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Afecciones de la pandemia por Covid-19

en las formas de relacionarse que tienen los jóvenes

de Medellín entre los 19 y 21 años de edad

Manuela Bernal Gutiérrez


Abril, 2022.

Academia Superior de Artes.


Metodología de la investigación.
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Dedicatoria

Dedico el presente proyecto de investigación a Gabriela Salazar, quien ha sido mi


ayuda, compañía y apoyo más grande para la realización del mismo.

Gracias por tu tiempo y generosidad, Gabi.


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Agradecimientos

Agradezco especialmente a mi profesora Maria Cristina Loaiza Pineda, quien ha sido


mi guía y auxilio a lo largo de la elaboración de este proyecto.

Del mismo modo agradezco a todo aquel que se interese por el contenido aquí
plasmado, por darle valor e importancia a mi trabajo.
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Tabla de Contenidos

1 Introducción.............................................................................................................6

2 Definición y Planteamiento del problema...............................................................7

3 Justificación...........................................................................................................10

4 Objetivos................................................................................................................14

4.1 Objetivo General............................................................................................14

4.2 Objetivos específicos......................................................................................14

5 Marco teórico.........................................................................................................15

5.1 Pandemia por Covid-19..................................................................................15

5.1.1 Pandemia..................................................................................................16

5.1.2 Covid-19...................................................................................................16

5.2 Salud mental y relaciones sociales.................................................................17

5.2.1 Habilidades sociales.................................................................................18

5.2.2 Mecanismos sociales................................................................................20

5.2.3 Psicología de la comunicación.................................................................21

5.2.4 Contacto físico..........................................................................................22

5.3 Medellín..........................................................................................................24

5.4 Jóvenes entre los 19 y 21 años.......................................................................25

6 Diseño Metodológico.............................................................................................28

6.1 Enfoque de método cualitativo.......................................................................28

6.2 Tipo de metodología fenomenológica............................................................28


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6.3 Población y muestra.......................................................................................29

6.4 Instrumentos de recolección de datos.............................................................29

6.4.1 Entrevista..................................................................................................29

6.4.2 Encuesta....................................................................................................30

7 Referencias.............................................................................................................32
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1 Introducción

El presente proyecto tiene como finalidad analizar los cambios en las formas

de relacionamiento de una población joven en Medellín a raíz de la reciente coyuntura de la

pandemia por Covid-19 iniciada en el 2020, y cuyas consecuencias siguen siendo evidentes, y

se están evaluando para poder ser correctamente tratadas.

Como practica la psicología, es primordial conocer primero una sintomatología y su

origen antes de poder trabajar en una mejora, no se puede cambiar una realidad que se

desconoce. Teniendo en cuenta este hilo de ideas, se plantea esta investigación como un

medio para que los miembros del grupo focal de estudio, tanto como todo aquel que llegue a

leer lo que aquí se desarrolle, puedan tener herramientas para identificar las dificultades o

cambios que pueden haber experimentado para consigo mismos y para con los demás, a causa

la experiencia de haber sobrevivido un momento de crisis histórica como lo ha sido la

pandemia por SARS-CoV-2.


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2 Definición y Planteamiento del problema

Como ya se conoce en todos los rincones del planeta, el año 2020 acarreó una

emergencia de salud pública a escala global debido al exponencial incremento de casos por

contagio del Covid-19, virus cuyos primeros casos de infección fueron inicialmente

reportados en la ciudad de Wuhan, China en la segunda mitad de diciembre del año 2019.

Aún existe considerable especulación alrededor de su origen y, aunque la mayoría de fuentes

sitúan sus comienzos en el Huanan Seafood Wholesale Market aproximadamente el 17 de

noviembre del 2019, también se encuentran investigaciones que, a partir del estudio de

múltiples variantes, plantean que el también llamado SARS-CoV-2 se comenzaría a incubar a

mediados del mes de octubre del mismo año en la provincia de Hubei, China, y no habría

brotado de la anteriormente mencionada plaza de mercado debido al comercio de animales

dentro de la misma como divulgaron en su momento los medios, sino que el virus habría sido

ingresado por el hombre a este lugar que se convertiría entonces en un centro de propagación

masiva de la enfermedad (LaFee, 2021). Por ejemplo, según el estudio titulado Surveillance

of SARS-CoV-2 in the environment and animal samples of the Huanan Seafood Market, tras

realizar análisis a 1380 pruebas tomadas de los suelos, alcantarillados, contenedores, y

demás, las cuales también incluían 188 pruebas realizadas a animales en el mercado, se

encontraron rastros del SARS-CoV-2 en solo 73 pruebas, las cuales no hacían parte de las

que tomadas a animales (Research Square, 2022).

El virus que comenzó a hacer estragos en China tuvo una propagación tal que, para el

16 de marzo del 2020, con más de 189.000 casos de contagio confirmados en 155 países

diferentes y con un registro de ya 7.504 muertes (Cordero, 2020), muchos países como

España, Francia, Italia, Suiza, Noruega, Inglaterra o Alemania dieron la orden de cerrar
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fronteras terrestres y cancelar vuelos comerciales, como se impuso también la cuarentena y

las normas de bioseguridad tan pronto cada nación fue oficializando la emergencia sanitaria;

en el caso de Colombia, el presidente Iván Duque daría la declaración de estado de

emergencia el día 12 de marzo del año 2020 (Ministerio de Salud de Colombia, 2020).

Así, la gran mayoría de países establecieron reglamentación como el permanecer en el

hogar y salir únicamente al ser necesario, siempre y cuando se tuviera un formato de permiso

diligenciado. De la noche a la mañana el estilo de vida de la gran mayoría dio un giro de

trescientos sesenta grados: Los empleados que trabajaban en oficina, no pudieron asistir más;

los estudiantes que veían clases presenciales quedaron sometidos a la virtualidad; los dueños

de negocios tuvieron que cerrar y muchos quebraron; dejó de haber cabida para las salidas

con amigos, para las reuniones con la familia o para la cercanía del tacto con el prójimo; las

personas ante el miedo y la desinformación comenzaron a tener comportamientos

incoherentes, como un consumo desmedido de papel higiénico que luego llevaría a este

producto a la escasez; y la lista de eventualidades ciertamente particulares continúa.

