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ti MINISTERIO DE EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
INSTITUTO DE FILOSOFIA

SERIE TEXTOS FILOSÓFICOS


FILOSOFÍA MODERNA Nº. 3
29-3
FEDERICO GUILLERMO HEGEL
153.70
LA
139
CONCIENCIA INFELIZ
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BUENOS AIRES
1949

162.6 / HEG
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FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

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LA CONCIENCIA INFELIZ
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FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS


INSTITUTO DE FILOSOFIA

SERIE TEXTOS FILOSÓFICOS


FILOSOFIA MODERNA Nº. 3

FEDERICO GUILLERMO HEGEL

LA
CONCIENCIA INFELIZ
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· U. COMEUNENSE

BUENOS AIRES
1949

BIBLIOTECA UCM

5306571125
Traducción directa del alemán
revisada por la Dirección del Instituto

QUEDA HECHO EL DEPÓSITO QUE PREVIENE LA LEY Nº 11.723

Copyright by Instituto de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras


Buenos Aires , 1949

> -53-199633-5
GÉNESIS DIALÉCTICA DE LA
CONCIENCIA INFELIZ

En la Fenomenología del Espíritu, Hegel expone


el fenómeno del espíritu , en lo principal, como fenó
meno de conciencia. Hay un estado del espírit
el que éste, como espíritu individual, está referido a
un objeto ; es lo que Hegel llama conciencia.
El movimiento dialéctico del espíritu, a través de
su recorrido, se realiza por oposiciones, las que deben
ser levantadas. A la oposición la autoconciencia la
lleva en sí, y merced a ella ésta tiene que ser otra
cosa , y, a la vez, sí misma. Cada autoconciencia ha
de realizar esta doble situación. En virtud de tal
contraste implícito, la conciencia es impulsada a un
devenir. El camino que ella recorre hay que enten
derlo como un proceso de la formación . y realiza
ción configuradora -- " movimiento de su configu
rar”—; serie de figuras que el alma atraviesa, re
corre, así como estaciones que le son puestas por de
lante por la propia naturaleza productiva.
Tal como nos lo revela el trámite metódico que
sigue Hegel, el movimiento configurador productivo
constituye el contenido peculiar y relevante de Phä
nomenologie des Geistes. Así, por un lado nos en
frentamos a un movimiento y desarrollo de la con- .
ciencia ; por otro a un nexo ontológico objetivo, con
5
6 GÉNESIS DIALÉCTICA DE LA CONCIENCIA INFELIZ

el que viene a compenetrarse, de modo cada vez más


intimo e intensivo, el propio movimiento de la con
ciencia . Es precisamente por esta circunstancia que
esta última cobra una significación substancial.
Veamos la génesis dialéctica, su emerger en la
conciencia a través de su actividad productiva, de la
figura central de la Fenomenología, la de la " con
ciencia infeliz ”.
Como Hegel nos advierte, por el pensamiento el
objeto se mueve en conceptos, que para él tienen el
valor de un ser en si distinto, el cual, desde el punto
de vista de la inmediatez no es, para la conciencia ,
un ser absolutamente distinto de la conciencia misma.
Lo representado, lo figurado, lo que el ente ( Seiende)
es como tal, tiene una forma de ser que difiere de
la conciencia . Empero, un concepto es, a la vez , un
ente , constituyendo esta diferencia en tanto reside
en él mismo, su contenido, el cual, por ser al mismo
tiempo concebido, adquiere conciencia inmediata de
su unidad con este ente determinado y distinto. Tal
concepto es para mí inmediatamente mi concepto,
mientras que en la representación la conciencia tiene
en particular que recordar que aquélla es su repre.
sentación. " En el pensar yo soy libre, porque yo no
soy en otro , sino que simplemente permanezco en mi
mismo, y el objeto, que para mí es la esencia, es, en
inescidible unidad, mi ser-para-mí; y mi movimiento
en conceptos es un movimiento en mí mismo ” (“ ).
Estamos aquí frente a una figura de la autocon
(1 ) Phänomenologie des Geistes, pág. 159, Sämtliche Werke, II,
Jubiläumsausgabe, Stuttgart, 1932.
GÉNESIS DIALÉCTICA DE LA CONCIENCIA INFELIZ 7

ciencia, cuya determinabilidad la hace conciencia


pensante en general y cuyo objeto es la unidad inme.
diata del ser en sí y del ser para sí.
Esta libertad de la conciencia , en tanto surgió en
la historia del espíritu como fenómeno consciente, ha
encontrado su expresión doctrinaria en el estoicismo,
que instaura como principio que la conciencia es esen .
cia pensante y que algo es verdadero y bueno cuando
la conciencia se comporta frente a ello como esencia
pensante. El estoicismo, como forma universal del
espíritu del mundo, sólo ha podido darse en la época
de un temor y una servidumbres universales. La esen
cia de la autoconciencia estoica, en su indiferencia
hacia la existencia natural, es una esencia abstracta.
De aquí que la libertad de la idea haga del puro
pensamiento su verdad, verdad a la que, faltándole el
cumplimiento, la realización que sólo puede dar la
vida, es sólo el concepto de la libertad, y no "la li-
bertad viviente misma " .
Este formalismo por que se traduce la conciencia
estoica nos explica que ella deje sin respuesta la cues
tión axial acerca del criterio de la verdad en general,
o sea acerca del contenido del pensamiento libre. El
estoicismo dictamina sobre lo que es verdadero y
bueno aduciendo el pensamiento, sin contenido algu
no, de la verdad y la bondad, o sea haciéndolas con
sistir a éstas en la racionalidad. Aquí nada se deter
mina ni puede determinarse según el contenido.
Al determinarse como libertad abstracta, la con
ciencia pensante del estoicismo es sólo la incompleta
negación del ser otro.
8 GÉNESIS DIALÉCTICA DE LA CONCIENCIA INFELIZ

