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Colecc ión

CUADERNOS DE LECTURA
Nº4

Enunciación
y crónica periodística

Andreína Adelstein
(Selección, adaptación y artículos)

Colaboraciones

Victoria Boschiroli
Andrea Rabih
Gabriela Resnik
Pablo Ruiz

nrs
Índice

Primera edición: mayo 1996

Preseutación ........•••.•.....•••.•..•.•••.••••••..••..••••••.•.•........................................... p. 9

J. La teoría de la euun ciaci6n .... ........................................................... ... p. 11


l. l. Habla y discu rso ............•.•••...•..•..•..•...•.............................•.............. p. 11
l. 2. Enunciación , enu nciado y oración .••...•.....•.•...•.............................. p. 12
l. 3. E l a parato formal de la e nunciació n •.................... ..........•.............. p. 13
l. 4. Lingüística d e l a enunciación .....•..•..•..............................•.•............ p. 16
l. S. El s ujeto en el discurso: emisor y enunciador ................ ....•.......... p. 17

2. Las marcas de la enunciación en el enunciado ......... .......................... p . 2 1


2. l. Deícticos ..........................................•.•..•............................................ p . 21
2. l. l. Personas •.......................................... .............................. ....... p. 25
© Andreína Adelstein 2. 2. Apelativos . .......................•...................•....... .... ................................. p. 2 9
© Victoria Boschiroli 2. 3. Subjetivemas y campos semánticos ................................................ p. 30
© A nd rea Rabih 2. 4. Análisis d e apel ativos y subjetivemas en prensa:
© Gabricla Resnik "La viol e ncia vol vió a d esmer ecer al fútbol" (La Nación , 519192) p. 36
2. S. Las modalidades .............................................................................. p. 39
© Pa blo Ruiz 2. 5. l . Modalidad de enunciación ......................................... ......... p. 40
© Editorial Ars 2. S. 2 . M odalid ad de e nunciado . .................................................... p. 41
Jufré 639 - Buenos Aires
E-MAIL: ars@biblos .co m 3. El tiempo en el discurso ........................................................................ p. 45
Que da he cho el depósito que dispo ne la le y 11 .723 3. l. L ocalizaciones temporales y espaciales .........................•............ ... p. 45
3 . 2. Discurso/r elato ................................................................................. p. 47
3. 3. Tiempos v erbales d e l mundo com e ntado y d e l mundo n a rra do . p. 49
Impreso e n Argentina 3. 4. Valores moda les del p resente .......................................................... p. 52
Pri11ted in Argentina 3 . S. Discurso Narrativo ....•...•...•......•........•................... .......................... p. 53
3. S. l. Disc urso Narrativo I Historia .................... .........•....... .... ..... p. 53
3 . S . 2. Tiempo d el relato I tiempo de la historia . ....•..................... p. 54
ISBN:

l 4 5
2. Las marcas de la enunciación en el enunciado

2. l. Deícticos

Va le la pena recorrer brevemente la historia del concepto d e


enunciació n para introducir por medio de ella los con ceptos que
serán necesarios para su análisis.
Tanto Jak.obson como Benveniste se plantean la reflexión so-
bre la enunciación a partir del fenómeno lingüístico de la d eixis,
observado anteriormente por diversos a utores.
Para Jak.obson (1957) los shifters, d eícticos o conmutadores,
son símbolos-índices (en la terminología peirceana) que se dife-
rencian de los demás elementos del código lingüís tico por la ca-
racterística de que reenvían obligatoriamente "al mensaje", e im-
plican una referencia al proceso de enunciación -que Jakobson
distingue d e su objeto o materia enunc iada. Así la p e rsona del
verbo caracteriza a los protagonistas del proceso de la enuncia-
c ión. !Yo/ señala la ide ntidad de un protagonista del enunciado
con el agente del proceso de la enunciación. El tiempo verbal
funciona con igual mecanismo: el pretérito, por ejemplo, nos in-
forma de que e ! proceso del enunciado es anterior a l de la enun-
ciación [ .. . ]

Nota
La idea de Ch. S. Peirce, de la que to ma Jakobson los ténninos,
se plantea así: Peirce si túa, por ejemplo, los demostrativos /esto/,
/aquello/ entre los índices como la veleta que indica la dirección d el
viento o la plomada que indica la dirección vertical (§ 2 .286, 2.287),
porque reen vían a s u objeto en virtud de una conexión dinámica - in-
cluso espacial- con él y con el sentido o la memoda de la persona
para la que s irve e l s igno.
Si A av isa de un incendio a B, y B pregunta dónde, A puede
indicar con e l dedo - su dedo está entonces dinámicamente ligado
al incendio-, o bien puede responder /a mil metros d e aq uí/, siendo
la palabra /aquí/, como el d e do, un índice(§ 2.305, 2 .30 6). /Aquí/
designa el lugar respecto a l que se sitúa e l incendio e n esa particular
relación, en esa particular situación espacio- temporal en que ha s ido

