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HEGEMONíA Y POPULISMO EN LACLAU
SAMUELE MAZZOLINI 377
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En una inspección más cercana, este planteamiento difiere consr- crecimiento impulsado por las exportaciones entre t86o y t93o.
derablemente de la tesis de Laclau según la cual un capitalismo
de La renta diferencial determinada por de la fertilidad del suelo
tipo agrario yahabía echado raíces en Argentina (Laclau' r969t pampeano, el monopolio de la tierra y la escasez de mano de obra
permitieron un desarrollo temprano de las relaciones de produc-
2-9r-3oo; Laclau, r973i tLz'rz5). Ya en su primeta etapa como
p.rrrudor, Laclau de hecho reflexiona de manera crítica sobre su ción capitalistas y la generación de una riqaeza sin parangón en
ya los países vecinos. Este excedente permitió una marcadacapacidad
experiencia militante y las concepciones teóricas subyacentes'
que todavía estaban viciadas por un reduccionismo de clase
y una redistributiva por parte de la oligarquía argentina, y contribuyó al
representación desarrollo de industrias artesanales destinadas a satisfacer el con-
interpretación de la política en términos de mera
sumo oligárquico. En el plano social, esto se tradujo en una cierta
de intereses (Laclau, ry93: zo9). Sin embargo, es precisamente
en
ra vez y de maner a enf-ática la ruta populista: u [e]l populismo clentro de la izquierda argentina
-cuyas
repercusiones siguen aún
un nivel político e ideológico, una esfera en la que también se mez- publicación del artículo Rupturd populista y discwrso (r98o).s ¡u
clan elementos no atribuibles a las clases fundamentales, haciendo noción de discurso adquiere nuevos matices: según Laclau *[p]or
que las clases medias se conviertan en nel campo por excelencia "discursivo" no entiendo lo que se refiere al texto en sentido res-
de la lucha política de clases, (t9782 t3ol,ya que es ahí donde las tringido sino al conjunto de los fenómenos de la producción social
interpelaciones popular-democráticas tienen mayor peso (r978: de sentido que constituye a una sociedad como tal. No se trata,
r 5 5). La conclusión, desde un punto de vista estratégico-militante, pues, de concebir a lo discursivo como constituyendo un nivel, ni
es que la clase obrera, si quiere luchar por la hegemonía, no pue- siquiera una dimensión de lo social, sino como siendo coextensivo
de presentarse en una forma pura e incontaminada, sino que será con lo social en cuanto tal, (Laclau, t98o:87). Esta dilucidación
el principio articulador, con un impacto decisivo sobre la forma es funcional a una nueva forma de conceptualizar el antagonismo.
y dirección política última, de un discurso más abigarrado de lo ParuLaclau, el antagonismo no es ni una oposición empírica real á
permitido por las concepciones obreristas. Queda por aclarar más la Kant (Realrepugnanz) niuna contradicción dialéctica á la Hegel,
detalladamente cuál es la relación entre el populismo y la hege: sino una relación de contradicción que surge en el discurso, es de-
monía. Según Laclat,.las clases no pueden afirmar su hegemonía' cir a través de la proposición contextual de un conjunto de posi-
sin articular al pueblo a su discurso, y la forma específica de esta ciones opuesto a otro polo. En otras palabras, ni la positividad de
articulación, en el caso de una clase que para afrrmar su hegemonía un objeto ni la oposición lógica entre objetos distintos puede ser
debe enfrentarse al bloque de poder en su conjunto, será el popu- tomada como punto de partida para el desarrollo de una teoría del
lismo, (t978: z3o). De esta manera, el populismo se convierte en antagonismo. Este en cambio nace como una creación significati-
el camino a la hegemo nía paru las clases que aún no la tienen. Del va a través de una serie de operaciones discursivas. De ahí que la
texto de Laclau se deduce que una vez que una clase y sus alia subordinación no genera naturalmente su propia resistencia. Más
se hayan convertido en un bloque hegemónico,la dimensión ant bien, se produce una ruptura populista solo en la medida en que
gónica disminuye. En otras palabras, el populismo consistiría en se crea una serie de equivalencias entre diferentes elementos de
único intento realista de obtener el poder para un sujeto políti forma antagónica en relación con una firerza dominante (Laclau,
interesado en metef mano a la configuración social: una estrategi r98o: 88-9o). El argumento es ampliado en el texto La estrategia
por lo tanto, cuyo rasgo dominante (el antagonismo) llegaría a socialista ¿hacia dónde ahora? (Laclau y Mouffe, t98t),6 una ex-
fin una vez alcanzados los objetivos establecidos. plícita introducción a Hegemonía y estrategia socialista (que saldrá,
Como es evidente, tanto el populismo como la hegemonía ti cn su edición inglesa, apenas cuatro años tarde), en la que Laclau
nen en este texto una inflexión marcadamente sociológica, y Mouffe enfrentan directamente el marxismo, afirmando que la
es abandonada en cambio desde 1o que aquí se define como centralidad de la clase obrera en un proyecto contra-hegemónico
cuarta y última fase del primer Laclau. Comúnmente, se i no puede darse por sentada. Al mismo tiempo, en el artícalo La
frca Hegemonía y estrategia socialista como e[ punto de ru
entre el Laclau marxista y el Laclau postmarxista. Sin
una mirada a sus escritos entre 1977 y r985 (años de publi Una versión esptñoln del texto salií¡ en ellibro Hegemonía y ahernatiuas políticas
an América Latír¿ (l,uhu¡¡titl¡ Mrrrtín del Campo, r985). La traducción de la cita a
de las versiones inglesas de sus dos primeros libros) revela crrntinunci(rn e¡ exrrcfula rle e¡tc lihro ([,¿rbastida Martín del Campo, t985: 39).
