E l agua como medio en el parto

Dr. M i c h e l Odent
O bstetra

I N WATER D E L I V E RY. Odent M

Keywords: Obstetrics, delivery, i nmersion, water, complementary medicine
English abstrae!: I n-water d e l i very can be very useful i n reduction of a n a l gesic med ication , but we m ust " know-how"
about conditions l i ke water temperature and women's attitude. lt is of spec i a l sign ificance to know the moment whe­
re the woman m ust go to the pool (usually alter a 5 cm of cervi c a l d i l atat i o n ) because water i n mersion causes a d is­
m i n ution of occitoc i n e levels by a hearth mediated way, causi ng i n severa ! cases of premature bath a sto p p i n g of ute­
r i n e contracti ons. Woman's attitude towards d e l ivery is sti l l a major factor in the a p p l ication of pharmacologic mea­
su res aga i nst pa ln

Un poco de También instalamos un pia­ mujer en trabajo de parto, con

historia
Me han pedido que hable
de los beneficios del agua
durante el parto y para ello
debemos remontarnos al prin­
cipio de la historia. Ir hasta
los años 70 y recordar lo que
entonces tuvo lugar en un
hospital público francés, en
aquellos años que en Francia
fueron muy especiales.
Fue ·p oco después de los
acontecimientos de mayo del
68, de la revolución de los
estudiantes, tras la que se ini­
ció un largo período de creati­
vidad. Creíamos que todo
estaba permitido, éramos
mucho más audaces, incluso a
veces hacíamos lo que pocos
años antes se hubieran consi­
derado auténticas locuras. El
motor estaba en el lema:
PROHIBIDO PROHIBIR.
En este contexto nos empe­
zamos a cuestionar el entorno
del nacimiento. El inicio, estu­
vo en introducir una sala de
partos diferente, más parecida
a una habitación en una casa,
que a un cuarto de clínica. En
aquella época era algo absolu­
tamente innovador.
no en la sala de preparación y
las muJeres embarazadas
empezaron a reunirse para
cantar juntas. Una serie de ele­
mentos impensables poco
tiempo antes. Y en este auge
de cambios y de creatividad,
nos apercibimos de que du­
rante el parto muchas mujeres
se sienten atraídas por el agua.
Algunas pedían ducharse,
otras tomar un baño y sólo
disponíamos de una estrecha
bañera.
Así que un día fui a una
tienda cercana, compré una
pequeña piscina hinchable de
j ardín y buscamos uh espacio
en la sala de maternidad para
poder ubicarla.
Y este fue el principio de la
historia de las piscinas en las
salas de partos de los hospitales.
Nuestro objetivo se centró
en intentar evitar el uso de
medicamentos durante el tra­
bajo de parto, puesto que
todos tienen efectos secunda­
rios. Y a partir del momento
en que dispusimos de la pisci­
na, empezamos a promover
nuevas estrategias.
La escena que empezó a
repetirse con mayor frecuen­
cia, era aquella en que una
contracciones intensas y
mediada la dilatación, pedía
q'u e hiciéramos " cualquier
cosa " , le diéramos una inyec­
ción, etc ...
Llegado a este punto, noso­
tros le ofrecíamos algo dife­
rente. Acompañábamos a la
mujer hasta la habitación
dond e estaba la piscina y
empezábamos a llenarla. Con
el sólo ruido del agua, ver el
fondo azul de la piscina, las
paredes también pintadas de
azul con unos alegres delfines
que la decoraban, la mujer se
relajaba y dejaba de pedir
medicación.
Su demanda era entonces,
cuanto debía esperar para que
la piscina se llenase, para
poder meterse en el agua.
Primeras
conclusiones
Una de las primeras cosas
que pudimos aprender, fue la
importancia que debe darse a
este período que precede al
baño en sí, cómo la mujer lo
vive anticipadamente, que hay

