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PRESENTACIÓN

Centro educativo: Pedro Mir

Participante(s): Jesús García #12, Alizbeth Peguero #19, Azul


Alcántara #1, Estiven Hernández #13, Johan Segura #26

Grado: 4to D

Materia: Ciencias Sociales

Maestra/o: Hipólita Michelle

Tema: Álbum a la Patria

Fecha: 14/3/2022
MES DE LA PATRIA
Desde hace varios años en nuestro país, el 26 de enero, día del natalicio del patricio
Juan Pablo Duarte, marca el inicio del Mes de la Patria, período en que se coloca en
el nivel más alto la dominicanidad, rindiendo culto a
nuestros Padres de la Patria y a los símbolos que nos
identifican como dominicanos en el mundo.

Durante este mes es celebrada la independencia de la


República Dominicana, por ello los colores blanco,
azul y rojo, los símbolos patrios, el Himno Nacional,
a la Bandera, el Escudo y los Padres de la Patria,
copan el paisaje y aflora la cara más alegre de la
idiosincrasia dominicana.

JUAN PABLO DUARTE


(1813 – 1876)

Nace el 26 de enero de 1813 en Santo Domingo. Sus padres eran Juan


José Duarte (español) y Manuela Díez (dominicana, El Seibo).
Estudio bajo la dirección de su madre y la Sra. Montilla hasta los 15 años y luego cursó estudios en
Nueva York, Londres, París Barcelona. Después de este viaje llega con ideas renovadas sobre
libertad.

El 16 de julio de 1838 forma la sociedad secreta "La Trinitaria" bajo el lema: "DIOS, PATRIA Y
LIBERTAD". Este fue el movimiento más importante del activismo revolucionario, con él se
buscaba concretizar los ideales de independencia dentro de la clase media intelectual de Santo
Domingo y San Cristóbal. Su objetivo era terminar con el predominio haitiano, conseguir la
independencia e instituir la nacionalidad dominicana.

Otros movimientos fundados por Duarte son: La Filantrópica y La Dramática.

Duarte logró aliarse con el movimiento Reformista Haitiano y con la Iglesia Católica.

En 1843 se inicia la guerra de independencia con Duarte a la cabeza de los insurgentes. Después del
fracaso de la guerra, Duarte se exilia en Venezuela por un año.

En 1844 regresa después de proclamada la independencia el 27 de febrero de 1844 en la Puerta de la


Misericordia. Sus compañeros le ofrecen la presidencia de la Junta Provisional de Gobierno, pero
Duarte rechazó.

Pedro Santana logró llegar a la Presidencia de la República y una de sus medidas fue expulsar del
país a un grupo de patriotas entre los que estaba Juan Pablo Duarte.

Los independentistas dominicanos lograron el triunfo en la Restauración después de que Santana


anexara la República Dominicana a España en 1861. Duarte se dedicó a funciones diplomáticas en
el extranjero y a pesar del triunfo de sus compañeros nunca volvió a su patria.

Murió en Caracas, Venezuela, el 15 de julio de 1876. Sus restos fueron traídos el 27 de febrero de
1884 y actualmente reposan en el Altar de la Patria.

HIMNO A JUAN PABLO DUARTE

Letra: Ramón Emilio Jiménez


Música: José de Jesús Ravelo

En la fragua de la escuela nuestra patria fue forjada, y al calor de tu enseñanza le infundió


vida sagrada.

La gloriosa Trinitaria que fundara tu heroísmo fue la cátedra primera de moral y de


civismo.
Fuerza era que un maestro preparara la conciencia donde habría de nacer la soñada
independencia.

Y es así como cantamos tus virtudes halla el astro, junto al Padre de la Patria la figura del
Maestro.

En la escuela se te honra por tus hechos sacrosantos en las letras y las notas encendidas de
su canto.

Y al honrarte recordamos tu patriótico heroísmo, es al prócer y al maestro que los dos son
uno mismo.

La Bandera dice Patria y al decirlo se revela que es el alma del maestro señalándonos la
escuela.
POESIAS DE JUAN PABLO DUARTE

La Cartera Proscrito
Cuán triste, largo y cansado; cuán angustioso camino, señala el ente divino al infeliz
desterrado. Ir por el mundo perdido a merecer, su piedad, en profunda oscuridad el
horizonte sumido.
Qué triste el verlo pasar tan apacible y sereno, y saber que allí en su seno es la mansión del
pesar.
El suelo dejar querido de nuestra infancia testigo, sin columbrar a un amigo de quien decir
me despido.
Pues cuando en la tempestad se ve guerrear la esperanza, estrellase en la mudanza la nave
de la amistad.
Y andar, andar errabundo, sin encontrar del camino el triste fin que el destino le depare aquí
en el mundo.
Y recordar y gemir por no mirar a su lado, algún objeto adorado a quien; ¿te acuerdas?
decir.
Llegar a tierra extranjera sin idea alguna ilusoria, sin porvenir y sin gloria, sin penares ni
bandera.

Unidad de las razas


“Los blancos, morenos,
cobrizos, cruzados,
marchando serenos,
unidos y osados,
la patria salvemos
de viles tiranos,
y al mundo mostremos
que somos hermanos”.

Poder
“Todo poder dominicano está y deberá estar
siempre, limitado por la ley y ésta por la
justicia, la cual consiste en dar a cada uno
lo que en derecho le pertenezca”.
FRANCISCO DEL ROSARIO SÁNCHEZ (1817-1861)

Nació el 9 de marzo de 1817 en Santo Domingo.

Sus padres eran Narciso Sánchez y Olaya del Rosario.

Su educación estuvo primero guiada por su madre y después por el


cura peruano Gaspar Hernández.

El sacerdote fue quien fortaleció el espíritu patriota de Sánchez.

