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Instituto Teológico de las Asambleas de Dios

ASIGNATURA: Teología Sistemática II


PROFESORA: Nimia Cáceres
ALUMNO: Ricardo González
Turno: NOCHE
Año: 2do.
FECHA: 12/10/21
Investigación 3: Homosexualidad ¿preferencia o pecado?

INTRODUCCIÓN
Una definición más o menos adecuada acerca de la homosexualidad es: una anomalía que consiste
en la desviación de la atracción afectivo-sexual, por la cual el sujeto prueba atracción, e incluso
puede mantener relaciones, con personas de su mismo género.
Esta desviación puede ser a causas puramente morales (perversión moral) o causas morales
junto a psicológicas. Los orígenes de las personas que se descubren homosexuales, no son del
todo claro; existen varia hipótesis: la más aceptada dice que si bien puede haber predisposiciones
orgánicas y funcionales, el origen más claro se remonta, generalmente, a una intrincada red de
relaciones afectivas y sociales. También han sido estudiados los eventuales factores hereditarios,
sociológicos, e incluso hormonales, pero de todos el que parece más influyente es el clima
educativo familiar, especialmente en el periodo que va desde los 6 a los 12 años.
Hay que distinguir a los homosexuales en:
Esenciales: también llamados primitivos, constitucionales o primarios, estos están sujetos a la
compulsividad del instinto.
A su vez se distinguen en:
a. Totales y Exclusivos: estos aborrecen al sexo opuesto totalmente y sienten un impulso casi
irresistible hacia los del mismo sexo.
b. Los Otros: que son los que pueden sentir también, atracción hacia personas del sexo
opuesto (los bisexuales).
c. Ocasionales: también llamados secundarios; son los que buscan el mismo género sexual por
motivaciones más superficiales como la aventura, dinero o falta de pareja del otro sexo, pero
conservan sus tendencias heterosexuales.
¿Se nace homosexual?
Muchos creen que la homosexualidad se gesta en la infancia y nace con la persona.
Lo primero que debemos saber es que nadie “nace” homosexual, no existe evidencia científica seria
que refuerce esta idea.
En segundo lugar, la homosexualidad es algo muy complejo formado por factores familiares,
culturales, espirituales, personales y traumas importantes.
A continuación, citamos ejemplos de la visión particular de este fenómeno en otras
épocas:
El Acto Homosexual. Por acto homosexual se entiende no sólo a los actos sexuales
externamente consumados sino también a los actos de deseo y pensamiento plenamente
concebidos.
Lo enseña la "Sagrada Escritura" y la Razón:
Lev. 18, 22: "No te acostaras con varón como con mujer, es abominación".
Lev. 20, 13: "Si alguien se acuesta con varón, como se hace con mujer, ambos han
cometido abominación: morirán sin remedio, su sangre caerá sobre ellos".
Rom. 1, 27: "Igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron
en deseo los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo
en sí mismos el pago merecido de su extravío"
1 Cor 6, 9-10: "... No erréis; ni los fornicarios, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones... heredaran el reino de Dios".
La Razón. No sólo filosófica, sino teológica muestra la ilicitud de estos actos, en cuanto:
Están absolutamente desposeídos de la finalidad procreativa que es propia del acto sexual
humano y la cual no puede ser excluida voluntariamente.
Niegan la complementariedad entre varón y mujer, la cual está inscrita en la misma
naturaleza, no sólo porque el varón y la mujer son complementarios físicamente sino
porque lo son también germinalmente (sus células sexuales son complementarias: óvulo y
espermatozoide) y psicológicamente.
Niega la sabiduría creadora de Dios: pues al negar lo único que está explícitamente
escrito en la naturaleza del hombre (la complementariedad entre varón y mujer), niega el
plan de Dios en la creación.
Es un acto antisocial: porque no contribuye con la generación de nuevos hijos a la sociedad.
El sexo se ordena a la perpetuidad de la especie.
Si la practica homosexual fuera aceptada y todos la practicas en equivaldría al suicidio
social.
La Tendencia Homosexual. Cuando responde a factores no voluntarios, se suele verificar
muchos equívocos. Fundamentalmente hay que decir que mientras no sea consentida no
constituye pecado alguno, pero al mismo tiempo, también hay que afirmar que ella misma,
por tender como fin a un acto desordenado, es un desorden.

http://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/80050/Forum_1999_12.pdf?
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La homosexualidad es un pecado especialmente perverso

Romanos 1 demuestra que la homosexualidad es un pecado que se llega a cometer después de que
uno ha tocado el fondo de su depravación. 
Los que lo cometan continúan tanto en su rebeldía en contra de Dios que él “los entregó a la
inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios
cuerpos” (Romanos 1: 24-27). 
Ya que va en contra del plan perfecto de Dios para el matrimonio, los cristianos bien al ver la
homosexualidad hacen como un pecado especialmente vil y perverso. No sólo eso, sino que la
homosexualidad jamás podrá reflejar el propósito por el cual existe el matrimonio: representar la
relación de Cristo a la iglesia (Efesios 5:31).

