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El infierno del Islam es un lugar repleto de fuego, humo, y aguas sucias que hierven.
Allí yacen demonios, humanos, dioses falsos y genios. Todos los humanos condenados
son gigantes, pues así aumenta su dolor. De él solo saldrán algún día los pecadores
monoteístas; aunque, en opinión de unos cuantos, Alá se apiadará de todos al final de
los tiempos.
Tamaño: Las fuentes muestran que, de tener un tamaño determinado o un tamaño que
varía dentro de cierto rango, el Yahannam es inmensamente profundo y extenso. En los
hadices (dichos y hechos de Mahoma, relatados por sus compañeros y compilados por
sabios; entre los musulmanes chiitas, también se aplica a los dichos y hechos de ciertos
imanes) se dice que, una piedra lanzada al infierno, habrá caído por setenta años antes
de tocar el fondo, que en el Día del Juicio el infierno será arrastrado por 70000 ángeles
tirando de 70000 cadenas, y que en él, durante el Día de la Resurrección, serán
arrojados el sol y la luna, cosa esta última que, de ser verdad, automáticamente
invalidaría las hipótesis del infierno como ubicado en la Tierra, a menos de que éste
pueda variar su tamaño, ya que el sol, que habrá de caber en él, tiene 109 veces el
diámetro de nuestro planeta.
Ángeles, y dispusimos ese número para extraviar y castigar aún más a los incrédulos››
(74:31); ‹‹Quienes están en el tormento dirán a los Ángeles Guardianes del Infierno:
“Rogad a vuestro Señor para que nos alivie el castigo un día”›› (40:49). Por último,
Malik es el líder de los Ángeles Guardianes del Infierno.
Volviendo al asunto de los pecados y sus condenas, Sheîj Ibn Taîmîah, considerado uno
de los Sabios del Islam, dio una opinión bastante sobrecogedora sobre el inmenso
caudal de pecados que son propios de los habitantes del infierno, estando dentro de esos
los que Mahoma mismo catalogó como “los siete pecados destructivos”; veamos: ‹‹Las
obras de las personas del Infierno son: Asociar algo en el culto a Alá, descreer de Sus
Mensajeros, la incredulidad, la ingratitud, el escepticismo, la envidia, la alevosía, la
opresión, la promiscuidad, la traición, cortar los lazos de parentesco, la cobardía en el
momento de comenzar la batalla, la avaricia, la hipocresía, la desesperanza en la
misericordia de Alá, el sentirse a salvo del plan de Alá, la desesperación ciega ante una
dificultad, el orgullo y la extravagancia en momentos de abundancia, abandonar los
deberes y obligaciones hacia Alá, transgredir Sus límites, violar Sus prohibiciones,
temer a un ser creado en lugar de temer al Creador, presumir, contradecir el Corán y
la Sunnah, ya sea en la creencia o en los hechos, obedecer a un ser creado en algún
acto de desobediencia al Creador, apoyar ciegamente la falsedad, la burla de las
Señales de Alá, rechazar la verdad, ocultar el conocimiento o el testimonio que debe
revelarse, la brujería y la magia, desobedecer a los padres, matar a cualquier alma
prohibida por Alá salvo aplicando la justicia, consumir la riqueza del huérfano, la
usura, la deserción del campo de batalla y calumniar la reputación de una mujer
inocente, casta››. La cita anterior no se relaciona directamente con los niveles y puertas,
pero es indirectamente útil para comprender los rasgos de la población infernal como un
todo. Lo que sí cabe precisar, es que realmente el Corán afirma que los hipócritas (se
refiere principalmente a quienes aparentan creer en el Islam, o fingen seguir sus
enseñanzas cuando no es así) estarán en lo más profundo del Infierno, y que la
arrogancia, tantas veces referida como una de las características que causan la
condenación de las almas, no debe entenderse como una mera actitud presuntuosa, sino
como algo más profundo y destructivo, al menos según lo refleja sabiamente un hadiz.
