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Escuela Panamá – Panama School

Diego Elías Bonilla Araúz

11°C

Lenguaje y Comunicación

Aportación del Segundo Trimestre

El Gran Vuelo

Analida Almillátegui

Martes, 25 de agosto de 2020

Resumen
Básicamente, todo sucede en un lunes del mes de enero, en el cual un personal se
empieza a adentrar a la Ciudad del Cabo, ellos son provenientes de la Llanura del
Norte. Acompañados de guardias, los esclavos iban repletando toda la Plaza Mayor; en
conjunto con la solemne melodía de aquellas cajas retumbando. Mientras tanto, en el
zaguán de la Parroquial Mayor, se encontraban las autoridades capitulares, instalados
en butacas de color rojo; en compañía de funcionarios, jueces y el gobernador del rey.
Todos se encontraban a la expectativa de lo que sería un espectáculo; para ser
específicos, una función de gala organizada para negros; para la cual, se sacrificaron
créditos. Debido a que, esta vez; las letras entrarían con fuego, y no con sangre.
Incluso, los acompañaban algunas luminarias derrochadoras; encendidas para ser
recordadas. De repente, todo se quedó pasmado y en silencio. Mackandal se dirigía
hacia el centro de la plaza. Los amos de algunos esclavos los interrogaban utilizando
solo la mirada, a lo que ellos respondían con indiferencia, a la vez que se preguntaban,
¿qué tanto sabían ellos de nosotros, los negros?

Mackandal ha pasado por distintos ciclos de metamorfosis, en los cuales se adentraba


en el mundo insectil; lograba desquitarse de aquella realidad… no poseía un brazo. A
diferencia de cuando se transformaba, pues poseía todo tipo de extremidades. Una vez
ya sabiendo esto; Mackandal se encontraba transformado en mosquito, se posó en el
mismo tricornio del jefe de las tropas, solo para gozar del descontento de los blancos.

Mackandal se encontraba ya pegado al poste torturador. El verdugo realizaba un gesto


que ya había practicado con anterioridad, mientras se prepara. El gobernador
desenvaina, y da la orden de que se cumpla la sentencia. El fuego comienza a subir
hacia al manco, se le sollaman las piernas; Mackandal empieza a mover aquel muñón
que no pudieron atarle, mientras aúlla conjuros inciertos al moverse abruptamente
hacia al frente. El negro logra desatarse, se abalanza sobre la multitud de esclavos. Un
solo grito se escuchaba en toda la plaza: ¡Mackandal sauvé!

Fue tanto el estruendo y la confusión presente. Que se ocasionó una turbamulta


negrada, los cuales fueron atacados a culatazos por los guardias. Gracias a este
descontrol, nadie se percató de que, entre unos diez soldados, habían agarrado a
Mackandal; lo metieron de cabeza al fuego, una llama crecida por el pelo, ahogaba su
último grito. Cuanto todo pasó a calma, no quedaba más que el vestigio de todo lo
acontecido; la hoguera ardía con normalidad, la brisa del mar levantaba humo hacia los
balcones en donde se hallaban más de una señora desmayada. Ya todo había
concluido.

Esta misma tarde, los esclavos regresaban sonrientes por todo el camino, pues,
Mackandal cumplió con su palabra. Permaneció en el reino de este mundo; birlando
una vez más, a los blancos. Y, mientras Monsieur Lenormand de Mezy, el cual se
encontraba con su beata esposa; comentaba utilizando algunas consideraciones
filosóficas, acerca de, la insensibilidad de los negros frente al suplicio de un semejante.
Por otro lado, Ti Noel embarazó de jimaguas a una de las domésticas de cocina,
trabándola, por tres veces, dentro de uno de los pesebres de la caballeriza.

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