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' ACLARACION Y DESCARGO no quiera encontrar entre el acepta que los filósofos tengan
pasto pampeano alguna filia l nada que v e r con la sociolo—
de S.AJDÍE.}. A l margen d e jg ía , negando, a l parecer, que
En una carta cortés y que / ces, con alivio — no lo ocul- : gada tarea de m odificar (tal esto, tomar en serio a Erro, j no hay en ella idea fecunda
quisiera señalar como modelo ¡ to— advertí que ocurrían va- ¡ ocurre en el caso de los erro- epígono tan menor de M allea l que no le haya llegado de la
d e buenas maneras polémicas, ¡ rías cosas, * res 2 y 7 ). Que en algunas ¡ y Canal F eijoe y calificar a la I filosofía o, p or lo m enos, de
e l profesor amigo Dr. Carlos j Que en unas ocasiones, por ] — para casi term inar— como Radiografía de la Pampa d e ! afuera. Pues, para dejar e l ca-
Rama sale a la réplica de a l- { ejemplo en los errores N® 5 ,1en e l caso de los errores Martfnsz Estrada de lectura » so discutible de M arx (qu e por
Sucas observaciones del largo 6, 17 y 19, m i objetor no ha- I 14 y 2.6, puntos poiemiza- para público semiculto parece j lo menos no era un sociólogo)
artículo que hace poco dedi bía podido evitar el palim p- bles, esenciaJmente opina- una humorada. ! ¿que hubiera sido la socíola-
qué a su Ensayo de Sociología sesto, y* que va le decir; escri bles~, se convierten decretal Pero con M artínez Estrada : gjá del siglo pasado sin Gomia
Uruguaya. Como no pretendo b ir otra nota sobre la mía oara mente en errores, sin que el honorable intelectual y m i pre- i y sin Spencer? ¿ Y la d el núes-
tener él monopolio de la ver- j replicarme más cómodamente; dogmatismo que así los cate sunta filiación en él, Rama, ya 1tro sin Schéler, sin Srmmtí,
dad, he meditado largamente j hacerme decir lo que yo no gorías alegue una stía razón está en t í heart o f his metter. sin Jaspers, sin S ú ber, sha
ante e l tríptico (ligeram ente |dije. Que en otras, por ejem plo en su abono. Y que en los j Empieza asi por sostener que Ortega, sin H tídegger?
asim étrico) que constituyen i en los errores N? 1 y 15, t í tantes — por fin — ferrares 3, i y o tengo a la. famosa Radio- Pero Rama, que p o r un la de
los dos textos de Rama y el pilcante erraba t í blanco, ya 4, 3 al 23 y 18) los ¿Sebos del [ grafía y M los Estados Unidos rt í vind if* la antigüedad de 1*
m ío propio. Y , sin voluntad de equivocando t í fiu de m i ob profesor Rama no levantan los de Jul i án Marías por modelos, sociología (y a que adscribe a
nueva polémica, enfrenté la servación o el pasaje a que yo míos, como t í lector lo apre por arquetipos de lo que en- ella a Echeverría, a Sarm iento
üsta de mis diecinueve erro- í me refería. Que en otras — pa ciará (ta l v e z) en la lista ad |tiendo por Sociología. Quiste- 13 V arela), por otro cree que
nes más importantes (se supo- • ra seguir— ejercía él mismo junta. I ra no v e r mala fe en la afir- . es cosa de especialistas, tarea
wm qae existen otros). Entoa- sobre su propio texto, esa hol- Ese mismo lector registrará [ inación, pero si se lee e l p á -» íPasa & la Pág. siguiente)
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ternacionaies, coto de inicia- Haller, por lo que el asunto,
y descargo
cinden cia de las estructuras so do en 1910 se produce el des
Democrática venezolana. Pera
Rama, que acepta m i distin*
ción en los casos de Guatema
dos. Los finos escritores y lo s ! claramente, no es análogo. La ciales sobre las Que incidieron. plazamiento del militarismo la y M éxico no lo hace en los
brillantes profesores de otras! sociología iberoamericana (o E rror 4: no sé si Chebatarofí que amparó al positivismo, de B olivia, Argentina y Bra«?
