Está en la página 1de 10

EL derecho en Gramsci: entre

«estructu perestructu ra»


ra>>, «5u
y «sociedad reguLada,
Giovanni Bisogni

lntroducción

Al contrario del marxista típico de la época (y que admi-


-hay
tirlo- también de los años venideros), Gramsci no desestima el
rlcrecho en absoluto.' Ciertamente no se trata de un interés teóri-
co. Gramsci no está motivado por el interés científico, sino que se
n('r,rpa del derecho en cuanto dicho conocimiento tiene un valor
rnstrumental al servicio de una práctica política emancipadora y
t'rvolucionaria.'Sin embargo, es esta instrumentalidad la que hace
r¡rrc lo que escribe Gramsci sobre el derecho resulte extremada-
nl('nte interesante, pues nos ofrece una visión que es mucho más
lrnrctrante en tanto que orientada ala acción, casi como la pers-
Fcr:tiva de un «practicante" del derecho, quien, precisamente en
tu¡lnto tal, está en mejores condiciones de comprender cuándo la
tt'oría (en este caso, del derecho) realmente importa.

Srrhrc Cramsci y el derecho v. al menos Cristofolini, r976;Benney, r983; Bobbio,


ruuo; I.ytowitz, zooo; Filippini, zoogi Rescigno, zor4; De Fiores, zorT; Gazzolo,
l.orll; Preterossi, zor8. Advertencia: en todas las citas de Cwadernos de la cárcel
(t'rr lrr cdiciín de Valentino Gerratana: Gramsci, r975) se indicará e[ número del
.nrr(lcnro (Q) y de la nota (§).
lrs l¡unos!1, en este sentidr¡, ln opinirirr cx¡rresitclir por Togliatti en la primera confe-
rrrrti¡rst¡hre Cr¿rrnsci clc rgtll¡ *Arrtorrio(irnrrrsci fircuntcírricodelapolítica,pero
¡ulrlc torkr urr ¡rolítico ¡rrrietico, er tlecil', rlt cornhrrtirntc (...) Tircla la r¡bra escrita de
( ilrrrrr¡e i tleberírr ser trurnelo patrleutlr¡ rle erte «rrr¡irlerrrr,:ión, ('lir¡lliatti, zoor: z rj).
GIOVANNI BISOGNl 1o5
EL DERE,CHO EN GRAMSCI

será do- resulta difícil y quizás también arbitrario üazar una concepción
de análisis aquí adoptada
Por este motivo la perspectiva gramscia- gramsciana del derecho, también porque estas notaciones, una vez
el interior del pensamiento
ble, desde el exterior rJtt¿t superada la criba de la relevancia temática, suelen tener un pro-
tog"'];;t;; determinar cuánto de "teoría'
no. En primer pósito estrictamen¡s
"prácticor: observaciones sociológico-expe-
F;d.'.,';{r""j-.Lr3{3;j#.:f
losofía contemporao
:,1'f i;li:3llili"l:l'i; rienciales; consideraciones de carácter histórico-concreto; consejos;
clirectrices de acción política...¡
se ocuPa del de:,..há
.r, general y no se
l"J",l"¿. qo" G""t"i Desde cierto punto de vista, una aproxim ación alderecho como
de una rama partic:]":.0:l"T:*"
detiene sobre especrficidades poslclon es ln de Gramsci es del todo comprensible. Así como para un acadé-
este punto de vista' su
positivo-. Como se verá' desde rnico sería imprudente transitar inmediatamente del nivel de las
y las razones de esta originalidad -y
decididamente vanguardista en realidad propias reflexiones teóricas a la dimensión práctica, sería igual-
se hace interna- residen
de este modo la perspectiva mente poco generoso pretender de una persona que ha adquirido
que Gramsci atribuye al derecho'
en la relevar.i, forár*ental un compromiso y no jurídico- la misma vocación de
adentrarse en sos rcchnicak-^ -político
Gramsci no
"t io'i't;;^;;;;nde ñue
«superest*lctura,) que elnridad, organicidad y perspicacia que se espera del primero.
A derecho como una
#ü;;J.r" «estructura» y que it'"t1tii:T:t":;:
Y sin embargo, es en esta brecha donde reside la ventaja.
condiciona mucho la Adem Irrecisamentela falta de empeño teórico, precisamente la ausencia
tas relaciones de poder.
;:,:,'.',::.ffi;;;;iil."lquella-
de
osociedad t:*'*l:,?::il;
de un anhelo por definir eso de lo que se está hablando, permite a
elderecho ., fo"io'"la política Cramsci mayor desenvoltura al expresarse, ser más .,franco», por
larso prazo de la batarla
::::[:]H;;;ü;;' " Jt"tho' según Gramsci' ofrece decirlo así, al ffatat sobre el derecho, demostrando ser no solo
gramsciana ,, l{i*tfi" tr
ntucho más abierto que el marxismo dogmático de la época, sino
"una ^..,or^
contribución indispensable' incluso estar a la vanguardia con respecto al debate jurídico con-
femporáneo. Fl resultado es un abordaie que considera seriamente
el rlerecho sin reducirlo a una tergiversación dáGliotencia de cla-
I. i§, pcro sin caGr támpoco en formallsm¿FAdrodó inúiiles desde
dedicadas e el punto de vista cognoscitivo o, peor aún, puramente ideológicos.
En los cuad,ernos de ra
cárcerson pocas ras notas
Pnra comenzar, tómese el tratamiento que Gramsci reserva a
la ley' A menudo G?*t:1::-::::i:
samente al derecho o a nota' lE¡ constituciones. Estas no son solo los escritos a los que se atri-
la atención de una única
nalmente de temas qot tupt"' buye dicho nombre: de hecho, la mayoúa de las veces estos textos
toutdo se ocupa
sucede igualmente 9t:ot?t T:.f:::t::: :on solo neducativos" e nideológicosr, en cuanto .,la constitu-
il",T: i:J :;ffi; ;;l*, á' á " de rondo': :i:. ::lf :: :'
t"ii: clón "real" se encuentra en otros documentos legislativos, pero
m e¡ o"11*1i
gmento s ¿. o" ::l :X,
fra
"'o "*iáto no
,"r,., los cuales el derecho ciertamente
se quiere comprendei
-:
La consecuencia es que' si T:::: I I)erde cste punto de vista, Gramsci se distingue de forma bastanre nítida con res-
t""tt"'io rebuscar en todas las notactt pc§to al una autora que, a pesar de lo§ en<¡rmes diferencias, tampoco se ocupa pro-
Gramsci por derecho, ferir¡rrrlmente del derechr¡ y cultiva un enfoque npráctico-operaiivo, del
as- -tmá. se
son obviam"""'"*t'os i:1::lT:1,:;r, ::tflT::
(por ei
lr¡ts (lc §imone veil que comperstivsmente posec una concepción más articulada

