Regeneración urbana: regeneración de la

sustentabilidad
Análisis de los conceptos de desarrollo sostenible y de producción de sistemas urbanos
sostenibles.
Luis Everardo Castro Solís*
Resumen

En el presente ensayo se analiza y critica el concepto clásico de “desarrollo sostenible” propuesto por la
Comisión Brundlandt, como punto de partida para la discusión de la crisis de la sociedad contemporánea.
A partir de ahí se considera una visión dialéctica del mundo: físico y económico como punto de arranque
para la elucidación de las características de un desarrollo sostenible fuerte y su producción en urbanismo.

Abstract

This essay analyzes and criticizes the classical concept of "sustainable development" proposed by the
Brundtland Commission, as a starting point for the discussion of the crisis of contemporary society. From
there it is considered a dialectic view of the world: physical and economic as a starting point for the
elucidation of the characteristics of a strong sustainable development and their application to urbanism.

Introducción mayores esfuerzos sociales, económicos,

En el presente ensayo se aspira
al doble propósito de contribuir al
entendimiento preciso de la sustentabilidad (o
sostenibilidad) como un concepto, pero más
importantemente se tiene la pretensión de
contribuir al entendimiento de cómo deben
producirse sistemas urbanos sostenibles,
mínimamente, qué características debería
tener un sistema urbano para ser considerado
sostenible más allá de cualquier discurso sino
en los hechos.
La ciudad, “extensión” artificial del
ecosistema es uno de los grandes sistemas
técnicos más ampliamente utilizado por el ser
humano en su historia, o acaso el más grande
sistema técnico empleado por el hombre. La
urbanización creciente ideológicamente
empujada por el capitalismo neoliberal
dominante, claramente entra en contradicción
con la finitud planetaria y la capacidad de los
sistemas naturales para dar soporte a una sola
especie; sin entrar aún en el terreno de las
definiciones, intuitivamente puede decirse que
esta situación es insostenible por lo cual la
humanidad se encuentra inmersa en una
profunda crisis cuya atención demanda los
políticos y técnicos.
Pero no es la ciudad per se la causante
de la crisis; la ciudad contemporánea –y la
antigüa también, es tan solo una solución dada
al problema de supervivencia humana en el
contexto biogeográfico e histórico –de la lucha
de clases, acorde con la welstanschung
históricamente sostenida (¿o sustentada?) Es el
modo de ser, son los procesos de la sociedad
humana –más precisamente de la economía
humana en oposición a la ecología natural, los
que problematizan la existencia de las
ciudades; pero el autor postula que esto no
necesariamente tiene que ser así. Es posible
avanzar en la producción de sistemas
sostenibles, particularmente sistemas
urbanos a partir del avance en la
construcción del concepto de
sustentabilidad.
En el estado actual del concepto, cabe
una primera acotación en el sentido de que,
desafortunadamente términos tan importantes
como los conceptos de “desarrollo sustentable”
y/o “desarrollo sostenible”, se han vulgarizado
en términos convenientes para el adorno
cromático del discurso político y económico
contemporáneo sobre el desarrollo, en muchos
sentidos. Lejos de ser fortalezas del desarrollo
humano, se han convertido, dentro de la
política económica, en excusa para dar
continuidad a “más de lo mismo”: la
explotación del hombre y de la naturaleza.
Desgraciadamente el empleo barato de dichos
términos ha conducido a la inmovilidad de las
masas, al impase; no recuerdo quién dijo que
“el no hacer nada es privilegio de los necios”.
Nota metodológica. A partir de la
definición y la crítica del concepto de
desarrollo sostenible, se parte de una
descripción de la compleja crisis sistémica que
conduce a la insostenibilidad. A partir de ahí se
describe la dialéctica del “doble mundo”,
parafraseando al profesor M. King Hubbert1: la
física de los sistemas sostenibles versus la
economía de los sistemas sostenibles. Desde
esa visión dual se espera contribuir a la
comprensión de cómo se produce la
sustentabilidad, sobre todo en los sistemas
urbanos.
Definición y crítica del concepto de
desarrollo sostenible
A partir del conocido informe “Nuestro
futuro común”2 de la “Comisión para el Medio
Ambiente y el Desarrollo” (WCED por sus
1
MIT Seminar, 1980: Two intellectual systemas: matter-
energy and monetary culture. Véase reseña en
http://www.hubbertpeak.com/Hubbert/monetary.htm
2“Humanity has the ability to make development
sustainable –to ensure that it meets the needs of the
present without compromising the ability of future
generations to meet their own needs.”
Our Common Future (1987), UN:WCED, Oxford: Oxford
University Press. ISBN 0-19-282080-X. (P. 8).
La Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el
Desarrollo (World Commision on Environment and
Development, WCED) fue creada en 1983 en el seno de
la ONU. Tuvo su primera reunión en octubre de 1984 y
900 días después produjo el informe “Nuestro futuro
común” (Our Common Future, abril de 1987) o “Informe
Brundlandt”, en donde aparece la citada definición de
“desarrollo sostenible” (Sustainable Development). Esta
definición fue proclamada como un derecho en el
principio 3º de la Agenda 21 (2ª Cumbre de la Tierra,
Río de Janeiro, 1992).
siglas en inglés) se desprende la definición del
concepto de “desarrollo sostenible”:
“La humanidad tiene la
capacidad de hacer el desarrollo
sostenible –asegurar que (el
desarrollo) satisface las
necesidades de las generaciones
presentes sin comprometer la
capacidad de las generaciones
futuras de satisfacer sus propias
necesidades.”
La definición hace referencia al
desarrollo “sostenible” que no “sustentable”, lo
cual ha dado motivo a no pocas discusiones de
carácter bizantino, no obstante que el
significado de esos términos en un sentido
epistemológico es el mismo, por lo cual, los
términos “sostenible” y “sustentable” para fines
y efectos prácticos se consideran sinónimos.
Resultan oportunas algunas aclaraciones
sobre el uso de los términos. El término
“sustentable” se utiliza más en relación con la
extracción de recursos naturales (Por ejemplo,
la explotación sustentable de un acuífero, sería
aquella en que la tasa de extracción de agua es
menor que la tasa de recarga del acuífero). El
término “sostenible” se utiliza más es un
contexto de planeación del desarrollo para
significar las estrategias en donde se satisface
algún estándar de calidad de vida pero
manteniéndose dentro de la capacidad de carga
de la biósfera (Por ejemplo, la vivienda
sostenible sería aquella en donde se elimina
totalmente la dependencia energética externa
mediante captación de energía fluyente y se
tienen tasas máximas de reciclamiento de
materiales a la vez que un nivel de “confort
aceptable” determinado).
Aún así, los términos se juzgan
intercambiables: explotación sostenible,
vivienda sustentable; evidentemente significan
lo mismo. No obstante otros investigadores
juzgan que la distinción si es relevante3 y se
3
Se refieren al uso del término en un contexto de
recursos versus su uso en un contexto estratégico,
Boada, Martí y Toledo, Victor M. “El planeta nuestro
cuerpo, la ecología, el ambientalismo y la crisis de la
admite que las diferencias en el uso pueden ser
notables y hasta contradictorias. Lo cierto es
que el término “desarrollo sustentable o
sostenible” ha dado para no pocas
interpretaciones. En este ensayo se adopta la
definición oficial, por así llamarle a la
definición dada por la Comisión Brundlandt,
sujeta a la crítica que se extenderá.
El desarrollo sostenible está vinculado a
restricciones impuestas por la tecnología actual
y la organización social sobre los recursos
ambientales y la capacidad de la biósfera para
absorber los efectos antropogénicos, pero
también al crecimiento económico y a la
erradicación de la pobreza4.
El desarrollo sostenible se liga a la
consecución de objetivos en tres ejes: social,
económico y ecológico, lo cual puede ser muy
controversial, sobre todo por el carácter
neoliberal de la economía dominante –y
merecerá discusión en el presente contexto,
referida más adelante.
Desgraciadamente, la definición de la
Comisión Brundlandt de desarrollo sostenible
no dice nada acerca de cómo podría
implementarse la consecución de sus objetivos,
lo cual también es tema discusión en el
presente ensayo. La crítica a esta definición no
es nueva; la misión de este ensayo es también
de síntesis del estado de la definición.
modernidad”. LA ciencia para todos. México. 237 pp.
ISBN 194 968-16-7071-X. p. 29.
