Está en la página 1de 2

5 ‘VERSÍCULOS’ QUE EN REALIDAD NO

ESTÁN EN LA BIBLIA

1. “Ni una hoja de un árbol se cae si no es la voluntad de Dios”


Muchos hemos creído que es parte de un salmo o de algún proverbio de Salomón, pero
no, la realidad es que no se encuentra en ningún párrafo de Las Escrituras. Si bien habla
de la soberanía de Dios, esta frase ha sido usada para adjudicarle a Él la
responsabilidad de todo el mal que sucede en el universo, o para disculpar nuestra
poca capacidad de decisión. Muchas de las cosas que ocurren en el mundo no son
voluntad de Él, es más, son resultado de nuestra libertad como seres humanos. Es
verdad que Dios tiene todo bajo control y que Él permite que sucedan algunas cosas y
otras no, incluidas las catástrofes y las injusticias; sin embargo, esto no quiere decir que
él las ocasioné, simplemente significa que respeta nuestros actos y también sus
consecuencias.
Como referencia a esta frase, está en Mateo 10:29.

2. “Dios dice: ayúdate que yo te ayudaré”


Esta frase tampoco tiene un origen bíblico, en realidad nació en la Antigua Grecia y si la
analizamos en profundidad es contraria al cristianismo mismo. La biblia dice que todo
lo que hemos recibido de Dios, lo hemos recibido por gracia, sin merecerlo y sin haber
hecho nada para ganarlo. (de gracia recibisteis, dad de gracia. Mat 10:8)
Dios no espera que nos ganemos su favor, para así ayudarnos; sus bendiciones no
son un trueque a cambio de nuestro buen comportamiento. Esto no quiere decir
‘crúzate de brazos y espera a que Dios haga todo por ti’; significa que en todo lo que
hacemos podemos estar seguros de que él está presente, actuando, haciendo lo que
nosotros nunca podríamos hacer por nosotros mismos.

3. “Dios nunca te dará más de lo que puedas soportar”


Quienes atraviesan por situaciones de gran sufrimiento y frustración podrían decir: esa
frase no es cierta. Y tienen razón. Porque cuando Pablo escribió 1 Corintios 10:13 –“Las
tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios
es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean
tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir”–  estaba hablando
específicamente de las tentaciones, no de todas las pruebas de la vida, del sufrimiento o
de la aflicción. El apóstol quería decirle a la iglesia de Corinto que ante cualquier
tentación que enfrentaran, Dios siempre les daría una salida para vencerla. Eso tampoco
los hacía inmunes ante la tentación, aún podían caer en ella, pero si lo hacían no era
porque esta los superara, sino porque habían decidido rechazar la opción de Dios. En la
vida sí enfrentaremos situaciones abrumadoras que no podremos manejar y que nos
harán sentir que ya no podemos soportar más; pero, aún en medio de ellas, Dios será
fiel. Él, que sí puede soportarlo todo, nos enseñará a descansar en sus brazos y a soltarle
el control de lo que solo él puede manejar.

4. “Dios bendice al dador alegre”


Lo que realmente dice 2 Corintios 9:7 es: “cada uno debe decidir en su corazón cuánto
dar; y no den de mala gana ni bajo presión, porque Dios AMA la persona que da con
alegría”. Lastimosamente, este versículo se ha usado para todo lo contrario, como
presionar a las personas para que den su dinero a una iglesia, prometiéndoles
prosperidad y mucha bendición. Dios se agrada de aquel que da con alegría, pero no
está en el oficio de devolverle ‘favores’ a nadie.

5. “Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado”


Esta frase, tan comúnmente usada por los cristianos, no está en la biblia. No, en ninguna
parte. De hecho, en el Antiguo Testamento hay muestras de lo contrario; por ejemplo,
en el Salmo 5:5 cuando dice “Por lo tanto, los orgullosos no pueden estar en tu
presencia, porque aborreces a todo el que hace lo malo”. Pero si Dios odia el pecado y
detesta a quiénes lo practican, ¿por qué decimos que nos ama? ¿No se supone que todos
somos pecadores? Porque él ya no nos mira como pecadores, nos ve a través de su
gracia y de lo que hizo Jesús en la cruz. Puede mirarnos y vernos limpios, inocentes,
blancos, porque nuestras culpas ya fueron pagadas. Seguimos siendo pecadores, sin
duda alguna; pero no somos tratados como tal, somos tratados como personas
perdonadas y reconciliadas con Dios. Paul Washer, reconocido pastor y predicador,
amplía esta respuesta así: “Dios no ama por causa del hombre, ni por causa del valor del
hombre, sino porque él es amor. La motivación de Dios para amar al hombre no
proviene del ser humano, sino de Dios mismo”.

También podría gustarte