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Bioconstrucción

Hoy en día nadie duda que comer productos “ecológicos” asiduamente es acercarse a una forma de vida
saludable. Muchas personas son conscientes de la gran cantidad de productos químicos, demostradamente
tóxicos, que contienen los alimentos convencionales que compramos en el supermercado, pero ¿somos
conscientes de la gran cantidad de productos tóxicos que puedan existir en nuestro hogar?.
Esta pregunta se la están haciendo ahora mismo muchas personas y han llegado a la conclusión de que las
viviendas actuales están repletas de elementos nocivos para nuestra salud, incluso la organización
Greenpeace está adelantando una campaña de alerta de elementos tóxicos en el hogar. Estos elementos
nocivos los encontramos, por ejemplo, en los mismos materiales de construcción: el cemento, con el que
están realizadas la mayoría de las viviendas, suele contener metales pesados (cromo, zinc,…); de las pinturas
y los barnices derivados del petróleo emanan elementos volátiles tóxicos como xileno, cetonas, tolueno, etc.; y
los elementos de PVC son altamente tóxicos sobre todo en su fabricación y en su combustión. La
bioconstrucción, entonces, pretende crear hábitats saludables y cómodos que se conviertan en nuestros
aliados.
La bioconstrucción no es nada nuevo, quizás el término sea novedoso pero el concepto, sin proponérselo, ya
lo conocían nuestros abuelos, tanto en el norte como en el sur, ya vivían en casas ecológicas, aunque
muchas veces exentas de los adelantos y comodidades que podemos disfrutar hoy en día. Sus casas,
construidas de forma artesanal con tierra, arcilla, piedra, madera, boñiga (heces de ganado vacuno) cañabrava y
paja daban el suficiente cobijo a sus moradores, incluso la mayoría de ellas han llegado hasta nosotros en
muy buenas condiciones. Fue la revolución industrial la que llevó a la construcción hacia lo que es hoy en día:
un enjambre de hierro y cemento.
El sector de la construcción, hoy por hoy, es uno de los sectores económicos menos respetuosos con los
aspectos medioambientales y de la Salud del Habitat. El acto de construir o edificar genera un gran impacto
ambiental con el consecuente deterioro ecológico y paisajístico del medio que nos rodea, estando afectada la
salud de los seres que habitan el planeta. La bioconstrucción persigue minimizar este impacto en la medida
de lo posible, favoreciendo un desarrollo sostenible que no agote los recursos del planeta en detrimento de la
calidad de vida de las generaciones futuras, sino que sea generador y regulador de los recursos empleados
en conseguir un hábitat saludable de forma que el hilo conductor sea la SALUD GLOBAL.

Según los últimos datos que manejan los expertos, el principal impacto producido por el sector de la
construcción está relacionado con la explotación del suelo y sus efectos sobre el ciclo del agua. Este sector
produce, durante la extracción y la transformación, el 40% de las emisiones de CO2, el 60% del consumo de
las materias primas, el 50% del agua y el 35% de la generación de residuos. Un 80% de los impactos
negativos sobre el medio ambiente están relacionados con el uso y abuso de la energía y del agua,
representando el parque urbano la mitad de la emisiones de dióxido de sulfuro presente en combustibles y
residuos domésticos, la cuarta parte de óxido nitroso y la tercera parte de las emisiones de CO2, que son las
emisiones que mayor incidencia tienen sobre el calentamiento global y el efecto invernadero.
En la página de Wikipedia definen el término de Bioconstrucción: “La toma de conciencia sobre el entorno, es lo que
lleva a formular modelos o aplicación de técnicas de diseño y construcción para edificaciones verdes, edificaciones con
opciones de sostenibilidad, procesos constructivos a favor de las arquitecturas de Tierra que evocan la presencia de los
cuatro elementos de la naturaleza: tierra, agua, aire y fuego, en los procesos de la vida en justa proporción, donde si
analizamos esta proporción para aproximarnos a la óptima, desde una perspectiva biológica, que considera la resonancia
entre la arquitectura y sus moradores, se pondrían en valor estas arquitecturas de tierra, ya que en combinación con la
piedra para los cimientos, la madera para las techumbres, la arcilla cocida para cubiertas y las formas dadas a estos
materiales, resuelven la armonía de estos elementos. La tierra, y su forma simbólica asociada, el círculo, han resuelto
históricamente el fundamento de la arquitectura habitacional ”

Reciben el nombre de bioconstrucción los sistemas de edificación o establecimiento de viviendas, refugios u


otras construcciones, realizados con materiales de bajo impacto ambiental o ecológico, reciclados o altamente
reciclables, o extraíbles mediante procesos sencillos y de bajo costo como, por ejemplo, materiales de origen
vegetal y compatible.

