Está en la página 1de 8

Contaminación del suelo

Fuente: http://www.profesorenlinea.cl/ecologiaambiente/Contaminacion_Suelo.htm

A modo de resumen

El aumento continuo de la población, su concentración


progresiva en grandes centros urbanos, el desarrollo
industrial y agrícola ocasionan, día a día, la
contaminación de los suelos.

La contaminación del suelo es la presencia de


compuestos químicos hechos por el hombre u otra
alteración al ambiente natural del mismo.

Esta contaminación generalmente aparece al producirse


una ruptura de tanques de almacenamiento subterráneo,
aplicación de pesticidas, filtraciones de rellenos
sanitarios o de acumulación directa de productos
industriales. Los químicos más comunes incluyen
hidrocarburos de petróleo, solventes, pesticidas y otros
metales pesados.

La ocurrencia de este fenómeno esta estrechamente relacionada con el grado de


industrialización e intensidad del uso de químicos.

En lo concerniente a la contaminación de suelos su riesgo es primariamente de salud, de


forma directa y al entrar en contacto con fuentes de agua potable. La delimitación de las
zonas contaminadas y la resultante limpieza de esta son tareas que consumen mucho tiempo
y dinero, requiriendo extensas habilidades de geología, hidrografía, química y modelos a
computadora.

Tomado de:

http://es.wikipedia.org/wiki/Contaminaci%C3%B3n_del_suelo

Conformación del suelo

Para iniciar el estudio sobre la contaminación del suelo es preciso entender primero de qué
está conformado; es decir, sus elementos esenciales. Al hablar de este tipo de elementos nos
referimos a aquellos que necesitan de la vegetación para vivir. Algunos de manera notable
(macro), otros en cantidades medias (medio) y finalmente otros en cantidades pequeñas
(micro). Aunque finalmente todos son indispensables en su conformación.

En la siguiente tabla se citan los elementos esenciales del suelo:


MACROELEMENT MEDIOELEMENT MICROELEMENT MICROELEMENT
OS OS OS OS ESPECIALES
N (nitrógeno) Ca (calcio) Fe (fierro) Na (sodio)
P (fósforo) S (azufre) Mn (manganeso) Cl (cloro)
K (potasio) Mg (magnesio) Zn (zinc) Si (silicio)
Cu (cobre) Co (cobalto)
B (boro) Se (selenio)
Mo (molibdeno) I (iodo)

El suelo proviene de la roca madre que está compuesta por diversos minerales a distintas
proporciones.

Los elementos que conforma el suelo pueden


encontrarse en diferentes formas, que
dependen de muchos factores como el clima,
el agua y la presión, entre otros, que influyen
determinantemente en todo lo que ocurre con
los elementos que componen el suelo, y
principalmente en su dinámica.

En climas húmedos donde existen fuertes


precipitaciones que dominan a la evaporación,
existe una lixiviación o lavado de minerales
desde la superficie hacia el interior del suelo.
Esto hace que en esa superficie los coloides y
las bases disminuyan.

La vegetación ejerce una acción contraria; es decir, extrae del interior los elementos que
necesita y los lleva a la superficie.

En el caso de climas secos el proceso es inverso al anterior. La dinámica del agua en el


suelo en este caso es hacia arriba, arrastrando los materiales solubles a la superficie.

Un aspecto que afecta al suelo y lo contamina es la acumulación de elementos en un


espacio dado. Este efecto se puede dar de dos formas: por procesos naturales y otro
provocado por la acción del hombre. En el primer caso, por una parte los elementos son
transportados por el agua y en lugares de clima seco el agua del suelo asciende y se puede
acumular cal o material salino en la superficie. Por otra, se pueden depositar óxidos de
hierro, arcillas o humus en profundidad.
En las zonas con clima húmedo ya señalamos que el lavado arrastra bases y existe
tendencia a la acidificación del suelo, por lo que es posible que existan acumulaciones de
ciertos elementos, sobre todo de microelementos.