Laclau emprendió este viraie a principios de los [lon a partir de Urra versióR erpañola del re¡*to ¡alidr crr cl nurnero ztl cle Zona Ahierta, en r 9[13. La
rrrrducción de l¡ elt¡ a euntiñucciórr er extrAÍrlrr cle rrcrl.
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xfftÍlt*".
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llevan a cabo mediante una práctica articulatoria que establece estos antagonismos siguen estando, en sí mismos, desprovistos de
una orientación política natural, ya que solo adquieren cierto sen-
una relación entre los elementos, que a su vez
-y aquí tadica la
tido cuando se articulan con otros antagonismos. Como ya se ha
diferencia con su concepción anterior- se modifican, todo sin ex-
cepción, como resultado de su unión. Aquí se ofrece una definición dicho, la influencia ejercida sobre los autores por la proliferación
ulterior de discurso: es la totalidad resultante de esta afticulación concomitante de nuevos movimientos sociales y la rica literatura
(Laclau y Mouffe, zoort r43). Sin embargo, un discurso no es una sobre el tema puede apreciarse claramente en este texto y es poste-
positividad determinada y delimita da,ya que la relación que se es- riormente admitida por el propio Laclau (Laclau, 1988: rz).,, Esta
tablezca entre las diferencias será uincompleta y penetrada por la influencia es evidente no solo en el capítulo final del texto, donde
contingenci¿" (Laclau y Mouffe, 2oor: r5o). Solo serán posibles la propuesta normativa parece algo
"confeccionada, a medida de
fijaciones parciales gracias a la intervención de puntos discursivos los nuevos movimientos sociales, sino también y sobre todo en la
privilegiados puntos nodales- que otorgan significado a una creación de una nueva ontología política. Claramente, no solo los
-los (Laclau y Mouffe, Loari r5z). Estos prlttot, movimientos sociales han influido en esta reorientación. La dismi-
cadena significativa
nos advierten los autores, no pueden definirse a priori, sino que nución de la influencia de la clase obrera en los países postindustria-
surgen solo contextualmente. Además, Laclau y Mouffe formalizan les, la disolución inicial del sistema fordista, los efectos penetrantes
las lógicas políticas de la equivalencia y de la diferencia; in nuce,, de las relaciones de producción capitalistas en las nuevas esferas de
estas lógicas explican los procesos de movilización colectiva que la vida social,la burocratizaci1n inherente al modelo de Estado de
dan vida, defienden y natualizan las nuevas fronteras políticas, así, bienestar, la aparición de protestas masivas en los países del Tercer
como el proceso opuesto, es decir el intento de interrumpir o des- Mundo que se debían muy poco a la lucha de clases tradicional y los
truir el diseño de las fronteras ( Glynos y Howarth, zooT t r 4 r ). En claros signos de agotamiento del modelo soviético también ruvieron
resumen, Laclau y Mouffe se refieren alalÓgica de la equivalencia un fuerte impacto sobre Hegemonía y estrategia socialista,como los
cuando el espacio político se simplifica a través de la sustituibilidad propios autores admiten en otros lugares (Laclau y Moaffe, tgBT:
de los elementos de un sistem a,y ala lógica de la diferencia cuando 8o)." Pero tampoco hay que pasar por alto el fuerte peso ejercido
el sistema se vuelve cadavezmás complejo debido a la expansión por una serie de avances teóricos que se remontan a esos años, como
de los elementos del sistema (Laclau y Mouffe, zoot: :r73). la deconstrucción de Jacques Derrida y el método genealógico de
Además de sabotear la noción de intereses objetivos, Laclau Michel Foucault (Howarth, zooS: 3zo,n 4).