Retirada en sí misma del estar (Dasein) , esta con


ciencia no se realiza como negación absoluta de este
último. Todo el contenido para ella está en el mero
pensamiento, pero, además, a éste lo valora, a un
tiempo, como pensamiento determinado y como la de.
terminabilidad como tal.
El escepticismo, en cambio, viene a ser la reali
zación de lo que el estoicismo es sólo el concepto,
puesto que él hace la experiencia efectiva de la liber
tad del pensamiento, libertad que es en sí lo negativo.
Mientras en el estoicismo la autoconciencia se ha
reflejado en la simple idea de sí misma, y de hecho,
frente a esa reflexión, el estar ( Dasein ) indepen
diente o la determinabilidad permanente han caído
fuera de la infinidad de tal idea, por el contrario, en
el escepticismo están presentes a la conciencia la com
pleta inesencialidad y dependencia de este ser otro.
De este modo, la idea es el pensar que aniquila el
ser en la multiplicidad de sus determinaciones. De
aquí que el escepticismo realice efectivamente la ne
gación del contenido, apareciendo la negatividad de
la autoconciencia como algo del todo activo, negati
vidad que así deviene real.
Como consecuencia de esta operante negación, el
escepticismo nos hace patente el movimiento dialéc
tico que entrañan la certeza sensible, la percepción
y el entendimiento . Este movimiento dialéctico, asido
por el escepticismo, es un momento de la autoconcien
cia. Al efectivizar la libertad del pensamiento en el
estar de la vida, el escepticismo se presenta como la
contradicción sin resolver de la autoconciencia , la
GÉNESIS DIALÉCTICA DE LA CONCIENCIA INFELIZ 9

que, para negar aquella libertad, se hunde en la


confusión.
En este momento de la conciencia escéptica, dia
lécticamente funcionalizado, tenemos prebosquejada
la transición del escepticismo a la conciencia infeliz.
En síntesis, la conciencia individual es para si
misma la verdad. En el estoicismo, esto acontece por
que ella considera sus ideas sobre el mundo como las
únicas verdaderas, y el mundo mismo en su consistencia
peculiarmente verdadera desaparece, se esfuma de
trás de ellas. Inversamente, en el escepticismo, la con
ciencia individual ve su libertad y omnipotencia en el
hecho de que ella no adhiere efectivamente a ninguna
verdad , sino que se mantiene libre de las verdades,
De ambas posiciones, en implicación dialéctica, re
sulta la actitud de la conciencia infeliz. Ésta, como
conciencia individual, se mantiene escindida en sí
misma entre ambos puntos de vista, y en esto radici
lo trágico de su situación. Aquí ella se sabe dividida,
suspensa en la dualidad, entre su propio ser y otro
mundo distinto de ella .
Desde el punto de vista metafísico, la conciencia
infeliz expresa la relación del individuo con el mun
do, y los conflictos, tensiones y desgarramientos que
para la conciencia se originan de tal relación . Como
hace notar Josiah Royce, en su certera interpretación
de esta figura central de la Fenomenología del Espí
ritu, " si la conciencia infeliz se da en una persona en
una determinada fase, esa persona usará, por supues
to, la terminología de su fase. Pero considerada como
una experiencia personal, la conciencia infeliz es una
10 GÉNESIS DIALÉCTICA DE LA CONCIENCIA INFELIZ

búsqueda de la tranquilidad, tranquilidad conquista.


da por la unión entre el individuo y su propio ideal,
entre el yo inferior y el yo superior” (“ ).
Lo frecuente, lo testimoniado por la historia es que,
en esta figura, el Weltgeist hegeliano "se busca a sí
mismo a través de algún tipo aislado de devoción re
ligiosa ... Lo divino que busca es sólo el alivio feliz
de sus penas que persigue a través de sus devociones.
En suma, su religión es una fantasía de su conciencia
interior, aunque sus relaciones sociales con alguna
iglesia real pueden dar un significado más profundo
al proceso que sólo él (el Weltgeist) puede reco
nocer " (*) .
En resumen , la conciencia infeliz vislumbra su sal
vación , está a punto de alcanzarla para reposar en la
confianza de sí misma, anhelada y buscada, pero
sus dudas, sus propias ideas, su desazón interior le im
piden acogerse a ella . Para poder aceptar su salva
ción necesita de un acto de voluntad, de una decisión ,
pero, siendo por definición conciencia infeliz , es in
capaz de tal decisión , desde que ha transferido todo
bien, toda seguridad a lo " inmutable” , objeto de su
búsqueda a través de la intrínseca desventura.
C. A.

( 1 ) El Idealismo Moderno, p. 217, traducción de Vicente P. Quin


tero, Buenos Aires, 1945 .
( 2) Op. cit., p. 217-218.
LA CONCIENCIA INFELIZ

En el escepticismo, la conciencia llega a experi


mentarse ( - ) en verdad como una conciencia que se
contradice en sí misma ; de tal experiencia surge una
nueva figura (9 ) que reúne los dos pensamientos que
el escepticismo mantiene separados. Esta falta de re
flexión del escepticismo acerca de sí mismo tiene que
desaparecer, porque, en efecto, es una sola conciencia
la que abraza aquellos dos modos. Así, la nueva fi
gura es conciencia que para sí misma es autoconcien
cia bipartida (8) , -por una parte liberadora de sí
( 1 ) Erfährt; esta palabra todavía conserva para Hegel algo del
carácter activista de su origen : ir en busca de algo.
( 2) A través de toda la Fenomenología se observa la idea de las
figuras de la conciencia como fundamental. En ella se confunden
más que en los demás conceptos el desarrollo lógico y la realidad
exterior e histórica que la obra describe. Por una parte, esas figuras
constituyen los momentos de la evolución filosófica que ya se cono
cían como las diferentes escuelas filosóficas y como tales son com
prendidas a título de fases del proceso lógico. Pero por otra parte,
Hegel se refiere otras tantas veces a la historia real, al imperio roma.
no, las cruzadas, etc., en forma tal que las vicisitudes exteriores de
la estirpe humana deben entenderse asimismo como las figuras reales
de la conciencia universal que coinciden con el decurso de su auto.
conocimiento .
(3) Aunque pueda parecer sutileza exagerada, distinguimos en la
traducción las palabras que en el alemán corriente significan
una misma cosa. En efecto , para el autor se trataba de destacar dife.
rentes grados de separación en las palabras verdoppelt, doppelt, zwei
fach , etnzweit (duplicado, bipartido, escindido, dualidad, desdoblado ).
El último término significa por lo general discorde, enemistado;
pero aquí se lo usa como concepto preliminar de entzwei, entzweige
brochen, roto . Como concepto medio entre estos dos, usamos la
palabra conciencia desdoblada, puesto que en su prefijo des-, la
tendencia a separar, a escindir encuentra su legítima expresión .
11
12 LA CONCIENCIA INFELIZ

