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Tema 6: Al-Ándalus, un país de ciudades

ÍNDICE:
6.1 El origen de las ciudades en al-Andalus
6.2. Evolución y desarrollo de las ciudades andalusíes
6.3. Evolución de la cerámica andalusí

Interrogantes centrales del tema


- ¿Qué define una ciudad en al-Ándalus? ¿Cuáles son sus características
fundamentales?
- ¿Desde cuándo hay ciudades en al-Ándalus? ¿A qué agentes debemos su creación
y - gestión?
- Saber explicar brevemente el proceso y la cronología de formación del estado
omeya de Córdoba
- ¿Qué es una alcazaba? ¿Qué partes tiene una mezquita? ¿Cómo reconocerlas en
una excavación? ¿Qué es una madraza? ¿Y un funduq? ¿Qué es una almunia,
quienes las construyeron y con qué fines?
- Explicar las características generales de la cerámica andalusí, sus tipos y formas,
la nomenclatura que éstas reciben, como reconocerlas cuando aparecen
fragmentadas, y qué nos dice en términos sociales y económicos su evolución.
- Conocer la Alhambra más allá de sus palacios, como una ciudad palatina.
Reconocer las partes de la ciudad, incluyendo los jardines productivos o la
importancia del agua.
- ¿Desde cuándo la cerámica es vidriada? ¿Cómo se hace el vidriado cerámico?
¿Cómo y porqué se populariza su uso?
- Señalar diferencias urbanísticas, constructivas y arquitectónicas entre los
diferentes periodos en que se divide al-Ándalus
-
El origen de las ciudades en al-Ándalus
El punto de partida que hay que tener siempre en cuenta son los cambios en las jerarquías
del poblamiento en época tardoantigua entre los siglos V-VIII. Las ciudades en este
periodo aun cuando perduraron topográficamente ya no eran ciudades romanas, es decir,
que el modelo de ciudad romana había cambiado completamente. El hecho de que el
comercio no haya desaparecido en todas las regiones y sobre todo en el litoral
mediterráneo y el valle del Guadalquivir, va a hacer que en estas zonas las ciudades
tengan un mayor peso a la llegada de los musulmanes que otras zonas como la Meseta.
Este mayor peso de las ciudades se plasma por ejemplo en documentos como el Pacto de
Tudmir en el año 713, que es un pacto en el que un líder local Teodomiro o Tudmir
establece un acuerdo con los conquistadores musulmanes la entrega de un amplio
territorio en el que hay 7 ciudades a cambio de que lo mantengan a él como responsable,
como élite regional; a parte de este documento no conocemos otros muchos, pero sí que
contamos con los sellos de plomo de la conquista de al- Ándalus que nos informaba que
muchas ciudades seguían siendo la sede del poder altomedieval, por lo que su control e
islamización era fundamental para el nuevo Estado. Por lo tanto, podemos decir que hubo
una cierta perduración en algunos asentamientos totalmente transformados y ya no
ciudades romanas que hay que tener en cuenta a la hora de la fundación de las ciudades
islámicas más tempranas.
Analizar la ciudad en al-Ándalus requiere de la lectura social de estas ciudades ya que al-
Ándalus fue un país de ciudades. Una de las características fundamentales que presenta
respecto al resto de Europa es que contó con enormes ciudades, evidentemente esto
ocurrió porque las sociedades eran diferentes y el peso del mercado fue muy importante
y lo que está claro es que su rol fue diferente al de las ciudades feudales y no fueron sede
de señoríos en ningún caso. Fueron un elemento bisagra que permitió poner en relación
el Estado y las comunidades rurales, de alguna forma, a parte de las ciudades se puede
entender que las mezquitas de alguna forma eran como esas ciudades en el campo y que
los mercados son la penetración del campo en la ciudad.
El Estado coordina, fiscaliza, cobra impuestos pero su capacidad de ordenar y dirigir
sobre todo las ciudades es limitada y eso se nota en la diversidad de técnicas constructivas,
pero eso a la vez tiene una cierta arbitrariedad, una cierta anarquía en la organización de
la planimetría urbana y la escasa jerarquización social más allá del ejercicio de funciones
administrativas. Esto hay que ponerlo entre comillas sobre todo cuando se crean arrabales
que son los barrios de nueva fundación creados a extramuros planificados por la propia
élite urbana. Ser “madina” (plural mudun) es una categoría administrativa que no tiene
porqué depender de que el asentamiento sea más o menos grande, éste más o menos
compactado o sea más o menos complejo, ya que ser median puede ser una atribución
temporal (hay muchos castillos que en determinados momentos y por diversos motivos
se consideran así) como los husun elevados de nivel, las villas de frontera nazaríes, las
agrociudades, etc. Lo que sí está claro es que todas las ciudades para ser madina tienen
que tener un espacio con clara funcionalidad como una Alcazaba como sede del poder
administrativo, estatal, fiscal, una mezquita como sede del poder religioso y un Zoco,
espacio de mercado. Otra de las características que tienen las ciudades es que en muchos
casos no tienen límites claros, aunque posean murallas ya que dentro de estas puede haber
espacios vacíos y en otros casos hay arrabales que están fuera de las murallas por lo que
esto nos indica que la muralla no marca un territorio ya que encontramos espacios
periurbanos con almunias, arrabales y cementerios.
“La articulación del espacio tributario precisa del control de las ciudades que,
convertidas en centros receptores de renta, desarrollan también la función de mercados,
pero estrechamente supeditados a las necesidades de dichos estados” (Manzano, 1998:
894-895)
Estas características es lo que hace que en muchos casos las representaciones que tenemos
de las ciudades islámicas sean videojuegos, sea literatura, en el arte, en el cine, respondan
un poco a la representación que vemos donde siempre hay una muralla, un alminar, las
casas se encuentran encerradas hacia dentro con muros de tapial y enlucidos en blanco
pero mucha vida en la calle, es decir, mucho mercado que es la base de la economía
islámica.
El Origen de la ciudad en al-Andalus responde a estas características sociales de las
ciudades y está íntimamente ligado a lo que ocurre en época altomedieval. El hecho de
que la conquista se produzca de manera tan rápida entre el 711-714, se debe que muchos
territorios se rindieron porque tenían una élite, un personaje a la cabeza que se rendía en
nombre de toda la ciudad y estos señores feudales generalmente se encontraban en las
últimas ciudades de época visigoda. El interés de los conquistadores por las ciudades
residía en la necesidad de utilizarlas como base de captación y de estructuración de su red
fiscal durante la conquista, era necesario que se garantizase el cobro de impuestos a través
de estas ciudades por eso, muchas ciudades de herencia visigoda no perduran más allá del