4 Our Common Future, Ibid, p. 8: “The concept of
sustainable development does imply limits –not absolute
limits but limitations imposed by the present state of
technology and social organization on environmental
resources and by the ability of the biosphere to absorb
the effects of human activities. But technology and
social organization can be both managed and improved
to make way for a new era of economic growth. The
Comission believes that widespread poverty is no longer
inevitable. Poverty is not only an evil in itself, but
sustainable development requires meeting the basic
needs of all and extending to all the opportunity to fulfill
their aspirations for a better life.”
Es una verdad que el eje económico
desde el punto de vista de la ideología
capitalista neoliberal es incompatible con un
equilibrio en el eje social y en el eje ecológico;
de hecho es contrario a estos, prueba de ello es
lo que se observa de manera conspicua en el
contexto de la crisis mundial. El capitalismo
en un mundo finito es imposible. La crisis
capitalista es una crisis de energía en un
mundo finito. La crisis capitalista es una
crisis de “desarrollo del subdesarrollo” del
Norte hacia el Sur (Polarización Norte/Sur).
La dinámica de “éxito para el exitoso”5
lleva a la “tragedia de los comunes6”, el
5
Se hace alusión aquí a los arquetipos de sistemas
dinámicos El uso de arquetipos de sistemas surge a
partir de La 5ª disciplina de Peter Senge. Ejemplos:
“tragedia de los comunes” (escenario en donde los
recursos están al servicio de todos pero son
responsabilidad de nadie), “éxito para el exitoso”
(escenario típico del vicio del nepotismo y del
monopolio), “soluciones que fallan” (escenario que
indica la toma de soluciones sintomáticas versus las
soluciones fundamentales impedidas), “saturación y
colapso” (escenario en donde el agotamiento de un
recurso limitante conduce al colapso del sistema por la
pérdida del nicho ecológico).
El escenario de saturación y colapso fue descrito por
primera vez formalmente por los esposos Meadows,
Dennis y Donella y Jorgen Randers en el libro “Limits to
Growth”, (1972), ISBN: 8467217316”; véase también la
revisión “Límites del crecimiento 30 años después”,
mismos autores, 514 pp, ISBN: 8481096016.
Se alude la concatenación lógica de estos círculos
viciosos en la dinámica de sistemas fundamentalmente
insostenibles (retroalimentación positiva) –sistemas con
constante de tiempo positiva; eigenvalor positivo, serían
términos más precisos en un contexto técnico del
análisis de la estabilidad de sistemas dinámicos; véase
por ejemplo “Eronini, Umez y Eronini: Dinámica de
Sistema, Thomson Learning”.
Existe una amplia documentación y recursos de
autoeducación disponibles sobre arquetipos y
comportamientos sistémicos en Roadmaps to Systems
Dynamics del M.I.T. (Bajo la dirección de Jay W.
Forrester). También puede verse las publicaciones de
Pegasus, Inc., o A catalog of System Archetypes de
Daniel H. Kim
6
Se refiere al artículo “The tragedy of the commons”,
Hardin, Garret, Science, Vol 162, pp. 1243-1248, 13 de
diciembre de 1968. American Association for the
Advancement of Science.
agotamiento y saturación de los recursos vitales
y de los potenciales del nicho ecológico7; al no
tener soporte el sistema, colapsa, es decir falla:
la “tragedia de los comunes” es el escenario de
“saturación y colapso”. Colapso significa
“incapacidad para soportar algo o para operar
estable y permanentemente”. Entonces, desde
un punto de vista dinámico operacional
lógicamente estricto, la consecución del
desarrollo sostenible tal como está planteado
por la Comisión Brundlandt, es infactible.
Aún planteado como la búsqueda de la
optimalidad (maximización) entre los
compartimientos de la triada axiomática
economía-ecología-sociedad es inobtenible; ha
sido demostrada en otras partes la
imposibilidad matemática de optimizar
multiples objetivos8; la meta del desarrollo
Hardin considera que el problema del crecimiento
poblacional a perpetuidad pertenece a la clase de
problemas “sin solución técnica”, sustenta Hardin su
afirmación en la finitud del mundo en tamaño y en
recursos, en la necesidad de aproximarse a un consumo
neto de cero calorías; en que aun asumiendo
disponibilidad cuasi-infinita de energía, el problema se
convertiría del acceso a la energía a uno de su
disipación; todo esto es consecuencia en última
instancia de la existencia de una sociedad humana que
sostiene el paradigma de retornos crecientes o de
crecimiento perpetuo, en un entorno limitado y finito.
Este artículo apareció también en “The Environmental
Handbook” citado más adelante.
Escribe Hardin: “Each man is locked into a system that
compels him to increase his herd without limit –in a
world that is limited. Ruin is the destination toward
which all men rush, each pursuing his own best interest
in a society that believes in the freedom of the
commons. Freedom in a commons bring ruin to all”.
Podría sustituirse la palabra “hombre” por “capitalista”
sin pérdida de generalidad en el aserto de Hardin.
7
Entendiendo nicho ecológico en un sentido estricto,
como un complejo multidimensional de variables
aleatorias –parámetros biofísicos del sistema, con
medias y varianzas dentro del rango vital de la especie
ocupante. Véase por ejemplo Ecology, H.T. Odum para
mayor referencia al concepto de nicho ecológico.
8
No es posible, matemáticamente maximizar dos (o
más) variables al mismo tiempo. Esto fue demostrado
por los padres de la Teoría de Juegos: Von Neumann y
Morgenstern (Janos Von Neumann y O. Morgenstern,
sostenible Brundlandtiano es de ese tipo, ergo
es infactible.
Tal vez pueda admitirse la contradicción
de lo anterior, aludiendo como se ha dicho
anteriormente, a la negación (“Esto no está
pasando, de ser así los gobiernos ya estarían
haciendo algo”) o ingenuidad humana (“La
ciencia y la tecnología vendrán al rescate del
mundo y la humanidad”), o incluso a la
negación a aprender, pero constituye uno de los
mayores problemas de búsqueda que se nos
plantea como especie: el de la “disolución9” de
la crisis de sustentabilidad. En otro sentido,
puede plantearse al problema como el
desarrollo de la Weltanschaung, como una
Weltanschaungwechse10 -si se permite la
adopción del término, significando la suma
de esfuerzos concertados de aprendizaje
sistémico para enfrentar la producción y
gestión de la sustentabilidad.
Theory of Games and Economic Behavior, Princeton
Univ. Press, Princeton N.J., 1947, p. 11).
9
Aquí se use el término “disolución del problema” en el
sentido de Rusell Ackoff (El arte de resolver problemas)
que distingue estrictamente, solución (fundamental) de
resolución (dictamen) y de disolución (extinción del
problema). Véase también “Rediseñando el futuro” del
mismo autor. Limusa.
La disolución de la crisis consiste en la comprensión de
que el camino de la sustentabilidad se recorre aplicando
una heurística que permita el desarrollo de una visión
del mundo correctamente alineada y actualizante,
análogamente a como Marx pide el desarrollo de la
conciencia revolucionaria.
10
La voz alemana Weltanschaung frecuentemente se
traduce como visión de(l) mundo, pero esto deja
incompleta la idea estricta del significado del término
que en realidad significa “opinión o visión que se
sostiene del mundo de acuerdo al estado actual de
conciencia alcanzado por uno”. Weltanschaungwechse,
vendría de “desarrollo de la visión del mundo” o la
propugnada búsqueda de la disolución del problema
ambiental.
La rotura del sistema
El término crisis proviene del griego
κρίσις (krisis, decisión, modificación de
krinein, decidir, separar, juzgar); si bién Galeno
e Hipócrates originalmente (1425) aplicaron el
término en un sentido médico11, alrededor de
1627 se empezó a vulgarizar su uso para
designar el “estar en una posición inapropiada
respecto a algo” y finalmente para designar
eventos conducentes a situaciones peligrosas o
inestables12; aunque algunas definiciones ponen
por condición primaria su carácter inesperado
(Por ejemplo, la ocurrencia de un evento
catastrófico natural como un terremoto de gran
magnitud), y si bien no se ha logrado predecir
el futuro, considerando el esclarecimiento
humano en todos los sentidos, pocas crisis son
inesperadas, si bien, muchas son enmascaradas
por la ideología en voga o bien son producto
del autoengaño que da la falsa sensación de
seguridad originada por la confianza en la
ingenuidad humana. En otras ocasiones son
producto de una visión del mundo
(Weltanschung) equívoca, y es en este último
sentido que algunas crisis son “inesperadas”;
otras dos características comúnmente asignadas
a una crisis son su capacidad para generar
incertidumbre sobre el futuro de la situación
crítica y su capacidad de poner en riesgo la
consecución de metas cruciales.