Aunque heredo de su padre su espíritu de libertad quien también formó parte de un


movimiento para expulsar a los haitianos de territorio dominicano.

Sánchez es quien pone en la práctica las ideas de Duarte, su papel fue activo no intelectual.

Participó activamente en la proclamación de la independencia el 27 de febrero de 1844.

Ocupó durante unas horas la Presidencia de la Junta Central Gubernativa antes de que los
afrancesados lo destituyeran por Tomás Bobadilla.

Los afrancesados eran más bien del colonialismo que de la independencia.

Durante 15 años (1845 -1860), Sánchez colaboró en los gobiernos, pero cuando Pedro
Santana anexó la República Dominicana a España adopta un papel activo. Iniciando la
guerra de Restauración.

Fue tomado preso en El Cercado.

El 4 de julio de 1861 es fusilado en San Juan de la Maguana.

Sus restos descansan en el Altar de la Patria.

HIMNO A FRANCISCO DEL ROSARIO SÁNCHEZ – LETRA

Letra: Ramón Emilio Jiménez


Música: José de Jesús Ravelo
Sánchez glorioso, varón ilustre
que no supiste jamás hollar
los sacros fueros del patriotismo
que levantaron el patrio lar;

Tú que juraste morir de hambre


antes que siervo córner un pan,
y lo cumpliste cuando tu cuerpo
de muerte herido cayó en San Juan;

Tú que en los labios siempre tuviste


fiero anatema para el traidor
que malograra La Patria hermosa
por la que dieras vida y honor;

Derecho tienes a que elevemos


en tu memoria cantos de amor;
ningún soldado fue más glorioso,
nadie ha luchado con más valor!

Cuando miramos llenos de orgullo


la patria enseña, con qué fruición
pensamos todos que representa
la parte roja, ¡tu corazón!
FRASES DE FRANCISCO DEL ROSARIO SÁNCHEZ

Entro por Haití porque no puedo hacerlo por otra parte, pero si alguien pretendiese
mancillar mi nombre por eso, decidle que yo soy la Bandera Nacional.

Diga a los dominicanos que muero con la patria y por la patria, y a mi familia que no quiera
vengar mi muerte.

Mi país está vendido, esto me basta.

...que yo al instante de morir, aludiendo a la República, digo (como el héroe polaco


Tadeusz) Kosciusko, finís poloniae.
MATÍAS RAMÓN MELLA (1817 - 1864)

Nació el 25 de febrero de 1816 en Santo Domingo. Sus padres eran


Antonio Mella Álvarez y Francisca Castillo.

De joven se alistó al ejército y formó parte de los regimientos 31 y


32.

Se destaca dentro de los independentistas por su gran conocimiento


en operaciones de guerra y manejo de armas.

Realizó la alianza entre los trinitarios y los reformistas haitianos que combatían contra
Boyer.

Esto trae como consecuencia de que el 16 de enero de 1844 firme el Acta de Separación, en
la cual se proclama la necesidad de separarse de la opresión haitiana y se hace oficial la
unión de liberales y conservadores.

Durante la guerra de independencia ocupó la Región Norte para impedir


la penetración haitiana.

En la proclamación de independencia, el 27 de febrero de 1844, Mella dispara el famoso


trabucazo que consagró el nacimiento de la República Dominicana.

Mella es quien proclama a Duarte como presidente de la Junta Central Gubernativa para
evitar que alguno de los afrancesados, que eran partidarios del colonialismo en lugar de la
presidencia, ocupara el poder. Por esta actitud Pedro Santana lo expulsa del país.

Mella regresa al país en 1848 amparado en la amnistía del presidente Manuel Jiménez.

Al regresar se une a los conservadores junto a Pedro Santana, hasta que, en 1861, ante la
eminente anexión a España, se une a los restauradores.

Ramón Matías Mella es uno de los aguerridos luchadores, participó en dos grandes guerras:
La Independencia y La Restauración.

Murió el 4 de junio de 1864 en Santiago. Sus restos descansan en el Altar de la Patria junto
a los de Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez.
HIMNO A MATIAS RAMON MELLA

Letra: Ramón Emilio Jiménez


Música: Julio Alberto Hernández

No fue nunca la divisa del instinto de matar, ni fue el rígido instrumento de la fuerza militar
provocando las groseras ambiciones del poder: Fue tu espada la divisa del honor y del
deber.

Fiel discípulo de Duarte, comprendiste el ideal, y sirviendo los destinos de la causa


nacional.

Disparaste tu trabuco, que rugió como león, despertando las conciencias y clamando
redención.

La Bandera fue tu culto, la Bandera fue tu altar, y dijiste: Cuando vaya para siempre a
descansar.

Que ella envuelva mi cadáver. Y moriste con honor, en los brazos siempre abiertos de la
enseña tricolor.

Y después, cuando quisieron de la fosa recoger, tus cenizas veneradas, un milagro pudo ser:
Encontraron la bandera, la bandera tricolor, reviviendo en sus matices la grandeza de tu
amor.
POEMAS DE MATIAS RAMON MELLA

La vida es dulce o amarga; es corta o larga. ¿Qué importa? El que la goza la halla corta, y el
que la sufre la halla larga.

Y es que, en este mundo traidor, no hay verdad ni mentira: todo es según el cristal con que
se mira.

Razonar y convencer, ¡qué difícil, largo y trabajoso! ¿Sugestionar? ¡Qué fácil, rápido y
barato!

La tragedia de un ser era la victoria de otro. Así son todas las demás cosas del mundo -se
decía Lope, con ánimo ligero- y hay que andar alerta y madrugar.

Ser el eterno forastero, el eterno aprendiz, el eterno postulante: he allí una forma para ser
feliz.

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