Hogar Cristiano I

PROPÓSITOS DE DIOS PARA LA FAMILIA

1. Proporcionar confraternidad (Gn.2:20-23)

La gente necesita confraternidad. Necesita hablar con otros seres

humanos para compartir sus pensamientos y sentimientos.
Es importante sentirse aceptados y amados, dar a otros y recibir de
ellos. Nos hace sentir completos y valorados.
Y esto mismo le pasó a Adán. Esto es ahora hueso de mis huesos y
carne de mi carne (Gn.2:23). Podía amarla como se amaba a sí
mismo. Ella era valiosa para él.

2. Proveer ayuda

Dios vio que no era bueno que el hombre esté solo,

y creó a Eva para que lo ayudara. Les mandó multiplicarse,
gobernar la tierra y dominar sobre todos los animales (Gn.1:26-28).
Juntos podían cumplir con lo que Dios les había mandado.
Un ayudador no es una persona inferior.
El A.T. utiliza muchas veces la palabra hebrea para ayudador.
En cuanto a la mujer, aunque se le llame “ayuda” no tiene menos
valor que el hombre. Los hombres y las mujeres son de igual valor a
los ojos de Dios.

3. Producir frutos (hijos)

Dios planeó el matrimonio para crear niños.

Les dijo a Adán y Eva: “Fructificad y multiplicaos” (Gn.1:28).
El plan de Dios de Dios incluye a un esposo y a una esposa que se
aman mutuamente y aman a su hijo. El niño puede recibir el debido
cuidado y crecer con seguridad para llegar a ser adulto.
Luego él, ya adulto, puede encontrar una esposa y tener sus hijos.

4. Proveer para las necesidades físicas y mentales

Físicas: abrigo, alimento, ropa, cuidado y protección de la familia

Mentales: las necesidades educacionales de los miembros.

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5. Proveer para las necesidades emocionales

Nuestra familia debe sentir que el hogar es un lugar de refugio y

seguridad. Dios creó a la familia para proporcionar ayuda durante
las presiones económicas, las pruebas emocionales y las
decisiones morales.

6. Capacitar a sus miembros para aprender cómo vivir

Las familias son como centros de aprendizaje.

Los padres pueden aprender tanto como los niños.
Aprenden a amar y relacionarse bien, a ser tiernos, tolerantes,
amables, humildes con los de su familia.
Aprenden la mejor manera de responder, hablar y agradarse.
Ambos deben saber enseñar, cuidar y ser ejemplos para sus hijos.
Cuando llegan a ser adolescentes, deben conocer nuevas
habilidades para amar, escuchar, guiar, comunicarse, aconsejar y
relacionarse.

7. Proporcionar un lugar para aprender a servir a Dios.

Andar con Dios es lo más importante en la vida.

Su familia puede servir a Dios al ser hospitalaria, ayudar en la
iglesia, ministrar a los pobres y dar de su tiempo y dinero para
bendecir a otros. Puede dar testimonio a sus vecinos.
Su familia tiene luz para alumbrar en la oscuridad y dar soluciones a
los problemas que se le presentan a la gente.

8. Facilitar un lugar para aprender a ser feliz.

La familia es un lugar donde la gente puede sentirse cómoda y

aceptarse unos a otros. Dios quiere que los padres y los hijos gocen
los unos de los otros y que aprendan como relajarse y reír.
Los padres deben disfrutar de sus hijos, y darse cuenta de que son
un regalo de Dios. He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del
valiente, Así son los hijos habidos en la juventud.
Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos
(Sal.127:3-5).
Las familias son un centro de celebración y regocijo.

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Los padres necesitamos hacernos algunas preguntas importantes

¿Qué estamos aprendiendo de nuestra familia?
¿Qué estamos enseñando a nuestros hijos sobre el dinero, el
matrimonio, la misericordia, la sexualidad, el carácter, la
integridad, el trabajo y la felicidad?

¿Estamos enseñándoles lo que yo deseo que ellos aprendan?

¿Qué deseamos pasar a la siguiente generación?

Conclusión

El propósito de Dios para el matrimonio y la familia es bendecir a la

gente. Las familias proporcionan un lugar de amor y cuidado.
El plan de Dios para cada persona en el mundo es que pertenezca
a una familia, uno de los mejores regalos de Dios.