Es notable que la ocurrencia de una
crisis en un sistema, nos refiere al arribo del
mismo a un punto de quiebre, a un punto en
donde un proceso de transformación es
ineludible, puesto que el sistema viejo ya no
podría mantenerse en las mismas
condiciones, es decir a un estado insostenible
de la situación. En muchos sentidos la
humanidad está en crisis ¡En muchos
sentidos la humanidad es insostenible! Y el
cambio, necesario.
11 Crisis. (n.d.). Online Etymology Dictionary. Retrieved
May 02, 2011,
http://dictionary.reference.com/browse/crisis
12 Crisis. (n.d.). Collins English Dictionary - Complete &
Unabridged 10th Edition. Retrieved May 02, 2011,
http://dictionary.reference.com/browse/crisis
En efecto, por ejemplo, ¿Cómo es
posible que tengamos un mundo en donde
existen cerca de mil millones de personas13
hambrientas en los países eufemísticamente
llamados “en vías de desarrollo”? y a la vez, en
los mismos países exista una epidemia de
obesidad infantil ya que existen 43 millones de
niños obesos14. En primer lugar, ¿Cómo es que
existen países “en vías de desarrollo”? La
polarización mundial Norte/Sur responde a
patrones de dominación económica muy
característicos que, por lo menos, disminuyen
la sostenibilidad del sistema, sino es que
atentan directamente en contra de la misma.
Parece ser que el subdesarrollo fue desarrollado
por los capitalistas en oleadas de globalización
(de dominación imperialista sería más
apropiado decir) que aquejan a los países del
sur, ¡recursos con los cuales dichos Estados
lograron apalancar su desarrollo! Sin duda, los
países del “Norte” tienen una gran deuda con el
“Sur”; el gran mérito de la emergencia del
concepto Brundlandtiano de “sostenibilidad” es
la posibilidad de crítica al modelo neoliberal de
desarrollo.15
13
“La cifra aumenta a una tasa de 68 personas por
minuto”, declaró Robert B. Zoellick, presidente del
Banco Mundial (Periódico La Jornada, 13 de abril de
2011). Señalo entre otros factores de riesgo el aumento
de los combustibles y la escasez de agua y alimentos,
por estar ligada la producción alimentaria a la
disponibilidad de combustibles.
14
“La OMS informa que aumentaron los problemas
alimentarios entre los más chicos; está entre las
principales 5 causas de muerte a nivel mundial”
(Periódico Vanguardia, 14 de abril de 2011).
15
Marmora, Leopoldo. “Del Sur explotado al Sur
marginado”. Revista Nueva Sociedad. No. 122. Caracas.
Nov-dic. 1992 dice “El elemento nuevo en la idea del
desarrollo sustentable es que incluye una crítica del
modelo” (de crecimiento del Sur a costa de
endeudamiento impuesto por el Norte) “y apunta a la
reconversión social y ecológica en los centros mismos de
la modernidad” […] enfrentando a la noción de un Norte
ya desarrollado, el concepto de <sustainability> es de
alcance global y procura conjugar tres aspectos: 1) en el
Sur compatibilizar con criterios de protección ecológica
la necesidad de combatir la pobreza y crecer
económicamente, 2) Lograr mayor democratización y
justicia en las relaciones Norte-Sur, y 3) Reconversión
 La humanidad se apropia de cerca del
40% de la “producción neta primaria”
disponible en el ecosistema a nivel planetario16.
Esta cifra es anormal para una sola especie. No
hace falta profundizar mucho en la literatura
especializada en biodiversidad, pero en estos
momentos ocurre la extinción de especies a
tasas anormalmente elevadas17. El cambio
ecológica de la economía y la sociedad en las naciones
industrializadas […] Es el gran mérito del informe
Brundlandt”. No obstante la apertura a que dio lugar el
Informe Brundlandt a la crítica del sistema capitalista, ya
que el mero cuestionamiento de la sostenibilidad eso
indica, la crítica del sistema capitalista emergió desde el
desarrollo de la teoría marxista del materialismo
histórico; y modernamente se habían elevado crítica
desde el lado sistémico del Club de Roma y su “Limits of
Growth” (op.cit.) en la década de los setentas y también
desde el lado ambientalista con el libro “The
Environmental Handbook” aparecido en 1970, editado
por Garret De Bell, que unió a científicos, escritores y
estudiantes para enfocar los mayores problemas, con
miras a la acción. De Bell, Garret (Ed).The Environmental
Handbook. Ballantine Books, Inc., ISBN 34501894-X-095
Nueva York, 1970, 365 pp.
16
Boada y Toledo, op cit. (p. 51), la cifra incluya
productividad tomada de los océanos tambien. “La
apropiación de la naturaleza constituye el primer acto
del proceso metabólico que la especie humana
constituida en sociedad establece con el universo
natural”… de manera análoga al concepto de
“producción” empleado por K. Marx, “un término que ha
sido recurrentemente reducido a su mera expresión
economicista no obstante que implica una idea de
carácter holístico o integral. Por ello el término de
apropiación viene a representar, en cierto modo, una
fracción del proceso general de producción en tanto que
se refiere al momento (concreto, particular y específico)
en el que los seres humanos se articulan a la naturaleza
mediante el trabajo”.
17
“Más de mil 200 especies en peligro de extinción en
México” señalaron miembros de ONGs ambientalistas
(periódico Vanguardia, 18 de enero de 2011); también
señalaron que “más del 40% de (las especies de)
vertebrados terrestres se encuentran en peligro de
extinción”; Otra fuente (La jornada, 22 de mayo de
2008) cita que “la tasa de extinción global es 10 mil
veces más elevada que la considerada normal para el
periodo; sin precedentes desde la época de la extinción
masiva de los dinosaurios” […] “Entre 1960 y 2000, la
población humana se ha duplicado. En el mismo periodo,
las poblaciones animales se han reducido 30 por ciento.
No hay ninguna duda de que esa declinación ha sido
climático global es una realidad científica
comprobada18. El agotamiento de recursos
naturales, pérdida de suelos, desertificación,
pérdida de bosques, arrecifes, humedales,
pesquerías, y un amplio etc.19 es una realidad
palpable. Más aun, la huella humana ha
trastocado hasta la geografía: es posible ver
desde el espacio el impacto humano
diferenciadas por manchas de deforestación20 y
la huella ecológica humana es de un tamaño
causada por humanos”. Otra fuente: “Se pierden 100
especies diarias”, estiman Boada y Toledo, op. cit.
18
Véase por ejemplo, “Nuestra elección”, traducción de
“Our Choice” por Al Gore, OCEANO Gedisa. Asi mismo el
filme “Una verdad incómoda” del mismo autor, contiene
una brillante explicación del origen y consecuencias de
la emisión de gases invernadero y la exacerbación del
efecto invernadero. En este caso el autor es un político
con acceso a fuentes privilegiadas de información; sin
embargo científicos como el mexicano ganador del
premio Nobel de química Mario Molina de la
universidad de California en los Ángeles
(Chloroflourocarbons: A stratospheric sink for Ozone) en
la década de los 80s y el finado astrónomo de la
Universidad de Cornell Carl Sagan (Albedo Changes in
terrestrial surface) en la década de los 70s, manifestaron
tempranamente advertencias sobre los efectos
antropogénicos en las condiciones atmosféricas y
térmicas globales, por citar dos ejemplos solamente.
19
Esto se ha señalado hasta el cansancio, y está bien
tratado en la literatura científica correspondiente y en
muchas ocasiones este conocimiento ya ha sido
vulgarizado a través de innumerables documentales, por
lo que se considera ocioso referirlo aquí; inclusive los
reportes ya se publican en periódicos locales –como se
mostrado con los pocos ejemplos dados en las notas
margen, pero lo raro es que nadie parece alarmarse por
las espantosas cifras.
20
“Sequía en el amazonas visible desde el espacio. El
estudio completo ha sido elaborado por un equipo
internacional de científicos que han estudiado durante
más de una década los datos de los satélites MODIS y
TRMM de la NASA. El análisis de estos datos ha
permitido elaborar mapas detallados que muestran la
disminución de vegetación verde por la sequía de 2010.
