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CAPITULO N°1 EL ISTMO DE PANAMÁ AL MOMENTO DEL DESCUBRIMIENTO

Y
CONQUISTA DEL NUEVO MUNDO.

1.Panamá como sitio de transito e intercambio de los indígenas precolombinos


Mucho antecedente de la llegada de los colonizadores españoles al Nuevo Mundo, los
nativos realizaban un fuerte trueque comercial de un extremo a otro del conjunto de
naciones, cuyo punto de tránsito obligado era el Istmo de Panamá. Por otro lado, los
hallazgos de esmeraldas, jade y partes de cerámica en las tumbas nativos de Panamá
demuestran que además hubo migraciones en sentido opuesto. Años más tarde, al
iniciarse la conquista de México, Hernán Cortés entregó con un comerciante maya, quien
mostró un mapa elaborado de lienzo de algodón en el cual se detalla la ruta de los
intercambios que, a partir de Naco o Miro en Honduras, cruzaba Nicaragua hasta
conseguir el Istmo de Panamá, del cual según el cronista Antonio de Herrera, aparecían
“todos los ríos y poblaciones que habían de pasar, y las Veritas a donde ellos hacían
jornadas, una vez que iban a las ferias” Si para los arqueólogos no resulta labor simple
establecer con precisión en qué fecha arribo el hombre primigenio al Nuevo Mundo,
igualmente no hay varios indicios sobre la era en que éste llegó al Istmo centroamericano
y a partir de ahí se dispersó al sur del conjunto de naciones. A 12.000 A.C., en lo que
especialistas como Richard Cooke aducen que nuestros propios antepasados nativos
alcanzaron el Istmo entre 9.500 años A.C. Con todo, en el Istmo de Panamá, los vestigios
más viejos que se han encontrado son las puntas de proyectil paleo indias elaboradas de
calcedonia. En impacto, a pesar de la dispersión geográfica de los equipos nativos que
Vivían en el Panamá prehispánico y sin embargo sus diferentes grados de cultura,
prácticas e idioma, es viable detectar en ellos ciertos recursos habituales o bastante
parecidos. De esta forma se observa en el trabajo de la roca, las conchas y los huesos, la
preparación de partes de cerámica y la refinada artesanía y uso de objetos de oro. En
líneas en general cabe resaltar ciertos sitios arqueológicos que representan los diversos
niveles de cultura de los primeros nativos panameños. De subsiguiente fecha es la
alfarería de Sarigua que muestra novedosas decoraciones y más tardía aún es la
cerámica “escarificada” o de incisiones de Concepción (Chiriquí}, Monte Guacamayo
(Coclé) y Agua Buena (Panamá). Parecido a la cerámica de Agua Buena es la encontrada
en el conocido lugar de Barriles (Chiriquí). En todo caso, al mencionar de Reina Torres de
Arauz: “Este tipo de cultura (Barriles) en etapa tan temprana, nos indica la iniciativa de la
precocidad de las civilizaciones precolombinas panameñas, explicada tal vez por el
motivo geopolítica de su condición de Istmo, puente obligado de conjuntos procedentes
del norte, del sur o del territorio Circun Caribe”. Sin dejar de lado las posteriores muestras
de la cerámica del territorio central que muestran una gigantesca evolución y ponen de
manifiesto una más grande organización política y social de los conjuntos aborígenes por
ella representados, como es el caso de Lugar Sierra, es necesario señalar el valor de las
altas civilizaciones de Parita, Lugar Conté y Playa Venado caracterizados por la cerámica
policroma (de diversos colores), orfebrería, trabajo en conchas, etc. Más aún, ciertos
autores como Henri Lehmann indican que los motivos curvilíneos de ciertas partes de
cerámica son los mismos que se han encontrado en Marajó, en la desembocadura del
Amazonas, lo cual permitiría dar por sentado una predominancia arahuaca. La
organización social y política era más compleja que en los tiempos de los equipos
nómadas y poseía como máxima autoridad al cacique denominado en ciertos sitios Quevi
o Quibiân seguido de los señores, Tibas o 8acon, los nobles militares, piralaylos o Cabras.
A las señoras primordiales se les denominaba espaves y el último sitio de esta pirámide
social lo ocupaban los trabajadores y los prisioneros de guerra tratados como esclavos.
No obstante, al igual que se hablaban incontables dialectos, asimismo existían diferentes
cacicazgos en todo el territorio del Istmo de Panamá. Dichos persistían casi
constantemente en guerra por el control de los países de pesca y caza, empero
primordialmente por los parámetros de sus respectivas regiones de predominación. Como
apuntamos, a partir de tiempos remotos nuestra condición de Istmo facilito el contacto
comercial entre el Norte y el Sur del conjunto de naciones y dicha funcionalidad de
Panamá como puente geográfico continuaría utilizándose luego de la llegada de los
españoles y, más aun, hasta nuestros propios días, como tendremos posibilidad de verlo
durante este análisis.
2. En una época do profundas transformaciones, Colon descubre un Nuevo Mundo.
Entre finales del siglo XV e inicios del XVI, ciertos territorios de Europa brindaron inicio a
su extensión hacia otros continentes. Portugal y España encabezaron este
desplazamiento designado a llegar al Oriente por una totalmente nueva ruta con el
propósito de obtener productos como por ejemplo perfumes, sedas, tintes, tapices,
porcelanas, oro y, en especial, las especias, en especial, el clavo de olor, canela,
pimienta, nuez moscada y jengibre. Una vez que en 1453 Constantinopla cayó en poder
del Imperio Otomano (turco), el activo negocio que ahí se realizaba con el Oriente por
intermedio de los árabes padeció un duro golpe. El nuevo orden de cosas indujo a la
averiguación de una vía marítima hacia el Oriente, ora bordeando el África o bien
adentrándose en el Atlántico, a la sazón nombrado “Mar Tenebroso” acerca del cual
circulaban toda suerte de rumores fantásticos. Más hace falta explicar que diferentes
componentes hicieron viable que los de Europa emprendieran su extensión hacia tierras
lejanas. Sin embargo, el ser humano renacentista va a estar localizado entre 2 épocas y
refleja su modo de pensar ambivalente en las novedosas tierras descubiertas y
conquistadas. Cristóbal Colón encarnó a este personaje que oscila entre 2 tiempos.
Portugal señaló el camino en la carrera hacia el Oriente. De esta forma, los castellanos no
únicamente se encontraron con las manos libres para emprender viajes con destino a la
Especiería, sino que además debido a la guerra contra los moros habían adquirido una
vasta vivencia en el proceso de reconquista, así como en el sometimiento de los
aborígenes guanches de las Canarias. Dichos conocimientos los aplicarían en las tierras
por hallar. Ha sido así como el marino genovés Cristóbal Colón (1451) en abril de 1492,
por medio de las denominadas Capitulaciones de Santa Fe, recibió los títulos de
Almirante, Virrey y Gobernador Gral. De cada una de las islas y países que descubriera.
Ciertamente para poder hacer estas concesiones tuvo que aguardar 6 años en España,
aun cuando en plan de navegar hacia el Oriente por el oeste ya lo habrá presentado al
monarca Juan II de Portugal en 1484. Influido por lecturas de obras como el Imago Mundi
del Cardenal Pierre Ailly, II Millione de Marco Polo y el Almagesto de Tolomeo, entre
otras, además de la carta y el mapa de Paolo Toscanelli, el Almirante no solo estaba
firmemente convencido de la redondez de la Tierra, lo que era compartido por varios
científicos de la era, sino que se podía llegar a las tierras del Gran Khan por el Atlántico,
océano afuera. En asocio de los hermanos Vicente Yáñez Pinzón y Martin Alonso Pinzón
y otros tripulantes como Pedro Alonso Infante, Colón organiza una expedición de 3
carabelas: La Santa María o gallega, la Pinta y la Niña (Santa Clara), las cuales zarparon
del Puerto de Palos el 3 de agosto de 1492 hacia un rumbo entonces incierto y
desconocido. El primer sitio visitado por el Almirante ha sido la isla que los originarios
arahuacos llamaban Guanahani, que él denominó San Salvador, situada en el
archipiélago de las Bahamas o Lucayas. Creyendo haber llegado al Oriente, Colon
equivocadamente denomino a los naturales, indios. Se necesita resaltar la primera
especificación que el Almirante hizo sobre los aborígenes del Nuevo Mundo: Conocí que
era gente que mejor se libraría y transformaría a nuestra Santa Fe con amor que no con
fuerza, le di a ciertos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se
ponían al pescuezo y otras cosas doradas de poco valor”, con los cuales quedaron
entusiasmados. En impacto, ciertos originarios de Guanahani solamente lucían argollas
de oro en la nariz, sin embargo, le indicaron a Colón que hacia el sur había un monarca
que poseía enormes vasos de aquel metal. Físicamente el Almirante explicó a los
arahuacos como “gente bastante hermosa”, de buena estatura y “de cabellos gruesos
cuasi como sedas de cola de caballo y cortos”, los cuales le caían por arriba de las cejas,
excepto ciertos que lo utilizaban extenso. Una secuencia de geniales protestas en las
artes, las ciencias y las letras brindaron un sello especial a este lapso. Sus tripulantes
fueron los primeros que alcanzaron las islas frente al conjunto de naciones africano y, en
1487, Bartolomé Díaz llegó al Cabo de Buena Esperanza, o de las Tormentas, o sea, al
extremo meridional africanos. Ciertos mostraban heridas como consecuencia de sus
enfrentamientos con los belicosos caribes a los que Colón localizó en el segundo viaje a
las Antillas. Aun cuando Colón no se detuvo un largo tiempo en Guanahani y otras islas
cercanas (Juana o Cuba, Santamaría de la Concepción y Fernandina), puesto que su
objetivo era encontrar oro y especias, afirmó que las islas eran “muy verdes y fértiles y de
aires bastante dulces”. Llegó a mencionar que “es esta tierra la mejor y más fértil y
temperada y llana y buena que hay en el mundo. Estableció la división de las posesiones
de los dos reinos por medio de una línea divisoria que iba de Norte a Sur a cien leguas al
Occidente de las islas Azores y Cabo Verde. Empero podría ser gracias al Tratado de
Tordesillas (1494) una vez que la línea de demarcación se extendió a 370 leguas al Oeste
de las islas de Cabo Verde y momentáneamente se puso término a los conflictos de
esferas de predominancia entre las naciones ibéricas. En esta posibilidad encontró una
secuencia de islas en las pequeñas Antillas además de Borinquén y Jamaica. Sin
embargo, Colón en la parte norte de la isla estableció, en el primer mes del año de 1494,
la población La Isabela, en honor a la Reina, destinados a conseguir las ricas minas de
oro de Cibao. Pese a ello, Colón siguió intentando encontrar infructuosamente las tierras
descritas por Marco Polo, al punto que llegó a confundir a Cuba con Cipango o, en su
defecto, pensó que tenía que ver con la península asiática de Mangi.
3. Rodrigo de Bastidas descubre el Istmo y Colon completa el recorrido.
Originario del barrio de Triana (Sevilla), Rodrigo de Bastidas, de profesión comerciante
celebro con la Corona un contrato el 5 de junio de 1500. Por medio de el mismo se le
otorgó licencia para hallar en las islas o tierra firme no visitadas por Colón ni otros
tripulantes, ni tampoco que pertenecieran al Monarca de Portugal. Ya que los anteriores
viajes de hallazgo y rescate hechos por Ojeda, Cristóbal Guerra y otros, se habían
concentrado en la Costa de las Perlas en Venezuela, hasta la elevación del Cabo de la
Vela en Coquibacoa (actual Colombia), Bastidas poseía indicaciones de realizar su
negocio desde este último punto. A lo largo de su recorrido por las recientes costas del
Atlántico de Colombia designo ciertos sitios con nombres que todavía están en la
toponimia del territorio, como Santa Marta, Rio Magdalena, Islas Barn, etc. En el Golfo de
Urabá trueque abalorios por oro con los naturales y finalizo su viaje de hallazgo
aproximadamente al nivel de las islas Mulatas en San Blas o bien en el Puerto Escribano
o Excusado, en lo cual hoy es Panamá. Bastidas ha sido, puesto que, el primero que
recorrió parte del litoral Atlántico de nuestro territorio, sin embargo, no se detuvo a
colonizar, toda vez que éste no era la finalidad importante de su viaje. 3 fines básicos
perseguían al Almirante en esta situación, a saber: 1) encontrar un estrecho o paso de
océano que lo condujera hacia el Oriente, 2) hacer el negocio con las tierras del Gran
Khan, y 3) ayudar a la cristianización de los infieles. Después de recalar en Martinica,
Colon recorrió a partir de la Isla Guanaja todo el litoral atlántico centroamericano hasta el
puerto de Excusado en el Istmo de Panamá. Tanto ha sido su fervor que el Almirante
redactó: “Yo vi en esta tierra de Veragua más grande serial de oro en 2 días primeros que
en La De España en 4 años”. Con el fin de explotar el oro de estar zona, el 6 de enero de
1503 fundo a orillas del rio Belén el primer intento de población en Tierra Firme, a saber:
Santa María de Belén. Después de quedar diversos meses refugiado en Jamaica a causa
del deterioro de sus naves, el Almirante retorno a España donde fallecería en Valladolid el
20 de mayo de 1506, firmemente convencido de haber llegado a cualquier punto del
Oriente y no a un Nuevo Mundo.
4. Las capitulaciones de Ojeda y nicuesa y sus fallidos internos de colonización.
Como consecuencia del comité de Burgos escogió avanzar la averiguación hacia la tierra
de las especias, al tiempo que, para efectos de conquista, parte terrestres Firme ha sido
dividida en 2 cantidades, tras el contrato concertado con Alonso de Ojeda y Diego de
Nicuesa, el 9 de junio de 1508. Con el nombre de Urabá o Nueva Andalucía se denominó
a la Provincia comprendida a partir del Cabo de la Vela hasta el este del Golfo Urabá.
Esta cantidad ha sido encomendada a Alonso de Ojeda. Por su lado, Diego de Nicuesa ha
sido designado Gobernador de la Provincia de Veragua que iba a partir desde el oeste del
Golfo de Urabá hasta el Cabo Debido a Dios en Honduras. Sin embargo, Ojeda y Nicuesa
estaban subordinados al nuevo Gobernador de La De España, Diego Colon, aun cuando
podían ejercer su mando en Jamaica.  Al igual que Bastidas, Ojeda y Nicuesa estaban
autorizados para encontrar islas y tierra firme que no pertenecieran a Portugal, así como
salvar oro, plata, guanines y otros metales, rocas bellas, perlas y cualquier otra cosa, sin
descartar el tráfico de esclavos. Luego de duros enfrentamientos con los aborígenes en
Turbaco, en las márgenes del Golfo de Urabá, fundó la colonia de San Sebastián (1510)
que a la postre terminó destruida por los indios. El propio Ojeda se observó obligado a
renunciar a la organización colonizadora y su segundo en el mando, el bachiller Martin
Fernández de Enciso que más adelante llegó de La De España con nuevos refuerzos, no
tuvo mejor suerte. Ha sido entonces una vez que, por recomendación de Vasco Núñez de
Balboa, que había llegado a San Sebastián embarcado como polizón, los desesperados
colonos españoles determinaron transportarse al otro lado del Golfo de Urabá donde los
nativos no usaban flechas envenenadas. Sobre un poblado indígena del Darién y a la
orilla del río del mismo nombre, en los últimos meses de 1510, se fundó Santa María La
Vieja. Como desee que fuese, en el Darién los españoles encontraron un espacio
estratégico a partir de donde podían moverse para hacer sus expediciones de hallazgo y
conquista tanto en el centro de la zona como en el propio Golfo de Urabá. Surgieron
desavenencias por preguntas de jurisdicción y mando entre el bachiller Martin Fernández
de Enciso y los inquietos colonos del Darién, acaudillados por Balboa. No olvidemos que
Santa María La Vieja estaba situada en territorio correspondiente a la jurisdicción de
Nicuesa y, por consiguiente, el lugarteniente o segundo de Ojeda era, realmente, un
usurpador. Con dichos argumentos los vecinos de la colonia convocaron el primer Cabildo
Abierto que se celebró en Tierra Firme, en 1510, donde se escogieron como Alcaldes a
Vasco Núñez de Balboa, a Benito Palenzuelos y a Martin Zamudio, en tanto que
resultaron Regidores Juan Valdivia y Diego Albitez. Como Alguacil ha sido destinado
Bartolomé Robado, quien claramente había ayudado al extremeño a salir de la de España
con destino a Urabá.  Enciso como máxima autoridad, otros a los Alcaldes y no faltaron
aquellos que se inclinaban por Nicuesa. Por su lado, este último que había zarpado de
Santo Domingo a fines de 1509, luego de auxiliar a Alonso de Ojeda en su combate con
los nativos de Turbaco, pasó por la costa del Darién rumbo a Veragua. La mala suerte
acompañó a Nicuesa quien perdió la mayoría de sus hombres en las ensenadas e islas de
la laguna de Aburema (Chiriquí Grande) como consecuencia de los consecutivos choques
con los aborígenes, una secuencia de desventurados naufragios y el apetito que acosó a
los inexpertos españoles. Ahí, por intermedio de su lugarteniente Rodrigo de Colmenares,
se enteró de los sucesos de Santa María la Vieja del Darién. Si bien hay variantes
contradictorias sobre la actuación de los colonos de la Vieja en la supresión de Nicuesa,
lo cierto es que el más grande nivel de responsabilidad recayó sobre Vasco Núñez de
Balboa, tal vez ya que este hábilmente asumió el mando deshaciéndose de Enciso y
Zamudio a quienes mandó a España.
5. El gobernante de balboa en santa maría y el hallazgo del mar del sur.
Poco se conoce sobre los principios y los primeros años de Balboa. Ciertamente, con
Balboa Santa María la Vieja del Darién se ha convertido en el primer núcleo de población
y centro expedicionario en Tierra Firme. En el Nuevo asiento han recibido solares y tierras
de labranza, puesto que como mencionaba el mismo Balboa en su carta al Monarca
Fernando del 20 de enero de 1513 “llegaron a tiempo alcanzaron parte de todo lo bueno
que había”. El propio Balboa le indicaba al Monarca Fernando en la carta anteriormente
citada: Yo he procurado de jamás hasta hoy haber dejado andar la población fuera de
aquí sin yo ir adelante, hora fuese de noche o de día, andando por ríos y ciénagas y
montes y sierras Y, a renglón seguido, advertía: si el individuo que tiene cargo de regir
esta tierra se descuida con varias personas y se queda en el hogar ninguno lo puede
hacer tan bien de los que en su sitio envían con la población. Bastante difíciles fueron los
primeros años en Santa María la Vieja del Darién. De ahí que Balboa tuvo que recurrir al
Gobernador de La De España Diego Colon para que le facilitara comestibles y otras
mercaderías correctas. Con los víveres de Santo Domingo ha podido sostenerse la
colonia del Darién. Aun de esta forma, Balboa tuvo que confrontar ciertos motines
promovidos por el bachiller Diego del Corral. Con todo, Balboa recibió el nombramiento de
Capitán y Administrador de La Vieja, a causa de Diego Colon, en tanto que el monarca lo
designo Gobernador interino. Para abril de 1511, Balboa estuvo en condiciones de
emprender una secuencia de viajes de hallazgo y conquista de los cacicazgos nativos
situados en el Darién. Aquí Balboa localizó además mucho oro y rocas bellas y una vez
que los españoles se disputaban el botín, Panquiaco, el hijo más grande de Comagre, les
indico que encontrarían muchísimo más en un reino localizado al sur al que llegarían
luego de atravesar montañas y otro océano donde comerciaban balsas de vela de gran
tamaño. Ha sido la primera noticia que tuvo Balboa de la vida del Océano del Sur y del
fabuloso imperio Inca. A pesar de hallar mucho oro en el Darién Balboa además fijo su
atención en el Golfo de Urabá, tierra adentro. Especialmente se interesó por el tesoro del
Cacique Dabaibe o Debaide, a quien calificó como “muy enorme Mr. y de bastante gran
tierra y bastante poblada de gente, tiene oro y mucha porción en su vivienda, y tanto que
para quien no sabe las cosas de esta tierra va a ser bien dudoso de creer”. En su
averiguación de este tesoro Balboa halló el rio San Juan o Atrato y recorrió tierras hasta el
momento desconocidas en Urabá. El primero de septiembre de 1513 salió de La Vieja con
alrededor de 2 cientos de españoles, ochocientos nativos y perros amaestrados rumbo a
los dominios de Careta a partir de donde se aprovisionaría para cruzar el Istmo. Balboa
había comunicado al Monarca Fernando, en la carta que venimos citando, sobre la
copiosidad de oro en las tierras cercanas a hablado océano. Agregaba que los nativos del
Darién le hablaron sobre “tanto oro cogido en partes en el hogar de los caciques del otro
océano que nos realizan estar a todos fuera de sentido”. Perjudicial impedimento tuvo que
afrontar Balboa en su ruta hacia la “otra mar”. Además, cruzo “por varios y gigantes ríos
que localizó echando puentes y entrelazando un grupo de largas vigas”. Guías indios le
facilitaron la marcha, sin embargo, además hubo fuertes peleas con éstos, especialmente
con los encabezados por el Cacique Quarecua o Torecha, donde localizó oro, perlas y
esclavos negros, cuya procedencia es complicado de describir, aun cuando Angleria las
estimas etíopes. Al final, el 25 de septiembre de 1513, a partir de un promontorio, Balboa
avisto el océano del Sur. El Cacique Tumaco, en dicha situación, le señalo a los
incrédulos españoles la realidad del rico imperio de los Incas e inclusive explicó el animal
de carga de éstos, la llama. El 19 de enero de 1514 retorno triunfalmente a La Vieja para
lo que siguió otra ruta y sometió a otros cacicazgos como los de Pacra, Pocorosa y el
aguerrido Tubanamá. Solo entonces ha sido una vez que tomó la decisión de comunicar a
los soberanos en la Península sobre su trascendental descubrimiento, por medio del
comisionado real Pedro Arbolancha, quien justamente había llegado a fiscalizar la
actuación de Balboa. Empero tan fundamental noticia tardo en llegar a la corte y a estas
alturas las quejas contra Balboa habían prosperado por lo cual se denominó a Pedro Arias
de Ávila (Pedrarias) como Capitán Gral. y Gobernador de Castilla de Oro en el Darién. Sin
embargo, a Balboa se le premio designando Adelantado del Océano del Sur y
Gobernador de las Provincias de Coiba (Cueva) y Panamá, aun cuando subordinado a
Pedrarias.

