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IV Centenario de su Canonización
1622-2022
ÍNDICE
Índice ………………………………………………………………… 02
Presentación del provincial…………………………………………. 03
Introducción……………………………………………………………04
Laudes …………………………………………………………………05
Misa conmemorativa …………………………………………………10
Memoria de Santa Teresa de Jesús en el aniversario de su canonización…14
Carta a la Orden con motivo del cuarto centenario de la canonización de Santa
Teresa de Jesús …………………………………………………………………….17
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¡Alabado sea Jesucristo!
Celebramos 400 años de que nuestra Santa Madre fue llevada a los altares
y reconocida entre el número de las Santas Vírgenes, con ello queremos
reconocer como ella nos invita desde el inicio del libro de la Vida a cantar
las misericordias del Señor para con ella, y por ende las gracias recibidas por
su vida a sus hijos e hijos y a la Iglesia universal.
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Introducción
Con el fin de celebrar este cuarto centenario de una manera eclesial y que no
sea únicamente una mención de la efeméride, queremos ofrecer este material
que busca ser un recurso que nos permita celebrar en comunidad dicho
centenario.
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Liturgia de las Horas conmemorativa del IV aniversario de la
canonización de santa Teresa, nuestra madre.
Laudes
INVITATORIO
HIMNO
5
SALMODIA
6
él fue mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
El Señor es un guerrero,
su nombre es «El Señor».
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Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos:
RESPONSORIO BREVE
CÁNTICO EVANGÉLICO
PRECES
Aclamemos con júbilo a Cristo, Señor de la gloria y maestro de vida, que nos
concede hoy conmemorar el aniversario de santa Teresa, nuestra Madre y
doctora de la Iglesia y digámosle:
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Te alabamos, Señor.
Señor, fuente de vida y de sabiduría, que has mostrado en tus doctores las
maravillas de tu amor,
― queremos cantar hoy tus misericordias con nuestra Madre Teresa de
Jesús.
Tú, que anhelas abrasar el mundo entero con el fuego de tu caridad,
― haz que seamos ante los hombres servidores sabios y testigos de tu amor,
a imitación de santa Teresa.
Tú, que, como amigo fiel, revelas a tus elegidos los misterios de tu inmensa
caridad,
― únenos a ti con los lazos de tu amistad divina, para que experimentemos
tu amor y lo anunciemos a nuestros hermanos.
Tú, que te manifiestas a los limpios de corazón,
― purifica nuestros ojos para que te descubramos en todas las criaturas y en
todos los acontecimientos.
Tú, que resistes a los soberbios y amas a los humildes,
― haz que andemos en verdad y vivamos al servicio de la Iglesia.
Oración
Se dice la oración propia o, en su defecto, la siguiente:
Señor Dios nuestro, que por medio de tu Espíritu Santo has suscitado a
Santa Teresa, nuestra madre, para enseñar a tu Iglesia el camino de la
perfección; concédenos alimentarnos siempre con su celestial doctrina, para
que crezca en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro
Señor.
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Eucaristía conmemorativa por el IV centenario de la
canonización de santa Teresa de Jesús, nuestra madre,
como doctora de la Iglesia.
Oración colecta
Señor Dios nuestro, que por medio de tu Espíritu Santo has suscitado a Santa
Teresa, nuestra madre, para enseñar a tu Iglesia el camino de la perfección;
concédenos alimentarnos siempre con su celestial doctrina, para que crezca
en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor.
Hermanos:
Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra
mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca.
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción
de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable,
laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta. Y lo que aprendisteis,
recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.
Palabra de Dios.
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Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.. R.
Escúchanos, Padre
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Por la Iglesia, nuestra Madre,
que el Señor ha querido santa y sin mancha, para que por ella santifique y
una en la fe
y en la caridad a cuantos creemos en Cristo, roguemos al Señor.
Por todas las personas de buena voluntad, para que en el diálogo con Dios
aprendan a dialogar también con los hombres e instauren en el mundo la
paz y la justicia, roguemos al Señor.
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V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu.
Tú le otorgaste también
el carisma de la sabiduría de los santos
para ser en tu Pueblo maestra de oración
y fundadora de la nueva familia del Carmelo.
Por eso,
unidos a los coros angélicos,
te aclamamos llenos de alegría:
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Memoria de Teresa de Jesús en el aniversario de su canonización
Daniel de Pablo Maroto, OCD
“La Santa” (Ávila)
¿Qué imagen de santa nos ofrecen los Procesos? Recuerdo que los testigos respondían
a un cuestionario preparado por personas especializadas y solo excepcionalmente
algunos se salían del marco y presentaban un retrato propio de la candidata a beata o
santa. Por curiosidad, he revisado las respuestas de los testigos y casi se centran en
dos capítulos de su vida: las “virtudes” que ha practicado la candidata, sobre todo la
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obediencia, la castidad, la pobreza, la humildad, la fortaleza y paciencia ante las
adversidades de la vida y las enfermedades, así como la vida de oración, la práctica
de las virtudes teologales, fe, esperanza y caridad, los abundantes dones
carismáticos, y poco más. Y un segundo capítulo sobre los “milagros”, tan
abundantes, algunos tan espectaculares: sanaciones de cuerpo y alma (conversiones a
la fe católica, a la vida religiosa…), dominio sobre la naturaleza, el cuerpo totalmente
incorrupto durante decenios, etc. Y todo ello colaborando a la “fama de santidad”
durante su vida y, mucho más abundante, después de su muerte.
