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Un prisionero de guerra (PDG), también conocido como enemigo prisionero de guerra

(EPG), es un soldado, piloto o marino que es hecho prisionero por el enemigo


durante o inmediatamente después de un conflicto armado. Existen leyes para
asegurarse de que los prisioneros de guerra serán tratados humana y
diplomáticamente. Las naciones varían en el cumplimiento de tales leyes.

El artículo 4 del Tercer Convenio de Ginebra protege al personal militar capturado,


algunos guerrilleros y ciertos civiles. Esto se aplica desde el momento de la
captura hasta cuando es liberado o repatriado. Uno de los principales puntos de la
convención hace que sea ilegal torturar a los prisioneros, y al prisionero solo le
pueden pedir su nombre, fecha de nacimiento, rango y número de servicio (si es
aplicable).

El estatus de prisionero de guerra no incluye desarmados o no combatientes


capturados en tiempo de guerra, los cuales están protegidos por la Cuarta
Convención de Ginebra algo más que por la tercera. En muchas culturas rendirse ante
un enemigo era considerado un acto muy deshonroso.

Índice
1 Historia
1.1 Antigüedad
1.2 Edad Media
1.3 Tiempos modernos
2 Primera Guerra Mundial
3 Calificando como prisionero de guerra
4 Trato de los prisioneros de guerra durante la Segunda Guerra Mundial
5 Lista de prisioneros famosos
6 Véase también
7 Referencias
8 Enlaces externos
Historia
Antigüedad
En un principio, los prisioneros de guerra eran sacrificados bárbaramente pero
después se les redujo a esclavitud. En la Antigüedad, las leyes de guerra
autorizaban a ahorcar, degollar o mutilar a los hombres válidos de una ciudad
tomada por asalto (y lo mismo ha sucedido modernamente, por ejemplo en Tarragona
tras el asalto de los franceses en 1811) y a vender a las mujeres y los niños. Ni
los lacedemonios, ni los romanos hasta después de las guerras púnicas hacían
prisioneros, pues mataban a los que caían en su poder y sólo rara vez hacían
trueques. Posteriormente, los prisioneros de guerra eran vendidos como esclavos.1

Edad Media
Durante la Edad Media, se libraron varias guerras religiosas particularmente
encarnizadas. En la Europa cristiana, el exterminio de los herejes o "no creyentes"
era deseable. Ejemplos de esto incluyen la Cruzada albigense del siglo XIII y las
Cruzadas Bálticas2 Asimismo, los habitantes de las ciudades conquistadas eran
masacrados con frecuencia durante las Cruzadas contra los musulmanes en los siglos
XI y XII. Los nobles podían esperar ser rescatados, sus familias debían enviar a
sus captores grandes sumas de bienes de acuerdo con el estatus social del cautivo.

En la Arabia preislámica, tras la captura, los cautivos no ejecutados eran


obligados a rogar por su subsistencia. Durante las reformas tempranas del Islam,
Mahoma cambió esta costumbre, y el gobierno islámico se hizo cargo de proveer
alimentación y vestimenta en una cantidad razonable a los cautivos, sin importar
cuál fuese su religión. Si los prisioneros estaban en custodia de una persona,
entonces la responsabilidad recaía en el individuo.3 Establecía la regla de que los
prisioneros de guerra debían ser custodiados y no maltratados, y que después de que
la lucha terminara los prisioneros debían ser liberados o rescatados. La liberación
de los prisioneros era altamente recomendada como un acto caritativo. La Meca fue
la primera ciudad que aplicó el código benevolente; sin embargo, los cristianos que
fueron capturados en las Cruzadas fueron vendidos como esclavos si no podían pagar
un rescate.4

La Paz de Westfalia de 1648, que puso fin a la Guerra de los Treinta Años,
estableció la regla de que los prisioneros de guerra debían ser liberados sin
rescate al final de las hostilidades y que debían permitírseles retornar a sus
hogares.5

Tiempos modernos
Durante el siglo XIX, se incrementaron los esfuerzos para mejorar el tratamiento y
el proceso de los prisioneros. El periodo extensivo del conflicto durante la Guerra
de Independencia de los Estados Unidos y las Guerras Napoleónicas (1793-1815),
seguidas por la Guerra Anglo-Estadounidense de 1812, llevó al surgimiento de un
sistema de carteles para el intercambio de prisioneros, incluso cuando los
beligerantes estaban en guerra. Un cartel era usualmente acordado por el servicio
armado respectivo para el intercambio de personal del mismo rango. El objetivo era
lograr una reducción en el número de prisioneros aprehendidos, mientras que al
mismo tiempo se aliviaba la escasez de personal cualificado en el país de origen.

