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Universidad Politécnica de Honduras.

Tema:
Ensayo la Situación de la Criminología en Honduras

Catedrático:
Abogado Nery rolando Ordoñez Flores
Asignatura:
Criminología
Alumno:
Ana Jamileth Sanchez Canales
Cuenta:
0418040003

Danli, El Paraíso. Sabado 21 de Agosto del 2021

INDICE O CONTENIDO

 1.- LA SITUACIÓN LABORAL DE LA CRIMINOLOGÍA EN HONDURAS:


INVESTIGAR SI EXISTEN POCAS OPCIONES PARA EL CRIMINÓLOGO.

2.- LA SITUACIÓN POLÍTICA DE LA CRIMINOLOGÍA EN HONDURAS:


INVESTIGAR SI EL GOBIERNO TOMA EN CUENTA AL CRIMINÓLOGO. 
3.- LA SITUACIÓN SOCIAL DE LA CRIMINOLOGÍA EN HONDURAS:  LA
SOCIEDAD DESCONOCE PARA QUÉ SIRVE LA CRIMINOLOGÍA Y LAS
FUNCIONES DEL CRIMINÓLOGO. 

4.- LA SITUACIÓN ACADÉMICA DE LA CRIMINOLOGÍA EN HONDURAS:


INVESTIGAR SI EXISTEN INSTITUCIONES DE CRIMINOLOGÍA DE
CALIDAD. 

5.- LA SITUACIÓN CIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA EN HONDURAS:


INVESTIGAR SI EXISTEN MÁS CRIMINÓLOGOS PRÁCTICOS QUE
TEÓRICOS. 
INTRODUCCION DEL TEMA

Ante informaciones provenientes de profesionales del derecho de la República de


Honduras, quienes manifestaban su preocupación frente a determinados aspectos del
funcionamiento de la Administración de Justicia en su país, y luego de recabar datos
complementarios, el Centro para la Independencia de Jueces y Abogados (CIJA) de la
Comisión Internacional de Juristas (CIJ) decidió enviar una misión a dicho país. A esos
efectos, el CIJA contactó a Su Excelencia el Sr. Embajador de la República de
Honduras ante la Sede de las Naciones Unidas en Ginebra, Sr. Benjamín Zapata. El Sr.
Embajador prestó su cooperación a las solicitudes que formulara el CIJA.
OBJETIVOS DEL TEMA

¿Es posible construir ciudad en contextos de alta violencia? Los marcos analíticos
desarrollados por la criminología en honduras no han tomado en cuenta contextos de
alta violencia. El objetivo del artículo es caracterizar las dinámicas territoriales de los
fenómenos de criminalidad, violencia e inseguridad y su vinculación con el proceso de
apropiación del espacio público. La voz de los ciudadanos, relevada a partir de
encuestas, entrevistas y grupos focales, reclama por más ciudad. El espacio público es
un lugar de intercambio y seguridad que incluye sólo espacios de transporte seguros
sino también de recreación, descanso e incluso innovación artística. La importancia de
la renovación urbana y el espacio público son enfatizados a lo largo del artículo,
reconociendo menos probabilidad de desarrollo de iniciativas de gentrificación que
requieren inversión y consolidación de identidad simbólica y territorial. A pesar de los
homicidios, de las extorsiones y el abandono gubernamental: los ciudadanos parecen
reconocer lo sustancial de la vida en comunidad: la necesidad de ser ciudadanos antes
que solo habitantes de espacios marcados por la precariedad.
MARCO TEORICO
LA SITUACIÓN LABORAL DE LA CRIMINOLOGÍA EN HONDURAS:
INVESTIGAR SI EXISTEN POCAS OPCIONES PARA EL CRIMINÓLOGO.

Pobreza y Desigualdad, el diario vivir.

El porcentaje de la población en condiciones de pobreza es de 67.6%, lo que se traduce


en 5.493.390 de hondureños son pobres , situación más preocupante en la zona rural
donde el 70% de la población está en condición de pobreza. En el caso de la pobreza
extrema o indigencia, 3.810.354 de hondureños se encuentran en esta condición, esto es
el 46.9% del total de la población.

De 1.718.338 hogares hondureños a nivel nacional, el 61.9% se encuentra pobre, esto


es, 1.064.165 hogares. En el área urbana el número de hogares pobres alcanza el 58.5%,
agravándose en el área rural donde los hogares pobres representaron el 65.2%, es decir
hogares que viven apenas con menos de dos dólares diarios y que no pueden asegurar la
canasta básica de alimentos.

Para la CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe Honduras tiene
los niveles más altos de pobreza de América Central.

Honduras es un país bastante desigual, el 10% más pobre de la población recibe sólo el
0.6% del ingreso nacional, mientras que el decir más rico acapara el 43.4% del mismo.
El coeficiente de Gini es de alrededor el 0.58, de los más altos de América Latina según
el Banco Centroamericano de Integración Económica.

Mundo Laboral: Empleo decente sigue en deuda.

Oportunidades de Empleo: Precarización Laboral.


Para el 2011 la población total de Honduras alcanza los 8.200.795, de los cuales
3.369.919 hacen parte de la población económicamente activa. El problema de
Honduras es el número de personas ocupadas que se encuentran en situación de
subempleo visible e invisible y las personas en desempleo oculto (que está compuesto
por los potencialmente activos y los desalentados).

Así se tiene un mercado laboral con 1.854.033 personas con problemas de empleo, de
las cuales, a parte de los 143.783 desocupados, 333.969 trabajadores están en condición
de subempleo visible, 1.170.975 ocupados en situación de subempleo invisible, además
de las personas que se encuentran en desempleo oculto, es decir aquellas potencialmente
activas, 44.130 y las desalentadas, 161.176.

El subempleo invisible, es un tema de especial atención, pues agrupa a los trabajadores


que habiendo trabajado 36 horas semanales o más, tuvieron ingresos mensuales
inferiores al salario mínimo promedio mensual por rama de actividad económica y área
geográfica, éstos representan el 36.3% del total de ocupados en el país y el 63.2% de las
personas que se encuentran con problemas de empleo.

Una economía informal.

El 54.3% de la población ocupada se agrupa en dos categorías ocupacionales, en


ausencia de condiciones de trabajo decentes, el 40.3% que corresponde a la cuenta
propia y el 14% que representa a los trabajadores familiares sin remuneración. Estos
trabajadores no cuentan con las condiciones mínimas que debe garantizar un trabajo,
pues reciben ingresos precarios, no tienen acceso a la seguridad social, a prestaciones
sociales, a vacaciones pagas y muchos otros derechos laborales. El 45.7% restante hace
parte del grupo de los denominados asalariados, que a su vez se divide en los
asalariados del sector público, los del sector privado y los trabajadores domésticos.

Mano de obra poco educada y Mal remunerada.

Una de las principales características de la población ocupada de Honduras es su baja


educación, pues se tiene que más de la mitad de la población tiene como nivel educativo
la primaria, 53.1%, seguido en un 25.9% que cuenta con un nivel de secundaria y un
marginal 8.6% cuenta con un nivel de educación superior. Es dramático que el 12% de
la población ocupada no cuenta con ningún nivel educativo.

El común denominador: Ingresos Precarios.

Para 2011 el ingreso mensual promedio nacional es de 5.315 lempiras, alrededor de 273
dólares. Cuando se observan los ingresos por zona, se evidencia una enorme brecha
entre la zona urbana y la zona rural, pues se tiene que en el área urbana el ingreso
promedio es de 7.394 lempiras (US 379) mientras que en el área rural el ingreso llega a
3.724 lempiras (US 191), es decir, en esta área los ingresos son el 50.3% de los ingresos
recibidos en el área urbana.

Sectores claves en la concentración de la mano de obra tienen ingresos bajos, es el caso


de la agricultura en donde el ingreso promedio es de 3.914 lempiras (US 201) y la
industria manufacturera con un ingreso de 4.857 lempiras (US 249).

Salud y Seguridad Social en la cuerda floja.


Protección social de los trabajadores y trabajadoras, acceder todo un privilegio

Al mirar la cobertura de cada uno de los servicios la situación es devastadora, pues la


cobertura es mínima. Se encuentra, por ejemplo, que en el caso de la cobertura en IVM
sobre los asalariados, ésta es de 34.55% dejando al 65.45% de trabajadores
desprotegidos de este sistema, si se mira la cobertura en EM, la situación es similar, con
una cobertura de 42.46%, olvidando al 57.54% de los trabajadores que no tienen la
oportunidad de contar con garantías mínimas como la seguridad social.

Si se toma en cuenta el número de adultos mayores a nivel nacional y los casos de


pensión por viudez y vejez, se tiene que, de 713.894 adultos mayores de 60 años a nivel
nacional, tan sólo el 3% de éstos tienen asegurados sus ingresos a través de una pensión.

Incremento de la Accidentabilidad Laboral.

Para 2011 el número de accidentes de trabajo ocurridos es de 3.349 accidentes,


incrementándose en 16.2% con respecto al año anterior cuando fueron de 2.969. Por
ramas de actividad, el 32,9% de los accidentes ocurrieron en la Industria manufacturera,
seguidos en un 30,3% en el Comercio, 12.9% en los servicios y 10.8% en los
establecimientos financieros.

Condiciones y oportunidades laborales para las mujeres todo un desafío

En cuanto a la ocupación, las mujeres ocupadas son 1.113.790, de las cuales 660.936
(59.3%) se encuentran en el área urbana y 452.855 (40.7%) en el área rural. Las mujeres
se ocupan en un 41.8% como cuenta propia, 13% como trabajadoras familiares sin
remuneración y 45.2% como asalariadas. Se tiene entonces que el 54.8% de las
trabajadoras ocupadas está en categorías ocupacionales de informalidad.

Las diferencias salariales por sexo también se evidencian, los ingresos de los hombres
son mayores que los de las mujeres, presentándose grandes diferencias en las ramas de
Servicios comunales, sociales y personales, Industria manufacturera y Comercio,
hoteles y restaurantes, ramas que agrupan al 85.4% de las trabajadoras hondureñas.

Las mujeres tienen un mayor nivel educativo, sin embargo, esto no es garantía para un
trabajo decente y digno. El 45.6% de las mujeres ocupadas cuenta con nivel primario,
en el caso de los hombres el porcentaje es de 57%, ahora en el nivel secundario, las
mujeres ocupadas son el 31.8% y en los hombres son el 22.8%, en educación superior
las mujeres ocupadas representan el 12.4%, alrededor de 6 puntos porcentuales más que
los hombres, cuyo porcentaje en la educación superior es de 6.6%. El avance de las
mujeres en el ámbito educativo no se ve reflejado en el acceso a recursos económicos,
ni en la participación política del país.

Situación laboral de los jóvenes hondureños.

Los jóvenes en Honduras son las personas que se ubican entre los 12 y 30 años de edad.
Al observar las condiciones laborales de esta población se encuentra que 1.422.797
participan en el mercado como trabajadores, de los cuales la mayoría, 821.093, están en
el área rural y 601.704 en el área urbana. Por sexo los jóvenes son en un 70% hombres y
el 30% restante mujeres.
Esta población se desempeña en un 55.1% como trabajador asalariado tanto del sector
público y privado como trabajador doméstico, 19.8% como cuentapropista y un
destacado 25.2% como trabajador no remunerado, es decir, un trabajador que no recibe
ninguna retribución monetaria por la realización de su trabajo.

El nivel de educación brinda información sobre las competencias de los jóvenes


trabajadores, se encuentra que el 51.8% de los jóvenes tiene la primaria como nivel
máximo educativo, un 34.3% la secundaria y sólo un 8.5% el nivel superior.

