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Hegemonía y populismo en Laclau: un

recorrido genea l.ógico


Samuele Mazzolini

Hegemonía y populismo son tal vez las dos categorías


más im_
portantes de la filosofía política de Ernesto Laclau.
El papel que
desempeñan en su andamiaje teórico se debe ul p"rti.rür
giro
postfundacionalista que Laclau toma desde principios de
los aRos
8o. Sin embargo, ambos términos ya aparecen en las reflexiones
de
Laclau dela década de los 7a)enlo que comúnmente se
denomina
su fase althusseriana. Es el progresivo «encuentro,
con ros lÍmites
analíticos y políticos impuestos por el determinismo económico
y
el reduccionismo de clase, junto con la intuición de que
el popu-
lismo y la hegemonía podían ayudar a superar estos obstáculos,
lo que facilita el camino de salida del perímetro del marxismo
que
emprende el teórico argentino. por lo tanto, sería más
apropiado
decir que el desarrollo del meolro filosófico de Lacrau ,e
pari
pdssu conlas oscilaciones de las nociones ^urue
de populismo y hegemo_
nía en su corpus teórico a lo largo der tiempo. Estas
oscilaciones
siguen un camino curioso: mientras que el populismo
ocupa un
papel central en las reflexiones iniciales de Laclau y luego
t.r-in,
casi desapercibido hasra su última monografía La razón populis-
la (Laclau, zoo5),' por el contrario, en su primera colección de
ensayos Política e ideología en la teoría marxista (Laclau,
r97g),
l¡r noción de hegemo,ía comienza en sordina, y luego
se convierre

pcrfotlo, eIl¡ten ¡olo trn.pnr rle cxccpci¡nes rruy mcnorcs


.[in cste cn ¡rrs que -'--'-"
l,aclau
hizt¡ referenslá e*pllelta al pnpulirnro (l,ilelirrr, r987; l,riclrru,
,yr.r, ,. i,):--
SAMUELE MAZZOLINI
374 HEGEMONíA Y POPULISMO EN LACLAU

y estrategia su impaciencia con las versiones más déterministas del marxismo


en la columna vertebral de la monografía Hegemonía
El y su desagrado por las opciones políticas influenciadas por tales
socialista (Laclau y Mouffe, ry82) y de las siguientes obras'
de la reflexiones. Como el mismo Laclau admitiría sucesivamente, es jus-
presente artículo se propone ttazat un recorrido genealógico
la tamente en los fenómenos relacionados con el desarrollo desigual
evolución y entrelazamiento de ambos conceptos a lo largo de
y combinado donde se encuentran los medios para deconstruir la
obra de Laclau.
racionalidad, la positividad y la transparencia inherentes a las ca-
tegorías marxistas ft986: 33L).1
¿De dónde derivan estas preocupaciones intelectuales? Es con-
r. El primer Laclau
veniente hacer un ulterior paso atrás ya que una mirada al bauti-
zo político de Laclau en los años 5o y 6o puede ser de gran ayuda
En el primer Laclau con esa denominación nos referimos a sus,
-y s a Hegemonía y estrategia socialista- es para contextualizar su evolución. Como él mismo revelaría en una
publicaciones anteriore
entrevista de 1988, Laclau se une al Partido Socialista Argentino
posible identificar cuatro fases en las que van tomando progresi'
en 1958, involucrándose de lleno en las luchas estudiantiles de
uu*.rr,. forma sus inclinaciones' Sus primeros escritos académi
mar' esos años. Tras su fractrra,Laclatt escoge el Partido Socialista de
no esbozan una orientación clara, salvo una vaga adhesión al
(Laclau, rgqt) la lzqluierda Nacional dirigido por el trotskisra Jorge Abelardo
xismo y un interés por las mentalidades históricas
a la dis Ramos, convirtiéndose en el editor de Lucha Obrera,la revista
así como por la economía política, con especial atención
al conte semanal del partido (Laclau, r993t Lo7-zo8). Abelardo Ramos es
tinción entre feudalismo y capitalismo, y su aplicación
erudi una figura crucial en este sentido, ya que fue el ideólogo de la lla-
sudamericano (Laclau, 1969).Aunque ciertamente muy
mada .,Izqaierda Nacio¡¿l», uná corriente que trató de acttalizar
a primera vista estas reflexiones no parecen anticipar nada
de
el concepto de
tabaio posterior, ya que el populismo y la hegemonía no asorr "revolución permanent€>): despertando adhesiones,
además de en Argentina, también en Urugua¡ Chile y Bolivia. En
por ninguna parte y los temas tratados no tienen mucho que
un contexto en el que la izquierda se oponía predominantemente
con las preocupaciones exquisitamente teóricas que más tardt
al peronismo, la posición de apoyo crítico de Abelardo Ramos y
se convertirían en el sello distintivo de su producción
académi
sobre su com su partido influyó profundamente en la comprensión del fenómeno
ca. Sin embargo, es importante fi1ar la mirada
por parte de Laclau: para ellos, en efecto,
sión bastante sofisticada del desarrollo desigual combinado
de "[l]a revolución había
comenzado bajo banderas burguesas con el peronismo [...] y era
economías latinoamericanas, aunque en términos diferentes
de
origi solo a través de la hegemonización socialista de las banderas demo-
teoría de la dependencia.'En realidad, estas intuiciones
olos orígenes olvid cráticas que ella lograría estabilizarse y ganar el rerreno perdido,
les pueden considerars e con tazóncomo
(Laclau, r993: zo8). Bajo esta óptica,latareade los socialistas era
del pensamiento de Laclaurya que, al examinarlas más de
ofrecer una perspectiva socialista a los trabajadores y llevar hasta el
demuestran toda su pregnancia en la compresión del desa
final el camino emprendido por Perón. En el peronismo se entrevía
teórico del pensador argentino. Tales escritos de hecho antici
la posibilidad de vincular la revolución democrático-burguesa a la

¿ Esta diferenciación se hace explícita en la p«>lémicrr tlcl


t97t con André Cund socialista, en una rápida transición del feudalismo al socialismo,
Frank en el rexto Feudalismo y capitalism,i en Anitica l,atina lLaclau, t97ll¡
.ral está reproducida en su lihro portcrirrr l\lltit¿ ¡ id«tktgíd c" la tcoríl.t
ii..frr, ,ri*l d.ttcle cl or«r, ng,.gn utt ¡rttrtrctiplttttt rrt el cttitl cxticncle la
r 'thrnhién cn l,aeltu, l99lt tsq,
ca rt Itnmilttttel \Wqllcr¡teirr,

;rc**
HEGEMONíA Y POPULISMO EN LACLAU
SAMUELE MAZZOLINI 377
376

En una inspección más cercana, este planteamiento difiere consr- crecimiento impulsado por las exportaciones entre t86o y t93o.
derablemente de la tesis de Laclau según la cual un capitalismo
de La renta diferencial determinada por de la fertilidad del suelo
tipo agrario yahabía echado raíces en Argentina (Laclau' r969t pampeano, el monopolio de la tierra y la escasez de mano de obra
permitieron un desarrollo temprano de las relaciones de produc-
2-9r-3oo; Laclau, r973i tLz'rz5). Ya en su primeta etapa como
p.rrrudor, Laclau de hecho reflexiona de manera crítica sobre su ción capitalistas y la generación de una riqaeza sin parangón en
ya los países vecinos. Este excedente permitió una marcadacapacidad
experiencia militante y las concepciones teóricas subyacentes'
que todavía estaban viciadas por un reduccionismo de clase
y una redistributiva por parte de la oligarquía argentina, y contribuyó al
representación desarrollo de industrias artesanales destinadas a satisfacer el con-
interpretación de la política en términos de mera
sumo oligárquico. En el plano social, esto se tradujo en una cierta
de intereses (Laclau, ry93: zo9). Sin embargo, es precisamente
en

esta elección militante donde se origina la propensión de


Laclau estratificación del orden social con una creciente clase media y un
a tazor¿af en términos nacional-populares, a mirar más allá de las rápido proceso de urbanización, mientras en el plano político signi-
del ficó que incluso aquellos sectores sociales y políticos que desafiaban
rígidas vallas impuestas por las versiones más deterministas
a la oligarquía y presionaban por una redistribución más radical
marxismo, así como a pensar en la emancipación como algo
que
del excedente, tendían a una reforma interna del sistema en lugar
excede la proposición de identidades demasiado angostas'
No es una casualidad que Abelardo Ramos, junto con Raúl de cuestionar el modelo socioeconómico en su conjunto (Laclau,

Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche y todo el grupo FORJA, un suj