Ante estas situaciones de las que nadie tuvo escapatoria surgió también una epidemia

de salud mental, muchos se vieron a sí mismos descolocados por la falta de interacción

social, otros muchos estuvieron ahogándose en el miedo por el porvenir o tuvieron que

enfrentarse a situaciones de violencia permanentemente dentro de sus hogares, hubo quienes

acarreaban con la preocupación de haber perdido su forma de sustento y de no tener la

posibilidad de encontrar otro laburo en ese momento, algunos tuvieron que encarar el

encierro completamente solos, y muchísimas personas perdieron o están perdiendo a algún

ser querido (o por lo menos conocido) a causa de la enfermedad.


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Queriendo enfocarse entonces en un grupo poblacional que suele ser más susceptible

emocionalmente, y raíz de estos escenarios que alteraron tanto la forma colectiva como

individual de entender el mundo, surge la siguiente incógnita:

¿Qué afecciones ha dejado la pandemia del Covid-19 en las formas de

relacionarse que tienen los jóvenes de Medellín entre los 19 y 21 años de edad?
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3 Justificación

A día de hoy las sociedades siguen viviendo las consecuencias de la pandemia

por Covid-19 en múltiples aspectos como lo son la salubridad, economía, familia, ecología,

política y psicología. Tras meses de aislamiento, también podrán encontrarse secuelas tanto

individual como colectivamente con respecto a las formas de relacionamiento inter e

intrapersonal, debido a que las medidas de prevención tomadas ante la emergencia de salud

pública y las situaciones vividas durante tantos meses de inseguridad e incertidumbre,

generaron grandes brechas de división entre las personas.

A pesar de ya haber superado las fases más retadoras de un suceso global tan

descolocador como lo es una pandemia, siguen encontrándose diferentes posiciones respecto

a lo sucedido durante los últimos años: Así como aún hay escépticos sobre la gravedad del

virus que ya han abandonado hasta el uso del tapabocas a medida que la presión por la

utilización del mismo ha disminuido (o que nunca lo usaron de manera apropiada), hay

quienes que defenderán infinitamente las variadas teorías conspiranóicas que surgieron a

partir de las especulaciones y manipulación de la información frente a lo sucedido, y hay

también quienes asumen la nueva normalidad con responsabilidad y cumplen estrictamente

las normas de prevención (como el uso de tapabocas, el lavado de manos o el mantener

distancia al estar enfermo o cerca a personas enfermas, especialmente en entornos cerrados).

Este es uno de los factores que ha llevado a que las personas se distancien entre sí incluso

desde antes de que se reportaran los primeros casos del virus en el país, y se refiere al choque

ideológico que, ahora más que discusiones y parladería, directamente violentaba los límites

del otro. Esto así porque, por ejemplo, si una persona con comorbilidad se cuida de manera

muy proactiva para evitar exponerse tanto como le fuere posible, quien pasara por su lado

caminando en la acera sin tapabocas y sin respetar una distancia prudente, estaría

exponiéndole a un posible contagio y riesgo de vida.


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Siguiendo la misma línea, pero poniendo sobre la mesa casos de violencia más

directa, al haberse originado el virus en China surge una oleada de racismo y xenofobia

contra las personas de facciones u origen asiático, a lo que contribuyeron personajes

importantes como el senador John Cornyn o el, en ese entonces presidente de los Estados

Unidos, Donald Trump. Al SARS-CoV-2 se le atribuyeron entonces apelativos como el

“virus de Wuhan”, el “virus chino” o el “kung flu” (juego de palabras entre “kung-fu” y

“flu”, que significa gripe en inglés), términos que favorecieron a la asociación directa entre

enfermedad y asiáticos. Todo esto contribuyó a que el Othering, término usado para hablar

sobre la segregación de una persona o grupo de personas por salirse del canon de la

normalidad establecida (señalamiento del “otro”), se incrementara masivamente en las

actitudes sociales, lo que llevó a que las personas pertenecientes a etnias asiáticas sufrieran de

ataques.

Como reúne el estudio Anti-Asian Hate Crime During the COVID-19 Pandemic:

Exploring the Reproduction of Inequality, las redes sociales fueron una de las principales

herramientas para exponer y combatir estas nuevas formas de violencia. Algunos ejemplos de

los casos de crímenes de odio contra asiáticos más aterradores y que se relacionaron con la

pandemia pueden ser el caso de una mujer que, el 5 de abril del 2020 en Brooklyn, fue

rociada con ácido por un hombre mientras ella sacaba la basura. Otro caso terrorífico es el de

un hombre que atacó a una familia de Birmania el 14 de marzo del mismo año, apuñalando a

tres víctimas entre las que se encontraban una niña de 2 años y un niño de 6; el agresor luego

confiesa a la policía que temía que estas personas fueran chinas y estuvieran infectando a los

demás (Gover, Harper, & Langton, 2020).

Abarcando una realidad más cercana al contexto en Colombia, donde la tasa de

población asiática es mucho más baja que en países como Estados Unidos, también podemos

hablar de un incremento en los casos de violencia con la diferencia que, en lugar de darse en
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las calles, aumentaron exponencialmente dentro de los hogares. Debido al aislamiento

durante la cuarentena y la orden de reclusión en los hogares, las familias se vieron en una

condición de convivencia permanente en un momento en que, además, la mayoría de los

sujetos estuvieron enfrentándose a grandes retos a nivel emocional, los índices de temor,

estrés, depresión y ansiedad se dieron al alza, generando también ambientes pesados dentro

de los hogares. Las principales víctimas frente a estas situaciones fueron las mujeres, quienes

tuvieron que soportar violencia de tipo físico, sexual, económico y psicológico. Por una parte,

fueron las más perjudicadas en cuanto a la pérdida de empleos, a pesar de la ya presente

brecha salarial, y fueron también a quienes se designó mayormente las labores no pagas del

hogar; por otra parte, se vieron en el escenario de compartir mucho más tiempo con los

hombres de la casa, quienes, dadas las circunstancias del encierro, también tuvieron más

control sobre las mujeres en su entorno.