Mouffe reconocen, a partir de la aparición de los nuevos movimienr Entonces, ¿cuál es la definición de hegemonía dada por Laclau
tos sociales, la multiplicación de posiciones que puede ocupar un y Mouffe alaluz de lo que se ha analizado hasta ahora? uEl cam-
sujeto, o sea la explosión de una variedad de antagonismos posiblec po general de emergencia de la hegemonía es el de las prácticas
dentro de la sociedad. Las repercusiones desde el punto de vista dc articulatorias, es decir, un campo en el que los nelementos, no han
la práctica política son claras: nuna variedad de otros puntos dc cristalizado er «r¡6¡¡srrtosr. [...] Es porque la hegemonía supone
ruptura y antagonismos democráticos pueden ser articulados a un¡l cl carácter incompleto y abierto de lo social, que solo puede consti-
,.voluntad colectiva, socialista en un mismo pie de igualdad con lal tuirse en un campo dominado por prácticas articulato¡i¿s» (zoor:
demandas obreras. La era de los osuietos privilegiados" el sen¿
-en
tido ontológico, no práctico- de Ia lucha anticapitalista ha sido d'c' r r
'lhmbién cn l,nclntrl r 991r r llc-,ro,
t
finitivamente superada, (Laclau y Mouffe, loo¡ i I z6). Sin embargo¡ r ¿ 'lirnlhién en L¡etau¡ atltt I I t,
t
SAMUELE MAZZOLINI
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Mientras que aquí el antagonismo es aplanado, en la nueva der lo social, (zoor: ry7).Másconcretamente,la articulación solo es
posible en la modernidad y en virtud del declive de las sociedades
finición la hegemonía se convierte en sinónimo de articulación 14
cerradas, que, puesto que estaban reguladas por una lógica teoló-
antagonismo, es decir la creación de fronteras con otros discursos'i
La hegemonía pasa de ser una articulación exitosa que en virtud gico-política, determinaban trascendentemente posiciones diferen-
de tal éxito suspende su propio antagonismo y atenúa el de 1o§ ciales fijas para los individuos. La política en este conrexto solo
podía reducirse a una repetición continua de relaciones jerárqui-
demás, a ser una articulación en la que el antagonismo es trata*
cas en un espacio claramente delimitado. Como afirma Laclau en
do como un elemento crucial y distintivo. Esto sucede porque el
un texto contemporáneo: "una comunidad campesina en la Edad
antagonismo se convierte en el verdadero índice del límite de
objetividad y su aparición está relacionada con el impedimento Media reproduce su existencia sobre la base de una rígida arricu-
de los agentes sociales para alcanzar su propia identidad
(Laclau lación de posicionalidades que no abre la posibilidad de ningún
y Mouffe, 2oor: r68). Puede parecer una conclusión de esca§á proceso de transformación articulativa. La forma hegemónica de
la política está ausente" (Laclau, r985b: 73).4 Conla introducción
envergadura, pefo en realidad tiene profundas repercusiones. En
del horizonte democrático se crearon las condiciones de posibilidad
efecto, bajo esta nueva teorización se hace difícil conceptualizat
los órdenes sociales que, observando el espacio vacío del poder t'el
caerr por t§nto' cn la tentación
r I l,rr trudueelén de l¿ eitr e¡ ertralde rlc lu versi/¡u es¡rrrñola dcl tc.x«¡ (Labastida
como lo define Claude Lefort ll,
-sin Mrrrfrr rlel Clrmpo¡ r9á¡r
t
HEGEMONÍA Y POPULISMO EN LACLAU
SAMUELE MAZZOLINI 391
para que se pudiesen articular diferentes formas de resistencia a la intervención de Slavo¡ ZiZek publicada en el mismo volumen,
subordinación, dando lugar al continuo iuego de las diferencias. Como Laclau retoca algunas de las coordenadas del texto anterior. El
este juego ya no puede congelarse, implica necesariamente una cont!
esloveno advierte a Laclau que si creemos que los suietos sociales
nua redefinición de las fronteras,transformando el antagonismo en el están amenazados por el antagonismo de los «otros» y que así su
estrategia socialista representa un paso atrás en comparación con dislocada abre una panoplia de caminos igualmente viables, aun-
que el elegido sea indecidible a priori; y como la forma misma de la
Política e ideología en la teoría marxista.
libertad, entendida como la ausencia de determinación, haciendo al
sujeto portador de una identidad estructural fallida que le empuja
y a continuos actos de identificación (t993t 58-6r). En otras pala-
3. Hegemonía entre antagonismo dislocación
bras, la dislocación es ese terreno ontológico primario que revela
que no existe un6 identidad estructural porque cualquier suieto es
Estos aspectos problemáticos son parcialmente disipados enNueu1i
reflexi.ones sobre la reuolución de nuestro tiempo,tlrgido por uria
portador de u¡ie identidad estructural siempre ya fallida, y que la
comprcnsión de le ¡s€leded tto equivule n entender lo que es, sino
q
HEGEMONíA Y POPULISMO EN LACLAU SAMUELE MAZZOLINI
Con este movimiento,la connotación que Laclau había atribuido nsufrido, la hegemonía de otro proyecto? Ciertamente, es impor-
inicialmente a la hegemonía vuelve a estar en primer plano: uTodo tante considerar que cualquier proyecto político que encarne la
depende [...] de quién está en el control. Se trata, en el más estricto plenitud estará necesariamente contaminado y no podrá imponerse
sentido del término, de una cuestión de hegemonia" (r99y 46). en su forma más pura, pero si no se mantiene un anclaje con algún
La cuestión del mando del poder, una de las nociones más contenido sustancial, entonces hablar de hegemonía se convierte
-y en algo fuera de lugar. La influencia de Gramsci sobre Laclau aquí
centrales en este libro- es fundamental aquí, ya que no se puede
asumir la coherencia del proyecto hegemónico ni de la sociedad, y está ya casi desvanecida.