 Tu pecado es peor que la homosexualidad si no te arrepientas


Desafortunadamente, muchos cristianos caen en la trampa de creer que las personas que practican la
homosexualidad están más allá de la gracia de Dios, sucios, y que no merecen amor ni compasión.
 Pero observe las palabras de Pablo en Romanos 2: 1. Justo después de haber descrito la
homosexualidad como un pecado completamente vil, declara:
“Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas
a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. " Usted también ha
quebrantado la ley; usted no es el juez, así que cuidado.
Pero todavía más impactantes son las palabras de Cristo. Después de haber predicado las buenas
nuevas y haber hecho milagros en Galilea, dijo a los religiosos: “Por tanto os digo que, en el día del
juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti” (Mateo 11: 24).
El punto de Jesús es que algunos pecados son peores que otros, y, por lo tanto, Dios los castigará de
manera más severa, pero Dios no necesariamente los cataloga como nosotros lo haríamos.
 Cuando una persona escucha el evangelio y lo rechaza, en la mente de Dios su pecado es mucho
mayor que el de la persona indocta que practica la homosexualidad.

Usted, mi querido lector, está en mayor peligro de un juicio mucho más severo que la persona que
está viviendo en la homosexualidad, pues usted también peca, pero lo hace bajo más luz, es decir,
ha recibido un mayor conocimiento de Dios.

Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su


voluntad, tuvo muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado
poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho
se le haya confiado, más se le pedirá (Lucas 12: 47-48).

CONCLUSION

¿Cuál debería de ser nuestra respuesta?


No importa el pecado, sea chico o sea grande, la solución es siempre la misma: el evangelio, pues es
el poder de Dios para salvación (Romanos 1: 16-17). Asegúrese de que lo entiende, que lo vive y
que lo proclama.
Finalmente, recuerde que la persona que desobedece a Dios al practicar la homosexualidad necesita
el evangelio tanto como usted y yo lo necesitábamos antes de conocer a Cristo. 
Y al convertirse en más popular en nuestra generación (y aún más en la generación de nuestros
hijos), debemos asegurarnos que vemos a los que practican la homosexualidad, no como personas
raras que debemos temer y odiar, sino como un campo misionero.

Lo que ellos necesitan no es una retórica de cómo es que nuestra nación ha decaído tanto al abrazar
la maldad, pues sabemos que ningún movimiento político puede salvar. Al contrario, lo que
debemos hacer es confrontar su pecado y compartir el evangelio. Esto es amor. 
Porque sólo así Dios los ofrece que, aunque sus pecados fuesen rojos como el carmesí, podrán ser
limpios y hechos blancos como la nieve a través de la sangre del Cordero.

“No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se
echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los
estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya
habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu
de nuestro Dios” (1 Corintios 6: 9-11).

https://tms.edu/es/blog/acaso-el-homosexualismo-es-un-pecado-peor/
libro ‘Comprender y sanar la homosexualidad’
“La ciencia dice que la gente no nace gay”

Richard Cohen es autor del polémico libro ‘Comprender y sanar la homosexualidad’ Su obra fue
retirada el martes de El Corte Inglés tras las quejas de agrupaciones homosexuales

Richard Cohen (Filadelfia, 1952), autor del libro ‘Comprender y sanar la homosexualidad’, se


define como un ex gay que tiene la clave para corregir las tendencias homosexuales. Su libro,
escrito originalmente en 2000, ha sido editado por Libros Libres en España. El martes, El Corte
Inglés lo retiró de su librería, tras las protestas de varias agrupaciones homosexuales. Cohen define
esa decisión como “un atentado contra la libertad de expresión”. No es la primera vez que su libro
genera polémica. En 2009 se empleó en Uganda para apoyar un proyecto de ley que castigaría las
conductas homosexuales con pena de muerte. Cohen asegura que se malinterpretó su mensaje y que
no odia a los gais. Aquí en Estados Unidos es el principal representante de lo que se llama "terapia
de conversión", que promete a los pacientes hacer desaparecer tendencias homosexuales. Cohen no
es psiquiatra. Obtuvo un máster en terapia psicológica por la Universidad de Antioch. En este
momento tampoco tiene licencia para ejercer como psicoterapeuta. Regenta una organización
llamada International Healing Foundation, para la que trabajan otros terapeutas. Recibe a EL PAÍS
en su casa en las afueras de Washington, en una consulta decorada con una pequeña bandera gay,
muchos libros y una foto con su mujer y sus tres hijos.

Pregunta: ¿Cree que la homosexualidad se puede curar?

Respuesta: ¿Qué quiere decir con curar? No entiendo la palabra.

P: ¿Sanarla, entonces? Es la palabra que emplea en el libro.