1969: z9r-3oo1 Laclau, r97oz to). Pero con la Gran Depresión
de lae ese modelo se hizo añicos: el carácter dependiente del capitalismo
políticode orientación populista-nacionalista que provenía
hhs del radicalismo argentino y que también apoyó al peronismq argentino se había hecho evidente, el liberalismo aparecía cadavez
en el más como una ,.cobertura ideológica para la penetración del ca-
en oposición al liberalismo argentin o,apafezcaflmencionados
faso pital británico en el país" y se iba afirmando nla necesidad de un
texto que se considera aquí como el de apertura delasegunda
el pensamiento del primer Laclau' En Argentina: La est crecimiento industrial autónomo basado en la expropiación de la
en
imperialista y la crisis de mayo (t97o),'Laclau propone por
prr riqueza de la oligarquía" (Laclatr, r97o; r r-rz). Aquí, la división

ra vez y de maner a enf-ática la ruta populista: u [e]l populismo clentro de la izquierda argentina
-cuyas
repercusiones siguen aún

la clase obrera y e[ iacobinismo de la pequeña burguesía ent


vigentes- se hizo patente. Por un lado,los principales núcleos, en-
tre los que se encontraban principalmente los partidos socialista y
se combinarán y super atán enuna forma adecuada a las tareas
comunista, mantuvieron su carácter de ala izquierda del liberalismo
la revolución; la destrucción del estado capitalista y la eliminaci
del imperialismo, (:.97o: zo). ¿Cuál es el vínculo entre el
pri y acogieron el imperialismo como un acontecimiento civilizador,
poniéndose del lado de las fuerzas liberales en un intento de resta-
rescate del populismo en Laclau y su asociación con la clase
lrlecer y democratizar el Estado liberal que fue destruido en 1930
ra? Aquí es donde la conexión con las reflexiones anteriores
Part rnediante un golpe de Estado militar, y más tarde conceptualizan-
la economía política, que Laclau retoma, se hacen evidentes'
pr rkr el peronismo como una variante criolla del fascismo. Por otra
Laclau, el liberalismo argentino había exhibido rasgos
mente diferentes a los de otras expeliencias latinoamericana§ ¡rnrte, la izguierda nacional y la izquierda tercermundista vieron
¡rositivamente los rasgrts anti-oligárquicos y anti-imperialistas del
pcronismo, redhazendo eualquier empujón civilizatorio externo
lTaigal,en zorll'
4 una versiírn española clel text0 salió ctl cl ntimero 4 rle lu rcvistrr
tracluccií¡n clc ils citns il cotttilttr¡ciótt e¡ extraldc de aeá'
SAMUELE MAZZOLINI
EN LACLAU
378 HrcruoxtíR Y POPULIsMO

y reconociendo que interpelaciones y contradicciones que no pueden ser rastreadas


en pro de un pleno desarrollo del capitalismo'
interna lo- hasta la clase (elementos que a lo largo de toda la obra también
«todos los grupos sociales vinculados a la producción
de r97o como re- caÍacteriza como popular-democráticos), así como algunos conte-
cal, que ,. h"bim desarrollado desde la década
(Laclau' nidos provenientes del discurso político e ideológico de las clases
,rt,u¿o de las políticas de sustitución de importaciones»
participación masiva dominadas (Laclau, 1978: r87-r88). Rechazando la existencia de
r97oz tz)habían experimentado su primera
un vínculo causal entre estructura y superestructura, el interés po-
dir..t" baio el peronismo' Así pues, aunque Laclau no
ofrezca a
lémico de Laclau se dirige en particular ala rígida topografía pro-
estas alturas una definición detallada
del populismo' lo que pre-
política de la pia de las versiones ..vulgares, del marxism o (1978: r 84- r 8 5 ). Sin
tende transmitir es el peculiar tipo de movilización
de las opciones políticas clá-
embargo,la hegemoníapara Laclau no presupone la imposición de
clase obrera, que se -"","uo distante
las una visión uniforme del mundo, sino la articulación de diferentes
sicas de la izquierda,encontrando más bien su expresión' dadas
con claras tendencias visiones de tal manera que se neutralice su potencial antagónico
circunstancias, en una dirección carismática
10 tanto' en el siguiente ft978: r88). En 1o que respecta al populismo, desde luego el con-
nacionalistas. No es de extrañar que, por
entre el peronis'r cepto aquí mejor elaborado entre los dos, este es definido como
texto dedicado a la exploración de las conexiones ula presentación de las interpelaciones popular-democráticas como
como "el nivel
mo y la revolución, Laclau defina e[ nacionalismo
de la clase obrera' GgzSt
conjunto sintético-antagónico respecto a la ideología dominante»
más alto de la conciencia revolucionaria (t978: zor ). ¿Qué es lo que diferencia el populismo de la hegemo-
influenciado por s
rz8). A estas alturas, Laclau todavía está muy nía entonces? También la hegemonía, se ha visto, contiene dentro
en la importancla otorl
experiencia trotskista. Esto resulta claro
peculiaridadel de sí este tipo de interpelaciones. Según Laclau,la hegemonía de
ruÁ^ exhortación de Trotsky a centra-rse en las
^la haciala subordinación la clase dominante hace que estos elementos sean absorbidos y se
Iacionales y en la intolerancia mostrada
por Stalin a los part vuelvan inofensivos así en particularidades di-
los intereses de la Unión Soviética impuesta -convirtiéndolos
también debe t ferenciales- mientras que el discurso populista desarrolla plena-
dos comuni stas (r9711r r8; rz8)' Asimismo'
sigue siendo decidida
mente su antagonismo, oponiéndolos al Estado (t978t z3o). Sin
en cuenta que la perspectiva de Laclau
cita reportad cmbargo,la articulación de elementos ideológicos no clasistas solo
revolucionaria, como lo demuestra claramentela puede ser realizada por ciertas clases. El antagonismo básico que
es la posición
Aún revolucionaria, pero mucho másmatizada
del primer Laclau' e cletermina en última instancia los procesos históricos sigue sien-
lo que aquí se identifica como la tercera fase
teoríd marxista' doná rlo el de las relaciones de producción, donde el choque es entre la
decir la colección Política e ideología en la
e ideología y H lrurguesía (o algunas de sus fracciones) y la clase obrera ft978t
destacan los dos ensayos inéditos Fascismo
ven con mayor clari rti5-r86). En este sentido, Laclau distingue dos tipos diferentes
wna teoría del popwlismo' En el libro se
Laclau: ca de populismo: uno reaccionario a través del cual una fracción del
los rasgos que definirán la contribución sucesiva de
""o-o y " articulación" hacen bloque dominante intenta afirmar su dominio sobre otra, y otro
gorir, " ideologí a.", "lo político"
del populi cmancipatorio, cuando es Ia clase obrera quien lo despliega (r978t
debut inicial; p.ro ,Á sobre todo las concepciones
dentro de zoz-zo3),Ambos populismos, en su afánpor obtener la hegemonía,
¡
y de la hegemonía las que juegan un papel mayor
i
reelaborada' Aquí 11 tr¿rtarán de presentarae antagónicamente como la verdadera encar-
configoración teórica considerablemente rrnción del pubblo y de loe intereses nacionales (1978: r 87). Lo que
g.*ái, de una clase dominante indica su capacidad de artic ¡rlnntea Lacleu eE quc €¡tE antagonism«¡ solo puede desarrollarse en
38O HEGEMONÍA Y POPULISMO EN LACLAU SAMUELE MAZZOLINI 3Bl

un nivel político e ideológico, una esfera en la que también se mez- publicación del artículo Rupturd populista y discwrso (r98o).s ¡u
clan elementos no atribuibles a las clases fundamentales, haciendo noción de discurso adquiere nuevos matices: según Laclau *[p]or
que las clases medias se conviertan en nel campo por excelencia "discursivo" no entiendo lo que se refiere al texto en sentido res-
de la lucha política de clases, (t9782 t3ol,ya que es ahí donde las tringido sino al conjunto de los fenómenos de la producción social
interpelaciones popular-democráticas tienen mayor peso (r978: de sentido que constituye a una sociedad como tal. No se trata,
r 5 5). La conclusión, desde un punto de vista estratégico-militante, pues, de concebir a lo discursivo como constituyendo un nivel, ni
es que la clase obrera, si quiere luchar por la hegemonía, no pue- siquiera una dimensión de lo social, sino como siendo coextensivo
de presentarse en una forma pura e incontaminada, sino que será con lo social en cuanto tal, (Laclau, t98o:87). Esta dilucidación
el principio articulador, con un impacto decisivo sobre la forma es funcional a una nueva forma de conceptualizar el antagonismo.

y dirección política última, de un discurso más abigarrado de lo ParuLaclau, el antagonismo no es ni una oposición empírica real á
permitido por las concepciones obreristas. Queda por aclarar más la Kant (Realrepugnanz) niuna contradicción dialéctica á la Hegel,
detalladamente cuál es la relación entre el populismo y la hege: sino una relación de contradicción que surge en el discurso, es de-
monía. Según Laclat,.las clases no pueden afirmar su hegemonía' cir a través de la proposición contextual de un conjunto de posi-
sin articular al pueblo a su discurso, y la forma específica de esta ciones opuesto a otro polo. En otras palabras, ni la positividad de
articulación, en el caso de una clase que para afrrmar su hegemonía un objeto ni la oposición lógica entre objetos distintos puede ser
debe enfrentarse al bloque de poder en su conjunto, será el popu- tomada como punto de partida para el desarrollo de una teoría del
lismo, (t978: z3o). De esta manera, el populismo se convierte en antagonismo. Este en cambio nace como una creación significati-
el camino a la hegemo nía paru las clases que aún no la tienen. Del va a través de una serie de operaciones discursivas. De ahí que la
texto de Laclau se deduce que una vez que una clase y sus alia subordinación no genera naturalmente su propia resistencia. Más
se hayan convertido en un bloque hegemónico,la dimensión ant bien, se produce una ruptura populista solo en la medida en que
gónica disminuye. En otras palabras, el populismo consistiría en se crea una serie de equivalencias entre diferentes elementos de