NATURA MEDICATRIX N" 55 OcTUBRE 1 999

 todo un ritual o man�ra de
presentar la p1sc1na. La
importancia que tiene el ruido
del agua, Hemos podido
constatar qu� durante estos
prolegómenos se produce un
bu�n avanc� �n la dilatación.
Varios bebés nacieron junto
a la pisóna antes d� que ésta
estuviera llena.
Así pues descubrimos el
poder mágico d�l agua, el
que no puede ser explicado
por los fisiólogos ni por la
ciencia. El efecto del agua
sobre el ser humano, qu�
también puede ser erótico, o
místico. No en vano el agua
es utilizada en los ritos de
todas las religion�s. Son
muchas las cosas qu� aún
tenemos que aprend�r sobr�
el poder o ef�cto del agua.
A partir de �st� mom�nto,
�sta �sc�na se repitió a m�nu­
do: una muj�r con bu�nas
contraccion�s y dilatación a
partir d� 5 cm que, tras m�ters�
�n la piscina, alcanzaba �n
poco ti�mpo (entr� 1 o 1,5
horas) la dilatación compl�ta.
Cuando el �xpulsivo era
inminente, la mayoría d� inuje­
r�s �ran capac�s d� percibir un
cambio �n las contraccion�s,
una cierta pérdida de eficacia
de las mismas y sentían la nece­
sidad de salir del agua.
La escena que hemos des­
crito se repitió durante mucho
tiempo: la mujer entraba en el
agua en unas determinadas
condiciones. Cuando el bebé
�staba a punto d� nac�r, por sí
misma salía del agua y tras 3
ó 4 contraccion�s int�nsas, el
b�bé nacía rápidam�nt�.
Hasta que llegó el día en
que una de ellas no tuvo tiem­
po de salir de la piscina y el
bebé nació dentro del agua, lo
acompañamos suavemente
hasta la superficie y allí empe­
zó a respirar y llorar normal­
mente. La reacción del bebé
no nos sorprendió, puesto que
sabíamos que el princípal fac­
tor que induce la respiración,
es el contacto de las vías aére­
as, boca y nariz, con el aire.
Entonces nos dimos cuenta
de que existía la posibilidad
de que algunos bebés na_cieran
dentro de la piscina.
Hay que tener en cuenta de
que en aquella época nadie
había recibido mucha infor­
mación sobre estos temas, no
s� habían publicado artículos
en las revistas que hablaran
sobre el agua en el parto.
NATURA MEDICATRIX N' 55 OCTU BRE 1 999
Esras mujeres actuaban
�spontán�amente y no habían
planificado nada en concreto
respecto a su parto.
Por �sta razón �s necesario
hac�r un análisis pr�vio d�
cómo �mp�zamos a utilizar �1
agua durant� �1 trabajo d�
parto, d� su uso y �fecto en
una época �n qu� ni las muj�­
res ni sus par�jas habían sido
influ�nciadas por una infor­
mación pr�via.
Continuamos nu�stra prác­
tica, y a los pocos mes�s otro
bebé nació dentro del agua.
P�ro éste no �ra nuestro obj�­
tivo. Nu�stro objetivo básico
�ra facilítar la fas� de dilata­
ción y �virar �1 uso d� m�dica­
m�ntos.
Publicación de
resultados
En �1 año 1 983, cuando
más de 1 000 muj�r�s s� habí­
an b�neficiado d� la piscina
durant� el parto, nació d�ntro
d�l agua �1 b�bé n° 1 0 0 .
Entonc�s d�cidí publicar un
artículo sobre el tema en algu­
na r�vista médica d� pr�stigio.
Este mismo año apareció en
LANCET el resultado de
nu�stro trabajo, cuando toda­
vía ningún otro hospital dis­
ponía de piscina.
El objetivo del artículo era
animar a nuestros colegas
obstetras a rep�tir nuestra
expenenCla.
La conclusión pres�ntada
en aquel momento, era que la
inmersión en el agua a tempe­
ratura corporal, par�cía ser
una manera sencilla, econó­
mica y carente de riesgos de
evitar el uso de m�dicamentos
durante el parto. Con la
advertencia clara de que en
cualquier servicio de materni­
dad donde se usaran piscinas
existiría siempre el riesgo d�
que alguno de los bebés
naciera dentro del agua, y
qu� ésta posibilidad debía
tenerse en cuenta.
Cerca del año
2000
Llegado a este punto del
relato histórico, puedo ya
situarme en el contexto actual
tan cercano al año 2000.
Es un mom�nto muy dis­
