes y captaciones de aguas, así
como las recomendaciones para
la lucha contra incendios y con-
trol de los mismos.
• Jefes de Unidades y Organos Lo-
gísticos, fundamentalmente de
abastecimiento, mantenimiento y
transporte.
También se podrían incluir en
un momento dado: Comandancia
de Obras, personal especialista
NBQ, Jefes de SERRES y OFIS (o
la nueva figura de Coordinador del
Plan de Calidad de Vida de la Tro-
pa), Secciones de Conducción y
Seguridad Vial, Directores de Au-
toescuela, personal civil experto en
cada una de las áreas relativas a
protección medioambiental, autori-
dades civiles locales, etc.

CONCLUSIÓN
Las unidades tienen un impor-
tantísimo papel que desempeñar
en la protección del medio ambien-
te, siendo difícil a este nivel imagi-
nar una actividad que no tenga, de
una u otra forma, relación con el
medio ambiente.
El desarrollo de este cometido
no es realmente nuevo, habiéndo-
se llevado a cabo ya una importan-
te labor en forma de proyectos o
iniciativas casi individualizadas en “Especies Protegidas”
algunas unidades, campos de ma-
niobras o en otras áreas en coope- incluir este nuevo factor de planea- biéndose dado ya un importante
ración con las autoridades civiles. miento en la toma de decisiones. paso mediante la realización de
Sin embargo, deben ser sistemati- La creación de una toma de cursos, seminarios y otras activi-
zados y ampliados para una conciencia individual y colectiva dades informativas, tanto a nivel
concepción integral de la protec- sobre la protección del medio am- nacional como internacional, en el
ción del medio ambiente en biente supone más de la mitad del seno de la OTAN y otras organiza-
las unidades, cuyos mandos deben camino que se ha de recorrer, ha- ciones. n

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 95

 Premio
Gran Capitán
Luís Miguel Mateo Castañeyra.
General de Brigada. Infantería. DEM.
Director de la ACINF e Inspector del Arma.
El Premio Gran Capitán se crea
para conmemorar la batalla de
Garellano, y toma el nombre del
que no sólo fue el artífice de esa
victoria que permitió a España el
dominio de Nápoles, sino también
el forjador de la Infantería Españo-
la, que se convirtió desde ese mo-
mento y durante siglos en el más
formidable y eficaz instrumento de
la política exterior de nuestra Pa-
tria.
Parece, pues, lógico que al con-
memorarse en 2003 el 500 aniver-
sario de la citada batalla y el 550
aniversario del nacimiento del ilus-
tre soldado cordobés, se entregara
el Premio en la ciudad de Córdo-
ba, en lugar de en la Academia de
Infantería como es tradicional.
En sus tres ediciones anterio-
res, el Premio fue concedido al
Excmo. Sr. Teniente General D.
96
Máximo de Miguel Page, al Exc-
mo. Sr. General de División D. Jo-
sé Colldefors Valcárcel, y al Exc-
mo. Sr. Teniente General D.
Agustín Muñoz-Grandes Galilea.
En esas ocasiones, al Premio po-
dían optar sólo los Oficiales y Su-
boficiales en servicio activo y su
elección se hacía entre los pro-
puestos por los Jefes de las Regio-
nes Militares; la Junta de Califica-
ción estaba formada por personal
de todos los empleos, preferente-
mente de la plaza de Madrid.
El Premio Gran Capitán en esta
su cuarta edición, se concede para
recompensar de forma relevante a
los Cuadros de Mando y Tropa
permanente, en cualquier situa-
ción, que sobresalgan de forma
excepcional por sus virtudes milita-
res y capacidad profesional, acre-
ditadas por su prestigio, constante
dedicación y eficacia en el servicio,
para que sirva de estímulo y satis-
facción general de la Infantería.
La propuesta de candidatos fue
efectuada por los Jefes directos
subordinados al Jefe del Estado
Mayor del Ejército, y la Junta Cali-
ficadora presidida por el General
Director de la Academia de Infan-
tería en su calidad de Inspector de
Infantería, estuvo constituida por

representantes de todas las cate-
gorías militares, destacando a
su vez la participación de Corone-
les Jefes de Regimientos del Man-
do de Canarias, Comandancia Ge-
neral de Ceuta, Comandancia
General de Melilla, Comandancia
General de Baleares y de todas las
Brigadas de Infantería.
La Junta Calificadora, reunida
el día 5 de septiembre de 2003,
designó como Premio Gran Capi-
tán al Excmo. Sr. Teniente Gene-
ral D. Jesús González del Yerro
Martínez.
El Teniente General González
del Yerro sobresale sin duda de
forma excepcional y su vida militar
constituye, también sin duda, un
ejemplo y un estímulo para todos
los infantes. Ingresa en la Acade-
mia de Infantería en enero de
1936, en septiembre del mismo
año es Alférez Provisional, Tenien-
te Provisional en 1938, Capitán
Provisional en 1941, Teniente
Efectivo en julio del mismo año y
un mes después, Capitán. Coman-
dante en 1945 con sólo 29 años,
Teniente Coronel en 1957, y Coro-
nel en 1967. Asciende a General
de Brigada en 1972, a General de
División en 1976 y a Teniente Ge-
neral en 1978.
El Teniente General González
del Yerro participa en todos los
avatares bélicos en los que se ve
envuelta nuestra Patria, dentro y
fuera de nuestras fronteras: tres
años y ocho meses, día a día, de
campaña (Guerra del 36 y Campa-
ña de Rusia). Posee cinco Meda-
llas Militares Colectivas, una Lau-
reada Colectiva, tres Cruces Rojas
del MM., tres Cruces de Guerra,
dos Medallas de herido, y al fin, la
Medalla Militar Individual, que cali-
fica de muy distinguido en valor, al
que la posee.
El decreto de concesión dice
lo siguiente:
Al mando de una sección de la
16 compañía de la cuarta bandera
de la Legión toma parte en la ope-
ración del paso del Ebro, por Quin-
to, en la noche del 22 al 23 de
marzo de 1938.
Una vez atravesado el río y re-
organizadas las fuerzas en la orilla
opuesta, se emprende el avance,
marchando en primer lugar la 16
compañía. La sección de este Ofi-
cial que, es a la vez vanguardia de
la misma, toma bien pronto contac-
to con el enemigo en las proximi-
dades de la posición fortificada lla-
mada “Casa de los Catalanes”.
Intenta reducir esa resistencia, lle-
vando a cabo tres asaltos conse-
cutivos, sin lograr conseguirlo, por
hallarse el enemigo muy bien forti-
ficado y disponiendo de abundan-
tes medios de fuego, que fueron
aumentados durante la noche con
la llegada de refuerzos. El Tenien-
te González Martínez no cede un
palmo de terreno y mantiene su
sección a unos 30 metros del ene-
migo, tanto que, al amanecer, hu-
bo de replegarse para que pudiera
efectuar su fuego la artillería pro-
pia. En esos momentos cae mor-
talmente herido su Capitán, ha-
ciéndose cargo este Oficial del
mando de la compañía, al frente
de la cual efectúa un supremo es-
fuerzo lanzándose a un nuevo
asalto aprovechando las últimas
explosiones de bombas lanzadas
por la aviación propia, consiguien-
do apoderarse de la “Casa de los
Catalanes”, causando al enemigo
gran cantidad de bajas.
Durante el desarrollo de toda la
operación fue ejemplo constante
de valor personal y elevado espíri-
tu que supo transmitir a sus legio-
narios, cuya moral no decayó,
no obstante haber padecido su
compañía más del 50 por 100 de
bajas.
Entre sus destinos, la Legión, el
Regimiento Inmemorial, la Escuela
de EM, el EM. de la Capitanía Ge-
neral de Baleares, el EM Central,
la Instrucción Premilitar Superior,
la Escuela Superior del Ejército, el
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
CULTURA
Alto Estado Mayor; de Coronel Je-
fe del Centro de Instrucción de Re-
clutas Nº 1, General Jefe de la Es-
cuela de Estado Mayor, General
Jefe de la DIMZ Guzmán el Bueno
Nº 2, 2° Jefe del EM del Ejército y,
por último, Capitán General de Ca-
narias, mando que ejerce durante
cuatro años.
Es Diplomado de Estado Mayor
del Ejército de Tierra, Diplomado
de EM del Ejército del Aire, Curso
de Operaciones Combinadas en
Alemania.
Tiene dos Cruces Blancas,
Grandes Cruces del Mérito Militar,
del Mérito Naval y del Mérito Ae-
ronáutico, Cruz Encomienda, Pla-
ca y Gran Cruz de San Hermene-
gildo y otras condecoraciones
extranjeras.
Esta es, en apretado resumen,
la hoja de servicios del Teniente
General González del Yerro, que
llena de sentido cada una de las
palabras que definen las condicio-
nes del Premio Gran Capitán. Pero
una hoja de servicios es sólo la fría
relación de unos hechos, muy me-
ritorios en este caso, pero sólo una
relación. Los que han sido sus su-
bordinados, recuerdan su caballe-
rosidad, su firmeza de carácter, su
competencia, profesionalidad y su
ecuanimidad. El hacerse querer y
respetar de sus subordinados, no
fue para el Teniente General un
objetivo a alcanzar, sino algo con-
natural con su carácter y con su
sentido del mando. Los que lo tu-
vieron a sus órdenes, consignaron
por escrito que lo consideraban un
Oficial caracterizado por su extra-
ordinario celo en el cumplimiento
de sus obligaciones, y por su inteli-
gencia, capacidad de trabajo y le-
altad.
El Teniente General González
del Yerro constituye un orgullo pa-
ra la Infantería y su trayectoria mili-
tar es un estímulo para todos los
infantes que hoy nos sentimos sa-
tisfechos de contar con un nuevo
Premio Gran Capitán. n
97

