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201901107
Asignatura
Español ll
Tema: Trabajo final
Facilitador/a
Germán Mendoza Reducindo
Guía elemental para el análisis de un texto narrativo
1- Bibliografía de autor:
Juan Bosch
(La Vega, 1909 - Santo Domingo, 2001) Político y escritor dominicano que
alcanzó la presidencia de la República en 1963, tras padecer más de dos
décadas de exilio por su oposición a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo
(1930-1961). En su faceta literaria destacó como ensayista y cultivador del relato
breve.
Deportado a Puerto Rico, mantuvo contacto permanente con las fuerzas políticas
de su partido y buscó apoyo militar en los sectores jóvenes del ejército para
orquestar un movimiento armado contra el gobierno golpista dirigido por Reid
Cabral. El levantamiento en los cuarteles se transformó el 24 de abril de 1965 en
una revuelta popular que provocó la inmediata intervención militar de los Estados
Unidos. La contienda, en la que perdieron la vida más de cinco mil dominicanos,
terminó con un acuerdo negociado que instauró en el Palacio Nacional al
gobierno provisional de Héctor García Godoy en septiembre de aquel mismo año.
En 1966, Juan Bosch volvió a presentarse a las elecciones presidenciales, pero
cayó derrotado ante Joaquín Balaguer. Al iniciarse la década de 1970, retomó la
iniciativa política con la fundación del Partido de la Liberación Dominicana (PLD),
formación de inspiración marxista con la que acudió a las citas electorales de
1978, en las que apenas consiguió respaldo popular, y de 1982, año en el que
obtuvo seis diputados en el parlamento dominicano y el control municipal en más
de veinte ayuntamientos del país. Los comicios de 1986 significaron un nuevo
espaldarazo para Bosch; su partido contabilizó dieciséis escaños, aunque la
victoria cayó nuevamente del lado de su viejo enemigo político y líder del Partido
Reformista, Joaquín Balaguer.
Cuatro años más tarde, ambos adversarios volvieron a competir en las urnas
para ocupar el Palacio Nacional y, una vez más, Bosch quedó apartado de la
presidencia en un proceso marcado por las irregularidades. Su último intento de
tomar el poder llegó en 1994 y fracasó de nuevo en unos comicios que los
observadores internacionales denunciaron como fraudulentos. La crisis política
desatada tras las elecciones provocó una reforma constitucional que limitaba a
dos años el nuevo mandato de Balaguer y prohibía expresamente la reelección
presidencial.
2-Titulo de la obra:
El tema:
Esta obra se centraliza en las necesidades y problemas creados a través de una
fuerza política mayoritaria que quiere absorber toda la inteligencia de una clase
humilde y necesitada.
Mensaje:
El extravío de las cabezas de Bosch, hablan de una época capaz de reproducirse
por sí mismas, corresponden a la realidad material de lo pensado. Los partidos
políticos son absorbentes de la moral y principios del pueblo, a través del tiempo,
dejándonos problemas que jamás se borrarán de nuestras conciencias.
Argumento:
Todo se desarrolla en un lujoso salón, donde varias personas habían atravezado
una enorme puerta para entregar sus cabezas y luego colocarlas en largas
vitrinas pegadas a la pared, como muestra de fidelidad a ciertos Partidos.
De pronto una voz suave que llenaba todo el salón le gritaba que entregue su
cabeza, éste le preguntaba que si la de él, la voz vuelve a gritarle que claro, que
cuál va a ser. Al observar éste las innumerables cabezas sin vidas colocadas en
las vitrinas, como forma de ganar tiempo, pregunta que cómo se quitaba la
cabeza. Al oír las instrucciones de como quitarse la cabeza de parte de aquella
voz, sintió un frio mortal, ganas de sentarse y agarrarse de algo, apoyó las manos
sobre la mesa.
Logró hablar, pero negándose a despojarse de su cabeza, por ser lo único que
tiene para pensar, la voz sugiere que no tiene que pensar y que en cambio
empesará una nueva vida. Al preguntar éste que clase de vida llevaría, miró
hacia la puerta por donde había entrado y al ver que estaban cerradas, volvió los
ojos al gran salón completamente cerrado y solitario.
