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¿Te has preguntado cómo se conecta el evangelio a los

momentos más cotidianos de tus días como mamá? ¿Qué tiene


que ver la obra de Cristo con el décimo cambio de pañal o con
ese cansancio extremo con el que te vas a la cama todas las
noches? ¿Cuáles son las áreas de tu labor que pueden ser
transformadas por el evangelio? «Ay, amiga, el evangelio lo
cambia todo!»
la importancia de mantenernos apegadas a la Palabra de Dios,
recordándonos que los años dedicados a los niños pequeños
no son años perdidos. Somos hijas de Dios, discípulas de Cristo
y todo lo que hacemos dentro y fuera de casa sirve para llevar a
cabo la gran encomienda que hemos recibido: hacer discípulos.

1. No necesitamos una versión mundana de la maternidad.


Necesitamos una maternidad redimida, transformada por
la resurrección de nuestro Señor y Salvador. Necesitamos
su sangre derramada si hemos de derramar nuestra culpa
y nuestros fracasos. Necesitamos su plenitud que llene
nuestros vacíos. Necesitamos su sacrificio y su dolor para
poder sacrificarnos por otros hasta que duela.
Necesitamos que sus heridas sanen nuestras heridas.
Necesitamos su expiación para expiar de una vez por
todas nuestros pecados. Necesitamos su muerte que nos
infunda vida. | Pág. 18
2. La maternidad está hecha de millones de momentos
propicios para la adoración. | Pág. 27
3. El amor de Dios por su pueblo se compara con la
compasión férrea y protectora de una madre que
amamanta y cuida a su hijo indefenso. | Pág 35
4. Si estás en Cristo, todos nuestros actos silenciosos de
obediencia serán vistos, recompensados y alabados para
la gloria de Dios y la sangre de Cristo ha pagado por todos
nuestros pecados. | Pág. 38
5. Cada día, cuando sientas que aumenta la presión, mira a
Cristo y busca en Él todo lo que necesitas. Él es fuerte
dónde eres débil. Él es perfecto donde tú fallas. Él es tu
plenitud cuando estás vacía. | Pág. 51
6. La transición que tú ansías que termine no es una
temporada perdida, sino que es un tiempo lleno de
propósitos divinos, cuando en retrospectiva contará una
historia de pecado y necesidad que nos condujo al Padre y
nos hizo amar más como el Hijo ama. | Pág. 60 
7. Confío en que no existe un momento cotidiano tan
insignificante que la gloria de Dios no pueda brillar a través
de él. | Pág. 84 
8. No tenemos que alzar nuestro manual de la maternidad
como el método supremo cuando podemos reconocer el
camino de Dios como el único camino, un camino que
podemos recorrer solamente con humildad por medio de la
persona y la obra de Cristo. No estamos en una
competencia. Estamos en comunidad. | Pág. 128
9. Cumplir nuestro llamado como seguidoras de Cristo es
demostrar a nuestros hijos que amar a Dios significa amar
a otros. Se requieren ambas cosas. Estos pequeños años
son un entrenamiento para nuestros hijos, una plataforma
para que nuestros hijos empiecen entender lo que significa
una vida de servicio y ministerio a Dios. Gran parte de esto
sucede a través de tu ejemplo cuando demuestras a tus
hijos como amar a otros, tanto dentro como fuera de tu
familia. | Pág. 158 
10. Predicar el evangelio la una a la otra y a nosotras
mismas es un ejercicio continuo de conversación
redentora. Es hacer declaraciones guiados por el Espíritu
que se conectan entretejen la belleza del Evangelio en la
tela de nuestra relación. 
Los problemas cotidianos, los que sacan nuestro aapehido nuestro enojo e ira solamente revelan
los ídolos que hay en nuestro corazón. Cuantos ídolos tenemos dentro de nuestra maternidad, un
ídolo viéndolo como humanos no siempre es malo en si dentro de nuestra moralidad pero es malo
en el sentido que le quita su lugar a Dios es ahí que como madres debemos buscar el evangelio
constantemente

Porque deseas una familia ejemplar e hijos obedientes. Porque fuimos creados para serlos.

Porque tienes una familia llena de defectos. Por el pecado que hay en ti y en ellos

Que esta haciendo Dios al respecto. Prometio y envio un redentor y salvador

Como lo aplicas en tu vida presente. Recordando que Dios perdono tus pecados debes aprender a
perdonar los pecados de los otros y enseñarles a ver el evangelio atraves de ti

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