Las cifras globales que respectan a la violencia de género durante el 2020 pueden

indicar décadas de retroceso en cuanto a igualdad de género y dejan, por ende,

preocupaciones alarmantes. Según la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer,

desde que comenzó la cuarentena en Colombia hasta el 31 de julio del 2020, un 90% de las

58256 llamadas realizadas a la línea 155 correspondieron a mujeres denunciando contra ellas

violencias de todo tipo, mientras que la línea 123 de la policía nacional reporta que un 41%

de las 3738 llamadas recibidas, fueron catalogadas por violencia de género. Para estas fechas

se estima también un total de 167 casos de feminicidios a lo largo del país (Díaz & Monroy,

2020), y se dificulta dar cifras con respecto a la violencia de tipo sexual, ya que el índice de

denuncias en estos casos es mucho menor.

Ahora, si se deja de lado la violencia, siguen pudiendo discutirse las afecciones de los

procesos de aislamiento social en la forma de percibirse y de percibir el entorno, debido a que

estos procesos acarrean cambios drásticos en la cotidianidad de las personas: cambian las
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modalidades de trabajo y estudio, se pierde la posibilidad de visitar familiares y amigos, se

vuelve obligatoria la permanencia en el hogar y el hacer uso de la máscara (que esconde gran

parte de la expresividad gestual, importante en aspectos de comunicación), se prohíbe

contacto físico incluso con las personas más cercanas, entre otros. Cuando estas situaciones

se convierten en una realidad segura y constante, se pierde la práctica de la actividad social y

es perfectamente normal que, al retomarla, se noten nuevos matices, comportamientos y/o

dificultades a la hora de entablar una interacción o encontrarse en un entorno de

socialización.

Es de suprema importancia entonces el comprender esos pequeños cambios que en

alguna medida pueden ser evidenciados por los individuos a lo largo de la práctica social que

vuelve a ser parte de su cotidianidad. Prima entender que del mismo modo en que “yo” he

cambiado comportamientos, así lo ha hecho el “otro”, esto para evitar malos entendidos y

desarrollar mayor empatía por quien cambió de maneras diferentes a como yo lo hice.

En este respecto, no se debe restar tampoco la importancia del comprender ese nuevo

“yo”, porque el conocer esos pequeños cambios comportamentales, comunicacionales y/o

emocionales que uno mismo ha atravesado, llevará a comprender por qué ya no se le entiende

con claridad al expresar una idea, o alguna sensación de extrañeza al hacer o no hacer, decir o

no decir algo que

ya no nace con la misma naturalidad con que alguna vez lo hizo. Una vez identificados estos

nuevos hábitos, se puede proceder a trabajarlos de considerarse necesario, para tener una

comunicación e interacción más compenetradas.


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4 Objetivos

4.1 Objetivo General

Identificar los cambios que ha dejado la pandemia del Covid-19 en las formas de

relacionarse que tienen los jóvenes de Medellín entre los 19 y 21 años de edad.

4.2 Objetivos específicos

4.2.1 Comprender la importancia que tiene el reconocer y entender las afecciones que

ha dejado la pandemia en la vida de las personas.

4.2.2 Recopilar las experiencias en torno a la pandemia de un grupo focal de personas

que se encuentren dentro de los parámetros poblacionales preestablecidos.

4.2.3 Analizar los datos arrojados para plantear conclusiones que permitan a los

jóvenes entender sus propias dificultades, como las de los demás, para mayor

empatía a la hora de relacionarse dentro de los márgenes de la nueva normalidad.


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5 Marco teórico

En el presente apartado se documentan las bases tenidas en cuenta para la

elaboración del proyecto investigativo; se tratarán a continuación los conceptos que

conciernen al problema y objetivos anteriormente planteados, y se expondrán las fuentes

utilizadas para explicar y comprender el fenómeno que se trabaja en este caso de estudio,

siempre a partir de información legitimada por autores, instituciones, corporaciones y

editoriales. Ésto con el fin de estructurar un sistema organizado y coherente de fundamentos,

para poder situar la problemática en un conjunto de conocimientos previos con respecto a la

misma y orientar correctamente el rumbo de esta pesquisa.

5.1 Pandemia por Covid-19

Establecida por la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo del 2020

(Organización Panamericana de la Salud, 2020), y declarada en Colombia la emergencia

sanitaria por su causa el día 12 de marzo del mismo año (Ministerio de Salud y Protección,

2020), la pandemia por Covid-19 supuso un gran reto para todas las naciones y sociedades a

nivel global, la cuales debieron adaptarse a condiciones completamente nuevas en lapsos de

tiempo sorprendentemente cortos. Para el momento en que se le da la categorización de

“pandemia” a la emergencia de salud pública de nivel internacional declarada por la OMS el

30 de enero del 2020, se habían registrado ya más de 118.000 casos de contagio en 114 países

diferentes, y con un total de 4291 víctimas fatales a mano del Covid-19. Ante el

desconocimiento sobre el recién descubierto SARS-CoV-2 y la ausencia de un tratamiento

para las dificultades respiratorias que genera, los gobiernos solamente pudieron optar por
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métodos de prevención para la transmisibilidad del mismo, y la inversión de recursos para el

desarrollo de una vacuna. Estas nuevas normas de bioseguridad implicarían crisis

económicas, de abastecimiento, como también un nuevo estilo de vida que alejaría a las

personas de las comodidades que acostumbraban en su diario.

