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ALEGATO entra sociedad rural y latifundio, y y no parece buen método pragmático da.

Porque Sociedad pastoril es sim­


como no soy escriba mercenario para de sociología (o lo que sea) la desfi­ plemente el nombre histórico del
El profesor y amigo Dr. Haiftft eo- defender causas en las que no creo, guración deliberada de la verdad. Y mundo natural, y de ese mundo sólo
¿iniensa olvidándose su derecho proce­ el Dr. Rama tendrá que buscarse otra para la defensa de la Liga Federal, el la locura de un urbanismo desorbi­
sal. Porque si los autos están para persona para que le suministre tan Profesor Rama y yo tenemos algunos tado puede segregamos sin descon- !
falegar ¿cómo sostiene al fin de su espinosos materiales. Tal vez me mo­ amigos comunes que pueden hacerla suelo. Y si el Dr. Rama no cree lo
|«arta que todo lo ocurrido hasta ahora jaste más que al Profesor Rama el con evidente solvencia. Si quisiera mismo, simplemente lo lamento por él.
^son juegos preliminares? Si los autos reiterado alegato nacional de una cla­ recurrir, incluso, a algo ya édito le
i están para alegar, y le tomo la expre­ se ^ue se dice 3a creadora de la ri­ recomendaría dos artículos publicados PERONISM O Y SO C IALISM O
sión, ello quiere decir que (por lo queza pública, cuando es apenas la en diciembre en “ El Debate’' (horres-
menos) ya ha existido demanda, con­ tenedora, la intendente (bastante inep­ co referens) por la pluma notable de Estoy escribiendo estas líneas bajo la
testación y prueba. Pero no extreme­ ta) de un poder telúrico y biológico Alberto Methol Ferré. emoción y la alegría del triunfo ava­
mos estas manoseadas analogías. que trabaja por sí solo (la industria En cuanto a la sociedad pastoril sallador de Frondizi. Y me parece que •
Quiero ser breve, a pesar de que mi del toro en primavera, que tantos han tengo que sintetizar, porque el tema la victoria del pueblo argentino con­
replicante tiene el arte de escribir dicho). Pero como toda persona que me darla para otro libro tan volumi­ tra las oligarquías y el imperialismo,
corto para hacerse contestar largo. Y pasó de los veinticinco años me dis­ noso como el Ensayo. Sé que en sus sus enemigos de siempre, y el camino
si debo serlo, tengo que empezar por gusta cierta demagogia antiiatiiunclis- términos literales y tradicionales es reencontrado hacia los grandes nortes
señalar que el Dr. Rama comete una ía que prescinde alegremente (aun sa­ ínviable. Pero también sé que el des­ de la Independencia económica, la
simplificación clamorosa. Mis críticas biendo que existe) de toda considera­ tino del país está tan distante de esas Unidad nacional y la Justicia social
se dividirían, según él, en dos tipos: ción económica y productiva. Y aun­ formas tradicionales como de ciertas argentinas, me están dando la razón.
ttquis-miquis de forma, en los que el que odie toda referencia personal, se­ líneas de industrialización corrom­ Y a hice bastantes distingos y no quie- 1
autor se declara incompetente, y pa el Profesor Rama que no tengo pidas, desaforadas. La industrializa­ ro aburrir a nadie. Igual no nos en­
cuestiones melódicas, en las que me una sola hectárea de campo y que la ción es la vía de emancipación de los tenderíamos. E l Profesor Rama habla
declara incompetente a mí. No se lo posesión de magnas cantidades de tie­ países marginales y el arma de libe­ en términos de partidos, yo hablo en
discutiré y sea ésta una manera de rra no me parece éticamente legítima. ración de las masas. Pero, como mu­ término de corrientes. Y como las se­
concluir. Pero, quienquiera haya leí­ A pesar de ello, no comprendo la pre­ chos, temo que tomando como dada gundas son más complejas, confusas,
do mi texto inicial, puede recordar ferencia del autor por las reformas la forma nacional cerrada, el proble­ ricas y fértiles que los primeros, la
que lo principal de mi crítica no so agrarias realizadas directamente por ma para los uruguayos sea, en esos discusión podría proseguir hasta el
mueve en ninguno de esos dos ám­ las masas y desde abajo respecto a términos, insoluble. Pero el hombre infinito.
