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El experto negociador

Estrategias
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Raymond Saner

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y e! tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler
o préstamo públicos.

Sobre el autor
El doctor Raymond Saner cuenta con 20 anos de experiencia
como consultor y catedrático en el campo de la globalización, del
desarrollo de liderazgo y de las negociaciones internacionales con
empresas multinacionales, gobiernos e instituciones internacio­
nales.
Ha trabajado como consultor de las Naciones Unidas y de sus
agencias especializadas y otros organismos intergubernamentales,
así como para empresas de las economías en desarrollo, en transi­
ción y de multinacionales.
El doctor Saner también imparte dases en el Centro de Ciencias
Económicas de la Universidad de Basilea (Suiza) y dirige semina­
rios de negociación para ejecutivos de gerencia y diplomáticos en
Berna, Bonn, Berlín, Bruselas, La Haya, Francfort, Ginebra, Hong
Kong,Jakarta, Kuala Lumpur, Madrid, Manila, Nueva York, París,
Roma y Taipei.
La trayectoria académica del autor incluye estudios universita­
rios en Suiza, Alemania y Estados Unidos. Ha vivido durante mu­
chos anos en Francia, Alemania, Estados Unidos, Taiwan, Hong
Kong y en su Suiza natal. Es autor de numerosos artículos y libros
referentes a negociaciones internacionales, desarrollo y forma­
Traducido por: L. Guilera ción de recursos humanos y sobre liderazgo global. Ha presidido
© Ediciones Gestión 2000, SA, Barcelona, 2003
ISBN: 84-8088-822-9 conferencias internacionales y ha trabajado en los comités de or­
Depósito legal: B-44.673-2002 ganizaciones académicas. Es miembro activo de la Academia de
Fotocomposición: gama, si .
Impreso por Talleres Gráficos Vigor, S. A. - Sant Fehu de Llobregat (Barcelona) Gerencia, el Instituto Internacional de Ciencias Administrativas_ y
Impreso en Esparta - Printed in Spain de la Sociedad para el Progreso de las Ciencias Socioeconómicas.
6 El experto negociador

El doctor Saner es presidente y socio de Organisational Consul­


tants Ltd., una empresa de consultoría especializada en gestión
internacional, en desarrollo de organización y en diplomacia
comercial. También es director del Centro para el Desarrollo So­
cioeconómico de Ginebra (Suiza), dedicado a la investigación
socioeconómica y las reformas del sector público.

Indice

Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

1. La teoría y la práctica de la negociación .............. 15


2. La negociación distributiva ......................... 45
3. Las necesidades y la motivación 73
4. La negociación integradora ......................... 91
5. La estrategia ................................. . .... 117
6. Táctica ................. ..................... . .. .. 145
7. Fases y rondas ..................................... 165
8. La conducta en la negociación ...................... 183
9. La conducción de una delegación ................ ... 197
10. Las partes interesadas y el público .............. . .... 211
11. Las negociaciones complejas ........................ 227
12. La comunicación y la percepción .................... 239
13. E1 estrés .......................................... 245
14. Factores culturales ............................ . .... 259

Bibliografia 273
Prefacio

Sobre el libro

La solución de los dilemas es parte de la vida del ser humano,


igual que nacer y morir, vivimos los conflictos en nuestro interior,
estamos inseguros, presionados por la necesidad de decidir y a ve­
ces nos encontramos casi paralizados ante la presión de adoptar
decisiones. Vemos conflictos a nuestro alrededor, entre las perso­
nas, entre los diferentes grupos, entre los interlocutores sociales,
entre los países y en el seno de éstos.
Los conflictos exigen decisiones y acciones para poder resol­
verlos. A veces, se produce una disputa e incluso puede llegar a
una guerra. En otro caso, puede darse una apertura en dirección a
la negociación y la paz. Ambas posibilidades existen siempre en
forma latente. En tal situación de ambivalencia puede ocurrir la
ruptura de una negociación y el conflicto subyacente llegar a esta­
llar en un problema bélico o a la inversa; tras un enfrentamiento
armado y el consecuente punto de extenuación puede producirse
una situación sin vencedores ni vencidos que obligará a la cuida­
dosa aproximación mutua en la mesa de negociaciones.
La negociación y el conflicto son tan inseparables como melli­
zos siameses y ambos aspectos forman conjuntamente una parte
inalienable de nuestra existencia real. Es impensable una vida sin
dilemas. A cada situación de equilibrio le seguirá, sin duda, la de
desequilibrio. Después de la comida vendrá inevitablemente de
nuevo el hambre, el imperativo de la búsqueda renovada de ali-
10 El experto negociador

mentos, de un renovado enfrentamiento con el entorno. Cada


nuevo enfrentamiento, a su vez, pugna hacia una nueva solución y
cada nueva confrontación, con su entorno, ofrece la posibilidad
de preparar una solución lo más creativa posible de prever los ine­
vitables conflictos por venir.
El ser humano es capaz, al mismo tiempo, de hacer frente a los
conflictos y de resolverlos. Este libro enfoca ambas posibilidades,
concentrándose ante todo en la solución de los mismos mediante
la negociación. Aunque la hostilidad y la guerra puedan resultar
inevitables, todavia deviene más dificultoso y doloroso reparar sus
secuelas de destrucción. <'.Por qué no seguir negociando y lograr
salvaguardar los intereses de las partes en conflicto?
2Cómo mediar de forma constructiva y para el beneficio de to­ Agradecimientos
das las partes involucradas? Este es el argumento que plantea el
presente libro.
El presente libro es la recopilación de muchos anos de expe­
riencias propias ante los conflictos en los que yo pude contribuir,
a veces, a que se lograsen resultados afortunados, pero en los que
también en ocasiones fui derrotado. Aprender a negociar es un
proceso de toda la vida. Cuanto mayores son los desafios, tanto
mayor es también el impulso de mejorar. Al igual que una planta
joven, todo proceso de aprendizaje necesita la mezcla adecuada
de buena tierra, fertilizantes, luz solar y libre espacio para crecer,
así como protección contra los enemigos que constituyen una
amenaza vital.
Mis especiales agradecimientos van dirigidos, en este sentido, a
mis padres y a mi hermano, quienes me introdujeron desde muy
temprano en el mundo de los conflictos y me animaron a no elu­
dir los problemas ni rechazar la cooperación. No hubiese sido po­
sible continuar con una empresa tan arriesgada sin solventar los
desafios nuevos y seguir aprendiendo a cada paso, sino hubiera
sido por algunas circunstancias propicias. Así resultó para mí muy
fructífero haber estudiado sociología en Friburgo, en Breisgau
(Alemania) en el aiio 1968, cuando al mismo tiempo los profeso­
res Von Hayek y Popitz me invitaron a reflexionar sobre las limita­
ciones de la racionalidad y del poder.
De igual modo resultó muy adecuado el hecho de tener fami­
liares alsacianos y suizos valones, por lo que tuve la oportunidad
de vivir y trabajar en dichas regiones. Ambas están sujetas a con­
flictos culturales inevitables y fue mi privilegio poder ayudar a so-
12 El experto negociador Agradecimientos 13

lucionar algunos de éstos. Parte del arte de negociar es también vos conceptos y herramientas para la capacitación y aplicación
una cierta curiosidad que permite cuestionar las soluciones exis­ práctica de la negociación.
tentes y probar nuevos enfoques. Tuve esa oportunidad en el ano También debo reconocimiento al profesor Werner Müller, del
1980 en Nueva York, donde, gracias a mi colega Ellen Raider, Centro de Ciencias Económicas de la Universidad de Basilea' don-
pude participar en el diseno y la puesta en práctica de los prime­ de estoy impartiendo seminarios periódicos sobre la teoría y la
ros cursos sobre conducción de negociación para diplomáticos de práctica de la negociación. Su cuestionamiento constructivo de
las Naciones Unidas. También profundicé en la investigación y en los mod �los americanos de gerencia me ha estimulado constante­
la ensenanza de la teoría de la negociación con mi colega Thomas mente. Enfasis que subraya en la capacidad de cooperación, cons­
Gladwin en la NYU Business School, en calidad de Docente Ad­ tituye un buen contrapeso a la teoría neoclásica del juego utilita­
junto. rista dominante en nuestras principales universidades.
Otro paso importante fue mi posterior actividad como delega­ También estoy en deuda con el doctor Sílvio Arioli, antiguo
do y jefe suplente de formación del Comité Internacional de la Embajador de la Oficina Federal Suiza de Comercio Exterior, cu­
Cruz Roja en Ginebra. Proteger a los presos políticos de actos abu­ yos anos de experiencia en el campo de la negociación, así como
sivos significaba negociar constantemente con interlocutores que, sus conocimientos prácticos y teóricos como diplomático econo­
normalmente, tenían valores y conceptos muy distintos. A veces, mista, me ayudaron a adquirir una mejor comprensión de la com­
las negociaciones fueron en vano y tuve que aprender a soportar plejidad histórica y política de las negociaciones entre Suiza y
serísaciones de impotencia, sin olvidar la perspectiva a largo plazo la UE.
y esperar el momento idóneo para lograr una solución razonable. Este libro no se hubiera conformado sin la excelente colabora­
Una excelente posibilidad de aprender se presenta habitual­ ción de Christian F. Buck y la senora Christiane Wolf, a quienes
mente cuando un cliente es muy exigente, pero, al mismo tiempo, conocí en mis seminarios en la Universidad de Basilea. En su cali­
dispuesto a apoyar nuevos enfoques. Tuve la suerte de disenar y dad de economistas con dilatada experiencia periodística de anos,
realizar los primeros seminarios sobre negociación en el Ministe­ quisieron apoyarme en la redacción y edición de la versión origi­
rio Federal de Comercio Exterior en Berna. Las reflexiones del nal germana del presente libro.
Secretario de Estado Blankart, expuestas de forma precisa sobre el La edición inglesa de éste es una versión revisada del texto ori­
arte de la negociación, han sido para mí un estímulo para trans­ ginal alemán. Muchos de los capítulos han sido ampliados y mejo­
cender la bibliografia anglosajona existente e incluir en mi con­ rados desde el punto de vista estilístico. Esta optimización no hu­
cepto de negociación los pensamientos europeos. biese sido posible sin la experiencia profesional de mi traductor
Gran parte del contenido del presente libro ha sido discutido y Brian Levin, quien no solamente tradujo el texto en forma técni­
después desarrollado, conjuntamente con mi colega de profesión, camente competente, sino que además, propuso varias mejoras de
socia empresarial y esposa, Lichia Yiu, sin cuya creatividad, pacien­ contenido y las puso en práctica.
cia y apoyo permanente este libro nunca habría visto la luz. La presente edición, en idioma espanol, está basada en la per­
Agradezco también a mis colegas, para los cuales la negocia­ feccionada versión inglesa de mi libro sobre negociación. Además
ción es el «pan de cada día», sus valiosas sugerencias, ellos son: se han incluído importantes adaptaciones que debo, en gran parte,
doctor Michael Schaefer, antiguo director de la Escuela de Capa­ a los comentarias clarividentes y al apoyo profesional de la edición
citación de Relaciones Exteriores en Bonn, y los colegas Paul Me­ que generosamente me brindó Julio G. Alvarado, Ministro Conse­
erts y Roel Gans, ambos en funciones de dirección del Instituto de jero de la Misión Boliviana en las Naciones Unidas y laOMC en Gi­
Capacitación Clingendael en La Haya. nebra, beneficiándome enormemente de los muchos anos de ex­
Las necesidades específicas de los negociadores alemanes y ho­ periencia del senor Alvarado como negociador de la OMC y de su
landeses, ante todo en el ámbito de los convenios de la Unión Eu­ profunda comprensión de la dinámica Norte-Sur en el seno de
ropea, me han motivado continuamente en la búsqueda de nue- laOMC.
14 El experto negociador

La edición en castellano ha sido traducida por la seiíora Ulrike


Kudrass, quien tomó en cuenta las versiones anteriores en alemán
e inglés, aprovechando sus extensos conocimientos de estos dos
idiomas. Tanto la seiíora Claudia Kuruner, fundadora y propieta­
ria de Translingua, una empresa de traducción e interpretación
domiciliada en La Paz y su colega Pablo Frias R., como también la
seiíora Susanna Kõhler, economista y miembro fundador de
ABEPG, una ONG con sede en La Paz, brindaron un importante
apoyo a esta edición.
Sin práctica no puede progresar la teoría. Estoy agradecido al 1
gran número de participantes en mis cursos en todo el mundo, ya
sean diplomáticos o gerentes de empresas. Sin su continua aporta­
ción no hubiese podido adquirir mi actual estado de conocimien­ La teoría y la práctica
tos.
de la negociación

iTodo es cuestión de negociar!

Se negocia en todo lugar, momento y a cualquier nivel. La ne­


gociación es un componente clave de nuestra vida cotidiana, tanto
privada como profesional. Un simple ejemplo basta para ilustrado:
En un matrimonio, ambos cónyuges deben tener la predisposición
de vivir una situación de negociación permanente ante cuestiones
comunes y diferentes. En cambio, durante una discrepancia veci­
nal sobre el «enano del jardín» 1 o el cerezo situado justo en el lími­
te de los terrenos ya no se negocia. Los dos vecinos quieren obte- ·
ner el beneficio. No obstante, si uno de ellos pretende imponer
plenamente su posición, relegará al otro al papel del perdedor.
Con demasiada frecuencia termina el caso ante los tribunales, que
se hubiese resuelto con mayor facilidad con una cerveza y por enci­
ma de la reja de los jardines, para mí el enano, para ti las cerezas;
en otras palabras, a través del entente. También es impensable la
vida comercial sin la negociación, de forma análoga a lo que suce­
de ante los tribunales, cuentan menos los derechos que se alegan
que el acuerdo al que se llega.

L Elemento decorativo de jardines típico de algunos jardines dei Norte europeo.


(N.del T)
16 El experto negociador La teoria y la práctica de la negociación 17

Comprensión en lugar de recetas con una serie de ejemplos ilustrativos y estudios de casos. Algunos
parecerán muy simples y obvios a primera vista, no obstante, reco­
Como muchas otras cosas, el éxito en la negociación no suele noceremos relaciones completamente nuevas al profundizar en
darse por azar, sino como resultado de una buena planificación y ellos. Empecemos por plantearnos esta pregunta, aparentemente
de habilidades especiales, algunas de las cuales son innatas y otras muy sencilla:
adquiridas. Este libm desea demostrar que dos terceras partes de
una hábil conducción de negociación pueden aprenderse (afir­
mación producto de una experiencia de varios anos como forma­ iQué es la negociación?
dor en negociación y docente universitario). Y a pesar de esto, casi
nadie está entrenado específicamente para esta tarea cotidiana. Naturalmente todos tenemos una noción de lo que es una nego­
Este libm pretende contribuir a superar esta deficencia, quiere ser ciación. (Pero realmente lo sabemos con exactitud? Definir un con­
una guía útil y comprensible, sin prescindir de la exactitud cientí­ cepto tan amplio como la negociación no es, ciertamente, tarea fá­
fica. La mayor parte de los tratados sobre técnicas de negociación cil. Es imposible que una sola definición pueda resumir los
pueden clasificarse en dos grupos: El primem se ocupa exclusiva­ aspectos y detalles, por lo que suele resultar incompleta o general.
mente de la discusión académica referente al tema y el segundo Todos han negociado en algún momento, y quienes lean este libm
ofrece una amplia gama de consejos, quizá banales, sobre cómo lo hacen seguramente con mayor frecuencia que otras personas.
negociar con cualquiera y en cualquier lugar con resultados exito­ Precisamente porque casi todo puede ser motivo de negociación,
sos. Este último grupo de libms se encuentra con frecuencia en el cada persona tiene una noción diferente acerca de ese concepto.
quiosco del aeropuerto, por ejemplo, en forma de breve manual Sin embargo, cada definición del mismo tiene aspectos importan­
como lectura de vuelo a Tokio, con un título del tipo Cómo lograr tes en relación, adecuados puntos de partida de este libro.
un acuerdo con los japoneses. Ambos tipos de publicación son poco He aquí la definición que nosotros pmponemos:
satisfactorios, el primem no ofrece una ayuda práctica y el otm no
es sistemático. Pero tampoco es aconsejable intentar combinar
ambos, puesto que un «falso compromiso» no haría justicia al aca­ Definición
démico ni al práctico -ni mucho menos al gerente con experien­
cia en negociación, el que desea colmar ambas expectativas-. Por «La negociación es un proceso en el que dos o más partes in­
tanto, y de acuerdo con la enumeración de contenidos que hemos tentan buscar un acuerdo para establecer lo que cada una de ellas
presentado, nuestm objetivo consiste en la combinación de los debe dar, recibir, llevar a cabo o tolerar en una transacción entre
puntos fuertes de ambos enfoques en vez de limitarse a sopesar ellas. »
ventajas y desventajas. Se deben clasificar y analizar los múltiples Los aspectos importantes de esa definición son:
aspectos de la práctica negociadora de tal manera que, poco a
poco, aparezcan las reglas y principias generales. • Dos o más partes.
El objetivo de este pmcedimiento consiste en revelar la esen­ • lntereses convergentes y divergentes.
cia de la negociación mediante la experiencia tanto del autor • Voluntad negociadora.
como del lector, colocando en primer plano la comprensión del • Distribución o intercambio de recursos tangibles o intan-
proceso de la negociación. Tales principias básicos son de mucha gibles.
mayor utilidad práctica que la simple exposición de soluciones • Proceso dinámico y secuencial.
puntuales carentes de trasfondo teórico. Por otra parte, incluso la • lnformaciones incompletas.
mejor teoría sólo valdría la mitad sin su aplicación práctica. En • Valores y posiciones alterables, sujetos a la persuasión y a las
los párrafos que se consideró apropiado, el texto fue enriquecido influencias.
18 El experto negociador La teoría y la práctica de la negociación 19

Todas estas características y su significado para la conforma­ plomáticas se efectuaron públicamente, tal como correspondía al
ción de la negociación se estudiarán en los capítulos siguientes, espíritu democrático de la Grecia antigua. Los acuerdos secretos
por lo que no tiene sentido referirse a ellas en éste. Un considera­ llegaron a ser un instrumento válido de negociación cuando los
ble número de investigadores y profesionales en este área han macedonios dominaron la región. Los romanos perfilaron el siste­
contribuído a la comprensión actual de las negociaciones (v. tabla ma griego introduciendo elementos adicionales, tales como el de
1.2). No obstante, esta aclaración conceptual nos permite apre­ ftjar un plazo determinado. Además, los romanos nos legaron la
ciar de cuántos enfoques posibles disponemos. Si partimos del su­ comprensión, aún válida, de que los contratos son «sagrados», es
puesto de que mediante una mejor comprensión podemos, en decir, que es menester honrarlos bajo cualquier circunstancia. Tal
primer lugar, cambiar nuestra actitud frente a las negociaciones y consideración se debe al sistema jurídico extraordinariamente de­
en segundo lugar, con entrenamiento, también podemos perfec­ sarrollado del lmperio Romano. El Derecho Romano concedía es­
cionar nuestro propio comportamiento, entonces esta definición pecial atención al tema de los Tratados. Su sistema, anelado en
puede ser un excelente punto de partida. Sin embargo, antes de una fuerte convicción de valores, reflejaba el amplio sentido del
entrar en los detalles prácticos, puede resultar muy útil un breve orden instituído y del poder territorial. No obstante, el Imperio
repaso de la historia de las negociaciones. Aunque haya cambiado Romano mantenía una posición tan firme en muchos aspectos
mucho a través de los aiíos y siglas, hay una sorprendente canti­ que estaba en disposición de imponer la mayoría de las condicio­
dad de reflexiones básicas que mantienen su validez hasta nues­ nes a sus vecinos más débiles.
tros días. Al lector que disponga de conocimientos previas al res­
pecto, no le resultará extraiío que ello se aplique, ante todo, a los
grandes pensadores estratégicos del mundo militar o diplomático, Engano en Bizancio
quienes nos legaron una rica documentación.
La pérdida paulatina de este poder militar y la aparición de un
gran número de hordas autónomas, muchas veces agresivas, colocó
Negociaciones en Ática a Roma frente a una situación completamente novedosa y mucho
más difícil. Ahora se enfrentaban varias estados, comparables en
Lamentablemente, sabemos muy poco de cómo las culturas al­ fortaleza, en competencia por las alianzas y por los socios comercia­
tamente desarrolladas más allá de los confines de Europa y Améri­ les. Como legado de la civilización romana, pero sin su poder, Bi­
ca del Norte solucionaban los conflictos y las negociaciones, dada zancio se encontraba en una posición muy endeble frente a las
la falta de documentos escritos o la carencia de traducciones ade­ tribus nómadas que irrumpían en el territorio. Cuando parecía im­
cuadas a idiomas de nuestro contexto habitual. El primer sistema probable una victoria militar frente al acecho de los nómadas, los
documentado de relaciones internacionales, que implicaba sofis­ bizantinos inventaron la táctica del poderío fictício y sobrevivieron.
ticadas negociaciones y tratados, fue desarrollado en la antigüe­ Como contrapeso a su debilidad militar, ejercieron una diplomacia
dad por parte de los griegos. hábilmente calibrada. Enviaron negociadores experimentados a
Según expone el historiador británico Sir Harold Nicolson en las cortes extranjeras en calidad de embajadores, y cuyo cometido
las lecturas de Chichele, que presentó en la Universidad de Ox­ consistia en evaluar la fortaleza del contrincante e informar a Cons­
ford en 1953, los griegos reconocían que el mejor fundamento tantinopla mediante misivas cifradas. Allí, estos informes se exami­
para el comercio de bienes y las relaciones políticas entre estados naban exhaustivamente y se tomaban en cuenta para todas las deci­
lo constituían los princípios y los métodos de la negociación. En siones relativas a la política exterior. Los jefes militares de los
aquella época se acuiíaron nociones tales como alianza, acuerdo de ejércitos extranjeros fueron invitados a Constantinopla, donde tu­
paz y acuerdo comercial, del mismo modo que un armistício solemne vieron que responder a las reglas de un estricto protocolo, siendo
en ocasión de los juegos olímpicos. Las primeras negociaciones di- alojados en barrios residenciales suntuosos, pero aislados. Esto per-
20 El experto negociador La teoría y la práctica de la negociación 21

mitió a los bizantinos crear la ilusión de un poderío increíble a tra­ Nicolás de Maquiavelo (1469-1527), secretario de estado, di­
vés de la celebración de fastuosas ceremonias. Los importantes plomático y asesor del emperador florentino, justificaba los enga­
huéspedes estaban como presos en una jaula de oro durante la visi­ nos y el no cumplimiento de las promesas en el curso de una
ta oficial y no tenían ocasión alguna de descubrir la farsa. Así, por negociación erigiéndolos en virtudes, ya que tal comportamiento,
ejemplo, en la mejor escenificación teatral, se les ofrecían las tradi­ considerado como poco ético, era de mucha utilidad para las ciu­
cionales paradas militares, en las que los soldados entraban por un dades-estado más débiles en su intensa, y muchas veces imprevisi­
portal de la ciudad y salían por el otro para volver a reaparecer a los ble, lucha por la supervivencia: «La seguridad y los intereses del
pocos instantes por el acceso inicial, pero con distinto uniforme. Estado prevalecen ante cualquier postulado ético.» (El Príncipe,
Estas escenificaciones de poder contribuyeron al aplazamiento de 1520). Los italianos aii.adieron al arte tradicional de la nego­
la decadencia del Imperio Bizantino por unos 400 anos. ciación, que heredaron, el método del acuerdo preliminar que
consistía en una serie de cuestiones que ambas partes estaban en
posibilidad de acordar, sin embargo no solía firmarse, sino única­
Casos en Florencia mente se rubricaba. Aparte de ello se nombraba un tribunal arbi­
tral para numerosos acuerdos comerciales como medida preventi­
Los marineros venecianos, finalmente, llevaron el arte bizanti­ va de solución de diferencias. Tales cláusulas pueden considerarse
no de la diplomacia y la negociación a Europa y siguieron refinán­ como precursoras de los detalles jurídicos más pormenorizados
dolo. Así, Venecia enviaba regularmente circulares a sus emisarios de los contratos actuales.
para tenerlos al día acerca de la evolución y las decisiones más re­
cientes acontecidas en su metrópoli. Además, por vez primera
crearon un archivo sistemático que cubría en casi su totalidad el Diplomacia en Paris
período cifrado entre el ano 883 hasta el 1797. La autoridad del
Papa, en franca decadencia en su calidad de mediador al finalizar En el siglo XVII, Europa vivió el auge de una Francia fuertemen­
la Edad Media, forzó a las nacientes ciudades-estado italianas al te centralizada bajo el mando político de ArmandJean du Plessis,
empleo de tácticas de desinformación bizantinas. No fue posible, cardenal Richelieu. Ese hombre, realista y nacionalista convenci­
en aquellos tiempos de bruscos y constantes cambias políticos y de do, quiso poner orden en la diplomacia al estilo italiano, caótica y
escaramuzas territoriales, mantener las estrategias a largo plazo y centrada en el beneficio momentáneo. En las negociaciones, Ri­
la confianza duradera en el interlocutor. Las alianzas a corto plazo chelieu puso siempre de relieve los aspectos a largo plazo, vio en
y las negociaciones arriesgadas estaban al orden del día. ellos una obligación duradera en continua evolución más que una
posibilidad de obtener ganancias efímeras. Por tal razón, también
Tabla 1.1. Clásicos de la literatura sobre negociación estuvo atento a la máxima precisión en la redacción de acuerdos
Nicolás de Maquiavelo ElPríncipe (1520) con el fin de prevenir los malos entendidos o los posteriores pre­
Carl von Clausewitz De la Guerra (1830) textos de elusión. Richelieu comprendió la importancia de la opi­
Fran Vois de Calliéres De la Maniére de Négocier avec les Souverains nión pública y también sabía influir en ella con una propaganda
(1716) (El arte de la diplomacia) puesta en escena de forma magistral. La diplomacia francesa acu­
Baltasar Gracián Oráculo manual y arte de prudencia (1647) ii.ada por él y que fue llevada a cabo en los siglos XVII y XVIII se con­
Sun Tzu Sun-Tzu BingFa (ElArte de la Guerra), virtió en la corriente más importante en Europa y fue ampliamen­
490 a. C. te adaptada por otros Estados. El idioma francés se impuso como
Miyamoto Musashi Go Rin no Sho (El Libra de los Cinco lengua internacional de la diplomacia y se introdujeron los títulos
Anillos), 1645 oficiales franceses en casi todos los servicios diplomáticos. En
1716, el diplomático François de Calliéres (1645-1717) redactó un
22 El experto negociador La teoria y la práctica de la negociación 23
libro excelente sobre el arte de dirigir un Estado, en el que desta­ al juego o a las mujeres, ni estar agobiado por especial nerviosis­
caba la franqueza y la confianza como medios para contrar__restar la mo u otros humores. Además, el negociador debe estudiar la his­
influencia danina de las malas intenciones y el engano. El consi­ toria y las memorias de personalidades importantes, debe estar fa­
deraba la búsqueda conjunta de los intereses legítimos de ambas miliarizado con instituciones y costumbres extranas y debe estar
partes como el verdadero secreto de una buena negociación, coin­ en condiciones de reconocer la verdadera fuente del poder en
cidiendo con el jesuíta Baltasar Gracián (1601-1658), quien ade­ cualquier país. Todo aquel que se inicie en la profesión diplomáti­
más, subraya la importancia de salvaguardar el honor del interlo­ ca deberá conocer los idiomas alemán, italiano y espanol, así
cutor en la negociación. La apreciación idealista de François de como el latín, cuya ignorancia le traería desgracia y le haría pasar
Calliéres de una cooperación franca y fructífera estuvo seguramen­ vergüenza a cualquier hombre público, siendo éste el lenguaje co­
te impregnada por la situación de equilíbrio de poderes que reina­ mún a todas las naciones cristianas. Finalmente, debería tener
ba en Europa en aquellos tiempos. Más adelante, el ascenso de In­ también algunos conocimientos de la literatura, las ciencias, la
glaterra, Prusia y Rusia a grandes potencias, perturbó el antiguo matemática y el derecho, puesto que, al fin y al cabo, debe ser un
equilíbrio entre Francia y Austria; no obstante, se mantuvo el siste­ interlocutor simpático y entretenido. Un buen cocinero es, con
ma clásico francés del protocolo formal y jerárquico hasta el surgi­ frecuencia, un estupendo mediador. »
miento de las democracias parlamentarias y los estados industria­
les del siglo XIX. Por tanto, vale la pena detenerse un breve instante (Cita: de Calliéres, 1983)
en este notable texto.

Propaganda en Brest-Litowsk
El diplomático
La Revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial, así como la
«El diplomático debe ser rápido, disponer de muchos recursos, posterior crisis económica mundial y los grandes cambios sociales,
ser un oyente atento, cortés y agradable. No debería intentar obte­ no solamente alteraron la composición de los gobiernos, sino tam­
ner una reputación de irónico ni mostrarse ofensivo hasta el ex­ bién las relaciones entre los Estados en general. De pronto, se
tremo de desvelar información secreta en su argumentación. Ante dieron formas completamente nuevas de conductas de negocia­
todo, como buen negociador, debe poseer el suficiente domínio ción. El estratega soviético Trotski, por ejemplo, utilizó las nego­
de sí mismo como para evitar la tentación de hablar antes de tener ciaciones de paz ruso-germanas de Brest-Litowsk (1918) para fo­
sus ideas completamente elaboradas. Tampoco debe sucumbir a mentar disturbios entre el proletariado alemán a través de sus
la creencia errónea de que el aura de lo misterioso, que hace de discursos de propaganda sobre la lucha de dases. Su compor­
todo un secreto y que convierte a las cosas más insignificantes en tamiento, que era intencionalmente rudo para así demostrar al
asunto de estado, que no expresa otra cosa que un indicio de la proletariado internacional su indiferencia y odio hacia la clase bur­
pequenez del espíritu. Debería ser atento con las mujeres, pero guesa, y su táctica no diplomática fueron intencionalmente torpes.
sin apostar nunca su corazón. Tiene que ser capaz de demostrar Fueron entremezclados la diplomacia y los medios de la revolu­
dignidad, incluso cuando él mismo no la posea y evitar, al mismo ción, tanto la ruptura de los pactos de mutua confianza como las
tiempo, una ostentación de mal gusto. El valor también es una ca­ amenazas y la violencia se convirtieron en instrumentos válidos
racterística decisiva, puesto que ningún hombre tímido llevará para la negociación. Bajo Hitler, Alemania siguió una evolución pa­
a término una negociación confidencial. El negociador debe po­ recida hacia la política maquiavélica, carente de escrúpulos, al
seer la paciencia de un relojero y estar libre de prejuicios persona­ igual que Italia bajo Mussolini. Ante todo, Hitler usó las negociacio­
les. Tiene que ser de naturaleza tranquilo para soportar con ale­ nes con otros estados como táctica enfocada a ganar el tiempo sufi­
gría incluso a los mayores necios y no debe ser adieto a la bebida, ciente para sus preparaciones de guerra a gran escala. La negocia-
24 El experto negociador La teoria y la práctica de la negociación 25

ción diplomática, hasta entonces instrumento muy bien visto para


la solución pacífica de los conflictos, fue degradada desde aquel
momento para constituirse en mero prefacio e incluso en condi­
ción previa de la guerra. De este modo, las conversaciones sobre la
paz se convirtieron en simple intervalo entre dos guerras. La con­
ducta en las negociaciones sufrió un retroceso hacia el regateo o la
confrontación pura y dura. El rechazo de las negociaciones condu­
cidas de manera convencional por parte de los estados totalitarios,
desembocó en la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial.

El equilibrio dei poder de la Guerra Fria

La posguerra de los anos cincuenta y sesenta conllevó una recu­


peración de la negociación convencional. La carrera armamentís­
tica nuclear de las dos superpotencias creó un «equilíbrio de te­
rror» que, pese a toda crítica, logró una considerable estabilidad
en Europa y a escala mundial. Las reglas tradicionales de conducta
volvieron a constituirse en fundamento de las negociaciones civili­
zadas. En Washington, la convicción fue que, en la mesa de confe­
rencias y no en el campo de batalla, se deberían tomar las decisio­
nes estratégicas de las próximas décadas. Se impulsó y financió una
serie de investigaciones de amplia envergadura en Estados Unidos.
Nacidas de la tradición anglosajona de ciencia social empírica, la
observación y la explicación de la conducta fue objeto de especial
interés. Los conocimientos más importantes sobre la técnica de ne­
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gociación procedieron, ante todo, de los trabajos en el ámbito de ,o
la psicología, la psicología social, la sociología, las ciencias sociales -�
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y la teoría del juego, el análisis de procesos y la investigación de la bO
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conducta. A estos estudios empíricos debemos, en gran parte,
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nuestros conocimientos actuales sobre las negociaciones, inclu­
yendo su uso como herramienta económica y social. Pero al igual
que los documentos tradicionales referentes a la estrategia y la tác­
tica, dichos estudios no tomaron en cuenta las negociaciones mul­
tilaterales. La importancia de tales estructuras, por ejemplo, como •
de las Naciones Unidas, de la Unión Europea y de un gran núme­
ro de organizaciones internacionales, se ha incrementado consi­ O'l -si< O'l
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derablemente al término de la Guerra Fría. También creció, por O'l O'l O'l
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tanto, la necesidad de encontrar nuevos enfoques para solucionar l!')
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problemas bajo estas condiciones multilaterales. .-< .-< .-<
26 El experto negociador La teoria y la práctica de la negociación 27

El conflicto Norte-Sur giados por motivos económicos, puede representar un peligro de


conflagraciones y amenazar la paz en muchas partes del mundo.
El equilíbrio estratégico de las dos superpotencias que había lle­ Ginebra es el lugar donde son más factibles las soluciones pacíficas
vado a la creación de una diplomacia de cumbres y desarme com­ en torno a la mesa de negociación por ser la capital en la que tienen
pletamente nueva, aunque limitada aún al nivel bilateral, llegó a su su sede tres organizaciones directamente encargadas de tales pro­
fin con el desmantelamiento de la Unión Soviética y con la crecien­ blemas -e! Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refu­
te confianza en sí mismos de muchos Estados del Tercer Mundo. giados (ACNUR), la Organización Mundial del Comercio OMC
Estos últimos se habían desarrollado silenciosamente. La Guerra (antes Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio),
de Vietnam, el drama de rehenes de Teherán, las guerras civiles en así como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)-. En con­
Líbano y en la antigua Yugoslavia, así como la Guerra del Golfo, to­ traposición, el nacionalismo y el fanatismo religioso que están
das ellas desarrolladas con la barbarie del medioevo, dieron fe de la estrechamente vinculados al problema antes mencionado y que
desintegración inminente de la paridad de poder de la Guerra Fría. vuelven a expandirse, pareceu estar menos predispuestos a la nego­
En retrospectiva se puede establecer una relación bastante cla­ ciación. La guerra en Yugoslavia es una prueba clara de ello. Es im­
ra entre la conducta en las negociaciones y el poder. Parece ser portante ser prudente y corregir las exageradas expectativas en la
que estables relaciones de poder fomentan estilos de resolución negociación como una panacea. La solución de un conflicto puede
de conflictos basados en convencionalismos diplomáticos y princí­ darse, en términos generales, mediante la confrontación (guerra)
pios fundamentales de la negociación, mientras que una situación o la cooperación (negociación). Del mismo modo que la guerra no
poco clara o fácilmente alterable suele conducir con mayor facili­ se la puede considerar, hoy en día, como continuación natural de
dad a un comportamiento de negociación no convencional, como la política con otros medios, tal como lo expresó el general prusia­
puede ser el terrorismo o la guerra. Desde este punto de vista, en no Carl von Clausewitz (1780-1832) en su obra principal Sobre la
lo que se refiere a la situación actual, dificilmente podemos dejar Guerra (Vom Krieg), la negociación tampoco debería equipararse
de tomar en cuenta el desequilíbrio económico existente entre los consecuentemente con la paz. La negociación viene a ser más bien
hemisferios norte y sur del planeta. Los países en vias de desarro­ un estado pasajero y muy inestable, un período intermedio entre
llo suelen evaluar a los conglomerados multinacionales y a los paí­ guerra y paz. En esta situación, el conflicto puede desarrollarse
ses industrializados en función de su desempeno de poder, com­ (también intencionalmente) en cualquier momento por uno u
parándolos con los antiguos colonizadores. Por tanto, no resulta otro de los extremos, para desembocar finalmente en uno de estos
sorprendente que la confrontación abierta -muchas veces con dos acontecimientos. El mundo tuvo que aprender también esta
empleo de violencia armada y la guerra- esté de nuevo al orden lección a raíz de la guerra de Yugoslavia, aunque fuera a un precio
del día. Al fin y al cabo, incluso los poderes industriales más influ­ muy alto. Otro ejemplo, tan trágico como desalentador, del hecho
yentes del mundo, Estados Unidos,Japón y Europa, tampoco dan de que las negociaciones no siempre representan el medio idóneo
un mejor ejemplo al amenazarse mutua y regularmente con gue­ para evitar una guerra es la Conferencia de Múnich de 1938. El si­
rras comerciales. guiente análisis es de Karass (1970).

La guerra y la paz Ejemplo: La Conferencia de Múnich

Esta es una evolución que da lugar a la preocupación, ante todo El Primer Ministro Chamberlain desempenó increíblemente
si se toma en cuenta el gran número de explosivos conflictos que se mal sus funciones en el curso de la Conferencia de Múnich de 1938.
generan continuamente. El fuerte incremento de la movilidad emi­ Durante tres anos, Hitler había practicado un juego arriesgado y
grante, ya sea de forma voluntaria o mediante corrientes de refu- siempre había ganado. Desoyendo el consejo de sus generales, ha-
28 El experto negociador La teoría y la práctica de la negociación 29

bía vuelto a armar a Alemania, reconstruido la armada y dotado de 6. Chamberlain retornó a su país exponiendo la posición de
unas fuerzas aéreas ofensivas y poderosas. Hitler suponía, y con ra­ Hitler, mientras el «Führer» alemán dedaró públicamente
zón, que Inglaterra y Francia estaban dispuestas a conservar la paz a que la guerra empezaría el día 1 de octubre en caso de que
cualquier precio; al fin y al cabo, habían tolerado el rearme y la ex­ sus modestas exigencias no fueran satisfechas.
pansión alemanas. Alentada por tal éxito, Alemania presionó poco
más tarde a Austria, ocupándola a inícios de 1938. Ahora le tocaba Cuando ambos se encontraron de nuevo, el 29 de septiembre,
el turno a Checoslovaquia. Hitler no dudaba de su victoria. El mediador no fue otro que
Hitler no estaba del todo satisfecho con sus anteriores victorias,
Mussolini (ihay que imaginárselo!), quien propuso concesiones
puesto que las había conseguido sin derramar sangre. Ansioso de mínimas, aceptadas de inmediato por ambas partes. No obstante,
demostrar al mundo el nuevo poder de Alemania mediante una Checoslovaquia dejó de existir a los pocos meses. Chamberlain, el
verdadera guerra, encontró la ocasión al plantear al Gobierno che­ hombre de negocios ascendido a político, había perdido la nego­
co exigencias inaceptables respecto a los derechos de las minorías, ciación más importante de todos los tiempos.
condiciones cuyo plazo ftjó para el 1 de octubre de 1938. Fue un La consecuencia fue que 25 millones de personas pagaran con
juego grotesco. sus vidas por este error. La errónea apreciación de Chamberlain
Tal como demostraremos más adelante, los aliados estaban en se manifiesta en toda su magnitud con una breve descripción de
una posición de negociación claramente superior hasta el 27 de las posiciones de negociación de ambos lados.
septiembre de 1938. Hitler era consciente de su debilidad e inten­
tó conseguir, mediante las negociaciones, aquello que mediante
la guerra no hubiese podido lograr. Los siguientes acontecimien­ Alemanesvs.aliados
tos le alentaron en este sentido: El poder relativo de la negociación

1. El 13 de septiembre, Chamberlain anunció su disposición La posición alemana


para hacer grandes concesiones en caso de que Hitler estu­ 1. Los generales alemanes informaron que los checos estaban
viera dispuesto a tratar sobre el asunto. decididos a dar batalla. Informaron a Hitler que la defensa
2. El 15 de septiembre, el Primer Ministro, ya de avanzada checa era lo suficientemente fuerte como para hacer frente
edad, emprendió un viaje extremadamente dificil hasta la a un ataque alemán, incluso sin la ayuda militar de Francia o
casa de campo de Hitler en Baviera. El anfitrión había rehu­ Inglaterra.
sado un encuentro a medio camino. 2. La inteligencia alemana informó de que sumados franceses
3. Hitler inauguró la conferencia con una humillación bacia y checos, eran superiores a los nazis en una relación de dos a
Chamberlain y con nuevas exigencias territoriales, comple­ uno.
tamente inviables, que fueron aceptadas de inmediato por 3. El estado mayor informó que solamente estaban disponibles
parte del portavoz del mundo occidental. doce divisiones alemanas en un frente occidental contra
4. Hitler sabía que Chamberlain iba a pasar los próximos cua­ Francia.
tro días intentando convencer a Francia de la fiabilidad de 4. En Berlín se celebró una masiva parada militar. Según los
Alemania. A los checos se les dijo clara y brevemente que no informes, había menos de 200 asistentes de nacionalidad
fueran irracionales y que no se les ocurriera defenderse. alemana. Fue Hitler en persona quien presidió la parada,
5. El 22 de septiembre, Chamberlain volvió en avión a Alema­ enojado por la falta evidente de interés.
nia para ofrecer a Hitler incluso más de lo que éste había 5. El servicio secreto alemán informó que Mussolini había
exigido. Hitler estaba sorprendido, pero reaccionó con aún decidido en secreto no cooperar con Hitler en caso de en­
mayor arrogancia. Incrementó sus exigencias. frentamiento militar.
30 El experto negociador La teoría y la práctica de la negociación 31

6. Diplomáticos alemanes cablegrafiaron a Berlín, informan­


do que la simpatía de la opinión pública mundial estaba con
Checoslovaquia.

La posición de los aliados o ...


1. Un millón de checos se encontraban listos para luchar en .E
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buenas fortificaciones en la montaiía. o..
2. Los franceses estaban preparados para enviar al campo de &v
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batalla a 100 divisiones.


3. Aquellos generales que mantenían una postura crítica fren­
te al régimen en Alemania estaban preparados para el golpe
contra Hitler en el caso de que los aliados garantizasen la se­
guridad de Checoslovaquia.
4. La opinión pública británica y francesa endureció su postu­
ra frente a las prepotentes exigencias alemanas.
5. La flota británica, la más grande del mundo, estaba movili­
o ....
zada por completo para responder en caso de guerra. ]�o
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6. El presidente Roosevelt aseguró a los aliados el apoyo por :-;:::;:I -o..
parte de Estados Unidos. O"' <I)
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(de: Karass, 1970) ·5 v
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Al cariz de dicha situación, hubiese sido preferible, indudable­
mente, no ceder Checoslovaquia sin previa lucha. Hitler aún no ro
estaba preparado para la guerra total y, con seguridad, se le hubie­ 'º
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se podido frenar con una pérdida humana incomparablemente
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menor. En todo caso, las cosas no hubieran podido resultar peo­ bO
res de lo que después fueron en realidad (Pfaff, 1988). .:::
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En la retrospectiva de los últimos 3.000 anos de historia docu­ .:::


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mentada sobre conducta en negociación puede discernirse un pa­ 8 o ...


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trón que se desarrolla a lo largo del tiempo, según el cual, la exis­ <l)
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hacia la conducta regida por princípios o de negociación conven­ o ..:1 "O
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cional, mientras que los períodos de desequilíbrio de poder so­ s
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lían resultar en conductas de negociación no convencionales ni u

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de princípios, tales como secuestros, asesinatos, chantaje, etc. (v. ta­ '-' �'-'
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32 El experto negociador La teoría y la práctica de la negociación 33
El ciclo de la negociación de los êxitos � errores propios? Razón suficiente para que nos ocu­
pemos detemdamente de la preparación y posterior evaluación de
La descripción del desastre de la Conferencia de Múnich per­ una neg�ci�:ión. El siguiente modelo de una completa ronda
mite apreciar claramente que la negociación no es un remedio de negooac1on nos ayudará a ordenar sistemáticamente nuestra
todopoderoso para solucionar los conflictos. Suele ser especial­ forma de proceder.
mente inapropiada cuando el negociador desconoce los factores Las siguientes recomendaciones, representadas en el cuadro
decisivos en conflicto, los subestima o, simplemente, los ignora. 1-1, que son breves y concretas, corresponden a cada fase de la ne­
Las posibilidades de êxito son realmente escasas cuando no se gociación.
sabe, hasta el momento preciso de sentarse en la mesa de negocia­
ción, cuál es el tema en conflicto. Ambas cosas convergieron en el Cuadro 1.1. El ciclo vital de la negociación
caso expuesto y ambos errores hubieran podido evitarse mediante
una preparación más acurada.
En términos generales y de acuerdo con todos los conocimien­
tos logrados hasta el momento, la planificación parece ser uno de
los elementos más importantes de la negociación, pese a no ser
tan espectacular como la parte visible. Lo que queda en la memo­
ria son las salas de sesiones llenas de humo de cigarrillos, delante
de las que los periodistas y equipas de televisión acechan día y no­
che para acabar interrogando a unos personajes de caras pálidas y
sin afeitar sobre el progreso de las conversaciones, o mejor, para
difundir la declaración de victoria emitida por un radiante líder
sindical. Lo que no se ve son los días y las semanas de dificultosa y
pormenorizada labor detrás de los telones, los interminables pe­
ríodos de debate, de preparación y de recopilación de datos, la
evaluación y redacción de las posiciones y la búsqueda de consen­
so acerca de éstas con los diferentes grupos interesados. 2No serán
estas tareas, arduas y exigentes en tiempo, más bien el cometido
de los expertos técnicos? 2No es acaso demasiado precioso para
ello el tiempo, de por sí escaso, del que disponen los negociadores
principales, aquellos que acto seguido tendrán que hacer su apari­
ción en escena? iPues no, de ninguna manera! Incluso negociado­
res tan destacados como el antiguo ministro de asuntos exteriores
y asesor de seguridad Henry Kissinger, emplean la mitad del tiem­ Planificación
po del que disponen para la negociación en la preparación y pla­
nificación, lo que no quiere decir, por supuesto, que trabajen sin «La �nvestigación d �muestra que la planificación, ya por sí sola,
_
ayuda, pero el conocimiento global del caso que tiene el negocia­ determma mas de la m1tad del consecuente êxito o fracaso de una
dor no se puede suplir. A la conclusión o interrupción de la nego­ negociació �. » (Winham, 1979). Nos parece adecuado, por tanto,
ciación sigue luego una evaluación final. También en esta fase se echar un v1stazo más detallado a cada uno de los cometidos y de
tiende a ahorrar tiempo, pero también en este caso resulta ser el las fases de preparación.
momento equivocado. 2Cómo se puede aprender, si no es a raíz
34 El experto negociador La teoría y la práctica de la negociación 35
Percepción del coriflicto importantes de aquellos que sean secundarios. (Dónde es posible
un compromiso y dónde no? (Qué es lo que podemos ceder, cuán­
Se ha identificado el problema. Consecuentemente, se trata de to de ello y que es l o que no cederemos bajo ningún supuesto? Tal
elaborar varias alternativas, incluso cuando una de ellas parezca vez incluso podamos preparar obsequios adicionales, no excesiva­
ser la solución perfecta, puesto que precisamente esa opción po­ mente costosos, para la otra parte. El éxito en la negociación de­
dría desestimarse en último instante o resultar demasiado costosa. penderá finalmente de la aceptación por ambas partes. P or tanto,
Además, una mayor gama de opciones aumenta la flexibilidad en
estamos interesados en que se cumplan también las expectativas de
la negociación. También se recomienda una visión a largo plazo:
la otra parte. Esto es un factor a tomar en cuenta desde un princi­
(Qué será lo que nos aporte la solución adecuada del presente pi o; en caso contrario, es posible que tengamos que abonar po ste­
problema en el futuro? (Qué es lo mínimo que queremos lograr? rior mente un precio más alto para llegar a un acuerdo .
·Qué es lo que pretende conseguir la otra parte? Los puntos en
�omún son, a tal efecto, más importantes que las diferencias, y no
obstante, éstos se suelen igno rar o dejar de lado con mayor facili­ Estrategi,a
dad, aunque son ellos los que nos acercarán a una solución.
La selección de una estrategia depende, ante todo, de cuatro
factores. En primer lugar, de la distribución del poder entre los
Necesidades participantes en una negociación. (Es más poderosa una de las
partes o están ambas al mismo nivel? También hay que tener en
Quienes conozcan los deseos y las necesidades de ambas partes cuenta cuál es la importancia de la negociación para no sotro s y
detentarán el poder en la mesa de negociaciones, empezando por para la otra parte. (Se trata de un fin de semana libre o del futuro
los propios imperativos -aquel que no se conoce a sí mismo _ es una de una empresa? Acaso, como en nuestro ejemplo anterior, está en
presa fácil para el contrincante-. Pocas cosas se prestan meJ or a la juego la paz de Europa o a escala mundial. La próxima cuestión se
manipulación que la satisfacción o la negación consciente de los refiere a nuestra relación con la otra parte. (S o mos amigos y que­
deseos. Preguntémonos a nosotros mismos, para empezar: (_Por remos seguir siéndol o, o es que nos vemos por primera vez? (Vol­
qué voy a la negociación? (Cuáles son las cosas por las que qmero veremos a encontrarnos en una negociación? Cuanto más estrecha
luchar? Y, además: (Por qué quiere negociar la otra parte? (Qué es la relación, tanto más prudentes seremos en cuanto a nuestra es­
lo que pretende? (Qué puedo hacer para cumplir sus expectativas trategia. Finalmente, nos preguntaremos cuáles son los intereses
con la menor cantidad posible de concesiones? La constante com­ e� común que no s unen a la otra parte. (Estamo s luchando po r lo
probación y corrección de esta apreciación en el curso de la nego­ m�smo o es que se producirá un «tira y afloja?» (Cómo podemos
ciación nos conferirá una posición más favorable. evitar las confrontaciones innecesarias? (P odremos, por el contra­
rio, 1:1ejorar nuestras relaciones, encontrar intereses comunes y
_
trab.:yar conJuntamente para lograr una solución?
Objetivos

Ahora conocemo s nuestras necesidades y las podemo s resumir La otra parte


en objetivos concretos. (Qué es exactamente lo que pretendemos
lograr, cuántos euros, pesetas o dólares, qué porcentaje de cuot� de No es suficiente conocerno s y saber controlarnos a nosotros
mercado, qué condiciones de suministro? N o deberíamos olvidar mismos, �unque sí es, al menos, un buen principio. Quienes quie­
que debemos ofrecer algo en la negociación que pueda inte�es�r a
�an dom1�ar la negociación tendrán que conocer a la otra parte
la otra parte. Con este fin necesitamos distinguir entre los obJet1vos igual de b1en que a sí mismos. Ya habíamos aludido a la evaluación
36 El experto negociador
La teoria y la práctica de la negociación 37
de la parte contraria en los párrafos precedentes, ya que viene a
más y mejor a la otra parte. Por lo tanto, resultan más recomen­
ser una tarea constante que debería acompaíiar cada uno de nues­
1
tros pasos como si del reflejo de la propia imagen se tratase. dables las preguntas que las largas explicaciones, las palabras
amables son más adecuadas que las amenazas. Se sobreentiende
que estamos dispuestos a rendir al máximo, tanto a nivel intelec­
1
tual como físico, en cuanto a nuestros esfuerzos por lograr una
Táctica solución. Por supuesto, hemos confeccionado con la suficiente
antelación a nuestro equipo de negociación y lo hemos prepara­
La táctica utilizada en una negociación es tan sólo un medio
do cuidadosamente para esa tarea. En otras palabras, ahora úni­
auxiliar con el que se persigue la estrategia elegida. Y tiene que se­
camente nos podrá sorprender aquello que antes nos haya sido
guir siendolo, puesto que no vivimos del aplauso sino del result�­
imposible prever.
do. Además, en las negociaciones pocas veces estamos ante un pu­
blico para el que valga la pena incurrir en el riesgo de ofrecer una
representación exclusiva. Naturalmente es beneficioso el domínio Evaluación de lo acontecido
de la mayor cantidad de tácticas posible; son las armas de la nego­
ciación. No obstante, es muchísimo más importante su empleo
La evaluación de una mesa de negociación puede desglosarse
adecuado, al igual que ocurre en la lucha armada. No tienen cabi­
en dos fases para la toma de decisiones. La valoración de aquello
da las preferencias personales ni los caprichos del negociador.
que se haya logrado hasta el momento y la decisión respecto a un
A este respecto, reproducimos las palabras del más famoso Samu­
acuerdo.
rai japonés, Miyamoto Musashi: «Espada y espadín, lanza y alabar­
da, en lugar de servir como decoración deben sobre todo cortar,
el arco y el fusil deben ser robustos y precisos. No es bueno dar Evaluación de la situación actual
preferencia a una sola arma. Al usarlas excedier_id� lo estri�tamen­
te necesario acabarán por no servir. Nunca se 1m1te a nad1e en el
Ha transcurrido la primera ronda de negociación. Antes de fir­
uso de las armas, sino elíjase aquella cuyo uso resulte más fácil. »
mar, nos tomaremos el tiempo preciso para valorar de nuevo la so­
lución propuesta. Es de mucha utilidad la comparación con nues­
tras metas establecidas objetivamente con anterioridad. En caso
Negociación
de que se produzca una sorpresa desagradable en ese momento;
todavía habrá tiempo para acceder a una segunda ronda de nego­
Los hechos cuentan más que las palabras. Por tanto, no hay
ciación, no todo está perdido. Una vez concluído el acuerdo, todo
nada más importante en la mesa de negociación que la armoniza­
arrepentimiento será tardío. Sin embargo, no deberíamos conten­
ción de la conducta propia con los objetivos y estrategia elegidos. tarnos con examinar el contenido del acuerdo, sino también
Basta la ruptura de una sola promesa para destruir la confianza
nuestra actitud que haya permitido concluirlo. �Cuáles fueron los
edificada con tanto esmero. Un buen contrincante nos observará,
éxitos, cuáles son los aspectos que se podrían mejorar? Este es el
o nos hará observar por su delegación, muy de cerca durante la
momento crucial para lograr un beneficio, también personal, de
negociación. Nos juzgará por nuestras acciones, no por nuestras
la negociación, incluso o sobre todo, cuando ésta haya fracasado.
palabras. Ha transcurrido el momento de la preparación, ahora
A largo plazo, incluso nuestros fracasos pueden ser muy valiosos,
todo tiene que estar a punto. Esta fase es la más breve en nuestro
siempre y cuando tomemos en serio las lecciones que podamos
esquema; es como la cosecha. Ahora, todo el trabajo previo será extraer de ellos.
remunerado. No obstante, se aconseja cierta prudencia, inclu­
so tras una preparación perfecta, puesto que queremos conocer
38 El experto negoci,ador La teoría y la práctica de la negoci,aci,ón 39

Examen del resultado mientras van avanzando y encontrándose de vez en cuando. Si se


mueven con prisa o imprudencia acabarán tropezando. Si ninguno
Claro que el mejor de los casos consiste en la conclusión exito­ de los dos se mueve, no podrán saber jamás dónde se encuentra el
sa de un acuerdo beneficioso, de ser posible, para ambas partes. otro. jTal vez también puede existir una salida secreta por la que,
También en este supuesto resultará interesante preguntarse por de pronto, el otro desaparecerá! Poco a poco ambos se familiarizan
las causas. �Se deben a nuestra buena posición de partida o hemos con el entorno y con el interlocutor, aunque siga oscura la habi­
convertido en victoria una mala situación inicial mediante la estra­ tación, ahora saben dónde está el otro. Uno prende una cerilla,
tegia hábil y la táctica empleada en negociación? �O es que todo ambos descubren una lámpara en el techo. Juntos buscan el in­
ocurrió por simple azar? Lo más adecuado será una sincera eva­ terruptor de la luz que representa la conclusión esperada de la
luación de la propia actuación, ante todo si están previstas futuras negociación que, de pronto, lo ilumina todo.
negociaciones. Por tal razón, deberíamos plasmar, por escrito,
también la forma de proceder de la otra parte, porque es posible
que volvamos a enfrentarnos pronto. Un vistazo a nuestras notas Validez del acuerdo
podrá darnos la clave decisiva para nuestra planificación en una
futura ocasión. Cuestión de otro tipo de la práctica en negociación la constitu­
ye la validez de los acuerdos aceptados. Incluso los contratos escri­
tos no valen en algunos casos ni el papel en que se firmaron, acor­
, . démonos tan sólo de uno de los armisticios en Yugoslavia. Por
�-··Y en la practica.?
tanto, un acuerdo sólo tiene validez cuando es respetado, caso
El transcurso, antes descrito, de una negociación, desde una contrario s_erá únicamente papel mojado. La validez de los acuer­
primera planificación hasta su conclusión exitosa ha sido repre­ dos rubricados precisa de buena disposición mutua o bien de un
sentado de un modo muy simplificado. Supuesto como útil de tercero que pueda aplicar medidas de observancia, según lo re­
apoyo, este modelo podría transmitir la falsa impresión de que la querido en el acuerdo. En este aspecto, algunas culturas trazan
negociación fuera un asunto eminentemente técnico que puede una clara distinción entre los acuerdos escritos y los personales y
realizarse paso a paso siguiendo un esquema trazado. Aunque las esta distinción está, a su vez, sujeta a valoraciones muy divergen­
capacidades técnicas, que pretendemos enseiiar mediante el pre­ tes. En Asia, ante todo en China, la palabra personal tiene mayor
sente libro, son irreemplazables, en la realidad la negociación se valor que el contrato escrito, que frecuentemente se convierte en
determina en gran parte por factores imponderables. No olvide­ objeto de reconsideración, en cambio, rara vez se ven afectadas las
mos que se trata de la relación de personas humanas. Quizá éstas relaciones personales de confianza. Ello no tiene que ver con el
ni siquiera se conozcan; por ende, este primer encuentro también menosprecio del acuerdo logrado y solemnemente festejado, sino
será parte del juego. Probablemente, además, los interesados ten­ con la opinión de que cosas tan impersonales como son los con­
gan opiniones, intereses o actividades muy distintas. tratos escritos, deberían adaptarse a la respectiva situación. En
caso de que cambie la situación, se renuncia antes al contrato que
a las buenas relaciones, confiando en poder lograr un nuevo en­
Situación de suspense tente que se ajuste a ambas partes de acuerdo a las nuevas circuns­
tancias. Tal actitud sería dificilmente imaginable en Europa y aún
Una negociación es siempre una situación de suspense. Al prin­ menos en Estados Unidos. A ambos lados del Atlántico prevalece
cipio, ambos saben demasiado poco del otro como para poder la posición basada en el Derecho Romano, obligando a atenerse a
apreciar correctamente la situación. Se mueven como si estuvieran las cláusulas de los contratos bajo cualquier circunstancia, lo que
_
en una habitación oscura, palpando cuidadosamente las paredes se aphca también a las situaciones de cambio porque, de lo con-
40 El experto negociador La teoria y la práctica de la negociación 41

traria, no hubiera sido necesario firmar un contrato, según el ra­ la propia empresa, con el contratante o con el jefe es un inconve­
zonamiento occidental. Si un signante rompe un contrato, es posi­ niene de esta índole: (Están asegurados sus medias de comunica­
ble reclamado ante los tribunales. En Asia oriental sólo se recurre ción? La transmisión técnica de las informaciones, ya sea oral, por
a este extremo en casos extraordinarios. Primero está la relación, fax o modem no debe costar el tiempo ni la calma que son básicos
luego viene el contrato. No es sorprendente que los empresarios para la negociación propiamente dicha. En la era de los teléfonos
occidentales, sobre todo los americanos y los diplomáticos, se de­ móviles y de los conductos ISDN, la comunicación se ha vuelto me­
sesperen a veces en vista de tales diferencias culturales. Muchos de nos complicada, pero (qué sucede cuando las negociaciones se ce­
los ejemplos que conocemos, no obstante, nos demuestran que no lebran en Mongolia? Es posible incluso que durante la transmisión
son tanto las víctimas de una cultura diferente, sino más bien care­ de datas desde el hotel donde usted está hospedado se presente re­
cían de conocimientos sobre la misma. Hacia el final del libra, un pentinamente un lamentable y pequeno problema en el momento
capítulo se dedicará precisamente a estas dificultades. menos indicado. En este caso, no hay barreras para el ingenio y la
inventiva. Otro ejemplo más habitual es cuando el acuerdo requie­
re consultas regulares con varias entidades. En uno de los cuatro
La tensión en la negociación despachos involucrados, no es posible localizar al director del de­
partamento responsable, estará en un almuerzo o fuera de la ofici­
La influencia que ejercen la tensión y el agotamiento en el na hasta finalizar la tarde, sin mencionar siquiera las dificultades
transcurso de la negociación son lo suficientemente importantes suscitadas por los diferentes usos horarios o los idiomas desconoci­
como para precisar un capítulo propio. Las negociaciones impor­ dos. Incluso el teléfono portátil más sofisticado será de poca ayuda
tantes suelen alargarse hasta muy entrada la noche y el punto de en tales casos.
inflexión no llega hasta la madrugada, o jamás. Entonces, los par­
ticipantes, completamente agotados, pero también aliviados, com­
partirán el desayuno para luego caer en cama exhaustos, o no. El entorno diferente y las nuevas posiciones
Esta situación puede prolongarse durante días y semanas en caso
de negociaciones largas. En algún momento, finalmente, cual­ Para finalizar este capítulo, permítannos mencionar un último
quiera cederá y tan sólo querrá volver a casa. Sin embargo, el úni­ aspecto de la conducción de la negociación: cuanto más tiempo
co camino de salida de una negociación es casi siempre su conclu­ transcurre tanto más cambiarán también las opiniones, los objeti­
sión. Por tanto, se harán concesiones que bajo otras circunstancias vos y las posiciones de las partes involucradas. En el caso de la últi­
no se hubiesen aceptado jamás -y, tal vez, se cometerán errares-. ma ronda del GATT, denominada la de Uruguay, del Acuerdo
Cuanto más se alargue la negociación y mayor sea la tensión gene­ General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio GATT/OMC,
rada, tanto más probable será que el negociador se guíe por las transcurrieron siete anos completos. Cambian los gobiernos, se
emociones, alejándose de esta manera de la imagen ideal del me­ sustituyen los negociadores, se forman y se deshacen las alianzas.
diador completamente racional y efectivo. Es menester volver a evaluar, planificar y analizar nuevas infor­
maciones que influirán en las posiciones y las actitudes de todos
los participantes. Ciertamente no cabe la desazón. Ahora bien, no
La logística y la comunicación todos los participantes comparten esta interpretación optimista,
ante todo aquellos que están ansiosos por llegar pronto a un acuer­
Sin embargo, lo expresado hasta aquí dista mucho de ser todo do. Además, la disposición y la capacidad para llegar a un concier­
lo que separa la práctica de la teoría. En las negociaciones que se to adecuado no siempre se define en todas las partes por igual. Sin
desenvuelvan fuera del marco habitual, las cosas más ridículas pue­ embargo, una actitud positiva ante los imponderables será siempre
den hacer que, al final, no se logre el êxito. La comunicación con de mucha utilidad. La negociación no debería considerarse una
42 El experto negociador La teoría y la práctica de la negociación .43
obligación pesada. También podría parecer como un juego que, -, Diplomacy, Londres: Oxford UniversityPress, 1963.
con algo de práctica, puede llegar a dominarse a la perfección. PFAFF, William, Munich 1938 - What Might Have Been (Munich
Pero, al igual que todos los juegos, no suele resultar realmente di­ 1938: Lo que hubiera podido ser), International Herald Tribune,
vertido hasta el momento en que se gane más veces de lo que se 22 de septiembre de 1988.
pierde. Con este fin está escrito este libro. SCHMITT, Carl, Der_ Begriff des Politischen (El concepto de lo políti­
_
co). En: J. Hmzmga, Homo Ludens, Hamburgo: 1933.
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2
La negociación distributiva
En sentido amplio, negociar podría ser sinónimo de distribuir,
constituiría la acción de repartir algún bien, tangible o intangible.
En razón de ello podríamos denominar al proceso como negociación
distributiva. Por ejemplo, cuando se negocia el precio de un vehícu­
lo, una de las partes ganará lo que pierda la otra. Las posiciones son
encontradas y compiten entre ellas. Por tanto, solemos hablar de
ganadores y perdedores, incluso cuando ambas partes están más sa­
tisfechas con una conclusión que sin ella; casi siempre, como resul­
tado de una libre decisión. Roles que han de entenderse en térmi­
nos relativos, el ganador es aquel que ha podido aproximarse más a
sus propios objetivos que el otro. La magnitud de la cosa a repartir
está predeterminada y es inalterable en la negociación distributiva.
En nuestro ejemplo estamos hablando del mismo coche, sin repa­
rar en lo que vaya a pagarse al final. El comprador y el vendedor ne­
gocian el precio. Partiendo de ello, quien negocie hábilmente podrá
conseguir una ventaja para sí mismo, aunque en detrimento de la
otra parte. En la teoría del acuerdo, tal objetivo se llama también
juego de suma cero, dado que las ganancias y las pérdidas siempre se
compensarán exactamente y siempre sumarán cero. Esta es la dife­
rencia esencial entre la negociación distributiva o la integradora, a la
que se dedica el Capítulo 4. El principio de la negociación integra­
dora es sencillo en la teoría, pero complejo en la práctica. Al tratar
al unísono varios temas, cada parte puede ganar en ciertos aspectos,
pero ceder en otros. La creatividad y habilidad de ambas partes en
cada transacción determinarán finalmente la magnitud del todo a
46 El experto negociador La negociación distributiva 47
repartir. Configurando un ideal, cada parte conseguirá lo que con­
drá obtener una imagen nítida de la situación. Su primer interés
sidera importante para ella. Llegar a un buen término en la nego­ consistirá siempre en preguntarse si, para empezar, existe tal sector
ciación constituye, por tanto, un éxito para ambas partes. de posible acuerdo. A veces, las expectativas de las partes divergen
tanto que una negociación sería una p�rdida de tiempo.
lAdversario o socio? Cuadro 2.1. Zona de posible acuerdo (ZOPA)

Es evidente que estos dos tipos de negociación, radicalmente


Precio de reserva
diferentes, también exijan diferentes perspectivas. Ignorar este su­ Precio
puesto puede resultar grave al final, aunque ocurre frecuentemen­
te. Como el enfoque distributivo siempre estará dirigido a una lu­ CHF 4.000 CHF6.000
cha por el reparto, puede ser bastante adecuado, dentro de ciertos
ZOPA ampliado
límites, considerar a la otra parte como adversaria antes que socia y [/ / / / / / ,t / ,t / ,t / / ,t ,t / ] ►
Vendedor Zona de posible acuerdo Comprador
en consecuencia, proceder de forma algo más dura. Sin embargo,
tratando de negociar un acuerdo óptimo para ambos intereses,
CHF5.000 CHF5.300
esa forma de proceder sería improcedente. Si se pretende que am­
bos ganen, será secundario determinar quién obtendrá el mayor
beneficio. Una buena conclusión no es maximalista, sino la más
ZOPA restringido --------+f-1'--f-+-+

Vendedor
►/ ,q
[/ / / 1/ 1/-+--1-+---------
Comprador
óptima. Pero esto no significa, bajo ningún supuesto, que haya que
renunciar de entrada a las ventajas propias, sino que, con mucha CHF4.500 CHF6.000
frecuencia será beneficioso adoptar una postura de cooperación, No hay una ZOPA -------+------+---------
puesto que la ganancia no se consigue a expensas del otro, sino con Comprador Vendedor
él. Lo veremos más detenidamente en el Capítulo 4.