CAPITULO N°2 EL ISTMO COMO CENTRO DE COLONIZACIÓN Y


EXPLORACIONES GEOGRÁFICAS

1.Las Instrucciones Reales y la Armada de Pedrarias.

Influido por las fantásticas descripciones de Balboa, el monarca Fernando de Aragón,


como vimos, denomino Castilla Aurífera o del Oro al territorio de tierra Firme para cuya
Capitanía General Así se asegura en las Instrucciones que el monarca otorgó a Pedrarias
el 11 de agosto de 1513 y en las que prácticamente no dejó nada al azar. Para tal objetivo
se llamó como primer Obispo de Santa María la Vieja del Darién a fraile Juan de
Quevedo. Sin embargo, después de las frustrantes experiencias de La Isabela, Santa
María de Belén y San Sebastián de Urabá, el monarca instruyó bastante en particular a
Pedrarias sobre la selección de los sitios donde habrían de establecerse los asientos o
poblaciones, tanto en las costas como tierra adentro. En estas Reglas el monarca insistía
en que Pedrarias habría de “procurar por todas las modalidades y vías atraer con buenas
obras a que los indios estén con los cristianos en amor y amistad”. Incluso, el monarca
autorizaba a Pedrarias a castigar a aquellos subalternos que no acataran este mandato.
Ante las noticias de Balboa sobre la vida de otro mar que los aborígenes del Darién le
habían comunicado y sin tener conocimiento de su descubrimiento, el monarca le
encomendaba, bastante en particular a Pedrarias, que en su política de poblamiento
tomará presente los beneficios de los sitios como avanzadas para lograr el mar del sur de
qué hablaban los naturales instruía para la obtención de licencias por parte del
Gobernador de todos aquellos que fuesen a rescatar con los indios y, a la vez que
alentaba a que los vecinos escribieran libremente sobre los acontecimientos en la nueva
colonia, procuraba ponerles freno a las posibles extralimitaciones de Pedrarias al tener
que consultar todo lo relacionado con el régimen con el Obispo del Darién, fray Juan de
Quevedo y con los oficiales reales. Para regular toda esta actividad mercantil el monarca
le recomendó a Pedrarias establecer en Santa María la Vieja una Casa de Contratación
que serviría, además, para mejorar la administración de la colonia, mediante un Consejo
de Régimen. Sin embargo, atendiendo las quejas de este último contra Balboa y los otros
miembros del Cabildo de la Vieja, instruyo a Pedrarias a tomarles juicio de residencia
(investigación realizada con base a las declaraciones de los vecinos), proceder con todo
rigor si comprobaba que se habían cometido desafueros e incluso remitirlos presos a
España. La actitud del monarca hacia Balboa será distinta, una vez que se completa del
descubrimiento del Mar del Sur y, como dijimos, lo nombrará Adelantado del mismo y
Gobernador de las Provincias de Coiba y Panamá, aunque sujeto a la autoridad de
Pedrarias. Sin duda, los rumores que circulaban en la Península de que “el oro se
pescaba con redes en el Darién”, contribuyo a que entre 1.500 y 2.000 voluntarios se
presentaran para formar parte de la Armada de Pedrarias, según el cronista Gonzalo
Fernández de Oviedo, uno de los expedicionarios. Finalmente, el 11 de abril de 1514 la
Armada de Pedrarias compuesta por 22 naves y carabelas salió de Sanlúcar de
Barrameda y, tras seguir el itinerario acostumbrado en la navegación de la época, recalo
en las Canarias para aprovisionarse de agua y vituallas. El 30 de junio de 1514 la gran
Armada echo ancla frente a Santa María la Vieja del Darién que estaba a 3 lenguas del
mar y a la que se llegaba por “un camino arduo y áspero”.
2.Pedrarias, Balboa Y Los Primeros Pasos En El Gobierno De Santa María La
Antigua.