;ffi:l.,;;."* ilL"u**":l-T:o'
-que ; iurídico tlel rlerecho, llcgando inclu¡o e doteneme ¡ohre nociones jurídicas clásicas como son
etc')' De este m el eleree ho subjetivo ¡ már notorlrnaene, le pcruonu (Weil. r grz).
administración' constitución'
;i;;l;;;utrado,
ri$¡É**n,,
ro6 EL DERECHO EN GRAMSCI
GIOVANN¡ BISOGNt 1o7

de las fuerzas sociales «prÍncipe» que es el partido político. Esre último


muy especialmente en la relación efectiva desempeña la
ufunción hegemónica»r
I

que' la oponderación
.l ,rro*.nto político-militar, (Qr+, §rr).0 Podría decirse que Que es de intere-ses,. v i

",
p a. a_9e![$Lla-cor' **1Ói: *-ilTlff*:##;;;;:
incide con el documento un derecho constitucional que se mantiene firme al.orrrid.ra,
cjemplo, al "legislador» como «aqueilas personas que
oo, f

Iükil;-b;e observación particularmente adecuadá esrán facul-


-*na de la época' en el que el «Estatuto tadas por las leyes para legislar» y que, obviamente,
no es capaz ll
il

;;áamA;;iurídico italiano dc captar 16


Albertino,era$fLaconstitucióndelasllamadasflexibles¡cierta- "político» que esrá en acro más aráde la propia regis- ll
del Reino (y menos tras lirción? (Qr+, §r3 para todos los pasajes anteriormente
mente, no era la única ley constitucional citadoll. ll
por el fascismo)-' Pero' en Es precisamente una perspectiva como esta, tan
todas las distorsiones introducidas sensible para ll
cilptar el funcionamienro del derecho como y como este
segundo lugar, la constitución no es tan
solo un conjunto de ¡ror- es real_ ll
gtt teórico y nrente, [o que conduc-e, rste,,l§ci a_Op ver el derecho
!qa§:5!§ [qtrg, c:"@ot.g-qgq simplemente ll
no pretende t r.., t"oriu ¿t tu to
éiia detpo¡ado de todos colno una máquina sancionadora, destinada solo a ..pri*i,
y cas-
esos impedimentos dogmáticos
que impiden captil la nmateriali- tiear@_.u-quqse"e19g;rr"J;J,.; ll
ll
esta consideración .,1',ui-és,"sld*i6l9l llrybiéqcrl",p.ióiriu_.¡áü;r*t.;;
d¿d» de una constitotió"'t Y es precisamente ll
antiformalista' la que permite tildar
de lirnirara a fotografrar lo existente, se igno¡4ría incluso
"la historia il
le
iurídica, que es a la vez
«tradicional, el derecho constitucional de la época'
puesto que ra=gu;hor*. hr r.ou.rr¿o[ü il
det-ags3¡r-ellode-l dcrseho,
1en]

es completamente incapazde captar


la especificidad de ese nue Irrcha para afirmarse, que rearidagÉuE!4u.-!tr para
e-n la.r.*io"a ll
/[J.WQ6, sg8). Inclusoi-l&;ito ¡."rf, €S' :l
flecrr' lncluso er derecho que, en virtud del predominio
constitucionatt*,9: absoluto de ;I
* una ulterior demostración de la'sagacidad'
#ir:;;;..'ü,t'il"i¿'¡'o;;;;Áen'iu del,art' 48 d:':
9:T:i ls tle,ominada sanción negativa, es más conservador que
't'á" ?:T'5:':.i:"*:
oÍ,Y:1, los demás, ilt
::i:#i:'ffi'ffi ü;'+ d'r ::: ^*:
Presidente
crrrnple una función que podría llamarse npromocionalr,
debido a
p".¿.n ur. lo, p""o' qt" permiten
i".ia" t" :t ilI
lxü:,ffi ffi t" ;i"'*--_--,,iáoi'l"t"i"n'"
rrar-Parrar¡¡er¡ls'^" ;;;,;; ;;;i ]á',' "n o't,::l'*"^':lilt'-:".?-tT",l
¡
p t o:,
l'*':X'l:'
tl alemana'
historia (Qr+' Í:
§¡r)'
qtre el Estado con su derecho «es un instrumento
de aceleración v ilI
etc. ». :
que tanta importancia ha te tnykrrización, opera según un plan, presiona, alienta, urge,
q:i:::',1'^::^s:tl'-t*::t: lx,L?:rti: ilt
5 Es famosa, de hecho, la afi.rmación
*1": E., «rbvio que en el derecho penal esta función ., *.no,
evidente ilI
;J.rd;;";'it qr1. t. ái..' conJtituciones estatales.>
t*"rizada en
' ,:9],1T::tlt:
en virtud de su carácter intrínsecamente «negativo o represivo,,
,"'1,".r"*'""pli"'li'
li.'1"'-i;i"".,ir".', "'"11l:^:]:'i¡f'J,':: (Q8' §r8o)' ilt
ffi:??il:;i";;;;ñ;;¡'iái" "'r
d' u" país v un Estado"
pero precisamente Gramsci observa
eue, «5i no partiftss J. porro, ilI
de Gramsci a Sergio Panunzio (Q'S' §+7 dr vista abstractos, se ve que ,.el derecho penal,, ,. h, .*ilirdo,
6
" En este sentido, es significativa la crítica
óri, §ot II) y a su noción de "función 9: *"bit-'l:J-1\:-9':f::::::::::?:Y,, he rrsumido formas originales y ha sido complementrd,
ilt
}J; H;;;;", titulado La fine del parlamentaristno e l'accentrarnento
la revista
p; ,;; ilt
;;;-r;;;ñtu,
'r7{,"
f,rblicudo en re33 en
":'::;1*' 3:* i1'ji:::l.il
peor que los v iei os : .._-
rilZríá'"'""^^;;il;üt "oápltt'*t"'" f ormalista -« de los partido^s Ilol
stitucionalistas,- a los ¿*'«*-il"'¿os
por la afirmación
ffi;#;,;;;;;;';;'"
'ili*i*ffiffiftit*¡*dü*ktiffi
d"'fío podría superarse con "sa'1t91
:':H:;J "o t"":t9:l-*|l
como rvo
aoela'L§)¡ rur¡ru
adelante'
p'no*io,'o
los a. hipotetizando u"l :".:"t",
al)'en lugar de nrefiri
;;;;;lrr;.t tradicionales (legislativa' eiecutiva v iudici
H:";fi'ffi;*
;;;;;1ü;;"- ""
r,";;,J;iao
"tiri.i.
'n
tuá"'u'*"
histórico-político'' como
política