El estudio ha sido aceptado para su publicación en la
revista Geophysical Research Letters, una revista de la
American Geophysical Union.” www.europapress.es el
30 de marzo de 2010.
estimado de “dos coma cinco”21. En pocas
palabras, y para no abundar en el intento de ser
un “profeta” del apocalipsis -saturación y
colapso sistémico sería un término más
apropiado, todos los indicadores de “salud”
ecosistémica, están en amarillo o en rojo, no
hay ni uno solo en verde; es decir el “panel de
estatus planetario resplandece con luces de
21
Significando que harían falta por lo menos dos tierras
y media para contener sosteniblemente a la tecnosfera
actual; otros sitúan este valor en 1.2. El concepto de
huella ecológica emerge ante la necesidad de
desarrollar indicadores del impacto humano a nivel
planetario a partir del trabajo de William Rees (1992) y
con la tesis doctoral de Wackernagel (Universidad de
Columbria Británica, 1994), dirigida por Rees.
La huella ecológica actual se estima en alrededor de 1.8
has por persona –otros dicen 1.3 has percápita. Si bien
el concepto de huella ecológica no ha logrado
normalizarse y varía según el método de cálculo, es un
indicador generalizado muy ilustrativo. De la misma
forma podría hablarse de huella de carbón, huella de
agua, etc., para tratar de significar el impacto humano
en la biósfera en términos de la generación de
contaminantes críticos o del consumo de recursos
críticos.
Véase William Rees y Mathis Wackernagel, Nuestra
huella ecológica: Reducción de impacto humano en la
tierra (ISBN 9789562824057); 208 pp. Santiago de Chile.
Rees, WilliamE. (Octubre de 1992). Ecological footprints
and appropriated carrying capacity: what urban
economics leaves out, School of Community and
Regional Planning, UBC, 6333 Memorial Road,
Vancouver, B.C., Canada V6T 1Z2, Environment and
Urbanization 4 (2): 121-130.
doi:10.1177/095624789200400212.
Wackernagel, M. (1994), Huella ecológica y capacidad
de carga apropiada: Una herramienta para planear hacia
la Sustainability. Ph.D. Tesis, escuela de la comunidad y
planeamiento regional. La universidad de Colombia
británico. Vancouver, Canadá.
El desarrollo de técnicas para ponderar el grado de
intervención humana en la Tierra debe dar lugar a
herramientas con perspectivas de aplicación muy
prometedoras para la gestión de las sociedades
humanas. No obstante lo anterior, no debe perderse de
vista que aunque globalmente todos contribuimos en
cierta medida a la crisis, las sociedades afluentes son los
causantes primarios de este estado de las cosas –
aunado al costo de la pobreza -provocada; si bien los
indicadores diluyen el impacto aparente, éste es
causado por una fracción de la población.
advertencia de estado crítico” –Ojalá
tuviésemos en realidad un panel de estatus
planetario, pero en parte, la crisis es producto
de la ausencia de indicadores que nos regresen
una medida (una señal de retroalimentación) de
¿Cómo lo estamos haciendo?, sin indicadores
estamos inmersos en la (oscuridad) incapacidad
de aprender sobre el desempeño del sistema;
salvo los indicadores económicamente sobre-
determinados (como el PIB22).
Podría verse ingenuamente la quimera
del “sueño americano” como la solución a los
problemas del desarrollo, pero lo cierto es que
la revolución industrial y la emergencia del
capitalismo en los países desarrollados,
históricamente condicionó la existencia de los
países subdesarrollados, quienes contrajeron un
gran monto de deuda económica además de
haber sido exprimidos y expoliados en sus
recursos naturales, energéticos, y no solo eso,
sino también su potencial humano y cultural
fue devastado por el imperialismo histórico y el
neoliberalismo actual; se ha señalado mucho
también la liga directa entre la revolución
industrial y el subdesarrollo.23
22
Desde el punto de vista del valor, para efectos del PIB,
un bosque tiene un valor equivalente a la suma de los
valores de las masas de las diferentes maderas
utilizables por el precio unitario de las mismas mas la
utilidad mas costos de operación para la extracción, o
algo así, no se intenta dar una definición precisa de la
integración de ese valor aritméticamente, sino resaltar
el hecho de que en términos del PIB el bosque solo vale
hasta que ha sido destruido, cortado y pesado.
La economía no tiene forma de asignar valores a bienes
ecológicos; esta imposibilidad, pese a los intentos
economicistas por asignar valor a los sistemas
ecológicos, a discutirse más abajo, es de orden
ontológico. Es decir, un sistema no posee términos para
definir su ambiente. La economía no puede abarcar a la
ecología. La ecología puede criticarse y modificarse para
tomar en cuenta una economía.
23
Véase por ejemplo Paul Bairoch, Revolución industrial
y subdesarrollo, Siglo XXI, México, 1967 ISBN
9682301483, 395 pp. Traducción del francés Révolution
industrielle et sous-développement, 1963. Bairoch
explica “los modos de acción de los múltiples
mecanismos que, a partir de un impulso inicial debido al
crecimiento de la productividad agrícola, permitieron el
movimiento acumulativo de crecimiento y la difusión
 El origen de la crisis puede situarse la
falla del sistema capitalista. Desde la década de
los 70s la crítica del capitalismo ante su
estrepitoso fracaso ha venido siendo elaborada
por diferentes instancias, de forma implícita,
como en los desarrollos del Club de Roma, que
si bien no distinguen explícitamente entre
capitalismo y socialismo, si propugnan una
visión en donde el medio ambiente forma parte
crucial de los límites para el desarrollo, o en la
declaración de Cocoyoc en el sexenio de Luis
Echeverria Álvarez, en donde se ha visto la
necesidad de poner un freno a la expansión y al
desarrollo industrial. La crisis capitalista tiene
su origen en el error Keynesiano de ligar el
desarrollo al crecimiento ilimitado, sin
reconocer la finitud de la Tierra. Otros
estudiosos han explícitamente propugnado el
socialismo como un remedio al mal
capitalista24 y con mucha razón. Esta crisis esta
evidenciada por la recesión económica, por la
crisis energética, por la penuria alimentaria, por
la crisis ecológica producto de las
contradicciones de la reproducción ampliada
del capital; se ha analizado hasta el hartazgo la
falla, injusticia e infactibilidad de sostener a
perpetuidad el sistema capitalista, sin embargo
internacional de la revolución industrial e investiga las
modalidades de los obstáculos que se oponen al
despegue de los países ajenos a la revolución industrial,
a pesar de todos los esfuerzos”.
24
Véase por ejemplo: Francisco Mireles, Crisis
capitalista y crisis energética. Nuestro tiempo. ISBN 968-
427-032-1, México, 1979, 215 pp; Alonso Aguilar M.,
Capitalismo, mercado interno y acumulación de capital.
Nuestro tiempo. México, 1974. 262 pp; Alonso Aguilar
M., La crisis del capitalismo. Nuestro tiempo. ISBN 968-
427-041-0, México, 1979. 357 pp; V. Afanasiev.
Fundamentos de filosofía. Editores Mexicanos Unidos.
ISBN 968-15-0028-8, México, 1978, 450 pp; Martha
Harnecker, Los conceptos elementales del materialismo
histórico. Siglo XXI, ISBN 968-23-1328-7, México, 1969,
295 pp; todo lo anterior como una revisión
(relativamente moderna) de los conceptos teóricos
desde la aparición de El capital de Karl Marx (Berlín,
1952). Una crítica reciente del capitalismo ha sido
elaborada por el cineasta Michael Moore en el filme
estrenado en el Festival de Toronto en 2009:
“Capitalismo: una historia de amor” centrado en los
cambios económicos en Estados Unidos en 2006-2008.
el Estado ha fracasado en el cumplimiento del
contrato social25 convirtiéndose en agente de
las gigantescas corporaciones multinacionales;
el Estado no vela más por los intereses de los
ciudadanos sino de personas morales
caracterizadas como sociopáticas, en el más
estricto sentido del término psiquiátrico26
quienes pagan las campañas políticas de sus
“representantes”.
El colapso del socialismo real, dio al
traste con muchas de las aspiraciones teóricas
del socialismo, hasta el punto de que la sola
mención del término arroja sombras de
escepticismo por quien lo eleve, en muchas de
las instancias. No obstante y pese a eso, las
tesis marxistas originales se juzgan efectivas o
responsivas ante las condiciones que originan y
mantienen la crisis global.27
La consecuencia visible de la crisis es
que las ciudades se han convertido en “centros
de pugna”; en las ciudades las masas habitan en
la precariedad (a excepción de los sectores más
25
Aludiendo a los principios de derecho político
señalados en “El contrato social” por Juan Jacobo
Rousseau en 1762.