siglo IX, cuando se trasladan o son profundamente transformadas (proceso de
islamización) ejemplos claros de esto son el Tolmo de Minateda y Recópolis. Creación
de mudun desde los siglos IX-X, pero también posteriormente.
Para el surgimiento de estas ciudades en al-Ándalus hay diferentes vías:
o Adaptación y consolidación de núcleos urbanos heredados, asentamientos que
tenían un origen visigodo o romano y que va a adaptarse a las nuevas sociedades
andalusíes.
o Decisión del Estado o de la élite regional, ya que a nivel arqueológico se detecta que la
Alcazaba, la muralla y la mezquita están construidas en la misma fase.
o Husun elevados de categoría debido a nuevos roles fiscales en el territorio rural
circundante.
o Agrupación más o menos espontánea con fines comerciales confirmada por el
Estado que se da sobre todo en época emiral.
En cualquier caso, la caracterización de las ciudades andalusíes responde casi siempre a
un esquema de elementos básicos como es la existencia de una alcazaba, la existencia de
una muralla que puede ser coetánea o presentar diferente cronología de construcción e
incluso ampliaciones como arrabales (construcciones fuera de la muralla), una serie de
viviendas que es lo considerado como median sin un urbanismo bien definido que
normalmente se caracteriza por la localización de los edificios singulares permitiendo el
paso de calles que permitan acceder a los edificios singulares ya acceder a la alcazaba y
en la interjección de las distintas calles que vienen de las puertas de la ciudad se sitúan
los lugares de mercado. Elementos singulares como almunias que podían estar dentro o
forma de las ciudades que es una casa palatina que pueden o no presentar un patio. Fuera
de las ciudades el campo con una característica organización en torno a las alquerías.
La medina de Córdoba en época emiral (siglo IX) es heredera de los asentamientos
romanos lo que explica que tenga un urbanismo en el que todavía se reconoce el trazado
de algunas calles rectilíneas, pero en las afueras de la ciudad se están localizando las
necrópolis, los arrabales algunos fundados exprofeso como ocurre con Saqunda y
Cercadilla y después una serie de almunias y lo que hay que tener en cuenta es que
Córdoba fue convertida en capital ya desde el año 716 y que en el 786 se comienza a
construir la mezquita Alhama. Esta ciudad va a crecer en el año 1000 y se va a convertir
en la urbe más grande de todo el occidente mediterráneo con esa enorme extensión que
supera con mucho los límites de la muralla. Con la fundación de una nueva ciudad como
es Madinat al-Zahra que es una ciudad de nueva fundación que va a tener un corto periodo
de vida.
Recópolis es un asentamiento que se funda a mediados del siglo VI hasta finales del siglo
IX. Entre finales del siglo VIII y principios del IX sabemos que la ciudad fue conquistada
por los musulmanes, aunque la planta es de época visigoda porque es el momento de más
importancia con un enorme palacio, la basílica y una plaza que no es pública y con un
urbanismo típicamente visigodo, pero que en época andalusí todo se organiza a modo de
crujía y casas con patios. Aparecen gran cantidad de silos basureros que muestran
funciones del antiguo espacio urbano y sobre todo con un crecimiento del tipo de vivienda
unicelular altomedieval visigoda a esos modelos más complejos que explican esos tipos
de familias extensas con la ampliación de crujías en función de la segmentación de
familias que darán lugar en última instancia a unidades modulares complejas con una
estructura en torno a un patio. Las distintas fases durante la excavación que se han podido
identificar como la manzana septentrional del barrio islámico explica perfectamente como
del núcleo original se van a ir creando una serie de crujías y van a ir cerrando una serie
de espacios con murallas de tapial hasta dar lugar a una entrada en recodo que privatiza
el espacio. A mediados del siglo IX en época de Muhammad I se decide abandonar la
ciudad y fundar Zorita a un par de kilómetros de distancia, un nuevo asentamiento con
una alcazaba (originariamente un Hisn) que luego crecerá y se convertirá en una medina
y en este momento lo que ocurre con Recópolis es que se va a convertir en una cantera de
piedra, van a expoliar todos los muros, van a haber zanjas para extraer piedras de las
antiguas construcciones y solamente se va a mantener parte del antiguo palacio como una
especie de espacio fortificado y se va a construir una nueva torre. Da la impresión que los
nuevos habitantes de Zorita (la élite) deciden construir esta fortificación para controlar a
los trabajadores que están extrayendo piedra. El hecho de que se mantenga la iglesia da
que pensar si estos trabajadores no serían cristianos, mozárabes que vigilados bajo la
atenta mirada de los habitantes del palacio trabajaban.
Madina Mayrit fue fundada por Muhammad I en el año 885 (sin que haya restos
anteriores) en un territorio gestionado por la tribu de los Banu Salim (berebere) y que el
asentamiento que se funda aproximadamente donde está la iglesia de la Almudena.
Presenta una muralla emiral por debajo de los niveles de la iglesia con sillares a soga y
tizón, con cerámica islámica y esto será el núcleo originario que a veces fue considerado
un Hisn, es decir que no es una medina siempre y que a partir de época califal se amplía
su recinto hasta finalmente en época taifa que se crea un alcázar y el asentamiento de
época emiral quedara integrado en el interior de una medina mucho más amplio en su
extensión.
La ciudad de Guadix es la antigua ciudad romana (Acci) cuyos restos no condicionaron
el urbanismo andalusí y que debido al abandono del asentamiento urbano, a la fuerte
sedimentación hay un hiato de población desde el siglo V-XI en una zona que sabemos
por las fuentes escritas que fue ocupada por yemeníes (Banu Sam), algunos de los
cuales participaron en revueltas frente al poder central y que en el siglo XI se funda
como Hisn en época taifa y no antes. De manera definitiva en época nazarí se construye
la cinta muraria y da lugar a lo que conocemos hoy como la median de Guadix, un
urbanismo que responde a la localización de las puertas de entrada de las murallas que
permiten acceder a la alcazaba.
Madinat Bayyana que se encuentra en Pechina, Almería es una ciudad de fundación más
o menos espontánea ya que un grupo de pescadores y mercaderes que en un determinado
momento antes de mediados del siglo IX empiezan a agruparse en Pechina en una zona
que funcionaba casi como puerto natural con un acceso al mar en el Golfo de Almería y
en el año 884 Muhammad I la convertirá en una ciudad. En el año 955 será trasladada a
la fundación de Almería por Abd al- Rahman III con la construcción de su alcazaba,
mezquita y muralla.