único intento realista de obtener el poder para un sujeto políti forma antagónica en relación con una firerza dominante (Laclau,
interesado en metef mano a la configuración social: una estrategi r98o: 88-9o). El argumento es ampliado en el texto La estrategia
por lo tanto, cuyo rasgo dominante (el antagonismo) llegaría a socialista ¿hacia dónde ahora? (Laclau y Mouffe, t98t),6 una ex-
fin una vez alcanzados los objetivos establecidos. plícita introducción a Hegemonía y estrategia socialista (que saldrá,
Como es evidente, tanto el populismo como la hegemonía ti cn su edición inglesa, apenas cuatro años tarde), en la que Laclau
nen en este texto una inflexión marcadamente sociológica, y Mouffe enfrentan directamente el marxismo, afirmando que la
es abandonada en cambio desde 1o que aquí se define como centralidad de la clase obrera en un proyecto contra-hegemónico
cuarta y última fase del primer Laclau. Comúnmente, se i no puede darse por sentada. Al mismo tiempo, en el artícalo La
frca Hegemonía y estrategia socialista como e[ punto de ru
entre el Laclau marxista y el Laclau postmarxista. Sin
una mirada a sus escritos entre 1977 y r985 (años de publi Una versión esptñoln del texto salií¡ en ellibro Hegemonía y ahernatiuas políticas
an América Latír¿ (l,uhu¡¡titl¡ Mrrrtín del Campo, r985). La traducción de la cita a
de las versiones inglesas de sus dos primeros libros) revela crrntinunci(rn e¡ exrrcfula rle e¡tc lihro ([,¿rbastida Martín del Campo, t985: 39).
Laclau emprendió este viraie a principios de los [lon a partir de Urra versióR erpañola del re¡*to ¡alidr crr cl nurnero ztl cle Zona Ahierta, en r 9[13. La
rrrrducción de l¡ elt¡ a euntiñucciórr er extrAÍrlrr cle rrcrl.
SAMUELE MAZZOLINI ¡8¡
382 HEGEMONÍA Y POPULISMO EN LACLAU

explícita- Son justamente los años de auge del eurocomunismo, proyecto al


irnposibiliddd de la socied.ad (Laclau, 198¡),2 se formula
social: las huellas cual Laclau y Mouffe han sido a menudo y no sin razón asociados,
mente la indeterminación de cualquier formación
Aquí,la aunque se trate de los años en los que aquí vemos un distancia-
restantes de cualquier topografía social son así eliminadas. -y
de movimiento' miento con su sucesiva deriva- uera aún visto como un proyecto
sociedad no tiene ningún fundamento, ninguna ley
y parciales "de viable, yendo más allá del leninismo y Ia socialdemocracia" (Laclau
y sin embargo se caracteriza por intentos continuos
actuar sobre lo
..social", de hegemonizarlo, (Laclau, t983 zz).8 y Mouffe, zoorb: vii). La segunda novedad es la creciente atención
fiiar las identida- de Laclau a la proliferación de nuevos antagonismos y, como hemos
En otras palabras, discursos distintos trataránde
uno de estos solo visto, la concomitante suspensión del privilegio apodíctico concedido
des dentro de un sistema, pero la prevalencia de
anteriormente ala clase (Laclau y Mouffe, r98r). Laclau es atraído
podrá ser contingente.
para la pos' por la apertura de nuevos frentes de lucha en contra del capitalismo
En los años siguientes, otros escritos sientan las bases
Es importante surgidos desde finales de los años sesenta ambientalis-
terior aparición de Hegemonía y estrategia socialista. -feminismo,
el trasfondo mo, pacifismo, luchas antiimperialistas, reivindicaciones de grupos
registrar dos importantes innovaciones que constituyen
primero es la prof"n-
1
minoritarios- y la necesidad de encontrar una síntesis entre ellos
teórico y cultural que influyó sobre Laclau' EI
debates bajo una perspectiva claramente emancipadora. Al mismo tiempo,
dizaciinde la relación de Laclau con la obra de Gramsci,los
impacto en la polí- existe una sensibilidad particular hacia la autonomía de estas cues-
sobre su legado que tuvieron lugar en Italia y su
obras está en' tiones emergentes. Como dice con Mouffe:
tica del Partido Comunista Italiano (PCI)' Una de sus
(Laclau, r98ob),
teramente dedicada a la figura de Palmiro Togliatti esta unidad no puede en modo alguno proceder mediante la
interactúan
histórico secfetario general del PCI, ylamayotíade ellas imposición desde arriba de un principio wnificador qwe nate de
como «guerra
activa y positivamente con nociones clave de Gramsci borrar las diferencias y homogeneizar el campo social con un
Es indicativo en
de posicón,, nestado integral' y obloque histórico"' estilo autoritdrio [...] No puede trdtarse simplemente de agre-
sentido que Laclau cite algunos pasaies de Gramsci
traduciéndo*
este gar las demandas de las mujeres a la lista existente de aqwellas
disponibles
los él mismo de la edición italiana, aunque ya estuviesen cuestiones consideradas socialistas; la articwlación entre el socia-
de la hegemonía aquí se
en inglés (Laclau, r98oc: 34)'Lacuestión lismo y el feminismo debe entrañar una transformación radical
vuelve cada vezmás central y progresivamente oscurece al populisn de la forrna en que se swele considerar el socialismo (r98r: zz).
es conr
mo. A diferencia de antes, hay que señalar que la hegemonía
sino [,a cuestión de la autonomía de los nuevos movimientos sociales va
ceptaalizadano en términos de mero liderazgo político, -más
modificación cle la mano con el distanciamiento del populismo, cuyo momento
fielmente a la impostación gramsciana- como una
genei t«>talizador estaba siendo cuestionado según Laclau. Esto, afirma,
progresiva del sentido común y el logro de una rearticulación
se refleja er pone fin a la cristalización de la movilización en términos de equi-
ral de la sociedad (Laclau, r98r: 54)' Esta progresividad
revoluciónl valencias, y más bien abre una serie de espacios políticos nuevos
que la hegemonía surge como rechazo de la dicotomía
solo puede alt c inexplorados (Laclau, r985:4r).e En otro texto contemporáneo
reforma y en el reconácimiento de que el socialismo
y Mouffe, r98r: 54), cste distanciamiento resulta más matizado ya que su perplejidad
canzarse mediante fuptufas parciales (Laclau
i

El texto está incluido también en la colección Nueuas


r{lcxit¡ncs sobre la reuolwldn
,¡ llna vcrsión del tFxt{r idlifl bajo cl tftrrkr l¡¡s nuuutts mt¡uinticntos st»ciales y la
de nuestro tiemPo (Laclau, plurulklatl de b tsetal cn el ntlmenr 4 dc lu lllrrista l;ont cu t stl7,
"l91\'
l,a trac[lcciórr vie'nc clc l,rtclrttt, r991: tof '

xfftÍlt*".
384 HECEMONiA Y POPULISMO EN LACLAU SAMUELE MAZZOLINI 385

política desarrollista de corte militar que obliteraba


se refiere a la superestructura, aún presente aunque matizada enPolítica e ideología
la diferencia (Laclau, r985b: 84-8 j).'o En contraste con la otra en la teoría marxista,es dejada completamente de lado. De esta ma-
posición, invoca incluso, con referencia al escenario político de nera, el privilegio de que gozabanen el trabajo anterior las relaciones
Brasil,la construcción de amplios sistemas equivalenciales en pos de producción no solamente es revocado a través de la eliminación
de la unión de las posicionalidades democráticas en nuevos su- de cualquier nexo entre los diferentes planos de lo social, sino que
jetos populares (Laclau, 1985b: 87-88) y advierte en contra del toda distinción entre estos es dinamitada, por lo que lo político,lo
peligro de oun mundo de movimientos puramente autónomos» ideológico y lo económico confluyen en la amplia categoría de dis-
(Laclau, ry17bt 3z). Sin embargo, y a pesar de este zigzagueo,lo curso. trata de una ruptura con todas aquellas formulaciones que,
Se
que emerge con claridad es que el lema populismo desaparece casi a pesar de otorgar más espacio a la indeterminación y de limitar la
por completo de sus obras. eficacia de las leyes intrínsecas del fundamento, mantienen una visión
topográfica de lo social y postulan una determinación en última ins-
tancia de la economía (Laclauy Mouffe, zoot: tr3).El segundo mo-
z.Hegemonía:elúnicoiuegoquequedaenlaciudad vimiento es un corolario del primero: se abandona la centralidad de
la clase obrera porque es imposible atribuirle intereses objetivos: nno
El terreno para la salida de Hegemonía y estrategia socialistd estát es posible deducir lógicamente intereses fundamentales en el socia-
preparado. Recapitulemos los principales pasos emprendidos por lismo a partir de determinadas posiciones en el proceso económico,
Laclau y Mouffe en este hito fundamental del post-marxismo. EI (Laclau y Mouffe, zoott tz4). Mientras que en Política e ideología
libro preten de ffazar una genealo gía de la noción de hegemonía en la teoría marxista los intereses y la dirección política subyacente
para radicalizarlaulteriormente. Las discusiones sobre la hegemo" a la clase obrera y la burguesía son dados por hecho diferencia
nía, según los autores, se cuelan en los debates marxistas como con-
-a
de los elementos no de clase, que adquieren importancia y sentido
secuencia del quebrado de la "necesidad históric¿", (Laclau solo en la medida en que se articulan a una u otra clase fundamen-
"espeio
y Mouffe, zoott 3z).Es decir que se abren paso a través de una tal- en Hegemonía y estrategid socialista ningún elemento goza de
de reprobaciones empíricas de algunos de los postulados del marxi una identidad asegurada. Es precisamente la falta de un centro de
mo. Entre ellas, por un lado,la dispersión de las luchas y la irradiación privilegiado, de un «anclaje» apriorístico,lo que elimina
da incapacidad de la clase obrera para transformarse de clase en no solo cualquier pretensión teleológica, sino también la posibilidad
a clase para sí; por otro, el ndesarrollo desigual y combinado, de fijar una identidad a cualquier agente social. La identidad, en este
contexto ruso que obligó a la incipiente clase obrera a asumir sentido, se vuelve puramente contingente y relacional, encontrando
-a
"hegemonizar»,
precisamente- una tarea, la revolución democrá+ su origen en la articulación que se establece simultáneamente con
tico-burguesa, que no estaba prevista que fuera de su competenci «¡tros elementos (Laclau y Mouffe, zoort rz4).
en el esquema evolutivo marxista (Laclau y Mouffe, 2"ooti 3 Dado que no existe una esencia positiva, nos encontramos ante
Zg-8o). Dos movimientos teóricos distinguen la radicalización Lrna apertura de lo social como la expansión del sig-
-entendida
concepto de hegemonía. En primer lugar,la topografía nificado a través de la proliferación de diferencias- que permite
hablar de oesencia neEstiya». En este contexto, varios órdenes so-
ro Una versión española dc cstc textrl sulió brtio el título Tesis acerca de la foimt e iales intentarf*+,cro al final siempre f¡acasan- domar el campo
begemónica de la polltica,en el lihro llegemmla y altcrnatiuas políticas en Amérled
Latina (l.ab¡stid¡r Mprtln dcl (lemp¡r, ¡9t'lt), de las difarencla¡ (L*eleu y Mouffe, zoor: r1z), Estos inrenros se