26
Véase el documental “La corporación”, una película de
Mark Achbar, Jennifer Abbott y Joel Bakan del 2006
(Distrimax, S.A. de C.V.); Algunas de las tesis que se
manejan en la cinta son: “En el cambiante mundo actual
las grandes potencias se encuentran manejadas por
entes anónimos, globales y que poseen capitales de
millones de dólares. Los gobiernos han perdido su
autonomía frente a a las compañías que manejan la
economía mundial”; El DSM-IV o Manual estadístico de
enfermedades mentales cita las condiciones para
caracterizar a la patología socio-pática o psicopática,
entre ellas el mentir deliberadamente y el total
desinterés por las consecuencias adversas de los actos
propios para otros; la corporación capitalista moderna
presenta todas las características para ser categorizada
como una persona sociópata.
27
Véase Amin, Samir; Arrighi, Giovanni, Gunder Frank,
André y Wallerstein, Immanuel. Dinámica de la crisis
global, S. XXI, México, ISBN 9682309093, 1999, 256 pp.
“El libro se centra en tres áreas principales consideradas
problema: 1) Los patrones de desarrollo capitalista, 2) El
balance de las fuerzas antisistémicas y 3) Las
perspectivas para el futuro.”
favorecidos económicamente). Aunque la
pobreza urbana y rural están ligadas, los pobres
se concentran en la ciudad, pues ahí es más
fácil sobrevivir (¿O más difícil perecer?), pero
la creciente urbanización de la población, pone
a las ciudades en el centro sistémico de la
crisis. En las ciudades se compite por todo28:
habitación, terrenos, vacantes en la escuela,
acceso al agua, camas de hospital, lugar en el
transporte, espacio de estacionamiento, lugar
para vender mercancías, puestos de trabajo,
salarios adecuados, y frecuentemente la misma
precariedad es la base de la ilegalidad, pues
“primero esta comer que ser cristianos” como
se dice coloquialmente ante la penuria de las
condiciones limitantes. Desgraciadamente
también las ciudades son centro de pugna
política dentro del sistema de democracia
representativa “figurada” en la que se vive, al
menos en México contemporáneo. A esto se le
enfrentan las virtudes de la llamada
“democracia participativa” y la búsqueda
permanente de ciudades que sean facilitantes de
la sostenibilidad ¿Cómo podrían ser éstas? Es
la gran interrogante, y desgraciadamente los
28
Véase Abiodun, Yacoob, Alonso, William, Bihute,
Donatien, Connolly, Priscilla, Das, S.K., Hardoy, Jorge,
Menezes, Louis, Moser, Caroline, Munro, Ingrid y
Satterthwaite, David, Repensando la ciudad del tercer
mundo. Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires,
1985 ISBN 9509432938. 102 pp.
Dicen los autores: “Los habitantes de los países del
tercer mundo viven en un entorno cada vez más
urbanizado y un número creciente de ellos pasarán toda
su existencia viviendo y trabajando en ciudades, sin
comprender cómo se las construye y administra y sin
una idea clara de cómo su participación y compromiso
podrían mejorar su propio entorno y el de los demás;
para una alta proporción, su experiencia cotidiana y
permanente es una vida de pobreza y privaciones” […]
“Ningún mercado no regulado de bienes o servicios
puede ser de utilidad para aquellos que carecen del
poder adquisitivo suficiente para entrar en ese mercado.
Y puesto que un alto porcentaje de la población urbana
no percibe los ingresos suficientes para costearse una
vivienda legal o los servicios de salud, o inclusive la
alimentación suficiente, ante la ausencia de una acción
estatal que les garantice el acceso a ese mercado, tienen
solo dos opciones: o prescindir directamente de él, o,
como en el caso de la vivienda, recurrir a soluciones
totalmente inadecuadas y, en general, ilegales.” (Pp. 7-
11).
gobiernos tienden a ser paternalistas y a caer en
el desarrollismo.
Por ejemplo, considérese el caso de
ciudades en países subdesarrollados en donde
el gobierno y los oficiales de planeación
urbana, han sobredeterminado (o co-optado) la
solución del desarrollo urbano, a favor de una
estructuración pro-automóvil, construyendo (a
costa de un endeudamiento público) grandes y
“bonitos highways”, similares a los de las
ciudades norteamericanas en la década de los
60s. Al juzgar este tipo de acciones desde el
punto de vista energético, ecológico,
sociológico, resultarían detrimentales, pues las
masas ni tienen acceso a estas obras por carecer
de vehículo, el transporte público discurre por
las mismas viejas calles de la vieja ciudad; a su
vez, el automóvil favorece la suburbanización y
viceversa. El fenómeno de metropolitanización
y segregación en las ciudades es palpable.
Los viaductos, desde el punto de vista
de las fuentes de contaminantes atmosféricos,
podrían modelarse como una fuente distribuida
de gases orgánicos producto de combustión
incompleta,29 estas sustancias son precursoras
de la formación de ozono a través de reacciones
fotoquímicas del smog urbano. Contribuyen al
problema de ozono en la atmósfera urbana, por
ende disminuyendo la calidad del aire. Puede
argüirse en contra de esto mencionando
29
Véase el excelente compendio técnico “Environmental
Chemistry and Physycs of Air Pollution” de John H.
Seinfeld. PWS. Para un tratamiento in extenso de la
química atmosférica de los contaminantes y los modelos
de transporte de contaminantes. Tambien puede
revisarse “Contaminación del aire: origen y control” de
Warck y Warner. Limusa.
Es un hecho que la ciudad impone efectos –impactos-
en la atmósfera del sitio: existe una isla de calor urbana
y un ciclo diario de inyección de contaminantes;
cambios en el albedo o reflectividad de la luz solar;
existe un ciclo diario de formación de smog o neblumo
fotoquimico (dado que smog viene de la contracción de
smoke (humo) y fog (niebla). Esto a su vez conlleva a un
aumento en la mortalidad y morbilidad de
enfermedades respiratorias, y afectaciones a los
sistemas materiales y naturales. Igualmente pueden
dilucidarse impactos en otras fases y sistemas
ambientales.
estadísticas de tráfico antes y después
aduciendo que es el mismo, por ende, que el
problema ya estaba, pero esto se contrarresta
fácilmente mencionando que el propósito del
viaducto es promover la circulación, por ende
el tráfico ha de aumentar si la obra fuera
“exitosa” desde un punto de vista meramente
utilitario. Qué es lo único que se consideró; a
despecho de que el costo de operación del
automovil aumenta sobre una base continua,
pues así pasa con el combustible y la eficiencia
de la máquina. Similares historias podrían
contarse sobre la generación de contaminantes
al agua o al suelo en las ciudades.
Sin duda la ciudad, desde un punto de
vista holístico, genera importantes descargas o
inyecciones de sustancias exógenas a los sitios
de descarga y al medio ambiente, las cantidades
de contaminantes emitidos por una ciudad de
tamaño regular (1 millón de habitantes) son del
orden de miles de toneladas métricas por día. El
problema de la basura urbana, de la
contaminación del agua que entra y sale de la
ciudad, la contaminación de suelos en los
alrededores de la ciudad, de la contribución de
la ciudad a la inyección de metales, orgánicos,
inorgánicos, y un amplio espectro de sustancias
a la biósfera, no puede soslayarse al considerar
el desarrollo sostenible de la ciudad; las
ciudades deben contar con un sistema físico
que impide la destrucción de la biósfera como
consecuencia de sus descargas; sin considerar
los detalles de este tipo de sistemas, es evidente
que faltan en muchos lugares
La ciudad es el principal sistema técnico
que da soporte a la especie humana. Es claro
que debemos refigurar, reinventar, la forma en
que diseñamos la misma; evidentemente la
restricción principal proviene del ambiente en
que se inserta dicho sistema: La Tierra pero con
más precisión la cuenca ecológica o área de
influencia ecológica de la ciudad30, y la forma
30
La investigación y determinación del impacto urbano y
su extensión, geográfica y temporal, y su traducción en
términos de riesgo ecológico (A las especies) y
ambiental (Al humano) puede resultar en el desarrollo
de indicadores generalizados de sostenibilidad urbana;
también este “mapeo” del riesgo puede tener incidencia
en que se produce la solución; ideológicamente,
económicamente y hasta para efectos de
ingeniería. Esto sugiere otro enfoque de la
triada social-económica-ecológica de la
sustentabilidad.
Física de los sistemas sostenibles
Desde el modelo de Thomas Malthus31
publicado en 1798 hasta los modelos del Club
de Roma de 1970 referentes a los límites del
crecimiento, queda claro que el desarrollo a
perpetuidad en un sistema finito es imposible.