por Io tanto «el acto hegemónico no será la rcalizaciín de una ra- Volviendo al tema antagonismo/dislocación, solo más tarde
cionalidad estructural que lo precede sino un acto de construcción Laclau llega a deslindar su esfera de acción de una manera lige-
radical, (:1993, 46).Perc cabe preguntarse: ¿el poder de quién? ramente más visible, dando algunos pasos hacia la resolución del
Tenemos aquí un desprendimiento cada vezmayof de [a literalidad, impasse descrito anteriormente, aunque eso no conlleve una recu-
del contenido, una división irreconciliable entre el significante y el peración sustancial del concepto de hegemonía en cuanto prevalen-
significado. Esto es patente en la proposición de las nociones de cia de un proyecto político específico. Como escribe Laclau en la
mito e imaginario social. Mientras que el primero consiste en un siguiente colección de ensayos Emancipación y diferencit: ,,como
«espacio de representación, que sutura un sistema dislocado y así estamos tratando de significar los límites de la significación
-lo
recrea una nueva obietividad (t9g3r 77),el segundo es "un mito Real, si se quiere, en el sentido lacaniano-, fio hay forma directa
cristalizado» Qu€ se convierte en la verdadera forma de plenitud; de hacerlo excepto a través de la subversión del proceso de signifi-
.<el horizonte ilimitado de inscripción de toda reivindicación y de cación" (r996: z4.Lo Real lacaniano aquí equivale al fracaso de
toda dislocación posibles" (1993: 79)- Ambas son presentadas toda red simbólica, que se manifiesta a través de nudos e inconsis-
como operaciones hegemónicas, pero se deduce que el imagina- r tencias en la representación. Sin empargo, como un sistema en sí
rio social es más radical, ya que su elasticidad es mayor, incluso si mismo no tiene un fundamento positivo,los límites de un discurso
esto ocurre a costa de que osu contenido literal será deformado y no pueden representarse adecuada/nente y emergen solo mediante
transformado a través de la adición de un número indefinido de un antagonismo que funda un nuevo sistema. En esta perspectiva,
demandas socialeso (Laclau, t993t 8z).'a Esta formulación plantea el antagonismo pertenece al orden imaginario-simbólico de la rea-
la pregunta: ¿hegemonía de qué? La hegemonía aquí se convierte lidad ya que es una construcción discursiva, mientras que la dis-
simplemente en el sinónimo de la inestabilidad crónica de cual' locación se ubica en lo Real, indicando así su dimensión negativa
quier sistema (y en particular en los tiempos modernos), ya no en como límite del discurso (Glynos y Stavrakakis, zoo8: 254-255).O,
la prevalencia de un proyecto político, por más flexible y maleable, como 1o ha elaborado Frosini, «el antagonismo es elhacerse-acción
y en su capacidad de renovación del sentido común de época. Si de la dislocación» (zoret r79),lo cual conlleva que la crisis de un
un determinado proyecto presta su nombre a un imaginario social determinado orden puede o no dar lugar a la aparición de discur-
cuya esencia normativa se hace irreconocible en comparación con sos antagónicos capaces de desafiarlo y finalmente socavarlo. Sin
lo que era antes, ¿no será más oportuno concluir más bien que ha embargo, la cuestién aún no está del todo clara. Sobre el tema de
la diferencia/equivelencia, Laclau escribe que «por un lado cada
diferencia ae Ér¡pfÉ;É a ñl misma como diferencia; por el otro, cada
14 He tenido que agrelaar una parte de la frasc que sonltuhrt clr lrr e{ición originel una dc elle¡ ¡¡ frné€la c ¡f miamn en cuanto tal al entrar en una
inglesa, mas no en la españolir,
.