Cabe la posibilidad de que las posiciones resulten incompatibles


La zona de posible acuerdo sólo en un primer momento y que puedan aproximarse durante el
transcurso de varias rondas de negociación, como, por ejemplo,
Hasta la más dura lucha por la distribución, de la que hablare­ cuando a los representantes de ambos lados se les concede mayor li­
mos en primer lugar, comienza con un interés común. Mientras bertad de acción o mayores poderes de decisión. En caso de que se
ambos lados no estén interesados en que se produzca un acuerdo, desestime por completo un acuerdo, serán probablemente más
no habrá nada que distribuir. Si se pretende llegar a un resulta­ apropiados otros métodos que la negociación, al menos transitoria­
do, los intereses contrapuestos no pueden ser incompatibles, sino
�ente. La solución del conflicto podría ser eludido, los enemigos
convergentes al menos en un aspecto. Incluso existirán frecuente­ irreconciliables se evitarán mutuamente o el otro extremo, la con­
mente varias cuestiones en las que sea posible, en principio, llegar a frontación abierta.
un acuerdo. Las denominaremos como zona de posibl,e acuerdo (Wal­
ton, McKersie, 1965). Es el conocido todo que puede ser repartido.
La mayor porción será para aquel que, al final, sepa lograr para sí Enlaguerra
más de la mitad del área del posible acuerdo. � Cómo se hace? Un
buen negociador intentará primero determinar dicha zona con la La noción de guerra no será empleada aquí para describir úni­
mayor exactitud posible. Hasta disponer de esa información, no po- camente la confrontación militar, sino toda clase de enfrentamien-
48 El experto negociador
La negociación distributiva 49
to enemistoso. Las huelgas, la marginación, el boicot, la guerra de
manteniéndolos siempre presentes. Respecto a este tema, no he­
precios, la guerra comercial o la Guerra Fría s�n ejemplos �u: co­
mos encontrado a un mejor maestro que el honorable general chi­
nocemos bien, al igual que la circunstancial disputa por mm1eda­
no Sun Tzu, quien en el Siglo v a.C. escribió su obra clásica, más leí­
des que estalla entre cónyuges. Carl von Clausewitz (1780-1832), el
da aún en la actualidad en China y en Japón: «Si conoces a tu
general y estratega prusiano expresaba que: «La guerra es... un
adversaria y te conoces a ti mismo, no tendrás que temer mil bata­
acto de violencia para forzar al contrincante a atenerse a nuestra
llas. Si te conoces a ti mismo, pero no a tu adversaria, entonces su­
voluntad. » (Clausewitz 1987, 13.) La negociación surte efecto me­
frirás una derrota por cada victoria. Pero si no conoces al adversaria
diante la persuasión, la guerra es coerción. No precisa darse el ex­
ni te conoces a ti mismo, entonces perderás cualquier batalla. »
tremo de que ambas partes prefieran la guerra a un acuerdo en la
(Sun Tzu: El Arte de la Guerra, 490 a.C., aproximadamente) .
mesa de negociaciones. No obstante, si no fuera P?sible o�t�ner
Comencemos, pues, por lo más fácil. El negociador conoce su
un acuerdo en términos razonables, será más aprop1ado, cas1 s1em­
propia posición mínima, que la determina el momento en que
pre, optar por una confrontación dura cuyo objeti:o no tiene par­
una negociación pierde el sentido para él, porque sufriría pérdi­
qué consistir necesariamente en subyugar al contrmcante; a ve�es
das o bien porque podría llevar a cabo una transacción más atrac­
basta con que se produzca una alteración consciente de las relaoo­
tiva en otro espacio. Siempre tendrá presente ese umbral inferior
nes de poder para Jorzar a la otra parte a que se siente a la mesa de nego­
absoluto. En caso de una negociación sobre precios, lo denomina­
ciaciones. No pretendemos, bajo ningún concepto, aboga� por la
remos precio de reserva. Un buen negociador nunca se resignará a
guerra y mucho menos por la militar; no obstante, es deos1vo �O­
transgredir ese umbral (comprador) o a descender por debajo de
mar en cuenta todas las alternativas en el momento de la negoc1a­
él (vendedor), solo para llegar a un acuerdo. Suele ser mejor no
ción. Parte de ellas es también la guerra, ya sea militar o económi­
concluir trato alguno que aceptar uno malo. La posición propia
ca, sin embargo, sus consecuencias y su costo son conside:ab!es y
ha de verificarse continuamente a la luz de los conocimientos nue­
casi siempre imprevisibles. No olvidemos que la guerra en s1 m1sma
vos y, dado el caso, adaptarse a la nueva situación. No hay que fiar­
ya consume valiosos recursos, reduciendo de este mod� la_ �os� �
se nunca de la descripción unilateral de la otra parte, puesto que
repartir. �Pero incluso cuando nosotros, ya sea por convi_cc10n et1-
sus intereses están diametralmente opuestos a los nuestros, ganará
ca o pragmática, queramos rechazar la guerra en cualqmer forma
lo que nosotros perdamos. Más adelante veremos cuán útil puede
como instrumento de nuestra actuación, por qué debería de com­
ser el desconcertar al adversaria acerca de su propia posición.
partirlo la otra parte? Tampoco conviene olvidar la terrible lección
_ Pero antes de adaptar maniobras tácticas, primero tendremos que
de la Conferencia de Múnich que hemos expuesto en el pnmer ca­
averiguar dónde se encuentra situado el adversaria.
pítulo: en ciertas circunstancias, es preferible desencaden�r una
pequena confrontación bélica que permit�r a nuestro �ontrmcan­
te, que no desea ningún entente, ganar t1empo sufioente como ... y a tu adversario
para pertrecharse para una guerra a gran escala.
Este aspecto de la planificación ya se advierte algo más compli­
cado que el primero. Se trata de estimar la posición mínima de la
Conócete a ti mismo...
parte contraria, que delimitará la zona de posible acuerdo y, al
mismo tiempo, determinará la máxima ganancia derivada del ne­
Aun sin la importancia de la paz mundial, es parte del programa
gocio. �Qué es lo que pretende obtener el adversaria, qué es lo
obligatorio de un negociador experimentado �veriguar 1� necesa­
que está obligado, en todo caso, a conseguir? �En qué momento el
rio para obtener un referente lo más exacto pos1ble de los mtereses
negocio perderá interés para él? Al igual que nosotros, también
y las posibilidades de la parte contraria. �ambié_n'. por sup:1esto, de­
nuestra parte contraria tiene un precio de reserva, averiguarlo es
berá analizar detenidamente sus prop1as pos1oones e mtereses,
posiblemente el cometido más importante en una negociación so-
50 El experto negociador La negociación distributiva 51
bre precios, en definitiva, es casi imposible repartir algo invisible.
ner en este contexto todas las posibles fuentes de información,
�Cómo podríamos averiguar la magnitud que nos puede corres­
puesto que éstas serán tan numerosas como pueden ser los moti­
ponder? iEs solamente cuestión de suer te! Emprender una nego­
vos por los que negociamos; pretendemos tan sólo poner en evi­
ciación careciendo por completo de informaciones acerca de las
dencia el gran significado que tiene la información precisa par a el
intenciones del contrincante sería comparable a un vuelo sin ins­
transcurso de una negociación. Lamentablemente, incluso las me­
trumentos. �Pero dónde podremos conseguir esta información?
jores fuentes de información no serán siempre capaces de revelar­
Será dificil que nos la proporcione la otra parte, del mismo modo
nos tod o lo que necesitamos saber. Habit ualmente permanecerá,
que también nosotros haremos lo posible para esconder nuestras
al menos, un resto de incertidumbre que solame nte podr á su bsa­
verdade ras intenciones. Lo que tenemos a disposición no dista de­
narse mediante la experiencia, la apreciación cautelosa y la inte­
masiado, básicamente, de los instrumentos auxiliares de los que
rr ogación hábil al interlocutor.
dispone un piloto en su cabina. El aviador consulta detenidamen­
te los instrumentos, nosotros examinaremos el entorno en el que
estamos negociando para encontrar signos e indicios de cualquier Incertidumbre
índole. El piloto dispone de diferentes mapas, por ejemplo, para
el vuelo sin instrumentos, para el aterrizaje y para vuelos comer­
Hecho lo posible para dilucidar la posición de la otra parte, ten­
ciales. Nosotros también podemos conseguir materiales similares,
dremos que pasar a los hechos. Sin olvidar jamás que cada palabra
por ejemplo, para cuando queramos comprar o vender un vehícu­
de nuestra parte significa información para nuestro inter locutor.
lo las librerías especializadas ofrecen revistas en las que consta el
Si presentamos ofer tas apresuradas nos situamos en una posición
precio de mercado para cualquier modelo y un vistaz� general � la
de inferioridad antes de haber averiguado lo suficiente. Ahora se
oferta y demanda. También se pueden o btener pareodos estud1os
trata de entablar conversaciones sin revelar demasiado. �Cómo
de mercado para muchos bienes de inversión e inmuebles, en for­
se puede hacer? Tarde o temprano llegará el momento de la ver­
ma de informaciones generales acerca de los precios actuales de
dad y tendremos que presentar una primera oferta o una deman­
bienes inmuebles y de alquiler, publicados de forma regular por
da. A modo de anticipación, no necesariamente ese momento
parte de las ciudades o distritos. Listados que suelen proporc��­
tendrá mucho en común con la verdad. En realidad, solamente
narnos informaciones bastante precisas que son de mucha ut1h­
existen dos condiciones muy sencillas que deber ía cumplir nuestra
dad para la correcta evaluación de la negociación. Lo mismo se
primera posición, no ser descabellada o irreal, pero tampoco
aplica a los folletos y a las tablas editadas por las cámaras de co ­
demasiado modesta. Sencillamente, no tiene sentido ofrecer un
mercio, las asociaciones industriales, las oficinas gubernamentales
Volkswagen por el precio de un Ferrari, a no ser que el Volkswagen
y los ministerios.
haya pertenecido antes a Charles Chaplin. Sin embargo, el come n­
Frecuentemente puede resultar igualmente fructífero el ras-
zar inmediatamente por el precio real de mercad o sería desast roso
treo de los archivos de prensa, posiblemente para bu scar los ar­
para el vendedor puesto que el precio final se acordaría mu y por
tículos publicados por el competidor en la negociación en revistas
debaj o de éste.
?
especializadas, o sus ponencias en sesiones aso�iativas conf� ren­
Resumiendo de nuevo esta lección tan importante. Al exigir
cias puesto que éstos son los que suelen refleJar sus mtenoones
demasiado, nos arriesgaremos a disuadir al otro o incluso a inte­
con mayor fidelidad. Hoy ya es posible obtener muchos de estos
_ rrumpir la negociación, el cliente se despediría amablemente en
datos por Internet de forma rápida, cómoda y, ante todo, actuah­
b:1sca de mejores ofer tas. En cambio, si exigimos muy poco , se rei­
zada. Es importante no pasar por alto la opinión de aquellas per­
ra de nosotros por haber realizado un buen negocio. Incluso de
sonas, que seguramente figuran en la plantilla de nuestra organi­
darnos cuenta inmediatamente de nuestro error, ya no podríamos
zación o empresa, que puedan proporcionarnos experiencias d�: marcha atrás. Habríamos perdid o de una vez por todas la posi­
propias acerca de la otra parte. Naturalmente no podremos expo-
b1hdad de llegar a un acuerdo mejor.
52 El experto negociador La negociación distributiva 53

En este punto se está haciendo patente una diferencia muy im­ tablemente Betty no tuvo esa suerte, aunque su sillín para ninos
portante, por una parte suele ser posible corregir las exigencias también estaba sujeto con el cinturón de seguridad, éste se rom­
demasiado elevadas, aunque no siempre, como veremos en el pró­ pió y Betty salió disparada a través del parabrisas, intervenida de
ximo apartado, mientras que, por otra parte, nunca podremos co­ urgencias sufrió la amputación de un brazo y durante meses los
rregir una demanda demasiado baja. Por tanto y pese a las consi­ doctores lucharon por salvarle la vida. Sobrevivió, pero había su­
deraciones contrarias, puede resultar, en caso de duda, asumir el frido lesiones tan graves en el cerebro que habría de quedar men­
riesgo de presentar una oferta que pueda parecer demasiado ele­ talmente impedida durante el resto de su vida, precisando de per­
vada. El caso contrario será siempre menos ventajoso. manente supervisión médica. Su rostro, además, quedaría por
Hemos presentado nuestra oferta inicial. �Cómo continuar siempre desfigurado a causa de las cicatrices.
ahora? En el fondo, no muy diferente de nuestro proceder hasta »Tras un ano de intensas reflexiones y una vez superado el pri­
el momento. Cada paso siguiente debería resultar más fácil, pues­ mer trauma, losJones contrataron un abogado que presentó que­
to que la posición de la otra parte, así como la índole y la veloci­ rella por 3 millones de dólares (el 30% de ésta para el abogado
dad de sus reacciones, nos darán nuevas informaciones y reduci­ en caso de acuerdo extrajudicial, el 50% si el caso fuera llevado
rán, de este modo, la inseguridad. No obstante, en la práctica ante los tribunales y nada en caso de perder) contra el fabricante
parece ser cierto precisamente lo contrario, y el efecto de un dei cinturón de seguridad, quien fue acusado de ser responsable
buen inicio de la negociación se perderá por completo en los pa­ dei accidente. El abogado se hizo cargo del caso y el fabricante de
sos siguientes de la misma. En este sentido, la confianza en sí mis­ cinturones contrató a un letrado local para confiarle su defensa.
mo y la técnica aplicada en la negociación se erigen como los dos Nueve meses después, el caso fue remitido a los tribunales para su
detalles importantes a considerar. Ambos están estrechamente audiencia. En el momento de la presentación de pruebas se docu­
vinculados. Un contrincante técnicamente superior, con una fra­ mentaron los puntos incuestionables, el hecho del accidente, la
se oportuna podrá hacernos perder la confianza en nuestra pro­ ruptura dei cinturón, la nina catapultada a través del parabrisas, el
pia posición, incluso encontrándose en una situación objetiva­ brazo amputado... y los aspectos dudosos, por ejemplo, la respon­
mente inferior. La mejor solución, en tal caso, está en intentar sabilidad dei padre, el posible dano al cinturón anterior ai acci­
salvar lo que se pueda. Un buen ejemplo para ello es el siguiente dente, el supuesto dano cerebral permanente de la nina, etc.
caso. »Tras la presentación de dichos aspectos, el juez preguntó a los
abogados si habían considerado una solución extrajudicial.*
»Durante la cita convenida, el abogado de los demandantes
Ejemplo: Restitución de danos y perjuicios (de losJones) exigió, tal como estaba previsto, tres millones de dó­
lares por danos y perjuicios a cargo del fabricante de cinturones,
«Una tarde Bill y ConnieJones regresaban a casa en automóvil justificando que éste se había roto pese a tratarse de una nina de
con Betty, su hija de dos anos. Llovía un poco y la pareja conver­ un peso de tan sólo veintisiete libras y que, por tanto, la empresa
saba al entrar a una suave curva hacia la izquierda. No está com­ tenía que hacerse cargo de los graves danos y costos causados. El
pletamente comprobado lo que ocurrió después. Bill afirmó que abogado defensor abrió la negociación con una contra oferta de
un vehículo que se acercaba por el carril opuesto de pronto inva­ 50.000 dólares. Indicó que no pretendía negar cierta responsabili­
dió el suyo, pero ni su esposa ni otros testigos pudieron corro­ dad por parte de su cliente, pero opinaba que el accidente había
borado. En todo caso, el coche de losJones se desvió de la carre­ sido claramente originado por BillJones, el cinturón ya había es-
tera hacia la derecha, continuó algunos metros y chocó contra un
árbol.
* Más dei 90% de losjuicios civiles que se presentan cada ano (en Estados Unidos), se
»Bill y Connie tenían el cinturón de seguridad puesto antes del .
cierran mediante una solución extrajudicial (el 97%, en California). Por tanto, lajusticia
impacto, se sujetaron y sufrieron solamente leves lesiones. Lamen- suele hacerse en materia de lo civil mediante la negociación.
54 El experto negociador La negociación distributiva 55

tado danado con anterioridad y el estado cerebral de la nina no Errores


era tan grave como se había afirmado. Después, el abogado argu­
mentó que los demandantes generalmente suelen pedir mucho (Cuáles fueron los errares en los que incurrió el demandante?
más de lo que podrían esperar en términos razonables y que la ne­ En un proceso con pruebas poco contundentes, también 100.000
gociación podría acelerarse considerablemente si se conocía el dólares constituyen cierto éxito, pero como sabemos ahora, sola­
monto real que deseaban recibir. Ante esta situación, el abogado mente ascienden al 10% de la suma que se podría haber obtenido.
de los demandantes redujo su exigencia a la mitad, a 1, 5 millones. La zona de posible acuerdo no fue agotada y es seguro que la de­
El defensor del fabricante citó algunos casos comparables en los manda hubiese podido obtener un mayor beneficio mediante una
que se habían acordado sumas considerablemente inferiores. Pre­ negociación más hábil. Reflexione un momento antes de seguir
via larga discusión, el abogado de los demandantes expuso la ex­ leyendo, (Qué cosas son las que usted hubiera hecho de modo di­
pectativa mínima de un millón de dólares. La negociación alcanzó ferente? Reconsideremos visualmente una vez más los aconteci­
un punto muerto, y el juez citó a ambos abogados para el día si­ mientos. Muchas de las decisiones del demandante fueron muy
guieri.te, tras deliberar con sus clientes. desfavorables para él, en este caso, y deberían evitarse en las nego­
» En la siguiente sesión, ambos letrados atacaron la posición del ciaciones en general.
otro para defender la suya propia. El demandante indicó que los
jurados se volcaban fácilmente en favor de un caso tan dramático Tabla 2-1. Desarrollo de la negociación sobre compensación por
y que, seguramente, iban a conceder un millón de dólares por da­ danos y perjuicios
nos y perjuicios si el caso se llevaba a los tribunales. El defensor ar­
gumentó que sus testigos, y ante todo el perito, serían capaces de Abogado Abogado dei productor Razonamiento
deJones de cinturones
suscitar las suficientes dudas sobre la responsabilidad del fabrican­
(en dólares) (en dólares)
te respecto a evitar un fallo así. En tal caso, la acusación se queda­
ría con las manos vacías. Ambos litigantes escucharon atentamen­ 3 millones 50.000 Restitución de danos por fallo de
material: Jones ha ocasionado el
te e hicieron las primeras concesiones. La parte demandante accidente; la exigencia es demasiado
descendió por debajo de su anterior umbral de un millón, y la de­ elevada
fensa del fabricante ofreció 75.000 dólares. Cuando se llegó a ese 1,5 millones 50.000 Segunda existencia tras concesión.
punto, uno de los abogados solicitó a un juez, a qu�en ya había tra­ Cita casos comparables con acuerdos en
tado en casos similares, que diera su opinión. Este opinó que sumas diferentes
100.000 dólares le parecía una compensación adecuada y acon­ 1 millón 75.000 Declarado como exigencia
sejó a los abogados que deliberaran sobre esa suma con sus clien­ mínima.
Aumenta, pero cita a los peritos que
tes. Tras la gestión, ambos lados aceptaron y el caso no fue a los
desmoronarán la querella millonaria
tribunales. Una conversación confidencial con el abogado del fa­
1 millón 75.000 Paralización de las negociaciones.
bricante reveló más tarde que éste había recibido la instrucción de
]uez consultado pro-pone 100.000.
cerrar el caso en un millón de dólares como máximo. Los nom­
bres, datos y algunas cifras de este caso, han sido alterados para 100.000 100.000 Ambas partes aceptan.
salvaguardar la identidad de todas las partes. »

(Citado de Wall, 198 5 ) Inexistencia de precio de reserva

En el caso que hemos presentado, el matrimonio Jones no ha­


bía dado instrucciones a su abogado sobre la suma mínima a ob-
56 El experto negoriador La negoriarión distributiva 57

tener en caso de acuerdo extrajudicial. En lugar de ello, le habían Concesiones demasiado importantes
dado carta blanca en las negociaciones, lo que corresponde a un
precio de reserva equivalente a cero, error que puede achacarse Una exigencia exagerada, cuando no es satisfecha conduce
fácilmente a falta de preparación. Hemos visto las consecuencias forzosamente ai próximo problema. Para delimitar un área de
de ello, para el abogado era mejor, en todo caso, recibir 30.000 posible acuerdo medianamente razonable, se precisará incurrir
dólares garantizados (es decir, el 30% de 100.000 dólares) en en importantes concesiones. No transmite una impresión muy
concepto de honorarios, en vez de la mitad de una compensación favorable la repentina reducción de las expectativas a la mitad,
insegura adjudicada por fallo judicial. AI fin y ai cabo, existía la sino que así sólo se demostrará al contrincante cuán desatinada
probabilidad de perderia todo ante los tribunales. No era maio el era la primera exigencia, seiialando al mismo tiempo la disposi­
resultado por tan poco trabajo, incluso si hubiera podido conse­ ción bacia más concesiones. Cuando hay presencia de oscilacio­
guir más. 2Por qué habría que rechazarlo? Para losJones, en cam­ nes tan grandes, también habrá más margen de maniobra. Tal
bio, la situación era muy distinta, ya habían sufrido una pérdida conducta, una vez evidenciada, socavará sin remedia la propia
personal y financiera enorme. En su situación, 70.000 dólares es posición. En el transcurso de la negociación fue difícil hacer
una compensación ridícula. El matrimonio, desde un principio, concesiones menores. El segundo día, a más tardar, cuando la
hubiese debido especificar a su abogado la cantidad de un um­ acusación había descendido por debajo del millón de dólares,
bral inferior que guardase una relación razonable con la magni­ sólo debía haber hecho concesiones reducidas, tal como hizo la
tud dei dano, así como a los casos comparables, y que hubiese otra parte, con 25.000 dólares, lo que hubiese dado lugar posi­
podido ser la suma de 800.000 dólares. Un umbral inferior igual blemente a un acercamiento a medio camino, es decir, a unos
a cero implica inevitablemente que cualquier oferta, por mala 525.000 dólares.
que sea, acabe pareciendo aceptable, simplemente por ser me­
jor que nada.
Concesiones unilaterales

Exigencia exagerada En nuestro ejemplo, no obstante, el proceso prosiguió a gran­


des alternativas. El abogado de la parte demandante se vio obliga­
La primera exigencia fue totalmente exagerada. Tres millones do a descender unilatera!mente bacia el millón de dólares y al día
de dólares estaban muy por encima de toda compesación obteni­ siguiente, incluso más. jEste es otro error! La parte contraria no
da en casos similares. Una exigencia mucho mayor, además de las había dado la más leve seiial de responder a estas concesiones.
escasas evidencias, no implica precisamente un buen conocimien­ Una negociación es un intercambio en el que cada cual tiene que
to de causa, sino que más bien transmite la impresión de que no correspon�er a las concesiones de la otra parte. Aquel que pueda
se está muy ai corriente dei asunto. Da la sensación de que, senci­ darse el luJo de hacer concesiones sin más deberá tener algo su­
llamente, se está probando suerte, y de no obtener resultados in­ pervalorado. 2Por qué debería creer el contrincante que estamos
mediatos se abandonará la posición a la primera resistencia. Pre­ en el umbral inferior si le seguimos dando más, incluso sin contra­
cisamente eso espera un adversaria experimentado, en nuestro prestación alguna? Lo mismo es cierto desde el punto de vista de
caso, así como en muchos otros y con éxito. La exigencia de 1,5 l� otra parte, hasta que hayamos alcanzado realmente nuestro pre­
millones de dólares hubiera sido, con seguridad, más apropiada. c10 de reserva nuestra credibilidad ya se habrá desvanecido. Nues­
tra actitud habrá perdido su valor como fuente de información
más importante sobre nuestra postura.
58 El experto negociador La negociación distributiva 59

Falso mediador dólares se impone frente a tal trasfondo como continuación lógi­
ca de las ofertas. Un negociador experimentado sabrá calibrar al
También el último error que cometió el abogado demandante instante esta situación y solamente consultará a un mediador en
no es nada infrecuente, con tal de llegar a un acuerdo o para ace­ caso de que le reafirme su previsible consejo. Por tanto, resulta
lerar el procedimiento se recurre a un mediador cualquiera, mu­ obvio adivinar qué parte habrá solicitado, en este caso, la media­
chas veces sin plantearse siquiera si se trata de la persona idónea. ción de un juez; a no ser que el demandante haya sido lo suficien­
El juez de nuestro ejemplo no estaría cualificado para presidir una temente cándido como para esperar que se presente una solu­
posible audiencia ante los tribunales, es decir, para lo único que ción mejor al azar. �Por qué debería proponer el juez, por lo
realmente podría incumbirle. Entonces, �por qué se le consulta? pronto, la suma de 850.000 dólares cuando su tarea consiste úni­
�Quién podría tener un interés en hacerlo? Volvamos a consultar camente en impulsar a las partes a adaptar una decisión conjunta
el patrón de las concesiones, la secuencia de exigencias y ofertas, par!"- prevenir que éstos carguen inútilmente de procedimientos a
puesto que esto es lo que un mediador haría en primer lugar. Las los tribunales? Ya lo hemos dicho al principio, en una negocia­
flechas en el cuadro 2.2. visualizan el transcurso de las posiciones ción no se consigue lo que a uno le corresponde, sino aquello
de ambas partes. que se acuerda.

Cuadro 2.2. Conclusión de las negociaciones por danos y per­


juicios Hacer uso de las experiencias pasadas

Tras haber repasado algunos de los errares más comunes en


negociación, cambiaremos de perspectiva preguntando �cómo
debería actuar un buen negociador? La mayor parte de las investi­
gaciones confirman una serie de regias básicas a las que atenerse.

Definir el objetivo

.........
ZOPA Hemos conocido y valorado el precio de reserva como orienta­
11111111111 ción y ayuda psicológica durante las negociaciones. Igual impor­
�� � tancia tiene la determinación de un objetivo. En vistas a la ambi­
100 000 $ $1.Sm. $ 2m. $3m.
güedad inevitable de la situación, se define como vital el ftjar un
umbral superior y otro inferior. Los precios de reserva y los pre­
cios a los que queremos llegar nos conferirán una orientación y
un objetivo. Sin estos puntos de apoyo nos veremos sometidos a
El mediador parte del supuesto de que, aparte de que los letra­ merced de la presión de la otra parte.
dos representen a sus clientes con la máxima eficacia profesional,
de disponer de pruebas suficientes están dispuestos a llevar el
caso a los tribunales. No obstante, tales suposiciones, ante las Acuerdo en el término media de las propuestas iniciales
grandes concesiones hechas por parte de los demandantes, sólo
permiten llegar a la conclusión que éste no dispone de pruebas Es constatable que en muchas ocasiones el acuerdo se sitúa en
pertinentes. El resultado de la negociación, es decir, los 100.000 el término medio entre ambos precios de apertura. Podemos sa-
60 El experto negociador La negociación distnbutiva 61
car provecho de este hecho reincidente cuando, por ejemplo, la
cultural árabe, donde el regateo por un precio no se considera
parte contraria empieza a presentar sus términos de a�ert�ra, en­
tonces elegiremos nuestra oferta de tal modo que el termmo-me­ un enojoso deber, sino condición sine qua non del acto de com­
pra o venta.
dio se sitúe dentro de nuestro objetivo. Con esta postura aumen­
taremos las posibilidades de lograr al final lo que esperamos. Si la
secuencia de apertura es inversa, entonces podremos al menos,
Ejemplo: Mercado árabe («Bazar»)
utilizar como fuente de información el término medio que resul­
te de ambas posiciones. En caso de que éste se sitúe fuera de la
«Existen pocos lugares en los que se regatea con mayor dedica­
zona de posible acuerdo, no tendrá sentido proceder a la ne­
ción que en un bazar árabe. Los Souk son proverbialmente cono­
gociación. Es mucho más coherente interrumpir la negociación
cidos por su destreza negociadora, ante un vaso de infusión de
llegados a ese punto y además tendrá secuelas menores más tar­
menta fresca o café y frente a un interlocutor digno, regatean con
de, cuando ya se hayan intercambiado varias ofertas y forjado una
entusiasmo el precio de sus mercancías, ya sean tapices o toma­
relación personal. Si a pesar de ello quisiéramos seguir adelante
tes. Pregunte a un árabe cuánto es dos más dos y él le responderá
con la negociación, tendremos que limitarnos considerablemen­
sonriendo, ;,Para comprar o para vender? Incluso cuando el regateo
te en cuanto a nuestras concesiones. La única posibilidad de si­
económico no es precisamente un hábito en los países de habla
tuarnos en la zona de posible acuerdo consistirá en exigir más
germana, habría que intentar disfrutarlo un poco, pues puede
concesiones a la parte contraria de las que nosotros concedamos.
convertirse en un verdadero arte. Además, no es que no se nego­
El abogado del fabricante de cinturones de seguridad es un exce­
cie en el norte de Europa, sólo que suele tratarse de aspectos que
lente ejemplo de esta forma de proceder.
no ataií.en directamente al precio, como pueden ser las condicio­
nes de pago y suministro u otros asuntos colaterales. Incluso la re­
dacción y formulación de contratos escritos puede ser objeto de
jApertura de la oferta fuem de la zona de posible acuerdo! negociación, en caso extremo incluso ante los tribunales. Pero re­
tornemos al ejemplo del bazar árabe donde queremos comprar
Es absolutamente necesario que nuestra primera oferta se si­
un kilo de tomates. Como demuestra el cuadro 2.4., el precio se si­
túe fuera la zona de posible acuerdo, es decir, por encima (o por
túa esta semana en seis piastras.
debajo) del precio de reserva de la parte contraria. De lo contra­
»Ningún comerciante que pretenda vender sus tomates antes
rio, no podríamos disponer para la negociación d� toda la zon�
del atardecer pedirá más de ocho piastras por kilo. Una primera
de posible acuerdo, limitándola de tal forma que solo nos perm1-
petición de diez piastras sería en este ámbito cultural (que, en el
tiría un reducido margen de concesiones. No obstante, para lo­
fondo denota poca diferencia respecto a un mercado de frutas de
grar esta condición tendremos que conocer o al menos poder
París o una empresa inglesa de vehículos de segunda mano) un in­
anticipar, la posición de nuestro contrincante. Por ello, deb�ría­
dicio de que el comerciante prefiere retornar a casa con sus toma­
mos ftjar un listón alto, pero no excesivamente alto, lo cual v1ene
tes. Un cliente asiduo se dará cuenta de ello al instante y se mar­
a ser un requisito no muy fácil de lograr. Además, en las diferen­
chará.
tes culturas existen también diferentes nociones sobre qué signi­
»Para el comprador, una propuesta de doce piastras le haría
fica realmente demasiado alto (o bajo). Mientras en Japón se con­
dudar del estado de salud del comerciante. Ocho piastras, es de­
sidera como insulto el mero intento de negociar un precio, en
cir, aproximadamente un 50% por encima del precio de merca­
los países árabes se aplica lo contrario. Para nuestros propósitos,
do real en cambio, es una propuesta viable. El comerciante sólo
la apreciación árabe da lugar a un aprendizaje más ampli�. ':ol­
, pedirá menos en caso de que, detrás del tenderete tenga otras
veremos más tarde sobre las peculiaridades de la cultura as1attea.
tres cargas de tomates para vender urgentemente. Ahora bien
Para empezar presentaremos un ejemplo procedente del ámbito
�cuál es la actitud a adoptar por nosotros, los compradores? Los
62 El experto negociador La negociación distributiva 63

árabes son conocidos por ser negociadores duros ; �deb eríamos, Tabla 2.2. Precios y su significado en un bazar árabe
or debaj o del precio (según Hall, 1973)
enton ces, j u g arnos todo y e mpezar muy p
de referencia?, no, sería peligroso. Una ferta de una piastra,
o

por ej emplo, a oj os del comerciante sería una manifestación de


Piastras por Significado de la demanda o de la oferta en la
kilo de tomates cultura árabe
nuestra deficiente ap reciación de la situación del m ercado, y
nos daría la espalda con desp recio. D os pia stras sería una pro­ 12 o más Ignorancia completa por parte dei vendedor o no
puesta casi igual de inapropiada, sólo q ue el comerciante , en tal quiere tener nada que ver con el comprador.
caso, podrí a sentirse insultado, empezando una discusión desa­ 10 El vendedor quiere insultar o deshacerse dei
gradable con nosotros. Si conocemos aproxim adamente el pre­ comprador.
cio de mercado, deberí amos imitar la posic
ión del com erciante 8 Un precio alto, pero factible; puede empezarse la
al ofrecerle un 50% por debajo de ese precio . D e ofrecer más, negociación.
recio superior al del
seguramente acab aremos pag and o un p 7 El vendedor tiene tres carros llenos de tomates y
mercado. En cambio, l a apertura por ocho y cuatro piastras res­ necesita venderlos.
pectivam ente, dej a v islumbrar claram ente el obj etivo de ambos 6 Precio corriente dei mercado (básico).
lados. Mediante co rdial regateo y tal vez incluso con reconoci­
miento mutuo, vendedor y comprador irán acercándose poco a 5 El comprador necesita comprar y está dispuesto a
poco hasta un precio situado en las inmediaciones del d e merca­
pagar más dei precio dei mercado.

do. D ependiendo de la respectiva habilidad negociadora, una 4 Una oferta factible, indicando el conocimiento dei
de las partes conseguirá un precio inferior o superior en media mercado: se puede empezar la negociación.
piastra. » 2 El comprador quiere insultar al vendedor o
provocar una pelea.
(Según H all, 1973) 1 o menos El comprador muestra completa ignorancia dei
mercado; e! vendedor lo rechaza con desprecio.

Táctica
Aperturafuerte
Como hemos demostrado mediante el ej emplo del bazar árabe,
la apertura correcta de una negociación puede ser decisiva. Para Apuntar alto (jper o no excesivamente alto !) eq uivale a hacerlo
este pr imer paso deberemos escoger en tre v arias opciones, cuya lejos. Esta simple regla, procedente de la artillería, es válida tam­
idoneidad depende ante todo del poder relativo del ne gociador y bién para la nego ciación. Una alta exigencia sienta un precedente
de la información de la que disponga. Los capítulos 5 (estrategia) Il.l�Y elevado y d e este modo, d etermina el marco de la negocia­
y 6 (táctica) p rofundizarán en ello, pero en este contexto ya quere­ c10n; en consecuencia, sería difícil que la otra parte pueda ignorar
mos ant icipar las posibilidades más importantes para iniciar y con­ esta posición, a no ser que ésta sea completa y evide ntemen te exa­

ducir una negociación distributiva. gerad�. Volvamos � la comparación con la artillerí a, cualq uier
arIT.1� t1ene su prop10 alcance máximo y un ángulo óptim o d e ele­
vacion. A1 apuntar más alto, el proyectil perderá en alcance. Por
tan�o: es preciso eval uar de fo rma realista la fortal eza de la propia
_
pos1c1on. Debemos agotar nuestro alcance, pero si exageramos no
lograremos nuestro obj etivo, solamente malgastar emos nuestras
fuerzas.
64 El experto negociador La negociación distributiva 65

Determinar el marco de trabajo /anelar las posiciones Tener la pri,mera y última palabra

Una medida psicológicamente muy efectiva consiste en ftjar al Desde una posición claramente superior también puede hacer­
contrincante en un determinado punto mediante la representa­ se una oferta única, tómalo o déjalo, sin discusión. Lógicamente, ya
ción adecuada de la realidad. Entonces, la oferta de apertura y las no podemos hablar de negociación cuando una parte insiste en
demás informaciones ( o, por el contrario, la desinformación cons­ sus exigencias y no permite que se hable más de ello. Entonces
ciente) sentarán el marco para el procedimiento posterior del con­ existen dos posibilidades, el otro acepta o prescinde del trato bajo
trincante. Se trata de transmitir al otro el mensaje de que esta es posi­ tales condiciones. En ocasiones, se presenta una tercera posibili­
ble, aquello no, incluso cuando no sea cierto. jLO importante es que dad, que consiste en la renovada discusión del asunto una vez
nos sirva! Un ejemplo práctico y muy popular en los seminarios de transcurrido el tiempo del ultimátum sin que se haya tomado una
esta forma de proceder es el de transmitir a dos grupos distintos el decisión. En este caso se perderá irrevocablemente toda credibili­
encargo de estimar el resultado de una sencilla operación de multi­ dad, ya se habrá sacrificado la propia posición de negociación, si­
plicación. Sin intentar realizar la operación aritmética, sólo a título tuación que todo contrincante medianamente bueno explotará
estimativo del resultado final, al primer grupo se le presentarán es­ inmediatamente. No se puede perder la posición de esta forma y
tos factores: 1 x 2 x 3 x 4 x 5 x 6 x 7 x 8. Al segundo grupo los mismos seguir creyendo en la victoria. Es un juego arriesgado cuando el
factores, pero en orden inverso: 8 x 7 X 6 x 5 x 4 x 3 x 2 x 1. El segun­ propio poder no es suficiente como para imponer el acuerdo o
do grupo estimará, sin realizar la operación, siempre un resultado cuando se precisa desesperadamente una conclusión. Incluso una
superior, según nuestras experiencias hasta el momento. buena trampa puede quedar al descubierto. Esta clase de táctica,
por tanto, se convertirá rápidamente en callejón sin salida ni posi­
bilidad de cambio de rumbo.
Sin apertura

Lo contrario de una apertura muy extensa es la carencia total de Convencer o influir

l
ésta. Una conversación amable, callar, esperar, sonreír, todo está
permitido mientras el otro se encuentre forzado a abrir la negocia­ La mayor parte·de negociadores intentan, de forma más o me­
li ción. En Asia, esta táctica goza de gran popularidad, con la cual los nos evidente, convencer a la otra parte de su posición. Para ello
interlocutores occidentales, que han confirmado su vuelo de retor­ existe toda una gama de posibles tonalidades, desde la argumenta­
no a los pocos días, se ven frecuentemente obligados a tomar la ini­ ción objetiva del experto en finanzas hasta la verborrea del vende­
ciativa. �Qué es lo que se esconde tras esta táctica reservada, cuando dor ambulante en la puerta de una casa. El éxito de cada cual de­
se supone que aquel que incita a la parte contraria a tomar la inicia­ pende, a su vez, del ámbito cultural en que se desarrolla. Mientras
tiva pierde el mando de la situación? Pues sólo es así aparentemen- en el norte y centro de Europa suele ser apropiado el tono inten­
te puesto que, en contrapartida, se reciben informaciones valiosas cionadamente técnico, los interlocutores comerciales de los paí­
que pueden servir para dirigirse hacia el propio objetivo. Además, ses árabes o de la India prefieren un lenguaje mucho más florido.
él otro queda anelado en un punto ftjo. Ah ora solamente habrá que Muchos hindúes son extremadamente diestros en el uso matizado
afinar la respuesta de tal forma que el término medio entre ambas del idioma inglés y además dominan el arte de la expresión corpo­
posiciones quede situado exactamente en el objetivo propio. Se ral. El próximo capítulo se ocupará más detenidamente de estos
puede lograr esta meta siempre y cuando dicho objetivo resulte temas. Sin embargo, quisiéramos advertir al respecto que es preci­
también aceptable para la otra parte y procediendo con habilidad. so tener prudencia con el de trucos psicológicos. Naturalmente al­
En caso contrario, la mejor táctica no servirá de mucho, a no ser gunas personas permiten que se influya sobre ellas o que se les ma­
que logremos que el interlocutor altere su precio de reserva. nipule, pero cuando tal maniobra o peor, una mentira pura y dura
El experto negociador La negociación distributiva 67
66
perj uicios visto en el presente ca pítulo. Cada uno de los movi­
queda al descubierto, entonces saldrá el tiro por la culat�. La me­
mientos co�tiene infor�ación, pero solamente el patrón com p le­
j or forma de librarse de tal situación embarazosa es preosamente
dando las concesiones q ue se h an q uerido evitar.
to de los mismos permite sacar deducciones sobre la estrateg ia y
táctica de la otra parte.
En la tabla 2.3. se re presentan diferentes patrones de conces io­
nes. 2Cuál es el patrón con el q ue usted se podría desenvol ver má s
Táctica del salame eficazmente? E l p rimer negoc ia dor e s un hueso duro de roer. E l se­
gundo a plica la táctica del salame, también se p uede vivir con eso.
El neg ociador que q uiera ceder p oco en su posición para no pa­
El tercer negociador, en cambio, es un enigma : sus concesiones son
recer inflexible, suele a p licar la probada táctica del salame, esta
cada vez mayores e incitan, a su vez, a permanentes concesiones a la
consiste en q ue, de ve z en cuando y si es q ue no se p uede evitar baj o
otra parte. 2Adónde p retende llegar, y por qué? El cuarto se co m­
ningún conce pto, se hacen peq uen as concesiones para conci� iar al
porta de una form a mucho m ás predecible, sus concesiones d es­
contrario p or un momento. La pérdida p ropia es p oco considera­
cendientes nos dicen claramente dónde está el límite. El último ne­
ble y se g ana mucho tiemp o para p oder realizar maniobras estraté­
gociador parece actuar sin planificación alguna ; de todas formas,
gicas. La política exterior j aponesa es un ej em plo magnífico de las
no podemos reconocer ning una intención.
concesiones adm inistradas con c uentag ota s, p rincip almente tra­
También nuestro interlocutor de neg ociación estará refle xio­
tándose de la im p ortación de productos ag rícolas, p ero el mismo
nando de forma muy parecida des pués de haber leí do este libro y,
procedimiento también se aplica para el logro paulatino de los ? b­
por tanto, podremos llevarlo hacia una determinada dirección
j etivos p rop ios. En lug ar de atacar frontalmente a la otra parte e im­
mediante una elaborada secuencia de los pasos q ue d amos. D ebe­
poner inmediatamen te gran p arte de las pro pias expectativ�s, éstas
ríamos agotar p or com pleto e ste medio tan eficiente del análisis
se desglosan en p orciones casi im perce ptibles. Estas pe quenas me­
de la comunicación.
tas intermedias son mucho m ás fáciles de log rar y en algún momen­
to se suman para con formar un obj etiv o sup erior . En este sentido,
Tabla 2.3. Patrones de concesiones
la táctica del salame viene a ser algo así como minar lentamente la
posición del contrincan te . P or ej em plo, acordamos un com plicado
Negociador 1 2 3 4 5
negocio con un vendedor de comp utadoras en el que y a hemos
conse guido la m áx ima rehaj a p ara todas las uni dades ( se trata de
Concesión 1 o 100 60 200 50
una red local par a seis pue stos de trabaj o). En el último momento Concesión 2 o 100 70 150 o
nos aventuramos todavia: a exig ir del comer ciante, y a algo ene rva ­ Concesión 3 o 100 90 100 430
do , un pa q uete de software como último an adido. Con tal de n? po­
ner en p elig ro el pedido en su conj unto, el vendedor a cabara por
Concesión 4 o 100 120 40 o
_ Concesión 5 500 100 170 10 20
agregar el software, cosa q ue j amás h ubiese h echo si de s de el prin­
cipio hubiésemos neg ocia do sobre el paquete com pleto . Total 500 500 500 500 500

Poder de negociación
Atención a los patrones de conducta
Un elemento im portante en la lucha por divi dir el todo es el
Otro medio auxiliar para dirigir la neg ociación consiste en
ba�ance d�l p oder. P ara reconocerlo tendremos q ue comp render
anotar las conce siones hechas por uno m ismo y p or el conten­ ,
pnmero como se crea el poder de neg ociac ión. E ste, en primer lu­
diente y tras pasarlas a una tabla, o incluso en un pequeno diagra­
gar, se crea en cada situación mediante :
ma, como, por ej em plo, en el cas o de la neg ociación s obre dan os y
68 El experto negociador La negociación distributiva
69
• El mayor número de alternativas posibles: cuan�o no se de­
La perspectiva a largo plazo
pende de la conclusión de un contrat� con un mterloc�tor
determinado, se puede amenazar seriamente con la mte­
En el presente capítulo hemos presentado l os fundamentos
rrupción de la negociación (y, acto seguido, incluso optar
esenciales de la conducción de una negociación distributiva. De lo
por retirarse).
. . que se trataba era de repartir, es decir, de conseguir el pedazo más
• Credibilidad e integridad: solamente s1 el negonador goza
grande del todo . En muchos casos, la técnica de negociación que
de credibilidad, se podrá emplear una determinada táctica de
forma tan convincente que se otorgue un control adicional hemos descrito será de mucha utilidad y logrará mejores resulta­
dos. En otros muchos casos, en cambio , no se aconseja ado ptar
de la negociación. El exceso de contradicciones entre lo di-
una postura demasiado dura durante la negociación; no solamen­
cho y lo hecho minan la propia credibilidad.
. te por mantener buenas relaciones, sino más bien por un interés
• Acceso a información: saber es poder, ya se trate del conon­
propio bien interpretado. Primordialmente en el caso de las rela­
miento pormenorizado del adversario (precio de r�serva, es­
ciones comerciales a largo plazo, es importante tener en cuenta
trategia escogida, cantidad y calidad de sus alternativas) o de
los intereses de la parte contraria. �Qué nos aporta una ganancia
las condiciones del mercado (precios habituales, oferta y
para el día de hoy si la perdemos por el resto del aõ.o? Una distri­
demanda, volúmenes de venta y grado de abastecimiento del
bución equilibrada a largo plazo o mejor todavía, una solución in­
mercado).
tegradora que resulte satisfactoria para ambos lados es siempre
• Definición de la situación: aquel que sepa influir hábilmente
preferible ante la pregunta formulada. Pero en otra perspectiva se
en la percepción o en el punto de vista de �u int�rlocuto�,
_ _ plantea: �P or qué deberíamos elegir entre las ganancias a corto y a
podrá dirigir desde el principio la negonanon hana una d1-
largo pl azo cuando podemos obtener ambas cosas? Los siguientes
rección beneficiosa para su propia persona.
capítulos demostrarán cómo lograrlo en la práctica . Pero , prime­
ro, queremos ilustrar este aspecto tan importa nte mediante un
Además, los participantes en una negociación poseen natural­
ejemplo.
mente poder personal mediante:

• Conocimientos especializados sobre la materia y compren­ Ejemplo: Televisores


sión del proceso: quien conozca bien su posición y las carac­
terísticas de lo que se dirime, podrá exponer durante el curso
La producción de televisores, antes orgullo de toda compaõ.ía
de la negociación los mejores argumentos, contrarrestando
electrónica, se concentra hoy en pocas manos. La ofensiva ja po ne­
aquellos que aporte la parte contraria.
. . sa de fabricación y exportación aplicada a través de muchos an os,
• Legitimidad y autoridad oficial: las credennales ofinales son
ha sido un éxito tal que Estados Unidos ya no cuenta ni con un
algo que la otra parte no puede negarse a mostrar, aun�ue
solo productor importante de aparatos de televisión. En Euro pa
únicamente en el ámbito correspondiente de competennas,
que en ocasiones es bastante restringido . �an sólo se han mantenido las multinacionales Philips (Países Ba­
J os) y Thomson (Francia). Sin embargo, incluso estas empresas
• Derecho de impartir recompensas o sanciones: ya sea for­
compran hasta un 80% de las piezas y compo nentes que necesi­
malmente o no, quien pueda sancionar a los demás por su
tan, en Malaisia y Singapur, cuyos productores de semiconducto­
comportamiento detentará poder sobre ellos.
. res también abastecen con sus piezas alJapón, donde igualmente
• Renombre y respetabilidad: una posición social prommente
los televisores se fabrican, en gran parte, con piezas import adas.
confiere respaldo social y refuerza la posibilidad de ejercer
L�s grandes compaõ.ías euro peas del sector gozan de un poder
presión.
cons1derable de negociación frente a sus suministradores del su­
deste asiático, pero una presión exagerada sobre l os precios hacia
70 El experto negociador La negociación distributiva 71
Cuaclro 2.3. Dependencia est ratégica de los distribuidores de MUSASHI, Miyamoto, El Libra de los Cinco Anillos (Título original:
televisores europeos de los productores asiáticos Go
Rin no Sho, 1945), Woodstock, NY: Overlook Press, 1982
.
PoRTER,_Michael E., C�mpetitive Stra�egy: Techniques forAnalyzing Jn­
dustri:s �nd Competztors (Estrateg1a Competitiva: Técnicas
. para
el anahs1s de las empresas y los competidores), Nuev

1
a York:
Europa Japón EE.UU. The F ree Press, 1980.
TV sets
Phillips SuN Tzu, ElArte de la Guerra (título original: Sun-Tzu BingFa, 490
a.

..
Thompson C. aproximadamente), London: Hodder & Stoughton,
1981.
•• - componentes de WALL,James A., Negotiation: Theory and Practice (Negociación:
teo­
• • - semiconductores ría y p ráctica), Londres: Scott, Foresman
& Co., 1985, 14-15.
95-98%

.
80%
compo-
nentes - • Malaisia
compra- Singapur
dos costas ,- Tailandia
,-

la haja revertiría, tarde o temprano, en ellos mismos. Philips y


Thomson tienen gran interés en que sus proveedores puedan tra­
bajar obteniendo beneficios. Su bancarrota, como podría suceder
aumentando la presión sobre los precios por parte de Europa, les
haría caer con seguridad en brazos de la competencia japonesa. Si
éstos se convirtieran en abastecedores y competidores al mismo
tiempo, repercutiría negativamente en la situación estratégica de
los productores europeos. Con un margen de ganancias de tan sólo
un 2-5%, un leve incremento de gastos equivaldría al final de los te­
levisores europeos. Para los japoneses representaría la ocasión de
eliminar definitivamente del campo de juego a la competencia eu­
ropea mediante una subida de precios. La negociación dura con
los suministradores actuales sería, por tanto, para Philips y Thom­
son un éxito táctico, pero al mismo tiempo un suicidio estratégico.

Bibliografia de este capítulo

VON CLAUSEWITZ, Carl, Vom Krieg (Sobre la Guerra). Reinbeck/Ham­


burg, Rowohlt, 1987.
HALL, Edward T., The Silent Language (El lenguaje silencioso),
Nueva York: Anchor Press, 1973.
3
Las necesidades y la motivación

La ambición, comercial o personal, es el inicio de cualquier


negociación. Una de las partes quiere lograr algo de lo que no
dispone, sino 2para qué negociar? Muchas veces, como en el caso
de una compra o venta, puede vislumbrarse claramente el moti­
vo. También en ese caso surgen las diferencias desde un principio
2Con cuánta premura pretende comprar o vender el otro? 2Tiene
más alternativas? La distribución dei poder de negociación de­
pende, en gran medida, de las respuestas a estas preguntas. Siem­
pre detenta más poder la parte que dispone de mayor tiempo y
opciones, esto es obvio, pero dicho poder no abarca en absoluto
toda la envergadura de la influencia que pueden ejercer los de­
seos y las necesidades de los participantes en el transcurso y el tér­
mino de una negociación. Si se logran detectar correctamente y
posicionarse respecto a las necesidades de la otra parte, se abrirá
el camino de trânsito desde la simple negociación distributiva
hasta el intercambio mutuamente satisfactorio. De este modo, la
negociación se ampliará, extendiéndose de un tema (como pue­
de ser el precio) a otros aspectos (los demás deseos); desde el
punto de vista de la conducta, oscilará desde la confrontación ha­
cia la cooperación. No obstante, para que este tipo de intercam­
bio sea eficaz, ambos lados tienen que denotar deseos aún insatis­
fechos, ya sean auténticos o creados para tal fin. La interrogante
que se plantea es la siguiente 2El otro estará interesado solamen­
te en el objeto principal de la negociación o tendrá ambiciones
adicionales?
Las necesidades y la motivaci,ón 75
74 El experto negoci,ador

Cuadro 3.1. Negociación en el campo de tensión vive preocupado por su alimentación, cuando es escasa. Sin em­
de las necesidades, asuntos y posiciones bargo, si dispone de alimento suficiente y regular el hambre ya no
supondrá una motivación significativa. » Partiendo de esta premi­
sa, puede establecerse una jerarquía de necesidades humanas, or­
denadas de forma descendente hasta las de supervivencia. Maslow
dividió estas necesidades en cinco categorías, que representó gráfi­
camente en forma de una pirámide jerárquica (cuadro 3.2.).
Conducta
Cuadro 3.2. La pirámide de las necesidades (según Maslow, 1954)
Necesidades
La pirámide de las necesidades Ejemplos de cómo se puede satisfacer
de Maslow las necesidades en una fegociación

Autorrealización Retos profesionales, responsabilidad,


Utilizar plenamente el participación en la búsqueda de
Una preparación meticulosa, la observación atenta y las pregun­ potencial propio mediante el soluciones.
tas hábiles antes y durante la negociación o aún mejor, en el curso uso de los talentos creativos.
de una cena conjunta, pueden dar rápida respuesta a esta pregun­
Reputación, estatus y Reconocimiento mediante títulos
ta. Naturalmente, se precisa un mínimo de conocimiento humano
reconocimiento honoríficos, rendición de honores,
y sensibilidad hacia el otro, así como un poco de imaginación. Ha­
Méritos profesionales, tapiz rojo, puesta a disposición de
bitualmente, las motivaciones más urgentes no suelen guardar ne­ reconocimiento, prestigio. símbolos de estatus (coche con chófer).
cesariamente relación con la negociación, por lo que hay que colo­
carlas primero en el contexto correcto. La misma actuación es Necesidades sociales Recepciones, entretenimiento,
aplicable a los valores, es decir, aquello que mi interlocutor y yo Amor, pertinencia, participación en la vida social,
consideramos bueno o malo, ético o amoral, correcto o falso. Una reconocimiento como huma­ uso dei primer nombre
vez que hayamos detectado perfectamente los verdaderos intere­ no y miembro dei grupo; amor. (EE.UU. y colegas ingleses).
ses, necesidades y valores de nuestro interlocutor, se planteará la
pregunta más importante de todas �De qué manera utilizarlos en Necesidades de protección y Protección personal, en caso
nuestra negociación y que sea en lo posible beneficioso para am­ seguridad necesario: coche blindado con
bos? El presente capítulo presenta algunas respuestas. Protección contra los guardaespaldas, alojamiento y
peligros, salvaguarda contra negociación en un lugar seguro.
el temor y la inseguridad.