Es intuitivamente claro que si el
funcionamiento del sistema depende de un
recurso limitante, el sistema fallará cuando ese
recurso se agote: la materia y la energía no se
crean ni se destruyen, solo se transforman,
afirma la primera ley de termodinámica, es
cierto, pero la capacidad de estructurar
procesos, de alimentar procesos si se agota (Por
ejemplo, con un litro de gasolina puede
moverse unos pocos kilómetros, pero con el
calor equivalente disipado por el vehículo en
en estudios de valorización, por lo que es importante su
realización.
31
Thomas Malthus, A Essay on the Principle of
Population, 1798, primera edicion (anónima). Marx se
opone en cierta forma a Malthus, pues creía en la
capacidad del hombre para modificar su ambiente a
voluntad –dentro del flujo histórico materialista, claro,
sin embargo la noción de ambiente no está bien
elaborada en El Capital, y es hasta la emergencia del
eco-marxismo en época reciente, que cobra atención, o
se elabora mejor dicho, la visión marxista de la ecología.
Malthus propugnaba un modelo de exponencial
crecimiento de las demandas versus un modelo de
crecimiento lineal de los recursos, en algún momento
dado alcanzan el punto de equilibrio; el término
catástrofe de Malthus referente al tiempo en que se
alcanza dicho equilibrio, viene dado por la función W de
Alembert (pero no se anota en este ensayo, por
considerarse muy fuera de contexto). La tasa de
producción de recursos ha aumentado enormemente,
ya que Malthus no considero el subsidio energético que
logro la sociedad industrial 1) con el uso del combustible
fósil, 2) con la conquista y el programa imperialista; pero
no significa que sus planteamientos sean erróneos en lo
fundamental. En lo que si erró Malthus fue en su
desprecio por la vida humana.
ese transcurso, poco puede hacerse, asumiendo
que se capte, aunque algo sí, por ejemplo, la
vibración de los vehículos –energía cinética,
durante el día alimentaría pilas recargables que
encenderían las luces del camino en la noche.)
En la medida que un sistema esta disperso,
entropizado, es insostenible.
La sostenibilidad humana va ligada a la
capacidad de contar con suficientes alimentos y
energía para mantener un cierto nivel de vida,
asumiendo que el nicho ecológico se encuentra
dentro de parámetros; si no fuese así, la
disponibilidad de alimentos y energía de poco
serviría. Si algún componente vital del sistema
falla, el sistema colapsa, este escenario de
“Saturación y colapso” es muy lógico.
A partir de principios termodinámicos
se han realizado intentos, juzgados muy
fructíferos, por operacionalizar la definición del
desarrollo sostenible. La teoría general de
sistemas es una muy buena herramienta de
pensamiento profundo, que permite desligar el
abordaje de los fenómenos de cuestiones de
carácter ideológico, momentáneamente, para
estudiar los aspectos meramente estructurales
que dan origen a los comportamientos
complejos del sistema. El ligar estos principios
y métodos con las restricciones naturales de la
Tierra como sistema complejo, caracterizadas
por procesos biogeofísicos y biogeoquímicos y
en cómo se articula la sociedad humana en esta
ecósfera, dan lugar el replanteamiento de las
bases de la sustentabilidad.
Los intentos más útiles por
operacionalizar el desarrollo sostenible
provienen de este campo. Es así que en 1995
emergen con la publicación de los “Principios
Socioecológicos para una Sociedad Sostenible”
el alemán John Holmberg y los suecos Karl-
Henrik Robert y Karl-Erik Eriksson avanzaron
un paso crucial en el arte de la sustentabilidad,
iniciando la organización “El Paso Natural”32.
32
Holmberg, John, Robert, Karl-Henrik y Eriksson, Karl-
Erik. Socio-ecological principles for a sustainable society.
The Natural Step, Stockholm, Sweden, 1995.
Las cuatro condiciones sistémicas necesarias para el
equilibrio de los procesos cíclicos del Paso Natural son:
El Paso Natural contiene restricciones
fundamentales físicas y sociales para juzgar la
sostenibilidad de los sistemas, considerando
que los flujos y efectos inducidos por la
sociedad humana, ya no son pequeños en
relación con los ciclos biogeoquímicos; se
requiere que las sustancias extraídas de la
litósfera, o sintetizadas en la tecnosfera, no
sean acumuladas sistemáticamente en la
biósfera; se requiere la no deterioración o
desmantelamiento sistemático de las
condiciones para la productividad y la
diversidad en la biósfera y, muy
importantemente, se requiere el uso efectivo y
justo de los recursos para el cumplimiento de
las necesidades humanas, condiciones
resumidas en su programa de 4 preceptos.
Un sistema es sostenible si no falla. Este
simple estatuto expresa elegantemente el
concepto de sostenibilidad. Puede categorizarse
un sistema desde el punto de vista de la
confiabilidad33 en función de su probabilidad
de falla. Los sistemas seriales fallan si falla uno
“1. Substances extracted from the lithosphere must not
systematically accumulate in the ecosphere.
2. Societe-produced substances must not systematically
accumulate in the ecosphere.
3. The physical conditions for production and diversity
within the ecosphere must not systematically
deteriorated.
4. The use of resources must be effective and just with
respect to meeting human needs.
The socio-ecological principles thus deal with the limits
for society and the efficiency of society within those
limits. But efficiency is meaningful only if related to
purpose and value. The values that must be honoured in
a sustainable society are the value of human life with
dignity and the value of life on Earth. The first implies
that human welfare and justice aresocietal goals. The
second implies that life and life-supporting systems are
valued in their own right and not only for their support
of human society.”
33
Elaboraciones in extenso de la teoría de confiabilidad
de sistemas pueden verse en textos técnicos de
investigación de operaciones, por ejemplo, Introducción
a la Investigación de Operaciones. Hillier y Lieberman,
McGrawHill Industrial Engineering Series, o en textos de
estadística matemática, por ejemplo, Mathematical
STatististics with applications for Engineers, Scheaffer y
McLeave.
de sus componentes, los paralelos fallan cuando
fallan todos sus componentes. Entre más
componentes tenga un sistema serial, mayor su
probabilidad de falla; entre más componentes
tenga un sistema paralelo, menor su
probabilidad de falla. Existen sistemas con
desgaste, y sin desgaste; en los primeros la
probabilidad de falla aumenta a medida que el
sistema envejece; en los segundos se mantiene
constante la probabilidad de falla a medida que
el sistema envejece (Markoviano, sin
memoria). Un sistema superconfiable sería
paralelo y Markoviano, sin embargo nada
material es eterno. El decaimiento natural
llevará a un sistema a fallar, tarde o temprano.
Todo sistema en última instancia es
asimilable a un sistema serial (o paralelo) con
un único componente, significando que tarde o
temprano al sistema más redundante le quedará
un solo componente por fallar, y eventualmente
fallará colapsando el sistema. Éste es el destino
de la Tierra a largo plazo y del Sol. Pero
también la biósfera puede fallar por causa del
desmantelamiento que ha sufrido por parte de
la especie Humana. Por definición, si un solo
parámetro del nicho ecológico, excursiona
fuera de sus límites por cierto tiempo, la vida
sería imposible.
Es decir, no existe sistema artificial
sostenible, si entendemos la sostenibilidad
como la capacidad de mantener un sistema
operando. La mayoría de los sistemas
mecánicos, eléctricos o electrónicos, por no
decir que todos, fallan en muchas ocasiones
fallan cuando fallan las condiciones de su
entorno ocasionando la falla de uno de sus
subsistemas vitales, o del último que lo
sostenga.
La única forma de mantener operando
un sistema tanto como sea posible (o tanto
como se desee) es mediante una política de
mantenimiento del sistema; este tipo de sistema
en donde, tan pronto como falla, se reemplaza
el componente, se denomina “sistema
sostenido” o “sistema soportado”; un sistema
que puede ser sostenido o que admite ser
soportado, también puede denominarse
“sistema sostenible”; la sostenibilidad de
sistemas es entonces, el arte y la ciencia de
mantener el sistema operando. Esto va más allá
del mero control (cibernética) sino comprende
la gestión integral del sistema (gobernanza).
Algunas definiciones de gobernanza se dan en
términos de “aquel conjunto de estrategias para
lograr la sostenibilidad del sistema”.
Un sistema que es capaz de auto-
soportarse, es decir, de auto-repararse, tiene
capacidades de regeneración, una de las
características de lo vivo, de lo orgánico34. Es
capaz de ir, localmente, en contra de la 2ª ley
de la termodinámica y reducir su entropía,
lógicamente utilizando para ello energía
tomada de su entorno y produciendo desechos
(entropía “bombeada” al exterior del sistema).
Las máquinas artificiales (en contraposición a
las máquinas vivas) no son autosustentables.
