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Santa Teresa de Jesús

IV Centenario de su Canonización
1622-2022
ÍNDICE

Índice ………………………………………………………………… 02
Presentación del provincial…………………………………………. 03
Introducción……………………………………………………………04
Laudes …………………………………………………………………05
Misa conmemorativa …………………………………………………10
Memoria de Santa Teresa de Jesús en el aniversario de su canonización…14
Carta a la Orden con motivo del cuarto centenario de la canonización de Santa
Teresa de Jesús …………………………………………………………………….17

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¡Alabado sea Jesucristo!

Celebramos 400 años de que nuestra Santa Madre fue llevada a los altares
y reconocida entre el número de las Santas Vírgenes, con ello queremos
reconocer como ella nos invita desde el inicio del libro de la Vida a cantar
las misericordias del Señor para con ella, y por ende las gracias recibidas por
su vida a sus hijos e hijos y a la Iglesia universal.

Hoy celebrar la santidad de nuestra Santa Madre, si bien es reconocer la


acción de la gracia en su vida y a libertad teologal con la que ella responde,
es honrar su vida y reconocer el cimiento del que venimos.

De ninguna manera el celebrar la santidad de la Santa, es solo regocijarnos


de un pasado e inicio glorioso como Orden del Carmen Descalzo, es
reconocer y apropiarnos de nuestro propio llamado a la santidad, que
como nos lo recuerda en Papa Francisco “(…) el llamado a la santidad que
el Señor hace a cada uno de nosotros, ese llamado que te dirige también a
ti: «Sed santos, porque yo soy santo» (Lv 11,45; cf. 1 P 1,16). El Concilio
Vaticano II lo destacó con fuerza: «Todos los fieles, cristianos, de cualquier
condición y estado, fortalecidos con tantos y tan poderosos medios de
salvación, son llamados por el Señor, cada uno por su camino, a la
perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre»” GE
10. No sirve de mucho celebrar la santidad de Teresa, sino que, como sus
hijos e hijas, aprendamos e imitemos la respuesta de ella al amor de Dios, y
vivamos desde él, ya que la santidad no sería otra cosa que “la caridad
plenamente vivida” como nos lo indica el papa Benedicto XVI.

Agradecidos con Fray Germán Balvanera, consejero de Carisma, que tuvo


a bien compartirnos este compendio de materiales litúrgicos y
documentales para motivarnos a darle un sentido profundo a nuestra
celebración de los 400 años de la canonización de Santa Teresa. Que este
aniversario nos traiga frutos provinciales de una determinada determinación
para hacer vida el mensaje de la Santa y que, con nuestra propia
experiencia de Dios, acompañemos a otros a que la vivan.

A todos queridos frailes, monjas y seglares de la Provincia, les mando una


sincera y alegre felicitación por tener a una madre santa, maestra de
oración y fraternidad, tan insigne como humana y accesible a todos.
Pedimos su intercesión en estos tiempos recios por quienes construyen la paz,
la fortaleza, así como por los pueblos y naciones que la han perdido y sufren
sus consecuencias.

Fr. Leonel J. Ceniceros Castro, OCD.


Provincial

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Introducción
Con el fin de celebrar este cuarto centenario de una manera eclesial y que no
sea únicamente una mención de la efeméride, queremos ofrecer este material
que busca ser un recurso que nos permita celebrar en comunidad dicho
centenario.

Así como se preparó un subsidio para la celebración del 50 aniversario de la


proclamación del doctorado de Santa Teresa de Jesús, nuevamente
ofrecemos un material para el día 12 de marzo del 2022, que consta de un
apartado litúrgico para las Laudes y celebrar la Eucaristía de acción de
gracias, puesto que no se ha elaborado uno para las Vísperas ya que, siendo
sábado, dicha hora corresponde a las primeras vísperas del segundo
domingo de cuaresma.

Ahora bien, se ha agregado otro material (anexo que compartimos en este


mismo documento) que nos narra cómo fue y qué implicaciones tuvo el
proceso de canonización de Santa Teresa, que puede usarse para el final de
la Eucaristía o de una reunión comunitaria como material de estudio o
animación, así como una carta dirija a la Orden de parte del Prior General
OCarm, celebrando el hecho y poniéndolo a dialogar con la próxima
canonización de Tito Brandsma.