EL GOLPE EN GUINEA-BISSAU Y
SUS CONSECUENCIAS INMEDIATAS
La inestabilidad creciente producida en la pequeña
República de Guinea-Bissau (1,5 millones de habitan-
tes y unas Fuerzas Armadas que, incluyendo a los
2.000 hombres de la Gendarmería, suman 9.250 efec-
tivos), antigua colonia portuguesa independiente des-
de 1974 y fronteriza con Senegal y con Guinea Co-
nakry, ha pasado por diversas etapas. Tras la
disolución en noviembre de 2002 del Parlamento por
parte del presidente Kumba Yala, la convocatoria por
este de elecciones legislativas para febrero pasado, y
el retraso de estas en cuatro ocasiones -la última de
ellas el 13 de septiembre al dictaminar la Comisión
Nacional de Elecciones que no podían celebrarse el
12 de octubre por problemas técnicos- la situación de-
sembocó el 14 de septiembre en un golpe de Estado
incruento que le expulsaba del poder.
El mismo día 14, el Jefe del Estado Mayor General
de las Fuerzas Armadas (CEMGFA), el general Veris-
simo Seabra Correia, anunciaba la toma del poder por
el autodenominado Comité Militar para la Restaura-
ción del Orden Constitucional y de la Democracia
(CMROCD) que él preside y el arresto del presidente
98
Yala y de su Primer Ministro, Mario Pires, aduciendo
que el poder saliente estaba llevando al país al caos.
Al día siguiente, los militares sublevados crearon una
comisión de dieciséis civiles y militares dirigida por el
Obispo de Guinea-Bissau, José Camnaté Na Bissign,
encargada de diseñar un gobierno de transición. Poco
más tarde, la situación política degeneró cuando el
Gobierno nombrado el 25 de septiembre por el CM-
ROCD fue recibido al día siguiente con un nuevo in-
tento de golpe de Estado, dirigido contra los golpistas
por quienes discrepaban de la elección como nuevo
Primer Ministro de Artur Sanhá, Secretario General del
Partido de la Renovación Social (PRS), la formación
del Presidente depuesto que la población considera
responsable de la ruina económica del país.
Es de destacar que, aunque lo han intentado con
ahínco, los golpistas han tenido escaso éxito hasta la
fecha en su presentación internacional, tanto en el
contexto continental representado por la Unión Africa-
na (UA) como en el subregional de la Comunidad Eco-
nómica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
Desde el primer momento el presidente “interino” Ve-
rissimo Seabra Correia ha tratado de atraerse el apo-
yo político y diplomático de una UA que, desde su re-
ciente reforma transformándose en una organización
nueva a partir de la antigua Organización para la Uni-
dad Africana (OUA), es especialmente estricta en sus
condenas a los gobiernos surgidos de procesos gol-
pistas y violentos. De hecho, la UA condenó de inme-
diato el golpe y ello aunque su Presidente actual -el
Jefe de Estado mozambiqueño, Joaquim Chissano-
destacara la incapacidad del presidente Yala de ga-
rantizar democracia y desarrollo a su país tras la gue-
rra civil sufrida entre 1998 y 1999 y su elección en fe-
brero de 2000 por un 72% de los votantes; de hecho,
Guinea-Bissau se sitúa hoy, con 800 dólares de renta
per cápita, entre los diez países más pobres del mun-
do. El otro examen no aprobado fue, ya en el marco
de la CEDEAO, el del Presidente de Ghana, John Ku-
fuor, de Nigeria, Olusegún Obasanjo, y de Senegal,
Abdulaye Wade, que se desplazaron a Bissau el 18 de
septiembre y rechazaron algunas de las peticiones del
CMROCD, aceptando en principio que el período tran-
sitorio hacia la restauración democrática dure dos
años, y como señaló el presidente Kufuor, no es acep-
table que el general Seabra Correia pretenda controlar
el poder en todo ese tiempo.
Sea cual sea finalmente, el nuevo Gobierno que
asuma el poder en la fase transitoria habrá de respon-
der a importantes desafíos, máxime si tenemos en
cuenta que al ex-primer ministro Pires se le acusa, en-
tre otras cosas, de no resolver los impagos a los fun-
cionarios. A fines de octubre el PRS apostaba por ce-
lebrar las elecciones legislativas en enero de 2004,
pero el propio primer ministro Sanhá, que es Secreta-
rio General de dicho partido, discrepaba de tal pro-
puesta asegurando que los seis meses previstos en la