p,"ot'io, quie" se sitúe en este


es bien
nivel
del q1':l"
l-'::::
sabido' será cost
--'!Xi:i::]::,:
/[
Morati el discípulo a.
;:iffi"H;;ffi".t gt"tt"i"tás paralelas-v elabore esa noción de "constituci
en sentido material, qrr. ,.p,","n'á
el intento
;;#it . ;;;rr..rn i. la ciencia iurídica liberal
p"t-it
(Mortati'
=:
:lÍrso-
r99tt)'
de superar
**frü*r.:il[*ltlrfrl;r;'**}',.ritiÍllilirm
GIOVANNI B|SOGN| 1o9
1o8 EL DERECHO EN GRAMSCI

pasajes citados objetivo es impedir que los jueces concedan un espacio al derecho
actividad gratificante" (Q8, §62 para todos los
que no provenga del Estado.,.
anteriormente).
Gramsci demues- Esta es una manifestación posterior de la originalidad iusteórica
Pero los pasajes de los Cwadernos en los que
de Gramsci con esto yamos al segundo paso-: el antiestata-
ffa un ,orprer,derrte dominio teórico del derecho
-sorprendente -y
lismo. En un periodo en que la idea de que el Estado era el único
dadasuformaciónintelectualylascondicionesenlasqueescri-
sujeto productor del derecho era moneda corriente, tanto dentro
be- son dos.
o derecho como fuera de la ciencia jurídica,llaman la atención afirmaciones
El primero es una nota titulad¿ o¿Derecho romano
densa' Lo que como aquella según la cual oel mismo derecho natural, si bien ha
bizantino?, (Q6, §6¡), Ia cual es breve pero muy
y la competen- decaído para las clases cultas, está protegido por la religión católi-
llama la atención en ella no es únicamente el interés
del derecho,: ca y está vivo en el pueblo, más de lo que se cree» (Qr+, §ar XII).
cia que Gramsci demuestra con fespecto a la historia
experiencias Repárese en esto: Gramsci no tiene pudor en utilizar una fórmula
sino sobre todo el uso teórico que hace de estas dos
del pasado y que resulta funcional patu capter
la doble nattsraleza -la de "derecho natural»- que,lejos de representar una ideología
destinada a romper con la cientificidad y objetividad del derecho
y trascendente- del derecho' El «"derecho" roma-
-inmanente derecho": más positivo esraral, sinplg4eq1-e ludica que el derecho-es--urr4 pl4g!¡9?
no» se entiende como un ,,método de creación de
gestión de |a socie' clemasiadocomple jayestratifi cadatn**arafo_dsrssr*alrrbutd_a
concretamente se asume como una técnica de
dad predefinida ex ante -se podría dggi¡
«procedimental"- exclüffitaI.,, Las referencias gramscia-

que sobre todo se produce "desde abaio' y por tanto


inmanente nt" denen nada que ver con la
!
radicional contraposición entre iusnaturalismo e iuspositivismo
política conquiste en todo caso, demuestra que 96¡969-.12 Es más, Gramsci
considera muy útil para que una vanguardia -QU€,
sitúa' en c está interesado por el iusnaturalismo como concepción filosófica del
coniunto de la sociedad-. En el lado opuesto se
decididamen de recho, puesto que es una manifestación de uexigencias reales en
bio, el nderecho bizantino', este tiene un carácter
trascendente, es uverticalidad', "ley' 5i se
quiere
-unbien"códi
presta a u,
osificado y permanente»- y, en cuanto tal, se
ro Y de hecho, puede ser interesante señalar cómo, para Gramsci, el poder iudicial es
aplicación que tiende a ser uniforme y que se dirige a preservar runa institución con la más difícil
"hsgsrnonizaciónr, como si fuera naturalmente
rn¿is sensible a las instancias de abajo que a los inputs de arriba (Q6, §8r).
,i^tur^lrr^estática del orden social y económico' No es
casuali
adoptada 1 t r Ofr, Q6, §84, donde Gramsci afirma muy explícitamente que nla actividad general
que, para Gramsci, esta tipologiaiuúdica haya sido rlcl derecho [...] es más amplia que [a actividad puramenre estatal y gubernativa e
orden jurídi
la buiguesia para imponer su propia concepción del incluye también la actividad directiva de la sociedad civil en aquellas áreas que los
oconstitucionalismo» rxpertos en derecho llaman de indiferencia jurídica, es decir, en la moral y en las
un marco «permanen¡s' (que consiste en el tostumbres en general".
ufunción l-ri5¡[116¿» y cu
dentro del cual es posible desarrollar su l¿ (lfr. st>bre todo Qz7, §2, donde Gramsci demuestra que no está interesado en
ltitt¡¡rrn<l de los dos cuando especifica que contrá el iusnaturalismo .se desata la
p.lérnica "aparente" de quienes ejercen actualmente la ciencia del derecho que, al no
dirtirrguir entre el contenido real del nderecho natural» (reivindicación conc¡eta de
desarrolla un esbozo de historia ccráctcr político-económico-oociol) y la forma de las teorizaciones y justificaciones
9 A1 respecto véase Q3, §87, donde Gramscí nrentrrlcs que proporcione cl derecho nstural sobre el contenido real, son así más
del derecho Francesco Brandilt
-l,,due a. r","?t"i() del
derecho tomado historiador
tcrlticos y andhistóricoe quo lor teórieor del tJerecho narural, es decir, están tan cie-
d¡r¡tt¡, e il loro odierno insegnamento in ltalia' este
apareció
;;i;;;
r928. O véase Q5 §r23, para ciertas.referencia-s.a.t: t:"fl.l-9,P:t:Ibii::" tl Bo¡ c()mo el conservadurl¡mo mÚ¡ emrechr¡ (que r*e refiere también a cosas pasadas
cius'' c "hi¡tóricumentc" rupcradu y d:rprehrdEr),,
;álr;.;r arr co-á Ó¡,-Si+, dedicado a la aparición del término latin¡r