Las acumulaciones de elementos son más lentas para los macroelementos y más rápidas
para los microelementos por ser el margen
mucho menor. (Seoánez, 1998).

Contaminantes del suelo

El suelo es un medio receptivo por excelencia,


puesto que interacciona con la litósfera, la
hidrósfera y la atmósfera y recibe el impacto
de los seres vivos que, de manera directa o
indirecta, pueden romper el equilibrio
químico establecido en su seno. Es importante
notar que el suelo posee una capacidad de
auto-depuración, en sus horizontes más
contaminados, que le permite asimilar una cierta cantidad de contaminantes.

Dos tipos de contaminación: natural y antrópica

Un suelo se puede degradar al acumularse en él sustancias a unos niveles tales que


repercuten negativamente en el comportamiento de éste. Las sustancias, a esos niveles de
concentración, se vuelven tóxicas para los organismos del suelo. Se trata pues de una
degradación química que provoca la pérdida parcial o total de la productividad del suelo.

Hemos de distinguir entre contaminación natural o endógena y contaminación antrópica o


exógena.

Un ejemplo de contaminación natural es el proceso de concentración y toxicidad que


muestran determinados elementos metálicos, presentes en los minerales originales de
algunas rocas a medida que el suelo evoluciona. Obviamente a medida que avanza el
proceso de concentración residual de los metales pesados se produce el paso de estos
elementos desde los minerales primarios; es decir, desde formas no asimilables, a especies
de mayor actividad e influencia sobre los vegetales y el entorno.

Otro ejemplo de aparición natural de una anomalía de concentración de una forma tóxica se
produce en la evolución acidificante de los suelos por la acción conjunta de la hidrólisis.
Los fenómenos naturales pueden ser causas
de importantes contaminaciones en el suelo.
Así es bien conocido el hecho de que un solo
volcán activo puede aportar mayores
cantidades de sustancias externas y
contaminantes, como cenizas, metales
pesados, que varias centrales térmicas de
carbón.

Pero las causas más frecuentes de


contaminación son debidas a la actuación
antrópica (del hombre), que al desarrollarse
sin la necesaria planificación producen un
cambio negativo de las propiedades del suelo.

En los estudios de contaminación, no basta con detectar la presencia de contaminantes sino


que se han de definir los máximos niveles admisibles y además se han de analizar posibles
factores que puedan influir en la respuesta del suelo a los agentes contaminantes, como son:
vulnerabilidad, poder de amortiguación, movilidad, biodisponibilidad, persistencia y carga
crítica, que pueden modificar los denominados "umbrales generales de la toxicidad" para la
estimación de los impactos potenciales y la planificación de las actividades permitidas y
prohibidas en cada tipo de medio.

• Vulnerabilidad: Representa el grado de sensibilidad (o debilidad) del suelo frente a la


agresión de los agentes contaminantes. Este concepto está relacionado con la capacidad de
amortiguación. A mayor capacidad de amortiguación, menor vulnerabilidad. El grado de
vulnerabilidad de un suelo frente a la contaminación depende de la intensidad de
afectación, del tiempo que debe transcurrir para que los efectos indeseables se manifiesten
en las propiedades físicas y químicas de un suelo y de la velocidad con que se producen los
cambios secuenciales en las propiedades de los suelos en respuesta al impacto de los
contaminantes.

• Poder de amortiguación: El conjunto de las propiedades físicas, químicas y biológicas


del suelo lo hacen un sistema clave, especialmente importante en los ciclos biogeoquímicos
superficiales, en los que actúa como un reactor complejo, capaz de realizar funciones de
filtración, descomposición, neutralización, inactivación, almacenamiento, etc. Por todo ello
el suelo actúa como barrera protectora de otros medios más sensibles, como los
hidrológicos y los biológicos.
La mayoría de los suelos presentan una
elevada capacidad de depuración.

Esta capacidad de depuración tiene un límite


diferente para cada situación y para cada
suelo. Cuando se alcanza ese límite el suelo
deja de ser eficaz e incluso puede funcionar
como una "fuente" de sustancias peligrosas
para los organismos que viven en él o de otros
medios relacionados.