En el caso primero, mírese el versículo 4:145, donde dice que ‹‹los hipócritas estarán
en el lugar más profundo del Fuego››; en el caso segundo, el del hadiz, Abdullah ibn
Masud (quien siguió personalmente a Mahoma) escribió: ‹‹El Mensajero de Alá dijo:
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Los habitantes del infierno son gigantes: Según Zaid Ibn Al Arqam: ‹‹Un
hombre destinado al Infierno será tan grande que uno de sus molares alcanzará
el tamaño de la Montaña de Uhud.››
La mayoría de los habitantes del infierno son mujeres: Según Ibn Abbás, en su
obra Bujari y Muslim, Mahoma habría dicho: ‹‹“¡Oh mujeres! Dad caridad,
porque he visto que vosotras conformáis la mayoría de los habitantes del
Infierno” Entonces las mujeres que se encontraban allí preguntaron, “¿Por qué
es esto? Oh Mensajero de Alá” Y él les dijo: “Porque maldecís demasiado, y
sois ingratas cuando recibís buen trato”››
propusieron que la piedra era de azufre, tal y como dice Abdullah Ibn Mas ud: ‹‹Es una
piedra de azufre que Alá creó en el primer cielo el día que creó los cielos y la tierra, y
la preparó para los incrédulos››. En esa misma línea de interpretación literal, teólogos
actuales han sugerido que la opinión es discutible, sobre todo partiendo de que no se
basa en un hadiz o en segmento alguno del Corán donde la boca infalible (para los
musulmanes) del Profeta diga eso. Así, dicen que tendría más sentido proponer otras
rocas más inflamables, y que los primeros creyentes afirmaron que era el azufre porque
no conocían nada más adecuado. Explica al respecto Ibn Rayab: ‹‹La mayoría de los
Sabios en la interpretación del Corán sugieren que las piedras de azufre son el
combustible del Fuego del Infierno. Fue dicho que el azufre incluye cinco tipos de
tormento que no se encuentran en otras piedras: prende rápidamente, tiene olor
desagradable, produce mucho humo, se adhiere rápidamente, y alcanza gran
temperatura cuando está encendido.››. Lógicamente, interpretes actuales dicen que,
independientemente de cuáles sean las rocas más inflamables, Alá, en su omnipotencia e
infinita inteligencia, podría idear incontables modelos de rocas muy superiores a las que
existen en la Tierra, todo a fin de proporcionar el suplicio más magnífico a los infieles.
La otra gran fuente de combustible en el Infierno del Islam, son los falsos dioses de las
demás religiones. Esto es muy interesante porque implica la afirmación de la existencia
de los falsos dioses, al menos como entidades espirituales, aunque no como dioses (por
algo son falsos dioses). Podríamos entonces imaginar a Apolo, a Afrodita, a Ishtar, a
Osiris, a Thor y Odín, a Quetzalcoatl (seguramente este “dios” alado ha de estar
amarrado para que no vuele por encima de las llamas, o bien podría ser que las llamas
estén por doquier), todos ellos devorados por las llamas de la justicia divina…
Claramente, todo eso si se interpretan literalmente los versículos del Corán. Ahora bien,
tratando de racionalizar algo el asunto, autoridades religiosas del Islam han dicho que
esos falsos dioses eran en realidad demonios, lo cual deja abierta la posibilidad de
pensar que esos demonios asumieron las formas de los dioses de otras religiones para
así ser adorados. En cuanto al pasaje del Corán en que se basa todo esto, es el 21:98-99;
citamos: ‹‹Vosotros y cuanto adoráis en vez de Allah seréis combustible para el fuego
del Infierno donde ingresaréis. Si estos ídolos fueran divinidades como pretendéis, no
ingresarían en él, pero todos, junto a lo que adoráis, moraréis eternamente en él.››
Ahora, y volviendo a la interpretación de los falsos dioses como demonios que se hacían
pasar por deidades, ciertamente no es ésta una visión que domine, y como ya se dijo,
hay una interpretación literal, que lleva a un extremo cómico el “junto a lo que adoráis,
moraréis eternamente en él”; ¿de qué manera?, pues interpretando que es aquello la
causa de que el sol y la luna (adorados en muchas civilizaciones paganas) sean arrojados
al Infierno en el Día de la Resurrección, para así castigar a quienes les adoraban, cosa
que presumiblemente no se hace antes porque entonces los inocentes creyentes se
quedarían sin un sol que les alumbre y una luna que estabilice las mareas…
cabría citar este bello fragmento de un hadiz transmitido por Muslim: ‹‹El profeta dijo:
“Haz el Salat de la mañana, entonces deja de orar hasta que el sol haya salido
totalmente, porque sube entre los cuernos de Shaitan, y los incrédulos se postran al sol
en ese momento. Entonces ora, porque la oración es presenciada por los ángeles hasta
que la sombra de longitud de una lanza desaparezca, entonces no ores porque en ese
momento se enciende el Infierno. Pero cuando la sombra avance, puedes orar”.››.