t
386 HEGEMONiA Y POPULI5MO EN LACLAU SAMUELE MAZZOLINI :82

llevan a cabo mediante una práctica articulatoria que establece estos antagonismos siguen estando, en sí mismos, desprovistos de
una orientación política natural, ya que solo adquieren cierto sen-
una relación entre los elementos, que a su vez
-y aquí tadica la
tido cuando se articulan con otros antagonismos. Como ya se ha
diferencia con su concepción anterior- se modifican, todo sin ex-
cepción, como resultado de su unión. Aquí se ofrece una definición dicho, la influencia ejercida sobre los autores por la proliferación
ulterior de discurso: es la totalidad resultante de esta afticulación concomitante de nuevos movimientos sociales y la rica literatura
(Laclau y Mouffe, zoort r43). Sin embargo, un discurso no es una sobre el tema puede apreciarse claramente en este texto y es poste-
positividad determinada y delimita da,ya que la relación que se es- riormente admitida por el propio Laclau (Laclau, 1988: rz).,, Esta
tablezca entre las diferencias será uincompleta y penetrada por la influencia es evidente no solo en el capítulo final del texto, donde
contingenci¿" (Laclau y Mouffe, 2oor: r5o). Solo serán posibles la propuesta normativa parece algo
"confeccionada, a medida de
fijaciones parciales gracias a la intervención de puntos discursivos los nuevos movimientos sociales, sino también y sobre todo en la
privilegiados puntos nodales- que otorgan significado a una creación de una nueva ontología política. Claramente, no solo los
-los (Laclau y Mouffe, Loari r5z). Estos prlttot, movimientos sociales han influido en esta reorientación. La dismi-
cadena significativa
nos advierten los autores, no pueden definirse a priori, sino que nución de la influencia de la clase obrera en los países postindustria-
surgen solo contextualmente. Además, Laclau y Mouffe formalizan les, la disolución inicial del sistema fordista, los efectos penetrantes

las lógicas políticas de la equivalencia y de la diferencia; in nuce,, de las relaciones de producción capitalistas en las nuevas esferas de
estas lógicas explican los procesos de movilización colectiva que la vida social,la burocratizaci1n inherente al modelo de Estado de
dan vida, defienden y natualizan las nuevas fronteras políticas, así, bienestar, la aparición de protestas masivas en los países del Tercer
como el proceso opuesto, es decir el intento de interrumpir o des- Mundo que se debían muy poco a la lucha de clases tradicional y los
truir el diseño de las fronteras ( Glynos y Howarth, zooT t r 4 r ). En claros signos de agotamiento del modelo soviético también ruvieron
resumen, Laclau y Mouffe se refieren alalÓgica de la equivalencia un fuerte impacto sobre Hegemonía y estrategia socialista,como los
cuando el espacio político se simplifica a través de la sustituibilidad propios autores admiten en otros lugares (Laclau y Moaffe, tgBT:
de los elementos de un sistem a,y ala lógica de la diferencia cuando 8o)." Pero tampoco hay que pasar por alto el fuerte peso ejercido
el sistema se vuelve cadavezmás complejo debido a la expansión por una serie de avances teóricos que se remontan a esos años, como
de los elementos del sistema (Laclau y Mouffe, zoot: :r73). la deconstrucción de Jacques Derrida y el método genealógico de
Además de sabotear la noción de intereses objetivos, Laclau Michel Foucault (Howarth, zooS: 3zo,n 4).
Mouffe reconocen, a partir de la aparición de los nuevos movimienr Entonces, ¿cuál es la definición de hegemonía dada por Laclau
tos sociales, la multiplicación de posiciones que puede ocupar un y Mouffe alaluz de lo que se ha analizado hasta ahora? uEl cam-
sujeto, o sea la explosión de una variedad de antagonismos posiblec po general de emergencia de la hegemonía es el de las prácticas
dentro de la sociedad. Las repercusiones desde el punto de vista dc articulatorias, es decir, un campo en el que los nelementos, no han
la práctica política son claras: nuna variedad de otros puntos dc cristalizado er «r¡6¡¡srrtosr. [...] Es porque la hegemonía supone
ruptura y antagonismos democráticos pueden ser articulados a un¡l cl carácter incompleto y abierto de lo social, que solo puede consti-
,.voluntad colectiva, socialista en un mismo pie de igualdad con lal tuirse en un campo dominado por prácticas articulato¡i¿s» (zoor:
demandas obreras. La era de los osuietos privilegiados" el sen¿
-en
tido ontológico, no práctico- de Ia lucha anticapitalista ha sido d'c' r r
'lhmbién cn l,nclntrl r 991r r llc-,ro,
t
finitivamente superada, (Laclau y Mouffe, loo¡ i I z6). Sin embargo¡ r ¿ 'lirnlhién en L¡etau¡ atltt I I t,

t
SAMUELE MAZZOLINI
388 HEGEMONíA Y POPULISMO EN LACLAU 389

r7g). Por lo tanto, existe una cierta continuidad entre el intento


anterior apenas esbozado- de definir la hegemonía y de "restablecer la unidad que la democracia ha quebrado entre
-aunque continuidad que resi- el lugar del poder, de la ley y del saber" (Laclau y Mouffe, zoor:
el de Hegemonía y estrategia socialista, una
de en el énfasis otorgado alcarácter articulatorio del discurso.
Sin 43)- todavía consiguen en cierta medida «naturalizar" las rela-
embargo, se inserta una condición adicional: ,,para hablar de he- ciones sociales. La suposición de que los límites de la objetividad
estén dados por el antagonismo establecido con lo que está afuera
gemonía, no es suficiente el momento articulatorio; es preciso, ade-
se ve desafiada por la plausible circunstancia de una exterioridad
más, que la articulación se verifique a través de un enfrentamiento
prácticas articulatorias antagónis¿s» (zoor | :l79)'Aquí, por el que se presenta como no antagonista. En consecuencia, concep-
con
contrario,la discrepancia con la formulación anterior es evidente, ttalizar la hegemonía como algo estrechamente relacionado con el
ya que en ella se establecía que: antagonismo oscurece la posibilidad del discurso institucionalista,
precisamente porque no considera que los bloques de poder tien-
La id.eología de la clase dominante, iustamente por ser domi- den a neutralizar las diferencias de manera no antagónica, mien-
ndnte, no interpela tan solo a los miembros de dicha clase, sino tras que en última instancia siguen siendo hegemónicos (es decir
también a los miembros de las clases dominadas.Y la forma con' articulatorios e inestables).
cretd en que se uerifica la interpelación a estos últimos consiste Para enmarcar las razones de este giro, vale la pena mencionar
en la absorción parcial y la neutralización de aquellos conteni. otro pasaje político-histórico en Hegemonía y estrategia socialista.
dos ideológicos a traués de los cuales se expresd la resistencia Según Laclau y Mouffe, [e]sta mutación decisiva en el imaginario
"
a la dominación. Eliminar el dntdgonisrno y trdnsformarlo en político de las sociedades occidentales tuvo lugar hace doscientos
siruple d.iferencia es el método a traués del cwal este proceso se años, y puede definirse en estos términos: la lógica de la equivalen-
lleua a cabo (Laclaw, r978: t87-rB8)' cia se transforma en el instrumento fundamental de producción de