misma, inmutable e idéntica consigo misma, por otra


parte trastrocándose y confundiéndose en absoluto—
y a la vez es conciencia de esta contradicción suya .
En el estoicismo, la autoconciencia es la simple liber
tad de sí misma ; en el escepticismo ésta se realiza,
destruye la otra faz del existir determinado, pero se
duplica más bien, de suerte que ahora resulta una
dualidad para sí misma. Así la duplicación que an
teriormente se repartía entre dos singulares, amo y
siervo, ha ingresado en uno solo ; con ello manifiés
tase la duplicación de la autoconciencia en sí misma,
que es tan esencial para el concepto del espíritu ; pero
todavía falta su unidad ; y la conciencia infeliz es la
conciencia de sí misma, como conciencia de la esencia
bipartida y contradictoria . Esta conciencia infeliz,
por estar desdoblada en su seno, y por constituir tal
contradicción de su esencia una sola conciencia, tiene
que abrazar en una conciencia siempre a la otra, de
modo que de cada una de ellas veráse siempre expul
sada de inmediato cuando cree haber llegado a la
victoria o al reposo de la unidad. Su verdadero re
torno en sí misma, empero, o sea su reconciliación
consigo representará el concepto del espíritu devenido
viviente y que ha entrado en la existencia , puesto que
ya involucra el hecho de que, como una sola e indi
visa, la conciencia es duplicada : ella misma es el
mirar de una autoconciencia en el interior de otra y
al mismo tiempo es ambas, siendo la unidad de las
dos, para ella, la esencia ; pero no es todavía para sí
misma esta esencia , no es aún la unidad de ambas.
Por lo pronto no es sino la unidad inmediata de
FEDERICO GUILLERMO HEGEL 13

ambas, pero no son para ella ambas la misma, sino


que son conciencias opuestas ; es por ello que una, a
saber la inmutable y simple, se le presenta como la
esencia, y como lo inesencial, la otra múltiple y mu
table. Para ella, ambas son esencias ( 1 ) extrañas en
tre sí ; y por ser la conciencia de esta contradicción,
asume el partido de la conciencia mutable y se tiene
como lo inesencial ; mas, como conciencia de la inmu
tabilidad o de la esencia simple, a la vez debe aspirar
a liberarse de lo inesencial, es decir de sí misma.
Pues aunque para sí misma sea tan sólo lo mutable
y le sea algo ajeno lo inmutable, ella misma es con
ciencia simple y por tanto inmutable ; consciente así
de que esto constituye su esencia propia, pero de tal
modo que ella misma no es para sí, de nuevo, esta
esencia .
La posición que confiere a ambas conciencias no
puede ser, pues, una recíproca indiferencia de las
mismas, es decir una indiferencia de sí misma res
pecto a lo inmutable, sino que ella es inmediatamente
ambas y es para sí la relación de ambas como una
relación de la esencia con la no esencia, en forma
tal que esta última habrá de ser levantada ( º ) ; pero,
(1 ) Cabe notar que la voz alemana Wesen posee tanto el signifi
cado de " esencial” como también sobre todo en el plural, el de " ser"
( seres) . En algunos casos, pues, la esencia incluirá también una rea .
lidad exterior. Por otra parte, inesencial es equivalente a no esen .
cial, e inesencialidad a lo carente de esencialidad, dado que Hegel
no usa Unwesen en el sentido de " intervención perjudicial.
( 2) Así traducimos el famoso término Aufheben, voz clave de la
dialéctica de Hegel. Sobre su triple sentido de anular, conservar y
elevar, a un nivel más alto , dice en Wissenschaft der Logik ( libro 19,
sección 14, capítul 1°, nota 4) lo siguiente :
“ Levantar у lo levantado ( lo ideal) significa uno de los conceptos

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NSE
14 LA CONCIENCIA INFELIZ

como ambos le son igualmente esenciales y contradic


torios a la vez , resulta que ella no es más que el movi
miento contradictorio , en el cual lo opuesto no llega
a descansar en su contrario, sino que en él vuelve a
engendrarse como mero opuesto.
Existe así una lucha contra un enemigo; mas la
victoria sobre el resulta ser más bien una derrota, y
más importantes de la filosofía, una determinación fundamental que
por doquiera vuelve. Será menester concebir en forma determinada
su sentido, que, sobre todo, debe ser distinguido de la nada. Lo que
se levanta no se convierte, con ello , en nada. Nada es lo inmediato,
lo levantado en cambio es algo mediato ; es lo no existente, pero , en
forma de resultado a partir de un ser. Por consiguiente lleva todavía
consigo la determinabilidad de la cual proviene.
Levantar conserva en el idioma un sentido bipaitido : significa tanto
guardar, conservar, como suspender, poner término. Elguardar ya
involucra el momento negativo en el sentido de que con el fin de
conservarla, una cosa queda substraída a su existencia inmediata y,
por consiguiente, a un estar (Dasein ) susceptible a influjos exte
riores. De este modo se da lo levantado simultáneamente como con.
servado, que si bien perdiera su existencia inmediata, no quedó des.
truído tampoco. En el diccionario, esas dos determinaciones indicadas
del levantar podrían registrarse como dos significados de la voz.
Sin embargo, debería llamar la atención el hecho de que el idioma
ha llegado a usar la misma palabra para dos determinaciones opues
tas entre sí ... El sentido ambiguo de la palabra latina tollere (que
ganó fama por el dicho ciceroniano: tollendum esse Octavium ) no va tan
lejos, ya que su determinación afirmativa significa elevar, alzar. Algo
es levantado sólo en cuanto ha entrado en la unidad con su opuesto
En tal determinación directa de algo que es objeto de reflexión , cabe
Hamarla momento .”
También en la voz alemana aufheben ha sido el significado primi
tivo alzar mientras que los otros dos sentidos se derivaron más tarde
y fueron ligados en un principio a determinadas locuciones.
La Aufhebung hegeliana implica tres diferentes acepciones eslabona
das en proceso. Primero es “ suprimir” ( tollere ), respués " levantar"
( elevare), y por último "retener” (conservare ). Vale decir que recoge
en sí estos tres significados, que incluso posee el vocablo en el uso
corriente, wegräumen , hinaufnehmen, aufbewahren.
Sólo la imposición de un significado dialéctico y común a los signi
ficados particulares, hecha por Hegel, ha logrado confirmar la libertad
con que hoy se usa dicha voz. Será inevitable, entonces, reproducir el
FEDERICO GUILLERMO HEGEL 15

