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Desarrollo.
Mateo 16:18 Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi
iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Cristo es la Roca: La Biblia identifica a Cristo como “La Roca”, por ejemplo:
Mateo 21:42 Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: "la piedra que
desecharon los constructores, esa, en piedra angular se ha convertido; esto fue hecho
de parte del señor, y es maravilloso a nuestros ojos"?
En la cita de arriba, Jesús estaba citando las palabras proféticas de Isaías quien se
refirió al Mesías como la piedra desechada (Isaías 8:14.) En el siguiente verso vemos
como el Apóstol Pablo confirma que Jesús es “la piedra” angular sobre quien la iglesia
es edificada sobre el “fundamento de los apóstoles y profetas”. Es interesante que no
dice nada sobre la iglesia siendo edificada “sobre Pedro” siendo la roca singularmente
sino sobre “los apóstoles y profetas” en plural. Esto sencillamente significa que tanto
los profetas del Antiguo Testamento como los apóstoles del Nuevo, hablaron de esto
en sus profecías (los profetas) y en su interpretación de la profecía (los apóstoles)
Además, en primera su carta afirma tres veces consecutivas que Cristo, es la piedra
del ángulo o piedra principal en la iglesia:
1 Pedro 2:4-5. Y viniendo a Él como a una piedra viva, desechada por los hombres,
pero escogida y preciosa delante de Dios, también vosotros, como piedras vivas, sed
edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios
espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Pues esto se encuentra en la
Escritura: he aquí, pongo en Sion una piedra escogida, una preciosa piedra angular, y
el que crea en el no será avergonzado. Éste precioso valor es, pues, para vosotros los
que creéis; pero para los que no creen, la piedra que desecharon los constructores,
esa, en piedra angular se ha convertido, y, piedra de tropiezo y roca de escándalo;
pues ellos tropiezan porque son desobedientes a la palabra, y para ello estaban
también destinados.
1 Corintios 10:4. Y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una
roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo.
El Cristo glorificado, nos explica Pablo en su carta a los Efesios 4:8, “subiendo a lo
alto llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres”. Los dones a los que se
refiere aquí la biblia, son también conocidos como Dones Ministeriales o Dones de
Ministerios, y son cinco los que se mencionan.
Efesios 4:11-16 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros,
Efesios 4:12-16 A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de
todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en
todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien
concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente,
según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose
en amor.
Los cinco ministerios o ministerio quíntuple se hacen evidentes en la vida Cristo. Los
evangelios nos muestra al Señor Jesús funcionando en los ministerios.
1.- Perfeccionar A Los Santos Para La Obra Del Ministerio. Cada ministerio
ayuda moldear a los santos para las diversas tareas del ministerio. Esto incluye
reproducir más ministros y líderes para que la obra de Dios continúe después de ellos.
2.- Edificar Al Cuerpo De Cristo: Esto significa que los santos seguiremos
construyendo encima de los fundamentos que pusieron los apóstoles y profetas.
Los ministerios estarán vigentes hasta que la iglesia alcance la plenitud de la estatura
de Cristo.
Los cinco ministerios no son jerarquías sino funciones, oficios ministeriales específicos
dados al cuerpo de cristo. Cada uno tiene su propia dimensión, medidas, peso y
alcance. Ninguno es menos que el otro; pero si tienen diferentes funciones.
Pablo también después de ser constituido apóstol de Jesucristo, declara que sólo
somos colaboradores de Dios.
1 Corintios 3:6-9. Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que ni
el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento. Ahora bien, el
que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su propia
recompensa conforme a su propia labor. Porque nosotros somos colaboradores de
Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
También advierte el apóstol que cada uno debe mirar bien cómo sobreedifica. El
fundamento está puesto, no hay otro fundamento. Pero la obra que cada uno hiciere
será probada con fuego.
En estos últimos días que vivimos, existe en el mundo cristiano una gran polémica
sobre los ministerios, especialmente sobre el apostólico y profético, mientras una
gran parte dice que no son necesarios, algunos otros dicen que son una opción.
Otra razón que también hace mucho daño al reconocimiento y la aceptación de los
ministerios es la distorsión. La distorsión es cuando hay algo que se desfigura y se
crea una prevención y un rechazo, y algunos como no lo entienden porque no tienen
la capacidad de discernir. Lo que no entendemos, lo satanizamos. Cuando hemos
tenido experiencias traumáticas con apóstoles, profetas, pastores, evangelistas y
maestros, eso también nos previene. La mala experiencia les lleva a generalizar por
ministerios que han cometido errores y horrores.
Por eso, estos elementos, la desinformación y la distorsión son los que hacen que la
iglesia se sustraiga y comience a cuestionar lo que el Señor en un orden estableció y
una de las cosas grandiosas en este tiempo es que Él dijo: “Yo edificaré mi Iglesia”.
