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a institució n fundamental en la reproducció n de la ideología dominante, la escuela es la

primera de las instituciones que, secundada por familia, sirve al Estado como aparato de
reproducció n de las relaciones de producció n capitalistas. Así mismo señ ala que los aparatos
del Estado no está n exclusivamente destinados a la represió n o a la ideologizació n, sino que
pueden cumplir ambas funciones. Es decir, que la policía, por ejemplo, no utiliza ú nicamente la
fuerza física, sius funciones esenciales. La propia presencia del policía en la ciudad hace que los
individuos sean conscientes de las consecuencias que tienen ciertos comportamientos incívicos
y algunas elecciones moralmente reprobables, y basta con que el policía aparezca en un lugar
determinado, sin hacer uso de la violencia, para que las acciones del individuo se vean
coartadas. Aú n cuando no aparece el policía, el ciudadano sabe que hay ciertas cosas que no
debe hacer, que son susceptibles de encontrar una sanció n o una respuesta represiva. Por ello,
la propia existencia de un cuerpo de agentes que se encarga de mantener el orden en las
ciudades reproduce una ideología concreta, insta a los individuos a mantener la conducta
esperada y a seguir las normas morales inscritas en el territorio. Tal vez no les mueve a
reproducir las relaciones de producció n, pero sí a corresponderse con aquellas normas que lo
hacen posible y en las que estas relaciones concretas se comprenden. Ahora, la escuela, aunque
segú n Althusser también puede funcionar como aparato represivo, no solo introduce la
ideología dominante a partir de ciertos valores educacionales que hacen de los jó venes los
futuros reproductores de las relaciones de producció n, sino que hace uso de la represió n, del
castigo, de forma constante con el fin de de que esa ideología concreta asegure la continuidad
del orden dominante. Cuando un alumno es castigado por no cumplir correctamente con su
trabajo y es llamado a cubrir horas extra para terminar ese trabajo, es la escuela quien por
medio del castigo y otras formas de represió n, no físicas, hace del joven un potencial trabajador
para el futuro. Es la escuela quien por medio de ese movimiento introduce la ideología del
trabajo, fundamental en el sistema capitalista, en el joven. No solo la educació n magistral se
encarga de reproducir la ideología dominante. Cuando los mecanismos primarios no son ú tiles
con algunos alumnos, entonces, la escuela toma otras vías para encauzar a los jó venes. Por eso,
creo que tanto los aparatos llamados represivos como los ideoló gicos no son exclusivamente lo
que la categoría (represivo-ideoló gico) reclaman de ellos, sino que cumplen ambas funciones de
forma simultá nea.

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