si algo se ha alcanzado, no significa otra cosa que su


pérdida en su contrario . La conciencia de la vida,
de su estar ( 1 ) y hacer no son sino el dolor de este
estar y hacer, puesto que en éstos ella sólo tiene la
conciencia de su contrario como esencia y la de su
propia nulidad. Pasa en la elevación de tal nulidad
a lo inmutable ( 4 ) . Mas esta elevación misma es esa
conciencia, de modo que ella constituye inmediata
mente la conciencia de su contrario, a saber de sí mis
ma como singularidad . Al entrar en la conciencia,,
mismo proceso de formación lingüística en una versión castellana de
textos hegelianos; aun cuando al comienzo pueda parecer que la pa
labra elegida no comprende perfectamente los tres significados, su
formación sigue el mismo proceso de pensamiento que la voz alemana
aufheben . Así se habla de levantar la cosecha, en el sentido de reco
lectar, pero también de guardarla para defenderla de la intemperie,
justamente en el sentido de la segunda frase del segundo párrafo citado.
Por otra parte, se habla de levantar el estado de sitio, etc., en el sen.
tido de anularlo o poner término a tal situación.
(1 ) Para Dasein , término definido en la Lógica como ser determi.
nado y concreto, la simple identidad del ser y de la nada, esencial.
mente determinado en dirección a algo que tiene Dasein (Daseiend).
empleamos estar. Por otra parte, dice Hegel en su Historia de la
Filosofía que el Dasein el estar, pertenece a la esfera de la apa
riencia ( de los fenómenos ), de modo que no podrá servir como
principio de la filosofía. La relación entre Sein y Dasein encuentra
su correspondancia acertada en la distinción castellana entre ser y
estar. Pero como este último verbo puede emplearse substantivado,
preferimos usarlo en la traducción como substantivo. Su definición
corriente “ detenerse en un lugar” corresponde exactamente a lo di
cho por Hegel en la Lógica, I, 1, 2, A , a : “ No se trata del ser
( Sein ) sino del estar ( Dasein ) que en su definición etimológica
expresa < ser ( resp. estar) en un determinado lugar», aunque no nos
ocupará aquí la representación referida al espacio ."
(2) Cabe notar que las conocidas traducciones italiana, francesa e
inglesa traducen mal esta frase, expresando : “ De ahí emprende su
ascensión hacia lo inalterable”, o “ elevándose de ahí, se pasa a lo
inalterable ”. De hecho, la misma elevación constituye una “figura
de la conciencia”, como lo demuestra la siguiente frase y la última del
párrafo, cuyo sujeto no es, según el texto inequívoco alemán, " la
singularidad ".
16 LA CONCIENCIA INFELIZ

lo inmutable es así afectado por la singularidad y se


da sólo junto con ella ; en lugar de haber destruído a
la singularidad en la conciencia de lo inmutable, ella
surge siempre en ésta.
Pero en este movimiento, la conciencia llega a ex
perimentar precisamente tal destacarse de la singula
ridad en lo inmutable, y de lo inmutable en la sin
gularidad . En la esencia inmutable, la conciencia
llega a ser para sí la singularidad como tal, y , a la
vez, su singularidad propia. Porque la verdad de este
movimiento es justamente el ser uno ( 1 ) de aquella
conciencia duplicada. Esta unidad surge para ella,
pero por lo pronto en forma tal que sigue predomi
nando la diferencia de ambas. Así se da para la con
ciencia infeliz un modo triple de enlace de la sin
gularidad con lo inmutable: primeramente, ella ( la
conciencia ) resurge para sí misma como opuesta a la
esencia inmutable y se ve rechazada al comienzo de
la lucha, que sigue siendo el elemento de la relación
entera. En segundo lugar, en la conciencia infeliz, lo
( 1 ) Será preciso señalar en esta oportunidad la relación lingüística
existente entre una serie de términos cuya vinculación conceptual no
se revela con la misma evidencia en que Hegel la tomaba como vehículo
su exposición dialéctica : Lo que traducimos conceptualmente por
ser uno , coincide con su traducción literal, término susceptible de
interpretaciones erróneas. En el texto original, la voz Eins-sein se
relaciona con el ser ( Sein ) y la conciencia ( Bewusstsein-ser cons.
ciente ) y el estar ( Dasein ), así como con el ser-en-sí, el ser -para -si
y el ser desdoblado, los cuales, en un sentido exacto no corresponden
al ser, de carácter indeterminado, sino, antes bien, al estar que se
califica por constituir el ser determinado. Por otra parte, corres
ponde al Einssein el Einswerden, que consecuentemente tendremos que
traducir por devenir o llegar a ser uno, y en un sentido menos directo,
la Einheit ( unidad) y la Einzelnheit que hemos traducido por sin.
gularidad, vocablo que incluye también los significados de indivi
dualidad, particularidad, soledad y aislamiento.
FEDERICO GUILLERMO HEGEL 17

inmutable mismo posee para ella la singularidad ( 1 ) ,


de suerte que ésta constituye la figura de lo inmu
table, trasladándose así a éste la entera modalidad de
la existencia ; en tercer lugar, encuéntrase ella a sí
misma como tal singular en lo inmutable. Lo inmu
table primario es para la conciencia tan sólo la esen
cia extraña que condena a la singularidad ; y mientras
lo inmutable, en su segundo estado es una figura de
la singularidad, como lo es la conciencia misma, en
tercer lugar, la conciencia llega a ser espíritu, tiene
la alegría de encontrarse a sí misma en él, y su sin
gularidad se vuelve consciente de su reconciliación
con lo universal.
Lo que aquí se presenta como modalidad у rela
ción de lo inmutable, resultó así como la experiencia
sufrida por la autoconciencia escindida en su infe
licidad. Esta experiencia no es, por cierto, un movi
miento unilateral suyo, dado que ella misma es con
ciencia inmutable y, en esta forma, al mismo tiempo,
conciencia singular, mientras que el movimiento es
asimismo movimiento de la conciencia inmutable, la
que en él se manifiesta del mismo modo que la otra ,
pues tal movimiento discurre a través de estos momen
tos de modo tal que, primero, opone la conciencia
inmutable a la singularidad en general; luego, lo sin
gular a todo lo singular restante, llegando a ser, al
final, lo singular uno con lo inmutable. Pero tal con
sideración, en cuanto nos pertenece, aquí resulta pre
matura, ya que, para nosotros, hasta ahora sólo ha