Una vez que Pedrarias arribó a Santa María el poblado lo habitaban unos 500 españoles
que ocupaban unas 100 a 200 viviendas o bohíos de paja. Agregaba que la tierra era
bastante rica y había mucho oro labrado en poder de los indios “y los cristianos que
estaban con Vasco Núñez Vivían sin necesidad tenían aparejos para ser ricos”. Por su
lado, el Obispo Quevedo refería que en este sitio estaba “la gente alegre y contenta, cada
celebración jugaban cañas y todos estaban puestos en regocijo, teman realmente bien
sembrada toda la tierra de maíz y yuca” y mucho ganado porcino y disposición para hallar
la tierra. Pedrarias hizo su acceso al poblado con gran solemnidad, mostrando la más
grande ostentación viable y con hombres dispuestos a la guerra, puesto que temía que
Balboa opusiera resistencia. Con los hombres bajo su mando presentó sus respetos al
nuevo Capitán General. y Gobernador. Pedrarias llegó al Darién investido del poder real
que le otorgaban sus títulos Si éste representaba la autoridad real, su antecesor vasco
Núñez de Balboa, venía a ser el signo del poder popular”. De esta forma, a medida que
Pedrarias conocido como “el Gran Justador” (Para Bartolomé de las Viviendas el furor
Domini), era un cortesano que se había distinguido en las guerras de Granada y en
expediciones al África, además de que gozaba del favor real y, especialmente, contaba
con la ayuda del influyente Obispo Juan Rodríguez de Fonseca, Balboa, como se vio, era
un hidalgo sin fortuna que había adquirido vivencia y popularidad en el Nuevo Mundo,
empero a fuerza de actividades temerarias. Pedrarias constituía, en síntesis, el orden
estatal para encontrar, conquistar y poblar en beneficio de la Corona, en tanto que Balboa
era el primer modelo del caudillo individualista, aventurero y emprendedor sin sujeción a
autoridades burocráticas a las que menosprecia. Esto sin olvidar que a medida que
Pedrarias poseía bastante más de 70 años una vez que llegó a la Vieja, Balboa apenas
alcanzaba los 40. Este antagonismo tenemos la posibilidad de realizarlo extensivo a los
hombres que acompañaban a uno y otro. En lo que los colonos recién llegados de la
Península se sentían mejores a los compañeros de Balboa, en cierta medida por su clase
social y por disfrutar del favor real, los pobladores de Santa María se consideraban los
auténticos conocedores de los “secretos de la tierra” (baquianos), y, por consiguiente, los
más capaces para realizar las exploraciones y la pacificación de los indios. Una de las
primeras medidas adoptadas por Pedrarias ha sido comunicarle a Balboa, en presencia
del escribano general, Gonzalo Fernández de Oviedo, que si bien traía normas del
monarca para favorecerle en lo cual pudiese por los servicios prestados, además
necesitaba saber todo lo relativo al proceso de hallazgo del Darién y otros sitios, realizado
por Balboa y sus hombres. Más adelante, frente a la protesta del licenciado Gaspar de
Espinosa a quien, en su condición de Alcalde Más grande, le correspondía hacer justicia a
Balboa y por la intervención del Obispo Quevedo, Pedrarias tomó la decisión de
suspender su acción contra Balboa. El sistema de Consejo de Régimen, ideado por el
monarca, en sitio de eludir o disminuir las extralimitaciones del Gobernador, brindaron
lugar al origen de banderías irreconciliables, como fueron las encabezadas por Pedrarias,
Enciso y Colmenares, la de los oficiales reales Alonso de la Puente, Diego Márquez y
Juan de Tavira, sin olvidarnos de la facción de Balboa con el apoyo del Obispo Quevedo,
quienes según Oviedo eran aliados en las haciendas y encomiendas. A medida que tanto,
el caso de los colonos en la Vieja se logró insostenible. Conforme el testigo presencial
Pascual de Andagoya: “comienza a caer la población mala en tanta forma que unos no
podían curar a otros y de esta forma en un mes fallecieron setecientos hombres de antojo
y de patología de modorra” (fiebres que ocasionan un profundo sueño, apatía y muerte
súbita). De esta forma, luego de 7 u 8 meses eran más los muertos y los que habían
emigrado que los que persistían en la Vieja. Para darle alguna salida a esta difícil
situación, Pedrarias recurrió al otorgamiento de licencias a sus lugartenientes, con la
intención de que llevaran a cabo las llamadas “entradas en la tierra” o “cabalgadas”. 

3. La Primera Fase De Las Expediciones De Pedrarias

Hacia el sector del Darién, y no bastante distante de nuestra Santa María la Vieja,
se dirigieron 3 expediciones principales, a saber: la de Luis Carrillo, la de Juan de
Ayora y la de Francisco Becerra. Carrillo regreso a la Vieja en las postrimerías de
este año sin haber logrado rescatar oro, mas con un buen número de esclavos
indios. La siguiente incursión fue capitaneada por Juan de Ayora, quien, en
compañía de antiguos militares de Balboa, salió de Santa María en julio de 1514
con reglas de poner en realiza el requerimiento, a la vez que fundar poblaciones.
En las tierras del cacique Comogre erigió el poblado de Santa Cruz, que dejo a
cargo del capitán Juan Zorita. En los dominios de Tubanama encargo para
levantar un asiento a Hernando Pérez de Meneses, en tanto que Francisco Dávila
(para Las Casas, Francisco Becerra) se encamino hacia la costa del Mar del Sur y
llego hasta Punta Piñas. Según nos refiere Oviedo, Ayora y sus hombres no solo
no leían el requerimiento a los naturales, sino que cometieron toda clase de
atropellos. Es más, pocos meses después de la partida de Ayora y ante la falta de
noticias, Pedrarias, los oficiales reales y el Obispo definieron mandar en su busca
a un ex lugarteniente de Balboa, Bartolomé Hurtado, quien por haber participado
en el viaje de descubrimiento del Mar del Sur conocía el lote. Al poco tiempo, en
el mes de octubre, Juan de Ayora regreso a Santa María y, aunque ya se tenían
noticias de lo actuado por él, no fue objeto de castigo por Pedrarias, puesto que al
nombrar del malicioso Oviedo “había dado otros indios a Obispo” y, por lo tanto,
“todo se disimuló, y por sentencia y parecer del alcalde más enorme fue admitida
y aun loadas sus obras.” Volvió con gran cantidad de oro y casi veloz decidió
abandonar el Darién y volver a España donde murió a poco de llegar. A Francisco
Becerra, compañero de Nicuesa y quien ya había participado en la expedición del
capitán Juan de Ayora, el cupo, por recomendación real, la labor de explorar las
tierras de Comogre y Tubanama. Alrededor de 1515 y al frente de 180 hombres
llego al Mar del Sur y, después de visitar los dominios de Hapa, Tunaca y Tamao
y de divisar las costas de Panamá, regreso a Santa María la Vieja. Hacia estas
regiones se encaminaron Pedrarias “el Mancebo” y el bachiller Fernández de
Enciso, Francisco de Vallejo, Vasco Núñez de Balboa y el antes comentado
Francisco Becerra. Casi simultánea a la expedición de Ayora, mejor dicho,
alrededor de 1514, fue la capitaneada por el sobrino del Gobernador conocido
como Pedrarias “el Mancebo” y el bachiller Fernández de Enciso. Sin embargo, la
enfermedad de Pedrarias “el Mancebo” y de más de 150 de sus hombres frustró
la expedición que regreso a la Vieja. En consecuencia, 3 meses después
entraban a Santa María con cincuenta hombres menos, sin haber fundado
ninguna población y sin ganancia alguna, puesto que, al nombrar de Oviedo, el
despojo a los originarios apenas dio para un peso por militar. Al mando de 80
hombres, entre los que figuraban Francisco Pizarro, siguió la ruta de Balboa para
lograr el golfo de San Miguel e implantar el control efectivo de Pedrarias en el
archipiélago de las Perlas. Es más, agradecido por la amistad de los españoles,
les indico que hacia el sur había una tierra que “tiene y abunda en oro y perlas”, y
hasta se hizo bautizar en la fe católica y quiso que le impusieran el nombre del
Gobernador Pedrarias Dávila. En diciembre de 1515, el licenciado Gaspar de
Espinosa, sustituto de Pedrarias en el mando de la expedición del Gobernador,
que veremos luego, salió de la recién fundada acla con el fin de recuperar el oro
de Gonzalo de Badajoz y castigar a los originarios de Santa Cruz, en compañía
por 200 hombres de a pie y 10 de a caballo. El relato de sus crueldades llego a la
Corte y, por real cédula de 22 de julio de 1517, se le reprochó a Pedrarias que
hubiese autorizado que Espinosa llevara esclavos a Santa María, “porque no
habrá podido ser, sino que en la tomada y traída de ellos haya sucedido mucho
desasosiego”. La expedición que encabezo el Gobernador Pedrarias Dávila y que
intencionalmente dejamos para el final, aunque es anterior o es decir el inicio de
la del licenciado Gaspar de Espinosa, tuvo 3 objetivos básicos: encontrar al
desaparecido capitán Becerra en las tierras del Cenu, castigar a los originarios de
esta región y de Urabá por la destrucción de Santa Cruz y de los otros asientos y
rescatar el botín de Gonzalo de Badajoz, quien había llegado hasta la isla de
Coiba. El 30 de noviembre de 1515, al mando de 250 hombres de a pie y 12 de a
caballo, partió de Santa María la Vieja.

