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Sociedad y barbarie

A lo largo de la historia, la literatura ha servido como medio de expresión y difusión

donde podemos conocer todo tipo de historias, desde lo ficticio hasta lo más real y

mordaz. Cuando algunos escritores toman dicho camino, su principal objetivo es

mostrar a una sociedad en crisis, arrastrada por sus propios males en una distopía

donde la vida no tiene sentido. Sin embargo, cuando los seres humanos padecen dicho

mal (en algunos casos) se sobreponen a las adversidades, luchando por un mismo fin,

un mismo sueño, una misma meta. ¿Cómo sucede esto?¿Qué condiciones se tienen

que dar para que, a pesar de las diferencias, los seres humanos se unan a favor de

una causa?

Los diferentes conflictos (bélicos, políticos, etc) han puesto a prueba la resiliencia y

unión del ser humano. La ética de ayudar al prójimo es imprescindible para superar las

crisis porque al trabajar en equipo se fortalecen las uniones y por consiguiente será

más fácil vencer al enemigo. Cómo decía Spinoza: “al unir fuerzas, por medio de ayuda

mutua, consigue con mayor facilidad cubrir sus necesidades” (Ética demostrada según

el orden geométrico, parte IV, proposición no. 35). Una sociedad sin unión es débil

porque no posee los medios necesarios para luchar y por lo tanto será derrotada.

Las novelas distópicas ejemplifican lo anterior pues se nos presenta una sociedad en

decadencia causante de la alienación humana que necesita una respuesta, una

esperanza frente al mal que estamos sufriendo y “1984” de George Orwell, representa

de manera excepcional ésta problemática.

Escrita en 1949 por el periodista y ensayista Orwell, 1984 trata de una sociedad

manipulada por el gobierno que busca pensar conforme a un ideal, donde se modifican
incluso los hechos históricos con el fin de que no se contradiga al líder. El mundo de

1984 es la viva representación de la vigilancia absoluta, donde se conoce a todo el

colectivo: sus gustos, pasiones, emociones, etc. Cualquier cambio en el modelo de

pensamiento es detectado y castigado. Orwell no ofrece esperanza alguna para esta

sociedad basada en el control de masas; lo seguro es que nunca un puñado de

personas podrá vencer al líder, el gran hermano, quién nos vigila sin ser visto.

En el transcurso de los años, podemos ver cómo Orwell fue capaz de predecir con

espantosa exactitud todas las dinámicas sociales de nuestro tiempo. Nos hemos

convertido en un rebaño al servicio de las redes sociales y de la tecnología en general,

que condicionan al ser humano y limitan su capacidad de discernimiento. Vivimos

controlados por las grandes compañías que pueden consultar en poco tiempo toda

nuestra información. Así también, los algoritmos y las inteligencias artificiales, saben

nuestros gustos y cómo explotarlos, en función de que nos quedemos el mayor tiempo

posible enganchados. En palabras del Filósofo surcoreano Byung-Chul Han: “Nos

embriagamos hoy con el medio digital, que no podemos valorar por completo las

consecuencias de esta embriaguez” (En el enjambre, p. 11).

Dependiendo de cómo se use la tecnología, puede afectar positiva o negativamente al

ser humano. En la pandemia, por ejemplo, mediante fake news, asustaron a muchísima

gente que no sabía a ciencia cierta de qué se trataba el virus y cómo combatirlo. Se

impulsaron movimientos antivacunas que abjuraron del virus e invitaban a salir sin

tapabocas y obviamente, a no vacunarse. Lo único que se logró fue una polarización

extrema y desconfianza total entre personas en un momento donde la sociedad tiene

que adaptarse a la pandemia, redefinir las dinámicas sociales y reconstruir


prolongadamente una sociedad más segura y unida. No pretendo culpar a la tecnología

de todos los males; esta ha ayudado en cierta medida a la reconstrucción del tejido

social. Por ejemplo, muchos usuarios informaron de manera correcta a la población,

conformaron espacios de ayuda entre personas que pasaban por situaciones delicadas

debido al aislamiento y gracias al gran alcance de la tecnología, salvaron muchas

vidas.

No obstante, vivimos en tiempos aciagos. Somos una sociedad regulada que posee la

capacidad de unirse y trabajar en conjunto, pero por la confluencia del medio digital y

del afán de poder humano, han hecho de este proceso algo tedioso. Necesitamos

hacer una introspección, profundizar sobre las diferentes problemáticas de la sociedad

actual, logrando un camino que podemos consolidar con la unión de nuestras fuerzas

para garantizar una sociedad libre y justa. La vida está llena de puertas y depende de

cada uno de nosotros elegir la más apropiada. Nuestra voluntad y unión nos llevará a

nuevos horizontes donde podremos cultivar nuestra sabiduría. Si no regulamos la

tecnología y dejamos que nos vigilen, quedaremos estancados en 1984.

Referencias bibliográficas

Spinoza (2007). Ética demostrada según el orden geométrico (trad.V.P.García).

Editorial tecnos.(trabajo original publicado ca. 1677).

Han, B.-C.(2014). En el enjambre. Herder.

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