Evolución y desarrollo de las ciudades andalusíes


Siguiendo a Manuel Acién que fue un profesor de la Universidad de Málaga, en 2001
realizó un artículo en el que hablaba sobre el urbanismo andalusí y el planteaba que la
morfología de las ciudades andalusíes responde a tres características:
1. Existencia de una cierta planificación y una ordenación lógica del espacio urbano,
que refleja la existencia de un poder que ha promovido y dirigido el desarrollo de un
tejido urbano, si bien el crecimiento es bastante más orgánico por iniciativa privada.
Frente a estas ideas de que la ciudad andalusí e islámica es un caos y cambia
absolutamente y que no tiene ninguna racionalidad, planteaba que hay una cierta
planificación al menos en origen.
2. Parcelario compuesto por casas de patio central, cerradas al exterior y
yuxtapuestas entre sí para formar amplias y compactas manzanas, a las que se accede
mediante calles ciegas o adarves que dan acceso a las propiedades situadas en el interior
de las manzanas.
3. Creación en el seno de las urbes de una tupida red mercantil y artesanal que hace
que estas ciudades se conviertan tanto en los ejes económicos y comerciales de amplios
territorios, como que desarrollen una intensa actividad de intercambio a media y larga
distancia desde el califato.

La primera de las características a las que hacía referencia Manuel Acién sobre este
carácter planificado de las ciudades, este crecimiento orgánico en segunda instancia,
choca un poco con las ideas que habíamos tenido sobre el urbanismo hasta hace pocos
años. Diferentes autores haciendo estudios antropológicos, sociológicos, comparándolo
con ciudades islámicas de la antigüedad planteaban que “en las ciudades islámicas son
las casas las que al ir yuxtaponiéndose determinan las calles, tanto las que sirven de
acceso a las viviendas, como las de tránsito”. Sin embargo, los estudios arqueológicos
están mostrando hasta qué punto la política de promoción del urbanismo llevada a cabo
por los omeyas, los taifas o los almohades han condicionado la morfología y el significado
social de las mismas. En definitiva, los estudios de los grandes arrabales
fundamentalmente demuestran que hay una ordenación del callejero (tramas octogonales
y ejes-crujías), una distribución de los espacios y funciones y por último hay una creación
de infraestructuras (sobre todo hidráulicas y de saneamiento).
A pesar de este tipo de planificaciones internamente las viviendas dan una sensación de
caos organizativo. Lo que planifica el Estado, lo que planifica el poder central es la
organización de parcelas y a partir de aquí lo que se establecen son muros maestros donde
se van a ir apoyando las viviendas, se van a air construyendo las primeras viviendas
unicelulares (huerta y terrazgo) y conforme las familias van creciendo las viviendas se
van modulando las viviendas hasta que llega un momento donde se da acceso desde el
huerto con un zaguán de entrada, un patio y las tres viviendas articuladas entorno al patio
central. Si nos quedamos con la imagen podemos concluir que se trataban de lugar de
viviendas desorganizados, pero en concusión podemos decir que hay una primera fase
planificadora del espacio y un crecimiento organizo, privado, familiar, que define una
ordenación interna del espacio que parece caótica y anárquica por la ausencia de
octogonalidad. Denota, perfectamente, la formación social islámica plasmada en el
espacio.
El albaicín de Granada: En ciudades islámicas muy desarrolladas que tuvieron una
evolución desde época altomedieval hasta la bajomedieval se puede observar que hay una
parte correspondiente a la alcazaba de época zirí y a partir de aquí en la mezquita mayor
del albaicín toda una serie de manzanas que viene organizadas en función de las calles
que vienen desde cada una de las huertas de acceso y en función de por dónde van a ir
discurriendo las puertas de entrada va air articulando una cierta racionalidad del espacio
aunque la parte interna sea mucha más natural y anárquica. En el momento en el que el
los arrabales van creciendo y el Estado se va haciendo cargo, en este caso Yusuf I crea
una segunda cinta muraria o una tercera para englobar todo el espacio. Intervenciones
arqueológicas a partir de pequeños sondeos y comparando los resultados nos darían una
imagen muy diferente de la que nos ofrece el área abierta como ocurre en el Yacimiento
de San Esteban en La Arrixaca de Murcia.
Otra de las características que tienen las ciudades andalusíes es que la organización
funcional está bastante bien distribuida: los espacios de poder (Alcazaba), mezquitas
aljama y mezquitas menores, madrazas (escuelas de aprendizaje), baños, mercados o
zocos (conjunto de pequeñas tiendas), funduq o alhóndigas (posada y almacén que se
agrupen entre sí en un espacio) y barrios artesanales (alfares, tenerías que son los lugares
destinados a lavar y colorar los tejidos que por el olor y el humo que desprenden son
actividades que se localizan separadas de los lugares de vivienda).