bitos. Y sólo acerca del primero, que las que pLanifique un Poder que sir­ (además) no es sólo presente y sólo
tan poco aprecia, señalaré que la va a los desposeídos con inteligencia economía. Como ser arraigado en un LOS ATAQ U ES A V A R E L A
exactitud de la expresión, la pulcri­ y vistas largas. En un libro tan poco país y en una tierra, en términos emo­
tud del dato, la minuciosa verdad de sospechoso de antiprogresismo como el cionales, estéticos y hasta intelectua­ El inciso c) de esta absolución de
la referencia, la precisión de las fi­ admirable de Simone de Beauvoir so­ les, quien se sienta inserto en una posiciones (nada de autos para ala­
liaciones dibujan, por así decirlo, la bre China (La longue marche), puede tradición nacional no puede odiar o gar) que estoy contestando, me re­
realidad misma. Y la ciencia (cual­ encontrar el Profesor Rama un exa­ despreciar la sociedad pastoril. Y si sulta típico. Y no sólo típico del Pro­
quier ciencia) no puede renunciar men comparativo, muy reciente y con confieso que prefiero el Uruguay de fesor Rama. Porque es uno de los más
alegremente a la realidad. A la rea­ validez mundial, de los dos caminos. Hudson al de Berembaum y las lan­ tenaces métodos de la vida intelec­
lidad, no a ciertas bellezas estilís­ Y recordar que, en sociedades de base zas de Aparicio a las disciplinadas tual y política uruguaya el endiosa­
ticas (o gramaticales), como él dice. agropecuaria, hay un límite infran­ huestes de la Dra. Roballo no me miento de las personalidades. Ante ese
Y en cuanto a esas cuestiones metó­ queable para cualquiera de ellos y es*3 tome el Dr. Rama por un reacciona­ endiosamiento todas las reservas son.
dicas, de las que me excluye, sólo límite es la producción misma, ese rio. Porque sé que el Uruguay rea) ataques. Si mi replicante considera'
postularé que, sin ser un especialis­ límite es, a contrario sensu, el hambre está más cerca Ceso sí, sin ladrones, que lo son tales aventurar que Vare-
ta y moviéndome en planos extraños que a todos nos ronda cuando la pro­ sin concusionarios, sin bobalicones o la no era un gran pensador, que no
a mi quehacer habitual, hice objecio­ ducción decrece o desaparece. Pero sin cínicos) de “ Sadil” que de Corra- era. un sociólogo, que sus ideas bási­
nes que no se han levantado. esto nos llevaría muy lejos. Y busque lito. Pese a ello pienso que no es un cas estaban antes en otros, que exis­
A otra cosa. Y ésta se halla en la simplemente el Dr. Rama los defen­ hombre cabal y, sobre todo, un rio- tí eron otros uruguayos (en su época
segunda parte de su carta. En ella sores del latifundio en donde ellos platense cabal aquel que no sienta, incluso) más interesantes, tampoco
mi replicante esgrime lo que se llama están: en ciertos sectores estridentes por ejemplo, lina desgarradora nos­ vo y a convencerlo de 1q contrario.