( 1 ) Textualmente: Pero otra vez, lo inmutable mismo tiene en ella


la singularidad para ella.
18 LA CONCIENCIA INFELIZ

surgido la inmutabilidad como la inmutabilidad de


la conciencia, la que por esto no es la verdadera sino
la inmutabilidad aún afectada por un contraste, no
lo inmutable en sí y para sí mismo. De ahí que no
sepamos cómo éste se comportará. Lo que aquí ha
resultado es que para la conciencia, que constituye
nuestro objeto, las determinaciones indicadas se mani
fiestan en lo inmutable.
Es por esta razón que también la conciencia inmu
table conserva en su configuración misma ( " ) el
carácter y fundamento del ser desdoblado y del ser
para-sí con respecto a la conciencia singular. Con lo
cual, para ésta se da como un mero acontecer que lo
inmutable asuma la figura de la singularidad; tam
bién es así que lo inmutable sólo se encuentra opuesto
a la conciencia singular, y tiene esa relación por me
dio de la naturaleza. Finalmente, el hecho de que
a sí misma se encuentra en aquél, le aparece en parte
como producido por ella misma o bien que tiene lugar
porque ella es singular, pero una parte de esta uni.
dad, ya sea por su origen, ya sea en cuanto ella es,
aparécesele como perteneciendo a lo inmutable ; y tal
contraste se mantiene en la misma unidad. De he
cho, la configuración de lo inmutable no sólo dejó
que se mantuviera el momento del más allá, sino que
incluso lo dejó refirmado; porque cuando, debido a
la figura de la efectividad singular, por una parte,
tal momento parece más aproximado a ella ( a la
( 1 ) La configuración (Gestaltung) es el acto propio de la con.
ciencia, autoconfiguración, o sea encarnación a diferencia del des
tacarse de la singularidad en lo inmutable, que expresa un proceso
fenomenal, experimentado por la conciencia singular.
FEDERICO GUILLERMO HEGEL 19

conciencia singular) , por otra parte se le enfrenta


ahora como un opaco Uno sensible y dotado de toda
la aspereza de un algo efectivo. La esperanza de llegar
a ser uno con él, tiene que quedar siendo esperanza,
es decir sin cumplimiento ni presente ; porque entre
ella ( la esperanza ) y el cumplimiento interponese
precisamente la casualidad absoluta o la indiferencia
inmóvil, la cual reside en la configuración misma que
es la que fundamenta la esperanza. Debido a la natu
raleza de lo Uno que es, a la efectividad que éste ha
revestido, acontece necesariamente que desaparecido
en el tiempo, ha estado en el espacio y ha estado dis
tante, permaneciendo distante por antonomasia.
Si el simple concepto de la conciencia escindida se
determinó primero de modo que ella se dirigiese ha
cia el levantamiento de sí misma como conciencia sin
gular y hacia la transformación en conciencia inmuta
ble, ahora su tendencia se determinará levantando
ella, más bien, su relación con lo inmutable puro y
no configurado, otorgándose a sí misma sólo la refe
rencia a lo inmutable configurado. Porque en adelan
te será esencia y objeto, para ella, el ser uno de lo
singular con lo inmutable, así como en el concepto
sólo lo inmutable no configurado y abstracto fué el
objeto esencial ; y la relación de este desdoblamiento
absoluto del concepto es ahora aquello de lo que la
conciencia escindida tiene que apartarse. Y tendrá
que elevar al absoluto llegar a ser uno , la relación ,
exterior en su comienzo, con lo inmutable configurado,
como con algo efectivo extraño .
Es triple por sí mismo el movimiento en el cual la

Hill

1.
08

Di pasienten
20 LA CONCIENCIA INFELIZ

conciencia inesencial trata de alcanzar este ser uno ,


de acuerdo con la relación triple que ella tendrá con
su más allá configurado ; una vez como conciencia
pura, luego como esencia singular que se comporta
con respecto a la efectividad en forma de deseo y
trabajo ; y en tercer lugar, como conciencia de su ser
para sí. Veráse ahora en qué forma estos tres modos
de su ser se hallan presentes y determinados en aque
lla relación general.
Considerando la conciencia inesencial primero co
mo conciencia pura, lo inmutable configurado, mien
tras es para ésta, parece ser puesto tal como es en sí
y para sí mismo. Pero como se ha recordado ya, aún
no ha surgido el modo en que es en sí y para sí mis
mo. El hecho que lo inmutable se hallara en la con
ciencia, tal cual es en sí y para sí mismo, tendría que
provenir de él mismo más bien que de la conciencia ;
pero así, esta su presencia es sólo unilateralmente
dada por la conciencia, justamente por esto no dada
completa y verídicamente, sino que tal presencia que
da afectada por la imperfección o sea por una opo
sición .
Aunque de este modo la conciencia infeliz no po
sea esta presencia , ha sobrepasado, al mismo tiempo,
el pensar puro , en cuanto éste es aquel pensar abs
tracto del estoicismo, que ignora la singularidad en
general, así como el pensar, tan sólo inquieto, del es
cepticismo, que de hecho no es otra cosa que la sin
gularidad en la forma de la contradicción inconscien
te y su incesante movimiento . Sobrepasando a estos
dos, reune y mantiene juntos el pensar puro y la sin
FEDERICO GUILLERMO HEGEL 21

gularidad, pero no se halla elevada aún a aquel pen


sar para el cual la singularidad de la conciencia está
reconciliada con el propio pensar puro. Más bien se
encuentra en este término medio donde el pensar abs
tracto entra en contacto con la singularidad de la con
ciencia como tal singularidad. Ella misma es este
contacto ; es la unión del pensar puro y de la singula
ridad ; también para sí misma es tal singularidad pen
sante, o sea el pensar puro , y lo inmutable mismo en
su esencia como singularidad . Pero no es para ella de
manera que este su objeto, o sea lo inmutable, que
para ella tiene esencialmente la figura de la singula
ridad, sea ella misma, ella que es singularidad de la
conciencia .
En este primer modo, en el que la consideramos
como conciencia pura , ella no se comporta , pues, res
pecto a su objeto en forma pensante, sino que ---mien
tras ella misma es en sí pura singularidad pensante y,
precisamente es su objeto este mismo pensar puro,
pero no es pensar puro la relación recíproca de am
bos “ proponde, por decir así, al pensar y es devo
ción ( 1 ) . Como devoción, su pensar queda siendo el
informe resonar del repique de campanas o una cáli
da y espesa bruma, un pensar musical que no llega al
concepto , que sería la única modalidad inmanente
mente objetiva. Para este infinito y puro sentir ínti
( 1 ) Textualmente: se encamina, por decir así, hacia el pensamiento,
y es devoción. La voz alemana devoción - Andacht- es explicada
por Hegel en el mismo sentido, como lo expresa nuestra traducción,
que en cierto grado se atiene a la raíz latina de la palabra pen.
samiento pendere para reproducir el movimiento indeciso del " hacia "
en el prefijo " pro " .
22 LA CONCIENCIA INFELIZ