tinto d� la historia en el que
ya p od emos presentar unas
s�ncillas r�com�ndacion�s
para aqu�llos prof�sionales
qu� dispongan d� una piscina
a fin d� obt�ner el máximo
b�neficio del agua como
medio en el parto.
El contexto ha cambiado.
Hoy en día son muchos los
hospital�s, clínicas y casas d�
partos qu� dispon�n de pisci­
nas y se han publicado num�­
rosas informacion�s a todos
• los nivel�s.
El público también ha cam­
biado, pu�sto que los futuros
padres han recibido muchísi­
ma información sobr� el par­
to y su desarrollo.
Debemos pues tener una
idea clara de cómo actúa el
agua sobre el cuerpo humano,
especialmente sobre la mujer
en trabajo de parto; y dispo­
nemos de la información cien­
tífica suficientemente contras­
tada para conocer estos efec­
tos y actuar sin riesgos.
Los efectos del
agua
Podemos afirmar que la
inmersión en agua a tempera­
tura corporal facilita el proce­
so de parto, aunque por un
tiempo limitado. Es eficaz
durante una hora u hora y.
media en que alcanza el grado
máximo de eficacia, para lue­
go perderla gradualmente.
¿ Cómo podemos afirmarlo?
Lo hemos aprendido a través
de la observación clínica, y
ésta se ha transmitido boca a
boca a través de los encuen­
tros de comadronas y otros
profesionales relacionados
con el parto.
Existe un estudio prospecti­
vo realizado por un grupo de
comadronas de Goteborg. Es
un estudio aleatorio controla­
do sobre una población de
2.000 mujeres divididas al
azar. Podéis preguntaros qué
sistema se eligió para que
unas mujeres usaran la pisci­
na y hs otras no. Pero este
grupo de comadronas superó
la dificultad con una sencilla
propuesta: tenemos una pisci­
na, pero no sabemos cuál es el
momento 'idóneo para entrar
en ella y que su efecto sea
realmente positivo, y nos sen­
timos en la necesidad de
aprenderlo. De esta manera
las mujeres aceptaron partici­
par y se pudo obtener un
buen resultado. De manera
que la mitad de ellas entró
con una dilatación que no lle­
gaba a los 5 cm y las otras a
partir de esta dilatación. Así
de sencillo.
El resultado confirmó que
el mejor momento para entrar
en la piscina es cuando la
dilatación es de 5 cm o más, y
las contracciones han alcan­
zado un cierto grado de efec­
tividad, con lo que se acorta
la duración del parto, la nece­
sidad de analgesia y otros
medicamentos y de interven­
ciones en general. Estos resul­
tados se publicaron en el
Journal of Midwifery, a fina­
les de 1 997.
También existen razones de
orden fisiológico para justifi­
car esta afirmación. Los fisió­
logos saben mucho acerca de
los efectos del agua sobre el
cuerpo humano y nos aportan
datos que sin estar directa­
mente relacionados con el
parto son muy útiles para el
tema que nos ocupa.
Hay muchas maneras de
sumergirse en el agua. Puede
ser una b añera pequeña,
doméstica, con solo el torso
y las piernas sumergidos, o
hasta el cuello; la temperatu­
ra puede ser muy variable,
etc. Sin embargo existe una
respuesta común a cualquier
tipo de inmersión: cuando el
cuerpo humano se sumerge
en el agua se produce una
redistribución del volumen
sanguíneo, que aumenta sis­
temáticamente a nivel toráci­
co y disminuye a nivel de las
extremidades.
Asimismo, ciertas estructu­
ras celulares de la aurícula
cardíaca son extremadamente
sensibles a estos cambios
volumétricos, y cuando se
produce este aumento segre­
gan una hormona, (ANP) un
péptido.
Puede parecer sorprendente
puesto que el corazón, consi­
derado esencialmente como
un elemento de bombeo, se ha
demostrado que también tie­
nen función endocrina.
Cuando el cuerpo está
sumergido en agua, el cora­
zón comienza a segregar ANP,
uno de cuyos efectos es redu­
cir la actividad del lóbulo
posterior de la hipófisis, afec­
tando precisamente a la secre-
cíón de occitocina, la hormo­