4. Otros aspectos de la rivalidad entre Pedrarias y Balboa y su desenlace.


Ya hemos observado cual ha sido la reacción del recién destinado Capitán Gral. y
Gobernador de Castilla del Oro en relación a Vasco Núñez de Balboa, tan rápido
como puso pie en Santa María la Vieja. Mas es fundamental rememorar que
Pedrarias traía consigo indicaciones reales para hacerle el juicio de residencia a
Balboa como era costumbre en las Indias al sustituirse los burócratas y de
enviarlo preso a España si se le hallaba causante de los cargos que recaían
sobre él, o sea la expulsión y muerte de Nicuesa, la división de Enciso
gubernamental de la Vieja y asientos de carácter administrativo y fiscal. El 23 de
septiembre de 1514, por 2 reales cédulas se nombre a Balboa Adelantado de la
costa del Sur y Gobernador de las Provincias de Panamá y Coiba, como ya
tuvimos posibilidad de nombrar. Paralelamente el monarca le expreso a Balboa
un regocijo frente a tan trascendental hallazgo, alabando su conducta para con
los nativos, al tiempo que el comunico que al recibo de sus cartas ya se había
destinado a Pedrarias como Capitán Gral. y Gobernador de Castilla del Oro, al
que debía subordinarse y, más aun, ayudarlo y aconsejarlo “en cada una de las
cosas en las que él viese que podían interesar al real servicio”. Para eludir
fricciones entre ambos Gobernadores el monarca encargo al Tesorero Alonso de
la Puente, a la sazón en Santa María la Vieja del Darién, que sirviese de
mediador, con lo cual se muestra que el monarca estaba consciente de la
rivalidad que despertarían los títulos brindados a Balboa, casi paralelos a los de
Pedrarias. No ha sido hasta el 20 de marso de 1515, una vez que ambas
carabelas con bastimentos que enviaba el monarca fondearon en La Vieja, que
llegaron a manos de Pedrarias los títulos brindados a Balboa. Como todo lo
mencionado se fundamentaba en las delimitaciones de los cacicazgos nativos,
según Pedrarias, los términos y las circunscripciones eran bastante vagos y, a lo
sumo, debía dársele a Balboa el título de Adelantado, no de toda la costa del
Océano del sur, sino apenas de aquél preciso sitio descubierto por él. Para
enseñar que Vasco Núñez no reunía las condiciones correctas para servir bien al
monarca, Pedrarias en su carta lo explicaba como una persona que “no sabe
mencionar verdad”, ni acepta ningún tipo de crítica, carente de buena voluntad,
“codicioso”, despiadado, ingrato, envidioso, Heno de rencor, incapaz de recibir
tipos, disparatado, adicto y bastante interesado. Inclusive Pedrarias llego al
extremo de achacarle a Balboa la derrota de tales organizaciones de
investigación y poblamiento ya que, según él, al continuar los tipos de Vasco
Núñez para fundar asientos, resulta que dichos sitios eran estériles e insalubres,
razón por la cual han tenido que abandonarse. No obstante, Vasco Núñez
deseoso de emprender una incursión al Océano del Sur para contrarrestar el plan
de Pedrarias de mandar a Diego de Albitez el en esta dirección, aun cuando
plenamente empobrecido y marginado por la persecución del Gobernador,
localizó medios para mandar a Andrés Garabito a La De España para reclutar
gente y juntar los suficientes fondos para hacer frente su plan y llevarlo a cabo en
ausencia de Pedrarias. Por tal motivo, encerró a Balboa en una jaula y, tal ha sido
el escándalo en Santa María, que nuevamente el Obispo tuvo que intercedes
para liberar a Vasco Núñez.
5. La Función De La Ciudad De Panamá Y Las Incursiones Por El Interior Del
País Y Centroamérica.
Una vez decapitado Balboa en Acla, Pedrarias viajó al Océano del Sur y
luego de navegar por el archipiélago de las Perlas, el l5 de agosto de 1519
sobre el villorrio indígena de pescadores fundo Nuestra Señora de la
Asunción de Panamá. Desafortunadamente no se ha conservado el
Certificado Fundacional de la vieja localidad de Panamá, sin embargo, por
real cédula del 6 de septiembre de 1521, se fijaron los términos y
parámetros de ésta. Begin la explicación del propio Espinosa, Nata era una
“tierra bastante llana y de vegas; tiene 3 enormes ríos enormes y bastante
monumentales riberas, bastante abundosa de todos bastimentos de indios
y de monumentales pesquerías: hay en ella caza, de esta forma de
venados, en mucha porción, como de ánsares y pavos y tórtolas y
palomas; tiene las superiores salinas que se han observado en todo lo
descubierto de dichos Reinos; hay en ella mucha ropa de algodón es la
población de ella de mucha más razón y más limpia que en otra ni una que
se haya observado en todo lo descubierto; es provincia pequeña de escasa
tierra, aun cuando la más fértil y abundosa que se vio en todo to
descubierto. ” Anterior a seguir con las exploraciones que se hicieron a
partir de la urbe de Panamá con la autorización de Pedrarias, se necesita
rememorar que, a fines de 1518, el Jefe supremo Carlos V había destinado
en su reemplazo como Gobernador de Santa María La Vieja del Darién a
Lope de Sosa, antiguo Gobernador de las Canarias. La primera de estas
exploraciones ha sido la de Gil González Dávila, antiguo Contador de La
De España, y Andrés que, aun cuando estructurada en España y sin contar
al inicio con el apoyo de Pedrarias, después obtuvo su apoyo efectivo. Al
frente de 4 naves construidas en el astillero del rio Balsas, navegaron
hasta las costas de i2hiriqui, donde Gil González desembarco y exploro
caminando el territorio de la presente Costa Rica, comprendido entre Punta
Buraca y el golfo de Nicoya. Posteriormente, Gil González se internó en los
dominios del cacique Nicoya (en Nicaragua), quien no solo de obsequio
oro, sino que también la fe católica. Debido a los naturales González
Dávila conoció la vida de 2 monumentales lagos (Nicaragua y Managua) y,
de manera errónea, pensó que se trataba del ansiado estrecho entre los
océanos del Norte y del Sur. Avanzando hacia el interior levanto, a orillas
del lago Nicaragua, la metrópoli de Granada a la que doto de un templo en
honor a San Francisco. De aquí constante su viaje hacia Honduras en
donde se localizó con Gil González Dávila. Enterado Pedrarias de esta
reacción de rebeldía, en el primer mes del año de 1526, embarco a partir
de Panamá con destino a Nicaragua donde logro minimizar a prisión al
sublevado y decapitarlo en la metrópoli de León. Lo fundamental de todo lo
mencionado es que hacia 1526, tanto las exploraciones enviadas por
Pedrarias a partir de Panamá, como las remitidas por Cortes a partir de
México, habían demostrado plenamente que el tan ansiado estrecho de
océano no existía en Centroamérica.
6. Panamá En La Conquista De Perú.
Aun cuando Balboa ha sido, al parecer, el primer conquistador español que oigo
de boca de los indios sobre la vida del rico imperio incaico, descripciones más
exactas fueron las conseguidas por Francisco Dávila en Punta Piñas. Sin
embargo, el pionero en la ruta hacia el Levante habría de ser Pascual de
Andagoya, uno de los primeros etnógrafos del Istmo, quien en 1522 zarpo de
Panamá. Con refuerzos que mando buscar a Panamá, Andagoya emprendió su
marcha hacia la tierra del Biru, adonde arribó luego de 6 o 7 tras y se confrontó a
los indios de este sitio a quienes venció. La derrota del cortesano Andagoya
otorgó paso a que entraran en escena el sacerdote Hernando de Luque y los
colonizadores Diego de Almagro y Francisco Antecedente de continuar con las
expediciones destinadas a la conquista del Perl, importa intentar someramente
ciertos datos biográficos sobre la primordial figura de este trascendental evento.
De la misma forma que pasa con Balboa, poco se conoce sobre los primeros
años de Francisco Pizarro. El tenaz Pizarro solo desamparo el sitio una vez que
se venció el plazo dado por Ojeda para el regreso. Aun cuando Pedrarias no se
enseñó entusiasmado con los planes de Pizarro, Almagro y Luque, puesto que
poseía puestas sus miras en Nicaragua, acepto a condición de recibir una sección
del botín resultante. Tal, el 20 de mayo de 1524, se celebró un contrato entre el
Gobernador, Pizarro, Almagro y Luque. Por este, Francisco Pizarro asumió el
mando de la compañía, Hernando de Luque la dirección económica y la
averiguación de fondos para la ejecución de la misma y Diego de Almagro quedó
al mando de la obtención de bastimentos, del reclutamiento de hombres y del
enlace entre los expedicionarios y Panamá. Con 2 barcos y 112 hombres Pizarro
zarpo el 14 de noviembre en busca del Perú recorriendo, al principio, el
acostumbrado recorrido de la isla de las Perlas, Punta Piñas y el rio San Juan. Sin
embargo, con los víveres que había traído el capitán Montenegro a partir de
Panamá siguieron en marcha hasta llegar a un poblado de indígena en Punta
Quemada, que dichos habían abandonado temerosos de los españoles, empero
donde encontraron provisiones y oro. Mas los naturales rápido se envalentonaron
y atacaron a Pizarro ocasionándole serias heridas. Luego de esta peligrosa
jornada los extenuados expedicionarios retornaron a Panamá para llevarle ciertos
presentes a Pedrarias, aun cuando Pizarro, prudentemente, se quedó en
Chicama, alrededor de la isla de lasa Perlas. a partir de Panamá por Almagro se
volvió el camino hacia el sur. No obstante, el desarrollo se interrumpió una vez
que Pizarro se entregó cuenta que era imposible controlar una zona tan poblada
con tan pocos hombres. Por lo cual, tomó la decisión de establecerse en la isla
del Gallo, a medida que Almagro iba, de nuevo, a Panamá por voluntarios y
bastimentos. Por su lado, a Diego de Almagro se dé hacia Hidalgo y se dé
concedía la tenencia de la fortaleza de Tumbes con un salarte bastante inferior al
de Pizarro. A Hernando de Luque se le llamaba Obispo de Tumbes y Defensor
Mundial de los indios. Como era lógico, las notables concesiones logradas por
Pizarro comparativamente con los exiguos beneficios que recibían sus aliados
creo descontento en dichos últimos y retardo la puesta en marcha de la
expedición. Sin embargo, una vez superados dichos contratiempos, a inicios de
1531, zarpo de Panamá la tercera expedición con 3 navíos, 280 hombres y 27
caballos, que tras desembarcar en la bahía de San Mateo prosiguió al puerto de
Cuaque.
CAPITULO N°3 PANAMÁ: SITIO DE TRANSITO DE LOS
METALES PRECIOSO.

1.El Impacto Inicial De La Conquista De Perú.

Una vez que, en 1529, el jefe supremo Carlos V, a cambio de retribuciones


económicas, renuncio a sus derechos sobre las Malucas, a la vez que puso fin a
las disputas entre España y Portugal por el dominio del negocio oriental, corto la
funcionalidad que el Istmo de Panamá hubiera podido realizar como ruta de
transito de la codiciada especiería. Apenas 3 años previamente la Corona había
instruido a Pedro de los Ríos, a la sazón recién designado Gobernador de
Castilla del Oro para que, a medida que estaba el tan buscado “estrecho” o paso
acuático entre el Atlántico y el Pacifico, construyera 2 viviendas “una en la
metrópoli de Panamá en la costa del sur, y otra en la costa del norte en la parte a
objetivo y cercana a ella para que las armadas que enviamos y enviaremos a las
dichas islas del Maluco y otras piezas de la Especiería vinieren a bajar en la esa
localidad de Panamá”. Hasta el sometimiento del imperio incaico, la economía del
Istmo giraba alrededor de las “entradas en la tierra” y la explotación de los
yacimientos auríferos del Darién, la pesquería de perlas en el Golfo de San
Miguel, las ocupaciones agrícolas y ganaderas en pequeña escala que
descansaban en el sistema de encomiendas, así como además en el corte de
maderas para la obra de casas y barcos de cabotaje. Sin embargo, con el rescate
de Atahualpa y la afluencia de fabulosos tesoros a España vía Panamá, esta
economía de permanencia va a padecer profundas alteraciones. Como
consecuencia de las exploraciones hacia Nicaragua y otros puntos de vista de
Centroamérica y, especialmente, por las expediciones hacia el Perú, se entregó
un marcado despoblamiento en los primordiales asientos del Istmo de Panamá.
Empero 5 años después, según los datos suministrados por Mena García, solo
persistían en la urbe de Panamá una treintena de vecinos y cerca de 500 indios.
Para dicha fecha, calcula esta popular historiadora que, entre Acla y Panamá, no
había más que 35 o 40 vecinos y era evidente el decrecimiento de los primitivos
habitantes nativos, ciertos de los cuales habían sido eliminados o incorporados a
la emigración hacia el Perú, cuyo número subió a 10.000, solo en los primeros
años de la conquista. 2 años después, Pedro Cieza de León en su tradicional
especificación de la metrópoli de Panamá indico con singular agudeza: “los viejos
colonizadores son ya todos muertos, y los vecinos que ahora hay son
contratantes, y no consideran estar en ella más tiempo de cuanto logren hacerse
ricos; y de esta forma idos unos, vienen otros; y pocos o ningunos miran por el
bien público”. En impacto, los tiempos habían cambiado bruscamente y el istmo
de Panamá, en lo sucesivo, dejo de ser el usual centro de exploraciones de
hallazgo y conquista para transformarse en el lugar de paso obligado de los
metales bellos y de otros productos americanos con destino a la ciudad. De
instante, en 1536, la localidad de Panamá ya contaba con bastante más de 200
pobladores y, al rededor del siglo, esta población se había duplicado. En cuanto
al bajón demográfico de los nativos, el mismo llego a tal punto que, como muestra
Mena García, ha sido primordial traer a Panamá, indios de México, Guatemala,
Nicaragua, Perú, las Antillas e inclusive aborígenes pescadores de perlas que
proceden de Cubagua (Venezuela), Cabo de la Vela y Rio Hacha.
2.Las Flotas y la navegación por el Atlántico.

a). La defensa de las flotas y las novedosas ordenanzas.


