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Viggo Mortensen, Ariadna

Gil y David Trueba: historia


de un amor de película
12 de Marzo de 2019
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Por Susana Ceballos

Ariadna Gil y Viggo Mortensen


"Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te
parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del camino",
escribió Cortázar en su inmortal Rayuela. Y algo de eso –o todo eso-
experimentó Viggo cuando conoció a Ariadna en el rodaje de la
película Alatriste. Él venía de protagonizar el exitazo El señor de los
anillos. Ella era una actriz conocida en España, que estaba en pareja
con David Trueba, director de cine y padre de sus dos hijos: Violeta y
Leo. Cuando los actores se conocieron, la atracción, la química, el
flechazo, o como se lo quiera llamar fue inmediato. Comenzaron una
relación de amistad; dos años después se volvieron a encontrar
durante la filmación de Appalosa. Para aceptar, Viggo impuso una
única condición: compartir elenco con Ariadna y desde entonces
están juntos.

Pero en esta historia hay una tercera persona que se resignó a su


dolor y asumió su pérdida: David Trueba. El hombre que debió
aceptar que ya no lo amaban como amaba, un hombre convencido de
su dignidad y su valor pero también de su irreversible derrota. Un
hombre que pese a todo no pudo odiar a su rival…

Dicen que cuando Ariadna conoció a Viggo simplemente el amor la


atravesó. Dicen que cuando Trueba conoció a Viggo supo que no solo
debía retirarse sino que le sería imposible detestarlos.

Dicen que de un día para el otro, el director envejeció, perdió su


pelo y sus palabras. Dicen que sus amigos le decían "ódiala, ódiala,
con la misma intensidad con que la amaste". Dicen que le gritaban:
"olvídala, olvídala y jamás vuelvas a nombrarla". Dicen que se decía
"Mátala, mátala en tu corazón antes que tu corazón te mate", "Quema
sus recuerdos en el mismo fuego que te quema las entrañas". Pero
¿cómo reaccionar cuando tu mujer se enamora de otro?

Porque ¿Cómo luchar por amor cuando tu oponente es una estrella de


Hollywood, con unos ojos azules que más que mirar,
hechizan?, ¿Cómo ofrecer batalla a un hombre que además de
actuar maravillosamente, pinta, escribe poesía y toma fotografías
increíbles?, ¿Cómo detestar a una persona que invierte su dinero en
mantener una pequeña editorial donde edita libros de arte, fotografía y
poesía de autores y artistas a los que nadie les da una oportunidad?,
¿Cómo odiar a un rival que elige posar con la camiseta de San
Lorenzo antes que protagonizar una campaña para una marca de
lujo?
Ariadna Gil y Viggo Mortensen
¿Cómo narrar mejores historias que las que puede narrar el hijo de un
danés y una estadounidense que se enamoran en Noruega, se casan
en los Países Bajos, se mudan a Brooklyn y se instalan finalmente en
la Argentina? ¿Cómo competir con alguien que en la universidad
andaba con una cámara en mano era el capitán del equipo de tenis y
el buen alumno que se licenció en Ciencias Políticas pero también en
lengua española?
¿Cómo no rendirse ante los encantos de un políglota que sabe
mantener una encantadora charla en inglés y danés, se expresa sin
hacer papelones en italiano y francés y habla castellano con un
encantador acento porteño, che? ¿Cómo no reconocer el talento de un
actor que luego de interpretar a un amish por un tiempo no recibió
nuevas ofertas para trabajar porque fue tan convincente que los
productores creyeron que era un auténtico amish?

¿Cómo no enternecerse ante el actor que afirma sin vergüenza que su


papel consagratorio –el de Aragorn en El señor de los anillos- lo
aceptó porque su hijo, fanático de la obra de Tolkien, se lo pidió y
que, en todas sus películas y por contrato, exige dejar días libres para
estar con su familia? ¿Cómo no admirar a una persona que en pleno
mandato de George Bush solo se mostraba con camisetas que
exigían: "No more blood for oil ('No más sangre por petróleo')"?

Viggo Mortensen
Y finalmente ¿Cómo enfrentar a un tipo que tiene las características
que los escritores escriben, los directores filman y muchas mujeres
sueñan? ¿Cómo no rendirse si tu oponente es Viggo Mortensen?
Trueba comprendió que es imposible amar reteniendo y retener
sin amar y la dejó partir. No la llamó bruja ni desgraciada, no la trató
de maldita ni de mentirosa. Aceptó estoico que, ante un hombre bello
y rico se puede presentar batalla, pero si ese hombre además es una
estrella que no se cree estrella, un actor estupendo, un tipo macanudo
y encima escribe poesía, resulta demasiado rival para cualquier
mortal.

El director sufrió y aceptó la pérdida de su amor en silencio. No ocupó


tapas de revistas, no defenestró a la pareja en los portales, lloró en
soledad y siguió su vida con la dignidad que solo tienen los
dignos. Vivió su derrota como aquellos caballeros medievales que
perdían la batalla no por incapacidad sino por la superioridad de
su rival.

Desde entonces Viggo y Ariadna están juntos. Comparten su vida en


Madrid, donde suelen pasear juntos por el barrio de Chueca. Los
paparazzi hace rato que dejaron de perseguirlos.

Aunque la relación entre Viggo y Ariadna ya lleva 13 años la primera


vez que aparecieron juntos en una alfombra roja fue en la última
entrega de los Oscar. Quizá sea porque no les gusta mostrarse o
porque no les interesa lo que ya les sobra –fama y glamour- o quizá
sea simplemente porque Viggo como su maravilloso capitán Alatriste
sabe que "pasearse" con su pareja ante los flashes del mundo, le
sigue provocando un dolor inmenso a un hombre digno que supo
renunciar por amor al amor de su vida.
David Trueba
¿Y Trueba? Siguió filmando pero jamás se volvió a enamorar. Uno de
sus últimos trabajos se llamó Vivir es fácil con los ojos cerrados. Más
que el título de una película, una declaración de principios…

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