Si nosotros, lectores del siglo XXI, nos atuviésemos solo a los materiales reunidos en
esa riquísima colección de los Procesos nos quedaríamos con una visión demasiado
parcial y pobre de santa Teresa, que es, humana y cristianamente, mucho más rica,
como vamos a ver a continuación; descubre solo una dimensión de la personalidad de
la protagonista: la que configura su “santidad” según los cánones establecidos por la
tradición hagiográfica desde casi los mismos orígenes del cristianismo y muy
enriquecida en la edad media. Por mi cuenta y riesgo completo este dibujo estrecho y
presento a Teresa en otras facetas que la acercan más a su realidad histórica y la hacen
más compañera de camino de los creyentes de nuestro tiempo. Y diría también que la
acerca más a los que la estudian desde una perspectiva científica.
Entre las virtudes “humanas” y cristianas practicadas por Teresa y que dibujan un
alma buena y santa encuentro su amor y defensa de la verdad y su repulsa de la
mentira; ella confiesa que “aborrecía el mentir” (Vida, 40, 4). Un hecho clamoroso lo
encuentro en sus relaciones con el padre Gracián sospechando que no le ha dicho
“toda la verdad” y se lo reprendió (Carta de Alcalá a Valladolid, 18-VII-1579, n. 7).
Y cuidaba mucho de que las candidatas a monjas no fuesen mentirosas y, sabiéndolo,
no las admitía en sus conventos o las expulsaba después de admitidas. Otra hermosa
condición natural y cristiana es que no se ofendía por los juicios negativos sobre su
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persona, ni siquiera le dolían las calumnias, algunas muy graves y absurdas, sobre
todo en tiempos de la “guerra entre hermanos”, los frailes calzados contra los
descalzos. Lamenta y le duelen más las calumnias y persecuciones contra su Reforma
de la orden.
Dicen los testigos que nunca hablaba mal de nadie y no permitía que otros lo hiciesen
en su presencia. Los testigos recuerdan su delicadeza de trato, su “ternura”. Aunque
de joven se descubre como de corazón duro, con la edad se fue transformando en muy
sensible al dolor ajeno hasta derramar lágrimas en caso de muerte de los amigos o no
poder “salvar almas” en tierra de misión. Virtudes humanas y cristianas son el
“agradecimiento” por los favores recibidos, y que ella reconoce como un don
“natural”. Soportaba con paciencia las adversidades, los achaques del cuerpo, las
inclemencias del tiempo atmosférico, etc.
Por fin, por no alargar demasiado este discurso, tenía un admirable sentido del humor
y manejaba inteligentemente la ironía, tan fina a veces que los lectores no habituados
a su modo de escribir no lo perciben. Era, como confiesa el P. Gracián, “de
hermosísima condición”, por eso resultaba tan atrayente, tan querida y amada por
todos. Fray Luis de León, dijo que atraía a todos como el imán al hierro. Lo que se
diga de la bondad natural y sobrenatural de la madre Teresa es poco y conviene leer
sus propios escritos y ver reflejados esos dones “naturales” y sobrenaturales en una
buena biografía moderna, enriquecida con las noticias que nos dan los antiguos
biógrafos y los testigos de los Procesosy, de manera especial las ciencias modernas.
Para completar esta visión “humana” de la Santa, remito a Daniel de Pablo Maroto, Mi
Teresa. Mujer. Fundadora. Escritora y santa, Burgos, FONTE, Editorial de
Espiritualidad, 2019, caps. 16-17, pp. 341-388.
Por último, esta mujer, tan “natural” y “sobrenatural”, tan “santa”, nos recuerda a sus
lectores y conocedores de su vida que “ser cristianos de veras” en una época de
increencia que va en aumento en nuestra sociedad es un proyecto posible y deseable.
Se lo sigue diciendo a los creyentes mediocres; y creo que su persona y su doctrina,
su ser de “cristiana” tiene un atractivo también para los ateos y agnósticos. Es posible
que, conociendo su bondad “natural” les incite a seguir profundizando en las raíces
últimas de la misma: es buena persona por ser cristiana y santa.
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Carta a la Orden con motivo del cuarto centenario de la canonización
de Santa Teresa de Jesús
Queridos hermanos y hermanas, creo que estamos viviendo un momento de
gracia en nuestra Orden. La noticia de que Tito Brandsma será canonizado muy
pronto ha conmovido los corazones y las mentes de todas las comunidades
carmelitas. Las próximas semanas estarán llenas de la vida y de los pensamientos
de este hombre tan santo. Mientras escribo esta carta estoy consciente de una
parte de la vida y del pensamiento de Tito Brandsma que enriquece a la Familia
Carmelita de manera muy notable, a saber, su gran interés por la vida, la
experiencia y los escritos de Santa Teresa de Jesús.