,d&
1IO EL DERECHO EN GRAMSCI
GIOVANNI B|SOGNl r:.1

la forma dogmáticay sistemática de la llamada ciencia


del derecho" §rz). Y esto se aplica sobre todo al derecho que, hasta entonces,
hay la ortodoxia marxista tendía a rclegar, precisamente, al lugar de
(QzZr§z). Son estas uexigencias reales' las que, para Gramsci'
captar el sig- un «i¡¡s¡¡¡*ento técnico», carente de una incidencia efectiva en la
que tener en cuenta." En otras palabras, si se quiere
conformación de la «estructurar. y en cambio, udebido al hecho
,ifi.rdo que atribuye al adietivo «natural», hay que contrastarlo
ser arti- de que se opera esencialmente sobre las fuerzas económicas, que
no con opositivo, sino con "artificial'' El derecho puede
como se reorganiza y desarrolla el aparato de producción económica y
ficial y muy a menudo lo es en la medida en que se adopta
el derecho que la estructura se innova, no debe extraerse la consecuencia de
instrumento de opresión de una clase social; dicho esto,
elbrazo armado que los hechos de la superestructura se abandonan a sí mismos, a
no puede interpretarse siempre simplemente como
del mundo' su desarrollo espontáneo, a una germinación casual y esporádica,
de ,rrra burguesía que debe imponer su propia visión
(Q8, §62). Es más, en ciertos aspectos, bien puede decirse que sin
sinoquetambiéntienesupropia..naturalidad».Estonosignifica
que trascienden derecho no hay economía, sin la ,.superestructura» no puede darse
en absoluto creer en presuntas verdades obietivas
la «estructu¡¿» qu€ es la economía de mercado, ya
lahistoria,sinoevidenciarquetodasociedad,independientemen- eue «ta¡¡[¡6r a1
normatividad liberalismo debe ser introducido por le¡ es decir, a través de la in-
te de las divisiones políticas y sociales, expresa una
sobre tervención del poder político: es un hecho de voluntad, no la expre-
propia consistente en «ese coniunto de opiniones y creencias
sión espontáneay automática del hecho económico, (e+,
io,;propios" derechos que circulan ininterrumpidamente entre las s¡g).,0
Por tanto demuestra el paso al que se acaba de aludir-
*"rm populares, que se renuevan constántemente baio la presión -como
es posible hacer un uso ideológico del derecho con el fin de estable-
de las condiciones reales de vida y la confrontación
espontánea
(Qzz, cer un orden político con características específicas y un contenido
entre la forma de ser de diferentes clases' §z)'

§srr.k ¡ eñs.J<,.5<r 'r\(


cleterminado. sin embargo, sería un grave error reducir el derecho
Dr¡'¿Ñ C¡""¡t".1
XÑ;ÁL Gc$*'(^\' )}'' ,.*."x.»uü ITfi*
it la fórmula de la oley del más fuerte». seguramente este tiene una
cara represiva que solo apunta a obtener compulsivamente lo que
II.
tto puede tener naturalmente. Incluso cuando recibe obediencia
espe- espontánea, a menudo los contenidos de los que está dotado el de-
Esta consideración del derecho, que es tan respetuosa
de la re' rccho no pretenden ser universalmente inclusivos de hecho, soro
cificidad, no sorprende en absoluto, puesto que se deriva 5
«superestructural' rirven para ejercer la nhegemonía, sobre las clases subalternas.,¡
visión total de la relación entre «estructura» y
para G l)icho esto, sería un exceso identificar el derecho ,o¿¿, cozr, colL
llevada a cabo por Gramsci. Son cosas conocidas:
de estructura el derecho burgués: más allá de su uso mente ideolósico. el
..es necesari o ñiar bien el significado del concepto
técnico"
superestructura, así como el significado de "instrumento
(Qr4
etl. so pena de caer en confusiones desastrosas y risibles' r4 cfr. también Qro, §zo, donde afirma que oal identificar al Estado con un grupo
social, la intervención estatal no solo se da en la forma mencionada por Einaidl, o
cn el modo querido por spirito, sino que es una condición previa de ioda actividad
oconómica colectiva, es un elemento del mercado determinado, si no es incluso el
r3Estopermitedistinguirmuynítidamentee[antiestatalismogramscianodelanti ¡rropio mercado determinado,,
que, si-bien apunta desde
tatalismo de un jurista coÁo Santi Romano (zor8)
a demostrar, como Gramsci que ubi s.ocietas ibi ius' l r nEl derecho no expreis el coniunto cle l+r sociedad (para lo cual los violadores de
;;;;i;];t**ionalidad ' lrr ley serían sercs anti¡oel¡lel por naturalezs, r» discrrpacitados psíquicos), sino a la
;;;;g; il;;na visión d,ela socieías hasta tal punto estilizad"-I lT:fi:i1i" cluse dominante, que'lmpoEe! l
tsd¡ la ¡,cieelsrl oquelras r.gi"r á. .uráu.t. qr"
;;;;".t"; uexigencias reales', esa dinámica sociopolítica que le preocupa
larmente a Gramsci,
c¡trln mrft¡ ligadar e ¡u nlón de ml y I rg de¡crrollo, (e6, $ptr),

d
LL2 EL DERECHO EN GRAMSCI GIOVANNI B|SOGN| 113

vida estatal, en las que la iniciativa de los individuos y grupos es


esa disciplinu qrr. .-, .riñ.iuffir,i"T t-rn1 *'ruma e$iy.ctqra de
"estatal", aunque no se deba al "gobierno de funcionarios', (ha-
'-AA-. -§p-E*ialy.-que puede calificarse
como un ciendo que la vida estatal sea "espontánea")r, (Q8, sr3o)
-una
- -^t^ ^.-^- u forma estatal de vida estatal, que, por lo tanto, parece prescindir
ñ-metimiento y una imposición nextrínseca y externa» solo cuan-
por del Estado y del derecho-.
do no tenga un origen democrático, solo "cuando es ejercida
Esta mención a una forma de convivencia asociada en la que
un grupo sobre otro» (Qr+, §48)"u
l«rs funcionarios y las instituciones están destinados a desaparecer
Es más, para Gramsci, a veces una sumisión y una imposiciÓn
«externa y extrínseca>)' una udisciplina coercitiva externa» (Q'r, ¡rermite también poner de manifiesto otra razón por la que el de-
precisamente en senti' recho tiene importancia para Gramsci, una razón que tiene que
§r), pueden llegar a ser incluso esenciales
do democrático. Esto sucede cuando nos enfrentamos a u¡
«$fu- ver con el surgimiento de la modernidad, la cual ha impreso al de-

po social atrasadoo (Qrr, §r), que necesita una reglamentación recho una torsión tal que le hace digno de consideración incluso

funcional, no para su reducción a la esclavitud, sino para la con- allá de su forma.