Un suelo contaminado es aquel que ha superado su capacidad de amortiguación para una o


varias sustancias y, como consecuencia, pasa de actuar como un sistema protector a ser
causa de problemas para el agua, la atmósfera, y los organismos. Al mismo tiempo se
modifican sus equilibrios biogeoquímicos y aparecen cantidades anómalas de determinados
componentes que originan modificaciones importantes en las propiedades físicas, químicas
y biológicas del suelo.

• Por biodisponibilidad se entiende la asimilación del contaminante por los organismos, y


en consecuencia la posibilidad de causar algún efecto, negativo o positivo.

• La movilidad regulará la distribución del contaminante y por tanto su posible transporte a


otros sistemas.

• La persistencia regulará el periodo de actividad de la sustancia y por tanto es otra medida


de su peligrosidad.

• Carga crítica. Representa la cantidad máxima de un determinado componente que puede


ser aportado a un suelo sin que se produzcan efectos nocivos.

Desarrollo histórico

Las primeras manifestaciones de contaminación


antrópica pudieron causar efectos similares a los de
otras causas naturales. Así, en las primeras culturas
sin duda el fuego, que fue un elemento clave para el
desarrollo de las mismas, permitió modificar la
organización espacial del suelo. En un incendio
forestal se producen un gran número de sustancias
volátiles, cenizas, etc., que regresan al suelo con la
lluvia o simplemente por la acción de la gravedad.

El desarrollo agrícola del Neolítico y sobre todo el


posterior descubrimiento de los metales y la manera
de transformarlos, debieron ser las causas
fundamentales de la contaminación de los suelos.

Las labores agrícolas en climas más o menos áridos provocan frecuentemente la


salinización del suelo. El regadío intensivo con aguas de baja calidad (a veces, además, en
áreas con suelos de sustratos ricos en sales) provoca la rápida degradación del suelo. La
salinización ha originado pérdidas muy importantes de la capacidad productiva en todas las
culturas.

El descubrimiento y utilización de los metales influyó en la contaminación del entorno.

Desarrollo de la cultura urbana

La concentración de población en pequeños espacios implica residuos que se eliminan a


través del suelo y el agua, así como el incremento de actividades comerciales e industriales.

La revolución industrial representó una extrema abundancia de productos residuales que


llevaron durante el siglo XX, y más concretamente en la segunda mitad de éste, los niveles
de contaminación mundial a límites insostenibles.

En la evolución de la contaminación producida por diferentes compuestos se observa en los


últimos años que los compuestos radiactivos tienen tendencia a disminuir mientras que
otros como los organoclorados, derivados del petróleo y contaminaciones de origen
biológico, no dejan de aumentar.

La historia de la contaminación en los últimos


milenios ha podido ser reconstruida gracias a
los análisis de los histosoles. Los histosoles
son suelos turbosos y frecuentemente
presentan grandes espesores (algunos de ellos
de muchas decenas de metros), lo que
representa que se ha estado acumulando
materiales orgánicos durante un dilatado
margen de tiempo.

El siglo XX, con su industria basada en el


petróleo, está representado por unas
acumulaciones de hasta 35 veces más intensa que las condiciones no contaminantes
correspondientes a los periodos prehistóricos de la Edad de Piedra. En fechas muy
recientes, la implantación de las gasolinas sin plomo y la sustitución de las tuberías de
plomo por derivados del plástico (PVC) queda registrada por un drástico decrecimiento de
la contaminación por plomo en el suelo.

Agentes contaminantes y su procedencia

Son muy diversos. Dentro de ellos tenemos los metales pesados, las emisiones ácidas
atmosféricas, la utilización de agua de riego salina y los fitosanitarios.
Estos agentes contaminantes proceden generalmente de la actuación antropogénica del
hombre, así los metales pesados proceden directamente de las minas, fundición y
refinación; residuos domésticos; productos agrícolas como fitosanitarios; emisiones
atmosféricas mediante actividades de minería y refinería de metales, quema de
combustibles fósiles, purines, etc.

