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Principios básicos
La escalada ha dejado de ser una actividad de montañeros. Pasando por la escalada
deportiva y el búlder, el entrenamiento de escalada en rocódromos se ha convertido en
una alternativa a los gimnasios, bastante más divertida y social.
CONTENIDO
Empezando a escalar
PLANIFICANDO EL ENTRENAMIENTO
Escalada, boulder y ejercicios en el plafón
Campus board
Ejercicios específicos
› Musculatura específica o agonista
› El Core
› Musculatura estabilizadora y antagonista
› Ejercicios de piernas
Cardio o entrenamiento aeróbico
Estiramientos:
Descanso y alimentación:
Conclusión:
Los beneficios de la escalada para la salud son múltiples. Es un deporte anaeróbico muy
completo que fortalece y tonifica los músculos de casi todo el cuerpo. La fuerza necesaria
será relativa al peso del escalador, inclinación de la pared y tamaño/posición de las presas.
Su ejecución requiere toda la atención y concentración del escalador. Por eso, se dice que
es también efectiva contra el estrés. Sobre todo, cuando se hace en un entorno natural.
Aunque la escalada aporta beneficios para la salud tanto si se practica en plena naturaleza
como indoor, que tan de moda se han puesto. Los rocódromos son ideales para no correr
riesgos y si no se dispone del tiempo necesario, como suele ocurrir en el día a día. Se están
convirtiendo en un tipo de deporte urbano
Empezando a escalar
Conforme vayamos avanzando, nuestro cuerpo irá ganando fuerza y destreza. Para ello irá
desarrollando una serie de adaptaciones físicas y mentales. Éstas le permitirán realizar
dicha actividad, para la cual, a niveles extremos, estamos dudosamente adaptados.
Entrenar previene lesiones y ayuda a progresar.
PLANIFICANDO EL ENTRENAMIENTO
Lo sitúo a medio camino entre los ejercicios anteriores, y los específicos. Su denominación
se debe al centro de entrenamiento donde W. Güllichpreparó muchas de sus escaladas.
Entre ellas, la de la mítica Action directe. El Campus Board es uno de los instrumentos de
entrenamiento para escalada más eficaces y con mayor transferencia. Lo componen una
serie de regletas situadas a una distancia entre 12 y 20cm sobre una plancha de madera
ligeramente desplomada. La idea es ir subiendo usando únicamente los dedos,
normalmente en extensión. En él se trabajará fuerza, potencia y coordinación.
Son aquellos ejercicios que realizamos para subir de nivel escalando, cuando nos
estancamos en algún aspecto físico. En la escalada, ante todo, nos interesará reclutar el
mayor número de fibras musculares posibles, hipertrofiando lo mínimo indispensable.
› El Core
Esos músculos estabilizadores tan importantes y a veces tan olvidados. Hace referencia
a la zona central del cuerpo. Lo componen la musculatura abdominal y pélvica, junto con
la de la espalda baja y el diafragma. Cualquier movimiento que hagamos, desde sentarnos
hasta levantar una garrafa, implica estos músculos. El TRX o entrenamiento en
suspensión, las anillas o la calistenia se caracterizan por tratar y fortalecer esta zona del
cuerpo. Los abdominales serán agonistas escalando desplomes, mientras que los lumbares
serán sus antagonistas. Estos músculos, la mayoría de las veces, actúan de manera
involuntaria; sin que nos demos cuenta. Nos interesa reclutar el mayor número de fibras
musculares posibles, hipertrofiando lo mínimo indispensable.
Aunque hacer abdominales puede darte un cuerpo de vigilante de la playa, no será muy
eficiente para tu escalada. Aunque los abdominales forman parte del core, para escalar es
mejor trabajar la pelvis, la parte inferior de la espalda, los oblicuos y el abdomen de
manera conjunta.
Al trabajar los músculos por grupos, con ejercicios más funcionales, ganaremos mayor
eficiencia que trabajándolos por separado. Aumenta la propiocepción, facilitando a
nuestro cerebro para la coordinación de todos ellos cuando sea necesario.
CORE EN LA ESCALADA
Cada tipo de vía tiene una exigencia diferente para el core. Puede ser algo más sutil, como el
equilibrio y la distribución del peso. O una gran tensión corporal en una puerta.
Es la región corporal que hace de base para todo movimiento físico. De hecho, cada movimiento
en la escalada de cuerpo completo implica tu core de una u otra forma.
En la escalada en roca, los músculos centrales desempeñan un papel clave al permitir que sus
brazos y piernas transfieran la fuerza desde el tronco hasta la pared. Necesitas tensión corporal,
ya sea cuando intentas realizar un paso largo, un cruce o encogerte. El core hace de base para
todo movimiento físico.