5.1.1 Pandemia

Del griego “pan” que significa todo y “demos” que significa gente. El primer registro

que se tiene del uso de la palabra pandemia proviene del 1666, por el médico inglés Gideon

Harvey que la usaba de manera intercambiable con la palabra epidemia en un documento que,

a pesar de haber sido escrito solo un año después de la Gran Peste de Londres, última

epidemia de peste bubónica en Inglaterra, era un tratado sobre el consumo (Honigsbaum,

2009). A raíz de la pandemia por el virus de la influenza H1N1a principios del 2009 se

generó confusión respecto a cuando corresponde el uso correcto del término pandemia. A

pesar de que el término se haya usado de manera diferente a lo largo de la historia y pueda

seguir teniendo leves variaciones para los diferentes especialistas al respecto, en los hechos

registrados como pandemias a través del tiempo podemos encontrar factores comunes que

representan enfermedades con una amplia extensión geográfica (único factor común entre

todos los usos del término), el movimiento de la enfermedad transmisible cuya propagación

pueda ser rastreada de un lugar a otro, alto nivel de ataque, rápida propagación y cortos

períodos de incubación, mínima inmunidad dentro de las poblaciones, novedad de la

enfermedad o nuevas variantes de organismos ya conocidos, altos niveles de infecciosidad,

contagio y severidad (M. Morens, K. Folkers, & S. Faulci, 2009).

5.1.2 Covid-19
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A fines de 2019, en China apareció una patología causada por un representante

zoonótico (que se transmite entre los animales y el hombre) emergente, en esta situación se

descubrió un nuevo coronavirus, al cual se le llamó de las próximas maneras: SARS-CoV-2 ó

2019nCoV (del inglés 2019-novel coronavirus). Este virus, cuya infección toma el nombre de

Covid-19, es capaz de provocar un síndrome respiratorio agudo grave, que en varias personas

causa una evolución fatal. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en el primer mes del

año de 2020, manifestó el brote de este nuevo padecimiento, al cual nombró como la

patología coronavirus. A partir de entonces ha sido identificada como una emergencia

mundial de salud pública, debido al alto peligro de propagación de esta variable a otros

territorios de todo el mundo, además de China. En marzo de 2020, esa organización tomó la

decisión de detectar al coronavirus como una enfermedad pandémica (Rodríguez, 2020).

Mientras la enfermedad pandémica del covid-19 se prolonga velozmente por todo el

planeta, causa un nivel destacable de temor e inquietud en la población general y en

determinados conjuntos en especial los adultos mayores, proveedores de atención e

individuos con afecciones de salud subyacentes. La enfermedad pandémica del coronavirus

cambió la vida de bastantes personas y en especial, sus prácticas cotidianas. Ha traído de

manera específica incertidumbre, rutinas cotidianas alteradas, presiones económicas,

separación social y miedo a enfermarse. Este caso se agrava frente a el desconocimiento de

cuánto tiempo durará la enfermedad pandémica, y qué puede traer el futuro.

5.2 Salud mental y relaciones sociales

La crisis ocasionada por la enfermedad pandémica del coronavirus impacta la

actividad social, las interrelaciones y los comportamientos en diversos niveles.

Emocionalmente, las acciones de distanciamiento social y autoaislamiento tienen la


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posibilidad de provocar inconvenientes de salud psicológica, ansiedad y depresión. La

incertidumbre vinculada con la patología en sí, su inmediata propagación y elevado peligro

de infección, así como, la duración en ese entonces desconocida de las intervenciones de

salud pública para confrontar la progresión de la patología, tienen la posibilidad de provocar

e influir en los inconvenientes de salud psicológica preexistentes.

Ser joven resulta complicado en cualquier situación, más todavía en este lapso de

contingencia. Esto se debería al cierre de las escuelas, con la no colaboración física en las

clases, a la anulación de acciones públicas, y a la prohibición de las vivencias diarias como

charlar e interaccionar de manera directa con las amistades; puede decirse que varios jóvenes

se perdieron varios de los instantes más preciosos de su adolescencia o temprana adultez. Los

psicólogos reconocen que la ansiedad es una funcionalidad habitual y sana que alerta al sujeto

de los riesgos y lo ayuda a tomar medidas de autoprotección, y para conservar a los otros. Por

tales causas, la ansiedad provocada por la conducta y desarrollo creciente de esta enfermedad

pandémica es comprensible (Rodríguez, 2020).

La enseñanza formal de los individuos adolescentes y en su temprana adultez, se vio

bastante afectada por los efectos de la enfermedad pandémica. Conforme con la ONU en

relación con la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), 107 territorios han

implementado cierres de escuelas a grado nacional, una situación que ha perjudicado a

bastante más de 8.617.000.000 de niños y adolescentes. Los adolescentes además se ven

influidos de manera negativa por el cierre de oportunidades para recibir enseñanza informal,

algo que les impide tener relación socialmente con sus pares y educadores. Se hace evidente

que, los prolongados períodos de cierre de escuelas y la restricción de desplazamiento tienen

la posibilidad de traducirse en intranquilidad emocional y ansiedades extras (Bonilla-Aldana,

Dhama, & Rodriguez-Morales, 2020).


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5.2.1 Habilidades sociales

Braz y colaboradores (Braz, Cômodo, Prette, Prette, & Fontaine, 2013) manifiestan,

que las habilidades sociales (HHSS), son la función de las personas para ordenar los

pensamientos, sentimientos y actividades, varias de estas tienen relación con manifestar

empatía, implantar y conservar interacciones interpersonales y resolución de inconvenientes.

Por consiguiente, el joven en su ámbito irá manifestando ciertas conductas en las diferentes

situaciones que esté principalmente en un ámbito interpersonal, las cuales tienen la

posibilidad de ser reacciones tanto positivas como negativas.