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e nunciado. En cuanto a lg una de estas d e terminaciones varíe, la pala-
bra /aquí/ dejará de designar ese objeto. s hifte rs d e J akobson): los adverbios /aquí/ y / ahora/ que se refie-
En cambio, "toda palabra ordinaria como /don/, /pájaro/, /boda/ ren a /yo/, pues " delimitan la s ituació n e_spac!al y tei:nporal
e s un ejemplo de símbolo. Es aplicable a todo lo que puede realizar coextensiva y contemporánea a la presente s1tuac1ón d e discurso
la idea ligada a esta palabra; n o identifica p o r s í mismo estas cosas. que contie ne /yo/". Y a la mis ma serie que este punto cero de las
N o no s muestra un pájaro ni realiza a nte nuestros ojos una donac ió n coordenadas e nunciativas, el yo-aquí-ahora (Bühler, 1979, 12 1),
o u n a boda, p e r o s u pone que somos cap aces de imagi n ar estas cosas p e rte necen los otros a dverbios d e ícticos, que sitúan un hech o u
y q ue les he m os asociado una palabra"(§ 2 .298) , por con vención o obj e to res pecto a ese punto origen, los demostra~ivo s como /éste/,
por hábi to(§ 2.292).
índice de oste n sión que identifica e l objeto designado e n la pre-
sente s ituación de discurso [ ... ].
[ ... ] La deixis puede ser definida como la localización y la Los d eícticos forman e l sistema de referencias inte rnas a cada
identi ficac ión d e las personas, objetos, procesos, acontecimie n- s ituación de discurso c uya clave es / yo/[ ... ] . Pero a cada uno d e
tos y activid ades d e que se habla por relación al contexto espacio- los d e ícticos podemos h acer corresponder ot~o té rmino q~e no se
tempora l creado y mante nido p o r e l acto d e e nunciación (Lyons, refiere ya a la situación d e discurso, s ino a objetos y rel ac1~ne~ d e
1980, 26 1). Pero s iguiendo a J akobson , adem ás d e los deíc ticos los que se h abla (no a l proceso o protagonistas d e la e nunc 1ac1ón,
(los pronombres p e rson ales /yo/, / tú/, d e mos trativos como /es- s ino d e l e nunciado, que diría J akobson). Podemos fom1ar dos
tos/, adverbios como /hoy/, /aquí/ . . . ), re mite n a la e nunciación e l paradigmas contrapu estos: /ahora/ vs. /entonces/; /hoy/ ~s. /el
tiempo y e l modo del verbo: e l tiempo verbal e n s u funciona- mismo día/; ayer/ vs. /la víspera/; /mañana/ vs. /el día s1g m e i:ite/;
miento deíctico, de localización temporal respecto al momento /aquí/ vs. /alü/; /yo/ vs. /él/, etc. (Benveniste, 1956). L os térmmos
de la enunciación[ ... ]
segundos de esta serie de oposiciones sitúan ~¡ proceso d e l ei:iun-
El e lemento central del sistema indicia! es e l pronombre /yo/, c iado res p ecto a otro proceso d e l e nunciado, son términos
sobre el que las discu s io nes lógica s y filosóficas aún no se han anafóricos, que esta blecen una refere ncia a un eleme nto textual 1
agotado. Para Benve niste (l 965) /yo/ s ignifica "la persona que [o cotextuales].
enuncia la actual situación del discurso que contie ne lyor'. Cada
/yo/ sólo p uede ser identificado por la situación de discurso que Adapt. de Lozano, J . et al. Op. cit. Cap. 3
lo contien e, y sólo puede ser definido en té rminos de " h a blar".
[ . .. ](De l mismo modo que para Jakobson , com o hemos señala-
~º· /yo/ es un protagonista o p ersonaje del enunciado que se iden-
tifica con e l agente del proceso de la enunciación.) /Yo/ es, en
prime r lugar, "el sujeto de este enunciado" y, en segundo lugar, ¿Cuál es, pues, la "realidad" a la que se refiere_ yo o t ú? Tan
puede ser ta mbién s ujeto de la e nunciación" (Eco, 1976, 176). En sólo una "realidad de discurso", que es cosa muy s ingular. Yo no
otros casos /yo/ puede n o ide ntificarse con e l s ujeto de Ja enun - puede ser d e finido más que e n té rminos de "~ocución ''.- n? ~n t~r­
ciación [relatos d e ficció n , discurso s referid os]. rninos de obj e tos, como lo es un s igno n ommal. Yo s 1gn1f1ca _la
/Yo/ forma con /tú/ u na "correlación d e s ubjetividad". !Tú/ se persona que e nuncia la presente i~s~c i a d i: ~iscurso que contie -
define com o la "pe rsona no-yo", la p e rsona n o s ubjetiva, dado n e yo". Ins tancia única por defimc 1ón, "'! váhda _nada m ás en s u
que es necesario y s u ficiente representarse una p erson a diferente unicidad. Si percibo d os ins tancias s u cesivas d e discurso q~e con-
d e /yo/ para asignarle el índice /tú/ (forma que pued e funcionar te ngan yo, proferidas por la misma voz, nada m ": garantiza a un
inc luso como anafórico del impersonal !sel). Ambas personas, /yo/ que una de e llas n o sea un discurso narrado, una cita en la que yo
y /tú/, se oponen c o njuntamente a la " no p e rson a", /él/, que e n sí seria imputable a o tro. Así que d e b e s ubrayarse este punto: y~ n o
n o designa específicamente n ada ni a na die, la única forma puede ser identificado s ino por la instancia e n que es p roducido.
pro nomina l mediante la que se puede predicar verbalmente una
cosa (Ben veniste, 1946). 1
En textos como /El 25 de mayo salieron del puerto. A l día sigu~ente se
La referencia necesaria y con stante a la s ituació n d e discurso produjo el motín/, las expresiones /25 de mayo/ y /al día sig_uiente/ no tienen el
mis mo refe rente, s ino q ue el referente de la segunda se localtza por relac16n a la
une e l par /yo-tú/ a la serie de los "indicadores" o deícticos (los focalización temporal establecida por la primer (a su referente).
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Pero, paralelame nte, es también en tanto que ins_tancia d_e forrr:ia 2. l. l. Personas
vo como debe ser tomado; la forma yo no tie n e existencia
·linoüística m ás que en el acto de palabra que la profiere. [ ... ]Es, Los p ronombres personales, en sus casos nominativo ("yo"),
co;'; todo, un hecho a la vez original y fundame nt a l e l que esas objetivo ("me") y terminal ("mí''), y los posesivos ("mi", "mío")
formas ' ·pro nomin ales" no remitan a la "realidad" ni a posiciones son los deícticos de persona más evidentes y mejor conocidos. La
"objetivas" en e l espacio o ~n e l tiempo, sino ~ la en_unciació~, desinencia de persona en los verbos también cumple una función
cada vez única, que la s contiene y hagan reflexivo as1 su propio deíctica: señalar a las personas protagonis tas de la enunciación.
e mpieo. La importancia d e ·su función se medirá por la naturaleza En nuestra lengua son tres las personas y dos los números (s in-
d e l problema que sirvan para resolver y que no es otro que el de la gular y plural): la primera y la segunda del singular son conside-
comunicación inte rsubjetiva. El lenguaje ha resuelto este proble- radas necesarias y suficientes ya que su referencia es necesaria y
ma creando u n conjunto de signos "vacíos", no referenciales por suficiente con respecto a la situación de enunciación. Es por esto
1·elación a la " realidad", siempre disponibles, y que se vuelven que ciertos autores las denominan "deícticos puros".
" llenos" no bie n un locutor Jos asume en cada instancia d e su
discurso. D esprovistos de referencia material, no pueden u sarse l. * "yo": El pronombre de primera persona singular designa al
mal; por no afirmar nada, no están sometidos a la condición de ) individuo que enuncia la instancia de discurso que contiene el
verdad y escapan a toda d e negación. Su papel es ofrecer el instru- ' pronombre "yo". Tal como se ha visto más arriba, el "yo" refiere
mento d e una conversión del le nguaje e n discurso. Es identificán- a l locutor y no puede ser definido más que en términos d e locu -
dose como persona ünica que pronuncia yo como cada uno de los ción.
locutores se pone sucesivamente corno "sujeto" [ ... ]
Observación:
Adapt. de Benveniste, E. ( 1966), '"La naturaleza - si bien, en ciertos casos, el "yo" no refiere al sujeto que enuncia
de los pronombres", Problemas de lingüística el discurso que lo contiene (puede designar a un personaje, al
g eneral l . México, Siglo XXI, 1986.
locutor de un enunciado referido, etc.), siempre señala la situa-
ción de enunciación original.