rnás

secución de un grado de desarrollo moral adecuado para tomar


A partir de la Revolución Francesa en adelante, de hecho, el
conciencia de su subordinación y educar pa/¿la libertad' En este rlcrecho no solo ha cambiado su propio contenido, del modo en
r¡ue siempre ha sucedido históricamente en siglos anteriores.§e ha
sentido, también puede ser apropiado <<un período de estatolatría" r
que, para Gramsci, consiste en «una actitud determinada hacia
el ode
el len- dr¡ elsurginriento de-l+<<tarea «lusatlya-y formativa del Estado,
';gobi.rrro de los funcionarios" o la sociedad política, que en
guaje corriente es la forma de vida estatal a la que se da el nombre que
!-ig,qP§ t§gg-!" lulidad-dq*crea¡-nu-Ellq"§ -r"meiorcsdpos-de
áe Estado y que vulgarmente se entiende como todo el Estador, civiliz,,?ción, de adecuar_l_a-:1siy_üzac_ién"y_la
moralidad dp s la
vnstas masas populares a las neeesidades del deseruolle eontinrrg
Esta ,.actitud» en algunos contextos se convierte en una especie
elel aparato económico de producción, fQr3, §rZ).'z Libertad e
de .,escuela, que sirve para crear esa parte del Estado que no
representada por funcionarios con poder coercitivo formal' igual
que Gramsci llama "sociedad civil' y que no es otra cosa que e cinr¡ qle también inciden produc-endqdo-s
efectos. El primero consiste en la atenuación de su carácter trascen-
mismo gfupo social que ha alcanzado la nvida estatal autónoma)
(Q8, Sr3o para todos los pasajes citados anteriormente)' Aho de nte y en la aspiración a su total inmanentización: en resumen, el

bien, para Gramsci no solo es completamente erróneo callfrcar e tle rech-c Jq nosgiqgsgfSrrtént4[p_de verticalidad ¡le la o natural,
y

,.disciplina coercitiva extefna» como una compresión injusti ue debe conformarse


que t eu adelante
da e intolerable de [a libertad, <<ct rneflos qile uno piense debe
coerción estatal es esclauitul» (Qrr, §r, cursiva mía); esa mi
oestatolatría», una vez cumplida su misión, "debe ser critica
precisamente para que se desarrolle y produzca nuevas formas
I z lin lrr misma nota, Gramsci reitera una vez más su antifo¡malismo y su antiestatalis-
rrr., irrvitándonos a considerar nincluso aquellas actividades que hoy se encuadran
colección de err lrr fórmula del "indifcrente jurlclico" y que son el dominio de la sociedad civil que
r 6 En otras palabras, y tomando prestado el título de una famosa
Gramsci reconoce la r)Fer¡l sin "sanciones" ni "ohligucir»ren" impcrativas, y que no ejercen por mucho
J. Norb..to sobfio, De la esiructwra a la función,
verá' le interesa más rient¡r. unu prcsi(rn colectiva y ohticnen resultndos objetivos de elaboración en las
dad del derecho en tanto que «estructura>>, aunque' como se
corfumhrcs, en ls¡ t'orm*¡ de penrer y opersrr cn lu rnoral, etc.r.
.función, del derecho (moderno).

¿¡¡e¡t, ;lm§¡§a**,
GIOVANNI B|SOGNt 11S
flA EL DERECHO EN GRAMSCI

proceso Véase que esto no significa en absoluro que la libertad y la igual_


entre semej antes. El segundo .fq:ig:Ig!Bj49e -este- .de
interior que' Iel os dad sean principios políticamente neutrales, que posturen un único
inmanentiza.i¿t pqtqgg$gt ul{'.tlplinamiento
utipo de civilización y ciudadanor. Ambos están completamente
#J[r.,*.1fi" d.l d;;h;Tcoiiviériáén uno de los instrumen- ¿biertos a interpretaciones ideológicas e instrumentales para la con-
ciridadáno'
tÑmas irn quista y conservación del poder, y esto es lo que sucedió durante el
- éño' Y en Particular el
siglo xx por obra de la burguesía. La diferencia con respecto a la
arr-úa.*e49y!o,.:!g1tr,tgqqiglPg-i:lco"t'"1:4:*:!1!"-1|2 8
historia anterior a la Revolución es que, en virtud de esos principios,
i"t t ilÑümé nto s de o-n ía.;
.."*ft 'd;Añ-o--dg-I;t
p' i p
"l
t D;' eg
17,t
ju- estas luchas se desarrollan ahora sobre el plano de la hegemonía, son
ñ?;;;;;1;.*ñ;lü*-c';aCl-a¿-t¡¡qqmo-1éI.'pióblema ¡¡ nproblema de educación de las masasr, y un problema que siem-
-de-asimilar- a todo un grupo
con la
,;ffi gduclción de
'
pre debe resolverse como una declinación del proyecto ilustrado de
lrqg-gÉ+
rn¡¡¡yelz--ada del grupo¡ es un pleblema d9
exlgenclas- del fin que liberación y equiparación de los seres humanos: «El Estado se con-
las masas, de su "confory?c1É{:.§9gú[ !a9
cibe como un organismo propio de un grupo, destinado a crear las
La atención que Gramsci mues-
@,,"iQ6, §84).
solo por razones condiciones favorables paralamáxima expansión del dicho grupo,
tra hacia el derecho no está dictada, por tanto' pero este desarrollo y esta expansión se conciben y presentan como
de forma la conciencia de su contribución' por así decirlo'
-por marxista de nes- el motor de un expansión uniuersal, de un desarrollo de todas las
«estructurante» (ya sea en el sentido del concepto
productivo de un energías "nacionales"" (Qr3, §r7, cursivas mías).
tructura» como en el sentido más simplemente
que' con la introducción de Esta es larazón por la que no se está tan lejos de la verdad si
orden mínimo de convivencia)-' Y es
de ser solo se entiende que el trasfondo sobre el que Gramsci proyecta el fin
f.rtpr*.ipios de libertad e igualdad, el derecho deja riltimo de la lucha de clases
prescindir ningún grupo usociedad
el medio organizativo del que no puede
jurídico. La
-lainrerprerativaregulada»- es pro-
hipótesis
¡riamente planteada aquí, de
social,para-19nyg[ry-19n jLlgo--mrí§-o--eJlugcaryPo4eEaniobra
hecho, es que esta es producto de una oexpansión universalr, pero
iel qoÑ;Eo-ü."*,tlucrqq laq luchas hegemónicas: " Si
dentro
tipp 4e civilizaciór elt un sentido diametralmente opuesto: un ,.desarrollo, contra-he-
;;aáñEdqtiñ-d;Jr§,t v not't"""' ,'" ' g,cmónico que, al llevar los principios de libertad e igualdad a su
y relaciones individuales'
y ciudadano (y por tanto de connivencia -1: v erda dera rc alizaciín, tornar á superfl ua la hegemon ía,
,t."ia móéi'499sp arygg-t*qt§*tt tlp I o¡11m sr a v a di b ar r er á ras
lre 3t1ud3s
fnlsas interpretaciones y las hipocresías de aplicación de las que fue
foñdii lti".Jl dLcho será ing¡1umé-n!ó para
tatln (junto. cot
9-1_
nrtífice la burguesía y conducirá a la extinción del derecho, pero
ilf.r.árr;y."r.-tti,,cionesvactividades)r-{e!e{esarrg!1 al mismo tiempo a su transfiguración, precisamente, en la <<socie-
lo más eficaz post
de manera que se qf:*9--4 ig-p?f-4§U9-sea
dad regulada».'"
y proauzca resfttados positivos' (Qr3, §rr¡"'
___,__=_r_..-_-_-H