na responsable de la contrac­
ción uterina. Es decir que tras
un cierto tiempo de inmer­
sión, la secreción de occitoci­
na disminuye.
• Es curioso que sea preci- .
samente la occitocina, la hor­
mona que provoca las con­
tracciones uterinas, la llama­
da hormona del amor, la que
sea inhibida por una sustan­
cia secretada por el corazón.
Paradojas de las conclusiones
científicas.
En estas condiciones, se
produce una primera reacción
de bienestar, un efecto analgé­
sico, relajante y la sensación
de dolor disminuye.- Esto lo
saben las comadronas que tie­
nen experiencia con piscinas,
descienden los niveles de
estrés, bajan los niveles de
catecolaminas, de adrenalina.
Como la adrenalina y la
occitocína son antagonistas,
este descenso de la adrenalina
en el primer período de la
mmersión, provoca un incre­
mento del nivel de occitocina,
lo que a corto plazo facilita y
agiliza el proceso del parto.
Mientras se produce la
reacción auricular, el ANP
entra en acción y al cabo de
cierto tiempo, aproximada­
mente una hora y media, el
nivel de occitocina que había
alcanzado un grado elevado,
comienza a disminuir.
También desciende el nivel ·
de vasopresina y se liberan
líquidos.
Este descenso del nivel de
ambas hormonas se manifies­
ta con un descenso de la
intensidad y frecuencia de las
contracciones.
Las tres
recomendaciones
bás icas
1 •: el momento ideal
Tras este análisis, vemos lo
importante que es el momen­
to y las condiciones en que la
mujer puede entrar en el
agua. Esperar a que tenga ya.
5 cm de dilatación y que sus
contracciones sean intensas y
regulares, es lo ideal para
sumergirse en la piscina llena
de agua a unos 36-37° de
temperatura.
Pero, ¿cómo conseguir que
una mujer de parto espere
hasta este momento? Puede
resultar una tarea difícil.
Todos sabemos que durante el
parto la mujer es mucho
menos racional, puede dejarse
llevar por reacciones instinti­
vas y sentir una atracción
irresistible hacia el baño, lo
que la hace incapaz de esperar
las condiciones idóneas. Aquí
es donde debe entrar en juego
el arte de cada comadrona,
quien tendrá que ayudar a la
mujer con estrategias que le
permitan obtener del agua los
beneficios esperados y retar­
dar el baño hasta que sea el
momento adecuado.
Sea dando explicaciones
asequibles, acompañando a la
mujer en este período o pro­
poniendo otras cosas, como
puede ser una ducha. La
ducha puede resultar alta­
mente beneficiosa, puesto
que es una actividad que se
desarrolla en un recinto
pequeño, en intimidad y el
agua también está caliente.
Todos son factores que favo­
recen el parto a los que se
añade el ruido del agua que
cae (el poder mágico del
agua). El chorro puede diri­
girse hacia los pechos, sobre
los pezones, lo que estimula­
rá la secreción de occitocina
o bien sobre la región dorso­
lumbar, aliviando el dolor en
esta zona. Esta podría ser
una manera de llegar hasta
los 5 cm de dilatación.
Insistimos pues en la
importancia de comprender
que hay un momento ideal
para entrar en la piscina.
Hablando con comadronas de
los hospitales de Londres,
todas nos cuentan que cuan­
do las mujeres han entrado en
la piscina antes de los 5 cm de
dilatación, ésta ha progresado
bien y rápido hasta unos 6-7
cm, pero después el trabajo se
ha parado y ha sido necesario
recurrir al uso de perfusiones
de occitocina.
Las comadronas expertas
también seran capaces de
reconocer los casos de ciertas
mujeres que realmente no
pueden esperar, que han
entrado en la fase de irracio­
nalidad en que el neocortex
no controla, en que se
encuentra en un estado de
conciencia realmente altera­
do. Estas situaciones son
aquellas en que el parto discu-
NATURA MEDICATRIX N" 55 OCTUBRE 1 999
rrirá muy rápido y hagamos
lo que hagamos el bebé nace­
rá muy deprisa.