Los deíc ticos son las unidades lingüísticas cuyo funcionamiento


* "uí/vos": E l pronombre de segunda persona singular des igna
al alocutario, al individuo al que se dirige el discurso que contie-
semántico referencial (selección en la codificación, interpretación n e e l pronombre "tú". Es necesariamente designado por el "yo" y
en la d ecodificación) implica tomar en consideración algunos de no puede ser pensado fuera de una situación planteada a partir del
los elementos con s titutivos de la situación de comunicación: "yo".
º e l papel que d esempeñan los actantes del enunciado en el
proceso de la e nunciación
Observaciones:
º la s ituac ión espacio-temporal d e l locutor y, eventualmente,
- "vos"/"usted": el "vos" se opone al "usted" como una forma de
e l alocuta rio. familiaridad, de igualdad, a una forma de distancia o cortesía.
El empleo del "vos" o del "usted" no es, sin embargo, unívoco
E l término deixis proviene de una palabra griega que s ignifica y debe ser referido a contextos sociales determinados, a las c on-
"mostrar" o "indicar" , y se utiliza en lingüística para referirse a la venciones del grupo social en el c ual se inscribe e l enunciado.
fun c ión d e los pronombres personales y demostrativos, de los tiem- - "tú genérico": tiene por función "personalizar" enunciados im-
pos y d e un abanico de rasgos gramaticales y léxicos que v incu- personales (o que se construyen habitualmente con el pronom-
lan los e nunciados con las coordenadas espacio-temporales del bre indefinido "uno"). Por ejemplo, "ante un problema de este
a cto de enunc iación . tipo uno no sabe cómo reaccionar" frente a" ... no sabés/usted
no sabe cómo reaccionar". Así se mantiene una relació n vi vien-
Adapt. de Lyons, J. Semantics ll. Cambridge, te con la situación de enunciación dentro de un enunciado que,
Cambridge University Press. 1977. sin embargo, es general. El alocutario es integrado como bene-

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ficiario o víctima del proceso ("Con esta clase de autos te sentís a) por una parte, a manera de reverencia (tratamiento de e x -
un príncipe", "Te desesperás cuando no Llegás a fin de mes"). tremo respeto). Es la forma de cortesía que e leva al alocutario
- e l locutor a veces se ve obligado a hablar con los bebés o los por encima de la condic ión de persona ("El señor está servido '',
a nima les, quienes precisamente ''no hablan", ya que participan "¿Su ex¡;:elencia mandó lla mar?"). Al n o usar ni "vos" ni " us-
de nues tra intimidad, pero sabiendo que no podrán responder, ted", el locutor se excluye de la reciprocidad del intercambio
que no son interlocutores completos. De allí el procedimiento ling üís tico, se dirige a alguien pero no lo constituye en alocutario;
que consiste e n utilizar "yo", "nosotros'', "él" o "ella" en lugar b) por otra parte, en testimonio de desprecio, para rebajar a
de la segunda persona ("¡Qué elegante que estoy!". "¿No quere- alguien que n o merece ser tratado como "persona" ("El se11or
mos tomar la mamadera ahora?", "¿Qué hizo mi cachorrito?"). Lo no sabe lo que dice"). La tercera persona tie ne esta actitud de
esencial es s ubve rtir la reciprocidad locutor-alocutario ya sea volverse una forma de ultraje que a niquila al alocutario en tanto
haciendo que e l locutor asuma las palabras del alocutario (em- " person a".
pleo de la primera persona del singular), ya sea hablando del - es común en la actualidad que los entrevistados utilicen la ter-
alocutario e n te rcera persona como si fuera exterior a la esfera cera persona para referirse a sí mismos en re portajes y pro gra-
de la enunciación, ya compartiendo lo dicho por e l supuesto a lo- mas periodísticos ("Maradona n o quiere volver al Nápoli p o r-
cutario (uso de la piimera persona del plural). Un uso paralelo que allá lo trataron mal", dicho por e l propio Maradona), con el
es e l del " nosotros" en lugar del "vos", cuando el locutor se ha- efecto d e desprenderse de s u "subjetividad" y resaltar su ro l
lla e n una relación d e autoridad con respecto al alocutario ("¡An- social de personaje famoso. Este procedimiento de s usti tuc ión
damos mejor hoy!" dicho por un médico a su paciente, "¿Lle- de p e rsonas permite, además , al locutor hacerse eco de los
gamos otra vez tarde?" dicho por un profesor a su alumno). modos en que la sociedad se refiere a él. Generalmente e ste uso
es s u sci tado por el entrevistador, que en vez de dirigirse al en-
trevistado con la segunda persona, lo hace a través de la tercera.
*"él/ella: Los pronombres de tercera persona son enteramen- - por ser.la no persona, la tercera recubre distintos tipos de im-
te diferentes del "yo" y del " tú" por su función y por su naturale- personales ("Hay que solucionar el confl icto laboral", "Se dice
que el d ó lar no va a subir. hasta el año que viene"). En c iertos
za. No sirven, según Benveniste, sino en calidad de sustitutos
casos estas fo rmas alternan con el u so de la primera persona,
abreviativos ("Pedro está enfermo, él tiene fiebre" ); reemplazan
creando el efecto de borramiento del sujeto de la enunciación:
uno u otro elemento material d e l enunciado. Designan a alguien o el locutor no se hace responsable de s u enunc ia do.
algo pero no a una " persona" (protagonista de la enunciación)
específica. Por este motivo es que Benveniste se refiere a la terce-
ra persona como la "no-persona". Lo distintivo de ésta son las Pareciera que todas las relaciones planteadas hasta ahora entre
propiedades 1) de combinarse con no importa qué referencia de las tres formas de persona singular deberían mantenerse de ser
objeto, 2) d e no ser jamás reflexiva de la instancia del discurso, 3) traspues tas al plural. Sin embargo, en los pronombres personales
de disponer de un número a veces bastante grande de variantes el tránsito d e l s ing ular al plural no implica una simple
pronorninales o dernostrativas ("uno", "esto", ..aque llo", etc.) y pluralización. Como e n el singular, e l problema central es aquí el
4) de no ser compatible con el paradigma de los términos de la primera persona. El simple hecho de que palabras diferentes
referenciales tales como " aquf', "ahora". sean muy generalmente emplead as para "yo" y " nosotros" (y tam-
bién para "tú/vos" ·y "uste d es") basta para exceptuar a los pro-
Observaciones: nombres d e los procedimientos ordinarios de pluralización. Es
Esta característica de la tercera persona de ser la "no-persona" claro que la unicidad y la s ubjetividad inherentes a "yo" contradi-
explica algunos empleos particulares, en los que sustituye a la cen la posibilidad de una pluralización. Si no puede haber varios
primera o a la segunda, por los cuales se la puede estudiar en e l "yo" concebidos por e l "yo" mismo que habla, es que, afirma
marco de la teoría de la enunciación: Benveniste, " nosotros" no es una multiplicación de objetos id én-
ticos sino una suma o yunción entre "yo" y " no-yo".
- puede afectársela a dos expresiones de valor opuesto. Sirve de * "nosotros/-as" : Esta suma que implica la pluralización de la
forma de alocución ante alguien que está presente cuando se la
quiere sustraer d e la esfera personal del tú:
primera persona forma una totalidad nueva y de un tipo

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paitic ularís imo: s ie mpre e~ " yo·:.qu!;n predo.?'1i~~ puesto q ue n o u sted" con una te rcera persona ("vos/u sted" + "él/ella" o "ellos/
hay " nosotros" s ino a partir d e yo , y i::s~e yo some~e e l e le- e llas").
mento " no-yo" que es su scep tible d e rec1blí tres contenidos pre-
c isos y di stintivos: _
a) " n osotros inc lus ivo", en e l que el " n o-yo" es e l alo~utano
("yo" + "vos" o "uste d es"). E l locutor se suma a l alocutano;
t
1
l
Andreín a Adels te ín