Por último, la invitación de realizar también esta festividad en la mesa


compartida de nuestros alimentos, con los tintes propios de una celebración,
así como el necesario ordenamiento que nos invita el tiempo cuaresmal.

Muchas felicidades, hermanos, que esta conmemoración de Nuestra Madre


nos permita mirar, valorar y recordar la gran responsabilidad del gran tesoro
depositado en nuestras manos para ser sus testigos y promotores de la vida
interior en la Iglesia.
A 11 días del mes de marzo, año de 2022
Fr. Germán Balvanera Villanueva, OCD
Consejero Carisma.

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Liturgia de las Horas conmemorativa del IV aniversario de la
canonización de santa Teresa, nuestra madre.

Laudes
INVITATORIO

V. Señor, abre mis labios.


R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Puede añadirse el salmo invitatorio, con la siguiente antífona:


Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus Santas

HIMNO

Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia,


maestra de la luz, centella del amor,
enséñanos la senda por la que caminaste
con alma enamorada, buscando en ti al Señor.

La oración es, Teresa, atrio de tu casa


morada amurallada, palacio de interior,
refugio del humilde que aspira a las virtudes,
castillo de diamante o diáfano color.

La luz va iluminando, Teresa, tus sandalias


que van pisando el tiempo para una nueva edad
con fríos y con soles, con lluvias y con nieves,
con grande sed de viento y amor de libertad.

Tu escritura, Teresa, que hiciste de rodillas,


tus sílabas en vuelo, tu verbo celestial,
son fuego que palpita, son llama de amor viva,
palabra que inaugura un canto universal.

Centellas de luz pura, Teresa, son tus ojos


absortos en la noche, prendidos del fulgor.
Reluce y se estremece tu alma que han tocado
los dedos del Amado vistiéndola de amor.

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SALMODIA

Ant 1. Los Santos tienen su morada en el reino de Dios, y allí han


encontrado descanso eterno.

Salmo 118, 145-152 TE INVOCO DE TODO CORAZÓN

Te invoco de todo corazón;


respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.

Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,


meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.

Tú, Señor, estás cerca,


y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.

Ant. Los Santos tienen su morada en el reino de Dios, y allí han


encontrado descanso eterno

Ant 2. Cantemos el himno de alabanza de todos los santos, de Israel, su


pueblo escogido.

Cántico: HIMNO A DIOS, DESPUÉS DE LA VICTORIA DEL MAR ROJO Ex


15, 1-4. 8-13. 17-18

Cantaré al Señor, sublime es su victoria,


caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor,

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él fue mi salvación.

Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
El Señor es un guerrero,
su nombre es «El Señor».

Los carros del faraón los lanzó al mar,


ahogó en el mar rojo a sus mejores capitanes.

Al soplo de tu ira se amontonaron las aguas,


las corrientes se alzaron como un dique,
las olas se cuajaron en el mar.

Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré,


repartiré el botín, se saciará mi codicia,
empuñaré la espada, los agarrará mi mano.»

Pero sopló tu aliento y los cubrió el mar,


se hundieron como plomo en las aguas formidables.

¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?


¿Quién como tú, terrible entre los santos,
temibles por tus proezas, autor de maravillas?

Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;


guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado,
los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.

Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad,


lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos.
El Señor reina por siempre jamás.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.

Ant. Cantemos el himno de alabanza de todos los santos, de Israel, su


pueblo escogido.

Ant 3. He cantado, Señor, tus misericordias en la asamblea de los fieles.

Salmo 116 - INVITACIÓN UNIVERSAL A LA ALABANZA DIVINA.

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Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos:

Firme es su misericordia con nosotros,


su fidelidad dura por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.

Ant. He cantado, Señor, tus misericordias en la asamblea de los fieles.

LECTURA BREVE (Flp 3,8-10)

Todo lo estimo pérdida, comparado con la excelencia del conocimiento de


Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal
de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía -la de la ley-, sino
con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya
en la fe. Para conocerlo a él, y a la fuerza de su resurrección y la comunión
con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la
resurrección de entre los muertos.