Carta elaborada por el Consejo de Transición Política
(CTP) -sustituto del Parlamento en esa fase- son insu-
ficientes para la organización del proceso electoral en
el país. La postura del PRS es apoyada por otros dos
partidos presentes en el CTP, institución que aún no
se ha pronunciado sobre el asunto, pero es el Presi-
dente del país el que debe proponer una fecha. La
CEDEAO por su parte, que ha mostrado en los últimos
meses una injerencia positiva en los asuntos internos
de algunos de sus miembros como Costa de Marfil, Li-
beria o Sierra Leona, exige tras la visita de los tres
presidentes citados que el poder vuelva a manos civi-
les para que éstas organicen las previstas elecciones
presidenciales y, en un plazo de seis meses a partir
de entonces, también las elecciones legislativas que
regeneren el mapa político del país.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
Frente a quienes siguen considerando a África co-
mo depositaria de todas las rémoras políticas y eco-
nómicas, la reciente experiencia golpista en Guinea-
Bissau nos ofrece un escenario de injerencia
internacional positiva, con una organización subregio-
nal como es la CEDEAO -y también la propia organi-
zación continental, la Unión Africana- presionando a
unos golpistas para que cedan el poder a los civiles
sobre la base de un calendario electoral realista y
limpio que permita la regeneración de las institucio-
nes de Guinea-Bissau, sometiendo para ello a una
estrecha vigilancia a los nuevos órganos de decisión
del país.
Carlos Echeverría Jesús
Profesor de Relaciones Internacionales de la UNED.
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 99
 BURUNDI ENTRE LA ESPERANZA
Y EL ESCEPTICISMO
Burundi, el pequeño país de África Central rodeado
de gigantes como Tanzania y Congo, vive unos mo-
mentos de esperanza en un futuro sin confrontacio-
nes. El acuerdo logrado en octubre entre el Gobierno
y el principal grupo guerrillero hutu, Fuerzas para la
Defensa de la Democracia (FDD), puede ser un paso
importante para poner fin a diez años de guerra civil
no declarada. Pero, al mismo tiempo, persiste un cier-
to clima de desconfianza, ya que otro poderoso grupo
hutu, Fuerzas de Liberación Nacional (FNL), se ha
negado a firmar el acuerdo, argumentando no se han
tenido en cuenta negociaciones anteriores.
La historia reciente de Burundi está cuajada de
acuerdos y negociaciones que posteriormente quedan
sin efecto. El acuerdo de Arusha, alcanzado en agosto
del 2000 tras cinco años de negociaciones, establecía,
entre otras condiciones, un gobierno de transición du-
rante tres años, en el que compartirían el poder hutus
y tutsis de forma rotativa cada 18 meses. La presión
del mediador Nelson Mandela y los Estados Unidos hi-
zo que los partidos políticos firmaran -con reservas–
este acuerdo, pero los grupos armados hutus no lo hi-
cieron ya que el ejército seguía en poder de los tutsis.
Desde entonces algo se ha conseguido. La alter-
nancia en la presidencia de la nación ha funcionado, y
en mayo de 2003, el líder hutu Ndayizeye sustituyó a
Buyoya, el hombre fuerte tutsi que había dirigido Bu-
rundi durante muchos años. Quedaba sin embargo por
resolver el tema de la distribución equitativa del poder
militar y policial, algo que ha venido a solucionar el
nuevo acuerdo de Pretoria que estipula que los hutus
del FDD tendrán un 40% de mandos militares y un
35% de la policía.
Aunque tanto NNUU, como la Unión Africana (UA)
y la UE ven con optimismo la situación de Burundi, al-
gunos políticos burundeses se muestran escépticos
sobre el futuro del país. Dudan de que el FDD llegue a
cumplir el acuerdo, como ya ha ocurrido otras veces y
piensan que el rechazo del FNL, el menor pero más
antiguo de los grupos rebeldes hutus, supone un serio
obstáculo para la paz.
Burundi, con una extensión menor que Galicia y
densamente poblado, es uno de los países más po-
bres y atrasados del mundo. Aunque no es una crea-
ción artificial del poder colonial, sufre conflictos étnicos
y de carácter económico entre hutus y tutsis desde el
S. XV (1). A finales del S. XIX el reino de Urundi y
Ruanda formaba parte del África Oriental Alemana.
Posteriormente, en 1916, lo ocupó Bélgica que, más
tarde, en 1923, se convirtió en la potencia administra-
dora por mandato de la Liga de las Naciones.
Cuando en 1962 Burundi se separó de Ruanda y
alcanzó la independencia, estaba gobernada por una
monarquía tutsi dócil a los belgas. Los cuatro primeros
100
años de independencia fueron muy violentos. El caos
era general hasta que, en 1966, un golpe de estado
proclamó la república. Se sucedieron los enfrenta-
mientos y en 1997 se produjo una masacre en la que
murieron 150.000 hutus y tuvieron que huir 70.000 por
la represión del gobierno que les acusaba de la muer-
te del último rey, Ntare V.
En 1987 un golpe de estado llevó a la presidencia,
por primera vez, a Pierre Buyoya. Al año siguiente, un
nuevo enfrentamiento entre las facciones hutus y tut-
sis en el norte del país, dejó un saldo de varios miles
de muertos, en su mayoría hutus, al reprimir el ejército
su rebelión contra los terratenientes tutsis. Más de
60.000 hutus se refugiaron en Ruanda.
La victoria electoral, en junio de 1993, del primer
presidente de etnia hutu marcó, aparentemente, una
etapa de pacificación. Pero casi cien días después de
su investidura, militares tutsis asesinaron al presidente
Melchor Ndadaye, junto con otras altas autoridades.
Esto desencadenó un genocidio dentro de un nuevo
ciclo de venganza étnica.
Los intentos por restaurar el orden de los emisarios
de NNUU y la OUA tropezaron con la polarización del
país y un extremismo de la clase política que no pudo
impedir que prosiguiesen las matanzas. En abril de
1994, Ntaryamira, el nuevo presidente hutu elegido
por el Parlamento, murió junto con el de Ruanda al ser
derribado el avión en el que viajaban.
La crisis institucional producida se resolvió, provi-
sionalmente, con un gobierno que intentó neutralizar
a los extremistas y evitar que el país se inflamase de
nuevo por contagio de las matanzas que tenían lugar
en Ruanda. Sus intentos fueron vanos, y desde en-
tonces la guerra civil se ha cobrado mas de 250.000
vidas.
La presencia en Burundi desde marzo de 2003 de
la primera fuerza de pacificación de la UA, es otro de
los signos que inducen a la esperanza. Un contingente
de 2.870 efectivos compuesto por 1.600 hombres de
Sudáfrica, 980 de Etiopía y 290 de Mozambique, com-
pletó su despliegue a finales de octubre. Permanece-
rán en el país un año hasta la previsible llegada de
fuerzas de pacificación de Naciones Unidas.
No se trata de unas fuerzas de interposición, por
tanto, su misión se limita a facilitar paso seguro a las
distintas facciones de guerrilleros hasta las zonas de
reunión y entrega de armas, y proteger asimismo la
entrega de ayuda humanitaria. Como muchas veces
ocurre, su mandato sólo permite utilizar sus armas en
defensa propia, motivo que aclara su inhibición ante
el avance de los rebeldes sobre la capital Bujumbura,
en julio de este año, que se saldó con más de 300
muertos.
Por lo tanto, podemos concluir que existen algunos
indicios que nos inclinan a ser optimistas sobre el futu-
ro de Burundi, pero siendo conscientes de que las
causas de la violencia son complejas y van más allá

de la animosidad entre hutus y tutsis, por lo que serán
difíciles de erradicar a corto plazo.
El problema de desarmar a los 60.000 rebeldes,
por ejemplo, provocará un mayor desempleo puesto
que el ejército, que en la actualidad cuenta con
40.000, no podrá absorberlos a todos.
En cualquier caso, la reconciliación será un proce-
so largo y difícil, ya que son muchos años de luchas,
venganzas y vejaciones. La reforma del ejército, el
problema de los refugiados, o la cuestión de los prisio-
neros políticos, temas todos pendientes desde el
acuerdo de Arusha, necesitan una solución; pero, por
encima de todo, será la erradicación de la corrupción y
el compartir el poder político y militar, a todos los nive-
GEOGRAFÍA E HISTORIA
les, lo que pueda llevar la paz a Burundi y servir de
modelo a la región.
NOTA
1 Los 7.000.000 de población se componen de una mi-
noría tutsi (14%), tradicionalmente dominadora de los
hutus (85%) y los batua (1%). La tasa de alfabetiza-
ción no llega al 50% y un 45% de los niños menores
de cinco años sufre malnutrición. El Informe sobre De-
sarrollo Humano 2004 coloca a Burundi en el puesto
171 de los 175 censados, con un PNB de 610 $.
Alberto Pérez Moreno
Coronel. Infantería. DEM.
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 101
 L a Eti m ol ogí a , com o c i en ci a q ue e stud i a e l or i ge n de la s p al ab ra s, su p r oce d e nci a , la
ra zó n d e su e xi ste n ci a, su si gn i fi ca ci ón , va l ore s y ace p c io ne s q ue va n ad qu ir i e nd o y s u
mor f olo gí a , a ve ce s, es p ro tag on i sta de m uc has cu ri osi d ad e s co mo la s q ue ve r e mos a c on-
ti nu ac ió n e n l a te r mi n ol ogí a de d e te rm i na da s a r ma s de f ue g o p or tá ti l es .

ESCOPETA se haya asentado en nuestro idio- guo scoppietta o scoppietto, en

Al principio de la existencia de
las armas de fuego portátiles, no
existía diferencia entre las armas
de guerra y las armas de caza,
siendo poco empleadas éstas por
su excesivo peso, dificultad para la
ignición de la carga y la poca efica-
cia del tiro con bala contra anima-
les pequeños. Este es el caso de la
escopeta, que aunque el vocablo
ma con el significado de “arma de
fuego portátil, con uno o dos caño-
nes, que suele usarse para cazar y
especialmente destinada al tiro con
balines y perdigones” originaria-
mente era un arma de guerra, cuyo
nombre actualmente se encuentra
desterrado del léxico militar.
En efecto, la palabra escopeta,
como “arma de fuego portátil de
chispa”, procede del italiano anti-
italiano actual schioppetto, diminu-
tivo de schioppo, “estallido, explo-
sión”. Esta, a su vez, viene del la-
tín stloppus, a través de su
alteración fonética regular, propia
de textos y glosas merovingios
scloppus, voz onomatopéyica, del
ruido que hacen los carrillos hin-
chados al recibir un golpe” o “esta-
llido que se produce con un dedo
dentro de la boca”.