Aun cuando en 1552 se intentó poner en marcha un sistema más flexible que el de las
flotas, el experimento no alcanzo el triunfo anhelado y una real cédula de 1553 lo
restauró. Desde entonces, las flotas debían zarpar en las reses de enero y septiembre y
navegarían acompañadas por 4 navíos artillados. Se planteó entonces que el monarca
financiase 2 escuadrones contra los corsarios franceses e de Inglaterra, en las costas de
la Península y en las Antillas, a medida que las flotas eran acompañadas por 2 navíos de
guerra y un buque correspondencia artillado. Así mismo, luego de mediados del siglo XVI,
ambas flotas, la de México y la terrestres Firme, por el momento no regresaron juntas a
España, pues la primera se tardaba bastante más que la segunda. Comúnmente, en
etapa de tranquilidad, los bajeles armados que escoltabais a las flotas eran 2 y este
número se aumentaba una vez que España estaba en guerra con otra potencia. Una
secuencia de ordenanzas dictadas en 1564 y 1566 regularon de manera definitiva el
sistema de las flotas hasta el siglo XVIII. Lo cierto es que a partir de entonces la libertad
de las dos flotas ha sido total, debido a que cada una tuvo sus propios navíos y sus
respectivos capitanes en general y almirantes.
b). La decadencia del sistema
Según Lutgardo García Fuentes a lo largo de la segunda mitad del siglo XVII se
despacharon 16 flotas con destino a Tierra Firme, lo cual arroja una media de una flota
cada 3 años, mientras tanto que a Nueva España fueron 25 Se ve que hacia finales del
siglo él mandó de flotas a Portobelo se había limitado a menos de la mitad que al principio
del mismo. Lo común ha sido que en las postrimerías del siglo la flota zarpara cada 4 o 5
años, con lo que se hace evidente la decadencia de este sistema monopólico de negocio.
Tenemos la posibilidad de ver que al iniciarse el siglo XVII, se crea una evidente
disminución en el número de bajeles que integraban la flota, lo que se debería, en cierta
medida, a que los navíos, por dichos años, empezaron a tener más grandes magnitudes y
además al realizado de que el negocio “sino en decadencia, daba una vez que menos
escasas señales de incremento normal”, tal como concluye el propio Haming. Para
mediados del siglo XVII, la decadencia de las flotas era tan pronunciada, que se planteó
fletar hacia Portobelo a los buques de guerra con los géneros de negocio y sin naves
mercantes.
C). la tripulación.
En los navíos viajaban el Veedor que era el procurador del monarca que vigilaba que se
cumplieran cada una de las ordenanzas, el capellán, un contador, un alguacil más grande,
un capitán de artillería y los artilleros, los maestres de la plata, delegados a los metales y
rocas bellas, los maestres de raciones, asistidos por uro escribano de raciones. Luego de
1605, la máxima autoridad sobre las preguntas que se relacionan con las flotas
americanas quedo al mando del comité de Guerra y Armada de Indias.
d). La navegación atlética y las condiciones del viaje.
La ruta seguida por la flota era la siguiente: a partir de Andalucía hasta el suroeste de la
costa africana y de ahí a las islas Canarias donde arribaban luego de 7 u 8 días de
navegación. De Canarias se tomaba rumbo suroeste como a 16 grados y aprovechando
los vientos navegaban hacia el oeste hasta las islas Deseada o Guadalupe, a partir de
donde, nuevamente, con rumbo suroeste se dirigían al Cabo de la Vela y de ahí a
Cartagena de Indias, arribando luego de 6 o 7 semanas de haber salido de la Península.
La disposición real establecía que a lo largo del viaje todos los barcos de la escuadra
debían estar visibles unos de los demás. Quedaba terminantemente prohibido hacer
escalas que estuvieran fuera del itinerario y una vez que la flota era desviada hacia
cualquier In fondeadero nadie podía desembarcar. De igual manera, ningún galeón podía
entrar o salir de un puerto de las Indias en la oscuridad ya que, como resultado de los
piratas y corsarios, había orden de disparar. Principalmente luego que la flota llegaba a
puerto este se clausuraba para eludir un ataque enemigo. Pese a que las normas en
relación a la comida eran bastante precisas, una vez en alta océano el capitán de la flota
podía infringirlas. De manera, el índice de mortalidad en los barcos era bastante alto, al
igual que los que enfermaban a lo largo del viaje y debían ser asistidos al llegar a las
Indias. Para acortar la época se improvisaban corridas de toros, luchas de gallos, pescas
de tiburones y fiestas religiosas, sin embargo, en la mayoría de los casos, el viaje hacia
las Indias Occidentales, era un sacrificio que se pagaba en aras de la fortuna.
e). Las Ferias.
Las ferias, organizadas por primera vez en Nombre Dios y, desde 1597, en Portobelo,
tenían el objetivo principal de suministrar artículos europeos a los mercados y cargar los
preciosos metales desde Perl hasta la península. La importancia y volumen de este
intercambio se pone de manifiesto en los datos suministrados por autoridades en la
materia como Earl J. Hamilton y Pierre Cauno, quienes coinciden en que entre 1531 y de
todo el oro que entró a España en el Nuevo Mundo, el 60% atravesó el Istmo de Panamá
como comercio de Nombre de Dios Portobelo para el de Veracruz en Nueva España. La
primera feria se celebró en Número de en 1544, es decir el año siguiente a la
inauguración formal, como hemos visto, del sistema de flotas de la Carrera de Indias.
a) El puerto de Nombre de Dios
Como ya señalamos, hasta 1596, las ferias se celebraron en Nombre de Dios, por lo cual
el negocio terrestres Firme del siglo XVI perteneció exclusivamente a este puerto
atlántico, considerado entonces como el más enorme del Nuevo Mundo. Excepto por la
ejecución de las ferias, Nombre de Dios, no ofrecía ni representaba nada y ni siquiera
gozaba instalaciones estáticas. Y Rosas de Oquendo se refirió a Nombre de Dios como:
“Nombre bueno, tierra mala, donde permanecen las calenturas desarrolladas jueces de
aduana”. A su juicio, estos mercaderes se establecían en Nombre de Dios solo “hasta
hacerse ricos”. En el primer mes del año de 1596 Francis Drake tomo, sin más grande
tropiezo, la población de Nombre de Dios, luego de lo que cometió todo tipo de excesos y
desmanes y, al final, la destruyo.
b) Portobelo
El 20 de marzo de 1597, Francisco Valverde y Mercado, fundo San Felipe de Portobelo y
el ingeniero militar Juan Bautista Antonelli delineo su custodia. de que ya, en 1568, la
Corona había recomendado el traslado de Nombre de Dios hacia la izquierda del puerto,
no ha sido sino hasta su devastación una vez que se erigió el nuevo asiento. Si bien
Portobelo ofrecía un puerto natural más correcto y mejor salvaguardado y más grande
cercanía con el Chagres y Panamá, su clima era igual de mortífero que el de Nombre de
Dios.
c) Las Ferias
La flota terrestres Firme, como ya señalamos, tocaba en primer término el puerto de
Cartagena de Indias, a partir de donde el Almirante o el Gral. enviaba emisarios a Nombre
de Dios o Portobelo con la nueva de su llegada y una correspondencia con las valijas
destinadas al Virrey del Perú. Entretanto, en Lima, el Virrey reunía las alquilas reales de
Chile y de las provincias del, pero y se preparaba todo para su envió a Panamá. Al echar
anclas la flota en Nombre de Dios o Portobelo, se procedía a bajar la mercadería de las
bodegas de las naves y a almacenarla en barracones y tiendas de campaña cubiertas.
Además, en la mayoría de los casos, se acumulaban diversos cargos reales en una sola
persona, lo cual, a más de prestarse para toda clase de abusos y cohechos, determinaba
la inviabilidad de poder mantener el control de los registros de los barcos y la mercadería
que circulaba por la plaza. De rápido había que alojar a la una cantidad enorme de
militares, comerciantes, oficiales reales, componentes, artesanos y hasta a los curiosos.
Todo comenzó a subir de costo, la gallina a costar doce reales, que en Tierra Firme me
costaba uno, una libra de carne de res costaba 2 reales, lo cual en otros sitios adquirí
trece libras por medio real y así incrementaron además todos los demás víveres y
provisiones”. Minutos embargo, las ferias eran tan rentables para los comerciantes
sevillanos, gaditanos, de Lima y, desde luego, para los de Panamá, que llegaban a
costear 1.000 pesos de alquiler por un espacio donde poder guardar sus artículos. Una de
las cosas que más llamo la atención de Gage, anteriormente del inicio de la feria, ha sido
“ver las recuas de mulas que llegaban de Panamá cargadas con lingotes de plata, que
eran descargadas en el mercado público de forma que loe montículos de lingotes de plata
permanecían como montones de rocas en la calle, sin sospechas ni miedo de
desaparecer”.
d) estafa, fraude y cohecho
Aun cuando, por real cédula, el primero debía cobrarse al contado, frecuentemente los
oficiales reales solían confiar u ofrecer crédito a los mercaderes que no teman efectivo,
todo lo que aumentaba todavía más la confusión y daba pie a nuevos mecanismos de
evasión fiscal. Con el tiempo los mecanismos fraudulentos, con el objetivo de obtener más
grandes ganancias, en detrimento de la Real Hacienda, se multiplicaron y perfeccionaron
y llegaron a intervenir, aparte de los burócratas reales y los mercaderes, los militares, los
frailes, los clérigos y, generalmente, todo ese que estuviera presente en la feria. Vila Vilar
localizo una carta, de 1618, en la que el Mandatario de la Vivienda de la Contratación,
Pedro de Marmolejo, acuso al Consulado de toda clase de fraudes, en los cuales, de una
u otra forma, intervenían esas personas que participaban en la Carrera de las Indias.
Marmolejo o menciona va como cómplices a los maestres de la plata, a los ministros de
armadas y flotas, a los que consideraba capaces de trasbordar los metales bellos a
buques extranjeros, a los alguaciles, redacta años, guardas y, al fin y al cabo, a todos los
burócratas de la Vivienda de la Contratación, que se dejaban sobornar continúan ente
e) Los Géneros Del Comercio.
Los primordiales abastecedores de la flota terrestres Firme fueron Andalucía con sus
productos agrícolas, como vino, aceite, vinagre, etc. Este último género y los vinos fueron
los artículos de negocio más relevantes y solicitados en el Nuevo Mundo. No obstante, de
la misma forma que nos sugiere Eufemio Lorenzo Sanz, la carestía de los géneros de
negocio que proceden de España, así como el insuficiente abasto de las Indias por las
flotas, ocasionaron que a partir de bastante temprano se desarrollaran obrajes en América
y se intentara el cultivo de viñedos y olivares, más que nada en Perú. Los comerciantes
sevillanos y gaditanos adquirían los géneros con destino a las Indias, ora en sus
mercados de procedencia, bien de los almacenistas de Sanlúcar, Sevilla o Cádiz. Una de
las características principales, de las mercancías con destino a las Indias, era que debían
ser de sorprendente calidad. Los artículos que no reunían esta condición no se vendían
por la profundo competitividad del mercado. Bajo el reinado de Felipe II, nos refiere el
historiador Vallisoletano Lorenzo Sanz, que, de todos los artículos de Europa, que
llegaban a Sevilla con destino a las Indias, era la lencería francesa el que ocupaba el
primer sitio. Francia además aportaba al mercado indiano mercerías, tijeras, cardas y
peines, entre otros varios géneros. Los artículos flamencos, aun cuando no tan codiciados
como los de Francia, eran necesarios para proveer el mercado americano. Desde
mediados del siglo XVII el mercado americano comenzó a avanzar y, además de los
géneros ya reseñados, además se consumieron otros. Así, nos dice Lutgardo García
Fuentes, citando a Gerard, que, en 1686, Francia exporto al Nuevo Mundo, vía Sevilla,
sombreros por costo de 400.000 libras. Asimismo, llego a Tierra Firme hilo, procedente de
Holanda y Francia, papel de este último reino; cera, siendo Portobelo el primordial
mercado americano de este producto; medicinas y toda suerte de droguerías; hierro;
albayalde, para la fabricación de pinturas; especias; jabón; armas; vidrio, etc. Por otro
lado, por medio terrestres Firme llegaba al mercado español, primordialmente, el oro y la
plata de Perú y productos colorantes como el añil, del que el 18% se comercializaba por
Portobelo; el palo Brasil, y en menor escala el palo Campeche y la grana cochinilla. Por
igual, la flota terrestres Firme además cargaba cueros, azúcar, cacao, jengibre,
zarzaparrilla, lana de vicuña, achiote, tabaco, etc.

3. la navegación por el pacifico, el puerto de panamá y la ruta transitico.


a) itinerario de la armada del sur y otras embarcaciones

CAPITULO N°4 EL MUNDO HISPANO FRENTE AL INDÍGENA.


1. La mentalidad del conquistador
El conquistador, como ya señalamos en el primer capítulo, cabalgaba entre 2 épocas: la
Edad Media y el Renacimiento. Su incipiente mentalidad renacentista hacía del
conquistador un hombre nuevo, interesado en trascender en este planeta debido a la
obtención de gloria, prestigio y riqueza. Con relación al segundo punto dicho por Leonard,
la gloria, además ha sido extensamente satisfecho, debido a que los españoles no solo
obtuvieron celebridad personal en la conquista, sino que España, bajo el reinado de
Carlos V, se convirtió en el Imperio donde jamás se escondía el sol. Ejemplos de la
reputación que alcanzaron ciertos españoles a lo largo de dichos años son los famosos
casos de Hernán Cortés, el conquistador de México y de Francisco Pizarro, en el Peri,
entre otros. Inclusive, las bulas alejandrinas han venido a reafirmar la certeza de la
predestinación, reservando, al principio al conquistador el altísimo cometido
evangelizador, que no recayó en un inicio en los misioneros. Este convencimiento que
entrañaba una gigantesca responsabilidad frente a Dios y su vivencia en la Reconquista y
en las Canarias fueron recursos determinantes para que el conquistador empleara
procedimientos de conversión no continuamente ortodoxos y por los que se e acus de
violencia para con los aborígenes. Una buena definición de las causas que movían al
conquistador la otorgó el cronista Francisco López de Gomera, una vez que escribió: “La
causa primordial a que venimos a estas piezas es por ensalzar y predicar la fe de Cristo,
aun cuando juntamente con ella se nos sigue honra y beneficio, que escasas veces caben
en un saco”. en 1510 llegaron a la Espabila los primeros dominicos quienes quedaron El
domingo previo a la Navidad de 1511, fray Antonio de Montesinos pronuncio su conocido
discurso que ha sido la voz de alerta de lo cual estaba pasando en el Nuevo Mundo y el
inicio de una dilatada discusión. Si no obedecían debían ser remitidos a España en el
primer barco, para ser castigados. Simultanea- mente el preeminente de la Orden, Alonso
de Loayza recomendó a Montesinos retractarse o de to opuesto no enviaría más frailes al
Nuevo Mundo. Sin embargo, pese a estas amenazas, los dominicos de La De España no
cejaron en sus denuncias y el propio Montesinos decidió transportarse a la Península para
entrevistarse con el monarca. Pese a dichos planteamientos, se concluyó que los
aborígenes, aun cuando libres y acreedores a un procedimiento humano, debían estar
sujetos a dominio y al lado de los españoles para que tengan la posibilidad de convertirlos
y catequizarlos. Por otro lado, para lograr colocar en ejercer el adoctrinamiento debían
estar “en alguna forma en servidumbre”.

b) El Requerimiento
Recordemos que se trataba de un estén so archivo escrito en latín que los colonizadores
debían leer a los naturales, por medio de intérpretes indios, antecedente de romper
hostilidades. Pese a ello, debemos rememorar que en las Normas dadas a Pedrarias por
el monarca Fernando se insistía en que los españoles evitaran a toda costa ser los
agresores, para lo que anterior a atacar a los indios debían requerirlos cuantas veces
fuera primordial.

c) Las ordenanzas sobre el buen tratamiento a los indios de 1526.