R: En 2008, la Asociación Norteamericana de Psicología dijo que, aunque ha habido muchas
investigaciones sobre las posibles causas genéticas, biológicas u hormonales de la orientación
sexual, no ha habido descubrimientos que les permitan a los científicos llegar a la conclusión de que
la orientación sexual esté determinada por uno o varios factores particulares. La ciencia dice que la
gente no nace gay.

P: Lo que usted hace, ¿es una terapia que revierte una supuesta fase gay?

R: Yo creo en el derecho del cliente a la autodeterminación y libre albedrío. Si alguien quiere vivir
una vida gay, lo respeto. Y si alguien quiere explorar las posibilidades de cambiar de gay a
heterosexual, también lo respeto.

P: Pero niega la posibilidad de que la homosexualidad sea biológica.

R: Si hay algo biológico en ella, mi experiencia dice que es que aquellos que experimentan
sentimientos homosexuales son hombres y mujeres extremadamente sensibles. Viven una relación
con sus padres, con sus compañeros y con su entorno, distinta a la de sus hermanos y a las de otra
gente a su alrededor. Esa sensibilidad puede sentar las bases para los sentimientos homosexuales.

P: Por lo que usted ha escrito, cree que es el entorno familiar, escolar, de amistades, lo que
determina la homosexualidad.

R: Efectivamente, es algo de suma importancia.

P: Y, ¿cómo hace usted que alguien evolucione de tendencias homosexuales a tendencias
heterosexuales?

R: Durante los pasados 21 años, en los que trabajé como psicoterapeuta, desarrollé un protocolo
para aquellos que quieran cambiar, no para los que estén contentos siendo gais. Yo mismo viví
como gay, tuve una pareja gay durante tres años.

P: ¿Había algo dentro de usted que le decía que aquello no era correcto?

R: No. Lo que pasa es que, desde pequeño, siempre tuve un sueño: estar casado con una mujer y
tener una familia. No fue la presión de mis padres, de la sociedad o de la religión. Era yo mismo,
que tenía el sueño de casarme con una mujer y tener niños.

P: ¿Fue fácil para usted dejar de ser gay?


R: No. Se me dijeron muchas mentiras. Que encontrara a la mujer adecuada que me volviera
heterosexual. Me casé. Pero reprimía los deseos homosexuales. No los había resuelto. Hice mi
terapia después de casarme. Fue un proceso complejo, duro. Muchos terapeutas me decían que yo
había nacido gay, que no había nada que hacer. Que debía aceptarlo y vivir una vida gay.

P: ¿Nunca tuvo una aventura con un hombre después de casarse?

R: Tuve una relación con un hombre. Y se lo dije a mi mujer. No buscaba sexo, sólo un mentor
masculino. Bajo mi deseo por los hombres había una herida. No recordaba que mi tío había abusado
sexualmente de mí. Es algo que reprimí durante 25 años, hasta que hice mi terapia. Entonces
encontré a un mentor masculino, heterosexual. Cuando experimenté el luto por ese abuso mis
tendencias homosexuales desaparecieron.

P: Usted hace especial insistencia en la figura del abuso sexual como una razón para desarrollar
sentimientos homosexuales. ¿Cree usted que es una razón común?

R: Es una de las 10 razones posibles que detallo en mi libro. Nunca es una cosa sola. Es una
combinación de varios factores. Un 50% de mis clientes sufrió abuso sexual por parte de alguien de
su mismo sexo.

P: ¿No cree que esto se puede interpretar como que usted caracteriza a los gais como abusadores
sexuales?

R: Es lo opuesto. Si se da cuenta de las proporciones de la población, la mayoría de abusadores son


heterosexuales.

P: ¿Por qué?

R: Porque en la sociedad no hay más de un 2 o 3% de homosexuales. Es una cuestión de


proporcionalidad. En mi caso, fue un hombre heterosexual quien abusó de mí.

P: Hace usted una reflexión en su libro sobre por qué los homosexuales tienden a cultivar su
cuerpo, cuidar su apariencia... algo muy asociado a los tópicos que hay sobre la cultura gay.

R: Es lo que se llama sobrecompensación, porque no sienten su propia masculinidad. He tratado a


hombres culturistas, con físicos increíbles. No importa cuántos músculos desarrollen, aun se sienten
inferiores interiormente.

P: Usted habla de un mito, reforzado por los medios, Hollywood, las novelas...

R: Es el mito de que se nace gay, que es una afirmación que científicamente no es válida. Pero
tampoco se puede decir que ser gay sea una opción. Uno no se despierta un día y decide ser gay.
Hay una serie de factores combinados que hacen que alguien se comporte como gay. Tratando a
cientos de homosexuales he descubierto que hay una serie de contextos comunes en todos ellos. En
las biografías de los famosos queda claro también: tuvieron experiencias similares. Rosie
O’Donnell, Greg Luganis, Elton John, Ricky Martin, Ellen DeGeneres... todos tienen historias
similares. Es algo clínico. Decir que alguien ha nacido así es contrario a la naturaleza.

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