Está en la página 1de 4

Si decidimos hacer de nuestra vida una aventura apasionante - salir

de nuestra zona de seguridad, crecer, explorar y enfrentarnos a


nuestros desafíos-, entonces experimentaremos lo que siente la
gente cuando tiene una aventura apasionante: nuestro corazón se
acelerará, nuestro cuerpo sudará. El miedo se nos mostrará en
todas sus distintas variedades: desde la ansiedad hasta la
inseguridad, desde el estrés hasta la duda acerca de nosotros
mismos, desde la excitación hasta el pánico. Y a veces nuestra
mente nos gritará: «¡Socorrooo! ¡Sacadme de aquí! ¡Quiero volver
atrás!, no puedo con ello, no soy lo bastante bueno!».

Pero si damos cabida a estos sentimientos, nos liberamos de esos


pensamientos y nos comprometemos plenamente a actuar de
acuerdo con nuestros valores, entonces seremos libres: Libres para
comportarnos como la persona que queremos ser; libres para hacer
aquello que de verdad nos importa; libres para vivir nuestra vida con
auténtica confianza.

Si decidimos hacer de nuestra vida una aventura apasionante - salir


de nuestra zona de seguridad, crecer, explorar y enfrentarnos a
nuestros desafíos-, entonces experimentaremos lo que siente la
gente cuando tiene una aventura apasionante: nuestro corazón se
acelerará, nuestro cuerpo sudará. El miedo se nos mostrará en
todas sus distintas variedades: desde la ansiedad hasta la
inseguridad, desde el estrés hasta la duda acerca de nosotros
mismos, desde la excitación hasta el pánico. Y a veces nuestra
mente nos gritará: «¡Socorrooo! ¡Sacadme de aquí! ¡Quiero volver
atrás!, no puedo con ello, no soy lo bastante bueno!».
Pero si damos cabida a estos sentimientos, nos liberamos de esos
pensamientos y nos comprometemos plenamente a actuar de
acuerdo con nuestros valores, entonces seremos libres: Libres para
comportarnos como la persona que queremos ser; libres para hacer
aquello que de verdad nos importa; libres para vivir nuestra vida con
auténtica confianza.

Si decidimos hacer de nuestra vida una aventura apasionante - salir


de nuestra zona de seguridad, crecer, explorar y enfrentarnos a
nuestros desafíos-, entonces experimentaremos lo que siente la
gente cuando tiene una aventura apasionante: nuestro corazón se
acelerará, nuestro cuerpo sudará. El miedo se nos mostrará en
todas sus distintas variedades: desde la ansiedad hasta la
inseguridad, desde el estrés hasta la duda acerca de nosotros
mismos, desde la excitación hasta el pánico. Y a veces nuestra
mente nos gritará: «¡Socorrooo! ¡Sacadme de aquí! ¡Quiero volver
atrás!, no puedo con ello, no soy lo bastante bueno!».

Pero si damos cabida a estos sentimientos, nos liberamos de esos


pensamientos y nos comprometemos plenamente a actuar de
acuerdo con nuestros valores, entonces seremos libres: Libres para
comportarnos como la persona que queremos ser; libres para hacer
aquello que de verdad nos importa; libres para vivir nuestra vida con
auténtica confianza.
vSi decidimos hacer de nuestra vida una aventura apasionante - salir
de nuestra zona de seguridad, crecer, explorar y enfrentarnos a
nuestros desafíos-, entonces experimentaremos lo que siente la
gente cuando tiene una aventura apasionante: nuestro corazón se
acelerará, nuestro cuerpo sudará. El miedo se nos mostrará en
todas sus distintas variedades: desde la ansiedad hasta la
inseguridad, desde el estrés hasta la duda acerca de nosotros
mismos, desde la excitación hasta el pánico. Y a veces nuestra
mente nos gritará: «¡Socorrooo! ¡Sacadme de aquí! ¡Quiero volver
atrás!, no puedo con ello, no soy lo bastante bueno!».

Pero si damos cabida a estos sentimientos, nos liberamos de esos


pensamientos y nos comprometemos plenamente a actuar de
acuerdo con nuestros valores, entonces seremos libres: Libres para
comportarnos como la persona que queremos ser; libres para hacer
aquello que de verdad nos importa; libres para vivir nuestra vida con
auténtica confianza.

10. La mayoría de la gente se queda enganchada enseguida en


pensamientos como «No lo estoy haciendo bien», o «Esto va
demasiado rápido», o «No consigo que la corriente se vea como yo
quiero». Cuando te des cuenta de que te has enganchado en tales
pensamientos, vuelve, sencillamente, a empezar el ejercicio y coloca
cada uno de esos pensamientos en una ho10. La mayoría de la
gente se queda enganchada enseguida en pensamientos como «No
lo estoy haciendo bien», o «Esto va demasiado rápido», o «No
consigo que la corriente se vea como yo quiero». Cuando te des
cuenta de que te has enganchado en tales pensamientos, vuelve,
sencillamente, a empezar el ejercicio y coloca cada uno de esos
pensamientos en una hoja.
No hay necesidad de realizar una inspiración profunda; una vez que
tus pulmones estén vacíos, ellos solos volverán a llenarse
automáticamente. Mira si puedes, simplemente, dejar que ocurra
esto sin forzar nada.

•Observa tu respiración como si fueras un científico curioso que


nunca había visto nada semejante. Percibe cada sensación, por
pequeña que sea: el aire entrando y saliendo a través de tus fosas
nasales, el movimiento de tus hombros subiendo y bajando; la
dilatación y compresión de tu caja torácica, las subidas y bajadas de
tu abdomen. Percibe cómo todos esos elementos interactúan sin
ningún esfuerzo.

También podría gustarte