Hay diferentes autores que han realizado estudios sobre dichas habilidades sociales,

entre ellos Albert Bandura con la Teoría del Aprendizaje Social, donde postula que la

mayoría de nuestras propias conductas sociales las adquirimos viendo cómo otros las llevan a

cabo; de acuerdo con este postulado, el aprendizaje no se apoya en la formación de una

sociedad estimulo-respuesta, sino en la compra de representaciones cognitivas del

comportamiento modelo, poniendo en hincapié la imitación (Chalán, Orihuela, & Huiman,

2018).

Así mismo, las habilidades sociales, son un grupo de hábitos que nos permiten

mejorar nuestras propias interacciones interpersonales, sentirnos bien, obtener lo que

deseamos, y lograr que los otros no nos impidan conseguir nuestros propios fines. Es la

función de relacionarnos con los otros en forma tal que consigamos un más alto grado de

beneficios y un mínimo de secuelas negativas, tanto a corto como a extenso plazo; esto

incluye temas afines como asertividad, autoestima y la sabiduría emocional. Asimismo, las

capacidades sociales influyen en la percepción que el joven tiene de uno mismo, de los demás
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y de la sociedad y le permiten contestar de modo positivo frente a situaciones de estrés

(Lacunza & González, 2011).

Sumado a esto, el Ministerio de Salud estima las próximas magnitudes, a)

Asertividad: manifestación de sí mismo en sus valores, conductas, pensamientos y

reacciones. b) Comunicación: manifestar algo por medio de los signos verbales y no verbales.

c) Autoestima: capacidad de reconocerse a él mismo y atribuirse una identidad. d) Toma de

elecciones: identificación de alternativas.

La interpretación según niveles es la siguiente: a) Promedio: necesitan consolidar y

aumentar sus capacidades sociales. b) Promedio Elevado: con correctas capacidades sociales.

c) Elevado y Bastante Elevado: competentes en las capacidades sociales. d) Promedio Bajo:

con capacidades sociales bastante simples e) Bajo: con déficit de capacidades sociales, lo que

los puede poner en peligro (Villanueva, Mamani, Condori, & Saico, 2020).

5.2.2 Mecanismos sociales

Como ha de esperarse, no hay una definición unívoca de los mecanismos sociales.

Repasando la literatura que existe, Mahoney enlista 24 definiciones y las organiza en 3

equipos diversos, en las cuales solo una consigue superar los obstáculos del estudio de

correlaciones. En el primer conjunto, los mecanismos consisten en cambiantes intervinientes

que sostienen por qué hay una correlación entre variables dependientes e independientes,

siendo explicado al momento de apelar a otra correlación entre variables. La segunda hace

mención a los mecanismos como teorías o cambiantes que tienen la posibilidad de utilizarse

para describir un rango extenso de fenómenos. El último tipo de definición manifiesta que los

mecanismos se presentan como entidades no observadas que, al ser activadas, desencadenan

efectos que son de interés para el investigador.


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El evidenciarse como entidades no observadas, dichos no se enfocarían en las

probabilidades relacionadas a determinados valores de las variables intervinientes, por lo cual

no acceden en la exploración correlacional como un estado a ser medido. Para este autor, esta

última definición de mecanismos como entidades no observadas, trascendería la investigación

de correlaciones, así como demandaría una aproximación cualitativa a los fenómenos para

brindar una respuesta, y se erigiría como la primordial forma en que el término de

mecanismos sociales fue entendido y usado por científicos sociales (González, 2016).

La categorización de Leuridan (2012) ayuda a clarificar qué son los mecanismos en

tanto constructos no vigilados que desencadenan efectos causales. Dicho autor distingue las

definiciones de mecanismos sociales como procedimientos de sistemas complicados respecto

de los mecanismos como mediadores. A medida que los primeros abarcan esas definiciones

que se encuentran basados cómo los comportamientos de elementos de directivas inferiores

se organizan para derivar en fenómenos de niveles más grandes, el segundo tipo de

definición, nace con una idea de mecanismos como procesos que intermedian razones y

efectos. Al final, un tercer conjunto de definiciones estima los mecanismos sociales como

bloques de creación teórica, pues dichos tienen la posibilidad de concebirse como constructos

abstractos vaciados de contenido experimental, o constructos analíticos no vigilados.

5.2.3 Psicología de la comunicación

La psicología de la comunicación nace de la intersección entre una psicología que se

encarga de la problemática de la comunicación y de una ciencia o teoría de la comunicación

que haya sus repercusiones psicológicas. Desde la convergencia entre las dos aportaciones se

ha ido configurando una psicología que estudia lo conductual de la comunicación y lo

comunicacional del comportamiento, la predominación recíproca entre conducta y

comunicación, su composición y funcionalidades, su origen y desarrollo, su efectividad y


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restricciones, así como sus diversos tipos y maneras. La psicología se atrae por la

comunicación en tanto que proceso principal, sin embargo, además en cuanto proceso

implicado en cualquier actividad humana, sea como sea el campo de aplicación (clínica,

estudiantil, social, etcétera) (Torres, 2012).

No se tiene la posibilidad de negar los estrechos vínculos, establecidos en la especie

humana, entre comunicación e idioma. Sin embargo, todavía sin negarlos debemos resaltar

que, si bien una de las funcionalidades del lenguaje es la comunicativa y para la

comunicación el lenguaje es uno de los principales aparatos de intervención y de

codificación, no es el exclusivo. De la misma forma que, señalaron varios autores, se

presupone que la competencia lingüística es suficiente para comunicar eficazmente, se

demostró extensamente que no es de esta forma, sino que el lenguaje es una bastante más de

las competencias exactas para la comunicación y que para comunicar de manera eficaz son

exactas además otras capacidades. Por consiguiente, la psicología de la comunicación no

puede limitarse al análisis de la expresión y la comprensión oral, sino que debería integrar

otros niveles no verbales que tiene el hombre, que tienen la posibilidad de ser intencionales o

no, ciertos compartidos con otras especies animales y otros no, varios de los cuales se

desarrollan en el ser humano anteriormente a la compra del lenguaje (Torres, 2012).