Mientras que aquí el antagonismo es aplanado, en la nueva der lo social, (zoor: ry7).Másconcretamente,la articulación solo es
posible en la modernidad y en virtud del declive de las sociedades
finición la hegemonía se convierte en sinónimo de articulación 14
cerradas, que, puesto que estaban reguladas por una lógica teoló-
antagonismo, es decir la creación de fronteras con otros discursos'i
La hegemonía pasa de ser una articulación exitosa que en virtud gico-política, determinaban trascendentemente posiciones diferen-
de tal éxito suspende su propio antagonismo y atenúa el de 1o§ ciales fijas para los individuos. La política en este conrexto solo
podía reducirse a una repetición continua de relaciones jerárqui-
demás, a ser una articulación en la que el antagonismo es trata*
cas en un espacio claramente delimitado. Como afirma Laclau en
do como un elemento crucial y distintivo. Esto sucede porque el
un texto contemporáneo: "una comunidad campesina en la Edad
antagonismo se convierte en el verdadero índice del límite de
objetividad y su aparición está relacionada con el impedimento Media reproduce su existencia sobre la base de una rígida arricu-
de los agentes sociales para alcanzar su propia identidad
(Laclau lación de posicionalidades que no abre la posibilidad de ningún
y Mouffe, 2oor: r68). Puede parecer una conclusión de esca§á proceso de transformación articulativa. La forma hegemónica de
la política está ausente" (Laclau, r985b: 73).4 Conla introducción
envergadura, pefo en realidad tiene profundas repercusiones. En
del horizonte democrático se crearon las condiciones de posibilidad
efecto, bajo esta nueva teorización se hace difícil conceptualizat
los órdenes sociales que, observando el espacio vacío del poder t'el
caerr por t§nto' cn la tentación
r I l,rr trudueelén de l¿ eitr e¡ ertralde rlc lu versi/¡u es¡rrrñola dcl tc.x«¡ (Labastida
como lo define Claude Lefort ll,
-sin Mrrrfrr rlel Clrmpo¡ r9á¡r

t
HEGEMONÍA Y POPULISMO EN LACLAU
SAMUELE MAZZOLINI 391

para que se pudiesen articular diferentes formas de resistencia a la intervención de Slavo¡ ZiZek publicada en el mismo volumen,
subordinación, dando lugar al continuo iuego de las diferencias. Como Laclau retoca algunas de las coordenadas del texto anterior. El
este juego ya no puede congelarse, implica necesariamente una cont!
esloveno advierte a Laclau que si creemos que los suietos sociales
nua redefinición de las fronteras,transformando el antagonismo en el están amenazados por el antagonismo de los «otros» y que así su

índice tanto de la posibilidad como de la inestabilidad de cada sistema


identidad está desestabilizada,el riesgo del esencialismo está toda-
de diferencias. De esta manera la hegemoníallega a definir la
forma vía alavuelta de la esquina, porque esta concepción nimplica que
moderna de la política: ,.de ahí en adelante ya no hubo política sin las relaciones antagónicas podrían, en última instancia, superar-
se en nombre de una emancipación final" (Howarth, zooS: 341.
hegemonía,, (Laclau y Mouffe, zoor: t93). Sin embargo, no es una
solución convincente: si la falta de un fundamento es una propiedad Como el mismo ZiZek afrrma «no es el enemigo externo el que
ontológica y no una condición histórica efímera, también debe sub- me impide alcanzar la identidad conmigo mismo, sino que cada
yacer alos períodos oregidos, por la lógica trascendental. En otras identidad,librada a sí misma, estáya bloqueada, marcada por una
palabras,la contingencia por ende la hegemonía- deben sef ne- imposibilidad, y el enemigo externo es simplemente la pequeña pie-
-ypara que se pueda hablar de ontología, de za, el resto de realidad sobre el que "proyectamos" o "externaliza-
.errri", y «transhistóricas,
lo contrario se recae en el registro óntico. El alto grado de cierre de las mos" esta intrínseca, inmanente imposibilidafl" (t993: 259-z6o).
sociedades pasadas no era, en otfas palabras,la manifestación de
un La f.alta es, por tanto, ontológica y reside en el corazón mismo
guion ya escrito, por lo que había una esencia positiva que luego se de la subjetividad, señalando un fracaso que no tiene redención y
que se extiende a los sujetos de los proyectos hegemónicos y a las
ha difuminado. Lo que la nrevolución democrática, barre es una se-
dimentación coercitiva de las relaciones sociales. Pero si la revolución estructuras sociales. No hay necesidad de antagonismo para con-
democrática fue posible,la contingencia, y por lo tanto la hegemo- cluir que un sistema es inherentemente inestable. Sin embargo,la
nía, deben mantenerse hasta el fondo. Como afrrma Simon Critchley:
advertencia es solo parcialmente asimilada por Laclau. Por una
«aunque todas las sociedades sean tácitamente hegemónicas, el rasgo parte, la introducción del concepto de dislocación parece sustituir
la función anteriormente atribuida al antagonismo (Laclau, 19931
distintivo de la sociedad democrática es ser explícitamente hegemónii
6¿, (zoo8: r47). Esto significa que no es que la contingencia se haga 55). Laclau define la dislocación de tres maneras: como la forma
posible/necesaria por el imaginario de igualdad puesto en circulación misma de temporalidad, es decir, exactamente lo opuesto del espa-
por la Revolución Francesa, sino que la lógica de la contingencia está cio, donde éste es entendido como una ley estructural de sucesiones

institucionalizada. En este sentido, hay que decir que Hegemonía y 1


necesarias; como posibilidad, en el sentido de que una estructura

estrategia socialista representa un paso atrás en comparación con dislocada abre una panoplia de caminos igualmente viables, aun-
que el elegido sea indecidible a priori; y como la forma misma de la
Política e ideología en la teoría marxista.
libertad, entendida como la ausencia de determinación, haciendo al
sujeto portador de una identidad estructural fallida que le empuja
y a continuos actos de identificación (t993t 58-6r). En otras pala-
3. Hegemonía entre antagonismo dislocación
bras, la dislocación es ese terreno ontológico primario que revela
que no existe un6 identidad estructural porque cualquier suieto es
Estos aspectos problemáticos son parcialmente disipados enNueu1i
reflexi.ones sobre la reuolución de nuestro tiempo,tlrgido por uria
portador de u¡ie identidad estructural siempre ya fallida, y que la
comprcnsión de le ¡s€leded tto equivule n entender lo que es, sino

q
HEGEMONíA Y POPULISMO EN LACLAU SAMUELE MAZZOLINI

extiende ahora a cwalquier sistema social la estructwra contin-


lo que le impide ser (:19932 6r). Pero por otra parte la sustitución
gente que, enHegemonía y estrategia socialista, emergía como
del antagonismo por la dislocación como índice del límite de la obie- peculiarmente ligada a la edad moderna. t...1 Si siempre ha ha-
tividad no se cumple plenamente, ya que en otro lado del texto Laclau
bido dislocación, siempre ha habido mito, siempre ha habido
afirma claramente lo contrario. Por eiemplo: oEl punto fundamental
el proceso de reconstitwción de la objetiuidad social a paltir de
es que el antagonismo es el límite de toda objectividad" ft9y: 341
su «exterior constitwtiuo>>, siempre ha habido ,rhegemoníar; en
y, pocas páginas después, la faerzaantagonizante n"bloquea" la ple-
consecuencia, el paso a la modernidad no rrTarcd una disconti-
na constitución de la identidad)> a pesar de ser ella misma "parte de
nuidad radical, no introduce und nueud ,.formar, (zoo9: r54).
las condiciones de existencia de aquella identidad" (t9g3:38). Años
más tarde, Laclau reconocería algunos de los errores cometidos en la En realidad, esta operación resulta incompleta, puesto que Laclau
Hegemonía y estrategid socialista y supuestamente enmendados en no ha resuelto del todo el dilema entre antagonismo y dislocación.
Nueuas reflexiones sobre la reuolución de nuestro tiempot «el antago- Algunas partes del texto sí permiten deducir lo que Frosini sugie-
nismo es ya una forma de inscripción discursiva --es decir, de domi' re, como por ejemplo el pasaje en el que Laclau afirma que «es
nio- de algo más primario que, a paftir de Nueuas Reflexiones inconcebible una sociedad de la que lo político hubiera sido ente-
la reuolución de nwestro tiempo,comencé allamar "dislocación". No ramente eliminado implicaría un universo cerrado que se
-pues
todas las dislocaciones tienen que ser construidas de manera antagóni' reproduciría atnavés de practicas meramente repetitivas, (r993:
g¿» (zoo8: 394). Sin embargo, como hemos visto,las cosas no están así. 5z). Sin embargo, si vamos más allá de la superficie, cuando se
En este sentido, Urs Stáheli tiene toda la ruzónal afrrmar que nlaclau trata de radicalizar esta línea de pensamiento, Laclau retrocede
no puede escapar a una construcción circular en la relación entre an¿ haciala posición expresada en Hegemonía y estrategia socialista:
tagonismo y dislocació¡» (zoo8: z9r). Por consiguiente,la propuestar esta fraprhentación y limitación creciente de los actores sociales,
de Stáheli de desacoplar radicalmente las dos nociones de manera que y esta"peffnanente disociación entre los imaginarios sociales y los
sepueda pensar en la imposibilidad de un sistema autónomamente de
espacios míticos capdces de encarnarlos, es un proceso profunda-
una simbolización antagónica parece la forma más convincente pard mente enraizado en la reuolución dernocrática de los írltimos dos
salir de este atolladero. El antagonismo debería ser reemplazado por siglos y en las condiciones generales de las sociedades contemporá-
la noción de .,exterior constitutivo" de Jacques Derrida, que simplet neas. En sociedades relatiuamente estables no bay distanciamiento
mente transmite, como nos dice Aletta Norval en un texto insertado mtre las superficies de inscripcióny lo inscripto en ellas. El
en Nueuas Reflexiones sobre la reuolución de nuestro tiempo, qura
"orden,
es inmanente a las relaciones sociales (Laclaw, r9y: 96).
u[s]i toda identidad está necesariamente contaminada por alteridad¡
y si, como Lacanlo muestra claramente,llega a ser lo que es solo pq ¿Cómo es definida acála hegemonía en sentido estricto? Aunque
referencia a esta alteridad, esto significa que toda formación discursii la hegemonía no sea el tema central del texto, lo que surge es lo
va)para significarse a sí misma como tal, debe referirse a algo que e¡ que David Howarth define como el tercer (y último) modelo de
exteriorizado en su formación, (t9932 t5t). hegemonía propuesto por Laclau (zooo: rro). Lo que lo matiza
en contraste con el modelo anterior en el que solo se reconoce la
¿Y en lo que tiene que ver con la hegemonía como forma de la mo'
dernidad política? Según Fabio Frosini,la dislocación: contingencia de los elementos ideológicos, es la toma de conciencia
cle que los aujdtos de loa proyectos hegemónicos y las estructuras
sociales cotuo tel€t tembién :ort corrtin¡lcntes (Lacla u, LggSi 4s-46ll,
HEGEMONÍA Y POPULISMO EN LACLAU SAMUELE MAZZOLINI