Difícil situación para los niños y niñas: el Trabajo Infantil.

La tasa de trabajo infantil en Honduras es bastante alta, ésta se ubica en 13.9%


traduciéndose en 359.617 niños y niñas entre los 5-17 años trabajando. Es alarmante
mirar las cifras y encontrar que el 66% de los niños y niñas trabajadoras solamente
trabajan, lo que indica que no se están educando ni capacitando para mejorar sus
condiciones de vida.

A parte de los niños que trabajan se debe tener en cuenta a los niños y niñas que ni
estudian ni trabajan, que son el 12.6% del total nacional y vigilar y analizar las políticas
por parte del Gobierno frente a esta población y a este tipo de problema.

En el tema de ingresos los niños y niñas reciben una remuneración precaria, ellos
cuentan con un ingreso promedio de 1.681 lempiras (US 86), presentándose brechas
entre niños y niñas, siendo el ingreso promedio de los primeros mayor, 1.725 lempiras
(US 88) y 1.518 lempiras (US 78) para los segundos.

¿Libertades Sindicales?: El gran interrogante.

Dinámica de la Negociación Colectiva.

En el 2011 se firmaron 41 contratos colectivos y 2 pactos colectivos en el país,


incrementándose en 19.4% con respecto a 2010, al pasar de 36 negociaciones colectivas
a 43 casos. Una situación particular es la del Comercio, sector que agrupa a una gran
cantidad de trabajadores y sólo cuenta con una negociación colectiva en el transcurso de
los últimos 7 años.

Violaciones a los Derechos Sindicales.

En el 2011 el nivel de sindicalización se mantuvo en un nivel bajo, en donde


predominaron los sindicatos de empresa; el empleo temporal y la tercerización
continuaron a niveles más graves. El gremio magisterial continúa su lucha por rescatar
sus derechos adquiridos y su Instituto Nacional de Previsión del Magisterio
(INPREMA). La misma existencia del sindicato correrá más peligro con la ley de
educación que busca privatizar la educación y acabar con el Estatuto del Docente. Los
conflictos en el Bajo Aguán con el sector campesino, la confrontación e intentos de
mediatizar e incluso ilegalizar las organizaciones magisteriales, los asesinatos de
sindicalistas, comunicadores y líderes sociales evidencian un país que aún no logra
reponerse de la ruptura de su institucionalidad y en el que las instituciones públicas
están aún lejos de consolidarse .
Derechos sindicales Vs Realidad del ejercicio sindical.

A pesar de que los trabajadores y trabajadoras sindicalizadas cuentan con derechos


sindicales reconocidos por la ley, han sido varios los acontecimientos en la práctica que
evidencian una constante violación de éstos en el país, los más destacados en el informe
de la CSI son:

La Ley de Trabajo temporal por horas: Esta ley decretada por el gobierno nacional
desregula el mercado de trabajo y vuelve casi nulo el Código del Trabajo. Con ella se
evidencia un fuerte control por parte del empresariado sobre el Estado, manteniendo un
bajo nivel de la contratación colectiva y mostrando un número de sindicatos menor en la
empresa privada que en el mismo sector público.

Despidos masivos y atentados contra sindicatos y dirigentes sindicales: Se presentaron


un sinnúmero de casos de despidos de trabajadores y trabajadoras organizadas, entre
estos se encuentra los despidos masivos de directivos del Sindicato de Trabajadores de
la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (SITRAUNAH), del Sindicato de
Trabajadores del Instituto Nacional Agrario (SITRAINA) y del Sindicato de
Trabajadores del Patronato Nacional de la Infancia (SITRAPANI), todos protegidos por
el fuero sindical. Además el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y
Similares (STIBYS), también sufrió la persecución sistemática de sus directivos y
afiliados en una escalada represiva que cobró una vida y dejó un saldo de varios
heridos .

Violaciones del derecho de Huelga: Las violaciones a este derecho alcanzaron su


máximo nivel con las y los docentes que llegó a la amenaza de disolver las
organizaciones sindicales en el sector de la educación. Esta amenaza fue acompañada
por el mandato dado a la policía de sostener una actuación violenta contra los
huelguistas, quebrantando el derecho de manifestación, y poniendo en riesgo la
integridad física de las y los docentes.

Consideraciones Finales.

Algunas de las principales causas del enorme déficit de trabajo decente están
relacionadas con la poca educación y formación profesional. Así mismo, la baja
generación de puestos de trabajo, la falta de definición de una clara política laboral, el
alto desempleo urbano y alto subempleo rural, la falta de conciencia sobre el tema de
trabajo infantil, la débil legislación sobre seguridad social, los problemas en la
legislación sobre la tenencia de la tierra, las deficientes y casi inexistentes
negociaciones colectivas, entre otras.

Ante esta situación es urgente una política laboral con enfoque de trabajo decente que,
en compañía de otras políticas en sectores claves vinculados al mercado laboral, pueda
tener lineamientos claros que mantengan una estabilidad macroeconómica, un reducido
déficit fiscal y una creciente innovación tecnológica e inversión pública, todo orientado
a la disminución del desempleo y el subempleo y, por supuesto, a la mejora de la
calidad de los empleos.

LA SITUACIÓN POLÍTICA DE LA CRIMINOLOGÍA EN HONDURAS:


INVESTIGAR SI EL GOBIERNO TOMA EN CUENTA AL CRIMINÓLOGO. 

Caracterización General

1-. Durante muchos años desapareció la violencia político institucional que provenía del
Estado y de los sectores críticos del sistema, caracterizada por:

Concepto de seguridad centrado en el Estado;


Ideologización de la protesta social;
Represión generalizada a los críticos del sistema;
Militarización de la seguridad pública;
Violación de derechos humanos.

La finalización de la guerra fría y los

2-. procesos de paz y de democratización que se produjeron en los años 90s del siglo
pasado, dieron paso a procesos de reforma en defensa y en seguridad, sin que los
mismos se hubieran completado.

Separación de la Policía de las Fuerzas Armadas;


Separación de las funciones de defensa y seguridad;

Creación/fortalecimiento o de la Secretaría de Defensa y la Secretaría de Seguridad;


Pluralismo, tolerancia y apertura ideológica; Concepto de seguridad centrado en las
personas.

3-. Ha existido poca o ninguna conducción civil de los temas de defensa y seguridad. El
conocimiento civil y el manejo de los temas sigue siendo manejado por militares.

Las Secretarías de Defensa y de Seguridad siguen funcionando como apéndices de


los militares y de los policías;
Las Comisiones de Defensa y de Seguridad del Congreso Nacional no funcionan
con la independencia que se requiere;

Los políticos prefieren dejar los temas de defensa y de seguridad en manos de los
militares activos o retirados;
La sociedad civil no trabaja esos temas con la fuerza suficiente para hacer incidencia
en la toma de decisiones políticas.

4-. La violencia político institucional del pasado fue siendo desplazada y sustituida por
una violencia que surge de la sociedad y se expresa inicialmente como delincuencia
común y posteriormente como delincuencia organizada.

Delincuencia común: Desde la delincuencia menor, con mucha visibilidad y poco


impacto económico global, hasta la delincuencia mayor con menos visibilidad y
mucho impacto económico global;
Delincuencia organizada: desde las organizaciones de maras o pandillas hasta
bandas de narcotraficantes ubicados en zonas geográficas específicas

5-. Centroamérica en general y Honduras en particular, vuelve a aparecer como una


región violenta, esta vez asociada a las altas tasas de homicidios por 100 mil habitantes
y un ambiente generalizado de delincuencia.

Se ha producido una “estigmatización” de la pobreza que plantea que: A mayor


pobreza, mayor violencia, lo cual es una conclusión errada;
Los pobres aparecen involucrados en actividades de delincuencia menor;
Los antiguos mareros o pandilleros se han convertido en redes de apoyo al
narcotráfico y a las pandillas delincuenciales;
La mayor cantidad de homicidios proviene del narcotráfico.

6-. No solamente han crecido la inseguridad y violencia, ha crecido también la


incapacidad del Estado para enfrentarlas. El aumento de la inseguridad y violencia está
asociado al alto grado de impunidad de los delincuentes.

Ineficiencia para producir resultados;


Politización partidaria de las instituciones;
Involucramiento delictivo de los operadores de justicia.

7-. El aumento de la inseguridad y violencia está asociada también a la debilidad del


Estado de Derecho.

Policías, fiscales y jueces enfrentan una crisis de legitimidad muy fuerte, derivada
de la ausencia de controles internos que aseguren un desempeño eficiente y honesto;
Existen leyes, pero no se aplica, no ex iste confianza en que la ley se aplicará a
todos por igual;
La crisis del Estado de Derecho se evidenció desde el golpe de Estado de 2009 y su
deterioro ha agudizado la situación de inseguridad.
8-. El combate a la inseguridad y violencia tiene como requisito la depuración de los
operadores de justicia, en particular de la Policía.

Los operadores de justicia son parte del problema;


Los controles internos son frágiles y los controles externos son muy débiles o no
existen;
No existe voluntad política para realizar una depuración profunda que comience con
las instancias más altas.

9-. Con el deterioro de los operadores de justicia y el aumento de la inseguridad y


violencia, la ciudadanía se siente indefensa y se involucra en un proceso de
armamentismo social que agrava el fenómeno que se quiere combatir.

Es muy alto el número de armas que circulan en la región;


Hay sectores geográficos en los cuales el Estado tiene un control muy débil;
El Estado no cumple con su función de garantizar la seguridad y delega esta función
en aquellos que tienen recursos para pagarla.

10-. Los partidos políticos carecen de equipos que conozcan y manejen el tema de la
inseguridad, de ahí la inexistencia de una propuesta política coherente y contundente
para enfrentar la criminalidad.

Sus propuestas se reducen a aumentar el presupuesto y el número de policías;


Su énfasis se centra en convertir a los militares en policías, sin estar preparados para
ello;
Concentran su atención en el corto plazo y se olvidan del largo plazo;
Impulsan el combate al delito y se olvidan de la prevención del mismo.

La delincuencia puede ser un fenómeno que se produce sin violencia física o sicológica,
por ejemplo, cuando se producen hurtos en un descuido de la víctima o en una casa sin
habitantes. Pero también puede ejercerse con violencia cuando el acto delincuencial va
acompañado de armas, golpes o intimidación. Cuando en una sociedad se producen
actos criminales acompañados de muertes o lesiones, estamos hablando de un uso
incontrolado de la violencia, asociado comúnmente con maras, pandillas o
narcotraficantes que desean enviar mensajes contundentes, sin excluir a los delincuentes
con problemas de comportamiento que los lleva a hacer uso excesivo de la fuerza contra
sus víctimas. Centro de Documentación de Honduras

Causas y Condicionantes

Existe una fuerte tendencia en la gente común, a estudiar las causas y condiciones que
propician la criminalidad y la violencia. Han existido múltiples explicaciones, unas más
sostenibles que otras, que buscan precisar lo que está ocurriendo en una comunidad, un
municipio o un país. Van desde aquéllas que adjudican el fenómeno a la crisis de
valores, en particular los religiosos, lo que les lleva a potenciar el papel de las diferentes
iglesias para controlar el fenómeno; también se encuentran los que creen que es
producto del libertinaje asociado a la falta de disciplina, lo que les lleva a pensar que la
restitución del servicio militar es la salvación del país.