Las capacidades comunicativas tienen la posibilidad de prepararse y los programas de

entrenamiento, como para niños, así como para adultos, son eficaces en cuanto menos en el

entorno son entrenadas. Comúnmente, en adultos se entrenan esas capacidades comunicativas

en relación con su especialidad gremial. En el campo social, el desarrollo de aplicaciones de

la comunicación es tan enorme que inclusive es complicado marcar esos campos más

importantes como la negociación, tipos de comunicación interpersonal, predominación de

variables socioculturales en los estilos comunicativos y la efectividad comunicativa,

persuasión, comunicación en grupo y cambiantes que presentan influencia en las


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comunicaciones intergrupales, los medios de comunicación de masas, publicidad y

propaganda.

5.2.4 Contacto físico

Anterior a esta enfermedad pandémica, la expresión de los sentimientos se daba no

solo por medio de los vocablos sino además por medio del contacto físico: un abrazo, una

caricia, un beso, un gesto. Empero ahora estas protestas permanecen un poco restringidas y la

escasez de aquel contacto provoca que tal vez los vocablos y las actividades tengan más

grande fuerza en las colaboraciones diarias. Este caso de confinamiento ha conllevado la

resignificación de muchas de las prácticas sociales. Ir al cine, tomar un café con los amigos,

celebrar un cumpleaños, conmemorar nuestros propios muertos, entre otras, perdieron su

aparente naturalización y con la llegada del virus inició su proceso de extrañamiento, siendo

este último abarcado desde una doble vía: se extraña en términos de su ausencia y se extraña

en el sentido de ser objeto de estudio en cuanto se perciben estas ocupaciones de otras

modalidades.

Por un lado, nos encontramos frente al imperativo de dividir, aislar e inclusive

inmovilizar los cuerpos. Toda vez que se ha predeterminado científicamente que el virus se

transmite por medio de contacto físico personal y con el objetivo de prevenir el contagio, los

gobiernos, las sociedades y los propios individuos buscan implantar distancia física entre los

mismos; para eso, recurren a medidas que desde hace bastante poco parecen ser cosa del

pasado, como el confinamiento. Se ordena de esta forma un distanciamiento social. Se retira

la corporalidad que se magnifica como vector de transmisión del virus, de los espacios

públicos y se hace prohibición de los encuentros masivos, una vez que no haya los contactos

íntimos. Se confina o recluye el cuerpo humano en los espacios domésticos y se limita el

contacto físico a la “burbuja social”, previa desinfección estricta, una vez que no obsesiva

(Fiengo, 2020).
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Se genera entonces un cambio repentino e improvisado en el funcionamiento

territorial corporal, en su ubicación y su movimiento en el espacio, en sus interrelaciones con

los demás cuerpos. Aquello nos ordena con urgencia a repensar el planeta material y social

inmediato en el cual nos movemos, a redefinir la organización y los usos del espacio y del

tiempo, a reinventar nuestras propias colaboraciones sociales, a reformatear las

interrelaciones proxémicas que establecemos con el espacio y los individuos que nos rodean.

Además, a extremar las medidas de limpieza, anteriormente, a lo largo de y luego de

cualquier contacto físico con el otro e, inclusive, con las huellas que aquel otro deja sobre el

área de los objetos.

El cuerpo humano es encerrado en el espacio de la casa y sometido a maneras de

control propias de una sociedad disciplinaria. Para garantizar al distanciamiento social, se

apela a la autoridad del Estado y se implementan medidas de exclusión, como toques de

queda y limitaciones de movilidad. De modo que, se intensifica la vigilancia policial y el

control comunitario, estableciendo novedosas sanciones administrativas e inclusive penales

para los transgresores de las medidas sanitarias (Fiengo, 2020).

5.3 Medellín

Medellín se encuentra como la segunda ciudad de trascendencia en Colombia, siendo

la capital del departamento de Antioquia; presenta una temperatura promedio de 24ºC y está

localizada a 1.479 m.s.n.m; cuenta con una expansión de 105 Km2 urbano, 270 de suelo rural

y 5,2 de suelo para extensión. La urbe está situada en el centro del Valle de Aburrá, en la

Cordillera Central, y es recorrida de sur a norte por el flujo de agua Aburrá Medellín. Por el

norte limita con los municipios de Bonito, Copacabana y San Jerónimo; por el sur con
25

Envigado, Itagüí, La Estrella y El Retiro; por el oriente con Guarne y Rionegro y por el

occidente con Angelópolis, Ebéjico y Heliconia (Medellín Cómo Vamos, 2022).

Según los datos del censo 2018 del DANE, a dicho año Medellín contaba con una

población de 2.427.129 pobladores, 47% hombres y 53% mujeres, lo cual la hace la segunda

metrópoli más poblada de Colombia. La urbe está distribuida político-administrativamente en

dieciséis comunas: Popular, Santa Cruz, Manrique, Aranjuez, Castilla, Doce de Octubre,

Robledo, Villa Hermosa, Buenos Aires, La Candelaria, Laureles- Estadio, La América, San

Javier, El Poblado, Guayabal y Belén y 5 corregimientos: Palmitas, San Cristóbal, Altavista,

San Antonio de Prado y Santa Elena. La localidad tiene un total de 249 barrios urbanos

oficiales (Medellín Cómo Vamos, 2022).

5.4 Jóvenes entre los 19 y 21 años

A lo extenso de la vida universitaria, se tiende a crear una distancia sobre todos esos a

quienes ven como autoridad, debido a que, en su constante indagación de conocimiento

personal, ven a estas personas como obstáculos más que como ayuda (Posada-Bernal,

González, Roso, García, & Rodríguez, 2021). Por esto, el confinamiento dificultó bastante

este modo de entrar en contacto con sus pares. Sin embargo, una buena parte de los

adolescentes entre los 18 y 25 años permanecen estudiando una carrera profesional o

comenzando el entorno gremial. En esta temporada de la vida se ha visto que los adolescentes

que han alcanzado estudios mejores tienden a desarrollar un sentido de competitividad y un

distanciamiento en interacción a su familia como consecuencia de la indagación por

conseguir sus fines particulares. Del mismo modo, las interrelaciones de pareja, el entorno

personal, profesional y social se vieron estancados por la enfermedad pandémica y

perjudicaron las metas individuales y la salud psicológica en varios casos.