Las mezquitas en al-Andalus responden a un mismo modelo y patrón a pesar de que


presenten tamaños diferentes, casi todos tiene en su organización un tipo de mezquita que
se desarrolló en Córdoba a partir del siglo VIII. Todas las mezquitas se caracterizan por
presentar una serie de espacios bien distinguibles:
o Patio o shan: lugar de espera para entrar a realizar la oración y donde se realizan
las abluciones en la fuente, pero también es un espacio de socialización, de intercambio
de conocimientos, de ideas.
o Sala de oraciones o haram: se caracteriza por la múltiple galería de columnas que
distribuyen el espacio donde los fieles han de colocarse hacia la Meca.
o Mihrab: nicho perfectamente orientado a la Meca
o Quibla: muro que marca la organización del urbanismo alrededor de la mezquita.
o Mimbar: espacio en el que se guarda el Corán, las sagradas escrituras.
o Alminar: aparte de funcionar como vigilancia sirve al almuédano para llamar a la
oración cinco veces al día.
Las distintas técnicas constructivas que se identifican en la Mezquita de Córdoba es lo
que permite entender la modulación y los cambios en la arquitectura e incluso cuando los
encontramos en castillos de Portugal o de Lleida. Todas las mezquitas en el mundo urbano
tienden a emular la mezquita originaria de Córdoba. Cuando hablamos de que las
mezquitas están orientadas a la Meca hablamos desde el pensamiento del conocimiento
que se tiene en los momentos y suele ser frecuente que encontremos un determinado
cambio de orientación sobre todo en la época almohade. La localización de las mezquitas
permite entender cómo van a ir creciendo las propias ciudades y como este crecimiento
va a hacer que se desarrollen los espacios y se organicen los barrios.
Mientras que en el mundo urbano observamos que las mezquitas responden a un modelo
característico, en el mundo rural la única característica que comparte es que tienen un
muro de quibla y un mihrab orientado hacia la Meca (sureste); pero estas mezquitas tienen
plantas diferentes, alminares separados de la propia mezquita, lo cierto es que hay gran
heterogeneidad.
La Mezquita rural de El Centeno en Lorca (Murcia) es un espacio muy bien excavado
donde se han podido identificar todos los espacios que caracterizan a las mezquitas
urbanas, incluso un almacén en la parte del muro de la quibla, presenta un alminar con un
cuerpo de escaleras y además es interesante porque es una mezquita muy pequeña y se
construyó el embalse de puentes y durante la excavación de este embalse se identificó
una red de alquerías con un granero fortificado. Es una mezquita que está aislada pero
que responde a la centralización del poblamiento rural que tiene un espacio de culto
común.
¿Cómo crecieron las ciudades andalusíes?
Según J. Navarro Palazón y P. Jiménez nos encontraríamos en presencia de un modelo
urbanístico inicial planificado, pero con abundantes espacios abiertos ocupados por
huertos, cementerios y otras funciones, así como por un caserío muy disperso. Sin
embargo, con el tiempo, la ciudad no habría crecido en extensión, sino que se habría
transformado en términos de densificación y saturación del tejido urbano, desplazamiento
de las actividades artesanales a la periferia, así como una subdivisión del parcelario y
reducción de la anchura del trazado viario. Proceso evolutivo basado en cuatro procesos:
1. Constitución de la medina distintos orígenes
2. Expansión debido al crecimiento demográfico
3. Saturación
4. Desbordamiento que hace que vayan creciendo las ciudades
En el caso de Granada observamos que tenemos la Alhambra que por sí solo constituye
una medina, en el que hay una alcazaba que es la parte más antigua construida de la
Alhambra y en el que en un determinado momento se construye una cinta muraria en
época Nazarí para albergar todo el espacio urbano con un espacio de palacios, una
mezquita mayor y con todo el espacio urbano y artesanal que quedaría justo en el límite
con una almunia en el exterior. La antequeruela da lugar a que se planificase un espacio
amurallado más amplio del que posteriormente se llevó a cabo. La mezquita mayor del
albaicín es de época Taifa y la mezquita mayor de Granada que es donde está actualmente
la Catedral. Esta ruptura límite entre el espacio urbano y agrícola rural en la Vega de
Granada no fue así en época medieval, las ciudades tienden a deshilacharse, tienden a ir
perdiendo densidad, pero es frecuente que incluso en las afueras haya núcleos que
producen muy cerca de las ciudades. Granada es una fundación del siglo XI después de
que la población de medina Elvira se trasladase por decisión de la tribu zirí de los
Bereberes a las colinas del Albaicín donde ya había un asentamiento con anterioridad, un
pequeño Hisn al menos en el siglo XI y a partir del establecimiento de la ciudad van a ir
creciendo también una serie de acequias y de espacios de regadío que van a ir generando
esa característica de agricultura y regadío que va a abastecer al nuevo asentamiento rural.
La ciudad de Granada parte de un asentamiento Zirí dejando a un lado el tema del Hisn,
va a crecer a partir de la creación de una alcazaba y de un recinto murario en el siglo XI
con una serie de necrópolis y el establecimiento de calles maestras y partir de aquí todas
las células de casas.
Barrios o arrabales de al-Fajjarin y Nayd:
o Siglos XI-XII: alfares (Casa de los Tiros), necrópolis (E.T.S.A) y huertas regadas
por extensión de las acequias, y más allá alamedas y almunias.
o Siglos XII-XIII: traslado de los talleres hacia el Sureste, construcción de mezquita
y baños (Colegio de las Mercenarias) y construcción de viviendas. Más al sur,
construcción de Alcázar Genil (ca. 1218)
o Siglos XIII-XV: viviendas y huertas conviven dentro de la muralla (no urbanismo
saturado). Existencia de tierras del sultán en la cuesta de la Sabika regadas con una
extensión de la acequia gorda.
o Siglo XVI: transformaciones cristianas, remodelación de Viviendas (Casa Escudo
del Carmen).
La intervención de la muralla Alberzana puso de relieve la construcción probablemente
en tiempos de Yusuf I de una gran alberca (más de 600.000 litros de agua), lo que generó
algunos litigios por el uso del agua de Aynadamar, y una zona dentro de la muralla que
no estuvo ocupada por viviendas en época nazarí.
Más allá de la ciudad habría espacios productivos vinculados también con la ciudad y hay
una idea que incluso aparece en las recreaciones virtuales en el que la dinastía zirí,
almohade o nazarí que deciden construir una almunia, palacetes y jardines promovidos y
gestionados por élites y autoridades es una idea creada por las fuentes escritas y la
arqueología monumental.