Generalidades de Honduras

La República de Honduras tiene un territorio de 112.492 km2 y posee costas marítimas


sobre el Océano Atlántico (Mar Caribe) y el Océano Pacífico. Limita territorialmente
con las Repúblicas de Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Antes de la conquista
española, el occidente del actual territorio de Honduras estaba habitado por población
Maya, una de las culturas más antiguas del continente. Actualmente la población de
Honduras se estima en algo más de 6 millones de habitantes, de los cuales
aproximadamente un 50,4% son hombres y un 49,6% mujeres. Las ciudades más
pobladas son la capital, Tegucigalpa, y San Pedro Sula, un centro industrial. Existe
diversidad étnica en su población, con ocho grupos étnicos minoritarios: garífuna,
tolupán, misquitos, lencas, chortís, tawahkas, pech y negros isleños, los que en conjunto
representan entre un 8 y un 10% del total de la población. De estos grupos el más
numeroso es el garífuna. Dichos grupos habitan zonas postergadas, carentes de
infraestructura vial, con muy escaso acceso a servicios sociales y en general, con una
economía de subsistencia. Todos conservan sus lenguajes propios, aun cuando el idioma
oficial del Estado es el español. A. Características económicas, sociales y culturales La
economía hondureña se ve afectada por importantes problemas estructurales vinculados
a los aspectos de producción y ahorro (aumento de la deuda externa, elevado déficit
fiscal, inflación, devaluación de la moneda nacional). La producción agropecuaria
representa el 27% de la producción total de bienes y servicios, siendo el café y el
banano los principales productos, que a su vez generan unas de las más importantes
fuentes de ingreso de divisas. Pueden destacarse

también como importantes, la producción de la minería, maderas, otras frutas, azúcar,


así como la pesca y captura del camarón. Se constata un fuerte desequilibrio en la
distribución del ingreso entre la población, reflejando grandes desigualdades sociales.
Un elevado porcentaje de desempleo, subempleo y carencias en la atención de la salud
han empujado a sectores importantes a la marginación social. Este estado de cosas
puede haber influido en el importante aumento de la violencia y la delincuencia e
incluso en la menor edad de quienes infringen la ley. Ha sido muy notorio en los
últimos tiempos el crecimiento de pandillas o bandas (conocidas como "maras") que
llevan a cabo actividades delictivas, entre las que se cuentan asaltos a mano armada,
lesiones, muertes y tráfico de drogas. Ello ha llevado a que el Gobierno impulsara y
lograra la sanción de una Ley sobre Seguridad Pública, popularmente conocida como
"ley antimaras", que estableció un aumento de penalidad para delitos cometidos por
pandillas, así como al establecimiento de nuevos tipos delictivos como el de “asociación
para delinquir”, aplicable a quienes formen parte de ellas. Esta ley ha recibido críticas
de diversos sectores, entre ellos el académico y el de los defensores de derechos
humanos, por entender que introduce una distorsión o desequilibrio en el sistema del
derecho penal nacional. Las cifras de analfabetismo son altas; si bien se han hecho
esfuerzos importantes por bajar los porcentajes que se ubicaban a finales de la década de
1980 en 42%, aun persiste una tasa que supera el 35% (la misión no ha conocido cifras
precisas, variando ellas según fuere el interlocutor). En la atención de la salud se
encuentran carencias, aun cuando también aquí se han hecho esfuerzos. Entre los
problemas más acuciantes cabe mencionar el acceso, cobertura, prestación de
medicamentos y la calidad general de la atención para los sectores desposeídos. La
mortalidad infantil es una de las más altas de América Latina, llegando a 42 por cada
1000 nacimientos. A ella se agregan en el crecimiento de los nacidos vivos las
infecciones y sobre todo la desnutrición, que provoca daños irreversibles en el
crecimiento físico, desarrollo mental y la capacidad de aprendizaje. Las insuficiencias
en el sistema de saneamiento y en la distribución y acceso al agua potable afectan
considerablemente estas cifras. El Banco Mundial considera a Honduras como uno de
los países del hemisferio occidental con ingresos más bajos, con un PBI per capita de
730 dólares anuales. En el informe de 1999 del PNUD se ubica a Honduras como uno
de los países con menor desarrollo en América y en el lugar 114 de la escala mundial en
cuanto a desarrollo. B. Algunos datos de la historia política de Honduras La historia de
Honduras, desde su independencia del dominio español proclamada el 15 de Setiembre
de 1821, estuvo caracterizada por centenares de acciones de armas, varias de ellas
alentadas por gobiernos de países vecinos y también por compañías bananeras.
Honduras fue uno de los cinco Estados que conformó la Federación.

Centroamericana junto con Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Nicaragua en la


primera mitad del siglo XIX. En los años que siguieron a la independencia hubo
alternancia entre gobiernos militares y democráticos y desde entonces se hizo sentir una
fuerte influencia, tanto económica como política, de los Estados Unidos de América
(EE.UU.) A fines del siglo XIX se estableció en el país la empresa United Fruit Co.
(UFCo), corporación estadounidense que se adueñó de enormes extensiones de tierras,
de casi toda la producción de frutas del país, de ferrocarriles, barcos y puertos. Lo que
es más importante, la UFCo. estuvo involucrada en numerosas decisiones políticas
fundamentales del país. En 1924, el gobierno de los Estados Unidos invadió Honduras e
impuso un período de “pseudo-democracia”, al amparo de la cual la UFCo. compró la
Cuyamel Fruit Co., su principal competidora, y logró el monopolio de la producción
bananera. Al retirarse “formalmente” los EEUU, Washington entregó el poder a
Tiburcio Carías Andino, que gobernó el país con mano dura entre 1933 y 1949. En
1969, las Repúblicas de Honduras y El Salvador se enfrentaron en lo que se denominó
la “guerra del fútbol”, interrumpida por la mediación de la Organización de Estados
Americanos (OEA). La guerra se debió a disputas territoriales, a las que se sumó la
presencia de un alto número de refugiados salvadoreños en territorio hondureño. El
General Policarpo Paz García, Presidente de Honduras entre 1978 y 1982, estableció
estrechas relaciones con el dictador nicaragüense Anastasio Somoza. Fue durante este
período, finales de la década de 1970 y principios de la de 1980, en el que grupos
paramilitares actuaron en Honduras con absoluta impunidad y se produjeron en su
territorio numerosas desapariciones de opositores políticos, tanto hondureños como
extranjeros. Durante las décadas de 1970 y 1980, el gobierno hondureño toleró la
presencia en su territorio de soldados estadounidenses y la instalación de bases
contrarrevolucionarias nicaragüenses que emprendían acciones militares contra el
Gobierno sandinista en territorio de la vecina Nicaragua. A principios de la década de
1980 comenzó un período de democracia estable, que dura hasta el día de hoy. El
gobierno ha alternado entre los partidos Nacional y Liberal, los dos principales de
Honduras, que generalmente obtienen los votos del 90% del electorado. Si bien existen
en Honduras otros partidos políticos con presencia en el Congreso, uno de los
entrevistados por la misión definió el sistema político hondureño como “de
pluripartidismo en lo nominal y de bipartidismo en la realidad”. En 1989 fue electo
Presidente el Sr. Rafael Callejas, candidato del Partido Nacional. Respaldado por los
Estados Unidos de América y círculos empresariales, Callejas inició una completa
liberalización de la economía. Tras la derrota sandinista en las elecciones nicaragüenses
de 1990, el gobierno estadounidense redujo considerablemente su ayuda económica a
Honduras. Ello causó una profunda crisis económica que motivó al Presidente Callejas a
acercarse a las Fuerzas Armadas para prevenir una agudización del malestar social. En
diciembre del