RESPONSORIO BREVE

V. Oigo en mi corazón, buscad mi rostro.


R. Oigo en mi corazón, buscad mi rostro.

V. Tu rostro buscaré, Señor.


R. Buscad mi rostro.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R. Oigo en mi corazón, buscad mi rostro.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. La Santa brillará como el sol en el reino de su Padre.

PRECES
Aclamemos con júbilo a Cristo, Señor de la gloria y maestro de vida, que nos
concede hoy conmemorar el aniversario de santa Teresa, nuestra Madre y
doctora de la Iglesia y digámosle:

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Te alabamos, Señor.
Señor, fuente de vida y de sabiduría, que has mostrado en tus doctores las
maravillas de tu amor,
― queremos cantar hoy tus misericordias con nuestra Madre Teresa de
Jesús.
Tú, que anhelas abrasar el mundo entero con el fuego de tu caridad,
― haz que seamos ante los hombres servidores sabios y testigos de tu amor,
a imitación de santa Teresa.
Tú, que, como amigo fiel, revelas a tus elegidos los misterios de tu inmensa
caridad,
― únenos a ti con los lazos de tu amistad divina, para que experimentemos
tu amor y lo anunciemos a nuestros hermanos.
Tú, que te manifiestas a los limpios de corazón,
― purifica nuestros ojos para que te descubramos en todas las criaturas y en
todos los acontecimientos.
Tú, que resistes a los soberbios y amas a los humildes,
― haz que andemos en verdad y vivamos al servicio de la Iglesia.

Oración
Se dice la oración propia o, en su defecto, la siguiente:
Señor Dios nuestro, que por medio de tu Espíritu Santo has suscitado a
Santa Teresa, nuestra madre, para enseñar a tu Iglesia el camino de la
perfección; concédenos alimentarnos siempre con su celestial doctrina, para
que crezca en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro
Señor.

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Eucaristía conmemorativa por el IV centenario de la
canonización de santa Teresa de Jesús, nuestra madre,
como doctora de la Iglesia.

Oración colecta
Señor Dios nuestro, que por medio de tu Espíritu Santo has suscitado a Santa
Teresa, nuestra madre, para enseñar a tu Iglesia el camino de la perfección;
concédenos alimentarnos siempre con su celestial doctrina, para que crezca
en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor.

Se Aprecien todo lo Santo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 4-9

Hermanos:
Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra
mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca.
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción
de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable,
laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta. Y lo que aprendisteis,
recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 15 1-2a y 5. 7-8. 11 (R.: cf. 5a)

R. Tú, Señor, eres mi herencia.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;


yo digo al Señor: «Tu eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,


hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré R.

10
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.. R.

Honor y Gloria a ti Señor y versículo antes del evangelio

Vengan a escuchar y les contaré


Todo lo que ha hecho el Señor por mí.

El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante

Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:


-«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador.
A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo
poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced
en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así
tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos, el que permanece en mi y yo en él,
ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada.
Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca;
luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que
deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis
discípulos míos.»

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

* Iluminados por la Palabra de Dios y la doctrina de santa Teresa,


oremos al Padre, confiadamente por las necesidades de la Iglesia y de la
humanidad.

Escúchanos, Padre

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Por la Iglesia, nuestra Madre,
que el Señor ha querido santa y sin mancha, para que por ella santifique y
una en la fe
y en la caridad a cuantos creemos en Cristo, roguemos al Señor.

Por nuestro Santo Padre el Papa, por los obispos,


por los sacerdotes y predicadores del Evangelio,
para que sean santos en su vida y sabios en su doctrina, para llevar a las
almas a Cristo, roguemos al Señor.

Por todas las personas de buena voluntad, para que en el diálogo con Dios
aprendan a dialogar también con los hombres e instauren en el mundo la
paz y la justicia, roguemos al Señor.

Por los religiosos, llamados por el Espíritu


a vivir intensamente su consagración bautismal, para que a través de la
oración sean verdaderos amigos de Dios, roguemos al Señor.