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relación de equivalencia con todas las otras diferencias del siste- equivalencial" ft996:8o). En este sentido, uno de los elementos de
¡¡¡a,' (1996: 7z). Nada de discutible hasta acá,peto,en esta tensión la equivalencia es ovaciado" de su contenido diferencial, es decir
inextricable, invoca nueYamente el antagonismo como necesario de su significado específico, y viene a encarnar la función univer-
para estructurar la obietividad: osolo si el más allá pasa a ser el sal de representación de todo el sistema. Este significante vacío se
significante de la pura amenaza)de la pura negatividad, de 1o sim- configura entonces, aunque como veremos con algunas diferencias
plemente excluido, puede haber límites y sistema (es decir, un orden cruciales, como lo que en Hegemonía y estrategia socialista Laclau y
objetivo)" \t9g6z 74).O, para decirlo de otra manera, es precisa- Mouffe definen punto nodal. La peculiaridad inherente a esta nueva
mente la prevalencia de la dimensión equivalencial a expensas de la terminología no solo'radica en la formalidad que las herramientas
diferencial lo que permite la representación del sistema como una lingüísticas que emplea dan a su línea de razonamiento, sino en la
totalidad (r996:78). ¿Qué sucede cuando prevalece el momento respuesta a la pregunt¿; «¿Qué es lo que determina [...] que sea un
diferencial? Lo que parece faltar aquí es el reconocimiento de que significante y no otro el que asume, en diferentes circunstancias,
un sistema estable no necesita antagonismo para significarse a sí esa función significativa [a del significante vacío]?" (1996:76),
mismo. Es el proyecto que pretende subvertir un sistema estable La respuesta de Laclau es la irregularidad de lo social,lo que sig-
el que recurre a un empuje antagónico, mediante una concatena- nifica que diferentes luchas muestran diferentes capacidades para
ción equivalencial de las categorías excluidas. Pero las categorías desempeñar este papel, a su vez uel resultado de procesos en los
excluidas no son necesariamente expulsadas del sistema estable de que las lógicas de la diferencia y de la equivalencia se sobredeter-
forma antagónica, ya que el sistema suele intentar reinsertarlas o, minan entre sí» (Laclau, t99& 8t),lo que hace necesario estudiar
al menos mitigar su potencial antagonismo. En otras palabras, la una coyuntura particular para determinar cuál es el significante
lucha entre la voluntad de antagonízar y la voluntad de evitar el vacío. Si bien esta dinámica está descrita de manera persuasiva,
antagonismo no está bien representada aquí. otras perplejidades surgen al observar qr¡e Laclau considera como
Hay un paso ulterior en la conceptualizaci1nde la hegemonía de relación hegemónica la relación a travds de la cual un contenido
Laclau en esta fase, que tiene que ver con la representación positiva particular se convierte en el significanÉ de una plenitud comuni-
del Real Lacaniano, ya que «aunque la plenitud y la universalidad taria ausente (Laclau, ry96:82). Esta "victoria», sostiene Laclau,
de la sociedad son inalcanzables, no desaparecen: se mostrarán es peligrosa porque la operación hegemónica tiende a eliminar a
siempre a través de la presencia de su ausencia" $996: g8l.La los verdaderos promotores y beneficiarios del significante que se
idea de fondo aquí es que «en una situación de desorden radical, vacía de su contenido diferencial. Lo que Laclau quiere decir aquí
el "orden" está presente como aquello que está ausente; pasa a ser es que la bandera bajo la cual se lleva a cabo una cierta operación
un significante vacío, el significante de esa ausencia. En tal senti. política a menudo tiende a ser sacrificada. Estamos una vez más
do, varias fuerzas políticas pueden competir en su esfuerzo pof ante una especie de hegemonía totalmente efímera, cuya diferencia
presentar sus obietivos particulares como aquellos que llenan ese con la versión de Gramsci es particularmente palpable. Es cierto
vacío. Hegemonizar algo significa, exactamente llenar ese vacío» que para el pensador sardo la construcción del bloque histórico es
(t996:84). Precisamente porque la plenitud no es un hecho y no una operación hegemónica que implica que el promotor (en su caso
yace en un terreno infraestructural, uella no puede tener ninguna derivado necetarismente a partir de un análisis de la infraestruc-
forma propia de representación y tiene que tomar esta última eit tura social) re Hetpoje de sus intereses corporativos, pero esto no
préstamo de alguna identidad constituida en el interior del espacio significa quc todB: ¡tGé¡ interercs puedan ser sacrificados, mientras
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398 HEGEMONÍA Y POPULISMO EN LACLAU
Como ya se ha mencionado, el significante vacío no es más que cadena equivalencial sobre la base de una oposición compartida con
el nombre de una plenitud ausente, un estado de plenitud ausente un enemigo, el institucionalismo ftata de abordar esas demandas
transversal a la sociedad en su conjunto. La hegemonía es, por lo de manera que el sta,tus quo flo sea puesto en tela de juicio impi-
tanto,la hegemonía de un conjunto discursivo, pero también la he- diendo, por lo tanto,la aparición del antagonismo. El populismo
gemonía de un elemento particular dela sociedad en general, cuya como una articulación antagónica entonces, y el institucionalismo
asociación con un campo determinado, sin embargo, no puede sel como una articulación predominante que ablanda el antagonismo,
tratada como algo ya dado. tal como en Política e ideología en la teoría rnarxista. Sin embargo,