mismo año, el gobierno decretó una amnistía para detenidos y perseguidos políticos y
abolió la ley antiterrorismo, lo que permitió el regreso de importantes dirigentes
políticos. Un grupo guerrillero, las Fuerzas Populares Revolucionarias, renunció a la
lucha armada y se integró al quehacer político. En 1993, en el marco de una profunda
crisis económica agravada por la falta de ayuda económica de los EE.UU., fue electo
Presidente de la República el Doctor Carlos Roberto Reina, candidato del Partido
Liberal. Una de las medidas importantes tomadas por el nuevo gobierno fue la de
disolver la Dirección Nacional de Investigaciones, trágicamente conocida por sus
violaciones de derechos humanos, y, en 1995, poner en funciones a la Dirección
General de Investigación Criminal, conducida por mandos civiles. A pesar de este
cambio, siguieron ocurriendo ejecuciones extrajudiciales, tal cual consignó en su
informe a la Comisión de Derechos Humanos la Relatora Especial de las Naciones
Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Sra. Asma Jahangir,
luego de su visita a Honduras en agosto de 2001 (ver anexo 2). En el año 2002, fue
electo Presidente de la República el Sr. Ricardo Maduro, del Partido Nacional, quien
gobierna actualmente. V. Derecho internacional de los derechos humanos aplicable en
Honduras: tratados, convenios, pactos y convenciones internacionales Desde el punto de
vista de la protección de los derechos humanos – aparte de lo consagrado en diferentes
artículos de la Constitución de la República y en numerosas leyes pertinentes - figura
como novedad en el texto constitucional el que Honduras: "hace suyos los principios y
prácticas del derecho internacional que propenden a la solidaridad humana, al respeto de
la autodeterminación de los pueblos, a la no intervención y al afianzamiento de la paz y
la democracia universales". Se proclama la validez y obligatoria ejecución de las
sentencias arbitrales y judiciales de carácter internacional. (artículo 15 de la
Constitución) y se declara que: "Los tratados internacionales celebrados por Honduras
con otros Estados, una vez que entren en vigor forman parte del derecho interno"
(artículo 16 de la Constitución). Y que "En caso de conflicto entre el tratado o
convención y la ley, prevalecerá el primero" (artículo 18 de la Constitución). La
comunidad organizada de naciones, sea en el marco de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), sea – como en el caso de Honduras – en el de la Organización de
Estados Americanos (OEA), ha venido aprobando instrumentos jurídicos que reconocen
derechos humanos, los definen e incluyen normas para supervisar su respeto, promoción
y protección. Estas normas internacionales están incluidas en tratados y tienen por
objeto aumentar la protección de la persona frente a abusos y arbitrariedades. Es bueno
aclarar que cuando nos referimos a “tratados”, este término comprende a otros
instrumentos jurídicos internacionales como los pactos, convenciones y convenios. 8
Ahora bien, los tratados internacionales sobre derechos humanos tienen, además de un
valor político considerable, valor jurídico vinculante. Esto significa que los Estados que
los han ratificado o que se han adherido a ellos están jurídicamente obligados a
cumplirlos. Esta obligación no es sólo frente a los demás Estados que son parte del
tratado, sino también frente a su propia población. Esto es particularmente así en el caso
de tratados sobre derechos humanos, como lo señalara en septiembre de 1982 la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en su Opinión Consultiva No.2. A su vez, estos
conceptos son igualmente aplicables a los tratados universales como a los regionales, ya
sean bilaterales o multilaterales. En este sentido, el artículo 27 de la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados dispone que: “una parte no puede invocar las
disposiciones de su derecho interno como justificación de su incumplimiento de un
tratado…” Finalmente, el artículo 14 de la “Declaración sobre los Derechos y Deberes
de los Estados”, adoptada por las Naciones Unidas dice que: “Todo Estado tiene el
deber en sus relaciones con otros Estados conforme al derecho internacional y al
principio de que la soberanía de cada Estado está sujeta a la supremacía del derecho
internacional”. Los derechos que surgen de un tratado – en el caso de Honduras -
pueden hacerse valer y ser exigidos ante los tribunales nacionales o ante la
Administración. Al formar “parte del derecho interno” (artículo 16 de la Constitución),
su cumplimiento puede exigirse compulsivamente, lo que a su vez implica que los
Abogados pueden invocarlos en defensa de sus clientes y Jueces y Fiscales están
obligados a aplicarlos tanto como están obligados a aplicar la ley nacional. Es bueno
recordar que todos los tratados sobre derechos humanos se limitan a establecer niveles
mínimos de protección, por lo que cada Estado puede incorporar a su legislación interna
niveles más altos. A. Tratados multilaterales de derechos humanos de los que Honduras
es parte A continuación se mencionan tratados que han sido ratificados o a los que ha
adherido la República de Honduras, por lo que se han convertido en jurídicamente
obligatorios. A nivel universal y mencionados por orden cronológico: - Cuatro
Convenios de Ginebra sobre derecho internacional humanitario (protección a los heridos
y enfermos de las fuerzas armadas; de las fuerzas armadas en el mar; a los prisioneros
de guerra; a los civiles en tiempo de guerra), 1949; - Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial, NU, 1965; - Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, NU, 1966; - Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, NU, 1966; - Protocolo Facultativo 1 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, NU, 1966; 9 - Protocolos I y II
adicionales a los Convenios de Ginebra sobre derecho humanitario (protección a las
víctimas de conflictos armados internacionales y a las víctimas de conflictos armados
sin carácter internacional, 1977; - Convención sobre la Eliminación de todas las formas
de Discriminación contra la Mujer; 1979; - Protocolo Facultativo de la Convención
sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, 1999; -
Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes, 1984; - Convención sobre los Derechos del Niño,1989; - Segundo
Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, destinado
a Abolir la Pena de Muerte, 1989; - Protocolos Facultativos 1 (participación de niños en
conflictos armados) y 2 (venta de niños, prostitución infantil) de la Convención sobre
los Derechos del Niño, ambos de 2000. A nivel regional interamericano y mencionados
por orden cronológico: - Convención Americana sobre Derechos Humanos, OEA, 1969;
- Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer, OEA, 1994. Existen otros textos jurídicos internacionales que constituyen
orientaciones dirigidas a los Estados y, aun cuando no han alcanzado la categoría de
tratados, ofrecen una clara indicación de hacia dónde se dirige en estos temas la
comunidad organizada de naciones. Ellos son, por orden cronológico: - Reglas Mínimas
para el Tratamiento de los Reclusos, NU, 1957 y 1977; - Código de Conducta para
Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley; NU,1979; - Reglas Mínimas de las
Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de Menores, NU, 1985; -
Principios Básicos relativos a la Independencia de la Judicatura, NU, 1985; -
Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos
y del Abuso de Poder, NU, 1985; - Conjunto de Principios para la Protección de todas
las Personas sometidas a cualquier forma de Detención o Prisión, NU,1988; - Principios
Básicos sobre la Función de los Abogados, NU, 1990; - Principios Básicos sobre la
Función de los Fiscales, NU, 1990. - Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y
de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley, NU,
1990; - Principios Básicos para el Tratamiento de los Reclusos, NU, 1990; - Reglas de
las Naciones Unidas para la protección de los Menores Privados de Libertad, NU, 1990;
- Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las Medidas no Privativas de la
Libertad, NU, 1990. 10 VI. Organización del Estado La forma de gobierno de Honduras
es republicana, democrática, y representativa. El Gobierno se ejerce a través de tres
Poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, complementarios e independientes entre sí. A
cada uno de ellos se le asignan funciones específicas, además de otras que comparten
con los demás Poderes (artículo 4 de la Constitución). Honduras vive actualmente bajo
un régimen democrático. El país se divide administrativamente en 18 Departamentos y
éstos, a su vez, en 296 Municipios. A. Poder Ejecutivo El Ejecutivo es ejercido por el
Presidente de la República, electo directamente por el pueblo organizado en cuerpo
electoral. A su vez, el Presidente se apoya en diversas Secretarías de Estado o
Ministerios (en este momento son 14). Desde la Constitución de 1957 hasta la reforma
constitucional de Noviembre de 2002, tres personas eran electas por el cuerpo electoral
para reemplazar al Presidente en caso de ausencia temporal o definitiva: los llamados
Designados a la Presidencia. La reforma de 2002 de los artículos 235, 236, 242 (y
concordantes) elimina esta figura y sustituye a los tres Designados por un
Vicepresidente de la República, electo directamente por el pueblo por simple mayoría
de votos en forma conjunta con el Presidente. Será el Vicepresidente el llamado a
sustituir al Presidente en la titularidad del Ejecutivo en casos de ausencia temporal o
definitiva de este último. B. Poder Legislativo El Congreso es unicameral y, de acuerdo
con el Decreto Legislativo 28/88 del 1/3/88, está “integrado por un número fijo de 128
Diputados”, electos cada cuatro años por el cuerpo electoral y distribuidos por
Departamento según un cociente electoral. En la actualidad, 61 Diputados pertenecen al
Partido Nacional, 55 al Partido Liberal, 5 al Partido de Unificación Democrática, 4 al
Partido de Innovación y Unidad y 3 al Partido Demócrata Cristiano. Al Legislativo
corresponde principalmente aprobar las leyes y controlar la gestión del Ejecutivo.
También le corresponde “declarar si ha lugar o no a formación de causa contra el
Presidente de la República o quien lo sustituya legalmente, Diputados al Congreso
Nacional, Presidente y Magistrados de la Corte Suprema de Justicia…” (artículo 205 de
la Constitución) y otros altos dignatarios y funcionarios que indica. C. Poder Judicial El
término Justicia puede ser empleado en dos acepciones principales: a) como un valor
ético constitutivo de una de las importantes metas de todo grupo social; b) como el
conjunto de órganos, sistemas y procedimientos encargados de identificar y establecer
compulsivamente el derecho aplicable a un caso o situación concreta, o como suele
decir la legislación, encargados de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado. En 11 esta
segunda acepción se habla más corrientemente de Administración de Justicia; es a ella a
la que nos referiremos. Dos de los principales resguardos de la libertad son el derecho y
la justicia, que están íntimamente enlazados. El derecho es el resultado del acuerdo
logrado por una sociedad determinada en un momento histórico determinado para regir
las relaciones sociales. Es a partir del derecho que actúa la justicia y también es éste el
que fija los límites a la aquélla. A su vez, la justicia es la que determina en caso de
contestación cuál es el derecho aplicable, completando los objetivos del derecho de
acordar seguridad y certeza. El derecho está siempre en lenta pero permanente
evolución, influido por consideraciones de la moral dominante, de los cambios
ocurridos en el mundo y de los desarrollos técnicos. Asimismo, y como no puede ser de
otro modo, con la variación del derecho va variando la justicia. No hay duda de que el
mecanismo al que se le ha otorgado prioridad en la protección de los derechos de las
personas es justamente el sistema de Administración de Justicia. Citando palabras de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe anual de 1984/85: “Un
Poder Judicial respetable por su independencia e imparcialidad es una de las piedras
angulares de la democracia, de suerte que toda iniciativa para respaldar y consolidar la
democracia, debiera tener muy en cuenta el mejoramiento de dicho Poder”. Como
primera imagen de la Justicia aparece a nuestros ojos la figura del Juez, encargado de
declarar el derecho aplicable e impartir justicia. El Juez es el funcionario al que la ley
encarga resolver conflictos de intereses personales y sociales, aplicar penas y sanciones,
decidir sobre la libertad de las personas y sobre cuestiones familiares y proteger a las
personas contra actos arbitrarios de la autoridad o de terceros. Pero el Juez no actúa solo
y, aun cuando a la vista popular no se distinguen tan nítidamente, a su lado están -
particularmente en asuntos penales – las figuras del Fiscal y del Abogado defensor. Esta
trilogía es siempre necesaria para que pueda hablarse del “debido proceso legal” (del
“juicio justo, del “fair trial”). En Honduras, la potestad de impartir justicia y de juzgar y
hacer ejecutar lo juzgado es privativa del Poder Judicial. Su estructura jerárquica, a
partir de su cúspide, es la siguiente: "Corte Suprema de Justicia, Cortes de Apelaciones,
los Juzgados y demás dependencias que señale la ley" (artículo 303 de la Constitución,
reformado en 2001). A su vez, la Ley ha establecido hasta el momento: Tribunales de
Sentencia, Jueces de Letras, Jueces de Paz, Jueces de Ejecución de la Pena y de
Medidas de Seguridad. La ley será también la encargada de regular la organización y
funcionamiento de los Tribunales, Juzgados y Ministerio Público. 1. Estructura
jerárquica del Poder Judicial La Corte Suprema es el órgano jerárquico superior y su
jurisdicción comprende todo el territorio del Estado. La Corte Suprema ejerce
jurisdicción exclusiva y excluyente en ciertos casos; en otros, actúa como tribunal de
alzada adoptando fallos definitivos contra los que no cabe recurso ulterior. Está
compuesta por 15 Magistrados, nombrados por el Congreso Nacional por un plazo de
siete años. Se divide en cinco Salas especializadas, compuestas cuatro de ellas por tres
Magistrados cada una: Civil, Laboral, Penal, de lo Contencioso-Administrativo y una
quinta Sala, de lo 12 Constitucional, compuesta por cinco Magistrados. Ejerce la
Presidencia de la Corte Suprema el Magistrado así electo por el Congreso Nacional,
aunque a propuesta de los mismos Magistrados de la Corte, con el voto favorable de las
2/3 partes de sus integrantes (art. 315 Constitución). Actualmente ejerce la Presidencia
la Magistrada Vilma Morales Montalván. Cortes de Apelaciones: en general actúan
como tribunales de segunda instancia y, en casos específicos, como de primera
instancia. Existen 12 Cortes de Apelación en Honduras, cada una compuesta por tres
Magistrados y ubicadas territorialmente en diferentes Departamentos. Algunas de ellas
poseen competencia específica, como por ejemplo en materia de Trabajo y en materia
Contencioso Administrativa. Los Tribunales de Sentencia son los tribunales de primera
instancia donde tienen lugar los juicios orales. Están compuestos por cuatro Jueces, de
los cuales actúan tres en cada caso. Los Jueces de Letras están a cargo de las etapas
preparatoria e intermedia del juicio y dan curso a las solicitudes formuladas tanto de la
Fiscalía (Ministerio Público) como de la Defensa. Existen 79 Juzgados de Letras,
algunos de ellos con competencia específica en lo Civil, Penal, de Familia, del Trabajo,
de la Niñez y Adolescencia, de Inquilinato, de lo Contencioso Administrativo. Los
Jueces de Paz - que no tienen que ser necesariamente Abogados ni expertos en derecho
y, en efecto, el 29% no lo es - deciden sobre las solicitudes de la Fiscalía y la Defensa
cuando un Juez de Letras no se encuentra disponible. A su vez, tienen competencia para
juzgar casos de infracciones leves, como así también competencia de urgencia en causas
penales, en aquellos casos en los que no sea posible obtener la intervención inmediata
de un Fiscal, un Juez de Letras o Tribunal de Sentencia, lo que puede suceder
particularmente en zonas rurales alejadas. Los Jueces de Paz, cuyo número es de 331,
pueden en esos casos tomar medidas para preservar pruebas, identificar testigos, hacer
detener a presuntos culpables, y otras actuaciones que podrían causar cierto perjuicio en
caso de no tener lugar. Hay Jueces de Paz en lo Civil y Jueces de Paz en lo Penal. Los