mo, la conciencia pura será, pues, objeto, pero este


objeto no sobreviene como concebido y por eso se pre
senta como algo extraño. Dase así el movimiento in
terior del alma sensible ( 1 ) y pura que dolorosamente
se siente a sí misma, pero en la forma de la escisión,
movimiento de una nostalgia infinita, que posee la
certidumbre de que su esencia es semejante alma sen
sible y pura , pensar puro que se piensa como singu
laridad ; certidumbre de que es conocida y reconocida
justamente por este objeto (el pensar puro) , porque
él se piensa como singularidad. Pero al mismo tiem
po es esa esencia el inalcanzable más allá que cuando
se lo intenta aprehender, huye o más bien ya ha huído.
Ya ha huído, pues es por una parte lo inmutable que
se piensa como singularidad, y la conciencia alcán
zase por ende en él en forma inmediata -alcánzase
a sí misma, pero como lo opuesto a lo inmutable ; en
lugar de aprehender la esencia, no hace sino sentir
y ha recaído en sí misma ; como, en el alcanzarse,
no puede ponerse de lado en tanto tal opuesto, en lu
gar de haber aprehendido la esencia, aprehendió la
inesencialidad. Como, por una parte, tratando de al
canzarse a sí misma en la esencia, aprehende tan sólo
la propia y separada efectividad, así no puede, por
otra parte, aprehender lo otro como singular o sea
como algo efectivo. Donde a éste se lo busca, no pue
de ser encontrado ; pues debe ser precisamente un
más allá, algo que no puede encontrarse. Buscado co
mo algo singular, no es una singularidad universal
pensada, tampoco un concepto, sino algo singular
( 1 ) Gemüt.
FEDERICO GUILLERMO HEGEL 23

como objeto o sea algo efectivo, objeto de la inmediata


certidumbre sensible, y precisamente merced a esto
sólo algo efectivo que ha desaparecido. De aquí que
para la conciencia sólo el sepulcro de su propia vida
pueda tener el carácter del presente. Pero, puesto que
ese sepulcro mismo es una efectividad, y contrasta
con la naturaleza de esta última garantir una posesión
duradera , así también esta presencia del sepulcro no
es sino la lucha de un esfuerzo que ha de terminar
en derrota. Mas, cuando ha hecho la experiencia de
que el sepulcro de su esencia efectiva e inmutable no
tiene efectividad y que la singularidad desaparecida,
como tal, no es la verdadera, renunciará a ir en busca
de la singularidad inmutable como efectiva o rete
nerla como desaparecida ; y sólo entonces será capaz
de encontrar la singularidad como verdadera o como
universal.
Por el momento, empero, el retorno del alma sen
sible en sí misma ha de ser comprendido de modo
que ella como algo singular posea efectividad. Es el
alma sensible y pura que, para nosotros o en sí, se
encontró a sí misma y está saciada en sí. Pues, aun
que para ella , en su sentimiento, la esencia se le se
pare, tal sentimiento es en sí sentimiento propio; él
sintió el objeto de su puro sentir, y éste es él mismo
este objeto. De ahí que se presente, pues, como sen
timiento de sí o sea como algo efectivo, que lo es para
sí mismo. En tal retorno en sí nos ha resultado para
nosotros su segunda relación, la del deseo y el tra
bajo, que, levantando y gozando la esencia extra
ña en la forma de las cosas independientes, acre
24 LA CONCIENCIA INFELIZ

dita para la conciencia la certidumbre interior que


ella, de sí misma, ha alcanzado para nosotros. Sin
embargo, la conciencia infeliz sólo se encuentra a
guisa de deseosa y dedicada al trabajo ; por otra parte,
no le es dado encontrarse de modo que la certidumbre
interior de sí misma sea el fundamento de tal encon.
trarse a sí, y que su sentimiento de la esencia sea ese
sentimiento de sí. Como (la conciencia ) no tiene para
sí misma aquella certidumbre interior, su fuero inter
no sigue siendo, más bien, la quebrantada certidum .
bre de sí misma . Y por consiguiente, es una compro .
bación también quebrantada la que obtendría mediante
el trabajo y el goce , o tendrá más bien que destruir
para sí misma tal comprobación, de modo que si bien
la encuentra en sí, es sólo la comprobación de lo que
ella es para sí misma, es decir, su escisión .
La efectividad, hacia la cual se dirigen el deseo
y el trabajo, ya no es, para esa conciencia, algo nulo
en sí, que se da con el solo fin de ser levantado y
consumido por ella, sino que es algo como ella mis
ma : una efectividad quebrada en dos ( 1 ) , que sólo
por un lado es nula en sí, pero también, por el otro
es un mundo sagrado ; ella es figura de lo inmutable,
desde que esto conservó en sí la particularidad y ,
porque es como lo inmutable universal, su particula
ridad tiene en general la significación de toda efec
tividad.
Si la conciencia fuese conciencia independiente pa .
( 1 ) La expresión alemana entzwei gebrochen reúne los dos concep.
tos, desdoblado y quebrantado, en el definitivo de roto “kaputt”.
La comprobación quebrantada que es experimentada por la conciencia
discorde se enfrenta a la efectividad rota .
FEDERICO GUILLERMO HEGEL 25

ra sí misma, y la efectividad en sí y para sí fuese nula


para ella, llegaría al sentimiento de su independencia
en el trabajo y el goce, puesto que sería ella misma
la que levantase la efectividad . Pero como ésta es
para la conciencia la figura de lo inmutable, no le
es hacedero levantarla por sí misma. Al contrario :
aunque llegue al aniquilamiento de la efectividad y
al goce, esto acontece para ella esencialmente porque
lo inmutable mismo abandona su figura y se la deja
para el goce. En esta situación se presenta igualmente
la conciencia por su parte como algo efectivo , pero
asimismo como interiormente quebrada, y esta esci
sión, esta ruptura entre la relación con la efectividad
o con el ser-para -sí, por una parte, y un ser -en -sí, por
la otra, se halla representada en su trabajar y gozar.
Aquella relación con la efectividad consiste en el
transformar y el hacer, en el ser-para-sí que pertenece
a la conciencia singular como tal. Pero en este la con
ciencia singular es también en sí; este lado pertenece
al más allá inmutable ; en cambio, el transformar y
el hacer son las capacidades y las fuerzas, un don ex
traño que lo inmutable abandona asimismo a la con
ciencia para su uso .
En su hacer, la conciencia está entonces primera
mente en la relación de dos extremos; de un lado
está como el aquende activo, y frente a ella la efec
tividad pasiva ; ambos lados están recíprocamente re
feridos, pero también ambos perseverando en sí, han
retornado en lo inmutable. De este modo se despren
den de ambos lados sendas capas superficiales sola
mente, de las que, en el juego del movimiento, una
U