nunca tenemos un discurso enteramente populista o enteramen-
'
te institucionalista, en la medida en que cada identidad se divide
recargados entre su nataraleza diferencial y su incorporación equivalencial,
4. Populismo y hegemonía
por lo cual "las equivalencias pueden debilitar, pero no domesti-
Muchos de estos temas son retomad os en La razón populista, enla car las diferencias, (zoo5: ro5). En consecuencia,la equivalencia
que el autor resucita la noción de populismo e intenta combinarla y la diferencia son fundamentalmente incompatibles, pero ambas
con la de hegemonía. El clima político de los años zooo, en los que necesarias constantemente en juego- en la constitución de lo
-y
social,lo que a su vez determina que cualquier intervención política
experimentos populistas de corte izquierdista tuvieron éxito en va'
rios países de América Latina y con los cuales Laclau llegó a iden' sea necesariamente siempre populista, sin importar en qué grado
tificarse explícitamente, facilita la difusión de su renovada teoríe (zoo5: 195). Esta conclusión puede parecer contraria ala afrrma-
del populismo, aunque es difícil pensar la cronología de los ción de que el antagonismo puede estar completamente ausente si
-por reflexión, salvedad la dislocación no interviene en primer lugar para generar las de-
eventos- que hayan constituido |a chispa de su
hecha de la Revolución bolivariana en Venezuela que arrancó en mandas que se convertirán en el medio de cualquier experimento
populista. Como dice Laclau: nsin esta ruptura inicial de algo en
rygs.Laimportancia atribuida al populismo por Laclau no deja
lugar a dudas: uel populismo es la vía real para comprender algó el orden soeiEf-por más pcqLreña que esa ruptura haya sido ini-
relativo a la constitución ontológica de lo polltico como tal» (aoo5: ci¿lm¿n¡e-t EB hey po:ibilidad de antagonismo, de frontera o, en
.
SAMUELE MAZZOLINI 4oL
HECEMONÍA Y POPULISMO EN LACLAU
-es
Más es el intento de un discurso de convertirse en hegemónico a través
se refiere a ellos simplemente como demandas (zoo5: 98).
de una articulación antagónica de demandas insatisfechas.
concretamente, Laclau introduce una distinción tripartita: inicialr'i
mente una demanda puede surgir como una simple petición,
que a ¿Pero el populismo ya es hegemónico en sí mismo? ¿O es el
por único camino disponible hacía la hegemonía? La noción de po-
menudo corresponde a un problema restringido expresado
tra I
pulismo aquí propuesta se enriquece con una serie de desarrollos
población; si la petición es satisfecha por la institución, es el fin de:
teóricos que pone de relieve la profunda involucración de Laclau
ia historia. Sin embargo, las peticiones pueden convertirse en reclat
y son con el psicoanálisis y la lingüística, y sugiere una forma peculiar
mos cuando permanecen insatisfechas durante cierto tiempo
un texto de concebir la relación entre el populismo y la hegemonía. En pri-
avanzadas con más ímpetu (zoo5: 98)' Como detalla en
baio mer lugar,la hegemonía es equiparadacon la figura retórica de la
contemporárreo, mierrtras que en inglés ambos términos caen
catacresis, la cual consiste en unombrar algo que es esencialmente
el prr"j,rr. de .demandas», en otros idiomas son más fácilmente
ureivindicación» innombrable» (zoo5: 96), es decir en el uso de un término figura-
distinguibles, como en español donde la palabra
tivo a falta de uno literal. Dado que todo discurso político no es
asume el significado de imponer una petición (zoo9:55)'
En este
más que un conjunto contingente de elementos que no pueden ser
punro, Laciau discrimina entre dos tipos de reivindicaciones: las
comprendidos conceptualmente que no responden al fun-
demandas democráticas, es decir las que tienden a permanecef
a fusio' cionamiento de un fundamento que los reúna necesariamente- la
aisladas, y las demandas populares' o sea las que tienden
atribución de un nomb¡e sigue la misma dinámica inherente a la
narse, aunque de forma incipiente, de tal manera que forman
una
un lógica hegemónica, consistente en la "operación por la que una
subjetividad social más amplia, pero sin crear todavía sistema
una particularidad asume una significación universal inconmensura-
estable de significación (zoo5: gg\.Esta diferenciación nos da
ble consigo misma, (zoo5: 9S). En paralelo, Laclau arguye que
primera clave para entender la relación que Laclau postula en La
nLas primerds la construcciód del upuetrlo, es también esencialmente catacréti-
iazón populistaenrre el populismo y la hegemonía:
ca. Por ender tl hcgemenla.catacresis y catacresis=populismo, el
t ,'
HEGEMONiA Y POPULISMO EN LACLAU
SAMUELE MAZZOLINI 4o3
populismo parecería ser tratado como ya hegemónico en sí mismo, ' cdptura diferentes aspectos de la realidad social [...] mientras
y no como un camino hacia la hegemonía sin ninguna gafantía i que el segundo modelo implica una pluralidad de puntos noda'
de éxito. Permanece de todos modos una cierta incertidumbre al les uinculados entre sí en una formación discursiua o un bloque
respecto, ya que en otros pasajes parecería que Laclau coloca la histórico por prácticas hegemónicas, el tercer modelo swgiere
hegemonía en otro plano, como cuando aclara que, en referencia qwe la unidad de una formación social está constituida por un
a la política estadounidense de los primeros años 2.ooo) incluso si significante uacío que establece el significado de los demás sig-
llegase al poder gracias a una cadena equivalencial alternativa, el i nificantes, es decir tiene la función totalizadora de conectar los
«sucesor [de George Bush] va a ver sus movimientos limitados por ; elementos del sistema entre sí (Howarth, zooS: jji134).