La ciudad puede caracterizarse como
un sistema artificial soportado; en ¿qué
medida es una ciudad sostenible?, en el
sentido aludido arriba; o más importante,
¿cómo puede incrementarse la sostenibilidad
urbana?–la capacidad de ser sostenida la
ciudad. Para que la ciudad funcione tiene
34
El filósofo francés Edgar Morin, elabora
extensivamente la teoría de sistemas complejos y el
abordaje transdisciplinario de su estudio, en su obra
maestra “Le Méthode” (seis volúmenes). Editions du
Seuil, 1977. Madrid. ISBN 9788437623542. En su
caracterización de las máquinas artificiales Morin
sostiene: “Por desarrollada que esté, la máquina
artificial aparece, con respecto a las máquinas vivas, a la
vez como un grosero esbozo y como una grosera copia.
[…] la más perfeccionada y la más avanzada de las
máquinas artificiales es incapaz de regenerarse, de
repararse y de reproducirse, de auto-organizarse,
cualidades elementales de las que dispone la menor de
las bacterias. […] construida, abastecida, reparada,
revisada, programada y controlada por el hombre, no
dispone de ninguna generatividad propia. No dispone de
ninguna <poiesis> propia, de ninguna creatividad propia
[…](su) organización fenoménica produce productos,
pero no la organización generativa que produce sus
medios de producción y se produce a si misma […] las
carencias generativas de la máquina artificial[…] ya no
son problema si se concibe su inserción antropo-social
[…] son reparadas, regeneradas, renovadas, cambiadas
y reproducidas […] la neguentropía antropo-social
restablece la entropía estacionaria” (I:198-200)
que recibir energía de alguna fuente y poder
sacar su entropía al exterior. Estos procesos
tienen un costo, que intuitivamente
hablando, podría ser equivalente a la
plusvalía generada, en términos reales. Ya
hemos mencionado condiciones físicas que
a fortiori ha de satisfacer un sistema para ser
sostenible ¿En qué medida pueden
elucidarse algunos elementos clave para
intervenir o desarrollar la sustentabilidad
sistémica?
Los pensadores más avanzados de
sistemas han propuesto un avance en el uso de
cinco “herramientas suaves” para mover los
sistemas hacia la sostenibilidad35; estas
35
Meadows, Donella, Randers, Jorgen y Meadows,
Dennis. Limits of Growth: 30 years revisited, op. cit,
Chapter 8; por su relevancia, se comunican citas
significativas con relación a cada “herramienta suave”
propuesta (traducción propia).
Escriben con respecto a la visión: “Un mundo
sustentable nunca se hará plenamente efectivo hasta
que sea ampliamente previsto. La visión debe ser
construida por muchas personas antes de que sea
completa y convincente”, en forma análoga en como
Marx ubica en la movilización de las masas educadas la
posibilidad de la revolución”.
Con respecto a las redes: “Una red es no jerárquica.
Esto es una red de conexiones entre iguales, mantenidos
unidos no por fuerza, obligación, incentivo material, o
contrato social, sino por valores compartidos y el
entendimiento que algunas tareas que nunca podrían
llevarse a cabo por separado, podrían lograrse juntos.”
Con respecto a la verdad: “Las mentiras deforman la
corriente de información. Un sistema no puede funcionar
bien si sus corrientes de información son corrompidas
por mentiras. Uno de los principios más importantes de
la teoría de sistemas es que la información no debería
ser deformada, retrasada, o secuestrada.”
Con respecto al aprendizaje: “Es tiempo de que
practiquemos decir la verdad sobre esta cuestión. Los
líderes del mundo no saben mejor que algún otro cómo
lograr una sociedad sostenible, la mayoría de ellos ni
siquiera sabe que es necesario hacerlo. Una revolución
de sostenibilidad requiere que cada persona actúe como
un líder aprendiente a algún nivel dado, desde la familia
a la comunidad al mundo. Y requiere que cada uno de
nosotros apoyemos a los líderes, permitiéndoles admitir
la incertidumbre, para conducir experimentos honestos,
y reconocer errores.”
Y escriben con respecto al amor: “La humanidad no
puede triunfar en la aventura de la reducción de la
huella humana a un nivel sostenible si esa aventura no
herramientas constituyen una ética de la
sustentabilidad, en el sentido que se
materializan en patrones de comportamiento
humano correcto, en una habilitación para la
sostenibilidad: 1) Crear una visión –y en un
sentido profundo desarrollar una nueva
weltanschung o en los términos ya comentados
el weltanschaungwechse,, 2) El trabajo
colaborativo, la creación de redes, la
cooperación en equipos para el cambio, 3)
Decir la verdad, promover el flujo de
información significativa, 4) El aprendizaje, en
su más amplia acepción, en su más amplio
sentido, la investigación para la gestión y 5)
Amar, y no es la primera vez que se propone el
uso de este sentimiento para agregar valor a
todos los procesos, privilegio único de los
humanos.
La finada Donella Meadows, también
escribió sobre los niveles de intervención para
“apalancar” sistemas, moverlos hacia un
objetivo deseable36; este tipo de listados de
herramientas del pensamiento sistémico se usan
en un contexto de pensamiento abierto a la
complejidad, a la percepción de ciclos,
interacciones y dinámicas de los sistemas, con
miras a la generación de aprendizaje para la
gestión o atención de problemas complejos.
Una de las más importantes es no perder de
vista la retroalimentación de flujos de
información, materializadas en forma de
“indicadores globales de desempeño”; si no
sabemos cómo lo estamos haciendo, no
sabremos a tiempo si debe cambiarse el rumbo,
es efectuada en un espíritu de solidaridad mundial. El
colapso no puede ser evitado si las personas no
aprenden a verse a sí mismos y a otros como parte de
una sociedad mundial integrada. Ambos requieren la
compasión, no sólo con el aquí y el ahora, sino también
con lo lejano y futuro. La humanidad debe aprender a
amar la idea de dejar a las generaciones futuras un
planeta vivo.”
36
Meadows, Donella, Dancing with systems, The
systems thinker, 13:2, mayo 2002. Pegasus
Communications, Inc. Boston; también existe de la
misma autora: Leverage Points: places to intervene a
system.Sustainability Institute. 21 pp. 1999. Estos y
otros escritos de Donella Meadows pueden revisarse en
http://www.sustainer.org (3 de mayo de 2011).
por lo que esto es un requerimiento
fundamental para la sustentabilidad.
En este sentido, se ha avanzado
mucho en la construcción de indicadores
sintéticos generalizados37 y no pocas
instituciones mundiales y gobiernos locales
se han provisto de métricas e índices, más o
menos complejos, del desarrollo sostenible;
no puede soslayarse la necesidad imperiosa
de contar con formas avanzadas de estimar,
sino de medir, el impacto de la sociedad
humana, y el grado de avance y efectividad
de programas de desarrollo de la
sustentabilidad, entre otros usos, por lo que
el trabajo con este tipo de normas es básico.
Economía de los sistemas sostenibles
La primera aproximación al estudio de
la economía de los sistemas sostenibles puede
establecerse a partir de los aportes de la teoría
marxista de la historia38, en primer lugar que
37
Véase por ejemplo, Escobar Jaramillo, Luis.
Indicadores Ambientales sintéticos: una aproximación
conceptual desde la estadística multivariable. Gestión y
ambiente, 11:1, mayo de 2008, 20 pp. Describe la
construcción de indicadores de calidad ambiental a
partir de metodologías de análisis multivariable.
También puede verse Aguado, Itziar, Barrutia, Jose Ma.,
Echebarria, Carmen, Métricas para el desarrollo
sostenible. Ecocri 2008. XI Jornadas de economía crítica.
Bilbao. 19 pp. El referido artículo sintetiza indicadores a
partir del Core set of environmental performance review
propugnado por la OCDE (1993). Existe también el
conjunto de 27 indicadores urbanos del UN:HABITAT,
entre multiples propuestas.
38
Para este y otros conceptos relacionados con el
materialismo marxista, se refiere al lector a Harnecker,
Marta. Los conceptos elementales del materialismo
histórico, Siglo XXI, México, 1969, ISBN 9682313287, 296
pp. “El concepto de <modo de producción> : estructura
global compleja y dinámica, compuesta por tres
estructuras regionales: económica, ideológica y jurídico-
política. Cada una de estas estructuras tienen una
existencia relativamente autónoma y sus propias leyes
de funcionamiento y desarrollo, sin dejar, por ello, de
estar determinada, en última instancia, por la estructura
económica. Los aspectos de la superestructura no son,
por tanto, la simple expresión de lo económico. Tienen
una realidad propia, relativamente independiente. Decir
esta trasciende la mera visión cronológica para
ir a la investigación de los orígenes materiales
de los sucesos, en segundo lugar, la
consideración de que las relaciones de
producción son el núcleo estructural de la
sociedad, por lo que su estudio debe partir de
estas, y en tercer lugar el “proceso histórico
natural” se asienta en el desarrollo de las
fuerzas productivas. Es decir la sostenibilidad
depende de estructuras profundas del modo de
producción: de la estructura económica, de la
estructura ideológica y de la estructura jurídico-
política. Estas tres estructuras deben alinearse
hacia objetivos de sustentabilidad para que el
sistema pueda ser super-estructuralmente
sustentable, de otra forma degenera o se desvía
del devenir histórico materialista.
