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1 CONCEPTO DE VENTILACIÓN
La ventilación es el proceso de renovación del aire de los locales para limitar el deterioro de su calidad, desde
el punto de vista de su composición, que se realiza mediante entrada de aire exterior y evacuación de aire
viciado.
Por estas razones es necesario dotar a las edificaciones de ventilación, es decir, de sistemas de entrada de
aire fresco (instalaciones de ventilación) y extracción del aire viciado (instalaciones de extracción de humos
y gases).
Además, por otro lado, en nuestro trabajo debemos tener siempre presente el hecho que estemos ventilando
locales en que se producen humos y combustiones o no; pues, si estos se producen, en el primer caso se
debe cuidar con suma atención su extracción completa del local.
En definitiva, ventilamos para controlar la temperatura, la humedad y, además, para limitar la contaminación
ambiental.
Para que tengamos una referencia, una persona en reposo consume de 20 a 25 litros de oxígeno por hora, y
produce otros tantos litros de gases carbónicos. Sin embargo, cada litro de aire solo contiene un 21 % de
oxigeno; lo que nos da una idea de la cantidad de volumen de aire a renovar y expulsar.
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2 NORMATIVA DE APLICACIÓN
La ventilación de la edificación está regulada por el Código Técnico de la Edificación, en la sección 3 Calidad
del aire interior del DB-HS Salubridad.
Esta sección se aplica, en los edificios de viviendas, al interior de las mismas, los almacenes de residuos, los
trasteros, los aparcamientos y garajes; y, en los edificios de cualquier otro uso, a los aparcamientos y los
garajes. Se considera que forman parte de los aparcamientos y garajes las zonas de circulación de los
vehículos.
Se consideran incluidos en el ámbito de aplicación los edificios de viviendas de cualquier tipo, incluso las
viviendas aisladas, en hilera o pareadas.
Para locales de cualquier otro tipo se considera que se cumplen las exigencias básicas si se observan las
condiciones establecidas en el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE).
3 TIPOS DE VENTILACIÓN
Según los distintos criterios utilizados para catalogar los tipos de ventilación surgen distintas clasificaciones.
Según la manera de ventilar:
o Ventilación por sobrepresión.
o Ventilación por depresión.
Esta clasificación no es excluyente, pues una misma instalación puede pertenecer a varias categorías.
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Por ejemplo, un lugar con ventilación por sobrepresión es una cabina o un túnel de pintura de automóviles.
Con este tipo de ventilación se puede controlar la entrada de aire a la cabina mediante filtrado previo.
Además, la salida de aire, al estar en sobrepresión, evita la entrada de polvo, humedad etc.
Algo similar ocurre en los quirófanos de los hospitales, los cuales están en sobrepresión para evitar que al
abrir la puerta entren partículas o gérmenes del exterior que puedan atacar al paciente que se está operando.
Un caso típico de ventilación por depresión es la ventilación de garajes. En este tipo de locales es prioritaria
la evacuación de los gases desprendidos por los tubos de escape de los coches, debido a su toxicidad.
Además, ha de garantizarse la evacuación de humos en caso de incendio.
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A la hora de decantarse por esta opción es importante diseñar el sistema de ventilación de tal manera que
no existan "zonas muertas" en las que no se produzca una circulación del aire o reflujos que impidan la
correcta ventilación del local.
El caso más habitual de una ventilación localizada es la campana extractora de una cocina.
Las aspiraciones localizadas pretenden mantener las sustancias o partículas, bien sean molestas o nocivas en
el nivel más bajo posible, evacuando directamente los contaminantes antes de que éstos sean difundidos
por todo el local.
La ventilación por captación localizada es ventilación en depresión, ya que si no se dispersaría por todo el
local.
Una de las principales ventajas de estos sistemas es el uso de menores caudales de ventilación que en los
sistemas de ventilación general, y al ser menor la necesidad de caudal de ventilación, esto repercute en unos
menores costes de inversión, funcionamiento y calefacción.
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Decimos que un edificio o local tiene ventilación natural cuando la renovación del aire de los edificios, se
realiza a través de la circulación de aire a través de rejillas, pasos o conductos, utilizando la corriente de aire
producida en el edificio por el viento, humedad, sol, convección térmica del aire o cualquier otro fenómeno
natural (y esto que viene ahora es lo importante) sin que sea necesario utilizar algún elemento mecánico, es
decir ventiladores. Un caso bastante común de ventilación natural es la utilización de las corrientes de viento
para ventilar.
Un aspecto a tener en cuenta es que la ventilación natural es en parte incontrolable, ya que posee variaciones
imprevisibles de presión atmosférica, velocidades del aire, paredes más calientes que otras, dirección e
intensidad del viento exterior, etc.
Este efecto recibe el nombre de ventilación cruzada. Si observamos la dirección de la ventilación, vemos que
es eminentemente horizontal.