Bibl iografía consultad a: Benveníste, E . ( 1966),


"De la s ubjetividad en el lengu aje", "La natura-
~
b ) " no sotros exclus i vo", e n e l que e l "no-yo" es una tercera leza de los pronombres" y "Es tructura de las re-
persona ("yo" + "él/ella" o "ellos/ellas") y e n el que la segunda i laciones de persona en e l verbo", P roblem a s d e
lingüística general / , M éxico, Siglo XXI, 1986.
que d a excluida d e la referenc ia; Amoux, E . y colaboradores ( 1985), La e111111cia-
c) "nosotros abarcativo o d e m áxima exten sión", e n e l que e l ción (mimeo).
" no-yo" corresponde a la vez a la segunda y a la tercera persona
("yo" +"vos" o "us tedes"+ "él/ella" o "ellos/ellas"). _ .
Nótese que sólo e l " n o sotros inclus ivo" es purame nte d e1ct1co;
e n cambio, c uando conlleva un e le m e nto de tercera per~ona, debe
acompañar a l prono mbre un s intagma no mina l que fu nc10ne com o .)
a ntecedente del e le mento "él" incluido en e l " nosotros". P e ro, e n i
gene ra l, e s innecesario c uando e l "nosotros" es d e "máxim a ex- 2. 2. Apelativos
tensió n " .

Observaciones: Cuando un té rmino del léxico es empleado e n e l discurso para


Esta part icu laridad d e la p lu ralizac ió n del "yo" e n c uanto s uma m e n c io nar a u na person a, se convierte e n a p e lativo . Existen
(el " nosotros" no es un "yo" c u a ntificado s ino dila tado y d e con- apelativos u suales; son los pronombres personales, los n ombres
tornos vagos) explica los diversos empleos q u e pueden d ársele: propios, a lg unos sustantivos comunes, los títulos ("mi general",
" d octo r"), a lgunos términos d e relació n ("camarada", "compañe-
_"n osotros mayestático": e l "yo" se a m p li fica en " n osotros" Y ro"), los té rminos d e pare ntesco ("papá"), los términos que des ig-
resulta una persona más respetable, m ás sole mne y tnenos d e fi - nan a un ser humano ("flaco", "joven"). Otros té rminos, e mplea-
nida; dos m e tafó ricame nte para des ig nar a un ser humano, constituyen
_ "nosotr os d e a utor": que esfum a la afirmación demas iado ro- ig u a lmente a pela tivos u suales ("mi gatito ", " fiera"); ta mbié n a l-
tunda d e l "yo" e n una expres ió n más vas ta y difusa. Es predo- gunos adjetivos son e mpleados con la misma función ("qu e rido").
minante e n escritos ex p os itivos (especia lmente científicos); le Los apelativos se u s an, como la primera, segunda y te rcera perso-
permite a l locutor n o aparecer como un indiv iduo qu~ h a bla e n n a d e l verbo, para designar la persona que habla: el locutor; aque-
n o mbre propio s ino com o representante de la comumdad cien -
lla a quien se habla: e l alocutario; y aqu e lla de l a c u a l se h abla : e l
tífica o como d e legado de u na colectividad investida d e la auto-
delocutor. Se los llama resp ectivame nte Iocutivos, a locutivos (o
rida d de un sab e r;
- " n osotros didác tico": es caracte rís tico d e los dis cursos didácticos vocativos) y delocutivos.
como e l manual. Este " n osotros" p e rmite integrar a l a locutario: Todo apelativo, locutivo y alocutivo ( no s iempre e l d e locutivo)
e nunc ia d o r y e nunciatario asume n e n común e l texto d e l m a-
nua l. a. tie ne un carácter deíctico: permite la identificació n d e un
re fere nte, con la ayuda d e todas las indicaciones que pue d e
aportar la s ituació n .
* " u stedes": la plura lizació n d e la segunda persona tambié n b .tiene un carácter pre dicativo: el sentido del apelati vo e legi-
imp lica una s uma e ntre e l "vos/u ste d" y un "no-yo": el " u s tedes do, incluso si es pobre , permite efectuar una cierta predicació n
puro" ("vos/u s te d " + "vos/u sted") que d esigna un alocutario p lu - explícita.
ral (por lo que es un d eíctico puro), y e l "uste des" que suma " vos/ c. manifies ta las relac iones sociales: por eso p e rmite efectuar

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un a segunda p re dicac ió n , sobreente ndida, q u e re mite a la do p ara h acerlo d ebe sel eccionar c iertas unida d es d e l repertorio
re lac ió n soc ial d e l locu tor con la p e rson a d es ignada. léxico de l a le ngua, se e nfre n ta a d os o p c io nes:

P o r ejem p lo, d esd e e l punto d e vis ta d e íc tico, los sigu ie ntes * e l di scurso "objetivo'', que inte n ta borra r toda h uella d e l
d e locu t ivos ide ntifican a un m ism o refe re nte: enunciador indi v idua l ;
* e l d iscu rso "su bj e ti vo" e n e l c u a l e l e nunc iador asume explí-
"P eró n" c itamente su o pinió n ( "Para mí esto es h o rrible") o se recon oce
" E l P ocho" im plíc ita m e n te c o m o la fu e nte e valuati va d e la a firmac i ó n ( " E s
"El Viej o" h orrible").
"El g e n e ra l"
" El tira n o pró fugo" P o r ejemplo: e n un m a nua l francés d e g e ografía d estina d o a
los a lumnos d e l c urso e le m e nta l, e l c a pítulo referido a Fra nc ia se
Sin e m barg o , lo que se pre dic a d e l s ujeto a sí d esignado, e vi- titula " N u estra dulce Franc ia". E s te e nunciado está doblemente
d e ntemente es d iferente e n cad a c a so. D e e s ta p re dicació n d es- m a rc ado s u bj e tiv ame nte (si se lo compara c o n " F rancia'', m ás
ig u a l se est ablecen e n e l e nunc iado dis tintos tipos d e re lació n _e n- " n o rma l" e n este contexto e nunc ia ti vo): p o r e l u s o del d e íctico
tre e l locuto r, que sele ccio n a e l a pela ti vo e ntre un para di g m a d e " nuestra", q ue implica un e nunc ia dor que se dirige a los francesitos;
té rminos p osibles, y e l s uje t o d e sig nado p o r é ste. y p or la u t ili zació n d e l adjetivo " dulce" que e nunc ia un juic i o de
valo r y un compromiso e m ocio nal d e l suje to enunc iado r respecto
Adapt. de P e rre t, D . ( 1970), " L es appellati fs" , d e l re fe re n te.
Lan gages, 17 .
Tod a unida d léxica es, e n c ie rto sentid o, s ubje t iva p ues to q u e,
segú n la s ituació n d e e nunciaci ón y/o e l con te x to lingü ístico, puede
connotz.r e n el enunc ia do, y e n diverso g rado, todo tipo d e juic ios
i nte 1pretat i vos " subje tivos ".
Pié n sese, p o r ej e mplo , e n los s ig uie n tes enunc ia d os:

a) " P edro es un judío, n o m e quiso prestar ni 50 cen tavos para e l


2. 3. Subjetivemas y campos semánticos colecti vo";
b) "U no d e los acontec imie ntos claves d e la historia universal es
e l éxodo d el p ueblo j ud ío."
E n un e nunc ia d o "Est o m e parece horrible", pronunciado en
una s ituac ió n d e inte rc ambio oral, e l pronombre demostra tivo E n a) e l locuto r m a nifies ta su su bj e t ividad a l h a be r e legido e l
"est o" es evide nte m e nte d e íctico, y " m e parece" , una m o dalidad a djetivo "judío" fre nte a "av aro " , p a ra referirse a la falta d e gen e-
e n la que e l locuto r su s pende la aserc ió n . Pero e l mismo adjetivo rosida d d e P e dro, mie ntras que e n b ) e l mis m o adje ti vo n o es uti-
" h o rrible" tambié n implic a a l locutor: e l e mpleo d e e ste té rmino li zad o con e l fin d e establecer un juic io v alo rati vo s ino la p e rte-
valo rati vo es re la tivo a· la n a turaleza d e l que enuncia, a su s esca- n encia a una c lase .
las d e valo res, a s u s c á nones esté ticos. E s decir que aquello a lo Llama r e mos subjetivemas a aqu e llas unida des léx icas
que se h ace rnfe re n c ia se con s truye en e l di scurso como un objeto (su stanti vos, a djetivos, verbos y adve rbios, fund a m e ntalme nte)
p e rc ibido, inte rpre tado, e v alua do . q ue e n un discurso partic ular manifiestan s ubjetiv idad, es d ecir,
Que d a p o r con s ide rar, e nto nces, otras mane ras, además d e los informan acerca d e una e v aluació n (valo ra tiva o a fec tiva) del
deícticos y d e las m o dalida d es, más s utiles tal v ez, en que el locu- e nunc iado r.
to r ins cribe s u subjetividad e n el enunc iado: los s ubjetiv emas. Ahora bie n, las p osibilida d es d e manifestar subjetivida d n o
C u a ndo e l locuto r s e v e confrontado con e l problema d e l a son las m ism as p a ra to d as las unidades lé xicas. Cie rtas unidades
v e rba lizac ió n d e un o bje t o ref e re n c ia l , re al o imaginario, y c uan- fu ncio n a n e n e l discurso m ás h a bitualme nte c o mo subj etivemas

30 31
que otras. Por ejemplo, "soltera", "grande", "triste" y "~xc.elente" grande es ta empresa, también asumo otro compromiso solemne: es
tiene n mayor o m e nor posibilidad de funcionar como subjet1vemas, el compromiso de la causa federal, con la democracia de las provin-
de un modo que podría ser repr·esentado según el siguiente esque- cias, con el desarrollo armónico d e nuestro territorio. [ ... ]
ma: (Carlos Saúl Menem - FREJUPO. Discurso de
c ie rre de Campaña Presidencial por Cadena Na-
-subjetivo +subjetivo cional, Buenos Aires, 11 de mayo de 1989)
)
< soltera grande triste excelente
Los subjetivemas "empresa'', "quiebra", " pare des" y los ver-
El adjetivo "excelente" es u sado generalmente con carga sub- bos "constiuimos", "levantamos" (en esta combinación con "pa-
jetiva, e n tanto que "soltera" sólo en casos como "Se quedó solte- redes") corresponden al paradigma o, m ás precisamente, al campo
ra" o "Estoy solte ra". semántico de LO EMPRESARIAL o de EMPRESA CONSTRUCTORA.
Catherine Kerbrat-Orecchioni postula la existencia de varias Por campo semántico entendemos un g rupo de palabras que
categorías de subjetivemas, de las que ejemplificaremos sólo dos. recubre n un dominio conceptual. Por ejemplo, "silla", "sillón",
Si bien son de carácter inestable y los límites entre unos y otros "banqueta", "butaca", "taburete", entre otros, corresponden al
no son n e tos (dependen de las competencias ideológicas, del con- campo semántico de Los ASIENTOS ya que comparten parte de s u
texto socio-cultural), se pueden distinguir del siguiente modo: significado: "mueble para sentarse". El criterio de agrupamiento
es, pues, el de una afinidad conceptual. Como puede deducirse de
• aque llos subjetivemas que, al tiempo que refieren a un obje- este ejemplo, todo el léxico de una lengua se estructura en cam-
to , una propiedad o una acción, manifiestan o connotan pos semánticos.
una reacción emocional del locutor con respecto a lo que El hecho de que la delimitación de las unidades que confor-
enuncia sobre el eje del gustar/no gustar. Por ejemplo, "¡Po- man un campo esté dada por la afinidad de s ignificado no impide
bre! ", "Ese chico es una dulz ura", etc. que una misma unidad léxica pueda formar parte de más de un
campo semántico. Por ejemplo, "caballo" puede formar parte, junto
los subjetivemas portadores de un rasgo evaluativo sobre el con "vaca", "oveja", "cabra" y "cerdo", del campo semántico
eje bueno/malo, que manifiestan o connotan un juicio de ANIMALES DE GRANJA, junto con "silla de montar", "estribo" y "rien-
valor, positivo o negativo, respecto de lo que se enuncia. Por da" del campo de la EQUITACIÓN, y con "carrera", "jockey", "apues-
ejemplo, "Se quedó soltera", "Es un sucio burgués", "Es un ta" y "haras" del can1po del TURF.
negro ignorante", "Es un genio", etc. D e l mis mo modo que las unidades léxicas aisladas, los cam-
pos semánticos no son subjetivos en sí mismos, sino que pueden
El grado de subjetividad varía de un enunciado a otro eJ?- la manifestar subjetividad en determinados di scursos. La subjetivi-
medida en que las unidades p e rtinentes des de este punto de vista dad del locutor se manifiesta, pues, por la e lección de un determi-
pueden estar presentes en mayor número o con mayor d e n s idad. nado campo en detrimento de otros. Por ejemplo, en el discurso
En un discurso determinado no sólo pueden analizarse la den- de Menem antes citado, el efecto de sentido del campo identifica-
s ida d y e l tipo d e subjetivemas, s ino también las redes semánticas do es el de que un país pue de dirigirse como una empresa.
que se establecen e ntre ellos. Por ejemplo, e n un di scurso como el En la crónica "Diez detenidos por el homicidio de una m e nor"
siguiente: (La Nación , 10/11/94) se pueden señalar, e ntre otros, los s iguien-
tes subjetivemas: terreno usurpado, automóvil abandonado, [Ford]
[ ... ]La Argentina es Ja gran empresa de los argentil}OS, la cues- casi desarmado, baldío, niontones de basura, minivilla de emer-
tión es ahora o nunca: perpetuarnos en Ja quiebra de esta gran em- gencia, construcciones precarias, pilas de botellas, montones d e
presa o iniciarnos su recuperación definitiva; tendernos puentes soli- despe rdicios, casillas, usurpadores, casa to1nada, malvivientes,
d ari os o levantarnos paredes de odio; construirnos o destruimos; uni- merodeando. Pero, en definitiva, es su vinculación Jo que pone
1nos o separamos; bendecirnos o maldecirnos. Por eso, para hacer verdaderamente de manifiesto Ja subjetividad del locutor. Los
32 33
subjetivemas relevado~ forman parte de los siguientes campos 5 E'.n la esquina de Gallo y La valle, fren te al lugar donde apare- .
c ió el c uerpo de la muchach a d e 15 años en un Ford Taunus
semánticos: Ghia marrón casi d esarmado y sobre bloques de madera, hay
un terreno que parece baldío. Si n o fuese por las antenas d e
º ILEGALIDAD: terreno u s urpado, usurpadores, casa tomada,
televis ió n que sobresalen del paredó n p e rimetral , nadie pen-
malvivientes, merodeando. . sa.rí~ ~ue allí, en medio de monto nes d e basura, h ay una
PRECARIEDAD: automóvil abandonado, [Ford] cas i desarma- mm1v11la de emergencia.
do, baldío, minivilla de emergencia, construcciones preca- 6 Espiando a travé~ d el portó n d e acceso, se ve una gran canti-
rias dad d e construccio nes precarias que rodean pilas de b o te llas
• suctEDAD: montones de basura, pilas de botellas , montones Y montones d e d esperdic ios. Las casillas están constru idas
de des perdicios contra las paredes.
Usurpadores recientes
Los campos podrían h a berse delimitado de otra mane ra; por 7 Según los vec inos, a lrededor d e 40 p ersonas , incluidos muje-
ejemplo, se podría haber señalado el de la MARGINALIDAD/POBREZA, res y pocos niños , se a lbergan a llí des d e hac e un año y medio,
que abarca unidades que corresponden a l campo d e la lLEGALlDP:D c uando fueron desalojados de una casa tomada a unas dos
cuadras.
--casa tomada- y unidades del campo de_ la_ PRECARIE_?A?- Sm
8 Las opinion es sobre qué activida d llevaba esa gente difie re n .
embargo, e l e fecto de sentido, dada la proxnn~dad semant1ca d_e Para Salvador Luis, dueño de una casa frente a l terreno, "no
los campos, es el mismo: en el contexto dete~!nado por la ~róm­ molestaban a nadie. Cargaban las b o te llas e n camiones, por
ca, la pobreza (o la marginalidad ~ l~s. cond1c1ones precarias de la mañana, y de n oche se dedic aban a l cirujeo con carritos
v ida) es la causa implícita del horruc1d10 . tipo triciclo. A veces iban a lgunos a la clínica a buscar sobras
de comida. Para mí, no tienen n ada que ver . Según dicen, Ja
Adelstein, Andre(na - Ruiz , Pablo chica que murió estaba bien vestida, no era de la clase de
ellos."
9 Otros vecinos, muchos de e llos asu stados y renuentes a dar el
nombre , confiaron que quizá h a bía m alvivientes entre los de-
Diez detenidos por el homicidio de una menor te nidos . "Siempre andaban borrac h os y a lg una ve z s e pelea-
ron a cuchilladas --<lijo Gaby, un c inc uentón-. Pedían plata
Pesquisa: los investigadores sostienen la hipótesis que entre los a los que pasaban y si uno no les daba, seguro que tenía pro-
apresados estaría e l autor de la f!':ñalada que provocó la muerte blemas. Andaban_ de a 4 o 5 , como los patoteros."
de fa chica, cuyo cuerpo aparec10 en un auto abandonado. Dichos nfi. ialcs •
10 El comisario Perema teu se e nc argó d e aclarar que no es la
En un terreno u surpado del barrio de Almagro , en cercan!as úni... a pista que s ig u e la policía. Para él, cada homic idio "es
1
d e l lugar donde funcionó el ex Mercado de Abas t<;>, ~e realizó un rompecabezas que tengo que armar h asta llegar a la solu-
un procedimie nto policial e n busca del e~clarec1rruento d~l ció n" y se van quitando piezas a medida que n o s irven .
homicidio de la menor Carla Márquez, quien fue hallada sm 11 La joven, a partir d e d eclaraciones d e ve c inos, h abría sido
vida dentro de un automóvil abandonado. vista mero deando la zona e n días anteriores, confirmó una
Como consecuencia del amplio operativo, diez hombres, to- fuente policial, a unque no v iviría a llí s ino en e l conurba no.
2
dos argentinos, fueron detenidos. . . . 12 Cons ui tado sobre s i e l asesinato habría s ido cometido e n el
E l procedimiento, a cargo del comisario Juho C ési:ir P e re- auto o en otra parte , con pos te rior tras lado d e l c u e rpo ,
3
mate u titular d e la comisaría 9a, fue ordenado por laJ ueza de Peremate u dijo que " prima facie, podemos decir que sí fu e e n
meno;es Silvia Ramond y en é l participaron varios móviles, el lugar del hallazgo, pero fa lta n los p e ritajes que será n re-
efectivos de varias comisarías de la circun scripción y de la s ueltos con métodos científicos".
Guardia de Infantería. .
4 ..A raíz de las denuncias de los vecinos - indicó el Jefe Virginia Santana
policial- se procedió a l allanamien_to del predio. Se .~fectua-
ron diez detenciones y se está trabajando en e l cas o . La Nación, 10/11/94

