Amor entre Fermina y Florentino

El amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, presentado en el libro “El amor en
los tiempos del cólera”, es el tema que nos concierne en este ensayo, dicho
sentimiento entre estos dos que, en un principio, nos puede parecer que no es
recíproco o que no es correspondido se termina de resolver al final de esta
historia, que concluye con esta pareja retomando su amor, después de más de 50
años, en un buque donde planean seguir vagando por el mar sin tocar puerto
hasta su muerte.

Cuando decimos que este amor nos parece que no es recíproco tratamos de
señalar que el amor entre los mencionados, es más promovido y expresado por
Florentino Ariza que por Fermina Daza, esto se evidencia cuando nos enteramos
que Florentino lleva esperando a Fermina por 51 años, 7 meses y 11 días, de
manera premeditada y sabiendo que solo se le abriría esa posibilidad una vez la
muerte del marido de la susodicha se hubiese consumado, el Sr. Ariza dedujo esto
debido a que ya había tenido el placer de conocer a Jubenal Urbino (difunto
esposo de Fermina) y quedo encantado con él. Esto sin añadir los pormenores
como que siempre Florentino es quien busca a Fermina; como cuando conoce a
fermina por primera vez y sufre tanto por la espera de la respuesta de esta que
confunden su malestar reflejado con los mismos síntomas del cólera, y como
cuando son separados por el padre de Fermina, y Florentino descubre la manera
de comunicarse con ella, gracias a su desempeño como trabajador de telégrafos.

El rechazo claro y frío a Florentino por parte de Fermina Daza, y cito al texto: lo vio
“y a diferencia de entonces no sintió la conmoción del amor sino el abismo del
desencanto”, Esa frase explica lo que tratamos de comunicar cuando decimos que
este amor no parece ser correspondido.

Es increíble como una pequeña frase puede cambiar completamente el rumbo de

una exposición; “en un principio”, y sí, en un principio todas estas afirmaciones nos
pudieron apuntar a que definitivamente este no era un amor correspondido, sin
embargo, la historia no finaliza ahí.
El rechazo a Florentino se debió a que este amor, evidenciado mediante cartas y
agasajos, pero separado por la distancia, influyó tanto en Fermina que
desencadeno una idealización tan grande Florentino por su parte que al volver a
verlo luego de que, ambos, ya habiendo superado la adolescencia, con los
cambios que esta conlleva, aunque en él no cambio la inseguridad y sumisión con
que siempre se dirigió a Fermina, ella se llevó una decepción enorme al verlo y
notar que no era como lo imaginó durante el tiempo que estuvieron distanciados.
Esto se explica, de manera más clara, cuando Fermina describe a Florentino, y
cito: “es como si no fuera una persona sino una sombra” “Sombra de alguien no
que conoció nunca”, esto confirma nuestra inferencia dando a entender que nunca
conoció realmente a Florentino por lo que se hizo una idea errónea de él, y la
decepción provocada por su desacierto fue lo que provocó la ruptura, y no la falta
de amor por parte de ella.

A lo largo del libro, Fermina Daza, acepta para sus adentros, que realmente no fue
amor lo que sentía por Jubenal Urbino y que nunca tuvo razones válidas para
rechazar a Florentino Ariza, y cito: “cuando tuvo que casarse con Jubenal Urbino
sucumbió en una crisis mayor al darse cuenta que no tenía razones válidas para
preferirlo después de haber rechazado sin razones válidas a Florentino Ariza. En
realidad, lo quería tan poco como al otro y lo conocía mucho menos”, esto
explicaría con más ímpetu que el amor entre Florentino Ariza y Fermina Daza
siempre fue correspondido.

Lo que podemos concluir para esta historia de amor, es que, a pesar de haber
sido separados en su juventud, de haber idealizado y decepcionarse junto con
ello, de haberse casado con quien no amaba realmente, el destino… No, más bien
la insistencia de alguien que se dio cuenta de este amor y decidió no dejarlo ir,
esperó hasta lo impensado para la mayoría y consiguió que la vida, en las
condiciones correctas, confirmase aquel amor correspondido entre Fermina Daza
y Florentino Ariza, quien supo, desde un principio, cuál era su amor verdadero.

Esta historia, me parece, nos intenta transmitir que siempre hay una persona para
nosotros, pero debemos buscarla y, si es necesario, esperarla. Sin embargo, me
parece que es demasiado fantasiosa, creo, en lo personal, que nadie va a esperar
tanto tiempo a un posible amor verdadero, resistiéndose a intentar amar a otra
persona, como sí lo hizo Florentino Ariza.