Escopeta de caballería.
Pistolete, llaves del pistolete,
llave de la escopeta

102

Probablemente el término llegó
al español, lo mismo que al catalán
y al portugués, como escopeta, a
través del nombre de la primera ar-
ma portátil italiana, del siglo XIII, la
bombarda de mano, consistente
en un sencillo tubo de hierro con
un guardamanos de madera, tam-
bién denominada schioppi o scop-
pio, “estampido”, palabra con el
mismo origen.
Evolución histórica
El término scoppietta fue emple-
ado en Italia desde Leonardo da
Vinci (1452-1519), scoppietto desde
Maquiavelo (1469-1527) y schiop-
petto desde Guicciardini, 1509.
En España se introdujo, a fina-
les del siglo XV, para designar un
arma portátil ligera para los solda-
dos de caballería, lo cual tiene lu-
gar, según las Obras Inéditas de
Cuervo durante el reinado de los
Reyes Católicos. La primera docu-
mentación sobre los escopeteros
en Castilla es del año 1480 en Pro-
paladia and other works of Bartolo-
mé Torres Naharro, de J. E.Gillet,
y sobre el vocablo escopeta de
1517, en Soldadesca de Torres
Naharro.
El 3 de mayo de 1493, los sobe-
ranos de Castilla y Aragón firmaron
un decreto de organización de una
fuerza armada a sueldo del Esta-
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO
CULTURA
Escopeta o
arcabuz de mecha
do. El contingente original debía
ser de 2.500 caballos, distribuidos
en 50 compañías, cada una de
100 hombres, de ellos 80 eran ca-
ballería de línea o pesada, conoci-
dos como hombres de armas y 20
jinetes ligeros, constituyéndose en
el origen del ejército permanente
de España. Los hombres de armas
llevaban: lanzón, maza de armas,
estoque y escudo; y los jinetes li-
geros: espada, puñal, ballesta y a
veces escopeta. Comenzaba a in-
troducirse en el ejército la escope-
ta, como arma de fuego corta de la
caballería.
A principios del siglo XVI, el car-
denal Cisneros, actuando como re-
Escopeta de caja partida
103
gente, organizó unidades de esco-
peteros a caballo, cuyo armamento
principal era la escopeta. El éxito
de estas unidades, consideradas
Escopeta y Espingarda
104
el antecedente de los dragones, se
encontraba en su forma de actuar
aprovechando el movimiento rápi-
do del caballo para alcanzar, de
forma sucesiva, buenos puntos pa-
ra el disparo.
En 1512, la reorganización mili-
tar para la toma de Orán fijó la
fuerza del arma de caballería en
26 compañías de 100 plazas de
caballería de línea y 17 compañías
de caballería ligera, con una sec-
ción de escopeteros en cada una
de ellas, que le proporcionaba una
gran potencia de fuego.
A partir de 1579, bajo el reinado
de Felipe II, se dotó a cada com-
pañía de línea con 12 arcabuce-
ros, con lo que la cuarta parte de
los jinetes pesados y todos los li-
geros iban equipados con armas
de fuego. A finales del siglo XVI, la
escopeta ya se había aligerado
considerablemente, y con la incor-
poración de la llave de chispa o de
miquelete y la munición de perdi-
gones, se convirtió en un arma
más apta para la caza.
Con Felipe IV, en 1635, se crea-
ron los dragones, que combatían a
caballo y pie a tierra, con espada
de cazoleta y arcabuz corto en lu-
gar de escopeta, arma ya relegada
a sus funciones de caza. Durante
los siglos XVII y XVIII, los arcabu-
ceros españoles rivalizaron en la
fabricación de escopetas, con un
primoroso cincelado de sus caño-
nes y piezas metálicas e incrusta-
ciones de las cajas y culatas que
hicieron de las escopetas de caza
unas verdaderas obras de arte.
ESPINGARDA
Al parecer, la espingarda fue la
primera arma de fuego portátil que
se desarrolló, a mediados del siglo
XV, en sustitución de la culebrina
de mano. Caracterizada por pose-
er un dispositivo de fuego de chis-
pa y un cañón muy largo, supuso
una revolución en las armas de
fuego por la incorporación de la
culata, lo cual permitía apoyarla en
el hombro para apuntar y disparar,
consiguiendo así una mejor punte-
ría y eficacia en el tiro.
El término espingarda ya existía
antes de la aparición del arma por-
tátil. Así se denominaba un ingenio
de guerra anterior a la invención de
 CULTURA

Espingardero

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 105

Espingarda
la pólvora, destinado a batir mura-
llas y abrir brechas. Después reci-
bió este nombre una pieza de arti-
llería primitiva, de pequeño calibre,
algo mayor que el falconete y me-
nor que la pieza de batir, que lan-
zaba pelotas de plomo o de hierro,
normalmente de una a tres libras
de peso. Por este camino llegó el
nombre de la espingarda escopeta.
Según Corominas, el término
espingarda procede del francés
anticuado espringarde, espingarde
“balista de lanzar piedras”, “cañón
pequeño”, derivado de espringaler
“saltar” y éste del francés antiguo
espringuer, a su vez, del fráncico
springan. En francés actual esprin-
gale “trabuquete” y espingole “tra-
buco”.
Siguiendo al mismo autor, no
hay razón para pensar que la pala-
bra entrara en el español a través
del italiano, donde ya existía desde
el siglo XIII, sino directamente del
francés, patria de las raíces del vo-
cablo. Así, el verbo springaler sola-
mente existe en este idioma y el
sustantivo espringarde/espingarde
puede provenir de la forma verbal
espringarder o directamente de es-
pringuer con el sufijo -ard, de
acuerdo con las normas de la mor-
fología del idioma francés.
Evolución histórica
En principio se conoció como
espingarda una máquina de gue-
rra neurobalística, de la época de
las Cruzadas, que disparaba dar-
dos o flechas. Cuando estas má-
quinas fueron reemplazadas por
las primitivas piezas de artillería,
fue muy corriente ponerles el nom-
bre de algunas de ellas, como su-
cedió con la espingarda, denomi-
106
nación dada en el siglo XIV a una
pieza ligera de hierro, del género
de la bombarda, que disparaba
balas de hierro o plomo de 1 a 3 li-
bras de peso.
En el Archivo de Simancas exis-
ten documentos que lo confirman,
como una relación de las armas
depositadas en Calahorra en 1502
donde figura: “Dos espingardas
viejas sin cureñas” y en otro se cita
un espingardón de hierro “como un
ribadoquín”, que se refieren sin du-
da a piezas de artillería.
La primera noticia acerca de es-
te vocablo se encuentran en la
Crónica del Condestable, que rela-
ta el sitio de Palenzuela por Juan
II, en 1452. Entonces, los rebel-
des, al mando del hijo del Almiran-
te de Castilla, rechazaron un asal-
to defendiéndose “con tiros de
pólvora y muchas espingardas”.
Después aparece en un documen-
to gallego de 1481, del Catálogo
de Voces y Frases de la Lengua
gallega y en otro castellano de
1482, publicado en la Hispanic Re-
view. La primera noticia del em-
pleo de la espingarda en España
es del año 1449 y se halla en la
Crónica de Don Álvaro de Luna.
La base de la organización mili-
tar de los Reyes Católicos fue la
creación de ejércitos regulares. Es-
tos ejércitos estaban constituidos
por las Hermandades, Las Guar-
dias Viejas y los Acostamientos.
Según las Ordenanzas de la Santa
Hermandad, redactadas en abril
de 1476, cada compañía de diez
lanzas debía llevar un espingarde-
ro. Es la primera vez que aparece
la espingarda como armamento de
la milicia española en sustitución
de la culebrina de mano.
Cuando los Reyes Católicos
avanzaron en su plan de organiza-
ción del ejército, ya dispuesto para
la guerra de Granada, crearon la
unidad táctica denominada batalla,
en sustitución de la mezcla irregu-
lar y heterogénea que constituía la
mesnada. La espingarda ya no es
un arma auxiliar, pasa a ocupar el
mismo plano que la ballesta y la
lanza, como armas de los 500 sol-
dados, divididos en diez cuadrillas
de 50 hombres cada una, que
componían la batalla. En los acos-
tamientos cada compañía tenía
833 soldados, de los que 80 iban
equipados con espingarda y 720
con lanzas.
Un paso decisivo hacia esa or-
ganización fue el intento de unifi-
cación del armamento y, sobre to-
do, la obligación de que tuvieran
su propio armamento los súbditos
en condiciones de ser llamados al
servicio. Según esto, todo vecino
que contara con veinte mil marave-
díes de renta debía tener espingar-
da, con 150 pelotas y veinte libras
de pólvora.
Con los católicos soberanos
murió la espingarda, ya que la in-
fantería de la casa de Austria, a
principios del siglo XVI, introdujo
en su lugar el arcabuz, de mayor
velocidad de tiro. A partir de enton-
ces, la denominación espingarda
se aplicaría a un arma de fuego
portátil, de gran longitud de cañón,
con llave de chispa y frecuente-
mente adornada de excelentes in-
crustaciones con motivos árabes,
empleada por los moros hasta
época reciente.
Guillermo Frontela Carreras
Coronel. Artillería.
 CULTURA

