Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
(SEGUNDA PARTE)
Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” Juan
10:10. Jesús no sólo vino a salvarnos sino también a darnos vida y vida en
abundancia. Esto incluye la sanidad de nuestras emociones. El Señor quiere sanar
las heridas que traemos de nuestro pasado y enseñarnos a vivir en medio de las
situaciones difíciles de nuestra vida diaria. Todo lo que pasa en nuestro interior
afecta al resto de áreas de nuestra vida, muchas de las actitudes positivas o
negativas que tenemos en nuestra casa, barrio, colegio, trabajo, iglesia, e incluso
con nosotros mismos, tienen que ver con la manera en que hemos aprendido a
manejar nuestras emociones; que desafortunadamente han sido afectadas, entre
otras cosas, por el pecado y por las heridas de nuestro corazón. Muchas veces
estas emociones las tenemos bajo control, pero de repente una persona o una
situación, pueden hacer que se dispare esa emoción o herida emocional.
La buena noticia es que Jesús murió para darnos sanidad y libertad emocional y
cambiar así, la manera en la cual reaccionamos y nos relacionamos con nuestro
entorno, con Dios y con nosotros mismo. En Proverbios 15:13 dice: “El corazón
alegre hermosea el rostro; más por el dolor del corazón el espíritu se abate”. Dios
desea continuar con el proceso de sanidad del dolor, la angustia, la inseguridad, el
rechazo, el enojo, y así cambiar aun la expresión de ¡nuestro rostro!
Isaías 61:3 dice “Dios ha ordenado que se dé en nuestra vida esplendor en lugar
de , aceite de _ en lugar de
y manto de alegría en lugar de angustia”.
¿Cuáles sentimientos han traído ceniza y luto a tu vida?
¿Te gustaría que Dios trajera gozo y paz en lugar de estos sentimientos?
ORACIÓN:
“Señor, te presento mi corazón. Tú sabes más que nadie lo que he vivido, conoces
cada situación de mi pasado, aun las que no recuerdo. Tú sabes que hay
sentimientos en mi vida que me producen dolor y me impiden vivir la vida
abundante que me has prometido. Por eso, te pido que me reveles toda raíz de mi
pasado que pueda estar afectándome. Muda los tiempos y muéstrame todo lo que
necesita ser
sanado. Espíritu Santo desata, en el nombre de Jesús, mi mente, mis emociones y
mi voluntad para que pueda ser libre y que pueda reconocer los faltantes que
deben ser llenados por el amor de Dios Padre. En el nombre de Jesús, amén”.
Esto nos muestra, que aun antes de nacer, somos sensibles a nuestro entorno.
Cuando Jesús estaba en el vientre de María, José tomó la decisión de
abandonarla. María soportó ese momento en el silencio de su corazón, pero
cuando el ángel le habla a José, el decide aceptarla, sin embargo, ese sentimiento
de rechazo y abandono, ya había afectado a Jesús. Aunque su papá finalmente
creyó que Jesús había sido concebido por el Espíritu Santo el pueblo no. En una
ocasión los maestros de la ley le dijeron a Jesús, “nosotros no somos nacidos de
fornicación, un padre tenemos, que es Dios” Juan 8:41, insinuando así, que era
hijo de una prostituta. Por esa razón la Biblia dice acerca de Jesús: “No tenemos
un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino
uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” Hebreos
4:15.
No importa lo que haya vivido o qué tan difíciles hayan sido las circunstancias que
rodearon esta etapa de nuestra vida, Dios desea restaurar ese momento y ser
nuestro Padre perfecto. Él santifico nuestro linaje y desde el vientre, tiene un
propósito para nosotros: 1 Pedro 2:9 dice “Pero ustedes son
escogido, real sacerdocio, nación santa, que pertenece a Dios; par
que proclamen la sobras maravillosas de aquel que los
de las tinieblas a la luz
admirable”.