En 1863 se promulgó en los EE. UU. el Código Lieber que unilateralmente protegió
legalmente los derechos de los prisioneros. Más tarde, como resultado de estas
convenciones emergentes, se celebraron varias conferencias internacionales,
empezando con el Primer Convenio de Ginebra (1864) y el no ratificado Proyecto de
declaración concerniente a las leyes y costumbres de la guerra en Bruselas 1874,
donde las naciones estuvieron de acuerdo en que era necesario prevenir el trato
inhumano de los prisioneros y el uso de armas que causaran daño innecesario. Aunque
no se ratificaron inmediatamente acuerdos por parte de las naciones participantes,
el trabajo continuo resultó en la adopción de nuevas convenciones que fueron
reconocidas como Derecho internacional, en las que se especificaba la exigencia de
que los prisioneros de guerra fueran tratados humanamente.

El 18 de febrero de 1913 durante la Decena Trágica, Gustavo Adolfo Madero, hermano


del presidente de México, Francisco I. Madero, fue hecho prisionero por el general
Victoriano Huerta y trasladado a la Ciudadela junto al intendente Adolfo Bassó para
posteriormente ser asesinados en linchamiento.

Primera Guerra Mundial

Una prisionera rusa herida por las tropas alemanas, capturada en el frente (1915)
Durante la Primera Guerra Mundial, alrededor de ocho millones de soldados se
rindieron y fueron mantenidos en campos de prisioneros de guerra hasta el fin del
conflicto. Todas las naciones prometieron seguir las reglas de La Haya sobre el
trato justo a los prisioneros de guerra, y en general los prisioneros tuvieron una
tasa de supervivencia mucho más alta que sus pares que no fueron capturados.6 Las
rendiciones individuales fueron poco frecuentes; generalmente una gran unidad se
rendía con todos sus hombres. En Tannenberg, 92.000 rusos se rindieron durante la
batalla. Cuando la guarnición asediada de Kaunas se rindió en 1915, 20.000 rusos
fueron hechos prisioneros. Alrededor de la mitad de las pérdidas rusas fueron
prisioneros (como una proporción de aquellos capturados, heridos o muertos); del
Imperio Austrohúngaro, 32%; de Reino de Italia, 26%; de Francia, 12%; de Alemania,
9%; del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, 7%. Los prisioneros de las fuerzas
aliadas totalizaron aproximadamente 1,4 millones (sin incluir a Rusia que perdió
entre 2,5 y 3,5 millones de hombres como prisioneros), en tanto que de los
potencias centrales alrededor de 3,3 millones de hombres cayeron prisioneros.7

El Imperio alemán hizo 5 millones de prisioneros; el Imperio ruso, 2,9 millones;


mientras que el Reino Unido y Francia tuvieron alrededor de 720.000 prisioneros, la
mayor parte en el periodo inmediatamente anterior al armisticio de 1918. Por su
parte, los Estados Unidos tomaron 48.000 prisioneros. El momento más peligroso era
el acto de rendición, cuando soldados indefensos fueron algunas veces ejecutados.
Una vez que los prisioneros llegaban a un campo de prisioneros de guerra, en
general estaban en instalaciones adecuadas (mucho mejor que aquellas de la Segunda
Guerra Mundial), gracias en parte a los esfuerzos de la Cruz Roja Internacional y
las inspecciones de las naciones neutrales. En cambio, las condiciones fueron
terribles en Rusia, donde la hambruna fue padecida tanto por los prisioneros como
por los civiles: alrededor del 40% de los prisioneros en Rusia murieron o
desaparecieron.8 Casi 375.000 del medio millón de prisioneros de guerra del Imperio
Austrohúngaro tomados por los rusos perecieron en Siberia de viruela y tifus.9 En
Alemania, la comida escaseó, pero solo murió el 5% de los prisioneros.10

El Imperio Otomano a menudo maltrataba a los prisioneros de guerra. Algunos de los


11.800 soldados británicos, la mayoría de ellos indios, fueron hechos prisioneros
después de resistir cinco meses el asedio de Kut, en Mesopotamia, en abril de 1916.
Muchos estaban débiles y hambrientos cuando se rindieron y 4.250 murieron en
cautiverio.11

El caso más curioso se presentó en Rusia, donde la Legión Checoslovaca de


prisioneros checos (del ejército del Imperio Austrohúngaro) fueron liberados en
1917, armados y convertidos en una fuerza militar y diplomática durante la Guerra
Civil Rusa.

Imperio Ruso: 3,9 millones de prisioneros


Imperio Austrohúngaro: 2,2 millones12
Francia; Reino Unido y Alemania: 1,3 millones (650.000 alemanes)
Italia: 0,6 millones
Calificando como prisionero de guerra
En principio, para tener el estatus de prisionero de guerra, el supuesto PDG debe
estar en condiciones como las que indica la ley: ser parte de un regimiento, vestir
un uniforme, banderas e insignias y mostrar sus armas abiertamente. Así,
francotiradores, terroristas y espías pueden ser excluidos. En la práctica, esto no
siempre se cumple estrictamente. Las guerrillas, por ejemplo, pueden no vestir un
uniforme o llevar armas abiertamente, pero ahora se les da estatus de prisionero de
guerra si son capturados. Sin embargo, las guerrillas o cualquier otro combatiente
puede que no se le confiera el estatus de PDG si intentan pasar por dos tipos, por
civil o por militar.