Con este movimiento,la connotación que Laclau había atribuido nsufrido, la hegemonía de otro proyecto? Ciertamente, es impor-
inicialmente a la hegemonía vuelve a estar en primer plano: uTodo tante considerar que cualquier proyecto político que encarne la
depende [...] de quién está en el control. Se trata, en el más estricto plenitud estará necesariamente contaminado y no podrá imponerse
sentido del término, de una cuestión de hegemonia" (r99y 46). en su forma más pura, pero si no se mantiene un anclaje con algún

La cuestión del mando del poder, una de las nociones más contenido sustancial, entonces hablar de hegemonía se convierte
-y en algo fuera de lugar. La influencia de Gramsci sobre Laclau aquí
centrales en este libro- es fundamental aquí, ya que no se puede
asumir la coherencia del proyecto hegemónico ni de la sociedad, y está ya casi desvanecida.

por Io tanto «el acto hegemónico no será la rcalizaciín de una ra- Volviendo al tema antagonismo/dislocación, solo más tarde
cionalidad estructural que lo precede sino un acto de construcción Laclau llega a deslindar su esfera de acción de una manera lige-
radical, (:1993, 46).Perc cabe preguntarse: ¿el poder de quién? ramente más visible, dando algunos pasos hacia la resolución del
Tenemos aquí un desprendimiento cada vezmayof de [a literalidad, impasse descrito anteriormente, aunque eso no conlleve una recu-
del contenido, una división irreconciliable entre el significante y el peración sustancial del concepto de hegemonía en cuanto prevalen-
significado. Esto es patente en la proposición de las nociones de cia de un proyecto político específico. Como escribe Laclau en la
mito e imaginario social. Mientras que el primero consiste en un siguiente colección de ensayos Emancipación y diferencit: ,,como
«espacio de representación, que sutura un sistema dislocado y así estamos tratando de significar los límites de la significación
-lo
recrea una nueva obietividad (t9g3r 77),el segundo es "un mito Real, si se quiere, en el sentido lacaniano-, fio hay forma directa
cristalizado» Qu€ se convierte en la verdadera forma de plenitud; de hacerlo excepto a través de la subversión del proceso de signifi-
.<el horizonte ilimitado de inscripción de toda reivindicación y de cación" (r996: z4.Lo Real lacaniano aquí equivale al fracaso de
toda dislocación posibles" (1993: 79)- Ambas son presentadas toda red simbólica, que se manifiesta a través de nudos e inconsis-
como operaciones hegemónicas, pero se deduce que el imagina- r tencias en la representación. Sin empargo, como un sistema en sí
rio social es más radical, ya que su elasticidad es mayor, incluso si mismo no tiene un fundamento positivo,los límites de un discurso
esto ocurre a costa de que osu contenido literal será deformado y no pueden representarse adecuada/nente y emergen solo mediante
transformado a través de la adición de un número indefinido de un antagonismo que funda un nuevo sistema. En esta perspectiva,
demandas socialeso (Laclau, t993t 8z).'a Esta formulación plantea el antagonismo pertenece al orden imaginario-simbólico de la rea-

la pregunta: ¿hegemonía de qué? La hegemonía aquí se convierte lidad ya que es una construcción discursiva, mientras que la dis-
simplemente en el sinónimo de la inestabilidad crónica de cual' locación se ubica en lo Real, indicando así su dimensión negativa
quier sistema (y en particular en los tiempos modernos), ya no en como límite del discurso (Glynos y Stavrakakis, zoo8: 254-255).O,
la prevalencia de un proyecto político, por más flexible y maleable, como 1o ha elaborado Frosini, «el antagonismo es elhacerse-acción
y en su capacidad de renovación del sentido común de época. Si de la dislocación» (zoret r79),lo cual conlleva que la crisis de un

un determinado proyecto presta su nombre a un imaginario social determinado orden puede o no dar lugar a la aparición de discur-
cuya esencia normativa se hace irreconocible en comparación con sos antagónicos capaces de desafiarlo y finalmente socavarlo. Sin

lo que era antes, ¿no será más oportuno concluir más bien que ha embargo, la cuestién aún no está del todo clara. Sobre el tema de
la diferencia/equivelencia, Laclau escribe que «por un lado cada
diferencia ae Ér¡pfÉ;É a ñl misma como diferencia; por el otro, cada
14 He tenido que agrelaar una parte de la frasc que sonltuhrt clr lrr e{ición originel una dc elle¡ ¡¡ frné€la c ¡f miamn en cuanto tal al entrar en una
inglesa, mas no en la españolir,

.
396 HEGEMONíA Y POPULISMO EN LACLAU SAMUELE MAZZOLINI 397

relación de equivalencia con todas las otras diferencias del siste- equivalencial" ft996:8o). En este sentido, uno de los elementos de
¡¡¡a,' (1996: 7z). Nada de discutible hasta acá,peto,en esta tensión la equivalencia es ovaciado" de su contenido diferencial, es decir
inextricable, invoca nueYamente el antagonismo como necesario de su significado específico, y viene a encarnar la función univer-
para estructurar la obietividad: osolo si el más allá pasa a ser el sal de representación de todo el sistema. Este significante vacío se
significante de la pura amenaza)de la pura negatividad, de 1o sim- configura entonces, aunque como veremos con algunas diferencias
plemente excluido, puede haber límites y sistema (es decir, un orden cruciales, como lo que en Hegemonía y estrategia socialista Laclau y
objetivo)" \t9g6z 74).O, para decirlo de otra manera, es precisa- Mouffe definen punto nodal. La peculiaridad inherente a esta nueva
mente la prevalencia de la dimensión equivalencial a expensas de la terminología no solo'radica en la formalidad que las herramientas
diferencial lo que permite la representación del sistema como una lingüísticas que emplea dan a su línea de razonamiento, sino en la
totalidad (r996:78). ¿Qué sucede cuando prevalece el momento respuesta a la pregunt¿; «¿Qué es lo que determina [...] que sea un
diferencial? Lo que parece faltar aquí es el reconocimiento de que significante y no otro el que asume, en diferentes circunstancias,
un sistema estable no necesita antagonismo para significarse a sí esa función significativa [a del significante vacío]?" (1996:76),
mismo. Es el proyecto que pretende subvertir un sistema estable La respuesta de Laclau es la irregularidad de lo social,lo que sig-
el que recurre a un empuje antagónico, mediante una concatena- nifica que diferentes luchas muestran diferentes capacidades para
ción equivalencial de las categorías excluidas. Pero las categorías desempeñar este papel, a su vez uel resultado de procesos en los
excluidas no son necesariamente expulsadas del sistema estable de que las lógicas de la diferencia y de la equivalencia se sobredeter-
forma antagónica, ya que el sistema suele intentar reinsertarlas o, minan entre sí» (Laclau, t99& 8t),lo que hace necesario estudiar
al menos mitigar su potencial antagonismo. En otras palabras, la una coyuntura particular para determinar cuál es el significante
lucha entre la voluntad de antagonízar y la voluntad de evitar el vacío. Si bien esta dinámica está descrita de manera persuasiva,
antagonismo no está bien representada aquí. otras perplejidades surgen al observar qr¡e Laclau considera como
Hay un paso ulterior en la conceptualizaci1nde la hegemonía de relación hegemónica la relación a travds de la cual un contenido
Laclau en esta fase, que tiene que ver con la representación positiva particular se convierte en el significanÉ de una plenitud comuni-
del Real Lacaniano, ya que «aunque la plenitud y la universalidad taria ausente (Laclau, ry96:82). Esta "victoria», sostiene Laclau,
de la sociedad son inalcanzables, no desaparecen: se mostrarán es peligrosa porque la operación hegemónica tiende a eliminar a

siempre a través de la presencia de su ausencia" $996: g8l.La los verdaderos promotores y beneficiarios del significante que se
idea de fondo aquí es que «en una situación de desorden radical, vacía de su contenido diferencial. Lo que Laclau quiere decir aquí
el "orden" está presente como aquello que está ausente; pasa a ser es que la bandera bajo la cual se lleva a cabo una cierta operación

un significante vacío, el significante de esa ausencia. En tal senti. política a menudo tiende a ser sacrificada. Estamos una vez más
do, varias fuerzas políticas pueden competir en su esfuerzo pof ante una especie de hegemonía totalmente efímera, cuya diferencia
presentar sus obietivos particulares como aquellos que llenan ese con la versión de Gramsci es particularmente palpable. Es cierto
vacío. Hegemonizar algo significa, exactamente llenar ese vacío» que para el pensador sardo la construcción del bloque histórico es
(t996:84). Precisamente porque la plenitud no es un hecho y no una operación hegemónica que implica que el promotor (en su caso
yace en un terreno infraestructural, uella no puede tener ninguna derivado necetarismente a partir de un análisis de la infraestruc-
forma propia de representación y tiene que tomar esta última eit tura social) re Hetpoje de sus intereses corporativos, pero esto no
préstamo de alguna identidad constituida en el interior del espacio significa quc todB: ¡tGé¡ interercs puedan ser sacrificados, mientras
SAMUELE MAZZOLINI
398 HEGEMONÍA Y POPULISMO EN LACLAU

que en la versión de Laclau se trata de una posibilidad bastante


concreta. Al menos algunos de los principios fundamentales pre- 9r). En particular, el populismo se define como la expansión de
sentados por un proyecto político tendrán que concretarse para la lógica equivalencial a expensas de la lógica diferencial, en una
dar sentido a la hegemonía. Una vez más, se concede un privilegio operación que implica tÍazar una frontera antagónica (zoo5 ro4).
excesivo al significante, mientras que el significado se vuelve casi Parecería que, una vez más, el antagonismo es el gran protagonis-
totalmente irrelevante. ta. Sin embargo, en este caso la dudosa identificación de política y
Lo que hay que destacar en este punto es la bifurcación de la antagonismo está mediada por el reconocimiento de que, en claro
noción de hegemonía, un movimiento que, como veremos, no es contraste con el populismo, "un discurso institucionalista es aquel
exenro de ambigüedades. Si bien la noción de hegemonía mantiene que intenta hacer coincidir los límites de la formación discursiva
marginalmente el significado de una articulación predominante y con los límites de la comunid¿d» (zoo5: roTl,privilegiando de tal
contingente, la especificidad del significante vacío también habla manera lalígica de la diferencia. En otros términos, mientras que
de la hegemonía de un significante en la sociedad en su conjunto. el populismo busca la articulación de una serie de demandas en una