YO :
26 LA CONCIENCIA INFELIZ

surge contra la otra . El extremo de la efectividad es


levantado por el extremo activo; ella ( la conciencia )
por su parte, empero , sólo puede ser levantada, por
que a ella misma la levanta su esencia inmutable, la
repele de sí misma y abandona lo repelido a la acti
vidad. La fuerza activa aparece como el poder en
que se resuelve la efectividad ; pero , por eso, para esta
conciencia, para la cual el en -sí o la esencia es lo
otro, este poder, en el que ella se presenta activa
mente, es el más allá de sí misma. De modo que, en
vez de retornar de su hacer en sí misma y de haberse
hecho valer para sí misma, refleja ( 1 ) más bien este
movimiento del hacer nuevamente en el otro extremo
el que de tal suerte es presentado como lo universal
puro , como poder absoluto, desde el cual el movimien
to habría partido en todas direcciones, poder que es
tanto la esencia de los extremos que se desintegran,
en su primer modo de presentación , como también la
del cambio mismo.
La conciencia inmutable renuncia a su figura y hace
don de ella, la conciencia singular se muestra , por su
parte, reconocida por ello, es decir se priva de dar sa
tisfacción a la conciencia de su independencia y, apar
tando de sí la esencia del hacer, la consigna al más
allá. Es de estos dos momentos de la recíproca cesión
de lo propio, por ambas partes, que nace, sin duda,
para la conciencia su unidad con lo inmutable . Mas,
al mismo tiempo tal unidad queda afectada por la se
paración de modo que vuelve a ser quebrada en sí
misma y de nuevo surge de ella el contraste de lo
(1 ) Reflektiert significa tanto 'refleja como reflexiona.
FEDERICO GUILLERMO HEGEL 27

universal y de lo singular. Porque si bien la concien


cia renuncia a la apariencia de la satisfacción de su
sentimiento propio, alcanza su satisfacción efectiva ;
pues ella fué deseo, trabajo, goce , ella, como concien
cia, ha querido, mostrádose activa , y gozado.
Asimismo su mostrarse agradecida, en el que ella
reconoce el otro extremo como la esencia y se levanta
a sí misma, es su propio hacer, el cual contrapesa al
de este otro extremo, oponiendo un hacer parejo al
beneficio que ha hecho don de sí. Pero cuando el pri
mer extremo le abandona su superficie, también ella,
agradece y, haciendo cesión de su hacer, es decir de su
esencia misma, hace más en sentido propio que el
otro extremo, que sólo repele de sí una superficie
suya . De tal modo, el movimiento entero no se refleja
sólo en el desear, trabajar y gozar efectivos, en el
extremo de la singularidad, sino aún en el acto de agra .
decer, donde parece suceder lo contrario. En ese ex
tremo de la singularidad, la conciencia se siente co
mo ente singular y no se deja engañar por la aparien
cia de su acto de renuncia , pues su verdad es que
ella no ha hecho cesión de sí ; lo que ha tenido lugar
es sólo la reflexión reduplicada en los dos extremos,
con el resultado de que nuevamente se ha producido
la escisión en la conciencia opuesta de lo inmutable
y en aquella de los actos del querer, realizar y gozar,
que enfrentan a la primera, así como en la conciencia
del acto de renunciar a sí misma o sea de la singula
ridad que es para sí misma en general.
Es así que ha sobrevenido la tercera relación del
movimiento de esta conciencia, la que se destaca de
28 LA CONCIENCIA INFELIZ

la segunda relación como tal, como una conciencia


que en verdad se ha probado como independiente me
diante su querer y realizar. En la primera relación
era tan sólo el concepto de la conciencia efectiva o el
alma sensible interna que en su hacer y su goce no es
efectiva aún ; la segunda es tal efectivización a guisa
de un hacer y gozar extrínsecos, pero a su regreso de
esta segunda relación es una conciencia que se ha ex
perimentado como efectiva y operante, o para la cual
ser en sí y para sí es verdadero. Pero aquí se ha en
contrado con el enemigo en su figura más auténtica.
En la lucha del alma sensible, la conciencia singular
existe tan sólo como momento musical y abstracto ;
en el trabajo y el goce, como la realización ( Realisi
rung) de aquel ser carente de esencia, puede olvidarse
a sí misma en forma inmediata y la particularidad
consciente dentro de tal efectividad queda abatida por
el reconocimiento agradecido. Este abatir, empero, es
en verdad un retorno de la conciencia en sí misma, a
título de la efectividad para ella verídica.
Esa tercera relación, en que semejante efectividad
verídica constituye uno de los extremos, es la refe
rencia de la misma, en tanto que nula, a la esencia
universal; quédanos por considerar el movimiento de
esa relación.
En lo que atañe primero a la relación opuesta de la
conciencia, donde su realidad es lo inmediatamente
nulo para ella, su hacer efectivo deviene un hacer de
nada, su goce el sentimiento de su infelicidad. Así,
hacer y goce pierden todo contenido y significación
universales, pues por medio de estos tendrían un ser
FEDERICO GUILLERMO HEGEL 29

en sí y para sí. Ambos se retiran en la singularidad, a


la cual se dirige la conciencia para levantarla. En sus
funciones animales, la conciencia es consciente de sí
como esta efectividad singular. En vez de ser cumpli.
das estas funciones despreocupadamente tal cual ellas
son como algo que en sí y para sí es nulo, que no pue
de llegar a tener importancia y esencia para el espí
ritu —porque es en ellas que el enemigo se manifies
ta en su figura peculiar- ellas son más bien objeto
de un serio empeño y se convierten precisamente en
lo más importante. Pero mientras este enemigo se en
gendra en su derrota ; mientras la conciencia se fija
en él de modo que no puede liberarse del mismo,
sino que siempre permanece cerca de él y siempre
se ve a sí misma mancillada; mientras al mismo tiem
po este contenido de su empeño es, en lugar de lo
más esencial, lo más inferior y, en lugar de algo uni
versal, es lo más singular, sólo vemos una personali
dad tan infeliz como pobre que se limita e incuba
exclusivamente a sí misma y a su mezquino hacer.
Pero la conciencia de su unidad con lo inmutable
se enlaza con ambos, esto es con el sentimiento de su
infelicidad y la mezquindad de su hacer. Porque el
intento de aniquilar en forma inmediata su ser efec
tivo queda mediatizado por la idea de lo inmutable y
acontece en esta relación .
La relación mediata constituye la esencia del movi
miento negativo ; en él, la conciencia se dirige contra
su singularidad, pero ésta, como relación en sí, es asi
mismo positiva y producirá para sí misma esta su
unidad .
30 LA CONCIENCIA INFELIZ