Este feliz acontecimiento es una buena ocasión para entablar relaciones con la
Compañía de Jesús, a la que agradezco su invitación, y es también una ocasión
dentro de la propia Familia Carmelita, para reflexionar sobre el don de nuestros
santos. En esta carta breve, quisiera, a través de los ojos de Tito Brandsma,
reflexionar sobre el don de Teresa de Jesús a nuestra Orden y a toda la Iglesia.
Tito Brandsma compartió algunas de las formas que tenemos hoy de pensar en
la Familia Carmelita. Fue consciente de cómo el carisma carmelita se da a
muchas personas en la Iglesia. Al escribir sobre el Beato Juan Soreth, reconoció
la gran labor que éste había realizado al abrir a las mujeres los dones del Carmelo
que hasta entonces sólo habían disfrutado los hombres.1 Con este mismo espíritu
reconoce el gran don de Teresa a nuestra Orden por el modo en que ayuda a la
gente a apreciar más plenamente el carisma carmelita al ayudar a las personas a
llegar al conocimiento del misterio de Dios en sus vidas.
Tito no ocultó su aprecio por Teresa de Jesús. Su madre se llamaba Teresa (Titjsie).
Cada año, en la fiesta de Teresa de Jesús, Tito escribía una nota especial a su
madre con motivo de su fiesta. A lo largo de su vida, rezó con las palabras de
Teresa: "Nada te turbe...". Comenzó la traducción de sus obras al neerlandés con
la ayuda de otros carmelitas, pero no completó el trabajo, lo que le causó mucha
pena. También la biografía que estaba escribiendo estuvo en su mente hasta el
final, tan fuerte era su deseo de dar a conocer a esta santa entre los holandeses.
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publicado en aquella época, había "dado de nuevo al nombre del Carmelo en
Holanda una buena reputación como Orden de oración y mística".2
Santa Teresa pinta la vida mística como algo que se desarrolla en el alma, según
la capacidad natural del alma, como la última realización de las potencias
humanas. Éstas han sido implantadas por Dios en la naturaleza humana y se
realizarán cuando el alma sea consciente de su posibilidad de alcanzar ese grado
máximo de perfección y, por tanto, se entregue por entero en manos del Señor,
que es el único capaz de llevarla a la más alta de las elevaciones. Para todo esto,
no se le pide al alma otra cosa que cumplir los deseos y anhelos de Dios, poner
su confianza en Él y sólo en Él encontrar su felicidad. A Dios le gusta tener un
amor ordenado y él mismo ordenará ese amor en el alma.5
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“Ciertamente María ocupa el primer lugar en la veneración
de sus hermanos y hermanas, pero no consideran que sea
una derogación de esa madre amada,cuando honran a la
más agraciada de sus hijos como otra madre, una madre
que no les dio la existencia, es cierto, pero que los regeneró
a una nueva vida.”6
En este momento de gracia, mientras nos alegramos por la noticia de que Tito
Brandsma sea declarado santo, y honramos la canonización de Teresa de Jesús,
no se nos puede escapar que tenemos todos los motivos para dar gracias a Dios,
para renovar nuestras vidas, y para tener confianza en la vida que hemos elegido,
o mejor dicho, que Dios ha elegido para nosotros. Con alegría y compromiso
compartiremos esa vida y esa sabiduría con la Iglesia en su conjunto y con cada
una de nuestras iglesias locales.
Que el recuerdo y el honor que damos a Santa Teresa de Jesús y a nuestro nuevo
próximo santo Tito Brandsma, fortalezca en cada uno de nosotros nuestro deseo
de ver el rostro del Dios vivo y de hacer su voluntad en todas las cosas.
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T. Brandsma, A New Dawn, The Carmelite Nuns, Bl. John Soreth, in Carmelite Mysticism
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2
A. Staring, Fr. Titus Brandsma and St. Teresa of Avila, in Essays on Titus Brandsma,
Rome: Carmel in the World Paperback, 1985. p. 207
3
T. Brandsma, Mysticism in Action, Collected Works. Edd. Joseph Chalmers and
Elizabeth Hense, Rome: Edizioni Carmelitane, 2021, 95-124.
4
T. Brandsma, The Idea of God, in Mysticism in Action, Collected Works. Edd. Joseph
Chalmers and Elizabeth Hense, Rome: Edizioni Carmelitane, 2021, p. 121.
5
T. Brandsma, St. Teresa. The Growth of the Mystical Life, in Carmelite Mysticism
Historical Sketches, Darien, Illinois: The Carmelite Press, 1986, p.46.
6
Quoted in A. Staring, Fr. Titus Brandsma and St. Teresa of Avila, in Essays on Titus
Brandsma, Rome: Carmel in the World Paperback, 1985. p. 208.
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