Por el Carmelo Teresiano que celebra en este día la solemnidad de su


Madre Fundadora, para que mantenga vivo en la Iglesia su mensaje de
oración y de amor, roguemos al Señor

Por nosotros que participarnos en esta Eucaristía, para que, a ejemplo de


santa Teresa, vivamos siempre unidos a Cristo y trabajemos por la santidad
y la unidad de la Iglesia, roguemos al Señor.

* Padre de bondad y de misericordia que, con Cristo y el Espíritu Santo,


has puesto en nuestro corazón tu morada, por los méritos e intercesión de
santa Teresa, haz que obtengamos cuanto te hemos pedido y nos
comprometamos a realizar cuanto deseas. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas

Oh, Señor, que la oración de nuestra madre,


Santa Teresa, acompañe nuestra oblación,
para que estos sagrados misterios,
manantial inagotable de santidad para el Iglesia,
no santifiquen también en la verdad.
Por Jesucristo.

PREFACIO DE SANTA TERESA

El Carisma de Santa Teresa en la Iglesia

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V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.


R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
proclamar, Señor, tus maravillas
en la perfección de tus santos y cantar tus misericordias con santa Teresa,
nuestra Madre, al celebrar hoy su conmemoración.

Con la abundancia de tu Espíritu


la enriqueciste de cualidades humanas y de gracias divinas
para trabajar con su oración y sus obras
unida íntimamente a Cristo, su Esposo y Maestro, unida íntimamente a
Cristo, por la Iglesia, una, santa y católica.

Tú le otorgaste también
el carisma de la sabiduría de los santos
para ser en tu Pueblo maestra de oración
y fundadora de la nueva familia del Carmelo.

Por eso,
unidos a los coros angélicos,
te aclamamos llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la comunión Cf. Jn, 4,14


El que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed; el agua que yo
le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la
vida eterna. .

Oración después de la comunión


Alimentados, Señor, con el Cuerpo y la Sangre de Cristo,
Te pedimos a cuantos has llamado al Carmelo,
Para ser hijos de Santa Teresa,
la gracia de ser también herederos de su espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Memoria de Teresa de Jesús en el aniversario de su canonización
Daniel de Pablo Maroto, OCD
“La Santa” (Ávila)

Santa Teresa fue canonizada por el papa Gregorio XV en Roma el día 12 de


marzo del año 1622, hace exactamente cuatro siglos, junto con otros cuatro santos:
Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Isidro Labrador y Felipe Neri. En la
bula Omnipotens sermo Dei quedó fijado el sentido de la definición dogmática y de
ella ofrezco las palabras más significativas.

“A honra y gloria de Dios y de la individua Trinidad, exaltación y aumento de la fe


católica, por la autoridad y omnipotencia del misericordioso Dios, Padre, Hijo y
Espíritu Santo […] definimos que la bienaventurada Teresa, Virgen […], por cuya
santidad y virtudes […], es gloriosa y alabada. Por lo cual […] definimos y
determinamos que se debe poner, asentar y numerar en el catálogo y número de las
santas vírgenes […]”. En la fórmula de la canonización de los cinco santos se incluía
a Teresa de Jesús y Ahumada, natural de Ávila, Fundadora de la Orden de
Carmelitas Descalzos. En otros documentos anteriores y posteriores se referían a la
acción de la madre Teresa como “Fundadora de la Reforma” de las/os carmelitas
descalzas/os. A partir del año 1594 se puede considerar a su “Reforma” como una
“Orden”. Canonizar, en la Iglesia católica, significa poner como “norma” de vida a
los canonizados con absoluta seguridad.

El solemne acto realizado en la basílica de San Pedro en el Vaticano significa poca


cosa en comparación con la preparación remota que duró años. En el caso de santa
Teresa, comenzaron los “procesos” de beatificación y canonización en la diócesis de
Salamanca el año 1591 y culminaron en Roma fundamentalmente en 1611 y los
últimos preparativos, ya cercanos a la canonización. Para que el lector aprecie los
trabajos realizados -lo tome el lector como una aproximación no matemática- los
tribunales se formaron en 26 pueblos y ciudades de España y testificaron unos 751
testigos, entre ellos 222 carmelitas descalzas y 22 frailes descalzos, y representantes
de varias órdenes religiosas, sacerdotes y laicos/as. Todo ese rico material histórico
ha sido publicado, por última vez, el año 2015, en la Editorial Monte Carmelo de
Burgos en 6 gruesos volúmenes. A la canonización, le precedió
la beatificación proclamada en Roma por el papa Paulo V el 24 de abril de 1614.