clásicamente el argumento ad-homi- de la oposición, en ciertas institucio­ talgia cuando en los viajeros ingle­ Pero si el Profesor Rama quisiera en- (
nem. En esa forma de “ defensa-por- nes, en ciertos diarios (incluso en al­ ses se narra la gloria de una mañana terarse realmente de lo que puede
transferencia” , que no defiende, en guno que ha tenido con él reiteradas en el campo sin límites (y sin alam­ ser un ataque a Varela recurra al ca- t
el caso, el libro, pero ataca a su pre­ gentilezas). Sé que entre esas institu­ brados). O una noche de silencio y pítulo del Juan Carlos Gómez (Sem­
sunto atacante, el E*r. Rama sugiere ciones no se encuentra la Liga Fe­ cielo inmenso. Y que, experimentando blanzas del pasado) de M elián L a fi- ,
que todas mis reservas a su Ensayo deral, representante notoria de la pe­ esa nostalgia, no busque, de alguna nur. Curiosamente no lo incluye en
han sido, digámoslo así, pseudo-me- queña y media propiedad agraria. Mi forma, su borrado sucedáneo entre su copiosa bibliografía y tampoco
tódicas y cripío-ideológicas. Las obje­ replicante lo sabe tan bien como yo el trajín y la fealdad de nuestra v i­ quiero decir que yo lo suscriba. Pero
ciones a su obra sólo lo serían, en compárelo con mis tímidas precisio­
el fondo, a las posiciones que de­ nes y extraiga la conclusión después.
fiende.
En sustancia, que con sú lista de EL 31 DE M A R ZO DE 1933
seis preguntas, el autor me quiere Los Problemas Nacionales y la Sociología
hacer aparecer como socialmente La sociología y la historia social
reaccionario (partes de la pregunta Autos para alegar: “Real de Azúa c. Rama” . no son neutrales, y en eso estoy de
(a), peronista (preg. (b), enemigo de Ea la discusión que promoviera el Dr. Real de Azúa a propósito de acuerdo con el Dr. Rama. Trabajan.,
nuestra tradición liberal (preg. (c), mi libro "Ensayo de Sociología uruguaya” , cabe distinguir tres tipos de sobre supuestos axiológicos, p ro fe -.
moiinero (preg. (d.>, oscurantista cuestiones: san un punto de vista, se .mueven
(preg. (e) y en cuanto a la pregun­ l 9) Observaciones de carácter gramatical o estilístico. Desgracia­ con ideales. Pero reconocido esto, no
ta (f) confieso que, en puridad, no damente sobre ellas se ha centrado en buena parte la polémica. No me me parece el modo más científico de
sé lo que quiere hacerme sostener. apasiona discutir las jotas o tildes de ningún texto, y menos del que abordar sucesos históricos ese de una
Después de decir, de paso, que me me pertenece. disyuntiva polémica entre lo defen­
parecen demasiadas moscas para que Como ya dije, todo eso será tenido en cuenta cuando corresponda dible y lo indefendible. Supuesta lina
vuelen en escuadrilla, señalo que, y trataremos de hacerlo mejor. perspectiva nutrida de valores, él
sobre todo con el verbo articule del juicio histórico debe m irar todas las
mandato inicial, se pretende sugerir 29) Discusiones sobre la conceptuaiización sociológica, en las cua­
les inversamente el Dr. Real de Azúa no está debidamente enterado. cosas sine ira e i studio. Y antes de
que yo insinúo tácitamente, que cmtrar en lo que el golpe de marzo
d e j o entrever esas defensas. No Es imposible seguir una discusión donde si critico su inclusión de M ar­
tínez Estrada como sociólogo, él me contesta trayendo a Keidegger tuvo de dolorosamente útil (por lo
me parece un modelo de fair-play y dicho anteriormente prefiero este tér­
podría contestarle a mí objetor que a la palestra. ¿Qué pasaría — me pregunto— sí ahora niego a Heidegger?