34 35
2. !J. Análisis de apelativos y subjetivemas en prensa: "La violencia nes y larga trayectoria d el grupo, características también asoc ia-
volvió a desmerecer al fútbol" (La Nación, 5/9/92) das al crimen organizado/m afia. 1
El c a mpo sem á ntico de l a barbarie está integrado p or los
d e locutivos "cabecillas" (qu e está funcionando p ara a mbos cam-
p os, ya que e n e l primer caso refiere a la estruc tura j e rárquica y e n
La teoría de enunciación propone diversas categorías que , apli- éste, a la idea de caudillo), "exaltados'', "estos individuos", " un
cadas a l análisis de textos, permiten dar cuenta d e la relación en- puñado d e descontrolados, m e ntalme nte ... ", y por los s ubje tivemas
tre un enunciado y e l sujeto que lo produce. La subjetividad, e n - "viole ncia" (párr. 1 ), "agredió/agredir/agresiones'', "andanzas",
tonces, se pue d e manifestar e n los empleos de diferentes procedi- "correrías" (párr. 4), "irresponsabilidad y riesgo" (párr 5), " trope-
nlie ntos. ¿Cómo d e terminar cuáles de todos los procedimientos lías' ', " g rescas" (párr. 6) y "a los balazos" (párr. 7 ) . El efecto d e
presentes en un tex to convie ne privile giar e n cada caso? Evide n- sentido c reado es e l de personas que carecen de raciocinio y, por
te m e nte , a un cuando las diversas categorías teóricas pue dan ser lo tanto, d e contro l sobre s u s actos. Se los caracteriza como per-
aplicadas, no todas resultan siempre igualmente productivas. Es sonas que actúa n solame nte a partir de ins tintos, y que e nto nces
c o n veniente, e n consecuenc ia, iniciar el anális is utilizando las a parecen como viole ntas p or n atu ra leza, d e l mismo modo e n que
categorías m ás explota d as en el text o en cuestión. p o dría n serlo los anima les. Es importan te o b servar que, a p artir
de esta caracterización, la causa de sus actos es su mis m a natura-
lez a violenta ( y no, por ejemplo, las condic iones sociales o eco-
Dado que este texto es particularmente rico en cuanto a los nómicas que los afectan). El texto instaura así una explicación
apelativos y subjetivemas, centraremos nuestro análisis en estas circular del tipo "son violentos porque nacieron violentos" y no,
categorías . Apelativos como "aficionados al fútbol", "simpati- por ejemplo, "son violentos porque tienen hambre, ganan salarios
zantes de Boca" (párrafo 1), "barra brava boquense" (párr. 2), indignos, viven e n la marginalidad, etc".
"exaltados, mayores y menores de edad", "cabecillas" (párr. 3), Cabe señalar que la gran cantidad y variedad de delocutivos
"estas organizaciones", "bandas" (párr. 4), "estos individuos" utilizados para n o mbrar a este grupo en particular refue rza la tesis
(párr. 6), "un puñado de descontrolados, mentalmente en estado del artículo , que ya puede verse en forma implícita en la selecció n
de salvajis mo" (párr. 8) designan un mismo sujeto del enuncia do, de apelativos y s ubje tive mas: la única causa de la violencia e n el
los agentes de la violencia. Evidentemente, muchos de estos fútbol es la exis tencia de inada ptados que por su naturaleza n o
apelativos s on también subjetivemas; para este análisis, es con- pueden ni deben ser considerados p a rte de la sociedad.
veniente agruparlos en campos semánticos para extraer los efec- También con v iene tener en cuenta la progresión (en cuanto a
tos d e sentido correspondientes. Encontramos, así, dos campos descalificación) que s e lleva a cabo a lo largo de l tex to: e l p rime r
semánticos, que se podrían denonlinar, tentativame nte, CRIMEN a p e la tivo que se registra es "aficionados a l fútbol" ( p á rr. l) y e l
ORGANIZADO/MAFIA, por un lado ' y BAR BARIEIMALÓN, por e l otro. último e s "un puña do de d escon trola d os, m e nta lmente en estado
Los que integran e l primero son "cabecillas'', "organizaciones" y de s alvajismo". Este c rescendo produce un e fecto dramático d e
"bandas", que, junto con los subjetivemas (No apelativos) "jefa- re fuerzo d e tesis, de tal modo que es timula e nfáticam e nte a adh e-
turas", " tro pa", "grupos de apoyo", "movilidad", "recursos" y rir a la conclus ión h acia e l fin a l del texto.
"material" (párr. 4) caracterizan al sujeto como un g rupo de p e r-
son as cuyas acciones son planificadas y deliberadas, y que res-
ponden a una estructura jerárquica, compleja, asimilable a la mafia. 1
Es importante destacar que esta descripció n d e Jos s uje tos agresores está
En este sentido, se anula la idea de que los hec hos puedan ser conte nida d e ntro de un d iscurso referido ("Los medios d e información han se-
considerados como aislados, fruto d e l azar, o consecuencia d e la ñalado ... "). Así, los juicios de valor i mplíc itos e n la selección d e a pe lati vos y
voluntad d e un individuo. Otros subjetivemas que refuerzan esta s ubje ti vem as aparecen como companidos por todos los m edios d e información,
de los c u ales e l enunc iador La Nació n se h ace eco. E l segundo campo semántico
idea son "viejos protagonistas" (párr. 3), "ciertos respaldos", " rei- observable, e n cambio, ocurre dentro de Ja esfera de una sola voz, Ja d e l
teración " (párr. 4), "misteriosa impunidad" (párr. 3) (también e n enunciador, cu ya o riginalidad (es decir, c u ya identidad) consiste e n enfatizar Ja
e l título: "volvió a"), al destacar e l grado de influencia, conexio- calidad de los sujetos agresores e n tanto bárbaros.
36 37
C on respecto a los otros participantes, los sujetos afectados Los m e dios d e info rmació n h a n m e didas adop tadas hasca e l m o -
señalado d e m a n e ra reiterad a la m e nto hayan sido eficaces para po-
p or la v iolencia, son designados como " los hinchas del perdedor" exis te n cia de e s tas orga11tz a c fo 11es ne rles fin .
(pá rr. 2), " los agredidos" (párr. 5 ). Se predica d e e llos que son que c u e n tan co n je fa turas, tro p a, U n partido de fútbol en q u e, p or
m e rame nte v íctimas, con e l o bjeto de resaltar que e l grado de grupos de apo yo, m o vilidad y recur- cierto, n o se produjeron dentro de la
viole ncia n o responde a una provocación. Este e fecto de sentido s os para proveerse d e l m a terial uti- c ancha o tras a lternativas que las
liza d o para fes tejar y a g re dir . Ban- pro pias <le una c onfrontación d e-
se v e reforzado p o r la presencia d e l verbQ. s ubjetivema "se enca- das que n o podría n con c re tar s u s p o rtiva y e n e l cual n o se d e finía
minaron" (párr. 2), como contrapuesto a "los esp eraba ... los agre- andanzas si no g o zara n d e cie rtos título alguno, fin a lizó a lo s !.>ala z os.
dió" (párr. 2), que produce la idea de emboscada. respaldos, v is ta la tranquilidad d e ¿C uál se rá, entonces, e l d esenlace
Hay un tercer grupo d e participa ntes: "quienes son totalmente que h acen gala en la reite rac:ió n <.le pro b a b le de los cotejos más tras c e n -
su s corre ría s. d e ntes, e n los c uale s ---es natural-
ajenos a la cuestión" (párr. 5), "muchos" (párr. 8) y "muchos de Es preoc upante - aunque n o la te nsió n aumenta?
lo s que iban a las canchas para disfrutar d e un mome nto de esp ar- imprevisto ni nuevo - e l e mpleo d e E l fútbol, entretenimiento y pa-
cimie nto" (párr. 8). Esta caracterizació n se corresponde con e l armas de fuego . Demuestra una c u o ta s ió n de muc hos, n o m e rece que un
e fecto de sentido creado por los subje tive mas "espectáculo de- extra de irrespons abilida d y d e ries- puñado d e descontrolados, m e n ta l-
go que alcanza n o sólo a los agre di- m e nte e n esta d o de s a l vajis m o, lo
portiv o" (párr. 1), "confrontació n d eportiva", "entretenimie nto y dos s ino tambié n a q u ien es son to - ú esvirtúe; así se ha ahu ye n tad o a
p asió n de muchos", "disfrutar" y "momento d e esparcimiento" talmente ajenos a la c u estió n . muchos d e los que iban a las can -
(párr. 8) que confo rmarían un tercer camp o: e l d e l ESPARCIM I ENTO. Las tropelías d e estos indiv iduos c h as p a ra dis frutar de un m o m e nto
Es decir, e l texto define al fütbol como un evento meramente re- n o son propias , e n m o d o a lguno , d e d e esparcimie nto .
una sociedad c:ivilizada. No obstan-
creativo, que carece de funció n social y que no se relacio na en te, las grescas y las agresiones se LA Nación. 5 /9/1992
n ingtín punto con la coyuntura socio-económica. La v iolencia reiteran una y otra vez, sin que las
s urge e nto nces, una vez más, como un fen ómeno g ratuito,
des v inc ula do de las condiciones sociales y producto exclu sivo de
la naturaleza violenta de los agresores. Esta idea se condensa de
modo evidente en el subjetivema "sociedad civilizada" (párr. 6);
de hecho, e l texto excluye explícitamente d e la sociedad civiliza-
da a los agentes de la violencia, quienes son , además, la excep-
ción a la regla: son "un puñado de descontrolados" frente a los 2. 5. Las modalidades
"muchos" que sólo buscan entretenimiento y diversión.