26

Esto ha llevado a que se genere una tendencia al problema en medio de las

ocupaciones juveniles y las responsabilidades laborales y de parientes (Arciniega, 2005)Una

vez que se indaga por los adolescentes universitarios, los diversos desarrollos investigativos

están en la exploración de la salud psicológica o analizan un lugar específico, como el hogar,

el gremial o el entorno educativo. La Unicef hizo un informe acerca del efecto del

coronavirus en la salud psicológica de jóvenes y adolescentes, mencionando que una de cada

3 personas solicitó apoyo a sus círculos más cercanos familia y amigos en lo relacionado a la

paz física y de la mente, derivado de los sentimientos y necesidades dentro de la enfermedad

pandémica.

Del mismo modo, Cívico y colaboradores (Ariza, Monzonís, Magaña, & Méndez,

2021) manifiestan un crecimiento de conductas adictivas en interacción a las tecnologías y las

competencias digitales inferiores de las familias referente a un uso responsable de las TIC. Su

trabajo enmarca la tecnología dentro del tiempo de descanso de carácter personal que no se

comparte con la familia, lo cual quiebra los patrones de convivencia. Además, vinculan la

tecnología con inconvenientes de conducta, de salud y de socialización.

Además, las colaboraciones de amistad se vieron dañadas, debido a que el contacto en

muchas situaciones se limitó a la participación de las tecnologías de la información. Para

Luque & Luque (Parra & Rojas, 2015), la amistad implica un costo que da cuenta de la

conciencia personal y social al entrelazarse una secuencia de reglas y reacciones. Además, se

dice que la amistad es una interacción que se hace en todo el tiempo, al fundamentarse en una

secuencia de recursos como la confianza, la comunicación, la intimidad, el afecto y el

razonamiento recíproco, donde se comparten una y otra vez sueños y esperanzas, y se

planifican y hacen diversas ocupaciones de mutuo interés. Por otro lado, se menciona que las

colaboraciones de amistad que se establecen en diversos instantes de la vida van cambiando


27

con el paso del tiempo. Esto significa que, conforme el entorno donde esté el individuo, tiene

la posibilidad de conservar, cambiar o hacer novedosas amistades.

Por otro lado, en la enfermedad pandémica, las interacciones amorosas se vieron

dañadas por la carencia de contacto personal o físico. Fernando Maureira (Cid, 2011) plantea

que las interacciones amorosas son las más profundas que tienen la posibilidad de entablar

entre los individuos al integrar la apariencia sexual. Esto lleva a implantar un parentesco

bastante profundo que sobrepasa el que está establecido con el núcleo familiar. Además, se ha

propuesto que las interacciones de pareja son el espacio para que los individuos brinden a su

cónyuge valoración intelectual, emocional y física, lo que debería ser mutuo. Pozos Gutiérrez

y colaboradores (Gutiérrez, Aragón, Lagunes, & Parra, 2013) evidencian que puntos como el

compromiso, la sexualidad, la excepcionalidad y el romance realizan parte de la felicidad en

la relación.

Finalmente, las interrelaciones laborales además han tenido un revés fundamental en

esta etapa de separación social, debido a que incrementó el desempleo y para los adolescentes

se cerraron oportunidades de comenzar su historia gremial. De esa forma, la Organización

Internacional del Trabajo (OIT) resalta que las interacciones laborales son las entabladas

entre una persona denominada empleado y otra persona como empleador que provee trabajo,

por acción de un pago o remuneración bajo ciertas condiciones. En esta clase de relación se

establecen una secuencia de derechos y de obligaciones recíprocas entre el empleado y el

empleador (Posada-Bernal, González, Roso, García, & Rodríguez, 2021).


28

6 Diseño Metodológico

6.1 Enfoque de método cualitativo

La presente investigación toma un enfoque de método cualitativo puesto que acoge

datos ligados a la subjetividad y experiencia personal de cada uno de los sujetos de estudio

que hagan parte de la muestra poblacional a partir de la cual se generará la recolección de

datos. Dicho proceso se realizará por medio de instrumentos de recolección tales como la

entrevista (que permitirá una comprensión más detallada de la experiencia y sentir de los

entrevistados) y la encuesta (que da paso a una comprensión que, aunque menos específica,

es más general sobre las vivencias y sentires comunes en los sujetos que experimentaron el

mismo fenómeno).
29

6.2 Tipo de metodología fenomenológica

Dada la reciente coyuntura de la pandemia por Covid-19, parece apropiado indagar en

las secuelas que ha dejado respecto a diferentes ámbitos, en este caso puntual, en el ámbito de

la interacción social dentro de un grupo poblacional definido. Teniendo esto en cuenta, se

dará categorización a la actual investigación como de tipo fenomenológico, lo que quiere

decir que es aquella averiguación que estudia las vivencias y perspectivas de una muestra

poblacional en que los sujetos hayan tenido cierta exposición a un fenómeno social

específico, y que busca conocer y comprender los elementos en común a partir de dichas

experiencias. Esta tipo de metodología es implementada debido a que sus características se

acoplan a la necesidad encontrada de comprender los cambios en los patrones de

comportamiento social de los jóvenes adultos a raíz de las consecuencias que tuvo la crisis

sanitaria a nivel social, como el aislamiento y distanciamiento social; esto de tal manera en

que los resultados arrojados por la investigación permitan a los jóvenes un acercamiento a su

comportamiento propio y el de sus semejantes, para así tener las bases para mostrar más

empatía y un mejor entendimiento interpersonal.