TRES ETAPAS DE CRECIMIENTO EN EL MATRIMONIO

La Biblia dice: Con sabiduría se edificará la casa, Y con prudencia

se afirmará (Pr.24:3). Dios quiere que seamos sabios y que
entendamos cómo edificar nuestro matrimonio y familia. La pareja
sabia debe entender que hay tres etapas de crecimiento en el
matrimonio y cada una las puede ayudar a crecer más y más.

A. Primera etapa: Conocer a su cónyuge

El Cantar de los Cantares ilustra: Como el lirio entre los espinos,
Así es mi amiga entre las doncellas. Como el manzano entre los
árboles silvestres, Así es mi amado entre los jóvenes. (Cnt.2:2-3).
Durante los primeros meses aprenden a conocerse mutuamente.
Hay cinco frases que describen a la pareja en esta etapa:

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1. Sienten atracción mutua. La atención de uno está

completamente centrada en el otro. Se olvidan de otras cosas y
andan sonrientes pensando en su esposo/a.
2. Ven solamente lo mejor de la persona.
Tienden a poner a su cónyuge en un muy alto nivel,
se elogian y admiran mutuamente. Cada uno es perfecto a los
ojos del otro.
3. Se someten el uno al otro. Sacrifican sus deseos.
Se someten para mantener la armonía.
Son tiernos y les gusta estar juntos.
Se preocupan por las necesidades del otro.
4. Se disfrutan mutuamente. Todo parece maravilloso y se sienten
animados. En esta primera etapa hay gozo, felicidad y
entusiasmo.
5. No toman en cuenta los errores del otro.
Ninguno de los dos se conoce bien. Se enamoran del ideal de él
o de ella. No saben realmente como es su cónyuge.
Hacen a un lado lo que no les gusta e ignoran los problemas
importantes.
B. Segunda etapa: Entenderse y crecer por medio de las
diferencias
En Cantares, Salomón decía de su esposa:
¡Eres perfecta! No tienes defectos. No hay nada malo en ti.
Pero después Salomón dice esto de su esposa:
Gotera continua en tiempo de lluvia. Pretender contenerla es como
refrenar el viento, O sujetar el aceite en la mano derecha.
(Pr.27:15-16). Durante esta etapa el deleite puede convertirse en
confusión, amargura y tensión. Veamos cinco ilustraciones sobre lo
que les puede suceder a las parejas en esta etapa:

1. Se sienten aburridos. La mayoría del entusiasmo se va.

Hay pérdida de interés y cambios emocionales.
No tienen cuidado de como lucen. Algunos días son maravillosos
pero muchos otros son lentos y rutinarios.
2. Discuten. La pareja comienza a discutir sobre sus diferencias.
Empieza el conflicto.

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3. Se defienden. Comienzan a protegerse a sí mismos.

No son tan abiertos y confiados como antes.
Se ponen a la defensiva y están poco dispuestos a admitir sus
culpas y madurar.
4. Se critican.
5. Se desilusionan. Los sueños del matrimonio no se realizan.
Muchas parejas se dan por vencidos en esta etapa y se divorcian.
Otros cometen el error de buscar sentimientos de amor en otra
persona. No pasan del valle de la desilusión.

C. Tercera etapa: El amor maduro.

1° Corintios describe a esta etapa en el capítulo 13 como
“el capítulo del amor”.

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia,

el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido,
no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la
injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser;
pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia
acabará”. 1 Co.13:4-8

Veamos 7 características de este amor:

1. Es tierno: todo matrimonio necesita ternura.

Debemos ser amables y no juzgar el uno al otro.
Cuidar los sentimientos de cada uno.
2. Es responsable: todo cónyuge debe respetar y tratar con gratitud
a su esposa.
3. Acepta: la única manera de llegar a esta etapa es reconocer y
aceptar nuestras diferencias. Dios creó a cada cónyuge con sus
singularidades. Sabemos que tenemos distintas personalidades y
temperamentos, pero aun así encontramos la manera de aceptar
a la persona tal como es.
4. Es seguro: el amor ofrece la seguridad que dice:
No importa lo que pase, lo enfrentamos juntos.
Los esposos deben saber que ambos seguirán fieles el uno al
otro si pierden el trabajo, o su salud.