39) Hay sin embargo un tercer aspecto más importante y en el mino a los que desecho), observaré
me señalara en qué pasajes de mi que en ninguna parte de m i nota adop­
artículo ese verbo insinuar pudiera cual una polémica puede ser fecunda y es la discusión de algunas de té posición ante él. Sólo destaqué que
ejercerse. Y yo podría interrogarle, las tesis del libro. una terminología panfletaria de cla­
a mi vez, que, aún en la posibilidad Parafraseando una polémica más importante del siglo pasado, di­ ses: burguesía ulirarreaccxonaria, por
de que en este instante declarara pa­ gamos que si mi crítico no es sociólogo por lo menos ha leído mucho, ejemplo, escamoteaba lo que fue espe­
ladinamente las filiaciones que me y su opinión interesa como la de un hombre de gran cultura literaria cíficamente él 31 de marzo; esto es la
atribuye, en qué sentido ello levan­ y filosófica, y exponente de una ideología tan particular como inte­ ofensiva violenta de las clases ga­
taría mis objeciones. Mis objeciones, resante. naderas endeudadas con vistas a ali­
pongamos por caso, a su planteo de Dado que soy “ el agredido” , creo tener derecho a delimitar el cam­ viar su propia situación. L e e r el Re­
una sociología nacional, a su filia­ po para evitar circunloquios, fintas, o cualquier salida por la tangente. gistro Nacional de Leyes de 1933 es
ción de los principistas, o a su ter­ Mis puntos de vísta han sido extensamente tratados en las 400 págs. topar constantemente con leyes de
minología de las clases. defl libro. Ahora emplazo a Don Carlos S ea l de Azúa a que claramente: moratoria hipotecaria: los pobres ru­
Pero en fin. el Profesor Rama me a) articule su defensa del gran latifundio, la L iga Federal y la rales se habían gastado alegremente
somete a un examen y me encuentro sociedad pastoril. el dinero de los años de las vacas
con que. a pesar de lo antedicho, si b ) que explique claramente porque entiende que el peronismo es gordas y cuando la crisis vino, en
hurtara el cuerpo a él, ciertas paites un movimiento socialista. 1929, los encontró sin cobertura.
de mi trabajo quedarían (como las e) que aclare los fundamentos de su ataque a José Pedro Varela, Ese factor, claro, no era él único.
fotografías tomadas con. mala luz) ve­ que defina lo que encuentra defendible en e l golpe de Estado También fu e importante la presión
ladas. Y sin más, a hacerle él gusto. del 31 de marzo de 1933. de los grupos inversionistas extran­
e> porque no entiende aconsejable la extensión de la enseñanza. jeros, aunque me inclino a pensar
LATIFTJNDIO, L IG A FEDERAL Y f ) a quien o quienes atribuye la provocación y orientación de las que más bien aprovecharon la situa­
SOCIEDAD PASTO RIL guerras civiles « a e l Uruguay. ción que ya se había creado. Entre
Esperamos que el Prof. Real de Azúa sea tan cabal en la hora de ios factores políticos, Quijano recor­
A l emplazamiento a) siento, aunque la verdad, como ha sido de elegante en los juegos preliminares. daba hace poco tiempo uno: la des­
y a es empezar mal. no conformarlo. Una discusión centrada en esos seis temas sería, realmente pro­ esperanza nacionalista de vencer al
Como ya decía que en mi artículo no vechosa y podría eventualmente demostrar las ventajas de la sociología eoloradismo y la tentativa de divi­
defiendo en ningún instante el lati­ j para el estudio de los problemas nacionales. — Carlos M . Rama. dirlo. Del lado del eoloraaismo, y
fundio y sólo me limito a distinguir (Pasa a pág. 231
'ien# d e p á g . 22) tro cíe pequeños circuios.
mcretsmente del batllismo, operó el
iicto (latente desde mucho tiem- FIN D UNA PO LE M IC A Leyendo hace pocos días, en la
Revista Histórica del M u s e o (T.