Esta diferencia de presiones condiciona también la correcta ubicación de la chimenea en la cubierta. Como
se observa en el dibujo anterior, el faldón a sotavento sufre presiones, y el de barlovento succiones. Por lo
que las chimeneas deberán situarse en los faldones o fachadas a sotavento, ya que la succión producida
favorecerá su tiro, mientras que a barlovento las sobrepresiones pueden llegar a anularlo.
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La ventaja de este sistema de ventilación es que se pone en movimiento una gran cantidad de aire sin coste
económico alguno. El inconveniente es que, al estar las ventanas abiertas, además de no haber control
térmico, entra ruido. Además, el viento dominante debe ser conocido y ser constante; circunstancia poco
habitual en las ciudades, debido a su configuración. Las situaciones donde sí lo encontraremos son:
Brisa marina: Se inicia a media mañana, aumenta durante el día y termina al atardecer. Por la noche
la brisa se invierte. Al caer el sol, el aire que se encuentra sobre la tierra se enfría más rápido que
el situado sobre el mar, debido a que la masa de agua presenta una mayor inercia térmica que la
tierra. Esta situación provoca un aumento de la densidad y presión del aire de la tierra respecto al
que se encuentra sobre el mar, por lo que la diferencia de presiones existentes entre masas de aire
provoca que el situado sobre la tierra desplace al situado sobre el mar.
Brisa de ladera de montaña: Se trata de un fenómeno de la misma naturaleza que la brisa de mar.
En este caso, por las mañanas las cimas se calientan más que el fondo de los valles, por lo que se
produce una brisa ascendente. Por la noche el movimiento se invierte.
Esta diferencia provoca que, en la base de la chimenea, el aire exterior, más pesado, desplace al interior, más
ligero. La diferencia de densidades se debe mantener, tanto a lo largo del tiempo como en toda la altura de
la chimenea, pues si el desequilibrio cesa, el movimiento se invierte. Por ello, la chimenea debe estar
convenientemente aislada en todo su recorrido. La chimenea se puede diseñar con sección decreciente hacia
arriba para compensar la pérdida del volumen del aire al enfriarse.
A diferencia de la ventilación cruzada, aquí existe un fuerte sentido vertical de circulación. Para facilitar este
movimiento se procurará que la cara interior de las chimeneas sean lo menos rugosa posible, para provocar
la menor pérdida de carga de los humos, que será tanto mayor cuanto mayor sea el coeficiente de rozamiento
del material de recubrimiento interior y la suciedad depositada en el mismo.
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Si disponemos de huecos en la zona alta de la habitación, el aire tenderá a salir por ellos. Al salir el aire se
producirá una depresión en la parte inferior; por lo que, si se coloca en esta zona otro hueco, se permitirá la
entrada del aire exterior.
Ahora bien, si hacemos que la entrada sea más grande que la salida provocaremos, debido al efecto Venturi,
que la velocidad del aire aumente en la salida. Esta situación ocurre normalmente en las viviendas, pues el
aire entra por las filtraciones existentes en las carpinterías (gran sección) y sale por los huecos de ventilación
de los aseos (menor sección).
Las salidas no se conectan directamente al conducto de la chimenea de ventilación, sino que lo hacen a un
conducto auxiliar y paralelo al anterior que, después de recorrer verticalmente una planta, acaba
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desembocando en el conducto principal. Esta conexión indirecta se realiza para permitir que el aire alcance
la velocidad suficiente para vencer la resistencia de paso al interior de la chimenea.
Esta conexión mediante conducto auxiliar se realiza en todas las plantas salvo en las dos últimas, las que,
para conseguir una altura de tiro suficiente, lo hacen directamente al exterior. Por tanto, la sección de la
ventilación en cubierta tiene tres canales independientes. Dos para las dos últimas plantas y la tercera para
el resto.
La chimenea se corona con un aspirador estático formado por unas aletas que facilitan la extracción del aire
viciado.
Otro tipo de aspirador (ventilador) estático es el que se observa en la figura siguiente. Se muestra un ejemplo
de ventilación natural donde el flujo de aire se produce como consecuencia del tiro producido por la
chimenea mediante este ventilador, colocado en su parte superior y que lleva unas paletas o hélices, de tal
manera que el ventilador gira cuando hay viento. Al girar provoca un tiro que extrae el aire del local sin
precisar motor eléctrico.
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Como hemos visto en el apartado anterior la ventilación natural es incontrolable debido a diversos factores,
en esos casos se recurre a la ventilación mecánica para conseguir una renovación de aire asegurada. En este
último caso no existe dependencia de las condiciones ambientales tales como las velocidades de aire exterior,
presiones, diferencia de temperatura, etc. El movimiento de aire se produce por medio de
ventiladores/extractores, garantizando en cualquier circunstancia la entrada y/o salida del aire del local a
tratar.
Diríamos que es una mezcla de la ventilación natural y de la ventilación mecánica. La ventilación híbrida es
un concepto nuevo que consiste en utilizar unos componentes de la ventilación natural acoplados a un
sistema mecánico de ventilación no permanente.