B oschiro li, Vic toria - Rabih, Andre a - Resnik, Gabriela La modalidad puede entenderse de modo general como la a c-
titud que el enunciador a sume respe cto d e l contenido d e su e nun-
ciado. Esta actitud puede adoptar la forma de un juicio intelectual
(el contenido de un e nunciado es con cebido como real, posible,
La violencia volvió a desmerecer al fútbol etc.), de un juicio volitivo (el contenido es concebido como un
deseo, orden, e tc.), o de un juicio afectivo (el conte nido es con c e-
Un cente nar de afic io nados a l minaron a la autopis ta 25 de Mayo . bido como una sorpres a, d esgracia, etc.).
fútbol --en s u mayo ría, s e presupo- En e l a cceso los e s peraba la barra Charles Bally (en "Syntaxe de la m o dalité explicite ", Cahi e rs
n e , s impatizantes d e Boc a Junio rs-- brava boquense , que los a g re dió F. de Saussure , 1942) distingue e n un e nunc iado un dictum y un
fue detenido p o r la policía tras e l d esd e dos cole c tivos, inclus ive c on
cotejo, e n Boca, e ntre e l e quipo lo- dis paros d e armas de fue g o .
m odus. E l dictum e s e l conte nido inte lectual representado , y e l
cal y e l d e V é lez Sársfield. La v iole n - La inte rvención p o licial terminó m o dus remite a la operación psíquica que t oma al dictum como
cia desm e reció e l espectáculo d e- con e l arresto e n masa de los exalta- objeto; puede estar explíc ito o implíc ito. Por ejemplo, e n esta se-
p ortivo y trasuntó un encono pre- d os, mayores y menores d e edad. rie de enunciados:
ocupante . Sus c abecillas son vie jo s protago nis-
T e rminado e l enc uentro, lo s hin- tas de estos incidentes, que disfru-
chas d e l p e rde dor, Vélez, se ene a - tan de una mtsterlosa impunidad. ( 1) Pedro viene solo.