Jueces de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad son aquellos encargados de
controlar que las órdenes de prisión preventiva, o de cumplimiento de sentencias y de
ejecución de la suspensión condicional de la pena se realicen de acuerdo con la ley.
Tienen también competencia para imponer ciertas medidas de aseguramiento una vez
terminada la privación de libertad. 2. Estatuto de Jueces y Magistrados Hace décadas se
comprendió que para tender a alcanzar el ideal de la Justicia era necesario establecer un
Estatuto que permitiera asegurar la idoneidad, la independencia y la imparcialidad de
Jueces y Magistrados judiciales. Hoy en día puede verse que para que ello así sea, debe
prestarse atención a diversos aspectos: - Formación y capacitación. 13 Los Jueces, al
igual que los Fiscales y los Abogados, deben tener una sólida formación en derecho y
derechos humanos, incluido el derecho internacional de los derechos humanos. Es así
recomendable que, sin perjuicio de los conocimientos que adquieran en las
Universidades y en Escuelas de la Judicatura o del Ministerio Público, los Jueces tengan
acceso a cursos periódicos de actualización, dado que la evolución del derecho es
constante. - Procedimiento de selección y nombramiento de los Jueces. Es un tema
fundamental a ser analizado con mayor detenimiento más adelante, al examinar a la
Corte Suprema de Justicia. - Seguridad en el cargo. En algunos países se ha utilizado la
fórmula de que el Juez permanecerá en el cargo “mientras dure su buen
comportamiento” o se han establecido nombramientos por un largo período de tiempo,
por ejemplo 10 años. Debe ponerse al Juez a salvo de temores por el mantenimiento de
su cargo e inmune a presiones indebidas, pues se podría afectar su libertad para decidir
en conciencia. Este aspecto conlleva a que debe establecerse un régimen disciplinario
objetivo, que regule amonestaciones, sanciones, traslados, ascensos y destitución. En
numerosos países tales funciones corresponden a un Consejo de la Judicatura o de la
Magistratura. - Libertad para la labor jurisdiccional. Es fundamental que el Juez no esté
sujeto a supervisión y obediencia jerárquica en los aspectos técnicos de su tarea (es
decir, al decidir sobre la evidencia aceptable, el derecho aplicable al caso, o la sanción a
imponer). En relación con estos aspectos no puede recibir instrucciones de sus
superiores; las órdenes e instrucciones sólo serán admisibles en aspectos administrativos
de su trabajo. Un Juez debe decidir en conciencia. Ello sin perjuicio de que en los
aspectos técnicos, las decisiones judiciales estarán siempre sujetas a revisión por parte
de un órgano jurisdiccional superior, por la vía de los recursos de apelación, revisión,
nulidad u otros. Por ello es imprescindible asegurar por mecanismos legales el control
de la idoneidad y la independencia de Jueces y Fiscales. El caso de los Abogados es
diferente. No sería lógico exigirles “imparcialidad”, pretendiendo que no se coloquen
del lado de sus clientes. Pero sí puede exigírseles una buena formación jurídica y el que
actúen con honestidad y en colaboración con la justicia. - Remuneración y condiciones
de trabajo adecuadas. A efectos de evitar, o en su defecto disminuir, el riesgo de
corrupción, el salario o remuneración de Jueces y Fiscales debe ser digno y aceptable,
poniéndolos a salvo de excesivas angustias económicas. - Autonomía financiera del
organismo judicial. Es importante que se asignen al sistema de Administración de
Justicia recursos materiales y humanos suficientes para cumplir sus cometidos. En el
caso de Honduras el artículo 306 de la Constitución dispone que: 14 “el Poder Judicial
tendrá una asignación anual no menor del tres por ciento (3 %) del Presupuesto de
Ingresos Netos de la República, excluidos los préstamos y donaciones”. (Ver gráfico en
el anexo 7) En conclusión, todos los que intervienen para asegurar el “debido proceso
legal” deben estar al abrigo de injerencias, interferencias, ataques, amenazas, presiones,
temores, recompensas, estímulos indebidos y corrupción, provengan de donde
provengan. Es necesario levantar un muro de contención contra estos males, pero – en el
caso de los Jueces – ese muro no deberá ser compacto, pues tampoco es bueno que el
Juez habite en un palacio de cristal hermético, aislado de las necesidades, de las
exigencias y de los problemas de sus conciudadanos. Por el contrario, el Juez debe ser
parte de dicha sociedad y, en la medida de lo posible, seguir la suerte de los demás. Sólo
así podrá medir y aquilatar en sus justos términos las aspiraciones, comprender las
necesidades y las impaciencias ajenas. No obstante, no es necesario ni aconsejable crear
un status privilegiado para los Jueces; nada más lejos de ello. Se pretenden crear las
condiciones para que se dicte una buena justicia. Y como contrapartida de ese muro de
contención que protege a los Jueces, ellos deben estar sujetos a responsabilidad si se
apartaren del derecho o cometieren desviaciones a la conducta que les es exigida. Las
prerrogativas a favor de los Jueces se establecen en beneficio de la función que
desempeñan y no de las personas que ocupan esos cargos. En el caso concreto de la
República de Honduras, existe una serie de normas, constitucionales algunas y legales
otras, que conforman un Estatuto para los Magistrados, Jueces y Fiscales. Dichas
normas regulan su actuación, establecen los requisitos para acceder al cargo, sus
derechos, obligaciones, prohibiciones e incompatibilidades. Por ejemplo, la
Constitución declara en su artículo 303 que los Jueces son : “independientes,
únicamente sometidos a la Constitución y las leyes”. A su vez, el artículo 317 establece
que los Jueces: "no podrán ser separados, suspendidos, trasladados, descendidos, ni
jubilados, sino por las causas y con las garantías previstas en la ley". Otros artículos
establecen derechos y deberes de los Magistrados y Jueces, siempre con el mismo
objetivo de asegurar una correcta administración de justicia. En su artículo 318 la
Constitución expresa: “Créase el Consejo de la Judicatura cuyos miembros serán
nombrados por la Corte Suprema de Justicia. La Ley señalará su organización, sus
alcances y atribuciones…” 15 A pesar de que la norma proviene de la reforma de 2001,
aun no se ha materializado la creación de dicho cuerpo colegiado. Completan a la
Constitución en este capítulo la Ley de la Carrera Judicial (cuya aplicación, una vez
sancionada, fue demorada 15 años) y los Códigos Procesales. Así, por ejemplo los
Códigos procesales, entre ellos el Penal, regulan lo atinente a excusación y recusación
de Magistrados, Jueces y Fiscales. Todo Juez (y el término incluye a Magistrados y
Fiscales) “se excusará sin tardanza” y sin esperar a que se le recuse en cualquier caso en
que exista una “causal de recusación” (es decir, parentesco, amistad íntima o enemistad
con alguna de las partes, haber ya intervenido en el caso, tener litigio pendiente con
alguna de ellas, tener interés en que el caso se solucione de alguna manera en particular,
etc.). Asimismo, cualquiera de las partes en un proceso puede recusar a un Juez o a un
Fiscal, por similares motivos que los señalados para la excusación. Las causales de
excusación / recusación se mencionan en el Código Procesal Penal (artículos 83 a 95).
En suma, las normas comentadas en este capítulo han sido aprobadas con miras a
asegurar la idoneidad, independencia e imparcialidad de Magistrados, Jueces y Fiscales.
Entre otras normas del derecho internacional, al mismo objetivo puede ayudar la
invocación específica de los Principios Básicos Relativos a la Independencia de la
Judicatura (Naciones Unidas, 1985) y las Directrices sobre la Función de los Fiscales
(Naciones Unidas, 1990). 3. Corte Suprema de Justicia – Facultades de la Corte y
nombramiento de sus Magistrados. La Corte Suprema es el órgano jerárquicamente
superior del Poder Judicial hondureño y entre otras funciones tiene la de actuar en
ciertos casos ejerciendo jurisdicción exclusiva y excluyente; en otros actúa como
tribunal de alzada adoptando fallos definitivos. Entre sus numerosos cometidos (artículo
313 de la Constitución, con su nueva redacción tras la reforma de abril de 2001), puede
mencionarse: -“Organizar y dirigir el Poder Judicial”; - “Conocer de los procesos
incoados a los altos funcionarios del Estado, cuando el Congreso Nacional los haya
declarado con lugar a formación de causa"; - “Conocer en segunda instancia de los
asuntos que las Cortes de Apelaciones hayan conocido en primera instancia”; -
“Conocer de las causas de extradición y de las demás que deban juzgarse conforme al
Derecho Internacional”; - “Conocer de los recursos de casación, amparo, revisión e
inconstitucionalidad…”; - “Autorizar el ejercicio del notariado a quienes hayan
obtenido el título de Abogado”. 16 El artículo 3 de la reforma constitucional del 2001
dispone que: “El título de Abogado lo conferirán las Universidades, a partir de la
elección de la próxima Corte Suprema”. Hasta ese momento lo confería la Corte
Suprema. La facultad de la Corte de “autorizar el ejercicio del notariado” tiene relación
con un aspecto del conflicto que enfrentó a los Abogados entre sí y a los Abogados con
la Corte Suprema, conflicto que analizaremos más adelante; - "Nombrar y remover los
Magistrados y Jueces, previa propuesta del Consejo de la Carrera Judicial”; - "Elaborar
el Proyecto de Presupuesto del Poder Judicial y enviarlo al Congreso Nacional”; -
“Crear, suprimir, fusionar o trasladar los Juzgados, Cortes de Apelaciones y demás
dependencias del Poder Judicial”. El artículo 309 de la Constitución establece entre los
requisitos para acceder a ser Magistrado de la Corte Suprema de Justicia los siguientes:
- “Ser hondureño por nacimiento”; - “Abogado debidamente colegiado”; - “Haber sido
titular de un órgano jurisdiccional durante 5 años, o ejercido la profesión durante 10
años”. El requisito de ser miembro colegiado del Colegio de Abogados de Honduras
facilitó otro aspecto del conflicto en el Colegio de Abogados. En la reforma
constitucional de abril de 2001 (artículos 308, 311 y 314) se aumentó el número de
Magistrados de la Corte de nueve (9) a quince (15). Los Magistrados son electos por el
Congreso Nacional con el voto favorable de una mayoría calificada (2/3 de la totalidad
de sus miembros ) y ya no por un período de 4 años, sino por uno de 7 años y con
posibilidad de reelección. Este último cambio ha sido de importancia, pues el mandato
de los Magistrados de la Corte ya no coincide con el de las autoridades nacionales
(Presidente y Vicepresidente de la República, Diputados Nacionales). Con ello se aleja
un poco el impacto de las adhesiones y simpatías políticas de aquellos encargados del
nombramiento (Diputados) con los candidatos a Magistrados de la Corte Suprema.
Según la misma reforma, los miembros de la Corte Suprema deben ser necesariamente
escogidos de una lista de tres candidatos por cada uno de los Magistrados a elegir.
Cuando se utilizó por primera vez el sistema los candidatos fueron 45, ya que se elegía a
la totalidad de los Magistrados de la Corte. La Constitución, en su artículo 311,
establece que “serán electos de una nómina de candidatos propuesta por una Junta
Nominadora que estará integrada de la manera siguiente”: 1 )“Un representante de la
Corte Suprema” nombrado por una mayoría de las dos terceras partes de los
Magistrados; 2) “Un representante del Colegio de Abogados, electo en asamblea”; 3)
“El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos”. De acuerdo a la Ley Orgánica
de la Junta Nominadora será quien presida dicha Junta; 17 4) “Un representante del
Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), electo en asamblea”; 5) “Un
representante de los profesores de las Escuelas de Ciencias Jurídicas”, cuya propuesta se
efectúa a través de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH); 6) “Un
representante electo por las organizaciones de la sociedad civil”; 7) “Un representante
de las Confederaciones de Trabajadores”. Finalmente, el texto constitucional encarga a
la ley el regular la organización y funcionamiento de la Junta Nominadora, lo que hizo
el Congreso en 2001. El propio texto constitucional establece que si la Junta no
efectuare propuestas, el Congreso Nacional procederá a la elección por mayoría
calificada. El Presidente de la Corte Suprema es elegido por el Congreso Nacional, a
propuesta de los mismos Magistrados de la Corte hecha con el voto favorable de las dos
terceras partes de sus integrantes. Por el contrario, los Magistrados de las Cortes de
Apelaciones, los Jueces y los funcionarios del Poder Judicial son seleccionados, y
nombrados (y también destituidos) por la Corte Suprema de Justicia. 4. El nuevo
Código Procesal Penal. La reforma del sistema judicial hondureño fue identificada
como objetivo primordial desde comienzos de la década de 1980. Tras varios intentos,
algunos fallidos y otros de éxito limitado, un importante proceso de reforma culminó
entre los años 1999 y 2000. Los dos resultados más salientes fueron reformas en la
integración de la Corte Suprema de Justicia y la sanción de un nuevo Código Procesal
Penal. Ya hemos visto lo relativo a la Corte Suprema; veamos lo que concierne a la
aprobación del nuevo Código Procesal Penal que entró en vigencia el 20 de febrero de
2002. El aspecto más importante del nuevo Código consiste en la sustitución del sistema
inquisitivo por el acusatorio, ajustando así el procedimiento penal hondureño a normas
internacionales modernas, que buscan garantizar un juicio justo respetando los derechos
de los acusados. El nuevo procedimiento penal puede calificarse de revolucionario
frente al que vino a sustituir. Mientras que el antiguo procedimiento penal era escrito y
principalmente reservado, el nuevo procedimiento es oral y público,. En el viejo
procedimiento, era un Juez quien tomaba conocimiento de un delito, conducía la
investigación y reunía las pruebas de cargo y descargo. Posteriormente, el Fiscal
presentaba la acusación y era el mismo Juez actuante quien dictaba sentencia. En el
nuevo procedimiento acusatorio, el Ministerio Público (representado por los Fiscales) es
el encargado de investigar y de reunir las pruebas y, llegado el caso, de presentar cargos
ante el Juez. El Juez encargado de conducir el proceso es quien diligencia las pruebas
que solicitan tanto el Ministerio Público como la Defensa, pero quien dicta la sentencia
de absolución o de condena es el Tribunal de Sentencia. Es al Ministerio Público, a
través de sus fiscales, a quien corresponde dirigir la instrucción o 18 investigación de
los casos; incluso a ellos corresponde, en ciertas situaciones, ordenar detenciones
preventivas y realizar allanamientos de moradas. Por último, el nuevo Código Procesal
Penal creó la institución del Juez de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad.
Dichos Jueces están encargados de controlar que las órdenes de prisión preventiva o de
cumplimiento de sentencias se lleven a cabo de acuerdo con lo que el Juez o Tribunal
pertinente ordenó y en conformidad con la ley. El procedimiento criminal cuenta ahora
con: 1) un Juez garante de los derechos del encausado en las etapas preparatorias al
juicio penal propiamente dicho; 2) un Tribunal que juzga al acusado y, según
corresponda, lo absuelve o le aplica una pena; y 3) un Juez que conoce y supervisa todo
lo relacionado con el cumplimiento de la pena impuesta. En el procedimiento anterior,
un mismo Juez cumplía las tres funciones. En suma, el nuevo Código concibe al proceso
penal como un instrumento para la solución de conflictos sociales en base a los
principios de legalidad, seguridad jurídica y garantías. Las partes - el Fiscal y la Defensa
- actúan en un plano de igualdad de oportunidades y por encima de ellas un tercero
imparcial - el Juez – se encarga de valorar los méritos y adoptar las decisiones que se
impongan. En lo que respecta a los derechos de los acusados y justiciables, el Código ha
incorporado la gran mayoría de los derechos consagrados en los instrumentos
normativos internacionales. Así, se reconoce el derecho de todo imputado de poder
contar con un Abogado que lo asista y defienda desde el momento mismo en que es
detenido o se le quiere iniciar proceso. Este derecho es irrenunciable y su violación
acarrea la nulidad absoluta de todo acto que se produzca sin la participación de un
defensor. Si no lo designare el mismo imputado, el Juez le nombrará un Defensor
Público. Tanto el imputado como su Abogado Defensor pueden presentar elementos
probatorios en cualquier etapa del proceso.