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Este compromiso les da seguridad tanto para ellos como para

sus hijos.
5. Es veraz y abierto: El amor… se goza de la verdad (1 Co.13:6).
Como parejas debemos ser abiertos y honestos el uno con el
otro. Decir la verdad pero con ternura.
6. Es humilde: aprende a alejarse de las acciones que revelan el
orgullo de la carne.
7. Está dispuesto a crecer: sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es,
Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí
por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente,
según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento
para ir edificándose en amor. (Ef.4:15-16)

Conclusión

¡Animo hermanos!!!! El cambio en una persona es un proceso

gradual. Da pasos pequeños y camina lentamente.
En este proceso, los cónyuges cumplen con el plan de Dios para su
vida y disfrutan de la amistad y el precioso regalo de la vida.

EL NOVIAZGO

¿Qué es el noviazgo?

Según nuestra mentalidad, es una etapa en la que un hombre y una

mujer establecen una amistad exclusiva, basada en el amor,
cuya meta es el matrimonio. Desde el punto de vista cristiano,
el único objetivo de un noviazgo siempre debe ser el matrimonio.
Me gustaría compartir otras dos definiciones de “noviazgo” tomadas
del libro “Novios” de Jorge Martínez:

1. “Periodo de mutuo conocimiento y preparación para el

matrimonio”.
2. “Oportunidad de oro, para hablarse francamente sobre algunas
cuestiones básicas, que determinarán en buena medida,
la felicidad o desgracia futuras”.

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La importancia del noviazgo

Dada la relevancia del matrimonio, el noviazgo es la ocasión

propicia para conocer al futuro cónyuge. Dice Luis Palau en su libro:
“¿Con quién me casaré?”, que hay dos decisiones fundamentales
en la vida:

1. Recibir a Cristo como Salvador

2. Decidir con quién vamos a casarnos
De la primera depende la felicidad de nuestra vida presente y futura,
sobre esta tierra y en la eternidad. De la segunda, la felicidad o
desdicha para todos los días de nuestra vida sobre esta tierra.
Si la segunda decisión fuera tomada erróneamente,
nos puede apartar, y hacer olvidar de la primera.

Métodos para elegir a su pareja

El amor es una parte importante del matrimonio.

Pero el amor es más profundo que un simple sentimiento.
Y esto lo vamos a ver claramente en el amor de Jacob por Raquel y
en el amor de Amnón por Tamar. Para elegir pareja, es sumamente
importante que la persona sepa discernir entre los sentimientos
románticos (emocionales) y el amor profundo y bíblico.
La atracción sexual y las sensaciones románticas son superficiales.
Por eso es que tantas personas pueden estar “enamoradas” por un
tiempo breve. Se sienten confundidas respecto a lo que es el amor
bíblico. Es bueno que los esposos tengan romance y atracción
sexual. Pero esos sentimientos deben madurar y llegar a ser parte
del amor maduro, bíblico. Entonces la pareja puede tener un
matrimonio feliz, que perdura.

Amor carnal Amor bíblico

Altamente emocional Usa la cabeza y también el corazón
Comienza repentinamente y generalmente Da tiempo para que el amor crezca
termina rápidamente
Egocéntrico, centrado en cómo me hace Piensa en lo que es mejor para la otra
sentir persona
Siente un impulso fuerte hacia el sexo Puede esperar mientras el conocimiento
inmediato crece
Idealista, no puede ver las fallas de la otra Realista, reconoce las fallas y ama de todos
persona modos

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La unidad emocional desaparece si no están La relación no está en peligro si no están de

de acuerdo acuerdo
Busca pruebas constantes de que el amor La seguridad se basa en el compromiso
todavía está presente hasta que la muerte los separe

El amor en el matrimonio incluye las sensaciones sexuales y

emocionales, pero debe ser mucho más profundo.
El amor que durará para toda la vida es una decisión más que
una sensación.

Maneras de prepararse para tener pareja

La gran mayoría de la gente se casa.

Algunos, como hemos visto, tienen el don de continencia y eligen
quedarse solteros. Pero todos estaremos solteros por un tiempo.
Algunos consejos para dirigirse durante esta etapa de vida.

A. Hacer amigos y tener confraternidad

La persona soltera debe buscar y conservar amistades sólidas.
Puede encontrar un buen amigo dentro de un miembro de la familia.
O fuera de la familia, hay amistades profundas entre los de la
misma fe. La persona soltera puede encontrar amigos entre
creyentes que comparten intereses comunes en cosas como el
trabajo, la música, la recreación.