2•: evitar las i deas

preconcebidas

Es necesario que cuando

una mujer va a dar a luz, evi­
te tener ideas preconcebidas
sobre el desarrollo de su par­
to. Que evite tener una espe­
cie de guión de lo que pasará,
puesto que ésta programación
puede resultar altamente peli­
grosa. Esto no sucedía en
aquellos años 70 del principio
de la historia, puesto que
había mucha menos informa­
ción y la conducta era más
espontánea. Pero hoy en día,
con todo lo que se ha llegado
a publicar en todos los
medios, muchas mujeres idea­
lizan su parto, lo que las con­
vierte en prisioneras de sus
propios proyectos.
Toda mujer o pareja, que
disponga de la posibilidad de
utilizar una piscina durante
el trabajo de parto debe ser
consciente de cuáles son los
efectos del agua, tanto positi­
vos como negativos, del
objetivo centrado en evitar el
uso de medicación y de
extraer de su uso el máximo
de beneficios.
De acuerdo a la respuesta
hormonal que ya hemos
expuesto, una vez la mujer
entra en el agua tiene una sen­
sación de relax, y sus contrac­
ciones son cada vez más efica­
ces, llegando a su punto
máximo alrededor de la hora En un artículo de LANCET Cuando el bebé nace en tie­
y media de inmersión, pero a se publicó (septiembre 1 997) rra firme, el cordón deja de
partir de aquí esta eficacia el caso de una mujer que se latir de manera espontánea a
comienza a disminuir. empeñó en permanecer vanas los pocos minutos, los vasos
Podemos reflejar este efecto horas en la piscina. Desde lue­ sanguíneos se contraen y el
en un sencillo gráfico y con­ go el niño nació, pero ella riesgo es mínimo, pero dentro
servar esta imagen en la men­ todavía quiso permanecer en del agua esta reacción no se
te nos será muy útil. el agua con su bebé, sin cortar produce y el bebé recibe exce­
Si la mujer ha programa­ el cordón, esperando la salida so de sangre materna.
do estrictamente su parto en de la placenta. Pasados más Un accidente de este tipo
el agua y no quiere salir de la de 30 minutos salió del agua, no debería producirse nunca
piscina, una vez que ha pasa­ pero requirió el uso de occi­ si el médico o la matrona
do este período de máxima tocina para expulsar la pla­ conocen los efectos precisos
eficacia, sucederá que a la centa y favorecer la contrac­ del agua y los utilizan a su
larga el parto sí se produci­ ción. A los dos días el bebé favor. Tener en la mente bien
rá, pero las contracciones tuvo que ser ingresado vícti­ claro el gráfico que hemos
serán cada vez menos fre­ ma de una intensa poliglobu­ presentado puede ser una
cuentes, menos fuertes y por lia (hgb. 28, hcto. 80), y tra­ ayuda importante.
lo tanto menos efectivas. tado con albúmina humana; Imaginemos otra escena, en
Puede entonces ocurrir que afortunadamente se recuperó. la que la mujer entra a 5 cm,
no consigan expulsar la pla­ Pero este caso dio la vuelta al sus contracciones son regula­
centa y que posteriormente mundo a través de diferentes res y de intensidad creciente,
el útero no se contraiga lo medios de comunicación, cre­ y que todo avanza tan rápido
suficiente para impedir una ando una gran confusión que la madre no puede salir
hemorragia. sobre el efecto de las piscinas. del agua a tiempo y el bebé