las restricciones procedentes de una formación hegemónica cuyos
parámetros permanecen sustancialmente inalterados" (zoo5: r74)' Hemos aquí varios problemas. En primer lagar,y en contraste la
Antes de proceder, veamos otfo movimiento teórico que Laclau noción del punto nodal,la posibilidad de que una singularidad se
explicita aquí, es decir la diferenciación, anticipada ya en los es- convierta en el único punto de anclaje, en el único objeto que trans-
critos de Emancipación y diferencia,entre el significante vacío y el , mite una plenitud ausente que orienta toda una formación social
significante flotante. El significante flotante permite a Laclau dar' en ..el ternpo acelerado de las transformaciones sociales" (Laclau,
cuenta de la fluidez de los discursos y la posibilidad de variacio'i t9932 56) de la posmodernidad, es particularmente dudosa. Como
nes en la frontera antagónica. Una determinada demanda puede he manifestado en otro escrito,talvez sea la articulación de varios
recibir la presión de proyectos rivales, que tratan de atribuirle un puntos nodales, a su vez articuladores de demandas más concretas,
significado diferente mediante la incorporación en otta cadena la arquitectura más adecuada para describir un proyecto populista
de equivalencias. La demanda se vuelve así indeterminada y su exitoso (mas no necesariamente hegemónico) (Mazzolini, zozt).
significado está suspendido, es decir flotante (zoo5: r65)' La dife' Relacionado a este punto, hay la cuestión del nivel de abstracción
rencia con el significante vacío es que este último da por sentada del significante vacío,la cual se remonta al nhistórico" problema
la frontera y tiene que vef con la estructuración de una identidad de la indeterminación de los constituyentes ónticos básicos de la
popular, mientras que el significante flotante tiene en cuenta el des' ontología política de Laclau (Howarth, zooo: u7l.El hecho de
plaramiento de la frontera. sin embargo, Laclau sostiene que lai haber reducido los constituyentes básicos a las demandas no hace
distancia entre los dos no es tan grande ya que ambos constituyen sino aumentar la confusión, ya que, en otros pasajes, el significante
dos dimensiones parciales oen cualquier proceso de construcción vacío varia desde el líder (como expresión última de una singula-
del "pueblo" » . (zoo 5: r 68 ). Al distinguir entre los tres modelos de ridad que mantiene unido al pueblo) (Laclau, zoo5: r3o), hasta
hegemonía propuestos por Laclau (el primero correspondiente al el nacionalismo para dar un ejemplo- pafa el cual «no se
-dblo
avanzado en Política e ideología en la teoría rnarxista, el segundo trata solo de que el'hacionalismo" puede ser sustituido por otros
en Hegemonía y estrategia socialista y el tercero a partir de NueuaS términos en su rol central de significante vacío, sino que también
reflexiones sobre la reuolución de nuestro tiempo),Howarth pro' su propio sentido va a variar dependiendo de la cadena de equiva-
blematiza el estado del significante vacío: lencias asociada a é1, (Laclau, zoo5: z8z). El problema es doble:
por un lado el significado de un líder vivo (a diferencia de uno
no queda claro si el significante udcío es simplemente sinóni. muerto) no etté én juego' yr que puede resistirse activamente a ser
mo del punta nodal, un refinamiento del concepto original o si
SAMUELE MAZZOLINI
HEGEMONÍA Y POPULISMO EN LACLAU
incorporado a diferentes cadenas de equivalencia, y claramente no a, es decir objetos parciales's entre los que es posible incluir a las
puede encafnar una plenitud que preexiste a la formación misma ideologías políticas (Stavrakakis, zooTi 56). Laclau traza una equi-
del campo popular emergente; por otro lado, incluso en los casos valencia particularmente significativa: la lógica del obiet petit d
es la misma lógica que subyace al principio de hegemonía. En sus
de significantes vacíos más abstractos, no se toma en debida cuenta
que las asociaciones connotativas pasadas siguen "manchando' palabras: "El objeto parcial se convierte él mismo en una totali-
un significante, por lo que en realidad es difícil pensar que éste dad, se convierte en el principio estructurante de toda la escena»
esté totalmente vacío y disponible para la apropiación por parte
(zoo5: :r45).Laequivalencia se justifica porque la plenitud buscada
de proyectos totalmente opuestos. Ninguna operación hegemóni- através de un objeto parcial es mítica y Ítgaz. El objeto, elevado
a la dignidad de la Cosa, ues simplemente el nombre que recibe la