B. Buscar y cumplir el propósito de Dios en su vida

Dios desea que los solteros lleven a cabo los propósitos que Él
tiene para ellos. Vivir con un propósito hace que la persona se
sienta valiosa, satisfecha y realizada.

Los solteros que desean casarse deben saber que son más
atractivos para otros cuando viven con un propósito.

C. Discernir las razones para tener pureza sexual (1 Co.6:9-20)

El plan de Dios es que un hombre y una mujer sean una sola carne
en el matrimonio. Él bendice el matrimonio porque es su plan.
Hay varias razones por las que Dios bendice las relaciones
sexuales sólo dentro del matrimonio.

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1. Debido a nuestra relación con Él.

La salvación afecta a la persona completa.
No es sólo nuestro espíritu el que se salva.
Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, por lo tanto debemos
permanecer sexualmente puros. La inmoralidad sexual es pecado
contra el cuerpo y contra Cristo mismo.

Lugares de morada del Espíritu Santo en el pasado

TABERNÁCULO TEMPLO DE SALOMÓN

Éxodo 40:34-38 1 Reyes 8:6-13

Lugar de morada del Espíritu Santo en el presente

"¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo?

Ustedes han recibido al Espíritu de Dios y habita en ustedes.
Entonces, ustedes no son dueños de su cuerpo." 1 Co.6:19 (PDT)

2. La pureza sexual protege contra la enfermedad

La gente en todas partes se está dando cuenta de que el sexo fuera
del matrimonio puede acarrear enfermedades.

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Las enfermedades sexuales se están propagando y los médicos no

tienen cura para muchas de ellas. Pero Dios nos ha dicho como
evitarlas. Permanezca sexualmente puro si es soltero.
Permanezca fiel si es casado. La pureza sexual protege a la gente
de muchas enfermedades.

(En un estudio que se ha publicado en el Boletín de la Organización

Mundial de la Salud, se presentan las cifras de nuevos casos de
estas enfermedades entre los hombres y mujeres de 15 a 49 años
en 2016: clamidiosis, 127 millones; gonorrea, 87 millones; sífilis,
6,3 millones y tricomoniasis, 156 millones.
Estas ITS tienen profundas repercusiones en la salud de los adultos
y los niños en todo el mundo. Si no se tratan, pueden tener efectos
graves y crónicos y causar enfermedades neurológicas y
cardiovasculares, infertilidad, embarazos ectópicos, mortinatos y un
aumento del riesgo de infección por el VIH.
Además, también se han asociado a unos niveles elevados de
violencia doméstica y estigmatización.
De acuerdo con las estimaciones, la sífilis causó 200.000 mortinatos
y muertes neonatales en 2016, una cifra que hace de esta
enfermedad una de las principales causas de defunciones de recién
nacidos en el mundo).

3. La pureza sexual protege al padre, a la madre y a los hijos.

El hombre que ha sido sexualmente puro y fiel nunca se preguntara
si ha dejado hijos abandonados por allí.
Las solteras sexualmente puras nunca sufrirán la angustia de tener
un hijo fuera del matrimonio. Todo niño necesita de un padre y una
madre y el ambiente de protección, amor y provisión que solo un
hogar en Cristo puede proporcionar.

4. La pureza sexual protege las emociones

El compromiso del matrimonio protege las emociones.
Luego, con esa seguridad, las parejas aprenden a vivir juntos y
amarse. La unión sexual sin compromiso hace que la persona se
sienta insegura, sin valor. El sexo fuera del matrimonio hace que
hombres y mujeres se sientan como artículos usados, en vez de
sentirse nuevos. Por el contrario, permanecer puros protege la
manera en que la persona se siente consigo misma.

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La pureza sexual eleva el valor de la persona ante sí mismo y ante

los demás. Protege la autoestima.

5. La pureza sexual conduce a la confianza y a la seguridad

La intimidad se fortalece al saber que ninguno de los dos ha tenido
sexo con otra persona. Ninguno de los dos es comparado con otra
persona. Cada uno puede aprender a complacer al otro.

D. Permanecer sexualmente puro

Algunos consejos:

A. No deje que el mundo lo presione a acomodarse a su modo de

comportarse. Los cristianos no viven según las normas del
mundo. Siguen el plan de Dios.
B. Satisfaga el deseo sexual como Dios lo aprueba.
Los cristianos deben trabajar y hacer planes en su matrimonio
para poder satisfacer sus deseos sexuales a través del plan de
Dios
C. Renueve su mente.
En Filipenses 4:7-9 Pablo nos da un gran consejo.
Lo que dejamos entrar en nuestra mente determina lo que sale
después en nuestras palabras y acciones.