que nlas colecciones de rev


18 Hasta el punto de que Gramsci sostiene incluso y los artículos
como itatiano,;;;;;;
r/ Foro ;;;" publicaias
::..]:.-: ¿o H,videntemente el «motor» de esta cont¡a-hegemonía está representado por Marx,
revisadas' para
.rp..irfi.,", qrr. lr, .o-tátan, deberían ser cuidadosamente se desarrollan'
pero es un «motor>> que
-por seguir con la metáfora- habrá agotado su fun-
;;'il;;;;;; determi,'adut v por qué razones' cómo ci<in con el logro de la osociedad regulada,: «Marx inicia intelectualmente una
"""t'io"t'
alcanzan)" (Q6' §rzz)' cdad histórica que probablemente dura¡á siglos, es decir, hasta la desaparición de
ril.Árrir"Ii¿. alcanzan (si la
que "la < lrr sociedad polftica y el odvenimicnr, de la sociedad regulada, solo entonces se
f9 No por tanto, que en el mismo pasaie Gramsci añada
es casual,
át todo resid'o de trasc.endencia y de su¡rerará su concepción.dcl mundo (conccpción de la necesidad, superada por la
del derecho debe liherarse concepción de la liberted), (QZ,
de todo fanatismo moralista'
(cursivas mías)' $¡),
;;il;;.r"

,,:¡iift¡k,
116 EL DERECHO EN GRAMSCI GIOVANNI BISOGNI rt7

Hay de hecho una suposición que Gramsci comparte con !! Ilopjgfutpr{e-q,qfu9qión, sino un código de conducta
ell_g_s_ggl]

Benedetto Croce: «flo s€ le puede quitar la religión al hombre del derivado de la esencia libre_e igual de cada ser humano y ,^p,u
pueblo sin reemplazarla inmediatamente con algo que satisfaga las lar§o plázo lJéii*iru, cualquier dominación del hombre sobre el^
mismas necesidades por las que se formó la religión y que aún per- hombre;¿La-flunó-ión ma"i-a del derecho es esra: asumir que to-
manecen» (QZ, §r).Para Gramsci,la Revolución francesa habría dos los ciudadanos deben aceptar libremente el conformismo que

tenido éxito precisamente en esto: en satisfacer esas exigencias no marca la le¡ ya que todos pueden convertirse en elementos de la
en nombre de una nueva ureligión,, sino a través de un coniunto clase dominante; en el derecho moderno está implícita la utopía

de principios que han permitido emanciparse de la tianía de las democrática del siglo xvrr» (Q6, §98, cursivas mías).
religiones y que han gafafltizado *al menos abstractamente- el La "sociedad regulada, representa, entonces, precisamente la
derecho a que ningún ser humano se someta más que por voluntad realización de esta ,.utopía democrárica,>. La utopía de la igual-
propia y reconozca su igualdad esencial con los demás seres hu- dad desplegada plenamente; la utopía de una sociedad en la que
manos. Desde este punto de vista, para Gramsci, es perfectámente el nconformismo marcado por el derecho, hafuállegado ar punto
comprensible que los católicos hayan visto la Revolución francesa cn el que cada individuo será tan disciplinado como para gober-
como una «nueva herejíar, es decir, como «una escisión en la mis- nrtrse a sí mismo. Pero, al mismo tiempo, una sociedad que no es

ma mentalidad fundamental y en la concepción del mundo y de la t¡rn utópica como para llevar a la disolución de la distinción ngo-

vida, (Q27, §¿)." La «novedad' de esta concepción del mundo hernante-gobernador; una sociedad en la que esta distinción, al
radica en el hecho de que, contrariamente a lo que sucedió en el i¡¡ual que las reglas y la heteronomía, servir á todavía, pero se ha-

antiguo régimen, la clase dominante burguesía- no se opo' hrá convertido en uuna creación de la división del trabajo,
[...] un
-la hccho técnico" (ers, s+).
ne formalrnente a las clases subordinadas: de hecho, es hostil a la
oconcepción de casta cerrada, y se interpreta como nun organismo Iin una sociedad así,ya no tendrá sentido distinguir entre «so-
en constante movimientq capaz de absorber a toda la socieda cieclad civil" y usociedad política,. Gramsci conoce el criterio
asimilándola a su nivel cultural y económi66». Esta "filosofía sor elistintivo comúnmente aceptado primera, el terreno de la
-la
.libertadr; la segunda, sede de la ,.autorid¿dr,
si¿l», para Gramsci, tiene un enorme impacto desde el punto de la onecesidadu,
vista jurídico e institucional porque trae consigo una "voluntad tepresentada por la ley estatal formal- pero, precisamente como
conformismo (por lo tanto, ética del derecho y del Estado)" (Q huen realista, no le hace caso. Esta distinción es ometódica» y no