materias nada tienen que ha lo que nuestro contradictor así no puede compararse a un so también en la Universidad sil. Creo, sin embargo, que son
cer con ella y menos lo tendrán denomina) fuá prospectiva, ciólogo, pero en él y en Vidart hay una restauración del es más grandes las similitudes-
los que no sean finos ni brillan beligerante, generali za dora. y en muchos viajeros y en Luis plritualismo, etc. L a frase me que las diferencias, aunque
tes. Pero ocurre (a veces) que Las más de las veces talentea- Cincinato Bolo y en G iufíra he sigue pareciendo una m ejica en estas diferencias quepan,
apasionados por un tema, pón dora, brillante y ametódica. La aprendido más que en el ca na disfrazada de uruguaya. lo sé, la deL rigor histórico le
gase el caso de la realidad del larga lista de ausencias que en pítulo H I. E rror 12: el error vendrá de gítim o y la innoble compás
país en que viven, los que no el libro de Rama registramos E rror 5: no d ije que com allí, pero igual es error. drada, la de los puros y los
son especialistas, los que ja podrían seguramente repetirse parta las precisiones de In ge - E rror 13: mío es, cierto, el degradados, la de los honestos
más serán enviados a nin en casi todos los países del nieros y de Orgaz; he dicho término provocadas. Rama di y los ladrones ( y todos los
gún congreso, pueden adver continente (Argentina y Bra que las registra, que las toma ce hechos sociales orientados matices interm edios). 7!
tir errores, olvidos y vacíos sil tal vez fueran la excepción). en cuenta y que, preconizan exclusivamente por un sector E rro r 15: cuando afirmaba
cuando la materia que la so Salvo en sociología rural, do el método histórico en so de la alta burguesía. Para ad que la descentralización no es
ciología maneja les im porta nuestros quince especialistas ciología solo destila el mate m itir una diferencia radical *—por si— popular, apunto
directamente. No demasiado no las han cubierto en el rial histórico por generaliza entre las dos ideas, habría no a la del 52 aunque esto me
inhibidos por su ausencia de Uruguay y la conclusión, de ciones a veces arriesgadas y que pensar en unos terroristas (y nos) llevaría a puntualizad
esos generalizadores conozcan nuevo pleonástica, es que la otras utiliza ese m aterial harto que largaban los primeros ti no a la Constitución del 34 si
dos por la famosa frase de Ca- hora llam a al trabajo por zo directamente. ros (a puro deporte) y después no a la del 52 aunque esto (y
vour: non volete far niente? nas y no a las generalizaciones E rror 6: m i opinión estaba se retiraban discretamente a menos) llevaría a juntualiza-
fate un Congreso) ocurre que ambiciosas y vulnerables. amonestada por un parece; esperar que la alta burguesía ciones demasiado extensas y
esos generaliadores conozcan Carlos Real de Azúa cualquiera que lea, sin embar orientase. Y a propósito ¿qué candentes para que encontra
por los libros las orientacio E rror 1: el autor de la no go ,el capítulo X I verá que los sector de la alta burguesía? ran aquí su lugar adecuado.
nes generales de una ciencia ta no discutía si el sociólogo análisis estadísticos giran en ¿Los grandes latifundistas, a E rro r 16: califica dice, taa
que no profesan y que puedan podía o no hacerlo; con la dis torno a Prim aria Secundaria menudo empobrecidos por las negativamente, al latifundio y
advertir entonces debilidades criminación entre un princi y Universidad y. que la deser revoluciones? ¿Los revolucio no a la sociedad rural uru
en otros libros, aunque sean pio y un significado quería ción estudiantil se estudia en narios profesionales, del es guaya como un todo. Pero en
de especialistas y aunque ss— simplemente preconizar una esa línea. L a impresión de que tilo de César Díaz y los colo- sus planteos aparece id en tiftí
tén madurados bajo el sol de actitud de humildad ante la parece postularse el ideal de lorados - conservadores? ¿Los cando las dos cosas.