No importa qué estilo de escalada prefieras. Tener un core fuerte te ayuda a mantener los pies
sobre la pared en los desplomes. También te permite usar los pies de manera más efectiva,
independientemente de la inclinación de la pared.
Escalar paredes desplomadas es una excelente manera de fortalecer los músculos centrales. El
problema es, que para empezar a poder escalar eficazmente estas vías, ya deberías tener una
base. Si no, apenas podrás moverte por estas inclinaciones, manteniendo los pies en las presas.
Los abdominales son la opción más obvia. Sin embargo, estos ejercicios se dirigen solo a una
pequeña porción de tus músculos centrales.
El core se compone de músculos, formados por fibras musculares. Lo mismo que el resto de los
grupos musculares de nuestra anatomía.
Las práctica de yoga y Pilates, trabajan todos los músculos del torso. Son excelentes para
desarrollar conciencia corporal, flexibilidad y acondicionamiento general, junto a un gran
trabajo de la respiración. Pero no desarrollan una buena fuerza central, transferible a la
escalada. Por lo tanto, aunque practicar yoga o Pilates merece la pena, sigue existiendo la
necesidad de entrenar los músculos del core de una manera más específica para la escalada.
Un par de sesiones de unos 20 minutos a la semana. Estás pueden ser al final del
entrenamiento, o un día a parte.
Si el anterior ya te parece fácil, a ver qué opinas de esta versión. En vez de elevar las
extremidades opuestas, ahora levantarás las el mismo lado. Es posible que en un principio te
cueste mantenerte firme, sin caerte. Pero poco a poco, le irás pillando el tranquillo.
PLANCHA LATERAL
Los pies deben estar juntos, y las piernas rectas. Mantén la cadera elevada, que no decaiga.
Aguanta la posición durante un minuto por cada lado.
Una vez tengas bajo control el ejercicio anterior, empieza por levantar el brazo que no tienes
apoyado en el suelo. El siguiente paso será mantener elevada la pierna de arriba. Aquí
trabajarás el plano lateral.
Este ejercicio trabaja la otra cualidad de los músculos del core: generar movimiento. En este
caso implicaremos, sobretodo, a los músculos abdominales en el plano sagital.
PIES A LA BARRA
Progresión del ejercicio anterior. Una vez que te parezca sencillo, no tienes más que elevar
las piernas rectas, sin flexionar las rodillas.
Además, elevaremos los pies en 3 posiciones diferentes: rectos, en medio de las dos manos. Y por
fuera de éstas, una vez a cada lado. Así estaremos trabajando también los oblicuos del
abdomen, al realizar el movimiento en planos transversal y sagital.
LIMPIAPARABRISAS
La progresión siguiente al ejercicio anterior. En esta ocasión, no bajaremos las piernas, sino que
realizaremos el movimiento de lado a lado, como el limpiaparabrisas de un coche.
Esta versión es muy exigente, involucrando en gran medida a los músculos oblicuos. Además, de
todos los beneficios a nivel escapular y de trabajo de hombros que conlleva el realizar el
ejercicio colgados de la barra. Sigue trabajando en planos sagital y transversal. Ejercicio muy
completo, que recomienda Eric Horst.
Intenta realizar 10 repeticiones, con las piernas lo más rectas posibles. Si te cuesta, empieza
flexionándolas ligeramente.
Aunque es la progresión más sencilla hacia el deseado front lever, ya exige una buena base
abdominal. Además, la primera vez puede resultar extraña la coordinación que pide, una vez
practicado, resultará sencilla.
Realiza 10 repeticiones.
De nuevo, se debe haber controlado el ejercicio anterior para poder pasar a éste. En esta
ocasión, nos colgaremos de la barra y buscaremos realizar una plancha horizontal,
manteniendo una pierna flexionada.
Hay dos opciones. Mantener la posición isométrica, cambiando de pierna cada vez que hagamos
el ejercicio. O realizar el ejercicio cambiando de pierna, como ves en el vídeo. De esta manera el
trabajo realizado será más compensado entre ambos lados, evitando sobrecargar más alguno.
FRONT LEVER
El front lever es un ejercicio avanzado de calistenia. Es muy difícil de realizar, pues requiere
mucha fuerza de los músculos abdominales y de la zona central del cuerpo. Aunque hayas
realizado las progresiones anteriores, las primeras veces te parecerá imposible. Un truco:
empieza con las piernas abiertas. Conforma vayas ganando fuerza, ve cerrándolas un poco más.
En esta ocasión trabajaremos la zona baja de la espalda y los lumbares, pues también forman
parte del core. En un ejercicio sencillo, pero realmente efectivo para comenzar a trabajar esa
zona tan importante.
Tumbado en el suelo boca abajo, levanta un brazo y la pierna opuesta al mismo tiempo. Mantén
la posición un par de segundos, y vuelve a bajarlos y levanta las otras extremidades. Intenta
mantener la cadera y el pecho pegados al suelo, sin girarte hacia ningún lado.