�Qué es lo que necesito? Necesidades básicas Aprovisionamiento de alimentos y


Satisfacción de necesidades bebidas de forma regular y de buena
En primer lugar, todo el mundo tiene necesidades de cosas vita­ vitales: aire, agua, alimento, calidad, aire acondicionado en el
les tales como aire, agua y alimento, ya que sin ellas no podemos so­ alojamiento y sexo. trópico o en verano, regalos
brevivir. Igualmente es fundamental nuestra necesidad de tranqui­ (monetarios), compaõía nocturna.
lidad, ropa y vivienda, asimismo de sexualidad. Solamente cuando
se hayan satisfecho estas necesidades básicas, tal como expone el Aceptando este modelo, no se puede lograr el eslabón superior
psicólogo social Maslow (1954), el hombre se vuelca hacia otros sin satisfacer en forma regular las necesidades de los niveles infe­
deseos menos apremiantes. Según McGregor (1960): «El hombre riores. Por otra parte, los deseos ya satisfechos pierden su impor-
76 El experto negociador Las necesidades y la motivación 77
tancia en la conducta de la persona en cuestión. Según este con­ to como persona. El respeto, el estatus, una buena reputación, los
cepto, es de importancia decisiva conocer el eslabón en que se si­ objetivos situados en este nivel tienen muchos adjetivos, pero to­
tuaría la persona. dos ellos resumen algo en común: ser respetado por los demás ele­
Según Maslow, el segundo nivel corresponde a la necesidad de va nuestra autoestima, que es el motor verdadero de los múltiples
protección y seguridad. Las personas quieren tener garantizada su esfuerzos aplicados para lograr reconocimiento. Nos sentimos
alimentación el día de mariana y no sentirse amenazadas. Se trata mejor al haber tenido éxito y cuando por ello nos ascienden pu­
de aminorar sus temores ante un futuro incierto. Esto, sin embar­ diendo adquirir un coche nuevo o una vivienda más amplia. El di­
go, no significa que todo el mundo anhele tener una vida exenta de nero y el poder desempeiian un papel importante en ello, puesto
riesgos. Cada humano tiene una noción diferente del riesgo que que nos confieren prestigio.
puede afrontar en su vida. Una vez franqueado este umbral perso­ Por supuesto que no todos consideran importante demostrar
nal de riesgo, la seguridad se convierte en una motivación signifi­ abiertamente su alto nivel de vida o la importancia de su posición
cante. Si lo transferimos hacia las nociones de la vida cotidiana, en profesional por medio de los símbolos de estatus. En todo caso, in­
este plano figuran unos ingresos asegurados, la seguridad del pro­ cluso un modesto patrimonio, gestionado por una entidad banca­
pio lugar de trabajo o un trato justo por parte de los superiores. Por ria suiza, proporcionará cierta satisfacción y autoestima a su pro­
ejemplo, sentirse a merced de un poder arbitrario constituiría una pietario, aunque no lo vea el vecino.
vulneración de la necesidad de protección. En este sentido, este ni­ A un nivel superior, es decir, en la pirámide de la jerarquía, en­
vel apunta, a su vez, hacia el nivel inferior de las necesidades vitales, contramos motivaciones personales parecidas que, no obstante, ya
sólo que, en este caso, la amenaza no es tan inmediata. no hacen referencia a la sociedad, sino exclusivamente a la propia
Una vez que está asegurado el bienestar físico en el momento y persona. Ya no es el grupo la medida, sino el propio potencial in­
durante un tiempo previsible, entonces, según la teoría de Mas­ dividual. Llegado a este eslabón de necesidades, el hombre anhela
low, las necesidades se dirigirán hacia el entorno social. Todos la autorrealización más completa posible. Pretende lograr todo
quieren entrar en contacto con otras personas, vivir la amistad, el cuanto pueda hacer y tal vez incluso más. Quiere evolucionar
amor y ser aceptados por los demás. Precisamente es la pertenen­ como persona, si es posible, transgrediendo sus propias limitacio­
cia al grupo lo que se define como un objetivo importante, que es nes e incluso la muerte. Desearía poder dejar un signo de su vida
perseguido por todos los humanos, de forma consciente o incons­ que tenga permanencia y que dé fe de su estancia en la tierra, un
ciente. Incluso el más tenaz individualista y egoísta quiere perte­ mensaje para las generaciones venideras. Tampoco estimaría de
necer a algún círculo, aunque sólo sea al hipotético admitido de más un monumento, pese a que éstos suelen derribarse a los po­
los individualistas y egoístas más tenaces. Las expresiones indivi­ cos anos. El público al que se dirige esta autorrealización definiti­
duales de la necesidad de relaciones sociales son múltiples, siendo va diverge mucho según el caso, desde el propio ego hasta Dios to­
más explícitas en determinados ámbitos culturales que en otros. dopoderoso. Por tanto, las necesidades a este nivel varían mucho
EnJapón, por ejemplo, el individuo no goza de consideración, en de una persona a otra, aunque también tienen algo en común y es
el grupo encuentra su identidad. Pero también en las sociedades que responden, en cada caso, al objetivo vital de la persona en
determinadas por el desarrollo personal de cada cual, como pue­ cuestión. Por eso conviene tomarlas muy en serio.
den ser Estados Unidos, a nadie le agrada quedarse solo durante
mucho tiempo. No es en vano que la prisión en aislamiento se
considera una tortura en todo el mundo. Insomnio en Kuala Lumpur
El próximo paso a considerar, tras la participación en la so­
ciedad, está en el cuarto nivel de la pirámide de necesidades, es el Ahora bien, �cómo aplicar la jerarquía de las necesidades de
anhelo de desempenar un papel destacado para que el reconoci­ Maslow a la conducción de negociaciones? Empecemos por abajo,
miento de los propios méritos y capacidades siga al reconocimien- tal vez con la necesidad de tranquilidad y sueiio. El encargado de
78 El experto·negociador Las necesidades y la motivación 79

compras de una mediana empresa del ramo de la electrónica está negociaciones se prolongan durante varios días sin que cesen los ti­
de viaje laboral en Malaisia, donde debe negociar un nuevo con­ roteos nocturnos. El ingeniero, casado y feliz, termina por pregun­
trato de suministro para determinados semiconductores. El hom­ tarse si realmente vale la pena arriesgar su vida por ese negocio. La
bre está en plena forma y llega a Kuala Lumpur en sorprendente­ central queda lejos y mediante una considerable reducción sobre el
mente buen estado considerando la actualidad de la sofocante precio habitual, el camino hacia el aeropuerto queda expedito al
estación del monzón. Se le recoge puntualmente en el aeropuerto día siguiente, incluso hubiese estado dispuesto a agregar concesio­
y se le instala en el hotel. Allí está en reparación el aire acondicio­ nes parecidas por obtener un guardaespaldas o custodia policial. Su
nado, de modo que la habitación, en general bastante acogedora, interés preponderante ya no es el contrato, sino su seguridad perso­
se parece más bien a una sauna. Nuestro hombre de Düsseldorf, nal, un hecho que, dando por supuesto que lo conocía, fue aprove­
afectado por el cambio de horario, no consigue dormir en toda la chado hábilmente por el interlocutor colombiano.
noche. Al día siguiente no es capaz de concentrarse plenamente Estos dos ejemplos, ciertamente extremos, demuestran clara­
en la negociación, dando a conocer inadvertidamente informa­ mente cuán importante puede ser un entorno adecuado para el
ciones importantes. El gerente de la empresa suministradora, pre­ éxito de las negociaciones. No siempre tienen que estar en juego
ocupado, pregunta por el bienestar del comprador y se queda las pesadillas tropicales o las revueltas a mano armada, en ocasio­
prácticamente consternado por la respuesta sincera. Le pide miles nes y según las personas, basta con una cama con muelles defec­
de disculpas y se ocupa personalmente de encontrar un aloja­ tuosos o con el goteo incesante de la ducha del hotel de Francfort
miento adecuado, lo cual no resulta ser tarea fácil en plena tem­ para llevarnos al límite de la desesperación.
porada de ferias. jCuán grande es su alivio al encontrar, finalmen­
te, una habitación en el Hilton! El comprador le queda tan
agradecido que se siente obligado a adaptar una postura muy con­ Vino chileno en Tashkent
descendiente durante el resto de la semana.
�Prepararon deliberadamente los suministradores esa situa­ Casi tanta importancia como el bienestar físico puede tener la
ción tan desfavorable con el fin de obtener ventajas o para asegu­ necesidad de relaciones sociales, mucho más si se está negociando
rarse la buena voluntad de su huésped? jDepende del comprador en un país extranjero. Tras algunas semanas en el Tashkent inver­
descubrir los verdaderos motivos! nal, cem un clima helado, comida desconocida y un idioma ininte­
ligible, la invitación a comer un plato conocido o tal vez incluso en
companía de personas de la misma nacionalidad o que hablan el
Disparos en Bogotá mismo idioma, puede hacer milagros en algunas situaciones. En
el curso de la conversación cede rápidamente la tensión perma­
Visto el caso precedente, la situación de su colega del departa­ nente causada por el entorno desconocido y a más tardar cuando
mento de ventas es aún menos envidiable, su cometido consiste en llega el plato conocido con un buen vino o una espumosa cerveza
ofrecer al Gobierno colombiano un sistema de distribución de agua castiza, se habrá creado una atmósfera de alivio y confianza. Esto,
potable para la capital. La situación en Bogotá es algo tensa, un co­ en la mayoría de los casos, pretende ser un gesto amable por parte
nocido periódico de Z úrich acaba de informar sobre el secuestro de del anfitrión, preocupado por crear una buena atmósfera de nego­
un gerente francés. El hotel, pese a ser confortable, está obviamente ciación. Pero también puede ser y puede ocurrir así, una opción
mal situado, pues durante la noche se escuchan disparos y sirenas maquiavélica. El huésped se despoja de toda reserva, sincerándo­
de coches de policía. El vendedor no es timoratoy está más o menos se con el paisano, quien en realidad colabora con la parte antago­
acostumbrado al ruido de los disparos por las maniobras milita­ nista de la negociación. Por simple ética, el deseo de relaciones
res vividas en sus tiempos de oficial en el ejército suizo, de modo que personales no debería utilizarse en detrimiento de la capacidad
se protege los oídos con algodón e intenta dormir. No obstante, las profesional de un interlocutor. Esto equivale a servirse de la hospi-
80 El experto negociador Las necesidades y la motivación
81
talidad de una forma e specialmente coartiva. Quienes se ven fre­ nando. Por cierto, el trato de preferenc
cuent em ente obligados a viajar sabrán v alorar la hospit alidad au­
ia que se da a los altos hués­
p_edes dei ámbito e_conómic y polític
? o cumple una función
téntica y sincera de sus socios de negoci o. Ade�ás, sólo se puede cida, �quel para qm en se extiende con pare­
tinu am en te la alfombr
engan ar una vez a cada persona. A l os negoci�dores q�e deba� a r oja
no qui_ ere tampoco d ar la impresión d
cultivar Ias rel aciones a largo plazo no les conviene considerar si­ _ e ser m ezquino y, por
tan to,
esta disp uesto a retribuir los
honores.
quiera esta posibilidad. Por el contrario, la satisfacc�ón de las nece­
sidades sociales puede contribuir a una buena atmosfera de nego­
ciación, l o q ue, naturalmen te , no deb ería llevarse ai ex trem o de Objetivo vital en Reikiavik
ofrece r ai interlocutor un(a) compaiíero(a) am able por l as no­
ch es, aunque precisamente es este tipo de servicios el tem� reitera­ El r; sult�do de las cumbres tien
e una importan cia p
do de Ias películas sobre el big business (los grandes nego�ios) y los arecida,
_ r
p_e o aun mas :�tensa, para los jefes d
e estado y de gobiern o
servici os secretos. Pero un interlocutor av ezado apreciara cuando, cipan tes. Sen tiran verdade
p a rti­
ra vergüenza ai llegar a casa con
tras Ia correspondiente invitación, se l e hable cortesmente e�­ nos vacías (cosa que, lamentablement I as ma­

pleando su nombre de pila, presentándose sí mismo (y a los ami­ cia � uando l as neg ociacio
e, suele ocurrir con frecu en­
nes previas se hayan quedado
gos propios) de la misma manera, a ser posible en un rr_iarco de at­ co r tas
debido ai trasfondo político). El dese
o de autorrealización
mósfera distendida. E sto crea una base de confianza importante este caso, p uede desempe
, en
nar un papel decisivo. Acordém
de Ia que se aconseja no abusar en previsión de los avatares que por _eje1?plo, de Rea a , Presidente ono s
puede presentar el proceso de negociación que se va a establecer. � � de Estados Unidos, quien s�
habia fu ado como obj etivo personal
la reducción de los ars
de armamento n uclear (Kissinger, enales
1994). Aunque fracasó en este
aspecto en la cumbre de
_ Reikia vik de 1986 (convirtiéndos
Promoción de carrera en Ginebra riormente en uno de los más grande e poste­
s armamentistas en Ia histo ria
de _ EE.UU.), ai ?1en _ os pudo vivir, ya tran sc urrid o su
Incluso los niveles superiores de la pirámide de necesidades son lativo, el cumph mien to
períod o l egis­
de otro sueiio m undial: Ia ca ída
a veces significativos para la conducción de negociacio�es. Nues­ de Berlín en 1989. dei m uro
tra próxima interlocutora en las negoci aciones _inte �m_ mables de AI parecer, la n ecesidades esta
Ginebra es unaj oven diplomática de un estado aun masJOven. Esta � blecidas y j erarquizadas por
Maslow desempenan un efecto
considera ble en la co
vez, supongamos que se trate de la protección y_ven�a d e derechos mana. L� mism o se aplica a las neg nducta h u­
oci aciones, q ui en es co
de propiedad intelectual. Presentimos que el termmo de esta ne­ las necesidades de la n oz can
otra parte (además de
gociación va a ser importante para ella. D urante_ el almuerzo, en 1� puesto), tendrán una ventaj a in Ia s propias, por s u­
compara bl e.
terraza de la Organización M undial dei Comerc10 (OMC), un ar:n­
go diplomático nos cuenta de pasada qu� otros estados de taman?
e historia comparables hab rí an promocionado con mucha celen­ jCuidado con las manipulaciones
dad a los negociadores más destacados en Ginebra, enviándolos a !
Ias embaj adas importantes. Podríamos, pues, hacerle un g�an �a­ Es necesario hacer una adverte
ncia ai respecto. La teoría de
vor personal a la joven colega ai erigiria, ai menos en apanencia, � aslow e�puesta l!neas arriba es m u
como ganadora deslumbrante . En caso de que no nos agrade, o no
y clara e impactante y ha ejer­
ndo una mfl uencia enorme
en la investigación de
nos convenga, su posición en la negociación, ai menos la apoyar�­ ciencias socia­
�es. �u� ante t�d? e_n la gestión empresarial d nde fue
mos para que sea elegid a como presidenta �e _I� sesión, un cometi­ l maximo la piramide de ne _ � expl otada
cesidades p ara aplica ria
do prestigioso, pero que no ofrece gran posibih dad de defe�der la de recursos humanos, de en la gestión
duciendo de ella una seri e de a
posición nacional propia. De este modo, ambas partes saldnan ga- vas. Las publicaciones ltern ati­
posteriores (como son las d e Mü
ller, 1985)
82 El experto negociador Las necesidades y la motivación 83

han destacado con razón que Maslow dibuja un cuadro demasia­ una hora de conversación algo desagradable, pero el colaborador
do mecánico y pasivo del hombre. En lugar de seguir su propia acabaría accediendo a regaií.adientes. Sería, pues, una solución
identi dad, mucho más compleja, el hombre, según Maslow, no ha­ posible. Pero también existe otra mucho mejor, conocer los moti­
cía más que reaccionar ante las necesidades predeterminadas que vos de una exigencia tan repentina. El director de la sección esta­
están configuradas mediante un patrón muy simplista. De tal ría en condiciones de satisfacer con mucha mayor elegancia las
modo, se transmitía la impresión de que las personas son suscepti­ necesidades de su directivo con otros medias. En una conversa­
bles de manipulación mediante la consciente satisfacción o nega­ ción amable podría descubrir rápidamente los motivos. (Son los
ción de sus necesidades. Incluso si esto en parte fuera cierto, esta altos gastos de educación de sus hijos lo que le preocupa? En tal
forma de proceder en la negociación no podría constituir un ins­ caso, podría ofrecérsele un 10% de aumento salarial y adicional­
trumento adecuado de dirección. mente, un suplemento de seguro, transporte o de gastos de estu­
Ciertamente, esta crítica no carece de fundamento. Deberíamos dio. (O se trata acaso de la necesidad de reconocimiento social?
tomada en serio también en el ámbito de la negociación y no mal in­ Entonces, los medias adecuados serían una generosa cuenta de
terpretar el concepto de las necesidades de Maslow como recopila­ gastos o un coche oficial ostentoso. Posiblemente, el directivo esté
ción de instrucciones para manipular. Tal punto de vista significaría preocupado, ante todo, por su reputación dentro de la empresa.
el conferir a nuestro interlocutor de negociación el papel de coneji­ En este caso, su traslado espectacular a una nueva oficina, con una
llo de indias al que se quiere motivar a adaptar una determinada secretaria particular, vendría a ser una buena solución. Y quién
conducta mediante las zanahorias o los contactos eléctricos. Sin em­ sabe, es posible que el directivo luego no siga insistiendo siquiera
bargo, conviene mucho que nos demos cuenta de cuando la otra en un aumento salarial. Esto saldría barato para la empresa, y el
parte adapte tales tácticas, nada podrá debilitar más su posición que efecto motivador de un ascenso en categoría tan ostentoso podría
el hecho de haber sido descubierto al emplear una argucia. incluso ser mayor. De tal forma, ambas partes estarían satisfechas.
En cuanto a nosotros, deberíamos utilizar nuestros conoci­
mientos acerca de los posibles móviles de nuestro interlocutor más Cuadro 3.3. Negociación de un aumento de sueldo
bien para acceder a sus deseos en aquellos ámbi tos que más impor­
tancia tienen para él. Tal vez podamos satisfacer un deseo urgente
con mucha facilidad y sin grandes sacrificios para obtener, en com­
Director de productos ------ .. Jefe dei departamento
Necesidad de Demanda Oferta
pensación, aquello que para nosotros sea importante. De tal modo
se habrían beneficiado ambas partes. Un ejemplo sencillo es la si­ 8 Motivación: (poco efecto motivador)
guiente negociación acerca de un incremento de sueldo. Educación de hijos
+ 10%
+ 10% + Compaiiía da
subsidio de seguro,
Ejemplo: Aumento de sueldo
transporte o gastos
de escuela
Una buena maõ.ana, el gerente de ventas de productos de toca­
dor de una empresa bastante exitosa, se presenta ante su jefe re­ €) Motivación: (poco efecto motivador)
clamando un aumento de sueldo del 20%. Aunque el jefe se en­ Necesidades personales + 10%
cuentra inclinado a acceder a la petición de su laborioso directivo, de reconocimiento
considera excesivo un 20%, puesto que de propagarse la noticia, + 10% + Cuenta de gastos,
coche oficial u
todos los demás directivos se encontrarían pronto en su oficina oficina más grande
con la m isma pretensión. (Qué hacer? Podría, seguramente, ne­ con secretaria propia
gociar a la haja hasta lograr un 10% de aumento, lo que le llevaría
El experto negociador Las necesidades y la motivación 85
84

�Qué es lo que puedo ofrecer? quisitivo, pero también pueden ser las influencias, las relaciones
personales o los conocimientos especiales los objetivos de intercam­
Hemos visto de qué modo está influída la conducta en la mesa bio. También un comportamiento específico, apreciado por la par­
de negociaciones por los diferentes deseos y necesidades. Cada te contraria, puede servir muy bien a tal fin, como ya lo hemos visto
persona ofrece una combinación distinta de necesidades (v. cua­ en el ejemplo, real o imaginado, de la alfombra roja siempre tendi­
_ da. Cuanto mejores son nuestras informaciones sobre las necesida­
dro 3. 4.). Una vez conocido este marco personal, la mutua sat1sfac­
ción de deseos puede convertirse en un negocio de intercambio des y motivaciones de la parte contraria, tanto mayor será la efecti­
rentable. El respeto y la reputación a cambio de seguridad, necesi­ vidad con que podremos plantear nuestra negociación, tendremos
dades básicas a cambio de integración social; la autorrealización a la posibilidad de seleccionar aquellas cosas que nos permitirán lo­
cambio de una conclusión razonable. El juego resultante de dar y grar nuestro objetivo con el mínimo de cesiones. También en este
recibir hace que los puntos conflictivos en la lucha distributiva, aspecto, una planificación esmerada será el secreto del éxito.
paulatinamente pasen al segundo plano. De este modo, la negocia­ El siguiente apartado representa un medio sencillo, pero efi­
ción saldrá del callejón sin salida de la distribución para tomar una caz, para tal cometido.
evolución beneficiosa para ambas partes. En términos del presente
libro, la negociación distributiva se convertirá en integradora, de
la que hemos de ocupamos aún más detenidamente en el próximo Una boja de planificación
capítulo.
En mayor medida que en las otras fases de la negociación, es im­
Cuadro 3.4. Satisfacer las necesidades de la otra parte portante anotar las reflexiones y averiguaciones importantes en el
momento de la preparación. Incluso cuando este paso no alterara
Necesidades
la situación, sí contribuirá a una comprensión más clara. La hoja
(de Maslow, 1954) de planificación representada en el cuadro 3.5. ha demostrado ser
un instrumento útil en la preparación. Este formularia, que es fácil
de cumplimentar, resume los factores determinantes más impor­
□ __________Reputación ________________________ _
tantes de ambas partes. La enumeración empieza por las necesida­
des y los deseos. Pueden ordenarse y denominarse en base a la im­
1 ______ Formar parte_de la sociedaç!
portancia de las necesidades que hemos presentado, por ejemplo
protección, prestigio o autorrealización. De todas estas necesida­
D ____ Seguridad____________________________
des, una vez detectadas correctamente, pueden derivarse fácil­
__Ne::cesidades básicas_____________
mente objetivos más concretos. Éstos, de acuerdo a las necesidades
Negociador B
Negociador A arriba mencionadas, podrían ser garantía de seguridad, más sím­
bolos de estatus o retos profesionales. Objetivos que se convertirán
Sin embargo, un negocio de intercambio no sólo presupone el en posiciones más precisas de negociación como, por ejemplo, dos
conocimiento detallado de los deseos de cada parte, sino también la guardaespaldas y un coche blindado, todos los viajes de negocio en
capacidad de satisfacerlos. Para ello, ambas partes precisan de una primera clase o la dirección de un determinado proyecto. Y final­
cantidad suficiente de objetos o concesiones que puedan ser de va­ mente, ya que no siempre puede obtenerse todo sin dar algo a
lor para el otro. Antes de intercambiar tendremos que preguntar­ cambio, la hoja de planificación enumera también aquellas cosas
nos �Qué es lo que tengo para ofrecerle? La lista de las posibles res­ que en contrapartida podemos ofrecer a la otra parte, denominan­
puestas es interminable y depende por completo de las necesidades do estas ofertas tangibles e intangibles. Para reducir al máximo el
del otro. En el caso más sencillo se trata de patrimonio o poder ad- coste de nuestros deseos, ordenaremos nuestras concesiones por
El experto negociador Las necesidades y la motivación 87
86

intensidad de esfuerzo, pr imero las más sencillas, lueg o las más du­ con otra y así, poco a poco, obtend remos un cuadro cada vez m ás
ras y así suc esiv amente ir ascendiend o p or la escala. completo de la situación. Una vez que conozcamos o intuyamos la
Queremos destacar dos características especialmente úti�es de motivación esencial del interlocutor, conoceremos también los ali­
nuestra hoja de planificación. En el gráfico se ha marcado pnmero cientes con los que podam os alentado a llegar a un acuerd o. Para

el área que queda patente en la mesa de negociación, consistente una buena negociación, necesitamos que nuestra oferta pueda
en las po sic iones y po sibles ofertas de amb as p artes � esarrolla�as mover al otro a ad optar un acuerdo beneficioso.
_ El siguiente ejemplo, procedente de un bufete de abogados,
mediante la conversación distendid a. Una vez conclmda con ex1to
la fase de preparación, sólo tendremos que concentrarnos en esa nos mostrará la aplicación práctica de la hoja de planificación.
pequena área, pudiend o relegar todo el resto al segundo plan?.
Esto aliviará nuestro cometido en la negociación. Además, la h oJ a
de planificación n os ayudará a detectar las intenci�nes de 1� parte Ejemplo: El bufete de abogados
contraria. Conocem os con precisión nuestras p rop1as neces1dades
y objetivos que han forjado nuestra posición y aunq�e no con?zca­ Los senores Dupont y Blanc son propietarios de un pequeno,
mos los de la parte c ontrar ia, moviéndonos en la h oJ a de plamfica­ pero influyente, bufete de abogados en una d e las grandes ciud a­
ción h acia el extremo super ior derech o p odemos llegar a conocer des francesas. El senor Dupont es el fundador y socio mayoritario
y anotar, en primer lugar, los objetivos del interlocuto� mediante del estudio jurídico, que en la actualidad recibe un volumen de
deducción de sus posiciones. El concepto de las neces1dades pre­ ganancias de aproximadamente un millón de francos fra nceses
sentado en este capítulo no s ayudará a delimitar seguidamente y (FF) anuales. Por tanto, él recibe un porcentaje del 80% de las ga­
también a anotar los deseos y motivacio nes más fundamentadas de nancias, ftj ado contractualmente. El restante 20% corresponde al
la parte contraria. De tal modo, que una pieza del mosaico se junte senor Blanc, un abogado joven y comprometido, quien hace sólo
tres anos ha entrado a formar parte del bufete. Ambos juristas tie­
Cuadro 3-5. Hoja de planificación para preparar una nen éxito y su estudio jurídico está bien considerad o, pero última­
negociación mente un grupo de abogad os recién licenciados está iniciando la
competencia a su posición en el mercado. El trabajo conjunto en­
Otraparte
Nuestraparte tre los senores Blanc y Dupont no siempre fue fácil. Dupont ha
Necesidades Necesidades sido formado después de la guerra y su postura frente a la profe­
1.
1.
2.
sió � y a su socio está acunada por los valores conservadores y un
2. esulo autoritario de dirección. Aparte de sus peculiaridades perso­
3. 3.
4. 4. nales, los dos socios mantienen a veces fuertes disputas acerca de
Posición de Objetivos la interpretación correcta de los textos legales. La sociedad se ha­
Objetivos Posición de
negociación negociación bí_ � co�f�rmad o al h aber ofrecid o el j oven Blanc una parti cipa­
1. 1. 1. 1. oon mm1ma en efectivo al Senor Dupont, quien, a su vez precisa­
2. 2. 2. 2. ba un aporte financiero y aceptó. Blanc, que procede de una
3. 3. 3. 3. família de nuevos ricos y políticamente influyente, había e legido
4. 4. 4. 4.
el bufete de Dupont porque éste se encontraba bien establecid o y
Activos Activos porque disponía de excelentes relaciones con el Gobierno fran­
1. 1. cés. El senor Dupont h abía d es empenando un pa pel importante
2. 2.
en_ la resistencia francesa y aquello permanecía en la memoria pa­
3. 3. _
4. 4. ns1�a. Blanc, a través de tales contactos políti cos esperab a tener
meJ ores oportunidades en su futura carrera como abogado.
88 El experto negociador Las necesidades y la motivación 89

Ahora pasemos al meollo de la cuestión. Ambos abogados es­ encargo gubernamental, ya que esto podría facilitarle la recomen­
tán trabajando para clientes importantes y se encuentran sujetos a dación para un puesto en el próximo gabinete ministerial. Por
una fuerte presión de tiempo. El éxito de ambos procesos decidirá otro lado, no le gustaría prescindir para ello del valioso apoyo de
si estos clientes encargarán al bufete otros casos posteriores o si és­ la família Blanc, políticamente influyente. Igualmente útiles resul­
tos se perderán. tarían también los nuevos contactos de Blanc con las empresas
El seiíor Dupont ha sido contratado por altas autoridades del multinacionales, principalmente en el terreno de la telecomuni­
Gobierno para la revisión de las regulaciones legales francesas en cación. Por tanto, debería estar sumamente interesado en llegar
el ámbito de la telecomunicación, así como para la presentación a una solución de acuerdo con su joven socio, pese a las diferen­
de propuestas para una reforma. Ya se ha ftjado la audiencia co­ cias. Él haría eso: a cambio de sus relaciones con la televisión,
rrespondiente para dentro de cuatro semanas y para entonces ha­ adaptaría su estilo personal de trabajo y hablaría de una dis­
brá que tener finalizado gran parte del trabajo. El encargo, previ­ tribución más igualitaria de las ganancias. En caso de alcanzarle
siblemente generará honorarios por unos 100.000 FF. realmente la llamada desde París, la separación de su socio junior
Blanc tiene que observar un plazo similar, pero su cliente es no sería para él un impedimento mayor, siempre y cuando la fa­
una multinacional que afronta una querella por ejecución morosa mília de éste no intentase perjudicar su carrera política por moti­
de un proyecto de edificación por parte del Ministerio de Cons­ vos de venganza.
trucción. La multinacional ha prometido pagar unos honorarios
de 200.000 FF, así como, en caso de lograr el éxito, la transmisión Cuadro 3.6. Hoja de planificación para la preparación de una
de otros casos pendientes. negociación
Ambos encargos son extremadamente importantes para el bu­
fete, pero será imposible concluir los dos con éxito en el plazo dis­ Blanc Dupont
ponible. Ahora se presenta la disyuntiva de cuál será el proyecto Necesidades Necesidades
que acordarán aceptar los dos abogados. l. Reputación. l. Autorrealización.
Ambos pueden presentar buenas razones por las que precisa­ 2. Seguridad. 2. Reputación.
3. Sociedad. 3. Seguridad.
mente su caso es el más importante. A Blanc, cuyo encargo de to­ 4. ...................... 4. . .....................
dos modos aportará más dinero, le gustaría iniciar contactos de
Objetivos Posición en la Posición en la Objetivos
negocios con las multinacionales, cosa que también beneficiaría a
negociación negociación
su família. Ésta, en contrapartida, podría aprovechar sus relacio­ l. Bufete propio. l. Caso de l. Caso de la telecom. l. Nombramiento
nes con el partido gobernante para acercar al Seiíor Dupont al multinacionales. de Ministro.
2. Estatus, 2. Invitación a la TV. 2. Apoyo de la
puesto anhelado de ministro como coronación de su carrera pro­ 2. Encargo
reputación. família de Blanc. gubernamental.
fesional. También es imaginable ofrecer otro negocio de inter­ 3. Aceptación 3. Ganancias: 50:50. 3. Participación 3. Honorario
cambio con Dupont, puesto que éste conoce a la mitad de los di­ social. máxima en elevado.
rectivos del instituto estatal de televisión. Con un par de llamadas honorarios*.
4. ······················ 4. ······················ 4. ······················ 4. ......................
podría, sin mayor complicación, lograr que se invitase a Blanc a
Ofertas Ofertas
una prestigiosa mesa redonda televisada, cosa que éste hasta el l. Relaciones familiares l. Decide el caso a aceptar
momento no había logrado. Tal invitación, así como la conclusión 2. Honorario más elevado 2. Decide sobre las ganancias
exitosa del caso de la multinacional constructora, podrían además 3. Otros encargos a raíz de este 3. Contacto con la TV
4. Contacto con multinacionales 4. Estilo laboral diferente
facilitar a Blanc el montar su propio despacho, cosa que éste ya lle­
va considerando desde hace tiempo dado el estilo autoritario de
su socio y el desigual reparto de las ganancias. Dupont, en cambio, * multinacional
Participación 80:20
tiene ideas muy diferentes. Quiere llevar a un brillante término el
90 El experto negoci,ador

Reconsideremos estas informaciones en la hoja de planifica­


ción arriba representada (cuadro 3.6.). Tenemos ante nosotros los
posibles objetos de negociación y podemos ponderar bastante
bien el transcurso de la negociación de antemano. Se pueden ima­
ginar una serie de posibles intercambios, dependiendo de la ha­
bilidad de ambos abogados, si llevarán a un acuerdo mutuamente
beneficioso. Por supuesto, tendrán que rechazar, pese a todo, uno
de los dos encargos, es el aspecto distributivo. Pero cada uno de
ellos podría, con una multitud de ofertas, convencer al otro de que
prescinda de su caso. Dupont podría tal vez, llegar a ser ministro, y 4
Blanc un abogado de élite, conocido por la televisión. Por el con­
trario, no obstante, también podrían disentir y acabar por disolver
la sociedad. Todo lo que se encuentra entre estos dos extremos La negociación integradora
está sujeto a negociación. AI fin y al cabo, el transcurso de la nego­
ciación y también con toda seguridad su término, dependerá en
gran medida de la motivación que empuje al socio:iefe más pode­ AI principio del libro hemos agrupado la gran variedad de ne­
roso. En caso de que prevalezca el deseo de autorrealización, se­ gociaciones en dos categorías básicas, la distributiva y la integrado­
guirá insistiendo en que se acepte el caso que le fue propuesto, ra. Hemos presentado la distributiva en el Capítulo 2. Es la variante
dado que este encargo gubernamental aumenta sus posibilidades más conocida de la negociación y también es medianamente fami­
de conseguir el anhelado puesto ministerial. Pero en caso de que liar a casi todo el mundo. Por supuesto, también en su caso es posi­
predomine su necesidad de seguridad, entonces más bien cederá ble elevar considerablemente la tasa de éxitos mediante una buena
al socio junior Blanc el caso más lucrativo de la multinacional y preparación y una mejor técnica. Hemos intentado hacerlo, pero
seguirá cediendo a cambio de que las ganancias sigan distribuyén­ si en ello residiese todo el secreto de la conducción de negociacio­
dose mediante la fórmula de 80:20. Nunca se sabe por cuánto nes, este libro estaría dedicado a la técnica del regateo y práctica­
tiempo se permanecerá en el puesto de ministro, pues algunos go­ mente habría concluído. Incluso cuando una u otra variante de la
biernos están en el poder solamente por poco tiempo. distribución y del regateo son parte de toda solución de conflictos,
el arte verdadero reside más bien en que todos los participantes
queden satisfechos.
Bibliografia de este capítulo El presente Capítulo presenta una introducción al concepto
desarrollado en el Capítulo 3 sobre las diferencias en necesidades
MAsLOW, A.H., Motivation and Personality (Motivación y personali- · y deseos, para desarrollar a partir de ello las bases de la negocia­
dad), Nueva York, 1954. ción integradora.
Me GREGOR, Douglas, The Human Side ofEnterprise (La cara humana
de la empresa), Nueva York, 1960.
MüLLER, Werner R., Humanización del trabajo. En: Die Unterneh­ La ausencia de perdedores
. mung (La empresa), 1/ 1985, pp. 48-63.
En una negociación verdaderamente exitosa no existen los
perdedores. Aunque ciertamente exigente, este lema es el hilo
conductor que nos acompaíia en todo el libro, incluso en la vida
real. Consideremos tan sólo nuestras experiencias más desagrada-
92 El experto negociador La negociación integradora 93

bles en cuanto a negociaciones. Serán probablemente aquellas en Cuadro 4.1. De la negociación distributiva a la integradora
las que tuvimos la sensación de que se nos arrebató la victoria
cuando prácticamente ya la teníamos en las manos. Algún colega El vendedor de vehículos crea nuevos
Beneficio valores para el comprador (E )
nos habrá confirmado esa impresión mediante una sonrisa com­ dei vendedor •Llantas de invierno
pasiva. O tal vez, la prudencia nos haya llevado a no contárselo a •Garantía más larga
/ •Segunda inspección gratuita
nadie para ahorrarnos la ironía de los demás. El hecho que lo si­
A nuevos valores _ e _ n_t_o).:... ________
�•_(D_ _es_ cu_

, - - - - - - l::,
__J

gamos recordando hasta el día de hoy, pese a que sólo se haya tra­ � B'
tado de cosas nimias, ya lo dice todo. A nadie le gusta perder, so­ '
'
bre todo cuando no quiere o no puede reconocer la supuesta Soluciones integradoras: B' o C'
superioridad del ganador. Y es que raya en la humillación el he­ Soluciones distributivas: B o C
cho de que un pequeno comerciante o un auxiliar administrativo

f�
F2: , C'
de un departamento burocrático acabe ganando el juego. Tanto El comprador crea nuevos
peor cuando hubiera podido evitarse la toII1a de decisión median­ ; � valores para el vendedor (F)
; é5 •Pago ai contado
te el duelo del ganador único. Pero incluso si lo solemos ganar, : : -. •Accesorios ( techo descapotable)
: : �
puesto que disponemos del poder o de la fuerza persuasiva nece­ : : � •Negocios futuros
: g •Encargos de mantenimiento
sarios, un duelo es una estrategia arriesgada porque la situación F1 : •Aceptación dei plazo de entrega
--�-------------�------- ------ �
será siempre a la inversa y siempre perderán los demás. No obs­ , E 1---- E2 D
'--�--------'--=------+- Beneficio dei comprador
tante, tampoco a ellos les gusta perder y en lo sucesivo nos evita­
rán. Por eso, el enfrentamiento no acaba beneficiándonos a largo
plazo, incluso en el supuesto de que resultásemos ganadores en Parece que el vendedor ya no quiere ofrecernos un precio más
un primer momento, es mucho más satisfactorio para las dos par­ económico, la conversación parece estancada. De pronto, él pro­
tes el conseguir llegar a un acuerdo que convierta a ambos en ga­ pone el aiíadir un juego de llantas de invierno o hacerse cargo
nadores. 2Cómo lograrlo? voluntariamente de un período superior de garantía que la conce­
dida por el fabricante. Ambas cosas le costarán menos, lo sabe­
mos, pero para nosotros, tanto las llantas como la garantía tienen
Dar y recibir un valor considerable.
En contraposición ofrecemos pagar en efectivo y preguntamos
El condicionante capital para una solución integradora está en por el precio de accesorios adicionales, como podría ser el techo
la existencia de varias cuestiones que puedan ser negociadas descapotable que de todas formas habíamos previsto encargar.
como un todo. Regresemos al ejemplo de la compra del auto, si También la alusión a futuras compras alegra visiblemente al vende­
nos limitamos a hablar del precio, es lógico que no podrán ganar dor, ante todo en vista de que por razones profesionales necesita­
ambas partes. Se deben incorporar más elementos al juego para mos frecuentemente un nuevo vehículo. Ante la nueva perspectiva
que puedan intercambiarse por concesiones en materia de pre­ se le ocurre que también la segunda inspección será gratis en caso
cios unas por otras. Estos otros factores no suelen presentarse por de que el estimado cliente se decidiese por un contrato de mante­
sí solos, sino que necesitan ser creados o introducidos en la nego­ nimiento. Mostramos en principio nuestro interés y a cambio de
ciacion. Un ingrediente importante en esta concreción es la crea­ una pequena reducción del precio de compra, aceptamos los pro­
tividad, que a menudo suele dejarse de lado. Incluso si ambas longados plazos de entrega del modelo nuevo que deseamos.
partes estuvieran interesadas en desplazar la prioridad de la nego­ Tras media hora de amistosa conversación en la agradable ofici­
ciación de un tema dificil a varios temas sencillos, primero ten­ na climatizada de la concesionaria de vehículos, hay suficientes
drán que definirlos. ofertas sobre la mesa como para poder componer un paquete acep-
94 El experto negociador La negociación integradora 95

table en beneficio de cada parte interesada. El objetivo quedó claro ciones muy distintas o una postura diferente frente al riesgo. Tam­
y también parece ser más accesible volviéndose factible. El próximo bién será casi siempre distinta la composición de su cartera de in­
paso precisa de algunas habilidades técnicas: para que el paquete versiones y por tal motivo las exigencias serán diferentes. El comer­
sea satisfactorio para ambos, debemos averiguar la combinación cio con papel valorado ( acciones) con derivados financieros de
óptima de las concesiones mencionadas. Esta fase es la clave de alto riesgo, resulta ventajoso para todo participante racional. Con
toda negociación integradora, aquí es donde las partes abandonan la misma lógica, tampoco sorprende la derrota en dichos merca­
el abrupto sendero de la línea de distribución para crear nuevos va­ dos de los especuladores mal informados, porque suelen sobresti­
lores a través de un mutuo proceso basado en dar y recibir. mar con frecuencia su disposición al riesgo actuando en contra de
sus propios intereses. Además, el pequeno inversor no suele dispo­
ner de una cartera equilibrada que le permita compensar los nue­
Ganancia mutua por intercambio de concesiones vos riesgos a los que afrontar. Bajo tales condiciones, sin embargo,
no se está creando un nuevo valor a repartir. La integración se con­
(De dónde proceden esos valores? (Realmente se crean única­ vertirá nuevamente en distribución, la parte mejor informada ga­
mente a través de la correcta estrategia de negociación? Sí y no. nará con el negocio lo mismo que perderá el principiante.
No es ciertamente la negociación en sí, sino más bien su conclu­

a
sión adecuada lo que hace posible una ganancia adicional. No Cuaclro 4.2. Los intercambios incrementan el pastel a repartir
obstante, la negociación integradora es mucho más idónea para
Situación «Pastel por Diferencias Creación de valores
lograr tal acuerdo, ya que se interesa por el bien más apreciado de

o
inicial de agrandado --- en valoración
cada una de las partes. Cada persona tiene una escala diferente reparto
del valor que para él o ella tiene determinada mercancía o servi­ Aversión ai riesgo Garantias, seguros
cio. Predeterminado el interés inicial, éste representa un determi­ Referencia temporal Plazos, estratificación
nado valor según su personal baremo de mesura. Puede incre­ mología

mentar este valor al intercambiar las cosas que menos aprecia por
-:::::::• fum= _ ::�:::�:::::
aquellas que significan más para él. Puede ocurrir que su interlo­ condiciones
cutor valore exactamente en forma contraria los objetos de inter­
cambio, pero en todo caso su valoración será bien diferente. Si
ambos tuvieran la misma apreciación, entonces no intercambia­ Un buen ejemplo de un intercambio beneficioso es el crédito
rían valores deliberadamente. Una vez concluido el intercambio concedido a un empresario por parte del banco. En estos casos,
con éxito, el valor del propio patrimonio habrá aumentado a los �mbas partes persiguen objetivos diferentes, el empresario quiere
ojos de ambos, se habrán creado nuevos valores. maugurar una nueva sucursal y necesita para ello una fuerte in­
Estas nuevos valores consisten en la utilidad que el nuevo due­ yección de capital, mientras que el banco pretende invertir de for­
no del bien experimenta a través del intercambio. Aquello que en ma rentable y a largo plazo los pequenos aportes de sus clientes.
teoría puede parecer inusitado, resulta completamente natural en La unión de ambos objetivos creará nuevos valores en beneficio
la práctica. Se puede suponer, por ejemplo, que aquel que haya de ambas partes. El banco asume el papel de intermediaria su­
contratado una póliza de seguro aprecie más la seguridad adquiri­ pliendo varias negociaciones, contratos individuales y minimizan­
da que la prima que haya pagado por ello. Por la otra parte, la do el riesgo de su cumplimiento.
companía de seguros podrá unir los riesgos individuales y nivelar­ Pero el riesgo y el plazo temporal no son las únicas diferencias
los de tal modo que la venta de la póliza resulte una ganancia. q�e dos interlocutores puedan enfrentar en la mesa de negocia­
Esta contraposición de necesidades resultan aún más patentes cion. Las diferentes habilidades determinan de forma aún más in­
en el caso de la bolsa, donde comprador y vendedor tienen inten- mediata nuestra vida cotidiana (Por qué, sino, habría optado yo
96 El experto negociador La negociación integradora 97

por otra profesión que mi vecino? �Por qué el piloto de la línea aé­ »Este es un postulado básico de la política ambiental moderna
rea que me lleva desde Hong Kong de vuelta a Suiza no se sienta a la que se atendría gustosamente un director de una entidad re­
en mi lugar y yo en el suyo? Simplemente, porque la distribución gional de administración de aguas en el centro de Europa. Esta
existente de la gestión es, sin duda, mejor para mí y para los demás vez, el interés de la entidad que preside este comprometido defen­
380 pasajeros. Pero llegados a este punto, volvamos a la conduc­ sor del medio ambiente reside en una fábrica de papel que conta­
ción de negociaciones y contemplemos una vez más de forma muy mina con sus aguas residuales un único y hermoso lago de gran va­
resumida la diferencia entre los objetivos distributivos e integra­ lor ecológico. Si bien la nueva legislación en materia de medio
dores. ambiente le confiere el derecho de cerrar simplemente la papele­
ra, en último término nadie se beneficiaría con tal medida. La re­
gión está clasificada com:o económicamente deprimida; la peque­
La diferencia na ciudad necesita los 450 puestos de trabajo que ofrece la fábrica
de papel. Un procedimiento tan drástico por parte de la autori­
Aquel que esté llevando a cabo una -negociación distributiva an­ dad de aguas podría, además, suscitar el malestar de la población,
helará únicamente su máximo beneficio, al mismo tiempo estará lo que haría dificil la vida a la entidad y al correspondiente minis­
ocasionando los gastos más altos posibles al contrincante. Entre terio de medio ambiente. Por otra parte, tiene que impedirse la
ambas partes solamente existe un objeto de negociación a repar­ emisión de sustancias tóxicas hacia el lago sin más titubeos ni obs­
tirse. No se están creando valores nuevos, de modo que los costos y táculos. La autoridad, que acaba de sufrir una derrota con la cons­
los beneficios siempre suman cero, esta forma de. negociación trucción de un basurero, necesita conseguir una victoria para vol­
también se denomina «juego de suma cero». La única alternativa po­ ver a ganar el apoyo de los diferentes grupos y asociaciones
sible está en la ruptura de la negociación. ambientalistas. Ahora bien �Cómo podrán conjugarse todos estos
La negociación integradora amplía este margen de maniobra me­ objetivos? El director de la entidad ha cumplido con su cometido
diante la inclusión de varios otros aspectos, permitiendo de esta preparando una disposición, según la cual, se puede proceder al
forma que se obtengan más ganancias a través del intercambio. El cierre provisional de la fábrica. También están sobre su mesa los
objetivo de ambas partes reside en obtener la mayor ganancia po­ documentos necesarios para poder iniciar un procedimiento de
sible intentando al mismo tiempo reducir al máximo las pérdidas cierre definitivo y mediante una carta cortés, pero firme, ha indi­
de la otra parte. A tal fin se intercambiari concesiones, creando cado a los propietarios de la industria ambas posibilidades. Con
nuevos valores. Luego se trata de escoger la mejor solución de una una breve llamada telefónica ya pudo comprobar que la fábrica,
gran variedad de alternativas. ante un resultado incierto, tiene tan poco interés como él en me­
Los siguientes ejemplos darán una imagen ilustrativa de cómo dir sus fuerzas de forma espectacular ante los tribunales. Por tan­
las ganancias a través del intercambio hacen posible la transición to, acuerdan poner sus posiciones sobre la mesa para empezar
entre estas dos formas de negociación. una negociación informal y luego buscar una solución factible
tanto económica como ecológica.
»La gran variedad de alternativas imaginables deja suficiente
Ejemplo: La protección del medio ambiente espacio para una negociación integradora. Están a disposición
dos tecnologías de distinto grado de efectividad para limpiar las
«�Son economía y ecología dos polos irreconciliables? De nin­ aguas residuales de la fábrica. La entidad de aguas podría hacer
guna manera. El conflicto entre la industria y la protección del una concesión a la fábrica de papel consistente en una subvención
medio ambiente se puede solucionar si el Estado ofrece los ali­ para la instalación de filtros de mayor calidad, aunque esta opción
cientes adecuados, cuando tiene en.cuenta los aspectos económi­ es más cara. Para imponer sus exigencias de una forma más con­
cos en vez de castigar ciegamente con prohibiciones. tundente ante la prensa, la administración de aguas podría parali-
98 El experto negociador La negoci,ación integradora 99

zar la actividad fabril por infracción ecológica hasta que ésta insta­
le un filtro adecuado, medida que tampoco vendría mal a la fábri­
ca a causa de la momentánea reducción de la demanda y de la
gran competencia. Una campana de relaciones públicas de la enti­
dad de aguas podría servir como amenaza o, al contrario, como re­
compensa por el cumplimiento de las condiciones impuestas si se
presentase a la fábrica de papel como empresa ejemplar. Para tal
fin está a disposición un fondo de subvenciones gracias al cual la
entidad podría ofrecer los alicientes financieros para la instala­
ción de una novedosa tecnología de filtrado.
»Así, el director dispone de una serie de instrumentos que di­
vergen considerablemente en cuanto a los gastos que suponen
para la administración pública. Una subvención por ejemplo, po­
.... .
dría considerarse como precedente de casos similares, lo que ge­
.
..
<J
o
neraría gastos considerables. En cambio, una campana de relacio­
....
íll

nes públicas podría arrojar efectos mucho mayores con gastos


menores. La tabla 4.1. muestra una comparación directa de los
<J
. •

!
íll
costos y los beneficias estimados por parte de ambos interlocu-
tores.
. s
»De las cifras que constan en el gráfico se desprende que la en-
tidad podría imponer la instalación de un filtro estándar median­
. oô
lt'l •
• •
te la simultánea amenaza del cierre permanente. No obstante, la
entidad administrativa de aguas tiene un interés acentuado en
la instalación de un equipo de alta tecnología, lo que permitiría
..

.
.
.

recuperar el apoyo de las asociaciones del medio ambiente. Por
otra parte, la subvención directa de la instalación moderna es bas­

. .
tante cara en sí y dado su efecto de precedente para otras empre­ •
sas. Otras concesiones, como podría ser una positiva campana de
relaciones públicas que presentase a esa empresa papelera como
I . . .
un buen ejemplo de la producción ecológica resultaría bastante •
menos costosa a la entidad. La clausura provisional de la empresa
por unos tres meses podría ser otra buena opción ya que demos­
traría la voluntad de la entidad y ahorraría a la empresa el doble •
de lo que costaría al Estado la compensación laboral. En tal caso, ? •

..
aprovechando plenamente la gama de alternativas a disposición, •
la negociación podría convertirse en un éxito beneficiando a am­ ·•
bas partes. »

(Según Lax, D., et al., 1985)


100 El experto negoci,ador La negoci,aci,ón integ;radora 101

Ejemplo: Auto-Moto AG Tabla 4.2. Costo y beneficio de las diferentes condiciones


de suministro
La Auto-Moto AG es una productora alemana de vehículos in­
dustriales. En Suiza, no obstante, esta empresa no cuenta aún con Aspectos de la negociación Auto-Moto MegaFood Suma
una red bien conformada de distribución y servicio, aunque está (Vendedor) (Comprador)
prevista su instalación. En el marco de este proyecto, un vendedor Colores de la empresa
de la empresa visita a una firma interesada en Zúrich. Se trata de sí· o 5 5
la cadena de comida rápida MegaFood. La visita en la central no 8 o 8
de MegaFood fue precedida por una oferta escrita de seis grandes Lugar de entrega
camiones. La dirección de Auto-Moto AG, dada la competen­ Aduana 12 o 12
cia de precios existente, había calculado con escaso margen el 3 ciudades 6 4 10
precio de oferta dando instrucciones al vendedor de tratar de no 6 ciudades o 8 8
conceder más rehajas. MegaFood es conocida en el ramo como
Plazo de entrega
cliente exigente, por tanto Auto-Moto AG calcula que pedirá me­
jores condiciones. De esta negociación se espera un paquete ópti­
120 días 11 o 11
90 días 7 5 12
mo, ya que ambas partes están interesadas en una conclusión exi­ 30 días 1 8 8
tosa. Tanto el comprador como el vendedor tienen determinadas
Rehaja
ideas acerca de las concesiones que vale la pena dar a cambio de
cada uno de los temas de la siguiente lista (v. tabla 4.2.).
ninguna 15 o 15
1% 10 4 14
Cada parte como es natural, pretende conseguir la mejor pun­ 2% o 12 12
tuación y que ésta lo será en función de lo poco costosas que sean
sus exigencias para con el otro. La condicionalidad es la forma Contrato de mantenimiento
más conveniente para plantear las cuestiones: «�Podría Vd. pintar todo incluído 8 8 o
los camiones con los colores de nuestra empresa si a cambio le pa­
sólo motor 6 6 o
gásemos la mitad del precio inmediatamente y en efectivo?» De
ninguno o o o
esta forma, las partes no se comprometen firmemente y pueden Garantía
seguir buscando hasta lograr una combinación aceptable. Ade­ normal 7 o 7
más, de esta forma no se incorporan ni se relacionan demasiado + 1 ano 3 4 1
+ 2 anos 10 12 2
los distintos elementos de la negociación, se mantiene aún la flexi­
bilidad. En cambio, ambas partes son completamente inflexibles Pago
respecto a su umbral inferioL El vendedor de Auto-Moto AG ha al contado 12 2 14
recibido la orden de alcanzar 16 puntos como mínimo. MegaFood la mitad al contado 7 8 15
solamente comprará los camiones en caso de que, según sus cálcu­ 12 meses 3 12 15
los internos, logre al menos 16 puntos. Estos valores correspon­ (las alternativas óptimas están en negrita, pero no indican de por sí umi
_
den al respectivo precio de reserva, analizándolo desde el punto d1stribución justa)
de vista técnico.
Es preciso, pues, analizar las posibles soluciones. El gráfico 4.3.
demuestra claramente, en principio, que la cooperación y la inte­
gración son rentables para los interlocutores de la negociación.
Ambos consiguen más de lo que hubiesen logrado mediante una
102 El experto negociador
La negociación integradora 103
simple negociación distributiva limitada al ?,recio. �o obsta�te,
aparte de la creación de nuevos valo�es,tambien se es�a p ro�edie�­ diferente de la negociación integradora, ah ora todo parece limi­
do a su distribución. A MegaFood oertamente le da igual i con i­ tarse nuevamente a la simple distribución. �En qué se habrá e qui­
gue el punto X O Y,prefiriendo en todo caso el punto Z. Au � n sena
� vocado? En nada,en el fondo esperaba demasiado de la solución
mejor el punto W que es inaceptable para Moto--".'--uto AG. El ve�de­ integradora suponiendo que cada part e obtendría automática­
dor propone en su lugar el punto Y,que le �onviene much� mas,Y mente una porción justa.
_ El cuadro 4.4. d emuestra la razón de ello. Las posibles solucio­
aporta,en cambio,un argume�to ec�n�mico,los punt�s situados
en la líne a curva de la efici enoa son o pomos en el senudo de que nes están alejadas, en mayor o menor medida, d e la línea de la
abarcan to das las posibilidades provechosas de intercambio. De tal ecuanimidad (jairness ). Dicha líne a comprende todos aquellos

forma,se están creando realmente todos los beneficias posibl�s. puntos en los que cada una de las partes en negociación obtiene
Este notable concepto ha sido desarrollado por el economis� y igual cantidad. Para nuestros efectos,y por razon es obvias,quisié­
sociólogo italiano Vilfredo Pareto ( 1848-1923); por este mouvo, ramos considerar dicha distribución como equitativa o justa. �Cuál
denominamos a todos aquellos resultados que cumplen esta con­ es ahora la me jor solución? Para ser precisos,existe un solo punto

dición el óptimo o la eficiencia según Pareto. que es a la vez eficiente,justo y aceptado por ambas partes,el de­
En el curso de sus estudios, el comprador de MegaFood tuvo nominado Nash. S u nombre se d ebe al economista y teórico del
que recibir algunas lecciones de economía,por 1� que está en con­ juego John Nash,qui en,conjuntamente con el profesor Reinhard
diciones de comprender esta lógica a nivel teónco. No ?_bstante, Selten, de Bonn,Al emania, recibió en 1995 el premia Nobel en
se encuentra claramente aventajado en caso de la solucion y p�r ciencias económicas. Únicamente este punto cumpl e ambas con­
ello propone la solución Z como t�r�_ino medi_?. Tras el est�dio diciones a la vez,solamente este resultado es,según nuestra defini­
de un libro sobre técnica de negooaoon se habia hecho una idea ción,tanto óptimo como justo. Sin embargo,esto n o significa que tal
solución exista,tampoco en nuestro ejemplo,el óptimo destacado
Cuadro 4.3. Resultado comparativo de la negociación en el cuadro 4.4. b eneficia a la empresa Auto-Moto AG. En este
caso,una solución justa resultaría en d etrimento de la eficiencia.
,\
Puntos a favor de
Auto-Motor
A Región distributiva
W Ganador - Perdedor
■ Cuadro 4.4. Distribución ecuánime y eficiencia
A Región integradora Puntos a favor de A

..._
-. ---,� y W Ganador - Ganador
-
..
CD Precio de reserva, MegaFood
Auto­
® Precio de reserva, Auto-Moto
Motor
gana


16 ___ - -
1 w
ambos I Mega Food
pierden I gana
1

L--_L---------��--.Puntos a favor de Mega Food


16
�------------�-.......... Puntos a favor de B
El experto negociador La negociación integradora 105
104

La ecuanimidad y la eficiencia ambos a la misma decisión, confesar o negar los hechos. Si los dos
rechazan la acusación, tendrán que permanecer en prisión sola­
Por medio de este ejemplo, aprendimos una lección importan­ mente por un ano a causa de las insuficientes pruebas. Si ambos
te: lo óptimo no significa lo justo. Ya en sí mism�s, estos sustanti­ confiesan, este período será de tres anos. Hasta aquí resulta fácil la
vos no tienen nada que ver el uno con el otro. Optimo significa decisión, ambos callarán, por supuesto. También el fiscal ha llega
que no se desperdicia oportunidad alguna. Para ilustrado con una do a esta conclusión, acordando por este motivo un trato con el
metáfora, lo negociable ha sido agrandado al máximo. En este juez instructor. En caso de que uno de los dos declarase en contra
contexto y según la línea del proceder ético que hemos disenado, del otro y éste permaneciera callado, entonces se liberará inme­
justo significa que cada cual obtiene igual cantidad de valor anadi­ diatamente al primer reo, concediéndole el estatus de testigo
do. Los pedazos del negociable agrandado tienen igual tamano. principal (culpable que se libra del castigo por la delación)y el
Es bastante improbable que podamos lograr ambas cosas a la vez. otro acabará entre rejas por seis anos. La tentación es grande, tan­
En definitiva, debemos elegir la condición que nos importa más, to que ambos acaban confesando y reciben una condena por tres
el reparto justo o la eficiencia. anos. Esta posición está de nuevo conectada con el nombre del
En lugar de abocarnos a una discusión filosófica, aunque segu­ Premio Nobel, John Nash, y se llama equilíbrio de Nash. Desde el
ramente interesante sobre el concepto y la importancia de la justi­ punto de vista de cada uno de los acusados, confesar será siempre
cia, preferimos proponer en este lugar una solución práctica. Si mejor que no hacerlo, sin tomar en cuenta lo que haga el otro.
ambos lados se esfuerzan primero en buscar conjuntamente las so­ Pueden quedar en libertad si el otro calla; si éste también hablase,
luciones más eficientes posibles, luego podrán concentrarse en su el veredicto será solamente de tres anos de cárcel en vez de seis.
selección. Naturalmente, la distribución volverá al primer plano Así, ambos confiesan puesto que se les plantea la misma opción
en la selección, pero al menos habrán algunas alternativas más por separado con iguales alicientes. Naturalmente hubiese resul­
atractivas para ambas partes y que resultarán mejores que la de tado mejor para ambos, incluso óptimo, si anteriormente se hu­
una negociación distributiva. Por ello, incluso un acuerdo injusto bieran comprometido de forma creíble a callar. La disyuntiva que
será mejor para ambos, siempre y cuando convengan en una solu­ se plantea es la confianza.
ción más ventajosa que su precio de reserva. Por el contrario, si
ambas partes insisten en conseguir el pedazo más grande del pas­
tel, sin ponerse de acuerdo en alguna forma de distribución, ocu­ La confianza
rrirá que la mejor solución integradora se desmoronará como un
castillo de naipes. La cooperación es decisiva hasta el final en toda Los dos acusados tendrían que tener mucha confianza el uno
negociación sobre distribución. con el otro para resistir al sofisticado truco del fiscal cuando cada
uno de ellos tiene buenas razones para delatar al otr�: Haría falta
una buena porción de honra de delincuente para seguir fiel al
otro bajo tales condiciones. Pero esta desconfianza fundamenta­
El dilema dei prisionero
da no se limita, ni mucho menos, al ámbito de los delincuentes y
El supuesto expuesto anteriormente se vuelve más patente con debería interesarnos igualmente entre negociadores honrados.
el ejemplo del dilema del prisi:onero. En este ejemplo, procedente Acordémonos tan sólo del grupo de la OPEP, la organización de
de la teoría del juego, no existe, en principio, ningún aspecto que países explotadores de petróleo que originó la primera crisis del
cumpla ambas condiciones de optimidad y justeza. petróleo en 1973. Fue la primera vez en la que los productores
lle?aro_n al acuerdo de limitar las cantidades producidas por cada
La historia original que dio el nombre a este juego trata de dos
reclusos en prisión preventiva. Después de un asalto que cometie­ pais m1embro. Este hecho, junto a una demanda tan alta como
siempre, condujo a una triplicación del precio del crudo. En lu-
ron, la policía les detiene e interroga por separado. Se enfrenta a
106 El experto negociador La negociación integradora 107

Cuadro 4.5. El dilema del prisionero rar la confianza mutu a como un bien extremadamente valioso,
absoluta mente necesari o p ara que logremos el éxito. Esto no tie­
Solución Solución ne nada que ver con la debilidad o la exagerada am abilidad, sino
integradora: Prisionero A distributiva: con u�a �sión a largo plazo. L a confianza se pierde rápid amente
ambos ganan Agana
y es difictl recuperaria. P or tanto, no tiene sentido enganar a un
negar confesar
interlocutor de negocios, la g anancia fugaz no compensa , por lo
...
c<S
A: 1 ano A: Libertad general, la pérdida definitiva de la propia buena rep utación. Aun­
que también a es�e respecto existen exc epciones, co mo demues­
Prisionero B
tra el siguiente capítulo.
u B: 1 ano B: 6 anos