LA SITUACIÓN ACADÉMICA DE LA CRIMINOLOGÍA EN HONDURAS:


INVESTIGAR SI EXISTEN INSTITUCIONES DE CRIMINOLOGÍA DE
CALIDAD. 

Este capítulo describe brevemente las tendencias de la educación superior a nivel


internacional; se incluyen algunas cifras de estudiantes matriculados y movilidad
estudiantil en la educación terciaria a nivel global, latinoamericano y centroamericano.
Adicionalmente, se hace mención a la transformación de la educación superior debido a
la adaptación de los cambios tecnológicos. 1.1 La educación superior a nivel global La
competitividad de un país depende de su capacidad para producir y asimilar el
conocimiento. El sector de educación superior juega un rol primordial en la producción,
difusión y transferencia de este conocimiento. En la última década se ha presentado una
fuerte expansión de la matrícula en la educación postsecundaria a nivel mundial y,
consecuentemente, un aumento relativo de los cupos en educación técnico-profesional.
Adicionalmente, se ha diversificado la oferta de programas a través de las diferentes
jornadas vespertinas, educación a distancia, al igual que los estudios de posgrado:
maestrías y doctorados. Asimismo, en los últimos 40 años ha existido una apertura hacia
los jóvenes de sectores económicos medios y bajos, quienes se han beneficiado de esta
oportunidad; el número de estudiantes en la educación terciaria pasó de 28.6 millones en
el año 1970 a 139 millones en el año a 2005; y más de 181 millones para el 2010. A
partir del año 2012 había 196 millones de estudiantes en la educación superior en todo
el mundo, mayoritariamente mujeres. El dato más reciente proporcionado por el
Instituto de Estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
Ciencia y la Cultura (UNESCO) asciende a más de 207 millones de estudiantes
matriculados a nivel global, en su mayoría mujeres, representando un 51 % (UNESCO,
2015). En consecuencia, se observa un aumento en la tasa de cobertura promedio en
educación superior, medida como la relación entre la población total de jóvenes en el
rango de 18 a 24 años. En el año 2009 la UNESCO reportó una tasa promedio mundial
de 26 %. Para el año 2012 la región de América Latina y el Caribe se encontraba por
arriba de este promedio, reportando una tasa de 44.6 % (Banco Mundial, 2012). Por su
parte, Europa Occidental tiene una tasa bruta de cobertura del 70 % y África
Subsahariana no se obtuvieron datos, pero se estima que tiene el menor porcentaje
(UNESCO, 2011). Para el año 2025, el número de estudiantes será de 262 millones. La
mayor parte de este crecimiento estará especialmente en China y la India (Goddard,
2012). Existe una fuerte movilización internacional de estudiantes universitarios: se
estima que, para el 2013, más de 4 millones de estudiantes salieron de sus propios
países, cifra que duplica los 2 millones movilizados en el 2000. Estados Unidos, con el
18 %, representa el principal destino de los estudiantes internacionales (UNESCO,
2015). El informe anterior señala que “es indispensable que la población mundial
alcance niveles de educación superiores para lograr un acceso más equitativo a mejores
condiciones de vida,

Criminalidad urbana en Honduras

Honduras es un país que enfrenta múltiples desafíos. En términos sociales, al año 2016
más del 60% de la población era pobre y 38% se ubicaba en la pobreza extrema. En los
últimos años, la urbanización ha tenido un sostenido desarrollo alcanzando a más del
54% de la población, concentrada principalmente en el Distrito Central y en San Pedro
Sula (INE- Honduras, 2016). En términos de violencia, el año 2017 la tasa de
homicidios nacional fue de 43,6 cada 100 mil habitantes, cifra que corresponde a 3,866
muertes (IUDPAS, 2018). Si bien la magnitud de la problemática ha disminuido durante
los últimos años, la situación no ha dejado de ser compleja y supera largamente el
promedio mundial de 8,8 (UNODC, 2013).

El Distrito Central se creó en el año 1937 unificando las zonas de Tegucigalpa y


Comayagüela divididas por el paso del rio Choluteca que la cruza de norte a sur. Es en
la actualidad sede de la capital del país y sede constitucional del Poder Ejecutivo,
Legislativo y Judicial. La población del Distrito Central suma 1,2 millones de personas
que representan un poco más del 26% del total nacional. Más allá de los desafíos que
enfrenta Honduras, se estima que el 50% de la población de la capital estaba bajo la
línea de pobreza el año 2016 (INE-Honduras, 2016). Adicionalmente, el 11.7% de la
población económicamente activa se encontraba desempleada y 38.7% en desempleo
invisible (es decir trabajaban menos de 36 horas semanales y buscaban mayor
dedicación laboral) (INE-Honduras, 2016). Las actividades económicas más relevantes
del Distrito Central son el comercio, la manufactura y la construcción que representaron
el 23%, 12% y 9,5% de la población económicamente activa respectivamente (INE-
Honduras, 2016).

La infraestructura urbana del Distrito Central es precaria y evidencia aún resabios de la


fuerte destrucción que dejó el Huracán Mitch el año 1998 (Smith, 2013). Si bien la magnitud
del desastre natural se considera histórica, la conformación del suelo, así como la
incremental presencia de asentamientos informales y precarios permiten adelantar
consecuencias similares ante un evento de menores proporciones. La información
disponible muestra que casi el 10% de las viviendas tienen paredes de adobe y 13% de
madera (INE- Honduras, 2016). La precariedad urbana se vincula también con la
presencia de instalaciones destinadas al uso público, las mismas que no han cambiado
significativamente la última década. Un catastro de instalaciones realizado el 2012
identificó 365, de las cuales 31,5% eran canchas de baloncesto, 22,7% canchas de fútbol
y 17,3% canchas privadas de fútbol. Más allá de los espacios deportivos, el Distrito
Central cuenta con 31 parques localizados en el centro histórico (Sosa Caballero, 2012).

En este contexto, la violencia en sus diversas manifestaciones se ha instalado en el


centro de las características de la vida cotidiana de los hondureños. Los delitos
violentos, especialmente los homicidios, no son hechos inéditos. Por el contrario, se han
convertido en situaciones cotidianas que, si bien se concentran territorialmente en
algunos espacios, impactan la vida de prácticamente todos los habitantes de la ciudad.
Tres son las características de los homicidios en el Honduras que constituyen una
situación de difícil resolución En primer lugar, en el año 2017 el 59.8% de los
homicidios ocurrió en la vía pública de uno de los dos centros urbanos principales
(IUDPAS, 2018). Es decir, las calles y plazas son escenario constante de violencia
criminal que incluye generalmente enfrentamiento entre pandillas juveniles o grupos
criminales organizados. Si bien no todos los homicidios tienen vinculación directa con
el accionar de organizaciones criminales, la debilidad de la información oficial no
permite avanzar en un análisis más fino sobre sus causas. En segundo lugar, 70.4% de
los homicidios del año 2017 fueron realizados con arma de fuego, situación que permite
caracterizar un mercado de armas legales e ilegales significativo (IUDPAS, 2018). En
tercer lugar, las victimas en su mayoría son hombres (89,7%) y se ubican entre los 15 y
39 años (71,2%). Situación que alcanza magnitudes epidémicas en los grupos etáreos
jóvenes con tasas de 166,6 entre los hombres de 20-24 años. De igual manera, la tasa de
homicidios entre hombres con edades entre 25-29 años y 30-34 años cada 100 mil fue
159,5 y 140,2 respectivamente.

