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Matricula: Y000016331.
Actividad: A.A.INTEGRADORA 2.
Introducción.
Los hechos delictivos, su combate, difusión y vivencia, han hecho que el tema de
la seguridad pública hoy en día, tenga uno de los primeros lugares en la agenda
de gobierno.
En ese tenor, se ha hablado de la necesidad de diseñar programas, acciones y
estrategias para lograr dar seguridad a la sociedad, se menciona la falta de una
política criminal seria, que permita alcanzar el anhelado triunfo para la comunidad,
de sentirse seguros en sus personas y bienes.
Sin embargo, el concepto de la seguridad pública se ha visto reducido a la simple
lucha del bien contra el mal, policías contra ladrones, y bajo esta concepción, la
política criminal se entiende sólo como el aumento de penas, incremento de
policías, más operativos, estigmatización de ciertos sectores sociales, todo con el
único fin de reducir el índice de denuncias.
Ante a la situación, para poder hablar de política criminal es necesario, primero,
ubicarla en un concepto real de seguridad pública, ya que sólo así se puede
entender el rol que juega en esta búsqueda de seguridad, no hacerlo, permite dar
continuidad a lo que, hasta ahora, ha mostrado su ineficacia.
Por lo que en este trabajo se hablara de la instrumentación de la política
criminológica, el marco jurídico de la seguridad publica entre otros temas que se
abordaran.
La instrumentación de la política criminal.
Seguridad pública.
La seguridad pública pese a ser un tema de moda en nuestro mundo
contemporáneo, no es algo nuevo; es más, el concepto es pilar en la construcción
del Estado. La seguridad no es una frase reducible al evento delictivo, el término
seguridad va ligado a una sensación, a una percepción de certidumbre de
mantener la vida, la salud, la libertad entre muchos otros valores fundamentales
de la sociedad.
Esta calificación de resultados, deberá ser guía en los procesos electorales, sólo
que para llegar a este nivel, se necesita intensificar el acceso a la información y el
conocimiento. La sociedad informada y con un mínimo conocimiento de las
materias que intervienen en la seguridad pública, podrá exigir un adecuado diseño
de política criminal, que postule la eficacia en la solución de los problemas de
fondo.
Una vez descritos los caracteres y requisitos que la política criminal debe cubrir,
es el turno para señalar la ruta que debe seguirse en su diseño.
El diseño de la política criminal debe partir de un diagnóstico profundo y no visto
sólo desde una sola óptica, como el derecho penal, la interacción de diversas
disciplinas en la elaboración del diagnóstico, permitirá conocer mejor la realidad y
buscar alternativas de solución sobre esa base. Debemos recordar que el
conocimiento posibilita conjugar esfuerzos hacia el logro de un objetivo
perfectamente definido, lo demás, son sólo acciones que surgen por la necesidad
del momento, pero que no inciden en la construcción real de las soluciones.
Conclusión.
Al considerar a la política criminal como la guía, se va más allá de la vieja
discusión para definir si la política criminal es un acto de gobierno ubicado y
determinado por el derecho penal; o bien, si es un acto de gobierno autónomo que
determina al derecho penal, ya en conjunto de la seguridad pública, se da una
gran herramienta para entender erradicar el delito.
La confusión terminológica en torno al concepto de política criminal y el
entendimiento de sectores separados en la doctrina en cuanto al alcance estricto o
amplio de la misma, tiene su base en la no identificación y diferenciación de la
política social, la política criminal y la política penal de un Estado; elementos que
no se pueden identificar de manera aislada pues conforman las partes de un todo.
La Política criminal no debe entenderse como un concepto único e invariable, la
misma se adapta a las características políticas, sociales, económicas, culturales
del Estado que la implementa. Los mecanismos formalizados para el combate de
la criminalidad no son efectivos por sí solos, es preciso la implementación de
políticas que desde el ámbito social y preventivo también se enfoquen hacia la
reacción ante el fenómeno criminal, de ahí su entendimiento con enfoque amplio
de su concepto, donde se imbriquen estrategias y agencias controladoras tanto del
control social formal como informal. La Política Criminal debe accionar teniendo en
cuenta los diversos momentos que conforman el fenómeno criminal, de ahí que
deba atender el “antes”, el “durante” y el “después” de la producción de la
actividad delictiva, pues solo de esta manera puede tener un carácter totalizador e
integral. La política criminal en México impone la necesidad de ser concebida en
cada uno de sus campos de actuación, de lo contrario pierde el carácter sistémico
del cual debe estar dotada y se desprende de su cometido principal, para un
adecuado enfrentamiento al fenómeno criminal.
Referencias
BINDER, M. A. (2010). LA POLITICA CRIMINAL EN EL MARCO DE LAS POLITICAS PUBLICAS . MEXICO:
REVISTA DE ESTUDIOS DE LA JUSTICIA .