Los metales pesados en pequeñas dosis


pueden ser beneficiosos para los organismos
vivos y de hecho son utilizados como
micronutrientes, pero pasado un umbral se
convierten en elementos nocivos para la
salud.

Las emisiones ácidas atmosféricas proceden


generalmente de la industria, del tráfico
rodado, abonos nitrogenados que sufren el
proceso de desnitrificación. Como
consecuencia de esta contaminación se
disminuye el pH del suelo con lo que se puede
superar la capacidad tampón y liberar elementos de las estructuras cristalinas que a esos pH
pueden solubilizarse y son altamente tóxicos para animales y plantas.

Utilización de agua de riego salina. El mal uso del agua de riego provoca la salinización y
la sodificación del suelo. En el primer caso se produce una acumulación de sales más
solubles que el yeso que interfieren en el crecimiento de la mayoría de los cultivos y plantas
no especializadas (se evalúa por la elevación de la conductividad eléctrica del extracto de
saturación). En el segundo caso se produce una acumulación de sodio intercambiable que
tiene una acción dispersante sobre las arcillas y de solubilización de la materia orgánica,
que afecta muy negativamente a las propiedades físicas del suelo.

Fitosanitarios. Dentro de ellos agrupamos los plaguicidas y los fertilizantes. Son,


generalmente, productos químicos de síntesis y sus efectos dependen tanto de las
características de las moléculas orgánicas (mayoría de los plaguicidas) como de las
características del suelo.

Los fertilizantes además de contener metales


pesados, producen contaminación por fosfatos
(eutrofización en lagos) y nitratos.

Procesos responsables de la redistribución


y acumulación

Un riesgo importante en la acumulación de


contaminantes en el suelo se produce en
aquellas situaciones en las que el
contaminante no pierde su capacidad tóxica
sino que únicamente se encuentra almacenado en forma inactiva en el suelo mientras este
mantenga unas determinadas condiciones pero que, si éstas desaparecen, regresa a su
condición negativa. Este hecho es frecuente en moléculas orgánicas de alta persistencia
pero es especialmente importante en metales pesados.

La presencia de metales como contaminantes pueden producir a las plantas diferentes


alteraciones, tales como:

METAL EFECTOS
Inhibición de la división celular, alteración de la membrana celular y de las
ALUMINIO
funciones a nivel citoplásmico.
Reducción del crecimiento y alteración de la concentración de Ca, K, P y
ARSÉNICO
Mn en la planta.
Inhibición de la fotosíntesis y la transpiración. Inhibición de la síntesis de
CADMIO
clorofila. Modificación de las concentraciones de Mn, Ca y K.
Desbalance iónico, alteración de la permeabilidad de la membrana celular,
COBRE
reducción del crecimiento e inhibición de la fotosíntesis.
Degradación de la estructura del cloroplasto, inhibición de la fotosíntesis.
CROMO
Alteración de las concentraciones de Fe, K, Ca y Mg.
Alteración de la fotosíntesis, inhibición del crecimiento, alteración en la
MERCURIO
captación de K.
PLOMO Inhibición del crecimiento, de la fotosíntesis y de la acción enzimática.
Alteración en la permeabilidad de la membrana celular, inhibición de la
ZINC
fotosíntesis, alteración en las concentraciones de Cu, Fe y Mg.

Fuentes Internet:

http://www.ciceana.org.mx/recursos/Contaminacion%20del%20suelo.pdf

http://www.monografias.com/trabajos31/contaminacion-suelo/contaminacion-
suelo.shtml

http://edafologia.ugr.es/conta/tema00/home.htm

http://edafologia.ugr.es/conta/tema00/progr.htm

http://edafologia.ugr.es/conta/tema11/concep.htm

http://edafologia.ugr.es/conta/tema11/historia.htm

http://edafologia.ugr.es/conta/tema11/agentes.htm

Es propiedad: www.profesorenlinea.cl. Registro Nº 188.540

También podría gustarte