Tenemos, entonces, la oportunidad de planear y construir edificios que respiren como nosotros, que podamos
acariciar y saborear, que despidan un olor que nos haga crecer como seres, que la mirada se abra en su
presencia, que se instalen en terrenos sanos y que cuando llegue el momento desaparezcan integrándose en
el ciclo natural, como nosotros.
La vivienda debe adaptarse a nosotros como una 3ª piel, debe procurarnos cobijo, abrigo y sobretodo, salud.
La bioconstrución debe entenderse, por lo tanto, como la forma de construir respetuosa con todos los seres
vivos. Es decir, se entiende por bioconstrucción como la forma de construir que favorece los procesos
evolutivos de todo ser vivo, así como la biodiversidad, garantizando el equilibrio y la sustentabilidad de las
generaciones futuras.
Los materiales ecológicos en una vivienda hacen que ésta tenga más calidad. Muchos productos que
podemos aplicar en bioconstrucción se han utilizado y se utilizan en proyectos de alto nivel como restauración
de edificaciones de alto valor histórico. Y se aplican por su alto nivel de calidad: por ejemplo los morteros de
cal y los estucos, las pinturas al silicato, los barnices naturales, etc. y no es que sean excesivamente caros.
Además son más duraderos por lo que a la larga se ahorra dinero.
¿Debemos renunciar a un hábitat sano y natural en aras de una vivienda moderna adaptada a las
necesidades de hoy?. Por supuesto que NO. Una vivienda ecológica puede disponer de los mismos adelantos
que una convencional y con algunas ventajas, además de unos materiales más sanos: estas ventajas se
centran en un mayor ahorro energético (para ello aplicamos la bioclimática), lo que conlleva a un menor
impacto medioambiental de nuestra vivienda y una reducción del tiempo de mantenimiento de la vivienda y,
como decíamos antes a un gran ahorro energético, lo que a la larga se notará en nuestro bolsillo.

Si se quiere realizar un proyecto de bioconstrucción se deben de tener en consideración las siguientes pautas:

 Planificación y gestión del suelo con criterios de ecología y salud del hábitat
1. Integración con el entorno
2. Adecuada orientación y distribución de espacios
3. Análisis Geobiológico, detección de geopatías, prevención y sanación
4. Integración urbana y paisajística
5. Movilidad

 Gestión responsable de la energía


1. Observación, análisis y aplicación de la energía integrada en los procesos vitales
2. Incorporación de sistemas y equipos de producción limpia tanto en la propuesta como en la
construcción, estrategias bioclimáticas pasivas y activas.
3. Gestión eficiente buscando el ahorro.
4. Iluminación natural.

 Gestión consciente y responsable de los materiales


1. Empleo de materiales saludables, biocompatibles e higroscópicos
2. Empleo de materiales de mínimo impacto ambiental
3. Programa de gestión de residuos aplicando las 3R: Reducción, Reutilización y Reciclado
4. Optimización de recursos
 Gestión responsable del agua
1. Optimización del recurso agua
2. Programa de recogida y reutilización de aguas lluvias
3. Programa de gestión interior (minimización y recirculación del uso interior del agua)
4. Programa de depuración biológica

 Gestión ecológica del aire


1. La “forma” del aire, el fluir del vacío y la distribución de espacios
2. La calidad física del aire, la transpiración y el bioclimatismo
3. La calidad biótica del aire

 Desarrollo ecosistémico personal, social, local y regional


1. Diseño personalizado con criterios de salud del hábitat
2. Calidad anímica (criterios de bienestar físico y anímico en el diseño y la construcción)
3. Otros diseños alternativos (armonización entre lo que “se desea” hacer y lo que “se debe” hacer)
4. Manuales de usuario para su utilización y mantenimiento

En Bogotá el edificio “El Cubo” de la Caja de Compensación Familiar COLSUBSIDIO, es un claro ejemplo de
la aplicación de los principios de la bioconstrucción donde se pretende lograr un equilibrio vital entre el trabajo
y su desarrollo integral para mejorar la calidad de vida de sus afiliados y empleados bajo la premisa de
autosostenibilidad y bienestar que se le debe generar al ser humano. Pero lo más importante es la protección
del medio ambiente por esta razón Colsubsidio decidió utilizar tecnologías de punta para manejo de aguas,
energético y reciclaje de basuras pensando en responsabilidad social y un desarrollo sostenible. En la parte
energética tiene una certificación LEED (Liderazgo en energía y diseño ambiental).

Bibliografía
 Wikipedia
 Revista EcoHabitar (www.ecohabitar.org)
 bioconstruccionesbogota.blogspot.com
Por último como una colaboración adicional al tema de la bioconstrucción les comparto estos vínculos de la
Revista EcoHabitar de España y que aunque es editada para el medio español tienen mucha aplicabilidad en
nuestro país.

http://htca.us.es/materiales/benitosm/MATERIAL%20AMA/Criterios%20Biocosntrucci%C3%B3n.pdf

http://www.ecohabitar.org/tertulia-sobre-bioconstrucion-en-biocultura-video/

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Bibliografía
 Wikipedia
 Revista EcoHabitar (www.ecohabitar.org)
 bioconstruccionesbogota.blogspot.com

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