Trato de los prisioneros de guerra durante la Segunda Guerra Mundial

El VI Ejército alemán marcha a su exilio en Siberia desde Stalingrado.


Se estima que entre 6 y 10 millones de prisioneros de guerra resultaron muertos en
la Segunda Guerra Mundial. Tanto Alemania como el Reino de Italia respetaron el
Convenio de Ginebra en cuanto al trato a los prisioneros de Francia, Reino Unido,
EE. UU. y otros aliados occidentales, incluyendo a las tropas de origen judío. Los
soldados fueron obligados a trabajar en condiciones bastante tolerables, mientras
que los oficiales no tenían que hacerlo. Aunque era frecuente el racionamiento de
los alimentos y las marchas forzadas para alejarlos del avance aliado. Solo 8.340
prisioneros occidentales (sin contar los franceses) murieron en cautiverio.

La situación era distinta para los prisioneros soviéticos. Se calcula que 5,7
millones de soviéticos fueron capturados por el Eje desde 1941 hasta el final de la
guerra. Un millón fueron liberados durante la guerra, muchos pasaron a formar parte
de las fuerzas del Eje (como voluntarios u obligados (Hiwis)), 500.000 escaparon o
fueron liberados por los aliados y 930.000 fueron encontrados con vida en los
campos de prisioneros tras la guerra. Los otros 3.300.000 (57,5% del total)
resultaron muertos. Según el historiador militar ruso, general Grigoriy
Krivosheyev, unos 4.300.000 soviéticos fueron capturados, de los que 1.800.000
fueron encontrados con vida y 318.770 fueron liberados por el Eje durante la
guerra, el resto murió.

En 1945 durante la Conferencia de Yalta, los estadounidenses y británicos llegaron


a un acuerdo de repatriación de prisioneros con la URSS, aunque fuera de manera
forzosa, la llamada Operación Keelhaul. Esto fue completamente distinto con los
prisioneros chinos y norcoreanos en la Guerra de Corea, donde se les hacía elegir
entre volver a su país de origen o quedarse en Corea del Sur; la mitad eligió la
segunda opción.13

Mientras que Japón se caracterizó por su mal trato a los prisioneros desde un
principio (nunca firmó el Convenio de Ginebra), al de ser una cultura donde se
consideraba la rendición como algo deshonroso, lo que llevó a que muchos de sus
soldados preferían suicidarse antes de rendirse. Según cálculos del Tribunal de
Tokio, el 27,1% de los prisioneros occidentales murió durante el cautiverio (un 37%
en el caso de los estadounidenses), pero nunca se incluyó el trato a los
prisioneros chinos y de otros países asiáticos.

El Kōei Maru en Melburne en febrero de 1946, para la repatriación de prisioneros de


guerra japoneses.
En 1939 tras la Invasión soviética de Polonia, cientos de miles de polacos fueron
hechos prisioneros por el Ejército Rojo, de los que varios miles (sobre todo
oficiales) fueron ejecutados, destacando la Masacre de Katyn. Se calcula que cerca
de 3.150.000 a 3.500.000 de soldados del Eje (sin contar japoneses) fueron
capturados, de los que más de un millón murió. Para Krivosheyev, 4.126.964 soldados
del Eje fueron hechos prisioneros por la URSS, de los cuales 580.548 murieron. De
los 2.389.560 alemanes unos 450.600 murieron. Un ejemplo clásico es el de los
prisioneros hechos en Stalingrado: de 110.000 alemanes capturados, solo 5.000
volvieron a su país al final de la guerra con vida.

En tanto que en EE. UU. en una encuesta a 1000 veteranos, un tercio respondió que
había recibido órdenes de ejecutar a prisioneros alemanes, sobre todo en el momento
en que los soldados no tenían suficientes hombres para vigilarlos.14

Nacionalidad de prisioneros Números Guerra


Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas 4 - 5,7 millones por alemanes (2,7
- 3,3 millones mueren en cautiverio) Segunda Guerra Mundial (total)
Alemania Nazi
3.127.380 en URSS (474.967 mueren en cautiverio)
3.630.000 en Reino Unido
3.100.000 en Estados Unidos
937.000 en Francia
1.300.000 en Yugoslavia, Polonia, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca
Segunda Guerra Mundial
Francia 1.800.000 por alemanes Batalla de Francia en Segunda Guerra Mundial
Polonia 675.000 (420.000 por alemanes, 240.000 por soviéticos en 1939; 15.000
en Varsovia en 1944) Segunda Guerra Mundial
Reino Unido ~200.000 (135.000 en Europa) Segunda Guerra Mundial
EE. UU. ~130.000 (95.532 capturados por alemanes) Segunda Guerra Mundial
Sobre los campos alemanes de prisioneros de guerra en la Segunda Guerra Mundial,
ver el artículo Stalag.

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