6.3 Población y muestra.

La población está constituida por 20 jóvenes entre los 19 y 21 años de edad, y que

sean y hayan sido habitantes de Medellín durante el transcurso del fenómeno de este caso de

estudio que, como ya se conoce, refiere a la pandemia por Covid-19 que tuvo origen en el año

2020.

Se selecciona este rango de edades debido a que son personas que vivieron de manera

simultánea la crisis sanitaria y un proceso transitorio en cuanto a sus etapas de vida. Por este

motivo, resulta relevante comprender si el fenómeno de la pandemia tuvo afecciones en su


30

transición de la alta adolescencia a la adultez en términos de estar expuestos a nuevos

entornos sociales bajo nuevas condiciones.

6.4 Instrumentos de recolección de datos

6.4.1 Entrevista.

Una entrevista es una conversación estructurada bajo una serie de preguntas

realizadas por quien busca una obtención de conocimientos, a partir de las respuestas

proporcionadas por un personaje de actualidad o relevancia en el caso de estudio.

Se pretende realizar entrevistas a 1 sujeto que haga parte de la muestra poblacional,

con el objetivo de obtener conocimientos más detallados y específicos sobre cómo han vivido

las situaciones a las que se han tenido que enfrentar a raíz de la pandemia, y/o cómo han

vivido las situaciones del diario bajo las nuevas circunstancias a las que nos condiciona la

crisis sanitaria.

6.4.2 Encuesta

Una encuesta es la aplicación de un cuestionario estructurado por una serie de

preguntas (en este caso, de respuesta cerrada) relevantes para el caso de estudio y aplicadas

por quien busca una obtención de conocimientos, a una muestra poblacional que tenga la

capacidad de proveerlos.

Se busca la realización de un cuestionario constituido por preguntas formuladas a

manera de dar respuesta a las inquietudes planteadas en la investigación, y aplicado a una

muestra poblacional amplia y que se ajuste a los parámetros de la pesquisa para comprender
31

en aspectos más generales los cambios que puede haber supuesto la pandemia y todos sus

derivados en las interacciones sociales de los jóvenes.

7 Conclusiones

Mientras que en el comienzo de la pandemia y en el transcurso de la cuarentena se

desencadenaron trastornos emocionales importantes en la gran mayoría de los jóvenes, estos

mismos trastornos parecen haber disminuido significativamente con la instauración de la

nueva normalidad, cuando solo alrededor de la mitad de los jóvenes encuestados siguieron

teniendo estos patrones.

Antes de que se declarara la emergencia de salud pública en el país, existía un

escepticismo importante respecto a la gravedad de la situación, incluso cuando la enfermedad

llevaba más de 3 meses de descubierta y en ese corto período de tiempo ya se había extendido

hacia todos los continentes.

A pesar de que las vacunas han llevado a regular las afecciones a nivel fisiológico del

Covid-19 y han permitido la normalización de todas las actividades desarrolladas en

sociedad, suponen nuevos miedos en cuanto a la salud de las personas.


32

Casi la mitad de los encuestados han encontrado más difícil el generar vínculos con

las demás personas luego de la cuarentena.

La gran mayoría de los jóvenes sienten que les cuesta más el relacionamiento

cotidiano luego de la cuarentena, sin embargo, parecen reaprender a desenvolverse en

entornos sociales mientras más tiempo pasan expuestos a ellos.

Una parte importante de los jóvenes siente, así no sea de manera permanente, que la

interacción social luego de la cuarentena resulta especialmente detonante de situaciones

emocionales complejas y de difícil gestión.

A pesar de la pandemia, un 95% de los jóvenes encuestados se mantuvieron activos

continuando su vida académica, o comenzando su vida en el mundo laboral.

Una parte importante de los encuestados atravesó problemas de índole económica,

mientras que solo un 5% sufrió situaciones violentas y un poco más de la mitad no vivió

ninguna de las anteriores en sus hogares durante el tiempo de cuarentena.

Ha habido un cambio evidente en cuanto a las necesidades de interacción social por

parte de los jóvenes. Mientras que unos sintieron un afán de relacionamiento al levantarse la

cuarentena, un poco más de la mitad ha preferido pasar más tiempo en casa.

Se evidencian retrocesos en los procesos comunicativos de los jóvenes que en su

mayoría sienten que el acercamiento al otro, tanto como la mutua comprensión se han vuelto

más trabajosos.

Tras el tiempo de cuarentena, uso de tapabocas y distanciamiento social, la

comunicación gestual y el acceso al lenguaje corporal del otro toman un nuevo nivel de

importancia desde una nueva conciencia.

La posibilidad del encuentro físico con el otro fue tanto detonador de incomodidades

como motivo de calma calidez. Un 45% de los encuestados lo encontraron desagradable,

mientras que un poco más de la mitad no le dieron relevancia o lo encontraron especialmente


33

reconfortante.

Al vivir en una ciudad central donde, generalmente, gran parte de la población tiene

acceso a servicios como la televisión por cable y el internet, los jóvenes encuestados pueden

haber sido privilegiados en comparación con personas que vivan en zonas rurales o de

extrema pobreza. Sin embargo, al estar más regulada por las autoridades que, por ejemplo, un

pueblo, pueden haber estado expuestos a mayores niveles de aislamiento.

Los miembros de la muestra poblacional seleccionada para la investigación están

usualmente en una etapa de la vida de transición, y el tener que enfrentarse a estos cambios

durante la pandemia les supuso ciertos retos y preocupaciones de más al tener que

acostumbrase al mismo tiempo a una vida en sí diferente. Muchos se perdieron de eventos

importantes, como suele ser el último año, el comienzo de la universidad o la experiencia de

un viaje de intercambio. Sin embargo, se muestran resilientes e incluso más conscientes de

diferentes problemáticas que tendrán en cuenta en el transcurso de sus vidas.


34
35
36

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