atrás, pero destinado a explosión X X V II) la conclusión de los certe­
enas llegara al Poder Ejecutivo un a la normalidad” . La otra utilidad me parece insincero mientras &e in­ ros informes diplomáticos de Maille-
esidente dinámico y ambicioso) en- del golpe (que no revolución) de siste en ella clamar, sin un acuerdo fer, ministro de Francia, comenta
el poder constitucional de la Pre­ marzo, es también de índole negativa. previo sobre otros nuevos contenidos, éste el destierro impuesto por Loren-
sencia y el principio del gobierno Y es la de haber demostrado que el por la extensión, puramente horizon­ 2o B atile a los redactores de El Si­
ilectivo por medio de la Agrupa- batllismo (un batllismo mucho más tal de todo aquello en que se duda. glo, José Pedro y Carlos María Ra­
íón Colorada de Gobierno. Agrégue- puro, coherente y convencido que el Pero el tema me llevaría iruieho más mírez, cuya propaganda' virulenta
a todo esto ese transfondo histó- de 1958) es, salvo algunos núcleos y de lo que el espacio ya me (Si amenazaba el orden público. Y re­
ico en que se mueven la crisis ceo- dirigentes, un partido, oficial. Y que gistra MaiUefer: A uno de mis co­
ómica, la ola fascista mundial, el como partido oficial segregará, siem­ LAS GUERRAS CIVILES Y legas americanos quien se asombra­
ejemplo iberoamericano de dictadu­ pre que el mandamás de turno, el que SUS CAUSAS ba de que un esíablecimienio de esta
ras y la evidente usura que, en cier- tiene la sartén por el mango, lo quie­ importancia se precipitara de cabeza
s sectores de la opinión pública, ra, un coioradismo independiente. Y llego con alivio al apartado í) de en una aventura semejante (de una
'resentaban los principios en que se ¿Qué fueron sino el vierismo, el te- mi absolución de posiciones. Decía al revolución se trataba): "¿Qué quiere?,
poyaba el orden político. ¿Cuál pue- rrismo, el baldomirismo, y ¿por qué principio que no sospecho en este respondió el Sr. Duncan Siewart, Mi­
¡e haber sido la utilidad de la cri- no? qué es el auincismo (salvo la punto qué es lo que mi contradictor nistro de Hacienda. El padre de los
iis de este cuadro, que es el propio diferencia accidental de estar presi­ piensa que voy a decir. Lo reitero Ramírez (Juan Pedro), Senador, sal­
Pipe del 31 de Marzo? Me parece, dido por alguien que lleva el apelli­ ahora. Y como ya enunciaba en mi vado de la ruina total por el Barón
primera, el haber demostrado la do epónimo)? Estas reiteradas bifur­ primera contestación una lista de de Mauá quedó debiendo 50 mil pe­
bsoluta esterilidad, la radical inuti­ caciones políticas no dejan de brin­ posibles núcleos sociales determinan­ sos a la Comisión fiscal de los ban­
lidad de los golpes de estado, al mo­ darnos luces valiosas (aunque aquí tes, a ella me remito. Creo, sin em­ cos; el vencimiento cae el 1“ de marzo
lo clásico sudamericano. Y la total me paro) en un inmediato futuro. bargo, que el gran correlato históri­ próximo y no es la primera vez que
iferencia que entre estos golpes Aunque no veo de paso qué tiene que co de nuestras guerras civiles son los una revolución llega a punto para sa­
•xiste, y las revoluciones en el sen- ver todo esto con lo sociología uru­ clásicos desajustes de estructuras y car de apuros a deudores insolventes".