Además de los homicidios, la información sobre lesiones evidencia un panorama


también preocupante y sin una mayor disminución en el mismo periodo (IUDPAS,
2018, Policía Nacional, 2016). Las evaluaciones medico forenses solicitadas por la
fiscalía para el año 2017 fueron 11,307 en su mayoría hombres (55%), entre 15 y 39
años (52%) y los agresores más reiterados son familiares (65%). Los antecedentes
confirman que el uso de la violencia para enfrentar todo tipo de conflictos se mantiene
lo que tiene impactos directos sobre la ciudadanía en su conjunto. La información
oficial reconoce también importantes niveles de violencia contra la mujer, niños y niñas
(IUDPAS, 2018).

El Departamento Francisco Morazán, en el que se encuentra ubicado el Distrito Central,


registró en el 2017 una tasa de homicidios de 43,5 cada 100 mil habitantes. En el
Distrito Central alcanzó los 48,7 homicidios cada 100 mil habitantes, es decir, durante
ese año en esta zona fueron víctimas de homicidio un total de 596 personas (UIDPAS,
2018). De acuerdo a esta fuente, los homicidios ocurridos en Tegucigalpa y
Comayagüela representan en torno al 87% de los homicidios ocurridos en el
Departamento durante los últimos años.

La disminución de los homicidios en Honduras es un hecho innegable (ver gráfico 1).


Las interpretaciones de esta tendencia son diversas e incluso contradictorias. Por un
lado, los encargados de la política pública ponen énfasis en los resultados de las
iniciativas desarrolladas en los últimos años, tales como los cambios en la policía y la
inclusión de mayor patrullaje por parte de la policía militar. Por otro lado, expertos
refieren a otras razones tales como desplazamiento del delito e incluso la manipulación
de la información oficial (Insight Crime, 2016). A pesar de ello, las cifras siguen dando
cuenta de la complejidad de la epidemia de violencia como también el desafío para la
formulación de intervenciones integrales orientadas a la prevención y reducción.

Fuente: Elaboración propia en base a IUPDAS, 2018

Gráfico 1 Homicidios y Lesiones, Honduras 2010-2017 

El fenómeno de las maras es parte clave del problema de violencia y criminalidad que
se viven los países del triángulo norte (Cruz, 2016; Wolf, 2012). Si bien la literatura se ha
concentrado en la situación de El Salvador, reportes de prensa y análisis regionales
muestran que en Honduras la problemática tiene una expresión de división del territorio
y vinculación con hechos de violencia (Weerman et al., 2015). En el Distrito Central, según
Insight Crime (2015), la MS13 y la Barrio 18 están presentes con una clara distribución
espacial que muestra en la zona sur una marcada presencia del Barrio 18, especialmente
en 150 barrios de esa zona; mientras que la MS 13 tendría representación en 70 barrios,
principalmente en la zona este. En varias zonas estos grupos colindan, y las divisiones
territoriales son más bien tenues, por lo que las disputas por el control del área
incrementan los niveles de violencia (Bruneau y Dammert, 2011; Wolf, 2011, Cruz, 2016). La
mara Barrio 18 es considerada como la más violenta, siendo su actividad delictiva
principal la extorsión y registra mayores niveles de enfrentamientos con la policía. Por
su parte, la MS13 tendría menores niveles de violencia hacía la comunidad, y se
concentra en los delitos de narcomenudeo o microtráfico, por lo que tendría mayor
vinculación con su entorno (Insight Crime, 2015). Un elemento común entre ambas es
la realización del delito de extorsión teniendo como objetivo principal el transporte
público como fuente de financiamiento (Wolf, 2012; Weerman et. al. 2015).

De acuerdo con lo anterior las acciones sociales, cuyo estudio corresponde a la


criminología, no pueden ser representadas en la idea de criminalidad. La criminalidad es
además una calificación, que emerge de un juicio de valor, es decir, es subjetiva y en
esencia prescriptiva. Mientras que las acciones sociales son entidades empíricas, que
pueden ser constatadas o verificadas en su ocurrencia, ya que son objetivas y poseen
una esencia descriptiva. Por tanto, tienen una naturaleza totalmente diversa, no
pudiendo la segunda ser una expresión específica de la primera.

En consecuencia, la criminalidad, entendida ella como una definición política y


jurídica, haría parte del segundo componente de la criminología, o sea, de las pautas
comprendidas en las estructuras sociales. Sobre ese segundo componente existe un
acuerdo, más o menos general, en cuanto a que la estructura social de índole penal es,
por excelencia, el control social penal. La definición como criminal de determinados
sujetos y acciones sería una manifestación de la operación del control penal. Entonces,
volveremos a examinar la categoría de criminal cuando lleguemos al examen del control
social penal, ya que aún no han sido resueltos los interrogantes sobre el tipo particular
de acciones sociales que deben ser estudiadas.

A ese último respecto, además de la idea de criminalidad, la segunda categoría más


importante para abarcar los hechos o acciones sociales de interés penal, que fuera
introducida por la sociología general, es la de desviación social. Desviada es la
tendencia motivada a comportarse en contravención con una o más pautas normativas,
que amerita una sanción (Parsons: 1984). Sin embargo, aun cuando tal concepto
pretende presentarse como descriptivo, sin la menor duda, es prescriptivo, puesto que el
referente de lo desviado se encuentra en la norma. Por tanto, lo desviado es producto de
una decisión subjetiva, consignada en una norma, de prohibir ciertos comportamientos,
no es una acción social de raigambre objetiva. En esos términos, es una categoría inútil
para el propósito planteado de ilustrar el tipo de acciones sociales que harían parte del
objeto de estudio de la criminología.

LA SITUACIÓN CIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA EN HONDURAS:


INVESTIGAR SI EXISTEN MÁS CRIMINÓLOGOS PRÁCTICOS QUE
TEÓRICOS

Tabla 1. Impacto de la Re victimización

AREAS IMPACTO

1. Físicas Lesiones leves, graves y gravísimas que pueden incluir la pérdida de la vida de
la víctima.
2. Emocionales Difíciles de determinar por su grado de complejidad, pero incluyen las
secuelas del profundo estrés y la conmoción que causa y deja el delito en la
víctima.
3. Socio-cultural Repercuten en las relaciones interpersonales de la víctima y en sus esferas
psicosociales.
4. Económicas Son todos los daños que ocasiona el delito, entre los que se cuentan, pérdidas
materiales, físicas, emocionales, etc.

consecuencia posterior de la relación o el encuentro entre la víctima y el


sistema jurídico penal, en el que se incluyen todos y cada uno de los operadores, que
trabajan con el aparato jurídico y la victimización terciaria que es el señalamiento
de la sociedad hacia la víctima, el olvido del estado hacia la misma (dilatación
del proceso, reparación, etc.); es el prolongamiento de los procesos,
en el cual no se proporciona respuesta de resultados a las víctimas. 4

Es pues de vital importancia prestar mayor atención a las actitudes negativas


del profesional al momento de intervenir en la denuncia que realiza la víctima,
ya que la victimización desencadena una serie de alteraciones en la conducta de las
víctimas a nivel psicosocial, originándose así el re victimización por parte del
sistema jurídico penal. En el caso de los delitos sexuales, algunos autores como
Marchiori, Biodo y Fortete sostienen que en la mayoría de estos casos la
agresión sexual, indirectamente conlleva a que la víctima sea re victimizada por los
operadores jurídicos, exponiéndose a sufrir un mayor daño que el proporcionado
por el delito en sí.
Se debe tener presente que las anteriores recomendaciones se resumen en: Información,
compensación, tratamiento y protección, de hecho estas fueron aprobadas desde el 28 de
julio de 1985, en el Consejo Europeo. 10-12

El incremento de la victimización en la actualidad, devela el fracaso de las instituciones


jurídicas, evidenciándose la falta de preparación de los profesionales para atender las
denuncias por delitos en general o denuncias por delitos concretos. Es otras palabras, la
dignidad de las víctimas se ve afectada cuando no encuentran en el aparato jurídico una
asistencia justa, como lo sería el acceder al sistema

PRESENTACIÓN DEL CASO


En el municipio de Rabinal, Departamento de Baja Verapaz que se encuentra situado al
norte de Guatemala, a unos 200 kms de la ciudad de Guatemala (9), en la Aldea Xeabaj,
en donde según testimonios en el año de 1982, soldados del Ejército de Guatemala y
patrulleros sacan a tres personas, una mujer y dos hombres, a la fuerza de sus viviendas
en horas de la mañana, son torturadas y una de ellas, la mujer, es liberada al otro día,
mientras que los otros dos son retenidos.

Testigos relatan que estas dos personas las condujeron a un terreno propiedad privada,
son golpeados y arrojados a recipientes en donde se lleva a cabo la elaboración de
panela, los dejan allí unos minutos luego los sacan y los queman; horas después, llegan
los dueños del terreno, encuentran los restos de los individuos incompletos, quemados y
los inhuman en un sitio a pocos metros del sitio donde habían ocurrido los hechos.

En el año 2009, es decir 27 años después del hecho la fiscalía nombra peritos de FAFG
para llevar a cabo la investigación antropológica forense. Durante la fase de
Arqueología Forense, se localiza una fosa en la cual se recuperan partes óseas dispersas,
las cuales se establece que, pertenecen al menos, a dos individuos, según se muestra en
las fotografías 1 y 2.

Al momento de ingresar al laboratorio, se toma radiografía de los restos, se lavan, se


marcan y se realiza un inventario, se lleva a cabo el análisis antropológico forense, en el
cual se individualiza a dos osamentas incompletas. Dentro de los hallazgos tafonómicos
se estableció que las osamentas presentaban erosión moderada, daño por raíces y en la
número 1 se observó exposición al fuego en extremidades inferiores. Pertenecían a
individuos de sexo masculino, entre los 24 y 38 años y entre los 19 y 25 años
respectivamente; entre los hallazgos individualizantes se observó que la osamenta

número 1, presentaba callo óseo y leve desplazamiento en la diáfisis media y distal de


cúbito y radio (antebrazo) izquierdos, además proliferación de hueso marginal con
evidencia de proceso infeccioso provocando atrofias y remodelación de contorno, según
se muestra en fotografía 3; características compatibles con trauma antemortem que
evidencia además, miositis osificante traumática, lo cual probablemente provocó
sintomatología en vida, además de asimetría en clavícula y omóplatos izquierdos. 7

Fotografía 1. Osamenta 1 articulada.

Además ausencias antemortem de piezas dentales y caries severas; en la osamenta 2, se


recuperó fragmentos de cráneo en los cuales al momento de la reconstrucción se
observó un patrón de fracturas completas de forma radial, que se compatibilizaron con
fracturas consecuencia de un impacto por proyectil de arma de fuego, consignándose
ésta como la causa de muerte del individuo. Se recuperó ropa utilizada por hombres la
cual presentaba exposición al fuego. Se individualiza a dos personas de sexo masculino,
además las osamentas presentaban exposición al fuego en ropa y huesos, lo cual
comprueba los testimonios de los testigos.
La osamenta 1 presentaba una lesión antemortem en antebrazo izquierdo, además
consecuencia del mismo asimetría en hombro, lo cual es compatible con información
antemortem referente a este individuo, en la cual se menciona que siendo joven sufrió
una fractura en el brazo lo cual le provocó que este quedara más corto que el otro.

La osamenta 2 presentó un impacto por proyectil de arma de fuego en cráneo que se


determina como la causa de la muerte.

Fotografía 2. Osamenta 2 articulada.

