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lntroducción
será do- resulta difícil y quizás también arbitrario üazar una concepción
de análisis aquí adoptada
Por este motivo la perspectiva gramscia- gramsciana del derecho, también porque estas notaciones, una vez
el interior del pensamiento
ble, desde el exterior rJtt¿t superada la criba de la relevancia temática, suelen tener un pro-
tog"'];;t;; determinar cuánto de "teoría'
no. En primer pósito estrictamen¡s
"prácticor: observaciones sociológico-expe-
F;d.'.,';{r""j-.Lr3{3;j#.:f
losofía contemporao
:,1'f i;li:3llili"l:l'i; rienciales; consideraciones de carácter histórico-concreto; consejos;
clirectrices de acción política...¡
se ocuPa del de:,..há
.r, general y no se
l"J",l"¿. qo" G""t"i Desde cierto punto de vista, una aproxim ación alderecho como
de una rama partic:]":.0:l"T:*"
detiene sobre especrficidades poslclon es ln de Gramsci es del todo comprensible. Así como para un acadé-
este punto de vista' su
positivo-. Como se verá' desde rnico sería imprudente transitar inmediatamente del nivel de las
y las razones de esta originalidad -y
decididamente vanguardista en realidad propias reflexiones teóricas a la dimensión práctica, sería igual-
se hace interna- residen
de este modo la perspectiva mente poco generoso pretender de una persona que ha adquirido
que Gramsci atribuye al derecho'
en la relevar.i, forár*ental un compromiso y no jurídico- la misma vocación de
adentrarse en sos rcchnicak-^ -político
Gramsci no
"t io'i't;;^;;;;nde ñue
«superest*lctura,) que elnridad, organicidad y perspicacia que se espera del primero.
A derecho como una
#ü;;J.r" «estructura» y que it'"t1tii:T:t":;:
Y sin embargo, es en esta brecha donde reside la ventaja.
condiciona mucho la Adem Irrecisamentela falta de empeño teórico, precisamente la ausencia
tas relaciones de poder.
;:,:,'.',::.ffi;;;;iil."lquella-
de
osociedad t:*'*l:,?::il;
de un anhelo por definir eso de lo que se está hablando, permite a
elderecho ., fo"io'"la política Cramsci mayor desenvoltura al expresarse, ser más .,franco», por
larso prazo de la batarla
::::[:]H;;;ü;;' " Jt"tho' según Gramsci' ofrece decirlo así, al ffatat sobre el derecho, demostrando ser no solo
gramsciana ,, l{i*tfi" tr
ntucho más abierto que el marxismo dogmático de la época, sino
"una ^..,or^
contribución indispensable' incluso estar a la vanguardia con respecto al debate jurídico con-
femporáneo. Fl resultado es un abordaie que considera seriamente
el rlerecho sin reducirlo a una tergiversación dáGliotencia de cla-
I. i§, pcro sin caGr támpoco en formallsm¿FAdrodó inúiiles desde
dedicadas e el punto de vista cognoscitivo o, peor aún, puramente ideológicos.
En los cuad,ernos de ra
cárcerson pocas ras notas
Pnra comenzar, tómese el tratamiento que Gramsci reserva a
la ley' A menudo G?*t:1::-::::i:
samente al derecho o a nota' lE¡ constituciones. Estas no son solo los escritos a los que se atri-
la atención de una única
nalmente de temas qot tupt"' buye dicho nombre: de hecho, la mayoúa de las veces estos textos
toutdo se ocupa
sucede igualmente 9t:ot?t T:.f:::t::: :on solo neducativos" e nideológicosr, en cuanto .,la constitu-
il",T: i:J :;ffi; ;;l*, á' á " de rondo': :i:. ::lf :: :'
t"ii: clón "real" se encuentra en otros documentos legislativos, pero
m e¡ o"11*1i
gmento s ¿. o" ::l :X,
fra
"'o "*iáto no
,"r,., los cuales el derecho ciertamente
se quiere comprendei
-:
La consecuencia es que' si T:::: I I)erde cste punto de vista, Gramsci se distingue de forma bastanre nítida con res-
t""tt"'io rebuscar en todas las notactt pc§to al una autora que, a pesar de lo§ en<¡rmes diferencias, tampoco se ocupa pro-
Gramsci por derecho, ferir¡rrrlmente del derechr¡ y cultiva un enfoque npráctico-operaiivo, del
as- -tmá. se
son obviam"""'"*t'os i:1::lT:1,:;r, ::tflT::
(por ei
lr¡ts (lc §imone veil que comperstivsmente posec una concepción más articulada
;ffi:l.,;;."* ilL"u**":l-T:o'
-que ; iurídico tlel rlerecho, llcgando inclu¡o e doteneme ¡ohre nociones jurídicas clásicas como son
etc')' De este m el eleree ho subjetivo ¡ már notorlrnaene, le pcruonu (Weil. r grz).