ido más cabal de la palabra. No guaya. superestructuras, la permanente dis­ No quito ni pongo rey: hablan Mai-
•reo que por bastante tiempo núes- cordia de nuestro “ país real” y nues­ llefer, que, con sus diecisiete años de
o pueblo, ni ningún sector de él, LA EXTENSION DE LA tro “país legal” . Sin ellos, todas las vida montevideana no debía creer en
.reda engañarse y si ante el cuadro •
ENSEÑANZA fuerzas levantiscas se habrían me­ brujas, y Duncan Stewart, que fue un
¡nacional presente, la legalidad no se Busque de nuevo el Dr. Rama el llado contra la solidez, la densidad, patriarca de nuestra vida administra­
!ha roto pienso, sobre todo, que es pasaje de mi artículo en que la obje­ de una sociedad bien enquiciada. Pa­ tiva. El ejemplo es sólo para señalar
porque la gente sabe distinguir en­ te. Mi contradictor rotula a q u í , ra volver al plano de lo que pudié­ la cantidad de factores privados que
tre esas dos formas de tan desigual me temo, como oposición, lo que es ramos llamar los impulsos menores por la guerra civil trabajaban, es
entidad. Nuestras gentes conocen complemento o es precisión. Porque pienso que, en cada caso, hay que apuntar a la audacia, y el peligro, de
(supongo) que si un g o l p e de es­ cualquiera^ tendría que comprender hacer distingos. La inquietud de los fallar, sin la debida compulsa histó­
tado es facilón y últimamente inútil, que hablar de extensión de la ense­ militares motineros fue muy eviden­ rica, por una sola causa. Y nada más.
las condiciones de la revolución pro­ ñanza no es nada si antes no hay te del 51 al 75. La influencia dele­ Pero no sin reiterarle al Profesor
funda que el país necesita (y que no acuerdo de cuál es esa enseñanza térea de una prensa muy valiente Rama que se equivoca en cuanto a
importan en modo alguno la violen­ que tan onerosamente hay que ex­ pero irrealista y agitadora me resul­ que éste es el debate real y todo lo
cia, la quiebra de la sacrosanta ju­ tender. Confieso mi escepticismo ante ta visible a lo largo de medio siglo anterior juego preliminar. Este, por
ridicidad) no se hallan todavía ma­ lo que enseña la escuela (y no sólo pasado. En lo que respecta a las úl­ el contrario, es un juego epilogal. O,
duras en las condiciones concretas la. pública, como el Dr. Rama sospe­ timas guerras civiles, la lectura de como se dice en algún deporte, el pe­
de nuestra existencia uruguaya. Ni cha). Confieso mi descreimiento ante varias vidas de Saravia me ha de­ ríodo de alargue. •Que me sirva, por
maduras en ella ni suficientemente los bienes que irrogue la multiplica­ jado la impresión de que al volver lo menos, para pedir disculpa a mi
claros sus presupuestos en las men­ ción infinita de liceos en el interior. del Brasil y de sus hazañas con Gu­ replicante por cualquier exceso en
tes de alguna minoría lo suficiente­ Enseño en Preparatorios y tengo a mersindo, Aparicio hubiera encon­ que pueda haber incurrido; que me
mente amplia y desinteresada como menudo, como la mayor parte de mis trado en cualquier parte motivos (e sirva para reclamarle que, cerrado
para contagiar de entusiasmo creador colegas, la sensación de arar en el impulsos) revolucionarios. En fin, este surco que tal vez nos dé algún
al país entero y poner en marcha mar. Descreo menos de la enseñanza que hay para todos los gustos, y aun fruto a los dos, la antigua cordialidad
ima transformación profunda y no universitaria, pero la crisis de los los determinantes más privados pu­ sea restablecida.
estar dispuesta a volver a sus ca­ contenidos pedagógicos es ya un pro­ dieron operar poderosamente en una
sas al primer reclamo de ‘Vuelta blema de orden público nacional y sociedad donde todo se resolvía den­ Carlos Real do Azúa.

dehemos volver a escribir la actitud de crítico'a la conside­ Después de todo, ésa es la vul­
historia de la cultura sino que ración de todo período de ar­ nerabilidad de toda obra que
Prioridad Para ía I mage n también debemos revisar los
postulados de todas nuestras
te, al juicio sobre cada obra en
particular. El brillo expositi­
establezca de entrada usa ley
y trate luego de aplicarla a
El crítico y poeta inglés tos, de la memofia por la filosofías33. Casi nada. vo con que el autor cumple su todo el desarrollo de la histo­
Herbert Read siempre se las imaginación, ahora en Icón En realidad, se trata de una ardua tarea, el bien vestido ria, a todas las capas de la
ha arreglado para conseguir al­ and Idea ( * ) trata de estable­ serie de conferencias pronun­ estilo con que examina las di­ sociedad.