¿Qué imagen de santa nos ofrecen los Procesos? Recuerdo que los testigos respondían
a un cuestionario preparado por personas especializadas y solo excepcionalmente
algunos se salían del marco y presentaban un retrato propio de la candidata a beata o
santa. Por curiosidad, he revisado las respuestas de los testigos y casi se centran en
dos capítulos de su vida: las “virtudes” que ha practicado la candidata, sobre todo la

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obediencia, la castidad, la pobreza, la humildad, la fortaleza y paciencia ante las
adversidades de la vida y las enfermedades, así como la vida de oración, la práctica
de las virtudes teologales, fe, esperanza y caridad, los abundantes dones
carismáticos, y poco más. Y un segundo capítulo sobre los “milagros”, tan
abundantes, algunos tan espectaculares: sanaciones de cuerpo y alma (conversiones a
la fe católica, a la vida religiosa…), dominio sobre la naturaleza, el cuerpo totalmente
incorrupto durante decenios, etc. Y todo ello colaborando a la “fama de santidad”
durante su vida y, mucho más abundante, después de su muerte.

Si nosotros, lectores del siglo XXI, nos atuviésemos solo a los materiales reunidos en
esa riquísima colección de los Procesos nos quedaríamos con una visión demasiado
parcial y pobre de santa Teresa, que es, humana y cristianamente, mucho más rica,
como vamos a ver a continuación; descubre solo una dimensión de la personalidad de
la protagonista: la que configura su “santidad” según los cánones establecidos por la
tradición hagiográfica desde casi los mismos orígenes del cristianismo y muy
enriquecida en la edad media. Por mi cuenta y riesgo completo este dibujo estrecho y
presento a Teresa en otras facetas que la acercan más a su realidad histórica y la hacen
más compañera de camino de los creyentes de nuestro tiempo. Y diría también que la
acerca más a los que la estudian desde una perspectiva científica.

En primer lugar, admiro en Teresa su conciencia de sentirse mujer y gozar siéndolo


en una sociedad machista y en una Iglesia androcéntrica, aunque a veces reniega de
su condición por no poder servir a la sociedad y a la Iglesia como quisiera y lo hacen
los varones. He descubierto en ella, y lo trasmite en sus escritos, una hermosa
condición: que obra con total libertad, criticando, si procede, a los varones amigos
o adversarios, gente sabia y santa. Y lo más asombroso: critica en ocasiones a la
misma Inquisición (¡!) por su ojeriza contra las mujeres místicas y por prohibir libros
de espiritualidad de autores sabios y santos. El hecho hace historia en los anales de la
Iglesia de su tiempo. La valentía de ese comportamiento se funda en que sus escritos
eran reservados a un grupo selecto de lectoras y lectores que revisaban censores
amigos. Esa libertad no la pudieron poner en evidencia ni los primeros biógrafos ni
los autores del “rótulo” que se presentaba a los testigos de la canonización, sino la
“virtud de la obediencia” y la sumisión a la Iglesia.

Entre las virtudes “humanas” y cristianas practicadas por Teresa y que dibujan un
alma buena y santa encuentro su amor y defensa de la verdad y su repulsa de la
mentira; ella confiesa que “aborrecía el mentir” (Vida, 40, 4). Un hecho clamoroso lo
encuentro en sus relaciones con el padre Gracián sospechando que no le ha dicho
“toda la verdad” y se lo reprendió (Carta de Alcalá a Valladolid, 18-VII-1579, n. 7).
Y cuidaba mucho de que las candidatas a monjas no fuesen mentirosas y, sabiéndolo,
no las admitía en sus conventos o las expulsaba después de admitidas. Otra hermosa
condición natural y cristiana es que no se ofendía por los juicios negativos sobre su

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persona, ni siquiera le dolían las calumnias, algunas muy graves y absurdas, sobre
todo en tiempos de la “guerra entre hermanos”, los frailes calzados contra los
descalzos. Lamenta y le duelen más las calumnias y persecuciones contra su Reforma
de la orden.