Siga estos dos pasos:

1. Proteja su mente de las cosas que alimentan el deseo sexual.

Controle lo que piensa, lee, mira y habla.
¿Tiene problema con pensamientos impuros?
Examine lo que esté dejando entrar en su mente a través de la
televisión, los libros, la conversación, las películas y las revistas.

2. Reemplace los materiales dañinos con la Palabra de Dios y

ore. Pídale a El que le ayude a concentrarse en lo que es bueno
y puro. Requiere práctica, pero puede lograrse.

Una mente desocupada es taller del diablo.

D. Utilice su energía personal para lo bueno.

El hombre cristiano debe usar sus fuerzas para trabajar,
adorar, su familia, su ministerio y la vida cotidiana.

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Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la

carne. Gálatas 5:16. Los creyentes no son dirigidos por su
naturaleza pecaminosa (la carne) sino por el Espíritu,
que los guía para que vayan en la dirección correcta.
E. Acepte el perdón por su pasado y siga adelante.
Dios toma muy en serio el pecado sexual.
Romper sus mandamientos provoca malas consecuencias.
Pero Su gracia puede cubrir los pecados sexuales.
Dios perdona a todos los que se arrepienten y se apartan del
pecado.
La sexualidad en el noviazgo

Extraído de “Amor y sexualidad. ¿Artículo de consumo?

Una revalorización cristiana de la sexualidad y el amor.
Por Luis Eduardo Cantero

Por supuesto, una de las cuestiones clave en la relación del

noviazgo es la de la sexualidad y sus expresiones.
Estamos totalmente de acuerdo con el profesor Manfred Bluthardt
cuando señala que “el noviazgo es un tiempo de experimentación
erótica, que debe desarrollarse bajo el control y con miras a una
unión completa en el marco más adecuado del matrimonio.

Que es necesario el control mutuo en cuanto a lo sexual, es tan

claro que no necesita ser demostrado”. Si amamos a la persona con
la cual queremos casarnos, ello implica el deseo sexual.
Este no se despierta de un profundo sueño cuando el pastor o
sacerdote dice: Los declaro marido y mujer. Surge en los primeros
contactos y se va profundizando con el correr del tiempo”.

El doctor Guillermo Taylor, en “La familia auténticamente cristiana”

presenta el siguiente gráfico.
RELACIÓN
SEXUAL

JUEGO

JUEGUITO

MANOS CARICIAS BESO INICIAL BEZOTE

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Cada una de estas etapas de relación de amor comporta sus

riesgos y compromisos. En las primeras etapas no hay mayor
incidencia. Ir caminando del brazo o tomados de la mano es una
forma sencilla de comunicarnos el amor que sentimos por el otro.

De allí fácilmente se pasa a las caricias y a ciertos besos iniciales.

Pero cuando llegamos a la etapa de los abrazos y besos íntimos y
prolongados entramos en la zona que el autor llama
“alerta amarilla”. Hay cierto peligro. Y ni hablar de la etapa pre-coito
en la cual sin dudas nos encontramos en alerta roja. Y donde con
muchísima dificultad se puede volver atrás.
“Casi es una zona de no retorno”. Por tal razón es que aconsejamos
no llegar a esa etapa. Si aconsejamos no llegar a esa etapa es
bueno no responder a esta interrogante: ¿Cómo detenerme?
Es una buena pregunta, y razonable.
El doctor Thomas Harms, en su libro de gran éxito: I, m ok, you are
ok, establece una forma de simplificar la decisión de seguir hasta el
fin. El doctor Garert sintetiza las siguientes reglas de esta manera:
“En primer lugar, no tocar los órganos genitales de la pareja.
En segundo lugar, no besarnos de forma prolongada ni con
intensidad. En tercer lugar, para los muchachos en particular,
no intentar empujar a la chica más allá de sus límites cuando ella
diga no. La mejor manera, tanto para el joven como para la joven,
de reforzar los límites adecuados es el decir no.
Y hay muchas maneras de decir no.
Una de ellas es decir: “Tomemos un café o refresco”.
Es una forma positiva de decir no”.

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