Evolución de la cerámica andalusí


Tras la invasión islámica se observa un cambio muy notable en los materiales cerámicos,
que se acompaña con una simplificación de la jerarquía del poblamiento y una ocupación
sistemática de espacios marginales y periféricos. Más concretamente desaparecen las
producciones industriales y únicamente se documentan pequeñas producciones
domesticas que se resuelven en el ámbito de las comunidades campesinas, predominando
las
producciones realizadas a mano, los repertorios amplios sin estandarizar y los circuitos
de comercialización reducidos. Este modelo de producción y distribución está
relacionado con la desarticulación de la red urbana y la desaparición de estructuras
jerárquicas a favor de un modelo mucho más laxo y articulado en pequeñas comunidades
campesinas.
A partir del siglo X, como indicador preciso del proceso de islamización, se observa como
la producción cerámica se centra en menos talleres que van a introducir técnicas más
complejas (como el vidriado) y un nuevo repertorio formal más uniforme. Este proceso
se ha relacionado con la afirmación de centros productores estructurados en torno a las
ciudades.
Los contextos cerámicos de finales del siglo IX e inicios del siglo X han mostrado la
existencia de una profunda ruptura respecto al periodo anterior, tanto en términos técnicos
(generalización del entorno, presencia significativa de cubiertas vidriadas), como en la
composición del repertorio formal (tendencia a la estandarización de las formas e
introducción de nuevas formas). Estos cambios denotan una transformación tanto en las
formas de producción como de consumo que están estrechamente relacionadas con la
afirmación de la red urbana en el marco de la islamización.
Hay un momento en el que tanto el norte como el sur de la Península está caracterizado
por una cerámica muy regional, muy funcional con marmitas, hoyas que son
plurifuncionales, es decir, que sirven para cocinar, almacenar y comer y hay un momento
en torno al siglo IX-X en el que se produce una ruptura: mientras que el norte continua
con evolucionando con los tipos sencillos de cerámica mientras que la cerámica islámica
va a tomar un camino en el sur y empiezan a aparecer platos vidriados y coloridos con
formas decorativas.
La cerámica andalusí y sobre todo la cerámica nazarí es una suma, una conjunción de
tradiciones tecnológicas cerámicas anteriores influida por las cerámicas roma y
tardorroma que era la habitual en el mediterráneo, pero tiene una influencia por parte de
la cerámica Oriental (Persia, Península Arábiga, Próximo Oriente) lo que se conoce como
cerámica árabe que va ser una influencia tecnológica, tipológica y decorativa fundamental
para entender la cerámica andalusí.
Fue tal la importancia de la cerámica nazarí en la baja Edad Media, en los siglos XIII al
XV que va a influir en muchos de los tipos cerámicos que van a convertirse en la cerámica
estrella de toda la época moderna; cerámica granadina (Fajalauza), cerámica mudéjar
(Teruel, Valencia) y cerámica Italiana (Maiolica). Cuando se estudia cerámica nazarí se
puede hacer desde una doble lectura, una desde lo local, es decir, las necesidades
funcionales que tenía la población nazarí; pero también desde una lectura supralocal, es
decir, el mundo mediterráneo que está mirando al último reducto de al-Ándalus que mira
desde la ambición.
Periodos en el estudio de la cerámica
Esa fase entre el siglo XIX y XX que denominamos transición entre el Arte anticuarismo
y orientalismo; donde no hay una clara diferencia entre lo que es ser arqueólogo y ser
historiador de arte donde investigadores como Mariano Fortuny, M. Gómez Moreno y L.
Torres Balbás se fijaban en una cerámica con una cerámica espectacular con vidriados en
azul y dorado de época nazarí, los verdes y manganesos de época califal, los Vasos del
Alhambra que estuvieron comercializados por todo el mediterráneo. El interés por el
estudio de las cerámicas en esta fase era sobre todo por esta gran cerámica de lujo.
A partir de los años 30, 40 y hasta los años 60 empieza a desarrollarse ese gusto más
científico por la cerámica con la clasificación y el registro arqueológico, con el desarrollo
de tipologías cerámicas específicas; autores como L. M. Llubiá, D. Duda Alcazaba de
Almería, G. Rosselló Bordoy, J. Navarro Palazón, A. Bazzana, J. Zozoya, B. Martínez
Calviró, I. Flores Escobosa, A. García Porras. Muchos de ellos arqueólogos que
trabajaban en museos.
A partir de los años 70 y 80 empieza a desarrollarse la técnica del estudio de las cerámicas
yendo más allá de la tipología y entendiendo que los tipos cerámicas por sí mismo no nos
dan suficiente información, sino que esta se encuentra en el contexto, es decir, es la fase
del análisis contextual y científico en el que empiezan a analizar la cerámica con el fin de
encontrar una funcionalidad de la misma en el mundo andalusí. Encontramos
investigadores como M. Acién, A. García Porras y E. Fernández Navarro.
En el cambio de fases sobre todo en esta segunda y tercera fase, es muy importante la
influencia de los trabajos de autores extranjeros, tanto la escuela italiana como los polacos
y en menor medida algunos investigadores ingleses. El gusto de la cerámica andalusí en
el mediterráneo está lo que se conoce como bacini que son platos utilizados como
elemento ornamental en muchas iglesias románicas y del primer gótico de Italia. En
algunos casos están realizados en oro, en manganeso o en elementos que cuesta conseguir
por su elevado precio y se utilizaron como elemento decorativo en muchas iglesias como
se puede observar en Pisa.
La cerámica es muy importante en el estudio de la arqueología porque es el material más
utilizado y que mejor se conserva en los registros arqueológicos. La arcilla es muy
abundante en el Mediterráneo y eso hace que sea el productor por excelencia siendo un
tipo de producto muy sensible a los cambios sociales y culturales y detrás de toda la
Revolución verde también hay un cambio en las formas de producir las cerámicas que es
fundamental para entender el proceso de islamización. Su uso continuado supone su
frecuente ruptura y su reemplazo, con lo que genera abundante material arqueológico,
además, nos informa sobre su contenido: comercio, usos culinarios, ritualidad,
imaginario, etc.
En el mundo islámico y especialmente en el mundo más tardío se desarrolló una
tecnología alfarera muy depurada con esos grandes hornos de barra (hornos en los que se
colocan barras cerámicas para sostener las piezas que se van colocando encima)
avanzados en tecnología que permiten el control de la temperatura, la decisión de realizar
cocciones oxidantes o reductoras.
Aunque nos encontramos en una fase postprocesualista sigue primando el afán tipologista
y cronologista como recurso último de la cerámica en los estudios: la clasificación y la
resolución de problemas estratigráficos son los objetos básicos y el uso de las analogías
estilísticas, “paralelos”, es el recurso más frecuente para identificar los objetos cerámicos
o para situarlos en un lugar adecuado entre los conjuntos ya conocidos.