los más lejanos congresos. P a materia social. que todo el mundo siga ca especuladores de bolsa de la E rror 17: no d ije que se de
rece obvio señalar que sí con E rror 2: el concepto de so rreras liberales es incoercible. época de Borda y Cuestas? clare nacionalista; solo dije
tienen errores de especialis ciología de una sociedad glo E rror 7: él profesor dice li ¿Los intereses extranjeros, fa (tranquilícese el profesor Ra
tas, ellos estarán expuestos bal determinada lo aporta R a teralmente esto (página 294): náticos de la paz y e l orden m a) que el libro se filia en la
(solo) a -la inquisición de los ma como elemento definítorio Para term inar proponernos un riguroso? ¿Los políticos in manifestación nacionalista que
especialistas; cabe aventurar de la Sociología Nacional. plan de tareas inmediatas. E l quietos, del tipo de A n gel F lo el interés sociológico impHctíj
que, si en cambio, saltan a la Lógico — y sobre todo cómo Presupuesto General de la ro Costa o A ceveao Díaz? (lo que va le por una cita casi
lectura del lector desprevenido do— parece que si se discutía Universidad y los diversos en ¿Los caudillos departamenta textual de la página 7 de su
( y señalados, no se levantan) la posibilidad de ta l sociología tes de Enseñanza seguramente les al estilo de M áxim o Pérez? lib ro ). ■'£
es porque pertenecen a ese lote haya utilizado el concepto ge debe significar una elevación ¿Eran provocadores? ¿Eran E rror 18: en m i nota soste
de humano y común error que neral y no sus elementos de considerable de los sueldos del orientadores? ¿Pertenecían, eü nía que Rama cubre la se
a todos nos acecha. finidores. Rama no dice que personal docente ( . . . ) Tam fin, a la alta burguesía? gunda mitad del siglo pasado
Y salgo, para terminar, de prefiera un concepto al otro, bién es urgente crear nuevos E rro r 14: constituye el clá con “ V arela sociólogo’ *. Ob
este gris terreno subjuntivo. admitiendo de paso que el de servicios, etc. sico tema a discutir. Y o dis servaba que sustituía así t í
L a sociología nacional sigue sociedad global es mucho más E rror 8: el de la página 39 tinguía entre un sentido es proceso social por el pensa
siendo un tema verde. L a genérico (página 26). se refiere a Chebatarofí y no tricto del Socialismo (digamos m iento social. Sí e l distingo tía
sociología de la sociedad glo E rror 2: insisto, a pesar de a otra persona; éL de la 89 a Palacios y G hioldi) y un sen vale, estoy equivocado. Sólo
bal que es el Uruguay. 3 e toco, que el capítulo IV no cu Buckle; é l de la 74 apunta a tido lato, ecuménico del So así. Y en cuanto a que e l es
habrá trabajado mucho, acep bre decorosamente la evolu Benjamín Foucel (jao Pon cel) cialismo (pero también ibero tudio sobre él cambio social
to. Pero la sociología, europea ción nacional hasta 1851. Poco y no a Carlos M aría Ramírez. am ericano). Es é l que se com comience en 1880 la verdad de
pasó cerca, de un siglo discu importa • que cite a Artigas E rro r no veo como pu- { bina con el poder emocional la afirm ación no escamotea la
tiendo sus propios objetos y junto a H idalgo y Morenos dieran aclararse con punto y del Kaeionaiismo, con él an- de que ese estudio se centre pa
mis propios métodos. Y , hoy, (p o r la vecindad debe ser Míg coma los finales de las páginas íámperiaüsmo, con la indus sado e l 1900 y que un fenó
que parece haber encontrado relos). Es una generalización 80 y 125. P o r otra parte, las j trialización de los países mar meno tan tenue, tan prim icial
e l camino, no trabaja es. so hispanoamericana que cubre amfibologías siempre 16 sos ginales, con la incorporación en 1885 o 1897 pueda cumplir
ciologías nacionales. Raras todo é l siglo aunque se centre porque falta o sobra algo en del proletariado a la dirección y menos agotar él proceso so
sostiene que es porque identi en e l período revolucionario, e l logar debido. nacional, coa la destrucción cial del último cuarto de si
fica la Sociología — sin califi entendido, como m ovim iento E rror IJk es cierto: la fuen de las oligarquías económicas, glo diecinueve uruguayo.
cativos— con la de sus propios social, en el sentido que Rama te es oficial, pero t í profesor políticas y periodísticas. No E rro r 19: no he dicho que se
países. Con la Historia, pos le da a este término: m ovi Rama la hace suya y su origen entusiasmará, como él otro, a le escapen otros temas y uóle
tula, ocurre lo mismo, aunque miento solamente ascendente (es ob vio) no la cubre de la "E l Plata” o a **3& D fe” y , ci afirm é que no loe trata. Por
‘ podríamos llenar una página conflicto insurreccional, lata objeción. tando experiencias iberoam eri lo menos en t í Ubre no está»;
con autores de historias estric mente (aquí de nuevo) socia E rror I f t no comprendo eo- canas de ese sentido con que si a l autor no se le han
tamente nacionales del tipo de lista. Algunos factores <Bná- mo puede aplicarse a l s ig lo , lo manejo, me dejaba en el tin pado. al Ensayo sL
ía# de Altamára o Yrwelya» o \ micos, en guiña, con total pres X IX 3a siguiente frase* Cuan tero la experiencia de Acción Carlos Retí de