Consideramos que no es oportuno seguir estudiando la legislación indiana sin referirnos,
aun cuando sea brevemente, al dominico fray Bartolomé de las Viviendas. Es viable que
haya llegado a América en 1502 con Ovando y que en la De España recibiera indios en
encomienda. Aquel mismo año, 1514, renuncio a sus indios y comenzó a predicar
sermones tan asombrosos como los de Montesinos. Lamentablemente, la rudeza se
mantuvo pese a la política de la Corona y de la obsesión de los dominicos, al frente de los
cuales estaba, como constantemente, fray Bartolomé de Las Viviendas.

d) El protector de los indios


Por lo cual, se creó el cargo de Defensor de índole, delegado de velar por la paz de los
naturales. Bien que cada nombramiento de Defensor tuvo sus peculiaridades, todos
incluían ciertos recursos habituales como, por ejemplo: el Defensor no podía ser mestizo;
debía realizar el cargo con cristiandad, limpieza y puntualidad; amparar y proteger a los
indios, para lo que debía visitarlos regularmente; supervisar el adoctrinamiento, etcétera.
Hasta el sermón de fray Antonio de Montesinos, en 1511, se había aceptado Un anime
mente que España tenía derechos sobre el Nuevo Mundo debido a la bula de donación
del Papa Alejandro, acatando, tal cual, la teoría del señorío mundial de Su Santidad, como
representante de Dios en la tierra. A Vitoria le cupo del mérito de negar categóricamente,
como ya indicamos, la teoría del señorío mundial y con base en la estabilidad jurídica de
todos los pueblos y razas echo por tierra el título del derecho a la conquista y ocupación
del Nuevo Mundo de parte de España.

e) Las Leyes Nuevas de 1542


Es indudable que la discusión por los justos títulos, unida a las denuncias de Las
Viviendas, primordialmente por medio de su Abréviela Relación de la destrucción de he
Indalo, y su feliz idea con los indígenas en Vera Tranquilidad (Guatemala), así como la
disminución demográfica de los indios y la corrupción detectada en el Consejo de Indias,
ciertos de cuyos miembros recibían sobornos de los encomenderos, coadyuva varón
grandemente para evidenciar la urgente necesidad de meter reformas en la legislación
indiana. Se plasmó la consideración de que los indios eran vasallos libres, en ventaja de
lo que las Audiencias quedaban encargadas de otorgar la independencia a esos que aun
permean cierran en esclavitud. Las Audiencias tenían la potestad de quitar los indios a
esos encomenderos que los hubiesen maltratado o a esos que no mosto rabo en los
debidos títulos. En relación a las ordenanzas que regulaban los nuevos descubrimientos,
se mandaba que solo 3 o 4 indios serian usados en estas expediciones y únicamente en
calidad de intérpretes. Cualquier tipo de trueque con los indios debía ser honrado y justo,
lo mismo que los tributos que pagaran los recién descubiertos.

f). Polémica entre casas de Ginés de Sepúlveda sobre los naturales


En 1548 el brillante humanista y erudito Juan Ginés de Sepúlveda escribió, estimulado por
el Cardenal de Sevilla, García de Loayza, un Tratado titulado 8obre las Justas causa de la
guerra contra los indios, en el que, como su mismo título 1o sugiere, intentaba enseñar
que la guerra contra los aborígenes se justificaba. Fray Bartolomé de Las Viviendas, que
estaba en España, mostro rápido su indignación y acuso a Sepúlveda de ignorar por
completo la verdad americana. En su creación, que entonces no obtuvo autorización para
divulgar, Juan Ginés de Sepúlveda aplicaba la teoría aristotélica de que ciertos hombres
son esclavos por naturaleza. De modo que, la guerra contra los aborígenes americanos
se justificaba en ventaja de numerosos componentes como por ejemplo en idolatría, sus
pecados contra natura, su violencia que no solo los incapacitaba para ser adoctrinados
sino además para la vida política. Por su lado, Las Viviendas continuaba predicando la
flagrante injusticia que significaba hacer la guerra a los indios, debido a que no tenía que
ver con bestias, ni de esclavos, ni de criaturas, sino de hombres capaces de
transformarse al cristianismo, de regir sus bienes y disfrutar de independencia. Ha sido
más lejos aún y comentó que debían detenerse cada una de las conquistas si el monarca
guerra mantener pura y sin culpa su conciencia. El 16 de abril de 1550, el monarca
ordeno la suspensión de cada una de las conquistas hasta que el comité, que se reuniera
por voluntad real, decidiera El comité, llamada De los Catorce sesiono en Valladolid desde
mediados de 1550 y estuvo incorporada por los hombres más prestigiosos del reino.
H). Las ordenanzas de 1573.
El título IV, Del pacificador, reunido en un solo cuerpo humano las leyes vigentes para el
procedimiento que debían recibir los indios de parte de los españoles. El articulo medular
para el procedimiento de los indios y que era una Ordenanza de Carlos V de 1523
expresaba: “Ordenamos y mandamos a los Gobernadores, Cabos, y nuevos
descubridores, que no consientan ni permitan hacer guerra a los indios ni de cualquier
mal, ni mal, ni que se les tome cosa ni una de sus bienes, haciendas, ni ganados, ni
frutos, sin que primero se les pague y dé satisfacción equivalente, tratando, que las
compras, y rescates sean a su voluntad, y completa independencia, y castiguen a los que
les hicieren mal procedimiento, o mal, para que con facilidad vengan en entendimiento de
vuestra Santa Fe Católica”. Llama fuertemente la atención que, en una fecha tan
temprana como el primer cuarto del siglo XVI, existiera una ordenanza tan cuidadosa
referida a la protección y buen procedimiento de los indígenas.
3. la situación del indio en el istmo
Una vez examinadas la mentalidad de los colonizadores y la legislación sobre los
aborígenes, nos atrae ahora destacar ciertos puntos del modus vivendi de dichos últimos
en nuestro territorio, que fueron aprovechados por los españoles para dominarlos o bien
perduraron, pese al predominio de la cultura occidental.
a) El legado indígena.
No se poseen datos exactos sobre la población indígena del Istmo de Panamá a la
llegada de los de Europa. A medida que Bartolomé de Las Viviendas señaló que "había
bastante varios enormes señores infinitas y enormes poblaciones", Gonzalo Fernández de
Oviedo calculó en 2 millones el número de aborígenes, cifra visiblemente exagerada,
como ya hemos dicho. Actualmente los demógrafos se contradicen en los cálculos y
estiman entre 150.000 a 225 .000 los indios en Panamá al instante del encuentro. Entre
otras propiedades de las prácticas aborígenes de Panamá destacada por los cronistas
religiosos y otros burócratas gubernamental español, que se han proyectado hasta
nuestros propios días, permanecen la utilización de la hamaca, la quema de los montes
para la siembra, así como el trabajo de plantas medicinales, tóxicas y víveres. Al tantas
veces citado Gonzalo Fernández de Oviedo, se debería uno de los libros más detallados
sobre los usos y prácticas de los viejos pobladores de las Antillas y Panamá. Después,
con un palo los indios procedían a la siembra echando en los orificios abiertos "7 u 8
granos de comentado maíz y dando después (el indio) un paso adelante", y de esta forma
sucesivamente, hasta que se completaba la tarea. Los caciques caverna solían distribuir
comida a los hombres para que les sembraran maíz y yuca, al igual que para los demás
trabajos. Esto rememora las recientes juntas interioranas, que el ya citado Juan Franco
indicó que se celebraban para la siembra del maíz a fines del XVIII. En las mismas se
servía exuberante comida, carne de vaca, bollos y tortas de maíz, además de la chicha
que, hablado sea de paso, además se consumía por los nativos a partir de anterior a la
llegada de los españoles. Según Oviedo los indios cavernas eran "bastante gigantes
herbolarios", puesto que conocían "muchas hierbas para distintas patologías, en particular
los señores y hombres primordiales, de esos tequilas (maestro o brujos) o todavía las
féminas". de esta forma, frente a la carencia de bastimentos que proceden de España se
recurrió a los alimentos nativos como la yuca, el maíz y ciertos animales propios del
Istmo. En 1516 al llegar a Nata, Gaspar de Espinosa localizó "infinito maíz e muchos
venados e infinito pescado asado, en varios ánsares, en pavas en jaulas toda comida de
indios, en mucha gran copiosidad". No olvidemos que los guías aborígenes han
acompañado a Balboa en su cruce del Istmo en 1513.
b)  Esclavitud y sublevaciones.
A partir de las primeras cabalgaciones llevadas a cabo por los españoles en Santa María
La Vieja del Darién, ambos fines básicos fueron: el rescate de oro y la obtención de
esclavos indios, importantes para los lavaderos y minas de comentado metal. Cuando, en
1519, se logró el repartimiento de indios en encomiendas por Pedrarias en la recién
implantada urbe de Panamá, las fugas y sublevaciones de los naturales no se hicieron
aguardar. El Gobernador Pedro de los Ríos reguló estas correrías de los llamados
recogedores de indios, permitiendo que esos que fuesen causantes del deceso de
cristianos serían esclavizados y repartidos por el capitán o líder de cuadrilla entre sus
acompañantes. Bastante conocidas fueron las jornadas esclavistas que Pedro de los Ríos
encomendó a su sobrino, en 1529, para la aparente pacificación y reducción de ciertos
cacicazgos en el Golfo de San Miguel Con razón Mena García apunta que entre los
cargos hechos contra Pedro de los Ríos en su juicio de residencia "se le culpó de
esclavizar a los indios encomendados, de reclutar gente a la fuerza para enviarla a las
entradas y de no haber pacificado a los indios, sino por otro lado hacerles la guerra con el
objeto de capturar el más grande número de indios y repartirlos entre sus allegados y
miembros de la hueste”. Pocos burócratas reales en Tierra Firme han estado exentos de
la queja de esclavizar a los aborígenes, al menos, hasta mediados del siglo XVI.
Ciertamente el oidor Pérez de Robles supo hábilmente aprovecharse de una situación que
propiciaba el negocio de esclavos indios por medio del Istmo de Panamá. Pedrarias
Dávila en 1529 prohibió la exportación de esclavos indios a partir de su nueva
gobernación en Nicaragua, empero rápido se sumó al lucrativo comercio que, hacia la
década del 30, representaba "la industria elemental de Nicaragua". Aun cuando en mayo
de 1542 se promulgó una ley por medio de la cual se prohibía esclavizar a los indios e
inclusive su compra por compra, y a pesar de las Leyes Novedosas, de finales del mismo
año, tales medidas, como era costumbre, tardaron en ponerse en práctica en Tierra
Firme. En septiembre de 1549, después de un denominado de atención por la Corona, el
Gobernador Sancho de Clavijo, convocó a los vecinos dueños de esclavos indios con el
objetivo de que en un plazo perentorio se presentarán con los aborígenes a su servicio.
c) Las encomiendas
Todo hace dar por sentado que las encomiendas o repartimientos de indios se empezaron
en Santa María la Vieja del Darién, según consta en una carta del tesorero Alonso de la
Puente quien, en noviembre de 1515, sostenía: "y ahora comenzaron a encomendar a
varias personas de bien ciertos caciques de los cercanos para que los sosieguen y los
pacifican y administren en las cosas de la fe”. Como vimos en el capítulo anterior, a raíz
de la fundación de la localidad de Panamá, por idea de Pedrarias se repartieron indios en
encomienda a un centenar de los 400 vecinos presentes en el acto. Ha sido por esa razón
que Los vecinos de la urbe de Panamá solicitaron a la Corona un óptimo número de
mercedes para que les permitiera el reparto de aborígenes fuera de los términos de la
urbe e inclusive vender los esclavos indios "en otros pueblos e islas”. Sostiene Álvarez
Rubiano que paralelamente que se tomaba el juicio de residencia a Pedrarias, en 1522,
se encuentre procurando de acallarlas quejas de los vecinos, llevó a cabo un segundo
repartimiento de indios. En esta posibilidad, el Gobernador, según Mena García, repartió
9.964 nativos en un total de 83 encomiendas. Varios nativos y esclavos negros han
acompañado a sus patrones en el éxodo. Pedro de los Ríos alcanzó patrocinar
expediciones en Nicaragua para obtener nativos y le quitó encomiendas a los no
residentes en Tierra Firme, para promover a sus prosélitos. Al final, el decidido
Gobernador Sancho de Clavijo, el 21 de marzo de 1551, expidió una provisión en la que,
al tiempo que reiteraba lo dispuesto en la real cédula de febrero de 1549 que ordenaba
poner en funcionamiento las leyes Novedosas, dispuso la eliminación de las encomiendas
en Tierra Firme, reacción que recibió la aceptación de la Corona. Excepto el conato
rebelde encabezado por los encomenderos de Panamá Gómez de Tapia y Pedro
Márquez, ya dicho y el de Diego Méndez, Sancho de Clavijo ha podido realizar su objetivo
de suprimir la decadente organización en Tierra Firme, sin que se suscitaron alzamientos
como los peruanos y Nicaragua. Las mismas brindaron como consecuencia la fundación
de los pueblos de indios de Taboga, Otoque y Monte Cabra. Con Natá, Sancho de Clavijo
procedió de distinta forma y dilató la aplicación de las medidas abolicionistas, consciente
del valor de la mano de obra indígena en hablado sitio. Empero en 1558 el juez de
residencia y Gobernador interino Juan Ruiz de Monjaraz, procedió a suprimir las
encomiendas navariegas, cuya consecuencia inmediata ha sido la reducción de los
nativos en los poblados de Parita, Cubita y Olá, denominados por el fraile dominico Pedro
de Santa María, Santa Elena, Santa Cruz y Santiago, respectivamente.
d)  Las reducciones o los pueblos de indios.
Por su lado, varias autoridades civiles se mostraron interesadas en mantener el control de
las reducciones para su beneficio personal o el de sus allegados. De esta forma las
cosas, hacia 1560, los pueblos de indios en Tierra Firme estaban en franca decadencia al
extremo que a principios del siguiente siglo alcanzó su punto álgido, como lo expone la
Explicación de Panamá y su Provincia de 1607, realizada por la Real Audiencia. El fiscal
de la Audiencia de Panamá estaba delegado de la defensa de dichos nativos. Un papel
destacado en la cristianización y fundación de pueblos de indios en el interior del territorio
y el Darién desempeñaron ciertos misioneros, primordialmente dominicos, franciscanos y
mercenarios. Se resaltan, entre otros, Pedro de Santa Marra, Gaspar Rodríguez de
Valneras, fray Melchor Hernández, fray Adrián de Santo Tomás, fray Antonio de la Rocha
y Pedro Martín de Valencia. Tampoco debemos olvidar las visitas de ciertos Obispos a los
pueblos de su jurisdicción eclesiástica, entre los que calle nombrar a fray Tomás de
Berlanga y Antonio Calderón. Ha sido justamente el dominico Pedro de Santa Marra
quien, en 1558, junto con el gobernador Juan Ruiz de Monjaraz, estableció las
reducciones de Parita, Cubita y Olá, ya mencionadas. En dichos 2 últimos pueblos ejerció
su ideología el mercenario fray Melchor Hernández. Después, por idea del Gobernador
Lorenzo del Salto, el dominico fray Adrián de Santo Tomás tuvo a su cargo la reducción
de ciertos aborígenes refugiados en las tierras altas de la "Provincia del Guaymí”. Ha sido
así como se fundaron, entre Remedios y Alanje, los pueblos de indios bautizados con los
nombres de Nuestra Señora del Pardo y San Lorenzo del Salto. Importa resaltar que la
tarea misionera de fray Adrián de Santo Tomás no se circunscribe a catequizar a los
indios de Veragua y Chiriquí. Fray Antonio de la Rocha, sustituto de fray Adrián, además
nos abandonó una explicación de singular trascendencia sobre la Provincia de San
Salvador de Austria en el Reino de Panamá, donde moraban los indios doraces, zurres y
sarillas, dada a conocer en nuestro medio por Rodrigo Miró. Tras la devastación de Santa
María la Vieja del Darién de parte de los aborígenes comandados por los caciques Bea y
Coro barí, en 1522, 10 años después el capitán Julián Gutiérrez, empezó la pacificación
de los indios de la banda oriental del golfo de Urabá, empero su tarea ha sido
obstaculizada por el Gobernador de Cartagena, Pedro de Heredia, que alegaba derechos
de jurisdicción. A fines del siglo, a partir de Antioquía, se comisionó a Pedro Martín Dávila
la conquista de Urabá, el flujo de agua Darién y los países cavernas.