Salmos 139:15-16 el salmista dice: “Mis huesos no te fueron desconocidos
cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la
tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya
escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno
solo de ellos”.
Por lo anterior, es importante sanar todo lo que vivimos en el vientre de nuestra
madre; esto incluye cuatro momentos: la concepción, el embarazo, el nacimiento y
la dedicación o consagración que tuvimos después de nacer.
CONCEPCIÓN
¿Es posible que hayas sido un embarazo no deseado por tus padres?
¿Existe la posibilidad de que hayas sido concebido fuera del matrimonio o como
resultado de una relación de adulterio?
¿Fuiste concebido como resultado de una borrachera? ¿O eres el resultado
de un abuso sexual o de una relación sexual violenta?
¿Has pensado o sentido que quizás tu mamá haya usado el embarazo como una
manera de retener a tu padre a su lado?
¿Sabes si hubo temor en el momento de la concepción como resultado de no
querer tener más hijos?
¿Cuál fue la situación económica y de salud de tus padres en el momento de la
concepción y durante el embarazo?
EMBARAZO
¿Es posible que tu mamá haya tenido alguno de estos sentimientos durante el
embarazo? Rechazo , tristeza , soledad , vergüenza , enojo ,
frustración , temor , Otros:
¿Sabes si hubo una mala relación entre tu papá y tu mamá en esta etapa? ,
maltrato físico o verbal , escasez de dinero , hambre , infidelidad por
parte de alguno de los dos , enfermedad de tu madre durante el embarazo
, otros
¿Fue abandonada tu Mamá por su novio (papá) como resultado del embarazo o
la acusó diciendo que ese niño no era de él?
¿Crees que tu mamá en el embarazo puedo haber fumado , consumido alcohol
o drogas?
¿Es posible que hubiera intentado hacer un aborto? .
¿Es posible que haya sentido temor a decir que estaba embarazada?
¿Temor por subir de peso?
¿Temor al dolor del parto?
¿Sabes si hubo prácticas de ocultismo y brujería durante el embarazo?
¿cuáles?
¿Existe la posibilidad de que hayan deseado un sexo diferente al tuyo?
EL PARTO
¿Hubo complicaciones en el parto? ¿Sabes si tu madre te dio en
DEDICACIÓN O CONSAGRACIÓN
En Lucas 2:22-39 vemos que Jesús fue llevado al templo para ser presentado,
pero muchos en lugar de ser presentados al Señor como sus hijos, fueron
consagrados a una religión, a un santo, a una virgen, o apersonas como san
Gregorio, al ateísmo, e incluso, algunos fueron dedicados a Satanás.
¿Fuiste consagrado a alguien? ¿a quién?
ORACIÓN:
“Señor, te doy gracias porque Tú conoces todas las cosas que sucedieron en el
momento de mi concepción. Tú sabes si fue un acto de amor, un accidente, una
violación o un pecado; pero Tú
Padre Dios, tienes control de todo y Tú quisiste que yo fuese formado; por eso
renuncio en el nombre de Jesús a toda influencia de ocultismo, hechicería y
religiosidad que haya afectado mi vida por el pecado de mis padres, abuelos o
antepasados, te pido perdón por esto y por todo lo que le haya dado derecho a
Satanás sobre mi vida aun antes de nacer. Te doy gracias porque desde ese
momento, Tú tenías un propósito conmigo: Tú me formaste, me cuidaste y en tu
corazón yo ya estaba.
Te pido Señor que me liberes de lo experimenté durante el embarazo; libérame de
todo rechazo, dolor, tristeza, temor, sentimientos de no ser deseado, necesitado o
amado. Te pido Espíritu Santo que me reveles lo que sucedió en el vientre de mi
mamá. Acompáñame Jesús, dame la seguridad de que estoy protegido y cuidado
por Ti, que pueda verte cubriendo a mi mamá con tu amor y que llenes ese lugar
de tu presencia.