A: 6 anos A: 3 anos
...c<S El ejemplo: Reynolds

B: Libertad B: 3 anos �Cuánto vale una promesa c uando las cosas se ponen dificiles?
No necesariamente mucho cuando hay sufici ente dinero en j ue­
go. Esta es una lección que con dolor tuvo que aprender, en 1981,
Solución Guerra: el m ayor fabrican te de cigarrillo s de Estados Uni dos, RJ. R eyn o l ds
distributiva: ambos pierden _
Bgana Industries. La empresa h abía iniciado n egociaciones con su c o m­
pet�dor sudafri��o Rothman's World Tobacco Group, ya que
ansiaba una fusion de ambos gigantes tabacaleros o, al m eno s, la
gar de oro negro, brotaba dinero en lo s países productores de pe­ incorporación del Rothman's International, parte de la multina­
tróleo, lo s famos os petrodólares. Pero los seiíores del petróleo cional de Stellenbosch, S udáfrica, c on sede en Inglaterra. El m er­
pronto se vieron enfrentados a una v ariante de dilema del prisione­ cado norteamerican o de cigarrillos se había complicado paulati­
ro, este precio hubiese sido más ventajoso para cada uno de ellos na��nte a raíz de la co�ciencia creci ente en materia de sa l ud y ya
_
si aumentab an su exportación imperceptiblemente. Algunos ce­ practicamente h abi a deJ ado de ofrecer perspectiv as de crecimien­
dieron a l a tentación aumentando las entregas de bidon es al mer­ to . Una �usión con R othm an's, no sol amente a briría a Reyno lds
cado. El resultado fue una mayor of erta, de modo que volvió a la l?� atractivos mercados en el extranj ero, sino que también permi­
n ormalidad el precio artificialmente elev ado. Si todos se hubie­ tiri a a la empre�a ascender desde su momentáneo cuarto lugar de
sen atenido a lo convenido, habrían podido hacer a la larga un la escala mundial en este ramo al puesto número dos, de m odo
mej or negocio. La confianza mutua sucumbió a la avidez del be­ qu: �eynol�s podría �nalmente desplazar de esta posición a su ar­
_
neficio egoísta. chirnval, Phihp Morns. Nada m enos que el presidente de la enti­
Incluso cuando no siempre se esté t ratando de miles de millo­ d�d, J. P aul Sticht, enc ab ezab a las negoci acione s para Reyn o l ds,
nes de petrodólares �Cómo podríamos cerciorarno s de que la mientras que Rothman's nominó al supervisor de la m ultinacio­
otra parte realmente merece nuestra confianza? Tal v ez la esté nal, Anton E. R upert. Para evitar que se propag aran rum ores so­
malversando para c onseguir una ventaj a. N o obstante, una nego­ bre la fusión y una correspondiente reacción de la bolsa, los en­
ciación integradora vive de la confianza mutua. Un enfoque di­ cuentros entre estos dos negociadores fueron meticulosamente
fe rente nos impediría poner sobre la mesa las informaciones or ganizados y ocul tos al público.· Las medidas de cautel a c asi
necesarias. Si no hay confianza, tampoco puede haber integra­ c?nspirativas, llegaron a tal extremo que el lug ar de la ne�ocia­
_
ción. N os limitaríamos a la distribución pu ra y dura y esto es pre­ cion se trasladó cada dos días a una ciudad europea diferen te.
cisamente lo que queremos evitar. Por ello, deberíamo s conside- Ambas partes h abían acordado realizar las negociaciones de for-
108 El experto negociador La negociación integradora 109
ma exclusiva, es decir, no tratar simultáneamente con otros inte­
Tabla 4.3. Ojo por ojo: La tragedia del «Tit for Tat»
resados. Cuando, a comienzos de abril de 1981, el acuerdo pare­
cía estar palpablemente cercano, las negociaciones se hicieron Definición: Comienza con un espíritu de cooperación y haz
públicas mediante una conferencia de prensa. Las acciones de
después lo que haga el otro.
Reynolds aumentaron considerablemente de valor y en la sede
Otras regias:
de la empresa en Winston-Salem reinaba la euforia, que se desva­
neció rápidamente cuando, solamente tres semanas después esta­ • Sé cortés, nunca seas el primero en romper la cooperación.
lló la bomba: Rothman's se había fusionado sorpresivamente con • Sé irritable y devuelve inmediatamente el golpe si el otro no
Philip Morris y no con Reynolds. El trato se estimó en unos 350 coopera.
millones de dólares. • Sé reconciliador y vuelve a la cooperación cuando el otro coopera
El día anterior, el director de Reynolds, Sticht, había recibido de nuevo.
tan sólo un breve comunicado de su oponente de negociación, • Sé claro y predecible en tu conducta, no apliques trucos.
Rupert, indicando el término de las conversaciones. Su sorpresa
se convirtió en enfado cuando supo del trato con Philip Morris.
comprendió que Rupert le había traicionado contraviniendo el ciosa para una de las partes. No obstante, en la negociación los in­
acuerdo de exclusividad. Se había desvanecido la confianza, pero terlocutores preferirían, en la mayoría de los casos, que existiese
también el negocio. Cabe apuntar que Sticht había ignorado dos una confianza sólida en la parte contraria. Incluso si suponemos
senales importantes, un indicio de mala preparación. Por una la buena voluntad de ambas partes, aún no hay garantía para la
parte, en los meses anteriores ya circulaban rumores en los mer­ solución del dilema, pero una esperanza fundamentada. Y es que,
cados financieros sobre que Rothman's mantenía negociaciones primero, ambas partes tienen que ganarse su credibilidad. La es­
con varias multinacionales norteamericanas. El otro error, tal vez trategia del «tit for tat», en castellano ojo por ojo, ha demostrado
el peor, era el conocimiento insuficiente de la otra parte. Algunos ser un procedimiento especialmente adecuado. Lo que a prime­
anos antes, el negociador de Sudáfrica ya había aparecido en la ra vista parece una instrucción para la venganza sangrienta, des­
portada de Business Week, pero como comprador, no como vende­ cribe en realidad una actitud profundamente pacífica y coope­
dor de empresas del ramo del tabaco. Así, Reynolds calculó muy radora.
equívocamente su motivación, Rupert no quería vender, sino En el fondo, la estrategia representada en el cuadro 4.3. no es
comprar. otra que la simple regla: lo que tú me hagas, yo te lo hago. Pese a su
sencillez o tal vez precisamente a causa de ésta, tiene una gran ca­
pacidad de rendimiento y ha salido ganadora en 200 simulacio­
Ojoporojo nes del dil,ema del prisionero por medio de un modelo informático
(Axelrod, 1984). Y es que esta estrategia benévola, pero para
Sin tomar en cuenta estos errores, (Cómo sería posible, evitar nada inocente, ha descalificado a los rivales mucho más sofistica­
que se produzca una ruptura de la confianza como en el caso de dos acostumbrados a tomar ventaja sobre sus interlocutores. Pero
Reynolds, si es que hay alguna manera de evitarla? En las transac­ esa ocasional explotación no se rentabiliza al final, ya que el in­
ciones únicas, cuando las partes nunca más volverán a sentarse t��locutor rápidamente pierde la confianza y termina la coopera­
frente a frente viene a ser casi imposible. Lo hemos visto en el di­ c10n, lo que acaba por hundir a ambos en la lucha comparativa
l,ema del prisionero. Incluso cuando los negociadores tienen que del ojo por ojo. El éxito de esta estrategia está en su efecto de senal,
aceptar que serán juzgados por su comportamiento más adelante, una conducta constante y previsible genera más confianza que
como es el caso del negociador Rupert, quien incumplió su pala­ u�a complicada o dificilmente comprensible. Además, el ojo por
bra en el caso Reynolds. Una traición puede suceder si es benefi- ºJº nunca empieza enganando, si el interlocutor quiere cooperar
110 El experto negociador La negociación integradora 111
nunca experimentará una sola decepción. En cambio, de apartar­ Cuadro 4.6. Beneficios de los proveedores de paladio en
se de la senda en busca exclusiva de su propia ganancia se le pa­ relación a su precio
gará con la misma moneda. Tras esa lección, la gestión se reanu­
da de nuevo con una actitud benévola si el otro vuelve a la Solución Solución
cooperación. Cada uno recibe una nueva oportunidad cada vez integradora: Rusia distributiva:
ambos ganan
que vuelva a adoptar una conducta razonable. El siguiente ejem­ Rusiagana
plo muestra el efecto extraordinario que puede tener esta estra­ 100$ 90$
tegia. Rusia: 40$ Rusia: 75$
¼a
o
o
.-<

China: 40$ China: 25$


El ejemplo dei paladio
China
Rusia: 25$ Rusia: 20$
Rusia y China son los mayores productores de paladio, un me­ ¼a
tal pesado y poco común que se utiliza casi exclusivamente en la o
industria eléctrica, en la de automóviles para producir catalizado­ China: 75$ China: 20$
res y en la técnica dental, es un subproducto de la producción de
níquel. Ambos Estados exportan paladio alJapón, uno de los ma­
Solución Guerra de
yores compradores ya que su producción de vehículos depende distributiva: precios:
por completo del suministro de esta materia prima. La cercanía Chinagana ambos pierden
geográfica convierte a Rusia y a China en los proveedores más im­
portantes. Mientras pidan el mismo precio, su cuota de mercado
es igual de grande. Si uno de los dos proveedores rebaja este pre­ Este ejercicio fue repetido con varios grupos. La tabla 4.4.
cio, aumentará su cuota a expensas del otro, pero bajará la ganan­ muestra dos acontecimientos muy típicos, pero bien diferentes.
cia global. Los precios se ftjan cada mes y de forma independien­ La superioridad de la estrategia del ajo por ajo que se aplicó en el
te; la magnitud y la distribución de los beneficios resulta en cada segundo caso, queda claramente patente.
caso de la combinación de los precios de ambos productores.
Como es comprensible, ambos Estados anhelan lograr el benefi­
cio más alto posible de la producción de paladio. Lamentable­ Las tácticas integradoras
mente, los gobiernos sólo pueden actuar sobre una base de con­
fianza mutua muy precaria, en el curso de las últimas décadas las El principio básico de la negociación integradora ha sido re­
relaciones diplomáticas entre ambos Estados fueron interrumpi­ presentado extensamente y con ejemplos en el presente capítulo.
das en varias ocasiones. Ahora pretendemos que no quede corta la aplicación propia.
Ahora, en el marco de un curso de formación internacional, se �Cuáles son las actitudes más apropiadas para crear la atmósfera
ha dejado en manos de un grupo de diplomáticos la gerencia de propicia a la solución abierta y constructiva de los problemas?
los dos monopolios de paladio, naturalmente sólo por motivos �Cómo superar una situación de callejón sin salida? Y por último
económicos. Repartidos en dos grupos y aislados los unos de los �Cómo obtener del pastel agrandado una porción lo más grande
otros toman sus decisiones mensuales sobre el precio. El de parti­ posible? A continuación explicaremos algunas técnicas, las demás
da fue de 90 dólares por onza fina, aunque puede subir hasta los en los siguientes capítulos.
l00dólares. Las respectivas ganancias, en cada caso, están desglo­
sadas en el cuadro 4.6.
112 El experto negociador La negociación integradora 113
Tabla 4.4. Paladio: confrontación y cooperación siones resulta útil que diferentes personas o grupos de trabajo se
Ambos grupos intentan China juega al «ojo por ojo»;
hagan cargo de estas tareas. En política exterior, por ejemplo, es
constantemente al cabo de un tiempo, habitual que los diplomáticos profesionales y funcionarios de
sacarle ventaja al otro grupo Rusia le sigue alto nivel realicen la pre-negociación de los acuerdos y los con­
tratos previstos, antes que los ministros o jefes de gobierno ha­
Precio Ganancia Precio Ganancia
acumulada acumulada
gan su aparición para decidir entre las diferentes alternativas y
firmar. Estos funcionarios no están sometidos a la presión públi­
Rondas Rusia China Rusia China Rusia China Rusia China ca y así son mucho más flexibles en su proceder. Pueden asumir
1 90 100 75 25 90 100 75 25 mucho mejor un contratiempo que un político, cuya derrota se
2 90 100 20 20 90 90 20 20 reflejará rápidamente en las encuestas de opinión.
100 90 En la empresa privada, esta forma de proceder tiene su ejem­
3 100 90 25 75 25 75
plo equivalente. Al planear un negocio de riesgo compartido
4 100 100 40 40 100 100 40 40 entre dos empresas, se empezará por dar un mandato limitado
5 90 100 75 25 90 100 75 25 a los gerentes encargados. De esta forma, podrán analizar todos
6 100 90 25 75 100 90 25 75 los problemas existentes y examinar al interlocutor sin que se dé
la necesidad de firmar un contrato apresuradamente. Además,
7 100 100 40 40 100 100 40 40
se podrán elaborar diferentes alternativas, todo ello en principio
8 100 90 25 75 100 100 40 40 y de forma no vinculante. Sus respectivos directores de división
9 90 90 20 20 100 100 40 40 les darán alcance posteriormente, cuando ya se haya llevado a
10 90 90 20 20 100 100 40 40 cabo el trabajo previo y se trate de tomar decisiones. Tal pro­
cedimiento escalonado ha probado ser eficaz al reducir consi­
11 90 100 75 25 100 100 40 40
derablemente el riesgo de una derrota embarazosa. El público
12 90 90 20 25 100 100 40 40 (asesores administrativos, accionistas o periodistas de la prensa
Total 460 465 500 500 económica) no es admitido hasta que no existan fundados indí­
cios de éxito.

Medidas de creación de confianza


Concesiones relacionadas
De entrada conviene tratar algunos temas sencillos. Esto creará
confianza y facilitará el acceso a la negociación. Cuantas más posi­ La búsqueda de los negocios de intercambio mutuamente be­
ciones conjuntas puedan descubrir ambas partes, mejor. neficioso se facilita mediante la vinculación de las concesiones si
A, entonces B. Para evitar comprometerse demasiado pronto, ias
preguntas se formulan y responden en forma condicional: «Si le
Separación de los procesos de solución de los problemas y de la toma concediésemos X, �hasta qué punto nos podría complacer en Y? »
de decisión Si una pareja no surte el efecto deseado se intenta con la próxima,
hasta agotar todas las combinaciones. Cuando al final, todas las al­
Ha demostrado ser conveniente el mantener separada la bús­ ternancias posibles estén sobre la mesa, se podrán elegir las mejo­
queda de las soluciones alternativas del proceso de la toma de res y agrupadas formando un paquete de aceptación mutua.
decisión. Los objetivos de estas dos etapas difieren demasiado
como para poder solucionados de una sola vez. En muchas oca-
114 El experto negociador La negociación integradora 115

Las cortinas de humo Las zonas grises creativas


A pesar del ambiente cooperativo que pueda reinar en una ne­ Un problema no debería apartarse de la escena con la primera
gociación, no deberíamos olvidar el reflexionar brevemente sobre solución que se presente, pues ello impide la búsqueda creativa de
el posterior reparto del todo. Puede ser útil que destaquemos una la solución óptima. En ocasiones es preciso encontrar nuevas sali­
cuestión carente de importancia, con el fin de «sacrificarlo» más das ya que una receta hecha a medida tan sólo alivia aparente­
tarde a cambio de mayores concesiones. No obstante, este pro­ mente el problema. Las zonas grises, es decir, un estado de sus­
cedimiento conlleva el riesgo de que el interlocutor nos tome la pensión creado conscientemente o al menos tolerado por ambas
palabra y traslade sus exigencias hacia otras áreas mucho más im­ partes, permiten el paulatino acceso de ambos interlocutores a las
portantes para nosotros. jEn tal caso, sí que nos veríamos en difi­ necesidades del otro y de este modo, la aparición de nuevos valo­
cultades por haber utilizado cortinas de humo! res. El precio de estas zonas grises creativas es la inseguridad que
les es propia. �Cómo podemos saber si el otro será fiel a sus pro­
mesas y no nos estará enganando? Pero si aún existe la suficiente
Los mediadores, los conciliadores y los árbitros confianza, la utilidad de dicha zona gris prevalecerá casi siempre
por encima de su coste.
Cualquier negociación puede llegar a un callejón sin salida en
el que las partes no logren encontrar una solución por sí mismas.
Para que conversaciones dificiles puedan volver a fluir, suele recu­ Bibliografia de este capítulo
rrirse a un ente independiente que puede ser un mediador, un
conciliador o un árbitro, pero con cometidos y competencias .AxELROD, Robert, The evolution of Cooperation (La evolución de la
completamente distintas. Mientras el mediador solamente tiene cooperación), Nueva York, Basic Books 1984.
funciones de asesoría, pudiendo, en caso de ser necesario, ser des­ FREEMAN, Chas. W Jr, The Diplomat's Dictionary (El diccionario del
pedido inmediatamente, el conciliador obtiene un poco más de diplomático), edición revisada, Washington D.C.: United Sta­
autoridad. En la tercera opción, las partes entregan por completo tes Institute of Peace Press, 1997.
la responsabilidad del transcurso de la negociación al confiarla a LAx, David; SAMUELSON, William; SEBENIUS, James; WEBER, Robert;
un árbitro. Con esta decisión están a merced de un tercero y de su WEEKS, Thomas T., The Manager as Negotiator and DisputeResolver
dictamen de arbitraje y aunque los buenos servidos de un tercero (El gerente como negociador y mediador de conflictos), Natio­
(jy esperemos que sea de verdad imparcial!) pueden ser muy úti­ nallnstitute forDisputeResolution, Washington, D.C. (1985), 36-43
les, debería detallarse su función con antelación y esmero. RAIFFA, Howard, The Art & Sciencie of Negotiation (El arte y la ciencia
de la negociación), Cambridge, Mass: Belknap, Harvard Uni­
versity Press 1982.
El documento único de trabajo

Un documento único que circula entre las partes es ayuda muy


constructiva y práctica en el momento de elaborar una solución
conjunta. En él, cada parte puede plasmar propuestas no vincu­
lantes, que acabarán por conformar una solución completa y
aceptable para ambas. De esta forma todos trabajan con el mismo
texto, pero no están obligados a éste. Aumenta la exactitud, pero
no se limita innecesariamente la creatividad.
5
La estrategia

Hemos definido las coordenadas para una negociación que re­


sulte exitosa, conocemos nuestras necesidades, sabemos exacta­
mente lo que queremos y asimismo nos hemos formado una idea
de lo que espera nuestro interlocutor de la negociación y de lo
que podemos ofrecerle.
A partir de esta base, precisaremos mucha paciencia, creativi­
dad y cooperación para aunar todos estos esfuerzos: estamos pre­
parados para ello.
Ahora nos pertrechamos para el próximo fundamento: consis­
te en la elección cuidadosa de la estrategia y la táctica. Natural­
mente que conocemos estos conceptos, sin embargo, debemos
discernir exactamente la diferencia entre ambos y saber cuál es
más importante.

La estrategia y la táctica

Ambos conceptos son necesarios y los distingue un claro matiz.


Estrategia es la línea maestra superior que nos muestra la direc­
ción de los deseos y necesidades bacia los objetivos. Si elegimos la
estrategia errónea con los intereses y objetivos dados, tomaremos
el rumbo equivocado desde un principio, logrando nuestro objeti­
vo solamente si tenemos suerte.
La táctica, por su parte, siempre sigue a la estrategia y contribu­
ye con procedimientos concretos. La estrategia es la idea, la tácti-
118 El experto negociador La estrategi,a 119

ca su concreción. Si queremos que nuestro mensaje llegue a des­ Cuadro 5.2. Formas de gestión de los conflictos
tino son necesarios ambos conceptos, pero la idea precede a la pa­
e Competitivo e
V

labra. La táctica no debería orientarse a los objetivos, sino a i::


V Colaborador
bO
la estrategia. No obstante, puede tomar también un rumbo sor­ ºS<

prendente al parecer divergente de la dirección de la marcha. '
Mientras sirva a los propósitos de la estrategia, estará bien elegida.
·o
Cuadro 5.1. Contexto estratégico de las negociaciones
V
bO
ºS<
� •
Término medio

V
bO
ºS<
e Elusión e
V
o
z Adaptación
No cooperador -Cooperador
Necesidades
lntereses Cooperación
ESTRATEGIA
ficar cinco conductas diferentes en la gestión de conflictos (v.
cuadro 5.2.).
Por su destacada importancia, estas posiciones, así como sus
En la práctica, no siempre el mejor camino es el más corto, a ventajas y desventajas, se describirán detalladamente en los si­
menudo, primero hay que sortear o esquivar algún obstáculo. guientes apartados. La idoneidad de las cinco posiciones básicas
Cualquier táctica es adecuada mientras alcance el objetivo; mejor en un conflicto determinado depende de la índole del cometido,
es, por supuesto, la que suponga menos esfuerzo. El procedimien­ de la situación, así como de la personalidad del negociador (Tho­
to táctico es mucho más flexible que la estrategia, también es bas­ mas/Kilman 1974; Dupont 1982). El cómo de esta selección se
tante más versátil y variable, como veremos en el Capítulo 6. mostra�á en poster�ores apartados mediante ejemplos. Pero pase­
mos pnmero a las cmco posiciones básicas en un conflicto dado.

Las posiciones en conflicto


Presionar
En la estrategia, las alternativas son bastante más reducidas.
Blake y Mouton (1964) han desarrollado el diagrama de gestión, Ejercer presión para obtener la máxima ventaja puede ser efi­
en el que se representan varios estilos de proceder. Cada posi­ caz, pero no es una acción cooperativa. El objetivo de tal conducta
ción en un conflicto puede localizarse a lo largo de dos ejes, la c�nsiste, exclusivamente, en la imposición de los objetivos pro­
exigencia y la cooperación. El elemento exigente describe el fer­ pios, el proceso se plasmará en un resultado distributivo, un juego
vor con que alguien intenta imponer sus propios deseos, mien­ d� �uma cero. Tal conducta, eminentemente orientada al poder,
tras que su disposición a la cooperación también toma en cuenta ut1h�� todos los medios a su disposición, como pueden ser la per­
los intereses del otro. El eje compuesto por estas dos posturas bá­ sua�10-? personal, una posición más elevada o simplemente la su­
sicas nos permite construir un diagrama mediante el cual identi- penondad económica. Esta postura reitera la reivindicación de
120 El experto negoci,ador La estrategi,a
121
los propios derechos por una causa justa o simplemente en bene­ mente, los interlocutores de una negociación también podrán diri­
ficio personal. A1 parecer, no hay estrategia más adecuada cuan­ mir di rectamente sobre las diferencias personales en un clima de
do se trata de demostrar fortaleza personal, poder de imposición coope ración y superarias. Esta estrategia crea un clima de confian­
o autoridad, incluso sin poseerla. Esta postura suele tener el tosco za mutua y se destaca por su visión amplia. No ofrece desventajas
encanto de los westerns, sólo aquel que gana por la vía dura es un reales y presupone la disposición de ambos a la cooperación.
verdadero hombre. Suele resultar admirable, pero también muy
molesto, como el vendedor callejero que va de puerta en puerta y
nunca se da por vencido, forzando testarudamente a sus clientes a El término medio
que compren, eso es desagradable. Quien expresa enérgic;:i.mente
sus intereses tiene el privilegio de la iniciativa de las piezas biancas El término medio está situado en el centro del camino en
am­
del ajedrez que están en ventaja por un movimiento. Pero tal pre­ bas direcciones. Se solicita algo, pero no en términos absolutos. Se
sión y actividad paraliza la flexibilidad y el sujeto se vuelve impa­ llega a cooperar, pero no por completo. El propósito del término
ciente y no cede. También el guerrero, obstinado en imponer su medio es lograr una solución aceptable para todos que resulte, al
voluntad y dominar al otro en el curso de la batalla, suele obviar menos en parte, satisfactoria. El reparto también se sitúa a mitad
las seiíales decisivas que emite su enemigo. Si en la negociación del camino ent re los ejes de presionary ceder, representado por la
lí­
ambos interlocutores toman tal posición estalla la confrontación, la nea diagonal trazada desde el extremo superior izquierdo hasta
el
lucha. Uno de los dos tendrá que ceder o será vencido en la bata­ extremo inferior derecho en el cuadro 5.2. Cuando logramos un
lla decisiva, donde se medirán las fuerzas. En ciertos casos, la im­ término medio no renunciamos a todo, pero tampoco consegui­
posición de la propia voluntad puede ser una buena decis�ón, mos lo que nos propusimos. Tal solución se situaría entre las
posi­
pero entonces queda poco espacio para los enfoques cooperativos ciones de eludir y colaborar, no evita el conflicto, pero tamp
oco
para una solución constructiva del conflicto. profundiza en aquellos aspectos que requerirían un tratami
ento
más detallado para encontrar nuevas alternativas. Es much
o más
superficial. El término medio también se sitúa en un
punto cen­
La cooperación tral de la otra línea diagonal, lo que ilustra cabalmente
la expre­
sión encontrarse a mitad de camino, donde las partes se
aproximan
La cooperación es constructiva, exigente y tiene muchos ele­ una a la otra en busca de un acuerdo rápido medianam
ente acep­
mentos a su favor. Se._trata del intento de buscar una solución table para ambas. De todos modos tiene la ventaja de
que se llega
conjunta y que tenga en cuenta plenamente los deseos e intereses a algún acuerdo. El término medio se utiliza habitualm
ente como
de ambas partes. En el contexto del presente libro, tal postura co­ instrumento en política y diplomacia, donde es muy
apreciado
rresponde a la negociación integradora. La cooperación requiere como el arte de lo posible. Cuando ninguna de las dos
partes está dis­
que ambas partes se familiaricen con el conflicto y acto seguid? puesta a hacer más concesiones ( dada la limitación
de su manda­
traten de solucionado conjuntamente, casi siempre existe la pos1- to), es a veces la única opción y, por tanto, la mejo
r. En otro con­
bilidad de encontrar una solución creativa. texto, el término medio es una mezcla de cobar
día y de avidez que
Con algo de buena voluntad, las partes pueden identificar las di­ puede llevar a un mal término medio, en el que los
interlocutores, al
ficultades existentes y siendo siempre fieles a sus princípios, apren­ parecer, no tenían el coraje o la grandeza de
buscar mejores alter­
der del punto de vista y de la experiencia de la otra parte. Pueden n_ativ�s, incluso cuando su mandato se lo hubie
ra permitido. Un
aislar las disputas acerca de aspectos individuales o también apla­ termmo medio puede ser en algunos casos
la mejor solución, pero
cadas para despejar la vía hacia un acuerdo global. Es decisivo satis­ a menudo tan sólo aparentado.
facer, al menos, algunos de los deseos del otro, cosa que presupone
un conocimiento lo más exacto posible de sus necesidades. Final-
122 El experto negociador La estrategi,a 123
Laelusión Ceder

Siempre es posible eludir como solución «cero» (nadie gana). Es el polo opuesto de presionar. No se ejerce presión, pero se
En lugar de insistir en sus demandas y de cooperar, el negociador coopera. El negociador renuncia a la mayor parte de sus objetivos
se retira del conflicto y evita un acuerdo con una opción que no y sacrifica sus propios intereses para satisfacer a su oponente, ya
sirve a sus propios intereses ni a los de la parte contraria. Simple­ sea por generosidad, amor al prójimo o por obediencia forzada.
mente evita abordar el problema, quizá porque su oponente <'.Fueron tal vez tan convincentes los argumentos de la otra parte
parece demasiado poderoso y no cabría la posibilidad de una re­ que nuestro negociador fue convencido? iÜ acaso ya se cambió de
solución exitosa del conflicto. En esta situación, una táctica reco­ bando? La capitulación, en cierta manera es una estrategia efecti­
mendable podría ser dejar al contrincante que se bata sólo por va cuando se trata de desactivar un conflicto efervescente o sim­
un momento, análogamente a las técnicas usadas a tàl efecto en plemente para restablecer una atmósfera amigable.
los artes marciales del aikido y jujitsu que, sin duda, son las favori­ Sin embargo, también puede interpretarse como invitación a
tas de los gerentes japoneses. La estrategia de la elusión puede to­ plantear mayores exigencias, como lo demuestra nuestro ejemplo
mar una forma diplomática al posponer y congelar los temas deli­ de la Conferencia de Múnich en el Capítulo 1. Ceder puede inter­
cados hasta un momento más adecuado. Cuando no parece aún pretarse frecuentemente como debilidad y como signo de inocen­
posible llegar a un acuerdo, esquivarlo conscientemente puede cia excesiva (jo como un castigo justo!). Pero como estrategia, ini­
evitar el danar una buena relación con là otra parte. Es mucho cialmente no se debería desechar. Todo depende del objetivo y de
mejor evitar una cuestión en el momento indicado que tener que los detalles de las circunstancias dadas. Quien cede en cuestiones
sentirse decepcionado más tarde o defraudar al otro. secundarias para alcanzar sus objetivos principales no saldrá per­
La conducta esquiva también puede darse en forma de la polí­ dedor al final.
tica del avestruz, escondiendo la cabeza en la arena y esperando.
Esta es una manera de aplazar una situación que amenaza con
adquirir matices peligrosos, pero dificilmente será suficiente para �Qué posturay cuándo?
solucionaria. En este caso, la acción evasiva será una forma muy
circunspecta y conservadora de reaccionar que no arriesga nada: Basado en el condicionante de que las propuestas son diame­
quien no apuesta no pierde ni gana. Asimismo, se define por tralmente opuestas, surge automáticamente la pregunta de qué
encubrir los intereses o posiciones propias de forma bastante posición deberíamos adoptar en una situación concreta. Aunque,
efectiva, simplemente no da lugar al diálogo que pueda proveer por regla general, la cooperación suele ser la mejor opción, no
informaciones importantes a la otra parte. siempre es posible. En este apartado presentamos cuatro criterios
Esta actitud, claro está, no da precisamente una impresión contrastados con los que podemos evaluar las estrategias cuando
muy amistosa al interlocutor a quien se ha dejado plantado, pero estamos frente a un problema específico (adaptado de Gladwin
podría resultar mucho más dafüno retirarse en un momento pos­ and Walter, 1980).
terior. La posición esquiva es extremadamente versátil y, por tan­ Empecemos por el eje vertical en el cuadro 5.3. <'.Cómo podría­
to, poderosa en una situación de tal índole. Pero al igual que las mos averiguar hasta dónde podremos llegar con nuestras exigen­
demás posiciones debería usarse de forma muy pensada y no de­ cias y con cuánto énfasis deberíamos presentarias? <'.Cuánta coope­
bería considerarse como solución prefabricada. Esquivar los con­ ración deberíamos ofrecer, y cuánta podemos esperar nos brinde
flictos con demasiada frecuencia reduce nuestras propias expec­ la otra parte?
tativas y minimiza así las posibilidades de obtener resultados
verdaderamente satisfactorios en el futuro.
124 El experto negoci,ador La estrategi,a 125

�Qué está enjuego? El interés común

La primera consideración condicional a esta decisión es la si­ Enfoquemos el estudio al eje horizontal reflejado en el cuadro
guiente: �Cuán vital es esta negociación para mí? �Qué es lo que 5.3., que introduce dos nuevas variables que afectan el nível de co­
está en juego? Si un fracaso pusiese en peligro mi supervivencia, le operación: los intereses comunes y la calidad de la relación perso­
dedicaría muchos más esfuerzos que tratándose tan sólo de com­ nal. Empecemos con los intereses, es lógico suponer que los inter­
prar un nuevo contestador automático. lntentaré disputar cada locutores tendrán más interés en cooperar en la medida en que
centímetro del terreno para mantener mi posición o, mejor, cola­ existan intereses comunes. Si ambas partes luchan por el mismo
boraré con mi interlocutor para lograr un resultado óptimo. Lo objetivo será más probable que empujen el mismo carro que si sus
mínimo será llegar a un término medio aceptable, si esta fuera la fines se perfilan de manera diametralmente opuesta. A la inversa,
mejor alternativa bajo las respectivas circunstancias, siempre será cuanto menores sean los intereses comunes, habrá menos volun­
mejor que el abandonar una negociación importante sin haber tad para la cooperación. No necesitamos profundizar en ello.
llegado a acuerdo alguno. Pero lo que sí es cierto es que no cederé Pero es bueno tener presentes estas simples conclusiones lógicas
si el resultado fuese de importancia vital o si mediante éste se esta­ cuando diseiíemos nuestra estrategia. Una situación similar se da
bleciera un precedente. Porque si cedo ahora, los demás espera­ cuando se trata de readaptar nuestra propia posición en el curso
rán cerrar un acuerdo similar en futuros casos parecidos. Ceder de la negociación, tal como veremos más adelante.
ahora significaría tener que hacerlo una vez tras otra en circuns­
tancias similares.
Cuadro 5.3. Factores determinantes de la conducta
en el conflicto
Eljuego de poderes
o o ...,
e Competitivo e
<I.>

�u �u e Colaborador
El equilíbrio de poderes entre los participantes tiene un impac­ <I.>

� ·x
;::l ;::l blJ
to similar sobre el transcurso de los acontecimientos. Es demasia­ � �
o
do obvio afirmar que: aquel que detenta el poder suficiente como "O

para imponer sus exigencias, generalmente suele aprovecharlo. "' �u


... o
...

A no ser, por supuesto, que persiga una finalidad bien diferente. <I.>
·5
º-
<I.>
"O o:s "O Término medio
La simple disponibilidad de poder no significa necesariamente "O eo
que sea utilizado en un caso dado. Por otra parte, es consecuen­
o
"O
i:i... �
u
u
te que la posibilidad de que sea empleado, de parte nuestra o de la
otra, tendrá un impacto considerable e incluso decisivo en la elec­ ·a <I.>
ü'i e
ción de una estrategia, puesto que aquel que detenta el poder o o <I.>

puede ejercitarlo en cualquierinomento.


u
o u
o ·x
blJ

e Elusión
· A-<
e
i:i... <I.>

Esta conclusión define el principio de la disúasión: . no tiene o


z Adaptación
sentido atacar a un adversario poderoso. Tan importante como No cooperador Cooperador
una correcta apreciación del prOpio poder es, por tanto, la �valua­ Conducta.
Negativo Positivo
ción lo más exacta posible que pueda ostentar el adversario. Para Calidad de relación
ello necesitamos comprender las fuentes y bases d.el poder (v. Ca- Negativo Positivo
pítulo 2). Interdependencia de intereses
126 El experto negociador La estrategja 127

Calidad de las relaciones personales «Rochelle Lazarus siempre trataba con el máximo esmero las
relaciones personales con sus clientes, y ello desde mucho antes
La magnitud de la cooperación depende, por otro lado, de la de convertirse en presidente de la agencia publicitaria Ogilvy
calidad de las relaciones personales existentes entre los negocia­ &Mather's, responsable del área de negocios de América del Nor­
dores, siendo un aspecto tan obvio que, a veces, puede caer en el te. Había pasado varios anos compartiendo la hora del almuerzo
olvido. Todos nosotros nos comportamos de forma diferente ante con los clientes antiguos o actuales, preservando las relaciones
un amigo de lo que lo haríamos frente a un interlocutor comple­ y las proverbiales buenas conexiones no solamente en el plano
tamente desconocido, sin hablar de un notorio estafador ya cono­ ejecutivo. En cada companía con la que había trabajado en el
cido en el ramo. Si hemos tenido experiencias positivas con un primer tercio de su carrera, incluyendo American Express, conocía
interlocutor de negociación que en nuestros tratos haya demos­ a una gran cantidad de personas en puestos de influencia a todo
trado seriedad y fiabilidad, habrá luz verde para la cooperación. nivel y en todas las secciones. Este enorme esfuerzo, por no ha­
Por supuesto, lo contrario es igualmente cierto, nuestro interlo­ blar de las cuentas de restaurantes, fue recompensado finalmen­
cutor necesitará comprobar que somos lo suficientemente dignos te en 1992 cuando recuperó el negocio de publicidad de las tar­
de su confianza antes de que esté dispuesto a cooperar con noso­ jetas de crédito de American Express.
tros. Ambas partes tienen que ganarse su derecho a cooperar. Pero el «golpe» realmente importante se produjo dos anos
A pesar de ello, puede ocurrir que, aun con buena relación más tarde, cuando sus buenas relaciones le permitieron obtener
personal, los intereses de ambas partes sean tan dispares que sea un contrato de 400 millones de dólares del gigante informático
dificilmente suponible el llegar a un acuerdo cooperativo. En es­ IBM para su empresa. Por supuesto que jamás hubiese consegui­
tas circunstancias, se encontrará un término medio o una de las do tal «pez gordo» sin los excelentes rendimientos y el indiscuti­
dos partes puede ceder para no enturbiar las buenas relaciones. ble renombre de su empresa publicitaria. Sin embargo, de un
También existe la posibilidad de que ambas eludan el conflicto documento interno de IBM se desprende que los contactos man­
entre los intereses y la relación personal prescindiendo del nego­ tenidos por la senora Lazarus con el presidente de IBM, Louis
cio. Como acabamos de ver, cada posición puede describirse, se­ V. Gerstner, y su vicepresidente, Abby Kohnstamm, durante mu­
gún el diagrama de Gladwin/Walter (1980), mediante cuatro chos anos, habían jugado un papel muy importante en la conce­
parámetros determinantes sencillos de apreciar: el poder, la im­ sión publicitaria de IBM para la empresa Ogilvy. La relación de
portancia, los intereses y la relación personal. Desde esta proyec­ confianza que había crecido paulatinamente desdibujó conside­
ción, podremos describir tanto nuestra postura como también la rablemente los riesgos financieros de una nueva campana publi­
de nuestro interlocutor a raíz de las dimensiones de demandas y citaria. Por cierto, la senora Lazarus ya había mantenido buenas
cooperación. Es posible que no sea suficiente para resolver los relaciones con sus clientes Gerstner y Kohnstamn cuando ambos
conflictos que puedan surgir, sin embargo, la correcta aprecia­ aún formabari parte de American Express, sin embargo en aquel
ción de ambas posiciones puede sernos muy útil a la hora de de­ momento no hubiese podido imaginar sus buenas posibilidades
sarrollar una estrategia adecuada. de éxito con IBM. Además de destacar el papel de una buena re­
lación personal con interlocutores importantes de negociación,
este ejemplo evidencia una vez más el significado estratégico de
Ejemplo: El almuerzo de negocios con IBM una visión a largo plazo.»

El siguiente ejemplo demostrará la necesidad de cultivar las re­ (basado en Wall Streetjournal, 1994)
laciones personales. El movimiento a lo largo del eje horizontal de
relaciones hizo posible, en este caso, el paso del abandono (por
parte del representante de IBM) hacia la colaboración.
128 El experto negociador La estrategi,a 129

Ejemplo: perestro-ika

En el ejemplo siguiente tendremos un movimiento a lo largo


del eje vertical del poder. ElJefe de Estado y del Partido soviético,
Michael Gorbachov, fue recibido calurosamente por parte del
mundo occidental poco después de haber sido nombrado Secreta­

rio General en 1985. El informativo Times incluso lo nombró
como el Hombre del Siglo en su portada. Tras anos y décadas de en­
frentamiento, ahora había un hombre al frente de la Unión Sovié­
i
�o
tica cuyas ideas de reforma hacían soplar un poderoso y bienveni­ u
do viento de libertad y democracia en el gigantesco imperio,
eternamente reprimido y esquivado por el resto del mundo. Pare­
ció estar al alcance de la mano una verdadera cooperación con
Occidente o, al menos, un término de la carrera armamentística.

i
Pero �era Gorbachov el hombre que realmente podría imponer el �
resultado de las negociaciones con Occidente en su propio país?
Con toda la alegría sobre la política de la perestroika (reestructu­ j"õ w
b 2


ración) y el glasnost (apertura), las capitales occidentales no pu­ f o
dieron evitar la preocupación justificada de que el cambio tan is. t
ansiosamente esperado podría ser obstaculizado por aquellos gru­
pos que veían amenazados sus privilegios personales. Por otra par­ (<I
1:l
-�
cu
te, existían estratos de la población que respaldaban al nuevo
l
.:: 0.

hombre del Kremlin. A raíz de ello se confeccionaron varios análi­ <b


"'
� t---t-----t---t---+--+----+---+---+----+-1-----l

i
,_.
sis estratégicos para poder identificar exactamente a cada uno de
estos grupos.
ê
� �
La tabla 5.1. expone de forma nítida cuáles eran los grupos a
favor y los contrarios a la política reformista de Gorbachov. Este
análisis hizo posible que los gobiernos occidentales y sus diferen­
tes organizaciones pudieran dirigirse con los medios adecuados a
los opositores y a los seguidores de las reformas, puesto que se
pretendía desplazar las relaciones con la Unión Soviética del en­
frentamiento (v. cuadro 5.2. superior izquierda) a la coopera­
ción (derecha, arriba). No sólo se precisaba relanzar las relacio­
nes diplomáticas, sino también un acercamiento real de los
intereses soviéticos a los americanos. Este era precisamente el co­
metido del glasnost y de la perestroika. Los gobiernos occidentales
estaban de acuerdo en que, para poder mantener en el poder al
nuevo Secretario General, considerado como progresista, había
que debilitar las fuerzas reaccionarias en el seno de la Unión So­
viética y, al mismo tiempo, apoyar a los adeptos a Gorbachov. En
130 El experto negociador La estrategi,a 131

el momento decisivo, no obstante, no se prestó dicho apoyo, por Tabla 5-2. Posiciones preferentes en el conflicto,
lo que se dejó caer a Gorbachov con el resultado de su defenes­ Suiza (Saner y Yiu, 1993)
tración.
Promedio Funcionarios Banqueros Gerentes Estudiantes Promedio
suizo federales suizos suizos suizos de más alto
suizos (sector (sector economía '�
La selección de la estrategia servidos) transporte)
(N = 184) (N=37) (N = 24) (N =25) (N=37)
Término Término Elusión Término Término
Hemos estudiado las posiciones básicas y hemos considerado medio medio medio
medio
su puesta en práctica a partir de distintos ejemplos, pero aún nos -7,14 -7,16 -7,04 -8,20 -6,7
espera la decisión sobre la posición a adoptar por parte nuestra en Elusión Elusión Término Elusión Elusión
una situación concareta. No existe una respuesta universalmente medio
válida a esta pregunta. En primer lugar, nuestra disposición perso­ -6,46 -6,78 -6,38 -6,12 -6,46

nal ejercerá una influencia importante en la estrategia que escoja­ Colaboración Competencia Colaboración Adaptación Colaboración
-5,56 -5,58 -5,75 -5,72 -6,40
mos. Un buen negociador dominará la gama completa de posicio­
nes y, por tanto, estará en condiciones de utilizar eficientemente Competencia Colaboración Adaptación Competencia Competencia

las cinco situaciones básicas. No obstante, cada cual tiene sus pre­
-5,53 -5,51 -5,58 -5,48 -5,54 '�
Adaptación Adaptación Competencia Colaboración Adaptación Promedio
ferencias, a ciertas personas les gustará imponerse, unas preferi­ -4,31 -5,25 -4,32
-5,22 -5,46 más bajo
rán retroceder y a otras tantas les complacerá buscar nuevas solu­
ciones. No hay que menospreciar este aspecto personal, tal como
demuestra el siguiente ejemplo. Este resultado, obtenido de manera uniforme en todos los gru­
pos profesionales estudiados, parece lógico en un país que no
solamente depende de los Estados vecinos y sus mercados, sino
Por ejemplo: Suiza también que se encuentra internamente divido por varias comuni­
dades étnicas, culturales, religiosas y lingüísticas. Sin la existencia
«Los suizos prefieren evitar las negociaciones. En caso de verse de una predilección por la búsqueda del término medio y la elu­
forzados a negociar, procuran empezar por un término medio y sión en situaciones de conflicto por parte de la población, la gue­
terminar en un enfrentamiento. » Este juicio no muy halagador so­ rra civil sería bastante probable. Esta actitud básica se puede cons­
bre las habilidades de los negociadores de la república alpina, no tatar también en la forma de actuación del Gobierno del Estado
por duro deja de ser veraz. El lector, tal vez interprete esta consta­ Federado. Así, por ejemplo, los siete miembros del Consejo Fede­
tación como excesivamente autocrítica, hecha por el autor que es ral (ministros de gabinete) son elegidos por medio de una fórmu­
suizo y que cuenta con considerables experiencias de negociación la que evita el predominio de algunos cantones o grupos lingüísti­
en su país nata[ Sin embargo, hemos acumulado evidencias empí­ cos. El Gobierno se compone de los miembros de los cuatro
ricas para corroborar este enunciado (Saner y Yiu, 1993). El méto­ partidos políticos más importantes que han formado una alianza
do al que se recurrió fue al MODE de manejo de conflictos, un ininterrumpida desde 1959. El Gobierno actúa como colectivo,
cuestionario desarrollado para determinar las posturas preferidas cada uno de los siete ministros es corresponsable de las decisiones
a la hora de manejar un conflicto (Thomas y Kilman, 1974), que gubernamentales, incluso cuando él o ella no las apoye personal­
fue remitido a 184 diplomáticos, funcionarios de alto nivel, direc­ mente.
tores, banqueros y estudiantes. Los resultados demostraron una La estructura industrial, dominada por los grandes conglome­
tendencia evidente en cuanto a posiciones para encontrar un tér­ rados, denota una preferencia parecida a las decisiones por con­
mino medio y a la elusión. senso; también se encuentra en las rondas de negociación de sala-
132 El experto negociador La estrategi,a 133

rios, que están manteniendo una absoluta paz laboral desde hace Cuadro 5.4. Relaciones entre Suiza y CEE, CE y UE
décadas. La evaluación objetiva de la posición suiza en el curso de Suiza (Saner y Yiu, 1993)
negociaciones diplomáticas, como puede ser con la Unión Euro­
pea, también da por resultado una inclinación natural hacia un
compromiso del término medio. Suiza, frente a sus vecinos mucho
mayores y más poderosos de la Unión Europea, carece práctica­
mente de poder fáctico en las negociaciones, pero los acuerdos
en juego suelen ser de mucha importancia para la economía suiza.
No obstante, los intereses suizos suelen coincidir raramente con
aquellos de los Estados europeos mayores y las relaciones con de­
terminados vecinos no pueden ser excesivamente estrechas consi­
derando los diferentes grupos étnicos y lingüísticos existentes en
Suiza, de lo contrario se amenazaría la cohesión del Estado Fede­
ral a causa de las tensiones políticas resultantes. La neutralidad ac­
tiva es la conclusión lógica de tal acto de cuidadoso equilibrio.
Un ejemplo interesante de cómo se tratan los conflictos en Sui­
za se da a través de las negociaciones mantenidas con la Unión Eu­
ropea (UE), ilustradas de forma sucinta en el cuadro 5.4. En la pri­
mera fase, desde 1957 hasta 1972, la UE era considerada como
amenaza para la independencia y el sentido de soberanía suizos y
el pueblo alpino no hubiese aceptado su adhesión como miembro.
No obstante, la unión aduanera de los países miembros de la UE
representaba una potencial amenaza para la economía suiza dados
los aranceles discriminatorios vigentes de la UE. En busca de una
solución, Berna optó por la participación en el establecimiento de
la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC más conocida
como EFTA por sus siglas en inglés) y al mismo tiempo, ya en con­
dición de miembro de la EFTA, ayudó en la negociación de un
acuerdo de libre comercio entre ésta y los países de la Comunidad
Económica Europea, que dio por resultado que todos los países de
la EFTA, incluyendo Suiza, permaneciesen inmunes frente a la dis­
criminación impuesta por la Unión Aduanera de la CEE. Además,
Suiza firmó más de 130 acuerdos bilaterales con la CEE (por ejem­
plo, en el campo de la cooperación científica, el mejor acceso a los
mercados de determinados productos agrícolas, etc.).
Entre 1989 y 1992, esta actitud se desplazó desde la posición es­
CN

quiva hacia la cooperación activa. La razón de esta tesitura residió


en la decisión de la CEE de crear un mercado común, aboliendo
de este modo las barreras comerciales entre los países miembros.
Como resultado, Suiza y los demás países de la EFTA negociaron
134 El experto negociador La estrategi,a 135

un acuerdo comercial con la CEE del que surgió el Área Económi­ parte. El siguiente apartado se ocupará de la adaptación de una
ca Europea (AEE), que reduciría el potencial de nuevos aranceles estrategia adecuada a las nuevas circunstancias. Llegados a este
y políticas discriminatorias por parte de la CEE. Las negociaciones punto, nos gustaría presentar un instrumento útil para la toma de
fueron duras; finalmente, el acuerdo logrado con tamaõ.o esfuer­ decisiones con cuya ayuda podremos deJinir cabalmente nuestra
zo fue rechazado por el pueblo suizo mediante un referéndum posición inicial.
popular en 1992, que arrojó un resultado opuesto a los demás paí­ Atendidas escrupulosamente las preguntas de cada una de las
ses de la EFfA que votaron a favor del AEE. Suiza se encontró determinantes expuestas, la lista de evaluación reproducida en la
completamente aislada en el continente europeo y necesitaba de­ tabla 5.3. dará como resultado un número muy interesante. La in­
sesperadamente el modo de neutralizar el posible peligro de no formación precisa dada por este número podrá obtenerse al intro­
ser miembro del AEE. ducirlo en la escala correspondiente del cuadro 5.5., reflejada
Tras un aõ.o de confusión y tensión, Suiza y la UE acordaron como línea vertical u horizontal.
iniciar negociaciones bilaterales con especial interés en cinco sec­ Las respuestas de la lista recapitulativa producen, de esta for­
tores (transporte terrestre y aéreo, agricultura, normas laborales, ma, dos líneas horizontales y dos verticales. Ahora dirigiremos
barreras técnicas al comercio, compras gubernamentales e investi­ nuestra atención hacia el rectángulo encerrado por estas cuatro lí­
gación). Las negociaciones bilaterales concluyeron en 1999, pe�o neas. Puede resultar útil resaltarlo mediante colores. Si nos remiti­
varios grupos que por interés temían la creciente competenc1a mos ahora ai diagrama de Thomas y Kilmann ( cuadro 5.2.), la po­
económica y la pérdida de soberanía, organizaron un referéndum sición de nuestro rectángulo nos mostrará dónde nos situamos en
respecto al cual los suizos votaran, en mayo del 2000, para expre­ este conflicto respecto a las cinco posturas básicas.
sar su rechazo o aceptación. Si el voto resulta favorable, Suiza ha­
brá logrado, una vez más, negociar un arreglo con la Unión Euro­
pea que le permita mantenerse al margen de la discriminación. Tabla 5.3. Lista de análisis estratégico (Yiu, 1987)
Pero en caso de rechazo del acuerdo, la presión ejercida por la UE
irá en aumento. Si se aceptaran los acuerdos sectoriales, será bas­ Instrucciones: En primer lugar, marque con un círculo la evaluación
tante probable que Suiza no se mantenga al margen por mucho correcta de cada factor individual en la escala de 4 puntos. Después,
tiempo y que, algún día, finalmente se adapte y se convierta en calcule el resultado en cada factor e insértelo en el cuadro 5.5., dibu-
miembro de la UE. jando una línea horizontal o vertical en las coordenadas correspon-
dientes. El plano de intersección de las líneas representa su posición es-
tratégica inicial.

Análisis estratégico 1. Importancia dei resultado (IR)


Impacto en la estrategia reducido o 1 2 3 sustancial
Hemos apreciado el papel desempenado por la disposición empresarial
individual en cuanto a la selección de la estrategia mediante el Condición financiera buena o 1 2 3 crítica
ejemplo de Suiza. Es necesario tener en cuenta las inclinaciones Costos ocultos bajos o 1 2 3 altos
subjetivas sobre una posición particular, tenemos que evaluarlo
críticamente. (Realmente es adecuada la estrategia preferida para Precedentes existentes o 1 2 3 inexistentes
resolver un conflicto específico? Parece ser mucho más importan­ Responsabilidad haja o 1 2 3 alta
te enfocar la faceta objetiva del asunto, siempre y cuando el nego­ Urgencia reducida o 1 2 3 alta
éiador esté en condiciones de desechar sus preferencias persona­ Alternativas ninguna o 1 2 3 muchas
les. Cada conflicto precisa que se evalúe cada situación bajo una
Total Total IR
nueva perspectiva, al igual que los cambios de posición de la otra
136 El experto negociador La estrategi,a 137

2. Posición de poder (PP) 4. Calidad de relación (CR)


Tamaii.o pequeno o 1 2 3 grande Calidad de la pobre o 1 2 3 excelente
relación pasada
Base financiera limitada o 1 2 3 sustancial
Personal adicional no disponible o 1 2 3 mucha
Comprensión mutua pobre o 1 2 3 excelente

Experiencia insuficiente o 1 2 3 suficiente


Disposición mutua poca o 1 2 3 excelente
a ayudar
Calidad dei liderazgo mala o 1 2 3 muy buena Calidad
Prestigio bajo o 1 2 3 alto de comunicación defensiva o 1 2 3 abierta
Comunicación/ poca o 1 2 3 excelente Orientación de valores divergente o 1 2 3 compatible
Persuasión Total Total CR
Acceso a los medios de inexistente o 1 2 3 múltiple
comunicación Cuadro 5.5. Diagrama de posicionamiento estratégico
Cohesión de la baja o 1 2 3 alta IR PP
organización 22 52

Experiencia en gestión escasa o 1 2 3 sustancial


20
de conflictos 45,5

Disponibilidad baja o 1 2 3 intensa 18


Legitimidad cuestionable o 1 2 3 incuestionable 16,5 39

Disposición ai riesgo inadecuada o 1 2 3 adecuada


15

Posibles pactos no disponibles o 1 2 3 amplios 13


32,5

Opciones alternativas ninguna o 1 2 3 muchas


11 26
Capacidad de escasa o 1 2 3 mucha
recompensas 9
19,5
Capacidad coercitiva débil o 1 2 3 fuerte
7
Total Total PP
5,5 13
3. Intereses comunes (IC) 4

Compatibilidad ninguna o 1 2 3 mucha


2
6,5
de objetivos
Compatibilidad ninguna o 1 2 3 mucha o o
de enfoques
CR O 2 4 6 8 10 12
lnterdependencia ninguna o 1 2 3 mucha
de recursos IC o 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Total Total IC IR = Importancia dei resultado QR = Calidad de relación
PP = Posición de poder lC = lntereses comunes
138 El experto negociador La estrategi,a
139
La adaptación de la estrategia Cuadro 5.6. Dieciséis vías estratégicas

Esta po sición de partida marca un adecuado punto de referen­ Competitivo Colaborador


cia para definir nuestra propia postura, lo cual no implica que ten­
gamos que aferramos a ella. Dependiendo de la posición que
adopte la otra parte, modificaremos la nuestra según progrese la
negociación. La estrategia incluso puede definirse mediante el
movimiento de una posición a otra. «La verdadera política es la
confrontación del poder con el poder en un punto específico
donde sea posible una decisión en el sentido militar y luego usar 9 12 2 5
un equilibrio delicado e inestable como o portunidad aprovecha­
ble para una negociación constructiva y magnánime. » (Walter 16
14
Lippmann, 1946). 15
La secuencia y el momento de tomar las diferentes po siciones
puede tener un efecto decisivo, como nos demuestra el ejemplo
famoso de un directivo filósofo japonés: «Cuando tu enemigo se
retire porque te ve dispu esto al ataque, organiza primero u n simu ­ Elusión ll Adaptable
lacro de ataque y cuando él baje la guardia después de la tensión, No cooperativo•◄----►
Cooperativo
ataca inmediata e implacablemente. » (Musashi, Miyamoto, 1982).
Es tan interesante este pensamiento como lo es su autor: Miya­
moto Musashi (1584-1645), fue un samurai cuyos escritos aún sir­
ven de base teórica en innumerables seminarios de hombres de Ejemplo: Go
negocio. Transfiriéndolo a los términos del marketing, el princi­
pio arriba enunciado podría representar una hábil estrategia para El i-Go, conocido simplemente como Go en Occidente es una
introducir un producto nuevo. La amenaza de presentación, o la
�ción excele�te para la r eflexión táctica y una estrategia espe­
ya real existencia de un nuevo producto relativamente poco im­ c1alm�nte flex1ble. A diferencia del ajedrez, este juego estratégico
portante o i nferior (fingiendo debilidad) es una mera farsa para que s1gue de moda en Japón y en Chi na desde hace siglos, no
distraer a la competencia. Mientras ésta se amolda y relaja se in­ comprende una jerarquía de poderes o un enfrentamiento lineal
troduce, con todo ímpetu, el verdadero producto en el mercado. entre dife rentes ejércitos. Los jugadores actúan de forma alter­
Partiendo de las cinco posiciones que acabamos de presentar, n �nte med�ante la colocación de una pieza blanca o negra (deno­
existen un total de 16 vías posibles de una a otra (v. cuadro 5.6.). mmada «p1edra») en una de las 361 intersecciones de un tablero
Resulta fácil imaginar qué puede representar en la práctica. Cual­ co�puesto de 19xl 9 líneas verti cales y hori zontales. El objetivo
quier opción es posible cuando se trata de decidir el paso de una .
del J uego consiste en controlar el área más grande posible del ta­
postura de confrontación a una de evasión o de cooperación. De­ bler � con_ las pi�d ras del mismo color. Una vez cercada una piedra
pendiendo de las circunstancias, cualquier a de las vías puede _
o vanas, esta o estas se retiran del tablero. De lo contrario todas
constituir la estrateg ia óptima. las pi edras permanecen allí donde fueron originalmente � oloca­
da�, componiendo una compleja maraõa de campos de batalla lo ­
calizado s. Un b uen jugador desarrollará estrategias sofisticadas
desde las posiciones r espectivas de las piedras en relación co n
otras, de modo que al final del juego estará en posesión de más de
El experto negociador La estrategi,a 141
140
la mitad de los puntos libres, conocidos como «libertades », que A primera vista, las similitudes entre este curioso juego de mesa
permanecen en el tablero. Los grupos individuales o cadena� �e y la realización de negociaciones tal vez pueden no resultar muy
. _
obvias. Pero cualqmera que ten ga que regatear con frecuenci a
pie dras « ejércitos » p ue den fo rmar alianzas para estar en co nd100-
nes de moverse hacia las fuerz as enemig as y finalmente capturar­
con in terlocutores procedentes del Lejano Oriente, rápidamente
las, o pueden lim itarse a aseg urar su prop io territori?, estableci� n­ se dará cuenta de la validez de estudiar este juego, pues pese a su
_ aire exótico, dicho sea de paso es considerado el juego con tablero
do una barrera efectiva e inve ncible a lre dedor de este. Tamb1e n
es posible formar trin cheras de retaguardia detrás del enem igo más antiguo del m undo, es fiel reflejo de todas y cada una de las
para cerrar líne as con otras piedras amigas y de este modo, captu­ estrategias que hemos mencionado en este capítulo.
rar terr itorio enemigo desde la retaguar dia.
El cuadro 5.7. presen ta dos ejemplos simples de estrategia y
táctica en el Go. Los tres diagramas representados en la p arte su­ Ejemplo: IBM
per ior demuestran cóm o la colocación coordinada de s1:1s p iedras
ha perm itido a la s blancas cercar y cap turar las tres p1edras ne­ Para concluir el presente Capítulo, el siguiente ejemplo muestra
gras. Mediante la colocación de una piedra blanca en 1, las blan­ cómo una corporación m ultinacional se vio obligada a armonizar
su estrategia con la posició n m an tenida por el Gobierno de un país
cas han cercado a las negras y están en condiciones de h acerse
con tres p ie dras negra s. Gracias a esta estrateg i°:' las blanca� ��n anfitrión y adaptarse inm ediatam ente a toda una n ueva posición.
ganado territorio para sí mismas y han estableodo una pos1oon Contiene muchos de los elementos que hemos presentado en este
superior e in vulnerable. L a s ituaci ón es bien diferente para las ne­
capítulo y por ello, puede considerarse una aplicación práctica ex­
gras en el segundo ejemplo (p arte inferior), aunque capturan dos celente de las teorías que hemos expuesto. Estamos hablando de
nuevo del productor de computadoras y máquinas de oficina «lnter­
p iedra s blancas se encuentran amenazadas por las restantes de
national B usiness Machines », conocido m undialmente como IBM.
este color. L as negras necesitan aseg urarse el p unto marcado con
el n. º 1 si q uieren protegerse de la ofensiva blanca en curso.
Cuadro 5.8. Posición estratégica de IBM en la India
Cuadro 5.7. J uego japonés de estrategia
0,-----0
Confrontación: Colaboración:
Gobierno quiere IBM es acogido en la lndia
participación mayoritaria con los brazos
de la India; IBM se abiertos
mantiene firme

G)
�eompro1DIS0:
IBM ofrece concesiones
ai Gobierno hindú;
la India lo rechaza

Abandono:
IBM no está dispuesta
a renunciar a su estrategia
global y abandona la India
142 El experto negociador La estrategi,a 143

«Desde los anos setenta, las empresas multinacionales como Bibliografia de este capítulo
IBM se han visto enfrentadas con una actitud cada vez más dura
por parte de muchas naciones emergentes en el frente político y BLAKE, Robert R.; MOUTON, Jane S., Managerial Facades (Facha­
económico. Mientras que en 1951, IBM aún fue invitada a la India das de los directivos), Advanced Management Journal (Julio
y recibida por el Primer Ministro Nehru con los brazos abiertos, 1966), 31.
veinte anos después el viento soplaba desde una dirección radical­ GlASL, Friedrich, Konjliktmanagement: Diagnose und Behandlung von
mente opuesta. Mientras tanto, IBM había conseguido consolidar Konjlikten in Organisationen (Gestión de conflictos: Diagnóstico
un control casi completo del mercado hindú de computadoras. El y tratamiento de los conflictos en las organizaciones), Bern/
Gobierno asiático consideró que ello implicaba una dependencia Stuttgart: Haupt, 1980.
peligrosa,desde el punto de vista estratégico y presionó a la em­ GLADWIN, Thomas N.; WALTER, Ingo, Multinationals Under Fire. Les­
presa para que redujera su participación del 100% a un 40%, una sons in the Management of Conjlict (Multinacionales en proble­
titularidad que aún suponía una minoría con poder de veto. Tam­ mas. Lecciones de gesión de conflictos). Nueva York;John Wi­
bién se pedía a IBM ampliar sus actividades de diseíio y produc­ ley, 1980.
ción de computadoras en la India, tanto para el mercado interno THOMAS, Kenneth W; KrLMAN, R.H., Developing a Forced-choice Mea­
como para la exportación. IBM no estaba dispuesta a cambiar el sure of Conjlict Handling Behaviour: The MODE Instrument (Desa­
rumbo de su política global tradicional a raíz de una nueva actitud rrollo de un instrumento de conducta de tratamiento de con­
por parte del Gobierno hindú, en consecuencia la multinacional flictos: MODE), En: Educational and Psy chological Measurement
cambió su posición bacia la India de la colaboración a la confron­ 37, (1977), 309-325.
tación. IBM no podía aceptar la exigencia indú de una participa­ Wall StreetJournal, 27 de mayo de 1994, «Lazarus» Long View Drew
ción equitativa. No obstante, la conducta igualmente inflexible IBM Account.
adaptada por el Gobierno implicado acabó por forzar a IBM a WALTER, Ingo; GLADWIN, Thomas N., How Multinationals Can Ma­
presentar un posible compromiso que contenía amplias conce­ nage Social and Political Forces (La manera de cómo las multina­
siones. cionales pueden enfrentarse a las fuerzas sociales y políticas),
»Pero la India rehusó la propuesta de IBM. Esto llevó al gigante Journal ofBusiness Strategy (Verano de 1980), VII/7 a-o.
informático a adaptar una posición desafortunada en tanto que
sorprendente para el Gobierno hindú, IBM consideraba que los
requerimientos hindúes constituían una seria amenaza para su es­
trategia global y renunció a sus actividades en el subcontinente.
Cuando finalmente ya no se albergaba esperanza alguna de llegar
a buen término, la multinacional decidió volcarse bacia una polí­
tica de abandono, el 15 de noviembre de 1977 anunció su comple­
ta retirada de la India. »

(Fuente: Walter and Gladwin, 1980)


6
Táctica

Decidida la mejor estrategia a emplear, el negociador experi­


mentado tendrá a su disposición una amplia gama de enfoques tác­
ticos. Pero incluso siendo un experto muy hábil y pudiendo remi­
tirse a un vasto repertorio de técnicas, solamente las utilizará para
reforzar su plan estratégico. Muchas veces resulta dificil resistir la
tentación de probar un enfoque distinto. Muchas tácticas, no obs­
tante, son mucho menos aptas para la actitud cooperativa que para
la de confrontación. La decisión más importante a tomar en este
momento es entre una estrategia distributiva o integradora y dicha
decisión tiene prioridad por encima de la elección de tácticas.
El uso de tácticas presenta serias exigencias ai negociador;
basadas en técnicas aplicativas, mientras algunas son fáciles de
aprender otras dependen casi por completo de una habilidad o ta­
lento específico. El lector debe, pues, decidir hasta qué punto está
interesado en familiarizarse con estas habilidades técnicas. Cabe
recomendar especial prudencia a la hora de ponerlas en práctica
por vez primera, dado que una táctica técnicamente mal emplea­
da puede ir en contra de la mejor estrategia y estropear el clima
cooperativo en una negociación. Sin embargo, no se puede negar
que una táctica bien pulida y aplicada puede resultar extremada­
mente efectiva. Así, por ejemplo, puede hacer que un negociador
aparente una actitud de acercamiento cuando, en realidad, per­
manece duro como una roca. La política exterior japonesa exhibe
regularmente ejemplos de tal actitud, asistida por toda clase de
tácticas adicionales presentadas de forma magistral.
146 El experto negociador Táctica 147
Ejemplo: Carne, nieve y pastel de queso »Bajo la creciente presión internacional y como signo de bue­
na voluntad, el Gobierno japonés ofreció mínimas concesiones
«Con la excepción, tal vez, de Suiza, existen pocos países en ocasionales en sus reglamentos de importación. jPara colmo de la
el mundo tan bien protegidos de los contratiempos de la econo­ ridiculez, ello permitió la venta por correo de pastel de queso
mía mundial como Japón. Para proteger a los cultivadores de americano en Japón jCOn una venta global anual estimada en
arroz se impide prácticamente su importación, exceptuando los 15.000 unidades!»
anos particularmente duros en los que no se haya podido cose­
char lo suficiente. Este tipo de política es extremadamente inefi­ (Fuente: In�ernational Rerald Tribune, Agenda France-Presse)
ciente, puesto que viene a significar que el consumidor japonés
está obligado a pagar cuatro veces más del precio del mercado
mundial por un kilo de arroz. Tácticas que puede utilizar la parte contraria
»Pero hay pocas naciones tan ingeniosas a la hora de inventar
nuevas razones insólitas que hacen imposible importar algunas Como hemos visto, un buen negociador tiene que estar pre­
mercancías. La carne es un excelente ejemplo de ello. Durante va­ parado para toda clase de movimientos de parte de su oponente,
rios anos, Estados Unidos solicitó la eliminación de barreras co­ lo que, por supuesto, incluye la aplicación de elaboradas manio­
merciales para la compra de carne extranjera, pero siempre fue en bras tácticas. Los apartados siguientes estudiarán las tácticas de
vano. La carne, así lo explicaban pacientemente los diplomáticos negociación más corrientes en la actualidad. Estas descripciones
de Tokio a sus colegas americanos, es contraproducente para los no deberían contemplarse como manual de instrucciones del
japoneses. La dieta tradicional de la población nipona consiste en cual se puedan escoger las tácticas para uso propio. El negocia­
platos de pescado y el Budismo incluso prohibe la ingestión de car­ dor experimentado que ya dispone de algún repertorio de tác- .
ne. El antiguo ministro de agricultura, Tsutomu Rata, dia un paso ticas podrá, tal vez, refrescar la memoria a este respecto en este
más allá al reivindicar la diferente estructura de la anatomía japo­ capítulo o incluso descubrir algunas ideas nuevas. Pero para el
nesa: el conjunto intestinal de los japoneses, dijo, es mucho más lector que se inicia en la materia, cabe definir que resulta bastan­
largo y, por tanto, no apto para los hábitos carnívoros. El emisario te arriesgada la aplicación de una técnica desconocida si carece
de comercio de EE.UU., Clayton Yeutter, ya había oído muchos ru­ de una base sólida, no todos somos actores innatos y no cual­
mores que apuntaban en esa dirección, pero este en particular fue quier táctica es adecuada para cualquier tipo de personalidad.
nuevo para él, además lo escuchó en una barbacoa del lobby de En caso de duda, siempre será mejor abstenerse de una táctica
agricultores de Washington. Utilizó ingeniosamente a la prensa que, aunque atractiva, sea demasiado incierta respecto al resulta­
para devolver la pelota a la cancha de los japoneses. El Internatio­ do esperado. Por otra parte, todas las tácticas también pueden
nal Rerald Tribune ilustró su artículo sobre el argumento nipón aplicarse contra uno mismo, de modo que ya por esa sola razón
con una foto del embajador japonés, Watanabe, comiéndose con vale la pena estudiar estos métodos en profundidad. También en
fruición un grueso filete de carne de ternera, contradiciendo y ri­ este caso se aplica la regla de que aquel que puede prever el plan
diculizando de tal forma los postulados del senor Rata. de actuación de su oponente no sólo se ha desembarazado de
»Sólo algunas semanas después, un representante del Ministe­ una desventaja, sino que, además, tendrá una ventaja adicional.
rio imperial emitió una declaración en el sentido de que la nieve En este sentido, los subcapítulos que siguen pueden considerar­
japonesa tenía una constitución muy diferente de la suiza y que, se, al menos, como sinopsis de las posibles tácticas que podemos
por tanto, los esquís manufacturados en Suiza no eran aptos para esperar que utilice la parte contraria.
las condiciones vigentes enJapón, motivo por el que se prohibía
su importación. Se ofreció la misma historia a los fabricantes ale­
manes y austríacos.
148 El experto negociador Táctica 149

Control del orden del día miento ha sido reservado por espacio de cuatro días y hemos eli­
minado todas las demás actividades de nuestra agenda con tal de
Aquella parte que pueda determinar el orden del día, o al me­ podernos dedicar completamente a este evento importante. Pero
nos participar sustancialmente en su elaboración, tendrá una ven­ después de tenerlo todo así dispuesto, nos anuncian, para gran
taja inestimable. No solamente nos referimos a la elección de los contrariedad nuestra, que la Seiíora Embajadora solamente nos
temas que estarán sobre la mesa, sino también al orden en el que puede dedicar unas pocas horas, tras lo cual, con miles de discul­
éstos se discutirán y especialmente al detalle delicado del momen­ pas, lamentablemente tendrá que volar a Ginebra para hacer una
to en que éstos se presenten. Un caso importante podría rechazar­ consulta. jY resulta que nosotros precisamente habíamos volado
se rotundamente a las diez de la maiíana, del mismo modo que si desde Ginebra!
se retiene hasta llegada la medianoche, será más probable que Toda la seguridad de nuestra preparación esmerada se ha esfu­
esta situación sea revertida por completo. mado; habíamos planificado unas negociaciones que se desarro­
Suelen ser cosas mucho más banales las que hacen del orden llasen a lo largo de varios encuentros de mucha mayor duración.
del día un instrumento poderoso. Por ejemplo, la duración de las Con todo el respeto debido, la ilustre Embajadora estaba menos
reuniones formales y dei programa social, comidas en restauran­ preparada que nosotros y utilizó esta medida táctica para mante­
tes, asistencia al estreno de una ópera o una extensa visita a los lo­ ner la iniciativa. (Podríamos averiguar, acaso, si realmente tuvo
cales nocturnos, todo ello podrá tener efecto en el resultado final. que volar a Ginebra? Estando ahora con completo control del
Para volver a la profusión de trucos obvios, tendremos que ser tiempo, controla también el contenido de las negociaciones, arre­
especialmente incisivos en no admitir la elaboración del orden batándolo de nuestras manos. En tal caso, habrá pocas alternativas
del día sin que se nos consulte. (Incluye cuestiones que no nos a la vista para nosotros. Como mejor opción podríamos sugerir un
gustaría debatir? jEn ello puede residir precisamente la razón por aplazamiento para otra fecha. En otros casos, cuando el poder no
la que sean incluídas! En tal caso, debemos insistir en su elimina­ está tan claramente dei otro lado, deberíamos simplemente recha­
ción dei orden del día. O, por el contrario (Se han incluído todos zar una limitación temporal tan evidente. Dicho esto, queda claro
los asuntos que son de importancia para nosotros? o (Es que se ha que jamás deberíamos revelar nuestras auténticas limitaciones
obviado uno u otro aspecto por simple casualidad? Es por esta ra­ temporales, por ejemplo, nuestro vuelo de retorno. De ser así, ce­
zón que, en la ronda previa de las conversaciones, el primer punto deríamos un arma potente a nuestro adversaria.
dei debate es la misma composición dei orden del día antes de en­
trar al debate sustantivo de la reunión. Esto es también objeto de
negociación. Táctica de la demora

La demora es el extremo contrario de la restricción temporal.