El estudio de la cerámica andalusí está muy perfeccionado a nivel tipológico gracias a


todos los estudios que han desarrollado muchos autores y por ello hoy en día hay un
acuerdo de como clasificar la cerámica de una manera funcional en el sentido de que en
última instancia la cerámica se clasifica según la función para la que se creó.
Cerámica de cocina
Marmita/olla es una cerámica que sirve para cocinar y tiene un cuerpo globular o
troncocónico en el que las pares son más altas que la base, mientras que la cazuela es un
recipiente de cocina donde las paredes son más bajas que el fondo de la cerámica y por
último el tabaq que es un plato que sirve para colocar pan y cocinar. Las couscuseras son
un tipo de olla que tiene el fondo agujereado para que el vapor pase y el Tannur/anafre
que es un horno portátil.
Cazuela del siglo XIV, de pasta rojiza con abundante mica, vedrío
plúmbeo al interior, presenta una base convexa, una pared curva con
marcadas estrías de tomo y borde redondeado con inflexión externa.

Cazuela del siglo XIV, pasta roja con


abundantes intrusiones de mica. Vedrío
melado en ambas superficies excepto en la
base exterior. Presenta una base convexa,
pared curva con inflexión externa y borde
redondeado. Los nervios en forma de asitas
circundan la pared exterior.

Cazuela del siglo XIV realizada en pasta roja con instrucciones de


caliza, mica y cuarzo. Vedrío plúmbeo interno y chorreones en la
pared exterior. La base es plana e inclinada con una pared
semiesférica con inflexión externa, labio apuntado y dos asas de
pequeño tamaño

Cuscusera, siglos XIV-XV de


pasara roja-anaranjada, vedrío
melado en ambas superficies.
Base convexa y perforada con
paredes esféricas, quiebro
superior, con pestaña a modo
de ala.

Cerámica de mesa
Los Ataifores son platos grandes casi como fuentes de consumo porque no hay consumo
individual. El jarro/jarrito si presenta un número impar de asas, mientras que cuando tiene
dos asas se le llama jarra/jarrita y no presenta pico vertedor como si ocurre en el
jarro/jarrito. La redoma es una especie de botella que tiene cuerpo lobular y el cuello muy
alto, las jofainas son los platos individuales y las almofia son las fuentes más grandes que
un ataifor.
Ataifor, siglo XIV. Pasta blanca-amarillenta con intrusiones de cuarzo.
Vidriado en ambas superficies, con decoración a partir de cuatro palmetas
azules, perfiladas en dorado, alternadas en trifolias, tallos espirilineos y
asteriscos dorados. En torno a la boca banda de arcos recorrida por cintas.
Peinetas doradas al exterior. Pared troncocónica rematada en corta pestaña de
pared vertical con borde redondeado.

Los ataifores son el objeto arqueológico por


antonomasia que caracteriza a la sociedad
andalusí por el tipo de consumo, el modelo
familiar, por el control de la tecnología del
vidriado, porque aparecer en entornos tanto
rurales como urbanos, en fin, es el objeto
arqueológico islámico por excelencia y sus
decoraciones son muy características. La
evolución de este tipo de cerámicas tiende desde
perfiles semiesféricos de época emiral,
probablemente también los hubo en madera;
perfiles semiesféricos con repie que son típicos
de época califal; perfiles quebrados, es decir,
que tiene un pequeño quiebro con el labio
apuntado; hasta perfiles muy trabajados con
molduras que son ya tardíos.

Ataifor del siglo XV. Pasta rosácea con intrusiones de caliza y mica.
Vedrío melado al interior y en el borde externo. Pie anular moldurado
de pared interna mayor que la exterior y solero cóncavo. Paredes
carenadas con quiebro para formar una pestaña que remata en un labio
redondeado y ligeramente umbo en el anverso.

Ataifor siglo XIV. Pasta rosácea con partículas de mica.


Vidriado al interior con decoración en manganeso.
Estrella de ocho puntas con arcos que recorren sus
vértices, motivo central a modo de roseta y cartelas
pseudoepigráficas. Fragmento con pie anular de pared
interna más alta que la exterior. Solero cóncavo con
protuberancia central. Pared troncocónica con pestaña.

Ataifor del siglo XIV. Pasta roja-anaranjada con


incrustaciones calizas. Vedrío verde solo al interior. Pie
anular de pared interna más alta que la exterior y solero
cóncavo. Pared troncocónica con pestaña y reborde
exvasado.
Los tipos de jarras dependiendo del número de asas
y del tamaño, pero casi todas tienen bocas abiertas y
cuerpos ligeramente tendentes a ser lobulares y es
muy frecuente que aparezcan con pintura sobre todo
en época emiral y califal, a partir de época taifa
aparece vidriadas o con cuerda seca que consiste en
hacer unos lazos de manganeso dentro de los cuales
se rellenan con pintura.

Cerámica de Transporte-contenedores

Decantador, cerámica que está metida dentro de una


acequia y deja caer hasta el fondo la arena y las
impurezas. Los cangilones son las cerámicas de las
norias que se enganchan con cuerdas a la noria. Las
cantimploras que están realizadas en cerámica y no
en metal como hoy en día y las tinajas.

Contenedores de fuego
Los candiles y los anafres que son hornos portátiles, cerámica que parece una marmita
colocada al revés que presenta un agujero para colocar las brasas. Braseros, candiles
nazaríes y califales.

