A lo largo de nuestra historia republicana, se han reconocido sucesos y actos heroicos que acontecieron durante el proceso de la emancipación peruana. La participación de la mujer en la Independencia fue destacada. Aunque muy pocas participaron en el campo de batalla, la red de informantes y espías patriotas siempre contaron con mujeres entre sus más grandes colaboradoras. De allí que muchas mujeres hayan sido objeto de represalias por los realistas, ya que estos las acusaban de enviar información al bando enemigo. En su mayoría colaboraron enviando correspondencia entre los patriotas; por ello, muchas fueron fusiladas o tomadas prisioneras por los realistas. Ya desde los tiempos de Abascal, por ejemplo, podríamos citar a Brígida Ochoa de Silva en Lima (luego sería condecorada por San Martín), Juana Noin en el Cuzco, Magdalena Centeno en Arequipa y Juana Toribia Ara en Tacna. Ya en tiempos de la independencia María Parado de Bellido fue fusilada en Ayacucho por no querer denunciar a los patriotas que conocía. Por las mismas razones encontraron la muerte Emeteria Ríos de Palomo en Canta, Paula Huamán en Tarma y Eufrasia Ramos en Jauja. En Concepción (Junín) la humilde Bonifacia Pando fue condenada a sufrir 200 azotes junto al ajusticiado cadáver de su esposo, el patriota Paulino Monje.” Conozcamos la biografía de algunas de ellas. KURA OQLLO (ocllo) En el Perú, la intervención de la mujer por la independencia comenzó cuando se iniciaba la conquista del Perú, a cargo de Francisco Pizarro. Kura Oqllo ayudo a su esposo Manco Inka Yupanqui a llevar a cabo el plan de reconquista del Perú con un gran ejército. Ella se encargó de iniciar el bloqueo de la ciudad del Cuzco desde la fortaleza de Saccsaywuaman., fue capturada y conducida al Cuzco, donde Francisco Pizarro ordeno matarla a flechazos. Esta mujer fue una de las primeras heroínas que murió con valor por recuperar sus tierras y mostró dignidad, patriotismo, coraje y amor a su tierra y su raza. MICAELA BASTIDAS Micaela Bastidas Puyucawa fue la esposa de Túpac Amaru II y cumplió un rol protagónico en la gran rebelión anticolonial de 1780. Nació en 1745 en Tamburco, provincia de Abancay, región Apurímac, en la sierra sur del Perú. En 1760, cuando tenía 15 años de edad contrajo matrimonio con el joven cacique cusqueño José Gabriel Condorcanqui (Tupac Amaru II) con quien tuvo tres hijos. En 1780 lideró, junto a su esposo, la gran rebelión anticolonial buscando acabar con las injustas reformas fiscales y los abusos contra los indios. Al fracasar la sublevación fue capturada y condenada al estrangulamiento. Murió junto a su esposo e hijo mayor en mayo de 1781 en la Plaza de Armas del Cusco. MARÍA PARADO DE BELLIDO A la edad de 15 años contrajo matrimonio con don Mariano Bellido, hombre dedicado a los negocios entre Huamanga, Cusco y La Paz; formando una familia unida y feliz con los siete hijos que tuvieron, su esposo y sus hijos Tomás y Mariano se unieron a las guerrillas que luchaban por la Independencia del Perú, comenzó a informar al ejército patriota de los movimientos y poderío bélico realistas a través de cartas a su marido. Como era analfabeta, solo firmaba las cartas que dictaba a don Matías La Madrid, su compadre. Lamentablemente una de las cartas fue descubierta en Quilcamachay el 29 de marzo de 1822.Tras ser descubierta como informante de los patriotas fue sometida a tortura y fusilada el 1 de mayo de 1822 en Ayacucho. LAS HEROÍNAS TOLEDO Las heroínas Toledo fueron doña Cleofé Ramos de Toledo y sus hijas María e Higinia Toledo Ramos encabezaron un grupo de pobladores de Concepción para evitar el ingreso de las fuerzas del enemigo, y derribaron en aquel entonces el puente sobre el río Mantaro, para evitar la conquista de su pueblo. No podíamos olvidar a las rabonas, heroínas más que mujer soldada, mujeres que iban a la retaguardia de todos los ejércitos. Quedan pocas en la memoria. Eran guerreras en el momento necesario, cargaban el fusil y salían a pelear; cocineras y aguateras, llegaban a los pueblos y encendían los fuegos, entre el humo y el fuego de batallas se percibían sus siluetas con sus ponchos multicolores transportando vasijas de agua para los moribundos y fuentes de comida para los hambrientos. Las rabonas estuvieron en el nacimiento de la patria socorriendo a los heridos, ayudando a morir, sepultándolos y rezando por ellos, todas eran expertas en el uso de hierbas . Por estas arriesgadas acciones, en 1822, San Martín entregó la “Orden del Sol del Perú” y condecoró a 157 mujeres que habían destacado en delicadas actividades patrióticas. Entre ellas hay 34 religiosas. Pero no solo las mujeres de clase alta participaron, sino también miles de mujeres indígenas, negras y mulatas se unieron y tuvieron luchas destacadas. Área: CC.SS - DPCC