ca opera en un plano liso, exento de las influencias de las articu-
laciones anteriores. plenitud dentro de un determinado horizonte histórico, que como
Hay un último aspecto del razonamiento de Laclau que es me' objeto parcial de una investidura hegemónica no es un ersatz,sino
el punto de partida de adhesiones profundas" (zoo5: r49). Como se
nester traer a colación. Cuando un símbolo popular se convierte
en el lugar de inscripción de una serie de aspiraciones, su papel no',
señaló anteriormente,la necesidad de construir ¡¡ upueblo» «solo
surge cuando esa plenitud no es alcanzada» decir cuando la
puede limitarse al de una expresión pasiva de estos significantes. La -es
función es totalmente activa: los símbolos oconstituyen 1o que ex' dislocación se muestra a través de una proliferación de demandas
presan a través del proceso mismo de su expresión» (zoo5: rz9)' En frustradas-, "y objetos parciales dentro de la sociedad (objetivos,
otras palabras, no es un medio transparente, sino que está dotado figuras, símbolos) son investidos de tal manera que se convierten
de una verdadera fuerza estructuradora, una productividad social en los nombres de su ausengi¿» (zoo5: r49). Si bien esta descrip-
que permite unir una serie de cuestiones insatisfechas, revelando ción captura muy bien el papel que el afecto juega en los procesos
populistas, no se contempla la posibilidad efecto bastante fre-
el efecto retroactivo de la nominación (zoo5: t39-r4ol, ¿Cómo -en
cuente- que el investimento libidinal sea efímero y temporalmente
explicar esta productividad? Su fuerza, sostiene Lacl'aurestá dada
por el afecto, que tiene una relación íntima con la significación: "se limitado. Estamos nuevamente ante una identificación entre popu-
requiere el afecto si la significación va a ser posible" (zoo5: r43)' lismo y hegemonía que no distingue el diferente nivel de profundi-
Por 1o tanto, Laclau considera que las categorías psicoanalíticas dad que los dos conceptos deberían transmitir. Lo que falta es una
trascienden su campo de origen en tanto pertenecientes a una re¡ teoría de la transición de los afectos a un nuevo sentido común y
flexión ontológica general (zoo5: ¡,4Tl.Eneste sentido, desarrolla una renovación mora/de mayor envergadura que adapte una for-
aquí un encuentro más sofisticado con la dimensión positiva de lo mación social a un ployecto político o)pata decirlo a su manera, a
Real lacaniano, cuya carencia había sido señalada anteriormente la sedimentación y el consecuente olvido de sus orígenes políticos.
por algunos de los estudiosos formados bajo su supervisión (Glynos En otros términos, no está contemplada, como le reprocha Slavoi
)4.- r
y Stavrakakis, zoo4: zo9). Específicamente, el suieto es considerado Zti.ek en una crítica por lo demás fracasada (zot9), el pasaje de
como portador de un goce perdido, un estado de plenitud primor'
5 La parcialided dcl ohietrr por su incapacidad de proporcionar
es clrtcla precisamente
dial e irrecuperable asociado ala díada madre/hijo. Esta privación
r
la satisfseeid¡n lultiu¿ inhercnte ¡
lrr díada madre/hiio, Una vcz que la pérdida de
empuja el sujeto a identificarse en lo que Lacan llama obiect peúr esto plenitud original re ha rueterializurh, el sujet«r puecle obtcnr,r s¡tisfacción solo
n rrqv6c dc un t¡blero PÉt€lál ((trpie(, ¡.oo¿r r9),
4C,6 HEGEMONiA Y POPUL|SMO EN LACLAU SAMUELE MAZZOLINI 4o7
aversión del post-estructuralismo hacia cualquier tipo de ,.cierre, Hoven:rH, David (zooo): Discourse, Buckingham, Open University Press.
por un lado, y, por el otro,la u"fidelidad a la ruptura liminar", (zoo8): "Hegemonía, subjetividad política y democracia radical,, en S.
que lleva aLaclaa "a la reivindicación romántica de un supuesto
-,
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primer momento populista que encontraría su ocaso no Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica,
-cuando
su traición- en la posterior institucionalización, (Aboy Carlés, Lerasrroe MenrfN Du- Ceuro, Julio (coord.) (r985): Hegemonía y aher-
Loro 3o) la que impide que el nexo entre populismo y hegemonía natiuas políticas en América Latina, Ciudad de México, Siglo XXI.
postulado por Laclau que un nexo, una verdadera superpo-
-más LAcLeu, Ernesto (r9Q)z uNota sobre la historia de mentalidadss», en
sición- resulte, en esta última versión, analíticamente insatisfac- D esarrollo Económico, j G-zl, 3o3- 3 r z.
torio y políticamente poco fructífero.
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