Usos múltiples
El lebrillo es un gran recipiente de cerámica que tenía múltiples funciones como lavar la
ropa, almacenar, cocinar y las tapaderas sirven para almacenar, para la cerámica de
cocina, etc.
Técnicas decorativas
o Incisa y a peine: aparecen pocas generalmente en tinajas o grandes contenedores
o Bruñida, espatulada, alisada: se da en cerámica emiral y después desaparecerá
o A molde (T.S.H.T): modelo de las tierras sigilatas hispánico tardías y desaparecen
o Engobe: muy frecuentes sobre todo en época altomedieval
o Pintada: más habitual en la cerámica andalusí
o Esgrafiada: más habitual en la cerámica andalusí
o Vidriada: más habitual en la cerámica andalusí
o La loza dorada: grandes contenedores de cerámica de época nazarí (Jarrón de las
Gacelas)
o Cuerda seca
o Estampilladas Motivos decorativos
o Epigrafía
o Motivos vegetales
o Trazos geométricos
o Punteados y cenefas: en menor medida
o Figuras antropomorfas o faunísticas: de manera muy excepcional
La cerámica vidriada se generaliza en la Edad Media y sirve para impermeabilizar y
prolongar la vida de las piezas cerámicas, no solamente es un elemento decorativo, sino
que es eminentemente funcional. Casi toda la cerámica vidriada se realiza de la misma
forma con una base de plomo o de estaño sobre la cual se echan óxidos metálicos para
darle una tonalidad:
1. Oxido de cobre/plomo: verde
2. Óxido de hierro: melado
3. Oxido de manganeso: pardos-negros
4. Oxido de cobalto: azul
5. Barniz estannífero: blanco
Hay diferentes combinaciones de colores y se utilizan diferentes técnicas como el
vidriado monocromo- bícromo, el de cuerda seca o parcial y por último la loza dorada
(necesita varios procesos de horneado dependiendo de si lleva pintura o no, hasta tres
momentos de cocción, hay gran riesgo de ruptura por lo que es un elemento de lujo. En
el estudio de la decoración que comenzó siendo el estudio estrella, en los últimos años
con la corriente postprocesualista se están recuperando los intereses decorativos más allá
de la funcionalidad. Además, se está empezando a estudiar si todo este desarrollo de la
cerámica andalusí tecnológico y decorativo fue un desarrollo interno de la sociedad
andalusí o tiene mucho que ver con esa caracterización de las formaciones sociales
tributario-mercantiles en las que el mercado determina en última instancia la propia
organización social.
Caracterización de las cerámicas andalusíes por fases
CERÁMICA EMIRAL (VIII-IX)
Hay una fase de cerámica de transición a la que se van adaptando nuevas formas
tipológicas y nuevas formas tecnológicas y decorativas que no estaban presentes en la
cerámica anterior altomedieval o visigoda, de hecho, hay una primera cerámica donde
sigue habiendo cerámicas escasas con una variedad muy escasa y de pocas formas, pero
cada una estilísticamente diferentes debido a la variedad regional del periodo del siglo V
al siglo VIII que algunos autores denominan cerámica “paleoandalusí”. La fragmentación
de mercados y la diferenciación territorial de las producciones es muy acusada (viene
desde el siglo V).
Lo cierto es que en el periodo emiral todavía hay una fuerte regionalización, hay una
acusada diferencia entre los tipos cerámicos, las formas que aparecen en los distintos
yacimientos. En términos generales las cerámicas más habituales son las producciones
domésticas, es decir, hay pocos alfares especializados que suelen estar en las ciudades o
en el entorno de estas; por esta razón encontramos cerámicas mucho más depuradas con
formas algo más estandarizadas con la utilización del torno rápido en lugares como el
Tomo de Minateda, Mérida, Córdoba.
o Las producciones domésticas y campesinas suelen dominar las cerámicas a torno
lento con un repertorio formal reducido y poco estandarizado, en el que se utiliza la misma
materia prima para hacer cerámicas de mesa, para hacer cerámicas de transporte, de
cocina; sin diferenciar las arcillas usadas en cerámicas de cocina de las usadas con otros
fines.
o Mientras que las producciones urbanas son más complejas y están realizadas a
torno rápido y suelen ser ligeramente dominante, hay algunas series tipológicas diversas,
especializadas y adaptadas a distintas funcionalidades. Más elementos decorativos,
cerámicas de comercio, siglo VIII-IX.
A finales del emirato, hacia mediados del siglo IX, se dan las primeras cerámicas
vidriadas en el repertorio del servicio de mesa, no es solamente un elemento decorativo y
de lujo, sino que tiene un fin utilitario y funcional también. Estos primeros vidriados están
realizados con óxidos metálicos (hierro, cobre o manganeso) en doble cocción (primero
se cuece la arcilla y después se le echa el óxido metálico). Es una tecnología de
producción más compleja y costosa y no sólo tiene fines decorativos, sino que servía para
impermeabilizar las piezas facilitando su consumo y su limpieza. Los primeros
ejemplares se produjeron en el torno de las ciudades como Pechina, Córdoba, Murcia, etc.
Y hasta alcanzado el siglo X no va a ser muy común en el ámbito rural.
CERÁMICA CALIFAL (929-1031)
En este periodo vamos a encontrar una homogeneización en las producciones cerámicas
que va a coincidir con la plena islamización de la sociedad en términos culturales,
tecnológicos, sociales y económicos y no solo en términos religiosos. Dominan las
producciones a torno y una tipología algo más variada con jarros de es, redomas, tabaq,
ollas con pico vertedor, marmitas; es decir, una tipología más estandarizada que nos
informa de que en las afueras de la ciudad se van a consolidar los alfares ya que la ciudad
presenta una urbanización más compleja con unos alfareros que empiezan a especializar
sus producciones y sus formas.
En época califal casi toda la cerámica de mesa está decorada y la mayoría casi toda
vidriada o esmaltada (platos, jarritos, jarritas, jarros) y también se va a dar en el ámbito
rural ya que no es algo exclusivo del ámbito urbano, no necesariamente siendo
mayoritaria pero sí que se van a ver incrementadas en cuanto a número. En cambio, las
cerámicas de almacenaje, de cocina y de usos múltiples suelen seguir apareciendo sin
ningún tipo de revestimiento exterior salvo las ollas que presentan marcas de pintura
blanca y suele haber algunas variables regionales. Van a aparecer cerámicas de comercio
y sigue mostrando una fértil relación Al-Andalus con los países islámicos pero la novedad
es que a partir del califato va a comenzar a aparecer cerámica de Al-Andalus en otros
países como Egipto, Túnez y Siria.
Esta cerámica va a ser la típicamente califal que es la que se conoce como cerámica verde
y manganeso, producción muy destacada y emblemática. Producciones en ciudades
señeras: Medina Elvira, Medina Azahara, Zaragoza, Toledo, aunque hay una discusión
sobre su origen, ya que en los últimos años están documentando y empezando a mostrar
que este tipo de cerámica también aparece en otro tipo de conceptos como castillos y
alquerías y que a veces el análisis petrolífero de las pastas sugiere que la producción es
local. Son cerámicas muy simbólicas porque el color de los omeyas era el blanco,
entonces ese color sobre el que se dibujan figuras hay que recordar el color de las banderas
y emblemas califales. Se caracteriza por presentar fondos blancos realizados con esmalte
de estaño encima de los cuales se realizan decoraciones en verde (óxido de cobre o plomo)
y en negro o morado (óxido de manganeso). Presentan figuras zoomorfas y
antropomorfas, figuras geométricas y florales; así como epigrafías (al-Mulk: el poder)
realizado en verde manganeso y blanco. Sobre todo, ataifores, jofainas y redoma.