§z para todos los pasajes antes citados). Más precisamente, "org¿ínica, (Q+, §a8) o, más biep, representa solo una forma de
Revolución francesa marca una clara discontinuidad con distribuir las funciones en las q,r.,i" dominación que ejerce la clase
al pasado porque, al prometer la liberación de la heteronomía y donrinante se expresa so subordinadas y subalternds
funcirin de -lá
consideración igual de la propia individualidad, pretende.qAgli n que compete a la sociedad civil y la de
la fisonomía del derecho: ya qo es uly-ínculo gr!g-Ll--o- -4"qs-!r
rrlominio directo,,, (erz, §r), propia de la sociedad política_.,.

,a, regular la convivencia


de gr-upossociales-dotado-cada -uno §of. con la sociedad regulada podrá decirse que la autoridad es
defi¡¡itivarnente destituid a a f.avor de un ordenamienro término
Gramsci obsel
-el
z: Son muy agudas, efectivamente, las anotaciones de Q6, §87, donde
oel aparato
qrre, h"rta ia Revolución francesa, la religión y la Iglesia representaban
É.gá,,,oni" del grupo dirigenre,, añadiendo que «no se está fucra dcl Medievo si¡ l1 ""1).rrrinioclirecto"l,.,lqucrcexprs¡A-contirrúu(ir¡msci-cnel listadoyenel
po-rque abiertamenie se concibe y se analiza la reli¡¡ión c<>m<¡"ifltttanrcnlutn regni" Euhicl'no " jurfdico",,

.,¿&*
GIOVANNI BISOGNI r.1g
u8 EL DERECHO EN GRAMSCI

noeselegidoporcasualidad,comosevetá*solodelibertad,en
listado ético, tendente a poner fin a las divisiones internas de domi-
el que ya no hatán falta ni la una ni la otra función'
institu- ttados, etc. y a crear un organismo social unitario técnico-moral,
Bn i" ,ociedad regulada, en cambio, ya no existirá esa
el (Q8, §rZg para todos los pasajes citados anteriormente).
ción que eierce principalmente la función hegemónica' es decir'
Lo que es fundamental subrayar es que este «organismo social
p"rtiÁ. Como es sabido, en el Estado el partido opera como "la
país"' como rrnitario" ya no podrá ser llamado jurídico porque habrá logrado
fuerzacoercitiva y punitiva de la regulación legal de un
1o que en el nconformismo marcado por la ley", pero no estará en absoluto
la .,adhesión espontánea de una élite a dicha regulación":
ose ha convertido ya desprouisto de reglas: una sociedad, precisamente, «rsgulada,r.La
el primero es una onecesidad' en el partido
que la homogeneización social y económica, el fin de la división en clases
en libertad, (QZ, §go), y esto en virtud de la autodisciplina
En la so- rrrciales, no conduce, para Gramsci, a la oan-arquíar, a la ausencia
organizaciln puede y debe dar a los propios miembros'
exclusiva del tle cualquier institución de gobierno, porque principal elemento
ci.¿u¿ regulada, en cambio, esta característica no será "el
s€ corl'
partido ya que «en esta sociedad el partido dominante flo
cs que existen efectivamente gobernados y gobernantes, dirigentes
de y dirigidos. Toda la ciencia y el arte político se basan en esre he-
funde orgánicamente con el gobierno, sino que es un instrumento
ya cho primordial e irreductible (bajo ciertas condiciones generales),
transición de la sociedad político-civil a la "sociedad regulada" ,
(no para perpr ((J r S,§+).No cabe duda de que en este orden futuro el nreglamen-
que absorbe ambas en sí mismo para superarlas
modo, en la soci to» no tiene un carácter trascendente, sino inmanente, nno debe ser
su contradicción)» (Q6, §6S)."' Dicho de otro
de tipo bizantino-napoleónico, es decir, según un código concebido
regulada, según Gramsci,la oadhesión espontánea» no
será exc
si como perpetuo, sino romano-anglosajón, esto es, cuya caracterís-
siva de las franias más avanzadas del grupo social dominante'
la socied ticn esencial consiste en el método, realista, siempre adherido a la
que se convertirá en una práctica generalizada en toda
represen vicla concreta en perpetuo desarrollo" (Q6, §84). Pero, al mismo
haciendo superflua la coacción iurídica que externamente
tietupo, no se basa sn l¿ «pura utopía» o (<en el supuesto de que
razónsuficiente a favor la conformidad con las reglas'
Es er
ta una
que la fórm torlos los hombres son realmente iguales y, por tanto, igualmente
este sentido (y paruGramsci solo en este), entonces,
rcz«lnables y morales, es decir, capaces de aceptar la ley de forma
del ..Estado ético, puede adoptarse razonablemente'
e¡pontánea,libre y sin coacción" (Q6, § aS).* En la usociedad re-
En su opinión, ,,lo más sensato y concreto que se puede
esta locución es solo que «una de sus funciones
más i
sobre,
portantes es elevar a la gran masa de la población a un cierto
I listc es un pasaie (ius)filosóficamente significativo para comprender la perspectiva
hegemónica' riltirna de Gramsci. En esta perspectiva no hay nada milenarista: Gramsci no prac-
vel cultural y moral,. Esta función, marcadamente tieit una antropología optimista que permita excluir cualquier forma de autoridad
el cual
puede rastrear perfectamente en el Estado decimonónico' o ¡¡obierno (entendido en sentido lato); tampoco profesa una antropología pesi-
Ittistir, que haga necesario siempre y en todo caso un poder que mantenga unido
pretendido siempre un aburguesamiento de toda la sociedad' al cuerpo social y que empuje de forma amenazante a respetár las teglas de este
.-brrgo, tomada en serio o llevada a su pleno despliegue' con r'ttcrpo. He aquí por qué, para Gramsci, la usociedad regulada" zo es el ugobi-
que pone el nnro de las leyes, en su forma pura o sin ninguna mediación humana, Así pues,
ce a lalrtinción del Estado Y "solo el grupo social pl ngobierno de las leyes, entendido en este sentido represenra precisamenre esa
del Estado y de sí mismo como un fin por alcanzat,puede crear rtri¡tificacií¡n burguesa contra la que siempre ha luchado el marxismo: siempre ha
eri¡ticL¡ la necesidad de una cierta dosis de ogobierno de los hombres» que
-eso go-
la hulguesla riempre hiquericftr «rcultar- ¡ cs más, si se es realista, cualquier
t7 Tartoes así que Gramsci- enuna sociedad así será posible'lo que
-' -prosigue
l.rt.r.trr"s de gobierno antiliberales, o oel concepto hlrrno es siempro de kre h«\tbrca,también en la nst¡ciedad regulada,, Sin embargo,
propio aÉ lffi
""rri¿.r" el .Hohicrnr¡ de hombre¡' do e¡tp úrltinrrr serd nruy diferente de los anreriores
periódico estatal,. \oeio