Dicen los testigos que nunca hablaba mal de nadie y no permitía que otros lo hiciesen
en su presencia. Los testigos recuerdan su delicadeza de trato, su “ternura”. Aunque
de joven se descubre como de corazón duro, con la edad se fue transformando en muy
sensible al dolor ajeno hasta derramar lágrimas en caso de muerte de los amigos o no
poder “salvar almas” en tierra de misión. Virtudes humanas y cristianas son el
“agradecimiento” por los favores recibidos, y que ella reconoce como un don
“natural”. Soportaba con paciencia las adversidades, los achaques del cuerpo, las
inclemencias del tiempo atmosférico, etc.

Por fin, por no alargar demasiado este discurso, tenía un admirable sentido del humor
y manejaba inteligentemente la ironía, tan fina a veces que los lectores no habituados
a su modo de escribir no lo perciben. Era, como confiesa el P. Gracián, “de
hermosísima condición”, por eso resultaba tan atrayente, tan querida y amada por
todos. Fray Luis de León, dijo que atraía a todos como el imán al hierro. Lo que se
diga de la bondad natural y sobrenatural de la madre Teresa es poco y conviene leer
sus propios escritos y ver reflejados esos dones “naturales” y sobrenaturales en una
buena biografía moderna, enriquecida con las noticias que nos dan los antiguos
biógrafos y los testigos de los Procesosy, de manera especial las ciencias modernas.

Para completar esta visión “humana” de la Santa, remito a Daniel de Pablo Maroto, Mi
Teresa. Mujer. Fundadora. Escritora y santa, Burgos, FONTE, Editorial de
Espiritualidad, 2019, caps. 16-17, pp. 341-388.

Por último, esta mujer, tan “natural” y “sobrenatural”, tan “santa”, nos recuerda a sus
lectores y conocedores de su vida que “ser cristianos de veras” en una época de
increencia que va en aumento en nuestra sociedad es un proyecto posible y deseable.
Se lo sigue diciendo a los creyentes mediocres; y creo que su persona y su doctrina,
su ser de “cristiana” tiene un atractivo también para los ateos y agnósticos. Es posible
que, conociendo su bondad “natural” les incite a seguir profundizando en las raíces
últimas de la misma: es buena persona por ser cristiana y santa.

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Carta a la Orden con motivo del cuarto centenario de la canonización
de Santa Teresa de Jesús
Queridos hermanos y hermanas, creo que estamos viviendo un momento de
gracia en nuestra Orden. La noticia de que Tito Brandsma será canonizado muy
pronto ha conmovido los corazones y las mentes de todas las comunidades
carmelitas. Las próximas semanas estarán llenas de la vida y de los pensamientos
de este hombre tan santo. Mientras escribo esta carta estoy consciente de una
parte de la vida y del pensamiento de Tito Brandsma que enriquece a la Familia
Carmelita de manera muy notable, a saber, su gran interés por la vida, la
experiencia y los escritos de Santa Teresa de Jesús.

El 12 de marzo de este año, la Iglesia celebrará el cuarto centenario de la


canonización de Teresa de Ávila, que fue canonizada el mismo día que Ignacio de
Loyola, Francisco Xavier, Felipe Neri e Isidro Labrador. Ese día, por iniciativa del
Superior General de la Compañía de Jesús, habrá una celebración de los cinco
santos en la iglesia del Gesù de Roma presidida por el Santo Padre, Papa
Francisco. El nuevo Superior General de los Carmelitas Descalzos, P. Miguel
Márquez Calle O.C.D. y yo mismo hemos sido invitados a participar y a
concelebrar con el Papa, como representantes de la Familia Carmelita. También
participarán otros miembros de nuestros respectivos Consejos Generales.