38 39
(2) ¿ Viene solo P e dro? ferencias e ntre los enunc iados. D e h e c ho, es la re lac ió n discurs iva
(3) Es pos ible que Pedro venga solo. e ntre el e nunc iador y e l e nuncia ta rio la que d e termina !a ocurren-
(4) ¡Qué suerte que P e dro viene solo' cia d e las formas declarativa ( l ) , interrogativa (2) e imper ativa
(5) Ojalá Pedro venga solo. · (3) e n cada caso. Así, estas tres formas b ásicas d e la modalidad de
la enunc iación func io nan como índice tanto de la presenc ia de lo s
la idea objetiva d e la llegada individual d e p ·d · d o s suje tos que inte rv ie n e n e n e l acto d e la e nunc iac ión como d el
dic tum, e l mismo para todos los e nunciad e ro co~stttuy~ e l tipo de rel ació n que se e stablece e ntre e llo s .
por e l m odu s, es decir, p o r la actitud a su ~s, que se d1~erenc1an La m o d a lidad de enunciación interrogativa se expresa me-
~nunciaci?n ante e l dictum: se lo consid:Cad:np~:c~os~~~~ld)e la diante la ento n ación , que e n la escritur a se representa p or lo s s ig-
e sea venficar su estatuto de realidad ( 2 ) . • se n os d e interrogación. A l inte rro g ar a alguien, se supone una res-
pos ibilida d (3) un hech0 f, d , se Jo considera una
' ª ortuna o (4) o un d eseo (5). puesta a esa inte rrogació n , es d ecir, se d eposit a e n e l a l ocu ta rio
un sab er. Por lo tanto, quien pregunta se con s tituye e n un
La teoría de la e nuncia ción recupera 1 .ó . e nunc iador autorizado a inte rpe lar, y, a s u vez, c o n stru ye la fi gura
dicional d e moda lidad e nte ndié d 1 ªnoci n gramatical tra- de un e nunciatario a l que le a tribuye la capac idad de respo nder.
pertine nte s para detec~ la prese~ci~ ~~ºs7:j~t~tro de los ín~ices
Como afirma Benve niste ("El aparato formal de en un en~nc:ia~~· L a m odalidad imperativa pue d e formularse a través d e :
la lengu~ ~one ~i~posic.ión
a d e l hablante un rep!":t~~~n~~a~1ón),
(molrfolog1c~s, lex1cas, s intácticas, prosódicas, e tc) medi~rn;as i. e l modo verbal impe rativo (cf. ( 3 ))
c u a es un s u3eto adopta una actitud e as ii. e l infinitivo. Ej : "Abrir e l e nvase por la línea d e p unto s".
ma~ifestando su subjetividad en la el:~~~~~oE~e :o que enuncia, iii. e l futuro , e n 2ª o 3ª p e rso n a , con v alor imperati vo: " No
dahdad, las marcas pueden ser moro 1, . e caso de la mo-
del verbo), lé xicas (adverbios verb~s~g1~a:á(~odos y/o tiempos
m a tarás" .
n e s de ser+ adjetivo) y pros ódicas (enio~~ci~~~as (construccio- Un e nunciado imperativo exige una respues ta , ling ü íst ica o
A lgunos teóricos d e la e nunciac·ó 1 n proponen· fáctica, y s upo n e una relación jerárquica - as imétrica- e ntre
e ntre modalidad de e . . una distinc ión
6 e nunc iador y e nunc iatario: el e nunc iador se a s ig n a e l poder d e
Esta división se h ace :~~~~~n~ Y modal_idad de enunciado. dar una o rde n e ins taura un e nunc iatario cuyo rol es e l de recibir
tanto la modalidad es consideradae u~e~es~a, como s.e verá, ~n
curs o y no de la le ngua. enomeno prop10 d e l d1s- y acatar esa orden.
La modalidad declarativa apare ce, por contraste c o n las otrn'
d os, como una forma aparentemente n e ut ra, que n o presenta, <!!1
la oralidad, otras marcas más que la e ntonac ión d esc e nd e m e , se-
ñalada por la ausencia d e marcas g ráficas en l a e scritu ra. Puesto
que no implica discurs ivam e nte ninguna relación e ntre e nunci a d o r
2. S . l. Modalidad de enunciación y e nunc iata rio, un enunciado d e clara ti vo apare ce como la m era
tran smis ió n d e info rmació n . S in e mbargo, los efectos d e se ntido
alo~~~~ l~~e~~f:~~~~:~~~~~~e:~unci~ción, la presenc ia del que produce no son s u sceptibles de ser ilustrados en g e nera l y
deben ser interpretados e n cada contexto partic ular.
asume respec to d e su enunciado E atac t1t:i-id que el enunciador
· n es os e3emplos:

(1) Quisiera sabe r la h o ra


(2) ¿ M e decís Ja hora?
(3) D ecíme la hora 2. 5 . 2. Modalidad de enunciado

sólo la pre se n cia e n la teoría del alocutario p e rmite establecer di- No se a poyan e n la relación entre enunciador y alocuta rio, s ino

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