4. Consecuencias en Panamá de la aplicación de las Leyes Nuevas en el Perú y


Nicaragua.

a). La rebelión de Gonzalo Pizarro en el Perú y sus efectos en Panamá.


Tal, el 23 de octubre se suscribió la provisión por la que se cedía el régimen del Perú a
Gonzalo Pizarro. A medida que se realizaban dichos arreglos arribó al archipiélago de las
perlas, el enviado de Pizarro, Hernando de machicao o bachicao, quien informó que
estaba en panamá con la sola finalidad de garantizar el traslado a España del oidor Lissón
de tejada y de francisco Maldonado y que mataría a cualquier persona que intentara
oponérsele, luego de lo que saquearía la ciudad. Bachicao traía una carta de Gonzalo
Pizarro en la que éste expresaba su quiero de promover el negocio entre Perú y panamá
"que por las tiranías que había producido el virrey todo estaba oprimido”. El caso se
retornó bastante caótica en panamá ya que un conjunto, confiando en los vocablos de
Pizarro, propiciaba el acceso de bachicao para revitalizar el negocio, en tanto que otro
sector poblacional se sentía atemorizado. Finalmente se resolvió mandar como emisarios
a parlamentar con bachicao, a pedro de casaos y a Andrés de Ariza, a quienes el enviado
de Pizarro pidió las partes de artillería que había llevado vaca de castro. Al mismo tiempo
hizo proclamar un partido para reclutar gente que quisiera pasar al Perú y comunicó a
Pizarro la toma de panamá. Desde el regreso de bachicao al Perú, Gonzalo Pizarro tomó
la decisión de mandar a panamá a pedro de Hinojosa quien arribó con indicaciones de
"saciar los males" que hubiera llevado a cabo su antepasado. Si bien por una sección
robles, yllanes y Vendrell querían encarar a Hinojosa "pues del ingreso de las pizarras no
les podía continuar beneficio, sino mucho mal”; por la otra, los comerciantes propiciaban
un arreglo amistoso con el objetivo de no ver truncadas sus transacciones con el Perú,
pese a haber sido expoliados por bachicao. Cabe resaltar que el capitán juan de yllanes
dejó panamá "por el poco favor que encontró para el servicio del monarca" entre los
vecinos de este sitio; en tanto que el acceso de Hinojosa "se recibió contento, pareciendo
que, estando ahí la armada, acudiría mucho dinero del Perú". Aquí se produjeron
enfrentamientos entre los dos bandos y con el objeto de evadir el progreso de verdugo
hacia panamá, se dirigieron a su encuentro el gobernador interino pedro de ribera, el
mismo Hinojosa y los capitanes Meneses y Carvajal.
b). El levantamiento de los hermanos Contreras en Nicaragua y la toma de Panamá
La aplicación de las leyes nuevas vino a perjudicar doblemente a contreras, ya que si por
una parte perdía la gobernación al establecerse hijos, quienes pensaron tomar venganza
fraguando el asesinato del obispo fray Antonio de Valdivieso, gran defensor de los indios y
amigo de fray Bartolomé de las entre estos aventureros se encontraba juan bermejo,
quien sugirió a Hernando que, después de dar muerte al obispo, debía a finales de febrero
de 1549, Hernando contreras apuñaló en su residencia de en la ciudad de panamá supo
qué hacía apenas dos días la Gasca había partido rumbo a nombre de dios con un rico
cargamento de metales los excesos y abusos llegaron al punto de que el mismo
Hernando contreras tuvo que intervenir para evitar que bermejo ahorcara, en la plaza, al
obispo y al tesorero juan López. Al día siguiente Hernando salió rumbo a nombre de dios
para alcanzar personalmente a la Gasca y dio órdenes de que bermejo lo siguiera. La
ciudad quedaría en manos de unos cuantos hombres. Pedro contreras permanecería a
bordo de los navíos con algunos soldados. Se produjeron varios enfrentamientos a
mediados de abril y si bien, en un comienzo, los vecinos de panamá se vieron obligados a
replegarse, finalmente derrotaron a las tropas de bermejo e incluso éste perdió la vida en
el combate. Por su parte Hernando contreras al conocer la muerte de su lugarteniente,
bermejo, desapareció por el camino de natá perseguido por las tropas hombre ahogado,
que tenía el sombrero de Hernando de contreras, y otras cosas suyas, y con la cabeza
volvieron a panamá”.

CAPITULO N°5 LA PRESENCIA DEL NEGRO EN PANAMÁ COLONIAL.

1. El tráfico de esclavos negros de África a las Indias

a). El estado de la esclavitud negra en Europa y sus inicios en América.