Ahora bien, aclarado eso, tenemos que el criterio dominante es de que los incrédulos y
politeístas irán al infierno para siempre, sin embargo, existe algo de polémica en torno a
si estarán o no para siempre en el Infierno los pecadores monoteístas. Esto lo ratifica
una fuente tan seria como la Encyclopedia Mythica, cuando dice que: ‹‹El Corán no es
claro sobre si los castigos exigidos a los musulmanes durarán para siempre (…). En
contraste, generalmente se cree que un incrédulo será castigado eternamente››.
traducción) la web: ‹‹Desde el punto de vista del Islam, los que no han oído hablar del
verdadero mensaje del Islam y no son culpables en relación a ello, alcanzarán la
salvación si son sinceros con su propia religión. Esta religión debe basarse en la fitrah
primordial››. Hagamos ahora las siguientes aclaraciones: 1) En Al-Islam.org se explica
que las versiones del Islam que por lo general nos llegan a los occidentales, son
versiones contaminadas, distorsionadas, de modo que es natural que nuestra conciencia
tienda a rechazarlas, y en consecuencia puede considerarse que no hemos recibido el
“verdadero mensaje del Islam”, 2) La fitrah es la naturaleza divina por medio de la cual
Dios creó a la Humanidad, es la fuente natural de bondad y espiritualidad que está
presente en todos nosotros independientemente de nuestro credo, y que lógicamente se
expresa en nuestra conciencia, al menos en la medida en que está no se encuentra
condicionada por las mentiras del entorno, por nuestras propias mentiras, por nuestras
emociones destructivas y nuestros instintos, etcétera…
Por último, hay opiniones aún más abiertas, como aquella de que al final de los tiempos
Alá perdonará a todos, tal y como lo expone el Dr. Faheem Younus en un artículo de
The Huffington Post, del cual ponemos aquí lo más importante, ya traducido: ‹‹Una
penitenciaría diseñada para estar libre algún día. El Profeta Mahoma dijo: “En verdad
un día vendrá sobre el infierno en que no habrá ni un solo ser humano en él” (Kanzul
Ummal vol. VII, página 245). Otra tradición va incluso más lejos: “Llegará un tiempo
en que nadie se quedará en el infierno; los vientos soplarán y las ventanas y las puertas
del infierno repiquetearán a causa del soplo de los vientos” (Tafsir-ul-MAALAM-ul-
Tanzil, verso Hud:107). “Nadie” incluye no sólo musulmanes, sino cristianos, judíos,
hindúes o miembros de otras religiones, e inclusive aquellos que hacen de la vida un
infierno en la Tierra.››
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El infierno de Avicena, un caso aparte
Avicena creía que las descripciones del Corán sobre el infierno y sus habitantes, eran
parábolas, alegorías y metáforas construidas para el entendimiento del vulgo; pero eso
no las volvía falsas, sino que más bien eran algo simbólico que escondía un profundo
sentido y debían interpretarse de manera no literal. Partiendo de eso, Avicena rechazó la
idea de la resurrección física (no resucita el cuerpo), y negó al Infierno y al Cielo como
sitios objetivos y palpables, aunque sin embargo admitió que la interpretación
convencional era también válida, y que lo suyo era solo una propuesta más. Así, para él,
el Infierno era (igual que el Cielo) un estado espiritual-mental-experiencial, y los
condenados a él se dividían de la siguiente forma:
2) Las almas de quienes murieron sin haber albergado anhelos espirituales, almas de
gente que fue viciosa, mundana, materialista, para la cual nada significó Dios y el alma,
y en la que nunca hubo deseo de dar trascendencia a la existencia. Estas almas, al
momento de morir, seguirán albergando sus apetitos y deseos mundanos, pero sufrirán
gran angustia, ansiedad y frustración, ya que no tendrán un cuerpo físico para seguir
satisfaciendo esos deseos…