Reflexionando sobre este tema, me sentí algo identificado con esta historia, yo
cuando estaba aún en básica sentí lo que es el amor, y lo creo hasta el día de hoy
ya que no he sentido algo igual desde entonces. Sí, obviamente he sentido el
“amor” que creemos sentir por alguien que solo viéndola nos provoca esa
sensación de querer estar ella, pero reitero, no es lo mismo a lo que sentí en ese
entonces, y sé lo que estarán pensando muchos “¿qué vas a saber de amor a esa
edad?”, la verdad ni yo lo sé, solo sé que no he vuelto a tener ese sentimiento por
nadie más.

¿Por qué digo que me sentí identificado con esta historia? Por las semejanzas que
encontré entre la historia de ellos y lo que viví yo, entre otras, por la separación de
estos personajes, el rechazo a uno de estos y que él nunca volvió a sentir lo que
sintió por ella.

Intentaré contar la historia de manera concisa. Cuando la vi por primera vez, ella
estaba asustada por entrar a la sala de clases, era nueva, desde ese momento no
pude pensar en nadie más. Digamos que en ese entonces era “popular”, jugaba
futbol era muy bueno y me juntaba con los “populares” por así decirlo, por lo que,
junto con mis compañeros, a menudo recibíamos cartas de “amor”. Eso es
importante saberlo ya que una vez la conocí, no presté atención a nadie más que
a ella, tenia una fidelidad sin siquiera haberme atrevido a hablarle. Hubo un tiempo
en que solo iba al colegio con el único fin de poder verla. Yo por mucho tiempo no
me atreví a hablarle, hasta que decidí enviarle una “carta”, era solo un papelito por
el cual me ahorraba la vergüenza que sentía, llevaba escrito con caligrafía y
ortografía funesta una simple, pero muy directa pregunta “¿quieres ser mi polola?”,
para entonces ya habíamos conversado algunas veces, ella aceptó y tarde un
poco hasta acercármele y hablarle, ahora ya siendo algo más que solo
compañeros. No paso mucho tiempo para que decidiera terminar conmigo, pero
fue, creo, por algo que, hasta este momento que me tomé para reflexionarlo, no
había entendido, ella debió haberme cortado por lo que ahora entiendo como que
fui demasiado lento y sentimental. Debo contextualizar, en ese momento mi curso
atravesaba una fiesta de feromonas, recurriendo al mejor eufemismo que
encontré, para explicar en lo único que pueden pensar unos chicos que están
entrando a la adolescencia, podría ahondar más en el tema para que no crean que
invento nada, pero resumidamente, este comportamiento provocó la expulsión de
un par y también los primeros desacuerdos por mi parte con este grupito de
“populares”. También algo importante que olvidé mencionar es que yo nunca viví
cerca del colegio, por lo que no tuve oportunidad de pertenecer completamente a
ese grupo de “populares” que salían juntos, una vez concluida la jornada de
clases. Creo que ciertamente influenciada por sus amigas y ese contexto, ella
decidió terminar conmigo porque yo no atinaba a nada más que tomarle la mano,
hablar por horas por teléfono, abrazarla y despedirme de ella con besos. No paso
mucho tiempo y ella tuvo que devolverse a su ciudad natal, Valparaíso. Desde
entonces en las relaciones que he tenido, no he vuelto a sentir lo que sentí por
ella.

Hay un punto también importante para reflexionar y es en el momento en que

Fermina rechaza a Florentino, esto debido a que fermina idealizó a Florentino de
tal manera que cuando lo tuvo en frente se desencantó y decidió terminar con él.
Esto lo podemos comparar con el caso actual de las redes sociales, ya que
muchas relaciones de hoy en día empiezan por algunas de estas como lo pueden
ser: Instagram, Facebook, F3, Snapchat, entre otras e incluyendo las ocasiones en
que conocemos a alguien por un video juego, en todas estas situaciones
realmente no conocemos a la persona detrás de la pantalla, podemos conocer, si
tenemos suerte, sus sentimientos, pero más allá de eso no mucho, en ocasiones
la fotografías pueden ser engañosas. Y no es que estos sentimientos no sean
importantes ni mucho menos, pero el enamorarse de alguien conlleva otros
aspectos además de conocer a alguien, lo que, por lo menos a mí, me hace
enamorarme de alguien son su personalidad, el autoestima y seguridad que
demuestre, y sí aunque muchos lo nieguen el físico sí importa, con esto no quiero
decir que no tiene que tener ninguna imperfección o parecer una estrella de
Hollywood, porque algo que se evidencia a largo plazo es que nadie es perfecto, ni
si quiera en lo físico, lo que quiero decir es que mínimamente te tiene que gustar,
y eso también conlleva la manera que se vista, en otras palabras “su onda”, no es
que me guste una en específico sino que le quede muy bien esa “onda”, lo que
nos lleva a la autenticidad, no querer imitar a nadie y no importarle la opinión de
los demás, y con esto no me refiero a la gente que va de rebelde y termina
haciendo lo mismo que todos, creo que te das cuenta realmente cuando una
persona, a su manera, es autentica y no trata de imitar a nadie.