La artiLLería norteamericana km, cargados con submuniciones planeadoras inteli-

(“L’Artillerie, le marteau des forces terrestres gentes BAT. El MLRS no cabe en el C-130 Hércules,
américaines,” Philippe RICHARDOT, RMS, 9/2003.) razón por la cual han desarrollado el HIMARS sobre
El capitán RICHARDOT, que viene haciendo en las camión de cinco toneladas, que puede disparar la mi-
páginas de la Revue Militaire Suisse una precisa ra- tad de munición que el anterior.
diografía del ejército de los Estados Unidos, describe Disponen también de misiles de fibra óptica
en este número la artillería norteamericana, ‘el marti- EFOGM con alcance hasta 15 km, montados sobre
llo’ de sus fuerzas terrestres. El trabajo, para sorpresa Hummer; y tienen en proyecto los LAM y PAM de des-
de nuestro casillero mental, comienza con la “artillería pegue vertical también para tiros de precisión. Todos
ligera”, es decir, los morteros de 60, 81, 107 y 120, ellos son sistemas ligeros, que tiran pequeño número
montados generalmente sobre vehículo. de munición cara pero precisa. De este modo, la arti-
RICHARDOT trata a continuación de la “artillería de llería norteamericana está cambiando el clásico fuego
tubo media”, de la que casi ha desaparecido el calibre de saturación por el tiro de precisión.
105, salvo en las tropas aerotransportadas. La pieza
básica es el M-109 A6 Paladin, de 1973, derivado del
M-106 de los años 50, y que ya no será sustituido por
el Crusader, pues es bien sabido que cuando les sale
bien un arma, los americanos la mantienen en uso mu-
chísimo tiempo. Una batería de Paladín en movimiento
puede hacer fuego al minuto y medio de recibir la peti-
ción; dos minutos más tarde ha colocado 288 disparos
en el objetivo y se ha movido a 500 metros para evitar
la contrabatería. En Irak se ha empleado en incursio-
nes artilleras en cooperación con helicópteros. La anti-
cuada munición contra carro Copperhead de los años
70 ha sido sustituida por los proyectiles SADARM que
buscan y atacan al carro desde arriba, top attack.
La clásica pieza remolcada de 155, que data de la
Segunda Guerra Mundial, está siendo sustituida por
otra más ligera de cuatro toneladas, la Lightweight
155, con alcance máximo normal de 22 a 30 km, y
asistido de 30 a 40 km, con error circular probable
de 50 a 200 m a 25 km. Puede entrar en fuego en
dos o tres minutos, y recogerse después en minuto y
medio.
La artillería cohete ha aumentado su precisión y se
basa en el MLRS, que en cinco minutos larga doce
disparos de 227 mm a 32 km, o 50 km si los cohetes
tienen empuje adicional. Cada disparo dispersa una
nube de submuniciones contra carro y la salva com-
pleta satura una superficie de seis campos de fútbol.
Sus doce cohetes de 227 mm pueden sustituirse por
dos grandes cohetes ATACMS, con alcance de 450

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 107

 En la gestión del tiro emplean radares de adquisi- que trabaja tanto en beneficio del Mossad como del
ción Firefinder que pueden detectar un objetivo a 50 Ejército; se trata de la crema de las OE,s israelíes.
km y dirigir el tiro sobre él en cinco minutos. El enlace La Sayeret Ha’Druzim está compuesta de drusos
entre los radares de adquisición, los observadores voluntarios, especializados en introducirse en ambien-
avanzados y las baterías lo realiza automáticamente tes árabes; son los que ocuparon el pueblo de Yenín
el sistema AFATDS, que gestiona todos los fuegos de en la Guerra de los Seis Dias haciéndose pasar por
morteros y de artillería así como los apoyos aéreos y iraquíes. Finalmente, las más modernas son las unida-
navales. Cuando llega la petición de fuego, el sistema des Duvdevan y Shimsbon, creadas por Barak para
determina el origen y la munición más adecuada, del hacer frente a la Intifada; todos sus miembros hablan
mismo modo que los sistemas Adler, alemán, Bates, árabe y operan en el seno de la población palestina.
inglés, o Atlas, francés. RAZOUX añade una cuidada bibliografía para quienes
deseen profundizar en el tema.
Las Fuerzas de operaciones
especiaLes israeLíes portugaL y marruecos
(“Evolution du concept et des missions”, Pierre (“Historia das relaçoes luso-magrebinas”, TCOL
RAZOUX, RMS, 9/2003.) Brandao FERREIRA, Jornal do Exército, Ago/2003.)
La tragedia que se vive en Tierra Santa pone de El teniente coronel portugués Brandao FERREIRA,
nuevo sobre el tapete la licitud ética y jurídica de algu- viejo conocido de nuestros lectores, repasa en la re-
nas acciones de las Fuerzas de Operaciones Especia- vista del Ejército de su país la historia de las relacio-
les de Israel. La opinión pública israelí, y los propios nes luso-marroquíes. Es un artículo muy largo, de
miembros del Ejército, se cuestionan temas del pasa- conciso estilo castrense, que no se limita a la Historia,
do, tales como la ejecución sumaria de prisioneros de sino que trata también de Geopolítica y de Política in-
guerra o las tragedias de Sabra y Chatilla, así como ternacional, formulando incluso propuestas de directri-
los actuales asesinatos llamados selectivos y el ate- ces al Gobierno.
rrador balance de niños asesinados en dos años. La parte histórica del artículo de FERREIRA, que
Tanto Ariel Sharon como Ehud Barak fueron jefes de ocupa aproximadamente su primera mitad, es una sín-
pelotones de “eliminación física”’, y RAZOUX señala tesis de la historia de la Península, que el autor co-
que las Fuerzas de OE,s israelíes tienen una dimen- mienza con griegos, fenicios y cartagineses. Alguien
sión política que no se puede ignorar.
RAZOUX enumera ocho unidades de Operaciones
Especiales israelíes: Saret Golani, la unidad de reco-
nocimiento de la Brigada del Golán, los que se apode-
raron del Monte Hermón en la Guerra de los Seis Dí-
as, y que cuando lo perdieron en el 73, volvieron a
recuperarlo. Alcanzaron la fama al desalojar heroica-
mente, el adverbio no sobra, a los palestinos del Cas-
tillo de Beaufort en junio de 1982.
Sayeret Givati es la unidad de reconocimiento de la
5ª Brigada de Infantería (que es única, aunque se lla-
me 5ª), especializada en operaciones anfibias y que
forma junto a los golaníes el esqueleto de las Opera-
ciones Especiales en el sur del Líbano.
La Sayeret Tzanhanim, que agrupa los mejores pa-
racaidistas israelíes –que como ustedes no ignoran,
no saltan desde avión sino de la torre (todo paracai-
dista sabe que la torre impresiona más que el avión) y
con cinco saltos de torre les dan el título-, conquistó la
parte árabe de Jerusalén durante los Seis Días; está
especializada en combate urbano y se la emplea en la
Intifada.
El Kommando Yami, está constituido por los bucea-
dores de combate, del estilo de los SBS británicos. Se
trata de una unidad mucho más selecta que las ante-
riores, cuya instrucción es más prolongada. El Kidon
es la parte del Mossad especializada en acciones
clandestinas, y el Sayeret Mat’kal es el verdadero ser-
vicio secreto encargado de operaciones clandestinas,

108
 CULTURA

podría señalar pequeños reparos: Para FERREIRA, la destaco: “Jugar diplomáticamente en el ámbito regio-
Reconquista ‘”ganó nuevo impulso por los ejércitos de nal de manera que se eviten las hegemonías, espe-
cruzados camino de Tierra Santa”; los “reyes portu- cialmente la de España”, “mantener viva la alianza in-
gueses ayudaron a otros reyes peninsulares como son glesa”, activar diversas formas de cooperación con
ejemplo las batalla del Salado y de las Navas de Tolo- Marruecos, e “intensificar las acciones de soberanía
sa”; y Don Sebastián procuró obtener ayuda de Felipe sobre las Islas Desiertas y Salvajes”.
II, que en el momento culminante se “desobligó”. Leo un comentario a la cumbre hispano-lusa de
A ello podría objetarse que es realmente sorpren- noviembre (ABC, 09.NOV.03, Eduardo SAN MARTÍN,
dente enterarse de que la Reconquista tomó impulso “No más de espaldas”) que podría explicar este traba-
con cruzados que venían de Tierra Santa, y que las jo de FERREIRA: “…una realidad psicológica difícil
dos o tres veces que hubo cruzados por estos pagos, de entender para quien no conozca Portugal: el pue-
lo mismo en Barbastro que en las Navas, cubrieron de blo portugués es tan celoso de su nacionalidad forja-
infamia el nombre de cruzado. Por otra parte, en la ba- da en gran medida en el no-ser España que el ser
talla de Las Navas, al contrario que en el Salado en una misma cosa con nosotros, les sumiría en una in-
que tanto se distinguió el rey portugués, no estuvo el digencia identitaria insoportable después de ocho si-
rey de Portugal. Y finalmente, en cuanto a D. Sebas- glos de historia independiente, una de las más dilata-
tián, su tío Felipe II, después de tratar de disuadirle, das de Europa…”
sin éxito, de su gloriosa locura en la entrevista de di-
ciembre de 1576 en Guadalupe, le envió 2.000 solda-
dos veteranos españoles al mando de Alonso de Agui-
lar y Francisco de Aldana, que también murieron en la
batalla. Eso no es desobligarse.
La descripción geopolítica, que FERREIRA encabe-
za con la castiza frase de Don Juan III: “Contener a
Castilla en tierra y batirla en el mar”, revela su preocu-
pación estratégica. También en esta sección alguien
podría objetar el párrafo donde FERREIRA dice: “Nun-
ca hubo en el Mediterráneo homogeneidad de cultu-
ras, nunca se manifestaron objetivos políticos comu-
nes, nunca hubo nada que uniese los pueblos de esta
región”. El autor debe referirse aquí, sin duda, a la his-
toria posterior a la invasión musulmana, porque en la
anterior, del siglo II a.C. al IV d.C., durante unos seis-
cientos años en números redondos, los países del Me-
diterráneo formaron parte de aquella unidad política,
de lengua y de cultura que solemos llamar Imperio Ro-
mano.
De su estudio geopolítico el autor concluye que el
Mediterráneo occidental es de gran interés estratégico
para Portugal, entre otras cosas por su proximidad y
complementariedad y por el Estrecho, que es uno de
los Choke Points del planeta.
En la tercera parte, “Situación actual, amenazas y
riesgos”, FERREIRA “no considera la existencia de
una amenaza directa militar [del Magreb] a ningún pa-
ís europeo”, tal vez sin tener presente los aconteci-
mientos de la isla de Perejil. Estima acertadamente
que “los países europeos piensan más en términos de internáutica
seguridad y defensa en relación con el Magreb”, pero − Ejército israelí en www.idf.il.
opina más discutiblemente que “los países del Sur − Departamento de Defensa de Estados Unidos en
piensan más en términos de codesarrollo y pretenden www.defenselink.mil, así como la misma dirección
un estatuto de igualdad y no de paternalismo”. más: /pubs/pentagon.
En el último epígrafe de este largo artículo, “Pers- − Pensamiento estratégico norteamericano:
pectiva futura”, FERREIRA recuenta las que a su jui- www.ndu.edu; así como la misma dirección más:
cio son las actuales vulnerabilidades portuguesas, pa- /insshp.html; www.africacenter.org.
ra hacer a continuación una serie de propuestas de lo − Desembarco en Normandía: www.normandie44la-
que el Estado portugués debería hacer, entre las que memoire.com; www.6juin1944.com.

REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 109

− Inglés: buscar en esl.about.com>Library>Courses.
Para darle al “listening”: VESL Cyber Listening Lab
en www.esl.lab.com. Para exámenes, buscar TO-
EFL.
otros artícuLos de interÉs
doctrina
− Los principios de la guerra, hoy, “I Prinzipi dell’arte
militare”, Col. Ferruccio BOTTI, Rivista Militare,
Jul/2003.
− El arte de decidir, “L’arte di saper decidere”, Antonio
MARCHETTI, Rivista Militare, Jul/2003.
− Factores inmateriales en la guerra, “Vers une nouve-
lle appretiation des possibilités d’action”, Maj.Ludo-
vic MONNERAT, RMS, 9/2003.
estrategia
− El documento de Solana, “Das Strategiepapier Sola-
nas- eine neue Dimension auch für Österreich”,
Wolfgang WOSOLSOBE, Truppendienst 5/2003.
− Armas de destrucción masiva en Iraq, “Schurkensta-
at Irak?”, Erwin RICHTER, Truppendienst 5/2003.
guerra contra carro
− La tremenda eficacia del lanzagranadas contracarro,
“Le ‘RPG-7’, l’arme pour les guerres asymetriques”,
Cap. Pierre STREIT, RMS, 9/2003.
− El concepto C4ISR ya está periclitado, “The death of
C4ISR”, Heith J. MASBACk, ISR Jul/2003.
− Empleo táctico de drones, “Integrating Tactical UAVs
into Armor and Cavalry Operations”, TCOL Jeffrey
WITSkEN, Armor, Mar/2003.
personal
− Las capacidades físicas de los soldados femeninos,
“Die körperliche Leistunsfähigkeit weiblicher Solda-
ten”, Truppendienst 5/2003.
− Soldados mercenarios, “Condottieri des temps mo-
dernes”, Virginia SANDROCk, Armées d’Aujourd’-
hui, Nº 283.
tecnología
− Ensayos nucleares franceses de fusión en laborato-
rio informático, “Champignon virtuel”l, Laurent BAS-
TIDE, Armées d’Aujourd’hui, Nº 283.
− La tecnología antiterrorista, “La technologia dell’e-
sercito che protegge dal terrorismo”, Donato D’AM-
BROSIO, Rivista Militare, Jul/2003.
transmisiones
− ¿Transmisiones o apoyo al mando?, “Fernmelderei
versus Führungunterstützung”, TCOL Christian
WALLY.
J. s. t.

Historia
− Uno de los últimos combates de la II Guerra Mun-
dial, “Semmering, April 1945”, Prof. Friedrich
BRETTNER, Truppendienst 5/2003.
− Combatientes españoles en el Ejército francés de
1940, “Les regiments ficelles”, Bernard EDDINGER,
Terre Magazine, Sep/2003.
− Jomini y Loustanneau, “A propos d’Antoine-Henri Jo-
mini, Quel est le patron des ‘officiers de la main gau-
che”’, Jean-Jacques LANGENDORF, RMS, 9/2003.
− Las unidades acorazadas francesas en 1940, “Les
unités blindées et mechanisées françaises en 1940”,
Lt-col Jean-Jacques RAPIN, RMS, 9/2003.

inteligencia
− Una enciclopedia de servicios secretos, “La collec-
tion ‘Renseignement & guerre sècrete”, Col Hervé
de WECk, RMS, 9/2003.
− Radares de fase, “Active arrays”, Glenn W. GOOD-
MANN, ISR Jul/2003.
− Adquisición de objetivos y guía de misiles, “Precision
weapons on target”, Robert S. Zitz, ISR Jul/2003.
− Satélites a la busca de objetivos, “Circling for a kill”,
Roman SCHWEIZER, ISR Jul/2003.
− El enlace entre los componentes de la vigilancia,
“Connecting the Unmanned Parts”, Barbara OPALL-
ROME, ISR Jul/2003.
− Un pequeño UAV para batallón, “Flying binoculars”,
Glenn W. GOODMANN, ISR Jul/2003.