Dame el perdón que necesito para papá y mamá por todo rechazo o pecado, te los
entrego Señor y te pido que en el nombre de Jesús, cortes toda atadura
demoníaca como resultado de algún intento de aborto o de cualquier acción o
actitud pecaminosa que haya permitido que los demonios tengan algún derecho
sobre mí; ordeno a esos espíritus que me dejen en el nombre de Jesús y declaro
que por la sangre de Cristo, Tú, Padre Dios, sanas toda herida que pudo llegar a
mi vida durante esa etapa.
Señor, te pido que me reveles el momento de mi parto; yo sé, que fui recibido por
Ti, por eso todo espíritu de muerte o de enfermedad que pueda haberme rodeado
se va de mi vida. Declaro que tu amor Jesús y tu propósito vencieron al opositor, y
aunque mis padres me pudieron haber rechazado, Tú me aceptaste y me pusiste
nombre.
Renuncio en el nombre de Jesús, a las mentiras que Satanás sembró en mi mente
aún antes de nacer cerca de mí mismo; renuncio a creer que soy un error o un
accidente, que no pertenezco a ningún lugar, que no vale la pena vivir; renuncio a
las mentiras en contra de Dios, mentiras que me han hecho pensar que Tu Señor,
no estuviste conmigo, que Tú me rechazaste y que no valgo para Ti.
Padre Dios, declaro que soy tu hijo y que Tu estuviste a mi lado, por eso anulo por
la sangre de Jesús cualquier consagración o pacto con el reino de las tinieblas.
Confieso que pertenezco a Dios, que vivo para Dios y que nada me puede separar
de su amor. En el nombre de Jesús, amén”.
2. NECESIDAD DE SEGURIDAD.
El niño necesita sentirse seguro y confortable para desarrollar una saludable
autoestima. Se espera que la familia sea un espacio de confianza, protección, un
refugio. Si el niño se siente inseguro en casa, crecerá inseguro, tímido o agresivo.
Situaciones como la muerte o separación de los padres, los cambios constantes
de casa, de amigos o de colegio, genera en el niño inestabilidad.
¿Alguno de tus padres estuvo ausente en tu infancia?
¿Quién?
¿Por qué razón?
¿Tenías padres dominantes? ¿Te gustaba llegar a casa o sentías temor?
¿En momentos de necesidad, podías confiar con tus padres para contarles lo que
te pasaba y pedir ayuda? ¿Con cuál de tus padres te relacionas mejor?
3. NECESIDAD DE ACEPTACIÓN.
Aceptación significa respetar al niño como persona y amarlo como es, tanto
físicamente como su forma de ser. Esto hace que el niño sienta y sepa que Dios
también lo acepta.
Como un niño siente que es aceptado, aprende a apreciarse a sí mismo y a
aceptar a otros. Pero las comparaciones, las críticas, los sobrenombres, traen falta
de aceptación; por eso debemos amar a los niños incondicionalmente. Una
persona rechazada, rechaza a otros. Ese rechazo es una manera de construir un
muro alrededor para protegerse.
Colegio
6. NECESIDAD DE DISCIPLINA.
El niño necesita que le pongan límites. Si el niño los tiene, se sentirá inseguro y
pensará que nadie lo quiere. Darle al niño esos límites le demuestra amor,
protección y seguridad. Por otro lado, una disciplina fuerte y unos padres
violentos, dejan heridas profundas que traen temor, anulan la voluntad e impiden
que se relacione bien con Dios, pues lo ven como alguien castigador; pero la falta
de disciplina también trae consecuencias: genera rebeldía y manipulación a la
autoridad.
Disciplina es amor. Hebreos 12:6 dice: “Porque el Señor disciplina a los que ama,
y azota a los que recibe como hijo”
¿Fuiste disciplinado de niño?
¿Esa disciplina te trae recuerdos agradables o terribles? Una
disciplina dada con amor aunque haya dolido, produce en nosotros buenos
recuerdos.
¿Recibiste castigos violentos?
¿Hubo maltrato entre tus padres?