Limitación de tiempo No es necesario destacar que estas tácticas no están diseiíadas para
servir a la causa de la cooperación, pero existen.
Conjuntamente con el orden del día, el tiempo es probable­ Nuestro interlocutor de negociación ha volado desde Chicago
mente el elemento más importante en la negociación. No obstan­ por una semana con la esperanza de volver con un contrato en su
te, es posible limitar el tiempo realmente disponible en aras de bolsillo. Es fácil para nosotros someterlo a presión mediante la
una estrategia determinada. prolongación de las negociaciones hasta el jueves y hacer transcu­
Por ejemplo, comencemos con las limitaciones artificiales dei rrir el resto dei tiempo con todo tipo de formalidades o aconteci­
tiempo de negociación, una táctica muy efectiva. Llegamos a Nue­ mientos sociales. El viernes estará ansioso por formalizar el con­
va York tras semanas de preparación y con la intención de nego­ trato y dispuesto a hacer concesiones, siempre y cuando pueda
ciar nuestra propuesta con igual determinación. Nuestro aloja- alcanzar su avión por la tarde. Pero si lo que queremos es estable-
El experto negociador Táctica 151
150

cer una atmósfera de confianza, tendremos que hacer un mayor Una breve pausa
esfuerzo por satisfacer las necesidades del otro.
Estamos dolorosamente familiarizados con las tácticas de de­ Puede desempenar la misma función que un aplazamiento, con
mora, aún mucho más extremas, que se utilizaron en el conflicto la diferencia de que se utiliza menos tiempo y se mantiene la tensión
alrededor de la antigua Yugoslavia (estrategia de confrontación), de la situación. Las negociaciones podrán interrumpirse por espa­
en el que Serbia en especial alargó artificialmente las negociacio­ cio de media o una hora sin que las diferentes partes se vayan por su
nes con las diferentes partes del conflicto, la Unión Europea y las lado, lo que confiere a los participantes la oportunidad de redefinir
Naciones Unidas, durante meses y anos sin llegar a ninguna con­ sus propias decisiones y adaptar en consecuencia sus enfoques (por
clusión, mientras seguía luchando en todos los frentes. El motivo ejemplo, las reuniones ministeriales en los pasillos). Tal pausa tam­
subyacente en este engano es obvio: cualquiera que prefiera man­ bién permite a las partes en disputa tratar en un marco menos cere­
tener la situación actual no tiene ningún interés, en absolut, en las monioso dei que ofrece la mesa de negociación, pudiéndose en­
negociaciones, puesto que no existe mejor seguro ni más barato contrar vías de solución, cosa que no sería posible en una reunión
contra la imposición de sanciones que la prolongación de las con­ formal de negociación. Las breves pausas de tal índole siempre po­
versaciones con los oponentes. drán considerarse en el orden dei día bien planificado; el café y las
galletas tienen el poder de serenar un ambiente turbulento, ya que
elevando súbitamente el nivel de azúcar en la sangre, se podría
Aplazamiento orientar hacia un debate más técnico una discusión acalorada.
La ubicación de la reunión y cómo se acomoda a los partici­
El aplazamiento de negociaciones es otra forma de ganar tiem­ pantes en la sala devienen también como factores importantes.
po, aunque no es necesariamente un ardid táctico para confundir Todo el mundo aprecia las ventajas de un juego «en casa» en un
a la otra parte o poder conseguir una ventaja. En una negociación entorno familiar. Se ahorra un montón de energía ai no tener que
estancada aparece como quizá la única decisión más ecuánime, viajar al extraajero y adaptarse a diferentes zonas horarias y climá­
con esta estratagema se dispone de una circunstancia de tiempo y ticas y a una dieta desconocida. También es posible invertir este
espacio anadida y que quizá resulte vital al poder revisar y / o adap­ argumento, constatando que será de importancia fundamental
tar las posiciones a la nueva situación. Por otro lado, durante el in­ para el posterior desarrollo de las negociaciones la manera de re­
ciso puede darse la posibilidad de contactos informales o de algu­ cibir a nuestros interlocutores de negociación y ayudarles a sobre­
na clase de mediación. llevar los esfuerzos dei viaje.
Por tanto, el aplazamiento es adecuado particularmente para Hemos visto algunos ejemplos en el Capítulo 3, cuyo objetivo
prevenir una confrontación o el abandono de una de las partes, principal consistía en ablandar a la otra parte. Por suerte, la mayo­
dando la posibilidad a una solución integradora. Por otra parte, ría de los viajeros podrá dar fe dei caso contrario. Un entorno con­
por supuesto, puede utilizarse al servicio de estrategias meramen­ fortable, adaptado a las necesidades dei visitante, sentará bases
te distributivas, por ejemplo, para conseguir que el oponente se adecuadas para un entente cooperativo e integrador de las partes.
ponga nervioso, impaciente y por ende, esté dispuesto a hacer La táctica de utilizar el tiempo y el espacio en el sentido más am­
concesiones cuando la situación no se desarrolle a su favor. Vale la plio de la palabra tiene, pues, varias facetas utilizables para apoyar
pena examinar detenidamente los intereses de las diferentes par­ una gran variedad de técnicas. La selección de la ubicación fisica
tes para poder apreciar las intenciones reales que se encuentran elegida por una o varias partes en negociación, nos dice mucho
detrás de esta intención de aplazamiento sobre sus intenciones.
Incluso el modo de distribución de asientos o aún más impor­
tante, la forma de la mesa, permite sacar muchas conclusiones so­
bre las relaciones, ya sean existentes o anheladas entre las partes.
El experto negociador Táctica 153
152
ciero; «no puedo decidir personalmente sobre una suma de tal
Cuadro 6.1. Disposición cooperadora o no cooperadora
magnitud y mi jefe, lamentablemente, está de safari por África
de asientos
del Sur. Solamente puedo comprometerme hasta la suma de...».
ü o o o o Otras podrán estar relacionadas con la estrategia corporativa, «lo
® ® o ® siento, pero por cuestión de principios sólo podemos comprar
acero alemán. Usted realmente tendría que ofertar términos muy
o
o o ®o ®
favorables...». Se puede poner también en duda la viabilidad téc­
nica de una solución, «esto no funcionaría dada la actual produc­
ción de nuestra fábrica, a no ser que...». O atribuir demasiado
® ® ® o ® ® ® ®
peso unilateralmente a las restricciones legales, «nuestro departa­
o mento legal me mandará a vender almanaques con esta propues­
ta. Tendremos que modificar en algo el punto 3... ». Todas estas li­
Máximo de cooperación Mínimo de cooperación
mitaciones expresas tienen una cosa en común, están diseiiadas
para movernos a aceptar una solución más desfavorable para no­
A título de ejemplo, podemos remitirnos a las discusiones lleva­ sotros. Aquel que sepa descubrir la argucia podrá dar la vuelta al
das a cabo a lo largo de varios meses acerca de la forma de la mesa pastel poniendo a prueba las limitaciones alegadas, «es una pena,
para la negociación durante las conversaciones de paz de Vietnam tendré que ponerme a buscar otra posibilidad». El otro, a tal pun­
(pese a que ello fue más bien una táctica de demora que un tema to, tendrá que ceder o perderá el trato. En caso de, pese a todo,
verdaderamente relevante). Las famosas mesas redondas de Polo­ querer lograr un acuerdo, tendrá que pagar con caras concesio­
nia o de la ex-RDA dieron un testimonio diferente de la mesa nes el intento de engano.
larga e incómoda empleada en la latitud 38° para las Coreas del
Norte y del Sur. Cuando finalmente, las delegaciones coreanas
aparecieron en las reuniones ocasionales acordadas para este diá­ El precedente
logo extremadamente difícil, las cosas evolucionaron hacia un
apretón de manos vacilante, pero para lograrlo los interlocutores Una de las tácticas generalizadas utilizada por muchos negocia­
tuvieron que echarse tan sobre la mesa que pareda haber sido es­ dores es la alusión ai precedente. Lo hacen comparando la nego­
pecíficamente diseiiada para hacer imposible este tipo de gestos. ciación actual con acuerdos anteriores, «en el pasado, siempre he­
mos recibido un descuento dei 25% ...», o con otras ofertas en
curso, «X & Co. nos están ofreciendo un producto comparable
que nos cuesta un 5% menos que el de ustedes ...», pero solamen­
Limites de autoridad
te, claro está, cuando conviene al vendedor.
Todo humano tiene sus limitaciones y los acuerdos de negocia­ El hombre es un animal de costumbres y puede ser enfocado
ción suelen estar sujetos a determinadas restricciones. Pero en ne­ fácilmente hacia la dirección deseada mediante la comunicación
gociación, el papel más importante lo desempeiian no tanto los de tales condiciones. La táctica es de fácil empleo, pero puede ser
compromisos y limitaciones reales sino, más bien, los que sirven revelada con igual facilidad dada su extensa aplicación. En reali­
de pretexto. Debemos, por tanto, estar prevenidos por norma dad, no resulta daiíino y siempre vale la pena intentarlo. Tampoco
cuando nuestro oponente empiece a hablar de poder limitado o es difícil contrarrestarlo, tan sólo hay que demostrar con alguna
de compromisos previamente existentes. Si tal limitación resultase credibilidad que la situación actual no es del todo comparable al
en desventaja nuestra y en beneficio del otro, es importante consi­ caso que se nos presenta como precedente, porque o bien han
derar su autenticidad. Podrá haber limitaciones de índole finan- cambiado las condiciones, o el caso mencionado en el precedente
El experto negociador Táctica 155
154

ofrece otras desventajas. �Por qué continuaría la negociación con les, «si no acepta mi propuesta, compraré su compaiiía entera...»,
usted si, supuestamente, podrá conseguir un trato mucho mejor que sirven como medio estratégico de confrontación, como un
de la competencia? El interlocutor debe tener algún interés en el instrumento que es parte de una táctica que utiliza la presión y
trato con nosotros, de lo contrario, hubiera transferido ya hace la exhortación. En el marco de cualquier otra estrategia estaría
mucho su negocio a otra parte. completamente fuera de lugar e incluso en las situaciones de con­
frontación verdadera o militar, el empleo de amenazas solamente
tendrá una razón de ser cuando esté respaldado por la suficiente
credibilidad. Ello supone una posición correspondiente de poder
Regulaciones y normas
y la voluntad de ejercer la amenaza en caso de conflicto abierto
Una táctica similar se conforma cuando alguien insiste en que ya que no hay nada más daiiino para una posición que la amena�
los productos, los componentes o incluso los acuerdos de derecho za con sanciones no puestas en práctica. La Unión Europea ha te­
internacional tienen que satisfacer determinadas normas. De nido que aprender tan amarga lección a raíz de varias situaciones
acuerdo con esta táctica, los acuerdos bilaterales tienen que con­ en el curso del conflicto en torno a la antigua Yugoslavia, cuando
cordar con las directivas de la Unión Europea o estar a la altura no hizo efectivas sus amenazas militares en contra de los serbios
del escrutinio por parte de la Corte Superior o de un referéndum. cuando la guerra ya había terminado, ni sus amenazas en contr�
Tal insistencia en la normativa o las regulaciones existentes puede de los croatas de retirar la administración europea de la ciudad
conllevar toda clase de concesiones. El interlocutor se verá forza­ dividida de Mostar. Con este proceder echó por tierra de una vez
do a aceptar finalmente todo aquello que, al parecer, no pueda por todas su credibilidad.
modificarse si es que quiere que se llegue a un acuerdo. Así es
como se transfiere cómodamente la responsabilidad a parte ajena,
«realmente lo siento, pero sé cuán estrictas son nuestras regula­ Promesas, promesas ...
ciones nacionales...», mientras nos llevamos el beneficio. No son
pocas las regulaciones nacionales que se han creado sobre el tras­ «Les promesses n'engagent que ceux qui les reçoivent» (Las
fondo de esta misma consideración. promesas solamente comprometen a aquellos que las creen). Este
sabi� proverbio francés es digno de ser grabado, ya que constituye
un eJemplo de la completa desconsideración frente al honor y la
confianza tan presente entre los propulsores de la política real (Re­
Amenazas alpolitik). Esto sin detrimento del énfasis que hemos puesto hasta
Las amenazas contra las personas, como pueden ser la violen­ el momento en el presente libro en la confianza mutua durante las
cia, el terrorismo o la guerra, son un instrumento procedente del negociaciones; muy al contrario, nunca deberíamos escamotear es­
arsenal de la negociación no convencional. Bajo circunstancias f�erzos pa�a establecer una relación de confianza. Nuestra nego­
_ _
normales, nunca habrá razón suficiente que justifique utilizar c1acion sera mucho mejor. Sin embargo, no olvidemos el proverbio
esta táctica y ojalá tampoco nos toque afrontaria jamás. Por otra ruso, «jConfía, pero compruébalo!» O en palabras de la creencia
parte, en determinados estratos de la sociedad, las amenazas sufi, «Confia en Dios, pero amarra a tu camello.» La confianza no es
constituyen la base de la negociación como, por ejemplo, en la sinónimo de inocencia, sirve como manifestación inicial de buena
policía, las fuerzas armadas, el servicio secreto o en los círculos voluntad mientras no exista razón para desconfiar. Pero solamente
del crimen organizado. El manejo apropiado de tales situaciones, se puede saber si se ha abusado de la propia confianza estando aler­
que a veces pueden constituir una amenaza vital, precisa de un ta sobre las acciones del adversario, sus intereses y opciones. En el
entrenamiento específico que no puede contemplarse en el pre­ contexto de la negociación, esto significa: haz promesas solamente
sente libro. Aquí nos limitaremos a enfocar las amenazas materia- cuando puedas cumplirlas y prepárate para hacerlo. Las promesas
156 El experto negociador Táctica
157
hechas por la otra parte deb erían de apreciarse de forma crítica y Sin embargo, exige un empleo cuidadoso, utilizado de forma exa­
no tomarse automáticamente como legítimas y absolutas. gerada no logrará su pro pósito por esa misma razón. Más impor­
,
tante aun es estar a!erta de los i�tentos del interl ocutor de engatu-.
sarn os. Un nego oador profesional debe ser capaz de resistir
Falsos términos medios incl uso el intento más sofisticado de influir en él.

En el C apítul o 5 hemos discutido las desventajas de la solución


del término medio . A veces, no obstante, es la única posible y por Intérpretes
ello , la mejor o pción q ue t enemos. Pero c abe tener en cuent a que
en el así llamado té rmino medio justo «c'.Qué te parece si nos en­
La colaboración de estos prof esionales resulta casi imprescindi­
contramos en la mitad del camino?» podría tratarse de una op­ ble en los cont actos internacional es, p ero puede estar condici ona­
ción táctica cuidadosamente c oncebida. Son tres las preguntas do por ciertras argucias porque no es insólito que un negociador
que inmediatamente vienen a l a mente. En primer lugar, c'.por qué escond a el h ech o de dominar perfectamente el idi oma en cues­
el punto intermedio será necesariamente más justo qu e ot ro? La
tión y que haga traducir todo cuanto se diga. Esto ofrece varias
mayoría de personas parecen tener una predilección particular ventaj ��' obviando �l c ontemplar l a factura pagada para la inter­
por la simetría y la distribución por partes iguales. Además c'.Qué pretaoon,_ el negociador escucha y enti ende l a voz original, inclu­
es ,� usto »? En segundo lugar, el punt o interme dio siempre se si­
yendo las imprudent es observaci ones en voz baja procedentes de
túa entre dos extremos uno de los cuales será determinado por el la otra del egación q ue n o iban destinadas a él. Mientras traduce el
oponente. Con un poco de previsión, cualquier objetivo pu ede l o­
intérprete, dispone d e un ti empo adicional para poder armar su
grarse de esta forma. Y te rcero, la propuesta puede llegar en un respuesta. Y p or último, puede observar atentamente las reaccio­
momento en que l a otra parte ya posee una porción más grande nes de su opo_n�nte cuando el inté rprete esté traducien do sus pa­
de lo dispu tado, ace pt ar este término medio, cuando la ve ntaja re­
labras al otro id10ma. D e esta man era gana un tiempo precioso en
side en la parte contraria, sería análogo a una concesión más, en _ _
a�bas di recc10nes, c osa que en l as situaci ones densas de neg ocia­
otras palabras, un falso término medio. c10n le confi ere una mejor visión de coaj unto y más c ontrol.
Algunos di rectivos europeos incurren en el errar de no utilizar
un intér p�ete p���i o al realizar un viaje de negocios importante
Adulaciones y encanto por los pais�s asia_ �i :os, confian excl usivamente en la persona q ue
pane a su disposi, �10n el advers ari o. P uede que esto ahorre gastos,
N o hace falta que nos detengamos demasiado en esta táctica P:ro es una p�htICa de muy cort a ambición. Este negociador no
que es tan efectiva como simple. El uso del encanto es una tácti­ solo se perdera l as ventajas de las que acabamos de hablar sino
ca legítima en las relaciones humanas y generalmente está presen­ que �eja todo _en manos de s:1 oponente, sin menci onar la d�pen­
te en ambos lados. Es como la sal en l a sopa algo insípida de las ,
den�1a d� , un m_t erprete pos1bl emente no dei todo imparcial. En
negociaciones interminables, l a sonrisa de l a atractivà diplomática tal s1tuao on arnesga perder mucho más de lo q ue le hubiese cos­
de Copenhague o el adulador reconocimiento profesional por
tado un intérprete propio .
parte del negociador hindú son como bálsamo para el alma. Tam­
bién es natur al que demostremos nuestra apreciación a l a in­
té rprete agobiada a quien ya habíamos visto en una reunión Lenguaje corporal
anterior, unas palab ras amables dirigidas a ella nunca estarán de
más. Todo ello con un fondo de intención verdadera, también en N o �e acostumbra a reconocer en el papel desempen ado por el
esto se distingue el e ncanto personal de la adulación hipócrita .
lengu�e corporal en l a comunicación. M ucho más importante
El experto negociador Táctica 159
158
stante, se ignora fre
c_ uentemente Errores deliberados
que el lenguaje hablado, no ob de-
de nuestra cultura ocodental en
por los parámetros racionales , las
. ismo momento d. e e•ncontrarse N o es infrecuente que un negociador cometa errores en forma
tnmento de la misma. En el m 1 p a1a- deliberada y conscie ntemente, pueden haber una variedad de m o­
e no se pronu ncie m
un a so a
p ersonas se comunican aunqu z, aun q no tivos para hacerlo. En primer lugar, p\lede considerarse c omo una
más fuerza q�e la vo
ue
bra. El cuerpo suele hablar con ap�z de lee � _e s­ prueba para constatar cuánto sabe el otro. �Nos corregirá o no se
e ello . Cu �l qu_iera c
siemp re esternos conscientes d o .
ntaj a en termino� e mformao i:i
d inmutará y, en este caso, es por razones de ignorancia o por con­
tas seõ.ales tendrá una gran ve ��J e
trumentos espeofic_os d el len trolarse? O puede dar la impresión de q ue nuestra delegación esta
Pero el uso c onsciente de los ins oon.
de aprender que su mterpreta desconcertada y es débil, induciendo así a la otra parte a perder
corpora1 es muehº ma' s difícil _os_
conviene dejar en manos de l concentración e incurrir en riesgos. Casi siempre es mejor ser su­
Su utilización táctica es algo que g n h bi �i­ bestimado porq ue ofrece ventajas. Finalmente, un error delibera­
de aquellos que ten � n u a a
intérpretes experimentados y ciador d b n do también puede tener la función de un globo de ensayo con el
obstante, todo neg?
e e a
dad innata al respecto . No corporal , ­ que probamos cuán lej os podemos ir (véase más adelante ).
estudiar el lenguaJ�
me
cumplir con la obligación de nte lect�ra de
el particular o medi�
diante cursos especiales sobre o p rofesional,
la extensa literatura
disponible, aparte del benefio
ersonal que esta do
cencia puede sup oner. Torrente de infonnaciones
está la formación p

La inform ación es elem ental para el éxito, pero com o t odo, un


exceso de ella puede ser francamente contra producente. Una tác­
iento
Callejón sin salida y estancam tica muy popular y efectiva consiste en proveer a la otra parte de
camiento son ine�tables cuán­ un torrente de info rm aciones y datos. Aunque puede parecer u na
No todas las situaciones de estan
partes con el rem edio prop ues demost ración de confianza, de hecho puede ser una medida m uy
to
do éste beneficia a una de las no emplea _ fav ? _r? ladina, disenada para confundir ai c ontrincante y m antenerlo dis­
romperlo . �Por qué
rlo a s u
osteriormente para it o
una traído de los asuntos esenciales. Por supuesto que todo el mundo
s prefabricada s p�ra
s ua on
�n consecuencia, las solucione
pre deberían considera��e _ c�n agradece ai principio la a ctitud abierta de entregar dossiers y dis­
una
« estancada sin remédio » siem d p h i i p or ­ quetes con datos y hechos, mas si la intención es mantener ocupa­
todo momento e ara s s m
dosis de sana prevención. En l c :1 de do ai otro desglosando datos en su hotel noche y día, de lograrlo
tifica la pregunta por as a sas
tante de una negociación se jus q habremos sacado ventaja ai conseguir que se hunda en un aluvión
seguir o será que no
me re?
ello. �Es que el otro lado no puede de informaciones.
D espués pasamos con toda naturalidad a la fase 2, p oniendo so­
bre la m esa una solución sencilla en forma de presentación en la
Iniciativa que, por supuesto, habremos clasificado con pulcritud la s infor­
si­
bata la iniciativa controlará la maciones más im portantes. La otra parte podrá haber visto los da­
Que la parte que toma o arre gla. Esto tam� t�s en bruto, pero no podrá establecer un cuadro tan claro y con­
la ex�e�ción ª la_ re
tuación y l a negociación no es .
al nor��men vmcente con ellos. No parece haber motivo para hacer sonar l a
la pohoa, el cnmin
bién hace la gestión dificil para _ ndo
Aunque no se esten persigme alarm a de la desconfi anza, ya que hemos hecho gala d e nuestra a c­
te está un paso por delante. n, la I_>arte que titud abierta, por lo que nuestra prop uesta suena bastante acepta­
mesa de negoc�ació
delincuentes alrededor de la
determine e� ritmo y _ _ p?siblemen�e i?_cluso e! ble. Pero, de nuevo, el quid no está en la cantidad de in formación
actúe prim ero y que
gooao on en 1 sino en su calidad e im portancia.
orden del día, podr
á tirar, empupr o dingir la ne
dirección que desee.
160 El experto negociador Táctica
161
Estadísticas falsas
personas apropiadas, como pueden ser periodistas, directivos o r e­
presentantes de alguna autoridad, puede servir como globo sonda
Se trata de una práctica bastante extendida y la facilidad con la
para poner a prueba la reacción de la parte contraria .
que se pueden preparar y difundir datos mediante el software,
hace que su manipulación sea también más fácil y tentadora. Pero
se precisa tan sólo de nociones elementales de estadística para El globo sonda
descubrir la más co mún de estas argucias .
Huff (1985) ofrece una panorámica entretenida de esta cues­
Los globos sonda son un ins trumento de la investigación m e­
tión. El método más simple y efectivo consiste en la selección de la teorológica , donde se los utiliza para verificar o investigar la tempe­
escala, u n gráfico puede servir para corroborar cualquier tes is s i se
ratura, presión y compos ición atm osféri ca a difere ntes alturas p or
manipulan las variables y relaciones. Por tanto, se recomienda en­ encima de la capa terrestre. Su propós it o en las negocia ciones es de
carecidamente comprobar la medida conve ncional aplicada a los
índole similar, a veriguar con el míni mo coste y riesgo, dónde se si­
ej es de cada sector y que constituyen la ima gen c�mparativa final.
túa la otra parte y hacia dónde, posiblemente, puede estar dispues­
Es curioso que la mayoría de las personas considere completa­ ta a dirigirse. Si es talla el globo, como puede ocurrir por causa de
mente verídicas las estadísticas, ante todo cuando están bien pre­ una tormen ta, no se habrá perdido demasiado. Pero normalmente
sentadas . Un fe nómeno parecido se da respect o a los informes te­
suele d escend er i nd emne a tier ra, facilitando la información d e­
levisivos, que por lo general se toman al pie de la letra e incluso seada . Los políticos su el en t entar la viabil idad de nuevas leyes m e­
se consideran oficiales. Ca si a nadie se le ocu rre preguntar quién
diante el método de la filtración calculada. Si se p roducen reac cio­
es el dueiio del canal de televisión, quiénes son los e ditores y co­
nes contrarias por parte de la opinió n públ ica, pod rá posterga rse
rresponsales y a qué restricciones están suj et os para difundir in­
o eliminarse el proyec to, mientras que si no se opone dem asia da
formaciones de o en este determinado país . Estas preguntas son
resistencia puede seguirse adelan te con ella.
importantes cuando nos ocupamos de las estadísticas , que muchas
veces son soporte bastante cuestionable de informaciones.
Mediadores y árbitros

Mantener el carácter confidencial Ya h emos tocado b revemente el tema del uso de mediadores
y árbitr os. El grado en que tal es partes externas pueden influir en
La discreción constituye en la mayor parte de las nego cia ciones el procedimient o, d ep endiendo de su autorida d y la naturale z a
no sólo asunto de honor , si no ta mbién condición pre via para que
del conflicto, puede variar considerablemente. El cuadro 6.2.
tengan êxito, pero también puede utilizarse para obtener una muestra un abanico de posibilidades.
ventaj a táctica como , por ej emplo, prevenir que la oposición m�­ En t odo caso, el papel a desempenar por esa ter cera involución
vilice en su beneficio determinados grupos de apoyo (por defim­ deberá ser obj eto de cuidadosa reflexión y debate entre las partes
ción, factores de poder). Por otra parte , puede alej ar de nosotros
ne gociadoras antes de proced er a confiar la responsa bilidad.
las fuer zas antagónicas de la sociedad, la política y del mundo de
negocios. Además, puede servir para dis imular la� ne?o �iaciones
llevadas a cabo con varios interl ocutore s a la vez mfnn g1endo lo Cambio de negociadores
acordado. Hemos visto esta táctica en el ej emplo de la multinacio­
nal de tabaco Reynol ds. Final mente, el sigilo da lugar al empleo
Pueden haber varias razones por las que se designe a un nuev o
de una táctica estrechamente relacionada con él, la fuga de infor­ ne goc ia dor.
Puede ocurrir, na turalmente, que el negociador ori­
maciones. La filtración bien dosificada de indiscreciones hacia las ginal e nferme, pero también es posible que haya cumplido su
El experto negociador Táctica 163
162

Cuadro 6.2. Resolución de conflictos y autoridad de un tercero Detrás de las líneas enemigas

Ningún general o comandante atacará front almente a un a d­


Mandato
ve �s�r �o fu erte, �erí a una locura y posiblemente equivald ría a un
smc1d10. La meJ or estrategia está en el at aque dei flanco des cu­
Lesgilación
bi erto. L as líneas de suministro dei enemigo son también b astante
Adjudicación vulnerables si p odemos llegar a ellas por nuestros propios medias.
Arbitraje En el dominio militar, esta tarea se efectúa m ediante misiles 0
Mediación medi ante el lanzamiento de p aracaidistas. A largo plazo, ha de­
Conciliación
mostrado ser muy efectiva la guerra psicológica mediante los aten­
tados en áreas civiles o emisiones radiofónicas. En la m esa de
Facilitación
negociaciones, una función equivalente detrás de las líneas ene ­
Negociación migas serí a la dei ataque a los g rupos de apoyo dei o ponente y el
refu erzo de sus adversarias. En el C a pítu lo 5 h emos visto un p ro ­
Poder en manos de los contendientes ceso de esta índol e mediant e el ej emplo dei a po yo occidenta l a
Gorb acho�- En este �lan o no existen límites par a la imaginación,
-
mandato y que su sup erior haya preferido sustituirlo por otra per­ pero t amb1ei:1 es a qm donde la gama de posibilidades puede ex­
sona en vez de tener que aceptar las concesiones del p recedente. ten�e�s e h aoa el arsenal no convencional de tret as sucias, un pro ­
Esto n aturalmente, es un asunto sumamente enoj oso p ara quien ced 1m1ento q ue deb erí amos evitar si est amos bien aconsej ados.

está'al ot ro l ado de la mes a, pero no te ndrá más rem edia q ue


a ce ptar al nuevo nego cia dor o abandonar la misma. Otra raz�n de
tal cambio puede ser la pérdi da de confianza. En t al caso y sm re­ Bibliografia de este capítulo
parar en las resp onsabilidades que p ueden corres� onder al nego ­
ciador, a su oficina o sección, una nueva p ersona t1ene que sentar ­ GLADWIN, T., Working paper, 1982.
se en la m esa. El anterior sería un constante recuerdo del acuerdo HAWVER, D ennis A., How to Improve your Negotiation Skills (Cómo
infring ido y también se produciría un a relación p ersonal emba- mej orar s us habilidades de negociar), en: Modem Busin ess Re ­
razosa. ports, 1982.
Buen ej emplo de ello es el p ap el que desemp eii� e_l negociador HENDON, Donald W.; HENDON, Rebecca Angeles, How to Netotiate
suizo en las conversaciones en torno al mercado umco europeo, Worldwide (Cómo negociar a nivel mundial); A Practical Hand­
Suiza h a sido desde siempre un interlocutor incómodo, ha ciendo book, Aldershot: Gower, 1989.
lo posible por explotar al máximo el margen d� maniobra de la ne ­ HUFF DARELL, How to Lie with Statistics (Cómo mentir con Ias esta­
gociación. Tras unas negociaciones largas y d1ficultosas se proce­ dísticas), L ondres: Penguin, 1985.

dió finalmente a l a confecc ión de un p a quet e. Cuando el acuerdo «US BEEF? J�AN CAN'T STOMACH IT», (C arne de l os EE.UU.:Japón
_ ere), International Herald T ribune, 19 de diciembre
no la d1g1
fue rechazado por una mayorí a de ciudadanos en el re�e_réndum
del ano 1992, el n egociador suizo ya no estuvo en cond 1c 1ones de de 1987; J pan Offers Cheesecake l,y Mail to Ease Dispute Qa pón

exponerlo y razonarlo en l a Comunidad Europ ea, pese al excelen­ ofrece env10s post ales de p astel de queso p ara relaj ar la dis c u­

te trab aj o que habí a desarrollado frente a ella. sión), Agence France-Presse, 10 de enero de 1988.
7
Fases y rondas

En los capítulos precedentes se han contemplado las bases más


importantes de la negociación, uniendo la explicación teórica con
ejemplos prácticos ilustrativos, intentando conseguir una cimen­
tación sólida que nos permita, a partir de ahora, observar con de­
talle cada uno de los aspectos técnicos de una buena negociación.
Dependiendo de la persona y de las experiencias previas, servi­
rán para complementar o profundizar nuestra comprensión. Vale
la pena estudiar estos elementos adicionales, incluso si el lector
dispone de muy poco tiempo. Estos capítulos ofrecen los consejos
básicos sobre cómo conducir las negociaciones, y la aplicación de
los principias presentados será de gran valor práctico en casi todas
las situaciories posibles. En el primero de estos capítulos profundi­
zaremos en el cronograma de la negociación.

jTodo en su momento!

No es adecuado apresurarse, ya que cada persona necesita tiem­


po para familiarizarse con una nueva situación. Antes de empren­
der un movimiento u otra reacción desde la propia posición, es pre­
ciso empezar por evaluar las nuevas informaciones. En la empresa
de la negociación, no obstante, el movimiento es el elemento que
prima. Solamente vamos a negociar cuando podamos esperar
que ambos lados acabarán por acercarse. Toda negociación necesi­
ta de reiterada consideración y planificación, llevando mucho más
Fases y rondas 167
El experto negociador
166
atara tan sólo de un asunto
de
p l q í a necesar io si se tr
tiem se incrementa
o de ue ser
empo re q uerido
nformación. El ti
intercambio de i ón y sus efec­
ica de la informaci
complejidad técn
en función de la prender una revolu­
es más difí cil com
tos sobre la otra parte , ya que ple­
a b io menor . E n con
secuencia, cuanto más com
ció n q ue un c m
propia posición de la
más divergente la
jo el asunto a tratar y cuanto morará la negoci
ación .
o más tiempo se de
del oponen te , tant ar la materia de un
intentamos abarc
Si ignoramos este hecho e
á resultar demasiado i nten
so
, i p t d adaptación podr
golp e el m ac o e
de encontrarse ab

rar el trato e n vez
y la otra parte preferirá no cer amen azadora . C om o no p od e­
n incontrolable y
cada a un a situació a p ­
idado que dediquemo s a l re
esto ocurra, el cu
mos permitir que
limitarse a tomar
en
ones no deberá
paración de las negociaci lo­
es de estrateg ia y
táctica, sino también a desg
cuenta las cuestion una s p aso s
del conflicto en
eri e de
sar el proceso de resolución án las cuatro fa ses na ­
artados presen tar
prácticos. Los siguientes ap cuadro 7.1.
l como lo indica el
turales de la negociación , ta en alto grado abst
rac ­
, p pu esto, es un cuadro
Este mo de lo or su
dife ren te .
presentar un aspecto muy
\1 to que en la práctica suele como se hace en
este
cuatro partes , tal i::
Pero dividir el proceso en te de las negociaciones. ....u
,o
b úti l para la mayor par
li ej em p lo , es un a ase
metidos y enfoqu
es a la negociación
,y ....CI$u
Cada fase aporta nuevos co

=
etido s adjudicados
a cad a un a o
u ntar que los com
es importante ap

-
bO
a terminado
go - V
dos hasta q ue h ay
la ne
i:: • • •
no se considerarán conclui CI$

ciación en su conjunto .

I. Calentamiento
calentamiento, am
bos neg ociadores
Empezando por la fase de
..
rse y fa­
tiempo para llegar a conoce
tendrán que invertir algo de a como de con ten
ido . La at­ ....
a za n la sit uación ta nto físi c
mi li ri rse co
ruptura del hielo
, puede
b l para permitir la
mósf
dia
rela­
de e ser cor
os i niciando una
era
ocios, pero estam
tratarse de cuestión de neg s. Cuanto más pro fesi on a l sea
e dos negociadore
ción personal entr i tos
, á s se acercará a su
interlocutor, dentro de c er
g i or m
os que le
a fase y los esfuerz
el ne oc ad
. E t p q sea preciso en est
límites e la negocia­
l iem o ue
ente, del objeto d
en derá, na turalm
dediq uemos dep En el mundo
ue se desarrolla.
o cultural en el q
c ión y del con text
c , t a fase ocupará gran
par te del tiempo disponi-
á ra be o as iáti o es
El experto negociador Fases y rondas 169
168

bitos.
ble, ya que las relaciones personales lo son todo en_ eso� ám posible solució n, la conversació n adq uiere un tono más técnico
casi solo, p or
Con un buen interlocutor, el negocio se desarrollara h�mos entrado a la fase de distribución. Ambas partes intercam�
fe p itiv y b ian arg umentos para apoyar su posició n y aunq ue e s tod avía
ello es preciso cultivar una atmó ?s �_?ntactos
s ra os a un
g ion, es�e­ t�mprano para ello, �uede haber algún atisbo de p rimeras conce­
personales que se mantengan a lo largo de � a ne ooac

cialmente en los difi ciles mom entos


de confhcto . Es buena opoon s10nes. Esta clase de mtercambios deberá realizarse en fo rm a d e
s allá de la conclusió n del con­ tentativa par � evitar compromisos premat uros , ning una d e las
el mant ener el contacto directo má
se volverá a
trato porque nunca se sabe baj o qué circunstancias _ partes d eseara encontrarse atrapada en una discusión detallada
l d u no respecto sobre puntos específicos en una fase tan temprana.
p roducir un nuevo encuentro o lo que depara e es
_
un contacto sost emdo de sde la Para evitar incurrir en compromisos en est e punto, cabe e legir
a sus relaciones . Frecuentem ente ,
un oca sió n las palabras �on muc ha caute la y el tiempo verbal predominante
tarj eta enviada en N avidad, l a comida conj unta e� alg � _ _
, p d diferenoa sera e l condioonal, en lo posible con preg untas abi ertas. « •Po­
0 la invitació n a un evento familiar no su on ra una

ocasiones puede lograr mila­ dríamos discutir este tema en caso de q ue ustedes estuvi:ran
real en términos materi ales , pero en
el enrique­ dispuestos a contemplar este otro...? », apoyado con abundantes
gros. El esfuerzo, pues, vale la pena, por no mencionar
encia . expr�siones �imitativ as tales como : en caso de, ta l vez, p uede , de­
cimiento personal por dicha experi ., .
oon adi-
Pero l a fase de calentamiento tiene, además, una fun pe�diendo, mt�nte, e �c. AI usar la mayor cantidad de preguntas
cional a la de crear una atmósfera cons
tructiva. Todos l os asuntos posible� ((podn a _exphcarme ...?; no acabo de entender muy bien
talle se anota­ por que ... ; (podn a...?; (qué pensaría usted si... ?) intentamos des­
que se discutirán y profundizarán más adel ante en de
rán ah ora, con la excepció n de algu
nas sorpresas que podamos te­ cubrir e l precio de reserva del oponente y su zona de posible

anorámica confe rirá a �� ba� acuerdo, proceso en q ue se aplican las r eglas expuest as e n el C a pí­
ner en m ente, por supuesto. Esta p
y facilitara tulo 2 sobre negociac ió n dist ributiva .
partes una visión de conj unto de las cuestiones a tratar
lados es­
l a búsqueda de posibles soluciones más adelante. �bo� N o obstante, no signifi ca que las partes se enfrenten desde dos
apreciar lo que sig mfic_a p ara extremos de la m e sa como enemigos i ntentand o t est arudamente
tar án en m ej ores condiciones de
ellos la relació n, reconocer los p o
sibles puntos contenciosos y sacar la mayor ven taj a posible al otro. Si éste fuera nuestro obj eti­

adaptar su estrate gia a este nuev o cua


dro. vo hubiésemos podid o ah orrarnos el esfu erzo de la fa se de ca len­
También existe l a op ortunid ad de m edir la talla del otro . tamiento. Nuestras negociaci ones van haci a un h orizonte mucho
cont rato o ��s �mpli o, puesto que queremos que nos lleven a la mej or solu­
(Cuánta autoridad tiene? (Está autorizado a firmar un
t p a? E n esta oon mtegradora posible, en consecuenci a, esta seg unda fase de la
deberíamos estar tratando en re alidad con o ra erson
d em er gen­ negociació� está dirigida a la presentación de la posición de una
fase no es aún demasiado tarde para accionar el freno
e

cia y solicitar un interlocutor que ten


ga l a competencia necesaria fo rma cordial, pero firme, para pod er garantizar u n resultad o sa­
, dotado de tisfactorio como parte d e una sol ució n integrado ra. Es preciso
para tratar el asunto a nuestro mismo nivel, a saber
mantener presente este obj etivo a l o l argo de la nego ciación.
mandato y autoridad suficientes.

II. Presentación de posiciones III. Acercamiento

Todas las cuestiones a negociar están ahora sobre la mesa, no Una :ez que, exponiendo sus res pectivas posicion es, se definie ­
claram ente delinea das, pero ambas partes han podido tener una ron los mterlocutores en la negociació n, d ebemos inici ar .la fase
primera visión de conj unto. Ahora se trata de delimitar y presen­ de acercamiento . N o cabe duda de que antes de poder repartir e l
_
tar la propia posició n : (Qu é e s lo q ue pretendemos lograr ahor a? past el, pr��e�o hay que homearlo . Como hemos visto en el Capí­
Con las propuestas de apertura estamos sentando las bases de una tulo 3, lo micial es establecer las necesidad es y los deseos del otro,
170 El experto negociador Fases y rondas 171
si queremos conseguir algo, tenemos que ofrecer algo a cambio. firmarse en Washington, puesto que, tras largas noches de nego­
Desde este punto de partida será posible trabajar conjuntamente ciación, el líder palestino Yassier Arafat sospechó que la traduc­
para conseguir soluciones constructivas del conflicto en curso ha­ ción del texto escondía una incógnita y se negó a firmado. Siendo
ciendo gala de un máximo de creatividad. Lo que las dos partes un incidente que se difundió por televisión en el mundo entero
tienen en común es más importante que lo que las separa, cada poniendo en juego el prestigio de la política exterior del presi­
una tendrá presente, como es natural, sus propios intereses, pero dente Clinton. En el último momento y bajo críticas circunstan­
no es este el momento de insistir en ellos. No se recurrirá al cuchi­ cias, se encontró un término medio borrando una cláusula con­
llo hasta que el pastel haya salido del homo, pero está bien que tenciosa.
esté ahí dispuesto. Hasta el momento de firma y sello de un contrato o acuerdo
Ahora se hablará de cuestiones específicas, explayándose sobre legalmente vinculante, la solución que tanto esfuerzo y tiem­
sus respectivos detalles y relacionándolos para componer solucio­ po costó encontrar solamente existe en las mentes de los negocia­
nes alternativas que permitan llegar a firmar el documento. En dores. Las personas que deciden pueden abstenerse de dar su vis­
esta tercera fase se forja la parte integradora del proceso. La at­ to bueno hasta el final porque es posible que, por mencionar un
mósfera amistosa de cooperación que al principio nos habíamos ejemplo, las condiciones hubiesen cambiado en el intermedio.
esmerado tanto en crear, dará resultados positivos. Siempre sigue existiendo la solución de retirarse de la negocia­
ción, pero cuanto más tarde se tome, más desagradable resultará
para todos los implicados. No obstante, por regla general, sería
IV. Solución o interrupción peor firmar un acuerdo si una de las partes hubiera preferido no
hacerlo. En tal caso, su puesta en práctica será seguramente difícil
Si todo ha transcurrido tal como estaba previsto, al final de la o incluso imposible. Es necesario que ambas partes consideren
tercera fase habrán sobre la mesa una o varias soluciones satisfacto­ que es preferible tener un acuerdo a que no exista ninguno.
rias para ambas partes; de lo contrario, la cooperación no habrá
sido posible porque los intereses son irreconciliables o, tal vez, los
negociadores no hayan conseguido superar aún la fase de distribu­ Etapas y preguntas
ción y enfrentamiento. Sea como fuere, esta cuarta fase está dise­
iíada para conducir hacia una finalización apropiada de la nego­ Cada una de las cuatro fases de la negociación que hemos des­
ciación, y si ha sido exitosa será el momento de escoger entre las crito, desempena una función específica que corresponde a las
alternativas planteadas. Llegados a este punto, muchos negociado­ cuestiones más importantes que fueron planteadas. Estas cuestio­
res se harán a un lado para pasar el mando al responsable de la nes y todas las fases relevantes quedan ilustradas en el cuadro 7.2.
toma de decisión final. En el campo de la política y de la diploma­ La primera pregunta a plantearnos tiene que ver con la otra
cia, estos serán los ministros o jefes de estado, mientras que en la persona. �Quién es él/ ella? �Cuál es su mandato? �Está autorizado
economía de mercado, lo serán los directores de las secciones, di­ a firmar un contrato o cuáles son sus limitaciones? Estas cues­
rectivos o presidentes de consejo; son los únicos que detentan el tiones son parte de la fase de calentamiento en la que se conocen
poder para cerrar el trato final, decidiendo entre las diferentes al­ los representantes de ambas partes y empiezan a sondearse mu­
ternativas y honrado con sus firmas o al menos con su rúbrica, si es tuamente. La segunda fase, centrada en el aspecto de la distri­
que la decisión final ha de tomarse por parte del Parlamento o bución, está determinada por las respectivas posiciones de las
Consejo de Dirección. El acuerdo estará bendecido en el momen­ partes. �Qué es lo que queremos, qué es lo que quiere mi inter­
to de la ceremonia de la firma, nunca antes. locutor? �Qué cosas son negociables y cuáles no?, todas estas pre­
En este contexto, puede recordarse el Acuerdo entre Israel y guntas tienen que ver con la distribución. Una vez que quedaron
Palestina de 1995. Largamente anhelado, casi no hubiese podido claras las respectivas posiciones, pasamos a la resolución de con-
172 El experto negociador Fases y rondas 173

flictos en sí, la negociación integradora. La pregunta más impor­


tante en esta fase se refiere a los deseos y las necesidades respecti­
vas �Por qué piden esto y no otra cosa? �Cuáles son las soluciones
con las que estaríamos de acuerdo y cuáles podríamos dar a cam­
bio de otras y de qué tipo?
Tan pronto como se haya respondido aceptablemente a todas
estas preguntas, plantearemos la última interrogante que se refie­
• • •
� -l-------+----------:----1-----+--------,1
re a la conclusión de las negociaciones �Cuál es el mejor paquete
._.
cu negociado y cuándo se procederá a su firma? Estas cinco cuestio­
cu nes vienen a ser el marco básico de toda negociación, su estructu­
<.l::
o ración en cuatro fases sucesivas es tan sólo un instrumento útil.
o
'i= n.. s
cu Obviamente, durante una negociación nadie se levantará para
V]] o
so:! ,DJS 'Ocu·.D­ anunciar en voz alta el paso a la fase n. • 3, pero es muy convenien­
te mantener en mente el concepto al planificar y poner en prác­
�S o:!� &·v o:!�
3 o.. ,cu S
tica la propia acción. Las circunstancias prácticas, en todo caso,
....
.... • • •
.... harán necesario que una negociación dificultosa se divida forzosa­
mente en rondas separadas. Veremos por qué.
n."'. n.cu.
o ::õ
� �cu· �
s cu.:: �b.O
o -
cu Mandatos para la negociación
�� -�� �"'

,cu O" O" cu
&&&
,cu ,cu No todas las negociaciones pueden llevarse a término en una
&....,
,<l.)

·v ·v ·v sola ronda, los negociadores han de atenerse a sus mandatos limi­


........ • • • tados y no es deseable que lleguen a un acuerdo de forma apresu­
n.. rada. Raramente las soluciones se logran con prisa y además, el
o
b.O proceso dividido en varias fases facilita la corrección de cuanto
error pueda haberse infiltrado. El mandante, es decir, la autori­
cu 'O
<l.)

�"' oo.. n.. dad que define los objetivos y las tareas del negociador, reserva su
=

,cu
"'cu .:: o:!
cu s
,o:s .::
decisión en cada fase del proceso de negociación, pero no quiere
·sO? � �<l.) tPcu
u•v ·v 'O
limitar la independencia de su negociador respecto a la adquisi­
...., ción de información y la búsqueda de soluciones constructivas. El
.... • • cuadro 7.3. ilustra la razón por la que tal limitación impone la ne­
cesidad de que se produzcan varias rondas de negociación.
En la primera ronda, ambos negociadores o equipos de nego­
ciadores disponen de un margen muy limitado, abriendo sus de­
bates por la vía clásica, recorriendo las dos primeras fases y verifi­
cando si existe la posibilidad de llegar a un acuerdo que satisfaga
los intereses de ambas partes. Sin embargo, sus facultades de deci­
sión están lejos de ser lo suficientemente amplias como para se­
guir sus ideas, sin mencionar la conclusión material de un acuer-
174 El experto negociadvr Fases y rondas 175

Cuadro 7.3. Rondas de negociación, mandatos y avances tes no lo hayan hecho de manera consciente desde el primer mo­
mento. Cuanto más está en juego, tanto más cautas tendrán que

00
A B
mostrarse las partes en negociación. Por esta razón, los mandatos
adjudicados a la mayoría de los diplomáticos les confieren un mar­
1.• Ronda Mandato 1 Mandato 1 gen de maniobra extremadamente estrecho, al fin y al cabo, las
decisiones en política exterior incumben sobre todo a los gobier­
nos y parlamentos, no tanto a los funcionarios públicos que las ne­

(Q) (Q)
gocian.
2. • Ronda Mandato 2 Mandato 2

El significado de la infonnación

Antes de poder tomar decisiones hay que recopilar, intercam­


biar y evaluar información sobre el objeto de la negociación y la si­
Mandato 3 tuación en la que se encuentran los oponentes. En esto consiste la
3.• Ronda Mandato 3
tarea preeminente de los diplomáticos, nadie puede reemplaz ar­
les en este campo. Como ya hemos visto en varios contextos, la in­
formación es la esencia de la negociación. El cuadro 7.4. presenta
un diagrama muy útil para ilustrar este hecho por medios gráficos.
do. Cada uno de ellos, por tanto, acabará informando a sus res­ La llamada Ventana de johari es conocida como método para
pectivos mandantes del resultado de la primera rueda de nego­ ilustrar los conocimientos relativos existentes a ambos lados. Los
ciación. hechos y las evaluaciones conocidos para ambas partes están indica­
Hay buenas perspectivas, ambos lados están dispuestos a em­ dos en el extremo izquierdo del diagrama y constituyen el campo
barcarse en una segunda ronda de conversaciones; si este no fuera
el caso, los negociadores habrían llegado a un punto muerto. En Cuadro 7.4. Ventana deJohari
la segunda vuelta se habrán ampliado sus mandatos, las posiciones
se acercan más y existen buenas posibilidades de llegar a un acuer­ Cosas que sé Cosas que no sé
do satisfactorio. Sin embargo, de nuevo las competencias de los
negociadores no son suficientes para redactar o cerrar el acuerdo,
1 1

EI campo abierto «Ángulo ciego»


Cosas que
de modo que se repite el proceso, cada cual se dirige hacia su res­ sabe el otro
de la negociación
pectivo jefe remitiendo un informe.
El asunto suena prometedor, ahora ambas partes intentan se­
riamente llegar a una conclusión beneficiosa. De nuevo se amplía 7
el mandato de los negociadores, se aprueban concesiones adicio­
nales condicionalmente; por primera vez, las soluciones propues­ Cosas que no
tas por parte de los negociadores denotan suficientes interseccio­ sabe el otro «Fachada» Desconocido

nes como para cerrar un acuerdo. Después de haber negociado


en detalle, la tercera ronda conduce finalmente al éxito deseado.
Ciertamente la cita en la mesa de negociaciones cumplida tres 1
L _ Inconsciente ___1
veces por los contertulios ha sido adecuada, aunque los mandan-
176 El experto negociador Fases y rondas
177
abierto de Ia negociación. El cuadrado inferior contie ne aq uellas
queiío ángulo ciego y permiten que el interlocutor acceda detrás
cosas que conocemos nosotros, pero no el adv�rsario. En este cam­
de la pro pia fach ada. Al menos en lo que ataiíe ai o bjeto de Ias ne­
po podemos establecer una fachada que no t1ene que ver muc? o
gociaciones, lo descon ocido se reduc e constantemente gra cias a
con Ia realidad y, por el momento, mantenemos ocultas nuestras m­
_ tal intercambio abierto de informacion es.
tenciones. Es menos agradable para nosotros el cuadrado su penor
dereého, puesto que éste representa nuestro ángulo ciego, y a que
Cuadro 7.5. Venta na de Johari
cont iene todas las informacio nes que posee nuestro opon ente,
pero no nosotros. Naturalmente haremos lo posible por reali�a� la Obtener información
mà.yor cantidad de incursiones en este campo que es el o bJ et1vo
principal de nuestra l abor de recop�lación de infor��ción. Pero
otro campo en el que tenemos que f1:.1ar nuestra atenc10n es e� cua­ El campo abierto
de la negociación «Ángulo ciego»
drado inferior derecho que contiene aquello que no sabe nmgu­
no de los dos. Conjuntamente con nuestro interlocutor, podremos
desvelar aspect os que nos conduzcan desde l a oscuridad h acia la
clara luz dei espacio abierto. Tal paso, emprendido de for�a ��n­
junta, podrá constituirse en la gran revolución d� l a negoo aoon.
Para completar el cuadro incluiremos ai inconsciente e� el extre­
«Fachada» Desconocido
mo inferior derecho, que excede el alcance dei prese nte hbro.

Dar y recibir Inconsciente


Dar información amplía el campo abierto de la negociación hacia abajo
La ut ilización de l a Ventana de johari no se limita a una repre­ (reduciendo fachada)
sentación meramente estática de la situación informativa, sino Obtener información amplía e! campo abierto de la negociación hacia la derecha
(reduciendo e! ángulo ciego
que una de sus grandes ventaj as estriba en su utilidad para ilustrar
el flu jo de info rmación.
Gran parte de las negociaciones se desenvuelven en campo EI encuestador
_
abierto, don de se encuentra la información de la que d1sp onen
ambas partes que está sobre l a mesa de negociación y se puede tra­
El ejemplo perfecto de pura recopilación de información es el
tar sól o sobre ella. Si revelamos informaciones a l a otra parte en­
dei encuestador, quien plantea un montón de preguntas p ene­
sancharemos el tamaiío dei campo abierto hacia abajo.
trantes sin responder a cambio ni a una sola. EI fl uj o de informa­
Con la computerización es de fácil re presentación gráfica, ai re­
ción es completament e unilat eral. EI cuadro 7.6. muestra la s itua­
cibir informaciones de la parte contraria se abrirán l as ventanas de
ción desde el punto de vista dei encuestador.
los conocimientos comunes hacia la derecha. Esta forma gráfica
EI camp o abi erto se amplía dando ventaja exclusiva ai enc ues­
puede utilizarse para representar los patrones característic?s �e
t�dor, que obtiene gran cantid ad de informaciones y su ángulo
los movimientos que se hacen e n diferentes dases de negoo ao�­
c��go desaparece casi por comple to. Se enc uentra e n una p osi­
nes o diferentes fases. Cada una de ellas marca intenciones y pos1-
ci on muy superior a la del « entrevistado », ya que es capaz de man­
bil idades de comunicación completamente dist intas. En el caso
tener completamente intacta su fachada. EI procedim iento no es
ideal de Ia negociación integradora, estas dos movimientos ocu­
coo perador, pero sí resulta extremad amente útil para co nst ruir la
rre n de forma simultánea, ambas partes se enc uentran con un pe-
posición propia en la negociación distributiva.
178 El experto negociador Fases y rondas 179
El elefante en la tienda de porcelana china to en la que los interlocutores llegan a conocerse mutuamente, es
preciso tener una actitud más bien abierta.
Denominamos al extremo opuesto de este cuadro: el elefante
en la tienda de porcelana china. Se trata también de un caso con­
Cuadro 7.6. Cuadro 7.7. Cuadro 7.8.
creto y de nuevo es unilateral el flujo de información, pero esta
El encuestador El elefante en la La tortuga
vez hacia la otra dirección. Está expresado en el cuadro 7.7.
El elefante no intenta obtener informaciones en la tienda de tienda china de
porcelana china. La modalidad que emplea es descubrirse a sí porcelana

I
mismo, sacándose la máscara, revelando aquello que se encuen­ •

[Gj
tra detrás de la fachada y contándole al otro todo cuanto alcance A BS A BS BS
en el tiempo disponible. Muchas veces suele ser un hablador in­
corregible, los sacerdotes y los profesores también son proclives a
adoptar esta conducta, pero el ángulo ciego sigue siendo ciego,
incluso se amplía a veces respecto a la situación informativa de la
otra parte. Tal actitud puede ser apropiada para una sesión de
F u F u F u
psicoterapia, pero no para una negociación, por lo que será me­
jor evitarla.