administración' constitución'
;i;;l;;;utrado,
ri$¡É**n,,
ro6 EL DERECHO EN GRAMSCI
GIOVANN¡ BISOGNt 1o7
que' la oponderación
.l ,rro*.nto político-militar, (Qr+, §rr).0 Podría decirse que Que es de intere-ses,. v i
",
p a. a_9e![$Lla-cor' **1Ói: *-ilTlff*:##;;;;:
incide con el documento un derecho constitucional que se mantiene firme al.orrrid.ra,
cjemplo, al "legislador» como «aqueilas personas que
oo, f
pasajes citados objetivo es impedir que los jueces concedan un espacio al derecho
actividad gratificante" (Q8, §62 para todos los
que no provenga del Estado.,.
anteriormente).
Gramsci demues- Esta es una manifestación posterior de la originalidad iusteórica
Pero los pasajes de los Cwadernos en los que
de Gramsci con esto yamos al segundo paso-: el antiestata-
ffa un ,orprer,derrte dominio teórico del derecho
-sorprendente -y
lismo. En un periodo en que la idea de que el Estado era el único
dadasuformaciónintelectualylascondicionesenlasqueescri-
sujeto productor del derecho era moneda corriente, tanto dentro
be- son dos.
o derecho como fuera de la ciencia jurídica,llaman la atención afirmaciones
El primero es una nota titulad¿ o¿Derecho romano
densa' Lo que como aquella según la cual oel mismo derecho natural, si bien ha
bizantino?, (Q6, §6¡), Ia cual es breve pero muy
y la competen- decaído para las clases cultas, está protegido por la religión católi-
llama la atención en ella no es únicamente el interés
del derecho,: ca y está vivo en el pueblo, más de lo que se cree» (Qr+, §ar XII).
cia que Gramsci demuestra con fespecto a la historia
experiencias Repárese en esto: Gramsci no tiene pudor en utilizar una fórmula
sino sobre todo el uso teórico que hace de estas dos
del pasado y que resulta funcional patu capter
la doble nattsraleza -la de "derecho natural»- que,lejos de representar una ideología
destinada a romper con la cientificidad y objetividad del derecho
y trascendente- del derecho' El «"derecho" roma-
-inmanente derecho": más positivo esraral, sinplg4eq1-e ludica que el derecho-es--urr4 pl4g!¡9?
no» se entiende como un ,,método de creación de
gestión de |a socie' clemasiadocomple jayestratifi cadatn**arafo_dsrssr*alrrbutd_a
concretamente se asume como una técnica de
dad predefinida ex ante -se podría dggi¡
«procedimental"- exclüffitaI.,, Las referencias gramscia-
,d&
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GIOVANNI B|SOGNl r:.1
d
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po social atrasadoo (Qrr, §r), que necesita una reglamentación recho una torsión tal que le hace digno de consideración incluso
bien, para Gramsci no solo es completamente erróneo callfrcar e tle rech-c Jq nosgiqgsgfSrrtént4[p_de verticalidad ¡le la o natural,
y
¿¡¡e¡t, ;lm§¡§a**,
GIOVANNI B|SOGNt 11S
flA EL DERECHO EN GRAMSCI
,,:¡iift¡k,
116 EL DERECHO EN GRAMSCI GIOVANNI BISOGNI rt7
Hay de hecho una suposición que Gramsci comparte con !! Ilopjgfutpr{e-q,qfu9qión, sino un código de conducta
ell_g_s_ggl]
Benedetto Croce: «flo s€ le puede quitar la religión al hombre del derivado de la esencia libre_e igual de cada ser humano y ,^p,u
pueblo sin reemplazarla inmediatamente con algo que satisfaga las lar§o plázo lJéii*iru, cualquier dominación del hombre sobre el^
mismas necesidades por las que se formó la religión y que aún per- hombre;¿La-flunó-ión ma"i-a del derecho es esra: asumir que to-
manecen» (QZ, §r).Para Gramsci,la Revolución francesa habría dos los ciudadanos deben aceptar libremente el conformismo que
tenido éxito precisamente en esto: en satisfacer esas exigencias no marca la le¡ ya que todos pueden convertirse en elementos de la
en nombre de una nueva ureligión,, sino a través de un coniunto clase dominante; en el derecho moderno está implícita la utopía
de principios que han permitido emanciparse de la tianía de las democrática del siglo xvrr» (Q6, §98, cursivas mías).