110

INFORMACIÓN
Bibliográfica
BIBLIOTECA MILITAR
Vicente García de la Huerta.
Estudio Preliminar Juan Antonio de Miguel.
Edición Facsimil S. XVIII. Madrid. 2001.
Cuando llegó a nuestras manos
este texto del S. XVIII sobre el arte mi-
litar -rescatado para lograr su publica-
ción por el trabajo de investigación del
teniente don Juan Antonio de Miguel
Díaz- nos sorprendió su originalidad y
su aportación científica. En el estudio
preliminar se deja patente, y nos senti-
mos satisfechos al comentarlo, que se
trata de una de las primeras obras
“que se conocen” sobre unas discipli-
nas que deben preocupar al militar y
que, al mismo tiempo, ha de saber con detalle.
El marco histórico en que se desarrolla el trabajo corres-
ponde al reinado de Carlos III. Su contenido, explicado en
seis apartados, abarca desde la formación del militar, el as-
pecto técnico, el concepto de la maniobra, el armamento, los
conocimientos científicos para situarse en el terreno y calcu-
lar las distancias, y finaliza con un apartado referido a la tácti-
¿POR QUÉ IRAK?
Xavier Batalla.
Mondadori, S A . Barcelona. 2003.
El autor del libro referenciado tiene una doble experiencia
en relación con el tema que desarrolla. Por una parte, ha ejer-
cido la enseñanza de las relaciones internacionales durante
más de diez años en la Facultad de Periodismo de una Uni-
versidad barcelonesa. Por otra, ha visitado en diversas ocasio-
nes, como corresponsal de prensa, los países de Oriente Pró-
ximo más relacionados con Irak.
Por todo ello, la estructura del libro presenta una forma
marcadamente didáctica y un estilo claramente periodístico,
para alcanzar el objetivo muy concreto de realizar una exposi-
ción que, siendo de carácter divulgativo, no pierda en ningún
momento el rigor del análisis histórico exigible en un texto del
tipo que nos ocupa. La propia forma de interrogación con la
que se presenta el título del libro, señala claramente cuál va a
ser la técnica expositiva del mismo.
Básicamente, el conjunto del texto abarca especialmente
dos asuntos como protagonistas del relato: el porqué de Sad-
dam Hussein con su prolongada supervivencia en Irak, y el
porqué de la obsesión norteamericana por derrocarlo que nos
introduce, después de la determinante fecha del 11 de sep-
tiembre de 2001, en el interminable debate sobre la política
exterior de los Estados Unidos, siempre entre la retórica idea-
lista y la política del poder.
La respuesta al primero de los dos porqués la centra el
CULTURA
ca y a la estrategia. En definitiva, un amplio abanico de mate-
rias cuyo conocimiento es necesario para el manejo y empleo
de los ejércitos en el campo de batalla y que en muchos ca-
sos supera los criterios que hoy en día se barajan y que con-
viene no olvidar; todo ello explicado con un lenguaje muy
descriptivo, propio de aquella época.
Mención especial merece el autor que ha rescatado para
hoy, y al que agradecemos su trabajo, esta joya de la literatu-
ra militar del siglo XVIII. El estudio preliminar perfectamente
enfocado nos permite situarnos en la época y comprende a
García de la Huerta y a su ámbito de trabajo en el marco del
Ducado de Alba. Para finalizar esta presentación añadimos
un párrafo que Miguel Díaz nos recomienda y que expresa lo
que es este libro:
“Porque un soldado, que verdaderamente merezca este
nombre, debe estar adornado de muchas y puntuales calida-
des.. Y, si aun en un soldado raso es necesario el estudio y
aplicación, para alcanzar algún conocimiento de una Arte tan
dificultoso y necesario, ¿cuánto más lo será en un oficial, al
que se fían muchas veces empresas arduas, vidas de mu-
chos hombres, el buen éxito de una campaña, y acaso de
una guerra”.
P. R. V.
autor en el hecho de que en el Orien-
te Medio árabe hay cuatro elementos
que son esenciales para definir la
suerte de los países que lo integran:
el agua, el petróleo, la demografía y
el panarabismo. Los cuatro elemen-
tos no se encuentran juntos, fácilmen-
te, sin embargo, los cuatro (y en pro-
porciones muy notables) concurren
en Irak y permitieron a Saddam Hus-
sein tener agua, nadar en petróleo,
contar con un territorio ampliamente
poblado y llenar el vacío dejado por
Nasser en los sueños panarabistas.
En cuanto al segundo porqué, no parece aventurado afir-
mar que la guerra contra el régimen de Saddam Hussein es
contemplada en Washington como un conflicto emblemático.
Por una parte, debe contribuir especialmente en la guerra
contra el terrorismo internacional emprendida por el presiden-
te Bush y, por otra, materializar en la práctica aquella frase
atribuida a la Consejera de Seguridad norteamericana, Con-
doleeza Rice, según la cual el caso de Irak es “un conflicto bi-
lateral que provee una oportunidad geopolítica”, en la que sin
mencionarlo expresamente se recuerda con facilidad un pro-
yecto wilsoniano para remodelar todo el Oriente Próximo.
J. U. P.
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 111
TERRORISMO GLOBAL
Fernando Reinares.
Los Libros de la Catarata. Madrid. 2003.
La mayoría de los grupos terroris-
tas activos durante la segunda mitad
del siglo XX empleó el terror como
TÁCTICA. Su objetivo era matar a
un alto número de personas para
atraer la atención de los medios de
comunicación sobre su “causa”, pe-
ro no producir tantas víctimas como
para provocar el rechazo absoluto
de la opinión pública.
Pero una nueva clase de terroris-
mo internacional afloró en las dos
últimas décadas del siglo XX, acti-
vada por grupos animados por un odio profundo a Occi-
dente, en general, y a los Estados Unidos, en particular,
la venganza y el extremismo religioso. Para estos gru-
pos, el terrorismo es una ESTRATEGIA.
Los asesinos del 11 de septiembre de 2001 pertene-
cían a esta segunda clase. No procedían de un ambien-
te social empobrecido que provocaba su desespera-
ción, sino que eran miembros bien educados de la clase
media alta islámica. Su suicidio no era el fin trágico de
una vida sin horizontes, sino que para ellos representa-
ba un acto de esperanza fundado, entre otros motivos
de carácter político, en una interpretación distorsionada
del islam.
GUERRAS POR LOS RECURSOS
Michael T. Klare
Ediciones Urano. Barcelona. 2003.
El autor, experto en seguridad internacional e influ-
yente analista en temas de defensa, presenta en este
texto de una forma que quiere ser muy objetiva, y que
no deja de ser descarnada en algunas ocasiones, la na-
turaleza cambiante de las conflagraciones bélicas en la
época actual.
Para el análisis pormenorizado del tema en sus diver-
sas facetas, parte del principio según el cual, la disputa
de los recursos deviene un rasgo cada vez más destaca-
do del panorama mundial, porque son valiosos y porque
confieren poder y riqueza. Sin olvidar, en ningún mo-
mento, que tal disputa por los recursos se presenta en-
tremezclada, muchas veces, con antagonismos étnicos,
religiosos y tribales.
Como telón de fondo del análisis sobre el impacto
que los diversos recursos producen en la tensión cada
vez más aguda y acelerada de la competitividad inter-
nacional, el texto presenta como fenómeno totalmente
significativo la extensión del poder militar estadouniden-
se hacia la región del mar Caspio ya que, en sí misma,
establece un proceso geopolítico rico en consecuen-
cias.
¿Por qué han pasado a ser tan importantes los recur-
sos? En el mundo contemporáneo, tras la desaparición
del comunismo soviético, los conflictos simplemente ide-
112
El profesor Fernando Reinares que posee una amplia
dedicación como destacado experto académico interna-
cional en la materia (y del que ya en la Información Bi-
bliográfica del mes de septiembre de 1999, reseñamos
su entonces reciente libro titulado Terrorismo y Antiterro-
rismo) ha analizado en profundidad el actual terrorismo
de carácter global.
Aunque nuestro juicio sobre la historia pasada y el
tiempo presente puedan ser de distinto signo, señala el
autor que con respecto al terrorismo global convendría
no llamarse a engaño: Es una inmediata e inquietante re-
alidad que, por sus antecedentes y evolución reciente, en
modo alguno debe presumirse efímera.
El libro que nos ocupa, estudia ampliamente las di-
versas causas que han podido facilitar el desarrollo del
terrorismo global y entiende que, en buena medida, esta
extensión geográfica del terrorismo internacional obede-
ce a la difusión e intensificación de factores en su día
circunscritos a las sociedades más desarrolladas y que
facilitan la movilidad de personas entre países lejanos
unos de otros, así como a los más recientes avances
tecnológicos aplicados a la comunicación y al flujo de
capitales.
Obedece, en suma, al proceso de interconexión e in-
terdependencia que denominamos globalización y que
amplía extraordinariamente el número de sociedades ac-
tualmente vulnerables al terrorismo internacional.
J. U. P.
ológicos han perdido importan-
cia, lo que ha contribuido a situar
en un lugar central las cuestio-
nes tocantes a los recursos, es-
pecialmente en aquellos Estados
que dependen de la importación
de materias primas para mante-
ner su eficacia industrial.
En este orden de ideas, los
diversos capítulos del libro en
cuestión relacionan, en primer lu-
gar, la incidencia que necesaria-
mente debe establecerse entre
el petróleo, la geografía y la guerra, con la correspon-
diente competitividad que produce el simple abasteci-
miento petrolero. Estudia, por separado, los casos que
se presentan en relación con esta cuestión en el golfo
Pérsico, en el ámbito del mar Caspio y en el área del
mar de la China meridional.
Seguidamente se analiza el recurso que sigue en im-
portancia al petróleo: el agua. Se detallan los conflictos
por el agua en la cuenca del Nilo y en las del Jordán, el
Tigris-Éufrates y el Indo.
