Está en la página 1de 8

Richard Stallman:

Software libre para una sociedad libre


¿Qué es el software libre?
“El «software libre» es una cuestión de libertad, no de precio. Para comprender este concepto,
debemos pensar en la acepción de libre como en «libertad de expresión» y no como en «barra libre de
cerveza».
Con software libre nos referimos a la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar,
cambiar y mejorar el software. Nos referimos especialmente a cuatro clases de libertad para los
usuarios de software:
▪ Libertad 0: la libertad para ejecutar el programa sea cual sea nuestro propósito.
▪ Libertad 1: la libertad para estudiar el funcionamiento del programa y adaptarlo a tus necesidades —
el acceso al código fuente es condición indispensable para esto.
▪ Libertad 2: la libertad para redistribuir copias y ayudar así a tu vecino.
▪ Libertad 3: la libertad para mejorar el programa y luego publicarlo para el bien de toda la comunidad
—el acceso al código fuente es condición indispensable para esto.”
(Stallman 2007: 43)
El copyleft
“El copyleft es un método para convertir un programa en software libre y exigir que todas las versiones del mismo,
modificadas o ampliadas, también lo sean. La forma más sencilla de hacer que un programa sea libre es ponerlo en el
dominio público, sin derechos reservados. Esto permite a la gente compartir el programa y sus mejoras, si así lo desean. Pero
asimismo permite, a quienes no crean en la cooperación, convertir el programa en software propietario. Pueden hacer
cambios, muchos o pocos, y distribuir su resultado como un producto propietario. Las personas que reciben el programa con
esas modificaciones no gozan de la libertad que les dio el autor original; el intermediario les ha despojado de ella.” (Stallman
2007: 92)
“Para aplicar el copyleft a un programa, primero reservamos los derechos; luego añadimos los términos de distribución, un
instrumento legal que otorga a todo el mundo el derecho a utilizar, modificar y redistribuir el código del programa o
cualquier programa derivado del mismo, siempre que no se alteren los términos de distribución. De esta forma, el código y
las libertades se convierten en elementos legalmente inseparables. Los desarrolladores de software propietario usan el
copyright para restar libertad a los usuarios; nosotros recurrimos a los derechos reservados para garantizársela. Por eso
invertimos el nombre, convirtiendo los derechos reservados —copyright— en copyleft.” (Stallman 2007: 92-93)
▪ El copyleft es un uso de la ley para preservar y promover una lógica de cooperativa y libre de producción y distribución, es
decir, es una alternativa a la lógica privada de producción y distribución de softwares y programas (la cual es no-libre en
el sentido de que no se basa en una producción colaborativa y abierta, sino en un código cerrado cuyo acceso y utilización
está en manos de empresas privadas)
¿Software libre o software de código abierto?
Se plantea la diferencia entre software libre y software de código abierto. Desde el punto de vista
técnico o informático, no hay diferencia. Los softwares de código abierto también permiten
compartir, modificar, readaptar los programas y softwares, etc. La diferencia es
fundamentalmente filosófica, ética y política pues, para Stallman, el movimiento del software
libre no es solo una cuestión meramente técnica (otro modo de programar y producir softwares),
sino también política. Para él, el software libre y el copyleft ofrecen otro modelo de sociedad, con
otros valores y prácticas. En este sentido, está convencido que difundir la libertad, la cooperación,
el bien común y la transparencia son elementos que van mucho más allá de una opción
meramente técnica relativa al modo de programación. De allí que llame a su propuesta “idealismo
pragmático”:
“Mi trabajo con el software libre está motivado por un objetivo idealista: difundir la libertad y la
cooperación. Quiero promover la difusión del software libre, sustituyendo al software propietario
que prohíbe la cooperación, para de este modo mejorar nuestra sociedad.” (Stallman 2007: 95)
Diferencia entre copyright (o derechos de
autor) y patentes
Stallman señala que hay confusión entre copyright y patentes, confusión propiciada por el uso del
término propiedad intelectual. Y subraya que, en realidad, dos cosas muy distintas:

▪ El copyright regula las copias de las obras, regula las condiciones de expresión, reproducción o
copia de determinadas obras protegidas con derechos de autor.

▪ Las patentes, en cambio, no regulan no las copias sino las ideas y el uso de las ideas.

