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Publicado
3 años atrás
en
25/06/2019
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Por
Perulactea
En este sitio el parásito puede cohabitar con una bacteria conocida como
Campylobacter fetus subespecie venerealis. Al momento de la cópula, la
estimulación y la erección del pene favorecen que se abran las criptas peneanas y
salgan las tricomonas, que son introducidas a la hembra durante la penetración.
La fertilización se lleva a cabo a pesar de la presencia de estos parásitos.
En infecciones naturales esta respuesta inmune es tardía por lo que las pérdidas
reproductivas no pueden prevenirse. Por otro lado, en hembras la inmunidad
celular es adecuada en la respuesta local (en genitales, útero y secreciones
vaginales) debido al aumento en la producción de IgA e IgG (IgG1 e IgG2), entre
la quinta a la sexta semana pos-infección.
La técnica del lavado prepucial sea ido reemplazado por la técnica del raspado
prepucial para la recolección de esmegma (moco prepucial), la cual se puede
realizar con un catéter para lavados uterinos o con un raspador que generalmente
es de cobre o plástico. Este tipo de muestra es de mejor calidad ya que el
esmegma se recoge e inmediatamente es transferido al medio de cultivo
adecuado para T. Foetus, la muestra no debe ser refrigerada o congelada. Los
medios se pueden solicitar en el laboratorio clínico donde se va a analizar la
muestra. Con este sistema se gana un 20% de sensibilidad en la detección del
parasito. Se han descrito otros métodos moleculares, tales como PCR, los cuales
se han usado en las campañas de erradicación de esta entidad en algunos
estados de Norte América, su aplicabilidad todavía es limitada en nuestro país.
Para este método conviene exteriorizar el pene para alcanzar mejor la zona del
fórnix con el raspador, lo cual se facilita con un bloqueo del nervio pudendo o bien
con el uso de un tranquilizante. Una vez que se tiene la muestra esta debe llegar
al laboratorio de diagnóstico en menos de cuatro horas.
En Norteamérica y Europa existe una nueva prueba llamada InPouch System TF,
que consta de una bolsa de plástico especial con dos cámaras, una inferior que
contiene 3 ml de un medio de cultivo y otra cámara superior en donde se coloca la
muestra a temperatura ambiente (20 a 25 °C).
Además esta prueba permite conocer el número de T. foetus por mililitro de fluido
prepucial y verificar que efectivamente se trate de T. foetus y no de otro tipo de
protozoarios, que no se pueden distinguir con la observación al microscopio. La
prueba de PCR es importante para confirmar el diagnóstico debido a que hay otras
subespecies de tricomonas que pueden dar un falso positivo en la prueba de
cultivo.
Tratamiento de la Tricomoniasis
El tratamiento en las hembras consiste en lavados uterinos con estreptomicina
diluida en solución salina fisiológica, o bien dar un descanso sexual por 2 ó 3
ciclos estrales, ó 90 días, tiempo en el cual la mayoría de las vacas eliminan
naturalmente al parásito.
Prevención de la tricomoniasis
Vacunación. Existen vacunas en el mercado para ayudar en el control de la
enfermedad. La vacuna no previene la infección en las vacas, pero el curso de la
enfermedad es menor y se recuperan rápidamente evitando un daño irreversible
en el útero.
Utilizar toros negativos. La mejor forma de asegurarse de la negatividad de los
toros es que estos sean vírgenes. La probabilidad de que un toro virgen se
contamina es muy baja, pero es posible, sobre todo si ya ha alcanzado su
madurez sexual. Por consiguiente, se debe solicitar la certificación de un
veterinario que haya realizado las tres pruebas semanales anteriormente
mencionadas. Si los machos se compran antes de alcanzar su madurez sexual, no
es necesario realizar la prueba.
No prestar toros para ser utilizados en otras fincas. Esta es posiblemente
la forma más común de trasmisión en ganaderías de leche de nuestro medio,
donde se tiene un toro repasador que se presta entre fincas aledañas.
Hacer mantenimiento a las cercas perimetrales, para evitar que el “toro del
vecino” detecte una vaca en celo, rompa la cerca y genere un desastre
económico, sin que se sepa inicialmente la razón. En estos casos, una adecuada
asesoría permite diagnosticar el problema para poder asi tratar de encontrar el
toro infectado.
Implementar la inseminación artificial y la compra de novillas. Aunque
menos probable, la compra de vacas paridas representaría un riesgo. En caso de
comprar animales paridos, idealmente deberían estar preñadas o certificada como
aptas reproductivamente por el médico veterinario.
Realizar con periodicidad los cheques reproductivos en el hato, así el
médico veterinario podrá detectar el problema prontamente e implementar
medidas de control. Si las evaluaciones reproductivas se hacen muy espaciadas
(mayor a tres meses), las infecciones uterinas en las vacas llevaran mucho
tiempo, el daño uterino será irreversible y el impacto será gravísimo en términos
de reproducción y por consiguiente en términos de producción de leche y carne.
Control
Si la enfermedad llega a la ganadería, el primer trabajo debe ser la
eliminación de los toros para monta.
Las vacas generalmente eliminan la infección en unos cuatro meses, pero
ya se mencionó que algunas vacas pueden persistir como portadoras.
Lo ideal es eliminar el sistema de monta natural e implementar un programa
de inseminación hasta que se considere que la infección se ha eliminado (mínimo
cuatro meses, pero para estar seguros sería mejor esperar un año para introducir
nuevamente toros). Adicionalmente, las vacas que no preñen en un periodo
determinado de tiempo (4-5 meses) o que persistan con la infección uterina deben ser
eliminadas.
No existe una terapia adecuada contra esta enfermedad.
En toros la infección por T. Foetus es crónica e intratable.
Ganancias obtenidas con la prevención
Se presenta una reducción del intervalo entre partos con el consecuente
incremento en la tasa de natalidad. También hay una disminución de la tasa de
descarte y se mantienen los parámetros reproductivos dentro de los rangos
normales para la explotación. Indiscutiblemente, implementar medidas de control
de esta enfermedad mejora las condiciones de manejo en la finca. Se debe utilizar
un método eficiente de manejo y análisis de registros para determinar parámetros
y así mejorar el manejo de toros entre los lotes de vacas.