Partiendo de un ventilador estático, le acoplamos una asistencia mecánica, la cual sólo se utiliza para ayudar
en aquellas ocasiones en que la falta de viento o tiro impide la salida de aire viciado. Su puesta en marcha es
automática; y puede ser accionada por una sonda de temperatura o un presostato, anemómetro, detector
concentración de gases, etc.
Cabe destacar en este sistema de ventilación la reducción de consumo de energía, ya que como hemos visto
anteriormente el sistema sólo funciona de forma electromecánica (esto es, consumiendo energía) cuando
las condiciones climatológicas no son favorables para la extracción natural del aire del local a tratar.
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4 LA VENTILACIÓN DE UN EDIFICIO SEGÚN EL CTE
El CTE admite, además de la ventilación mecánica y natural, la que viene a llamar como ventilación híbrida,
que es aquella en la que la renovación del aire se puede producir de dos maneras:
Cuando las condiciones de presión y temperatura ambientales son favorables, la renovación del
aire se produce como en la ventilación natural.
Cuando son desfavorables, como en la ventilación con extracción mecánica.
En el proceso de ventilación de las viviendas se prevé que el aire fluya de los locales secos y menos
contaminados a los húmedos y más contaminados por depresión.
Los comedores, los dormitorios y las salas de estar deben disponer de aberturas de admisión; los aseos, las
cocinas y los cuartos de baño deben disponer de aberturas de extracción; las particiones situadas entre los
locales con admisión y los locales con extracción deben disponer de aberturas de paso.
Para evitar corrientes de aire molestas, los aireadores deben disponerse a una distancia del suelo mayor que
1,80 m.
Las aberturas de extracción deben conectarse a conductos de extracción y deben disponerse a una distancia
del techo menor que 200 mm y a una distancia de cualquier rincón o esquina vertical mayor que 100 mm.
Un mismo conducto de extracción puede ser compartido por aseos, baños, cocinas y trasteros.
Las cocinas deben disponer de un sistema adicional específico de ventilación con extracción mecánica para
los vapores y los contaminantes de la cocción. Para ello debe disponerse un extractor conectado a un
conducto de extracción independiente de los de la ventilación general de la vivienda que no puede utilizarse
para la extracción de aire de locales de otro uso. Cuando este conducto sea compartido por varios
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extractores, cada uno de éstos debe estar dotado de una válvula automática que mantenga abierta su
conexión con el conducto sólo cuando esté funcionando o de cualquier otro sistema antirrevoco.
El caudal de ventilación mínimo para los locales se obtiene de las tablas 2.1 y 2.2 del DB HS3 del CTE.
Además, en la zona de cocción de las cocinas debe disponerse un sistema que permita extraer los
contaminantes que se producen durante su uso, de forma independiente a la ventilación general de los
locales habitables.
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Esta condición se considera satisfecha si se dispone de un sistema en la zona de cocción que permita extraer
un caudal mínimo de 50 l/s.
4.3 ABERTURAS
El aire debe circular desde los locales secos a los húmedos, para ello los comedores, dormitorios y salas de
estar deben disponer de aberturas de admisión; los aseos, cocinas y cuartos de baño deben disponer de
aberturas de extracción; las particiones situadas entre los locales con admisión y los locales con extracción
deben disponer de aberturas de paso.
Los locales con varios usos deben disponer de la abertura correspondiente en cada zona con un uso diferente.
El HS-3 establece la sección útil de las aberturas de admisión, extracción, paso y mixtas:
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ABERTURAS DE ADMISIÓN:
Las aberturas de admisión pueden realizarse:
Con aireadores dispuestos a una distancia del suelo mayor que 1,80 m, para que no se produzcan
corrientes de aire molestas. Los aireadores son elementos pasivos que dejan pasar el caudal de aire
según la diferencia de presión entre el aire interior y exterior.
Con aperturas fijas de la carpintería, como son los dispositivos de microventilación con una
permeabilidad al aire (UNE EN 12207:2017) en la posición de apertura de clase 1 o superior.
La microventilación es una abertura directa de las ventanas abisagradas o deslizantes gracias a un
herraje específico. Producen menos impacto visual y son económicos, pero al permanecer abiertos
para poder ventilar, la estanqueidad y seguridad del sistema se reduce casi totalmente.
Cuando las carpinterías exteriores sean de clase 1 de permeabilidad al aire, pueden considerarse
como aberturas de admisión las juntas de apertura.
ABERTURAS DE EXTRACCIÓN
Deben conectarse a conductos de extracción.
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Deben disponerse a una distancia del techo menor que 200 mm y a una
distancia de cualquier rincón o esquina vertical mayor que 100 mm.
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ABERTURAS DE PASO
Pueden utilizarse como abertura de paso:
Un aireador.
La holgura existente entre las hojas de las puertas y el suelo.
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