¿Recuerdas algún castigo injusto?
¿Alguna vez alguno de tus padres te pidió perdón por castigarte con rabia o
injustamente?
¿Viste algún castigo injusto y de maltrato hacia tus hermanos? _ ¿Con cuál?
7. NECESIDAD DE PERDÓN.
Los padres tienen que perdonar muchas veces al niño. Si él no recibe suficiente
perdón por sus errores hasta llenar su vaso y hacerlo rebozar, cuando llegue a ser
adulto, no llegará a existir perdón en él para perdonar a otros, ni podrá sentir que
Dios lo perdona y se culpará una y otra vez.
8. NECESIDAD DE DIOS.
“Padre Dios te presento mi infancia; Tú conoces los momentos difíciles que viví, Tú
sabes que lo más que me dolió fue
.
Por eso te entrego los sentimientos de soledad, rechazo, miedo, rabia, inseguridad
y abandono.
Te pido Espíritu Santo que reveles cada cuadro de mi pasado y que entres Jesús
a esos cuadros y estés a mi lado.
Si durante los primeros días y años de mi vida cuando yo necesitaba del cuidado
de mi mamá, ella no puedo entenderme; hazme aprender que Tú estuviste
conmigo. Cuando en mi niñez no me dejaban hablar, te pido que Tú me oigas.
Cuando sentí el rechazo y la ausencia de alguno de mis padres llena Tú ese
vacío. Dame hoy de tu perdón para papá y mamá por las situaciones que viví de
alcoholismo, maltrato, exigencia o indiferencia.
Lleva Señor Jesús todos esos maltratos a la cruz y líbrame de todo dolor,
amargura y resentimiento que aún me estén afectando; pon tus manos sobre mis
heridas, se Tú protegiéndome, acompañándome, dándome el amor y la confianza
que tanto necesito.
Si no hubo maltrato, pero al crecer solo, yo mismo me cuidé o no tuve límites en
mi vida y por eso también me hice daño, Te pido Padre Dios que sanes mi
corazón y perdones mi rebeldía, mi autosuficiencia y orgullo. Fórmame y ordena
mi vida en el nombre de Jesús.
Te entrego Señor las ocasiones en las cuales mis padres y profesores no me
entendieron, me ridiculizaron, me criticaron, me hicieron sentir que no podía hacer
nada bien y no me perdonaban por mis errores. En vez de ayudarme a desarrollar
confianza me infundieron desconfianza; te pido que hoy sane ese dolor, esa
vergüenza, y que Tú seas animándome, y quitándome todo complejo de mi
interior. Señor, toda disciplina que trajo a mi vida temor, toda situación dolorosa
que vi en mis hermanos o en alguno de mis padres y que pudo afectarme, también
te lo entrego en el nombre de Jesús.
Sáname de toda burla de mis compañeros, de toda comparación que trajo rechazo
a mi vida. Toma Tú esos sentimientos sobre Ti, sana mis herida y cubre con tu
preciosa sangre, toda mi niñez en el nombre de Jesús.
Como hijo tuyo, renuncio en el nombre de Jesús a las mentiras que he creído que
no soy importante, que mi opinión no vale, que mi valor no es por lo que soy sino
por lo que tengo, que nadie me acepta y que Tú no has estado conmigo. Toda
rabia hacia Ti Padre Dios te la entrego, renunciando a todo argumento que quiere
hacerme dudar de tu amor, tu cuidado y tu propósito. Hoy llevo a la cruz toda
duda, incredulidad, incertidumbre y renuncio a todo demonio de rechazo,
autocompasión, indignidad, culpa, engaño, soledad, juicio y temor que han
estado en mi interior
buscando la manera de alejarme de Dios y de la vida abundante
que Tú me has prometido.
Declaro que soy hijo de Dios, soy linaje escogido y Dios es mi
padre perfecto quien suple toda necesidad emocional en mi vida
con su amor y perdón eterno. Te doy gracias Señor, amén”.
13