religiones y que han gafafltizado *al menos abstractamente- el La "sociedad regulada, representa, entonces, precisamente la
derecho a que ningún ser humano se someta más que por voluntad realización de esta ,.utopía democrárica,>. La utopía de la igual-
propia y reconozca su igualdad esencial con los demás seres hu- dad desplegada plenamente; la utopía de una sociedad en la que
manos. Desde este punto de vista, para Gramsci, es perfectámente el nconformismo marcado por el derecho, hafuállegado ar punto
comprensible que los católicos hayan visto la Revolución francesa cn el que cada individuo será tan disciplinado como para gober-
como una «nueva herejíar, es decir, como «una escisión en la mis- nrtrse a sí mismo. Pero, al mismo tiempo, una sociedad que no es
ma mentalidad fundamental y en la concepción del mundo y de la t¡rn utópica como para llevar a la disolución de la distinción ngo-
vida, (Q27, §¿)." La «novedad' de esta concepción del mundo hernante-gobernador; una sociedad en la que esta distinción, al
radica en el hecho de que, contrariamente a lo que sucedió en el i¡¡ual que las reglas y la heteronomía, servir á todavía, pero se ha-
antiguo régimen, la clase dominante burguesía- no se opo' hrá convertido en uuna creación de la división del trabajo,
[...] un
-la hccho técnico" (ers, s+).
ne formalrnente a las clases subordinadas: de hecho, es hostil a la
oconcepción de casta cerrada, y se interpreta como nun organismo Iin una sociedad así,ya no tendrá sentido distinguir entre «so-
en constante movimientq capaz de absorber a toda la socieda cieclad civil" y usociedad política,. Gramsci conoce el criterio
asimilándola a su nivel cultural y económi66». Esta "filosofía sor elistintivo comúnmente aceptado primera, el terreno de la
-la
.libertadr; la segunda, sede de la ,.autorid¿dr,
si¿l», para Gramsci, tiene un enorme impacto desde el punto de la onecesidadu,
vista jurídico e institucional porque trae consigo una "voluntad tepresentada por la ley estatal formal- pero, precisamente como
conformismo (por lo tanto, ética del derecho y del Estado)" (Q huen realista, no le hace caso. Esta distinción es ometódica» y no
§z para todos los pasajes antes citados). Más precisamente, "org¿ínica, (Q+, §a8) o, más biep, representa solo una forma de
Revolución francesa marca una clara discontinuidad con distribuir las funciones en las q,r.,i" dominación que ejerce la clase
al pasado porque, al prometer la liberación de la heteronomía y donrinante se expresa so subordinadas y subalternds
funcirin de -lá
consideración igual de la propia individualidad, pretende.qAgli n que compete a la sociedad civil y la de
la fisonomía del derecho: ya qo es uly-ínculo gr!g-Ll--o- -4"qs-!r
rrlominio directo,,, (erz, §r), propia de la sociedad política_.,.
.,¿&*
GIOVANNI BISOGNI r.1g
u8 EL DERECHO EN GRAMSCI
noeselegidoporcasualidad,comosevetá*solodelibertad,en
listado ético, tendente a poner fin a las divisiones internas de domi-
el que ya no hatán falta ni la una ni la otra función'
institu- ttados, etc. y a crear un organismo social unitario técnico-moral,
Bn i" ,ociedad regulada, en cambio, ya no existirá esa
el (Q8, §rZg para todos los pasajes citados anteriormente).