h
\k
GIOVANNI B|SOGNl 121
EL DERECHO EN GRAMSCI

en nliber- l:urgués de aquellos «que se complacerían con cualquier regula-


guladar, en tanto que la onecesidad' se ha convertido
educativa rn{5' rización que previniera luchas agudas y catástrofes" (Q6, §rz)..s
i¿d», ya que el Estado ha agotado su función -ss de lin la sociedad regulada la problemática de lo humano, su carácter
quizás precisamente por t'*- seguirá existiendo
la necesidad
pocos que no estén dispuestos "polémico», no se extinguirá por completo, aunque sí será neutra-
[^r^n ir^r instituciones frente a los lizada hasta el punto de ya no tener relevancia política, sino solo
en ese momento'
á ,..orro.., los beneficios de vivir en ella' Será jurídica":
so/o en ese momento, cuando se rcalizatá
uerdaderamente el pro- " "en la doctrina del Estado-sociedad regulada, a pantir
momento será po- rle una fase en la que el Estado será igual al Gobierno, y Estado
yecto emancipador de la modernidad; y en ese
sc identificará con sociedad civil, habrá que pasar a una fase de
siblemanifestarensupurezasuideologíainstitucional,esdecir'el
se podría encon- listado-guardián nocturno, es decir, de organización coactiva que
«Estado guardián nocturno» (Q6, §88)' Esta es' no
Gramsci al derecho tutelará el desarrollo de los elementos de la sociedad regulada en
trar una mejor síntesis de la aproximación de
nada ambigua' que continuo incremento y, por tanto, reducirá paulatinamente sus in-
que la interpretación ambivalente, pero pata
un uso tcrvenciones autoritarias y coercitivas. Esto no puede llevarnos a
h".. d. este ideal: un instrumento del cual se puede hacer
representa Jrensar en un nuevo "liberalismo", si bien es el comienzo de una
altamente ideológico y agresivo, pero que en realidad
cuando ese uso rrn de libertad orgánica" (Q6, §88).
el resultado institucional último que se alcanzatá
en la historia'
sea definitivamente derrotado y archivado
't'Estad o-uewiller de nuit" debería eliminar el
En abstracto, el
Tradwcción de Verónica Rosich (reuisión de Anxo Garrido).
gobierno del hombre sobre el hombre par a deiarlamayor'ltlt1d
pero Gramsci sabe muy bien que eso' ad
iosible a los individuos,
que como hipótesis-lími
más de ..no haber existiáo nunca más
en el sentido de q llibliografía
sobre el papel,, constituye una mistificación
de la autori
la nsociedaá civil,, lejos de estar en las antípodas
nes también ella el "Estado", es más, es el Estado
mismo' ( lltiNNr¡ Mark (r983): oGramsci on Law, Morality and Power,, en
puede salir de esta mistificación añoran lntcrnational Journal of tbe Sociology of Law, rr, r9t-2o8.
§6). Sin embargo, no se
pacíficas y libres de conflictos: sociedades
regidas úni
Jociedades ll«tunto, Norberto $99o) ft9691: nla societá civile in Gramsci,, en Id.:
donde las
ca y exclusivamente por el gobierno de
las su Gramsci,Milán, Feltrinelli.
S,t¡4¡4i
-leyes'
,. ,d-inir,ran por sí mismas; o sociedades hasta tal punto (lrt¡s'ro¡oLINr, Paolo (r976): nGramsci e il diritto naturalerr, en Critica
Estado con una ú¡i
géneas y uniformes que hagan coincidir.al ttt trxista, 3- 4, to 5-r r6,
las verdaderas utopías
clase social, el .,Estado-clase'' Estas son
el sueño (pequeñ
el peor ,.niido del término, o incluso peor: *t lot'rt (iramsci, de hecho, aquellos a quienes la historia de la filosofía ha etiquetado
rottto'utópicos'no lo son en absoluto: en su opinión,eran
"científicos conc¡etos de
ln ¡rolÍticLr, porque conocían pe rfectamente la naturaleza plural y fragmentada de la
di,cotomíi,:q:bi:::i:.3: rocicd,,.1, «tanto que en l«rs tipus dc s<¡ciedacl representados por las distintas utopías
porque sancionará Ia supresión definitiva de la ¡e irttroducc la i¡¡ualdad econémica cr¡mo hasc necesaria de la reforma proyectadar.
un orden en er que la *necesidad"
ru:ffiffiffi;b'J;;;;;;;;ente' habrán introyectz l.o rrtó¡rico (en el senti{o de .i¡¡s¡l»)que rienen, según Gramsci, es
tii.j-."t"."ido en .libertad' o tn el que lossuuhombres'
oeobierno'
"irrenli¿able,,
el rrrrlio clc¡¡'ido prro krprar el lin rle lc *¡ocicclircl regulirda, o el hecho de «que
i.Jr;;;;;¡ ir, "t.v"t' hasa el punto de Que :::3:ll:
n.rtrrlir"do, .asi hasta el punto de convertirse e',':t ,T::i,::]
Lr€l¡itl (lttc lrr i¡¡uuldud eclrnémlea poelfln intrrrdrrcir¡e con irrhitrtrio, cr¡n un acto de
;;;;;. *l^discrecionalidad- se reducirá nI tnfninttt' vllrrrrtucl, ctc,, (Qr, $¡/).
:#[:"dffi;' *ril,¡"t
o*&r

También podría gustarte