Una vez ya controlas el anterior ejercicio, te toca pasar a éste. En esta ocasión realiza
la elevación de las cuatro extremidades al mismo tiempo. Mantén las piernas rectas, y los codos
ligeramente flexionados.
Realiza 10 repeticiones.
Si tienes poca movilidad de hombros, empieza realizando el ejercicio en las anillas. Más tarde
podrás pasarte a la barra.
Colgado en la barra, con las manos en pronación, eleva las piernas. Continúa el movimiento
hasta que los pies pasen sobre la cabeza, a través de los brazos.
Continua bajando los pies hasta que la planta esté perpendicular al suelo. Los brazos deben
extenderse por completo. En ese momento, siente el movimiento de abducción (separación) las
escápulas. Vuelve entonces, hacia atrás, levantando las caderas.
Como ya he comentado antes, un core fuerte interviene en la eficiencia de tu técnica de pies. Este
ejercicio trabaja el plano sagital. A la vez que sencillo, cuenta con una gran transferencia a la
escalada en techos y extraplomos. Éste ejercicio, y el siguiente, mejor hacerlos con los pies de
gato puestos.
Si dispones de la instalación idónea, no dudes en practicarlo. Realiza 5 repeticiones con cada pie,
intentando aguantar un segundo la posición. La dificultad dependerá del tamaño y distancia de
la presa, o del uso de lastre.
Para progresar el ejercicio, busca pies altos y lejanos. También se puede usar el chaleco lastrado.
Haz 5 repeticiones por lado. Según la pierna que usemos, trabajaremos el plano lateral o la
rotación transversal.
Recuerda que si practicas los ejercicios descalzo, estarás ayudando a tus pies de escalador.
Esta parte es muy importante, y la que no debería faltar en ninguna rutina del escalador.
Es verdad que cuando no tenemos tiempo, estos son los ejercicios que dejamos de lado.
Además, como no nos ayudan directamente a ponernos más fuertes, serán los que dé más
pereza hacer. Pero si lo pensamos bien, evitar las lesiones por no hacerlos, que nos
obligan a parar y cortar el ritmo, teniendo que volver atrás en la progresión, estaremos
asegurándonos una progresión más continua.
Al final, como una manera de vuelta a la calma. Ya sea estirando o con ejercicios de
baja intensidad.
Ejercicios de piernas
Con respecto a los ejercicios de piernas, Eric Horst nos dice en su libro “Cómo entrenar y
escalar mejor” que “ningún escalador serio querría practicar ejercicios diseñados para
aumentar la masa muscular de las piernas. Esto significa olvidar cualquier extensión de
piernas, flexión o sentadilla, excepto si se aplican en rehabilitación. El ejercicio aeróbico en
cantidades moderadas, junto con la escalada de forma habitual te proporcionará todo el
ejercicio de piernas que necesitas.” Es totalmente lógico que no queramos desarrollar
musculatura que nos lastre en las piernas. Pero realizando ejercicios con nuestro propio
peso, no hipertrofiaremos. Nos podremos centrar en fortalecerlas, tanto a nivel muscular
como las articulaciones, mientras ganamos rango de movilidad
Cardio o entrenamiento aeróbico
Estiramientos:
Otra sección que nos suele dar pereza, pero sienta taaaan bien. Lo mejor es dejarla para
el final de la sesión, o para algún día de descanso activo. Hay que ejercitar la musculatura
específica, antagonista y estabilizadora. El yoga puede ser una interesante opción. Nos
corregirá la postura, recolocando las articulaciones en una posición equilibrada.
Esto disminuirá el riesgo de lesión, además de mejorar su eficiencia.
Ganaremos flexibilidad, con su correspondiente mejora de la escalada.
En este artículo veremos unos ejercicios sencillos, todos progresables según el nivel, para
incluir de forma regular en todas las distintas sesiones de entrenamiento. Se pueden
realizar para calentar, o al final de los entrenamientos.
Entre los escaladores que se enfrentan a la roca, las lesiones en los tendones de las
manos son las más comunes. Éstas pueden ser agudas o por sobrecarga.
Este estudio del Hospital Wrexham Maelor del Reino Unido indica que las lesiones más
comunes en la escalada en roca implican la muñeca y la mano. La lesión
predominante en la mano implica los tendones de los dedos o las poleas.
Cuanto mayor sea la dificultad de la escalada practicada por el escalador, mayor será
la probabilidad de sufrir estas lesiones.
Más de un 80% de los escaladores dijeron haber padecido una lesión grave que les hizo
frenar la práctica de la escalada durante 10 días o más. Los golpes en las muñecas,
manos y dedos también fueron comunes (15%). Las fracturas de muñeca supusieron la
quinta parte de las lesiones.