ción que eierce principalmente la función hegemónica' es decir'
Lo que es fundamental subrayar es que este «organismo social
p"rtiÁ. Como es sabido, en el Estado el partido opera como "la
país"' como rrnitario" ya no podrá ser llamado jurídico porque habrá logrado
fuerzacoercitiva y punitiva de la regulación legal de un
1o que en el nconformismo marcado por la ley", pero no estará en absoluto
la .,adhesión espontánea de una élite a dicha regulación":
ose ha convertido ya desprouisto de reglas: una sociedad, precisamente, «rsgulada,r.La
el primero es una onecesidad' en el partido
que la homogeneización social y económica, el fin de la división en clases
en libertad, (QZ, §go), y esto en virtud de la autodisciplina
En la so- rrrciales, no conduce, para Gramsci, a la oan-arquíar, a la ausencia
organizaciln puede y debe dar a los propios miembros'
exclusiva del tle cualquier institución de gobierno, porque principal elemento
ci.¿u¿ regulada, en cambio, esta característica no será "el
s€ corl'
partido ya que «en esta sociedad el partido dominante flo
cs que existen efectivamente gobernados y gobernantes, dirigentes
de y dirigidos. Toda la ciencia y el arte político se basan en esre he-
funde orgánicamente con el gobierno, sino que es un instrumento
ya cho primordial e irreductible (bajo ciertas condiciones generales),
transición de la sociedad político-civil a la "sociedad regulada" ,
(no para perpr ((J r S,§+).No cabe duda de que en este orden futuro el nreglamen-
que absorbe ambas en sí mismo para superarlas
modo, en la soci to» no tiene un carácter trascendente, sino inmanente, nno debe ser
su contradicción)» (Q6, §6S)."' Dicho de otro
de tipo bizantino-napoleónico, es decir, según un código concebido
regulada, según Gramsci,la oadhesión espontánea» no
será exc
si como perpetuo, sino romano-anglosajón, esto es, cuya caracterís-
siva de las franias más avanzadas del grupo social dominante'
la socied ticn esencial consiste en el método, realista, siempre adherido a la
que se convertirá en una práctica generalizada en toda
represen vicla concreta en perpetuo desarrollo" (Q6, §84). Pero, al mismo
haciendo superflua la coacción iurídica que externamente
tietupo, no se basa sn l¿ «pura utopía» o (<en el supuesto de que
razónsuficiente a favor la conformidad con las reglas'
Es er
ta una
que la fórm torlos los hombres son realmente iguales y, por tanto, igualmente
este sentido (y paruGramsci solo en este), entonces,
rcz«lnables y morales, es decir, capaces de aceptar la ley de forma
del ..Estado ético, puede adoptarse razonablemente'
e¡pontánea,libre y sin coacción" (Q6, § aS).* En la usociedad re-
En su opinión, ,,lo más sensato y concreto que se puede
esta locución es solo que «una de sus funciones
más i
sobre,
portantes es elevar a la gran masa de la población a un cierto
I listc es un pasaie (ius)filosóficamente significativo para comprender la perspectiva
hegemónica' riltirna de Gramsci. En esta perspectiva no hay nada milenarista: Gramsci no prac-
vel cultural y moral,. Esta función, marcadamente tieit una antropología optimista que permita excluir cualquier forma de autoridad
el cual
puede rastrear perfectamente en el Estado decimonónico' o ¡¡obierno (entendido en sentido lato); tampoco profesa una antropología pesi-
Ittistir, que haga necesario siempre y en todo caso un poder que mantenga unido
pretendido siempre un aburguesamiento de toda la sociedad' al cuerpo social y que empuje de forma amenazante a respetár las teglas de este
.-brrgo, tomada en serio o llevada a su pleno despliegue' con r'ttcrpo. He aquí por qué, para Gramsci, la usociedad regulada" zo es el ugobi-
que pone el nnro de las leyes, en su forma pura o sin ninguna mediación humana, Así pues,
ce a lalrtinción del Estado Y "solo el grupo social pl ngobierno de las leyes, entendido en este sentido represenra precisamenre esa
del Estado y de sí mismo como un fin por alcanzat,puede crear rtri¡tificacií¡n burguesa contra la que siempre ha luchado el marxismo: siempre ha
eri¡ticL¡ la necesidad de una cierta dosis de ogobierno de los hombres» que
-eso go-
la hulguesla riempre hiquericftr «rcultar- ¡ cs más, si se es realista, cualquier
t7 Tartoes así que Gramsci- enuna sociedad así será posible'lo que
-' -prosigue
l.rt.r.trr"s de gobierno antiliberales, o oel concepto hlrrno es siempro de kre h«\tbrca,también en la nst¡ciedad regulada,, Sin embargo,
propio aÉ lffi
""rri¿.r" el .Hohicrnr¡ de hombre¡' do e¡tp úrltinrrr serd nruy diferente de los anreriores
periódico estatal,. \oeio
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