CERÁMICA TAIFA (s.XI)


En época Taifa, tras la descomposición del califato y todo lo que supone el siglo XI vamos
a ver como cada uno de los reinos de taifas reclama la herencia y la legitimidad que tenía
el califato omeya. Esto va a hacer en términos cerámicos que la mayoría de los alfareros
sigan produciendo el tipo de cerámica que se producía en época anterior, sobre todo en lo
referido a la tipología, pero lo que si se multiplica y aparece de forma destacada es una
enorme cantidad de técnicas y motivos decorativos diferentes.
En este momento se vive el auge de la cerámica verde y manganeso que ya había
empezado en época califal, van desapareciendo los motivos antropomorfos y zoomorfos
y dominan los motivos geométricos y vegetales. Van a ir apareciendo otras técnicas
decorativas siendo la cerámica más caracteriza lo que se conoce como cuerda seca que es
una técnica decorativa policroma en la que el cuerpo de la cerámica se divide con
materiales grasientos o manganeso que impiden que los colores se mezclen; con esta
técnica se precisan dos cocciones y se puede hablar de cuerda seca parcial o total
dependiendo si toda la pieza o solo parte de ella está decorada (es curioso porque la cuerda
seca total suele ser anterior a la cuerda seca parcia). Tiene su origen la técnica en aquellas
ciudades más potentes durante el periodo taifa como el caso de Murcia, Toledo, Zaragoza
y Málaga. Se va a difundir por el mediterráneo siendo en algunos sitios como en Italia un
buen indicador cronológico, es decir, como fósil guía para identificar los horizontes del
siglo XI y va a desaparecer esta técnica en al-Andalus en el siglo XII y aparece de manera
posterior ya en el siglo XIII en el ámbito feudal.

CERÁMICA IMPERIOS AFRICANOS, ALMORÁVIDES Y ALMOHADES (1090-


1145-1228)
Durante el siglo XII y siglo XIII paradójicamente la cerámica que peor conocemos es la
de los imperios africanos frente a la cerámica taifa o la nazarí. Se va a dar una renovación
de los centros productores, es un momento muy importante porque mientras que en época
taifa (se consolidan las ciudades) los centros productores, los alfares siguen siendo los
mismos de época califal con lo cual hay una herencia probablemente de la misma familia
de alfareros o los mismos artesanos. Se va a dar una ruptura con alfares califales-taifa,
nuevos y complejos centros muy especializados, algunos solo para el comercio a larga
distancia o dedicados a un solo tipo de producto o técnica (grandes contenedores como
tinajas, tejerías, ataifores vidriados…).
Estas cerámicas van a presentar una menor ostentación decorativa, esto no quiere decir
que sean peores alfareros o que no sepan realizar las decoraciones que había con
anterioridad, pero sí que tienen un gusto estético o unas necesidades de tipologías
decorativas que no buscan llamar tanto la atención como antes, que son más sobrias con
colores más oscuros, apagados. Se ha discutido y se sigue discutiendo si esto tiene que
ver simplemente con el nuevo gusto estético o que la rigurosidad religiosa que imponían
los imperios africanos impuso también un cierto retraimiento a la hora de ser ostentosos
con las decoraciones cerámicas. A partir de este momento comienza a aparecer la loza
dorada (o reflejo metálico), la cerámica esgrafiada (con un punzón se quita parte de la
arcilla en estado cuero y ahí pone manganeso) y estampillados bajo cubierta. Cuerda seca
parcial. Se va a dar una estandarización formal, tanto en contextos urbanos como en
rurales. Estrechas semejanzas con Magreb.
CERÁMICA NAZARÍ (XIII-XV)
Es el último periodo en el que se ve cierta continuidad con el periodo almohade en el que
la cerámica está muy estandarizada y es el momento en el que en al-Andalus se van a dar
más tipos diferentes a la vez, por lo que el repertorio formal va a ser muy amplio
(Castillejo de los Guájares: 21 series diferentes estudiados por Alberto García Porras).
El vidriado se impone incluso en las cerámicas de cocina (ollas, marmitas, cazuelas…) lo
que permite que la cocina sea mucho más limpia, además hay abundante producción
cerámica para la explotación como en Málaga (mediterráneo y norte de Europa). Gran
influencia y retroalimentación con cerámicas de los Reinos Cristianos (producciones
mudéjares, Maiolica). Aparecen en la cerámica nazarí esgrafiados y técnicas de cuerda
seca parcial en contextos de poder como en alcazabas urbanas, en los castillos, en algunas
almunias lo que nos indica que determinas técnicas eran exclusivas de los altos cargos del
reino nazarí.
La técnica más utilizada probablemente en este periodo pero que aparece poco en el
registro arqueológico es la loza dorada que es una cerámica que requiere tres cocciones,
son cerámicas donde hecha un esmalte primero, se cuece, después se echan los óxidos
metálicos como cobre y plata disueltos en vinagre o ácidos orgánicos y finalmente se hace
una tercera cocción a baja temperatura y en un ambiente reductor que permite conseguir
un reflejo metálico. Este tipo de decoraciones que ya habían aparecido en época almohade
y que también se documenta en las fuentes escritas van a presentar en este periodo nazarí
una novedad y es que van a introducir en ellas el azul cobalto.

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