Como ya se ha mencionado, el significante vacío no es más que cadena equivalencial sobre la base de una oposición compartida con

el nombre de una plenitud ausente, un estado de plenitud ausente un enemigo, el institucionalismo ftata de abordar esas demandas
transversal a la sociedad en su conjunto. La hegemonía es, por lo de manera que el sta,tus quo flo sea puesto en tela de juicio impi-
tanto,la hegemonía de un conjunto discursivo, pero también la he- diendo, por lo tanto,la aparición del antagonismo. El populismo
gemonía de un elemento particular dela sociedad en general, cuya como una articulación antagónica entonces, y el institucionalismo
asociación con un campo determinado, sin embargo, no puede sel como una articulación predominante que ablanda el antagonismo,
tratada como algo ya dado. tal como en Política e ideología en la teoría rnarxista. Sin embargo,
nunca tenemos un discurso enteramente populista o enteramen-
'
te institucionalista, en la medida en que cada identidad se divide
recargados entre su nataraleza diferencial y su incorporación equivalencial,
4. Populismo y hegemonía
por lo cual "las equivalencias pueden debilitar, pero no domesti-
Muchos de estos temas son retomad os en La razón populista, enla car las diferencias, (zoo5: ro5). En consecuencia,la equivalencia
que el autor resucita la noción de populismo e intenta combinarla y la diferencia son fundamentalmente incompatibles, pero ambas
con la de hegemonía. El clima político de los años zooo, en los que necesarias constantemente en juego- en la constitución de lo
-y
social,lo que a su vez determina que cualquier intervención política
experimentos populistas de corte izquierdista tuvieron éxito en va'
rios países de América Latina y con los cuales Laclau llegó a iden' sea necesariamente siempre populista, sin importar en qué grado

tificarse explícitamente, facilita la difusión de su renovada teoríe (zoo5: 195). Esta conclusión puede parecer contraria ala afrrma-
del populismo, aunque es difícil pensar la cronología de los ción de que el antagonismo puede estar completamente ausente si
-por reflexión, salvedad la dislocación no interviene en primer lugar para generar las de-
eventos- que hayan constituido |a chispa de su
hecha de la Revolución bolivariana en Venezuela que arrancó en mandas que se convertirán en el medio de cualquier experimento
populista. Como dice Laclau: nsin esta ruptura inicial de algo en
rygs.Laimportancia atribuida al populismo por Laclau no deja
lugar a dudas: uel populismo es la vía real para comprender algó el orden soeiEf-por más pcqLreña que esa ruptura haya sido ini-
relativo a la constitución ontológica de lo polltico como tal» (aoo5: ci¿lm¿n¡e-t EB hey po:ibilidad de antagonismo, de frontera o, en

.
SAMUELE MAZZOLINI 4oL
HECEMONÍA Y POPULISMO EN LACLAU

pueden ser incorporadas a una formación hegemónica en expan-


última instancia, de "pueblo"» (zoo5l rr3)' Las dos posiciones
pro- sión; las segundas representan un desafío a la formación hegemó-
pueden reconciliarse afirmando que desafíos antagónicos de
nica como ¡¿1, (zoo5: ro8). Hasta cierto punto, como ya hemos
y".,o. rivales siempre pueden surgir, obligando así a los que están
posi- visto, existe una similitud con su primera formulación: ,.Una clase
en el poder a reaccionar, pero el populismo no tiene ninguna
npueblo" a menos es hegemónica [...] en cuanto logra articular diferentes visiones del
bilidad real de prosperar y construir un nuevo
dislocatoria inicial. cabe mundo en forma tal que el antagonismo potencial de las mismas
que se prodazcaalgún tipo de experiencia
resulte neutralizad6" (t978: r88). De hecho, si omitimos que el
*rorr.., señalar que la necesidad de una ruptura del orden social
elemento a articular se expresa de manera diferente (visiones del
para que se produzca una intervención populista genuina (y que'
mundo vs. demandas) y que el discurso, tras el giro postfundacio-
sirr.*burgo, no se da en absoluto por sentada), indica que el límite
y que nalista, sustituye ahora el papel apodíctico atribuido a la clase,
de la objetividad ya no es el antagonismo sino la dislocación,
tenemos una cierta congruencia entre ambas posiciones. El insti-
esta funcion a ahoracomo una simple condición de posibilidad
de
tucionalismo, entonces, es la forma de discurso de una formación
que suria el antagonismo.
una breve digresión ya hegemónica que trata de acomodar las demandas y desalentar
¿Qué decir de la hegemonía? Hagamos
el antagonismo, mientras que el populismo legítimo inferir-
sobie los elementos básicos de la articulación. En el texto, Laclau I

-es
Más es el intento de un discurso de convertirse en hegemónico a través
se refiere a ellos simplemente como demandas (zoo5: 98).
de una articulación antagónica de demandas insatisfechas.
concretamente, Laclau introduce una distinción tripartita: inicialr'i
mente una demanda puede surgir como una simple petición,
que a ¿Pero el populismo ya es hegemónico en sí mismo? ¿O es el
por único camino disponible hacía la hegemonía? La noción de po-
menudo corresponde a un problema restringido expresado
tra I
pulismo aquí propuesta se enriquece con una serie de desarrollos
población; si la petición es satisfecha por la institución, es el fin de:
teóricos que pone de relieve la profunda involucración de Laclau
ia historia. Sin embargo, las peticiones pueden convertirse en reclat
y son con el psicoanálisis y la lingüística, y sugiere una forma peculiar
mos cuando permanecen insatisfechas durante cierto tiempo
un texto de concebir la relación entre el populismo y la hegemonía. En pri-
avanzadas con más ímpetu (zoo5: 98)' Como detalla en
baio mer lugar,la hegemonía es equiparadacon la figura retórica de la
contemporárreo, mierrtras que en inglés ambos términos caen
catacresis, la cual consiste en unombrar algo que es esencialmente
el prr"j,rr. de .demandas», en otros idiomas son más fácilmente
ureivindicación» innombrable» (zoo5: 96), es decir en el uso de un término figura-
distinguibles, como en español donde la palabra
tivo a falta de uno literal. Dado que todo discurso político no es
asume el significado de imponer una petición (zoo9:55)'
En este
más que un conjunto contingente de elementos que no pueden ser
punro, Laciau discrimina entre dos tipos de reivindicaciones: las
comprendidos conceptualmente que no responden al fun-
demandas democráticas, es decir las que tienden a permanecef
a fusio' cionamiento de un fundamento que los reúna necesariamente- la
aisladas, y las demandas populares' o sea las que tienden
atribución de un nomb¡e sigue la misma dinámica inherente a la
narse, aunque de forma incipiente, de tal manera que forman
una
un lógica hegemónica, consistente en la "operación por la que una
subjetividad social más amplia, pero sin crear todavía sistema
una particularidad asume una significación universal inconmensura-
estable de significación (zoo5: gg\.Esta diferenciación nos da
ble consigo misma, (zoo5: 9S). En paralelo, Laclau arguye que
primera clave para entender la relación que Laclau postula en La
nLas primerds la construcciód del upuetrlo, es también esencialmente catacréti-
iazón populistaenrre el populismo y la hegemonía:
ca. Por ender tl hcgemenla.catacresis y catacresis=populismo, el

t ,'
HEGEMONiA Y POPULISMO EN LACLAU
SAMUELE MAZZOLINI 4o3

populismo parecería ser tratado como ya hegemónico en sí mismo, ' cdptura diferentes aspectos de la realidad social [...] mientras
y no como un camino hacia la hegemonía sin ninguna gafantía i que el segundo modelo implica una pluralidad de puntos noda'
de éxito. Permanece de todos modos una cierta incertidumbre al les uinculados entre sí en una formación discursiua o un bloque
respecto, ya que en otros pasajes parecería que Laclau coloca la histórico por prácticas hegemónicas, el tercer modelo swgiere
hegemonía en otro plano, como cuando aclara que, en referencia qwe la unidad de una formación social está constituida por un