Este feliz acontecimiento es una buena ocasión para entablar relaciones con la
Compañía de Jesús, a la que agradezco su invitación, y es también una ocasión
dentro de la propia Familia Carmelita, para reflexionar sobre el don de nuestros
santos. En esta carta breve, quisiera, a través de los ojos de Tito Brandsma,
reflexionar sobre el don de Teresa de Jesús a nuestra Orden y a toda la Iglesia.
Tito Brandsma compartió algunas de las formas que tenemos hoy de pensar en
la Familia Carmelita. Fue consciente de cómo el carisma carmelita se da a
muchas personas en la Iglesia. Al escribir sobre el Beato Juan Soreth, reconoció
la gran labor que éste había realizado al abrir a las mujeres los dones del Carmelo
que hasta entonces sólo habían disfrutado los hombres.1 Con este mismo espíritu
reconoce el gran don de Teresa a nuestra Orden por el modo en que ayuda a la
gente a apreciar más plenamente el carisma carmelita al ayudar a las personas a
llegar al conocimiento del misterio de Dios en sus vidas.

Tito no ocultó su aprecio por Teresa de Jesús. Su madre se llamaba Teresa (Titjsie).
Cada año, en la fiesta de Teresa de Jesús, Tito escribía una nota especial a su
madre con motivo de su fiesta. A lo largo de su vida, rezó con las palabras de
Teresa: "Nada te turbe...". Comenzó la traducción de sus obras al neerlandés con
la ayuda de otros carmelitas, pero no completó el trabajo, lo que le causó mucha
pena. También la biografía que estaba escribiendo estuvo en su mente hasta el
final, tan fuerte era su deseo de dar a conocer a esta santa entre los holandeses.

Al comentar la traducción con su gran amigo y mentor Hubertus Driessen,


conjeturaron hasta qué punto la traducción de las obras de Teresa, que habían

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publicado en aquella época, había "dado de nuevo al nombre del Carmelo en
Holanda una buena reputación como Orden de oración y mística".2

Hay dos conferencias de Tito Brandsma que pueden ayudarnos de manera


particular a ver el vínculo entre él y Teresa de Jesús. En la conferencia que
pronunció en la Universidad de Nimega, en 1932, bajo el título Godsbegrip (La
idea de Dios)3 en el momento de asumir el papel de Rector Magnifico de la misma
universidad, encontramos que la idea de Dios que más le atrae es la idea de Dios
que entra en la vida de todo ser humano, y que entrará cada vez más en la
persona que por su forma de vivir y creer le haga espacio para entrar. En sus
palabras:

Lo que así defiendo y considero indispensable para nuestro tiempo es la


contemplación de todo el ser en su dependencia de Dios y su surgimiento de
Dios cuya obra hemos de ver en todo y cuyo ser hemos de discernir en todo.
También tenemos que reconocer y venerar a Dios en todas las cosas, y en primer
lugar en nosotros mismos. Dios se nos revela en el fondo de todas las cosas y en
nuestro propio fondo. Dios desea ser visto y conocido. En ningún lugar de Dios
para ser conocido mejor que en el fondo de nuestro ser. Si el pensamiento sobre
la inhabitación de Dios, sobre la total dependencia de toda la naturaleza humana
de Dios, de la guía y la revelación de Dios estuviera vivo en todo, actuaríamos de
manera muy diferente y ajustaríamos nuestro comportamiento para estar en
sintonía con la revelación de Dios.4

Al pronunciar estas palabras, es posible que Tito estuviera pensando en Teresa,


de quien aprendió como es la unión del alma con Dios y la presencia constante
de Dios en la vida de la persona humana. Entre la serie de diez conferencias que
Tito Brandsma pronunció en su gira por los Estados Unidos de América en 1935,
una de ellas estuvo dedicada íntegramente a Teresa de Jesús. En esta
conferencia, de acuerdo con su comprensión de la idea de Dios, mostró,
apoyándose sobre todo en el Castillo Interior, cómo Teresa sostenía la idea de que
Dios entraba cada vez más en la vida de las personas que conocen a Dios, aceptan
a Dios y buscan conocer cada vez más su amor. En palabras de Tito:

Santa Teresa pinta la vida mística como algo que se desarrolla en el alma, según
la capacidad natural del alma, como la última realización de las potencias
humanas. Éstas han sido implantadas por Dios en la naturaleza humana y se
realizarán cuando el alma sea consciente de su posibilidad de alcanzar ese grado
máximo de perfección y, por tanto, se entregue por entero en manos del Señor,
que es el único capaz de llevarla a la más alta de las elevaciones. Para todo esto,
no se le pide al alma otra cosa que cumplir los deseos y anhelos de Dios, poner
su confianza en Él y sólo en Él encontrar su felicidad. A Dios le gusta tener un
amor ordenado y él mismo ordenará ese amor en el alma.5

Tito admiraba a Teresa por la maravilla de su experiencia y doctrina. También la


admiraban por su obra de reforma, creyendo que su reforma no sólo a las
Carmelitas Descalzas, sino también a las Carmelitas de la antigua observancia. En
un lenguaje que resuena con la tradición descalza. Tito dice:

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“Ciertamente María ocupa el primer lugar en la veneración
de sus hermanos y hermanas, pero no consideran que sea
una derogación de esa madre amada,cuando honran a la
más agraciada de sus hijos como otra madre, una madre
que no les dio la existencia, es cierto, pero que los regeneró
a una nueva vida.”6

Ahora nos encontramos en tiempos y circunstancias que nos desafían a ser


conscientes de la verdadera naturaleza de nuestra vocación, y a responder a ella
con vidas
que den auténtico testimonio de esa vocación. Hemos de vivir de una manera
que sea fiel a lo que decimos de nosotros mismos, personas llamadas a vivir en
fidelidad a Jesucristo, como personas contemplativas cuyas vidas están
moldeadas por la oración, la fraternidad y el servicio, y que siguen en sus vidas los
ejemplos de María y Elías. Tito vio en Teresa a una santa que decidió volver a la
inspiración original de nuestra orden, y purificar la vida de la Orden de todas las
costumbres y habitudes que se habían acumulado a lo largo de los siglos y que
servían para alejar a sus miembros de su vocación original.

En este momento de gracia, mientras nos alegramos por la noticia de que Tito
Brandsma sea declarado santo, y honramos la canonización de Teresa de Jesús,
no se nos puede escapar que tenemos todos los motivos para dar gracias a Dios,
para renovar nuestras vidas, y para tener confianza en la vida que hemos elegido,
o mejor dicho, que Dios ha elegido para nosotros. Con alegría y compromiso
compartiremos esa vida y esa sabiduría con la Iglesia en su conjunto y con cada
una de nuestras iglesias locales.

Por eso, en el breve tiempo disponible, invito a nuestras comunidades de todo el


mundo a celebrar el cuarto centenario de la canonización de Santa Teresa de
Jesús, y a ves hacerlo, cuando sea posible, junto con los miembros de la Familia
Carmelita Descalza.

Que el recuerdo y el honor que damos a Santa Teresa de Jesús y a nuestro nuevo
próximo santo Tito Brandsma, fortalezca en cada uno de nosotros nuestro deseo
de ver el rostro del Dios vivo y de hacer su voluntad en todas las cosas.

____________________

Míceál O'Neill, O. Carm.


Prior General
5 de marzo de 2022

19
____________________

T. Brandsma, A New Dawn, The Carmelite Nuns, Bl. John Soreth, in Carmelite Mysticism
1

Historical Sketches, Darien, Illinois: The Carmelite Press, 1986, 36-43.

2
A. Staring, Fr. Titus Brandsma and St. Teresa of Avila, in Essays on Titus Brandsma,
Rome: Carmel in the World Paperback, 1985. p. 207

3
T. Brandsma, Mysticism in Action, Collected Works. Edd. Joseph Chalmers and
Elizabeth Hense, Rome: Edizioni Carmelitane, 2021, 95-124.

4
T. Brandsma, The Idea of God, in Mysticism in Action, Collected Works. Edd. Joseph
Chalmers and Elizabeth Hense, Rome: Edizioni Carmelitane, 2021, p. 121.

5
T. Brandsma, St. Teresa. The Growth of the Mystical Life, in Carmelite Mysticism
Historical Sketches, Darien, Illinois: The Carmelite Press, 1986, p.46.

6
Quoted in A. Staring, Fr. Titus Brandsma and St. Teresa of Avila, in Essays on Titus
Brandsma, Rome: Carmel in the World Paperback, 1985. p. 208.

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