Fotografía 3. Detalle de trauma antemortem con


proceso infeccioso en cubito y radio izquierdos de

SIGNOS DE UNA HERIDA DE CONTACTO POR PROYECTIL DE ARMA DE


FUEGO.
1

2
3

3
. EN EL LUGAR DEL HALLAZGO

Inicialmente, los peritos de Criminalística de Campo, junto con las unidades de la


Policía, deben acordonar y proteger el sitio; luego, los técnicos forenses planifican
y ponen en ejecución los métodos de localización y recuperación de los restos en
función del ambiente del lugar: exterior, interior o en medio acuoso.7 Todo el
procedimiento debe ser debidamente fijado mediante fotos, croquis, mapas,
dibujos, video, diario de campo, etc. 8

Posterior a la fijación de la escena, el médico forense describe la posición y


orientación de los fragmentos y realiza una determinación inicial de los mismos,
con el propósito de confirmar que se trata de partes humanas - de uno o de varios
individuos-. Así mismo, indica el número y características de las partes corporales
disponibles, si presentan lesiones o si se encuentran otros elementos dentro de los
envoltorios (prendas de vestir, objetos, letreros, mensajes, etc.).

Se descartan aquellas piezas anatómicas que no tienen relación con el caso en


cuestión; por lo general, huesos o partes de animales. 7

Además, el médico forense describirá cada elemento examinado, solicitará su


fijación fotográfica y anotará los elementos disponibles para establecer la data de
la muerte: estado de preservación de los fragmentos, presencia de larvas, factores
de medio ambiente (temperatura, humedad), testimonios, etc.
A continuación, los peritos de Criminalística de Campo deberán embalar, sellar y
etiquetar – con etiquetas que no se desprendan o borren los datos-, cada fragmento o
envoltorio, por separado; luego, deben fijar fotográficamente cada elemento, antes
de levantarlo y completar los formatos de cadena de custodia. La manipulación de
envoltorios, fragmentos anatómicos, ropas y pertenencias, en la escena secundaria
debe ser mínima, porque la revisión minuciosa y detallada de los mismos se llevará
a cabo en la morgue judicial.

EN EL SITIO DE LA MUERTE Y MUTILACIÓN

Debe tomarse en cuenta que, en la etapa inicial de la investigación, el sitio del


hallazgo es solamente el lugar en el cual se abandonaron los fragmentos (escena
secundaria) y que es necesario localizar el recinto en el que ocurrió la muerte y
posterior mutilación del cadáver

(escena primaria).

Es importante considerar que, en la mayoría de los casos, posterior a la muerte


violenta de la víctima - por trauma contundente, arma de fuego, arma blanca, asfixia,
etc. -, el cadáver es mutilado poco tiempo después del deceso, debido a las dificultades
adicionales que implica la manipulación de un cadáver en proceso de descomposición
o a las circunstancias propias de la consumación del hecho.

El cuerpo es seccionado, desnudo o con poca indumentaria (ropa interior), en un lugar


con fuentes de agua y drenaje, detalle importante para la búsqueda de indicios
hemáticos residuales, que permanecen pese a las maniobras de limpieza del lugar. 7,9

Las secciones se practican a nivel del cuello (decapitación) y de las extremidades:


desmembramiento (dividir y apartar los miembros de un cuerpo), descuartizamiento
(dividir un cuerpo haciéndolo cuartos o más partes), 10 y pueden incluir el tronco.
Los cortes suelen hacerse en dos tiempos:

1. Incisiones en la piel, los tejidos blandos, los músculos y los tendones utilizando un
instrumento filoso (cortante o punzo cortante) fabricado (cuchillo) o improvisado:
fragmentos de vidrio, hojas metálicas filosas, instrumentos inventados, etc., los
cuales por presión, corte y deslizamiento causan lesiones lineales, en colgajo o
irregulares.
2. Disecciones en los huesos y las articulaciones usando un instrumento cortante
dentado
(sierra manual o a motor) o por impacto de instrumentos contuso - cortantes
(machete, espada, hacha). La desarticulación, con sección de elementos articulares y
acceso a las cavidades, requiere de ciertos
conocimientos anatómicos.

Finalmente, los segmentos son empacados (en sacos, costales, bolsas plásticas, cobijas u
otros contenedores) para facilitar su transporte. El número de piezas corporales se
relaciona con el tipo de mutilación y las dificultades de transporte.12 Los indicios y
evidencias de todas esas actuaciones criminales deben estar

PROCEDIMIENTOS EN LA MORGUE

3.1. INVENTARIO: El médico forense verifica cada embalaje y comprueba


que su contenido corresponde con el registro del formato de cadena de
custodia; luego, coloca los envoltorios sobre una mesa de necropsias, los
abre, extrae su contenido y procede de la siguiente manera:

• Cuando incluyen prendas de vestir, calzado, plantillas


ortopédicas u otras pertenencias, se fotografían y describen en detalle (talla,
etiquetas, color, estado, presencia de manchas, orificios, etc.)
• Cada parte corporal se describe, pesa, mide, fotografía y radiografía (si hay
disponibilidad del servicio de rayos x).
• Si las manos están intactas, se fotografían, toman muestras para estudios de
residuos de disparo – en casos de duda - y se conservan para la toma de
impresiones necrodactilares y palmares, al final del examen.
• Obtener impresiones, calcos y medidas de los pies.

RECONSTRUCCIÓN MORFOLÓGICA: Para este propósito, se colocan los


fragmentos en posición anatómica, se juntan las áreas o muñones de sección y se
determina si coinciden y pertenecen a la misma persona.

Una vez reconstruida la anatomía, es factible realizar una estimación aproximada del
perfil biológico de la víctima: edad aproximada, sexo, estatura, peso, grupo étnico, tipo
constitucional, etc. La talla deberá confirmarse posteriormente, mediante
el estudio antropológico del fémur.
• Dependiendo del estado del rostro se toman fotografías, de frente y de perfil, para
fines de identificación.

TOMA DE MUESTRAS I. Antes de la limpieza de los restos se toman las siguientes


muestras:

• Evidencia traza presente en las prendas de vestir, accesorios y sobre la superficie


corporal.
• Residuos ungueales.
• Hisopados de genitales y región anal para estudios de genética forense y actividad
sexual reciente.
• Hisopado de cavidad nasal para detección de cocaína.
• Cabellos, vello púbico para futuros cotejos.
• Muestras de manchas o residuos orgánicos o inorgánicos para análisis biológicos o
químicos.

EXAMEN EXTERNO

• LIMPIEZA: Con abundante agua. No utilizar substancias químicas que


pueden interferir con los estudios posteriores.
• BÚSQUEDA DE ELEMENTOS DE IDENTIFICACIÓN: Ubicación y
documentación de rasgos individualizantes: diferencias morfológicas,
deformaciones, tatuajes, lunares, verrugas, cicatrices, manchas; señales
particulares: corte de cabello, perforaciones en los pabellones auriculares,
amputaciones, hernias, piercing, prótesis dentales etc.

• EXAMEN DE LAS ÁREAS DE MUTILACIÓN: El aspecto


macroscópico del borde de sección – regular, continuo, con colgajos, etc. - se
describe siguiendo el sentido de las manecillas del reloj; al terminar, se
revisa la superficie expuesta y se reconocen los elementos anatómicos
seccionados. Considerar que la lesión puede estar alterada por cocción,
cauterización, quemadura química, lavado o necrofagia animal. La
determinación inicial del carácter post – mórtem de la mutilación se hace
considerando la ausencia de los signos macroscópicos de reacción vital: los
bordes de las lesiones tienen un aspecto seco, sin signos de hemorragia; las
articulaciones pueden estar separadas sin fracturas. 17 La putrefacción
dificulta el diagnóstico; se recomienda guiarse por las equimosis óseas,
cuando se han fracturado huesos. 7

Particularidades de los cortes en los tejidos blandos - pero sobre todo las
marcas en los cartílagos, cartílagos

articulares y la cortical de los huesos – aportan elementos para la caracterización


de las lesiones, secuencia de la mutilación y determinación del o los instrumentos
utilizados. Los tejidos duros (huesos, cartílagos) reflejan y conservan las
particularidades estructurales de los instrumentos utilizados para las
amputaciones.18-22 Es aconsejable conservar los extremos óseos seccionados para
el establecimiento del instrumento
utilizado. 7

La identificación del instrumento usado para la mutilación se obtiene del


análisis de la morfología de las lesiones óseas (características macroscópicas,
forma de fragmentación, fracturas, líneas o áreas de corte) y del examen
microscópico mediante microscopía de luz, microscopía electrónica de barrido
(MEB), MEB y espectrometría de la energía dispersa por rayos X para
evidencia traza. También se han propuesto la tomografía micro computarizada
y el análisis mediante el uso de epifluorescencia y macroscopía. 23,24

• OTRAS EVIDENCIAS DE TRAUMA: Fuera de las áreas de sección, se


buscan, fijan y documentan heridas por arma blanca o de fuego, lesiones de
trauma contundente u otro agente lesivo; mutilaciones de partes anatómicas
del rostro, mamas, ano o genitales; signos de lucha, asalto sexual, heridas de
defensa e indicios de tortura.

EXAMEN INTERNO: Se abren las cavidades (torácica, abdominal – pélvica y


craneal), se extraen y examinan las vísceras en búsqueda de lesiones,
patología o elementos internos de identificación: ausencia de órganos - apéndice,
vesícula biliar, útero-; presencia de marcapasos, prótesis, etc. Si el estómago está
intacto, su contenido aporta valiosa información relacionada a la data de la
muerte.
• Cuando se trate de restos de una mujer joven se revisa el contenido uterino
para descartar embarazo. Debe examinarse cuidadosamente el hioides y la
laringe, si están presentes.

TOMA DE MUESTRAS II

• TOXICOLOGÍA: Se recolectan muestras de fluidos corporales (sangre,


orina), contenido gástrico, larvas, tejidos blandos, músculo, cabellos,
fragmentos de vísceras, para determinaciones de drogas de abuso y
medicamentos.

• HISTOPATOLOGÍA: Tomar muestras de los bordes de sección de las


partes mutiladas y de las lesiones o heridas; colocarlas en un envase
adecuado, con formalina al 10%, y enviarlas al Patólogo para la
determinación de reacción vital. Importante mencionar que no siempre,
mediante el estudio histológico convencional, es posible establecer la
presencia de elementos de reacción vital,
por lo cual se han propuesto técnicas confirmatorias de inmunohistoquímica.

CONCLUSIONES

El informe La educación superior en Honduras y sus líneas estratégicas de desarrollo


brinda un panorama del funcionamiento actual de la educación en el país. Este
documento sirve como referente para generar información oportuna, actualizada, y
realiza un abordaje de diversos temas, tales como estructura, cobertura del sistema
educativo, trayectoria de la educación superior en términos de su capacidad instalada,
oferta, producción científica, calidad y recursos, entre otros. Se identifican indicadores
económicos y sociales que afectan la Educación Superior, desde los sectores
productivos hasta el análisis de la población, bajo la óptica del índice de desarrollo
humano por región del país.

Como parte de los retos existentes en educación superior, las Instituciones de Educación
Superior (IES) hondureñas elaboraron su Plan de Desarrollo Estratégico 2014-2023, en
el cual participaron las 20 instituciones públicas y privadas que existen en el país. Entre
los objetivos prioritarios de implementación, se destacan: aumentar cobertura y oferta
académica en grado y posgrados; promover la investigación y crear el Sistema
Hondureño de Acreditación de la Calidad de la Educación Superior (SHACES). La
Dirección de Educación Superior (DES) agradece a la Dra. Rutilia Calderón, secretaria
de estado en el Despacho de Educación y a la MSc. Leticia Salomón, directora del
Sistema de Investigación Científica y Posgrados de la Universidad Nacional Autónoma
de Honduras (UNAH), por las contribuciones en la elaboración de este documento.
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