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MENDOZA ÁLVAREZ MIGUEL

ÁNGEL

DR. JAIME HUGO TALANCÓN


ESCOBEDO

DERECHO CONSTITUCIONAL

ENSAYO CRÍTICO:
SEMBLANTES DEL
CONSTITUCIONLISMO
COMPARADO

UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTÓNOMA DE MÉXICO
2 DE OCTUBRE DE 2020.
DR. JAIME HUGO TALANCÓN ESCOBEDO
MIGUEL ÁNGEL MENDOZA ÁLVAREZ

Idea fija, búsqueda, supremacía y militancia. Fluyendo, entre la transparencia de


las ideas, en los palacios de la Gran Bretaña, o a la sombra de las banderas, en
los virajes del siglo XVII, en el clima de las decimónicas, de las contrarias América
y Europa, y terminar como una ola de ideas entre guerras: hablar de
constitucionalismo es hablar de luces intermitentes en la historia, es mirar
bengalas en pasados, como símbolo de la búsqueda del pacto social; hablar del
camino constitucional es esclarece y dar respuestas a nuestro presente —¿Por
qué, para qué somos? ¿De dónde venimos? y ¿Hacia dónde vamos?— de
documentos siempre transformándose, y de los que siempre hay un estudio. Es
confrontar los espejos jurídicos de la historia, y enaltecer la figura suprema que
configura y estructura nuestro Estado: el constitucionalismo.

En los parajes constitucionales, donde la historia ha situado deslumbrantes luces


para la observación, quiero considerar, que la importancia y el valor, de estos
acontecimientos se encuentra en las tentativas1, y en los objetivos, que cada
movimiento y acontecimiento social ha presentado: quiero decir, los
revolucionarios de 1688 tanto con sus antecedentes de la petición de Derechos de
1628, como en los sucesos de la “Gloriosa”, en boga del estudio adecuado para el
constitucionalismo, pretendieron en buena medida, proteger hechos constantes y
repetitivos que el mismo pueblo lo exigiera, por ejemplo las peticiones de
regulaciones a las relaciones que representaban a los gobernados y los
gobernantes, esto a su vez, representado por el inalcanzable intento de
representar las configuraciones del Derecho, como un ente emanado en su
totalidad por los hombres y de la petición de derechos y libertades —así se
contuvo esta primera idea en dos grandes lecciones el Bill of Rights de 1689, así
como el rule of law que fueron el vislumbre del derecho público británico—. Pero
irremediablemente no pudieron satisfacer —por las razones obvias— a una
intensa iluminación que caracterizó a las años de 1776, 1789, 1812 y en

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Con tentativas quiero referirme al esfuerzo, pero siempre con la opción de la duda, como se puede llegar a
pensar, cada acción presupone un fin, pero dicho fin encadena, como lo piensa Hegel en su dialéctica, un
resultado que se mejora, un fin que se transforma en cuanto a las sociedades.
2 DE OCTUBRE DE 2020.
DR. JAIME HUGO TALANCÓN ESCOBEDO
MIGUEL ÁNGEL MENDOZA ÁLVAREZ

subsecuentes, por decir una pequeña abreviatura, podríamos recalcar, si el caso


lo permite, que se esclarece un pensamiento, en el que se reconocer un motivo
por el cual los Derechos debían ser determinados a favor de la racionalidad
humana —y dejando a un lado la teológica— y de reconocer los Derechos
inalienables del Hombre y la soberanía del pueblo: se declara La independencia
de los Estados Unidos, Declaración de Derechos de Virginia, en que se proclamo
que todas las personas tienen derechos naturales que le son inherentes, y llamó a
los estadounidenses a independizarse de Gran Bretaña; de la Declaración
francesa de 1789, punta de flecha en numerosas conversaciones, y del comienzo
para constituir dicho pensamiento en el mundo hispano, con la Constitución de
1812, pues en cada uno de estos sucesos, como se ha dicho, se declara a favor
del pensamiento iusnaturalismo racionalista. Sin embargo, como pretendo
recalcar, la brecha que define haber llegado al fin, o quedar en tentativa: quiero
evocar, como lo sigue la fuente de este texto, el siglo XIX, 1917 en cuanto
explotaba la Primera Guerra Mundial, aparece la expansión del Estado
Constitucionalista por America y Europa, que se basaba, por una parte, en las
ideas retomadas de la Guerra de los Treinta Años (1648) a formar identidades de
Estado representados por un documento jurídico como lo es la constitución, así
como con la repetida idea que abunda en el pensamiento filosófico-jurídico
mencionado (iusnaturaismo racional) donde se asumia la legislación con la razón
humana, esto se io reflejado en los pensamientos que apoyaron constantemente a
Voltaire y Montesquieu durante la primera mitad de siglo XVIII, y Mounier y
Marabeau en 1789; se incluyó, además, al bagaje de la doctrinal del
constitucionalismo europeo y americano: la soberanía del Parlamento, la aparición
de Derechos Individuales como pensamiento positivo, y la búsqueda del ahora
conocido como parlamentarismo, y que sirvió como objeto de presentes estudios,
para dar evidencia a la diferencia entre los dos continentes en la ojo del clima
(entre pocas cosas que comentar: en el continente americano aparecieron las
ideas de República presidencialista y federal, la cual por motivos de relaciones se
extendió rápidamente en sus países, y del lado en el otro continente, en Europa,
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los arquetipos surgieron de la monarquía constitucional —parlamentarista y


antiparlamentarista— ). Pero esta etapa de gran influencia, como lo insisto, se vio
superada por los amplios rastros del estudio en la etapa de 1917 a 1939: donde
prevaleció la mirada a la crisis del Estado liberal, donde los casos
económicos-sociales y culturales eran los movimientos constantes, en un
ambiente revolucionario. Dicha etapa se vio envuelta entre las quejas principales
de la sociedad en su tiempo: Estados democrático, principios de soberanía
popular, reconocimiento al sufragio femenino, así como se podría poner el ejemplo
de México, la identidad de las constituciones tomo un semblante político-jurídico
más profundo al reconocer institutos como el referéndum y la iniciativa legislativa
popular, pero tomando la exclusión de la forma de gobierno presidencialista,
porque en los lejanos horizontes en forma de hacer distinción, persistió el
parlamentarismo.

Aquí podemos ver que cada una de las etapas, en que se profundiza el texto,
pretenden llegar a un fin que parezca un hedonismo, es decir, donde se pretenda
el bien, como satisfacción; se superar una tras otra vez, siempre el panorama
parece que se amplia, encuentra nuevas quejas en la realidad, nuevos problemas,
situaciones y conflictos entre el transcurso de la vida en las ciudades, y en los
pueblos debe prevalecer el estudio, la reflexión. Es claro que todo rasgo social
tiende a mutar, a ser algo más que el anterior, pero hay que pensar, los
estudiosos del derecho, en detenernos a mirar las constantes de la historia, las
amplias razones que impliquen un cambio, una revolución o una implementación;
quiero pensar en el dualismo entre enfrentar al futuro o dominar los hechos del
presente. Posiblemente los años siguientes nos demuestren hasta donde los
límites de las sociedades mantengan quietas las manos para escribir otra etapa en
el estudio del constitucionalismo.

México, 2020.

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