Gestión de información
La tortuga
Los apartados anteriores han mostrado cómo el negociador
Otra conducta poco apropiada para las negociaciones es la de­ trata la información en el contexto de la ventana de Johari. �Có­
signada con la palabra tortuga. La teoría de Johari la define como mo encajan, pues, estos bloques fundamentales en el contexto de
actitud cauta y queda ilustrada en el gráfico 7.8. una negociación? La respuesta es simple y define el punto clave
La tortuga se mueve a un ritmo muy cansino, no tiene prisa por del presente capítulo, cada fase aglutina exigencias diferentes ha­
dar ni por recibir información y, por tanto, no prospera demasia­ cia los negociadores de ambos lados. Cada uno de los movimien­
do en ninguna de las dos direcciones. Tanto la fachada como el tos descritos puede usarse sucesivamente para la gestión activa de
ángulo ciego permanecerán casi intactos y la comunicación se li­ información. El cuadro 7.9. muestra cómo la ventana de los cono­
mitará a un mínimo necesario. Se puede imaginar también a una cimientos comunes puede abrirse cada vez más en cada paso.
tortuga asustada que se esconde debajo de su grueso caparazón AI principio estaba la tortuga. Los negociadores se encuentran
ante un mundo que percibe como peligroso. Los riesgos se redu- por primera vez y sus movimientos son muy circunspectos. En el
cen, pero también se pierden muchas oportunidades. Es la actitud curso de la primera fase, pero a más tardar al inicio de la segunda,
menos adecuada para las negociaciones. hablarán de sus posiciones y objetivos; es un juego de preguntas y
Los buenos negociadores son personas muy comunicativas que respuestas, dar y recibir. Dependiendo de la situación, alguna de
buscan incansablemente nueva información y la recopilan con las partes será la primera en revelar información. Suponiendo que
mucho esmero. Su grado de expansión dependerá de la tarea que ambas reciban informaciones nuevas, el orden en que ocurra será
traigan entre manos, pero, ciertamente, un negociador con éxito secundario. La tercera fase de la negociación tiene que ver con
nunca actuará como la tortuga. Tal posición puede ser indicada al objetivos y necesidades, las dos partes se aproximan y buscan solu­
inicio de una negociación, antes de que llegue el momento de in­ ciones integradoras abriendo de nuevo un poco la ventana de in­
tercambiar informaciones, pero incluso en la fase de calentamien- formación, en el caso ideal bacia ambas direcciones. De no ser así,
180 El experto negociador Fases y rondas
181
Cuadro 7.9. Gestión de información y fases de negociación Bibliografia de este capítulo
Obtener más información
LuFT,j., Thejohari Window (La ventana deJohari), en: Human Re­
Inicio Preguntar Preguntar Preguntar lations Training News (1961).
Tortuga por por por solución
objetivos necesidades preferida

Reacción:
Tortuga I

Comunicar
los objetivos II
propios

Revelar
nuestras III
necesidades

Ofrecer
solución IV
preferida

será difícil imaginar una verdadera cooperación, una parte ten­


dría que ceder o buscar un término medio.
La cuarta fase es la de toma de decisiones. Ahora nos gustará
conocer cuál de las soluciones es la que prefiere el interlocutor y
viceversa. La simetría sigue siendo importante, ya que solamente
si ambas partes están satisfechas con la solución esta fase final po­
drá llegar a un fin exitoso.
Concluyendo lo especificado en estos apartados, cabe que lo
más importante no es aplicar o disponer de un procedimiento
preciso en concordancia con el esquema arriba expuesto, sino la
noción de que una negociación puede presentar a los actores dife­
rentes exigencias a lo largo de su evolución. Sólo cuando estos pa­
sos se ejecuten en el momento preciso se podrá hacer uso eficaz
de todas las oportunidades disponibles en una negociación, en be­
neficio de sí mismo y del oponente.
8
La conducta en la negociación

Como en toda profesión, la gestión de un negociador se mide


por resultados, el éxito o fracaso definirán su nível profesional y
la calidad y cantidad de soluciones que consiga redundarán en la
confianza y estatus que logre en su carrera. Sin embargo, no he­
mos hecho más que empezar a descubrir las claves del éxito, que
depende ante todo de una buena planificación, de la selección
apropiada de una estrategia, de las tácticas y su aplicación apro­
piada a lo largo de las negociaciones. Lo más importante es la
gran parte del iceberg que se esconde bajo la superficie del agua,
lo único que se puede ver es tan sólo su punta, que en nuestra
analogía corresponde a la negociación propiamente dicha.
En este capítulo centraremos nuestra atención en este preciso
aspecto. Las buenas negociaciones y los icebergs tienen una cosa
en común, no los encontraremos con demasiada frecuencia,
pero gracias a los numerosos estudios sabemos lo que hacen los
buenos negociadores durante la misma. Destacan por su conduc­
ta entre los demás negociadores en el curso de los estudios, se ha
determinado que la mayor parte de las diferencias se debían a
conocimientos adquiridos, aunque rara vez mediante los estudios
normalizados.
Ciertamente, nuestras experiencias en la vida y especialmente
las malas, suelen ser nuestros mejores maestros, sin embargo, no
vemos motivo alguno por el que tengan que ser las únicas. Con
mayor razón tenemos que analizar de cerca las formas de actua­
ción habituales entre los negociadores experimentados.
184 El experto negociador La conducta en la negociación 185
Antes de la negociación Tabla 8.1. Factores de éxito en la planificación
(Adler 1982; Dupont 1986)
Los estudios llevados a cabo por el British Huthwaite Research
Group ( citado por Adler, 1997) han demostrado una serie de facto­ • Gama más amplia posible de opciones.
res de éxito de los negociadores experimentados. En la fase de pla­ • Más atención a la base común.
nificación, ya son capaces de proponer un número mayor de opcio­ • Más atención a los factores a largo plazo.
nes y posibles resultados que la mayoría de los negociadores. Esto • Establecer límites superiores e inferiores más que objetivos
les confiere un margen más amplio de maniobra y más poder nego­ ftjos.
ciador cuando se trata de elegir. Por regla general, los buenos ne­ • Planificar cuestiones sin establecer secuencias rígidas.
gociadores dedican más atención a los intereses comunes que ten­ • Más tiempo dedicado al estudio del conflicto.
gan con sus interlocutores, mientras que sus colegas menos hábiles • Menos atención a los objetivos propios que a una solución
utilizarán sus energías y su tiempo en el conflicto, en las diferencias. conjunta.
No obstante, no queda claro si la búsqueda de intereses comunes es • Menos atención a las tácticas; éstas suelen sobrevalorarse a
la causa o el efecto de un clima cooperativo de negociación. En todo menudo.
caso, es característico de una acción conjunta constructiva. Esto in­
cluye tener siempre presentes los asuntos a largo plazo que por su
propia constitución los negociadores experimentados miran con que los instrumentos como la planificación secuencial y el estudio
mayor interés, marcando una clara diferencia en cuanto a la mane­ del sendero crítico ( critica[ path) son de gran utilidad. Sin embar­
ra de valorar el horizonte temporal. Sin embargo, los estudios de go, en las negociaciones tratamos con personas que no se encuen­
Huthwaite demostraron que los negociadores más destacados tam­ tran directamente bajo nuestra influencia, por lo que dichos ins­
bién estaban inmersos en el aquí y ahora y que, en realidad, sola­ trumentos representan una ayuda muy relativa. Si dependemos de
mente pensaban en ocasiones en la perspectiva a largo plazo. una secuencia específica, un cambio en ésta desestabilizaría nues­
Otra ventaja de los buenos negociadores es la planificación en tra posición.
términos de límites superiores e inferiores antes que en objetivos Algunos de estas resultados han sido confirmados por un estu­
preftjados. En el ambiente de la negociación, marcado por cam­ dio francés (Dupont, 1982), según el cual los negociadores expe­
bios súbitos, una gama de objetivos ofrece más libertad de movi­ rimentados ofrecen las siguientes diferencias en comparación con
miento que un punto ftjo. sus colegas noveles:
Una variedad de opciones también permite una aproximación
más diferenciada a lo largo de la escala de matices existentes entre • Necesitan la mitad del tiempo para examinar el conflicto.
el blanco y el negro, mientras que, cuando todo se concentra en • Crean el triple de opciones.
un solo punto, no existe espacio para los diferentes tonos grises. Si • Están menos sujetos a sus propios objetivos.
no se logra el objetivo, hay que desecharlo, en caso contrario fra­ • Sin embargo, hacen uso de una variedad de estrategias.
casará la negociación en su conjunto. • Dedican una tercera parte menos de atención a las tácticas.
Una característica final de los negociadores capacitados es la
planificación de temas sin establecer una secuencia rígida. Este Podemos sacar provecho de estas observaciones aproximándo­
procedimiento introduce una flexibilidad adicional a la negocia­ nos al negociador experimentado en nuestra planificación. Es
ción puesto que la otra parte puede tener ideas bien distintas acer­ mucho más difícil cambiar nuestra conducta, puesto que en tales
ca del orden de los temas a debatir. Los negociadores de menor situaciones existen toda clase de imponderables a considerar. No
éxito sucumben frecuentemente a la tentación de planificar una obstante, es importante prestar atención la conducta de los bue­
negociación como si se tratase de un proceso de producción en el nos negociadores y comparada con la de los demás.
186 El experto ne gociador La conducta en la neg ociación 187

La conducta durante la negociación mayor parte de los negociadores hacen esfuerzos para evitar el in­
sulto o el desprecio a la otra parte, parece ser mucho más difícil
Las investigaciones realizadas por parte del grupo Huthwaite prescindir de elogiarse a sí mismos. Pero �de qué sirve el mensaje
permiten emitir juicios bastante explícitos sobre la conducta de que no llega, sino que únicamente desencadena una reacción
los negociadores experimentados durante la negociación. Se re­ contraria y, en el mejor de los casos, lleva a la confusión? De nada.
dactó una lista de conductas particularmente útiles y otras inefi­
cientes (tabla 8.2.) que evaluaremos en los siguientes apartados.
La interrupción a través de una contrapropuesta
Tabla 8-2. Conducta en la mesa de negociación (Rackham y
Carlisie, 1978) Una técnica habitual entre los negociadores menos experimen­
tados consiste en presentar contrapropuestas. Antes que escuchar,
Conducta de negociación Negociadores* Negociadores* reflexionar y analizar la propuesta de la otra parte, se sienten ten­
hábiles nonnales tados inmediatamente a presentar una contrapropuesta. En con­
Comportamiento irritante 2,3 10,8 traposición, nosotros la percibimos como un instrumento para
bloquear aquello que hemos sugerido. Si queremos actuar en for­
Contraofertas 1,7 3,1
ma cooperativa, tendremos que prestar atención a lo que dice la
Espiral defensa - ataque 1,9 6,3 otra persona porque aunque quizá la contrapropuesta no tenía
Anunciar acciones antes de: la intención de rechazar la sugerencia de la otra parte, fue presen­
• manifestar desacuerdo 0,4 1,5 tada en un momento inoportuno. He planteado una propuesta
• todas las conductas excepto y resulta que la otra parte está completamente ocupada con su ar­
desacuerdo 6,4 1,2 gumentación inicial, de modo que es como si estuviera hablando
Escuchar activamente con la pared; el momento no hubiese podido ser menos propicio.
• Comprobar comprensión 9,7 4,1 Un problema adicional que presentan las contrapropuestas es la
• Resumir 7,5 4,2 confusión que suelen generar. Incluso si a nivel técnico se com­
prenden, tienden a complicar el curso del proceso de negocia­
Preguntas 21,3 9,6
ción, dado que al incorporarse nuevas ideas e informaciones, la
Comentar sensaciones situación tiende a volverse más bien difícil. Por todas estas razones,
(información interna) 12,l 7,8 un buen negociador evitará las contrapropuestas a no ser que real­
Diluir argumentos 1,8 3,0 mente pretenda bloquear una proposición de su oponente.
* Cifras en porcentajes por hora de negociación

La espiral de actitudes defensivas y ofensivas


La conducta irritante
Las negociaciones tienden a tomar un cariz bastante desafortu­
Ciertas conductas generan contrariedad, en lugar de ser con­ nado cuando si una parte inicia un ataque a una persona o un ob­
vincentes. Alguien que esgrima frases tales como una oferta gene­ jeto, la reacción defensiva de la otra conduce al contraataque,
rosa o que describa una situación como acuerdo justo o razonable como si de un duelo se tratase. Puede ser suficiente una observa­
dificilmente logrará su objetivo. Más bien confundirá a la otra par­ ción aparentemente inofensiva para desatar la espiral del enfren­
te, puesto que la reacción natural al autoelogio suele ser la pre­ tamiento, como, por ejemplo, «no nos puede responsabilizar de
sunción de que lo opuesto al enunciado es lo cierto. Mientras la esto». AI intentar sustraerse de una situación desagradable, si el
El experto ne gociador La conducta en la negociación 189
188

negociador atac a indirectamente al interlocutor provocará una No obstante, exis te una excepción a esta regla, no deberíamos
ena. Cada g ol pe anunciar nuestro desacuerdo de esta manera. Será m ejor cons ta­
reacción fuerte y el enfrentamiento se desencad
ser á más duro que el anteri or y rápidam en t e q ue dará afectada la tar simplemente que, en este caso, us ted no puede estar de acuer­
atmósfera de cooperación, tan necesaria para lle
gar a un acuerdo do. U na versión más diplomática consis tiría en presentar primero
los argumento s desde una perspectiva neutral y lueg o sa
integrador. Un negociador principiante es muc� o m_ás pr?cl�ve a car la con­
desatar tal enfrentamiento que uno con expenenc1a, as1m1 smo clusión neg�t�va de �llo. Si antecede la negación, la otra parte se
_
atnncherara mmed 1atamente en una po sición def ensiv
suele perder más fácilm ente el dominio de la situación por obra a ; error

de un aumento casi imperceptible de su actitud agresiva . U n buen frecu�?te de los negociadores inexpertos. Usted ya no prestará
tor en caso de que a�enoon a los argumentos en sí, puesto que el oponente
negociador podr á atacar tambié n a su interlocu estará ur­

sea apto para su estrategia. E n t al sit uació n d ar á directo en el blan­ d1endo su �efensa y se podrá producir rápidamente la espiral del
ió , n o le dará al o�r o enfrentam1ento antes descrito. Si facilitamo s a la otra
co, sin previo aviso, pero con dureza y deci s n parte el re­
el tiempo suficiente como para poder organizar
su def ensa e m­ tractarse de su propuesta, le ayudaremos a no perder la posición.
mediatamente podrá volver la situación a su favor mediante una
propuesta adecuada que fue previamente planificada.
Escuchar atentamente

El anuncio de la acción Otra de las técnicas m uy efectivas de conversación consiste en


escuchar ate tamen te, planteando preguntas para aclarar las pos­

Un buen negociador es necesariamente un buen comunica­ turas y ofreoendo un breve resumen de lo que se ha entendido.
dor, por lo que no es ninguna sorpresa que disponga de un bue1: J? e este modo, el negociador experimentado disminuirá la posibi­
manejo del lenguaje. U n instrum ento importante para la co�um­ hdad de que se produzcan malentendidos, la discusión será más
cación eficaz es el anuncio, la descripción de lo que se p1ensa nítida, quedará claro que ambas partes están hablando de la mis­
decir antes de decirlo. Antes que plantear directamente una pre­ �a �uestión. Esto sería de por sí razón suficiente para emplear la
gunta, el negociador experimentado la atenu�rá co1: ':1n an�ncio: tecmca de escuchar atentamente en toda ocasión que se preste,
«�Puedo preguntarle cuá1:t�s unidad�s podra su�11:1s�rar mme­ cosa que un buen negociador hará sin pensarlo dos veces. Ade­
diatamente? » E ste proced1m1ento no t1ene por que hmitarse a las más p':1ede servir para otros propósitos útiles. En primer lugar, al
preguntas ; existe la posibilidad de preparar de esta forma la� su?e­ n��umir lo q1:1e acabamos de oír volvem os a reflejar aquello que
rencias, los comentarios y los juicios profe sionales
. Es una tecmca d�o nuestro mterlocutor, que tendrá la ocasión de reconocer los
que tiene notables ventajas ; en p rime r lu gar , lla m a la ate?ción de posibles malentendidos o faltas de transparencia y se sentirá obli­
_ gado a prestar explicaciones más amplias, ya que quedó invita­
t po r deo�, ? repa­
la persona que e scucha h acia aquello que se es a

rando así el escenario, y destacar la clarida d de lo


que se dira dada do a m anifestarse. Así, por medio del reflejo de la posición del
su previa clasificación. Al mismo tiempo p uede u
tilizarse para fre­ otro, el negociad?_: experimentado no solamente comprueba su
.
nar el flujo de la discusión cuan do é st a se es té d esarr ollando a una propia comprens1on de la materia, sino que también invita a la
c pít ulo ant erior, otra parte a proveerle de más inform ación. En otro aspecto, al es­
velocidad vertiginosa. Como hemos visto en el a

todo el mundo necesita de un determinado lapso de tiempo para cuchar activamente y pedir aclaraciones se refuerza la convicción
asimilar la nueva info rm ación y esta clase de avi
so puede ralenti- de que el acuerdo buscado es factible. Mientras el negociador
zar a los negociadores. menos hábil �referirá ahondar en los puntos inciertos o poco cla­
ros, e l profes1onal experimentado ya piensa en
Las negociaciones que implican confro ntación pueden adqui- los posibles pro­
rir rápidamente un ton o má s agresivo y esta técn
ica está pensada blemas de la aplicación práctica cuando aún está en curso la ne­
para relajar la situación. gociación. En el caso ideal, las disyuntivas deberían detectarse y
El experto negociador La conducta en la negociación 191
190
oponente , en el momento preciso, informaciones internas para
eli minarse en loposible antes de cerrar el trato, inc luso si estas
mismas aclaraciones lo hicieran imposible. Pero �de qu é sirve un lograr confi anza, especialmente si aquello que iie describe corres­
acuerdo que, de h aber lo conte mplado más de cerca las partes
P?nde al propio estado de ánimo. Si la otra persona conoce 0
contratantes, jamás se h ubiese fir mado?, el perdedo r se sentirá
p1 ;nsa que �onoce sus intenciones, se sentirá seguro. La coopera­
_
con razón defraudado si su interlocutor no ha dirig ido su at en­
c10n se cons1gue co n m uch a mayor facilidad si los dos interlocuto­
res se val �ran mutuam:nte. Además, puede resultar muy úti l ha ­
ción a los problemas previsibles. Ni siquiera el famoso represen­
tante de aspiradores, que es citado constantemente, incurrirá en �lar �� com� nos sentimos y de nuestras impresiones cuando la ·
s1t uac10n esta poco clara. Si no estamos seg uros de que nuestro
un enfoque tan li mitado h oy en día.
oponente expuso realmente en serio una determinada propuesta,
podem�s exp��sar nuestras dudas y pedir que nos ayude a aclarar
_
su prop1a P ?�ic1on. A no ser que nuestra estrat egia no conte mple
Las preguntas .º
la coope�ac1on la con:lusión del trato, en cuyo caso, compartir
Los buenos negociadores no temen plantear un montón de m�estras mtenoones sen an un sí ntoma de debilidad y será m ejor
evitar lo. Algu�o� negociad ores sient en una compul sión por expli ­
preguntas, quieren aprender todo lo posible so bre la posición
car cada movim1ento que hacen, así como sus moti vaciones est o
de su oponente y sus intenciones para poder adecuar a l respecto
sus tácticas. �Qué sería niás ap ropiado q ue preguntar ? Aparte de
limita nuestra libertad ya que una vez contada una histori� no
será �osi bl e retractarnos de la sit uación plan teada. jSe recom'ien­
recopilar infor maciones, existen muchas razones para cult ivar el
da m as cau tela en caso de que los hechos o l as in tenciones hayan
art e de pre g unt ar en las negociaciones. Quien in quie re toma la
iniciativa, usted estará controlando tan to el ritmo como el conte­
sido una fantasía !
nido de la conversación. Una respuesta satisfactoria conducirá a la
próxima pregunta y así sucesivamente, cosa que ma� tendrá enj�­
_ Demasiados argumentos
que al interlocutor y le dará menos tiempo para analizar las 1mph­
caciones a largo plazo de sus preguntas.
Al mismo tiempo, el que pregunt a tendrá más tiempo para � De cuántos argumentos se nutre una propuesta para ser con­
.
pensar y planificar el próximo movimiento, y a que la otra parte es­ Vl�cente? Probablemente sólo uno, si es bueno. Pero es aceptada
tará respondiendo. Un argumento final a favor de las preguntas
la 1d �a de qu� cada punto tiene que estar sustentado por la mayor
cant1dad pos1bl e de buenas razones, siendo un error. Los buenos
como instrumento variable del neg ociador y para nada desprecia­
negociadores se con centrará n en el arg um en to más importante y
ble : las preguntas son una alternativa cortés a l rechazo directo de _
sol am ente aportaran n uevas razones a la discusión cuando el p ri­
una propuesta. Al plantear preguntas q ue implican du da, e l ne go­
ciador com unicará al oponente que sus argumentos no le han m �ro no surta efecto. Si se reúnen varios argumentos desde el
_ _
convencido, lo que puede conducir al aporte de nuevos argumen­ P :1 �op10, algunos serán necesariamente más fuertes y otros más
deb �l e . En est e c�so, se puede suponer con razón que un oponen­
tos o se puede desech ar la propuesta sin pérdida de prestig io. �
te ha b1l se apoy ara en el más débi l de lo s mismos. Pese a todos los
s ólidos argumentos aportados, nos encontraremos a l a defen si va
simplemente por que hay an sido diluí dos por los más débile s. Una
Mostrar sentimientos
mala sel ección táctica de argumentos puede destruir toda la es­
Una ne gociación puede ser como unjuego de póquer, pero no trate gia. Centrándonos en uno o dos argumentos convincen tes,
obligatoriam ente. Hemos visto que los buenos negociadores son mostraremos a nuest ro interlocutor el flanco más estrecho posible
muy cautos a la hora de dar informaciones sobre sus verdaderas para atacarnos.
int enciones y limit aciones. Sin e mbarg o, puede resultar útil dar al
La conducta en la negociación 193
El experto negociador
192
Cuadro 8-1. La danz a de Cuadro 8-2. La danz a de la
La danza de la negociación la neg oci ación neg ociación en
palabras
ie de ap ropiadas maneras de
Enfocado y explicado una ser dos p ara p ro­
comportarnos en las
negociaciones, estamos p repara
do las formas • Busca una
adquiridos colocan • Evaluar
fundizar en los conocimientos trategias bási­ • Exigir fr���fi:ún .
concretas de conduc
ta en el contexto de las cinco es •
soluciones
ac ión, es p o­
cas presen tadas en el
Capítulo 5. Con algo de imag in ai ternativas.
osi­
s entre estas cinco p • Proponer.
ov imi entos realiz ado
sib le v isualiz ar los m mo • Razonar.
no tan graciosa co
danza. Comparación
cion es como una vim nt y • Esc_uchar
te existe un fluj o de
mo ie os • Evita
puede parecer porque realmen
)< activamente .
l­ • Eludir
s. i Pese a • Involucrar.
y física entre los neg ociadore
cua
de energía m ental
emos olvi dar q stamos h ablan­
quier análisis científico, no deb
ue e
s una situación

ersonas,
ión intensa entre p
e
do de un a in teracc
particularmente densa !
r los cin co p asos bá
sicos de la
El cuadro 8.1. pretende ilustra e, p odrí amos
Empujar como actitud competitiva
ci onar. N aturalment
danza que acabamos de men n cia entre dos
le y flui da compete
ima ginárnosla como una amab lea­ Puede h acers� �ediante la em isión de j uicios de valor sobre las
l j aponés aikido. El modo emp .
participantes en el arte marcia o, con los p u­
prop uestas y pos1oones del oponente «Me guSta A, pero estimo
do aquí no es de la
mism a dureza y enfrentamient inacep table B.» Tam b',
. ·.
_ ien una ex1g enc1a puede ser útil para tal
a esp ada de
te, ni s e emplea u n
íi. os cerrados, como lo es el kara t n se aseme­
p ropósito « lo que qmero es..., por favor, concédame X, ...». F'inal-
aikido, la comp e . .
e cia
bambú com o en el kendo. En el mente, tamb1én están los alicientes y medios de p res1on para lo-
n la diferencia de que el p erd
edor
j a realmente a una danza, co g rar este ob'� et1· vo, «como contrapartida de..:. estaría d1s " puesto a
te en el suelo, mie
ntras que el ganador se . . .
termina literalmen si­ ofrecer... ; en caso de que usted h1c1era..., m1 respuesta ser1'a..., s1·
gen en la mente, volvamos a la
mantiene en p ie. Con esta ima n de Usted no aceptase m1· � r�puesta, tendría que ce rrar la sesión». Se
. .
ntorno de aire aco ndi cio ado
tuación de la negociación, el e ntral, el térm i­ trata de ex1g en:1as_, soh c1tudes y j uicios no necesariamente funda­
la s ala de co nferenc
ias, donde desde la posición ce �;ntados, por JUSt1ficaciones y datos. Ap licando este tipo de p re-
puede intent ar e jercer tracción
o
.
no medio, el negociador líder s1on p odnamos log rar concesion es inmediatas o, P or el contrar1 0
utivo o p uede m overs
,(�ª
e a
largo del ej e dist rib pod , desencade� arse u1;a batalla enardecida, dep endiendo d�
empu j ar al otro a lo n m m
g rador, llevando al otro también
e la is a
lo larg o del e j e inte p ­ cua e las _ p artes t1ene mas poder. En todo caso el empleo �e la
trayéndose del confl
icto o utilizando sus o
.
dirección y a sea sus el i nterloc ­
, ab1erta resulta rudo, además de arriesgado. L a may��1a_ de
p res10�
p eradores para conseguir que
u
deres creativos y coo el negociadores optan por un enfoque ma' s suave y m enos d1ng1do
a la colaboración y
iento conj unto h aci hao. a la confrontación, pero con la suficiente presión como para
tor se una al movim
acuerdo. s log rar que la otra p arte se distan cie de su p osición inicial.
movimientos físicos de los paso
El cuadro 8.2. ilustra cómo los
en traducirse en u
n instrumento adecuado
de esta danza p ued
para la comunicación verbal. Ejercer tracción, adaptarse

Ej ercer tracción o tirar de algo es el movimiento inherente a


.
las p reg untas «Por favor' hábleme de...,. podn,a exphcarm e...,
La conducta en la negociación 195
El experto negociador
194
poco gracioso, son una forma de suavizar e l acto de retractarse.En
ida hacia la solución
etc .» . La p ersona
que responde será conduc primer lugar, es preciso aliviar la tensión de la situación, no se
. . le acto de responder . P uede parecer
deseada mediante el s1mp . ue se trata de un
movimien- puede abrir una olla a presión sin antes liberarla de ella . El nego­
q i pr � nt a ced1era , Í�: s::q e­ ciador también puede mi nimiz ar todas las actividades de la ges­
que pu ·ar . P or supuesto, las pr
u en e u

to bastan t m sua ve q ue tión, por ejemplo, dejando de escuchar, distrayendo a los demás o
uchar en
e as
� adas de u�a actitud de esc
guntas deben estar acomp a bandonand o la sala de forma lite ra l o s imbólica .
an
ió y el resu­
respuestas . La recapitulac
n
forma muy inter.esada las del m1·smo modo que lo h .
ace
yu d d mg · 1·r a la otra parte ,
men a an a
., o . «Si he comp
rend1do
t ió y l r a oon d e l o oíd El movimiento conjunto, comprometer al otro
la interpr .. e ac n va o
ted contento / aliviado
bien, usted dIJ O que... ·d 1 ebe de .sent"irse us
,
vel �c1on de infor
maciones o de impre-
/ frustrado , ahora ! » La n� 1 uy en otro mod
t"t o de a traer
Si nuestro interés está en desarrollar un trabajo c onjunto cons­
p r on l y expenenoas cons tructivo, necesitamos establecer una base afín con la otra parte .
sion
también pasé por eso .
es e s a es »
p h i nosotros. «S'i, yo Para ello, necesitamos conocer a ese humano, descubriendo sus
a la otra ers on a ac a

intereses, sus verdaderas necesidades, pero también haciendo un


esfuerzo por encontrar las experiencia s compartidas y un o bjetivo
verse
los términos medios y mo
Dar pasos cortos, aceptar común : e l acuerdo. Los conceptos sensoriales y motores relacio­
en círculos nados a las percep ciones y los mo vimien tos son especialmen te ap­

ne- tos para conseguirl o ( sabor, olor, sonid o, color, forma, velocidad,
, uestra dan za de
. . es habitual en n
El movim1ento en orculos . e movimientos en la que etc .). La fantasía y la creatividad d esempeii an un pap el preponde ­
. . a secuenoa d .
go oac1o, n. Se trata de un d pl azar a la otra de
su pos1- rante en este sentido, ya que nuestra danza conjunta nos está mo­
artes logr :m �
r e
ninguna de l as p
e
o viendo hacia una estrategia de colaboración y es preciso diseiiar
y oscilan a pasos cor­
ció n ya que a mb os se que an on�e :stán a me jor solu ­
nuevas opciones adecuadas para satisfacer las expectativas de am­
t s es ca�� de aportar un
tos . Si ninguna de las par � _ ponerse de acuerdo en un
a bas partes. Este movimiento no tiene director, ambos se mueven
. , · tá cond1oones al unísono, alternando los roles de líder y seguidor y con el o bjeti­
., , es muy deseable ue se presente una pro-
en
oon o s1 no es n

d p _n _ vo de avanzar conjun tamen te hacia un destino final, el acuerdo

:e
determina o c10
adecua­
que .. » U ; técnica también
a
t n _ g nr mutuamente satisfactorio .
puesta: «Me g su e
us a a
un término me dio desde
as ventaJ: a�
da con siste en. examma. r l . gusta-
d vi t t , mco . «Por las s1gmentes razones . .. me
el pun t e s a ec
al es l a de evi-
�es, la intención princip
o

ría proponer ...» Muchas ve zado lo sufi­ Improvisación


m as partes n o se han esfor
tar la impresión, de que a imperativ os de la
ciente . Tam b"ien
_ puede suceder que los ha Aparte de todos estos movimientos básicos, la danza de la nego­
. , determinaron que la estrategia del término medio , ciación ofrece pasos intermedios, pausas , vueltas, saltos, lo que los
situao on . pudiendo lograrse mas
sido realmente
la mejor alternativa, no negociadores consideren más pertinente . A menudo se encontra­
destos .
que compromisos muy mo rán ante una situación en la que tengan la necesidad de improvi­
sar cuand o la orquesta toque una me lodía que no conozcan . Tam­
bién puede darse un compás alrededor de la cuestión del
evitar, soltar
Alejarse, desprenderse, liderazgo, dependiendo de quién esté en la situación más fuerte
• en un m omento dete rminado . jLa danza en la sala de confe ren­
aleJ arse del otro
bailarín se encamina
En la danza, el paso para en lo posible '
evitar cias, por tanto, denota sorprendentes similitudes con el salón de
t a l p rta ' p ero se pretende baile ! Dependiendo de la respectiva pareja, de la música y de l en-
directa m en e a u e
incluyendo alguno
ió . El h m or y 1os ch"istes '
dar esta im pres n u
El experto negociador
196
icio oblig ado o un
t orno, puede resultar aburrida, un simple ejerc
l a danza verdadera,
placer. Pero, análogamente a lo que ocurre en
dominan to dos l o s
solamente se le puede encontrar placer si se
ertirse en una bue-
p asos a la perfección, es la única forma de conv
na p areja de b aile.

Bibliografia de este capítulo

ADLER, Nancy J., International Dimensions of Orga


nizational Beh�­ 9
ucta en org am­
viour (Dimensiones internacio nales de la cond
llege Publishing,
zacicmes), Cincinatti, Ohio : South-Western Co La conducción de una delegación
1997.
o nflicto s interno s),
HoRNEY, Karen, Our Inner Conflicts (Nuestros c
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RAcKHAM, Neil; CARLISLE,John, The Effective Nego suelen desarrollarse por iniciativa de los litigantes individuales
dor eficaz), P arte I y II, Huth
waite Research Group, JEIT, 2
sino po r la de un grupo, la delegación de negociación. Esta situa­
(1976), 6. ción conllev� determinadas ventajas; la negociación cuenta co n
théorie, applications
DUP0NT, Christophe, La Négociation: conduite, los co nocimieQ.tos altamente especializados de los miembros del
aciones). D a-
(La negociación: La co nducta, la teoría y l as aplic grupo y la carga de trabajo recae en varias personas, lo que para
lloz, 1986.
s in Psychotherapy el negociador principal es un alivio al disponer de mayor libertad
SANER, Raymond, Psychological Movement Pattern de mo vimiento . Además, dos, tres, cuatro o seis p ares de o jos ven
l psic oterapi a), Hu­
(P atrones de movimiento psicológicos en a
más que uno sólo . Razonablemente, se suele recurrir a una dele­
m an Movement Science, 4 (1985), 67-86. gación en lugar de un solo negociador porque representa mayor
creatividad y posibilidades de examinar a fondo las alternativas.
Pero la condición de que todas estas expectativas realmente se
cumplan en el seno de la deleg ación, está en la eficacia con que
se haga frente a los pro blemas específicos de la conducción de
una delegación. El trabajo en grupo es una experiencia comple­
tamente diferente para un negociador acostumbrado a trabajar
solo , las posibilidades de éxito se reducen en la medida en que
no se tome en cuenta este hecho.
La intención del presente capítulo es preparar al negociador
experimentado respecto a las diferencias existentes en el trabajo
en grupo y a su papel peculiar en ella. Co ntemplemos, por tanto,
los pro blemas básicos que surgen al conformar y co nducir a una
delegación numerosa y variada.
198 El experto negociador
La conducción de una delegación
199
La conducción de una delegación
ra r para despegar, tendrá que consultar un sin número de instr u­
Un grupo que actúa bien no se forma so_lo: En primer lugar, ne­ mentos de vuelo y activar múltiples sistemas de control. A diferen­
cesita contar con la presencia de personas idoneas que ofrezc�n la cia de la avioneta, todo movimi ento que pretenda tendrá que ven­
gama más amplia posible de capaci�ades diferentes. Los miem­ cer cierta inercia antes de hacerse efectivo. Además, el capitán del
bros del grupo deben disponer del tiempo suficiente _ para cono­ jumbo tendrá un copiloto, un i ngeniero de vuelos y un experto en
cerse antes de la negoci ación y aceptar a sus colegas. A cada cual se navegación aérea en su t ripulación, cada uno de los cuales tendrá
le debería asignar o posibilidad de elegir esp ntánea ente un pa­ que cumplir una función diferente que será impresci ndible. El pi­
� � �oto del pequeno avión se sentiría completamente fuera de lugar e
pel compatible con sus habilidades y person hdad particulare�. Se­
� mcapaz de afrontar la sit uación en caso de situado en el sillón del
guidamente conviene ejercer cabalmente di�h s papeles, posible­
�- capitán de la gran nave, puesto que no estaría en condiciones de
mente mediante la simulación de una negociac10n futura. De esta
forma se dará la oportunidad de hablar a ti empo de los conflictos Y controlar el complejo sistema técni co o la coordinación de su tripu­
de otras dificultades que puedan surgir, y se definirán claramente lación. Para estar a la altura de semejante tarea, pr imero tendría
las líneas de comunicación existentes dentro del grupo. que recibir una capacitación especi al.
La tarea primordial de un jefe de delegación consiste en abor­ Si transferimos esta si tuación a la negociaci ón, tendremos que
dar estos temas mucho antes de la verdadera negoci ación. Una �ez empezar por la capacitación del jefe de la delegación. Para empe­
empezado el proceso en sí ya no habrá tiempo para est s cuestio­ zar, quizá lo mejor sería enumerar los errores más comunes que se
� cometen al llevar a cabo negoci aciones complejas: ejemplos alec­
nes; ese será el momento de la verdad, el instante a partir del cual
aflorarán las cualidades de la delegación. Llegados a este punto, se ci onadores. Desde allí podremos pasar a contemplar los factores
hará evidente la cantidad de tiempo y esfuerzo que el responsable de éxito de los grupos eficientes y calibrar cómo se han distribuí­
de la delegación tendrá que inver�i; para determ��ar la dire�ción do las tareas entre los m iembros del grupo. El ejemplo dei presi­
del grupo y el modo de su conduccion. La mt _ �raccion compleJa en­ dente John F. Kennedy y su gabi nete, ai final del capítulo, demos­
tre los miembros del grupo estará siempre baJO control en un buen trará que incluso un equipo experimentado compuesto por
grupo de negociación. En el cas? ideal cci�nará por sí s lo, cu­ personas brillantes puede i nvolucrarse en problemas si no domi­
� � na determinados mecanismos de control.
briendo así las espaldas del negociador prmcipal, c�yo _ trabaJO con­
siste en reflexionar sobre el contenido de las negooaoones, no so-
bre su grupo.
., Los errores frecuentes
Aho ra bi en, una delegación con una mala conformacion y un�
preparación deficiente es peor que ninguna, po�qu� n p res�ara
� Nadie es ajeno a las negociaciones fallidas, por lo menos, ha­
apoyo alguno al jefe negociador e incluso cargara ma� disyunti_v_as
_ bremos oído mencionadas en las noticias. Los negociadores y sus
sobre su cometido. Por otra parte, el jefe de la delegacio� ta�bie�
tiene la responsabilidad de la preparación de la neg ciac10n. Si funci onarios salen cabizbajos y con las manos vacías, dan una bre­
� ve comunicación ant e las cámaras de televisión y se van a casa. Fra­
comparamos a una negociación unipe�sonal con una avione�a, ��x
la m isma lógica tendríamos que considerar �ue un negociacion casos como estos pueden deberse a errores u omisiones respecto a
_ . � la organización de la delegación. Es cierto que, en la mayoría de
con grandes delegaciones equivale a un avion �ipo JU�bo. Claro
está que las exigenci as que afrontan los r��pe�tivos capitanes s n los casos, los errores no suelen tener consecuencias tan drásticas
� casi siempre se logra algún tipo de acuerdo, incluso si los objetivo�
muy diferentes. Mientras el piloto de un avion hgero que vuela baJo
buenas condiciones meteorológicas puede confiar en su buen co­ originalmente perseguidos no se h ubieran logrado.
nocimiento del medi o en que se mueve y en su sentido común un �Cuáles son los errores más comunes? Uno habitual consiste en
'. un liderazgo a utocrát ico en exceso por parte dei responsable de
capitán de un Boeing 747, que tiene un peso enorme que conside-
la delegación. En l ugar de preparar a su equipo, ejerce de tutor,
200 El experto negociador La conducción de una delegac
ión
201
emite órdenes en vez de del egar. Pero cualquiera que trate a sus del concepto de una ª rt" .
1n• pac10,
funcionarios como si fueran esclavos no debe sorprenderse luego delegación ' cuyo co!et1d ��s activa de los miem bros de la
º o consi�stira
si se rebelan en contra de la autoridad. L os motines son, p or su­ en apo yar, en 1a .
sus posibilidades . . medida d e
' al neg ociador prmc 1pa1 en aras del logro d e
puesto, un f estín para la delegación contraria y má s aún cuando se o bj etivos. su s
producen en la misma mesa de negociación.
D e forma comparable, la divergencia abierta de los objetivos del
grupo, ya sea por parte de un miembro individual o de una sección Los factores de éxito
grande del equipo, debilita el trabajo efectivo del mismo en el cur­
so del proceso de negociación. Los contrincantes se aprove charán Esta tarea exige not bl
rápidamente d e fa situación en la que un miembro adopte una acti­
fi
la delegación. Varios es�ud�::��;;:�; �:��: �� m�r s Y deJ jef e de
tud disidente . Algunos podrán boicotear la cohesión interna del i a = � res ��­
grupo al hacer gala de una susceptibilidad exagerada frente a los �e
o un a extensa lis ta
d e factores del triun
gr��os que fueron exitoso
fo sobre
s, los cuales repr
7a:as:� :� ª � s
ataques imaginarios, ya que, de hecho, nadie alberga pensami ent os oduciremos ::�:
tinuanon a modo de recome
hostiles frente a ell os. En tales casos, la delegación tendrá dificulta­ nd . o, n g eneral para las n
nes en equipo. La p rimera re �� egociad o ­
des para reparar los dan os y reorganizar el grupo, cosa que reper­ gla orm�r un grupo es la
ª los miembros de acu d e reclutar
. erdo a sus capacida
cutirá negativament e en la efectividad disponible para las negocia­ obVIO, p . d es. Esto pued e pa
recer
. ero precisa de una consider
ciones. Un equipo debilitado de esta forma t endrá dificultades en able familiaridad con Ias p
nas en cuestión. Es meneste erso ­
r evitar a toda cos ta
trabajar en función de su mandato. El líder, también tendrá dificul­ laciones conflictivas de p o que se produzcan re-
der en eI grupo en .
tades en caso de no haber recibido instrucciones claras por parte miem bros del equip � ���o contrario, los
o estarán más p e
del negociador principal o si el grupo no actúa en función de éstas. ndient s de gar que ocupan
que de la tarea a realizar · E
s to conIIeva que .
Una delegación eficaz siempre respalda a su portavoz, al negocia­ mente definida la
t1ene que estar c1ara
autoridad del negocia . -
dor principal, al menos ante l os oponentes. cesar1. 0, incluso debe imp on . d
.
o r pn · I q�e, s1• es ne-
ncipa
erla EU n� impr
Estos razonamientos no quieren decir que el líder debe esperar siva, las decisiones se pued ica una actitud repre­
en d�ba: sm em
lealtad hacia su persona, más bien debe reforzar la cohesión del gru­ tener la última palabra· de ,\ barg�, el jefe deberá
' no se: asi, e grupo podn a re
po promoviendo las responsabilidades mutuas. Actuando así conse­ ble. El cuadro 9. 1 . muestra sultar invia-
1os diferentes estilos s ºbl .
guirá que la delegación dependa menos de las instrucciones de la di­ go, desde la postura dictator s d e deraz
-
ial hasta la capitulac �: � �' h
rección y ayudará a que ésta sea más autosuficiente, más autocrítica y e l1 der.
creativa. Cuanto más dependa un grupo de la personalidad o autori­ Cuadro 9.1. Estilo� de lider
azgo desde la aut ocracia ha
dad de su líder, tanto menor será la probabilidad de que tenga inicia­ la cap1tulación sta
tiva propia. Otro erro r consiste en que los miembros del equipo evi­
ten las responsabilidades individuales y prefieran esconderse tras su Centrado en el líder ► Centrado en el grupo --
líder en lugar de tomar sus propias decisiones, ocurriendo en conse­ -►
.. El líder que abdica

cuencia que su utilidad se limitará al estrecho marco de las instruc­ Uso de la autoridad por par
te dei líder
ciones concretas que hayan recibido. Si no hay órdenes ( como pue­
de ocurrir fácilmente si, por ej emplo, el principal negociador está
demasiado ocupado) entonces se convertirán en carga inútil. Libertad dei grupo
No obstante, a veces también se necesitan tales personaj es sin
función específica, p or ejemplo, en China, cuando sea muy impor­
0 0 ®
tante halagar el honor del ot ro llegando con una del egación muy Vende Prueba
(decide y (soluciones
Consulta Se une
ai grupo aJ grupo
cuantiosa. En el presente contexto, no obstante, estamos partiendo explica) alternativas)
La conducción de una delegación 203
El experto negociador
202 .
D ado que escuch an conj untamente ' 1os miembros de un equi-
ilos de lideraz­ .
o diferentes est
h b lecer estos cinc po eficaz tamb'1en, se caractenzan por e1 �sfuerzo co� unto para
A la or a de est a
ncias cult urales
. Un estilo .
s c uenta las difere encontrar nu evas soluciones alternat1vas· Si haY a 1go q ue esta , veta-
go deben ten er e en
la establecida en
los países . .
consultivo ( e j e
mplo 4) suele ser la re g ntextos
do co mpletamente en la d egoo�ciones es 1� dis cusió n
e fuera de lu gar en ;
los co
j , p estaría bastant abierta sobre la di recció n ::�ar�· � do� t_ien e:1 conoomiento de
ang damericanos,
los a on es ero
os, asiáticos o su
al p es mediterráne las priori d ades d el grupo d sde e 1 pnnop10 mism o de la negocia-
itarse a
aís
nal que suele lim
cultur es de los
j tilo m ás con vencio ció n y actúan en confo r m1�da d con ello. Sobra a� untar �ue un
cus iones,
erc e un es
donde se e
el curso de las dis . , meJ. or 1 mpres1ó n que
las situaciones
1 a 3 del diagrama. En papel de eqmpo que representa un frente só lido dara
. .,
lo posible, el lí de
r tend rá el
b ser abiertas en uno dividido· Al confiormar un nuevo equi· po de negociaoon , se
q ue de erían
s del equipo de
batan siem­
g z q ue los miembro recomienda q ue sus m1· em bros 11e ven a ca bo un ensay o general
árbitro y ara nt i ará
jamás personales. Las .
t erios té cnicos, del proceso. Para tal propo , s1'to es necesano encontrar represen-
pre sus dif orrectas.
ere nc ias co n cri
o correctas o inc .,
opiniones no de
berían etiquetarse com mo po ­ tantes creíbles de la deleg aoon oponente ' q ue pueden s er repre-

N ad i e de b er í a p restarse al j ue go
del sabelotodo o
act

ría nada con e sta


uar co
p ción y,
osi .
. . ·,
sentados por coleg as de 1a m1sm a org anizac10n °por asesores es-
ú v erdad, no se gana peoales contratados expresamente para tal ocasió n.
l garan­
otro detalle, es vita
seedor de la nica
p rse m uch o. En
en cam bio , p erde
as en pri ­
utan sus diferenci
odría

tizar q ue los mie


mbros del grupo disc iz arse rápi-
tre sus filas pod
rá uti l
o, s m iento abierto en Las funciones del grupo
vad el di en ti

damente en bene
ficio del oponente.
esta regla, la distribu
ción de los papeles y la Una perspectiva d istinta lleva al ri er plano cada funció n del
Como co mesa de negociación tie ­
rola rio a
;
autorizaci ón para
tom ar la palabra en la e j or plan
papeles de s us miembr;s e t rata de un enfoque algo
e q;1ipo y los

fi claramente y a
que de otro modo, el m m�s teórico que el simple recuento d ºs f ct� res de error y de
ne q u e. de nir se
os cuando los
diferentes �
p v ertirse en un ca aoerto, pero no por ello carente d e v:1! r practico. El traba j o del
bra en la mesa de ne go-
n
elaborad o od rá co
g c i ó n tengan la pala grupo puede d IVI
' 'dirse
' en tres categorías:
miembros d e la de le a

ciaciones de una
forma desordenada. para ser
p , los experto s de
berían sentarse detrás
E p io e­
ón cuando se presente la n
n rin ci
p j fe de la del eg aci El logro del objetivo
h acerlo, m uy breve­
l e
consulta dos or e
b h b lar en la mesa y de
cesidad ; no de
a
cim ientos
erí an
o seleccionados
por sus innegables cono Esta función del eq uipo esta en relació n directa con el obj eto
m n . H an sid nec riamen­ .
esto no si gnifica
e te esa
z su terr eno, pero de la negociación Es m enester detectar los problem as, recop ilar y
espe
volver al e jemplo del avió
s en
ciali ado n · •
b g ociadores. P ara propagar informac1· ones, recoger y expresar opm1ones
· y examinar
te que s ea ingeniero de vu
n ue no s ne elos
, h ech o de q ue el la viabilidad de 1as propuestas.
del que h abla m os an tes el
sto de copiloto.
lifica para el pue
xp en m otores no le cua
tacar q ue un lu g
sea e ert o ar detrás de la
t , obstante, de s
Es i mp ort an e no
ca q ue aquello
s m iembros
go ió tampoco signifi La capacz.dad de Junczonamiento del grupo
mesa de ne cia c n ten ­
dos puedan desen
é tiv amente implica
del grupo que
n ac
roce so de
no est
todos los parti
cipantes deben seguir el p El propó sito de to das estas acti · dad_es es e! de a g lutinar al gru-
derse del tem a, di­
t m ente. Cada indi
viduo observa un aspecto ;
po y de fortalecer su ca acidad de uno� nam1ento. Ello implica la
ó
ne goc
mpartir sus observaci
iac i n ate n a one s
g ión y puede co coordinación de las acdvidades de los m1embros del mismo y la s a­
iac da­
s del eq uipo que
oc
ferente de la ne
.
. D m o, los m iembro tisfacción de su s vari d teres s. El co eti_do asignado a deter-
con sus colegas
od
m ismo nivel de in- ::i:� en e� mante�
e otr o
reacció n en un i m mb : mm1ento de la cohesión
n est an ca do s y sin poder de m nados ie ros o
ría
formación.
El experto negociador La conducción de una delegación 205
204
monía en su seno, Cuadro 9.2. Prog reso del g rupo
del grupo, y su trabajo es el de establecer la ar
os cuando existen
mostrarle una dirección, facilitar los intercambi Productividad
de cualquier miem­
diferencias de opiniones, estar a disposición alta
p oyar la opinión d el
bro, cuando así lo requiera o, simplemente, a
jefe de delegación o de la mayoría.
Roles por
cometidos.

La satisfacción de las aspiraciones personales de poder media


Roles de grupo
_______ (distribución
Los intereses y las aspiraciones de p oder de cada uno de los clara).
miembros de l equipo necesitan s atisfacerse. En p osición cierta­
mente ególatra, algunos miembros podrán enzarzarse en una lu­
cha de poder personal, bloqueando de esta manera el esfuerzo
N ecesidades
del grupo en lugar de tom ar parte en el proceso activo de nego­ individuales
ciación. A veces también se apartan del objeto que está sobre la de poder.
baja
mesa. Posiblemente, la actitud subyacente a esta conducta sea ---Tiempo
:::: p
::: -::gru
-::- :vo =--:: --------------
:= o
frecuentemente el intento de captar la atención. En este caso, al �Nue Grupo maduro
miembro en cuestión ya no le preocupa el asunto en sí, sino el
reconocimiento pers on a l. La energía que consume esta actitud
ya no estará a disp osición de las actividades de resolución de pro­
blemas del equipo, pero es necesario canalizaria hacia la función Cuadro 9.3. Roles del grupo
del trabajo en equipo. El cuadro 9.2. demuestra cómo estas tres
funciones varían a lo largo del tiemp o en un g rupo sano. Cuanto
más extenso sea el período que lleva trabajando el equip o de for­
ma conjunta, tanto más pasarán a segundo plano las aspiraciones
personales de poder. El equipo mantiene su productividad al cul­
tivar conscientemente esta fluidez en el funcionamiento. La con­
ducta de sus miembros se orientará, ante todo, h acia el cometido
que tiene en manos. Los problemas de orden social y emocional
que puedan surgir, en vez de suprimir u omitirlos como si no tu­
vieran importancia, se tra tarán en profundidad p or medio de la
intervención orientada hacia el grupo (Müller, 1992).

Los roles en el seno dei grupo

La conducta de cada grupo se caracteriza por los diferentes pa­


peles que cubren un área de actividad más o menos extensa. Un
equipo tendr á un rendimiento eficient e cuando tales papeles
sean desempenados por las personas mejor cualificadas p ara ello y
206 El experto negociador La conducción de una delegación
207
cuando todos los miembros acepten esta distribución del trab aj o. Ejemplo: John F. Kennedy y su equipo
La eficiencia del equipo también puede mej orarse considerable­
mente mediante la observación de la conducta de la delegación Este breve estudio de un caso (Janis, 1971) se bas
a en el ej em­
contraria. Se presenta (cuadros 9.2. y 9.3.) una breve descrip ción plo del presidente americanoJohn F. Kennedy y
su equ ipo de éli­
de los papeles más comunes en este lu gar. t� par de� strar los p eligros inh
� ? erentes al famos o «we-feeling»
El portavoz principal es la cabeza del equ�po y es �l o ella (1dent1ficaoon con el grupo) que muc has emp
resa s promueven .
quien determina el rumbo a tomar. No necesaname��e t1ene que K: nnedy, para entrar en la Casa Blanca se rodeó
de un grupo am­
ser al mismo tiempo el líder formal de la dele gac1on, pero es pho de asesores y expertos, tan brillantes como di
n ámicos, proce­
op ortuno, por re gla general, que el respon sable oficial de la dele­ dentes de las mej ores universidades del país. D
ean Rusk, Robert
gación sea al mismo tiempo la persona a car go en el momento de M cNamara, Douglas Dillon, Robert Kennedy
y Allen D ulles son
la ne gociación. E l proceder de fo rma diferente puede te1:er un sólo a lgunos de ellos, Este grupo ín timo en torno
_ al Presidente, e l
efecto irritante, pero p or esta misma razón puede ser de mteres famoso think-tank, funcionaba de manera extraor
dinariamente
táctico. E l p ap el principal no puede desempeíi ar se por más de efi caz, pero pese a ello, le recomen
d ó embarcarse en la d esastrosa
una p ersona, ya que, de lo cont rario, se pro�uciría tarde o ten_i­ invasión de Bahía de Cochinos en Cuba. (Cómo p
udo producirse
prano una oposición de poderes y de autondad. P uede _ocurnr semej ante decisión ? Todos cometemos errores, ésta
sería una ex­
que surj a un antij efe como rival del líder formal. Lo� c�nfüctos de plicación sencilla, pero en este caso se ofrece otra
versión. Existen
tal í ndole constituyen un obstáculo para el cumphm1ento de la claros indícios de que la decisión fa
tal de lanzar la invasión se de­
verdadera tarea que está en j uego y deben solucionarse con el bió al fallo de todos los mecanismos de control es
tab lecidos den­
mayor tacto l o antes posible. tro del grupo.Janis (1971) describe varias sínto
. . mas de un senti­
U n rol que puede ser representado por vanas personas al mis- miento exacerbado de grupo (groupt hink) que j unto
a la ten sión
mo tiempo es el del generador de ideas, un elemento al que nun­ p_rovocada por la situación, reduj eron considerablem
ente la capa­
ca se le agota la creatividad. E n la práctica, la �;aluac�ón , el desa­ c1dad de toma de decisión del gru
po, estas síntomas fueron los si­
_
rrollo y la ap licación de estas ideas ser á cuest1 on a � ilu odar po_r guientes:
los demás miemb ros del grupo. U n evaluador , por eJemplo, revi­
sará todas las propuestas presentadas a la luz de la situación real y • Los miembros del grupo compartían la certez a d
e invulnera­
de este modo facilitar á informaciones importantes al jefe de la de­ bilidad, incurriendo en riesgos enormes, no re
accionan do
le gación. M ientras estas funciones se cumpl en de fo rma paralela, �nte las cla�as prev enciones sobre peli gros inminentes y con
el guardaespaldas protege al grup o de los ataques sorpr�sivos �el 1�eas exces1va�ente optimistas sobre el resultado
. Así, por
oponente. También t ie ne la función de filtro que transm1t� las m­ eJemplo, el eqmpo de Kennedy basaba s u plan en
la desvaria­
formaciones que el grupo pretende difundir hacia el extenor. da suposición de que la Agencia Central de
Inteligencia
Finalmente, todo grupo deb ería tener en su seno al menos a (CIA) podría mantener en secreto el hec ho de
que Estados
un intermedia rio que pueda encontra r una armonización de las U nidos era el responsable de la invasión de Cuba
.
diferentes opiniones y posiciones dentro del grupo en momentos • Las seíiales de alarma se hicieron a un lado m
ediante la re­
difíciles o estancados. formulación teórica posterior de los hechos.Jam
es C. Thom­
La importancia de la or ganización del equipo para desple ga� el son, profesor en Harvard, observó esta conducta
a lo largo
máximo potencial de sus miembros será ilustrada en el subcapitu- de muchos anos en la Casa Blanca. Cuando algo ib
a mal, sim­
lo si guiente. plemente se cambiaba la historia y las decisione
s anteriores
quedaban inm unes a las críticas.
• El grupo tenía a su favor tod os los valores m
orales: siempre
tenemos ra zón. Esta se expre sab
a, ante todo, al evitar cierta s
208 El experto negociador La conducción de una dele
gación
209
cuestiones y apreciaciones críticas. No había espacio p ara el
2Cómo puede prevenirs
debate sobre l o justificado de la propia postura. Poco a poco, e tal implos1. o, n del g rup
tomar algunas medidas s o ? Se pueden
fueron acallándose por sí solas las voces que habían interve­ encillas, ero l_o bastante
el caso. El líder puede inc � apropiadas para
nido en la C asa Blanca en contra de l a invasión a Cuba. itar a c� a m 11m e bro del grupo a desem
pen ar el p apel de ob serv . -
ador cnt1c o. A ini
• Ello condujo al corolario inevitable de que « si nosotros 5ene­ ,
debena permanecer im . , c1· 0 de cada reum. on, ,
mos r azón, l os demá s están equivocados ». Además , se subes­ parcial m s
person ales, puesto que el g
ru�
dlt � �esvelar sus preferencias
timaban las capa cidades de los demás en l a misma medida mente. Si lo perm
t�ra d1spuesto a
seguirle ciega-
en la que se sobrestimaban l as propias. Así, se despreció p or . iten las cons1deraciones de
pond1ente organización pu s eg un 'd a d ' la c orr es-
completo a la Fuerza Aérea Cubana c omo adversaria, unos ede aport�r asesores exte
estén vinculados a la form rnos que no
cuantos bombarderos B-26 obsoletos serí an rápid amente de­ a de pe nsar mhe
de que tal apertura del de ren te a l grupo. E n caso
rribados mediante un at aque por s orpresa. La realidad no bate acarreara demasiad
miembro del rupo ; , o riesgo, un
obstante, resultó ser diferente. �a : :tar el � apel de a
blo. Yfinalme!te, el ; : : � o g ado del dia ­
• El grupo ejerce una presión social sobre los miembros que p �� ammar dete
las sen ales preventivas en md mente tod as
a
adoptan una postura crítica y reprim e sistem áticamente todo una reun1on específic i a para abn· r segm.
damente una segunda rond . -
intento de expresar cautela o de presentar preguntas c ompli­ a de d'1scus1one
s.
cadas. El Presidente Kennedy en persona expresó reiterada­
mente su s dudas sobre la operación de la Bahía de Cochinos,
Bibliografía de este ca
pero permitió que los representantes de la CIA dominaran la pítulo
discusión en todas las reuniones importantes. Tod a duda in­ ]ANIS, Irving, «Groupthink,
cipiente fue inmediatamente desactivada y reducida al deno­ ,, ReVJ. sta « ps1c
.
ol ogía h oy»,Junio
322-329. (1971),
minador común.
• Con el tiempo, la presión social llevó a varios de los miem­
MüLLER, Werner, Verhalten
Man agement-III-Reader. i
�!
in der Cru e Condu� ta
en el �r�po),
bros del grupo a renunciar a toda manifestación e incluso Centro i Ad 1
ción de Empresas, Univers om a y m mstra-
consideración autocrítica, así como a reprimidas en l os de­ idad de Basil�:�
más. Llegados a este punto, la semilla de no permitir la auto­
crítica en la identidad de grupo empieza a germinar y da co­
piosa s frutos.
• Reina la unanimidad, al menos en superficie, en el momento
de tomar decisiones y paulatinamente, también en las discu­
siones. El silencio de parte de algunos miembros del grupo
se interpreta c omo consentimiento.
• Finalmente, los miembros más fervientes, y a en peligroso
conglomerado, se sienten llamados a servir de escudo para
los demás, especialmen te para el jefe, frente a l as opiniones
divergentes e incluso las informaciones que hubieran per­
mitido contemplar la situ ación desde un ângulo diferente.
Robert Kennedy estuv o actuando como un escudo de esa
índole, hacía llamadas de conciencia a otras personas de
confianza del Presidente.
10
Las partes interesadas y el público

Raramente se negocia en abstracto. Incluso en el más sencillo


de los casos, las dos partes tienen que tener en cuenta determina­
das consideraciones: posiciones, objetivos, estrategias y conductas
son ftjadas desde el exterior. Si quiero comprar un auto nuevo, las
preferencias de mi esposa formarán parte importante de la op­
ción, puede ser también que ella quiera estar presente en el mo­
mento de la elección del modelo durante la negociación que tie­
ne lugar en la concesionaria de automóviles. Estas situaciones,
que ya suelen entraiíar bastantes dificultades en el ámbito priva­
do, se complican aún más en la esfera profesional.
El responsable de compras de una cadena de tiendas no ad­
quiere los 5.000 pares de zapatillas para sí mismo, sino para la
compaiíía en la que trabaja. Por este motivo, su libertad de movi­
miento estará sujeta a ciertas limitaciones. Cuanto mayor la im­
portancia del negocio en cuestión, tanto más alto será el nível per­
sonal al que tendrá que consultar la decisión final, personas a
quienes tendrá que, primero, vender sus ideas a nível interno. Lo
mismo reza para el diplomático implicado en las negociaciones
preliminares de un acuerdo de libre comercio, por poner otro
ejemplo, quien tendrá que someter a sus superiores cada uno de
los pasos que da (mientras que estos últimos tendrán que hacer lo
mismo frente a sus respectivos gobiernos). Incluso el presidente o
director de una compaiíía no podrá actuar en forma completa­
mente independiente de su equipo de directivos o de los accionis­
tas de la compaiíía. Dependiendo del grado en el que estén invo-
El experto negociador Las partes interesadas y el público 213
212
so de los nego­ nión pública y de los medias de comunicación. Com o resultado, los
lucrados, estos grupos seguirán con atención el cur
cuando les pa­ clientes y los miembros que constituyen el grupo opositor podrán
cios y las cotizaciones en el mercado e intervendrán
o suced a, al menos el director
influenciar de forma intencionada. Hablaremos de ello más ade­
rezca necesario. Aunque q uizá n
lante en un apartado a propósito. El principal objetivo de este capí­
tendrá que contar con dicha p osibilidad.
s importantes tulo esrtriba en dar una idea del enorme impacto que los grupos de
También en la econ omí a privada, los acuerd o
internas con el interés y los implicados pueden ejercer sobre el comportamiento
suelen implicar frecuentemente negociaciones
El cuadro del negociador, sobre el curso y el resultado de las negociaciones.
personal afectado y con los directivos responsables.
cción c nsiste , al me­
10.1. demuestra que este tipo de doble inte ra o
c n l t parte,
nos, en d os neg ociaciones diferentes, la primera
o a o ra
ura inter a. Por
n Las partes interesadas
y la segunda c on o a veces en contra de l a estruct
incipales tengan
tanto, puede ocurrir que ambos negociadores pr
s m nd antes o grupos La m ayor parte de las negociaci ones que se celebran y las deci­
que tratar internamente con sus respectiv o a
_
pl , l s ministe i s de G obie no y otras um­
r si ones que se toman p or parte de las empresas, las aut oridades pú­
de interés (p or �jem o o r o
blicas, las as ociaci ones de estados e incluso los indivíd uos, tienen a l­
dades participantes en el negocio).
gún impacto en otras personas. La construcción de una fábrica de
re químicos, con sus chimeneas humeantes, por dar un ejemplo re al,
Cuadro 10.1. El negociador como intermediaria ent
los mandantes (según Lewi cki y Litter er) constituye una amenaza para el bienestar de la población local. Por

o
su parte, las pers onas del lugar se sentirán incitadas a tomar las me­

o
Mandante
Mandante didas que les parezcan oportunas, con o sin el apoy o de organismos

o
públicos, para garantiz ar que sus intereses estén suficientemente

o
Negociaciones externas
repr esentad os, a más tardar c uando se emitan los c orrespondientes

o
permisos de constr ucción y puest a en f unci onamiento.

o 0 0
Negociadores
Las partes interesadas o implicadas inclus o pueden estar pr e­

l l o
sentes antes de que se haya procedido a la compraventa de terre­

o
nos. En esta situación, la multinaci onal tendrá que sentarse a la
mesa no solamente con el campesino Gómez, dueii.o de los terr e­
nos, sin o también indirectamente con las agencias y asociaci ones
Negociación Negociación de defensa del medi o ambiente y con varias agrupaciones civi­
interna interna les de conservación del medio natural, por ejempl o. Ellos repr e­
sentarán los intereses de la población local, actuarán en defensa
nas o grupos del paisaje, de las aguas del subsuel o, de los pájaros que estén ani­
La necesidad de t omar en cuenta a todas estas perso
del neg o ci ad or, ya dand o o, para no dejar de mencionar tambíén los intereses de la
ejerce un impacto considerable en la situación
una dimensión otr a parte, las preocupaciones del comité de la pequena empresa
que las negociaci ones bilaterales pueden adquirir
as oficialmente loc al y de los demás propíet aríos de la zona. T od o el mund o ten­
multilateral, incluso cuando no estén involucrad drá buenas razones para que la empresa se construya (nuev os
a de t les neg ci ci ones también
otras partes. La misma naturalez
a o a
antes adiciona­ puest os de trabajo, ímpuesto m unicipal ind ustrial, incremento
cambia, pareciera como si, de pronto, otros particip
o ello c ontribu­ del v alor de la tierra, incentiv os estatales) o no se construya (calí­
les se hubieran unido a la mesa de conferencias. T od
aci o�es. dad de vida, protección de la naturaleza, intereses de las genera­
ye a la may or complejid ad y dificultad de las negoci ,.
nsi nes sooales, poht1- ciones fut uras). La vida de t odos ellos est ará afectada de forma di­
Cualquier negociación que incluya dime o
interés de la opi- recta por el objet o de las neg ociaciones.
cas o económicas, será objeto tarde o temprano del
214 El experto negociador Las partes interesadas y el público
215
Cada grupo pondrá sobre la mesa sus muy diverg entes solicitu­ círculo de los interesados. Uno será habi tualmente el público en
des; el derecho a la pureza del aire y del agua, la biodiversida d, el general, que contemplaremos con detalle más adelante.
derecho a trab aj ar, al crecimiento económico o a los beneficias de Antes, �aga !ª pena contempl ar el cuadro 10.2. en el que pode­
especulación por la subida de los p recios de los terrenos. Muchos
mos aprenar directa�ente su relación con los negoci adores y las
de estos intereses parecerán a primera vista exagerados, incluso _
part�s direct amente mteresadas o implicadas. Tomemos un senci­
pueden parecer extraordinariamente cándidos o bastante egoís­ llo eJ emplo. L a negociación sal arial entre los tra bajadores y los
tas. Aunque así fuera, resulta imposible dejarlos de lado. Algunos, _
empresanos no se reduce a un jue go de póquer en tre los negocia­
sin duda, parecerán plenamente justificados de inmediato y es por dores. Al fin y al c abo, los lidi adores no están allí por placer perso­
ello que se convocará a sus representantes y grupos de apoyo. No
nal Y los resultados de sus conversaciones afec tarán las condicio­
obstante, incluso cuando haya intereses personales en juego, ello nes labor�les de IT.li!es o de millones de obreros y a la ganancia
no los invalida ni excluye la posibilidad de que estén respaldados y perspect1vas de dlVldendos de muchísimos accionistas, siempre y
por grupos poderosos. Por ello, el objetivo de dichos grupos indi­ cu�n�o e� acuerdo sea ratificado por amb as partes que, por tanto,
viduales, así como de sus intereses, entra en colisión regularm ente e s�n md1 �ect�men te afect ad a� por el resultado de l a negoci ación
o, al menos, compiten entre ellos. Será cuestión de negociación e m ten taran eJ ercer la mayor mfluenci a posible p ara determinar
social si finalmente se impondrá la reivindicación de aire puro o la el curso en una u otra dirección.
de creación d e más puestos de trabajo. L as fuerzas opositoras de
las partes interesadas intentarán, cada uno a su manera, ejerce r su Cuadro 10.2. �egociadores, las partes interesadas y los grupos de
influenci a sobre el ente en cuestión, como puede ser la represen­ m terés (según Lewicki y Litterer)
tación local de l gobierno , esponsable del p ermiso de construc­
ción. Los negociadores podrán ser los presidentes de las diferen­ Mandante y

o
Mandante y

o
partes interesadas
tes fracciones en pugna, quien es están sujetos a los intereses y partes interesadas
posiciones de sus mandantes y grupos de apoyo dotados de autori­

- ·o
dad. Aunque si procedeu por cuenta propi a alguna vez, se verán

O � O
o v
amenazados con consecuencias personales como no ser reelegi­

�-
dos, relevados de su puesto, obstáculos en su carrera profesional o Negociador ln\, �

o,J O li
la reprobación por parte vecinal. Incluso la amenaza de violencia,

li
un instrumento no convencional en las negociaciones, podrá, en

O j�o
ocasiones, vislumbrarse en las discusiones internas entre los gru­
pos interesados y los negociadores. El espacio estratégico de ma­
niobra de los negociadores queda limitado por las posiciones que

00 00
Übkmdmes
se h an definido independientemente de ellos, y su come tido con­
siste en lograr el acuerdo más creativo e integrador posible en el grupos
de( interés)
marco de las características existentes.