En muchas ocasiones, la negación o
desviación del proceso del materialismo
histórico conduce a dos desviaciones
características: el economismo y el
voluntarismo; defectos que han sido asignados
a las corrientes epistemológicas principales de
la sostenibilidad. Por un lado la política
economista de “internalizar las externalidades”
propugna el sofisma de que es posible asignar
valor (en términos mercantiles) a los sistemas
ambientales, a la vez que como sistema o
subsistema económico, pretende meter dentro
de sí, el ambiente que lo soporta y lo
determina; se cae en el economismo cuando
solo se toma en cuenta la estructura económica.
Por otro lado los intentos de movilización de
masas a partir del trabajo de ONGs
ambientalistas –“defensores de ballenas”, que
propugnan la sustentabilidad per se, se diluyen
en un ambientalismo débil, pues solo toman en
cuenta “aspectos ideológicos, criterios
subjetivos, faltos de dirección, sin considerar
que un aspecto de la sociedad tienen una existencia
propia y leyes de desarrollo propias es afirmar que tiene
un tiempo propio y relativamente autónomo,
relativamente independiente, en su dependencia misma
de los tiempos de los otros niveles”. (p. 271-272).
Harnecker también comenta las desviaciones del
materialismo pero en un contexto de un sindicalismo
roto que busca tan solo la mejora económica
(economismo) y de la movilización futil de partidos
políticos izquierdistas (voluntarismo).
las estructuras jurídico-políticas ni económicas,
cayendo así en el vicio del voluntarismo,
reduciéndose a vacilaciones torpes y serios
problemas tácticos y organizativos”, como
dijera Lénin.
En este sentido se establece que para
poder aplicar políticas ambientales eficaces,
es necesario colocarlas en el núcleo
estructural del materialismo histórico. Es
necesario tomar en cuenta todos los aspectos
estructurales y coyunturales determinantes
que permitan contar con criterios y
principios para analizar la articulación de
esos procesos39. Del análisis epistemológico
de la consideración del concepto de “medio
ambiente” y otros paradigmas relacionados,
pueden esperarse cambios teóricos de donde
habrían de surgir conceptos prácticos para
orientar el desarrollo de la sustentabilidad.
Si bien el concepto de medio ambiente
en Marx no está completamente elaborado, si
esta, de alguna manera previsto, como señala
Leff40, la producción de valores de uso no es
39
Leff, Enrique. Ecología y capital: racionalidad
ambiental, democracia participativa y desarrollo
sustentable. Siglo XXI-UNAM, México, 1986, ISBN
9789682319181. 437 pp. Señala Leff: “Para poder
aplicar políticas ambientales eficaces es necesario
reconocer los efectos de los procesos económicos
actuales sobre la dinámica de los ecosistemas. Es
necesario evaluar las condiciones ideológicas, políticas,
institucionales y tecnológicas que determinan la
conservación y regeneración de los recursos de una
región; los estilos de ocupación del territorio, las formas
de apropiación y usufructo de los recursos naturales y de
repartición de sus riquezas, el grado y las formas de
participación comunitaria en la gestión social de las
actividades productivas.” (p.80).
Otros libros del mismo autor que pueden referirse son:
Saber ambiental:sustentabilidad, racionalidad,
complejidad, poder. S.XXI/PNUMA, México, 2007 ISBN
9789682324024. 414 pp. y también: Discursos
sustentables. SXXI, México, 2008, ISBN 9786070301346,
276 pp.
40
Leff, Enrique, Ecología y capital, op. cit., “Son los
conceptos marxistas de valor y plusvalor los que
permiten entender las determinaciones que genera el
proceso de producción respecto a las transformaciones
de la naturaleza, mediante las formas de apropiación y
uso de los recursos […] Si bien las leyes naturales
resultado de un proceso ecológico que se
yuxtapone a la producción de valor de cambio
en el proceso de producción de mercancías. Por
esta razón el avance tecnológico en la
producción se ha convertido en la condición
fundamental de la reproducción de capital, ante
una naturaleza cada vez más restringida.
Emerge en esta coyuntura
epistemológica, la posibilidad de conjugar el
marxismo y la ecología: el ecomarxismo, como
una teoría que posibilite la conceptualización y
abordaje del problema de desarrollo de la
sustentabilidad41, posibilitando la emergencia
de una nueva racionalidad ambiental que
coloque a la naturaleza en el centro del proceso
del materialismo histórico revisado.
coadyuvan a la producción de valores de uso al
aumentar la productividad del trabajo, sólo el tiempo de
trabajo socialmente necesario determina la formación
de valor y las leyes de intercambio de mercancías. Por
ello, son estas leyes las que en el proceso de
acumulación de capital condicionan el ritmo y las formas
técnicas de utilización y transformación de la
naturaleza.” (Pp. 142-147).
41
Escribe Leff (op. cit. P. 334-335): “Estos problemas (la
falta de fundamentos sociológicos y ecológicos de las
teorías económicas convencionales) plantean la
necesidad de elaborar una teoría de la producción, que
resuelva el conflicto entre conservación y crecimiento –
entre las leyes del mercado, los intereses económicos,
los valores éticos y culturales, y las demandas populares
de apropiación y autogestión de los recursos naturales;
de una teoría capaz de incorporar el potencial
productivo proveniente del manejo conservacionista de
los recursos y de construir una racionalidad ambiental
fundada en los principios de productividad
ecotecnológica y gestión participativa de los recursos
ambientales, que dé bases de sustentabilidad ecológica
y de equidad social a proceso de desarrollo” […] “Por ello
el marxismo debe reelaborar las categorías de
naturaleza y cultura, situándolas en el centro mismo de
proceso productivo. Se trata de construir una nueva
teoría de la producción que, más allá de considerar al
ambiente como externalidad […] lo incorpore como
potencial al proceso productivo. Una teoría ecomarxista
[…] se plantea como un campo de articulación de la
economía ecológica y de la ecología política, capaz de
integrar las condiciones ecológicas de producción, el
potencial ambiental del desarrollo sustentable y el poder
político del movimiento ecologista, para construir una
racionalidad ambiental”
Conclusión: La sustentabilidad fuerte
y su producción en urbanismo
Arribamos finalmente a un concepto
ampliado y revisado de la sustentabilidad de
sistemas; no es uno en donde se sueña con el
mantenimiento a perpetuidad de la especie
humana automáticamente, sino más bien se
aspira a la construcción de sistemas sostenidos,
no hay más remedio, pero dentro de una
concreción ética, ideológica, política, jurídica,
económica y ecológica racional, sobre todo
realista, como se espera haber descrito en las
secciones precedentes.
El desarrollo sostenible “fuerte” sería
un desarrollo integral de los sistemas
centrado en los conceptos de producción del
materialismo histórico eco-marxista,
respetuoso de principios de mantenimiento
de equilibrio de los procesos cíclicos
naturales, ético, siendo la vida, humana y de
las especies su más alto valor, medible y
comunicable en términos concretos.
Los sistemas urbanos diseñados o
producidos, tomando en cuenta esta
redefinición fuerte del desarrollo sostenible,
tienen buenas posibilidades de ser
“sostenibles”.
No es posible proponer recetas acabadas
para la producción de la sustentabilidad, solo
pueden proponerse procesos de desarrollo de
una visión bien alineada, una
weltanschungwechsel del desarrollo sostenible,
digamos, programas de investigación-gestión
para el desarrollo sostenible, pero fincados en
principios físicos y económicos pulcros.
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* Semblanza. Luis E. Castro Solís. Saltillense nacido

en 1968. Ingeniero civil (UAdeC, 1990); maestro en
ciencias con especialidad en ingeniería ambiental
(ITESM, 2000); profesor investigador de tiempo
completo en la Facultad de Ingeniería de la Universidad
Autónoma de Coahuila; doctorante del Doctorado en
Arquitectura, Diseño y Urbanismo, 7ª. Generación.