La voz no era humana y miles de ojos malignos la miraban, sin vida y le decían
que por favor no le haga perder más tiempo que otros esperaban. Al sentir que
alguien iba a entrar al gran salón, éste se lanzó sobre la puerta y saltó a la calle,
corriendo como loco.
Personajes:
El narrador
Vio como los grupos que medraron bajo el trujillismo y que entronizaron a Trujillo,
cuando vieron los aires cambiar, se le voltearon. Cómo mostraron un descarado
interés en heredar al Jefe. Y fue víctima de estos grupos, que lo sentían un
advenedizo: se sentían despojados de un poder por el que habían conspirado,
por el que se habían arriesgado y derramado sangre, y que se les escapó de la
mano en las elecciones de 1962.
El Narrador:
“Me hallaba bajo la impresión de que miles de ojos malignos, también sin vida,
estaban mirándome desde las paredes….”
La Voz:
“Aquí no tiene que pensar. Pensaremos por usted. En cuanto a sus recuerdos, no
va a necesitarlos más…”
La acción desarrollada por los hombres del café era de juicio, juzgaban al
personaje principal por no haber seguido el lineamiento sugerido.
“Me miro con intensidad y luego dijo al otro…Ese fue el que huyo después que
estaba…”
Todos los que habían cruzado la puerta antes que yo habían entregado sus
cabezas”, como una forma de expresar la gran influencia que ejercen los partidos
políticos en la sociedad dominicana, y en especial en la masa más necesitada, en
espera de que algún partido político asuma el poder para poder saciar sus
necesidades. Pero la gran crisis surgió cuando el personaje pidió el método para
poder quitarse su cabeza, terminando el cuento con la huida tempestiva del
personaje sin nombre, que si aceptaba la sugerencia, no tendría identidad propia
jamás, porque su cabeza pasaría a ser un objeto de estantería, cuyo valor tendría
el que dieran sus aquellos personajes inhumanos que se encontraban en aquel
gran salón. Los políticos buscan que las personas les dejen sus cabezas en los
despachos de los partidos, para ir renunciando a sus principios, entregarles el
cuerpo vacío y simbólicamente descabezado a los procesos políticos de la
época.
8- Establece como es manejado el tiempo: de manera lineal o
discontinua.
Ilustrar con frases escogidas la respuesta
9- Aspectos estilísticos:
Más allá de la estética hay una ética; más allá del discurso literario un discurso
político: la obra de Juan Bosch es una denuncia implícita de las condiciones
semisalvajes, atrasadas a niveles escandalosos, en que se desenvolvía la vida
de los dominicanos a comienzos del siglo XX.
DESCRIPCIÓN: Todos los que habían cruzado la puerta antes que yo habían
entregado sus cabezas, y yo las veía colocadas en una larga hilera de vitrinas
que estaban adosadas a la pared de enfrente
HIPÉRBOLES: La voz llenaba todo el salón y resonaba entre las paredes nadie
podría evitarme esa macabra experiencia
Pero era el caso que aún incapacitado para pensar y para actuar
Punto de Vista del Narrador: El punto de vista del narrador es primera persona
Personajes: El narrador
Indeleble: Que no se puede borrar o quitar. Mancha: Señal que hace algo en un
cuerpo ensuciándolo. Imperiosa: Que no denota dureza o despotismo o que
emplea tono de mando. Desorbitar: Hacer que una cosa se salga de su órbita
habitual. Desorbitados: Autómata: Que se mueve por sí mismo. Máquina que
imita el movimiento de un ser animado. Umbral: Pieza o escalón que forma la
parte inferior de una puerta. Indecisa: Dícese de lo que está pendiente de
resolución: asunto indeciso. Parrafada: Párrafo largo en discurso, conversación,
impresos, etc.