En Suiza ya no existe lucha sindical abierta desde h ace siete dé­


Círculo de interesados cadas, pero en Al em ania se dan frecuentem ente los conflictos la­
boral�� en los q1:e muchas organizaciones suelen desplegar una
Si ampliamos aún más el círculo de pe rsonas que están alrede­ agres1V1dad cons1d erabl e. L as hue lgas y las exclusione s son armas
dor del negociador, más allá de los miembros del equipo propio, frecu�ntemente �tilizadas por las p artes que negocian los salarios,
encontramos a ciertos grupos cuya relación es menos directa: el
ademas los negonadores de ambos lados están prácticamente sen-
El experto negociador
Las partes interesadas y el público 217
216
sus delegac iones se convi erten en el centro de atenció n de los me­
resultado s de­
tados sob re un barril de pólvora. Si no aportan los dios de co municación. Por la imp ortancia y la repercusión d e sus
n p ara las p róximas
ra falta q ue se p rese nte
seado s, no h ará siq uie resul tado s, el curso de las neg ociaciones salariales se c onvierte e n
lación en­
elecciones sind icales.
Ya h emos podido ap reciar esta re no ti cia d_e lo s info rmativ os televisivos. S i las negociac iones adqui e­
en el apartado p rec edente.
tre el mandante y los neg ociadores e ser los ren un gi ro esp ectacular, cap tarán la atención del públi co y de l os
de interé s, como p ued
n
Ah ora se suman a ello l os círcul os s ramos. B ien es
redactores de p rensa durante varias semanas , a pesar de que su in­
_
iones patronales de otro
sindicatos y las asociac c� o de
teres, p or l o g eneral, disminuye tan ráp idam ente como d e Ia misma
cierto q ue en las artes
g ráficas, las co ndic iones difieren m� imag en monó tona de las salas de negociació n llenas de humo de c i­
pero cuando las ne g oones
las que rig en en el ramo del metal,
ooa
garrillos. L_a atención de m illo nes de telesp ectadores, así como de
s secto res, resul ta q ue
a cabo en uno de esto
salariales son llevadas , cosa los g rupos m_teresados en mayor o menor medida, no pueden dej ar
o sensacional en el otro
h an sido precedidas por un resultad de tener un i mp acto sobre la conducta, la estrateg ia y la táctica d e
no po drá ig norarse.
e un precedente que
curiosa q ue consti tuy los neg_?ciadores. El sig uiente ap artado se ocupa dei papel q ue de­
condiciones vigentes en
los sec­
Ello es tanto más cierto cu ando las yores sean l inter­
�e�penan las deslumbrantes luces y cámaras de televisión y del uso
similares y cuanto ma
as
tores en c uestión son md1 screto de los m icrófonos en el transcurso de las neg oc iaci ones.
erdo sobre suel dos
ses de ambos. A sí, un acu
seccio nes d e l os intere
ch a i_nfluencia en lo s_ s
m_ninis­
y salarios en la metalur gia tendrá mu l m d1cato s
L os m 1embros de
trad ores del ramo automovilístic o.
os s
Elpúblico...
sus directivos y tal ve
z tam�ié� sus miem­
respectivos, al menos
nto s en l�s
cerca l os aconteoi:n-1e
bros, seguirán, por tanto, muy de ente a ex1-
�a p articip ación del público es muy variada y casi siempre re­
industrias afines, aun
q ue esto no conduzca necesanam laoonada a la negoci ación, ya sea directamente o t an sólo de
a no significa que ng an q ue e
gencias concretas por su parte. Est
t
manera diferida a travé s de lo s medios de c om unic ación. A simis­
s b ien suele . dar� e el
a las neg ociacio nes , má
seguir de fo rma pasiv m o es importante el efecto q ue tendrán los resul tados de la ne­
en que l os te rceros se
mm 1scu­
caso contrari o desde el momento l le . goc�ación en el público en general o en sus diferentes agru­
yen en el d ebate públic o sobre negocia
ciones sa aria s
nte paoo nes. Una h uelg a de los em pleados del servicio urbano de
g c ón salarial anteriorme
E n el caso de las mesas d e ne o iaci
l P re­ limpieza o de los servi cios de tráfico afe cta a todo eI mundo
s pueden se r e
nia, tales terceras p arte
mencio nadas, en Alema de manera directa, mientras q ue u na h uelg a e n la in dustri a
er del Gobierno, de­
ral o incluso el Cancill
sidente del B anco Fede ma�erera podrá p asar desapercib ida durante much o tiempo por
versaciones y la situación eco­
pendiendo del impacto d e l as con estrictamente legal
el cmd��ano común. T anto el objeto de las neg ociaciones com o
esde el punto de v ista
nó mica, pese a q ue d l�s- h ab1hdades del neg ociador o d e su org anización resultan de­
proc�so.
ninguno de l os dos ten
ga alg o que ver directamente con �l os�vos respecto a la influencia de la opinión públ ica. En l os si­
partes interesadas q meran eJ er­
En tales casos, la influencia q ue las ant e todo
gu�ei_i;es a�a�tados se presentarán las diferencias del p apel de la
es, sino q ue se dirig irá
cer no se limitará a los negociador s d � l os
op1m on pubh ca como públ ico del negociador, como inst rumen­
resarios , rep resenta
h ac ia l os g rupos interesados (emp
nte
­ to táctico de é ste y como opositor a sus intenciones, il ustrándolas
artes do tadas de mte
etc.), así como a otras p
si ndicatos, ac cionistas, con breves ej empl os.
e ntes (políticos, asociaciones económ
icas o
reses similares o difer bles
istrad ores, etc.). El nú
mero de las p osi
de consumid ores, su min ­
fo rma análoga �e dificu _ l ta tam
y reales interacciones aumenta, y de e­ ... como observador
frente a este cumulo d e ord
bién el trabajo de los negociadores
sí y de una red de co­
ses q ue c ompiten entre
nes, exigencias e int ere osas se Todos nos comportamos de fo rma diferente cuando estam os
munic ación muy co mple
ja entr e los grupos implicados. L as c ante el
público q ue h ablando con una persona. U na serie de ex-
ue l os negocia es Y
artir del mome nto en q
dor
complican aún más a p
218 El experto negociador Las partes interesadas y el público
219
perimentos y análisis realizados y descritos por Lewicki y Lit�erer rada un l gar discreto de encuentro y al
_ :1 mismo tiempo céntrico,
han demostrado claramente que la mayor parte de los negonado­ es denr, ideal para tal fin. También se
puede considerar, en últi­
res buscan el reconocimiento y aprecio públicos. Incluso el ap lau­ mo c aso, el cie rre hermético de un cen
tro de conferencias, si se
so dispensado por observadores completamente desconocidos p retende que_ la bú�queda de soluciones transcurra con la
resulta ser de importancia sorprendente, pero aún más importan­ mdependenc1a pos1ble de las influen mayor
cias de la opinión pública.
te, sin embargo, demostró se r la opinión d e personas procedentes Veremos más aspectos relaci onados c
on el papel de la opinión
del entorno social próximo. L a presencia real o incluso tan só lo blica como adversario de los negociado pú­
res en un apartado especí­
potencial de un jefe ejerce un efecto especial sobre la condu_cta �n fico del presente capítulo.
la negociación. Por supuesto que los negociadores se esforzaran
más cuanta m ayor importancia tengan para ellos los observadores.
No obstante, esto no siempre fue en beneficio del resultado de su ... como instrumento
actividad neg ociadora, puesto que ya no e ran las exigencias técni­
cas las que determinaban su conducta, sino más bien los deseos Es de este modo com o la opinión púb
lica suele llevar con fre­
del público y esto supuso consecuencias en parte devastadoras. En cuencia las negociaci ones desde el te
rren o técnico hacia un ámb
lugar de esforzarse por una co operación creativa con la otra par­ to más bien emocional y tal vez menos in i­
dicado. No obstante, un
te, los negociadores observados se refugiaban ciegamente en la negociador hábi l puede convertir este
pecado en virtud, utilizan­
ofensiva, intentando ante todo dar buena imagen. El ideal del ne­ do 1 públic como _ i nstrume
gociador duro que no cede un ápice y que fuerza _ a su oponent� _ �- � nto táctico de su estrategia de nego­
nanon. La d 1ferenna entre una negociación
confidencial y la que
a ceder incluso en lo más mínimo, parece predommar en estas s1- se lleva a cabo c on participación del púb
iico no solamente reside
tuaciones. Es casi imposible llegar a una negociación integradora en la distinta conducta de los negociado
res, como hemos visto en
bajo tales circunstancias y por esto predomina con much� reg1_1-�a­ el apartado preced ente. Otra diferenci
a, incluso a veces más im­
ridad la lucha distributiv a en los experimentos. En una situac1on portante, está en la transparencia de
la negociación frente a los
no sometida a observación, no obstante, el mismo negociador po­ grupos de presión de ambos lados. Si
el negociador está bajo el
siblemente hubiese procedido de forma muy dife rente, conside­ co�tr�l directo de s s mandantes y sus
� grupos de a poyo, estará
ran do con más calma la situación, neg ociando de modo profesio­ mas vmculado a los mtereses e instr
ucciones de éstos, entre las
nal. El público, pues, ejerció una influencia importante sobre el propias filas no están bien vistas las
concesiones a la otra parte.
resultado de las negociaciones. P? r otro lado, toda n gociación integra
� dora consiste en dar y reci­
N o sorprende, por tanto, que muchos acuerdos y consensos btr y, por tanto, prensa de un mandat
o lo suficientemente ampl
suelen alcanzarse excluyendo al público. Una solución muy soco­ como para actuar en este sentido. En io
consecuencia, un buen ne­
rrida consiste en la elección de un lugar ap art�do en terren o neu­ goci�dor intenta á, en primer lug ar, a
� mp liar su propio margen de
tro o en una zona inaccesible para las reuniones. Buen ejemplo de mamobra, negociando con sus interl
ocutores y con las partes inte
ello es el papel que d esempeiíó el Banco de Nivelación Interna­ resadas por separado y exc luyendo el ­
público, ya sea en una sesión
cional de P agos (Bank for International Settlements -BIS) duran­ formal o durante un paseo por el bosque
, incluso si se da el caso,
te las conversaciones sobre el Sistema Monetario Europeo, así e� el m omento de encontrarse por
mera casualidad, bien enten­
como de sus p recursores. Hasta el momento de la instauració_n del dida, en los cuartos de bano. Aquel
que tiene bajo control el as­
Instituto Monetario Europeo en Francfort ( 1995), las reumones pecto secreto o al menos confidencial
de sus conversaciones, no
de los ministros europeos de hacienda y de los presidentes de los en:ontrará tan fácilmente presion se
ado por los diferentes inte
bancos centrales se celebraron en los locales del BIS en B asilea. reses,
exigencias o reivindicaciones.
Esta ciudad no suele estar precisamente en el epicentro de los me­ Lo mismo se aplica también a la inve
. rsa, quien está en cond i­
dios intern acionales de comunicación, por tal motivo era c onside- nones de dirigir o dominar al
público en las negociaciones y en
El experto negociador Las partes interesadas y el público 221
220

propio. La Ejemplo: Kissinger en China


sus resultados, también podrá utilizarlo en beneficio
opinión pública, generalmente representad a por los medios de
r influen­ Un ejemplo definitivo es el viaje secreto a China del asesor de
comunicación, es un instrumento magnífico para ejerce
repre­ seguridad de EE.UU., doctor Henry Kissinger, en julio de 1971
cia sobre las partes interesadas del grupo contrario. Puede
negoc adore s de la otra parte y de (Kissinger 1979). Fue el primer movimiento diplomático del Pre­
sentar presión indirecta en los i
o a la coope rac ón. Las sidente N ixon para el proceso de normalización de las relaciones
ese modo, forzarlos a concesiones e inclus
i
ones en los entre EE.UU. y la República Popular de China en 1972. Bajo las
conferencias de prensa y las intencionadas indiscrec i
ridos condiciones políticas de la Guerra Fría que regían en aquel mo­
círculos bien informados son los instrumentos más recur
. No hace falta enfoc ar d i rec­ mento, la visita de Kissi nger al Primer M inistro Tschou En-Li tuvo
para emitir los mensajes apropiados
los mens ajes propa ga­ que mantenerse en el más absoluto secreto. El asesor de seguridad
tamente a los verdaderos destinatarios de
se puede n americano viajó desde Washington a Paquistán con un pretexto,
dos de esta forma ya que son distintos los temas que
allí, con aires de conspiración, se embarcó en un avión chino
reunir hábilmente para lograr el efecto deseado.
ral por puesto a su disposición rumbo a un aeropuerto provinciano en
Un ejemplo magnífico de este juego es el debate electo
lo, un repre sentan te China. Bajo la presión de la opinión pública, esta misión tan de­
la presidencia americana cuando, por ejemp
a los pr n­ licada y extremadamente aventurada dificilmente hubiese podi­
del partido opositor al presidente en funciones ataca
i
tales como do llevarse a cabo. De darse a conocer esta maniobra altamente
cipales interlocutores comerciales de Estados Unidos,
ndolo s de «com ercian tes poco arriesgada en términos políticos, ambas partes hubiesen perdido
Japón o la Unión Europea, tachá
a que el actua l Presi­ credibilidad. La diplomacia del triángulo entre Washington, Mos­
honestos», afirmación que sutilmente implic
sat sfacto­ cú y Pequín, buscada por Nixon, era conceptualmente brillante,
dente y su partido no obtuvieron acuerdos comerciales
i
más fácil pero cargada de incógnitas en cuanto a su puesta en práctica. Pro­
rios conJapón o con la Unión Europea. Es, por supuesto,
o el repre sentan te acusa dor tegido, no obstante, por la confidencialidad, este primer encuen­
decir que hacer, especialmente cuand
cuenc as de sus ma­ tro sorprendentemente cordial y constructivo entre Kissinger y
no tenga que hacerse responsable de las conse i
natu­ Tschou fue un éxito rotundo. A pesar de ello, ambos gobiernos
nifestaciones, muchas veces carentes de fundamento. Pero
a y pue­ habían corrido el riesgo de la traición puesto que, a la postre, uno
ralmente, tales afirmaciones son adecuadas para la prens
ble de este repre senta nte y de los actores podría haber revelado el secreto.
den reflejar una impresión más favora
puede n obser var
su partido que del presidente en funciones. Se
estructu­
maniobras parecidas en otros países industrializados con
El secreto y la censura
ras democráticas de poder.
Es necesario expresar una definición de cautela respecto al se­
creto: en un Estado con una constitución democrática, los ciuda­
... y como opositor
danos tienen derecho fundamental a la información y la libertad
la opi­ de prensa sirve, entre otras cosas, para poner en práctica este de­
En contrapartida, también existen situaciones en las que
er negoc ación. recho a nivel de cualquier ciudadano. El mantenimiento en secre­
nión pública puede cuestionar el éxito de cualqui
i
o y ésta de­ to de acontecimientos tan importantes como es el acercamiento a
Tales tratos tendrán que mantenerse en absoluto secret
un Estado enemigo, representa, en sí, violación de este principio.
bería ser la condición sine qua non para llevarlas a cabo.
Tales limitaciones de la información sólo pueden aceptarse como
legítimas tratándose de una excepción, e incluso en tal caso, cuan­
do se espera que su utilidad supere el costo de limitación de la li­
bertad informativa. Una injerencia parecida, pero aún más pro-
222 El experto negodador Las partes interesadas y el público
223
funda en los derechos civiles es la censura abierta. La conocemos, los obj etivos, la fortaleza o las intenciones de las fuerzas multina­
sobre 'todo en el ámbito de los Estados to
talitarios, cuyos regíme­ ciona les. La única posibilidad para evitado fue la censura de los
m�dio del co�trol fé­ n:iedios de comunicación. Aproximadamente 1.000 periodistas tu­
nes sólo lo�ran mantenerse en el poder po�
rg , b J cir cunstanoas espe­ vieron 9ue someter sus informes a re visión de un consej o de pren­
rreo de la opinión pública. Sin emb a _,
o a o

fr nta i béli s l s d d _ _
s1empre, tambien los sa previamente a su emisión; en ca so de
cial es y con o c ones ca o e es e transmisiones en vivo,
Estados liberales y democráticos se ven obhgados a adaptar una siempre ha bía un oficia l de prensa, a quien
j amás se enfocaba, si­
autocensura activa.
t1:1�do al lado de la cámara. Por ello, fue espectacular la indigna­
cion del comandante de las fuerzas armadas
multinacionales, el
General Schwarzkopf, cuando una corresponsal de la CNN infor­
m ó en vivo sobre un duelo de ar tillería, reve
Ejemplo: la CNN en la Guerra del Golfo lando una posición de
1� 82ª di�si�n aérea en una sección del frente de gran importan­
El conflicto y posteriormente la guerra de Irak en el Golfo Pér­ oa estrategica. El oficia _ l de prensa no había podido actuar lo
sufi­
_
sico es un ej emplo adecuado. P ese a no resolverse mediante nego­ cientem�nte rápid o como para tapar la cámara
, impedir que se
el proceso un papel pronunoara la frase y, acto seguido, se transmitiera al mundo en­
ciación, la o pinión pública desempenó en
_ ­
parecido al que adapta en una negociacfó�. Los medios de comu tero. Pero incluso estos talones de Aquiles de la censura se tapa­
s1 o, _ p y nd ron ve lozmente, la corresponsal en cuestión
nicación eran bienvenidos al Golfo P
re cua o
er c siem
fue devuelta a casa
transmitieran la imagen de una guerra perfecta, llevada a cabo s in demora, como aviso para sus colegas.
esta la lección que la
con medias de tecnolo gía de punta. Fue
Guerra de Vietnam ensenó a Estados U nidos, la decisión sobre
la guerra O la paz y sobre las condiciones de una r<:tir�da se to:11ª Ejemplo: GM - Toyota
ue el publico amer�ca­
en l a retaguardia , en América. Se deseaba q
no respaldara plenamente esta misión, y a
que representa la �ns­ Al final de este capítulo sobre la influencia de las partes direc­
tancia más importante, despué s d e l P resid en te, para la maquma­ tamente interesadas y la opinión pública se presenta el ej emplo d e
ria de relaciones públicas de las Fuezas Ar
ma das. Por ello , los un contrato de riesgo compartido entre los
productores de ve­
informes de los periodistas fueron canalizados cuidadosamente a hículos General Motors (GM) y Toyota, que demostrará cómo las
través de equipos de corresponsales, otorgándoles permisos para negociaciones entre empresa s de EE.UU. y Japó
n, de por sí difíci­
participar en viaj es de explor�ción o�ga�izados expresamente �es, se complicar?n aún más por la participación de varios grupos
para e ste fin. El traba jo de relaoones publicas en el Golfo fue un mteresados (Weiss, 1987). Las empresas, núm
ero uno y tres a es­
gran éxito en este aspecto. , cala mundial en su ramo, respectivamente, pretendían llegar a
.
Otro problema surgió a raíz de 1� noved�sa ,tecnologia de n�- c� ntro lar su �ificultades de distinta índole
, � mediante la coopera­
formación que inmediatamente enviaba las imagenes y_los som­ oon. D os cns1s petroleras habían afectado negativamente al gi­
dos a todos los hogares, pero también a la base de operac10nes del gante de automóviles GM; en 1980, la multinacional, por primera
enemigo, Sadam Hussein. El canal de no
ticias Cable N�':� N et­ vez desde 1921, tuvo que r egistrar un déficit comercial que, ade­
work ( CNN) se ha erigido en un símbolo de , la transmi_s1on en más, ascendía a la ingente cifra de 763 millones de dólares. El
vivo, no solamente, per o sí gradas a su magmfico trabaJ O en la mercado americano de vehículos pequenos estaba dominado en
Guerra del Golfo. Con todo ello, emergió un conflicto fundamen­ gr�n parte por empresas j aponesas, lo que significó pingües b
ene­
en ��er:ª · P ara los fioos para Toyota, cuyos mantos ascendían más o menos a
tal entre el público mundial y los Gobierno� la
militares aliad os fue comprensible el im pe
dir emitir mformao_ o­ pérdida de GM. Sin embargo, los j aponeses no estaban del todo
nes, por radio o por otr a vía , que hubiese
n podido pro_ror��onar satisfechos con tal éxito, puesto que la política comercia
l estado­
de unidense reaccionaba con una vehemencia cada vez may
datos importantes a los j efes iraquíes acerca de la locahzaoon or a la s u-
Las partes interesadas y el público 225
El experto negociador
224
eia de sindicatos militantes en Estados Unidos y de la deficiente
s de vehículos delj a
pó�. GM ne-
bº1d imparable de importacione calidad del producto yen GM había resi stencia a la idea humillan­
los vehículos pequenos y bar_a-
� ba u na tecnología nueva para sd c : no
te que ahora habría que agradecer a los ja poneses. Aproximada­
el mini steri o ) aponé mente sólo una tercera parte de las negociaciones, q ue en con­
�::\;,oyota fue presionada por t ; s�m�os.
ontar u na fábrica pro
p1a en E s a o
j unto se prolongaron a lo largo de unos tres an os, se utilizaron
exterior MITI, para m
· · con fi nes de lograr la cooperación entre ambas empresa s. Du ran­
s entre GM
as en las ne goc1ae1one te el tiempo restante, ambos lados negociaban, apoyados po r un
Cuadro 10.3. Actores y audienci
yToyota ( según Wei ss, 1987) elenco impresi onante de asesores j urídicos y antiguos políticos,
con las partes i nteresadas. La más influyente de entre éstas era el
Ministerio de Comercio mi ni sterio de comercio exterior j aponés, MITI, el si ndicato Unite­
Ministerios Japonés de de EE.UU.
Asuntos Exteriores (MITI)
dAuto Workers (UAW) y la oficina de control de monopolios Fe­
Competidores de EE.UU. deral T rade Commissi on (FTC). El cuadro 10.3. reconstruye de
Competidores japoneses
forma simplificada las partes interesadas en las negociaciones en­
Proveedores japoneses Proveedores EE.UU. tre GM yToyota.
La cooperación prevista, que aú n distaba mucho de ser u n
Toyota General Motors acuer do vi nculante, tenía que reacondicionar una fábrica clausu­
o rada de General Motors, en Fremont, Californi a. N aturalmente,
.., s
o
o
"' º
C"l
el si ndicato deseaba recuperar su posició n anteri or , para tal fi n
exigía que se contratasen a los o bre ros despedidos . Antes de su
f-<
(1..) Negociadores de §
V, ambas compaiíías "'
(b
cíerre, no obstante, la fábrica de Fremont había tenido el peor
..,
(1..) o..
(b rendimi ento del trust, 20% de absentismo laboral, la cali dad del
tsl M
·o producto era inferior ylos gastos salariales altos. No obstante, GM
e
M
FTC
so UAW no pudo presci ndi r del poderoso si ndic ato, tambié n prese nte en
(1..)

Sindicato de Comisión Federal


u de Comercio
todas las demás fábricas. Por ello, las n egociaciones con este gru­
Trabajadores
po que reivindicaba sus derechos se transfirieron a la parte j apo­
nesa tanto para tranquilidad de los gerentes de «Toyota City»,
Estado de California
como para intranquilidad de lo s funcionarias jap oneses, confi­
Asociación de
Asociación Nacional ri endo así un espaci o adicio nal de movimi ento a las negoci acio­
Consumidores
de Herramientas Y nes. Otro de los grupos poderosos fu e el de cont rol de monopo­
Máquinas lios americano (FTC). Un antiguo mi nistro de trabajo fue el
.
Casa de Representantes de EE.UU encargado de negocia r por encargo de ambas multi naci onales. La
Gobierno Japonés Senado de EE.UU •
Partido Liberal Demócrata LDP enti dad albergaba el tem or fundado de que la cooperación de dos
de los tres mayores productores de automóviles reduci ría masiva­
mente la competencia, creando un poder de monopoli o en detri­
Ambas empresas buscaron la so
operació n estratégic
lución a sus problemas en la c
a, que se i nició en d
iciembr de
;
198 : e
�;

::i mento de los consumidores. Como es de comprender, la FTC con­
taba con el apoyo de las empresas competidoras de GM, a saber,
tr y q c lmi nó en 198 4 con e lanzam1en Chrysler y Ford. A través de la FTC se expresaban l os intereses
rimer enc uen o ue u
uci do conjuntamen
te d
� !:� e�� contrarias a la cooperación representados po r asociaciones de su­
�rimer vehículo pe queno prod
uentro , ambas emp
resas ª. .,
U nidos . Antes del prim.er enc cnon
ministradores y de consumidores que se manifestaron medi ante
; en Toyota, parte de la dire . un aluvión de q uerellas por formación de monopolio y por vetos.
lebrada negociaciones mternas 1a x1 sten-
ra escéptica a raíz de
e
de la empresa mantenía una postu
226
El experto neg ociador

si se
r de las dos empresa�, o
N o ob stante, la voluntad de colab ora q po-
. más fuer t qu
9:u�� re, ª necesidad estratégica, fue
l mer o
v
e cua
t
e
erent es g p
!
�ic1on. ese a ello .
la influencia de los dif
ru

de las negoci·aciones
os
,
u
p
o
t
un
er­
impacto sustancia1 en el resultado
os

• n s1do menos tena-


n hub 1ese
ándolo. Si las partes en negociació
gado a un acuerdo.
�es, posiblemente no se hubiera lle

Bibliografia de este capítulo 11


sob re el papel desempenado
Para obtener una visi? n general
por los grupos de presión: Las negociaciones complejas
· . Homew ood Illinois .· Ir-
· tion
LEWICKi, Roy; LITTERER,Joseph, Neg
otza
win 1985. Hasta el momento, las negociaciones bilaterales entre dos par­
presente capítulo: tes, que pese a ser las más usuales no son sino las más sencillas, es­
Fuentes de los ej emplos presentados tab an en el centro de nuestro interés. Cuan do hay más de dos p ar­
en el

s (Mis anos en la Casa Blan- tes en j uego hablamos de neg ociaciones multilaterales, una
KissINGER, Henry A·, White House Year
4, 7'26. variedad de éstas, a su vez, son las plurilaterales, en las que una mi­
) Nueva York: Simon & Schuster, 199 .
(N o se p recisa un noría de los miembros de un org anismo multilateral lleg a a un
Sc���RZKOPF, H. N ma , a hero
specialmente PP· 344 ss. y
lt does n't take
acuerdo que esperan sea aceptado posteriormente por el resto de
héroe)' Nueva York, Bantam 1992, e
or n

los miemb ros, que sea multilateralizado después. U n ej emplo


440 ss. . de neg ociación m ultilateral es el Acuerdo sobre la Contratación
Toyota }oint Venture
WEISS Stephen E., Creatzng the GM- .
: A Case in
go co�part1do e :r GM Pública suscrito por la mayoría de los miembros industrializados
co'mptex Negotiation (Creación del ries our-
comp leJa)' C oluro�iaj de la OMC. U na fo rma aún más complej a se realiza en las nego­
y Toyota: U n caso de negociación ciaciones en mú ltiples fo ros, en las que no solamente participan
nal ofBusine s s (Summ
er 1987).
varias partes, sino que las neg ociaciones se llevan a cabo, además,
durante varias rondas localizadas en lug ares diferentes.
U na negociación bilateral simple se complica cuando, por ej em­
plo, alg uien pide precios a varias concesionarias antes de comprar­
se un auto. E sta p ersona estará neg ociando con varias p art es al mis­
mo tiempo sobre las mismas cosas. Igualmente puede encontrarse
esta medida de p recaución, convertida en práctica cotidiana, en la
vida com ercial o en la administración pública, donde incluso exis­
ten condiciones exactas sobre el número mínimo de participacio­
nes a adquirir y sobre cómo neg ociar con los o fertant es. Pero aq uí
estamos aún lej os de un foro multilateral, puesto que todas las ne­
gociaciones se celebran en lugares y m omentos diferentes y de for­
ma bilateral. Las neg ociaciones se vuelven verdaderam ente com-
El experto negoci,ador Las negodaci,ones complejas 229
228
les. El presente capítulo pretende seguir esta evoluc1o .,
­ n a grandes
ias partes se encuentran fí sicam en
plejas en el mom ento en que var rasg os para famil iariz ar al lector con los aspectos específicos más
so luciones co munes. . .
te en un mismo local, buscando ios y con- importantes de las negoc1ac10nes comple:.1 as · . para m,as detalle se
el cas o de los consorc
En la economía privada, éste es erdo varias ofrece la bibliog rafia del fima1 de1 presente capit , ulo.
se unen o p onen de acu
glom erados de empresas, donde t t erminado. Empe cemos po :e ,
1 dm�m1_
" ·c_a de las negociaciones multilaterales.
ara s de promover un
proyec o de
empresas o bancos en
entras no se La transición de 1: gon anon entre dos partes a 1a negoc1. ae1.on ,
erciales son legales mi
En Suiza, los conglomerados com .
ent re varias partes así com un _gran vanedad de obje tos de neg o-
l.
la economía naciona �
comprueb e que daíian ciación, nos llevan 'a una d1·mens
º 1on completamente �-ovedosa . Para
los de negociaciones
plurilatera-
N o obstante, los mejores ejemp úmero y la empez ar, la s ituación de ar tida e
las relaciones internac
ionale s. E ��::_/�?� _representa
n en
qu� objetivos? �C uáles so!ios medi�r:��z
l
les se encuentran en 1 siqmera son de-
los fo ros de
s interna cionales y de
importancia de las organiz acione de la S egun­
. .
. re_glas de J ·uego, es pos1ble mcluso que· no existan. Na dI�
fimdas las "
discusión se h an incre
mentado significativamente des sabe_�
.
. c1enoa nerta cómo encaminarse hacia una determ·m d di­

de las dos últimas déc
sobre todo en el curso �
da Guerra Mundial y D fo m recn on o, al menos, intentar acelerar el ritmo de los a conteom1 �en-
ar .
úmero se cifra en varios cent en es e r a
das, actualmente su n , t tos en una reunión que puede parecer bastante indefinida. En un
ca exterior de varios E
t s an e
. . .
análoga, las prioridades en políti
s ado
pnne1p10 se carece de toda la estructura , esta, prede .
, como p termmada
n del m undo exterior
or
��: �
todo de aquellos que depende relaciones en las negociaciones bilaterales. C uando a amos a costumbrados
desplaz ado en gran m
ida de las
ejemplo Suiz a, se han
ed
feren cias. a la existencia de un comprador y un vendedor que «tan sólo » de-
acia m ultilateral de
bilaterales clásicas hacia la diplom
con
ben 11egar a un acuerdo sob 1 , · s e ntrat?, en una si-
:: ;:: ��: � : � ��
tuación multilateral nos enc t t u
e cla nte definidos los conflictos ni 1;:���:;;;���.:::
Las negociaciones multilaterales �o�, ;:;"' ran;: .
emas, su ren contmua transfo rmación. E llo se de be, en pn -
. .
­ mer lugar, a la enorme cantidad d racciones entre los
ho de que en estos foros se apli
e
N o resulta sorpren dente el hec negociac ­ i participantes en la negociación (v�c����! {;��;
ntes a las que rig en las
o
quen reglas de actuación difere les no pue ­
nes bilaterales. Ademá
s, los negociadores multilatera Cuadro 11.1. Posibles interacciones entre n ueve partes
existente este arte
radición sofisticada
en
den acogerse a la t en neg ociación
aú n j oven.
eral es una disciplina
porque la diplomacia multilat
ferencias intern acionales, la má
s
Con la excepción de algunas con
mente el C ongreso de Viena, en
importante ent re ellas fue segura
ó el mapa de Europa después
1815, mediante el cual se reestructur se limitaron prácti­
eón, las negociaciones
de la derrot a de N apol
la historia,
cam ente al nível bila
teral hasta el Siglo xx. iy es que
uiavelo o Sun Tz u de
e remitirse a un Maq
simplemente , no pued
des maestros de la
lejas ! I ncluso los gran
las negociaciones comp
el siglo XIX, Me tternic
h y Bismarck, practi ­
diplomacia europea en
olítica m ediante la co
mbinación hábil de las
cab an su compleja p
aniz aciones
relaciones bil aterales.
Sin embargo, la creación de org
N aciones hasta la O ganiz ació
r n
multilaterales, desde la Liga de i ­
proporcionó muchas exp er en
Mundial del C omer cio (OMC),
los anos, experiencias
campo en el curso de
cias prácticas en este cias s acia-
atinamente por las cien
que están siendo evaluadas paul
El experto negociador Las negociaciones compkjas
230 231
. -
. diendo de su respectivo interlo dos los participantes si se quiere reso lver e l conflicto de forma sa­
Todos los part1n· pantes, depen el
de sempen- ara' n varios papele s en tisfactoria.
cutor y de los temas a•, tratar ' . ci ci s s
.
l s
estigan· one s en Una característica espe cial de las negociaciones multilaterales
en a on a e
curso de la ne gon·an· on, . Las.mv . -
. • sicas de los p articipante s en l as ne es la forma de con clusión de a cuerd o s. Más que mediante
distmguen nnco cate gona. s b'a . opcio­

gocia ciones multi·1atera1es. ri d


fensores ' a g t s
eres eJ eCUt'lVos ' de ne s p refijadas (llamémoslas roj o, azu l o amarillo), existe un
en e
a am­
tables (Zartm , 1994, brinda un plia gama de diferen tes gradacio nes de c olores para e legir , cada
bloqueadores y personas adap
an

Princip almente en PP· 1-10) · participan te aportará su p ropio matiz. La mezcl a cromática, es d e­
excelente resum en,_ . -
l s articip antes , acelerar las ne cir, el a cuerdo común, suele revertir por esta razón en un docu­
El líder intentara �r gamzar a o p Al -
un rumbo beneficioso para él. mento amp lio y muy comp lejo. Los resultados de la Ronda de
e
. .
gonanones y condunrlas con ciones so•,b re 1a
. a el en la s ne gocia Uruguay del GATT, concluída en 1993 y firmada en 1994, or
mama ha desempenado e ste p p . El ejecu o tambien m-
tiv · ejemp lo, quedaron u blicados en 31 volúmenes que a barc an un
p

unión Monetaria Europea, peorroeJdeesmdpelou. na . . , más neutra '


posinon
p
total de 26.250 páginas (WTO Publication Services, Ginebra).
tenta llegar a un acue:dº'. P d ía mencionar aquí. el Este acuerdo también sirve para ilustrar una de las característica s
sin perse gmr • sus propios 1n tere ses. Se p o r
. ncias y or gamza -
ona y sede de confere
Papel d.e sm· za c.omo anfitn s son
princip ales de las nego ciaciones multilaterale s; a difere ncia de la s
. rreno neutrall. Los defensore bilaterales, casi nunca se trata de la redistribución dire cta de bie ­
ciones internanona1es l En t,e pi
. . e-
s mt
. . dos mas p or 1a defen sa de sus.,p rres, sino más bien de l diseno de un coaj un to de regia s estableci­
ro o
rt 1 e1pantes p reocupa .
, g1ob a1 de la ne gocianon. U n buen
a
p das por a cuerdo común.
reses y asuntos que Por el exito , solía mantenerse en se-
m d t l l e s Isl�nd'ia, p ais que
eJ· e lo e a p pa e
. , la Asociación Eu-
anone s con 1a EF TA
p
gundo plan.o de 1as ne gon . do aparecía en la a genda
ropea de Libre eorn
erno ' excepto cuan
Las negociaciones en varios foros
. al es mom ento s, cuan
do
ustna p es quera. En t
el asunto de la ind
, . ara esta pequena
,
sur gia este un1 co te
ma que era de tanto interés p 1os
Éstas representan un pa so más en cuanto a complejidad. No so ­
, . se convert'ia s1· empre en uno de . lamente existen varias partes y asuntos de negociación que tratar,
isla del Atl. an.tico N orte , ésta or es el d vita
. El cometi'd.o de un bloquead
r
e e
sino también una variedad de foros y lugares de reunión. Los
actore s p nnnpa1es c s
ia l'b i ertad de acción ' mucha s ve - e
ej emplos de tales negociaciones, que representan el límite de la
un a cuerdo y .proteger,su prop ran B retana
1'tado de asun to s. G complejidad, se encuentran casi exclusivamente en los domínios
con referenn a a un numero 1·im
, en
. ceso de la unificació eur opea n de las organizaciones y conferencias internacionales. Los miem­
solía asumir este rol en el pro. b s son
ente ' lo s adapta bros de las N aciones Unidas, por ejemplo, trabajan en más de un
or Francia. F'ma1m
le
ocasione s ap oyada p n su apo-
inter_eses ppro. s desta ca do s y presta centenar de organizaciones, de comités y con una enorme varie ­
quienes no tienen p1?
de este
., odran abstenerse de votar y dad de asuntos. La variedad de temas a tratar abarca se guridad,
Yo a una fracno,n espenfica. s pr
oduz-
' las pos1'b'il'd l ade s de q ue e
, desarrollo, protección del medio ambiente, ayuda a los refugia­
modo fomentaran, de hecho abst . cion
exto multilateral la dos, asistencia en ca sos de catástrofes, rotección de mujeres y
en
d d O q u l c t
ca un acuer do, en e on
a e
.
· vo, no cambia el cur so d.
e p
oto ositi niiíos, hasta llegar a asuntos técnicos tales como las normas ara la
tiene el mi. smo ee1.ecto que un v . p , s la ostura abstencioms- seguridad aeronáutica y de lantas nucleares o la determina p

los acontecim ientos. U n buen eJ emp1 e p ción


º. te, de la Rep úblic.a
p

ta de lo s alia dos de 1ª OTAN


. ( e s en a l m en de frecuencia s de radio a n ive l nacional. Las diferentes a ge ncias
p . s N aciones Um- especializadas y los comités de las Naciones Unidas tienen su sede
nes p1enana s de la
Federal Alemana) en las _sesi· o . m re benefician a Estados o su lugar de reunión en N ueva York, Ginebra, Viena, París, Nai­
s casi. sie p
da s, donde e stas abstennone robi, Ban gkok o Washington, ara mencionar solamente las ciu­
Unidos. filado que las ne-
p
dades más im ortantes. La conducción a ctiva de las neg ociacio­
s c ci d r a zonado, queda per
En con a e lo
to­ p
. . la creatividad de
e uen
un reto p ara es en varios foros es robablemente e l cometido más im ortant
gociaciones multilaterales son p p e
El experto negociador
Las negociaciones complejas 233
232 . .
i n­ Tabla 11.1. La ronda de Urug uay.. part1cipantes m ás importantes
libra, por lo que . .
y x d los p arámetros de este y sus pos1c10nes (Woolcock' RIIA 1990)
i nformación. El Acuer­
tor e ce e
en este sec
ara completar la
cluimos el tema tan sólo p rá de breve
y Comercio (GATT) servi EE.UU. CE Japón
do General sobre Tarifas
Países Países en
de. recientemente vías de
ej emplo de cómo se proce industrializados desarrollo
Acceso:
o + - o
Ejemplo: OMC / GATT ++
Aranceles
Sin arancel + o + - o
multilaterales y -- - o
las negociaci ones Tejidos ++ ++
Hemos expuesto antes que eralmente con el
ob­
Agricultura + -- -- ++ +
ros se realizan gen
también los de múltiples fo d GA TT , Productos tropicales + ++
junto de reglas. En el caso
el
j etivo de establecer un con n la creación de
la O r g ani ­
bj tiv fu anza do en 1994 co Regias:
ar 50 anos
alc
-
e
o o
o e o
io, que se había previsto cre
este
Subsidias + +
zación Mundial del Comerc Woods, como c om plemento Salvaguardas o o + + ++
erencia de Bretton
antes en la C onf o o
rnaci onal en Was
hington. N o hace falta Antidumping ++ ++ ++
del Fondo M onetario Inte os aspectos distrib
utivos, Artículos del GATT + + + o -
q di h s gl as incluían much
sen ala
re
en U ruguay
a
r ue c
la ron da , inici a da
Solución de diferencias + + + + +
e la razón de que
lo que sin du da fu i .
letos p ara conc lu Nuevos asuntos:
rse
a siete an os comp
en 1986, precisar
relación de los par
ticipantes m ás im­ Servicios ++ ++ + - --
L a t abla 11.2. muestra una
d a de U rug uay, así
co mo sus posici on
es frente Propiedad intelectual ++ + + - --
port an tes en la R on
les o re gio­ Inversiones + + ++
osiciones naciona
ntos clave. E sta s p
a algunos de los asu pectivos
imponerse en los res Clave: + + muy favorable, + favorable' O neutro ' - desfavorable, - - muy
lugar tuvieron que
nales, en primer tivos parl entos, desfavorable
o y ante los respec
am
países en el seno del gobiern es Europeas y las
otr as or ga­
d e las Comunidad
así com das de nego­
o en el sen o
as princ ipales ron
ales. Aparte de l Tabla 11.2. Europa (CE) Y EE · UU. frente a la elección de
nizaciones re gion d GATT en
verse en el secretaria do el . .
protecc1omsmo o liberalización (adaptado de..
ciació n que solían desenvol alizaban miles de negociaci

b ( ente OMC), se re Centro de Economi, a Internacional' 1990)
G es se suce­
act ua lm
omo l as reuni on
ine ra
v i d d es anfitr iona s. C
ca­
a
ernos que mo difi
nes en ari as c u
n , i t au raron nuevos g obi Alteración estimada EE. UU. liberaliza Retaliación de los EE.UU.
dían ano tra s a o se ns
iación tuvo que dei PIB (en miles de
a extensa ne goc
(Proteccionismo)
es nacionales. L
ron las posicion te, corrigien­
millones de $US)
ituación fluctuan
p r temente a una s 211 211
a d a ta se co nst an
o con ello. D a do
el enorme
CE liberaliza CE Economía CE Economía
p inares de acu er d Asia-Pacífico 63 Mundial Asia-Pacífico 63 Mundial
do sus ex im ría,
cia que s e re que
t tos rel
di ó , fle x ibili dad y pacien EE.UU. 124 397 EE.UU. 50 50
grado de co or na ci n
e pro duj era un
acuer­
e hecho de que s CE protege CE 42 Economía CE -132 Economía
parece un milagro el simpl te, en primer lugar, la a im­ ( «Bastión Europeo») A�ia-Pacífico 38 Mundial Asia-Pacífico -18 Mundial
l g s d ebe probablemen
d o . Es te o ro e
rca do (v. cua dro
11.3.) y EE.UU. 53 133 EE.UU. 64 214
d mí a mun dial de me
portan cia e la eco no
ia dore s c uy os
yates
p f l s d e mucho s ne goc
a los esfuer z s ro esi on a e
a lo
ago de Ginebra
o
los muelles del L
que daron abandonados en
largo de to do este
tiempo.
Las neg ociaciones complejas 235
El experto negociador
2 34
El liderazgo y la presidencia
des poderes
Las alianzas y los gran
ancia
Otro escollo a consensuar respecto a las negociaciones com­
, llegarse J. ª?1á s a un acuerd o, dada l a abund plej as consiste en la elección del líder o de la persona que ej erce
�Cómo. p od r . tal emp resa? El
. 1pante�, a�untos e mtereses 1mplicados en la presidencia en una determinada conferencia. Al presidente no
a

de p a 1C negociad or en
ue dispone un
1 mp ort�1;te del se le p ermi te form almente tener una posición propia respecto a
rt

instru m m stituyen básica­


anz as qu e con
aCion de a{1
as
m los obj etos de la negociación , sin embargo, en la práctica ej erce
nto
l for
e

tal situació . dos o


en_ i_ntereses_ q
�e comprometen a una influencia ba stante considerable en los resul tados por e l
n es a

mente acuerd ba ad nzas, en todo


ica comun. Dich as alia
o s
·
s

uir un a poh t control que tiene sobre los procedimientos. En primer lugar,
os

pa g y tamp oco
má , pasa.1 eras • · «N o tenemos aliados eternos cabe m encionar la elaboración del orden del día : los asuntos
rtes a se
y p er-
s

caso, so n 1
ntereses son
nos. N uestros i pued en proponerse, desecharse o priorizarse de forma diferente.
so o ::i rnos
mig d P al-
ete
tenem os ene . ntereses. » (Lor.
erseguir estos i " ..
ete r
p
os
tr d b . de muchos p articipantes md1v1- El transcurso de las negociaciones también es un ins trumento d e
p etuos y es nu
er

onver genCia
o e
gestión útil, pausas, retrasos, malentendidos deliberados, discur­
es

merston, 1848). La c .
nas a 11·anz as o bloques
reduce en
g ci ación en v a sos interminables o el uso de un lenguaj e técnico m uy especiali­
duales ente el numero
, de unidades que ac-
o
m z ado que puede resultar incomprensible p ara los intérpretes, por
ne
má tic
en una

efecto y a ve
c d ra
. te, s.1mp_lificando de modo considera-
a
d1 ej empl o. Cualquier influencia sobre e l ord en de los asuntos h a
es

túan de m odo
i d p eo de
de problemas. El núcl ,
en
a resol uc1on
e en
l de ej ercerse de forma in direc ta, pero muchas de las tácticas ex­
n

c m mca• CI · s y y y mas
ble l on e
. e h ab"itua m 1 p l os m
se const 1tuy puestas en el Capítulo 6 también se aplican perfec tamente para
o u ore s
denomi-
as a

tales alianz as ,
r

l ambito político l o
ente o

1 P ticip . E , este cometid o. El uso de los subterfugios com o puede ser solici­
Poderosos d . » . «Las grandes p otencias teman
antes n e

«grandes p otenCi
ar
tar o sugerir la presentación de estu dios científicos en un m o­
e os

nam os com o uerd o con


. 1vos en comu, n ' otros en con:flicto y de ac
as

s b� • cl de c oope- mento estratégic o, pueden servir para ap oyar la conclusión de­


algu olítica una mez
nc eab an en su p sead a y h acen milagros, pero p ara ell o se necesita una visión
et
l
o
y b
no a

ello adec b
.
lCto.» (S · Talbott' 1991) , .
a a
., bastante amplia. Un factor importante que influye en la tom a de
ua an

rac1 on y confl" e deCir en el


. nte que estos p oderes tendran mucho qu ., decisiones es el procedimiento de voto, mayoría simple o c ualifi­
E s evide . r la �olítica de l a alianz a, aunque tamb1en cada, v oto secreto o recuento de m anos levantad as. Generalmen­
momento de determi . , fren te a sus interlocutores.
ons1der C1 0
na

ci c te, el pr esid ente no d ecid e el pro cedimiento ; no o bstante, puede


deberán j c � : te h echo es la s
ituación
ara 1lus ar es
erta
. p proponer aquellas modalidades que sirvan a sus propios propó si­
er er
p
e

Un eJ empl o q se resta
. ente-0 . te en tre los anos 1947 Y
_d
e
tos. O tro ardid consiste en distraer a los grupos más imp ortantes
u
Occ1
del enfrentami /{;;ón Soviética, al m enos tras
sy 1
ento
d U md� en e l m omento decisivo o impedir que estén p resentes mediante
1989, c d E n sus alianzas
terminab an co
. ear ex1toso , de
os
la organiz ación de varias reuniones paralelas. Y finalmente, el
sta
cl
ua n o

su pnmer n y . . nto d_e l o N o Alineados por m or de


1�
nu
v1m presidente puede ej ercer influencia en los acontecimientos de
o
M
e sa

el orden m un
di l. El . o se en-
n ue de h ech
e�to ex1 �' a u
o
Ci una neg ociación complej a mediante la creación de c omités o en
a
pi b� v co. El de­
una alianza p �
do p r el blJque soviéti
u o

en te mfluenCi a
o
la forma en cómo se plasman por escrito sus propias reivin dica­
ro a

b f m miti ó ela-
contra ente sólidas p
as extremadam ciones o mandatos. N o sorprende que los miemb ros de la Unión
te
z
uer
li
a
s de 1
er
sarrollo d d al complej o o
rd
simple frente
a an
m y Europea empleen tanto tiempo y esfuerzo preparando con deta­
e o en

b orar una res p , ad amente p elig


nque s1 extrem
ta u
iA
ues
. lle el semestre que les toca asumir la presidencia en forma rotati­
ro sa

mundo de a1 pos g ., modo , los con-


clea r l De este
uer ra u

m z d l a destruc_c10� :� � solo va, ya que éste es el m omento de intentar imponer los principa­
p or la fuer n red ucidos a un
o multipo ar
e
les elem entos de su política nacional.
en a a
l
a

:flictos m u l t il a tera e s

conflicto bilateral.
Las negociaciones complejas 237
El experto negociador
236 . . .
Sin estas informaciones y cono: 1m1entos, _el negoci ador indivi-
idas dual se perderá pronto en el Iabennto de los m tereses y de I as c oa-
Ejemplo: Las Naciones Un . .
1io º, dose as1, en presa f;'ao·1 de los jue gos
ones existentes' convi· rt1en
a que tiene una
.
orme importanci sofisticados de poder y mecamsmos de defensa e�pIeados . E sta
U n buen ejemplo de la en ­ analo gía queda j ustificada po 1.ª semeJ anza que t lene una neg o­
.
a y h ábil en las ne
gociaciones complejas pro
c i fo �
con idas y sus agencias y or­
du ta n rm ad
las Naciones U n
ciación, sobre todo si es comp eJ a, con una selva. Quien pretenda
viene n va de
onan estas cuesti
ue me nte ones
as . ( Có mo funci sobrevivi r en ella tendrá que adaptarse ai entorno de la mej or me-
ganizaciones e specializad lgo N a­
retenda lograr a dida posible.
en las
ualquiera que p
en su sistema? C g
ri mero su táctic
a de a en da
U i c esita entender p
cion es n da s ne

básica : Bibliografia de este capítulo


o c ualifi­
votación? (Mayoría simple
• ( Cuáles son las reglas de de tenta el po- ANDERSON; UWE; WüYKE; WICHARD' Ha ndw�
.
o secretas? (Quién . erlm_ch Intematzo n aler
cada? (Votaciones abiertas .
Organ i as tio nen (Manual de I s gamzaoones m ternacionales)'
der de veto?
del día y cuándo
se propone y se Opladen: Leske & Budrich' ; 9�� .
• (Quién decide el orden 1 · eA tr a n d Sczen
RArFFA' H oward , rr'h
· ·
. ceªifNiegotzatzon (El arte y la cien-
n?
adopta este orde . .
p pel del presidente
? (Cuáles son los intereses eia de la negociación)' Cam bn dge' MA· Harvard U mversity
• ( Cu á l es el a
recho a veto? Press, 1982.
que representa? (Tiene de KrSSINGER Henry Diplo a N a or : Si mon & Sch ust er, 1994.
� �
WooDsTo'cK' s. ' Ur u : cy, u:�
en la polí tica del
Secretariado, pues ug a.,, R ou nd 1 vegotzatzo n s (La Ronda Urug uay de
Otro factor decisivo reside .
neg ociaciones)' L ondres · Royal lnSti tute of International Af-
l de lo s recursos : ·
éste es el centro de contro fairs, 1990.
las grab acion es y ZARTMAN, William (ed ) J n tematzo nal 1:fultilater al Negotiation: Ap-
de inspecció n de
• (Quién tiene el derecho uir este derecho proaches to theMa nae" ;Pmen ' t oif Co mplexzt.,�i (La negoo· ac1o · ,n m
· terna-
documentaciones
? (Cómo se puede conseg ás im- . ,
los documentos m ,
c10nal multilateral.· Enf,oques de Ia ges(i on de complejidad),
de ch vistazo no oficial a
o p o r e ar un
San Francisco:Jossey-Bass .
portantes? portantes del per-
miembros más im
• (Quién tiene acceso a los
ariado?
sonal y del Secret
o fo ndos ordinarios
y extraordinarios del pre-
• ( Cu ále s s n los
me dios y cuándo
? ( Cuál
decide sobre estos
supuesto? (Quién
rio del presupuesto
?
es el cicl o ordina

l p ena info rmarse so


bre las interdependencias
Tam bié n v a e la

estructurale s:

upuesto?
ié n decide sobre su pres
• Agencias externas: (Qu rio s y quién pose
e la tec-
ié cib l salarios u honora
(Q u n re e os

nología? nan y
consultores : ( Cómo se asig
• Proyectos y contratos de
inero circula por esta vía?
quién lo decide? (Cuánto d
12
La comunicación y la percepción
Hasta el momento nos hemos referido a la negociación, pero
poco al negociador como tal. Como complemento del capítulo 8,
en el que se analizó de forma pormenorizada su comportamiento
antes y en el curso de la negociación, en este apartado queremos
hacer una pequena reseiía sobre la capacidad de comunicación del
negociador. Estamos especialmente interesados en conocer cómo
se valora a sí mismo y cómo es tomado en cuenta por los demás. En
la práctica de la negociación se pone de relieve una y otra vez que
una sobreestimación o subestimación de las propias capacidades
conduce forzosamente a graves errores o incluso al fracaso.