En las escrituras, rudimento es una palabra griega que hace referencia a los
elementos o procesos primarios o prácticas iniciales que son necesarios para el inicio
de la vida espiritual de todo hijo de Dios.
Hay que tener mucho cuidado con los rudimentos, porque si uno se queda en la etapa
primaria del desarrollo Espiritual, se queda estancado en una estructura religiosa. La
religión puede verse indirectamente como una consecuencia de haber quedado
detenido en los rudimentos.
Un argumento (del latín argumentum) es una prueba o razón para justificar o refutar
algo como verdadero o falso; es un discurso dirigido a una finalidad. Es la expresión
oral o escrita de un razonamiento.
La cualidad fundamental de un argumento es la consistencia y coherencia;
entendiendo por tal el hecho de que el contenido de la expresión, discurso u obra
adquiera un sentido o significación que se dirige al interlocutor con finalidades
diferentes.
Tenemos que saber derribar los argumentos que se levantan contra el conocimiento
de Dios. 2Corintios 10:3-5. Los de este mundo quieren pensar que ellos tienen razón
en rechazar la verdad bíblica. Ellos piensan que hoy en día hay nuevo conocimiento
que es superior a lo antiguo. Con todo el avance científico, piensan que tiene que ser
que el conocimiento va mejorando. Para poder soportar este argumento tienen que
decir que la verdad es relativa.
¿Cuáles son los argumentos que se levantan contra el conocimiento de Dios? Son
argumentos promovidos por los más potentes medios de comunicación. Lo que la
gran mayoría cree es lo que más a menudo se escucha.
Hay los que en sus sentimientos determinan lo que, para ellos, es la verdad. Si se
sienten bien en creer algo dicen, “para mí es la verdad”. Ellos menosprecian la verdad
revelada en la Biblia. Su religión se trata mucho en sentimientos y poco en
conocimiento. Para ellos, no hace falta pasar el tiempo estudiando. En vez de buscar
conocimiento, buscan experiencia. Juan Stott, un pastor y escritor reconocido por
muchos en el mundo, escribió, “experiencia sin verdad es la amenaza y miseria del
cristianismo insensato”.
1 Pedro: 1-12,13. Por tanto, siempre estaré listo para recordaros estas cosas, aunque
vosotros ya las sabéis y habéis sido confirmados en la verdad que está
presente en vosotros. Y considero justo, mientras esté en este cuerpo, estimularos
recordándoos estas cosas,
¿Qué dice la Biblia sobre quién es Jesús? La verdad bíblica es un solo concepto: Jesús
es el Hijo de Dios que vino a la tierra luego de estar junto a Dios en los cielos. (Juan
17:4.) Al regresar a los cielos espirituales, vuelve a estar junto a Dios, como Hijo
obediente. (Hechos 7:55, 56.) Jesús está en sujeción sólo a Jehová, y es el Rey
nombrado para mediar a favor de la humanidad. (1 Corintios 8:5, 6; 11:3; 15:27,
28.) Los cristianos oran a Dios y le piden por medio de Jesús. (Juan 14:14; Hechos
4:30.) Por eso, la Biblia mantiene el concepto consecuente de que, no obstante
poseer Jesús naturaleza divina, sigue reconociendo al Padre como "mi Dios".
(Colosenses 1:19; 2:9; Apocalipsis 3:12.)
Toda la Palabra de Dios es verdad, sin embargo, hay en la biblia verdades que para
nuestro tiempo no son estrictamente aplicables, porque para nosotros en la
actualidad no tienen relevancia en su cumplimiento. Como por ejemplo, guardar el día
sábado o la circuncisión de todo niño, que son verdades bíblicas, pero no son
verdades presentes. La falta de entendimiento en este tema ha sido la causa de
muchas controversias para la iglesia de hoy día que se diluye y se separa por
criterios, argumentos rudimentos y verdades que deben ser analizadas escritural y
culturalmente para dar paso al avance de la obra de Dios. Si queremos alcanzar al
mundo para Cristo tenemos que hacer diferencias entre todas estas cuestiones y
tomar las verdades presentes para la iglesia.
La Iglesia de Cristo, bien lo hemos entendido, debe estar sobre el fundamento que es
Cristo mismo y su palabra y sobre la doctrina apostólica, sin embargo está siendo
edificada por hombres que Dios ha establecido para la edificación y crecimiento de su
iglesia, y está claro, es evidente, que la iglesia y específicamente el liderazgo, en
muchos casos se ha dejado de lado el fundamento para enfocarse en la estructura, en
la forma de su trabajo, en planificaciones, en diseños que Dios no ha dicho. Esto
ocurre porque existe una seria debilidad por ser reconocidos, aceptados y hasta
halagados por los hombres a causa del crecimiento que se está alcanzando.