Y la diferencia es fundamental en el campo de que los desarrolladores de softwares y


programadores, porque la generación de programas informáticos implica usar y combinar
distintas ideas (distintos códigos o partes de código) para crear nuevos programas y aplicaciones.
En este sentido, si las ideas informáticas y los códigos están patentados y privatizados, se plantea
una amenaza a la posibilidad de desarrollo, innovación y creación en la industria del software.
¿Qué hacer ante una patente?
▪ Evitar una patente (es decir, no utilizar la idea patentada) puede ser fácil o difícil, dependiendo de qué idea se trate. Si es
una idea que se ha vuelto estándar y resulta indispensable usarla para poder desplegar desarrollos ulteriores, es algo
dificilísimo y pone en riesgo la posibilidad misma de la innovación y la creación de nuevos programas y softwares.
▪ Obtener una patente sería la otra opción pero, en muchos casos, ello supondría un coste millonario que haría casi
imposible cualquier desarrollo de un nuevo software. En este punto, Stallman introduce otro argumento, tendiente a
explicar cómo funciona exactamente el sistema de patentes de software y quienes se benefician. Cuenta que las grandes
empresas tecnológicas, como IBM, que cuentan con miles de patentes, no se benefician fundamentalmente de dar
licencias a esas patentes sino de intercambiar licencias con otras grandes empresas, es decir, de intercambiar acceso y la
posibilidad de uso de ciertas ideas (patentadas) para nuevos desarrollos. Es decir, sus ingresos por patentes no vienen de
las licencias sino de la posibilidad de intercambiar patentes con otras grandes empresas. Y lo que ello implica es que –en
los hechos- las patentes funcionan, en la industria del software, para favorecer a las grandes empresas de software, y
ahogar a las empresas pequeñas y medianas. Con lo cual, el sistema de patentes en la industria del software, lejos de
favorecer la innovación y nuevos desarrollos, la limita y obtura.
▪ Finalmente está la posibilidad de ir a juicio y revocar una patente. Stallman señala que esto es casi imposible, no solo por
el costo de abogados y de administración, sino también porque todo el sistema de patentes es opaco y burocrático, y
resulta muy difícil saber qué está patentado y qué no.
La especificidad de las patentes en la
industria del software
▪ Tradicionalmente se tiene la idea de que la patente protege una determinada idea o producto. El modelo es “una patente,
un producto”. Esto puede ser cierto, dice Stallman, en algunas industrias. Por ejemplo, en las empresas farmacéuticas,
que desarrollan una fórmula específica para curar tal dolencia, van, la patentan y luego producen el medicamento y lo
venden. Una patente, un producto. Ahora bien, esto no sucede en el campo del software donde el proceso creativo de
programación supone el uso de miles y miles de ideas distintas, la combinación de muchísimas ideas distintas, y si por
cada una de ellas hubiera que pagar una licencia de patente la innovación sería económicamente inviable.

▪ Esto diferencia, según Stallman, las patentes que protegen la invención de objetos o dispositivos físicos, materiales
(como puede ser un medicamento, un nuevo motor para un auto, el diseño de una mesa, etc.), de las patentes que
protegen o privatizan ideas matemáticas de programación. En el primer caso el modelo “un producto, una patente” es
real y aplicable, en el segundo caso tiene consecuencias desastrosas y constituye una amenaza a la posibilidad de
progreso y desarrollo de nuevos y mejores softwares, porque instala una enmarañada red legal que protege a un puñado
de corporaciones tecnológicas e impide que surjan muchos y diversos programadores y desarrolladores que contribuyan
con su creatividad al beneficio de toda la sociedad.
¿Qué hacer?
Para revertir esta situación, Stallman señala dos caminos.

▪ Limitar legalmente la posibilidad del patentamiento de softwares (como se ha hecho


en Europa)

▪ Limitar la aplicabilidad de patentes ya otorgadas. Es decir, limitar la posibilidad de que


los desarrolladores de softwares nuevos tengan que pagar licencias leoninas o ser
llevados a juicio por sus desarrollos y creaciones.

Ambos caminos, concluye Stallman, dependen de la ciudadanía, de una toma de


conciencia general que permita establecer leyes más justas, que protejan a la comunidad
en su conjunto, que protejan a los desarrolladores de software y programadores, y no a
unos pocos monopolios tecnológicos

También podría gustarte