gún tipo de ansia renovadora cer un derecho histórico de ciadas por Read en la Univer­ versas actitudes estéticas que Curándose en salud, Read
como sostén original de sus prioridad para los símbolos del sidad de Harvard. El autor de­ le proporciona la historia del admite que " tratar de estable­
ensayos. Si en A rt and Indus- arte. La tesis es lo bastante be recurrir virtualmente a to­ Arte, no alcanzan para disipar cer esta teoría en siete breves
try (1934) enumeró algunas revolucionaria como para que do el arte universal (desde el una constante sospecha del conferencias es una imperti­
exigencias de adaptación pa­ Read deje sentado su propio i anónimo artista de A lt amira lector: que, a los efectos de nencia, y nadie podría darse
ra la belleza funcional, si en estupor desde el tercer párra­ hasta Klee y Picasso) para la consolidar su hipótesis, el au­ cuenta mejor que yo mismo
Education Through A rt (1943) fo: ",Si la imagen precede demostración de su doctrina. tor haga uso de tendenciosas de mis limitaciones para la
arremetió contra ciertos ritos siempre a la idea, en el desa­ La imagen precede a la idea, discriminaciones y elija estric­gran empresa de consolidar
de la educación inglesa y pro­ rrollo de la conciencia huma­ según Read, y ese convenci­ tamente cada paradigma, sin una teoría tan débilmente sos­
puso la sustitución, en esos ri­ na. como yo afirmo, no sólo miento también precede en su confiar demasiado en el azar. tenida. Exigiría un conoci­
miento detallado de la histo­
ria comparativa de las civili­
zaciones, especialmente de las
fases formativas de éstas; y ya
en segura posesión de todos
bilidad lógica para ordenarlos
los hechos necesarios, una ha-
en forma sistemática. No ten­
go ni este conocimiento ni es­
ta habilidad, ni queda
tiempo suficiente de vida pa­
FEBRERO ra adquirir ninguno de Igs
dos; pero estoy profundamen­
te convencido de la verdad de
mi hipótesis y creo que está

A L CUMPLIR 90 ANOS DE ACTU ACIO N EN


EL COMERCIO N A C IO N A L, NOS COMPLACE HACER LLEGAR A L A BANCA, COMERCIO,
lo suficientemente cimentada
en la experiencia para poder
lanzarla a la ferocidad de la
crítica
Sin embargo, por más fe­
IN D U STRIA, INSTITUCIONES OFICIALES, PRENSA, RADIO, CLIENTES Y AMIGOS, roz que sea esa crítica, no de­
NUESTRO SINCERO RECONOCIMIENTO A LA COLABORACION CON QUE NOS jará de reconocer que se tra­
ta de un libro realmente pro­
H O N R A R O N A TRAVES DE NUEVE DECADAS DE IN IN TERRU M PID A LABOR, DE LA vocativo, en el que la erudi­
ción es sólo una corriente sub­
CUAL NOS ENORGULLECEMOS POR HABER SIDO ELLA CONSTRUCTIVA CO NTRIBUCION terránea que ni recarga el es­
tilo n i hace que el lector se
EN LA CRECIENTE PROSPERIDAD Y DESARROLLO EJEMPLAR DE NUESTRO PAIS- sienta disminuido. Tal vez no
sea. imprescindible volver a
escribir toda la historia de 2a
CLERICETTI & BARRULLA 5.A. A cultura para disfrutar plena­
mente de este libro inteligente
H INCO N 729 - MONTEVIDEO y enterado. M. 3

( * ) HER3ERT READ: Ima­


gen e idea. Traducción de Ho­
racio Flores Sánchez. Brevia-
. rio del Fondo de Cultura
i Económica. México, 1 9 5 7.

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