Cuando un hombre es llamado por Dios a la labor ministerial, y se basa en el
fundamento, no tiene necesidad de imponer sus ideas para levantar y promover lo
que Dios puso en sus manos. Esta actitud crea y ha creado confusión en aquellos que
no han desarrollado un nivel de fe y conocimiento de las escrituras. Dios pedirá
cuentas a todo ministro que haya cambiado el principio bíblico. “Y la obra de cada uno
cuál sea, el fuego la probará. 1Corintios 3:13.
Hebreos 5:4. “Nadie toma para sí esta honra sino el que es llamado por Dios”.
Efesios 4:11. “El mismo constituyó a unos (no todos) apóstoles...etc.” Esto indica que
cualquiera no es Ministro porque el Ministerio no es cualquier cosa.
En cuanto a estos tres tipos de llamados, debemos estar seguros si fue Dios quien
nos llamó.
Todo ministro reconocido bajo la cobertura de un presbiterio apostólico debe estar
claro y seguro que quien le comisiono para tan honrosa tarea no fue una organización
humana, sino una constitución divina.
En el aspecto personal en relación al llamado debes tomar en cuenta, que nunca te
debes ofrecer para el Ministerio y menos te inventes un ministerio, por lo general,
Dios siempre llama y envía a los que se niegan. De esto, tenemos ejemplos en las
Escrituras.
El caso de Moisés que no quería asumir el llamado dando las más grandes
excusas para no ir pero con todo eso Dios lo llamó.
El caso de Jonás, que hizo una huida total en una embarcación al sentido
contrario del lugar de su llamado, se rehusó pero a él fue a quien Dios llamó.
Hebreos 5:4 “Nadie toma para sí esta honra sino el que es llamado por Dios”.
Aunque en este texto se está haciendo referencia al Sacerdocio, pero se puede aplicar
a los Ministerios tomando encuesta el principio.
El llamado es tan de Dios que Pablo en Filipenses 3:14 se refiere al Ministerio como el
“Supremo llamamiento”.
El término “Supremo llamamiento” del griego es o demuestra “El más grande de los
llamados”. Esto indica que dicho llamado solo lo puede hacer Dios por la naturaleza
del llamado, solo un ser supremo puede hacer un supremo llamado. Por esta causa
debemos entender, que no hay un llamado en este mundo más grande que el que
Dios hace, no hay mayor autoridad que la que recibimos de Dios, no hay mayor
posición que en la que Dios nos ha colocado.
El hecho de que como Ministro abandonemos el llamado que Dios nos ha hecho y
dejemos lo que Él nos mandó hacer, es no estar seguro en el lugar de preeminencia
en el cual Dios nos ha colocado y nos ha confiado. Nada en este mundo puede
sustituir el llamado que Dios nos ha hecho. Ni el dinero, ni la fama, ni el estatus
social; entre otros.
Cuando todas estos bienes y posiciones me desubica del lugar donde Dios me ha
colocado, es una forma de deshonrar a Dios y a su vez es el camino fácil al fracaso en
cuanto a lo de Dios se refiere. Por nada cambies el don que Dios te dio y el llamado
que Dios te ha hecho; honra a Dios y Él te honrará a ti.
Carlos H. Spurgeon en una ocasión dijo: “Dios respalda al que llama, el que se infiltre
que se las arregle como pueda”. Una persona que se ofrece o se auto llama, no tiene
derecho para la exigencia. El que llama es fiel para responder a los que llama.
En una ocasión la Reina de Inglaterra le ofreció al conocido predicador y pastor Carlos
H. Spurgeon, la oportunidad de ser canciller de la República teniendo que dejar el
Ministerio de Pastor.
El Pastor Spurgeon en forma muy segura y acertada le contestó: “Yo agradezco la
oportunidad que usted me está dando, pero no puedo bajar de puesto”
La Reina le hizo una observación y le dijo: “Usted está loco, como va a comparar el
ser pastor con una cancillería”
A lo cual le respondió: “Tiene razón mi Reina estaría loco si lo comparo, pues el cargo
que usted me ofrece es de este mundo y tiene su fin, pero el llamado que he recibido
de Dios viene del cielo y tiene galardones que son eternos”
Tengamos en cuenta esta verdad. Nada de lo que el mundo ofrece vale más que el
llamado que Dios nos ha hecho.
Debemos dejar que sea Él quien nos llame, no debemos aceptar el llamado de los
hombres, y mucho menos llamarnos nosotros mismo, no hay necesidad de ofrecernos
para el Ministerio. En el Ministerio no hay lugar para los que se ofrecen. En el
Ministerio no hay ofrecidos hay elegidos.
El otro caso es, que Dios no responde bajo ningún aspecto o circunstancia por
aquellos que se auto llamaron o por los que los hombres llamaron. Dios es
responsable por todo aquel que llamo, capacito, y envió.