Esta relación mediata constituye un silogismo. Sólo


mediante un tercero , hállase en esta última unida
con este otro extremo, la singularidad que se fija pri
meramente sólo a título de opuesta al en-sí. A través
de este término medio el extremo de la conciencia
inmutable es para la conciencia inesencial ; ésta es
asimismo para aquélla únicamente a través de aquel
término medio ; de modo que éste se caracteriza por
el hecho de que representa a ambos extremos, uno
ante el otro , haciéndose el recíproco servidor de cada
uno en el otro . Este término medio es él mismo una
esencia consciente porque es un hacer que mediatiza
la conciencia como tal. El contenido de este hacer es
el exterminio que la conciencia practica de su sin
gularidad .
En el término medio, la conciencia se libera, pues,
del hacer y el goce como suyos ; rechaza de sí misma,
a título de extremo existente para sí mismo, la esen
cia de su voluntad, y arroja al término medio o al
servidor la particularidad y libertad de la decisión
y , con ello, la culpa de su hacer. Este mediador, en
calidad de su relación inmediata con la esencia inmu
table, sirve con su consejo acerca de qué es lo justo.
Por ser la obediencia a una resolución ajena, la ac
ción deja de ser propia en cuanto concierne a la parte
del hacer o de la voluntad . Sin embargo, para la con

ciencia inesencial queda todavía su lado objetivo, es


decir el fruto de su trabajo y el goce. Rechaza a éste
de sí en la misma forma, renunciando tanto a su vo
luntad, como á sú efectividad, que habíala obtenido
en el trabajo y en el goce ; a su efectividad, ya a modo
FEDERICO GUILLERMO HEGEL 31

de alcanzada verdad de su independencia consciente


de sí misma cuando se mueve representándose algo
completamente extraño y que le habla un lenguaje sin
sentido para ella— ya a título de propiedad extrin
seca , mientras cede algo de la posesión adquirida por
el trabajo ; renunciando ya finalmente al goce expe
rimentado —cuando este goce vuelve a negársele por
completo en la mortificación y el ayuno.
Por medio de estos momentos del abandono de su
propia decisión luego de la propiedad y del goce, y
finalmente a través del momento positivo de llevar
adelante un negocio incomprendido, se priva en ver
dad y por completo de la conciencia de la libertad
interior y exterior, de la efectividad como su ser- para
sí; tiene la certeza de que en verdad se ha desposeído
de su Yo y de haber hecho de su inmediata autocon
ciencia una cosa , un ser objetivo. Esta renuncia a sí
misma la pudo únicamente probar por este sacrificio
efectivo ; porque sólo en éste desaparece el engaño
que yace en el reconocimiento interior del agradecer
con el corazón, el ánimo y la boca, reconocimiento que
ciertamente se desembaraza de todo el poderío del
ser para sí, atribuyéndolo a una dádiva de lo alto,
pero en este desembarazarse retiene para sí mismo la
particularidad exterior en la posesión que no aban
dona, y la interior en la conciencia de la decisión que
él mismo (el reconocimiento ) ha tomado, así como en
la conciencia del contenido de esta decisión , determi
nado por él, contenido que no ha cambiado por otro
extraño, que no tiene sentido.
Pero así como la conciencia ha levantado el hacer
32 LA CONCIENCIA INFELIZ

en cuánto era el suyo, también en el sacrificio, efec


tivamente cumplido, ella en sí ha desistido de su in
felicidad proveniente de tal hacer.
Aunque este desistimiento haya acontecido en sí,
es, sin embargo, un hacer del otro extremo del silo
gismo, el cual es la esencia existente en sí. Aquel sa
crificio del extremo inesencial, no fué, empero , al mis
mo tiempo un hacer unilateral, sino que contenía en
sí el hacer del otro extremo. Porque el abandono de
la voluntad propia es negativo sólo para una parte,
pero a la vez positivo, conforme a su concepto o en sí,
a saber es la postura de la voluntad como algo dis
tinto, y postura determinada de la voluntad como algo
no singular, sino universal. Para esta conciencia, es
esta significación positiva de la voluntad singular, ne
gativamente puesta, la voluntad de otro extremo, vo
luntad que, por ser lo otro para ella, no viene a ser
por sí misma para la conciencia, sino por el tercero,
el mediador a modo de consejo. De ahí que para ella
( la conciencia ), su voluntad se convierte en voluntad
universal y que es en sí, pero ella no es, para sí mis
ma, ese en sí; el abandono de su voluntad como sin
gular no es para ella lo positivo de la voluntad uni
versal, según el concepto. Asimismo su abandono de
la posesión y del goce tiene el mismo significado ne
gativo, y lo universal que así resulta para la concien
cia no es, para ésta, su propio hacer. Como esta uni
dad de lo objetivo y del ser para sí, que está conte
nida en el concepto del hacer, y por eso viene a ser
para la conciencia como esencia y objeto, no es, para
ella, el concepto de su hacer, tampoco significa que
FEDERICO GUILLERMO HEGEL 33

tal unidad venga a ser como objeto para ella en for


ma inmediata y mediante ella misma, sino que por
mediación del servidor se hace expresar esta misma
certeza aun quebrada de que sólo en sí su infelicidad
es al revés, es decir un hacer que en su hacer se satis
face a sí mismo, o sea goce bienaventurado ; que asi.
mismo en sí, su mezquino hacer es lo inverso, o sea
hacer absoluto ; y que, con arreglo al concepto, en
suma el hacer sólo es tal como hacer del ser singular.
Pero para sí mismo permanece mezquino el hacer y
su hacer efectivo, y el dolor queda siendo su goce, y
el ser levantado del mismo, en el significado positivo ,
un más allá. Pero en este objeto, en el que su hacer
y su ser, como pertenecientes a esta conciencia singu
lar, son para ella ser y hacer en sí, le ha advenidola
representación de la razón, de la certeza de que la
conciencia es, en su singularidad, absolutamente en sí,
o que es toda realidad .
IMPRESO EL 20 DE DICIEMBRE DE 1949

EN LOS TALLERES GRÁFICOS


DE SEBASTIÁN DE AMORRORTU E HIJOS, 8. R. L.
CALLE LUCA 2227 , BUENOS AIRES
PU B L I G A DOS EN ESTA SERIE

FILOSOFIA MODERNA

KANT

LA FILOSOFIA COMO CIENCIA

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DE LA CIENCIA
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