a la política estadounidense de los primeros años 2.ooo) incluso si significante uacío que establece el significado de los demás sig-
llegase al poder gracias a una cadena equivalencial alternativa, el i nificantes, es decir tiene la función totalizadora de conectar los
«sucesor [de George Bush] va a ver sus movimientos limitados por ; elementos del sistema entre sí (Howarth, zooS: jji134).
las restricciones procedentes de una formación hegemónica cuyos
parámetros permanecen sustancialmente inalterados" (zoo5: r74)' Hemos aquí varios problemas. En primer lagar,y en contraste la
Antes de proceder, veamos otfo movimiento teórico que Laclau noción del punto nodal,la posibilidad de que una singularidad se
explicita aquí, es decir la diferenciación, anticipada ya en los es- convierta en el único punto de anclaje, en el único objeto que trans-
critos de Emancipación y diferencia,entre el significante vacío y el , mite una plenitud ausente que orienta toda una formación social
significante flotante. El significante flotante permite a Laclau dar' en ..el ternpo acelerado de las transformaciones sociales" (Laclau,
cuenta de la fluidez de los discursos y la posibilidad de variacio'i t9932 56) de la posmodernidad, es particularmente dudosa. Como
nes en la frontera antagónica. Una determinada demanda puede he manifestado en otro escrito,talvez sea la articulación de varios

recibir la presión de proyectos rivales, que tratan de atribuirle un puntos nodales, a su vez articuladores de demandas más concretas,
significado diferente mediante la incorporación en otta cadena la arquitectura más adecuada para describir un proyecto populista
de equivalencias. La demanda se vuelve así indeterminada y su exitoso (mas no necesariamente hegemónico) (Mazzolini, zozt).
significado está suspendido, es decir flotante (zoo5: r65)' La dife' Relacionado a este punto, hay la cuestión del nivel de abstracción
rencia con el significante vacío es que este último da por sentada del significante vacío,la cual se remonta al nhistórico" problema
la frontera y tiene que vef con la estructuración de una identidad de la indeterminación de los constituyentes ónticos básicos de la
popular, mientras que el significante flotante tiene en cuenta el des' ontología política de Laclau (Howarth, zooo: u7l.El hecho de
plaramiento de la frontera. sin embargo, Laclau sostiene que lai haber reducido los constituyentes básicos a las demandas no hace
distancia entre los dos no es tan grande ya que ambos constituyen sino aumentar la confusión, ya que, en otros pasajes, el significante
dos dimensiones parciales oen cualquier proceso de construcción vacío varia desde el líder (como expresión última de una singula-
del "pueblo" » . (zoo 5: r 68 ). Al distinguir entre los tres modelos de ridad que mantiene unido al pueblo) (Laclau, zoo5: r3o), hasta
hegemonía propuestos por Laclau (el primero correspondiente al el nacionalismo para dar un ejemplo- pafa el cual «no se
-dblo
avanzado en Política e ideología en la teoría rnarxista, el segundo trata solo de que el'hacionalismo" puede ser sustituido por otros
en Hegemonía y estrategia socialista y el tercero a partir de NueuaS términos en su rol central de significante vacío, sino que también
reflexiones sobre la reuolución de nuestro tiempo),Howarth pro' su propio sentido va a variar dependiendo de la cadena de equiva-

blematiza el estado del significante vacío: lencias asociada a é1, (Laclau, zoo5: z8z). El problema es doble:
por un lado el significado de un líder vivo (a diferencia de uno
no queda claro si el significante udcío es simplemente sinóni. muerto) no etté én juego' yr que puede resistirse activamente a ser
mo del punta nodal, un refinamiento del concepto original o si
SAMUELE MAZZOLINI
HEGEMONÍA Y POPULISMO EN LACLAU

incorporado a diferentes cadenas de equivalencia, y claramente no a, es decir objetos parciales's entre los que es posible incluir a las
puede encafnar una plenitud que preexiste a la formación misma ideologías políticas (Stavrakakis, zooTi 56). Laclau traza una equi-

del campo popular emergente; por otro lado, incluso en los casos valencia particularmente significativa: la lógica del obiet petit d
es la misma lógica que subyace al principio de hegemonía. En sus
de significantes vacíos más abstractos, no se toma en debida cuenta
que las asociaciones connotativas pasadas siguen "manchando' palabras: "El objeto parcial se convierte él mismo en una totali-
un significante, por lo que en realidad es difícil pensar que éste dad, se convierte en el principio estructurante de toda la escena»
esté totalmente vacío y disponible para la apropiación por parte
(zoo5: :r45).Laequivalencia se justifica porque la plenitud buscada
de proyectos totalmente opuestos. Ninguna operación hegemóni- através de un objeto parcial es mítica y Ítgaz. El objeto, elevado
a la dignidad de la Cosa, ues simplemente el nombre que recibe la
ca opera en un plano liso, exento de las influencias de las articu-
laciones anteriores. plenitud dentro de un determinado horizonte histórico, que como
Hay un último aspecto del razonamiento de Laclau que es me' objeto parcial de una investidura hegemónica no es un ersatz,sino
el punto de partida de adhesiones profundas" (zoo5: r49). Como se
nester traer a colación. Cuando un símbolo popular se convierte
en el lugar de inscripción de una serie de aspiraciones, su papel no',
señaló anteriormente,la necesidad de construir ¡¡ upueblo» «solo
surge cuando esa plenitud no es alcanzada» decir cuando la
puede limitarse al de una expresión pasiva de estos significantes. La -es
función es totalmente activa: los símbolos oconstituyen 1o que ex' dislocación se muestra a través de una proliferación de demandas
presan a través del proceso mismo de su expresión» (zoo5: rz9)' En frustradas-, "y objetos parciales dentro de la sociedad (objetivos,
otras palabras, no es un medio transparente, sino que está dotado figuras, símbolos) son investidos de tal manera que se convierten
de una verdadera fuerza estructuradora, una productividad social en los nombres de su ausengi¿» (zoo5: r49). Si bien esta descrip-
que permite unir una serie de cuestiones insatisfechas, revelando ción captura muy bien el papel que el afecto juega en los procesos
populistas, no se contempla la posibilidad efecto bastante fre-
el efecto retroactivo de la nominación (zoo5: t39-r4ol, ¿Cómo -en
cuente- que el investimento libidinal sea efímero y temporalmente
explicar esta productividad? Su fuerza, sostiene Lacl'aurestá dada
por el afecto, que tiene una relación íntima con la significación: "se limitado. Estamos nuevamente ante una identificación entre popu-
requiere el afecto si la significación va a ser posible" (zoo5: r43)' lismo y hegemonía que no distingue el diferente nivel de profundi-
Por 1o tanto, Laclau considera que las categorías psicoanalíticas dad que los dos conceptos deberían transmitir. Lo que falta es una
trascienden su campo de origen en tanto pertenecientes a una re¡ teoría de la transición de los afectos a un nuevo sentido común y
flexión ontológica general (zoo5: ¡,4Tl.Eneste sentido, desarrolla una renovación mora/de mayor envergadura que adapte una for-
aquí un encuentro más sofisticado con la dimensión positiva de lo mación social a un ployecto político o)pata decirlo a su manera, a
Real lacaniano, cuya carencia había sido señalada anteriormente la sedimentación y el consecuente olvido de sus orígenes políticos.
por algunos de los estudiosos formados bajo su supervisión (Glynos En otros términos, no está contemplada, como le reprocha Slavoi
)4.- r
y Stavrakakis, zoo4: zo9). Específicamente, el suieto es considerado Zti.ek en una crítica por lo demás fracasada (zot9), el pasaje de
como portador de un goce perdido, un estado de plenitud primor'
5 La parcialided dcl ohietrr por su incapacidad de proporcionar
es clrtcla precisamente
dial e irrecuperable asociado ala díada madre/hijo. Esta privación
r
la satisfseeid¡n lultiu¿ inhercnte ¡
lrr díada madre/hiio, Una vcz que la pérdida de
empuja el sujeto a identificarse en lo que Lacan llama obiect peúr esto plenitud original re ha rueterializurh, el sujet«r puecle obtcnr,r s¡tisfacción solo
n rrqv6c dc un t¡blero PÉt€lál ((trpie(, ¡.oo¿r r9),
4C,6 HEGEMONiA Y POPUL|SMO EN LACLAU SAMUELE MAZZOLINI 4o7

la centralidad de un líder a la centralidad de una idea impersonal


Critchley y O. Marchart, (coords.): Laclau. Aproximaciones aíticas a su obra
de cualquiera normatividad sustancial, preocupación ausente
-o
en elúltimo Laclau. Probablemente sea la concomitancia entre la
Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.

aversión del post-estructuralismo hacia cualquier tipo de ,.cierre, Hoven:rH, David (zooo): Discourse, Buckingham, Open University Press.

por un lado, y, por el otro,la u"fidelidad a la ruptura liminar", (zoo8): "Hegemonía, subjetividad política y democracia radical,, en S.
que lleva aLaclaa "a la reivindicación romántica de un supuesto
-,
Critchley y O. Marchart (coords.): Laclau- Aproximaciones oíticas a su obra
primer momento populista que encontraría su ocaso no Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica,
-cuando
su traición- en la posterior institucionalización, (Aboy Carlés, Lerasrroe MenrfN Du- Ceuro, Julio (coord.) (r985): Hegemonía y aher-
Loro 3o) la que impide que el nexo entre populismo y hegemonía natiuas políticas en América Latina, Ciudad de México, Siglo XXI.
postulado por Laclau que un nexo, una verdadera superpo-
-más LAcLeu, Ernesto (r9Q)z uNota sobre la historia de mentalidadss», en
sición- resulte, en esta última versión, analíticamente insatisfac- D esarrollo Económico, j G-zl, 3o3- 3 r z.
torio y políticamente poco fructífero.
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