NATURA MEDICATRI X N' 55 OCTUBRE 1 999

nace dentro del agua, pero
como estamos en la fase
ascendente, no hay ningún
riesgo, la placenta saldrá y el
bebé no corre ningún peligro.
Todos estos ejemplos me
han servido para ilustrar la 2•
recomendación, que no hay
que planificar los nacimientos
en el agua. Ciertamente puede
suceder que el parto tenga
lugar dentro de la piscina.
Cuando ésto sucede es porque
los mecanismos del parto han
actuado con gran rapidez y
efectividad y no es en absolu­
to peligroso, pero planificar
que va a suceder así supone
un gran nesgo.
33: la temperatura del agua:
respuesta teta 1
La temperatura del agua
también tiene una gran
importancia. Nunca debe so­
brepasar la temperatura cor­
poral normal, es decir los 36-
370C. Si el agua está demasia­
do caliente, la temperatura de
la madre subirá y la del feto
que de por sí ya es más eleva­
da, también. Por lo tanto 1 ó
2 grados de más son suficien­
tes para que el feto alcance
temperaturas e 40° e o más.
Entonces el bebé, cuyo
mecanismo de termorregula­
ción es muy frágil, tiene pro­
blemas para eliminar el calor.
A más de 40° requiere gran­
des cantidades de 02 y se
vuelve extremadamente vul­
nerable cuando este nivel des­
ciende fisiológicamente du­
rante la contracción. En con­
diciones de normalidad, el
feto dispone de recursos sufi­
cientes para adaptarse, pero
no si las condiciones varían.
Así pues, un baño demasia­
do caliente puede ser causa
de sufrimiento fetal durante
el parto.
Estos mecanismos son los
mismos que se ponen en mar­
cha durante una anestesia
peridural. En este caso el sis­
tema neurovegetativo de la
madre se ralentiza en la mitad
inferior del cuerpo y se pro­
duce un aumento de tempera­
tura con el consiguiente ries­
go de sufrimiento fetal. Esto
hace que algunos bebés naci­
dos bajo peridural, tengan la
temperatura elevada por enci­
ma de lo normal y ciertas difi­
cultades para adaptarse a la
temperatura ambiente tras el
parto, lo que es causa de vigi­
lancia intensiva y separación
de la madre. Muchos de ellos,
en espera del resultado de cul­
tivos en sangre y secreciones,
son sometidos a antibiotera­
pia preventiva, que se revelará
innecesaria al tener los resul­
tados. Son aspectos sobre los
que habría que reflexionar.
Sobre los peligros de un
baño demasiado caliente, en
1993 se publicaron en LAN­
CET dos casos de bebés naci­
dos ambos en un Hospital de
Bristol (GB) y que fallecieron
a los 2-3 días del parto.
Ambas madres habían utiliza­
do la piscina durante el parto
y se pudo constatar que la
temperatura del agua había
sido de casi 40°.
Conclusión
No debemos olvidar que el
objetivo principal del uso del
agua durante el trabajo de
parto, es la reducción de la
necesidad de medicamentos
analgésicos, de peridurales y
de intervenciones en los par­
tos. A través de algunos ejem­
plos, he intentado ilustrar las
recomendaciones básicas para
el uso adecuado del agua
durante el trabajo de parto.
Si estas recomendaciones
son comprendidas y respeta­
das, el uso de la piscina se
convierte en un recurso que
puede realmente competir con
la peridural, auténtica epide­
mia de nuestros días.
En la mayoría de centros,
las mujeres no disponen de
condiciones materiales m
humanas que favorezcan la
secreción de occitocina y
endorfinas naturales; ni la
puesta en marcha de todos los
sutiles mecanismos q ue inter­
vienen en el maravilloso pro­
ceso del parto. Entonces nece­
sitan el uso de medicación,
perfusiones que inducen con­
tracciones demasiado intensas
que posteriormente hay que
controlar con peridurales,
sometiendo todas estas activi­
dades a la supervisión con
máquinas.
Pero esto sucede porque
estos hospitales, clínicas, etc.,
parten de conceptos obstétri­
cos anticuados y no tienen
nada más que ofrecer. Cuan­
do una mujer ingresa en un
servicio de maternidad se
induce y estimula en exceso.
Los obstetras actuales todavía
actúan de manera poco cientí­
fica, dejándose llevar por cri­
terios antiguos que las más
recientes investigaciones de­
muestran que deben reconsi­
derarse. Estamos en los albo­
res de un nuevo siglo y es nece­
sario que seamos tan científi­
cos como los tiempos exigen.
Disponemos de bases de datos
y mecanismos de difusión
rápidos y eficaces y hemos de
ser capaces de utilizarlos en
provecho de la propia humani­
dad que los ha creado.
Existen numerosos estudios
que demuestran las conse­
cuencias negativas a medio y
largo plazo de ciertos proce­
dimientos durante el parto.
Ha llegado el momento de
situarnos en el nivel científico
y económico que la llegada de
un nuevo siglo impone.
No creo que el problema
del uso de peridurales se
reduzca dependiendo del uso
o no de piscinas, sino a partir
de un cambio de actitud en
que pnme la rigurisodidad
científica y el conocimiento
exhaustivo del proceso de
nacimiento y de la fisiología
del embarazo, el parto y el
puerperio, tan desconocidos
todavía.
Por estas razones, cuando
hablamos del uso del agua
durante el parto, nos situa­
mos siempre en el plano de la
fisiología, de la asunción de
responsabilidades basada en
el conocimiento científico, y
no en el de las inducciones
forzadas o el de las estimulac
ciones que casi nunca serían
necesarias.
NOTA
Esta confere n c i a , a cargo d e l
D r . M ichel O d e n t , obstetra, fue
pro n u nciada e l d ía 3 de j u l io
con motivo de la i nauguración
d e u n a casa d e partos en l a pro­
vi n c i a de G i rona.
Actua l mente e l a utor d i rige el ·
Pri m a l H ea lth Research Center
sobre S a l u d Pri m a l e n Lond res.