Análisis heurístico
Todos los que habían cruzado la puerta antes que yo habían entregado sus
cabezas, y yo las veía colocadas en una larga hilera de vitrinas que estaban
adosadas a la pared de enfrente. Seguramente en esas vitrinas no entraba aire
contaminado, pues las cabezas se conservaban en forma admirable, casi como si
estuvieran vivas, aunque les faltaba el flujo de la sangre bajo la piel. Debo
confesar que el espectáculo me produjo un miedo súbito e intenso. Durante cierto
tiempo me sentí paralizado por el terror.
Pero era el caso que aún incapacitado para pensar y para actuar, yo estaba allí:
había pasado el umbral y tenía que entregar mi cabeza. Nadie podría evitarme
esa macabra experiencia. La situación era en verdad aterradora. Parecía que no
había distancia entre la vida que había dejado atrás, del otro lado de la puerta, y
la que iba a iniciar en ese momento. Físicamente, la distancia sería de tres
metros, tal vez de cuatro. Sin embargo lo que veía indicaba que la separación
entre lo que fui y lo que sería no podía medirse en términos humanos.
-Entregue su cabeza
-dijo una voz suave.
-¿La mía? -pregunté, con tanto miedo que a duras penas me oía a mí mismo. -
Claro
-¿Cuál va a ser? A pesar de que no era autoritaria, la voz llenaba todo el salón y
resonaba entre las paredes, que se cubrían con lujosos tapices. Yo no podía
saber de dónde salía.
Tenía la impresión de que todo lo que veía estaba hablando a un tiempo: el piso
de mármol negro y blanco, la alfombra roja que iba de la escalinata a la gran
mesa del recibidor, y la alfombra similar que cruzaba a todo lo largo por el centro;
las grandes columnas de mayólica, las cornisas de cubos dorados, las dos
enormes lámparas colgantes de cristal de Bohemia. Sólo sabía a ciencia cierta
que ninguna de las innumerables cabezas de las vitrinas había emitido el menor
sonido.
Tal vez con el deseo inconsciente de ganar tiempo, pregunté. -¿Y cómo me la
quito?
-Sujétela fuertemente con las dos manos, apoyando los pulgares en las curvas
de la quijada; tire hacia arriba y verá con qué facilidad sale. Colóquela después
sobre la mesa. Si se hubiera tratado de una pesadilla me habría explicado la
orden y mi situación. Pero no era una pesadilla.
Peor aún: estábamos la voz y yo. Pero la voz no era humana, no podía
relacionarse con un ser de carne y hueso. Me hallaba bajo la impresión de que
miles de ojos malignos, también sin vida, estaban mirándome desde las paredes,
y de que millones de seres minúsculos e invisibles acechaban mi pensamiento.
-Por favor, no nos haga perder tiempo, que hay otros en turno -dijo la voz. No es
fácil explicar lo que esas palabras significaron para mí. Sentí que alguien iba a
entrar, que ya no estaría más tiempo solo, y volví la cara hacia la puerta. No me
había equivocado; una mano sujetaba el borde de la gran hoja de madera
brillante y la empujaba hacia adentro, y un pie se posaba en el umbral. Por la
abertura de la puerta se advertía que afuera había poca luz. Sin duda era la hora
indecisa entre el día que muere y la que todavía no ha cerrado. En medio de mi
terror actué como un autómata. Me lancé impetuosamente hacia la puerta,
empujé al que entraba y salté a la calle. Me di cuenta de que alguna gente se
alarmó al verme correr; tal vez pensaron que había robado o había sido
sorprendido en el momento de robar. Comprendía que llevaba el rostro pálido y
los ojos desorbitados, y de haber habido por allí un policía, me hubiera
perseguido.
El miedo me hace sudar frío. Y yo sé que no podré librarme de este miedo; que lo
sentiré ante cualquier desconocido. Pues en verdad ignoro si los dos hombres
eran miembros o eran enemigos del Partido. Ahora estoy en casa, tratando de
lavar la camisa. Para el caso, he usado jabón, cepillo y un producto químico
especial que hallé en el baño.
La mancha no se va. Está ahí, indeleble. Al contrario, me parece que a cada
esfuerzo por borrarla se destaca más.
FIN