Además del tipo de escalada a desarrollar, sea búlder, escalada deportiva o clásica, hay
que tener en cuenta si el intento se desarrolla a vista. El estrés psicológico y fisiológico
repercute sobre la actuación en una escalada a vista en roca, sobre la que perderemos
autocontrol por unos niveles de ansiedad más altos.
Aunque el arqueo es el agarre más lesivo para las poleas de los dedos, es el que menos
daña las muñecas. Esto es debido a que se mantienen en una posición más neutral,
además del ahorro del 10% de nuestro peso que es soportado por la fricción entre vainas
y poleas.
La tenosinovitis de De Quervain es la inflamación crónica de la vaina del extensor largo
y corto del pulgar y de su abductor. Al parecer se debe a un uso excesivo del pulgar.
Debido a éste se da una falta de lubricación de la vaina, aumentando el roce con el
tendón y la consecuente inflamación.
Los ejercicios que producen o gestionan altas cargas con distintos grupos musculares,
tienen el riesgo de romper el eslabón más débil. La fuerza que puede desarrollar el
músculo dorsal ancho mientras escalamos es superior a la que pueden gestionar los
músculos del antebrazo. Y, además, debe ser soportada por las distintas estructuras
articulares y tendinosas, entre ellas las muñecas.
Además, el ritmo de reparación de los tendones es bastante menor que el de los tejidos
musculares, debido a su menor metabolismo y consumo de oxígeno (<13% del músculo)
No hay músculos, propiamente dichos, en la muñeca. Pero esto no quiere decir que no
puedan ser fortalecidas.
Ejercicio básico para todo escalador que empiece a escalar. Sentado con las piernas a
90º. La mano que no se trabaje permanecerá sobre el cuádriceps para dar estabilidad. El
brazo que estemos trabajando se apoyará todo el antebrazo sobre el otro cuádriceps,
quedando suelto a partir de la muñeca. Con la palma hacia arriba, giraremos la
muñeca hacia uno y otro lado. Se realizará con peso ligero y unas 10-15 repeticiones.
Posteriormente añadiremos intensidad cargando el peso de la mancuerna en un solo
lado, y cogiéndola cada vez más lejos del centro, hacia el lado libre de carga.
Ejercicio muy bueno para desarrollar una vez por semana de cara a prevenir lesiones.
Ejercicio también sencillo, útil tanto para prevenir lesiones como en la rehabilitación. De
pie, con el cuerpo recto. Colgaremos el brazo en paralelo al cuerpo con una mancuerna,
y realizaremos movimientos laterales con la muñeca unas 10-15 repeticiones. Para
subir de intensidad lo haremos igual que el ejercicio anterior. Aunque no se busca un
trabajo intenso, si no de compensación.
Coges una toalla y la estrujas, como si estuviera mojada y quisieras secarla. Muy sencillo
y adecuado para empezar a fortalecer una muñeca débil, o en caso de rehabilitación.
También se puede utilizar un palo del que colgaremos una pesa (3 – 5 kg ya es
suficiente). En el caso de la toalla giraremos cada muñeca en sentido contrario al mismo
tiempo. Si usamos el palo las giraremos en la misma dirección mientras subimos o
bajamos el peso colgante. Ejercicio excelente y sencillísimo para trabajar el antebrazo
incluso a nivel de resistencia.
Giros con una Powerball
Fin Push Up
First Knuckle
Finger Walk
Estiramientos de muñeca
Descanso y alimentación:
Dichos ejercicios representan tan sólo la mitad de un buen entrenamiento. ¿La otra
mitad?: unos tiempos de descanso adecuados y una buena alimentación. Tómatelo con
calma. Permite a tu cuerpo ir adaptándose a los distintos niveles de dificultad, conforme
vayas progresando. Y asume que si quieres exigirte, unas recargas de energía de calidad
serán importantes. La suplementación con magnesio también puede interesarte,
sobretodo en ciclos de mucha carga o épocas de calor. Y si necesitas un extra de energía
puntual, lo único que te recomiendo es cafeína en una de sus formas naturales: café,
mate o té.
Conclusión:
Cada persona es única, y debe entrenar según sus necesidades, potencial, objetivos y
voluntad. No vale que cojas un entrenamiento cualquiera y lo tomes al pie de la letra.
Cuando planifiques un entreno individualizado, intenta centrarte en tus debilidades. La
traslación de la fuerza potencial a la escalada, el porcentaje de grasa corporal, la
flexibilidad, la coordinación, la potencia y resistencia de los “músculos de tracción”, y la
condición de los músculos antagonistas, son parámetros a tener en cuenta. Un análisis
objetivo de estos te indicará qué porcentaje de tu planificación dedicar a cada apartado.