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Contexto

El suicidio asistido médicamente es el acto mediante el cual un doctor capacita a su


paciente para acabar con su propia vida. Esto se hace normalmente con la
administración de una combinación letal de un sedante fuerte que pone al paciente a
dormir, seguido por una gran dosis de relajante muscular, que causa que el corazón
deje de latir. El doctor no administra esa medicación letal, en cambio la hace accesible
para que el paciente se la autoadministre. En casos en donde el paciente está
físicamente imposibilitado (como una persona que estuviera completamente
paralizada), un tercero es llamado a satisfacer el deseo final del paciente.

Caso Eutanasia EEUU

La mayor parte de los pacientes que eligen esta opción, como última alternativa, son
enfermos terminales o personas con padecimientos crónicos extremos. Uno de los
casos que ha conmocionado al mundo es el de la joven americana que se sometió a la
muerte asistida el 2 de noviembre de 2014.

Brittany Maynard era una joven estadounidense de 29 años a la que en enero de 2014
se le diagnosticó un cáncer de cerebro terminal, conocido como Gioblastoma
Multiforme en grado 4, uno de los tipos de cáncer más agresivos, pues crece y se
expande muy rápido.

Todo empezó en el invierno del 2014. Brittany debió recurrir a un médico especialista
pues poco tiempo después de haber contraído matrimonio, comenzó a sufrir fuertes
dolores de cabeza, así que el 2 de enero, luego de haber viajado a celebrar el año
nuevo junto a su marido, fue al doctor. En primera instancia se le diagnosticó un
Astrocitoma, tumor que crece lento y que resulta de una presión originada en el
cerebro, por ello a Brittany se le informa que podría vivir de 3 a 5 años si se sometía al
tratamiento pertinente. Sin embargo, días más tarde, y luego de hacerse más
exámenes, los doctores le dijeron que había cambios en el diagnóstico inicial; ella
padecía de un cáncer agresivo y terminal que le permitiría vivir solo seis meses. Esta
noticia provoca un gran impacto en su familia, por ello durante un tiempo todos
esperaban un milagro, e incluso su madre, Debbie Ziegler, se aferraba a la idea de que
todo fuera un error.
Cuando Brittany junto a su marido y familia aceptan el diagnóstico, piensan en las
opciones médicas que tienen. Por un lado sopesan los pros y los contras de
someterse al tratamiento que paliara en algún grado su enfermedad, y por otro, la
posibilidad de elegir cómo y en qué momento morir. Finalmente ellos toman la
decisión de trasladarse desde California al estado de Oregón, pues en ese sitio está
aprobada la Ley de suicidio asistido. Ella había decidido recibir los medicamentos
para terminar con su vida sin los dolores de la enfermedad; es decir, optó por la
muerte asistida. Brittany eligió tomar estos medicamentos rodeada de sus más
cercanos en el dormitorio de su casa, luego de pasar tiempo de calidad junto a sus
familiares.

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