Sin olvidar, como es lógico, las disputas que se pro-
ducen por la posesión de los minerales de interés estra-
tégico e incluso por la madera de construcción.
J. U. P.
 INHALT
DOKUMENT:
DIE NEUE DOKTRIN D-01-001 .................................. 15
Die Doktrin-Unterabteilung von MADOC hat eine aus-
führliche Arbeit über die Renovierung und Aktualisierung
der Doktrin für den Einsatz der Landstreitkräfte erarbeitet.
Ziel der Arbeit war, alte Einsatzgrundsätze zu behaupten
und die Einsatzgrundsätze, die durch eine ungenaue Be-
griffsbestimmung undeutlich waren und in Verwirrung
bringen könnten, neu zu definieren. Die durchgeführte Ar-
beit hat die Doktrinen der Alliierten in Rechnung getra-
gen, vor allem die Bestimmungen der Einsatzverfahren.
Schließlich empfehlen wir den Lesern die Arbeiten
dieses Dokumentes, weil sie die Aktualisierung der
neuen Doktrin-Tendenzen erlauben.
ZwEI JAHRE IM KRIEG GEGEN DEN
TERRORISMUS. IRAK UND AFGHANISTAN .......... 57
José Luis Calvo Albero. Major. Infantería, i.G.
Das zweite Jahr des Krieges gegen den Terrorismus
endet mit einer ungewissen Unruhe, die durch die sch-
lechte Lage der bis heute offenen Fronten im Irak und
Afghanistan verursacht wird. Im beiden Fällen ist eine
problematische Nachkriegszeit nach der militärischen
Sieg gekommen, wo der Gegner asymmetrische Strate-
SOMMAIRE
Estas traducciones han sido realizadas por el Gabinete de Traductores e Intérpretes de la SEGENEME
DOCUMENT:
LA NOUVELLE DOCTRINE D-01-001 ...................... 15
Un travail approfondi visant l’actualisation et le renou-
vellement de la Doctrine d’Emploie de la Force Terrestre
a été développé par la sous-direction de la doctrine du
MADOC (Commandement de la Doctrine). Son but est
de renforcer certains de ses principes fondamentales,
ainsi que ré-définir tous les concepts pouvant, parfois,
mener à confusion, normalement à cause d’une manque
de précision dans ses définitions.
Le travail réalisé a tenu compte des doctrines de nos
alliés, spécialement tout ce qui est déterminé par les
procédures de mise en oeuvre.
Nous vous conseillons, pour finir, une lecture attenti-
ve de ce document, car cela va nous mettre à jour à pro-
pos des nouvelles tendances de la doctrine, saisies
dans ce travail.
DEUXIÈME ANNÉE DE LA
GUERRE CONTRE LE TERRORISME:
L’IRAK ET L’AFGHANISTAN .................................... 57
José Luis Calvo Albero. Commandant. Infanterie. BEM.
La deuxième année de la guerre contre le terrorisme
termine avec une certaine inquiétude face à la mauvaise
situation dans les théâtres actuellement ouverts: L’Irak
et l’Afghanistan. Dans les deux cas, une victoire indiscu-
gien benutzt. Die Mehrheit der Probleme bei der jetzigen
Lage beruhen auf strategische Irrtümer der Vereinten
Staaten: Nachlässigkeit beim Wiederaufbau von Afgha-
nistan und Mangel an Vorsicht im Irak. Auf jeden Fall ist
der Konflikt sehr wichtig für die westliche Welt und der
Zustimmungsabbruch mit der nordamerikanischen
Macht könnte fruchtbare Wirkungen haben.
BAGDAD. ¿DIE NEUE STALINGRAD? .................... 62
Pedro Sánchez Herráez. Major. Infanterie, i.G.
Während der Vorphase des jüngsten Krieges im Irak
(2003) wurde durch Saddam die Stadt Stalingrad als
Beispiel vorgestellt, mit der Absicht Stalingrad und Bag-
dag vor der öffentlichen Meinung und vor den Armeen
der Koalition zu vergleichen. Stalingrad bedeutete eine
große Niederlage für die Armeen des Nationalsozialis-
mus und gleichfalls könnte Bagdad eine große Niederla-
ge für die Kräfte der Koalition bedeuten. In der Artikel
wird kurz den Unterschied zwischen beide Beispiele
analysiert, und es wird zu dem Abschluss gekommen,
dass die Absicht von Saddam deutlich propagandistisch
war und nur diese Werbungsphase erreichte, da es kei-
ne Ähnlichkeit zwischen beiden Fällen oder beiden Städ-
ten besteht.
table a été suivie d’une problématique situation d’après-
guerre, avec un adversaire qui recourt aux stratégies
asymétriques.
La plupart des causes de la situation actuelle résident
dans des erreurs stratégiques américains: la négligence
dans la reconstruction dans le cas de l’Afghanistan, et la
manque de prévision dans celui de l’Irak.
Mais, malgré tout, le monde occidental risque beau-
coup dans ce conflit, et la rupture du consensus avec la
super puissance pourrait avoir des effets désastreux.
BAGDAD, UNE NOUVELLE STALINGRAD? .......... 62
Pedro Sánchez Herráez. Commandant. Infanterie. BEM.
Durant la phase préalable à la récente guerre en Irak
(2003), la ville de Stalingrad a été prise comme référen-
ce par Saddam, qui a voulu la comparer à Bagdad de-
vant l’opinion publique mondiale et devant les Armées
de la Coalition; Stalingrad représenta une grande défaite
pour l’Armée nazi, et Bagdad représenterait, pareille-
ment, une grande défaite pour les Forces de la Coalition.
Les différences entre les deux situations sont analysées
de façon sommaire dans l’article, arrivant à la conclusion
que, bien que l’intention de Saddam était, logiquement,
de propagande, en réalité cette phase n’a pas été dé-
passée, puisque aucune ressemblance entre les deux
villes ou situations a jamais existé réellement.
REVISTA EJÉRCITO • 2004 • N. 754 ENERO/FEBRERO 113
 SOMMARIO
DOCUMENTO:
LA NUOVA DOTTRINA D-01-001 ............................ 15
La vice direzione di Dottrina del MADOC ha svolto un
profondo lavoro per il rinnovamento e l’attualizzazione
della Dottrina di uso della Forza Terrestre. Il suo obietti-
vo è stato quello di affermare alcuni dei principi che l’is-
pirano, così come concepire tutti i concetti che potrebbe-
ro portare a confusione, generalmente per una mancan-
za di precisione nelle definizioni. Il lavoro svolto ha con-
siderato le dottrine dei nostri alleati e specialmente tutto
quello che determina le procedure d’azione.
Finalmente raccomandiamo ai nostri lettori una lettu-
ra degli articoli che compongono questo Documento,
che ci permette di aggiornarci a proposito delle nuove
tendenze dottrinali che quest’opera tratta.
SECONDO ANNO DELLA GUERRA
CONTRO IL TERRORISMO:
IRAK ED AFGANISTAN ............................................ 57
José Luis Calvo Albero. Maggiore. Fanteria. DSM.
Il secondo anno della Guerra contro il Terrorismo fi-
nisce con un certo disagio per la pessima situazione nei
fronti aperti finora: Irak ed Afganistan. In entrambi, la vit-
toria militare senza discussione è stata seguita da una
SUMMARY
DOCUMENT:
A NEw D-01-001 DOCTRINE .................................. 15
The MADOC Doctrine Deputy Director Office has do-
ne an insightful work focused on the modernization and
updating of the Land Forces Use Doctrine. Its goal has
been to strengthen some of the principles which inspire it
and to conceive all those concepts which could lead, up
to a certain point, to a confusion, usually due to the lack
of precise definitions. This work has taken into account
our Allies’ doctrines and especially everything which de-
termines the acting procedures.
Finally, we recommend our readers to go over this
Document articles that would permit us to keep up to
date with the new doctrinal tendencies reflected in this
work.
THE 2ND YEAR OF
THE COUNTER-TERRORIST wAR:
IRAQ AND AFGHANISTAN ...................................... 57
José Luis Calvo Albero.
Major. Infantry, Staff Graduate.
The 2nd year of the counter-terrorist war ends with a
certain worry caused by a bad situation on the existing
fronts -Iraq and Afghanistan. In both cases, an indispu-
114
situazione problematica di dopoguerra, con un avversa-
rio che adopera strategie asimmetriche. La maggior par-
te delle cause della situazione attuale partono da errori
strategici nordamericani: pigrizia nella ricostruzione nel
caso dell’Afganistan e mancanza di previsione in quello
dell’Irak. Ma, malgrado questo, il mondo occidentale ris-
chia molto in questo conflitto e lo scioglimento del con-
senso con la superpotenza potrebbe avere conseguenze
disastrose.
BAGDAD, LA NUOVA STALINGRADO? ................ 62
Pedro Sánchez Herráez. Maggiore. Fanteria. DSM.
Durante la fase anteriore alla recente guerra nell’Irak
(2003) Saddam prese Stalingrado come riferimento, e di
fronte all’opinione pubblica mondiale e gli Eserciti della
Coalizione cercò di paragonarlo con Bagdad; Stalingra-
do fu una grande sconfitta per gli Eserciti Nazisti, e nello
stesso modo, Bagdad sarebbe una grande sconfitta per
le Forze della Coalizione. Nell’articolo vengono analizza-
te, senza approfondire, le differenze tra le due situazioni,
concludendo che, anche se l’intenzione di Saddam era
ovviamente propagandistica, in realtà non andò oltre
quel grado, dato che non ci fu nessuna somiglianza tra
le due città o situazioni.
table military victory has been followed by a postwar
problematic situation, with an adversary who resorts to
asymmetrical strategies. Most causes of this situation
stem from US strategic mistakes- neglecting the recons-
truction in the case of Afghanistan and the lack of fore-
sight in Iraq. However, in spite of it, the Western World
risks too much in this conflict and a rupture of consen-
sus with the superpower could have disastrous conse-
quences.
IS BAGHDAD A NEw STALINGRAD? .................... 62
Pedro Sánchez Herráez.
Major. Infantry, Staff Graduate.
During the phase prior to the recent Iraq war (2003),
Saddam Hussein took Stalingrad as a reference eager
to compare it with Baghdad before the world public opi-
nion and Coalition Armies - Stalingrad had signified a
great defeat for the Nazi Army and Baghdad would be-
come a great defeat for the Coalition Forces. The arti-
cle is briefly analyzing the differences between both si-
tuations, reaching a conclusion that, though Saddam’s
intention clearly sought propaganda goals, in fact, the-
re is no similarity either between these two cities or si-
tuations.