Las características personales

El capítulo precedente ya nos habrá esbozado una noción de las


características personales que deberá poseer el negociador. Debe­
ría ser un buen comunicador, es decir, poder recibir de forma rápi­
da y eficaz las informaciones y saber, a su vez, emitir otras. Debería
llevarse bien con los demás, sin que ello le impida disponer de un
repertorio de diferentes formas de conducta, incluyendo las desa­
gradables. Claro que cada persona dispone de una aptitud diferen­
te; mientras uno tiende a ser comunicativo, el otro puede ser reser­
vado. Estas inclinaciones y conductas personales son las que llevan a
adoptar determinadas posiciones estratégicas como, por ejemplo,
cooperar antes que presionar, ceder más que evitar. Un negociador
El experto negociador La comunicación y la percepción 241
240
iones hasta el extremo de mo . E n este sen tido, también se habla de lagunas y distorsiones de
sab edistanciarse de sus propias inclinac
s lo s papeles por igua
l, a m odo �e m_1-_buen la percepción. El cuadro 12.2. lo demuestra comparando la auto ­
oder desempenar todo
m acion de ­
n de su estilo de c�m� � evaluac ión con la percepc ión que tienen de nosotros los demás
;ctor . Conseguido esto, la elecció
ción y no de sus l�mit�c�ones per­ respecto a los c inco parámetros de co nducta estratégic a pre senta­
penderá exclusivamente de la situa
erencia max1ma ntre
ente , logrará una c oh � dos en el Capítulo 5. La escala a la izquierda se extiende desde O,
sonales. Consecuentem
rma en que a su­
y f t . El d ro 12.1. muestra la fo muy poco marcado, hasta 5 muy marcado.
intencione s e ec o cua
to de las
nales potencia el efec
peración de las preferencias perso Cuadro 12.2. Evaluación de la conducta de negociación
conductas propias. ( autopercepción )
e negociac ión
Cuadro 12.1. El « mej or » perfil d Competición Colaboración Término medio Elusión Adaptación
o
1. Convergencia intención-impact

*--
5
4 �� � ___,)9

•I
'
/K
intención,. 3 �
-------
lx
0�

impacto 2 ----.._
r-----.. / ._____._.,,, �
<tc t.o
1 �

*
o
según las exigencias de la situación
2. Uso de conducta de negociación Diferencia entre la percepción propia y externa
(incons:iente)
3. Nivel bajo de conducta esquiva
Mientras el negociador de nuestro ej emplo evaluaba correcta­
de presionar p�ra lograr u:; mente su inclinación hacia la colaboración , se alej a en mayor o
P or ej emplo, si mi intención es la omp
osición domi nante res
pecto a la otra par �e, tendre que � m enor medida de la evaluación de otros en cuanto a las demás po­
decir, m 1_s pa � � � le�gua­
l bra Y_ 1 s ic iones. La percepción de su propio comportam ie nto denota
iarme de una forma coherente, es , sm ser
rmez a, ex1gencia y J UlClO marcadas defic ienc ias, lo cua l viene a ser un indic io de que no
je corporal deber ían transmitir fi escuc�ar
o P_ rec ido ocurre �1- estar ía de más una au toevaluación crítica. Cada una de estas d efi­
debilitados por quizás y peros. Alg � nJUn

ició d ola b oon y la elab oraci on co c ienc ias representa un peligro ya q ue el desfase entre la eva lua­
que refuerz a la pos n e c ora
doras. Para log�arlo, tengo que ción propia y aj ena puede conducir a malentendidos que, a su vez,
ta de soluciones comunes e innova atento al
ex oner ruis e xigenc
ias con firm ez a, permaneciendo pueden desequilibrar la balanza tan sensible de la confianza . Una
hando y
otfo y mostrán dole m
i interés haciendo pre guntas, escuc parte, por ej emplo, piensa que ha estado escuchando, mientras
sobre l a mesa las
re sum1. endo. So ' lo de este modo podrán ponerse , que la otra tiene la impresión de que sus palabras no han sido re­
se lograran solu-
es ida de s de am b os l ados, sólo de esta fo rma cibidas, inc luso podría lle gar a la conclusió n de que sus propues­
nec
tas no han sido admitidas por la otra parte.
ciones inte gradoras.
Otro problema que aquej a a un notable número d e negociado­
res, generalmente buen os, es la dis tors ión de la percepción d e la
otra parte. El cuadro 12.3. muestra el resultado de un estudio de
Las deficiencias de percepción
ciencia social entre 66 directivos tras la finalización de una nego­
las características per :ona­ c iación.
Independientem ente de cuáles sean n didats
e conoce rl as : n profu Mientras éstos, por lo general, diseiiaban un cuadro m uy coo­
les que posee el ne gociador, deb a d om

t r n i g n errone e un perativo y dispues to ai compromiso de sí mismos, la otra parte los
N ada es más peligroso que ene u a ma e
242 El experto negociador La comunicación y la percepción 243

veía con ojos muy distintos (los demás directivos del grupo estu­ ma reacción ante situaciones completamente diferentes no puede
diado). Consideraban que no se podía llegar a una colaboración constituir una estrategia óptima.
ni a buen término porque percibían que sus interlocutores apos­ Muy distinta es la forma en que se presenta el negociador cuyo
taban por la confrontación dura, hasta el extremo de optar por re­ perfil varía en función de la respectiva situación a la que hace
tirarse de la negociación en caso necesario. Este perfil distorsiona­ frente. A1 disponer de una gama completa de modalidades de
do refleja la imagen de un enemigo que, en realidad, no resiste conducta, escoge para cada situación aquella que le parece más
una evaluación objetiva. adecuada. Cuanto más flexible es en la elección de su conducta,
Puede resultar peligroso calificar erróneamente a la otra parte tanto mejor. Un buen negociador, a diferencia de uno malo, de­
en las negociaciones. Acordémonos del estratega chino Sun Tzu bería utilizar con menor frecuencia el abandono inconsciente.
que hemos citado en el Capítulo 2 y aprendamos la lección: «iCo­ Dependiendo de la situación, la retirada o el abandono conscien­
noce a tu adversaria y conócete a ti mismo!» te puede llegar a ser una conducta extremadamente eficaz. Por el
contrario, la retirada inconsciente, la así llamada mirada ftja en
Cuadro 12.3. Percepción y distorsión (Thomas y Pondy, 1977) el vacío, es danina ya que crea inseguridad y disgusto a la otra
parte. Por tanto, su perfil en este campo debería ser menos acen­
Colaboración 411 \4 tuado que en los demás. También en este aspecto es de gran ayu­
Término medio 251 j6 da conocerse bien a sí mismo ya que, al fin y al cabo, no sirve de
nada escoger una estrategia cuando ésta no se puede llevar a cabo
Adaptación se ]2 de forma convincente por medio de las correspondientes pautas de
116 conducta.
Elusión 5j

Competición 211 j73 Cuadro 12.4. Evaluación de la conducta de negociación

- Negociador--+ O Otra parte Perfil consistente


Competición Colaboración Término medio Elusión Adaptación
5
4
El perfil de la conducta 3
2
El parámetro introducido en el apartado precedente puede 1
utilizarse perfectamente para representar un perfil de conducta.
o �----��------'-------'-------'------
En el gráfico 12.4. se ha aiiadido la apreciación del mismo nego­ Perfil variable
ciador en una variedad de situaciones diferentes, frente a distintos Competición Colaboración Término medio Elusión Adaptación
interlocutores, por parte de varias personas diferentes. 5
4
El cuadro 12.4. muestra dos perfiles típicos de negociadores, 3
uno es consistente y el otro variable. El perfil consistente y repeti­ 2
tivo refleja una conducta preftjada por parte del negociador. Las 1

*
o L________l_c,L____:_.....1..__�.2=::t::::Q...____:_____:L_;�__:_____J
observaciones de diferentes situaciones confirman que tiende a
l!,. O Evaluación por otros
repetir su conducta. La selección predeterminada de los patrones
de conducta puede facilitar la formación de una base común de
confianza y también servir a la parte contraria como punto de ata­ Una tercera consideración se refiere al nivel general de un per­
que, puesto que un negociador que tiene siempre los mismos pa­ fil. Si la conducta del negociador ha recibido una baja calificación
trones de conducta deviene facilmente previsible. Además, la mis- en todos los aspectos, resultará un perfil plano y anodino al com-
244 El experto negociador

parado con los demás estilos de conducta. En caso de un perfil bá­


sicamente plano, podremos partir del supuesto de que el negocia­
dor denota una conducta como la de la tortuga descrita en el Ca­
pítulo 7 en el apartado sobre la Ventana de johari. Se mueve con
mucha precaución en todas las direcciones y, a la larga, ésta no es
la conducta más idónea para la negociación.

Bibliografia de este capítulo


13
THOMAS, W.; PoNDY, L., Toward an Intent Model of Conflict Manage­
ment Among Principal Parties (Intento de esbozo de un modelo
de gestión de conflictos entre partes principales), Human Rela­ El estrés
tions 30 ( 1977), 42.

Es de dominio común el significado de esta palabra. Una agen­


da repleta que con frecuencia llega hasta altas horas de la noche.
Ni siquiera se está libre un sábado y, con algo de suerte, tal vez el
domingo. Quien sabe hacer algo siempre tiene que cumplirlo, no
es la cantidad de trabajo lo que nos incomoda, ello no genera es­
trés. El estrés verdadero, reconocido desde hace tiempo como
causa de muchas enfermedades por la medicina convencional, es
consecuencia más bien de la presión continuada, la presión del
tiempo, de rendimiento, de éxito, de adaptación a un medio nue­
vo o presión resultante de nuevas exigencias. Estos factores ya
están presentes en muchos casos en el ejercicio profesional ha­
bitual, complicándonos la vida. En la intensa situación de las ne­
gociaciones se suele estar bajo todo tipo de presiones a la vez y
repentinamente. Esto puede ocurrir en el mismo momento del
viaje hacia el lugar donde se vayan a desarrollar las negociaciones.
Hoy puede ser Berna, manana tal vez Bruselas, Moscú, Pekín o
Chicago; nos gusta viajar, pero �con tanta frecuencia? Luego, los
últimos preparativos... �Lo tengo todo?, la tensión antes del pri­
mer encuentro y, por supuesto, la reunión en sí. Incluso si ésta no
fuese hasta bien entrada la noche, precisará, sin embargo, de mu­
cha concentración y de tensión prolongada. Precisamente la pro­
puesta tentadora que la otra parte sacará del bolsillo a las tres de la
madrugada es la más peligrosa; si con la alegría sobre el giro ines­
perado de la negociación no leemas bien el texto, posiblemente
nos llevaremos una sorpresa desagradable más adelante. Y luego
246 El experto negoci,ador El estrés 247

está la espera de una llamada desde la propia central, la espera dei


Ejemplo: La vida cotidiana durante la negociación
interlocutor o incluso la de un montón de fotocopias cuando en la
ste apar;ado de�cribe, sirviéndose del ejemplo de un diplo­
ciudad no haya más que una sola máquina... ,�
matico austnaco, cuanto sacrificio en materia de salud demandan
De pronto, en cinco segundos se acelera de cero a cien kilóme­
muchas profesiones de negociación.
tros. Por encima de las gestiones de los negociadores, las centrales
Describiremos un día en la vida del embajador Manfred
se han puesto de acuerdo sobre una solución que deberá estar lis­
S:heich, quien participó en 1991 en función de negociador prin­
ta para firmarse dentro de tres días. Si es que está prevista una
cipal de la Zona de Libre Comercio EFTA, en la negociación so­
pausa, el grupo irá a comer y de paso conversará sobre el procedi­
bre el Espacio Económico Europeo llevada a cabo con las Comu­
miento a seguir; se tratará, al fin y ai cabo, de una comida de tra­
nidades Europeas (CE). Aún cuando existen ejemplos mucho
bajo. Se dan pocos momentos de auténtico descanso, tampoco
más dramáticos de negociaciones maratonianas que se prolongan
hay comidas ligeras, a ello se aiiade alguna que otra bebida noble
durante toda la noche, un caso típico como éste nos parece más
o jDios nos guarde! un ritual de bebida tradicional profundamen­
adecuado como ejemplo. Así, Manfred Scheich inicia su jornada
te arraigado en la respectiva cultura del país. El apreciado hués­
laboral normal a las ocho en punto. Este es el momento en que
ped tiene que brindar con todos los que componen la ronda, en
abandona su hotel en Bruselas sin desayunar. Un vehículo oficial
Rusia con vodka, enJapón con sake y, en China con aguardiente
lo lleva hasta la representación de la EFTA. Allí toma un café
de mijo o bambú. Estas costumbres de beber no suelen idearse si­
en :aso plástico coajuntamente con sus colegas. Es la primera de
quiera con fines maliciosos, tal vez el interlocutor simplemente
las mnumerables tazas de café que beberá a lo largo del día. A las
quiera hacerse una idea de uno. Nuestro sistema circulatorio fun­
nueve menos cuarto consulta con sus colegas austríacos y con el
ciona a un ritmo acelerado por la comida pesada, el alcohol, la ni­
Secretario General de la EFTA, Georg Reisch, antes de proceder
cotina y en el peor de los casos, por los tranquilizantes o estimu­
a iniciar y presidir una sesión de la delegación de la EFTA. En
lantes; todo esto aparte de tener que hacer frente a las exigencias
esta reunión que dura hasta las diez y media, se considera Ia posi­
de la situación de negociación. A ello se aiiade la fuerte carga ner­
ción de la EFTA frente a la CE respecto a los puntos dei orden del
viosa, el tiempo es escaso y las exigencias hacia nosotros altas; no
día. Las negociaciones más difíciles suelen ser aquellas que se lle­
es de extraiiar que por la noche nos cueste conciliar el sueiio o
van a cabo en las propias filas. Llegar ai Centre Borchette, la sede
que despertemos muy temprano, antes de la madrugada, pese a
de las negociaciones, representa cinco minutos en automóvil.
estar muertos de cansando. Negociador: �una profesión cargada
A tan sólo quince minutos de haber concluido la sesión interna
de estrés?, con toda seguridad. No obstante, existen posibilidades
en la representación se inicia la reunión con la CE. Las delegacio­
para poder mantener el estrés dentro de un marco soportable, in­
nes están sentadas frente a frente en una amplia mesa de confe­
cluso útil. En el presente capítulo queremos presentar algunas de
rencias en sesión no abierta ai público, por supuesto. En el mo­
ellas, sin embargo, esto sólo puede constituir una primera intro­
mento de la comida, poco después de la una de la tarde, los
ducción ai arte prácticamente vital de cómo manejar el estrés y
frentes se distienden un poco antes de que se inicie la segunda se­
dista mucho de ser un sustituto de la participación activa en un
s�ón de neg�ciacione� a las tres. A las cinco de la tarde, el nego­
buen taller sobre el estrés. Los mecanismos adecuados para supe­ _
ciador pnncipal Sche1ch y el negociador de la CE, Horst Krenzle,
rar el estrés, adaptados a la persona en particular, sólo pueden
compareceu ante los periodistas en una conferencia de prensa
transmitirse mediante la tutela personal de un psicólogo o un mé­
que fue postergada hasta ese momento. Sólo les quedan urros
dico.
cuantos minutos en el pasillo para preparar sus respectivos comu­
nicados. Después de una hora se cierra la ronda de preguntas ge­
nerales, algunos periodistas siguen realizando entrevistas indivi­
duales a los negociadores. Manfred Scheich regresa a las 18:20
El experto negociador
El estrés 249
248
las habi lidades que confi eren mayor flexibilidad y capacidad de
A y conversa por teléfono con
h oras a la representación de la EFT r al co­ adaptarse a los cambias inevitables que suelen producirse en el en­
diferentes autori dades
e n V iena. S u Gobierno quiere esta t�:no. Aquí n� h ay_ I g ar para los e nu nciados claros, y la codifica­
las neg oci aci on es, la bu
e na comunica­
rriente del transcurso de
_u
rtas c1 on y desc�d1ficac10 n m ental de m ensaj es ambiguos s uele e xigir
ció n con la capital mant
iene al diplomático las es aldas cubie
p
bastan_te ma� esfuerzo que el habla norm al. P ara alg uien a qui en le
s v i es
duran te l a j ornada. A las
siete y m edia, algunos de lo a: ent
gustan a decir las cosas sin rodeos puede res ultar estresante el no
encontrar para cenar Junt ; os
«luchadores » del día se vuelven a poder _hace�lo y �o mismo vale para un compromiso prematuro,
es un te:11 ª rei­
ocasión la negociació n
claro que también en esta todo �1rve s1 no c1erra una puerta que mej or h ubiese permaneci­
esf uercen por h ablar de
cosa s mas agra­
te rativo aunque todos se do ab1erta en aras de la diplomacia. A demás, suele ser necesario
io nes, e s el mo­
necesar io liberar las tens
dable s. N o obstante, es consultar a person as con poder de decis ió n en ambos lados ; p uede
y de suavizar las posiciones
mento de aclarar malentendidos a _ se prol� ng a
ser que, de pronto, un nuevo mi nistro o secretario de e stado esta­
ciones personales. L a cen
rígidas cultivando las rela blezca prioridades completamente distintas.
ch eich es con d ido haci a su
hasta pasadas las once, Manfred S
uc
cable, O tra causa del e special estrés adicional en este ramo suele ser
de Viena o Z urich por
hotel, donde ve las últimas noticias los conflictos de roles. Un diplom ático de alto rang o com o M an­
ición, intencionalmente poco
sonríe al contemplar su propia apar a ri ana fred S cheich tiene que aparecer frecuentem ente como portavoz.
comunicativa, y dieta al
gunas notas en la grabadora. A la m Com o representante del Gobierno o de una organización es fre­
pun , p á dor-
a p artir de las och o en
to odr
siguiente deb e trabaj ar cuen te que pronuncie discursos u ofrez ca conferecias ante un exi­
mir seis horas y media. gente público internacional, discursos que en la mayorí a de los ca­
es las cosas a los m áx imos
Aún m ás difí ciles se les ponen a vec sos no _ h a escr ito y en los que se p uede n expon er p untos de vista
en las ne�oci aciones con
_la �omunidad
representante s de Suiz a
1ones de negoc aci on en Bru­
i �uy diferentes de los s uyos propios. Aparte de los actos oficiales,
Europea, no fueron pocas las se s la ma- t1en e q�e h acer su trabaj o en la Embaj ada, en grup os de trabaj o y
las tres o las cuatro de ,
selas las que se prolongaron hasta en ���nte s, un deporte de equipo. Allí po drá expresar su propia
drugada. pos1c1on, pero n�_podrá esr erar a tener la última palabra. A1 fin y
al cabo, la solucion �en dra que ser lo más creativa posible para
(Basado en: P ilger, 1991) aprovech ar el potenci al del grup o en s u conj unto.
L os diplomáticos también tienen u n papel que desempenar en
la representación de intereses, «h acer lobby» durante las pausas
Los diplomáticos y el estrés para tomar �n café y _ l� recopilación de informaciones. Siempre
que lo permite la ocas10n, establecerán contacto con los repre sen­
ch eich están suj etos a
una
Los diplom áticos como Manfred S tantes de los estados, tanto aliados como enemigos ; las p osicione s
papel difí cil y frecuentem ente
forma de estrés muy especial. S u roble­ de ambos lados ya son conocidas, de lo qu e se trata en estos en­
ático los enfrenta con p
muy complej o en el mundo diplom g boral, cue ntros es de averig uar quê propuestas o altern ativ as puedan
és como son la car a la
mas adicionales a las presiones de estr pecia­ encontrar un eco positiv o en e l otro Gobierno. La multiplicidad de
era de tales exig enci a� � s
el tiempo y otras presiones. La prim de­ este p ape l es otro factor de e stré s ; a veces se debe actuar formal­
les es l a nece sidad de emp
lear ambigüedades. Los diplomat1cos mente, luego informal, a m enudo con el mismo representante de
r de tal modo z ona s g ri ses y
ben permanecer indefinidos para crea b ma . S u? determi��do pa�s, depen�iendo de la situació n co ncreta (por
er pro
en su intento de resolv
le s u
libertad de m ovimiento eJemplo, ses10n ofi ci al, pausa mformal con café en el corredor).
evi fr ontació n y en su
trabajo consiste, en gran parte, en
tar la con
Pero un problem a espec ífico de los diplomáticos es la sensa­
itud incl�ye n� solame�_te el
lugar, buscar la cooperación. Esta act ción �e _ susp_e nse en la que viven (falta de anclaj e em ocional). S u
n , sm o tamb1en la
l de mani obras de ev as10
uso circunsp ecto y h ábi trabaJo 1mphca la estanci a durante un ti emp o limitado en u n país
imientos. Esta s son algunas de
intuición anticipativa de los acontec
250 El experto negociador El estrés
251
para tener que abandonado en el preciso momento en que em­ Cuadro 13.1. Estrés y productividad
piezan a tomarle carino. A causa de la falta de tiempo, pero tam­
bién por su misión, tienen que limitar sus contactos personales Alta
con otros profesionales que constituyen la mayoría de contactos
de los diplomáticos en el extranjero, para evitar de este modo que
la necesidad humana de amistades sea explotada por la parte con­
traria. En el tenso período del conflicto Este-Oeste, los diplomáti­
cos occidentales solían alojarse en complejos de vivienda aislados
del resto de la ciudad que denominaban jocosamente colonias. Productividad
Esta práctica se encuentra aún en muchas capitales de cultura des­
conocida y con un rígido aparato estatal. Pero una vida sin contac­
tos humanos reales es como un vuelo a través de una espesa bru­
ma, siempre persiste el miedo de encontrarse de imprevisto con
una montana. Así es como el diplomático debe buscar y a la vez
evitar los contactos personales. En el mejor de los casos, ello da Bajo
Demasiado Demasiado
por resultado una base constructiva desde la que se opera; en el alto bajo
peor de los casos, representa una fuente adicional de estrés.
Bajo Estrés Alto

El estrés y la productividad

Antes de pasar a los aspectos médicos de la evolución del estrés, Cuadro 13.2. Estrés y concentración en el curso
su percepción y su gestión, tendremos que considerar una serie de de la negociación
conceptos erróneos sobre el estrés. El estrés no es necesariamente
una cosa mala. Por el contrario, necesitamos de una medida salu­
dable de estrés ( «eustrés») para entrar en calor y seguir adelante.
Dependiendo de cada individuo, una carga de estrés adicional au­
Área de peligro
mentará la productividad. Esta región del estrés óptimo queda
ilustrado en la zona resaltada del cuadro 13.1.
No obstante, cuando la carga de estrés continúa por encima de 'ºe
·o
este nivel óptimo, la productividad descenderá de nuevo. El exceso
eV
reduce considerablemente el rendimiento físico. Cualquiera que u
e
exceda regularmente y durante períodos prolongados este punto o
u
óptimo pondrá en riesgo tanto el éxito de su negociación como
también su propia salud ( «distrés»). Está en nuestro propio interés
mantener la carga dentro de la zona óptima. Tal vez, esto no sea
posible con mucha frecuencia en el curso de la negociación propia­
mente dicha, pero debe ser un objetivo siempre presente. El cua­
�-------------------....L-+ Tiempo
dro 13.2. demuestra cómo el nivel de carga de estrés y de concen­ Inicio de la negociación Fin de la negociación
tración varía considerablemente según progresa la negociación.
252 El experto negociador El estrés 253
En primer lugar, se experimentan expectativas y miedos, exci­ Tabla 13.l. Estrés y emociones en las distintas fases de la
tación y nerviosismo. Esta tensión estimulante se reduce en cierta negociación
medida después de que se haya producido el primer encuentro
con la otra parte, luego se da paso a la fatiga; cosa que sucede des­ Fase Emociones Medidas a tomar
pués de vivir sentimientos contradictorios en las fases difíciles de Antes de negociar Aprehensión • Determinar exactamente las
la negociación. A continuación viene el período de espera, el es­ necesidades, los objetivosy las
ofertas propias.
trés de la espera, ya que se han presentado las posiciones iniciales
Miedosy • Buscar ampliamente alternativasy
y no hay una solución posible. Los dos negociadores informan a preocupaciones soluciones.
sus superiores que, por ejemplo, están en la capital; nada se mue­ Excitación • Seleccionary planificar la estrategia
ve en la mesa de negociación, se está a la espera de nuevas instruc­ y las tácticas.
ciones y de recibir mandatos más amplios, pasan las horas y los Fase I: Tensión, • Crear una atmósfera agradable.
días. Apertura de la Ansiedad • Crear relaciones personales.
En estas circunstancias las personas se aburren, pierden interés Negociación Excitación • Determinar exactamente el
y se ocupan de otros asuntos más apremiantes, por lo cual las ne­ mandato de la parte oponente.
gociaciones empiezan a pasar al segundo plano. Luego, de pron­ Fase II: Agresión • Presentar claramente la posición
to, llega el mandato ampliado tan esperado: al negociador se le propia.
Confrontación Frustración • Determinar exactamente las
comunica que las dos capitales han logrado un acuerdo para pre­
posiciones de la parte oponente.
sentar una solución lo antes posible, si es necesario a la maõ.ana si­ Constructiva Ira • Aplicar las tácticas de la
guiente. De este modo el negociador tiene que volver a coger rá­ negociación distributiva.
pidamente el hilo de las negociaciones. «Quedaron claras las Fase III: Fatiga • Buscar soluciones aceptables para
órdenes, contáctenos maõ.ana de nuevo con una solución elabora­ ambas partes.
da.» Los negociadores vuelven a reunirse y sigue girando el carru­ Solución de Dudas • Valorar de nuevo las necesidadesy
sel, pero en esta ocasión no cesa a las ocho de la tarde. Si se pre­ problemas objetivos de todos los participantes.
tende llegar a un acuerdo en el plazo previsto, tendrán que lmpaciencia • Aplicar los medios de la táctica
integradora de negociación para
trabajar durante toda la noche. �Cuál de ellos podrá dominarse y Esperanza dar lugar a confianzay cooperación.
quién sucumbirá al estrés cometiendo serios errores?
Fase IV: Entusiasmo/ • Hacer las últimas concesionesy
El proceso de solución de problemas suele estar acompaíiado Decepción compromisos, en la medida de lo
de una mezcla de esperanza, dudas e impaciencia, que depen­ posible.
diendo del resultado, puede convertirse al final en alegría o de­ Conclusión Alegría/Tristeza • Propuesta de solucióny diseiio de
cepción. La tabla 13.1. refleja este proceso en sus diferentes fases. borrador de contrato.
Independientemente del resultado de las negociaciones, la úl­ Satisfacción/ • Firma o retirada honrosa.
Amargura
tima fase se caracteriza casi inevitablemente por una alta carga de
estrés. Esto es especialmente peligroso puesto que nuestra percep­
ción del mundo bajo estrés queda mermada y el número de posi­ última fase, incluso el rendimiento de un diplomático muy bueno
bilidades que podemos vislumbrar se reduce minuto a minuto. se reduce sensiblemente. Cuando a las tres o cuatro de la maõ.ana
Todas las alternativas tan cuidadosamente construidas, todos sus llega el momento en que la otra parte presenta una propuesta de
matices de grises, quedan comprimidos de pronto en recetas in­ acuerdo prefabricada, la tentación de firmar y acabar de esta for­
concebiblemente simples y nuestra solución favorita da vueltas en ma es a veces tentadora. El negociador ha caído presa del estrés y
nuestra cabeza como un disco rayado. Se instala la rigidez mental, cometerá errores (v. tabla 13.2.).
mientras que la flexibilidad y la creatividad desaparecen. En esta
254 El experto negociador El estrés
255
Tabla 13.2. Errores comunes cometidos bajo influencia del estrés En el nivel cognoscitivo, el estrés se caracteriza por frecue
• ntes
osc1·1aciones entre diferentes pensamientos y asuntos. La concen-
• Revelar demasiado. tración disminuye en tal grado que llega a resultar dificil seguir
• Aceptar precozmente los términos medios no beneficiosos una clara línea de argumentación, mientras que la confusión y la
( «mitad-mitad»). simplificación excesiva llenan el vacío. Constantes preocupacio­
• No elaborar una agenda y lista de asuntos a tratar satisfactorios. nes, dudas y en casos extremos, incluso ansiedad, son síntomas
• Intentar atraer simpatía. claros de una carga excesiva de estrés.
• Amenaza precoz de abandono.
En el nivel físico, una amplia gama de síntomas puede ser útil
• No anticipar las tácticas de oponente.
para prevenirnos de los problemas venideros, el cansancio, la falta
• Evitar el conflicto y la confrontación cuando serían apropiados.
• Paralización. de ánimo y el dolor de cabeza son signos típicos de que el estrés y
• No prestar atención a los asuntos negociables y no negociables. probablemente también la falta de descanso, nos están pasando
• No buscar intereses comunes y soluciones nuevas. factura. En algunos casos, el apetito aumenta bajo estrés, mientras
que en otros se pierde. Las sudoraciones o el dolor de estómago
( en casos extremos, úlceras gástricas), alteraciones digestivas o
El estrés y sus síntomas irritaciones de la piei son otros de los signos de alerta. Un síntoma
bastante llamativo que muchas veces no se relaciona con el estrés,
Solemos darnos cuenta de cuándo estamos estresados, pero... es el sangrado frecuente de las encías. El estrés prolongado puede
�cómo podemos saber lo que está ocurriendo realmente? �Cuáles conducir, incluso, a la depresión.
son las seõ.ales de prevención de las que disponemos? De hecho, exis­ El estrés también ejerce un efecto importante sobre el estado
ten ciertos síntomas claros del estrés a los que nos podemos acoger, anímico. Las personas se tornan proclives a la irritación. La impa­
están enumerados en la tabla 13.3. También es cierto que cada indi­ ciencia y los ataques de pánico son asimismo manifestaciones fre­
viduo tiene una tolerancia distinta al estrés, reaccionando de forma cuentes dei estrés, así como la indecisión. Muchas personas que se
diferente. Algunos se sienten muy motivados cuando otros ya se do­ encuentran en situaciones estresantes ceden a la tentación de los
blegan bajo la presión. Por esta razón, cada cual debe examinarse de­ remedias negativos para esquivar los efectos dei estrés: abuso de
tenidamente para determinar su capacidad al respecto. comida, café, alcohol, nicotina o drogas sujetas, o no, a receta mé­
dica. Parte de ello es también el aspecto sexual, una relación ín­
Tabla 13.3. Síntomas de estrés tima apresurada bajo la presión de la situación puede complicar
Mentales Físicos Emocionales aún más las negociaciones, sobre todo en caso de estar implicado
un miembro del bando contrario. Los tranquilizantes y estimulan­
• Lógica errática • Extenuación • Irritabilidad
tes son aliados traicioneros, especialmente llegado ai punto en que
• Poca concentración • Dolor de cabeza • Exabruptos
• Tendencia a • Sudores emocionales se recurre a un medicamento para contrarrestar el efecto del otro.
simplificar • Cansancio o • lmpaciencia La única forma posible de evitar y gestionar el estrés es el enfo­
• Confusión insomnio • Ansiedad que positivo, que es el tema del próximo apartado.
• Aumento o • Pánico
reducción dei • Mecanismos de
apetito compensación La superación dei estrés
• Dolor gástrico o negativa: alcohol,
úlceras nicotina, comida, Acabamos de ver cómo se desarrolla el estrés y cuáles son los efec­
• Diarrea drogas (legales o tos que puede tener sobre la salud y el rendimiento del negociador.
• Depresión ilegales), sexo Reconocer lo que está pasando, ser consciente y tener control de
256 El experto negociador El estrés
257

uno mismo, son elementos esenciales para la solución positiva del Bibliografia de este capítulo
síndrome del estrés que inevitablemente se presentará bajo la pre­
sión de las negociaciones. Existe amplia y provechosa bibliografia KIRSTA, Alix, The Book ofStress Survival: How to Relax and Live Positi­
sobre este tema que ofrece consejos y técnicas concretas para supe­ vely (�l libro de cómo sobrevivir el estrés: Cómo relajarse y vivir
_
rado. Se pueden obtener mejores resultados mediante la asesoría pos1t1vamente). Londres: Unwin, 1986.
personal o la asistencia a un seminario sobre el tema. Nos limitare­ LINDENMANN, Hannes, Das erjàl eiche Anti-Stress-Programm (El pro­
gr
mos aquí a las muchas formas en que puede controlarse o reducirse. grama eficaz contra el estrés), Munich: Orbis Verlag, 1994.
Tal vez la precaución más importante sea asegurarse de dormir PILGER, Horst, One Day in the Life ofa Chie[Negotiator, (Un día en la
lo suficiente. El número exacto de horas en que esto se expresa tie­ vida de un negociador de primera fila), EFTA Bulletin, n º 2
ne que determinado cada persona para sí misma. Otras dos medi­ (1991), 10-12.
das importantes son también la restricción de la ingestión de ali­ SANER, Raymond, Manifestation of Stress and its ImfJact on the Huma­
mentos pesados y de alcohol; cuán fácil resulta ser tentado por una nitarian Worh ofthe IRCDelegate (Las manifestaciones del estrés y
buena mesa o un bodegón de vinos bien dotado una vez transcurri­ su impacto en el trabajo humanitario del delegado de la Cruz
da una situación tensa, pero este placer suele ser breve y el cuerpo se R(�ja Internacional), Political Psychology, 2, n º . 4 (1990), 757-
vengará del exceso al que ha sido expuesto. No hay que olvidar­ 765.
se del arte de relajarse: hacer un intermedio para salir a caminar, es­
cuchar música, practicar deporte o meditar. Los vuelos transoceáni­
cos son un buen momento para este tipo de cosas, al menos no
sanará el teléfono. Para mantener el bienestar y las capacidades du­
rante un período prolongado, será necesario constatar las expe­
riencias importantes con colegas o amigos de confianza o tomarse
el tiempo para considerar las propias necesidades. Es preciso recor­
dar los imperativos de confidencialidad y seguridad, ya que, a veces,
puede ocurrir que un colega resulte ser más un rival que un amigo.
No es banal reiterar la importancia de una verdadera amistad.
En ocasiones, los detalles mundanos y prácticos de una nego­
ciación son los que pueden marcar la diferencia de una forma u
otra en cuanto al estrés. Un elemento importante consiste en el
flujo de informaciones con los superiores que es preciso mante­
ner y salvaguardar bajo cualquier circunstancia. Cuando uno está
en un país tercermundista tiene que hacerlo todo. Perderemos
gran parte de nuestras energías ocupándonos de detalles básicos y
desagradables cuando no haya representante alguno de nuestros
intereses en la capital o en las oficinas de la compaíiía que pueda
contactar con las personas con poder de decisión, por teléfono o
en la asamblea, y apoyar nuestra necesidad de llegar a una deci­
sión. Por tanto, el apoyo logístico apropiado por parte de la ofici­
na matriz es tan importante como el que pueda haber en el lugar
de la negociación. Usted escoge entre una buena organización o...
iAcertó! El estrés.
14
Factores culturales

Este último capítulo del libro está dedicado a un tema que ejer­
ce un impacto importante en la conducción de negociaciones y
que, a su vez, nos conduce a un tema más amplio: la diferencia en
la conducta en la negociación como resultado de distintos hábitos
culturales.
Este tema ha surgido en varios estudios de casos en los capítu­
los precedentes y ahora complementaremos estos múltiples ejem­
plos con un resumen global del tema. Un análisis sistemático de
los factores culturales, no obstante, excedería el marco del pre­
sente volumen.

La cultura y las negociaciones

Para los fines de la conducción de negociaciones nos interesa


ante todo el encuentro de las distintas culturas. En definitiva, esta­
mos familiarizados con nuestro propio âmbito cultural e incluso
sin estar permanentemente conscientes de ello, nos movemos sin
dificultad dentro de nuestro propio entorno. Las cosas se vuelven
mucho más problemáticas una vez que hayamos abandonado este
entorno familiar para negociar en países lejanos o con personas de
otras culturas. Muchas de las cosas que son perfectamente norma­
les para nosotros pueden tornarse muy diferentes y extranas. De
pronto estamos moviéndonos en terreno inestable, incluso domi­
nando las técnicas de negociación y teniendo mucho éxito en nues-
260 El experto negociador Factores culturales 261

tros propios países o en lugares con una idiosincrasia cultural pare­ Este breve capítulo está enfocado, ante todo, a advertir a tiempo
cida, es posible que fracasemos estrepitosamente. En las últimas al lector sobre las dificultades que le esperan en esta «tierra desco­
dos décadas, el profesionalismo de los empresarios y diplomáticos nocida» cultural, animándole al mismo tiempo a superar estas ba­
europeos ha mejorado considerablemente, en especial respecto a rreras.
los países y mercados del lejano Oriente. La conciencia sobre este He aquí de nuevo nuestra pregunta: 2qué es la cultura? Aco­
problema fue aumentando en la medida en que se publicaba una giéndonos a una definición un tanto más humanística, es la habi­
bibliografia cada_vez más amplia y cualificada. En el presente capí­ lidad de transmitir grandes mensajes por medio de pequenos
tulo quisiéramos aportar una contribución modesta a esta evolu­ gestos. No suena tan técnico, pero viene a significar exactamente
ción tan necesaria, destacando la importancia crucial que tienen lo mismo, un código social que sirve a los miembros de una cul­
muchas veces los factores culturales para el negociador experimen­ tura común como modo extremadamente efectivo de comunica­
tado. Tal como en el capítulo anterior, recomendamos lecturas adi­ ción. Es una interpretación mucho más profunda y amplia de lo
cionales y, de ser el caso, asumir compromisos de forma activa que que se entiende comúnmente por cultura, a saber: lengua, litera­
tengan que ver con el tema. Antes de ocuparnos de los problemas tura, arte, música, historia, costumbres, normas morales, etc., in­
resultantes del encuentro de diferentes culturas, quisiéramos acla­ cluyendo el aspecto del folclore, tan mimado por las oficinas de
rar quê es lo que entendemos bajo el término cultura. turismo. Los siguientes factores son menos obvios, pero forman
parte igualmente de la identidad cultural de un pueblo o una
tribu:
<!Quê es la cultura?
• Lenguaje corporal: compárense las gesticulaciones expansi­
Por supuesto que no es posible dar una respuesta completa a vas de los italianos con la postura reservada de los japoneses
una pregunta tan amplia. A lo largo de los siglos se han llenado li­ o con la amable sonrisa ftja de los chinos.
brerías de volúmenes excelentes sobre este tema, por lo que nos li­ • Prioridades: vivir para trabajar (Alemania,Japón, Corea del
mitaremos a intentar ofrecer una definición que nos sirva como Sur) o trabajar para vivir (Espana, Italia, Brasil). 2Cuál es el
base de trabajo. Según Hofstede (1981), la cultura es una progra­ papel desempenado por la religión (Islam)?
mación colectiva de la mente humana, algo así como un software • Expectativas de roles: 2cuál es el papel de las mujeres, por po­
específico del país para la gente. Cada país produciría, por así de­ ner un ejemplo, en la sociedad? 2Son esposas y madres
cirlo, su propio software. La analogía con el mundo de la computa­ (mundo árabe) o colegas de pleno derecho (Escandinavia)?
dora, que no es más que una máquina inanimada, puede sonar un • Relaciones personales: 2desempenan un papel preponde­
poco burda a primera vista, incluso inapropiada. Pero no obstante rante en la vida empresarial (mundo árabe, Asia) o práctica­
las objeciones, una comparación entre la cultura y el software es mente ninguno (Alemania)?
útil si no la interpretamos en términos demasiado restringidos. • Contacto inicial y tipo de relación: 2es oficial y formal o infor­
Tenemos un ejemplo simple, si un típico usuario hispanohablan­ mal, con una copa de cerveza tras una jornada de trabajo (es
te intentara aplicar la versión japonesa, china o tan sólo griega de su variable según el país y también dependiendo de la clase
programa de elaboración de textos preferido, aunque sea para ela­ social)?
borar un texto en espanol, este osado intento superaría sus capacida­ • Llamar por el apellido o por el nombre: 2en la primera reu­
des. El resultado inevitable serían malentendidos, errares, y depen­ nión (EE.UU.) o solamente entre antiguos companeros de
diendo de su paciencia, también el fracaso rotundo. No obstante, colegio (Japón, Francia)?
tras la adquisición de algunos conocimientos básicos en la corres­ • Actitud frente a los superiores: 2es el jefe una deidad en mi­
pondiente versión del país estaría en condiciones de manejar el soft­ niatura (Francia) o un colega dotado de autoridad (Suiza,
ware en el idioma desconocido casi como si fuera el suyo propio. Alemania)?
262 El experto negociador
Factores culturales
263
• Estilo de liderazgo y de solución de problemas: (ó�denes e
escuela hasta la fonnación profesional, los estud
instrucciones detalladas (Francia) o búsqueda conJunta de ios universitarios
y más allá. Cada individuo está rodeado y es form
las soluciones (Alemama, . smza. )";l. laciones, amigos, profesores, colegas, jefes y com
ado por sus re­
• Motivación: (tiene sus raíces en la empresa Qapón) °, en la patriotas. Esta
socialización progresiva es un proceso que se
familia (China)? (O en ambos (Corea del Sur)? (Que es lo prolonga durante
muchos anos, aunque su efecto determinante
que motiva a la g'ente dentro de un �eterminado contexto disminuye para­
lelamente con la edad. Es, por tanto, prácticamente
cultural, en términos generales? (Capitulo 3). imposible ad­
. quirir completamente una segunda o tercera cultu
• Actitud frente al trabajo: (ética laboral protestante o budista ra al lado de la
propia, a no ser que se tenga la buena suerte de
(Alemania, Suiza,Japón) o mal necesario (Caribe)? haber crecido si­
multáneamente en diferentes culturas. Las dificultad
• Disposición para trabajar: (ha�ta :aerse �xhausto (Corea del es innumera­
bles que conlleva esta doble identidad cultural dura
Sur, Singapur) o hasta el med10dia o pnmera hora de la tar- nte los anos
de formación son más que compensadas por la
de (Yemen, Europa del Este antes de 1990)? correspondiente
, . ampliación del horizonte según transcurre el tiem
• Ritmo de trabajo: (más bien relajado (muchos paises tropica- po.
Para el observador externo, el trato con una cultu
les) o a ritmo de destajo (Corea del Sur)? ra extrartjera
. . se parece al aprendizaje de un idioma desconocid
• Concepto profesional personal: (or?ullo profesio�al y condi­ o. Es un proceso
_ lento y laborioso, pero al final compensa con crece
ción de miembro de una corporacion o un grem10 (Alema­ s.
nia) distinción de clase: obreros / técnicos (Inglaterra) o
mie:Ubro uniformado de una brigada laboral (Rusia)?
Las relaciones interculturales
111 Atenerse a los compromisos: (fiel hasta la muerte (Alema­

nia), respeto de los contratos (Suiza) o desinterés general


(Serbia durante la guerra de Yugoslavia)? (Se vuelve� .ª ne­
En el apartado anterior hemos caracterizado a la
cultura como
medio eficaz de la comunicación entre los miembros
gociar los contratos una vez que cambiaron las condiciones de un mismo
ámbito cultural. Definición que se entiende rápid
(China) o se respetan, pase lo que pase (Lex Romana)? amente y, por
tanto, ahorra muchas explicaciones. El otro lado de
• Actitud frente a la planificación: (a observarse a toda co�ta la moneda de
esta eficiencia enorme en el seno de un ámbito cultu
(solución tecnócrata) o sujeto a adaptaci�n según lo reqme­ ral es su fraca­
_ so, al menos parcial, fuera de sus confines. Aquellos
ran las circunstancias (las personas son mas importantes que que no com­
prendan el código no podrán participar de forma efect
las cosas)? iva en la co­
municación. No tendrán cabida en el entorno socia
111 Estilo de comunicación: (cuál es la conducta de las personas l, no serán
aceptados, en breve, no podrán funcionar con fluid
hacia los demás? (Cortés y amable (Asia) o sobri� y e�presa­ ez. Esto empie­
_ za por el idioma (Quiénes, en Europa, hablan fluidamen
rial (Alemania, Suiza)? (Se lleva a cabo la comumcacion ante te el Man­
darín o el Urdu? y termina por la conversación apare
todo por escrito (Eui:-opa del Norte, EE.UU.) o boca a boca ntemente ino­
cente, pero decisiva en cuanto a la pertinencia cultu
(Asia, países árabes, Africa)? ral, sobre el
, béisbol (en los EE.UU.). Muchas cosas, aunque no
• Estilo de negociación: (cuál de las cinco posturas (Cap1t�lo todas, pueden
aprenderse mediante el estudio exhaustivo de las intro
5) es predominante? (Se llega fácilmente a �a c�nfronta:1 n ducciones a
� las distintas culturas nacionales, así como en cursos
0 es que son más comunes el consenso y el termmo med10. sobre protoco­
lo, etiqueta y comportam iento adecuado en las difer
entes culturas.
Cabe anadir que las conductas mencionadas no s�n adqu_iridas Incluso después, siguen existiendo vastas posibilidad
es de co­
meter errares y un gran número de dificultades técni
de pronto por parte de los miembros de un deternunado circulo cas a superar
en el trato con personas procedentes de otras nacio
cultural, sino que les son inculcadas desde la cuna, e°: el pro_ceso nes, especial­
mente en el mundo de la negociación. El cuadro 14.1.
de educación desde la temprana infancia y desde el pnmer dia de demuestra
la cantidad de interferencias que pueden darse en
la comunica-
El experto negociador
Factores culturales 265
264
mente interpretemos equívoc amente sus motiv aciones y no nos
_
Cuadro 14.1. Interferencias culturales dem�s cuenta de los m tereses com unes. Esta ac titud, no fac ilita

Errores de interpretación precisamente la n egociación, en la que se trata de rec onocer inclu­


Frustración; abanadono
.-------- y diferencia horaria so l as se��les má� �enu es para ll egar a cooperar. Baj o la presión de
o adaptación _
la situac10 n tambien p odemos c aer en patrones dem asiado simples
_
d� pens�mien to y en estereotipos, cosa que también puede oc u­
No hay comunicación
dim<a o lengnaje empornl r�1rle al m terlocutor. Se prej uzga en forma apr esurada e incons­
Malentendid os / ciente qu�, en d efinitiv a, el o tro no es tan d iferente. Puede que
esto sea cierto, pero también p uede ser completam ente erróneo
� Distracción por exceso _
por ser la exphcación más sencilla. Ya que los inter locutores no
Inter- �de nuevas impresiones
pueden remitirse a una cultura y un código comunes los m alos en­
ferencias
Suposición de similitud _______,,,,, t �ndidos estarán supuestos de antem ano. No sólo 'se dificultará
culturales
cultural por comodidad 'Actitud defensiva aun más l a nego cia ción, sino q ue a d emás, redundará en mayor es
malos e�tendidos. Frustrados por la falta de progreso, nosotros 0
�El oponente se nuestro m terlocutor nos cansar emos de l a com unicación interc u l­
convierte en adversario tural y abandonarem os o cederemos.

Patrones de
pensamiento Mala interpretación de la
simplificados y
motivación de la otra parte El lenguaje y la comunicación
estereotipados
n ej e�plo sencillo de lo m uch o que pueden diferir la s regl as
ci ón intercultural. Ello tiene su inicio inocuo (iAunque tal vez fa­ , �
tacitas de J uego es l a form a de h ablar durante la s negociaciones.
tal!) con la dificu ltad técnic a de la traducción d e un idiom a a otro .
El cuad ro 14.2. r epresenta una comparación reveladora entre ne­
Incluso el mej or intérprete puede incurrir en errares ocasionales, go ciadores tipo de EE.UU., Japón y Brasil. Mientras los america­
especialmente al tener que abrirse camino entre un matorral de
nos del norte, �or 1� general, se turnan al h ablar, se registraban
tecnicismos d esconoc idos. P ero , sobre todo, necesitan tiempo
regularmente �ilencios en c�so de sus colegas j ap oneses, sin q ue
para su labor ex igente, lo cual quiere decir que cada discurso, cada ello fuera consider ad o extrano o como sen al de falta de compren-
sentencia y cada comentaria p recisan al menos el doble del tiempo
que se concede. Tampo co es p osible la interacción directa entre Cuadro 14.2. Influencia de la cultura en las negociaciones
los protagonistas de las negociaciones cuan do éstos sólo pueden de empresas (Fuente : Gra h am, 1985)
expresarse por medio de intérp rete s, o al menos así lo pretenden.
Esto , a su vez, también redun da en la percepción de los finos mati­ EE.UU. alternante
ces como son las informaciones del lenguaj e corp oral, que p or su­
puesto no las pue de transmitir el intérp rete, además de resultar
a gotador. El extranj ero en el ámbito cultural en que se está mo­ Japón períodos silenciosos
viendo, es decir, nosotros cuando estamos d e viaj e, ya está de p or sí
distraí do y emocionado p or l as múltiples impresiones nuev a s, aun­
que tal vez ya nos hay amos dotado de un caparazón psíquico para Brasil Solapamiento
estar a salvo de l a masa de informaciones incomprensibles que nos
apabullan. El interlocutor en la negociación se convierte en adv er­
saria cuando n o le entendemos, y baj o tales condiciones, p osible-
266 El experto negociador Factores culturales
267
sión. El silencio, enJapón, es simplemente una parte importante solapaban en la respuesta; los americanos tendían a habla
r menos
de todas las conversaciones. En Brasil se observaba precisamen­ simultâneamente, mientras los brasileiíos lo hacían tres
veces más
te lo contrario. Las dos partes se interrumpen con bastante fre­ a menudo.
cuencia, lo que, por cierto, no se considera una falta de cortesía, Mirada fija a la cara: es casi una ofensa mirar a alguie
n direc­
incluso es deseable. «Necesitamos el ruido» es lo que me confesó tamente a la cara enJapón cuando es muy incisivo. No
obstante,
recientemente un diplomático caribeiío al respecto, con una risa esto se hace en ocasiones para medir las fuerzas menta
les del
tan efusiva como sonora. Para los europeos, que pueden parecer­ oponente o para comprobar la comprensión y la reacci
ón por
se más a los americanos en este sentido, éstos son hábitos nuevos a parte del otro. De acuerdo con el estudio, los negociador
es ame­
los que debe acostumbrarse. rican_os mantienen el contacto visual durante una tercer
a parte
Un estudio llevado a cabo hace algunos aiíos (Graham, 1985) del t1empo y los brasileiíos incluso durante más de la mitad
del
analizaba las conductas de los negociadores procedentes de estas tiempo.
tres naciones en detalle. La tabla 14. l . resultante de dicho estudio Contacto físico: el contacto físico amistoso por parte del
inter­
ofrece una comparación del uso de varios elementos tácticos en el locutor es un tabú tanto enJapón como en EE.UU. En Brasil
, las
curso de las sesiones: cosas son muy distintas, puesto que la norma social dieta
que, sin
contacto físico, una conversación puede considerarse como
fría,
Tahla 14.1. Diferencias culturales en las conductas no verbales impersonal y no cooperativa.
de negociación (Fuente: Graham, 1985) En otro apartado del mismo estudio se analiza el uso de
dife­
rentes dases de conductas verbales. La tabla 14.2. muestra
Conducta (táctica) Japoneses Americanos Brasile:fi.os algunos
de los resultados obtenidos.
Períodos de silencio
(Número de períodos
superiores a 10 segundos Tahla 14.2. Diferencias culturales en la conducta verbal
por cada 30 minutos) 5,5 3,5 o (Fuente: 1985)
Solapamiento de conversación Conducta ( l) Japoneses* Americanos* Brasilenos*
(Número de interrupciones
Promesa 7 8
por cada 10 minutos) 12,6 10,3 28,6 3
Amenaza 4
Mirar a la cara
4 2
Recomendación 7 4
(Minutos de contacto de 5
Aviso 2 l
ojos por cada 10 minutos) 1,3 3,3 5,2 l
Recompensa 1 2 2
Contacto físico Castigo l 3 3
(No incluye estrechar Recurso a las normas 4 2 l
manos, por cada 30 minutos) o o 4,7 Obligación 15 13 8
Descubrirse 34 36 39
�reguntas 20 20 22
Ordenes 8 6
Períodos de silencio: mientras los japoneses observados recu­ 14
«No» 5,7 9
rrían frecuentemente al silencio durante las negociaciones, los 83,4
Nivel de beneficio de las
americanos lo hacían rara vez y los brasileiíos muy pocas veces es­ primeras ofertas (máx. 80) 61,5 57,3 75,2
taban completamente callados. Concesiones iniciales 6,5 7,1 9,4
Interrupciones: sorprendentemente y pese a la profusión de * (promedio en 30 minutos)
los períodos de silencio, también los japoneses se interrumpían y
Factores culturales 269
El experto negociador
268
espe i�lmente
� difícil. Esto es cierto, aunque en términos cultur a­
adro el uso de la palabra
Es especialmente impactante en este cu le�, Chm a tamp oco ofrece mayo res facilidades. Estas dos cultura s
poneses dificilmente pronuncian un
no
no. L os negociadores ja ofrecen muchos aspec tos en común dado que la cultura jap onesa
p . I so cua n­
conversaciones en aís nclu
claro, tal es la norma de las
su
se r,em on�a en gra n parte a or ígenes chinos, pero el Japón es de in­
s lo dirán , pu q esto
do en realidad quieren decir no, jamá
esto ue
teres particular p ara nuestros pro pósitos. Las condiciones de vida
la posi ción. U n occidenta
l
conduciría a que su inter
locuto r p ierd a
allí son comparables a las que encontramos en Alema nia o incluso
iones atenuantes tal� s com,o
podrá tomar al pie de la letra las expres e n Suiza, lo que da lugar a la mayor aglomeración de poblaci ón ,
m os a tener en cuenta, pero otro J apone
s
tal vez o , aún mejor, lo va ­ con el r�s�ltado de r ecios m ucho más altos de terrenos y vivie n­
p
como no, aunque expresa
d o con m a
l os interpretará claramente das. El VlaJ ero podra encontrar en Tokio todo cuanto acostumbra
ural . N adie tendrá difi cu lta ­
yor cortesía de acuerdo a su código cult a utilizar, amén de m uchas otra s cosas . Las diferencias que que ­
lo que quiere decir, a saber :
des en Japón en interpretarlo com o dan, jso_n muc� as todavía!, provienen sobre todo de las signifi­
sileiíos, por otra parte, no
1Gracias por su interés y adiós! L os bra da cada s d1ferennas culturales . La barrera del idioma, el primer
oduciendo un claro no ca ,
hubiesen podido ser más explícitos, pr obsta culo a vencer, constituye naturalmente una difi cultad adicio­
mismo tiempo, estaban muy is­ d
22 segundos en promedio. Pero al nce­ nal, aunque también forma par te de la cultura en el sentid o más
iniciales mediante las co
puestos a revisar sus altas exigencias rr p on-
extenso de la palabra. �Qué es, entonces, lo que hace tan difíciles
como indican los re sult ad os co es
si ones subsecuentes, tal las negociaciones enJ apón ?
dientes. En primer lug ar, desde nuestro punto de vista, es el hor izonte
rporal difiere mucho de
El uso del lenguaje hablado y del co r al­ temporal extrem adament� ampli o de las comp aiíías japonesa s y
iendo ser incluso diamet
una parte del m undo a la otra, pud l men ta­
de sus empleados. En el pnmer plano se está sirviendo al mercado
ice con e stas r gla
mente opuesto . Quien no se fami liar
e s e e
s b r al más exigente y con m ayor demanda de productos nuevos en el
les antes de se n tarse a ne
gociar, a ser posible antes de u i
m undo, a saber, el propio. Un breve paseo por el b arrio de venta
­
avión, pero al m enos estan
do en él, y no las ponga en práctica, es de productos_ electrónicos Akihabara o por los expositores públi­
ente r c xp lica ­
tará sujeto a experimentar regularm
eac ione s ine
cos de protot1pos de Sony lo dem uestra claramente .
e ntes, p or parte d o p o ­
bles, pero no por ello m enos vehem
e sus
drá Per� en el trasfondo, los directores de las grandes m ultinacio­
los que conozcan estas
regias p o n
ne ntes. Por otra parte, nales p1ensan a mayor lar go plazo que sus colegas europeos, por
r serán exacta­ _
romperlas con intenciones tácticas . La
s eaccione s
no ha?lar �e los amen canos. Por esta razón, no es posible hacer
ado por mp ignorancia, -
mente iguales como si hubiera actu
si le
negon os rap1do� en Japón, a no ser que la oferta de negociación
esta vez lo habrá planifica
do y maquina­
con la di ferencia de que venga a ser prensai_n ente la pieza que faltaba en el gran rompeca­
ción hacia la dirección
de-
do a propósito para llevar la negocia beza� de la estrateg1a a largo plazo, en cuyo caso po drán producir­
seada, sea ésta la que fue
re . se milagros. En breve, aparecerán en el escenario directivos jóve­
_
nes con perfecto domínio del in glés y acostumbrad os al trato con
visita ntes occidentales, quienes se harán cargo de eliminar toda
Por ejemplo: Japón barrera cu�tural y lingüística que se pueda presentar. El idioma y
la cultura J aponesa son las mayor es barreras com erciales de este
que podrían exponerse
Entre los muchos ejemplos de culturas ítu­
p�ís, dice Georg Endress, empresario de Basilea y político indus­
los fines del presente cap
quisiéramos escoger el de Japón para tnal, y lo h, ace con con_ocimiento de causa pues su compromiso
y regiones, como pueden ser China o
el
lo. Mientras otros países con el pai s del sol na oente empezó al inicio de los ano s seten­
sconocidos, elJapón, con su
mundo árabe, nos resultan igual de de ta con un _pequen o hol ding minoritario que a lo largo de las pasa­
en el símbolo
convertido para nosotros
enorme desarrollo, se ha das dos decadas se h a c onvertido en una próspera subsidiaria de
n en la actualidad, la con
­
de las superpotencias económicas. Aú go su pro piedad.
n es consi derada como al
ducci ón exitosa de negocios en Japó
270 El experto negociador Factores culturales
271
L os directivos japoneses también tienen planes a lar_g� plaz�, igual �ue el encuentro mismo, cerem
_ _ oniosamente or ganiza
sus contactos más importantes proceden del «club de vieJos _ a�1- elecc10n cmdadosa del lenguaje, así como e do. La
gos compuesto p or familiares, autoridades locales .º la cond1o�n
» de mantener el interés del otro, son
l permanente intento
de miembro de la empresa en el club de golf. P or oerto, las muJ e­ parte esencial del asunto. El
trato mutuo debe ser en primer lug
ar, amable y flexible; nin
res no tienen prácticamente participación al guna en el mundo de de los dos tomará una posición defini gu n o
los ne gocios ; en el mejor de l os casos desemp eíi an el p apel de t ra­
da con demasiad a antelación
en el jue go para no ent
orpecer el p osible éxit o
b ajadoras o con mayor probabilidad de «O� - Office L�dy» , una . En esta fase, no se
trata de tomar decisiones sino de co
mezcla entre secretaria y elemento decorativo de la oficma. Aun­
nocerse mutuamente. Es p or
ello que aún están fuera
de lugar las propuestas u ofertas concr
que requiere tiempo y esfuerzo p ersonal inconcebible, el resulta­ o el intento de g anar al e t as
otr o mediante arg ume
do es una red absolutamente fiab le de colaboradores personales. ntos.
En un� negociación que se c onduc
. e de acuerdo a tales prin
En el momento de llevar ne gocios en el extranjero, o sea, con n o­ p10s lo mas i_ mp ortante son los senti ci­
mientos de los particip
sotros, todo se medirá con el parámetro de dich a red y los ef ectos antes.
Los encuentros organizados de los c
andidatos a matr imoni
que tendrá sobre ella. o no es
otra cosa que una ne go
ciación. Enjapón lo son de for ma e s
En esta clase de medio h ay pocas cosas que se pueden lo grar pero no exclusivamente allí, por este pecial,
motivo los n e gociadore
mediante una estanda de p ocos días o incluso semanas en Tokio, s occi­
dentales harían bien en adquir ir un
es ti lo parecido. En defi
Osaka o N agoya. (P or qué deberían confiar precisamente en us­ los n gocios y o tratos
nitiva
� � � son conc lu ídos p or h um
ted, siendo tan exquisitos a la h ora de escoger sus colabora�?res anos y los h um a�
nos t1ene se�t m1en os, va lores y au
en su propio país o cuando el ne gocio pudiera resultar permc�oso � � _ � toestim a. Aquel que compren­
da este pnnc1p10 bas 1eo y lo ap lique verdaderamente, no
p ara un vie jo amigo de la escue la o un cole ga de 1� famosa umver­ será r e s­
petado solamente como persona, sin
o también com o negoci
sidad privada de Keio en T okio ? En la gran mayona de los caso s,_el ador.

establecimiento de una amistad con el interlocutor de la ne gooa­


ción es un aspecto mucho más imp ortante que los pormen ores �e Bibliografia de este capítulo
la ne gociación en sí. Todo esto vendrá más tarde, puest o que sm
esta base de confianza n ada p odrá llev arse a cabo. BINNENDUK, Han s, National Negotiation
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casarse, gu iado por un mediador u otra p ersona de respeto, por y América),Journal ofln­
ternational Business Studies 14 (198
ejemplo, el jef e de departamento o incluso el director de la com­ 3), 47-61.
HALL, Edward T.; HALL, Mildred Ree
paíiía. Se trata de conocer a la otra p_ers��a de �n mo�o extrema­ d, Understanding CulturalDif
Jerences: Keys to Success in West Germ
any, France, and the United Sta­
damente h onorable, sin tener la obhgaoon de mcurnr en planes tes (Comprensión de las diferencia
s culturales : L a clave del
concretos o compromisos. Es un a oportunidad para ambos candi­ to en Alemania Occidental, Franc éxi­
datos de llegar a saber algo sobre el carácter, estilo y trasfondo edu­ ia y Estados Unidos), Yar­
mo uth, M aine : 1989.
cacional del otro, pese a las palp ables tensiones existentes. P ero, SAIT?-�UKUNAGA, Mitsuki, Observation
s on the Style of Japanese Nego­
ante todo, tendrán que intentar encontrar una base común e el tzatzons (Observaciones del estilo d
� _ e ne gociación j aponés
plano emocional, sin la comprensión benévola no serí� pos1ble k10, Internation al Christian Univers ), T o­
pro gresar, los candidatos no estarían interes�dos en segmr ad� lan­ ity, 1991.
SANER, Raymond, Negotiation with Ame
te con la relación. Sin emb argo, suelen mamfestarse en el pnmer rican Business Partmers: Some
Advice for NonAmerican Negotiators
encuentro las simpatías o antip atías, cada u no de ellos intenta c au­
(Negociar con interlocutores
c�merciales americanos: Consejos par
sar la impresión más favorable en el otro : amable, pero formal, al a los negociadores no ame­
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California, 1981.
EI éxito en las negociaciones no es coincidencia, sino el resultado de una
planificación cuidadosa, así como de aptitudes especiales. Algunas son in­
natas, otras tienen que aprenderse con el tiempo. Basándose en la expe­
riencia de largos anos como asesor en negociaciones así como catedrático.

Saner muestra en este libro que es posible aprender la negociación inteligen­


te hasta dos tercios. Y aun así, todavía nadie está preparado conscientemente
para esta tarea cotidiana. Sin descuidar la parte científica, Saner ofrece en su
libro una instrucción interesante y fácilmente entendible. No se conforma con
simplemente dar consejos demasiado fáciles sobre cómo se puede negociar
exitosamente en todas partes, sino que introduce la variedad de técnicas de
negociación de tal manera que tanto el académico como la persona práctica
pueden descubrir las leyes generales de la negociación paulatinamente.

EI objetivo de este procedimiento es rescatar la esencia de la negociación


tanto por las varias experiencias dei autor como también por el lector mis­
mo. La comprensión de los procesos en una negociación es mucho más
importante en la práctica que la simple colección de recetas sin un con­
cepto teórico. Por el otro lado tampoco sería útil la mejor teoría sin una apli­
cación práctica. Por esta razón el libro contiene una serie de ejemplos
concretos y estudios de casos reales.

Raymond Saner es miembro activo dei Instituto Internacional de Cien­


cias Administrativas y de la Sociedad para el Progreso de las Ciencias
Socioeconómicas, también es director dei Centro para el Desarrollo So­
cioeconómico de Ginebra (Suiza), y presidente y socio de Organisational
Consultants Ltd., empresa de consultoría especializada en gestión inter­
nacional y en diplomacia comercial. Con más de veinte anos de experien­
cia como consultor y catedrático en el campo de la globalización, ha tra­
bajado como consultor de las Naciones Unidas e imparte clases en el
Centro de Ciencias Económicas de la Universidad de Basilea (Suiza).

ISBN: 84-8088-822-9

/ GESTIÓN zoao
Comte Borrei!, 241
Tel. 93 410 67 67 • Fax 93 410 96 45
08029 Barcelona
e-mail: info@gestion2000.com
9 788480 888226
GESTIÓN 2000.com
EI éxito en las negociaciones no es coincidencia, sino el resultado de una
planificación cuidadosa, así como de aptitudes especiales. Algunas son in­
natas, otras tienen que aprenderse con el tiempo. Basándose en la expe­
riencia de largos anos como asesor en negociaciones así como catedrático.

Saner muestra en este libro que es posible aprender la negociación inteligen­


te hasta dos tercios. Y aun así, todavía nadie está preparado conscientemente
para esta tarea cotidiana. Sin descuidar la parte científica, Saner ofrece en su
libro una instrucción interesante y fácilmente entendible. No se conforma con
simplemente dar consejos demasiado fáciles sobre cómo se puede negociar
exitosamente en todas partes, sino que introduce la variedad de técnicas de
negociación de tal manera que tanto el académico como la persona práctica
pueden descubrir las leyes generales de la negociación paulatinamente.

EI objetivo de este procedimiento es rescatar la esencia de la negociación


tanto por las varias experiencias dei autor como también por el lector mis­
mo. La comprensión de los procesos en una negociación es mucho más
importante en la práctica que la simple colección de recetas sin un con­
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cación práctica. Por esta razón el libro contiene una serie de ejemplos
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Raymond Saner es miembro activo dei Instituto Internacional de Cien­


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Socioeconómicas, también es director dei Centro para el Desarrollo So­
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nacional y en diplomacia comercial. Con más de veinte anos de experien­
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bajado como consultor de las Naciones Unidas e imparte clases en el
Centro de Ciencias Económicas de la Universidad de Basilea (Suiza).

ISBN: 84-8088-822-9

� GEffltÓN 2000
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