Desde la Antigüedad clásica, la esclavitud fue ampliamente aceptada y practicada en el
Viejo Mundo y en el siglo XVI hasta el Papado la bendecía. Antes de la caída de
Constantinopla, en 1453, los mercaderes italianos realizaban un floreciente tráfico de
esclavos por el Mar Negro, del que España se vio grandemente favorecida. Ya por estos
años bajo el reinado de Enrique "el navegante", los portugueses habían comenzado a
incursionar hacia el sur, por la costa atlántica de África, inaugurando así una nueva ruta
en el tráfico de esclavos negros. Hasta entonces, el monopolio de este comercio lo habían
detentado los árabes, quienes transportaban caravanas de negros esclavos desde Sudán
o Guinea hasta el Mediterráneo donde eran vendidos. con la llegada de los portugueses a
las costas africanas, principalmente a Senegambia y a la costa de Oro, se inició un
comercio de proporciones mayores y los negros comenzaron a llegar a Europa, sobre
todo, en calidad de esclavos domésticos. De esta manera, especialmente, Andalucía
recibió una fuerte inyección de mano de obra negra, razón por la cual no es extraño que,
en las primeras etapas de descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo, los africanos
estuvieran presentes en las huestes españolas. Así, un esclavo negro, Ñuflo de Olano,
acompañó a Vasco Núñez de Balboa en su viaje descubridor del Mar del Sur, en 1513, y
un grupo de 18 negros desembarcó junto a Pedrarias Dávila en Santa María la Antigua
del Darién, al año siguiente. No caben dudas que se trataba de esclavos domésticos y
que, en calidad de tales, habían llegado a las Indias, porque para entonces la población
indígena de Panamá aún no había manifestado la dramática disminución demográfica de
años posteriores. Cabe destacar, también, que algunos autores sostienen que Alonso
Prieto, el piloto de "La Niña" en el primer viaje colombino, era negro. Ya en época tan
temprana como septiembre de 1501, Isabel la Católica impartió instrucciones al
Gobernador de La Española, Nicolás de Ovando, en el sentido que no permitiera la
entrada, en dicha isla, de judíos, moros, ni nuevos convertidos, consintiendo, por el
contrario, el ingreso de negros cristianos, es decir de aquellos esclavos nacidos en la
Península, por lo general en Andalucía, y bautizados. En 1510 remitió esclavos para que
fueran vendidos por cuenta de la Real Hacienda, transformándose, como señala George
Scelle, en uno de los primeros españoles que traficó con africanos. Hasta julio de 1513
imperó la libertad comercial para la introducción de esclavos en América, pero, a partir de
entonces, la Corona gravó la entrada de cada negro con un impuesto de dos ducados por
"cabeza", a más del pago del almojarifazgo, que era de siete reales. Las denuncias de los
dominicos en La Española sobre la esclavitud de los indios, unidas a los problemas de
conciencia de los Reyes Católicos y a la urgente necesidad Este mismo año, fray
Bartolomé de Las Casas, el gran defensor de la causa indígena, apoyó la petición hecha
por un grupo de vecinos de La Española para que se les permitiera importar esclavos
africanos.
b) El período de las licencias
Aunque en 1516, el Cardenal Jiménez de Cisneros ordenó suspender el traslado de
esclavos negros al Nuevo Mundo, al año siguiente, el Consejo de Indias consideró que
era necesario importar a las islas, por lo menos 4 .000 africanos para la buena marcha de
los negocios. El emperador acogió esta sugerencia e hizo merced real, por un período de
8 años, de las 4 .000 licencias, a uno de sus favoritos flamencos, Laurent de Gouvenot,
Gobernador de Bresa. Por Real Cédula del 18 de agosto de 1518 se le autorizó a tomar
estos esclavos de "las islas de Guinea y de las otras partes donde se acostumbra, y sin
llevarlos a registrar en la Casa de Contratación de Sevilla, pasarlos a las Indias, bajo el
compromiso de que en llegando a ellas tornarían cristianos a los dichos negros y negras
que desembarcaran" Esto demuestra que la necesidad de mano de obra, que se
comenzaba a experimentar en el Nuevo Mundo, ya no se podía suplir con los negros
cristianos o "ladinos" que existían en la Península, en virtud de lo cual la Corona se vio
obligada a autorizar el pasaje de negros "bozales", es decir aquellos no bautizados,
sacados directamente de África. La siguiente licencia la otorgó el monarca, en 1528, a dos
cortesanos alemanes, Heinrich Ehinger y Jerónimo Sayler, agentes de los Welser,
también por la cantidad de 4 .000 esclavos, pero por un período de 4 años. Respecto a
Panamá, cabe destacar que, en 1529, Francisco de los Cobos recibió 200 licencias para
introducir negros africanos en nuestro territorio. En la práctica fue entre 1532, en que
finalizó la concesión de los alemanes y 1595, cuando se inauguró el período del asiento
portugués, que imperó efectivamente la etapa de las licencias. Las mismas se obtenían
pagando los derechos correspondientes para importar negros al Nuevo Mundo. Fue
durante estos años que Pascual de Andagoya obtuvo las licencias correspondientes para
importar 50 esclavos negros a Panamá, con la finalidad de construir un camino entre el
Chagres y el río Grande. En años posteriores recibiría 100 licencias más, para reemplazar
a los esclavos muertos.
C). Los Asientos Portugueses.
Sin embargo, no sería hasta 15 años después de operada la fusión de ambas coronas, en
1595, cuando se inauguraría el asiento portugués. El primer asiento portugués se firmó,
en 1595, con Pedro Gómez Reynel por la cantidad de 38.250 esclavos, durante un
período de 9 años, a razón de 4.250 anuales. Si bien el contrato dejaba entera libertad
para poder sacar los esclavos de cualquier lugar de África, establecía que sólo podrían
ingresar en el Nuevo Mundo por el puerto de Cartagena de Indias, con expresa
prohibición de venderlos en Tierra Firme. Mas este asiento no se concluyó porque la
corona lo anuló, en 1600, por sospecha de fraude. Según Fernando Romero la
interdicción de vender esclavos en Panamá obedecía al hecho de que, la gran cantidad
de negros cimarrones existentes en el Istmo, ponía en peligro la estructura colonial en
nuestro territorio, máxime si tenemos en cuenta que se asociaban con los corsarios
franceses e ingleses que recalaban en nuestras costas. Poco después la medida fue
modificada y los esclavos negros pudieron entrar al Istmo, aunque sólo con destino a
otras regiones. Después de este primer contrato la Corona firmó, en 1601, un asiento con
Juan Rodríguez Coutinho, Gobernador de Angola y contratista de ese territorio.
D). Los Asientos Holandeses.
Fueron los genoveses Domingo Grillo y Ambrosio y Agustín Lomelin, genérica-mente
conocidos como los Grillos, los asentistas del contrato que se firmó en 1662. Lo cierto es
que, para poder cumplir el contrato, los asentistas se vieron obligados a recurrir a los
holandeses quienes, como ya era habitual, ejercieron un intenso contrabando. Los Grillos
firmaron subcontratos con Carlos Hilbert, para la introducción de 400 africanos y con la
Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, para la entrega de 1 .400 negros en la
isla de Curazao. Esta vez los subcontratistas fueron la Casa Holandesa de Baltasar
Coymans y la Compañía de las Indias Occidentales de Ámsterdam, quienes se
comprometieron a suministrar negros desde Curazao. Sin embargo, después de
denodados esfuerzos por realizar un tráfico netamente español, los comerciantes
sevillanos tuvieron que negociar con la Compañía Holandesa de Guinea la compra de
1.800 esclavos en Curazao. La condición impuesta por la Corona, para subrogar el
contrato, fue que los asentistas extrajeran las 6.000 toneladas de negros esclavos del
África o de las islas de Sotavento, pero no de Curazao. Mas estos comerciantes se vieron
obligados a recurrir a los holandeses quienes poseían enormes reservas de esclavos
negros. Por el mismo, Coymans se obligaba a residir en la Península y a introducir 3.000
toneladas de negros. Gracias a este contrato los holandeses entraron en abierta posesión
del comercio negrero y el mismo marcó el apogeo de la Compañía Holandesa de las
Indias Occidentales, de la que Coymans era accionista. Marín de Guzmán un contrato
para la introducción de negros en las colonias. No obstante, a poco de concluir el contrato
con esta empresa, el mercader venezolano murió, según se dijo entonces, envenenado
por los holandeses que no le perdonaron su alejamiento del negocio.
E). Portugal Y La Compañía De Cacheu O Compañía Real De Guinea.
La experiencia le había demostrado a la Corona que era más conveniente contratar los
servicios de una Compañía, que los de particulares, para el tráfico negrero, porque se
trataba de inversiones de capital muy crecidas para comerciantes privados. Asimismo,
resulta evidente que ninguna compañía de nacionalidad española que se formara podría
hacer frente a sus obligaciones, en virtud de la falta de fondos y de colonias en África,
como ya vimos. Pero, sin duda, lo que, en 1696, inclinó la balanza por una compañía
extranjera fueron las urgencias de dinero de la Corona española, que, bajo el reinado del
último Habsburgo, se hallaba al borde de la bancarrota. En julio de 1696 se celebró, en
Madrid, el contrato con la Compañía de Cacheu o Compañía Real de Guinea para la
introducción de 10 .000 toneladas de esclavos en América.
F). Francia y la Real Compañía francesa de Guinea.
Aunque en su testamento nombraba como su heredero a Felipe de Anjou, nieto de Luis
XIV, Gran Bretaña, Austria y Holanda se negaron a reconocerlo y apoyaron las
aspiraciones del Archiduque Carlos de Austria. Esto dio origen a la Guerra de Sucesión
española, que enfrentó a estas últimas potencias contra Francia y España. La
entronización de Felipe de Anjou, como Felipe V de España, no sólo colocó a los
Borbones en el trono español, sino que dio paso a importantes reformas, inspiradas en el
modelo francés. De esta manera, el asiento firmado, entre España y Francia, tuvo
carácter de Tratado entre ambas potencias. La Real Compañía francesa de Guinea se
comprometió a introducir 4 .800 piezas de Indias anualmente, extraídas de cualquier lugar
de África, excepto de las factorías de Cabo Verde y Mina, porque los negros de estos
lugares no eran apreciados en el Nuevo Mundo. Más La Compañía debía adelantar a
España 600.000 libras tornesas (moneda de Francia), gracias a lo cual quedaba eximida
del pago correspondiente a 800 negros por año. Fue tal el optimismo reinante que hasta
Felipe V se convirtió en accionista de la empresa, aportando un millón de libras tornesas.
La influencia francesa, a través de la Compañía, llegó a tal punto que, práctica-mente,
todo lo concerniente al tráfico negrero se legisló desde Versalles. Incluso, a finales de
1704, Felipe V prohibió a las autoridades hispanas de América cualquier intromisión en
las "arribadas de negros”. Pero pronto el optimismo tocó a su fin y para 1707 la Compañía
tuvo que recurrir a los holandeses que poseían importantes reservas de negros. Como,
acertadamente, señala Elena de Studer el asiento francés fracasó en sus dos objetivos
básicos: la introducción de negros y el hecho de obtener la supremacía política en las
Indias. Según Arturo Guzmán Navarro, entre 1703 y 1713, los franceses introdujeron en
Portobelo 6.157 negros, algunos procedentes del puerto de Cartagena y otros importados
directamente de África.
G). Gran Bretaña Y La Compañía Del Mar Del Sur O South Sea Company.
El monarca inglés puso este tráfico en manos de la Compañía del Mar del Sur, mejor
conocida como South Sea Company. La South Sea Company contrató los servicios de la
Royal African Company para poder cumplir el asiento negrero, pero, en realidad, como
indica Aguirre Beltrán estaba más interesada en la introducción de manufacturas que en
la importación de africanos. En este último año, la South Sea Company fue acusada de
incumplimiento en el pago de impuestos y derechos a la Real Hacienda y la captura y
castigo de un contrabandista inglés, el capitán Jenkins, fue el argumento necesario para
la declaración formal de la guerra. La denominada guerra de la Oreja de Jenkins, a la vez
que puso fin al dominio de la Compañía y al asiento inglés, fue el golpe de gracia para la
suspensión definitiva de las ferias de Portobelo, a raíz del ataque de Vernon a este puerto
y a San Lorenzo del Chagre. Cabe destacar que entre 1715 y 1723 la South Sea
Company introdujo en Portobelo 3 .994 3/4 piezas de Indias, lo que equivale a 6.213
esclavos.
H). El Tráfico Negrero En Panamá Entre 1740 Y 1765
En este último año el virrey de Nueva Granada, Sebastián Eslava, firmó un contrato con
Julián Barboteau para introducir 1.500 "cabezas de negros" en Portobelo. En marzo de
1748 se suscribió un contrato con Joseph Ruiz de Noriega para introducir negros en
Portobelo. Cuando en 1753 finalizó el contrato con Ruiz de Noriega éste había
introducido, en cinco años, 4.456 negros. El mismo estipulaba la introducción de 1.000
esclavos en los Reinos de Tierra Firme y el Perú, y por cada cabeza, "dos barriles de
harina que se le concede poderlos expender en Portobelo y no en la ciudad de
Cartagena”. Dos años después, en 1763, la marquesa de Valdez hoyos obtuvo un
permiso, que se mantuvo vigente hasta 1766, para introducir esclavos negros en el Perú
utilizando los puertos de Portobelo y Panamá. Por último, para tener una idea más
acabada del volumen del tráfico negrero por Panamá, cabe mencionar que entre 1748 y
1766 entraron en nuestro territorio 8 .403 esclavos negros, producto de las diferentes
"contratas" concedidas a particulares.
I). La Compañía Gaditana de negros.
En junio de 1765, el comerciante gaditano, Miguel de Uriarte, obtuvo un contrato por 10
años para introducir 3 .500 negros anuales, por los puertos de Cartagena, Portobelo,
Campeche, La Habana, Honduras y otros puntos del Caribe. El 23 de septiembre de este
año se oficializó la formación de la Compañía Gaditana de negros, que asumiría el
contrato firmado por Uriarte. Desafortunadamente la Compañía comenzó operaciones con
una tabla de precios fijos y con el compromiso de extraer los negros de Senegal, islas de
Gorea y Cabo Verde. Para concluir, debemos señalar que, bajo sus dos administraciones,
la Compañía Gaditana de negros introdujo en nuestro territorio 2.703 esclavos.
J). El libre comercio de esclavos
Respecto a Panamá cabe destacar que, entre 1781 y 1783, el ingreso de negros en
Portobelo fue prácticamente nulo y que entre 1784 y 1787 se introdujeron 569 cabezas.
En agosto, el Cabildo de Panamá, ante la decadencia económica que experimentaba este
territorio, elevó al rey un pliego de peticiones donde, entre otras cosas, solicitó la libertad
absoluta para introducir negros de cualquier colonia extranjera por 10 años, a través de la
isla de Santo Domingo y cuyo número oscilaba entre 1.500 a 2.000 "a precios cómodos
por dos años o por créditos”. De esta manera, el 2 de octubre de 1787, Joseph Ventura de
Soparda recibió una licencia para introducir 2.000 cabezas, aunque no logró importar más
que 389 esclavos. Finalmente, en 1789, el conde de Floridablanca, Ministro de Carlos IV,
decretó la libertad del comercio de negros para Caracas, Cuba, Santo Domingo y Puerto
Rico. En 1797, arribaron a Portobelo, procedentes de La Habana 86 negros, pero, al
parecer, no venían en calidad de esclavos.
2. La captura de los esclavos en África, la travesía y la legislación hispana.
El tráfico de negros fue, en esencia, una sociedad entre la nobleza africana y los tratantes
occidentales. Estos establecían sus factorías sobre la costa, pagando una renta por el uso
de la tierra y los reyes africanos los proveían de negros, sin necesidad, de esta manera, la
captura de esclavos, fue responsabilidad de los mismos africanos. Debemos tener
presente que la gran fuente de abastecimiento de esclavos fue la guerra, pero que
también hubo otras, tales como el quebrantamiento de tabúes tradicionales, el incesto y el
asesinato. Una vez cautivos, los esclavos, eran transportados hasta la costa donde se
intercambiaban por tejidos, cáñamo, alcohol o armas de fuego. Cabe destacar que en
este tráfico la violencia fue endémica y aumentó, considerablemente, con la introducción
de armas de fuego en África. Antes de ser comprados, los esclavos eran cuidadosamente
examinados por los médicos de los barcos. Según el jesuita Alonso de Sandoval, quien
dedicó parte de su vida a luchar a favor de los negros, estos realizaban la travesía
encadenados, en medio de la más absoluta «miseria y desventura y el mal tratamiento de
comida, bebida y pasadía, es tan malo, dales tanta tristeza y melancolía", máxime cuando
viajaban convencidos de que los europeos terminarían comiéndoselos al tocar puerto. Un
tercio de los esclavos moría en las bodegas de los barcos negreros porque, al decir de
Sandoval, venían "tan apretados, tan asquerosos y tan maltratados que traían "argollas
por los cuellos en las corrientes, y estos mismos de dos en dos con grillos en los pies
Tanta es la hediondez, apretura y miseria de aquel lugar”. Como es lógico la tasa de
mortalidad dependía de numerosos factores tales como la época del año, las epidemias
que pudieran presentarse a bordo, las condiciones de los alimentos, el grado de
hacinamiento, etc. Lo cierto es que los portugueses llamaban a los barcos de esclavos
rumberos, es decir ataúdes. Durante el siglo XVI, es decir la época de las licencias, los
esclavos procedían, principalmente, de Cabo Verde, Senegal y Guinea. Hacia finales de
esta centuria la isla de Santo Tomé, abastecida con negros del Congo y Camerún,
adquirió relevancia como centro esclavista, al igual que Angola. En especial de la Guinea
septentrional procedieron en el período correspondiente al asiento portugués. Los
holandeses se abastecieron, principalmente, en la costa de la Guinea meridional y la
región de Congo-Angola. La Real Compañía francesa de Guinea trajo mano de obra de la
Guinea septentrional, Congo y Mozambique, sobre todo al trauma, provocado por su
captura y por las condiciones de la travesía, hay que agregar las lamentables condiciones
de vida a que eran sometidos por sus amos e incluso hasta la escasez de mujeres, todo lo
cual coadyuvó para que la baja natalidad determinara que el tráfico negrero no pudiera
interrumpirse nunca durante la época colonial.
Cabe destacar que los precios de los esclavos variaron considerablemente en el mercado
americano, en virtud de factores tales como la época, la procedencia, el asentista, la
"calidad", el estado de salud, la edad y las "tachas". A pesar de que algunos curas
católicos dedicaron su vida a ayudar y consolar a los esclavos negros en el Nuevo Mundo,
como Alonso de Sandoval, que ya vimos, y San Pedro Claver, poco fue lo que se logró.
En 1683, Carlos II ordenó que todos los esclavos debían recibir instrucción religiosa por
parte del propietario, Lo mismo que tres siglos antes, con respecto a los indígenas,
sucedía ahora con el cumplimiento de estos deberes para con los esclavos negros. A la
postre, las condiciones de los africanos no mejoraron, a pesar de que la letra de la
legislación de 1789, al igual que la de las Leyes Nuevas de 1542, levantó la oposición de
los propietarios de esclavos negros que sintieron sus derechos lesionados.
3 . Las rebeliones de negros en el Panamá colonial
a) Cimarrones y palenques.

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